ISSN 0716-0178
MINISTERIO DE EDUCACION PUBLICA
DIRECCION DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS
>
ANALES
MUSEO de HISTORIA NATURAL
de VALPARAISO
CHILE
| ISSN 0716-0178 | An. Mus. Hist, Nat. | Vol. 15 | 1982 | Valparaíso | Chile |
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ISSN 0716
4voS MUSEOS
| ISSN 0716-0178 | An. Mus. Hist. Nat. | Vol. 15 | 1982 | Valparaíso | Chile |
EDICIONES DE LA DIRECCION DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS
Ministro de Educación Pública-.*
Subsecretario de Educación
Director de Bibliotecas, Archivos y Museos
Jefe Departamento Museos
Conservador del Museo de Historia
Natural de Valparaíso
HORACIO ARANGUIZ DONOSO
RENE SALAME MARTIN
ENRIQUE CAMPOS MENENDEZ
CONSUELO VALDES CHADWICK
ANA AVALOS VALENZUELA
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAISO
Director de Anales
ROBERTO GAJARDO TOBAR
Comité Editor
Antropología Zoología Ecología
Coordinador Coordinador Coordinador
ROBERTO GAJARDO FRANCISCO SILVA FRANCISCO SAIZ
Consultor Consultores Consultores
ELIANA DURAN
Botánica
Coordinador
HECTOR ETCHEVERRY
Consultores
ALDO MEZA
MELICA MUÑOZ
RAUL CALDERON
LUIS ROBLERO
JAIME SOLERVICENS
SERGIO CABRERA
DUNNY CASANOVA
EDUARDO DE LA HOZ
ALEJANDRO HORVAT
MIGUEL JORDAN
NELLY LAFUENTE
CARLOS RAMIREZ
JAMES ROBESON
IRMA VILA
LESLIE YATES
LUIS ZUÑIGA
ASESORIA GRAFICA
DEPTO. ASESORIA TECNICA Y PUBLICACIONES
SANTIAGO ARANGUIZ SANCHEZ
Supervisión Técnica General
JAIME ALEGRIA HERRERA
Diseño y Diagramación
Edición de 600 ejemplares
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Calle Valparaíso 155 - Casilla 925 . Tel. 977300
Viña del Mar - Chile
1985
ANALES
DEL
MUSEO DE HISTORIA NATURAL
VALPARAISO - CHILE
Vol. 15 —= == 1982
ANTROPOLOGIA: Páginas
PANGAL — 2, YACIMIENTO ANDINO DE CHILE CENTRAL. NOTAS PRELIMINA-
RES.
Tame Vara Vil a TOO a E 5
BOTANICA:
DESCHAMPSIA CORDILLERARUM HAUMAN. UNA NUEVA GRAMINEA PARA LA
FLORA CHILENA.
Ditto Zo merAS IDA EST UE e: OA 0. AC EN 19
ECOLOGIA:
ESTUDIO POBLACIONAL EN BASE A LOS GRUPOS SANGUINEOS EN LA QUINTA RE-
GION.
Alejandro Horvat, Livio Núñez, Marianela Barra, Carlos Núñez, Sergio Marshall .. 21
POTENCIALIDAD MUTAGENICA DE PESTICIDAS USADOS EN CHILE.
Pablo García, Alejandro Horvat y Sergio Marshall ............oooomoomooom.m... 31
BALANCE HIDRICO DEL SEMIPARASITO TRISTERIX TETRANDUS (R. et P.)
MARTIUS.
JosérMartinez y iBertuzRala A A A AN 37
ESTRUCTURA Y DISTRIBUCION ESPACIAL DURANTE UN PERIODO OTOÑAL,
DEL ZOOPLANCTON EN EL EMBALSE RAPEL.
IM ANA EA o e on e iaa aseos 45
CURCULIONIDOS DEFOLIADORES DE PINUS RADIATA. ASPECTOS BIOLOGICOS
Y EVALUACION DEL DAÑO.
Erancisto Saiz y June GO O 59
RELACIONES ENTRE LOS TIPOS DE FORMAS DE FRUTO DE ACACIA CAVEN Y
LAS CARACTERISTICAS DE LAS SEMILLAS Y DE LOS BRUQUIDOS QUE
LOS INFESTAN.
Francisco Saíz y Yenise Soto
NOTA CIENTIFICA:
EFECTO DE LA COMPETICION INTERESPECIFICA LARVAL SOBRE EL POLIMOR-
FISMOS CROMOSOMICO DE DROSOPHILA SUBOBSCURA Y DROSOPHILA
IMMIGRANS.
Marcia Ricci y Danko BrnciC .........o.oooooooomoo.... LAA IES 79
ZOOLOGIA:
EL TESTICULO DE BASILICHTHYS AUSTRALIS EIGENMANN. (TELEOSTEI:
ATHERINIDAE).
Humberto Cerisola y Francisco Pérez .........o.ooooooooooooooomrorrnrno.s 83
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NOTA CIENTIFICA:
ESTIMACION DEL VOLUMEN CEREBRAL EN CONEJOS.
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PANGAL - 2, YACIMIENTO ANDINO DE CHILE CENTRAL
NOTAS PRELIMINARES
JAIME VERA VILLARROEL
ABSTRACT: Archaeological evidences in a stationary inhabitational site are expose. This
is in an Andean Valley of (Chile Central at. 1.470 m of height. The finds are petrographies,
early ceramics remain of a basket, a marine molusc valve and wooden artefacts. These finds
are analized and discussed. Two times of occupation are detected: One on the begining of our. Era
and the following during the Late Ceramic Period of Chile Central (dated by C-14: 680>+
40 AP. - 1270 AD). The problems not resolute and the new tasks for to investigate are
enunciated.
En Chile Central, existen dos grandes líneas comunicadoras que en
sentido latitudinal discurren de Norte a Sur en forma paralela, separadas
por-el Valle Longitudinal. Nos referimos a la costa del Océano Pacífico por el
occidente y a la gran Cordillera Andina por el oriente. Ambas realidades han
servido de vía de paso, difusión y fuente pródiga de recursos naturales para
diversas tradiciones culturales indígenas de Sudamérica, a lo largo de muchos
milenios. La costa del Pacífico ha presenciado la existencia de sociedades
aborígenes desde el período Paleoindio (sitio Quereo, en la zona transicio-
nal entre Chile Central y los Valles Transversales. Núñez et al. 1981) hasta
el período Colonial Tardío. Otro tanto ocurre con el gran macizo orográfico
que constituye la columna vertebral del Mundo Andino, tanto en su extremo
meridional como en sus dos vertientes.
El sector andino correspondiente a la cuenca del Cachapoal, carece de
estudios arqueológicos recientes que arrojen luz acerca del poblamiento pre-
hispano. Al estudiar este yacimiento, además de considerar lo anterior, nos
ha parecido bastante interesante y digno de aclarar la aparente asociación que
allí se da entre petroglifos, cerámica temprana y artefactos de madera y cestería.
La ubicación del yacimiento y los elementos culturales rescatados, nos plan-
tea la posibilidad de explicarnos además, la movilidad de poblaciones pre-
colombinas en el circuito costa-cordillera en este sitio de Chile Central.
Considerando la problemática anterior, hemos enunciado los siguientes
objetivos del estudio: (a) investigar un sitio andino de la cuenca del Ca-
chapoal y sus relaciones con el valle y costa adyacente, (b) determinar su
contexto y correlaciones culturales, (c) lograr cronometría absoluta, (d) de-
terminar funcionalidad del yacimiento.
En el transcurso de la investigación iremos acumulando registros e indi-
cadores que permitan contrastar y enriquecer la actual hipótesis de trabajo:
Pangal-2 es un yacimiento andino, con un amplio margen temporal de ocu-
pación discontinua, de uso estacional, con secuencia cultural desde el Cerá-
mico Temprano al Tardío c integrado a un circuito de movilidad costa-
cordillera de poblaciones que habitan las cuencas del Cachapoal y Maipo.
Musco de Historia Natural de Valparaíso. Casilla 925 Viña del Mar, Chile.
6 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
La metodología aplicada incluye (1) prospección de superficie y colecta,
(2) análisis, clasificación y correlación del material cultural, (3) test estra-
tigráfico (pendiente), (4) cronometría C-14. El programa de trabajo incluyó
tres etapas: la primera de prospección de superficie y revisión de antecedentes
bibliográficos; la segunda de análisis del material de superficie y la tercera,
de realización de un test estratigráfico.
En esta ocasión se presentan los primeros avances logrados, aunque la
investigación aún no ha terminado y tampoco está agotada.
Se han realizado 2 temporadas de campo aprovechadas en la explora-
ción y prospección de superficie. En ellas han participado también investigado-
res de la ex U. de Chile, sede Valparaíso. En el futuro inmediato, están pro-
gramadas otras temporadas para completar información y resolver las incóg-
nitas surgidas en eel curso de análisis específicos.
CARACTERES DEL AMBIENTE NATURAL
Climatología.— Corresponde a una variante del clima Mediterráneo
(Cunill 1970, Hernández 1973) con estación seca y precipitaciones
invernales. Abarca desde el río..Aconcagua al Maule, encerrado entre la Cor-
dillera Andina y la costera. Este clima afecta a los Andes con inviernos fríos
y lluviosos que cubren de nieve las cumbres y veranos secos y calurosos, de
cielos continuamente despejados. Datos meteorológicos de estaciones cercanas
al yacimiento (CORFO 1962 IV: 306):
NOMBRE EL TENIENTE RANCAGUA
Ubicación Cordillera andina Valle Longitudinal
Altura 2.134m>sn m 499 msnm
Presión media anual 1.048 mm 435 mm
Temperatura media anual 8,5%C 14. €
Precipitación media Junio 240 mm 90 mm
Precipitación media Diciembre 10 mm 0 mm
Precipitación media anual 1.049 mm 445 mm
Temperatura media Junio + 4 C + 8Cc
Temperatura media Enero qm ISE + 24 C
Coordenadas 34'05'S - 7022'W 34*10'S - 70%45'W
Orografía Andina.— Desde la cuenca del río Maipo al sur, se constata
una gradual disminución de altura en las cumbres andinas. A los 34% 20' S,
el macizo andino prosigue sin sobrepasar los 4.500 m. Todo este sector ha sido
sometido a fuerte erosión que le ha dado un aspecto abrupto, debido a hielos
y corrientes de agua. La erosión aún prosigue, labrando profundos y estrechos
valles, con vertientes de aspecto alpino. En muchos lugares hasta el límite con
Argentina, se advierten planicies altas de relieve suave; son las veranadas
(pastizales de verano). En las pendientes vecinas al Valle Central, esos relieves
cubiertos de bosques originan invernadas para el ganado vacuno. Reaparece
además, el vulcanismo andino, responsable de la depositación de lavas y cenizas
que han llenado algunos valles y formando lagos de represa natural. La línea
actual de equilibrio de glaciares apenas sobrepasa los 3.000 m. La línea de
nieves eternas supera los 4.000 m.
J. Vera V. PANGAL - 2 7
Hidrografía.— En Chile Central los ríos existen durante todo el año, ali-
mentándose con la lluvia invernal y el deshielo andino estival. Al atravesar
las montañas, manifiestan gran poder erosivo. El régimen es fluctuante durante
el año: a fines del invierno el caudal es mínimo llegando al máximo en vera-
no. El río Pangal que fluye vecino al yacimiento, comparte tales características.
Dicho río afluente del Maipo, es formado por el Paredones y el Blanco.
El último nace del Portezuelo del Maipo que lo separa de la cuenca de
igual nombre.
Recursos Bióticos.— Están condicionados por diversos factores ecológicos
presentes en los Andes de Chile Central: altura, agua aportada por precipita-
ciones, intensa radiación solar rica en rayos ultravioleta y limpidez atmosférica;
altísima evaporación, terrenos rocosos fácilmente descompuestos por acción
climatérica, relieve abrupto (¡Hernández 1973). Estos factores ambientales .
permiten el escalonamiento altitudinal de diversas formaciones vegetacionales
nativas. Nuestro yacimiento se ubica a una altura donde se inicia la formación
xeromórfica andina y desaparece el matorral xeromórfico.
Característico del área en que se enolava el yacimiento son las siguientes
especies de vertebrados (CORFO 1962, Mann 1978).
Mamiferos. — Lagidium v. viscacia (viscacha del centro), Puma concolor
puma (puma), Hippocamelus bisulcus (huemul), Lama guanicoe (huanaco),
Euneormys mordax (ratón sedoso nortino), Phyllotis darwini (lauchón orejudo
de Darwin), Phyllotis micropus (lauchón de pie chico), Spalacopus cyanus
(cururo), Conepatus chinga (chingue común), Galictis cuja (quique), Dusy-
cion culpaeus (culpeo).
Aves — Merganetta armata (pato cortacorriente), Chloephaga melanop-
tera (piuquén), Attagis gayi (perdiz cordillerana), Vultur gryphus (cóndor),
loros de roqueríos, etc.
Reptiles. — Phymaturus palluma (lagarto vivíparo).
CARACTERISTICAS TOPOGRAFICAS DEL YACIMIENTO
Se encuentra en un valle cordillerano andino de la VI Región, Chile
Central, en el margen sur del río Pangal (aprox. 34? 15'S y 71? 20'W) (Fig.
1), a una altura de 1.470 msnm, en una ladera de solana que exhibe una
extensa acumulación caótica de grandes bloques pétreos, que ocupa una super-
ficie de 80.000 m2 (400 x 200 m).
El hacinamiento al azar de los bloques permite la existencia de nume-
rosas cavidades, recintos y cámaras naturales, superficiales y subterráneas.
Interconectadas conforman en algunos sectores, verdaderos laberintos sub-
terráneos, que sirvieron de refugios habitacionales a los antiguos ocupantes
indígenas; en ellos se han encontrado restos arqueológicos.
La formación natural del yacimiento es muy anterior a la presencia
humana. La causa de la acumulación del material rocoso en la ladera mon-
tañosa, fue la existencia de una lengua de hielo en un período en que la
línea de equilibrio glaciar en Chile Central debió ser inferior a 3.000 m.s.n.m.
Este glaciar situado en la cuenca del Pangal poseía morrenas laterales, una
15, 1982
Vol.
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL
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de las cuales pudo mover y acumular gran parte del material rocoso. Poste-
riormente contribuyeron la erosión y meteorización de las rocas expuestas,
manifestada en la fracturación y desfoliación producida por las amplias varia-
ciones térmicas diurnas y estacionales sufrida durante milenios. El emplaza-
miento «del sitio coincide con una curva del río hacia el norte, donde el
J. Vera V. PANGAL - 2 9
antiguo glaciar debió depositar materiales de su morrena lateral. Por ello,
la acumulación rocosa quedó ¡en el margen sur del río y a cierta altura sobre
éste, dando frente hacia el Noreste, mientras al Oeste queda otra pequeña
cuenca cubierta con arbustos, pastos primaverales y pequeños pantanos pro-
ducidos por los deshielos.
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FIG.
Fig. 2. Petroglifos. (a) Block 1. (b) Block 2, (c) Comparación de diseños: Vilcuya:
1 y 2; Jahuel: 3 y 4; Río Colorado: 5, 6 y 7; Campo Ahumada: 8, 9, 10, 11 y 12;
Hierro Viejo: 13; Pedernal: 14; Cajón Valdés: 15, 16 y 17; Calabozos: 18, 19, 20 y
21; La Gloria: 22 y 23; Cajón Cipreses: 24; Cerro Quiñe: 25; Cerro del Toro: 26.
Fuentes: Niemeyer 1964, 1972-73; Igualt 1964, 1970; Sanguinetti 1969, 1970, 1972.
10 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS
Entre las evidencias descubiertas destacan: petroglifos y objetos mobi-
liares. Gran parte de las evidencias de este último tipo fueron halladas en
la superficie del piso interior de los refugios rocosos, por nosotros y luga-
reños, que desde tiempo atrás habían visitado el yacimiento. Estos últimos
recogieron objetos de madera, cestería y trozos cerámicos (Figs. 3s, t, u, 0).
La mayoría de los objetos estaban mezclados con cascajo lítico menudo
y ceniza muy fina. Todas las evidencias están depositadas en el Museo de
Historia Natural de Valparaíso.
Deberán realizarse futuras temporadas de campo a fin de encontrar
depósitos estratificados en los refugios más profundos, que permitan vincular
los hallazgos superficiales a una estratigrafía clara y contextos definidos.
En todo caso, la evidencia actual reúne atributos que permiten su estudio e
identificación cultural y cronológica.
PETROGLIFOS
Están ejecutados sobre 2 bloques rocosos separados que han sufrido
desfoliación discreta y fracturas por variación térmica. Las caras decoradas
enfrentan hacia el macizo andino, y presentan una pátina natural roja de
oxidación sobre la cual se han realizado las figuras. El estado de conserva-
ción es bueno y no se aprecian superposiciones. Las técnicas de elaboración
fueron: punteado o percusión, raspado lineal y cuerpo lleno (Fig. 2a,17).
Las representaciones son geométricas y biomorfas. En la interpretación ten-
tativa hemos seguido las identificaciones empleadas por Niemeyer y Weisner
(1971). Las técnicas de rescate fueron calco mediante plástico y diaposi-
tivas.
Investigaciones de petroglifos en el área fueron realizadas por J. Iriba-
rren (1973), quien informa que A. Plageman en 1906 ya había publicado
en Alemania descripciones de petroglifos situados en Pangal, Cajón de Coya
y Hacienda Perales. Señala también artículos publicados en la Revista “El
Teniente”. (V. 2, N* 12) y Zig-Zag (N? 2795, 31-10-1958). Stehberg (1975)
describe petrografías existentes en la confluencia de los ríos Cachapoal y
Pangal, en el fundo Manzanares, que hemos identificado como Pangal 1.
Jaffuel (1930) habla de petroglifos hallados en el “Cajón de Los Cipreses”
cuenca más al sur de Pangal-2 (Ver fig. 1).
>
BLOCK 1 (Fig. 2a)
— Superficie de la cara decorada = 2,9 X 2 m (5,8 m2).
— Técnica de trabajo: punteado o percusión, surco superficial, cuerpo lleno
— Interpretación hipotética de los diseños:
1 antropomorfo
2, 9, 11 tridígito (ave)
3, 4, 7, 8, 13, 14 lineatura caprichosa
5 antropomorfo esquemático
6 reticulado irregular
10, 22, 23 signo escudo
12, 15, 25 círculo ciliado
16 rombos enlazados
J. Vera V. PANGAL - 2 11
17 rostro antropomorfo
18 círculo enlazados.
19 ofidios
20 tiara ?
21 agua
24 signo escudo ligado
26, 27, 28 línea simple
BLOCK 2 (Fig. 2b)
— Superficie de la cara decorada: 14 X 1 m (14 m2).
— Técnica de trabajo: raspado lineal, surco superficial, punteado.
— Interpretación hipotética de elementos:
1, 2 signo escudo
3 círculo ciliado
4, 5,6 signo escudo
7, 8,9 línea simple
TABLA 1: Frecuencia y porcentaje de las figuras en ambos bloques:
BIOMORFAS B.1 % B.2 %
antropomorfas 3 10,7 = =
rastros de aves 3 10,7 — —
ofidios 1 3,6 — —
GEOMETRICAS
signo escudo 4 14,2 5 56
círculos ciliados 3 10,7 1 11
círculos enlazados 1 3,6 — —
tiara (2) 1 3.6 — —
agua 1 3,6 o —
rombos enlazados 1 36 — —
reticulado irregular 1 3,6 — —
lineatura caprichosa 6 21, — —
línea simple 3 10,7 3 33
28 100 9 100
Observando el Cuadro Comparativo (Fig. 2c), morfológicamente apa-
recen figuras pertenecientes a dos estilos: “Aconcagua”, representado prin-
cipalmente por el signo “escudo” y diseños del estilo “Guayquivilo” de más
al sur. El signo escudo presenta apéndices exteriores y líneas internas, que
sugeriría la representación realista de un pie humano calzado con sandalias.
OBJETOS MOBILIARIOS
1.—Alfarería.— Todos los restos cerámicos encontrados presentan carac-
terísticas muy homogéneas y la superficie de color natural, alisada. No se
halló un trozo de alfarería pintada o engobada. Se recogieron en superficie
12.950 grs. de cerámica, correspondiendo a 346 trozos, un ceramio casi
entero y uno completo. Este universo cerámico fue clasificado en dos gran-
des conjuntos:
a) Tipo natural alisado no decorado. Lo integran 342 fragmentos
(98,84%).
Pasta.— Manufactura: acordelado o rodete. En algunos fragmentos se
aprecia la unión deficiente de los rodetes. Desgrasante: cuarzo y arena fina;
clastos angulosos y subangulosos; distribución regular. Fractura: regular, rec-
ta. Color: greda natural. Cocción: atmósfera oxidante. Dispareja, manchas de
12 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 12, 1982
reducción parcial. Color del núcleo desde negro a rojo-anaranjado. Dureza:
4 Mohs.
Superficie— Color: exterior e interior color natural de la greda desde
café-rojizo hasta café oscuro, con manchas oscuras de reducción parcial. Se-
ñales de hollín y calcificaciones. Tratamiento: alisado parejo exterior, alisa-
do irregular interior. Lustre: mate. Textura: mediana a gruesa. Dureza: 4 -
5,5 Mohs.
Formas Generales. — Jarros sin asas y ollas subglobulares con y sin asas.
Vasijas de probable función utilitaria (Fig. 32). Grosor paredes: 5 -11,5 mm.
Bases: hemisféricas y en un caso aplanada (Fig. 3r). Cuerpo: subglobulares
de contorno simple, pequeños a medianos; diámetro aproximado entre 10 y
Fig. 3. Objetos mobiliarios.
J. Vera V. PANGAL - 2 13
30 cm. Altura 28 cm. en un ceramio completo (Fig. 30). Cuellos rectos
levemente evertidos.
Asas: a) mamelones bajo el borde: de botón (Fig. 3b, c, d, e, g) com-
primidos verticalmente (Fig. 3h), comprimidos horizontalmente (Fig. 31),
grande vertical (Fig. 3£); b) cintas verticales labio-adheridas (Fig. 30, q);
c) cintas verticales a mitad de cuello (Fig. 3n, ñ, p).
Bordes y labios: bordes directos, labios redondeados. Decoración: au-
sente.
Son notorias las semejanzas de las formas y los mamelones con las vasi-
jas halladas en Chacayes, hoya del río Maipo (Stehberg 1976, lam. XXXUHI
figs. 39-40, 41, 45, 46, 47, 52 al 56, 58 al 60, 62 al 64, 67) y en Quinta
Normal, Santiago (Stehberg 1976a, figs. 25 a 31).
b) Tipo “Llolleo inciso reticulado”. Comprende 4 fragmentos (1,15%)
y un ceramio casi completo. Reúne similares características de manufac-
tura, forma y decoración que las definidas por Falabella y Planella (1979,
1980) para los hallazgos de la desembocadura del río Maipo: la cocción es
oxidante; las asas tienen en un caso decoración modelada con forma de ala o
pata (Fig. 3); el inciso reticulado es oblícuo y abarca todo el cuello (Fig.
3k, 1). Hay peculiaridades como el asa cinta vertical sin decoración, con la
típica unión cuerpo-mitad del cuello, rasgo diagnóstico del Cerámico Tem-
prano de Chile Central. Los trozos presentan además sectores superficiales
con calcificaciones. Una olla de doble asa casi entera, de 18 cm. de alto, 14
cm de diámetro de boca y 4mm de grosor de pared (Fig. 3m). Un fragmento
de cuello con asa modelada (Fig. 3j) pertenece a una pequeña olla de 8 cm
de diámetro de boca y paredes de 4 mm.
Se reunieron 32 trozos de cuellos de ambos grupos cerámicos, a fin de
relacionar comparativamente el diámetro de boca, grosor de paredes y for-
mas de asas, obteniendo las siguientes frecuencias y variaciones:
Ceramio diám. cm grosorpared Asas Correlación
lmm.
13 6 6,5 —
7 8 4 cinta modelada Llolleo inc.
