ISSN 0716 - 0178
MINISTERIO DE EDUCACION PUBLICA
DIRECCION DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS
UNIVERSIDAD CATOLICA DE VALPARAISO
ANALES
MUSEO de HISTORIA NATURAL
de VALPARAISO
CHILE
ISSN 0716 — 0178 An. Mus. Hist. Nat. Vol. 20 1989 Valparaíso Chile
ISSN 0716-0178
MINISTERIO DE EDUCACION PUBLICA Y
DIRECCION DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS
UNIVERSIDAD CATOLICA DE VALPARAISO
ANALES
MUSEO de HISTORIA NATURAL
de VALPARAISO
CHILE
ISSN 0716 — 0178 An. Mus. Hist, Nat. Vol. 20 1989 Valparaíso Chile
EDICIONES DE LA DIRECCION DE BIBLIOTECAS ARCHIVOS Y MUSEOS
RICARDO LAGOS ESCOBAR
RAUL ALLARD NEUMAN
SERGIO VILLALOBOS RIVERA
MAURICIO MASSONE MEZZANO
Ministro de Educación Pública
Su bsecretario de Educación
Director de Bibliotecas Archivos y Museos
Jefe Departamento de Museos
Conservador del Museo de
Historia Natural de Valparaiso ANA AVALOS VALENZUELA
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAISO
Director de Anales
ROBERTO GAJARDO TOBAR
EDITORES
SERGIO ZUNINO T.
FRANCISCO SAIZ G.
CONSULTORES
Cabezas B., Víctor
Camousseight M., Ariel
Covarrubias B., Rene
Durán $., Eliana
Falabella S., Femanda
Fonseca, Tomas
Jacksic A., Fabián
López, Luis
Malet, Bernardo
articorena P., Clodomiro
Matthei J., Oscar
Montenegro, Gloria
Muñoz S., Melica
Ortiz Z., Juan Carlos
Penna Y., Mario
Prado, Roberto
Ramirez G., Carlos
Riveros G., Guillermo
Mora. Guido
Simonetti Z., Javier
Schlatter, Roberto
Toro G., Haroldo
Vila, Irma
Zemelman Z., Raúl
Zunino, Mario
Zúñiga M., Luis
Museo de Historia Natural de
Valparaiso.
Universidad Catolica de Valparaiso
Univ. Catolica de Valparaíso
Museo Nacional de Historia Natural
San tiago
Universidad de Chile
Museo Nacional de Historia Natural
San tiago
Universidad de Chile
Ingemar
Universidad Católica de Chile
Universidad de Valparaiso
Universidad de Valparaiso
Universidad de Concepción
Universidad de Concepción
Universidad Católica de Chile
Museo Nacional de Historia Natural
San tiago
Universidad de Concepción
Universidad de Chile
Universidad de Valparaiso
Universidad Austral de Valdivia
Universidad de Playa Ancha de
Ciencias de la Educación
Universidad Católica de Chile
Universidad de Chile
Universidad Austral de Valdivia
Universidad Católica de Valparaiso
Universidad de Chile
Universidad de Concepción
Universidad de Palermo, ltalia
Universidad Católica de Valparaiso
Edición de 600 ejemplares
Museo de Historia Natural de Valparaiso
Condell 1546 Casilla 3208 Correo 3 Teléfono 257441
Valparaíso — Chile
Revista indexada en
Aquatic Sciences and Fisheries Abstracts
Bulletin Signalé tique
Zoological Record
ANALES
DEL
MUSEO DE HISTORIA NATURAL
Vol. 20 VALPARAISO - CHILE
INDICE
Advección superficial del fitoplancton en la Laguna Grande de San Pedro.
PATRICIO DOMINGUEZ: y: DUNNY CASANOVA 0...
Estudio sobre capacidad germinativa y viabilidad temporal de semillas de Jubaea chilensis
FRANCISCO SAIZ, LEONARDO ANTIVILO y LEOPOLDO SILVA ................
Presencia de Ergacilus sieboldi en el plancton de un lago andino argentino.
BEATRIZ E. MODENUTTI y ESTEBAN G. BALSETIRO ............o..o.o ooo... ..
Una observación sobre vibrionaceas entéricas marinas.
FLAMES TP. ROBESONS: 2 a ad O O a E A MA A AÑ
El género neotropical Incamyia Towsend, 1912 en Chile, con una clave para sus especies.
CHRISTIAN/R. GONZALEZ y ABEL.HENRY 0... viana ds a Ad
Estudio de los cambios de la mesofauna asociada a la descomposición de cadáveres de conejos
en clima mediterráneo.
FRANCISCO SAIZ, EDOARDO TOSTI-CROCE y SOLEDAD LEIVA ...............
Contribución a la sistemática de Caiman latirostris (Daudín, 1802) (Crocodylia, Alligatori-
dae).
MARCELO CREA, JORGE MERLER y RUBEN QUINTANA .........o.o...ooooo oo.
Contribución a la biogeografía del género Mo/othrus y extensión del rango septentrional del
“Mirlo”, M. bonariensis (Gmelin, 1789) en Chile. (Aves: Icteridae).
VICTOR CABEZAS, HAROLDO TORO, LUISA RUZ y ELIZABETH CHIAPPA........
Análisis de la comunicación sonora de tres especies de golondrinas (Notiochelidon cyanoleu-
ca, Tachycineta leucorrhoa y T. albiventer, Fam: Hirundinidae).
GUIDFTERMO* RIVEROS. A RT A A ES
Nuevos antecedentes de la dieta de Ty to alba en el Parque Nacional La Campana.
SERGIO ZUNINO y MAURICIO ARCOS: ue ass o op a e e o ls
Sobreposición de nichos y patrones de distribución de Lutra felina y L. provocax (Mustelidae,
Carnivora) en el medio marino de Sudamérica Austral.
WATER HESTEPLEELDE S.A E A O
Uso de derivadores y distribución de corrientes en el embalse Peñuelas (Valparaíso, Chile).
HERNAN VILLAGRAN y PATRICIO DOMINGUEZ .........o.o.oo.o.oocoocconoooo..
1989
Pág.
41
75
81
85
99
103
109
. bil <A , bd”
ARM GAÑIDAD HOT
Y UR bolaringmes sl e lina
e A tada it ps
E e di LORA OMR ABI
k
E A 4 aia dcAi iia alce. rosana
| RODA PARO E OS ORI
A rra. da ad a ordistad al Srta y and bs pboqe do?
A IN AN A la rim)
ie al a a. - d IVA MATTIAW
LO aaa? ar lies dy A «y nas
¿ Md AMA OO IURTAA y HA OA DY MAGIA
a ea
An. Mus, Hist. Nat. Valparaíso, 20: 5 - 18, 1989
ADVECCION SUPERFICIAL DEL FITOPLANCTON EN LA LAGUNA GRANDE
DE SAN PEDRO
(CONCEPCION, CHILE)*
PATRICIO DOMINGUEZ y DUNNY CASANOVA. **
ABSTRACT
In this paper the working hipothesis was that spatial distribution of phytoplankton algae in lakes is dependent on the speed
and direction of water currents and weight of algae species.
The objectives were thw following: 1. To stimate the pattern of superficial currents induced by wind stress. 2. To sta-
blish weights of most abundant algal species, and 3. To stimate the spatial distribution of these algae in relation to current
speed in two scales (microscale and lake scale).
The experimental approach considered the following subject: 1. The superficial layer (50 cm) of Laguna Grande de San
Pedro (Concepción, Chile); 2. The currents induced by wind stress when anticyclonic climatic conditions are dominant (s-
SW winds) and 3, The most abundant algae present in this layer trouggh January 15th - 16th, 1985. In addition Northern,
Central and Southern sector were individualized across the lake, in accord to water circulations models for lakes of similar
features.
The results were:
1. The current speed was 1.6%/o0 of wind speed. The direction of current was variable and was dependent on wind speed.
This linear relation was held for wind speed between 0 and 300 m/min; above this speed, it became asy mptotic.
2. Three weight classes for algae species were observed: “Light” (Rhodomonas minuta, Cryptomonas erosa), “Middle (as-
terionella formosa, Sphaerocystis schroeteri, Cosmoclasium constrictum, Closterium acutum var. variabile) and “Heavy”
(Staurastrum gracile, Staurodesmus mamillatus, Melosira granulata).
3. The distribution of certain algae (R. minuta, C. erosa and A. formosa) was more affected by turbulence than horizontal
advection by currents. The other species did not show significant spatial variations. This affect was observed in micros-
cale and lake scale.
INTRODUCCION
El modelo propuesto por Kierstead y Slobod-
kin (1953) y Skellan (1951), conocido como mo-
delo KISS, ha servido de marco conceptual a las
investigaciones tanto en ecología marina como en
limnología. Postula que la persistencia espacial
y temporal de los conglomerados de algas depende
de que la tasa neta de cambio de la biomasa, sea
capaz de compensar las pérdidas por difusión que
experimenta el conglomerado, como producto de
la advección. Este modelo describe la ecología
de las algas en términos de biomasa total y el mo-
delo utiliza un valor único para la tasa de creci-
miento de la biomasa (una división por día) (Ha-
rris, 1986).
Esta proposición considera un cierto grado de
homeostasis por parte del conglomerado, que se
expresa en un área mínima de 1 km. En la medida
que aumenta la velocidad de la corriente y/o las
tasas de crecimiento de las algas son bajas, la con-
dicionante ambiental se hace predominante y la
distribución de éstas, es determinada, principal-
mente, por el componente abiótico (Powell et
> Trabajo financiado parcialmente por Dirección de In-
. . .?
vestigación. Universidad de Concepcion.
«* Sección Ecología. Universidad Católica de Valparaí-
so. Casilla 4059. Valparaíso.
al., 1975; Therriault y Platt, 1978 y 1981; Platt
y Denman, 1980; Herman y Platt, 1980; Cóté
y Platt, 1983; Trimbee y Harris, 1983). Por su
parte, Harris y Smith (1977), Sandusky y Horne
(1978) y Stoeckere! al. (1984) han registrado agru-
pamiento horizontal a escalas muy pequeñas (de
1 a 12 m), pero esta organización es relativamente
transitoria y puede ser modificada o suprimida por
la fuerza del viento.
George y Edwards (1976) y George y Heaney
(1978) se aproximan al problema analizando el
comportamiento frente al viento de algunas espe-
cies de algas y detectan una relación inversa entre
la formación de conglomerados y la velocidad del
viento en dos lagos de pequeñas dimensiones. Es-
tos autores, al reducir la escala de trabajo, incor-
poran al análisis las características biológicas de
los organismos fitoplanctónicos, y señalan que
aquellos neutralmente flotantes responden de ma-
nera diferente a la advección de aquellas algas
vacuoladas, como las cianofíceas, distribuyéndose
desigualmente a lo largo del lago.
Anales Museo de Historia Natural
Entre estas características biológicas destacan
mucílagos, apéndices, vacuolas gaseosas y flage-
los entre otros, que sirven para compensar, en al-
guna medida, la fuerza de gravedad. De esta ma-
nera, las algas presentan diferentes pesos especi-
ficos y, por consiguiente, diferentes tasas de se-
dimentación; aquellas algas con tasa de sedimenta-
ción baja pueden considerarse como partículas
más livianas que aquellas algas que sedimentan más
rápido (pesadas). Como estas características son
atributos de las especies, las algas deberían con-
servar esta cualidad cuando están afectadas por
una corriente que las transporta horizontalmente.
Bajo estos planteamiento se puede postular
que existiría una respuesta diferenciada de las es-
pecies a la advección, la cual sería función de sus
pesos relativos que, de existir, debería expresarse
como una segregación en el espacio de los tipos
de algas.
Para enfrentar un problema de esta naturaleza
se requiere de un conocimiento mínimo de la
hidrodinámica de los sistemas lacustres seleccio-
nados para el estudio. Sin embargo en Chile,
este campo es prácticamente inexplorado y no
existen antecedentes; sólo es posible disponer
de las batimetrías de algunos lagos chilenos (Are-
nas, 1972; Campos et al., 1977; Dellarossa y Pa-
rra, 1985 entre otros). Antecedentes acerca de
distribución horizontal de plancton tampoco
existen y en la literatura sólo se encuentran as-
pectos de dinámica comunitaria en una perspec-
tiva temporal (Parra ef al., 1980; Domínguez y
Zúñiga, 1979; Zúñiga et al., 1985, entre otros).
Las consideraciones expuestas han llevado a
plantear una investigación de tipo preliminar en
este ámbito, cuyo principal objetivo es valorar
el efecto de la corriente de superficie inducida por
el viento, sobre el transporte horizontal de las al-
gas en función de sus pesos relativos.
Los objetivos específicos de esta investigación
son:
l. Inferir un patrón de corrientes superficiales
inducidas por el viento dominante en condicio-
nes anticiclónicas.
2. Establecer el peso relativo de las especies abun-
dantes.
3. Estimar el patrón de distribución espacial de
algunas algas en superficie en función de la co-
rriente y de sus pesos relativos.
6
Vol. 20, 1989
CARACTERISTICAS DEL AREA DE ESTUDIO
Laguna Grande de San Pedro (360 52” S, 730 06'
W) se encuentra enclavada en la parte nord-orien-
tal de la Cordillera de Nahuelbuta, al Sur del río
Bío-Bío y aproximadamente a 4 km de la ciudad
de Concepción. Su alineamiento respecto a su eje
mayor es SSW a NNE.El plano batimétrico (Fig.1)
muestra un cauce alargado, de pendientes abruptas
que se suavizan hacia el Sector Norte y carece de
accidentes geográficos relevantes. El espejo de agua
ocupa 157.7 há, con un largo máximo de 2.67 km
y un ancho máximo de 1.37 km. Se encuentra
a 4 m.s.n.m.
La temperatura del cuerpo de agua durante el
invierno alcanza a 100 C y en verano a 210 C con
perfiles térmicos homogéneos. Los fuertes vientos
dominantes (del norte en invierno y del suroeste
en verano) se orientan siguiendo el eje longitudi-
nal del lago. Ha sido clasificado como polimíctico
(Dellarossa y Parra, 1985). En este lugar y bajo
condiciones climáticas de dominio anticiclónico
se hicieron las mediciones y recolecciones del ma-
terial de estudio.
MATERIALES Y METODOS
l, Establecimiento de la dirección y velocidad de
la corriente superficial inducida por el viento
Sur-Suroeste.
Esta etapa requirió de 25 salidas a terreno bajo
condiciones anticiclónicas, realizadas con el ob-
jeto de estimar dirección y velocidad de la corrien-
te inducida por el viento en el estrato superficial
(50 cm).
El derivador utilizado tiene una relación área
emergida: área sumergida de 1:20. Fue cons-
truido con un eje de fierro y aspas de aislapol
de 15 cm x10 cm las que se localizaron entre 10
y 40 cm bajo la superficie del agua. La veloci-
dad fue medida cronometrando el tiempo
empleado en recorrer una distancia de 20 - 30
m, medidos en un hilo que se ató al derivador.
Una vez detenido se midió, con un compás mag-
nético, el ángulo formado por el derivador, una
boya de referencia (que se ancló en forma inde-
pendiente en un costado del bote) y el Norte
magnético (George y Heaney, 1978). Las medi-
ciones se realizaron en un punto central de los
sectores Norte, Centro y Sur del lago, cuyas
dimensiones corresponden a 1/3 de la longitud
del lago en cada caso.
Patricio Domínguez y Dunny Casanova
Advección superficial del ...
s $
| / l
Shan?
O 100 200 300 400 500
o hee joa!
Escala 1:5000
Simultáneamente se midió dirección y veloci-
dad del viento con una veleta portátil que se
localizó a 1.5 m sobre el nivel del agua. Los
vectores resultantes fueron estimados según el mé-
todo de la descomposición rectangular (Sears,
1960). Las velocidades fueron expresadas en
mfmin y la dirección del viento y de la corriente
en grados sexagesimales.
2. Consideración del régimen del viento.
El régimen de vientos, para efecto del trabajo,
fue definido de la siguiente manera:
a. Período de calma (C). Carencia de vientos o
vientos con velocidad inferior a 50 m/min.
En el espejo de agua se refleja el paisaje circun-
dante. El trabajo contempló mediciones en el
momento de calma matinal (C-1) y hacia el
final de este período (C-2), que se caracteriza
por la deformación de la imagen del entorno
sobre el espejo de agua.
b. Período de viento suave (S). Vientos iguales o
superiores a 50 m/min e inferioresa 160 m/min.
El espejo de agua muestra olas suaves, parejas
y cresta blancas.
c. Período de viento fuerte (F). Viento igual o
superior a 160 m/min. Se visualiza oleaje fuer-
te y persistente, con olas que alcanzan un ta-
maño considerable. Este período se ha subdi-
vidido de la siguiente manera:
F-1: Velocidad del viento entre 160 y 250 m/
min en incremento.
F*: Velocidad del viento superior a 250 m/
min,
F 2: Velocidad del viento similar a F-1, pero
en declinación.
3. Establecimiento de los pesos relativos de las
especies.
El material fue obtenido por arrastre de una red
de 35 um de malla. En laboratorio, el material fue
diluido en agua fresca filtrada procedente de la
laguna. De esta dilución se tomó una alícuota
que fue puesta a sedimentar en una cámara Uter-
móhl de 10 ml (altura = 2.0 cm). El proceso de
sedimentación fue seguido mediante recuentos
sucesivos de cada una de las muestras, contabili-
zándose en ellas la totalidad de las especies selec-
cionadas.
La observación se realizó durante un tiempo
máximo para cada una de cuatro experiencias.
No se realizó más experiencias debido a que la
estructura comunitaria de la laguna es muy diná-
mica y aquella con que se trabajó fue reemplaza-
da rápidamente por otra diferente. Cosmocladium
constrictum apareció sólo en una oportunidad, de
ahí la deficiencia de información sobre esta espe-
cie. Rhodomonas minuta y Cryptomonas erosa
sedimentaron, en todos los casos, una vez que la
Anales Museo de Historia Natural
muestra fue fijada. Además, la duración de cada
experiencia fue variable dependiendo de las con-
diciones ambientales en el laboratorio al momen-
to de hacer el recuento. La estabilización del nú-
mero se consideró como un índice de que la
totalidad de los organismos de una especie parti-
cular había sedimentado. Como tiempo de sedi-
mentación fue considerado el instante en que se
registró la decantación del 900/0 de sus indivi-
duos en cada experiencia. Estos tiempos fueron
promediados para las cuatro experiencias y así
se obtuvo un tiempo promedio de sedimentación
por especie.
Posteriormente se correlacionó (Indice de
Spearman) los tiempos de sedimentación de las
cuatro experiencias para establecer si reproducian
un mismo modelo de decantación. “Finalmente se
clasificó a las especies según sus tiempos prome-
dios de sedimentación en tres grupos: Livianas
(tiempos mayores que 900/0), intermedias (tiemn-
pos de 50 a 900/0) y pesadas (tiempos menores
que 500/0).
4. Diseño muestral:
Se contempló dos niveles de análisis: i) macroes-
cala, tendiente a valorar el efecto de la corriente
sobre la distribución de las algas en el largo plazo e
ii) microescala, que tiende a valorar el efecto in-
mediato de la corriente en el transporte de las al-
gas.
Para el nivel de macroescala, se conservó la
división en tres sectores (Sur, Centro y Norte),
ya definidos anteriormente. Estos fueron estable-
cidos teniendo presente el modelo teórico de cir-
culación para lagos cuadrangulares (George, 1981).
En el caso de Laguna Grande de San Pedro exis-
tirían surgencias en el Sector Sur y hundimientos
en el Sector Norte cuando el viento es Sur-Suroes:
te. El Sector Centro correspondería a la zona de
flujo más libre de la corriente,
En cada uno de los sectores aludidos se ubicó
un rectángulo de muestreo (R.M.) de 100 mx 450
m, dispuesto en sentido paralelo al eje principal del
lago, que se correspondió con la dirección general
de la corriente (como quedará demostrado más
adelante). Además, éstos fueron dispuestos en una
sola línea en esa dirección, en el centro de cada
sector para evitar el efecto de los bordes (Fig.
2). Los tres R.M. fueron separados entre sí por
250 m, constituyendo en conjunto una macroes-
cala que permite medir variaciones cada 700 m a
lo largo del eje principal del lago.
Vol 20, 1989
Cada uno de estos tres R M., a su vez, fue divi-
dido en 9 pares de cuadrantes enfrentados que
permitió registrar variaciones a microescala en la
dirección del eje principal, con mediciones replica-
das. Cada cuadrante tuvo 50 m x 50 m y el par
de ellos fue considerado como la unidad del mues-
treo (Fig. 2). Para la selección de estas unidades
(pares de cuadrantes) se usó un muestro sistemá-
tico, quedando elegido un par cada dos a lo lar-
go de todo el lago. La selección al azar se inició
a partir del primer par del R.M. ubicado en el Sec-
tor Sur, De este modo, la microescala permitía
medir variaciones cada 100 m en la dirección del
eje principal. El marcaje de los R.M. se hizo con
boyas ubicadas cada 100 m y el área de cada cua-
drante fue estimada con un movimiento circular
de la embarcación, efectuado por delante de la bo-
ya (Fig. 2).
ESCALA = 1:5.000
300 en
Patricio Domínguez y Dunny Casanova
5. Tratamiento del fitoplancton.
Cada cuadrante seleccionado se muestreó el día
15 de enero de 1985 dos veces durante el perío-
do de calma (C-1 y C-2), una durante el perío-
do de viento suave (S) y tres durante el período
de viento fuerte (F-1, F* y F-2). Este muestreo
fue repetido al día siguiente, porque el efecto de
transporte podria expresarse al cabo de un ciclo
diario, o bien ser consecuencia de un efecto
acumulativo producto de más de un ciclo, Al
procederse de esta manera se pretendió cubrir el
rango en que podría manifestarse el efecto de
advección horizontal.
El muestreo se realizó de Sur a Norte y el tiem-
po empleado en recorrer cada R.M. fue de 8-12
min; el recorrido de los tres R.M. fue realizado en
30-40 min.
El fitoplancton fue recolectado con una bomba
de flujo continuo, con la embarcación en movi-
miento; la boca-toma se sumergió entre 10-30 cm
de profundidad, a unos 2m de distancia del bote.
En cada uno de los cuadrantes seleccionados se
recolectó alrededor de 5 1 de agua con el objeto
de aumentar la representatividad de la muestra,
una vez homogeneizada, se tomó una sub-mues-
tra de 100 ml, la cual fue fijada en lugol. Posterior-
mente las algas fueron contabilizadas, según la
técnica de Utermóhl y las abundancias se expresa-
ron en individuos/ 1.
6. Valoración del transporte horizontal de las algas.
Para valorar si existe advección horizontal de las
especies y en qué medida ésta se encuentra re-
lacionada con sus pesos, se supuso que las espe-
cies más livianas serían arrastradas más rápidamen-
te por la corriente que aquellas más pesadas.
Bajo este planteamiento se deberia esperar que
las especies más livianas aparecieran en mayor
abundancia más al norte en los pares de cuadran-
tes de cada R.M. (a microescala) y/o en los RM.
(a macroescala) y que sucediera lo contrario con
las especies más pesadas. El grado de advección de-
bería, además, encontrarse relacionado directa-
mente a la velocidad del viento. En el análisis
se debe considerar, entonces, estas tres fuentes
de variación: pares de cuadrantes o RM. según
fuera la escala analizada (C¡), velocidades del vien-
to (Vj) € interacción entre ambos (CV;;). Se usó
un modelo de análisis de varianza a dos factores
(efectos fijos), con interacción del tipo:
Advección superficial del ...
AS O A
coni= l,...,ajj= 1,...b;K= 1,2,3,4, (a microescala)
K = 1,2 (a macroescala)
Este ANVA fue conducido tanto a microescala
como macroescala cambiando sólo el factor C;, en
el primer caso referido a pares de cuadrantes y en
el otro a R.M. (o sectores), para la abundancia de
cada uno de los tres grupos de especies. Y ¡¡ es el
valor de abundancia referido ya sea al grupo de
especies pesadas, al de intermedias, al de livianas
o a algunas especies aisladas de interés.
Las tres hipótesis que se probaban con las re-
laciones F de estos ANVA fueron:
a. “La abundancia no varía entre paresde cuadran-
tes (a microescala) o R.M. (a macroescala)”.
El rechazo de esta hipótesis se interpretó co-
mo sugerente de variaciones espaciales de abun-
dancia, aunque no necesariamente debidas a la
velocidad del viento y por consiguiente del agua
(podría deberse a agregaciones).
b. “La abundancia no varía entre diferentes ve-
locidades de viento”. El rechazo de esta hipó-
tesis se interpretó como sugerente de variacio-
nes explicadas por transporte vertical debido
a un aumento de la turbulencia.
c. “La abundancia no varia entre pares de cuadran-
tes a diferentes velocidades de viento”. El re-
chazo de esta hipótesis se interpretó como su-
gerente de variaciones espaciales debidas al
cambio en la velocidad del viento y, por consi-
guiente, del agua.
RESULTADOS
1. CORRIENTE SUPERFICIAL BAJO CONDICION
ANTICICLONICA
Debido a la imposibilidad de medir la dirección
y velocidad de la corriente y cumplir, simultá-
neamente, con el muestreo de fitoplancton, se hi-
zo necesario conocer previamente el sistema de
corrientes generado bajo las condiciones climáticas
escogidas. El propósito fue lograr una buena
aproximación del efecto de advección, lo que re-
quiere que el fenómeno pueda expresarse, efecti-
vamente, en la escala seleccionada. Para ello se
analizó los siguientes aspectos:
a. Velocidad de viento y de corriente superficial.
No se observó diferencias estadísticamente sig-
nificativas entre las velocidades de viento re-
Anales Museo de Historia Natural
gistradas en los tres sectores del lago lo que per-
mite hablar de una sola velocidad a lo largo de
éste. Varió entre O y 300 m/min según fuera el
momento del día en que se hiciera la medición.
En todo este rango de variación, la velocidad de
la corriente deducida por mediciones en el de-
rivador) resultó relacionada linealmente de ma-
nera significativa (P < 0.01) con el viento.
De este modo se podría estimar la magnitud de
la corriente a partir de mediciones en el anemó-
metro, usando el modelo siguiente: V.C, =
. y +0.544*0.01551
Ade * p«.001
10.789
m.Sk
2m/min [
A DIRECCION DEL VIENTO
vel. comente [y)
0 100 200 300 400
mímin
vel mento [x 1 | DIRECCION DE LA CORRIENTE
km/h
Lo Sw
A
DIA 1 H
'
10 Ú jásl
¡
= '
E ;
5 ¡
a L
y 7
..
>
A
SS e E
E
15 1
a meo oo---
E
DIA 7
o
b.
Cc.
DIA 7
Vol. 20, 1989
0.544 + 0.0115 V. A. o, alo menos inferir un
aumento directo y proporcional de la velocidad
superficial de la corriente ante aumentos en la
velocidad del viento (Fig. 3a).
Dirección del viento y de la corriente superfi-
cial.
La dirección del viento varió entre 1750 y
2500 SW con una media de 2260, La corriente
superficial tenía igual dirección aunque varian-
do entre 190 y 260 SW. A medida que la velo-
cidad del viento aumentaba, la dirección de
la corriente más se aproximaba a la dirección
del viento y, por consiguiente, prácticamente
tomaba la misma dirección del eje principal de
la laguna (Fig. 3b).
Las mayores coincidencias entre dirección de
corriente y eje principal se obtuvieron en los
sectores Centro y Norte, a alrededor de 200
m/min de velocidad de viento. Las variaciones
mayores observadas entre dirección de corrien-
te y eje de muestreo en el sector Sur (Fig.
3b) no fueron tan importantes como para in-
validar las conclusiones que se podría llegar
a partir de las observaciones realizadas.
Régimen del viento durante los días de mues-
treo,
De las mediciones anemométricas efectuadas,
se observó un período de calma nocturna has-
ta las 9 hrs, seguido de un incremento en la
velocidad hasta las 17 hrs y un descenso a
partir de esa hora. Al segundo día el incremen-
to de velocidad fue mayor, probablemente
asociado a la estabilización climática. Sin
embargo, las diferencias entre los regímenes
de viento de ambos días no fueron estadística-
MNE MnE mmuL dd
117 1
E IS
MANE ME MHE Mn
_— AA AO
1“ 13 1 ” 1
21 tine)
Patricio Domínguez y Dunny Casanova
, loa tro 9) DIA 1
E F,
DIA 1
DIA 2
Norte
DIA 2
Centro Norte
Rhodomonas mimuta dnde erosa
DIA 1
DIA 1
Epa N
3
1 |
lo
Centro Sur Centro Norte
Asterionella cerdas Staurastrum gracile
N[tog,p(x+1)] DIA 1 DIA!
- HI |
1 4
]
C¡CSF,F'F
UE N DIA 2
3
1
1
Centro Norte Sur Centro Norte
di schroeleri Cosmociadium constricium
mente significativas (Fig. 4). Los registros
hechos por la Oficina Meteorológica de Carriel
Sur respaldan estas observaciones acerca del
régimen eólico, aunque con velocidades mayo-
res (Fig. 4, línea punteada).
Todas las mediciones realizadas en la Oficina
Meteorológica confirmaron, además, la direc-
ción SW de los vientos y como la mayoría de
las observaciones registraron velocidades supe-
riores a 167 m/min (Fig. 4), se puede deducir
que la corriente superficial del agua tendía a
tener la misma dirección que el eje principal
de la laguna, es decir, la misma orientación de
las escalas —macro y micro— usadas para mues-
trear fitoplancton.
11
Advección superficial del ..
d. Espacio recorrido por efecto de la corriente.