I 8 5) —
a 12 5 —
b 12 5 mamelón botón
4 12 6,5
h 12 5 mamelón botón
k 12 7
16 13 7
5 14 6,5 — Llolleo inc.
14 14 9 mamelón botón
1 14 4 cinta vert. Llolleo inc.
9 14 8 cinta vert.
12 14 6 mamelón botón
c 14 7
1 14 Y
10 16 1 cinta vert.
3 16 8,5 mamelón botón
d 16 7
e 16 8,5 mamelón botón
14 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
Ceramio diám cm. grosorpared. AÁsas Correlación
mm.
m 16 6 cinta vert.
8 20 10 mamelón compr. vert.
2 20 6,5 mamelón compr. horizont.
2724 23 9 cinta vertical (vasija entera)
131 24 11,5
j 24 10
f 28 7
129 30 9
128 30 8,5
n 30 8,5 mamelón grande vert.
15 32 10
g 32 8
Con estos datos se confeccionó un gráfico (Fig. 4), del que se des-
prende que hay agrupamiento de las variables indicadas en 2 extremos:
12 Vasijas relativamente pequeñas, con grosor de paredes inferior a 9 mm,
diám. de boca hasta 16 cm y asas mamelonares de botón y cinta vertical,
incluyendo la decoración incisa-reticulada; 2* Vasijas relativamente grandes
con paredes hasta 10 mm de grueso y diám. boca hasta 32 cm, incluyendo
asas con forma de gran mamelón vertical. En posición intermedia quedan
vasijas de tamaño mediano, paredes gruesas (7 a 12 mm) y con asas de
cinta vertical, de mamelón comprimido horizontal y verticalmente.
2 —Artefactos de Madera. Lugareños residentes en sectores más bajos
del valle, entregaron 2 objetos hallados dentro de las cavidades rocosas:
a) Pala. Artefacto de probable función primaria agrícola, manufacturado
en madera dura y pesada de Kageneckia sp. Aparentemente se usó en su
fabricación herramientas cortantes metálicas. Un fechado C-14 dio la data-
O mamelón botón rx mamelón horiz.
C llolleo inciso + ceramio
ared | asa cinta vert.
2 mamelón vert.
cm.
Ó 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 do 32
diám,boca cm.
Fig. 4. Gráfico de rasgos cerámicos.
J. Vera V. PANGAL - 2 15
Cerámico Tardío del área; en tiempos preincaicos. (Vera 1981).
b) Instrumento alargado. (Fig. 3 u). Tallado en un trozo de madera an-
tigua, muy agrietada que lamentablemente fue recubierta parcialmente con
barniz transparente. En un extremo posee una protuberancia ovoidal tallada,
separada por un surco superficial. El extremo aguzado termina en un rebaje
levemente curvo. La madera es parecida a la de la pala. Dimensiones: largo
120 cm, grosor máximo: 5,7 cm; grosor mínimo: 2,9 cm; color superficial:
café oscuro; peso: 800 grs.
Desconocemos toda asociación de este objeto, funcionalmente podría ser
un cayado de pastor, un bastón ceremonial o garrote. En el pasado se encon-
traron en el sitio otros objetos de madera que eran recordados como simi-
lares a “chuecas”. En la literatura arqueológica de Chile Central no aparece
algo semejante a este artefacto.
3—Cestería. (Fig. 3s). Fue encontrada dentro de un ceramio subglobu-
lar (Fig. 30) cubierto por cascajo lítico, dentro de un refugio. La técnica
de manufactura empleada es aduja en espiral (coiled), en la variedad “con
basamento simple encadenado” (simple interlocking coils with foundation).
El trozo de 15 x 6,5 cm, pareciera ser parte de un plato o fuente.
4 —Valva de Molusco Marino. (Fig. 3t). Exhumado junto al objeto an-
terior. Corresponde a una especie marina de la familia Mytilidae. La fractu-
ración de valva impide decidir si corresponde a Mytilus edulis o Mytilus chi-
lensis; ambas espocies de amplia distribución desde «el sur del Perú hasta Ma-
gallanes y por el Atlántico hasta el Brasil.
ción 680 + 40 años AP. = 1.270 + 40 DC., situándola en el Período
DISCUSION
Las características que presenta el yacimiento, situado a 1.470 ms n m
señalan que se trata de un sitio cordillerano de uso transitorio. Es evidente
que la existencia de numerosos recintos y cavidades naturales subterráneas,
indujo 2 indígenas prehispanos a utilizarlos como refugios, quedando vesti-
gios materiales de su presencia. La existencia de cenizas en el piso de los
recintos, asociada a la cerámica, confirma ocupaciones estacionales, pero con-
tinuadas. El clima y topografía estarían condicionando su permanencia en
las estaciones más favorables: primavera, verano y otoño.
El área en que se enclava puede haber tenido diversos atractivos: ruta
hacia portezuelos cordilleranos o la cuenca del río Maipo, animales y aves
de caza, vegetales recolectables, leña, material lítico y minerales diversos,
pastos de veranadas, etc. La utilización de algunos o todos esos recursos
potenciales puede haber derivado en el desarrollo de actividades tales como
caza, recolección, minería, pastoreo estacional o cultivos de temporada. Sin
embargo, la heterogeneidad de las evidencias culturales rescatadas, aparen-
temente corresponden a diferentes momentos de ocupación, con gentes pro-
cedentes de distintos lugares que pueden haber utilizado el sitio para dis-
tintos objetivos. T
La presencia de cerámica Llolleo inciso-reticulado, plantea la actividad
de grupos venidos desde la desembocadura del Maipo o el Rapel. En San
16 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
Antonio este tipo cerámico posee los fechados 140 + 110 y 280 + 130
D. C. En el valle medio del Cachapoal en Rancagua, hay también hallazgos
de esta cerámica temprana (Falabella y Planella 1979, 1980). Por otro
lado, en Pangal-2 hay abundante evidencia de cerámica natural alisada con
mamelones, análoga a la ubicada en Chacayes (Stehberg 1976) y Quinta
Normal (Stehberg 19764). Estas correlaciones sugieren una primera ocu-
pación hacia los inicios de nuestra Era. j
La existencia de una pala de madera de 680 + 40 años A. P. (1.270 DC)
nos indica en cambio, un momento tardío de ocupación, durante el Período
Cerámico Tardío; con una hipotética actividad cultivadora o minera de los
portadores (pocos Kms. aguas arriba del yacimiento existe una antigua mi-
na cuprera aún en explotación). |
Los petroglifos exhiben una mezcla de diseños, pertenecientes al estilo
“Aconcagua” y “Guayquivilo”. Sin embargo, no se han descubierto otros
vestigios característicos del Complejo Aconcagua como cerámica decorada,
que confirmen aquí la asociación planteada entre estilo “Aconcagua” y el
complejo de igual nombre. Hay además un fechado Aconcagua, de Lampa
(300 D.C.), no objetado, que apoyaría una posible mayor antigúedad para
ese complejo sincrónica con otras poblaciones cerámico-tempranas, situación
que también pareciera existir en la desembocadura del Río Maipo (Falabella
y Planella 1980:88).
La ausencia de cerámica pintada u otros rasgos Aconcagua, Íncaicos o
coloniales y la inexistencia de superposiciones en las figuras, puede corres-
ponder a una posible ejecución parcial o total de las petrografías durante el
Cerámico Temprano. Afirmaría esto la abundancia de Cerámica natural ali-
sada con mamelones en los refugios cercanos a ambos bloques con petro-
elifos.
El no haberse encontrado aún depósitos estratificados en los recintos
habitacionales, impide diferenciar secuencialmente las características funcio-
nales de cada momento ocupacional. Hasta ahora podemos comprobar la
ausencia de artefactos de caza y recolección, de restos bióticos y estructuras
funerarias.
El yacimiento puede diferir en cuanto a función, respecto de otros sitios
cordilleranos de Chile Central, como Novillo Muerto (Stehberg 1980) y Los
Llanes (Stehberg y Fox 1977), con evidencias de caza-recolección y Chacayes:
ganadería, minería, cultivo de temporada. Los petroglifos hacen pensar en
un uso ceremonial del sitio, sea permanente o esporádicamente. Con las
evidencias actuales no cs posible aún decidir definitivamente, si Pangal-2
pudo ser usado únicamente en la realización de actividades ceremoniales, de
minería, de pastoreo o de cultivo ocasional, o en todas ellas.
Los contactos detectados con la costa (valva) y cuenca superior del
Maipo, confirman el dinamismo de las poblaciones ocupantes, en sentido
Norte-Sur, siguiendo los contrafuertes andinos y desde la costa y Valle
Longitudinal hacia la Cordillera, movilidad común en varios sitios cordille-
ranos entre las hoyas del Aconcagua y el Maule, y originada en la ¡necesidad
de usufructuar los recursos naturales de los diversos pisos ecológicos andi-
nos. Se trataría de una variación local de la “verticalidad andina”, realizada
J. Vera V. PANGAL - 2 17
desde tiempos anteriores al Cerámico Temprano en Chile Central (Stehberg
1980 a).
CONCLUSIONES
Pangal-2 es un sitio cordillerano andino de temporada, donde se han
descubierto diversos restos arqueológicos hasta ahora sin asociación estrati-
gráfica. Destaca en especial la buena conservación de la madera y cestería,
seguramente por condiciones geomorfológicas y micro-climáticas favorables.
Los rasgos arqueológicos diagnósticos obtenidos hasta ahora (cerámica con
mamelones y “Llolleo”, petroglifos con “signo-escudo”, fechado 680 + 40 .
AP), son hitos que permiten reconocer dos momentos de presencia humana:
12 hacia inicios de la Era Cristiana y 22 durante el Período Cerámico Tardío
de Chile Central.
Resalta el no hallazgo de otros restos de origen netamente Aconcagua,
Incaicos o Coloniales, ni artefactos de caza-recolección o estructuras fune-
rarias.
Los recursos naturales explotables del sector y los restos culturales hasta
ahora conocidos, estarían planteándonos alternativas hipotéticas sobre la uti-
lización del sitio como lugar ceremonial refugio de grupos mineros, de pas-
tores o de cultivadores de temporada. La obtención de información contex-
tual y cronométrica en depósitos estratificados de algún sector del yacimiento,
permitirá determinar más adelante su funcionalidad exacta a lo largo de la
secuencia ocupacional.
Los petroglifos ofrecen una mezcla de estilos, confirmando que se
trata de un lugar transicional entre la influencia del estilo “Aconcagua” y
“Guayquivilo”; existiendo una asociación más directa con la cerámica tem-
prana que con otros vestigios cronológicamente posteriores.
Las correlaciones culturales y cronológicas del yacimiento apuntan hacia
la cuenca del Maipo, el curso medio del Cachapoal y tal vez, el curso supe-
rior del Aconcagua. Estas vinculaciones serían explicables al existir una
movilidad de los grupos indígenas en sentido ¡Norte-Sur y viceversa, por los
contrafuertes andinos y con el litoral; a fin de conseguir recursos comple-
mentarios ofrecidos por los diversos niveles altitudinales a lo largo del año.
Eso explicaría la presencia de rasgos presentes en la cuenca de Santiago y
Cajón del Maipo, relacionados directamente con El Molle (Chacayes) y
otros procedentes de la Costa Central y valle del Cachapoal, pertenecientes
al Complejo Llolleo. Al parecer esta forma de movilidad se mantuvo vigente
en el yacimiento por lo menos hasta los siglos XIILXIV D. C.
AGRADECIMIENTOS: Al Profesor G. Mercado de la Universidad de Valpa-
raíso, por sus opiniones acerca de la geomorfología del lugar, y al atento guía Sr. José
Contreras Pozo, jefes y personal de Bocatoma-Pangal, por su fundamental cooperación.
18 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
REFERENCIAS
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VERA, J. 1981. Una pala precolombira de Chile Central del año 1.270 D. C. An. Mus. Hist.
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Valparaiso, Chile 19
NOTA CIENTIFICA:
DESCHAMPSIA CORDILLERARUM HAUMAN
NUEVA GRAMINEA PARA LA FLORA CHILENA
OTTO ZOELLNER SCHORR.
El género Deschampsia, creado por Palisot de Beauvais (1812), com-
prende más c menos 40 especies, distribuidas en las regiones frías de ambos
hemisferios. Lorenzo Parodi ha investigado las especies sudamericanas de
este género y constató 17, las que residen principalmente «en las regiones
andinas. Según Parodi (1949), 8 de las especies recolectadas habitan exclu-
sivamente en Chile, 7 tanto en la Cordillera chilena como en la argentina
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Fig. 1 A = hábito de la planta; B = espiguilla; C = caña florífera;
D = antecio; E = cariopse.
y sólo 2 en Argentina, en la provincia de Mendoza: D. mendocina Parodi
y D. cordillerarum Hauman. Esta última, fue detectada por Hauman en la
provincia de Mendoza, en Las Cuevas a 3.300 m de altura (Marzo, 1918).
El autor encontró esta especie en la V Región en la provincia de Los Andes.
Lab. Fanerogamia, Instituto de Biología. Universidad Católica de Valparaíso. Casilla 4059,
Valparaíso, Chile.
20 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
Parodi (1949) señala en el tratado sobre las Deschampsias, que las
especies pertenecientes a este género, difieren entre sí, por caracteres sutiles,
a menudo difíciles de apreciar. Las principales características del género
son las siguientes: las lemas poseen 4 dientes en el ápice, uno de ellos
sobrepasa en algo a los demás; las aristas insertas dorsalmente en la parte
inferior de la lema, son más cortas que las glumas o las sobrepasan por
muy poco; la raquilla está provista de pelos; la espiga es pauciflora, consta
generalmente de 2 flores.
Esta nueva gramínea de la flora chilena, sólo se diferencia morfológi-
camente de Deschampsia caespitosa (L.) Beauv., por poseer una arista que
sobrepasa a las glumas.
En cuanto a su distribución, D. cordillerarum se encuentra a grandes
alturas, en las provincias de Los Andes y Mendoza, en cambio D. caespitosa,
lo hace en Chile desde el valle de Elqui hasta Tierra del Fuego, en Bolivia,
Argentina y Brasil.
Distribución geográfica: Cajón del cerro La Gloria a 2.600 m de altura
en la provincia de Los Andes, V Región. 1-Enero-1982 N* 11.622 (Herb. Zoell-
ner). Las plantas se desarrollaron a orillas de un arroyo de fuerte pen-
diente, donde eran salpicadas constantemente por sus aguas turbulentas, que
llevaba gran cantidad de agua por los deshielos. El lugar del hallazgo, está
a poca distancia de las grandes cascadas del Cajón de La Gloria.
REFERENCIAS
HAUMAN. L. 1918. La Végétation des Hautes Cordilléres de Mendoza. An. Cient. Arg.,
86: 77-79.
PARODI, L. 1949. Las Gramíneas sudamericanas del género Deschampsia Darwiniana, 8 (4):
415-475.
Valparaiso, Chile 21
ESTUDIO POBLACIONAL EN BASE A LOS GRUPOS
SANGUINEOS EN LA QUINTA REGION
ALEJANDRO HORVAT, LIVIO NUÑEZ, MARIANELA BARRA,
CARLOS NUÑEZ, SERGIO MARSHALL
ABSTRACT: Using the data obtained from three different hospitals in Chile (V Region)
we have calculated the frequencies of the IA, IB and i alleles corresponding to blood groups
A, 'B, AB and O respecuvely. At the same time, the frequencies (percentages) of groups
Rh+ and Rh— were determined The survey was carried out with data collected in two diffe-
rent one-year periods (1977 and 1981).
Considering the relative frequencies ví groups A and B, we did not detect significant
differences among the samples studied. Therefore, we sonclude that all samples analyzed belong
to a genetically homogeneous population. On the other hand, our data showed significant diffe-
rences with those obtained from ethnic groups.
Los genes y sus alelos se segregan y recombinam, producto de los
procesos de meiosis y fertilización. Estas segregaciones y recombinaciones son
las responsables de producir la variabilidad genética, pero, al mismo tiem-
po, permiten la mantención de las características propias de una especie a
través de las generaciones.
Una población, en el sentido biológico más amplio, es el conjunto de
individuos de la misma especie que coexisten geográfica y temporalmente,
reproduciéndose sexual y libremente entre sí, compartiendo el mismo acervo
de alelos. El número de recombinaciones posibles dentro de una población
es 3n, siendo n el número de alelos considerados.
La predicción del perfil genético de una población, siguiendo las leyes
de Mendel (Mendel 1865), fue demostrado independientemente por G. H.
Hardy (1908) y W. Weinberg (1908). El principio de Hardy-Weinberg
constituye la base de la genética de poblaciones; por lo tanto, es posible
estudiar una característica funcional específica en un grupo de individuos
y comparar el grado de expresión de la misma, a través del tiempo.
En el hombre, una característica importante que se hereda por alelos
múltiples, es la de los grupos sanguíneos. Se sabe, desde el descubrimiento
de Landsteiner (1901) que la sangre humana presenta tipos diferentes,
dependiendo de la reacción que ocurre entre los glóbulos rojos de un indi-
viduo y el plasma de la sangre de otro, cuando estos se combinan.
Aproximadamente entre 1925 y 1930, Bernstein estableció que estos
tipos sanguíneos eran determinados por alelos múltiples de un locus simple
y los denominó IA, 18 e IO (Bernstein 1930). Con respecto a la isoagluti-
nación ABO, se ha establecido la existencia de cuatro grupos sanguíneos
en la especie humana, los cuales son denominados según sus antígenos como
O, A, B, y AB, siendo los alelos IA e 1B codominantes y el alelo 1O recesivo
para ambos. Estos cuatro grupos específicos se distinguen entre sí, por las
propiedades inmunológicas de los glóbulos rojos y el plasma, sabiendo que
Laboratorio de Genética, Universidad Católica de Valparaíso, Casilla 4059, Valparaíso, Chile.
22 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 12, 1982
cada tipo de sangre carece de los anticuerpos que aglutinan sus propios
glóbulos rojos.
Además de los antígenos que definen el sistema ABO, la sangre huma-
na presenta otros antígenos en la superficie de los glóbulos rojos, los que
también permiten clasificar en diferentes grupos a los individuos que los
portan. Uno de estos antígenos, define el conocido sistema Rh. Existen
personas que presentan el antígeno, denominadas Rh positivas (Rh+), y
personas que no lo poseen, llamadas Rh negativas (Rh—). Este sistema está
genéticamente definido por la participación de tres pares de genes cada
uno de ellos con múltiples alelos.
Dada la importancia de los sistemas ABO y Rh, para las transfusiones
de sangre, cada individuo debiera conocer el grupo a que pertenece y su
condición de Rh.
Considerando que la genética de poblaciones pretende dar respuesta
a una serie de interrogantes relacionadas con el comportamiento de los
genes a nivel de grupos de organismos vivos, y sabiendo que la informa-
ción sobre los sistemas ABO y Rh está registrada en los bancos de sangre
de los hospitales, sin que exista un trabajo sistemático de análisis de datos
desde el punto de vista genético, estadístico o de ambos, hemos querido
recopilar e integrar la información disponible en tres hospitales de la Quinta
Región.
En consideración a lo anterior, los objetivos que nos hemos propuesto
son los siguientes:
1. Determinar la frecuencia de grupos ABO y factor Rh en tres ciudades
de la Quinta Región a fin de detectar si constituyen una -población homo-
génea.
2. Comparar la variación de estos grupos, ABO y Rh, entre los años 1977
y 1981 para verificar.si el principio de Hardy-Weinberg se mantiene en el
.. HempOo.
3. Determinar si la proporción de alelos en la Quinta Región, comparada
con la de otros grupos étnicos, permite diferenciar poblaciones humanas.
MATERIALES Y METODOS
1 —Características de la muestra.
El presente trabajo se realizó en base a datos recopilados en los Bancos
de Sangre de los Hospitales “Enrique Deformes” de Valparaíso, “San Juan
de Dios” de los ¡Andes y “Gustavo Fricke” de Viña del Mar, correspondientes
a donantes inscritos durante los años 1977 y 1981.
El número total de casos analizados corresponde a 13.270 donantes
distribuidos en los tres hospitales y separados de acuerdo a los distintos
grupos del sistema ABO y el sistema Rh.
Podemos confiar que las muestras de sangre son homogéneas debido a
que las exigencias a los donantes y las técnicas de análisis utilizadas son
rigurosas y similares en los tres hospitales. :
A. Horvat, L. Núñez, M. Barra, C. Núñez, S. Marshall ESTUDIO POBLACIONAL 23
2 —Tratamiento estadístico de los datos.
Tomando como base la Teoría de los alelos múltiples planteada por
Bernstein 1930, la composición del sistema ABO de una población es:
GRUPO FRECUENCIA
SANGUINEO GENOTIPO ESPERADA
(0) JOJIO r2
A JAIA
IAIO p? Sr 2pr
B IBIB
IBIO q? hi 2qr
AB IAIB 2pq
Las fórmulas de la última columna de esta tabla permiten expresar las
frecuencias de p, q y r, asignadas a los tres alelos, en términos de las fre-
cuencias observadas de los grupos sanguíneos. Como primera condición tene-
mos que las frecuencias de los alelos p, q y r deben sumar 1.
p+tq+r=1 (1)
2.1. Cálculo de frecuencias relativas y ajustadas de alelos,
Dado que nuestro propósito inicial fue determinar la frecuencia de los
grupos sanguíneos, partimos considerando que la frecuencia esperada de los
individuos del grupo O es r?, entonces:
VO (2)
Por otra parte, la frecuencia conjunta de las personas de los grupos
OyA es:
LS A TA
A 2
ol al
)
[]
al
+
>|
tay
por lo tanto p + r=
Del mismo modo,
2
A 2qr + q
=(r+ quí
osea, r+ q. 0+B (4)
Ahora , sustituyendo q + r por 0*+ B en (1) tenemos que:
de igual manera , sustituyendo p +r por 0 + A obtenemos :
24 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
De esta forma obtenemos los valores de las frecuencias de p, q y 1,
pero, por omitirse el grupo AB, la sumatoria de éstas no llega a la unidad.
Por consiguiente, es necesario utilizar un factor de corrección para obtener
las frecuencias esperadas ajustadas (ajuste de Bernstein. Bernstein 1930).
p* =p (1 + D/2), donde D = 1— (p + q + 1)
q* = q (1 + D/2)
2 AD)
2.2. Estimación por intervalo de confianza de las frecuencias relativas q, pa-
ra determinar la similitud o diferencia de poblaciones.
Para verificar si los tres Hospitales encuestados representan una misma
población, se compararon entre sí las estimaciones por intervalo de confian-
za de la frecuencia relativa q, suponiendo muestreo al azar simple en los
tres casos.
=—— = (frecuencia relativa del grupo B).
A * B
Entonces, el error estandar £
fue: ES q'= pedi
2 N
Donde: N = sumatoria de los individuos de los grupos A y B mues-
treados en un Hospital
p' Frecuencia relativa del grupo A
5
Frecuencia relativa del grupo B
Los intervalos de confianza trabajados, fueron:
ql + 1,96 ESq' para 95% de confianza;
ql + 2,58 ESq', para 99% de confianza.
Si los intervalos de confianza calculados para q! en los tres hospitales
no se sobreponen, serían considerados pertenecientes a poblaciones distintas.
En caso contrario pertenecerían a una misma población.
2.3. Determinación de similitud o diferencia entre la población estudiada y
otros grupos étnicos.
A fin de decidir si los grupos muestreados en la Quinta Región difieren
de otras poblaciones en sus frecuencias de alelos del sistema ABO, utiliza-
mos la misma metodología descrita en 2.2.
RESULTADOS Y DISCUSION
1. Cálculo de frecuencia de alelos, sistema ABO.
De la determinación de las frecuencias relativas, y de las frecuencias
A. Horvat, L. Núñez, M. Barra, C. Núñez, S. Marshall ESTUDIO POBLACIONAL 25
ajustadas de alelos, del sistema ABO, podemos observar que en el año 1977
(Tabla 1,1.) el grupo con mayor frecuencia es el O y el de menor el AB,
siendo este último el que presenta más fluctuaciones.