Las estimaciones de velocidad de corriente rea-
lizadas en función del viento (Fig. 4), suponien-
do que una partícula cualquiera se movía a la
misma velocidad de las corriente, permitieron
inferir el espacio recorrido por una partícula
suspendida en la superficie del agua, durante el
tiempo entre muestreos. Esto, a su vez, permi-
tió establecer que .sólo durante el cambio de
velocidad de viento fuerte a muy fuerte, en
ambos días de muestreo, una partícula excede-
ría (y sólo en 44 m) los 450 m del largo de cada
rectángulo de muestro (Fig. 2).
2. ESTIMACION DE LOS PESOS RELATIVOS DE LAS
ESPECIES DE FITOPLANCTON
Las especies de fitoplancton más abundantes en
Laguna Grande de San Pedro durante los días
estudiados, con sus porcentajes de presencia,
tiempos medios de sedimentación y clasificación
según éstos se presentan en la Tabla 1.
Las correlaciones de Spearman entre tiempos de
sedimentación de las cuatro experiencias, fueron
estadísticamente significativas (P < 0.01), lo que
es indicativo de que las cuatro experiencias repro-
dujeron un resultado similar, en lo referente al or-
den de sedimentación de las especies estudiadas,
no importando las condiciones bajo las cuales
fueron realizadas.
Las características más relevantes de las espe-
cies livianas son su movilidad y tamaño pequeño.
Entre las intermedias se incluyó a C. constrictum,
pese a tener un solo registro, porque en experien-
cias anteriores se había observado una respuesta
de sedimentación similar a las de este grupo. La
principal característica de esta agrupación es
que son formas coloniales de gran tamaño, excep-
tuando Cl. acutum var. varibile (es probable que
su pequeño volumen y forma bicónica le permi-
tan incrementar considerablemente su área super-
ficial respecto de su volumen, lo que favorecería
su flotabilidad). En cuanto a las especies pesadas
son formas cocales, solitarias, de tamaño pequeño
y envueltas en mucilago, excepto M. granulata,
que es una especie cocal colonial, filamentosa, de
gran tamaño y carente de mucilago.
Anales Museo de Historia Natural
TABLA 1
ESPECIES MAS ABUNDANTES CON SU PORCENTAJE DE PRESENCIA, TIEMPO
PROMEDIO DE SEDIMENTACION Y GRUPO EN QUE FUERON CLASIFICADAS
PRESENCIA
(9/0)
TIEMPO
ESPECIE PROMEDIO CLASIFICACION
Rhodomonas minuta 0.82 100 Liviana
Oryptomonas erosa 0.38 100 Liviana
Asterionella formosa 92.02 67 Intermedia
Sphaerocystis schroeteri 2207 69 Intermedia
Cosmoeladium constrictum 060 yl) Intermedia
Clostertum acutum
var. variabile 0.25 73 Intermedia
Stauwrodesmus mamillarus 0.30 32 Pesada
Straurastrum gracile 0,35 30 Pesada
Melosira granulata 0,28 45 Pesada
3. TRANSPORTE HORIZONTAL DE LAS ALGAS
a. Microescala;
En la Tabla 2 se presentan por cada especie, sec:
tor y día, los valores de F y su significación en
cada fuente de variación. Del análisis de la
Tabla se deduce que:
1. En general sólo el factor “velocidad del viento”
aparece como importante para explicar las va-
riaciones de abundancias que presentan las es-
pecies a nivel de cada cuadrante. En particu-
lar, su efecto es estadísticamente significativo
para todas las especies livianas, para una inter-
media (A. formosa) y para una pesada (Str.
gracile).
2. El factor “cuadrante”, no parece ser importan-
te para explicar las variaciones de abundancia
a nivel de cada velocidad de viento, pues su
efecto aparece esporádicamente como signifi-
cativo.
3. Lo mismo se puede decir del efecto combina-
do de velocidad de viento y cuadrante (“inte-
racción”).
Esto sugiere que la velocidad del viento, inter-
pretado en términos de turbulencia sería el factor
más importante en la variación de la abundancia de
algunas especies en el estrato superficial, especial-
mente las livianas de una intermedia (A. formosa).
La homogeneidad térmica (21.2 — 21.4 0C) de los
primeros cinco metros de profundidad registrada
días antes por Dellarossa y Parra (1985) avalan
esta aseveración, ya que los movimientos de mez-
cla de agua comprometerían, por lo menos, has-
ta este nivel.
12
Vol. 20, 1989
Con el objeto de precisar el efecto del viento
sobre la abundancia en las cuatro especies afec-
tadas la Fig. 5 presenta los valores promedios de
abundancia de cada una de estas especies con sus
respectivos intervalos de confianza al 950/0.
S. schroeteri y C. constrictum han sido incorpora-
dos en la figura, pero la discusión se hará más ade-
lante al tratar el fenómeno de advección a ma-
croescala,
En el caso de R. minuta, la significación del fac-
tor viento sobre la abundancia en el primer día
puede ser explicada principalmente por el aumento
de abundancia a medida que se incrementa la velo-
cidad del viento y su caída cuando el viento es
muy fuerte (F+ y F-2). En el segundo día, esta sig-
nificación sería producto, principalmente, de la
caída de la abundancia durante la máxima ve-
locidad de viento. Algo parecido se observa para
C. erosa, aunque el esquema de abundancias al
primer día es más conservativo que el que presen-
ta R. minuta.
En el caso de A. formosa la significación en-
contrada, que se repite en los tres sectores, podría
deberse al aumento de la turbulencia al incremen-
tarse la velocidad del viento. Esto produciría trans-
porte vertical en ambas direcciones con la conse-
cuente pérdida de abundancia de las especies li-
vianas, ya indicada en el párrafo anterior y au-
mento de A. formosa hacia el final del segundo
día (Fig. 5).
b. Macroescala
Los valores de F y su significancia al 19/0 pa-
ra las componente “entre vientos”, “entre sec-
tores” e “interacción” se entregan en la Tabla
3 y su interpretación es la misma que para
microescala,
Los resultados sugieren la importancia del vien-
to en términos de turbulencia, una mayor impor-
tancia de la componente espacial, y mayor nú-
mero de interacciones significativas. Como la im-
portancia del viento ya ha sido destacada, el
problema se reduce a analizar en qué medida se
Patricio Domínguez y Dunny Casanova
diferencian las abundancias entre sectores cuando
existen diferencias significativas. En caso de exis-
tir transporte debería establecerse una tendencia
al incremento de las abundancias en el sentido
Sur-Norte. Para ello se re-enfocó la información
presentada en la Fig. S y se adicionó al análisis
los gráficos correspondientes a S. schroeteri y
C. constrictum, especies que presentan interac-
ciones significativas a nivel de macroescala.
Del análisis de la Fig. 5 se deduce que las dife-
rencias de abundancias registradas entre sectores
se deben fundamentalmente a algún valor que es-
capa a una tendencia general como es el caso de
R. minuta (Segundo día, Sector Sur, F-2) y C.
erosa (Primer día, Sector Centro, F-2) o a una
tendencia más generalizada como S. schroeteri
(Segundo día, Sector Sur). C. constrictum no evi-
dencia tendencia alguna en ambos días y Str.
gracile muestra una tendencia opuesta a la espera-
da (Segundo día).
De estos resultados se desprende que las inte-
racciones significativas serían consecuencia de
efectos aleatorios, probablemente asociados con la
turbulencia, ya que en ninguno de los casos ana-
lizados se puede constatar, con claridad, la tenden-
cia esperada. En conclusión, no existiría un efec-
to evidente de la advección en la distribución es-
pacial de las algas y, a este nivel de análisis, se rea-
firmarían aquellas conclusiones ya indicadas a
nivel de microescala.
DISCUSION
La hipótesis sometida a prueba fue trabajada so-
bre la base que si se dispone de un stock inicial de
algas relativamente homogéneo, la acción del vien-
to haría que por transporte de un extremo a otro,
un sector aumentaría su stock de algas en desme-
dro del otro. En este transporte se debería esperar
que todas las algas de una misma especie fuesen
transportadas a la misma velocidad, de modo que
el efecto antes indicado solo sería posible de vi-
sualizar cuando existiese un obstáculo en el ca-
mino que favoreciese la acumulación de algas (por
ejemplo los límites ribereños de la laguna). Por el
contrario, si las agregaciones fuesen evidentes el
desplazamiento de conglomerados de algas, y por
ende el transporte diferencial de ellas, podría ser
visualizado claramente con un diseño como el
ejecutado tanto a nivel de macroescala como
de microescala.
Bajo este contexto, los resultados expuestos
no difieren de aquellos registrados en la litera-
13
Advección superficial del ...
tura, George y Heaney (1978) señalan una distri-
bución espacial no homogénea del fitoplancton
sólo cuando están presentes las algas cianofíceas
y flagelados (dinoflagelados). George y Edwards
(1976) indican que a velocidad de viento superio-
res a 400 m/min., los conglomerados de cianofí-
ceas, que se forman en el sector sotavento del lago,
son destruidos; Heaney y Talling (1980) seña-
lan que velocidades de viento de 230 m/min
serían suficientes para destruir agregaciones de
Ceratium hirundinella (flagelado). Esto hace su-
poner que dadas las características del régimen de
viento bajo el cual se hicieron las mediciones, la
orientación de la cuenca respecto del viento y la
homogeneidad térmica de los primeros cinco me-
tros (Dellarossa y Parra, 1985), los fenómenos fí-
sicos predominarian sobre los biológicos tal como
lo indican Therriault ef al, (1981) para una esca-
la espacial mayor, cuando el viento alcanza una ve-
locidad de 300 m/min. Esto es evidente por cuanto
en la laguna no se han detectado agregaciones
(componente espacial de la varianza no signifi-
cativo: Tablas 2 y 3), de donde se puede inferir
que el estrato superficial sería ocupado por un solo
gran conglomerado.
La turbulencia sería, entonces, un factor de-
terminante de la ruptura de los conglomerados y,
además, sería un factor con fuerte incidencia en
la distribución vertical de las especies. Según Ha-
ppey—Wood (1976), Rhodomonas sp. y Crypto-
monas sp., si bien presentan migraciones vertica-
les diarias como respuesta a la luz, éstas sólo se
expresan bajo condiciones de minima turbulencia.
Es así, entonces, como el incremento de ésta anu-
laría cualquier tendencia a mantenerse en super-
ficie, provocando finalmente el hundimiento de
estas especies.
Respecto de la distribución de A. formosa, su
posición en los estratos superficiales estaría con-
dicionada por los movimientos turbulentos del
agua que le permiten acceder a zonas más ilu-
minadas; esta característica es común a muchas
especies de diatomeas (Titman y Kilham, 1976;
Reynolds, (1984). Reynolds ef al (1986) han re-
gistrado un fenómeno similar para M. granulata,
diatomea dominante en el embalse Rapel (VI
Región, Chile).
Si se acepta este argumento, tratándose de es-
pecies de flotabilidad opuesta, se podría postular
que el resto de las especies al no presentar dife-
rencias significativas para las diferentes condicio-
nes de viento a) no presentan preferencias por
algún estrato particular y estarían repartidas en
Anales Museo de Historia Natural Vol 20, 1989
torma homogénea en la columna de agua o, b) en bería esperarse una movilización de ellas al igual
caso de existir alguna preferencia por algún estra- que A. formosa cuando dicho estrato fuese incor-
to, las algas se localizarían por debajo de la zona porado a los movimientos turbulentos.
comprometida por la turbulencia; en tal caso de-
TABLA 2
VALORES F DEL ANVA PARA MICROESCALA. DATOS TRANSFORMADOS LOG.
(x+ 1). (*= VALORES SIGNIFICATIVOS P = 0.01)
FUENTE DE VARIACION
ESPECIE SECTOR DIA VIENTO CUADR. INTERAC.
R minuta S 1 7.04% 1,43 1.08
S 2 126.89* 1.21 1.25
Cc 1 9.68* 1.28 1.29
Cc 2 27.51* 1,84 0.64
N 1 25.10* 5.54* 2.06
N 2 22.36* 0.95 0.60
CT erosa S 1 16.22* 1.61 1.45
S 2 14,.05* 1.24 0.70
6 1 19.51* 1.62 1.69
Cc 2 2833* 0.52 2,48
N 1 2.03 2.57 1.43
N 2 39.63* 1,66 1.05
A. formosa S 1 9.54* 2.27 1.54
S 2 34.54* 2.82 1.89
¡el 1 9.09* 1,33 1.25
C 2 30.70* 8,00* 29.7
N 1 5.65* 0.78 1.09
N 2 19.15* 3,65 1.49
S. schroeteri Ss 1 24.43* —7.87* 10.04*
Ss 2 6.78* 2.57 2.10
Cc 1 0.92 1.25 0.81
(8: 2 1.25 0.56 0.80
N 1 2.14 0.87 0.88
N 2 1.00 0.75 0.80
C. constrictum S 1 613* 2.71 HEAD
S ps 1.19 0.55 0.91
Cc 1 2.54 0.81 1.15
Cc 2 2.25 1.85 0.95
N 1 0.82 0.36 1.00
TARRO e BA AAN NN" 2 1115* 436 _ 3.13*
Cl. actum var.
variabile S 1 2.08 2.80 0.78
S 2 1.36 0.83 0.93
Cc 1 1.81 2.73 1.91
C 2 2.04 2.00 1.75
N 1 5.91% 1.51 1.86
me ds A 0.40 1.96 1.32
Sid. mamillatus S 1 603* 0,49 2.25
S 2 0,90 1.69 0.66
C 1 0.95 0,74 0.50
C 2 3.38 s.35* 3,39*
N 1 0.19 0.71 0.58
N 2 SRA 1 1.24
[
|
|
I
l
|
l
l
|
l
l
!
|
l
|
l
l
l
l
Patricio Domínguez y Dunny Casanova
CONTINUACION TABLA 2
Advección superficial del ...
Str. gracile S 1 5.64% 2,73 1.00
S 2 1833* 3,06 4,93*
c 1 5.38* 2,39 2.26
0 2 1.97 2.46 1.06
N 1 EST 2,35 2.57*
A IRENE RIA A N 2 3,48 3.13 0.89
M. granulata S 1 2.34 0.94 1.00
S 2 3.21 1.73 2.30
c 1 2.84 1.58 1.75
c 2 0.90 0.21 0.80
N 1 3.24 3.51 4.45*
N 2 0.69 1.18 1.02
TABLA 3
VALORES F DEL ANVA PARA MACROESCALA. DATOS TRANSFORMADOS LOG
(x + 1). (*= VALORES SIGNIFICATIVOS P= 0.01)
FUENTES DE VARIACION
ESPECIE DIA VIENTO SECTOR INTERACC.
R. minuta 1 18.84* 1.29 2.24
2 135.68* 37.73* 9.30*
C. erosa 1 19.87* 629* 8.01*
2 60.57* 2.04 3.41*
A. formosa 1 5,33* 0.20 7.85*
2 42.83* 0,54 4.36*
S. schroeteri 1 4.02* 0.79 2.24
2 2.51 6.78* 3.72*
C. constrictum 1 0.48 8.25* 3.82*
2 17% 8.67* 3.51*
Cl acutum var. 1 6.29* 0.41 0.69
variabile 2 0.51 1.06 1.04
Std. mamillatus 1 0.82 0.01 1.67
2 3.27* 1.29 0.97
Str. gracile 1 5.84* 6.42* 3.70*
2 3.86* 4.18 4.79*
M. granulata 1 3.67* 0.31 1.01
2 1.37 3.95 1.31
del viento imperante, relación que se conser-
CONCLUSIONES o E
La acción de la corriente de superficie sobre las
algas, en la Laguna Grande de San Pedro, fue es-
timada en los primeros 50 cm, de profundidad.
Las conclusiones son las siguientes:
1. Patrón de corriente superficial. La corriente ge-
nerada por lo vientos de S-SW tiene una velo-
cidad equivalente al 1.60/0 de la velocidad
15
va para aquellas entre O y 300 m/min. Por so-
bre esta velocidad crítica, la tendencia es a
una asintota.
La dirección de la corriente es variable forman-
do un ángulo de deflección respecto del viento
dominante (deflección media de 20 - 270),
Este ángulo se reduce en la medida que el vien-
to incrementa su velocidad. El alineamiento
general de la corriente, bajo condiciones de
Anales Museo de Historia Natural
viento fuerte es en el sentido del eje principal
del lago.
2. Pesos relativos de las especies. Se detectaron
tres categorías de especies en función de los
tiempos de sedimentación medidos en condi-
ciones de laboratorio:
a. Especies livianas. Especies que no sedimentan.
Vol. 20, 1989
3. Patrón de distribución de las algas en función
de la corriente. La distribución de algas en la
Laguna Grande de San Pedro pareciera estar
más afectada por la turbulencia que por el
transporte horizontal por parte de la corrien-
te superficial. Este efecto es visualizado tanto
a microescala como a macroescala.
R. minuta y C. erosa (especies livianas) tien-
den a conservar un nivel de abundancia en super-
ficie cuando los vientos son suaves y disminuyen
cuando incrementan su velocidad. A. formosa
(especie intermedia) aumenta su - abundancia
cuando los vientos son superiores a 300 m/min,
probablemente cuando la turbulencia compro-
mete a estratos más profundos luego de una ac-
ción sostenida. El resto de las especies no presen-
tan variaciones significativas en el espacio y puede
considerarse que: a) las especies no exhiben pre-
ferencias por algún estrato en particular, o b) que
las especies se localizaría bajo la zona comprome-
tida por la turbulencia.
Esta categoría reune especies unicelulares fla-
geladas (R. minuta y C. erosa).
b. Especies intermedias. Especies que sedimentan
lentamente (500/o - 900/0 de tiempo de ex-
perimentación). Reune principalmente a espe-
cies coloniales (4. formosa, S. schroeteri y
C. constrictum y la forma cocal solitaria Cl.
acutum var. variabile).
c. Especies pesadas. Especies que sedimentan rá-
pidamente (menos del 500/0 del tiempo de ex-
perimentación). Esta categoría reune princi-
palmente a especies cocales solitarias (S. gracile
y Std. mamillatus) y una forma colonial
filamentosa (M. granulata).
AGRADECIMIENTOS
Se agradece al Dr. O. Parra por las facilidades otorgadas para la realización del presente trabajo y a los Sres. Reinaldo Castillo y
Francisco González C. la asistencia técnica en terreno.
REFERENCIAS
ARENAS, J. N., 1972. Morfometría del Lago Riñihue (Prov. de Valdivia, Chile). Mus. Nac. Hist. Nat. Publ. Ocasional,
14: 1-14,
CAMPOS, H., J. ARENAS, W. STEFFEN £ G. AGúERO, 1977. Estudio limnológico, morfométrico, físico y químico del
Lago Neltume (Valdivia, Chile). Medio Ambiente, 3:37-47.
DELLAROSSA, V £ O. PARRA, 1985. Estudio de la Laguna 'Grande de San Pedro y del Lago Lanalhue. Universidad de
Concepción y Dirección General de Aguas. Informe Técnico. 196 pp.
DOMINGUEZ, P. $ L.R. ZUÑIGA, 1979. Perspectiva temporal de la entomostracofauna limnética de Lago Ranco (Val-
divia, (Chile). An. Mus. Hist. Nat. (Valparaíso), 12:53-58.
GEORGE, D.G., 1981. Wind-induced water movements in the South Basin of Windermere. Freshwater Biol. 11:37-60.
GEORGE, D.G. £ R.W. EDWARDS, 1976. The effect of wind on the distribution of chlorophyll “a” and crustacean plank-
ton in a shallow eutrophic reservoir. J. Appl. Ecol., 13:667-690.
GEORGE, D.G. £ S.I. HEANEY, 1978. Factors influencing the spatial distribution of phy toplankton in a small productive
lake. J. Ecol., 66:133-155.
HAINES, D.A. 8 R.A. BRYSON, 1961. An empirical study of wind factor in Lake Mendota. Limnol. Oceanorgr., 6:356-
364.
HAPPEY- WOOD, C.M., 1976. Vertical migration pattern in phytoplankton mixed species composition. Br. phycol. J.
11:355-369, "
HARRIS, G.P., 1986. Phytoplankton Ecology. Structure, function an fluctuation. Chapman and Hall, London, N.Y., 384 pp
HARRIS, G.P. £ R.E.H. SMITH, 1977. Observation of small-scale spatial patterns in phytoplankton populati Li
Oceanogr., 22 (5): 887-889, , a
16
Patricio Domínguez y Dunny Casanova Advección superficial del ...
HEANEY, S.1. £ J.F. TALLING, 1980. Dynamics aspects of Dinoflagellate distribution patterns in a small productive lake.
J, Ecol., 68:75-94,
HERMAN, A. £ T. PLATT, 1980. Meso-scale Spatial Distribution of Plankton: Coevolution of Concepts and Instrumenta-
tion. p. 204-225. In. M. Sears and D. Merriman (Eds.). Oceanography the Past. Springer-Ver lag.. New York, N.Y.
a ao H. £ L.B. SLOBODKIN, 1953. The size of water masses containing plankton blooms. J. Mar. Res., 12:
PARRA, 0.0., E. UGARTE, S. MORA, M. LIBERMAN, A. ARON £ L. BALABANOFF, 1980. Remark on a bloom of
Microcystis aeriginosa Kútzing. Nova Hedvigia, 33:971-1004.
PLATT, T.£ K. L. DENMAN, 1980. Patchiness in Phytoplankton Distribution. p. 413-431. In: I. Morris (ed.). The Phisio-
logical Ecology of Phytoplankton. Studies in Ecology. Vol. 7. Blackwell Scientific Publications. 625 pp.
POWELL, T.M., P.J. RICHERSON, T.M. DILLON, B.A. AGEE, B.J, DOZIER, D.A. GODDEN 4-.L.O. MYRUP, 1975.
Spatial Scales of Current Speed and Phytoplankton Biomass Fluctuations in Lake Tahoe. Science, 189: 1088-1090.
REYNOLDS, C.S., 1984, The ecology of freshwater phytoplankton. Cambridge Studies in Ecology. Cambridge Universi-
ty Press, 383 pp.
REYNOLDS, C.S., Y. MONTECINO, M.E. GRAF £ S. CABRERA, 1986. Productivity and dynamics of a Melosira popu-
lation in the plankton of an impoudment in Central Chile. J. Plankton Res., 8 (4): 715-740.
SANDUSKY, J.C. £ A. HORNE, 1978. A pattern analysis of Clear Lake phytoplankton. Limnol. Oceanogr., 23 (4): 636-
648.
SEARS, F.W., 1960. Fundamentos de física. I. Mecánica, Calor y Sonido. Aguilar. 570 pp.
SKELLAM, J.G., 1951. Random dispersal in theoretical population. Biometrika, 78:196-218.
STOECKER, D.K., L.H. DAVIS £ D. M. ANDERSON, 1984. Fine scale spatial correlation between planktonic ciliates
and dinoflagellates. J. Plankton Res., 6(3): 829-842.
THERRIAULT, J.C. 8 T. PLATT, 1978. Spatial heterogeneity of phytoplankton biomass and related factors in the near-
surface waters of an exposed coastal embayment. Limnol. Oceanogr. 23:900-911.
THERRIAULT, J.C. £ T. PLATT, 1981. Environmental Control of Phytoplankton Patchiness. Cap. J. Fish Aquat. Sci.,
38: 638-641.
TITMAN, D. 4 P. KILHMAN, 1976. Sinking in freshwater phytoplankton: Some ecological implications of cell nutrient
status and physical mixing processes. LimnoL Oceanogr., 21(3): 409-417.
TRIMBEE, A-M. £ G. P. HARRIS, 1983. Use of time-series analysis to demonstrate advection rate of different variables in
a small lake. J. Plankton Res. 5(6): 819-833.
ZUÑIGA, L.R., P. DOMINGUEZ £ A. CARVAJAL, 1985. Distribución espacio-temporal del fitoplancton de la Laguna
El Plateado (Valparaiso, Chile). An. Mus. Hist. Nat. (Valparaiso), 16:41-54.
17
ble ja seta , peób A
AE
u
Jl
a a cer am
A Hnt DI MAATTI
4 rn sra 0 yr +06 OA MA A Hai MATO
a 2
0 e ida: IGN IRAA N Ra ALMERA
¿HE ' it nl MECA 1 CB Jet e De o ei
A sai eins Oe TA 1607 DAA AAA IA
Larih dí
dico iamplrciras cd o
I aa a E ñ h
UA rd a 4 ac
= a IRALA ada Toa
1
a MEAR Me A
pS 5 + pido Cia de de prhé Di A A A E A A EN
E AE as, A A TE ; us edo: 1% Lap En
i De A A A O VS 0
AD, DO A Mira rr Le ss Eur ¿
A TR O E ee > Ms
De e AAA Ñ 2n
Mo. Pi K L CS a e a
AE
DE UA a a LA ATA ]
tdo
HAS Fa Co
Lir MD TA
DA AGA AA, A
HA ES LIA Pur
| IN
An. Mus. Hist.. Nat. Valparaíso, 20: 19 — 28, 1989
ESTUDIO SOBRE CAPACIDAD GERMINATIVA Y VIABILIDAD TEMPORAL DE
SEMILLAS DE JUBAEA CHILENSIS
FRANCISCO SAIZ*, LEONARDO ANTIVILO** y LEOPOLDO SILVA **
ABSTRACT
The germination conditions of Jubaea chilensis seeds are studied in relation to substrate, depth and scarification treatment,
as well as the temporal viability of the stored seeds
The following variables are considered: a) Depth: 5 and 15 cms; b) Substrate: sand, sawdust, soil, soil/sawdust (500/0)
and soil/sand (500/0); c) Scarification treatment: control, serrated, germinative pore elimination, H2504 1 and 2 hours.
It is concluded that to achieve a good germination, seeds of the harvest season, because of ¡ts great viability, must be
seeded in dep thness using soil/sawdust or soil as substrates, Scarification was not needed.
INTRODUCCION
Jubaea chilensis (Mol) Baillon, la palmera más
austral del mundo, es endémica de Chile. Su lí-
mite natural se habría extendido desde la IV a
la VII Región del país, con mayor densidad en
valles costeros de Chile Central. Actualmente los
principales palmares se ubican en el Valle de Ocoa
y en la Cuenca de Cocalán, Sembrada por el hom-
bre se encuentra hasta la X Región. Esta especie
crece tanto en lugares secos, asociada a vegetales
xerófilos, como en fondos de quebradas bajo con-
diciones de mayor humedad y en laderas hasta
1.400 m de altitud (Angulo 1985, Hoffman 1983,
Muñoz 1966, Rodríguez et al 1983, Trafor 1980).
Jubaea chilensis se caracteriza por ser un ár-
bol alto, alcanzando alturas hasta 30 m, de tallo
columnar, el que a partir de cierta altura se angos-
ta, llevando en su extremo superior las abundan-
tes hojas que conforman un penacho. Este angos-
tamiento correspondería al inicio de la producción
de frutos (Rodríguez et al 1983).
Las flores, pequeñas, se reunen en una espádice
recubierta por una espata leñosa, la que se abre
en primavera dejando al descubierto el racimo de
flores (Muñoz, 1966). Según Rodríguez et al
(1983), habría una segunda etapa membranosa
y caduca. El árbol inicia su fructificación alrede-
dor de los 60 años, la cual ocurre en verano (ro-
dríguez et al 1983).
El fruto es una drupa ovoide, con un exocarpo
fibroso, que cambia de color verde a amarillo a
medida que va madurando. En su interior contiene
una semilla esférica, dura, de aproximadamente
2 em de diámetro, con tre poros notorios, uno de
* Lab. de Ecología
los cuales es el germinativo. Las semillas presentan
un embrión pequeño con un solo cotiledón (Ro-
dríguez et al 1983, Muñoz 1966).
Observaciones de los autores y el trabajo de
MICHEA (1988) constatan un aceptable porcen-
taje de germinación en terreno, evaluable por la
presencia de numerosas plántulas. Nuestras obser-
vaciones indican que éstas están sometidas a fuer-
te depredación por ganado doméstico y a des-
trucción durante el proceso de extracción de co-
cos, así como por la acción de visitantes. Todo ello
afecta la renovabilidad del palmar al disminuir
la magnitud del banco de semillas y la densidad
de las plántulas.
La literatura actual sobre el tema se refiere
fundamentalmente a: anatomía (Hoffman,.1983:
Montenegro, 1984), taxonomía (Muñoz, 1966:
Rodríguez et al., 1983) y de manejo del palmar
(Trafor, 1980; ICSA, 1982; Angulo, 1985), no
existiendo publicaciones en relación a la propa-
gación sexuada de J. chilensis, siendo de creen-
cia generalizada su difícil germinación.
Dados los antecedentes anteriores y la baja
representación de edades infantiles y juveniles
en los palmares, lo que ha llevado a pensar en baja
renovabilidad de la especie, se ha considerado
importante realizar una evaluación de la capacidad
germinativa de las semillas de J. chilensis bajo
diferentes condiciones.
Los objetivos específicos son:
— Determinar la importancia relativa del sustra-
to en la capacidad germinativa de las semillas
y en el desarrollo de las plántulas.
** Lab. de Botánica, U. Católica de Valparaíso, Casilla 4059, Valparaiso.
Anales Museo de Historia Natural
— Determinar la eficiencia de diferentes métodos
de escarificación, tanto mecánicos como quí-
micos, en la capacidad germinativa de las se-
millas.
— Evaluar el efecto de la profundidad de siembra
en la capacidad germinativa de las semillas y en
el desarrollo de las plántulas.
— Establecer la curva de pérdida de viabilidad de
las semillas en el tiempo.
MATERIAL Y METODO
Para el logro del primer objetivo se trabajó con 10
plantabandas de almácigos del Jardín Botánico de
Viña del Mar, dependiente de CONAF, contenien-
do, por duplas, los siguientes sustratos: Aserrín,
Arena, Tierra, Tierra-Aserrín (S00/0) y Tierra
Arena (500/0). Arena y Tierra son condiciones
de terreno y Aserrín se considera como un posi-
ble favorecedor de la germinación, en vista de posi-
bles acciones de forestación o de reforestación.