Se puede señalar, además, que las frecuencias de los cuatro grupos son
similares en los tres hospitales, pero, en el hospital San Juan de Dios se
observa que el grupo O alcanza un valor superior, en cuanto a su frecuencia,
al de los otros hospitales.
En el año 1981 (Tabla 1.2.) se repite, en términos generales, el mismo
esquema observado en 1977, con excepción del hospital San Juan de Dios
en que el grupo AB manifiesta una baja en su frecuencia.
Si analizamos el comportamiento de las frecuencias relativas (Yo) de
cada uno de los grupos. tanto en el tiempo (1977 a 1981) como en el espa-
cio (variación de un hospital a otro) (Tabla 2), podemos ver que en los
grupos A, B y O éstas tienden a mantenerse, experimentando sólo leves
variaciones. En cambio, el grupo AB, en los hospitales Deformes y San Juan
de Dios, sufre una baja considerable, lo que podría deberse al tamaño de la
muestra recogida.
Si bien es cierto, en el hospital San Juan de Dios los datos recogidos en
los dos años analizados son aproximadamente los mismos, éstos son consi-
derablemente menores a los obtenidos en el hospital Gustavo Fricke (Tablas
1.1 y 1.2).
Por otra parte, en el hospital Deformes, la disminución en el número
de datos recogidos se debió posiblemente, al traslado de algunos servicios
a otro hospital de Valparaíso.
1.1. AÑO 1977
| HOSPITAL ENRIQUE HOSPITAL SAN JUAN
DEFORMES DE DIOS
Fenotipo Frecuencias Frecuencias
N? Relati- Ajustada N* | Relati- | Ajustada
| | vas (%) de alelos | | “vas (9%) | de alelos
PAE DO EE
(0) 1.355 56.6 0.750111 737 | 63.8 | 0.800229
pt = p* =
A 738 30.8 0.184868 289 | 25.0 | 0.142120
qt = | qt =
B | 236 | 98 | 0.065018 114 9.8 0.057648
AB | 64] 2.6 | 14 1.2
Total [2.393 | 998 | 0999997 | 1154 | 998 | 0.999997
1.2. AÑO 1981
HOSPITAL ENRIQUE
HOSPITAL SAN JUAN
DEFORMES
Fenotipo Frecuencias |
N? | Relati- Ajustada N* |
| vas (%) | de alelos |
==
10) 851 57.5 0.758639 634
p* = |
| 461 31.1 | 0.182645 | 296
| (E
B [| 139] 93 | 0.058714 90
|
ab | 2»| 19 | | |
Total |1.480 | 998 ¡ 0.999998 | 1.025 |
FRICKE
Frecuencias
N? | Relati- | Ajustada
| vas (%) | de alelos
dy ==
2.021 56.2 0.753190
qt =
1.117 31.0 0.180569
q* =
399 11.0 | 0.066235
58 1.6
3.595 | 99.8 | 0,999994
HOSPITAL GUSTAVO
DE DIOS FRICKE
Frecuencias Frecuencias
Re'ati- | Ajustada N? Relati- Ajustada
vas (9%) | de alelos vas (%) | de alelos
i r* = r* =
61.8 0.791019 2.164 59.7 0.772422
p* = p* =
28.8 0.160740 1.058 29.2 0.170482
qt = qt =
8.7 0.048232 330 9.1 0.057094
|
0.5 71 | 1.9 |
99.8 |. 0.999991 3.623 | 99 | 0.999998
|
TABLA N? 1: F relativas (9) y ajustadas en los alelos (p*, q* y r*) del sistema ABO
HOSPITAL GUSTAVO
97
TVYUNLVN VIMOISIH IA OISNMA TIA STIVNV
A. Horvat, L. Núñez, M. Barra, C. Núñez, S. Marshall ESTUDIO POBLACIONAL 27
TABLA N* 2: Resumen de frecuencias relativas (9%) observadas
del sistema ABO
| FENOTIPO | |
| Hospital Enrique :| Hospital San Juan | Hospital Gustavo
Deformes de Dios Fricke
| |Año 1977|Año 1981|Año 1977|Año 1981|Año 1977|Año 1981|_
O | 566 | 57,5 638 | 618 AR
| A PISOS SL 25.0 | 28.8 | 310 | 292
B [ESAS TE OSA AS 7 ALL OA OT
Ñ AB Mes TOP
| TOTAL. | 9%98 | 98! 98 | 99.8 | 998 | 999 |
2. Cálvulo de frecuencia, sistema Rb.
Al analizar, temporal y espacialmente, las frecuencias relativas del siste-
ma Rh (Tabla 3) podemos visualizar que existe predominio de los Rh posi-
tivos sobre los Rh negativos, en una proporción casi constante, en los tres
hospitales. Esto se mantiene tanto en el año 1977 como en el año 1981, pro-
duciéndose una pequeña variación, de un año a otro, en el hospital Defor-
mes, debido, tal vez, a una disminución en el número de casos analizados.
TABLA 3: Frecuencias relativas ( % ) del sistema Rh.
3.1. AÑO 1977
HOSPITAL ENRIQUE
FACTOR
|] HOSPITAL SAN JUAN
DEPORMES | DE DIOS
| Frecuencia | | Frecuencia
No | relativa % | Ne | relativa (9%)
Rh+ 2.257 94.316 07 IS AO
Rh— | 136 | 5.684 | 79 | 6.846
TOTAL | 2.393 | 100.000 | 1.154 | 100.000
3.2. AÑO 1981
HOSPITAL ENRIQUE | HOSPITAL SAN JUAN
FACTOR | DEFORMES DE DIOS
| | Frecuencia | No | relativa (90)
| No | relativa (9) | | Frecuencia
REIS 28 y 949 | 92.585
Rh 3: 129 | AS 7.415
TOTAL | 14480 | 100.000 | 1,025 | 100.000
3. Análisis poblacional.
HOSPITAL GUSTAVO
]
FRICKE |
| | Frecuencia |
| Ne | relativa (9) |
1 3:373 | 93.825
[1872228 6.175
| 3.595 | 100.000 |
3 HOSPITAL GUSTAVO |
| FRICKE |
| | Frecuencia |
| No | relativa (96) |
| 3.370 | 93.016 |
[253 6.984 |
| 3.623 | 100.000 |
TABLA N? 4. Frecuencias relativas p' y q y su error estandard, considerando sólo
los fenotipos A y B.
Año 1977 Año 1981
Hospital p' q ES p q ES
E. Deformes ...mmomoamooo. 0,759 0,241 0,0097 0,770 0,230 0,0121
S. Juan de Dios ............ 0,718 0,282 0,0158 0,768 0,232 0,0152
Gustavo Fricke ............. 0,738 0,262 0,0079 0,762 0,0080
0,238
28 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
TABLA N? 5. Intervalos del 959 de confianza para el valor relativo de q,
años 1977 y 1981
Año 1977 Año 1981
Hospital Extremo inf. Extremo sup. Extremo inf. Extremo sup.
El, DEfOLmes escenico cacacanicanza 0,242 0,261 0,232 0,255
S. Juan de DIOS .occcoconccc.o... 0,252 0,313 0,202 0,262
Gustavo Fricke .........oo.o....... 0,247 0,263 0,222 0,238
Podemos observar que tanto para el año 1977 como para el año 1981
existe una sobreposición de los intervalos de confianza del 95%, calculados
para el valor relativo de q' (Tabla 4) entre las muestras de los tres Hospitales,
por lo que concluimos que no difieren significativamente en cuanto a las
frecuencias relativas para el sistema ABO.
4. Comparación de poblaciones.
Finalmente comparamos una muestra de la Quinta Región con otros
grupos étnicos para ver si existen similitudes o diferencias entre ellas.
Dado que las tres ciudades estudiadas constituyen una misma pobla-
ción, y considerando que el mayor número de datos corresponde al hospital
Gustavo Fricke de Viña del Mar, en el año 1981, lo tomamos para compa-
rarlo con los Lapones de Noruega de Polmak-Sirma (Kornstad 1972) y la
Tiribu Mograbi del Oeste de Arabia Saudita (Saha y otros 1980), los cuales
constituyen grupos relativamente cerrados y geográficamente distantes de
nosotros.
Al comparar las frecuencias relativas de Viña del Mar con Polmak-
Sirma y Oeste de Arabia Saudita es posible visualizar algunas semejanzas y
diferencias (Tabla 6).
Entre Viña del Mar y Oeste de Arabia Saudita el grupo predominante
es el O, existiendo variaciones en la frecuencia de los otros grupos. Estas
variaciones se hacen muy notorias al comparar ambos con Polmak-Sirma en
que el grupo predominante es el A.
TABLA N?* 6: Frecuencias relativas (9) del sistema ABO en Viña del Mar,
Polmak-Sirma y Oeste de Arabia Saudita
VIÑA DEL MAR | POLMAK - SIRMA — |DESTE de ARABIA SAUD.|
Chilenos Lapones Noruegos | Tribu Mograbi |
FENOTIPO | Frecuencia | Frecuencia | | Frecuencia |
Ne | relativa (9% N? | relativa (9%) | N* | relativa (%) — |
O 2.164 SI A IS 50.9 |
A 1.058 2 AS 70 | A | 2
B 330 SL ELO | AO ALO | 23.5
_ AB 71 | 1 | | 2 | |
TOTAL | 3.623 | 99.9 | 51 | NS ES LON | 99.8 |
TABLA N? 7. Frecuencia relativas p' y q' y Error estandard en Viña del Mar,
Polmak-Sirma y Oeste de Arabia Saudita.
.3 p q ES
Viña del Mar A a 0.762 0,238 0,0080
INV A RA eto le MON 0,974 0,026 0,0182
Destorde Araba Saudita ironico 0,478 0,522 0,0736
A. Horvat, L. Núñez, M. Barra, C. Núñez, S. Marshall ESTUDIO POBLACIONAL 29
TABLA N* 8. Intervalos del 99% de confianza para q! de Viña del Mar,
Polmak-Sirma y Oeste de Arabia Saudita.
Extr. inf. Extr. sup.
Vaina del Ma a RE 0.217 0,259
Polmale: - "Sirma: VERA ROA AAA 0,000 0,073
Oeste ide Arabia Saudita adorar 0,332 0,712
Utilizando la comparación mediante intervalos de confianza del 99%
(Tablas 7 y 8) determinamos que los tres lugares seleccionados constituyen
poblaciones diferentes, ya que no existe sobreposición de los valores extremos
de dichos intervalos.
CONCLUSIONES
En vista del análisis de los resultados podemos concluir que:
1.—Considerando las frecuencias de los alelos estudiados en los tres hospita-
les, puede estimarse a la Quinta Región como una población homogénea
respecto del sistema ABO.
2.—El principio de Hardy-Weinberg se cumple, dentro de las limitaciones
impuestas por los mismos autores.
3.—El método utilizado <s un parámetro válido para comparar y diferenciar
poblaciones.
REFERENCIAS
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63 secs FIA DOY IBDLO DAME A Y a A A A
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Valparaiso, Chile 31
POTENCIALIDAD MUTAGENICA DE PESTICIDAS
USADOS EN CHILE
PABLO GARCIA, ALEJANDRO HORVAT Y SERGIO MARSHALL
ABSTRACT: 20 pesticides of common use in chilean agriculture were screened for their
mutagenic potential using the Ames Test. Only one of these pesticides, Captan 80, was found
to be mutagenic. The hazardousness of this finding is discussed.
Múltiples evidencias involucran la participación de compuestos químicos
en la génesis del cáncer (Heilderberger 1975; Weinstein et al. 1976). Aun-
que se desconoce el mecanismo exacto mediante el cual estos compuestos
intervendrían en la transformación maligna, se ha sugerido que podría ser
por inducción de mutaciones puntuales (Bouck y Di Mayorga 1976; Mc Cann
y Ames 1976). Sin embargo, estos compuestos, denominados carcinógenos,
no son necesariamente mutagénicos “per se”, aunque pueden transformarse
en tales si son activados por sistemas enzimáticos celulares (Sims 1980).
Ames, Mc Cann y Yamasaki (1975) han desarrollado un test micro-
biológico que permite determinar la potencialidad mutagénica de cualquier
compuesto químico. Usando cepas específicas de Salmonella typhimurium
que poseen ciertas características genéticas que las hacen más sensibles a mo-
dificaciones por agentes externos, se mide el efecto de los mismos para
inducir la reversión de un carácter auxotrófico (his—) al estado prototró-
fico (his+). El ensayo se complementa con la adición de un extracto de
hígado de ratas que contiene los sistemas desintoxificadores microsomales
responsables de la posible activación de un carcinógeno en mutágeno (Ames
et al., op. cit.). Los sistemas desintoxificadores celulares son inducidos al
máximo, si las ratas son previamente tratadas con Aroclor 1254 (Alvarez et
al. 1973).
La potencialidad mutagénica de compuestos químicos dados, ensayada
mediante el test, se correlaciona en buena forma con la potencialidad carci-
nogénica determinada por ensayos en animales (Mc Cann et al. 1975b).
Chile posee altos índices de cáncer gástrico, siendo una de las causales
importantes de muertes en el país (Armijo et al. 1981). Teniendo en cuenta
la relación entre mutagénesis y carcinogénesis, nos pareció importante analizar
la potencialidad mutagénica de compuestos químicos a los que la población
chilena está expuesta. En este trabajo analizamos la potencialidad muta-
génica de veinte pesticidas usados en la agricultura chilena, y que, eventual-
mente, pueden entrar en contacto con la población a través de los alimentos.
Sección Genética del Instituto de Biología, Universidad Católica de Valparaíso, Casilla 4059,
32 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
MATERIALES Y METODOS
Se utilizó una variante del Test de Ames, desarrollada recientemente
(García 1981):
a) Origen de las cepas bacterianas: se utilizaron las cepas TA 98 (bisD
3052; rfa; uurB; R+), y TA 100 (bisG 46; rfa; uvrB; R+) según la
descripción de Ames y donadas por el mismo autor (Ames et al 1975).
b) Origen de extracto celular: la fracción microsomal que contiene las enzi-
mas desintoxificadoras se obtiene normalmente del hígado de ratas (Ames
et al. 1975). En el presente trabajo, dicha fracción se obtuvo de ratones
Balb/C y/o NIH-Swiss (García 1981).
c) Inducción de los sistemas desintoxificadores en hígado de ratones: ratones
adultos de las cepas mencionadas, fueron inyectados intraperitonealmente
con una solución 10% de Aroclor 1254 (donación del Dr. E. Eisenstadt,
USA) en aceite de maíz, en dosis de 500 mg/kg de peso. Al quinto día
los animales fueron sacrificados por decapitación y el extracto celular pre-
parado según descripción previa (Ames et al. 1975).
d) Origen de pesticidas ensayados: todos los pesticidas corresponden a mues-
tras distribuidas libremente en el mercado agrícola macional y fueron ob-
tenidas por donación de agricultores de la Quinta Región.
RESULTADOS
Para verificar la sensibilidad del test, utilizando el extracto del hígado
de ratones, que contiene las enzimas desintoxificadoras (s-9), se ensayó el
compuesto naranja de acridina, mutágeno conocido, en presencia y ausencia
de la fracción s-9, tanto de ratones mormales como de ratones tratados con
Aroclor 1254. Los resultados nos indicaron que la fracción s-9 del hígado de
ratones tratados incrementa notoriamente la potencialidad mutagénica de
naranja de acridina.
La actividad mutagénica de los pesticidas fue ensayada agregándolos
directamente al agar suave fundido antes de verterlo sobre las placas Petri.
Se ensayaron pesticidas sólidos y líquidos, disueltos o diluidos en Etanol
o en el Dimetil sulfóxido (DMSO), según su solubilidad, y en presencia de
la fracción s-9 obtenida del hígado de ratones tratados con Aroclor 1254.
Se trató de prevenir posibles casos en que el exceso de la concentración del
pesticida inhibiera el crecimiento de las bacterias revertidas. Para esto, las
cantidades ensayadas variaron entre 0,1 ug y 100 ug para los pesticidas sóli-
dos, y el equivalente entre 1 nl y 1 ul de los pesticidas líquidos. La concen-
tración de los ingredientes activos de estos últimos varía entre un 40% y
100% peso/volumen. El número de las colonias presentes en las placas
Petri controles representa los niveles de reversiones espontáneas característi-
cas para cada cepa. El número real de colonias revertidas por el efecto del
mutágeno se obtiene restando las que corresponden a reversiones espontá-
meas, presentes en las placas controles, del total de las colonias contadas
en las placas con mutágeno.
En las Tablas 1 y II se indican los solventes usados para cada uno de
P. García, A. Horvat y S. Marshall POTENCIALIDAD MUTAGENICA 33
los pesticidas y los valores de reversiones provocadas por las distintas can-
tidades de ellos. ¡Estos datos representan el promedio de dos ensayos reali-
zados independientemente. Se puede apreciar que el pesticida Captan 80
induce un incremento notorio en el número de reversiones con ambas cepas,
haciéndose más evidente en la cepa TA 100. Esta cepa ha sido descrita como
la más sensible de las utilizadas en el test frente a una misma cantidad de
mutágeno aplicado (Sims 1980). Además, en ambas cepas hay un incre-
mento lineal del número de colonias revertidas frente a cantidades crecien-
tes del pesticida. El resto de los pesticidas analizados no incrementan signifi-
cativamente los niveles de reversiones.
DISCUSION
Aún siendo el Test de Ames un sistema altamente reproducible, pre-
senta cierto grado de variabilidad en el número de reversiones obtenidas para
una misma cantidad de mutágeno, especialmente cuando se usa la cepa TA
100 (Sims 1980). En cada uno de los ensayos realizados para determinar la
actividad mutagénica de los pesticidas, se utilizó como control positivo el
compuesto naranja de acridina en cantidades de 1 ug, tanto para verificar
la correcta respuesta del test en este aspecto, como también para detectar su
activación de las enzimas desintoxificadoras del s-9 (García 1981). En gene-
ral, a pesar de la referida variabilidad, la respuesta del Test de Ames es
lineal cuando se incrementan las cantidades de los mutágenos ensayados, lo
que es usado como criterio para definir una respuesta positiva (Sims 1980).
Habiendo el Captan 80 representado una respuesta positiva, tanto en
la cepa TA 98 como en cepa TA 100, es la razón por la cual sólo este pes-
ticida puede ser considerado mutagénico. El nivel de reversiones de la cepa TA
100 producido por 100 ug de este pesticida equivale aproximadamente al
nivel producido por 10 ug de naranja de acridina. Cabe hacer notar que
la concentración del ingrediente activo de este pesticida es de 80% peso/
peso, por lo que las cantidades reales ensayadas variaron entre 80 ng y 80 ug.
Esto significa que la potencialidad mutagénica de naranja de acridina es
sólo 8 veces superior a la del Captan 80.
En los resultados se puede apreciar que el Captan 80 produce mayor
riivel de reversión en la cepa TA 100 que en la cepa TA 98. Este hecho
puede deberse al tipo de mutación que induce el Captan 80. Las mutacio-
nes auxotróficas para histidina de estas cepas son distintas, y se espera que
cada cepa sea revertida preferentemente por agentes que produzcan el mismo
tipo de mutación de aquella que le es propia (Ames 1971). Así, por ejemplo,
en la reversión de la cepa TA 100 está involucrada la sustitución de un
par de bases nitrogenadas en el DNA, y en la cepa TA 98 se produce ya sea
una adición o delección de un par de bases (Ames 1971); (Mc. Cann et al.
19752). Nuestros resultados indicarían que el Captan 80 produce preferente-
mente sustitución de un par de bases nitrogenadas, y, en segundo lugar, adicio-
nes o deleciones de las mismas. La respuesta similar obtenida en las dos cepas
frente a naranja de acridina se debería a que este mutágeno produce tanto
sustituciones como adiciones o delecciones de un par de bases (Herskowitz
1977).
34 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
El producto activo del Captan 80, N-(triclorometiltio)-4 ciclohexano-1,
2-dicarboximida, fue ensayado previamente por Ames y sus colaboradores, en-
contrando que 10 ug del compuesto producían 820 reversiones en la cepa
TA 100 (Mc. Cann 1975b). Por otra parte, recientemente, y mientras se
realizaba este trabajo, se ha determinado la citotoxicidad y mutagenicidad de
este compuesto en células de mamíferos, usando un sistema, comparable al
Test de Ames, y definido como “sistema HGPRT” (O'Neill et al. 1981). Es-
te último hecho confirma la validez del Test de Ames para detectar com-
puestos potencialmente mutagénicos para células superiores y hace evidente
el riesgo que representa para la población humana el estar expuesta al
Captan 80.
Como se observa en los resultados (Tablas 1 y 1I), el Folimat 100€
también produce reversiones. Estas sólo se observa en la cepa TA 98
y cuando se aplica el equivalente a 1 ul del pesticida, sin que exista una
correlación entre el número de reversiones y el incremento de las cantida-
des del pesticida. La concentración del ingrediente activo de este pesticida
es de 100%. peso/volumen, y las cantidades ensayadas variaron entre 1 ug y
1 mg. Es decir, se obtuvo un nivel de 100 reversiones para 1 mg del ingre-
diente activo, ello equivale a las reversiones producidas aproximadamente
por 1 ug de naranja de acridina, por lo que la posible potencialidad mu-
tagénica de Folimat 1000 sería mil veces inferior a la de naranja de acridina.
Viálidamente podemos concluir que el pesticida sólido Captan 80, de
uso corriente en la Agricultura chilena, posee la potencialidad de actuar
como mutágeno «en organismos superiores. Nos parece recomendable limitar
su aplicación.
TABLA I— Actividad mutagénica de los pesticidas en la cepa TA 98.
Pesticidas Solvente 0,1 ug 5 ug 30 ug 100 ug
sólidos
Agallol DMSO 0 6 0) 1
Aldrin - DMSO 0 2 0 0
Aliette DMSO 5 0 0 1
Basamid DMSO 0 7 0 0
Bayleton DMSO 5 0 2 0
Benlate DMSO 0 0 0 0
Captan 80 DMSO 1 3 11 115
Furadan DMSO 1 2 0 1
Lindano DMSO 0 3 (0) á
Moresthan DMSO 1 2 0 11
Peropal Etanol 0 0 0 0
Thidan 50 DMSO 0 3 0 0
Topsoil DMSO 7 0 0 0
Ustinex KR DMSO 3 3 0 3
Ustinex 80 DMSO 0 1 0 3
Pesticidas Diluidos 1 n1 50 nl 300 nl 1 ul
líquidos en:
Citowett DMSO 0 0 0 0
Folimat 1000 DMSO 0 34 0 100
Hostation DMSO 2 0 2 3
Perfekthion DMSO 0 1 0 0
Round up Etanol 0 0 0 1
P. García, A. Horvat y S. Marshall POTENCIALIDAD MUTAGENICA 35
TABLA II— Actividad mutagénica de los pesticidas en la cepa TA 100.
Pesticidas Solventes 0,1 ug 5 ug 30 ug 100 ug
sólidos
Agallol DMSO 28 20 19 Y
Aldrin DMSO 26 3 11 2
Aliette DMSO 0 23 0 3
Basamid DMSO 16 26 0 0
Bayleton DMSO 1 0 8 0
Benlate DMSO 0 21 0 0
Captan 80 DMSO 32 5 199 1289
Furadan DMSO 0 15 4 17
Lindano DMSO 13 19 14 24
Moresthan DMSO 20 17 10 18
Peropal Etanol 34 30 0 10
Thidan 50 DMSO 13 17 25 10
Topsoil DMSO 26 13 17 12)
Ustinex KR DMSO 0 29 10 10
Ustinex 80 DMSO 25 9 6 21
Pesticidas Diluidos 1 n1 50 n1 300 nl 1 n1
líquidos en:
Citowett DMSO 44 49 10 42
Folimat 1000 DMSO 35 26 15 26
Hostation DMSO 15 4 18 3
Perfekthion DMSO 3 5 4 4
Round up Etanol 13 23 1 0
REFERENCIAS
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Valparaiso, Chile 37
BALANCE HIDRICO DEL SEMIPARASITO TRISTERIX TETRANDUS
(R. et P.) MARTIUS
JOSE MARTINEZ * y BEATRIZ PALMA **
ABSTRACT: Pre-dawn and midday xylem water potentials, were measured in small branches
from a semiparasite Tristerix tetrandus (R. et P.) Martius growing upon two drought deciduos
species, Talguenea quinquenervia (Gill et Hook) Johnst and Trevoa trinervis Miers and a semide-
ciduos species Colliguaya odorifera Mol. belonging to the mid-elevation matorral of the coastal
ranges of Central Chile. Lower water potentials were measured in the semiparasite than the
host species along the growing period and they were positively correlated. These values ranged
from —S5 to —60 bars. Differences between the water potential of the host and the semi-
parasite depended of the species that was parasited. Anatomy and morphology of leaf probably
favour the water control without affecting carbon assimilation.
1. Denominación de acuerdo a la nomenclatura utilizada por Muñoz (1959) y Hoffmann (1982).
La familia Loranthaceae en Chile, está representada por tres géneros
(Tainter y French 1971 a) conocidos como quintrales; uno de ellos, Tristerix,
es el más ampliamente distribuido en la zona Central de Chile, así como es
también aquel que se encuentra en un mayor número de hospedantes (Tain-
ter y French 1971 b).
Horvat (1954) realiza estudios preliminares sobre la biología de Triste-
rix tetrandus; sin embargo, aún se desconocen los aspectos fisiológicos que
permitan comprender la relación de dependencia entre el hospedante y el
semiparásito.
T. tetrandus (1) se desarrolla sobre varias especies leñosas nativas que
crecen en habitats xéricos formando parte del matorral de media altura de
la Cordillera de la Costa (Martínez 1981), por lo que están sometidas a pe-
ríodos estacionales de déficit hídricos, característicos del clima mediterráneo
(Aschmann 1973; Fuenzalida 1950; Di Castri, 1968; Hajek y Di Castri
1975; Miller et al 1977); llegando muchas veces a constituir una plaga, ya
sea en plantas nativas o introducidas.
El objetivo del presente trabajo es determinar los potenciales hídricos
del hospedante y del semiparásito, establecer las variaciones estacionales de
estos valores en ambos componentes de la asociación, y buscar una posible
explicación del control hídrico de Tristerix tetrandus a través del análisis de
la estructura foliar.
MATERIALES Y METODOS
De las especies parasitadas por T. tetrandus (Tabla 1) se eligieron
ejemplares de:
Colliguaya odorifera Mol., especie esclerófila semidecidua y Trevoa
* Departamento Biología. Academia Superior de Ciencias Pedagógicas de Santiago, Casilla 147,
Santiago.
** Lab. de Botánica, Instituto de Biología, Universidad Católica de Valparaíso, Casilla 4059,
Valparaíso.
38 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
trinervis Miers y Talguenea quinquenervia (Gill. et Hook), ambas especies
deciduas de verano (Armesto y Martínez 1978). El período de estudio se
extendió entre Julio de 1981 y Enero de 1982 en el Fdo. Santa Laura Til-
Til (33 05” S y 70 55' W), aproximadamente a 60 Km. al NNW de San-
tiago.
El análisis histológico se realizó en cortes transversales hechos a mano
alzada en el limbo foliar. Las observaciones y mediciones se efectuaron en
un microscopio Leitz Laborlux. Las determinaciones del potencial hídrico se
efectuaron mediante una cámara de presión (PMS, Model 600 Instrument Co.
Corvallis Oregon) de acuerdo al método propuesto por Scholander et al
(1965) y Waring and Clary (1967). Con este instrumento es posible deter-
minar potenciales hídricos tan bajos como —60 bares.
Mediciones del potencial hídrico del xilema se realizaron mensualmente
a lo largo de la estación de crecimiento. En cada período de mediciones se
determinó el potencial hídrico de prealba y de mediodía, utilizando, a lo me-
nos, tres ramillas del hospedante y tres del parásito. Los valores obteni-
dos se expresan en bares y representan el promedio de cada medición. Las
determinaciones de pre-alba permitieron estimar la capacidad que las especies
tienen para recuperar la pérdida de agua diaria, mientras que las realizadas
al mediodía, indican el máximo déficit hídrico alcanzado a mivel xilemático
durante el período de mayor demanda evaporativa de la atmósfera.
RESULTADOS Y DISCUSIONES
Los valores de potencial hídrico de ambas especies involucradas en la
asociación hospedante-semiparásito muestran una correlación positiva (Fig.
1 ) (Miller et al 1977). La disminución paulatina del suministro de agua
en el suelo con el advenimiento del período de sequía que alcanza su máxi-
mo en pleno verano, se ve reflejado en los respectivos potenciales hídricos,
manifestándose ésta, en un incremento de la tensión del agua en el xilema
(Fig. 2).
Los valores estacionales del potencial hídrico de recuperación, mostraron
una conducta diferente en el balance hídrico del semiparásito cuando éste se
presentaba sobre especies deciduas de verano o semideciduas. La diferencia
de potenciales hídricos medida entre el quintral y el hospedante de tipo
deciduo, es mayor que aquella determinada para la planta semidecidua du-
rante el período de sequía (ver Fig. 2, mes de Enero). Esta marcada dismi-
nución de la capacidad para recuperar agua perdida por transpiración por
parte del quintral, coincide con la caída del follaje de las especies deciduas
de verano y hace pensar en lo demostrado por Martínez (1981) en relación
a la existencia de una disminución brusca del potencial hídrico en las
especies deciduas de verano al inicio del período de escasez del recurso
hídrico.
Los bajos potenciales hídricos medidos en pre-alba en el semiparásito,
probablemente se expliquen por la persistencia de su follaje siempre verde
y por el marcado déficit hídrico alcanzado por la planta huésped.
Por otra parte, la diferencia entre los valores de potencial hídrico pre-
. Martínez y B. Palma TRISTERIX TETRANDUS 39
7 E 52
A Ttrinervis = T.tetrondus . | c tae RATOS pe
. .
:
:40 y =112+07x . 700 AAN
.
r= 093 ) rz 096
W Huésped (Bares)
Y Quintral (Bares)
-50
Tquinquenervio - T,tetrandus
-L0 y: -199-09x
r= 0.95
...
-20
-10 -20 -30 -40 -50 -60
Fig. 1. Correlación entre el potencial hídrico del hospedante y el potencial hídrico
del semiparásito. Los puntos representan valores obtenidos durante todo el «período
de mediciones. A) T. trinervis vs. T. tettandus. B) T. quinquenervia vs. T. tetrandas.
C) C. odorifera vs. T. tetrandus
-30
El T.telrandus - T.trinervis
EM T.tetrandus - T.quinquenervia
-20 T.tetrandus - C.odorifera
AY PRE-ALBA (BARES)
3
JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE ENERO
Fig. 2. Diferencias estacionales del potencial hídrico de recuperación (pre-alba) entre
el quintral y el hospedante.
40 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
alba es generalmente menor para la especie decidua y su parásito durante
el período de crecimiento. Este comportamiento diferencial, puede ser ads-
crito a los diferentes sistemas radicales exhibidos por las plantas huéspedes,
ya que, las deciduas de verano presentan sistemas radicales superficiales;
mientras que la semidecidua estudiada posee un sistema radical dual, es
decir, con raíces superficiales y también profundas (Gilberto y Estay 1978;
Hoffmann y Kummerow 1978), lo que le confiere una mayor eficiencia en
la captación de agua.
Considerando que las especies hospedantes reportadas muestran mecanis-
mos adaptativos diferentes para sobreponerse a la sequía estacional (Martí-
nez 1981), se observa, que el quintral crece con frecuencia sólo sobre aque-
llas especies que por su arquitectura favorecen la exposición del follaje
bien desarrollado del semiparásito a la radiación solar; lo que le permite una
buena autonomía en el metabolismo asimilatorio del CO2, restringiendo su
dependencia al hospedante sólo al suministro hídrico.
Los valores de potencial hídrico del xilema del semiparásito, fueron
siempre menores que aquellos medidos en las especies hospedantes (Fig. 3).
Los déficits hídricos máximos, determinados al mediodía, fueron más eleya-
dos para los quintrales que crecían en especies deciduas de verano, alcanzando
hasta valores de —60 bares, en el mes de Enero, en relación a aquellos que
lo hacían sobre la especie semidecidua cuyos valores fueron aproximada-
mente de —40 bares.
-60
T,tetrandus dd -50
'
un
o
T. tetrandus
AS=--b
Ar
* Ttrinervis
POTENCIAL HIDRICO MAXIMO (BARES)
S
Fig. 3. Variación estacional del potencial hídrico medido al mediodía en el semi-
parásito y en el hospedante.
J. Martínez y B. Palma TRISTERIX TETRANDUS á41
Fig. 4. Anatomía foliar de T. tetrándes. A) Corte transversal de hoja, 120 x; B) Epi-
dermis inferior mostrando estomas de tipo paracítico; C) Corte transversal mostrando
detalles de epidermis inferior, tejido de empalizada y parénquima esponjoso. e.s., epi-
dermis superior; e.i., epidermis inferior; m, mesófilo; p.e., parénquima en empalizada;
e, estomas; c, cutícula.
Estos valores de potencial hídrico, nos llevan a indagar sobre la anato-
mía foliar propia de T. tetrandus, cuyas hojas glabras y anfiestomáticas que
presentan un número reducido de estomas por área foliar, en relación a otras
especies del matorral (Giliberto 1971; Montenegro et al. 1980; ¡Montene-
gro et. al 1981) (Tabla 2) se caracterizan por poseer una cutícula en la
epidermis superior más gruesa que aquella encontrada en la epidermis infe-
rior, junto a un abundante parénquima reservante con escasos espacios inter-
celulares (Fig. 4). Todas estas particularidades anatómicas podrían explicar
la adaptación de T. tetrandus como una forma de vida semiparásita en una
gran variedad de hospedantes, ya que, sus características le confieren la posi-
bilidad de un control hídrico eficiente independiente del tipo de hospedante
que parasite.
CONCLUSIONES
—Las mediciones de potencial hídrico realizadas in sitw en plantas de Tris-
terix tetrandus que crecen sobre especies deciduas de verano y semideci-
42 ANALES DEL MUSEO :DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
duas, muestran una alta dependencia del suministro hídrico desde el hués-
ped, de allí que las variaciones estacionales de los potenciales hídricos
del huésped afectan al semiparásito. En términos generales se observó valo-
res de potencial hídrico más .negativos en el semiparásito que en las especies
hospedantes.
—Respecto a las hospedantes, las especies deciduas de verano causan al
semiparásito un «déficit-hídrico mayor durante el período de sequía que
las especies semideciduas.
—El análisis foliar de T. tetrandus indica la existencia de hojas anfiesto-
máticas con un mesófilo equilateral y con una densidad estomática baja.
Dichas características junto con el ángulo de inserción foliar, representarían
adaptaciones tendientes a evitar la pérdida transpiratoria excesiva y posi-
blemente a favorecer la asimilación del CO?.
TABLA N* 1.— Lista de especies parasitadas por Tristerix tetrandus en Chile Central.
BRE CIEBIS
NATIVAS:
Maytensus boaria Mol.
Baccharis limearis (R. et Pav.) Pers.
Baccharis concava Pers.
Podanthus mitiqus Lindl.
Aristotelia chilensís-(Mol.)- Stuntz
Escallonia pulverulenta (R. et Pav.) Pers.
Colliguaya odorifera Mol.
Azara borealis EF. Phil.
Talguenea quinquenervia (Gill et Hook) Johnst.
Trevoa trinervis Miers.
Kageneckia oblonga R. et Pav.
Salim chilensis Mol.
INTRODUCIDAS:
Olea ewropea L.
Prunus persica (L.) Batsch.
Prunus amygdalus Batsch
Populus nigra L.
Populus tremila L.
TABLA N?* 2.— Características foliares de Tristerix tetrandus1
N?* de estomas por cm2
AE CS <A A EA 5.400
AAA AS E E TA 7.500
Grosor cuticular (y)
EPIdEriSISUpEriOL marnan ia ORAL E iS
EAS Ie a los 786 + 133
Grosor del parénquima (y) a
A O a 76.38 + 6.70
A A 79.04 + 950
O a 3270 0050
A O NA 0,13
1. mediciones realizadas en 20 hojas diferentes provenientes de distintos individuos.
+ una desviación standard.
J. Martínez y B. Palma TRISTERIX TETRANDUS 43
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Valparaiso; Chile ' ; 1d NA 245
ESTRUCTURA Y DISTRIBUCION, DURANTE UN PERIODO OTOÑAL,
DEL ZOOPLANCTON EN EL EMBALSE RAPEL *
LUIS R. ZUÑIGA y JENNY ARAYA *»
E > >
ABSTRACT: The Rapel reservoir zooplanktonic community structure and distribution has
een studied during two months (May and June 1981), showing spatial and temporal dissimila-
ritics in organization and structural composition. The pattern of spatial distribution, in vertical
sense is at random while in horizontal sense is of contagious distribution; probably this last one
is derived from environmental differences between the studied reservoir areas.
La estructura taxocenótica puede describirse en términos de la composi-
ción, distribución y abundancia de las especies componentes, de la utilización
de recursos y de los patrones de interacción entre ellas (Diamond 1975). Lo
anterior puede significar, en un área definida, una segregación de las espe-
cies, acentuada por la heterogeneidad que el ambiente presenta. El zooplanc-
ton lacustre no es ajeno a esto, lo que está facilitado debido a que las sepa-
raciones temporales interactúan con las migraciones verticales diarias (Lewis
1980), fenómeno que ha sido estudiado con relativa frecuencia (Miracle
1976, Ringelberg 1980, Ruttner 1963).
Hutchinson (1967) plantea modelos de mosaico horizontal en la parti-
ción del espacio, cuyas causas pueden buscarse en diferencias de las condi-
ciones ambientales entre distintas zonas de un lago, provocadas por agentes
externos como ser la entrada de un río, que puede influir por su caudal,
calid:d de sus aguas y arrastre de sedimentos.
Los embalses, considerados como lagos artificiales, presentan acentuadas
estas condiciones de heterogeneidad horizontal, resultante de la acción de
afluentes y de la extracción periódica de sus aguas, que influye en el volu-
men contenido y en la extensión del área superficial, que fluctúan en rela-
ción a esta extracción. Rapel no escapa a estas condiciones, las cuales se
favorecen al recibir ríos de distinto caudal y calidad de aguas, habiéndose
comprobado un diferente comportamiento tanto de las condiciones ambien-
tales como del fitoplancton en distintas zonas del lago ('Cabrera et al. 1977,
Vila y Zúñiga 1980).
Las consideraciones anteriores permiten postular que la taxocenosis z00-
planctónica del embalse Rapel estaría afectada por estos cambios ambientales,
cuyo efecto provocaría una diferenciación en su estructura y en la distribu-
ción espacial de las especies componentes a través del embalse. En base a
este postulado, se diseñó el presente estudio, cuyos objetivos son: definir
la composición de especies al iniciarse el período de lluvias, describir el
efecto del cambio de las condiciones ambientales sobre la estructura comu-
nitaria y estimar la utilización del espacio.
* Trabajo financiado parcialmente por proyecto DGlI-003-54-80 de la Universidad Católica de
Valparaíso y enmarcado dentro del proyecto 5 de Programa MAB-UNESCO, Chile.
** Instituto de Biología, Sección Ecología. Universidad Católica de Valparaíso, Casilla 4059,
Valparaíso, Chile.
46 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
MATERIALES Y METODOS
El estudio se realizó-sobre muestras tomadas en el embalse Rapel en
los meses de Mayo y Junio de 1981. Este embalse ocupa parte de la cuenca
del río Rapel (34%10'S; 79220'W), a 140 km al SW de Santiago en la VI
Región. Cuenta con el aporte de agua de los ríos Cachapoal y Tinguiririca
y de los esteros Alhué y Quilicura. Su forma es dendrítica semejando una Y,
con una longitud de 45 km, un ancho medio de 3.14 km y un volumen de
0.832 km3 (Cabrera et al. 1977).
Se escogieron seis estaciones de muestreos del modelo de Cabrera et al.
(1977), ubicándose de a pares en cada una de las tres áreas naturales del
lago (Fig. 1); las estaciones 1 y 11 se ubican en la zona más profunda y
angosta; IV y V se encuentran en aquella formada por la confluencia de
los ríos y constituye la parte: más ancha del embalse extendiéndose por 20
km; finalmente las estaciones: VMI y IX en una zona poco profunda que
recibe las aguas de los esteros: antes mencionados.
Las muestras de zooplancton se tomaron mediante un muestreador tipo
Schindler (1969), cada dos=metros de profundidad, hasta un metro sobre
el fondo, exceptuando la estación Íl en que a partir de los diez metros se
tomaron en intervalos de diez, hasta los 30 m. Las muestras se fijaron en
terreno con formalina al 5%6*y los recuentos se hicieron bajo microscopio
estereoscópico, tomando alícuotas de 1, 2 Ó 5cc para aquellas muestras de
mayor densidad de individuos .y conteos totales para las de menor abundan-
cia. La densidad se expresa en número de individuos por metro cúbico.
Los índices utilizados para el análisis de la estructura comunitaria y de
la distribución espacial de las especies, son los siguientes: constancia espacial
y dominancia numérica (Bodenheimer 1955), diversidad de especies (Shan-
non y Weaver 1964), índice*de similitud taxonómica de Jaccard (Carbonnel
1973), índice de sobreposición-de Horn (1966) y test de Kiruskall-Wallis
(Elliott 1971).
RESULTADOS Y DISCUSION
El embalse Rapel durante los meses de estudio presenta una condición
de isotermia en las diferentes zonas, aunque existen diferencias térmicas
entre ellas (Tabla 1), siendo la zona influenciada por los ríos Tinguiririca y
Cachapoal la más fría. Asimismo es la que presenta mayor cantidad de
sedimentos, con un contenido extremadamente alto en Junio, luego de un
intenso período de lluvias, que se manifiesta en una medición de Secchi
muy baja para este mes (Cabrera et al. 1977).
TABLA 1. Temperaturas medias, en grados Celsius, por estación durante el período
- Mayo-Junio en Rapel,
Ir 100 IV vV VII IX
MAYO 17.14 16.44 15.68 16.15 16.97 16.45
+0.60 . +0.52 +063 +147 +0.06 -+0.07
JUNIO 1178 ES6 11.24 11.40 12.00 11.65
+0.12:. +042 +040 +0.00 +0.00 -+0.07
L. R. Zúñiga y J. M. Araya ZOOPLANCTON EN EL EMBALSE RAPEL 1:47
MAYO JUNIO MAYO JUNIO
Sig, Mv mo Y mx CIN II A IT A II
H E ml a
58 os
e 04
02
0.2 lO)
Fig. 2 00 Fig. 3
00
Fig. 1. Embalse Rapel, situación de las estaciones de muestreo (tomado de
Cabrera et al. 1977).
Fig. 2. Dendrogramas de afinidad taxonómica mensual entre estaciones.
Fig. 3. Dendrogramas de afinidad biocenótica mensual entre estaciones.
£OPECODA
MAYO JUNIO
D.diabolicus
Estaciones
vil IX
Prof. O
[m)
Fig. 4. Isopletas de densidad de las especies de Copepoda (log no. indiv/m3).
48 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
Il. Estructura Comunitaria
La comunidad zooplanctónica del embalse Rapel, durante el período de
estudio, está estructurada por un total de veintiséis especies, de las cuales
tres corresponden a Copepoda, siete a Cladocera y dieciséis a Rotifera (Ta-
bla 2). Entre un mes y otro se presentan variaciones en la estructura, tanto
en el número de especies presentes como en la densidad de ellas. Así en
TABLA II. Registro taxonómico y abundancia mensual de las especies
zooplanctónicas del embalse Rapel.
N? indiv./m3
I COPEPODA MAYO JUNIO
CALANOIDA Fam. DIAPTOMIDAE
1 Diaptomus diabolicus Brehm. 1935 22377 11782
CYCLOPOIDA Fam. CYCLOPIDAE
2 Mesocyclops longisetus (Kiefer. 1929) 33 =
3 Mertacyclops mendocinus (Wierzejski. 1892) 1704 9621
Il CLADOCERA
Fam. SIDIDAE
4 Diaphanosoma chilensis (Daday. 1902) 11938 1596
Fam. DAPHNIDAE
5 Daphne ambigua Scourfield. 1947 1076 —
6 Ceriodaphnia dubia Richard. 1894 249671 26530
Fam. MOIÍNIDAE
7 Moma micrura (Kurz. 1874) 731 33
- Fam. BOSMINIDAE
8 'Eubosmina hagmarni (Stingelin. 1904) 1176371 418941
Fam. CHYDORIDAE
9 Alona pulchella King. 1853 1341 —
10 Chydoruws sphaericus (O. F. Miller. 1785) 327 —
III ROTIFERA
Clase DIOGONONTA (BDELLOIDEA)
Fam. PHILODINIDAE
11 Didymodactylus sp. 1995 —
Clase MONOGONONTA
Fand. BRACHIONIDAE
12 Eprphanes macrourus (Daday. 1894) 136162 22821
13 B. angularis (Gosse. 1851) 1131 —
14 B. calyciflorus (Pallas. 1766) 365745 200494
15 B. caudatus (Barrois. 1894) 32051 1365
16 B. havandensós (Rousselet. 1911) 16282 —
17 Keratella cochlearis (Gosse. 1851) 128286 120176
18 K. valga (Ehrenberg. 1834) 9450 194120
19 Euchlanis dilatata (Ehrenberg. 1832) 1861 166
20 Trichotria pocillim (Miller. 1776) 99 —=
21 Lepadella ovadis=(Miúller. 1768) 132 —
Fam. TESTUDINELLIDAE
22 Testudimella patina: (Hermann. 1783) 132 —
23 Pompholix complanata (Gosse. 1851) 203351 124649
24 P. sulcata (Hudson. 1885) =— 33663
25 Filinia longíseta . (Ehrenberg. 1834) 24111 3728
Fam. CONOCHILIDAE
26 Conochilus unicornis (Rousselet. 1892) 3332 33
L. R. Zúñiga y J. M. Araya ZOOPLANCTON EN EL EMBALSE RAPEL 49
el mes de Mayo la taxocenosis se caracteriza por la presencia de tres espe-
cies de Copepoda, a las que corresponde el 1.01% de los individuos, siete
especies de Cladocera con el 60.32% y quince especies de Rotifera con el
38.67% restante. En Junio, es importante destacar la disminución del número
de especies y también la variación en la participación de cada grupo; Cope-
poda tiene dos especies con un 1.83% de los individuos, Cladocera repre-
senta un 38.22% con cuatro especies y Rotifera disminuye a sólo diez espe-
cies, pero pasa a ser el grupo de mayor importancia con un 59.95% de los
individuos.
Considerando la importancia de las especies, bajo un criterio de cons-
tancia y dominancia, se puede establecer una jerarquización de ellas (tabla
3). En Mayo se dan tres categorías de especies: predominantes (Ctes-Dom),
escasas (Ctes-Acci y Acce-Acci) y raras (Acci-Acci). Esta jerarquización va-
ría en el mes de Junio, destacando que, si bien, las especies predominantes
conservan su proporción, 25%, en la comunidad, el número de ellas dismi-
nuye debido a que C. dubia y E. macrourus cambian hacia otra categoría. Las
especies escasas, experimentan una baja en proporción y número, producto
de la desaparición de nueve especies y del cambio a la jerarquía de raras de
M. micrura, E. dilatata y C. unicornis, las cuales reemplazan a M. longisetus
y Ch. sphaericus, en esta categoría. Se establecen además dos nuevas jerar-
quías, dominante (Ácce-Dom) al aumentar su incidencia numérica K. valga
y secundaria (Acci-Acce) al aparecer durante Junio P. sulcata.
De esta manera, se puede estimar que la comunidad está conformada
por un múmero relativamente reducido de especies realmente importantes
y un alto número de especies de incidencia menos relevantes, siendo estas
últimas altamente variables lo que hace suponer una comunidad con un
grado de complejidad estructural cambiante.