Las plantabandas de cada dupla se usaron para
sendas siembras a 5 y 15 cm de profundidad. En
cada plantabanda se sembraron 700 semillas de
J. chilensis repartidas en $ partes iguales y regular-
mente distribuidas, correspondiendo cada parte a
uno de los siguientes tratamientos de escarifica-
ción: H2504 2 horas, H2S04 1 hora, Aserrado
de endocarpo, Eliminación de tapa de poro germi-
nativo y Sin tratamiento o Control.
La siembra de la totalidad de las semillas se
realizó entre el 8 y 9 de agosto de 1988, de semi-
llas provenientes de la cosecha de marzo del mismo
año. Sólo se sembraron semillas cuyo diámetro
fuera igual o superior a 2,5 cms.
La siembra se controló periódicamente en cuan-
to a contenido de agua y a temperatura de los di-
ferentes sustratos. Para tal efecto, en cada plan-
tabanda se hicieron tres mediciones: extremos
y centro. La determinación de contenido de agua
se hizo por el método gravimétrico y la medición
térmica mediante termómetros de suelo.
Las características de pH de los sustratos se
evaluó al inicio de la investigación. Igualmente,
se midió la temperatura y la humedad relativa del
ambiente mediante termohigrógrafo en caseta
meteorológica ubicada junto al campo de experi-
mentación. Las precipitaciones fueron medidas
en el Parque de Fauna adyacente al lugar de estu-
dio,
A medida que la germinación se produjo se
categorizó y contabilizó a las plántulas según su
estado de desarrollo .
20
Vol. 20, 1989
Al término de dos años se repicó la totalidad
de las plántulas y se extrajeron todas las semillas
remanentes. Estas fueron separadas en dos grupos:
con y sin signos de germinación. Estas últimas
fueron sometidas a test de viabilidad con 2,3,5
cloruro de trifenil de tetrazolium (Depto. Agr.
EEUU, 1962).
Con el fin de conocer la pérdida natural de via-
bilidad de las semillas almacenadas, objetivo 4,
se aplicó mensualmente el test de viabilidad an-
tes mencionado a una muestra de 100 semillas
tomadas al azar de un stock almacenado en la épo-
ca de cosecha, a excepción del primero que se rea-
lizó sobre 198 unidades.
RESULTADOS
A. Condiciones ambientales generales,
Las características ambientales generales en que
se desarrolló la investigación se grafican en la
Fig. 1.
PPmm
SONDJEF MAMI J
1988 1989
FIG. 1 Condiciones macroclimáticas durante el estu-
dio: Precipitaciones, Temperatura y Humedad
Relativa mensuales, expresadas como valores
extremos absolutos y promedios de máximas
y mínimas. a= máxima absoluta, b = media
máxima, c = media mínima, d = mínima
absolu ta.
Francisco Sáiz, Leonardo Antivilo y Leopoldo Silva
B. Características de los sustratos.
Las características de pH de los diferentes sus-
tratos utilizados se presentan en la Tabla 1.
Todos los sustratos son medianamente ácidos
a excepción de Arena que es neutro (Thomp-
son y Troech, 1982). Sin embargo, las diferen-
cias entre ellos son significativas (0.01%/0),
salvo Aserrín versus Tierra-Arena. ya que la
otra situación especial (Tierra Tierra/Aserrín)
está en el límite de discriminación.
TABLA 1
VALORES DE pH DE LOS SUSTRATOS AL INICIO
DEL ENSAYO. DIFERENCIA DE MEDIAS (0.01)
EXPRESADA COMO to/tc.
to/tc
Sustrato Promedio Ds T T/As As T/Ar Ar
Tierra 5.48 02 0 .91 2.73 5.94 14.30
T/Aserrin 5.55 .0S 0 2.00 3.50 11.23
Aserrin 5.84 .09 0 009 5.98
T/Arena 5.86 .04 - 0 9.27
Arena 6.74 06 E 0
Valores de to/tc inferiores a 1 NO significativos
TABLA 2
VALORES PROMEDIOS DE TEMPERATURA (9C) POR SUSTRATO
Y PROFUNDIDAD
Sustrato/Profundidad
22/8 13/9 22/9
1988
5 cms
Aserrín 16.3 21.7 18.7
Arena 17.0 24.7 19.7
Tierra 16.7 22,3 19.0
T/Aserrín 16.3 20.0 18,3
T/Arena 16.3 23,3 19.0
Promedio 16.5 22.4 18,9
15 cms
Aserrin 14,0 14.0 13,3
Arena 150 160 13.7
Tierra 14.7 15.3 13.7
T/Aserrín 15.0 15.3 14,3
T/Arena E 13.3
Promedio 14.9 15,3 13.7
Para visualizar las posibles diferencias térmicas
entre sustratos y entre profundidades se hicieron
algunas mediciones simultáneas en diferentes t
tiempos (Tabla 2). De ellas se deduce que a 5 cm
de profundidad la combinación Aserrín y Aserrín
“Tierra es la que presenta las temperaturas más
Fechas
21/10 11/1 10/3 16/3
> 19809
19,3 31.3 33.3 34.7
22.0 35.7 36.3 36.0
23.3 33.0 37.0 33.0
23.0 32.0 32.8 30.0
27.0 37.0 39.0 37.3
22.9 33.8 35.7 34.2
16.7 24.0 24.7 24,3
15.3 24.0 25.0 29.0
17.7 25.0 26 8 25.7
19.0 27.0 24.7 A
17.3 24,3 23.3 28.7
17.2 24.9 24,9 26.0
bajas y que las más altas se dan en la combinación
Arena y Arena/Tierra.El sustrato Tierra aparece
como térmicamente intermedio. A 15 cms se
detecta una similitud térmica intersustratos (Tabla
3).
Anales Museo de Historia Natural
TABLA 3
RANGOS TERMICOS (9 C) ENTRE PROMEDIOS
DE MAXIMAS Y MINIMAS, A 5 Y 15 cms.
Fecha
22/08/88
13/09/88
22/09/88
21/10/88
11/01/89
10/03/89
16/03/89
Promedio
5 cms
0.70
4.70
1.40
7.00
5.70
6.20
7.30
4.80
15cms
1.70
2.00
1.00
3.70
3.00
3,50
4.70
Vol. 20, 1989
En cuanto al contenido de agua (Tabla 4)
que da en evidencia la escasa retención por parte
de Arena tanto a 5 como a 15 cms, siendo máxi-
ma en Aserrín. El sustrato Tierra aparece nueva-
mente en posición intermedia.
C. Del nivel de germinación.
Tomando en cuenta que un porcentaje aprecia-
ble de las semillas sembradas se perdió, espe-
cialmente por extracción por parte de los
visitantes al Jardín Botánico (Tablas 5 y 6), los
análisis se harán con referencia al total de
plántulas, coleoptilos y semillas remanentes.
TABLA 4
PORCENTAJE DE AGUA PROMEDIO POR
SUSTRATO Y PROFUNDIDAD
Fechas/Profundidad
3cms 22/08/88
13/09/88
15/09/88
22/09/88
10/10/88
11/10/88
22/10/88
23/10/88
11/01/89
12/01/89
13/04/89
14/04/89
Promedio
22/08/88
13/09/88
15/09/88
l5cms 22/09/88
10/10/88
11/10/88
22/10/88
23/10/88
11/01/89
12/01/89
13/04/89
14/04/89
Promedio
Aserrín Arena Tierra T/Aserrin T/Arena
35.7
44.6
46.2
50.0
30.7
26.9
23.7
40.6
19.0
36.2
20.9
24.7
333
36.6
42.5
47.0
50.6
31.5
28.7
29.6
40,4
36.4
35.9
35.7
2009
36.9
4.6
4.5
7.2
5.6
10.0
2,9
250
4.9
0.6
6.5
4.0
6.7
5.0
4.9
4.0
4.8
6.3
79
3.7
3.6
5.7
2.9
5.6
4.5
8.2
5)
m
16.5 13.5 22.6
22.25 26:16 10.0
21,7 24.6 21.1
23.3 27.7 16.3
34.2 32,7 18.1
21.0 22,4 10.2
12,8 9 3.6
21.9 23.4 13.0
5.3 8.2 35
232 0223 1359
8.8 13.4 3.0
18.9 24,5 16.3
10.4 16.3 6.0
18.4 25.1 11.0
17.1 13.3 4.4
24.9 18.3 15.2
12.1 10.6 9.5
15.3 13.6 9.9
Francisco Sáiz, Leonardo Antivilo y Leopoldo Silva
Estudio sobre capacidad germinativa...
TABLA 5
PERDIDA DE SEMILLAS SEMBRADAS; GERMINACION,
VIABILIDAL Y MORTALIDAD DE LAS SEMILLAS RESTAN-
TES POR SUSTRATO (n tota= 3500 por profundidad)
PERDIDAS
SUSTRATO
N0 O/o NO
5 cms
Asertín 417 596 25
Arena 74 10.5 3
Tierra 123 175 35
T/Aserrín 127 181 59
T/Arena 110 157 1
Total 851 243 123
15 cms
Aserrín 217 310 199
Arena 193 276 103
Tierra 82 11.7 420
T/Aserrín 126 18.0 552
T/Arena 116 166 140
Total 734 210 1414
Desde este punto de vista se detecta germina-
ción significativamente mayor a 15 que a 5 cms de
profundidad. En este último estrato, la no Viabili-
dad de las semillas remanentes es significativamen-
te mayor, ratificando la mejor germinación en
profundidad.
Desde la perspectiva de los sustratos utilizados,
destacan Tierra y Tierra/Aserrín como los más
favorables a la germinación de Jubaea chilensis,
siendo Arena y su combinación con Tierra los me-
nos adecuados (Tabla 5). Todas las diferencias de
proporciones de germinación entre sustratos son
significativas (p = 0.01), a excepción de la combi-
nación que incluye a Arena en ambos componen-
tes del par.
En cuanto a los tratamientos de las semillas (Ta-
bla 6), las sin tratamiento presentan las más altas
tasa de germinación la que difiere significativa-
mente de la de los otros tratamientos, a excep-
ción de Aserrado de endocarpo, el que tiene el
segundo nivel de importancia (test de diferencia
de proporciones, p = 0.01). El tratamiento con
H2804 1 hora aparece como el menos eficiente.
248)
RECUPERADAS
Plántulas Semillas
Viables NoVia bles
9/0 NO 9/0 NO 0/0
8.8 116 40.9 142 50.2
0.5 231 36,9 392 62.6
6.0 317 549 225 39.0
10,3 217 37.8 297 SL8
0.1 152 25.7 437 74.1
46 1033 39.0 1493 56,3
41.2 7 14 277 57.4
20.3 234 46.1 170 33.5
68.0 59 95 139 22.5
96.2 5 0.9 17 2.9
24.0 141 24.1 303 51.9
51.1 446 16.1 906 32.7
D. De la evolución de la germinación
En atención a la baja germinación a $ cms,
los análisis siguientes se harán con la informa-
ción de la siembra en profundidad (15cm).
De la Fig. 2 se desprende, además de un reñdi-
miento muy superior en los sustratos Tierra/Ase-
rrín y Tierra, un inicio más temprano y una mayor
rapidez en la germinación de las semillas.
En cuanto al efecto del tratamiento (Fig. 3)
queda en evidencia que las semillas No Tratadas
germinan en mayor proporción y ligeramente
más rápido que las tratadas. Sin embargo, al cabo
de un tiempo largo los otros tratamientos dan re-
sultados similares entre sí, pero inferiores al con-
trol.
Finalmente, en relación al desarrollo relativo
de las plántulas (Fig. 4), puede considerarse que
la segunda hoja aparece hacia los 290 días conta-
dos desde la siembra y la tercera hoja hacia los
365 días. Al cierre de la investigación (31-12-89)
solamente se detectó un ejemplar con una cuarta
hoja, por lo que no se graficó, lo que significa que
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
TABLA 6
PERDIDA DE SEMILLAS SEMBRADAS, GERMINACION,
VIABILIDAD Y MORTALIDAD DE LAS SEMILLAS RESTAN-
TES POR TRATAMIENTO (n total = 3500 por profundidad)
PERDIDAS RECUPERADAS
Plántulas Semillas
TRATAMIENTO Viables No Viables
NO 0/0 NO 9/0 NO 0/0 NO O/o
5 cm:
Control 189 27.0 41 80 201 393 269 52.6
Sin Poro 246 35.1 13 2.8 159 350 282 62.1
Aserrado 152 21.7 14 26 214 39.0 320 58.4
H2504 1 h 144 20.6 9 16 238 42.8 309 55.6
H2504 2 h 120 17.1 46 79 221 38.1 313 54.0
Total 851 24.3 123 46 1033 39.0 1493 564
15 cm
Control 119 170 357 614 116 20.0 108 18.6
Sin Poro 200 286 246 49.2 94 18.8 160 32.0
Aserrado 191 273 276 54,2 64 12.6 169 33.2
H2504 1 h 86 12.3 267 435 106 17.3 241 39.2
H2504 2 h 138 197 268 47.6 66 11.7 228 40,5
Total 734 21.0 1414 51.1 446 163 906 32.7
Profundidad : 15 cms.
e —-e Tierra aserrín
N'Plántulas ple
ee Tierra arena
o-—0 Aserrin
560 o——<o Tierra
a
480
400
320
240
160
80
1989
FIG. 2 Evolución temporal de la emergencia de plantulas ae yuvaea cruensis por sustrato a la profundidad de 15 cm
(n = 3500).
24
Francisco Sáiz, Leonardo Antivilo y Leopoldo Silva
Profundidad : 15 cms.
N? Plantillas
360
320
160
120
B0
560
FIG. 3
fundidad de 15cm. (n= 3500).
estas aparecerían unos 500 dias después de la siem-
bra.
El incremento del número de coleoptilos al
final del ensayo (última columna de la Fig. 4) es-
taría indicando una germinación fraccionada,
anualmente, del banco de semillas, en la que influj-
ría la calidad del sustrato (ver distribución dife-
rencial de las semillas viables al final del ensayo,
Tabla 5).
E. De la viabilidad temporal de las semillas de Ju-
baea chilensis.
De acuerdo a los resultados expuestos en la Fig.
5 puede deducirse que la viabilidad de las semi-
llas se empieza a perder en proporción impor-
tante hacia los 500-600 días a partir de la
cosecha. Ello implicaría que la viabilidad del
banco de semillas correspondiente al segundo
año es significaivamente menor que en el
primero. Las regresiones se calcularon tomando
la totalidad de los datos (a), datos a partir
de los 350 días(b) y a partir de los 600 días (c).
25
Estudio. sobre capacidad germinativa...
ee Control
Sin poro
o——o H,SO, 1H
o——o Áserrado
o--o H,SO, 2H
1989
Evolución temporal de la emergencia de plántulas de Juhaea chilensis por tratamiento de escarificación a la pro-
CONCLUSIONES
Del estudio realizado se concluye que para lograr
una buena germinación de las semillas de Jubaea
chilensis hay que considerar a las semillas de la
cosecha del año por su alta viabilidad, el sembra-
do en profundidad (15 cm en este ensayo), el
sustrato Tierra/Aserríin o Tierra, no siendo nece-
sario ningún tratamiento particular de escarifica-
ción.
Al respecto, los valores de capacidad germinati-
va para las combinaciones mencionadas son
100%/0 y 85%/0 respectivamente, descontándose
las pérdidas.
Los sustratos Arena y su combinación con
Tierra son los menos apropiados.
Vol. 20, 1989
Anales Museo de Historia Natural
Individuos
1400
o toj0s
SE 2 Hojas
E toja
1300
[== Coleoptilo
1200
1100
1000
900
800
700
600
500
400
23/3 13/4 25/5 8/8 31/12
4/3
1989
Evolución del desarrollo relativo de las plántulas de Jubaea chilensis en el tiempo de estudio (n= 1414)
FIG, 4
26
Francisco Sáiz NE
. Leonardo Antivilo y Leopoldo Silva . Estudio sobre capacidad germinativa...
VIABILIDAD SEMILLAS Jubaea chilensis
y = 108.844 -0040x r=0.87 p>0.01
(b) y= 112.664-0.047x r=0.81 p>001
y=1
79.781-0.157x r=0.96 p>0.01
4 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 1100 1200 1300
8/88 1/90 DIAS
IG.5 Cambio temporal de la viabilidad de las semillas de Jubaea chilensis. Las rectas indi isti i
ra E 4 a - can distintas proyeccio d
perdida de viabilidad según cantidad de información considerada. a a
REFERENCIAS
ANGULO, J. 1985. La Palma chilena, interesante recurso natural renovable. Soc. Agr. y Forestal Hda. Las Palmas de Coca-
lán, Stgo., 50 pp.
DEPARTAMENTO DE AGRICULTURA, EEUU. 1962. Semillas. CECSA, 1020 pp.
HOFFMAN, A. 1983. El árbol urbano en Chile. Ed. Claudio Gay. 255 pp.
ICSA. 1982. Manejo y planificación del sector Ocoa del P.N. La Campana. Corp. Nac. Forestal V Región. Minist. de Agri-
cultura, Vol. 1 y Il.
MICHEA, G. 1988. Estudio poblacional de la palma chilena (Jubaea chilensis) en el sector Ocoa, Parque Nacional La Campa-
na. Medio Ambiente, 9 (1): 124-130
MONTENEGRO, G. 1984. Atlas de anatomía de especies vegetales autóctonas de la Zona Central. Ed. Univ. Católica de
Chile, Stgo.
MUÑOZ, C. 1966. Sinopsis de la Flora de Chile. Ed. Universitaria. 840 pp.
RODRIGUEZ, R.; O. MATTHEI Y M. QUEZADA. 1983. Flora arbórea de Chile. Ed. Univ. de Concepción. 408 pp.
THOMPSON, L. y F. TROECH. 1982. Los suelos y su fertilidad. Ed. Reverté, S.A., España. 411 pp.
TRAFOR. 1980. Estudio de la palma chilena. Jubaea chilensis (Mol.) Baillon, Trafor Ltda., Stgo., 94 pp.
27
AS
¿ria PHN TRA
: a, MAMAS
Y end 0 AN
Mail aria
A Pa A
Za me) Anta sn
ima coióle A E
a a
¡Ba a jc fr NAF!) CIP
ad gue Sed í TT AM E A
] e cllaobrs PEA
A AA A
A dE E 3 uo Mi
abad 0 ATA
PH. 4 e e 00 PORFA E .
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 20:29 — 30, 1989
PRESENCIA DE ERGASILUS SIEBOLDI EN EL PLANCTON DE UN
LAGO ANDINO ARGENTINO
BEATRIZ E. MODENUTTI y ESTEBAN G. BALSEIRO
La presencia de ergasílidos en los lagos andinos
templados (““araucanos”) no ha sido notificada,
probablemente por su baja densidad y por la si-
militud de sus estados larvales con los de los ci-
clopoida. Sin embargo, Daday (1902) menciona
el hallazgo de un Ergasilus al que consigna como
E. trisetacus Nord (?) proveniente de una muestra
de plancton del lago Villarrica en marzo de 1899.
El propósito de esta nota es dar a conocer la pre-
sencia de Ergasilus sieboldi Nordmann en lagos
araucanos argentinos. La importancia de este
hallazgo radica en el interés sanitario de esta es-
pecie, ya que existe en el área una creciente
actividad de pisciculturas en estanques y ambien-
tes naturales.
Los estados larvales y los machos nunca son
parásitos, por ello son frecuentemente capturados
en el plancton (Sars 1909, Fryer 1956). En el
lago Escondido (410 2* S y 710 4” W; A= 8 ha;
zm= 8 m; monomíctico cálido) se realizó una
investigación con el objeto de conocer la dinámi-
ca del zooplancton. Los muestreos se realizaron
a intervalos aproximadamente quincenales durante
un año. El diseño de muestreo consistió en la ex-
tracción de muestras de 80 L por niveles desde
0 a 6 m con una trampa Schindler-Patalas. Durante
el período de estudio se capturaron estados lar-
vales y machos de Ergasilus sieboldi (Fig. 1). El
llamativo color azul de las nauplii y la modifica-
ción de las antenas en los copepoditos, junto con
la seta interna de cada rama caudal bifurcada,
permitieron reconocer los estados larvales. El
carácter de la seta bifurcada es importante ya que
en un rápido examen, pueden ser confundidos
con otros copepoditos de ciclopoideos (Fryer
1978). La comparación de los estados naupliares
con los esquemas presentados por Smerlaya
(1972) revela marcadas similitudes. Los especi-
menes colectados fueron montados en glicerina, de
acuerdo a la técnica descrita por Dussart (1969)
para copépodos libres. Los preparados quedaron
depositados en la colección Limnología del CRUBa-
riloche, UNC.
Fig 1. Ergasilus sieboldi
a. Ramas furcales de copepodito (escala= 0.2 mm)
b-d. Adulto macho. ¡b-anténula c-antena. d-maxi-
líipedo (escala= 0.1mm).
La aparición de esta especie manifiesta una
fuerte relación con la estacionalidad del lago.
Las mayores abundancias se registraron en el
otoño, la primavera y el verano (30 ind. m-3 el
Centro Regional Universitario Bariloche, Universidad Nacional del Comahue.
c.c. 1336 - 8400 Bariloche - Argentina.
29
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
18-3-87 y 40 ind m-3 el 21-12-87). Desde marzo atribuirse al factor térmico. Sin embargo, dado que
a mayo se registraron nauplii, copepoditos y las hembras ocurren a lo largo de todo el año
adultos machos, en este período la tempera- (Fryer 1978) se puede suponer que durante este
tura del lago disminuyó desde 18 OC (18-3-87) a período la población queda casi exclusivamente
6 0C (27-5-87); durante el invierno y principios conformada por hembras ectoparásitas. Con res-
de primavera no hubo hallazgos, disminuyendo la pecto a la distribución vertical se observó que no
temperatura hasta 4 0C; reapareciendo los copepo- existen diferencias en la distribución, ubicándose
ditos en los meses de noviembre y diciembre, en toda la columna de agua.
momento en que el lago se encuentra estratificado Lamentablemente, no se cuenta con análisis
con temperaturas de 14 0C a 18 OC en superficie sanitario de la ictiofauna del lago Escondido.
y 8 %C a 130€ en profundidad con saltos térmicos En este ambiente el parasitismo tendría inci-
de hasta 4 0C en un metro. En los meses más dencia sobre peces autóctonos Percichthys sp. y
fríos la ausencia de registros en el plancton podría Galaxias maculatus Jenyns.
REFERENCIAS
DADAY, E. 1902 Beitráge zur Kenntniss der Súswasser. Mikrofauna von Chile. Termeszetraizi Fiizetek,25:436-447.
DUSSART, B. 1969. Les copépodes des eaux continentales d'Europe occidentale. Tome 1: Calanoides et Harpacticoides.
N. Boubée dé: Cie. Paris
FRYER, G. 1956. A report on the parasitic Copepoda and Branchiura of the fishes of Lake Nyasa. Proc. Zool. Soc. Lond.,
127:293-344,
FRYER, G. 1978 Free-living stages of freshwater parasitic Copepoda En: Das Zooplankton der Binnengewiásser. Teil 2:344-
367. E. Schweizerbart'sche Verlagsbuchhanlung, Stuttgart.
SARS, G.O. 1909. Zoological results on the third Tanganyika Expeditions, 1904-05. Report on the Copepoda. Proc. Zool.
Soc. Lond. 1909: 31-76.
SMERLAYA, E.I. 1972. Ergasilus sieboldi Nordmann 1833, its development, biology and epizoological significance. Ivz.
gos. nauchno-issled. Inst. ozern. rechn. ryb. Khoz., 80:132 - 177.
30
An. Mus. Hist, Nat. Valparaíso, 20: 31 — 34, 1989
UNA OBSERVACION SOBRE VIBRIONACEAS ENTERICAS MARINAS
JAMES P. ROBESON
ABSTRAC
Strains of Vibrionaceae were selectively isolated from the intestinal contents of the marine fish Merluccius gayi. All bacterial
isolates showed swarming motility. 1t is possible that th
sic capabilities to colonize the digestive tract of M gayi.
INTRODUCCION
Las bacterias del género Vibrio constituyen par-
te importante de la bacterioflora intestinal de ani-
males marinos, Liston (1957) describió inicial-
mente la presencia de un “grupo Vibrio intestinal”
en peces y con el tiempo esta noción se ha cimen-
tado en el ámbito de la bacteriología marina.
Varios autores han descrito la presencia de Vibrio
en el contenido intestinal de peces marinos y la
incidencia de cepas correspondientes a este género
bacteriano usualmente fluctúa entre 32%/0 y
53%/0 (García Tello y Zaleski, 1970; Baumann y
Baumann, 1977; Ruby y Morin, 1979; Ohwada et
al., 1980; García - Tello y Robeson, 1984). Por
otra parte, Vibrio también está presente en el
tracto digestivo de copépodos (Sochard et al.,
1979) y otros crustáceos marinos (Sizemore et al.,
1975; Godoy et al., 1989).
Es necesario precisar que en las investigaciones
antes citadas las cepas bacterianas se recuperaron
sin usar medios de enriquecimiento. A la luz de
los antecdentes previamente expuestos, el presen-
te trabajo tiene como objetivo precisar la natura-
leza de cepas vibrionáceas entéricas marinas pre-
sentes en el tracto intestinal de peces.
Usando un enfoque experimental basado en el
enriquecimiento selectivo de cepas bacterianas a
partir del contenido intestinal de la merluza, Mer-
luccius gayi, se recuperaron Vibrionáceas de ca-
racterísticas que permiten explicar, al menos en
eir presence in the instestinal contents analysed derives from intrin-
parte, su presencia en el
marino antes mencionado.
tracto intestinal del pez
MATERIALES Y METODOS
Se tomaron muestras independientes (0.1 a 0.2 ml)
de contenidos intestinales de M. gayi en forma
aséptica usando jeringas estériles desechables (
(2 ml; Terumo, Japón). Las muestras fueron luego
inoculadas en tubos con 5 ml de Caldo Nutritivo
(Difco, E.U.A.) con 2%/o0 de NaCl (Merck, Ale-
mania). Un grupo de muestras fue inoculado
en medio a pH 7,0 y otro caldo con el pH ajusta-
do a 8,4 con NaOH (Merck) 1N; en estas últimas
condiciones se enriquecen más especificamente
bacterias del género Vibrio (Gerhardt et al.,
1981). Los tubos se incubaron por 24 h a 20 %C
y las muestras de los cultivos que se desarrolla-
ron fueron sembradas por diseminación en Agar
TCBS (Difco) con 20/0 de NaCL para obtener co-
lonias aisladas. En este medio de cultivo se enri-
quecen preferentemente vibrios entéricos. Después
de la incubación, una colonia de cada placa de
Agar TCBS fue purificada eb el mismo medio de
cultivo. Cada cepa bacteriana independiente fue
luego mantenida a temperatura ambiente en tubos
de Agar Nutritivo (Difco) suplementado con 29%/o
de NaCl.
instituto de Biología. Universidad Católica de Valparaíso. Casilla 4059, Valparaíso.
31
Anales Museo de Historia Natural
Las cepas bacterianas aisladas fueron luego
sometidas a una caracterización fisiológica y bio-
química. Las diversas pruebas de caracterización
se realizaron de acuerdo a lo descrito en Gerhardt
et al. (1981). La resistencia o sensibilidad a anti-
bióticos se determinó en Agar Mueller Hinton
(Difco) por la técnica de Bauer et al. (1966)
usando discos de los siguientes agentes antimicro-
bianos, en cantidades en ug/disco indicadas en
paréntesis: ampicilina (10), amikacina (30), estrep-
tomicina (10), cloranfenicol (30), gentamicina
(10) y tetraciclina (30). La habilidad de las cepas
bacterianas para exhibir movimiento en cascada
o “swarming” se determinó inoculando central-
mente placas de Agar Nutritivo con 29/0 de NaCl
y verificando crecimiento radial a partir del
inóculo, después de incubación a 20 “C por
24 h.
RESULTADOS Y DISCUSION
En relación al enriquecimiento de cepas bacteria-
nas a partir del contenido intestinal de M. gayi
usando un régimen de incubación a pH 8,4 se ob-
tuvieron finalmente 18 cepas bacterianas a partir
de 20 muestras independiente de contenido in-
testinal obtenidas de 20 ejemplares de M. gayi.
Igual número de cepas fueron recuperadas después
del enriquecimiento a pH 7,0 a partir de muestras
intestinales de otros tantos ejemplares del pez
estudiado. Las bacterias aisladas fueron sometidas
a diversas pruebas fisiológicas y bioquímicas, cu-
yos resultados se encuentran en la Tabla 1. Se pue-
de apreciar, por el patrón de respuesta a las diver-
sas pruebas, que las bacterias enriquecidas a pH
7,0 y pH 8,4 corresponden al género Vibrio.
Particularmente destacable es su sensibilidad al
agente vibriostático 0/129 y el requerimiento
de NaCl para el crecimiento, típico de bacterias
marinas (Macleod y Onofrey, 1957). Estos resul-
tados concuerdan con el concepto de un grupo
““Vibrio intestinal” definido para M. gayi (García -
Tello y Robeson, 1984). Por otra parte, las cepas
bacterianas obtenidas a partir de los contenidos
intestinales de M. gayí deben ser las que presen-
tan las mayores tasas de crecimiento en las con-
diciones usadas para su enriquecimiento. Por tan-
to es posible que este mismo tipo de bacteria
prolifere en el habitat intestinal de M. gayi si éste
contiene nutrientes suficientes para sustentar
la división celular, lo que podría explicar la presen-
cia tan frecuente de dichas bacterias en los conte-
nidos intestinales analizados.