Considerando la diversidad de especies como un indicador del grado de
complejidad estructural de la taxocenosis, los valores medios de esta, 2.52 +
0.51 para Mayo y 1.98+ 0.67 para Junio, muestran una alteración para el
último mes, reflejada tanto en la caída del valor medio, como en la más
amplia oscilación de los valores de diversidad. Esta alteración estructural
para el mes de Junio se puede deber al menor número de especies (tabla 2),
cuya reducción es del orden del 36% con respecto al mes anterior, por esta
razón podría esperarse que la diversidad disminuyera en un mayor grado
aún, aparentemente esto no se produce debido a que en este mes existe una
mayor proporcionalidad en la distribución de los individuos entre las especies
componentes.
Los valores de las desviaciones standard de las estimaciones de la
diversidad media, insinúan una conformación estructural heterogénea de la
comunidad zooplanctónica en el embalse. Esto plantea el problema de si
esta heterogeneidad es aleatoria o si ocurre definiendo zonas dentro de la
masa de agua. Con el fin de visualizar esta situación, se utilizaron dos índices
de similitud aplicados a definir la afinidad entre las estaciones; uno, Jaccard
(Si), mide el grado de similaridad taxonómica y el segundo, Horn (Ro),
el de afinidad biocenótica.
Los resultados expresados en la figura 2a y b muestran para Mayo una
Constancia
Dominancia
TABLA 3. Dominancia y constancia espacial de las especies del zooplancton.
MAYO
CONSTANTE ACCESORIA ACCIDENTAL
| C. dubia |
DOMINANTE | E. hagmanni
E. macrourus
B. calyciflorus
K. cocblearis
| P. complanata |
ACCESORIA | |
D. diabolicus B. candatus | D. ambigua | M. longisetus
ACCIDENTAL | M. mendocinus K. valga B. angularis Ch. sphaericus
| D. chilensis E. dilatata B. havanaensis |
M. micrura F. longiseta T. pocillum |
A. pulchella C. unicornis | L. ovalis |
| Didymodactylus sp. | T. patina |
JUNIO
| E. hagmanni | K. valga
B. calyciflorus
K. cocblearis
P. complanata |
| sli | P. sulcata
D. diabolicus D. chilensis | M. micrura
M. mendocinus (E B. caudatus | E. dilatata
C. dubia F. longiseta | C. unicornis
E. macrourus | |
CONSTANCIA DOMINANCIA
O — 25% Accidental 0 = 2.5% Accidental
25 — 50% Accesoria 25 — 5.0% Accesoria
50 — 100% Constante 5.0 — 100 % Dominante
IVYUNLVN VINOLSIH 34d OISMAN TIA STIVNY 0S
“ST “I9A
7861
L. R. Zúñiga y J. M. Araya ZOOPLANCTON EN EL EMBALSE RAPEL 51
composición de especies bastante homogénea en el espacio, aunque se esboza
un grupo conformado por las estaciones II, III y VIII y otro entre la IV y
V. En Junio, se presentan desapariciones de especies lo que se refleja en
una mayor heterogeneidad del grado de afinidad y aunque se conserva
el núcleo constituido por las estaciones II, 11 y VIII, las tres restantes se
hacen más disímiles probablemente debido al cambio del número de especies.
La estimación del grado de similitud taxonómica, insinúa una diferen-
ciación de los elementos estructurales de la taxocenosis en el espacio. Sin
embargo, al aplicar el índice de similitud biocenótica de Horn (1966) (fig.
3a y b), los valores reflejan una organización estructural similar a través
de las estaciones, que puede deberse a distribuciones proporcionales de indi-
viduos entre las diferentes estaciones. No obstante, en Mayo se aprecia una
tendencia a la separación de las estaciones 11 y V; en Junio tienden a sepa-
rarse V y IX, las cuales experimentan con mayor fuerza las crecidas de
los ríos producidas en este mes.
M. Distribución espacial de las especies
La similitud taxonómica que esboza una zonación entre las estaciones
del embalse, la cual se manifiesta débilmente a través de la similitud bio-
cenótica, permite sustentar la idea de una desigual distribución de las especies.
Observando las figuras 4, 5, 6 y 7 se aprecia que la mayor parte de las
especies se manifiestan formando núcleos de densidades en distintos sectores
del lago, e incluso algunos de estos no son ocupados por algunas de ellas,
lo que estaría demostrando una desigual utilización del espacio. Por otra parte,
esta parece ser cambiante en el tiempo y dependiente de factores ambientales
que sufren alteraciones fuertes, como es la cantidad de sedimentos que los
ríos arrastran hacia el embalse. Así, comparando los dos meses muestreados
se aprecia que gran parte de las especies sufren este impacto, unas desapa-
reciendo en el mes de Junio y otras alterando su distribución, destacando
por la fuerza de esta acción las estaciones IV y V.
Tipo de distribución espacial.
Las distribuciones de las especies en el espacio esbozan una tendencia
a la agregación, no obstante en algunas de ellas este modelo no es absolu-
tamente evidente. Debido a esto, con el fin de estimar con mayor objetividad
el modelo de distribución, se realizó un análisis estadístico por especie, en
los dos meses y en dos sentidos: uno vertical en base a la distribución en
cada profundidad (hasta 8 metros) y otro horizontal considerando toda la
columna de agua de cada estación.
La relación entre la varianza (s?) y media muestreal (X), así como el
test de X2 para muestras pequeñas a un nivel de significancia del 5%
(Elliott 1973) indicaban una distribución de tipo contagio para todas las
especies; sin embargo, estos resultados no pueden considerarse concluyentes
por la fuerte influencia del número de unidades muestreales y el número de
individuos presentes en cada muestra.
52 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
CLADOCERA
MAYO JUNIO
Dehilense
estaciones
va IX
(m)
Fig. 5. Isopletas de densidad de las especies de Cladocera (log no. indiv/m3).
L, R. Zúñiga y J. M. Araya ZOOPLANCTON EN EL EMBALSE RAPEL 53
Por estas razones y considerando que los test no-paramétricos son par-
ticularmente aconsejables de aplicar a muestras provenientes de distribucio-
nes contagiosas (Elliot 1973), se aplicó el test de Kruskall-Wallis de una
vía por rango, teniendo como hipótesis nula (Ho) que todas las muestran
provienen de una misma población. Los resultados señalan que para ambos
meses no existe una diferencia significativa en la distribución de las especies
en el sentido vertical (Tabla 4), insinuando que en profundidad tienden a
distribuirse al azar; las causas probablemente se deban a una baja variabili-
dad ambiental en este sentido, lo cual está reflejado en las condiciones de
isotermia vertical en el embalse (Tabla 1).
En el sentido. trorizontal, la respuesta de distribución de las especies
es diferente; entre las estaciones el 55% y el 75% de ellas rechazan la hipó-
tesis nula, para Mayo y Junio, respectivamente, (tabla 4), insinuando una
clara tendencia de distribución tipo contagio o en mosaico. La causal de
esta distribución estaría explicada por las diferencias ambientales entre las
distintas zonas del embalse, denotaba también en la diferenciación térmica
(Tabla 1) y en los resultados aportados por Cabrera et al. (1977).
TABLA 4. Test de Kruskall-Wallis por especie.
Entre profundidades Entre estaciones
MAYO JUNIO MAYO JUNIO
sp. K K K K
1 12.87 3.46 3.80 16.05
3 4.95 2.54 7.70 5.18
4 2.99 5.48 14.55 2.51
6 2.72 DL 17.09 29.64
8 4.18 195 22.50 28.59
9 5.47 — 2.87 =
11 4.88 — 1.96 —
12 3.12 5.86 21.16 16.11
13 1.02 — 2.20 =
14 1.68 1.64 22.25 22.73
15 5.30 — 22.27 —
16 1.91 — 11.80 —
17 8.39 2 13.88 16.11
18 9:37 2.74 4.38 18.97
19 4.68 — 7.14 =
23 5.20 1.62 21.16 19.98
24 — 1.62 -— 14.05
25 1.82 2.80 11.31 4.26
26 11.47 — 2.24 =
Valor crítico de X? (P<0.05); Valor crítico de X? (P<0.05);
7 8. 1: 14.07 5 g.L: 11.07
54
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL ' Vol. 15, 1982
ROTIFERA
HAYO JUNIO
Didymodactylus sp.
proto. 111 1V v yy estaciones
(m)
Acoudatus
Fig. 6. Isopletas de densidad de las especies de Rotifera (log. no. indiv/m3).
L. R. Zúñiga y J. M. Araya ZOOPLANCTON EN EL EMBALSE RAPEL 55
ROTIFERA
MAYO JUNIO
K.cochlearis
estaciones
a to LEA A
Psulcata
F longiseta
Fig. 7. Isopletas de densidad de las especies de Rotifera (log no. indiv/m3).
56 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL : Vol. 15, :1982
CONCLUSIONES
—La taxocenosis está conformada por tres especies. de Copepoda, siete
de Cladocera y dieciséis de Rotifera, de las cuales sólo C. dubia, E. hagmann:,
E. macrourus, B. calyciflorus, K. cochlearis y P. complanata son realmente
importantes numéricamente; el resto es de incidencia menos relevante y de
baja constancia espacial.
—Estructuralmente, tanto a nivel de especies componentes como de su
organización, la taxocenosis muestra diferencias en el espacio y en el tiempo.
La diferenciación espacial esboza zonas en el embalse, separándose las esta-
ciones cercanas a los ríos de las restantes.
—La ocupación del espacio por cada una de las especies componentes
de la taxocenosis sigue dos modelos diferentes: en el sentido vertical el
modelo corresponde a una distribución al azar, en cambio, en el sentido hori-
zontal es el de una distribución por contagio. Este último caso, probable-
mente, se deba a diferencias ambientales entre unas zonas y otras del embalse.
AGRADECIMIENTOS: Al Prof. José I. Sepúlveda por su asesoría estadística
y a la Prof. Irma Vila por las facilidades otorgadas durante el muestreo.
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Valparaiso, Chile 59
CURCULIONIDOS DEFOLIADORES DE PINUS RADIATA. ASPECTOS
BIOLOGICOS Y EVALUACION DEL DAÑO
FRANCISCO SAIZ y JAIME GOMA
ABSTRACT.— Over an annual cycle, the effect to two native curculionid beetles (Cypho-
metopus marmoratus, Geniocremnus chilensis) as defoliators of Pinus radiata was studied
The study was carried out on a 10 year old forest located on the coastal area of Central
Chile.
The following measurements were considered for the analysis: density variation of both
species; the characteristics and the evolution of the damage; the evolution of the spatial distri-
bution of both, the insect population and the damage. At the same time, some biological aspects
of the species were examined.
lh* main conclusions are: both species of insects get to the forest from the edges;
Cyphometopus marmoratus appears as a localyzed species, showing a limited expanding capacity,
whose population would be decreasing; Geniocremnus chilensis appears as an expanding species,
covering wide zones of the forest; the apparent effect of the damage is the desiccation of the
pine needie; damage has increased over one-ycar period, with a market preference for young pine
needles; both species tend to be found at the tip of branches; adults of both species emerge
during the fall; larval development occurs during the rest of the year; Geniocremnus chilensis
would be the species most likely to settle.
La reforestación masiva de un área con especies vegetales introducidas
plantea una nueva problemática ecológica a la fauna del lugar. Cambios en el
pH del suelo y en la naturaleza y densidad de la cubierta vegetal influyen,
directa o indirectamente, en la relación animal-planta, al establecerse nuevas
condiciones tróficas y de hábitat para la fauna preexistente. Esta, si logra adap-
tarse a las nuevas ofertas ecológicas, es seleccionada por la plantación intro-
ducida. En caso contrario, ve reducida su área de distribución a los remanen-
tes vegetacionsles autóctonos. (Sáiz y Salazar 1981, Sáiz y Jerardino 1983).
Situación como la expuesta se presenta en Chile con la introducción
de Pinus radiata D. Don (Pino insigne), del que existen, en la V Región,
23.350 Hás reforestadas con él. (Conaf 1983).
Prospecciones faunísticas realizadas en plantaciones de dicha región han
permitido dstectar la presencia de algunas especies de insectos en vías de
ostablecimiento en ellas, destacando la acción defoliadora de representantes
de los órdenos Colecptera y Lepidcptera (Sáiz y Daza 1980, Inf. Técnico
Conaf 1978), los que provocan una disminución del potencial productivo y
del valor comercial de los pinos.
De las especies defoliadoras detectadas hemos centrado nuestro interés
en dos de ellas, pertenecientes a la familia Curculionidae, por considerarlas
plagas potenciales, ya que si logran asentarse en las plantaciones de pinos
pueden ocasionar fuertes daños a ese sector forestal.
En relación a ellas se diseñó la presente investigación, de acuerdo a los
siguientes objetivos:
Sección Ecología, Universidad Católica de Valparaíso, Casilla 4059, Valparaiso, Chile.
:60 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
1.—Conocimiento de la fenología de la presencia de curculiónidos defolia-
dores adultos.
Evaluación de la evolución de la infestación por curculiónidos defoliía-
dores en función espacial.
3.—Evaluación del daño provocado en las acículas, en función de su evolu-
ción espacial y temporal.
4 —Conocimiento de antecedentes biológicos y ecológicos de las especies
consideradas.
2.
MATERIAL Y METODO
La investigación se realizó en un bosque de pinos de 10 años de edad
al inicio de ella, ubicado en el asentamiento “Mar del Pacífico”, aproxima-
damente a 30 Km al sur de Santo Domingo, en la V Región.
1L—Diseño muestral.
En él se establecieron dos parcelas de 63 x 63 metros (3.969 m2),
dispuestas en relación a la periferia del bosque, según se muestra en la Fig. 1.
La ubicación se hizo considerando los antecedentes existentes sobre presencia
de daño por curculiónidos, correspondiendo la parcela A, a daño evidente
en el momento de iniciar la investigación y la B, a ausencia aparente del
mismo. (Sáiz, Daza y Casanova 1981).
Para seguir la evolución del daño y de la presencia de curculiónidos
adultos se seleccionaron, en cada parcela, 49 árboles, eligiéndose en cada
uno de ellos cuatro ápices de ramas dispuestas según los puntos cardinales.
La individualización de los árboles, dada la uniformidad de la plantación
artificial, se hizo eligiendo uno de cada tres pinos, de manera de configurar
un cuadrado de 7 filas de 7 árboles cada una.
BORDE x
PARCELA PARCELA
BORDE Y 8 A
Fig. 1. Disposición de las parcelas de estudio en función de los bordes de la
plantación de pinos.
F. Sáiz y J. Goma CURCULIONIDOS DEFOLIADORES... 61
Las evaluaciones se realizaron aproximadamente cada 20 días, entre el
27 de Mayo de 1981 y el 21 de Septiembre de 1982, considerándose:
a) Número de curculiónidos por especie y rama.
b) Porcentaje de daño en las acículas.
c) Aspectos biológicos: presencia de cópula, postura, presencia de huevos y
de larvas, etc.
La evaluación del daño se hizo de acuerdo a la siguiente categorización:
Categoría Rango porcentual de daño
1 0 — 9.9%
2 10 — 39.9%
3 40 — 69.9%
4 70 — 100.0%
Para los cálculos de globalización de información, a nivel de árbol y de
filas de árboles o de parcelas, se procedió considerando los valores mínimos
de las categorías. Por lo tanto, los porcentajes expresados en los gráficos
corresponden a las resultantes de cálculos a ese nivel de valores.
En sectores distantes de las parcelas se capturaron ejemplares para su
determinación y para observaciones biológicas y de comportamiento en labo-
ratorío.
11.—Material biológico
Las especies estudiadas fueron determinadas por el Dr. Guillermo Kus-
Ea
Ed me ira ld 82
Fig.3
Fig. 2. Habitus general de Cyphometopus marmoratus (Blanch). Fig. 3. Habitus
general de Geniocremmus chilensis (Bohem.)
62 ANALES DEL MUSEO [DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
chel como Cyphometopus marmoratus (Blanchard 1851) (Fig. 2) y Genio-
cremnus chilensis (Boheman1842) (Fig. 3), pertenecientes al grupo de los
“gorgojos de rostro grueso”, conocido bajo el nombre de Adelognatha, sus
larvas son subterráneas y de vida libre, alimentándose de las raíces de los
árboles y arbustos autóctonos (Kuschel 1983, com. epistolar). Ambas especies
no tienen capacidad de vuelo,“siendo sus alas sólo esbozos y los élitros sol-
dados.
No se posee antecedentes sobre la acción de estas especies como defo-
liadoras de pino, salvo para C. marmoratus en la V y VI Región desde 1978,
correspondiendo el mayor número de observaciones a la plantación estudiada
por nosotros (Conaf 1978, 1982, 1983a; Bonne Maison 1964; Furniss y Ca-
rolin 1977; Ministry of Natural Resources 1979).
RESULTADOS Y DISCUSION
A. Condiciones climáticas
Las condiciones climáticas imperantes durante la investigación, se gra-
fican en la Fig. 4, con dates proporcionados por la estación meteorológica
de Santo Domingo. Ellas corresponden a un modelo de clima mediterráneo.
B. Fenología de curculiónidos adultos
De la evolución de la presencia de curculiónidos adultos en las parce-
las, analizadas en el tiempo (Fig. 6), se desprenden los siguientes hechos:
1.—Existe un buen encaje entre el modelo climático (pp. y temperatura,
Fig. 4) y el modelo-de densidades temporales, (Fig. 5) correspondiendo
el período de ausencia o de muy baja densidad a la época de transición
Primavera-Verano y el del máximo al paso de Otoño a Invierno.
2.—La distribución del total de los individuos de cada especie, considerados
períodos equivalentes de los dos años (¡Mayo a Octubre), muestran un
incremento de Geniocremnus chilensis, en 1982, del orden del 30% res-
pecto a la población detectada en 1981. Cyphometopus marmoratus, en
cambio, ve reducida su densidad en ese período de 1982 en un 63%
respecto a 1981. La relación C. marmoratus/G. chilensis es de 2.6 en
1981 y de 0.7 en 1982.
3.—La ausencia de C. marmoratus-en parcela B, en 1982, junto a su mínima
presencia en ella en 1981, permite utilizar a esta parcela como representa-
tiva de la acción de G. chilensis.
De acuerdo alo expuesto, se puede pensar en especics con diferentes
características de aclimatación a la plantación de pinos.
G. chilensis se presenta como .una especie que está incrementando su po-
blación, lo que puede ser indicio de un definido asentamiento in situ. En
cambio, C. marmoratus, al reducirse su población, sería una especie que no
logra asentarse.
F. Sáiz y J. Goma CURCULIONIDOS DEFOLIADORES... 63
C. Distribución temporal del uso del espacio
Para la obtención de un mejor análisis sobre el grado de adaptación
de las especies al nuevo medio (plantaciones de pinos) se evaluó su expan-
sividad, de manera que, si se conjuga un incremento de la densidad con un
incremento del área ocupada, se estaría frente a una especie colonizadora en
vías de asentamiento.
En el presente estudio, C. marmoratus, junto con no presentar un au-
mento de su densidad (Fig. 5), prácticamente no incrementa su área de pre-
Figs STO DOMINGO
501] PP
200
100
40
20
A A E
1981 |1982
Fig.5
— C marmoratus
PARCELA A “"-:G chilensis
40
No PARCELA B
indiv
20
1981! 1982
Fig. 4. Condiciones climáticas generales imperantes durante la investigación. Fig. 5. Dis-
tribución de la densidad de curculiónidos según parcela y tiempo.
64: ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
sencia (Cuadro 1). Esto nos lleva a calificarla como especie no expansiva lo-
calizada y en vías de desaparición de la plantación de pinos. Por otra parte,
G. chilensis, muestra un fuerte incremento poblacional (Fig. 5) y aumenta
su área de distribución en un 95%, calificándosela por lo tanto, como una
especie expansiva (Cuadro 1).
La distribución del espacio ocupado por cada especie en las parcelas se
puede observar en la Fig. 6, en que se grafica el % del total de curculióni-
dos colectados, por grupos de filas de pinos, según los bordes de la plan-
tacon
Queda en evidencia la posición localizada y cercana a la periferia de
C. marmoratus y la amplia dispersión de G. chilensis. Para C. marmoratus
no se grafica su presencia en la parcela B, dada su mínima densidad. Su
posición respecto al borde Y no se grafica ya que incide en la localización
en las mismas bandas periféricas.
Finalmente, partiendo de la premisa que el ingreso de los curculiónidos
se hace desde el exterior de la plantación, se analizó su posición en las ramas
de los pinos (Cuadro 2). Se observa que ambas especies presontan una ten-
dencia a las posiciones Norte y Este, relacionadas con los bordes del bosque.
Cuadro 1.— Area cubierta (pinos infestados) por los curculiónidos defoliadores,
1981 - 1982.
Cyphometopus Gentocremnts
marmoratus chilensis
Pinos “Tasas de Pinos Tasas de
infestados infestación infestados infestación
Total 1981 16 16,3 19 19,4
Total 1982 16 16,3 37 37,8
Diferencia 1981-1982 0 18
Nuevos pinos 1982 2 2,0 Z3 20
Total 1981 + 1982 18 18,4 44 46,4
Nota: las tasas de infestación se refieren al total de pinos observados en las dos
parcelas (98).
Cuadro 2.— Prueba de Kolmogorov - Smirnov para la distribución de los
curculiónidos según disposición de ápices:
(puntos cardinales)
D Significa-
. ción
Norte Este Sur Oeste observado p=0.01
Cyphometopus
marmoratus 57 38 25 25 0.155 Si
Geniocremnus
chilensis 40 E 25 27 0.084 No
Esta tendencia es más definidawen.C. marmoratus, para quien la distri-
bución observada, .dé Orientación de' su” presencia en. ápices respecto a la
uniforme, es significativameitte” diferente, según tést de Kolmogorov - Smir-
nov para p = 0.01, corroborando de paso la idea de especie muy localizada y de
vagilidad escasa: |
F. Sáiz y J. Goma CURCULIONIDOS DEFOLIADORES... 65
No ocurre lo mismo con G. chilensis, para quien no existe diferencia
significativa entre la distribución observada y la uniforme para la posición
de las ramas. Ello, junto al aumento en el tiempo del área cubierta y de la
densidad poblacional, configuran una alta capacidad expansiva de la especie,
en que juega un rol importante una mayor vagilidad que la observada en
C. marmoratus.
D. Evaluación del daño
D.1. Características del daño
El daño producido por ambas especies se localiza en las acículas de los
pinos, en particular en las apicales de las ramas bajas.
El daño consiste en la extracción de parte de la acícula mediante mor-
dedura, lo que ocurre principalmente a alturas medias o cercanas a la base
(Figs. 7 y 8). El efecto inmediato, según la intensidad de la mordedura,
puede ser la flexión del sector apical de la acícula, teniendo siempre como
efecto final el desecamiento de dicho sector.
Ambos estados permiten detectar el daño.
El aprovechamiento de la acícula como material trófico por parte de
los curculiónidos es mínimo, ya que el número de mordeduras por acícula,
por lo general, no es superior a 2 Ó 3.
D.2. Evolución del daño
Al considerar separadamente la evolución del daño (Fig. 9) en acículas
existentes en el momento de iniciar la investigación (“Viejas”) y las que
se desarrollaron durante su transcurso (“Nuevas”), se vislumbra que la velo-
cidad de incremento del daño en las acículas viejas es muy inferior al de
las acículas nuevas, resultado lógico derivado tanto de la preferencia de los
curculiónidos por tejidos tiernos más apetecibles desde el punto de vista
trófico como de su tendencia a ubicarse en el ápice de las ramas (esta acción
puede ser consecuencia de la primera).
Además, la tendencia a la asíntota en el nivel de daño alcanzado en el
período invernal, época que corresponde a la categoría de vieja para cual-
quier generación de acículas, es producto de las bajas densidades de curcu-
liónidos en el período precedente y a la preferencia de la creciente pobla-
ción por la acículas nuevas cuyo desarrollo se inicia.