Vol. 20, 1989
También se determinó que un 100%/o de los
vibrios aislados exhiben la capacidad de efectuar
“swarming” o crecimiento en cascada. Esto se
ejemplifica en la Figura 1 para 4 de las 36 cepas
analizadas.
Cabe destacar que el fenómeno de “swarming”
está asociado al desarrollo de flagelación lateral
en Vibrio parahaemolyticus y Vibrio alginoly-
ficus: los flagelos laterales a su vez otorgan la capa-
cidad de adhesión a particulas de quitina (Belas
y Colwell, 1982). En términos más generales se
considera la flagelación lateral como una adapta-
ción para colonización de superficies (Mc Carter
y Silverman, 1990). Por ende, es posible conside-
rar que la capacidad para efectuar ““swarming” de
los vibrios aislados de M. gayí puede constituir
una adaptación para colonizar superficies en el
tracto digestivo del pez en cuestión. Por último,
cabe destacar que las cepas bacterianas analizadas
eran todas sensibles a los antibióticos frente a los
cuales fueron ensayadas. Sin embargo, estas cepas
bacterianas tienen la capacidad de adquirir resis-
tencia a antibióticos codificadas en plasmidios
transmisibles (Robeson et al., 1990). Esto su-
giere un potencial para evolución acelerada (Rea-
nney, 1976) hacia cepas multirresistentes las cua-
les podrían hacerse prevalentes, por ejemplo, en
procesos de acuacultivos intensivos en los cuales
se emplean antibióticos para el control de infeccio-
nes bacterianas. En resumen, se han observado
cepas de Vibrio cuyas características prolifera-
tivas y su capacidad para efectuar “swarming”
pueden entenderse como una adaptación para la
colonización eficiente del tracto digestivo de
M. gayi.
James P. Robeson Una observación sobre ...
TABLA 1 “Swarming en vibrionáceas aisladas del contenido
intestinal de Merluccius gavi”.
CARACTERIZACION BIOQUIMICA Y FIDIOLOGICA DE es
VIBRIONACEAS AISLADAS DEL INSTENTINO DE
MERLUCCIUS GAYT
PRUEBA O/o de cepas con respuesta posi-
tiva (*) provenientes de enri-
quecimiento a pH:
7,0 8,4
Indol 944 94,4
Rojo Metilo 100 100
Voges Proskauer 0.0 0.0
Citrato 83.3 94.4
Producción de ácido a
partir de:
Sacarosa 100 100
Arabinosa 11.1 5.5
Manitol 100 100
Glucosa 100 100
Hidrólisis de gelatina 88.8 94.4
Oxidasa 100 100
Catalasa 100 100
Metabolismo fermen-
tativo 100 100
Crecimiento en Agar
nutritivo con:
-- 0%/0 NaCl 0.0 0.0
— 5%/0 NaCl 100 100
— 10%/0 NaCl 100 100
Sensibilidad a 0/129 100 100
Movilidad 100 100 Crecimiento en placas de Petri de cepas bacte-
no rianas enriquecidas a pH 7.0 (A y B) y 8.4 (C y D).
Ver Materiales y Métodos para detalles de pro-
(*) Se analizaron 18 cepas de cada enriquecimiento. cedimiento.
AGRADECIMIENTOS , h , E
A la Dirección General de Investigación y Postgrado, Universidad Católica de Valparaíso y FONDECYT por financiamiento
brindado. :
REFERENCIAS
BAUER, A.W.; M.M. KIRBY; J.C. SHERRIS 8 M. TURCK. 1966. Antibiotic susceptibility testing by a standarized single disk
method. Amer. J. Clin Pathol, 45:493 - 496.
BAUMAN, P. £: L. BAUMANN. 1977. Biology of the marine enterobacteria” genera Beneckea and Photobacterium. Ann. Rev.
Microbiol. 31:39 - 61.
BELAS, M.R. 4 R.R. COLWELL. 1982 Scaning electron microscope observation of the swarming phenomenon of Vibrio parahae-
molyticus. J. Bacterio.. 150:956 - 959.
GARCIA - TELLO, P. £ J. P. ROBESON. 1984 Presencia y homogeneidad bioquímica del “grupo Vibrio intestinal” en el tracto
digestivo de Merluccius gayi. Bol. Inst. Salud Pública sde Chile, 25:198 - 201.
GARCIA - TELLO, P. é: S. ZALESKI. 1970. Q ualitative and quantitative changes in Baltic cod during storage at 1 - 2*C. J. Food
Science, 35:482 - 485.
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
GERHARDYT, P.; R.G.E. MURRAY: R.N. COSTILOW; E.W. NESTER; W. A. WOOD; N.R. KRIEG G.B. PHILLIPS (Eds.).
191 Manual of Methods for General Bacteriology. American Society for Microbiology. American Society for Microbiology
Washington, D.C.
GODOY, S.V.; GARCIA - TELLO é: J.P.ROBESON. 1989. Bacterias entéricas en el tracto intestinal de Cancer porteri (Crustacea,
Brachyura). Rev. Biol. Mar., 24:155 - 160.
LISTON, J. 1957. The occurrence and distribution of bacterial types on flatfish. J. Gen. Microbiol., 16:205 - 216.
Mc CARTER, L. € M. SILVERMAN. 1990. Surface - induced swarme cell differentation of Vibrio parahaemolvticus. Mol.
Microbiol., 4:1057 - 1062.
Mc LEOD, R.A. : E. ONOFREY,. 1957. Nutrition and metabolism of marine bacteria. III. The relation of sodium and potassium to
growth. J. Cell Physiol., 50:189 - 202.
OHWADA, K.; P.S. TABOR £ R.R. COLWELL. 1980. Species composition and barotolerance of gut microflora of deep sea benthic
macrofauna collected at various depthe in the Atlantic Ocean. Appl. Environ. Microbiol., 40:746 - 755.
REANNEY, D.C. 1976. Extrachromosomal elements as possible agents of adaptation and development. Bacteriol. Rev., 40:552 - 590.
ROBESON, J.P.; E. GRISOLIA; S.V. GODOY £ M. QUIROZ. 1990. Evaluation of enterobacterial plasmid transfer to marine
bacteria. Proc. Second Biennial Water Qual. Symp.: Microbiol. Asp., p. 153 - 158.
RUBY, E.G. £ J.G. MORIN. 1979. Luminous enteric bacteria of marine fishes: a study of their distribution, densities and dispersion.
Appl. Environ. Microbiol., 38:406 - 411.
SIZEMORE, R.K.; R.R. COLWELL,; H.S. TUBIASH € DT.E. LOVELACE. 1975. Bacterial flora ofthe hemolimph of the blue crab
Callinectes sapidus: numerical toxonomy. Appl. Environ. Microbiol., 29:393 - 399,
SOCHARD, M.R.; D.F. WILSON; B. AUSTIN R.R. COLWELL 1979 ¡ i
, ¿ ; B, R. z . Bacteria associated with th ] 1
copepods. Appl. environ. Microbiol., 37:750 - 759. a
34
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 20: 35 - 40, 1989
EL GENERO NEOTROPICAL /NCAMY/A TOWNSEND, 1912 EN CHILE, CON
UNA CLAVE PARA SUS ESPECIES
(DIPTERA: TACHINIDAE:BLONDELIINI)
CHRISTIAN R. GONZALEZ € ABEL HENRY *
RESUMEN
El género Incamyia Townsend, 1912 (Diptera:Tachinidae:Blondeliini), descrito originalmente del Perú, se presenta distri-
buido en varios palses sudamericanos, Colombia, Uruguay y, tal vez, en el Sur del Brasil En Chile se conocen 10 especies,
mientras que en el Perú se registran sólo cuatro. Estas 10 especies chilenas se distribuyen desde-Árica a Magallanes y desde
el nivel del mar a 3.000 ó 4.000 m de altitud en los Andes. Estos insectos parasitan larvas de Lepidoptera de por lo menos
10 familias diferentes, depositando las hembras un embrión incubado dentro de la herida abierta por un segundo “gancho”
ON Se entrega la distribución actual en Chile de estas especies, sus hospederos conocidos y una clave para diferen-
cirlas.
ABSTRACT
Incamyia Townsend, 1912 (Diptera: Tachinidae: Blondeliini), originally y described from Perú, shows today a Neotropical
distribution: Colombia, Argentina, Uruguay, and very likely South Brasil. Ten species are recorded from Chile, while there
are only four in Perú. These 10 Chilean species are distributed form Arica down to Magallanes level up to 3.000 or 4.000 m
in the Andes It parasitize Lepidopteron larvae of at least 10 different families, inserting the females an incubated embrio
into the wound oponed by a sharp hoghly sclerotized hook. The distribution in Chile of these 10 species. their known
hosts and a key to differentiate them is offered in this paper.
INTRODUCCION
El género Incamyia fue descrito por Towsend en el nivel del mar hasta 4.000 m de altura de Los An-
1912, sobre una hembra procedente de El Cuzco, des. Esta sola distribución nacional del género
Perú, mientras el macho lo fue como Sphalloglan- revela obviamente lo numeroso y variado que tie-
dulus Towsend, en 1915, ejemplar procedente de nen que ser sus hospederos (larvas de Lepidoptera)
Oroya, Perú. La sinonimia de ambos géneros se y, además, la versatilidad y adaptación de las di-
debe a Aldrich (1928), después de examinar los ferentes especies para llegar a distribuirse en un
tipos en el Museo de Washington. La validez de territorio tan extenso, de tan distintos climas y
esta sinonimia fue aceptada y reconocida por Tow- vegetación, y en tan amplio rango de altitudes.
send (1940), además de Guimaraes (1971). Cortés (1952) menciona f. chilensis Aldrich
El género es de distribución Neotropical, ya que (1928) como una de las dos especies de Taquí-
ha sido citado del Perú (4 spp.), de Chile (10 spp.), nidos colectadas en las Islas Juan Fernández
mientras que la especie chilensis Aldrich y otras (Archipiélago de Robinson Crusoe). ae
están también registradas de Argentina y Uruguay, La biología en laboratorio, de /, chilensis ha
y es muy posible que se presenten en el Sur de sido estudiada por Caltagirone (1953), y Cortés
Brasil. El género podría estar probablemente en se ha referido al género en varios de sus trabajos.
Ecuador por la reciente referencia de Vélez (1989) describiendo nuevas especies (1968, 1976) y apor-
que lo registra de Colombia. tando nuevos antecedentes distribucionales (1983.
Si bien el género está descrito del Perú, para 1986) o bien de sus hospederos (Cortés y Hichins.
Chile se registran por Cortés y Campos (1971),
González (1988) y Henry (1987) 10 especies que
se distribuyen, notablemente, entre Árica y Maga-
llanes. en una latitud de más de 4.000 km, y desde
Instituto de Entomología,
1979).
Los principales caracteres del género han sido
señalados por Cortés (1968), y consistirían bási-
camente en: ojos, débil (7. nuda Aldrich) a mani-
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Casilla 147, Santiago, Chile.
Anales Museo de Historia Natural
fiestamente pilosos; bordes faciales cerdosos en
la mitad basal; parafaciales inferiormente desnu-
dos, desprovistos de cerdas y pilosidad; proster-
num desnudo en los bordes, carácter excepcional
para un Goniinae Blondeliini; apicales escutelares
ausentes; cerdas discales bien formadas en las ter-
gas abdominales intermedias.
Faltaría agregar a los caracteres anteriores las
marcadas y bien diferenciadas “vittas” (líneas
o trazas) longitudinales de pruina plateada, ceni-
cienta o plomiza (raramente amarilla o dorada), a
lo largo de notum, dos de ellas laterales naciendo
del postpronotum, y una central entre las cerdas
acrosticales, que alcanzan y a menudo cubren gran
parte del escutelo. Este solo carácter, perceptible
a simple vista, permite reconocer de inmediato y
sin vacilación, a la mayoría de las especies de
Incamyia.
Como casi todos los Blondeliini, las hembras
de las especies de Incamyia, presentan el séptimo
esternito modificado en una aguda estructura
esclerozada llamada “gancho” (= hook, piercer)
(Fig. 1), con la que rompen la epidermis de la lar-
va hospedera, para introducir enseguida o deposi-
tar dentro de la herida, ya sea huevos o embriones
incubados en el útero del parasitoide. Este gancho,
por lo general trianguliforme y muy aguzado, ha
adquirido un importante valor morfológico y taxo-
nómico para diferenciar las especies, como lo com-
prueba el reciente tratamiento de la Tribu Blon-
deliini en la Región Neártica, de Wood (1985),
y la anterior revisión del género Eucelatoria
Towsend, de Sabrosky (1981).
ANTECEDENTES DISTRIBUCIONALES;
Incamyia charlini Cortés, 1968
Localidad Tipo: Rinconada de Maipú (R.M.)
(Chile)
Chile; XII Región
[. chilensis Aldrich, 1928
Localidad Tipo: Angol (Chile)
Distribución: Chile; desde la I a la XI región;
Argentina, Uruguay
Distribución:
I. cinerea Cortés £ Campos, 197]
Localidad Tipo: Mamiña (Chile)
Distribución: — Chile; 1 Región
[. cuzcensis Towsend, 1912
Localidad Tipo: Cuzco (Perú)
Distribución: — Chile; I y Il Región; Perú
Vol. 20, 1989
[ nuda Aldrich, 1934
Localidad Tipo: Bariloche (Argentina)
Distribución: — Chile; Región Austral Cortés
(1968)
I, perezi Cortés € Campos, 1971
Localidad Tipo: Putre (Chile)
Distribución: — Chile; I Región
[. picta Cortés, 1976
Localidad Tipo: Baños El Toro (Chile)
Distribución: — Chile; IV Región
I. sandovali Cortés £ Campos, 1971
Localidad Tipo: Putre (Chile)
Distribución: — Chile; I y II Región
IL spinicosta Aldrich, 1928
Localidad Tipo: Los Perales (Chile)
Distribución: Chile, HIM, IV,V,R.M. VI, XH
Región
L striata Aldrich, 1928
Localidad Tipo: Oroya (Perú)
Distribución: Chile; I y II Región; Perú
CLAVE PARA LAS ESPECIES DE /NCAMYTA
1. Ojos imperceptiblemente pilosos
prácticamente desnudos nuda Aldrich
Ojos francamente y manifiestamente
pilosos
ICE E EE A
(59)
. Notum y postpronotum recubiertos de
conspicuas manchas de pruina amarilla
dorada picta Cortés
TES TR CIA E DN
2” Notum con franjas y manchas de pruina
plateada, plomiza o cenicienta, nunca
amarilla dorada
. Celda r 4 + 5 exactamente cerrada en
el borde del ala, a veces con un corto
peciolo (Fig. 2)
-
3” Celda r 4 + 5 bien abierta en el borde
del ala y sin pecíolo
(Fig. 3)
. Especies gruesamente pruinosas tanto
en la cabeza como en el notum y el
abdomen
E
Especies menos pruinosas en la cabeza,
notum y abdomen. Pruina de los tergos
abdominales acumulada en la zona ante-
rior del sezmento, dejando el resto del
tergo negro brillante striata Aldrich
Christian R. González 4 Abel Henry
El Género Netropical ...