Si se compara el nivel de daño alcanzado por las acículas nuevas en el
invierno de 1982 con su equivalente de las viejas en 1981, se detecta un
incremento apreciable de él (sobre 15%), que si se proyecta a 1983 con la
misma proporción de incremento de las acículas viejas en 1982, dicha gene-
ración de acículas sufriría un daño superior al de la generación precedente.
Ello, de acuerdo a nuestros datos, derivaría de una mayor participación de
G. chilensis, especie que no sólo incrementa su población, sino que adquiere
una mayor importancia numérica relativa que C. marmoratas.
El hecho que el porcentaje inicial de daño para acículas viejas sea igual
en ambas parcelas, puede aparecer como contradicción con el diseño de la
investigación. La explicación está en los propios resultados del trabajo, ya
66 ANALES DEL MUSEO -DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
que la acción localizada de C. marmoratus en la parcela A hacía muy evi-
dente el daño, el que estaba difuso en la B.
Sumando el daño de ambas generaciones de acículas, se tiene una idea
del impacto global del daño en los pinos.
Es necesario dejar constancia que el efecto del daño en el pino no lleva
a defoliaciones tan completas como las que hemos detectado por Ormiscodes
sp, y que su impacto tendría por consecuencia una disminución de la velo-
cidad de desarrollo de la planta, no habiéndose detectado el desecamiento
completo o muerte de ella en*ningún caso.
D.3. Relación entre el daño y los bordes de la plantación.
Para visualizar el efecto del borde de la plantación en la distribución
e intensidad del daño, se graficó (Figs. 10 y 11), para ambas parcelas y tipos
de acículas, el perfil del daño por filas de pinos en sentido perpendicular
a los bordes. En ellas se comparan las fases iniciales y finales del desarrollo
de las acículas. Desde luego, para las acículas viejas, la fase inicial corres-
ponde a un estado avanzado de daño, dada la fecha de inicio de la inves-
tigación.
Si se observa la Fig. 10, en que la secuencia de análisis va desde el borde
X al interior de la plantación, secomprueba que la intensidad del daño final
en la parcela Á se corresponde'en gran medida con la distribución de C. »mar-
moratus (Fig. 6) siendo “entonces G. chilensis responsable fundamental del
daño en las filas interiores. La: forma del área comprendida entre ambas
curvas refleja el efecto, localizado de C. marmoratus.
En la parcela B no.se presenta el tipo de distribución anteriormente
analizado, sino uno acorde con la distribución de G. chilensis, es decis, un
modelo de dispersión en toda la parcela, con una ligera tendencia de incre-
mento al interior de la. plantación, relacionada con la ya demostrada expan-
sividad de la especie (Fig. 6).
Hecho el mismo tipo de análisis, considerando como referencia el borde
Y (Fig. 11), se detecta, en general, un patrón difuso del mismo tipo des-
crito para la parcela B en relación al borde X, asumiéndose las mismas cau-
sales.
La aparente poca importancia del borde Y como fuente de ingreso de
curculiónidos puede deberse a que las 5 hileras de Excalyptus globulus que
están junto a él impidan el paso.de C. marmoratus desde la vegetación autóc-
tona circundante y a que G. chilensis es una especie de alta vagilidad, pez to
que su efecto difunde rápidamente al interior. El borde X está en contacto
con remanentes vegetales autóctonos.
E. Aspectos biológicos
El estudio de las curvas fenológicas de la densidad de los curculiónidos
adultos (Fig. 5), conjuntamente con las observaciones en terreno y labora-
torio, nos permiten llegar a una aproximación de la longitud de los perío-
dos de desarrollo biológico de las especies estudiadas.
La máxima densidad de individuos se observa en la época de transición
Otoño-Invierno, época en que se observan también las cópulas (Abril y
F. Sáiz y J. Goma CURCULIONIDOS DEROLIADORES. .. 67
Mayo) y las posturas (Mayo y principios de Junio). Estas fechas coinciden
en terreno y en laboratorio.
Para ambas especies, fueron observadas cópulas, tanto en terreno como
en laboratorio, siendo mucho más frecuentes las de G. chilensis.
Las posturas, en cambio, fueron sólo cbservadas para C. marmoratas.
Estas consisten en grupos de unos 18 huevos dispuestos en hilera sobre una
acícula, la que es pegada con las otras dos del braquiblasto mediante una
sustancia gelatinosa, dejando así los huevos casi completamente envueltos.
Tanto las pesturas observadas en terreno como en laboratorio fueron pues-
tas en acículas verdes (en laboratorio se trabajó con ramas dispuestas verti-
calmente en las cajas de observación).
B A B A
0 ls 100
A
n2
CYPHOMETOPUS MARMORATUS
XxX
Ubicacion parcelas
Y [4] en relación a bor-
de de bosque
Respecto
a borde X
n 143
Respecto
a borde Y
l
10
Banda exterior
l
Jl
Banda intermedia nm 90
Poicion Banda interior GENIOCREMNUS CHILENSIS
Fig.8
Fig. 7. Características del daño recién provocado en la acícula. Fig. 8. Característica
de una acícula dañada en la fase de descamiento y flexión apical.
68 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
No se logró el desarrollo larvario en laboratorio, posiblemente por dese-
camiento de los huevos.
Los huevos de C. marmoratus son de color negro, midiendo aproxima-
damente 1.0 mm de largo y 0.5 mm de ancho.
La no observación de posturas de G. chilensis, nos hace pensar en pos-
turas directas sobre el suelo, como es sugerido por las referencias bibliográ-
ficas para los Adelognatha (Bonne Maison 1964; Kuschel 1983 com. epist.).
De acuerdo a los antecedentes expuestos en el trabajo se postula el
siguiente modelo aproximado del: ciclo biológico para ambas especies:
—Postura: mediados de Otoño a principios de Invierno.
—Desarrollo larvario: Invierno, Primavera, Verano.
—Emergencia de adultos: Otoño.
CONCLUSIONES
Como resultado de lo anteriormente analizado en este trabajo podemos
llegar a las siguientes conclusiones:
1.—Cyphometopus marmoratus y Geniocremaus chilensis, se detectan como es-
pecies nativas actualmente defoliadores de pinos.
2.—La penetración de los curculiónidos ocurre por la periferia de la plan-
tación.
3.—Los cambios en la densidad de los curculiónidos defoliadores adultos,
están en íntima relación con las variaciones abióticas (pp. temperatura),
dándose su máxima densidad en Otoño.
Fig. 9. Evolución acumulada del daño. A y B = parcelas; v y n = acículas viejas y
nuevas,
F. Sáiz y J. Goma CURCULIONIDOS DEFOLIADORES... 69
4. —El daño es consecuencia de la mordedura de las acículas, provocando el
desecamiento del sector apical a ésta. Ambas especies presentan mar-
cada preferencia por las acículas nuevas.
5.—Cyphometopus marmoratus se comporta como una especie localizada, de
escaso poder expansivo y de fuerte efecto defoliador y en disminución
poblacional.
6.—Geniocremnus chilensis se comporta como una especie expansiva y en in-
cremento poblacional, por lo que su daño es menos aparente. Por su
comportamiento se considera como una especie en vías de efectivo asen-
tamiento.
FIG. 10 PARCELA A PARCELA, B
aciculas viejas
Xx
Respecto
borde X
aciculas nuevas
60
o
1
a 40
.]
* a
E “.. final
o a inicial
DE TE, IS
fila arboles
FIG.11 PARCELA A PARCELA B
aciculas viejas
Respecto
borde Y
aciculas nuevas
60
40 » A
AI, * final
daño
. 20
Il mL A MA!
(IMEICIRA 5 7
tilas arboles
Fig. 10. Distribución del daño por parcelas en función del borde X de la plantación,
según filas de pinos. 1 = fila cercana al borde; 7 = fila interior. Fig. 11. Distribu-
ción del daño por parcelas en función del borde Y de la plantación, según filas de
pinos. 1 = fila cercana al borde; 7 = fila interior.
70 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
7.—Se postula el siguiente ciclo biológico para ambas especies:
—Postura: Mediados de Otoño a principios de Invierno (sobre acículas
verdes y en grupos de aproximadamente 18 huevos para C. marmo-
ratus.
—Desarrollo larvario: Invierno, Primavera y Verano (en suelo).
—Emergencia de adultos: Otoño (período de cópula para ambas espe-
cies).
AGRADECIMIENTOS.— Al señor Dunny Casanova Z., por la revisión del
manuscrito, y a las señoritas Ema Reyes y Carmen Tobar, por la confección de
dibujos.
REFERENCIAS
BONNE MAISON, L. 1964. Animales Enemigos de las Plantas Cultivadas y Forestales. Ed.
Occidente S. A., Barcelona.
CONAF, 1978. Plantaciones Forestales efectuadas por la CONAF.
CONAF. 1982 a. Informe Final. Prospecciones Fitosanitarias Forestalcs Temporada 1981-1982,
Doc. Trabajo N* 1.
CONAF. 1983 a. Informe Final Prospecciones Fitosanitarias Forestales Temporada 1981-1982.
Doc. Trabajo N* 2.
CONAF, 1983 b. Gerencia Técnica, Memorandum 2.002 del 18 de Octubre de 1983.
FURNISS, R. L. y V. M. CAROLIN. 1977. Western Forest Insect U. S. Department of
Agriculture, Forest Service, Miscellaneous Publication, N? 1.339.
MINISTRY OF NATURAL RESOURCES. 1979. Common Pest of Ornamental Trees and Shrubs.
Ontario.
SAIZ, F. y M. DAZA. 1981. Insectos Asociados a Plantaciones de Pinus radiata. Inf. Técnico
Convenio U.C.V. - CONAF.
SAIZ, F. M. DAZA y D. CASANOVA. 1983. Captura y Fenología de Diptera en relación al
color de la trampa y al estado sanitario de un bosque de Pinus radiata. An. Mus. Hist. Nat.
Valpso. (Chile), 14: 143-151.
SAIZ, F. y M. JERARDINO. 1983. Efecto selectivo de las plantaciones de Pinus radiata, sobre la
entomofauna de biomas nativos: 11. Coleópteros y Dípteros del follaje. Revista chilena de
Entomología, 12: (en prensa).
SAIZ, F. y A. SALAZAR. 1983. Efecto selectivo de las plantaciones de Pinus radiata, sobre la
entomofauna de biomas nativos: 1. Coleópteros epígeoss. An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso
(Chile), 14: 155-173.
Valparaíso, Chile 71
RELACION ENTRE LOS TIPOS DE FORMAS DE FRUTOS DE ACACIA
CAVEN Y LAS CARACTERISTICAS DE LAS SEMILLAS Y DE LO>
BRUQUIDOS QUE LOS INFESTAN
FRANCISCO SAIZ y YENISE SOTO
ABSTRACT.— The relationships between fruit-shapes of Acacia caven and some characte-
ristics of seeds and of bruchid (Pserdopachymerina spinípes) that infest them were studied.
Cylindrical, fusiform and rectangular fruits were identified. Average differences per fruit were
determined according to Student's ““t'” test (p — 0.01).
The three fruit-shapes analized are significantly different in their length, diameter and in
length/diameter ratio. Their seeds, also differ in relation to number, weight and volume.
Nevertheless, the rate of infestation per bruchids, the rate of seed atrophy and most of the
bruchids characteristics appear not to be affected by the fruit-shapes analyzed.
En el curso de una serie de investigaciones sobre la relación existente
entre el brúquido del espino (Pseudopachymerina spinipes (Er.)) y su hos-
pedador (Acacia caven (Mol.) Hook et Arn.), nos llamó la atención los
diferentes tipos de formas de frutos y su aparente tendencia a darse en árbo-
les independientes.
Ante la eventualidad de un polimorfismo de la especie, se decidió hacer
un primer acercamiento a su dilucidación. Para ello, se intenta evaluar si
los tres tipos de forma detectados diferían significativamente entre ellos y,
en caso de ser así, si esas diferencias se traducían en expresiones diferen-
ciales de parámetros relacionados con la cantidad y calidad de sus semillas
y de los brúquidos que se desarrollan normalmente en ellos.
MATERIAL Y METODO
Para la evaluación propuesta se seleccionó la estepa de Acacia caven
existente en la Reserva Forestal de Peñuelas (Valparaíso).
Se detectaron tres tipos de forma de fruto, los que denominaremos:
cilíndrico, fusiforme y rectangular. Para su tipificación se consideraron las
siguientes medidas básicas: largo del fruto, diámetro central y diámetros me-
didos en los décimos apicales de la longitud. Para definir éstos, se dividió
la longitud del fruto en diez unidades y se midió el diámero en la base de
los décimos 1 y 10, la opuesta al extremo del fruto (Fig. 1: A, B y C).
La relación largo/diámetro central informa sobre formas cortas y anchas,
largas y estrechas, etc. Las mediciones a los décimos apicales, por compara-
ción con el diámetro central, definen características de fusiforme o no fusi-
forme.
El tamaño de la muestra, para cada tipo de formas, se calculó suponiendo
un diseño al azar simple para la estimación de proporciones, con exigencias
de nivel de confianza de 95% y nivel de imprecisión no superior al 10%.
Se usó para este cálculo una estimación previa realizada en la misma área
Sección Ecología, Universidad Católica de Valparaiso, Casilla 4059, Valparaíso, Chile.
72 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
AAA A
') Ll
UT
0004Dd oan0na
Fig. 1. Silueta del tipo de forma de fruto de Acacias cawei denominados A = “cilín-
drico”; B = “fusiforme”; C = “rectangular”.
(Sáiz, Casanova, Avendaño y Vásquez 1977). El tamaño de muestra fue de
150 frutos por cada tipo de forma.
Mediante un transecto al azar se seleccionaron, también al azar, cimco
árboles con cada forma de fruto, cogiéndose aleatoriamente 30 frutos en
cada uno de ellos. Los frutos se colectaron en todo el perímetro del árbol
y hasta el alcance de la mano. Así se pretendió abarcar el máximo de la
variabilidad que pudiera existir dentro de cada árbol.
El material fue colectado el 6 de Mayo de 1981.
En el análisis se consideran los parámetros expuestos en la Tabla 1.
En relación a las semillas, la expresión “diámetro mayor” corresponde al
concepto de longitud y la expresión “grosor máximo” a la idea de altura.
Todos esos parámetros fueron medidos y descritos para los tres tipos
de forma, haciéndose estimaciones por intervalos de confianza (95%) para
todos ellcs, utilizando como estimador del error estandard la expresión
siguiente:
-1.96
Los principales parámetros se compararon mediante test ““t” de Student
para promedios. El resultado del test se presenta referido a su valor crítico
Ocasionalmente se presenta, además, el valor referido a p = 0.05, en
relación a su importancia para explicar tendencias.
F. Sáiz y Y. Soto RELACION ENTRE LOS TIPOS... 73
RESULTADOS Y DISCUSION
A.—Sobre los tipos de forma de los frutos.
La Fig. 2 grafica la distribución del total de frutos estudiados, de
acuerdo a la relación largo/diámetro central, quedando claramente diferen-
ciados los tres tipos de forma. 'El test “t” respalda esta apreciación, pues infor-
ma que los promedios de dicha relación presentan diferencias altamente
significativas para todos ellos (Tabla ILA 4).
Se reafirma la conclusión anterior con las diferencias significativas en-
contradas entre los promedios de los componentes de la relación para los
tres tipos de formas (Tabla II A 1 y 2) y con las diferencias significativas
en cuanto a la relación diámetro central/diámetro promedio a los décimos
apicales, diferenciándose el fusiforme por su mayor valor (Tabla H, A 5).
La tasa de infestación a nivel de frutos es mayor en el tipo rectangular,
difiriendo significativamente con la fusiforme (p = 0.01) y con la cilíndrica
(p = 0.05) (Tablas 1 y IL A 3).
B.—Sobre la relación entre características de las semillas y los tipos de forma
de los frutos.
efinida la validez de los tipos de forma de fruto nos queda por ver
si ellos implican diferencias a nivel de semillas.
El análisis de la parte B de las tablas 1 y 1 permite destacar los siguien-
tes hechos:
SO=UNE _ Cilíndrica
7 ERA Fusiforme
Rectangular
36
24
12
19-21 293 39%, 49-5] 596] 6971 CM
LARGO/DIAMETRO CENTRAL
Fig. 2. Distribución de los frutos de Acacia caven según tipo de forma y relación
largo/diámetro central,
Tabla I— Estimaciones por intervalos de confianza (95%)
de parámetros referentes a frutos, semillas y brúquidos, según
tipo de forma de fruto de Acacia cáven.
Parámetros
A.—De los frutos Cilíndrica
0.—Número 150
1—Largo promedio (cm) 748 + 0.177
2.—Diámetro promedio (cm) 1.64 + 0.037
3.—Porcentaje de infestación (tasa de) 20.00 + 6.401
4—Promedio relsción lzrgc/diámetro central 462 + 0.115
5.—Promedio relación diámetro central/promedio
diámetro al décimo apical 1.83 + 0.039
B.—De las semillas
0.—Número 3328
1.—Promedio semillzs desarrolladas por fruto ZII EAS
2—Promedio diámetro mayor (cm) 0.56 + 0.0066
3.—Promedio grosor máximo (cm) 0.34 + 0.0048
4—Promedio peso semillas sanas por fruto (gr) 0.11 + 0.0041
5.—Porcentaje infestación total (tasa de) 1147 + 4810
6.—Porcentaje infestación sobre frutos infestzdos 57.35 +15.840
7.—Promedio por fruto relación diámetro/grosor 1.63 + 0.016
8 —Porcentaje de semillas atrofiadas (tasa de) 745 + 1.802
C.—De los brúquidos
0.—Número 446
1.—Promedio por fruto estudiado 297 TE “276
2.—Promedio por fruto infestado 1486 + 4.328
3.—Promedio peso brúquido por fruto (mgr) 3.20 + 0.220
4.—Porcentaje de mechos per fruto infestado 55.81 +11.939
5.—Promedio por fruto relación N* de brúquidos/
semillas desarrolladas 0.57 + 0.155
6.—Promedio por fruto relación peso brúquido/pe-
so semillas sanas 0.03 + 0.0039
7.—Promedio por fruto relación largo/ancho de élitros 1.46 + 0.035
Tipos de forma de fruto
Fusiforme
150
6.70 4: 0.134
2.26 + 0.040
18.67 + 6.230
3.00 + 0.079
2.22 + 0.062
3549
2326 + 1.102
0.62 + 0.0063
0.38 + 0.0062
0.14 + 0.0039
9.88 + 4.443
52.92 -4-16 220
1.61 + 0.019
5.34 + 1.196
373
2.48 + 1.138
MEA e
3.70 + 0.240
53.53 + 12.406
0.53 + 0.162
0.03 + 0.0039
1.51 + 0.037
Rectangular
150
5.55 + 0.114
2.34 + 0.030
3139 1465
2.38 + 0.050
187 + 0.049
2914
1942 + 0.834
0.63 + 0.0082
0.36 + 0.0638
0.15 + 0.0043
19.40 + 5.870
61.91 +11.660
1.74 + 0.019
490 + 0.961
590
3.92 + 1.245
12.51 + 2.646
3.30 + 0.170
48.89 + 8.936
0.62 + 0.116
0.03 + 0.0021
1.550 + 0.025
IVUNLYVN VINOLSIH HA OISAN THU SITVNV 78
“ST TOA
z861
F. Sáiz y Y. Soto RELACION ENTRE LOS TIPOS... 75
Tabla ll— Valores de significación (p = 0.01) para diferencias entre tipos de
formas de fruto de Acacia caven, según parámetros estudiados.
Cuociente to/tc
Parámetro Cc—F C—R F—R
A.—De los frutos
1: —LArgor promedio ieoarccacootiscato dae ciria iaa: 2.66 6.94 4.96
2.—Diámetro central promedio o.cicccccconicncnnn.. 8.57 11.16 1.20
3.—Porcentaje infestación (tasa de) .......... 0.11 0.92 1.04
(1.15)
4—Promedio relación largo/diámetro cen-
A A, A A Ito oa 7.71 12.30 4.99
5.—Promedio relación diámetro central / pro-
medio diámetros al décimo apical ........ 4.03 0.48 3.34
B.—De las semillas
1.—Promedio semillas desarrolladas por fruto 0.69 1.45 2.32
2.—Promedio diámetro Mayor emociono... 4.95 5.04 0.73
3.—Promedio grosor MÁXiMO .oecionccicaninónonoss 3.84 2.46 2.07
4—Promedio peso semillas sanas p. fruto.... 3.99 5.11 1.32
5.—Porcentaje infestación total (tasa) ........ 0.18 0.79 0.98
(1.04) (1.29)
6.—Porcentaje infestación sobre frutos infes-
tados A A 0.13 0.17 0.31
7.—Promedio relación diámetro/grosor, por
fruto iaa li o ENE. 0.61 3.40 3.71
8.—Porcentaje de semillas atrofiadas ............ 0.74 0.95 0.22
(0.97) (1.24)
C.—De los brúquidos
1.—Promedio por fruto estudiado ......... ce 0.22 0.40 0.67
2.—Promedio por fruto infestado ....co.ocoom... 0.18 0.35 0,12
3.—Promedio peso brúquido por fruto ........ 1.09 0.14 1.14
4 —Porcentaje machos frutos infestados ...... 0.01 0.33 0.32
5.—Promedio p. fruto relación N* brúqui-
dos / N* semillas desarrolladas ............ 0.13 0.64 0.33
6.—Promedio p. fruto relación peso brúqui-
do / peso) semillas; sanas mineros 0.28 1.12 0.74
7.—Promedio p. fruto relación largo / an-
cho de éLItTOS. conca aio 0.71 0.68 0.17
to = t Student observado; tc = valor crítico t (P = 0.01), todo valor del
cuociente superior a 1 es significativo. C'= cilíndrica, F = fusiforme, R = rec-
tangular. Los valores entre paréntesis son significativos para P = 0,05,
76 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
a.—Diferencias significativas entre los tres tipos de forma de fruto tanto pa-
ra el peso como para el grosor máximo de las semillas, siendo menores
en el tipo cilíndrico (Tablas * y II, B 3,4).
b.—El número de semillas desarrolladas por fruto es significativamente me-
nor en el tipo rectangular, en tanto que el de los otros no difiere entre
sí (Tablas 1 y IL, B 1).
c.—Para la relación diámetro mayor/grosor máximo, se da la misma situa-
ción del punto anterior, con la diferencia que el valor de la relación es
mayor en el tipo rectangular (Tablas I y II, B 7).
d.—El promedio del diámetro mayor es significativamente menor para el tipo
cilíndrico. (Tablas 1 y MU, B 2).
e.—Las tasas de infestación de semillas, tanto para el total de frutos estu-
diados como para el total de frutos infestados, no muestra diferencias
significativas para p = 0.01. Sin embargo, para p = 0.05, el tipo rec-
tangular difiere significativamente de los otros en cuanto a la infesta-
ción sobre el total de frutos, siendo mayor en él. (Tablas 1 y Il, B 5 y 6).
f.—La tasa de semillas atrofiadas no muestra diferencias significativas (p =
0.01) entre los promedios de los tres tipos de forma. Para p = 0.05,
puede decirse que la forma cilíndrica difiere de las otras por una mayor
tasa de semillas atrofiadas (Tablas 1 y IL B 8).
C.—Sobre la relación entre las características de los bráquidos y los tipos de
forma de frutos.
Del análisis de la parte C de las Tablas 1 y 1l, se deduce, en general,
que la forma del fruto tiene escasa influencia en las diferentes formas de
expresión del brúquido. En efecto, no se detectan diferencias significativas
entre los tres tipos de forma en cuanto a porcentaje de machos, relación
número de brúquidos/número de semillas desarrolladas, relación largo/an-
cho de los élitros y promedios por frutos estudiados y frutos infestados. Esto
último no anula la mayor tasa de infestación por fruto y por semillas de la
forma rectangular, explicable por la diferente proporción de semillas res-
pecto a brúquidos (Tablas 1 y H, C 1, 2, 4, 5, 7).
Solamente se presentan diferencias significativas en cuanto al peso seco
a la muerte natural, en que el tipo fusiforme entrega brúquidos de más
peso (Tablas I y II, C 3).
Los valores del cuociente to/tc para la diferencia de promedios de la
relación peso brúquido/peso semillas sanas, plantea la individualización del
tipo rectangular (Tablas I y HI, C 6).
El análisis precedente confirma la existencia de tipos de formas de frutos
ide Acacia caven diferentes entre sí, condición que afecta la naturaleza y
calidad de las semillas y algunas expresiones de los brúquidos que se desarro-
llan en ellos. Es decir, existen algunas evaluaciones que justifican el pensar
en un polimorfismo de Acacia caven.
Puede decirse que el tipo rectangular tiene las más altas tasas de infes-
tación a nivel de frutos, semillas totales y semillas de frutos infestados, una
baia tasa de semillas atrofiadas, semillas grandes y pesadas y una menor can-
tidad de ellas.
F. Sáiz y Y. Soto RELACION ENTRE LOS TIPOS... 77
El tipo cilíndrico se caracteriza por la más alta tasa de atrofia de semi-
llas, alto número de semillas desarrolladas, las que son pequeñas y livianas
y bajas tasas de infestación (frutos, semillas totales y semillas de frutos in-
festados).
El tipo fusiforme se asemeja al rectangular en tamaño y peso de ser”"*%as
y al tipo cilíndrico en el resto de las variables expuestas anteriormente.
En el plano de la discusión, los antecedentes expuestos más las obser-
vaciones de terreno (Reserva Peñuelas) nos llevan a ir esbozando la idea
de una posible distribución de los tipos de forma en relación a las condicio-
nes hídricas, siendo la forma cilíndrica preferente de condiciones de mayor
humedad y la rectangular de las más secas. En la zona estudiada predomina
la forma fusiforme, la que es considerada como característica de la especie.
Proyectada esta idea al ámbito geográfico, deberíamos pensar en una
mayor incidencia del tipo rectangular en el extremo norte y del cilíndrico
en el extremo sur del área de distribución de Acacia caven.
Es indudable que nuestros datos, válidos para nuestro objetivo particu-
lar, requieren de aportes complementarios desde otros puntos de vista para
aprobar, rechazar o modificar las ideas expuestas. Valga como punto de
partida.
CONCLUSIONES
1.—Los tres tipos de forma de frutos de Acacia raven estudiados difieren
significativamente (p = 0.01), según deriva del análisis de los paráme-
tros largo, diámetro central, relación entre ellos y relación diámetro
central/promedio diámetros a los décimos apicales.
2.—Los tipos de fruto descritos difieren en las características de número,
peso y volumen de las semillas, de manera que el tipo rectangular tiene
menos semillas, las que son más grandes y pesadas, siendo más y más
pequeñas en el tipo cilíndrico (p = 0.01).
3.—Los tipos de fruto estudiados presentan diferentes tasas de infestación
por fruto, siendo el tipo rectangular el más afectado. La tasa de semi-
llas atrofiadas no difiere significativamente entre los tres tipos de forma
de fruto, pero es superior en el cilíndrico.
4—No se detectan diferencias en cuanto a las características morfométricas
de los brúquidos, según tipo de fruto.
5.—Se asume la existencia de un grado de polimorfismo en Ácacia caven,
derivado del análisis de sus frutos, el que podría estar relacionado con
la magnitud de los aportes hídricos.
AGRADECIMIENTOS: Al señor Dunny Casanova Z., por la revisión crítica del
manuscrito.
REFERENCIAS
SAIZ, F., D. CASANOVA, V. AVENDAÑO y E. VASQUEZ. 1977. Estudios ecológicos sobre
artrópodos concomitantes a Acacia caven. TM. Evaluación de la infestación por Pseudopa-
chymerina spinipes (Er.). An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, Chile, 10: 153-160.
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Valparaiso, Chile 79
NOTA CIENTIFICA:
EFECTO DE LA COMPETICION INTBRESPECIFICA LARVAL SOBRE
EL POLIMORFISMO CROMOSOMICO DE DROSOPHILA
SUBOBSCURA Y DROSOPHILA IMMIGRANS
MARCIA RICCI y DANKO BRNCIC
Laboratorio de Microevolución, Departamento de Ciencias Ecológicas, Facultad de Ciencias Bá-
sicus y Farmacéuticas, Universidad de Chile, Casilla 653, Santiago, Chile.
trabajo financiado en parte por Proyecto N* B 729-8235 Serv. Des. Científico, Artístico y
Coop. Internacional, Universidad de Chile y PNUD UNESCO BLA 78/024 N? 9/82.
Drosopbhila subobscura Collin es una especie que ha colonizado recien-
temente Chile (1978) y actualmente se distribuye en casi todo el país (Brncic
y col. 1981). En recolecciones en los sitios naturales, acude a las mismas
trampas que la especie cosmopolita D. immigrans Sturtevant (Brncic 1980,
Budnik y Brncic 1982). Ambas especies son polimórficas para ordenamientos
cromosómicos debido a la presencia de inversiones paracéntricas. En Chile,
D. ¡mmigrans presenta tres ordenaciones en el cromosoma 1Í además de la
típica (Brncic 1955); las poblaciones chilenas de D. subobscura, en cambio,
son polimórficas para las ordenaciones genéticas de todos sus cromosomas,
con excepción del VI par (Brncic y col. 1981). En otras especies del género
Drosophila existen evidencias de que el polimorfismo para inversiones puede
modificarse bajo condiciones de competición intra e interespecífica (Lewon-
tin 1955, Budnik y Birncic 1972). El presente trabajo tiene como objeto
comunicar algunos resultados experimentales que indicarían que el polimor-
fismo cromosómico de Drosophila subobscura y Drosophila immigrans tam-
bién es sensible a la competición a nivel larval bajo condiciones de labora-
torio.
MATERIAL Y METODOS
En el presente trabajo se utilizaron linajes de D. subobscura y D. immi-
grans provenientes de Valdivia (X Región, Chile). Estas cepas se establecie-
ron en 1980 a partir de hembras inseminadas en la naturaleza y mantenidas
en el laboratorio en un gran número para asegurar la heterogeneidad genética.
Los porcentajes de homo y heterocariotipos de D. subobscura y de D.
immigrans se estimaron en tubos conteniendo 100 huevos embrionados de
cada una de las especies ,y en tubos conteniendo 200 huevos de una o de la
otra especie. Un grupo de estos tubos se dejó a 18%C y otro, a 22*C, De
larvas de tercer estado se obtuvieron glándulas salivales, éstas se aplastaron
y se tiñeron con orceína lacto-acética.
En D. subobscuwa se descartó el cromosoma A en el análisis de los
resultados por ser el par sexual.
80 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
RESULTADOS
Tal como se observa en la Tabla 1, en D. subobscura hay un aumento
significativo del número de individuos con inversiones en sus cuatro cromo-
somas cuando éstos están compartiendo el medio de cultivo con larvas de
su misma edad de D. immigrans (P<0.001). Además, es posible notar que
el ¡úmero de individuos con O - 2 cromosomas con inversiones al estado
heterocigoto es mayor cuando están en condiciones intraespecífica (48.3%)
que en interespecífica (29.0%), mientras que individuos con inversiones en
sus cuatro cromosomas presentan mayor frecuencia cuando comparten su
medio con larvas de D. immigrans que cuando se crían solas a 189C (33.9%
y 10.3%). Similar situación se repite a 22*C, pero las diferencias son más
acusadas. h
Es importante notar que a 22*C el número de individuos con inversio-
nes al estado heterocigoto en sus cuatro cromosomas (41.5%) es mayor que
a 1890 (22.5%).
Respecto a D. ¿mmigrans, a ambas temperaturas ensayadas, la frecuencia
de heterccariotipos respecto a inversiones paracéntricas del brazo izquier-
do y derecho del cromosoma Il, aumenta en forma significativa al competir
por comida y/o espacio con D. subobscura (Tabla 2) tanto a 18%C (X2 =
14.4) como a 22%*C (X2 = 10.1); en ambas temperaturas la probabilidad
es menor que 0.001. El efecto de la temperatura y la interacción entre ésta
y la competición no son estadísticamente significativas para esta especie
(Tabla 3).
TABLA 1
Test G de contingencia para la significación estadística del aumento en el
número de inversiones por cromosoma por individuo, en larvas de tercer estado de
Drosophila subobscura en condiciones de competición intra e interespecífica, a
182 y 22%C.
Número de cromosomas 18€ 22
con inversiones 0-2 3 4 Total 0-2 3 4 Total
intraespecífica 28 24 6 58 10 37 13 60
interespecífica 18 23 21 62 5 20 38 63
Total 46 47 27 120 15 57 51 123
G = 108 (g.12.) G = 196 (g.12.)
P < 0.001 P < 0.001
TABLA 2
Porcentaje de heterocariotipos en larvas de tercer estado de Drosophila immigrans, en
condiciones intra e interespecífica, a 18% y 22*C,
Condición Intraespecífica Interespecífica
Temperatura N Heterocariotipos N Heterocariotipos X2(g.1.1)
n % n %
18%C 64 10 15.6 64 22 34.4 144**
22*C 59 8 13.6 59 17 28.8 10,1**
** P<O0.001
M. Ricci y D. Brncic EFECTO DE LA COMPETICION... 81
TABLA 3
Tabla de contingencia para la significación estadística del efecto de la competición
interespecífica, temperatura y sus interacciones, sobre la frecuencia de heterocario-
tipos, en Drosopbila immmigrans.
X2 g-1. Pp
Efecto competición 10.1 1 0.01
Efecto temperatura 0.5 1 NS.
Efecto interacción 0.1 1 NS.
Total 10.7 3 0.01
NS. = No significativo.
DISCUSION
Como se desprende de los resultados, tanto los preadultos de Drosophila
subobscura como de D. immigrans presentan un aumento significativo
de heterocariotipos estructurales cuando comparten el medio de
cultivo con individuos de su misma edad, pero de distinta especie. Estos
resultados son similares a los encontrados en otras especies del género (Bud-
nik y Brncic 1972). Es importante notar que en D. subobscura se presenta
un aumento significativo en el número de individuos con inversiones en los
cuatro cromosomas, tanto en condiciones intra como interespecíficas (G =
14.2 y 11.8, respectivamente, con 2 g.1.) cuando se mantienen a 22*C, tem-
peratura a la cual se ve fuertemente deteriorada en su viabilidad al compe-
tir por recursos limitados con D. ¿mmigrans (Ricci 1982), mostrando que los
heterocariotipos tienen una mejor resistencia para sobrevivir en condiciones
de competición.
Estas observaciones, junto a trabajos de Lewontin (1955), Budnik
y Brncic (1972), muestras que los individuos que poseen diferentes orde-
namientos cromosómicos, exhiben distintas capacidades para sobrevivir frente
a limitaciones de espacio y de comida. Además, también es necesario agregar
que en el género Drosophila las larvas van liberando ciertos residuos bióticos
que afectan de diferente forma a su viabilidad (Dewood y Strickberger 1964,
1969, Weisbrot 1966, Budnik y Brncic 1974, 1975, Budnik 1980). Todas es-
tas observaciones han mostrado las ventajas selectivas de los heterocariotipos,
que se expresan en una mayor resistencia a las limitaciones de comida, espa-
cio y la contaminación del medio por metabolitos difusibles.
CONCLUSIONES
En condiciones experimentales de competición a nivel larval entre D,
subobscura y D. immigrans aumenta el polimorfismo cromosómico en ambas
especies, lo que indicaría que los heterocariotipos tienen una mejor resisten-
cia para sobrevivir en estas condiciones.
82 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
REFERENCIAS
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Genetics, 53: 427-435.
Valparaiso, Chile 83
EL TESTICULO DE BASILICHTHYS AUSTRALIS EIGENMANN
(Teleostei: Atherinidae)
HUMBERTO CERISOLA B. y FRANCISCO PEREZ G.
ABSTRACT: The structure and ultrastruoture of the testis of freshwater Basilichtbys aus-
tralis Eigenmann is described. The morphological ¡md functional units are the lcbules. The
spermatogonia are arranged only at the distal end of the lobules. Cyst cells (Sertoli type cells)
with numercus irregular projecticns are associated with the spermatogonia. In the rest of the
lobule the cyst cells are lining the wall of the cysts. The various stages of differentiation of
spermatogenic cells become arranged within a cyst and develop synchronously. The association of
spermatids and cyst cells is smooth. Phagocytic activity is seen in the cyst cells. Lobule boundary
cells are also described. Interstitial cells (Leydig type cells) are identified only by electron
microscopy. When the cyst wall breaks free sperm cells are released to the efferent duct and
no spermatophores or spermatozeugmata are formed. Secretion granules are present in the ductus
epithelium. The type of testis in B. arstralís is simtilar to that described in other Atheriniphor-
mes of the South-Eastern, USA. Structural features confirm that fertilization is external in this
species.
En numerosos trabajos se ha estudiado la estructura testicular de peces
Teleósteos (ver revisión en Hoar 1975; Roosen-Runge 1977 y en Grier 1981).
Respecto a estudios sobre la estructura testicular en Ateriniformes tenemos
los trabajos «de García-Romeu (1964) y el de Grier et al. (1980). Este
último autor examina ejemplares pertenecientes a varias familias de este
grupo que se encuentran en Florida del Sur, USA. y concluye que en cuanto
al tipo de distribución de las espermatogonias, los testículos de Aterinidae
pertenecen al tipo restringido, es decir, que las espermatogonias están locali-
zadas exclusivamente en una región del lóbulo y que en éste grupo los ejem-
plares de algunas familias pueden tener fecundación de tipo interno, pero
existirían también ejemplares de otras familias que practican la fecundación
de tipo externo. En estos aspectos habrían otros detalles estructurales a con-
siderar según este mismo autor.
A pesar de que la estructura testicular es, en general, muy semejante en
los ejemplares del Grupo Ateriniformes nos pareció de interés estudiar este
aspecto en ejemplares de Basilichthys australis de la región de Valparaíso y
ver si existen o no algunas diferencias respecto a lo descrito en ejemplares
estudiados en Estados Unidos de Norteamérica. Nos interesa establecer algu-
na relación entre la estructura testicular y el tipo de fecundación y establecer
también comparación con lo observado en otras especies. Por último, nos
interesa conocer algunos aspectos de la ultraestructura del lóbulo testicular
que nos permita una mejor comprensión del proceso de la espermatogénesis
en peces.
Laboratorio de Embriología, Universidad Católica de Valparaíso. Casilla 4059, Valparaíso, Chile,
84 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
MATERIAL Y METODO
Se capturaron ejemplares machos adultos de aproximadamente 110-170
mm de longitud en los esteros de Limache, provincia de Quillota (33*S5 y
71%, 15"W). Los peces fueron muertos por decapitación € inmediatamente
se les extrajeron los testículos para su fijación. Para microscopía de luz, los
trozos de testículos se fijaron en líquido de Bouin. Después de su impreg-
nación en Paraplast, se confeccionaron cortes de 5 um y se tiñeron con He-
matoxilina y Eosina o con Van Gieson. Para microscopía electrónica se utili-
zaron dos métodos de prefijación: 1) Glutaraldehido 2% en buffer fosfato
0.1 M y pH 7.4 y 2). Glutaraldehido 29% en buffer cacodilato 0.1 M y pH
7.2. Todos los trozos se lavaron en sus respectivos buffers. Después se utili-
zaron dos métodos de fijación: 1) Tetróxido de Osmio 2% en buffer
fosfato pH 7.4, y 2) Tetróxido de Osmio 1% en buffer caco-
dilato pH 7.2. Los trozos de material se tiñeron en bloque con Acetato de
Uranilo 2% en solución acuosa. El tejido fue impregnado en Epon 812. Los
cortes ultrafinos se tiñeron con Citrato de Plomo (Reynolds 1963). Se exa-
minaron y fotografiaron en un microscopio electrónico Zeiss EM-9.
RESULTADOS
Los testículos de B. australis son Órganos pares situados en la parte alta
de la cavidad abdominal, inmediatamente por debajo y hacia los lados de la
vejiga natatoria y son dorsales respecto al intestino. Cada testículo está sus-
pendido por un mesorquio que se dispone a lo largo de toda su extensión.
El aporte sanguíneo corre paralelo al hilio, en el espesor del mesorquio.
El corte histológico transversal de un testículo en estado de madurez
sexual nos muestra en la región cortical, la presencia de los lóbulos esper-
máticos (Fig. 1). Los lóbulos' constituyen las unidades estructurales del
órgano. Los extremos proximales de los lóbulos se continúan con los túbulos
eferentes, los cuales se comunican finalmente con el ductus principal. Desde
la región medular del órgano se presentan los sucesivos estados de diferen-
ciación de la línea germinal.
Las espermatogonias se encuentran siempre en el interior del extremo
distal de los lóbulos, asociadas con las células císticas (tipo Sertoli) (Figs.
2, 3). Estas últimas, en éste lugar, no pueden definirse fácilmente debido a
que presentan complicadas extensiones citoplásmicas que se insinúan entre
las espermatogonias. En el citoplasma de las células císticas se observa un
reticuloendoplasma con cisternas alargadas y es predominantemente de tipo
liso. Los núclecs de estas células aparecen de forma triangular al corte en
esta región. En la parte proximal del lóbulo las células císticas se aplanan y
se organizan para contribuir a formar los cistos espermáticos en cuyo interior
ocurre la diferenciación de las espermatogonias.
Se distinguen dos tipos de espermatogonias según el grado de diferen-
ciación: tipo Á y tipo B. La espermatogonia tipo A (Figs. 2, 3 y 4) tiene
aproximadamente 15 um de diámetro. El núcleo es esférico, mide aproxima-
“damente (6-7 um, contiene una red fina de cromatina y presenta uno, o
H. Cerisola B. y F. Pérez G. BASILICHTHYS AUSTRALIS 85
Fig. 1. Los lóbulos están dispuestos en la región cortical del testículo (LO). En la
región medular los conductos eferentes están dilatados y contienen una gran cantidad
células espermatogénicas en maduración (flecha). X 70.
Fig. 2. Parte distal del lóbulo. Espermatogonias tipo A (A), espermatogonias tipo B
(B) y células císticas (CC). En la parte inferior se indican cistos con células en una
etapa más avanzada de la diferenciación (flecha). X 640,
Fig. 3. Un grupo de espermatogonias tipo A (A) en la parte distal del lóbulo. En
las células císticas nótese la forma del núcleo (N) y las extensiones citoplásmicas (E)
que están rodeando las espermatogonias tipo A. El citoplasma de las células císticas
ocasionalmente aparece conteniendo abundante retículo endoplásmico liso vesicular
(RE). X 3750.
86 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
raramente dos nucleólos bien desarrollados (Fig. 4). Esta célula tiene un cito-
plasma que se tiñe escasamente y presenta un contenido homogéneo. El ma-
terial del Golgi forma agregados de vesículas pequeñas, de tamaño variable,
se presentan también ribosomas libres y poliribosomas, mitocondrias esféricas
libres o formando agregados mitocondriales. Estos últimos están unidos me-
diante un compuesto que presenta una alta densidad electrónica. En el cito-
plasma de la espermatogonia tipo A se presentan también con poca fre-
cuencia laminillas anilladas apiladas (Fig. 6). El número de laminillas obser-
vadas en una pila varía de dos a cuatro. A lo largo de cada laminilla se
encuentran regularmente dispuestos los anmuli que son característicos de
estas formaciones. Estos annuli en los extremos de las laminillas aparecen
expandidos. Aquí se ven frecuentemente ribosomas asociados a la superficie
externa de estas laminillas.
Las espermatogonias están contactando unas con otras y frecuentemente
presentan puentes intercelulares (Fig. 7). En estos puentes la membrana
celular es más gruesa mientras que el citoplasma no varía en sus componentes
fundamentales.
Las espermatogonias tipo B, de 10 um de diámetro aproximadamente,
se disponen muy próximas a las anteriores (Figs. 5, 8). Poseen un núcleo
ligeramente inferior en tamaño a las del tipo A. La cromatina se dispone
de una manera algo más condensada que en el estado anterior.
En el estroma interlobular se encuentran células de tipo mioide y algu-
nas terminaciones nerviosas asociadas con ellas (Fig. 8). Estas células se
disponen en una capa, son muy escasas y constituyen uno de los elementos
integrantes de la lámina propria.
En los espacios interlobulares se disponen las células intersticiales (tipo
Leydig) (Fig. 9). El citoplasma de estas células contiene abundante reticu-
loendoplasma de tipo liso, las mitocondrias muestran una forma anular con
crestas tubulares y lisosomas de variados tamaños. El núcleo presenta hete-
rocromatina granular, homogéneamente distribuida. Generalmente se obser-
va un solo nucléolo poco destacado.
Por fuera de la lámina basal de las células císticas, aparecen con poca
frecuencia algunas células limitantes del lóbulo (Fig. 10). La forma aplanada
de estas células es característica y con frecuencia porciones de ellas se obser-
van sin núcleo. Su citoplasma contiene abundantes microfilamentos ordena-
dos a lo largo del eje mayor de la célula. En cuanto a su distribución puede
decirse que constituyen una capa incompleta alrededor del lóbulo.
Después de varias divisiones, las espermatogonias tipo B se diferencian
en espermatocitos, los cuales se encuentran en el interior de los cistos a
continuación de las espermatogonias. Los núcleos de los espermatocitos pri-
marios durante la profase temprana tienen un diámetro aproximado de 4-5
um y muestran cambios cromatínicos característicos (Fig. 11). Durante la
etapa de zigoteno, los núcleos de los espermatocitos primarios muestran los
característicos complejos sinaptonémicos (Fig. 12). Los espermatocitos secun-
darios presentan un núcleo con un material cromatínico ligeramente más con-
densado y el tamaño es levemente menor que los espermatocitos primarios.
Las espermátidas que se encuentran en una etapa temprana de la dife-
H. Cerisola B. y F. Pérez G. BASILICHTHYS AUSTRALIS 87
Fig. 4, Espermatogonia tipo A. El núcleo (N) muestra dos nucleólos (Nu). Se indi-
ca un grupo mitocondrial (GM) en el citoplasma y un complejo de Golgi (G). Parte
de una célula cística está presente (CC). Las espermatogonias y las células císticas
están asociadas íntimamente (flechas). En la región superficial se indica el mesotelio
(M) y una delgada capa de colágeno (Co). X 11.430.
Fig. 5. Un grupo de espermatogonias tipo B (B) en la parte distal del lóbulo. X 4.080.
Fig. 6. Laminillas anilladas (LA) en el citoplasma de una espermatogonia tipo A.
Se indica el material nuclear (N), el nucléolo (Nu) y la membrana nuclear (MN).
X 22.000. Inserto: Otro aspecto de laminillas anilladas (flecha) en el citoplasma :de
una espermatogonia. tipo A. X 22.000.
88 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
renciación tienen un núcleo más pequeño que el de los espermatocitos secun-
darios (aproximadamente 3 um de diámetro) y en su citoplasma presentan
frecuentemente dos centríolos cercanos al complejo de Golgi (Fig. 13), el
cual está representado por pequeñas vesículas aplanadas, de tamaño varia
ble. En la vecindad del complejo de Golgi crece un flagelo intracitoplásmico
desde el centríolo distal. Puentes citoplásmicos están interconectando las esper-
mátidas tempranas.
Hacia la región testicular interna los espermatocitos secundarios aumen-
tan en múmero y los cistos, por consiguiente, aumentan de tamaño. Las
células císticas son muy aplanadas y se van adelgazando de acuerdo al cre-
cimiento del cisto, consecuentemente sus límites se hacen difíciles de identi-
ficar. Las células císticas que delimitan cistos contiguos presentan desmoso-
mas en sus superficies laterales (Fig. 14). ¡En el citoplasma de las células
císticas aparecen delgados haces de microfilamentos, ordenados en forma pa-
ralela a la superficie celular. Cuando dos o más lóbulos se encuentran en ín-
timo contacto la lámina propria puede mostrar carencia de algunos de sus
elementos característicos, estando representada solamente por la lámina basal
de cada lóbulo y un material amorfo que se interpone entre ellas (Fig. 15).
En el citoplasma de las células císticas que se encuentran constituyendo la
pared del cisto se presentan frecuentemente vacuolas digestivas (Figs. 15,
16). El tamaño de estas vacuolas es muy variable, se han visto de 7 um y de
13 um de diámetro aproximadamente. Los cuerpos residuales contenidos en
el interior de ellas se presentan generalmente como restos celulares irregu-
lares, pero también pueden tener forma de cuerpos multilaminares o de
cuerpos con alta densidad electrónica y de formas variadas. En las vacuolas
de gran tamaño, una gran parte del espacio interior lo ocupa un material
granular disperso o también un material amorfo de baja densidad electrónica.
La asociación de los espermatocitos o de las espermátidas jóvenes con las
células císticas es simple. Las membranas celulares están en yuxtaposición y no
se forman recesos o formaciones especiales de la superficie celular de la
célula cística para recibir a las células espermatogénicas, tampoco se vieron
desmosomas o fibrillas de fijación (Fig. 17). La estructura de los cistos es
muy particular en esta región del lóbulo y llama la atención el hecho de
que solamente las células espermatogénicas que se encuentran en la parte
periférica del cisto tienen asociación con las células císticas ya que éstas no
emiten prolongaciones hacia el lumen del cisto. Las espermátidas, en etapas
más avanzadas del proceso de la espermatogénesis, se van separando unas de
otras y se pierde también la asociación con las células císticas por parte de
las espermátidas más periféricas del cisto (Fig. 18).
Cuando las espermátidas se encuentran en una etapa intermedia de su
diferenciación, el núcleo tiene forma redondeada y presenta una escotadura
bien notoría. La cromatina presenta extensas zonas muy condensadas. En el
citoplasma que se encuentra cercano a la escotadura del núcleo se disponen
los centríolos y la base de la cola espermática en diferenciación (Fig. 18).
Las espermátidas tardías se presentan libres en la cavidad del cisto.
Tienen un núcleo cuyo diámetro promedio es de 1,5 um aproximadamente.
La cromatina es condensada y homogénea. Estas células presentan un flagelo
H. Cerisola B. y F. Pérez G. BASILICHTHYS AUSTRALIS 89
Fig. 7. Puente intercelular entre dos espermatogonias tipo A (flecha). La región de
la membrana celular que delimita el puente se hace más gruesa. X 11.900.
Fig. 8. Parte de un cisto espermático con espermatogonias tipo B. En el estroma
interlobular se indican células mioides (Mi) y algunas terminaciones nerviosas
(TN). X 5.590.
Fig. 9. Parte de una célula intersticial (CI). En el citoplasma se observa abundante
reticuloendoplasma liso y gránulos densos. X 13.090.
Fig 10. Parte de una célula limitante del lóbulo (1) dispuesta por fuera de las
células císticas (CC) Espermátidas (ST). X 11.050,
Fig. 11. Grupo de espermatocitos primarivs durante la profase temprana. X 4.760.
90 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
que se extiende más allá de la superficie celular. No presentan estructuras
acrosómicas (Fig. 18). Ml
Las espermátidas tempranas se encuentran regularmente distribuidas en
el interior del cisto sin mostrar una organización aparente, sin embargo, a
medida que avanzan en la diferenciación su distribución se hace irregular.
Las colas se encuentran agrupadas en algunos sectores formando haces, mien-
tras que los núcleos aparecen distribuidos en grupos sin un patrón definido
(Fig. 19).
En la región proximal del lóbulo los cistos contienen gran cantidad de
espermátidas que se encuentran en las etapas finales de su diferenciación
hacia espermios. La pared de estos cistos se hace muy delgada y posterior-
mente se rompe para dejar libre su contenido, el cual se mezcla con el pro-
veniente de otros cistos pasando a los conductos eferentes (Fig. 20). La
pared del lóbulo, a este nivel se continúa con el conducto eferente. Las célu-
las císticas se modifican para formar el epitelio que recubre a estos con-
ductos (Fig. 20). Los conductos eferentes se interconectan y su lumen es
más amplio a medida que se acercan al ductus principal.
El epitelio que tapiza al conducto eferente es monoestratificado y de
mayor grosor que el epitelio de los lóbulos. A medida que el conducto efe-
rente se acerca al ductus principal, el epitelio va aumentando en altura pa-
sando a la forma cúbica. En el tejido conjuntivo que rodea a los conductos
eferentes se encuentran fibras delgadas de tejido muscular liso en forma
dispersa.
El lumen del ductus principal es muy amplio e irregular debido a que
se encuentran presentes en él tabiques incompletos que corresponden a las
terminaciones de los conductos eferentes (Fig. 20). El epitelio del ductus
principal que mira hacia el lumen no es uniforme en toda su extensión. En
efecto, si seguimos la continuidad de las paredes de este ductus vemos que
el epitelio se va haciendo más alto a medida que se acerca a la región dor-
sal del testículo, vecina a la inserción del mesorquio. En esta parte, el epite-
lio es de tipo prismático alto y sus células presentan gránulos de secreción
(Fig. 21). Este mismo epitelio experimenta un cambio después de la libera-
ción de espermatozoos pasando a constituir un epitelio de menor altura.
DISCUSION
En la literatura existe cierta confusión respecto a la terminología em-
pleada para describir la estructura testicular de peces Teleósteos. Ultima-
mente algunos investigadores (Roosen - Runge 1977, Grier et al. 1980, Grier
1981) han insistido en algunos conceptos que nos parecen adecuados y faci-
litan su descripción. Nosotros hemos adoptado el término lóbulo para iden-
tificar la unidad estructural del testículo, equivalente al túbulo seminífero
de mamíferos. En cada lóbulo las células. germinativas se encuentran distri-
buidas en pequeños cistos. El desarrollo de las células germinales en el inte-
rior de un cisto es sincrónico y es al mismo tiempo asincrónico respecto a los
demás. De tal modo que las diversas etapas “del proceso espermatogénico
se encuentran en los diferentes cistos. También, para evitar controversias, en la
H, Ce:isola B. y F. Pérez G. BASILICHTHYS AUSTRALIS 91
Fig. 12. Espermatocito primario en estado de zigoteno. Se indica un complejo sinapto-
némico (flecha). X 14.700.
Fig. 13. Grupo de espermátidas tempranas. [En posición cercana al núcleo se indica
la presencia de un centríolo proximal (P) y de un centríolo distal (D). Se indica
también un complejo de Golgi (G) y la diferenciación inicial del flagelo (F).
X 10.150.
Fig. 14. Desmosomas (flechas) en células císticas de dos cistos adyacentes. X 20,300,
Fig. 15. Se indican las láminas basales (LB) de las células císticas (CC) y un mate-
rial amorfo entre las membranas (asterisco). En la parte superior izquierda de la
fig. se encuentra una espermátida (ST) en el lumen de un cisto y en la parte infe-
rior se vé una vacuola digestiva (VD) en la célula cística de un lóbulo vecino. Se
indica también un pliegue de la lámina basal (flecha). X 21.000.
Fig. 16. Parte de células císticas mostrando vacuolas digestivas (VD) y cuerpos
residuales en su interior (CR). X 5.780.
92 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
identificación de los principales tipos celulares que se encuentran en la estruc-
tura testicular hemos denominado célula cística a la célula semejante a la
célula de Sertoli descrita en mamíferos y célula intersticial a las células seme-
jantes a las células de Leydig que se encuentran en los espacios interlobula-
res. Otras células que están presentes inmediatamente por fuera de la pared
lobular, son las células limitantes que serían semejantes a las células peritu-
bulares del túbulo seminífero de mamífero.
La presencia de espermatogonias únicamente en la región más distal
del lóbulo nos indica que el testículo de B. «australis pertenece al tipo que
tiene “distribución espermatogonial restringida” según la definición de Grier
et al. (1980) y Grier (1981) para la estructura testicular de Teleósteos.
Este mismo autor agrega que este tipo de testículo aparece solamente en
Ateriniformes.
Se ha descrito dos tipos de espermatogonias, tipo A y tipo B. La esper-
matogonia tipo A representa eel origen de la línea germinativa y el tipo B
es una célula más diferenciada que proviene de su predecesora y que subse-
cuentemente dará origen al resto de la línea germinativa. El aspecto del
núcleo de la espermatogonia tipo A nos revela un mínimo de actividad celu-
lar respecto a la espermatogonia tipo B. No se describen las fases intermedias
entre los tipos principales descritos ya que mostraron sutiles variaciones en
su grado de diferenciación.
Las laminillas anilladas que se ven en el citoplasma de las espermato-
gonias tipo A han sido observadas también en una gran variedad de tipos
celulares y aparecen comúnmente en el citoplasma de las células germinati-
vas de vertebrados (ver revisión en Kessel 1965). La presencia de ribosomas
asociados con ellas sugiere que representan una forma de especialización
del reticuloendoplasma de estas células para los procesos de diferenciación.
Los agrupamientos mitocondriales dispuestos en el citoplasma de las
espermatogonias constituyen también otra característica de los estados inicia-
les de la espermatogénesis. Estos agrupamientos mitocondriales encontrados
en la especie descrita son más pequeños y están en menor cantidad que los
descritos en Cyprinidae (Clérot 1976) o en Salmonidae (¡Beams y Kessel
1973). Respecto a la presencia de estas últimas estructuras, Clérot (1976)
estima que estarían involucradas de alguna manera en la formación de nue-
vas mitocondrias, pero nosotros no hemos observado alguna evidencia que
permita apoyar esta sugerencia,
Respecto a los puentes intercelulares, de acuerdo con Fawcett (1961)
y con Gondos y Zamboni (1969) juegan un rol importante en el sincronis-
mo de la diferenciación de las células germinativas. En el testículo de B.
australis el aspecto de los puentes intercelulares entre las espermatogonias es
semejante a lo descrito en el testículo de Cyprinidae (Clérot 1971).
Con las sucesivas divisiones celulares de la línea espermatogénica, los
núcleos se van haciendo más pequeños. El tamaño promedio de los núcleos
de las espermatogonias y de los espermatocitos primarios es semejante al
promedio encontrado en otros Teleósteos (Moser 1967, Carrillo y Zanuy
1977). Al comparar el tamaño de los núcleos de las diferentes células esperma-
togénicas son las espermatogonias las que presentan el núcleo de mayores
H. Cerisola B. y F. Pérez G. BASILICHTHYS AUSTRALIS : AA 93
Fig. 17. Asociación simple de las espermátidas jóvenes (ST) con las células císticas
(CC). X 11.730.
Fig. 18. Hacia el lado derecho de la fig. se muestra un grupo de espermátidas en una
etapa intermedia de diferenciación. La cromatina está en proceso de condensación. En
el citoplasma ubicado frente a la escotadura del núcleo (flecha) se disponen los cen-
tríolos y la base del flagelo. Hacia el lado izquierdo de la fig. se indican algunas
espermátidas tardías. X 7.650.
Fig. 19. Grupo espermátidas tempranas en el interior de un cisto. Las colas se
encuentran agrupadas en un sector (asterisco). X 7.650,
94 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
dimensiones, lo que está de acuerdo con lo observado en otros Teleósteos
(Carrillo y Zanuy 1977).
Se ha visto que los cistos van aumentando de tamaño a medida que se
dividen las células germinales contenidas en ellos. También se observó que
las paredes de los cistos se hacen muy delgadas y no presentan modificacio-
nes especiales para recibir o sostener a las células espermatogénicas. En rela-
ción a esto último, Grier (1975) estima que cuando la asociación de la
célula espermática con la célula cística no es evidente en cuanto a la exis-
tencia de una modificación especial por parte de estas últimas, los esper-
mios son esparcidos en el medio sin formar agrupamientos y la fecundación
es de tipo externa, hechos que coinciden con lo observado en el testículo de
B. australis. No sucede así en el caso de los teleósteos Goodeidae (Grier
1975) en los que se ha descrito modificaciones del citoplasma apical de las
células císticas que permitirían el anclaje de las células germinativas y parti-
ciparían, además, en la formación de manojos espermáticos que son nece-
sarios para la fecundación de tipo interno. En ejemplares de otras familias
de Ateriniformes pueden presentarse manojos espermáticos en forma de
espermatóforos (Grier 1981) o de espermatozeugmata (Grier et al. 1978).
Estas formaciones no las encontramos en el testículo de B. australis.
La presencia de vacuolas fagocíticas en las células císticas nos estaría
indicando que ocurren actividades celulares que conducen a la eliminación
de las células germinativas en degeneración y/o residuales. La fagocitosis
de cuerpos residuales por parte de las células císticas nos ha servido también
para establecer su identificación, de acuerdo con Grier y Linton (1977).
La lámina basal de las células císticas se distingue fácilmente, porque
presenta abundantes pliegues y, además, por las microfibrillas que se en-
cuentran dispuestas en una sola capa. En la región distal del lóbulo, a nivel
de los tabiques de separación de ellos, se ven células mioides que se van
adelgazando a medida que se profundizan entre los lóbulos localizándose
entre las láminas basales de las células císticas, formando en conjunto con
otros elementos una lámina propria, La lámina propria es semejante en algu-
nos aspectos a las descritas para mamíferos por Bustos- Obregón (1976), espe-
cialmente en lo que se refiere a la presencia de pliegues de la lámina basal,
pero difiere en cuanto a la distribución de las células mioides, las cuales
aparecen dispuestas ten una sola capa, pudiendo incluso estar ausentes en
algunos sectores. Los espermios liberados de los cistos van pasando a los
conductos eferentes y de éstos al ductus principal. Probablemente durante la
espermiación la maquinaria contráctil de la célula cística asume un rol im-
portante en el vaciamiento del cisto, mientras que las células mioides po-
drían facilitar la movilización de los espermios libres en el lumen lobular
hacia los conductos espermáticos.
Solamente los espermatocitos más periféricos del cisto están relaciona-
dos con las células císticas y cuando el estado de diferenciación de aquéllos
se aproxima a la etapa de espermátidas se va perdiendo la asociación
íntima con las células rísticas. Podría asumirse que la función nutricia de
estas células se realiza mediante la regulación del medio que está presente
entre las células germinativas.
H. Cerisola B. y F. Pérez G. BASILIGHTHYS AUSTRALIS 95
Fig. 20. Interconección de los conductos eferentes (flecha). El lumen de estos con-
ductos se hace más amplio a medida que se acercan al ductus principal, X 288.
Fig. 21. Epitelio del ductus principal (Ep.) formado por células altas con gránulos de
secreción. En el lumen del ductus principal (DU) se encuentra una gran cantidad
de espermios. X 288.
96 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol. 15, 1982
Otro rasgo estructural que ha sido muy discutido es la presencia y
función de las células intersticiales (tipo Leydig) (Guraya 1976, Grier 1981).
Estas células en B. australis no se distinguen mediante la microscopía de luz,
pero sí es posible identificarlas utilizando la microscopía electrónica. Aunque
escasas, sus rasgos generales son semejantes a los observados en otras espe-
cies. La escasez de estas células en los testículos maduros se debería proba-
blemente a que muchas de ellas han comenzado a experimentar cambios
involutivos. En futuros estudios se verá la relación entre las células inters-
ticiales y el grado de madurez gonadal. En cuanto a su función, nosotros no
hicimos pruebas histoquímicas para su estudio, pero se sabe que están com-
prometidas en la esteroidogénesis junto a las células císticas (Yaron 1966).
En cuanto a las células limitantes del lóbulo se ha visto que en B. axs-
tralis son semejantes a otros Ateriniformes (Grier et al. 1980), es decir,
pueden «estar completamente ausentes en algunos sectores de la pared del
lóbulo. Esto explica nuestras observaciones respecto a la yuxtaposición de
las láminas basales de los lóbulos vecinos en algunas áreas, en las cuales
no aparecen estas células limitantes ni las células mioides.
El epitelio del ductus principal, que es alto y de tipo secretor experi-
menta un cambio morfocelular después de la liberación de los espermato-
z0Os, lo cual nos sugiere que la gran actividad celular de este epitelio du-
rante la espermatogénesis podría estar relacionada con algún tipo especial
de secreción, cuya significación podría encontrarse en la nutrición espermá-
tica,
Varios aspectos anotados sobre la «estructura testicular del B. australis
tales como: asociación lisa entre las células espermáticas y las células císti-
cas; presencia de núcleos redondeados en las células de la línea germinal y,
finalmente, la ausencia de espermatóforos o de espermatozeugmata, son coin-
cidentes con los de otras especies de teleósteos que tienen fecundación exter-
na, pero nuevos y detallados estudios se requieren como para establecerlos
como un criterio general que permita conocer el tipo de fecundación en
otros teleósteos.
Se comprueba también que la estructura testicular del B. australis es
similar a la descrita en otras especies de otras familias de Ateriniformes de
algunas regiones de Norteamérica, especialmente en lo que se refiere al tipo
de distribución espermatogonial restringido. Este último aspecto nos indica
que habría un carácter primitivo en sus ancestros y que se ha mantenido en
los Ateriniformes actuales.
AGRADECIMIENTOS: Los autores agradecen la valiosa asistencia técnica de
Edith Méndez W. También al Laboratorio de Biología Celular de la Universidad de
Valparaíso por la ayuda en la confección de los cortes ultrafinos y las facilidades
otorgadas para el uso del microscopio electrónico.
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Valparaiso, Chile 99
NOTA CIENTIFICA:
ESTIMACION DEL VOLUMEN CEREBRAL EN CONEJOS
SERGIO ZUNINO
Durante largo tiempo ha existido preocupación por la determinación de
la capacidad craneana en conejos (Oryctolagus cuniculms), así como en otros
mamíferos. Darwin (1968), ya había hecho resaltar la existencia de diferen-
cias volumétricas, entre conejos domésticos y silvestres. Posteriormente, Pear-
son y Davin (1924), Huckinghaus (1965), Schauenberg (1969), Heran
(1973), Mougin (1975), Derenne y Mougin (1976), Zunino (1984), han
utilizado el volumen cerebral como un parámetro más en la búsqueda de solu-
ciones a problemas de variación y diferenciación morfológica, evolución y
otros.
La técnica para el cálculo de la capacidad craneana se ha mantenido con
pocas modificaciones:
— Obturación de los orificios del cráneo, para evitar pérdidas del elemento
de relleno, foramen óptico, foramen lacerum-anterior, foramen hipofisia-
rio y coanas internas.
— Relleno de la cavidad hasta el agujero occipital con un producto de grano
homogéneo: arena, pequeñas semillas secas, granalla metálica u otro ele-
mento. Durante este proceso se agita cuidadosamente el cráneo a fin de
repartir uniformemente el relleno.
— Vertido del contenido, ya sea un medio líquido apropiado para medir el
volumen por desplazamiento o directamente en un tubo graduado en cm.
Este procedimiento es recomendable cuando es posible alterar los cráneos
con la obturación de los orificios y cuando el número de cráneos es reducido,
pues es una técnica larga de efectuar.
Ante la necesidad de estudiar una larga serie de material (más de 600
cráneos pertenecientes a: Academia de Giencias de California, Museo de His-
toria Natural de París, Universidad Complutense de Madrid, Museo de Lund
de Suecia e Instituto de Investigaciones Keith Thurnbull de Australia). Y,
considerando la imposibilidad de dañar las muestras, se desarrolló una expre-
sión matemática que permitiera estimar el volumen cerebral de los conejos.
Para calcular el volumen teórico (Vit) del cráneo se observó, mediante
vaciados de yeso, que la forma del cerebro de conejo se puede asimilar a una
esfera. El radio al cubo fue descompuesto en: el cuadrado de la mitad del
ancho de la caja craneana (AC) medido inmediatamente detrás de las apófi-
sis zigomáticas, por la sumatoria de los largos de las suturas frontal (LSF)
y parietal (LSP). Por tanto el volumen teórico (Vt) fue estimado por:
Vt = 4/3 pi (AC/2)? - (LSF + LSP)
Museo de Historia Natural de Valparaíso, Casilla 925, Viña del Mar, Chile.
100 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Vol, 15, 1982
Entre los volúmenes teóricos y reales existe una diferencia - numérica, la
que es salvada con un coeficiente de corrección (K), igual a 0.779. La expre-
sión final para estimar el volumen es:
VIVE VE 8)
El volumen real medio para los noventa cráneos empleados fue de:
8.92 + 1,047 cc. (6.11—10.37), y el volumen calculado de estos mismos, me-
diante la fórmula propuesta fue de: 8.97 40 ,796 cc. (5.66—11,06);.no. se
encontró diferencias significativas entre estos.
El regular valor de la correlación, r= 0.781, entre el volumen real y
el calculado jes debido a que son las longitudes de las suturas frontales y pa-
rietales, las que introdujeron la mayor variabilidad con un coeficiente de va-
riación de 6.5 y 6.17%, respectivamente.
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de garenno Oryctolagus cunicu!is L. 1758. Thése 3 éme. cycle. Université de Montpe-
llier TL.
Valparaíso, Chile 101
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1.— PRESENTACION DEL TEXTO: Dactilografiado en tamaño carta con un margen de 3 cm.
por lado.
2.—TITULO: En mayúsculas y ubicado al centro superior de la primera página. Debe ser conciso
y directamente relacionado con el contenido
3.—NOMBRE DE AUTORES: Ubicados bajo el título y al centro. Reducidos a nombres y ape-
llidos, sin títulos académicos u otros.
4.—INSTITUCION A QUE PERTENECEN: Mediante un asterisco detrás del nombre de los
autores, se envía a nota de pie de página en que se consigna esta calidad.
5—ESQUEMA BASICO DE LOS TRABAJOS: Se recomienda.
—Abstract, en inglés, francés o alemán.
— Introducción, incluirá antecedentes generales, presentación de objetivos e hipótesis.
—Material y método. Se expondrá la metodología de obtención, análisis de datos y la carac-
terización del sustrato con el cual se trabaja.
—Resultados y discusión. Incluirá análisis e interpretación de la información. Si se considera
necesario, ambos aspectos pueden ir separados.
—Conclusiones. Deben quedar claramente expuestas, de manera que se destaquen los aportes
reales del trabajo.
—Referencias. Incluirá todos los trabajos citados en el texto.
—Presentación de referencias. Se ordenará alfabéticamente por autores. Para un mismo au-
tor se ordenará cronológicamente si hay reiteración de un año, se separarán por letras mi-
núsculas. Debe escribirse la totalidad de los autores en la referencia. La expresión “Wi-
lliams et al.” mo procede.
—Ia cita de artículos de revista debe seguir el siguiente orden: apellido del autor, iniciales
del nombre, punto, año de publicación, punto, título del artículo, punto, abreviación inter-
nacional de la revista, coma, volumen en números árabes subrayados, número de fascículo
entre paréntesis, dos puntos, primera y última página del artículo separados por guión,
punto.
—La cita de libros lleva el siguiente orden:
Apellido del autor, inicial del autor (seguido de la expresión ed. si se trata de editor),
punto, año de publicación, punto, título (edición sólo a partir de la segunda), punto,
Editorial, punto, ciudad de publicación, punto.
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ción (manuscrito, en prensa, etc.).
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—Citas en el texto: se harán indicando apellido del autor y año de publicación, sin sepa-
ración por coma o punto.
—Figuras: Gráficos, diagramas y fotografías se denominarán figura (Fig.). Hechas a tinta
china en papel diamante o couche. Deben numerarse en forma correlativa y ser acompaña-
das de sus respectivas Icyendas en hoja separada. Debe indicarse el lugar del texto en que
conviene ubicarlas y la reduccién deseada.
—Cuadros: Numerados en forma correlativa con su respectiva leyenda en la parte superior,
la que debe ser concisa y globalizante de la información expuesta. Si se presentan en
hoja separada, indicar lugar del texto en que procede ubicarla.
—Agradecimientos sobrios, escuetos. Ubicación antes de las Referencias.
—Sólo se subrayan los nombres científicos.
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son necesarias, el costo suplementario que esto demande será de cargo del autor.
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Wit bitten um Austausch mit aehnlichen Fachzeitschriften.
Dirigirse: Museo de Historia Natural - Casilla 925 - Viña del Mar - CHILE.