5. Palpos amarillo paja; especie peque- 8. Pruina ocrácea de los tergos cubriendo
fa o pruinosa, que no deja también los esternos ..... cuzcensis Towsend
visible el , , E
ae te fondo de los segmen- 8” Pruina ocrácea de los tergos no cu-
E E TR O briendo los esternos ...... chilensis Aldrich
A A, cinerea Cortés $ Campos , ( :
5” Palpos café amarillento; especie menos 2 ii trales pss
pruinosa ....... sandoval Cortés 8: Campos andas basales de pruina de los tergos
abdominales de color amarillo dorado;
tercer esterno con agudas espinas qui-
Unzadasnioa add e charlini Cortés
6. Pruina de los tergos abdominales
cubriendo los costados de los seg-
mentos y también parcialmente los
estermos (FB. 4) ooo 7 9” Sétulas infracaliptrales ausentes; bandas
pul d basales de pruina de los tergos abdo-
ruina de los tergos abdominales minales más bien de color plateada;
acumulado en la parte anterior de los tercer esternito sin agudas espinas
segmentos, dejando el resto del seg- quibinizadas e spinicosta Aldrich
mento negro brillante (Fig. 5) .......... 9
7. Palpos amarillo o café amarillento;
caliptras blancas ................... 8
7” Palpos negros o café muy oscuro;
caliptras infuscadas, amarillo
quemado ......... perezi Cortés £ Campos
Fig. 1 Vista lateral del abdomen de Eucelatoria sp., mostrando el séptimo esternito (st) distendido en forma de “gancho”.
Fig. 2 Ala de Incamyía spinicosta Aldrich, con celda rg y s cerrada y con un corto pecíolo.
Fig. 3 Ala de Incamyia chilensis Aldrich, con celda rg , y abierta en el margen del ala.
Fig. 4 Vista dorsal del abdomen de Incamyia chilensis Aldrich, mostrando la distribución de la pruina de los tergos
(pr= pruina).
Fig. 5 Vista dorsal del abdomen de Incamyia spinicosta Aldrich, mostrando la distribución de la pruina de los tergos
(pr = pruina).
37
Anales Museo de Historia Natural
HOSPEDEROS CONOCIDOS
Las larvas hospederas de varias de las especies Neo-
tropicales de Incampyia, para Chile, Argentina,
Perú y Uruguay son conocidas y están registradas
por Cortés e Hichins (1969) y en el Catálogo de
Guimareas (1977), y con los nuevos antecedentes
de que se dispone, serían los siguientes:
I. charlini Cortés
NOCTUIDAE
Heliothis zea (Boddie), Chile
PIERIDAE
Pieris brassicae L., Chile: inédito
I. chilensis Aldrich
NOCTUIDAE Y GEOMETRIDAE
Autographa biloba (Stephens), Chile
Heliothis gelotopoeus (Dyar), Chile
Plusia sp., Chile
Pseudoaletia adultera (Schaus), Argentina
Rachiplusia nu (Guenée), Chile, Argentina,
Uruguay
Spodoptera frugiperda (Smith), Argentina,
Uruguay
Syngrapha gammoides (Blanchard), Chile
NYMPHALIDAE
Cynthia carye (Hubner), Chile
PIERIDAE
Colias lesbia (F.), Argentina
Tatochila sp., Chile
TORTRICIDAE
Rhyacionia buoliana (Schif.), Chile
AGRADECIMIENTOS
Vol 20, 1989
E cuzcensis Towsend
GELECHIDAE
Phthorimaea operculella (Zeller), Perú
ARCTIIDAE
Larva no identificada, Chile: 1 Región
PLUSTIDAE
larva no identificada, Chile: 1 Región
L spinicosta Aldrich
NOCTUIDAE
Heliothis zea (Boddie), Chile
PIERIDAE
Pieris brassicae L., Chile: inédito
Tatochila mercedis (Blanchard ), Chile
Para el resto de las especies de Incamyia sus hos-
pederos no son conocidos.
El material cedido por la Sra. Oteiza, estuvo
constituido, por tres larvas parasitadas de Pieris
brassicae, secas, momificadas y consumidas, de las
que emergieron 104 pupas de taquínidos (perdidas
en su mayor parte por desecación prematura),
pero que originaron 16 ejemplares de ambos sexos
de 7. charlini y uno de /. spinicosta. Estas larvas
fueron colectadas en la parcela 6, km 15 1/2,
El Portezuelo, de la carretera General José San
Martin, Provincia Chacabuco, Chile; Mayo 1990,
Coll. P. Oteiza. Este material se encuentra depo-
sitado en la Colección de Insectos del Instituto
de Entomología de la Universidad Metropolita-
na de Ciencias de la Educación.
Se agradece a la Sra. P. Oteiza por haber cedido el material de referencia y al Profesor Raúl Cortés por haber identificado el
material y revisar este manuscrito. Asimismo al Profesor Jaime Solervicens quien se sirvió también revisar el manuscrito.
REFERENCIAS
ALDRICH, J.M., 1928. New Diptera or two winged flias from So. America. Proc. U.S. Nat. Mus. 74 NO 2746 (1): 14-17
ALDRICH, J.M., 1934. In British Mueseum Diptera of Patagonia £ So. Chile, Tachinidae 7(1):65 - 67.
CALTAGIRONE, LE., 1953. Observaciones sobre Incamyia chilensis Aldrich, y su multiplicación en Laboratorio. Rev
Chilena Ent. 3:87 - 89.
CORTES, R., 1952. Los Insectos de las Islas Juan Fernández 9. Tachiniadae (Diptera). Rev. Chilena Ent., 2:109 - 111
Christian R. González £ Abel Henry El Género neotropical ...
ra 1968. Nueva especie chilena del género /ncanmyia Townsend, 1912 (Diptera: Tachinidae). Rev. Chilena Ent.
poor 1976. Taquínidos Chilenos nuevos o poco conocidos IV. Diptera: Tachinidae). Bol Tecn. NO 40, Fac. Agron.
e e,p.5
CORTES, R., 1983. Tachinid filies (Diptera:Tachinidae) from Tarapacá €: Antofagasta Provinces, Chile, Il. Addendum.
Florida Ent. 66(4): 387.
CORTES, R., 1986. Taquínidos de Aysén (XI Región) y Magallanes (XII Región), Chile (Diptera:Tachinidae). Acta Ent.
Chilena 13:158,
a A € L CAMPOS, 1971. Taquínidos de Tarapacá € Antofagasta (Diptera:Tachinidae). Anales U. del Norte
a na € N. NICHINS, 1969. Taquínidos de Chile: Distribución geográfica y Huéspedes conocidos. Edic. U. de Chile,
Pp 9
si E; > N. NICHINS, 1979. Taquínidos de Tarapacá £ Antofagasta (Diptera:Tachinidae). Addenda II. IDESIA
1
GONZALEZ, C., 1988. Lista Sistemática, Distribución geográfica, Hospederos conocidos y Bibliografía de los Taquínidos
de Chile (Diptera: Tachinidae) (Tesis no publicada).
GUIMARAES, J.H., 1971. A Catalogue of the Diptera of the Americas South of the United States, Fasc. 104:Tachinidae,
333 pp.
, 1977. Host - parasites and Parasite - host Catalogue of South American Tachinidae (Diptera). Arq.
Zool S. Paulo (Brasil) 28(3), 131 pp.
HENRY, A., 1987. Los Taquinidos (Diptera: Tachinidae) de la Colección del Instituto de Entomología de la Universidad Me-
tropolitana de Ciencias de la Educación. Acta Ent. Chilena 14:198 - 199.
Mc ALPINE, J.F., 1981. Morphology and terminology - adults. pp. 9-63. In Mc Alpine, J.F., B.V. Peterson, G.E. Shewell,
H.J. Teskey, J.R. Vockeroth and D.M. Wood (Eds.), Manula of Nearctic Diptera 1:i-vi, 1-674. Agriculture Canada Mo-
nograph NO27.
SABROSKY, C.W., 1981. A partial revision of the genus F£ucelatoría (Diptera: Tachinidae), including important parasites of
Heliothis. USDA Tech. Bull NO 1653, 18 pp.
TOWNSEND, C.H.T., 1912. Descriptions of new genera and species of muscoid flies from the Andean and Pacific coast
regions of So. America. Proc. U.S. Nat. Mus 43:317 - 318.
TOWNSEND, C.H.T., 1915. New Neotropical Muscoid flies. Proc. U.S. Nat. Mus. 49:438 - 439.
TOWNSEND, C.HT., 1940. Man. Myiol 10:56 - 58
VELEZ, R., 1989. Catálogo del Museo de Entomología. Fac. Ciencias, Univ. Nac. de Colombia, Secc. Medellín, p. 134
WOOD, D.M., 1985. A taxonomic conspectus of the Blondeliini of North and the West Indies, Mem. Ent. Soc. Canada,
130 pp.
39
ww
' sE e
al Jai Li La N
ñ Yi
A
yo [Oy Kie E
$ AD 0 ct lc e 1 ls M1. A aire
PA E PARA
ha
Quenca por ptes ca A A. Hab an o bio
ed MA * am? . a MM
GIICTA 1 GÓL d Biar > +
NIDRÓOIL EME, ros la TT lia
An. Mus, Hist. Nat. Valparaíso, 20: 41 — 74, 1989
ESTUDIO DE LOS CAMBIOS DE LA MESOFAUNA ASOCIADA A LA
DESCOMPOSICION DE CADAVERES DE CONEJO EN CLIMA MEDITERRANEO
FRANCISCO SAIZ, EDOARDO TOSTI-CROCE y M. SOLEDAD LEIVA
ABSTRACT
Faunistic changes
Faunistic changes associated to decomposition in rabbit cadavers, Oryctolagus cuniculus (L.), was studied by means of
three essays of 25 carcasses each. The field research was conducted in a perturbated Acacia caven steppe under the following
environmental conditions Spring, FALL-Winter an SUMMER-Fall, respectively.
The animal community on rabbit carcasses and in the upper 6 cm of the soil were analized, Organic matter, pH and ni-
trogen concentration of the soil were also controlled.
Four seral stages of decomposition were described for the carcasses of the three essays: Fresh, Bloated or Emphysema
tic, Decay or Liqueractta ana Dry. ¿ner auramon 1s quite variable, depending upon the time of the year and the environ-
mental conditions around the carcasses The three first seral stages were shorter under arid conditions. This characteristics
affected density and faunal composition, thus during spring essays faunal diversity was notably higher.
Diptera larvae were the most abundant insects in decavine corpses Calliphora and Sarconesia were dominant during
spring decomposition and gradually replaced by Lucilia and Sarcophaga in dier conditionsx
Coleoptera families Staphylinidae and Carabidae were important during spring descomposition. Trogidae, Histeridae and
Dermestidar predominated in decomposition under arid conditions in association with a longer dry seral stage. The same
pattern of activity was found for Formicidae.
INTRODUCCION
El ciclo de nutrientes en los ecosistemas involucra
tres grandes estancos de organismos: productores,
consumidores y descomponedores.
Los inputs de materia al estanco de los descom-
ponedores corresponden tanto a aportes más O
menos constantes (excretas, restos de anexos tegu-
mentarios, etc.), como a aportes más azarosos
(exuvias, hojas, cadáveres, etc.). Es indudable que,
dentro de este contexto, la muerte de un organis-
mo acentúa esta situación al concentrar en un área
restringida una alta cantidad de materia orgánica,
la que actúa como foco de atracción para diferen-
tes componentes del estanco de los descompone-
dores (Putman 1983). Los outputs corresponden
a elementos o sustancias solubles que utilizan los
productores y a compuestos qué quedan retenidos
temporalmente en los complejos húmicos del suelo
(Swift et al. 1979).
Entre inputs y outputs se produce la descom-
posición orgánica en la cual participa una infinidad
de organismos que, directa O indirectamente, uti-
lizan dicho recurso (Cornaby 1974 y 1977, Put-
man 1983), estableciéndose lo que ya Reed (1958)
designó como una serie de microcomunidades.
Sección E
Otros autores se refieren a este proceso como a
una microsucesión (Nobaglo 1973) o a una micro-
serie (Mohr 1943, en Johnson 1975).
Las características de la comunidad biótica par-
ticipante cambian en la medida que avanza la par-
ticularización y la degradación de la materia or-
gánica, estableciéndose una definida relación entre
su presencia y composición y las etapas del proce-
so de descomposición. Ello le da un alto grado de
predictividad en la datación de fecha de muerte si
se tienen en cuenta las condiciones ambientales en
que ocurre el proceso y la naturaleza del cadáver.
Son estas características de la fauna necrobion-
te las que atrajeron la atención de investigadores
del área de la Medicina Legal ya desde el siglo pa-
sado (Orfila, 1831 y Yovanovitch, 1888 en Vincent
etal. 1985, Megnin 1894, Bioud1 1902, Alessandri-
ni 1926 y 1927, Bianchini 1929, 1930 y Bellusi
1933, etc.).
Más recientemente se ha retomado la línea de
investigación con fines forenses (Nourteva 1974 y
1977, Nourteva et al. 1967 y 1974, Leclerq 1974
1978 y 1983. Rodriguez y Bass 1983 y 1985, Goff
y Odom 1987, Goff et al. 1988). Keh (1985) pre-
cología. Universidad Católica de Valparaíso. Casilla 4059, Valparaíso. Chile.
Anales Museo de Historia Natural
senta una revisión del estado actual de la Entomo-
logía Forense y Vincent et al., (1985) publican un
check up bibliográfico que abarca más de 330 tí-
tulos.
Independiente del enfoque anterior, y a partir
del trabajo pionero de Fuller (1934), se ha ido de-
sarrollando una línea de investigación con enfoque
ecológico, estudiando cuali y cuantitativamente
la fauna asociada a este tipo de descomposición.
En esta línea se enfatiza el estudio de las relaciones
de predación, paraistoidismo, comensalismo, fore-
sis, parasitismo, competencia, estructura comuni-
taria, etc. (Beaver 1973 y 1986, Hanski y Kuu-
sela 1977 y 1980, Mc Kinnerney 1978, Kuusela
y Hanski 1982, Morón y Terrón 1984). En otros,
se resaltan los aspectos autoecológicos de las es-
pecies necrobiontes (Beaver 1973, Tischler 1976,
Denno y Cothran 1975 y 1976) o el eferto que
la descomposición tiene sobre la fauna del suelo
(Bornemissza 1957) o bien las variaciones estacio-
nales de las comunidades involucradas (Johnson
1975).
El estudio desde una perspectiva ecológica no
posee una base bibliográfica muy amplia, aún cuan-
do en los últimos años ha ido en rápido aumento el
número de publicaciones (Abell et al. 1982, Payne
et al. 1968, Payne y King 1970, Jirón y Cartín
1981, Schoenly 1983, Watsi 1972, Tullis y Goff
1987).
En lo referente a Chile, no tenemos anteceden-
tes de trabajos en la línea “ecológica” ni en la
“forense”, salvo el de Tobar (datos no publica-
dos) donde retoma los planteamientos hechos por
Megnin en 1989. Lo más cercano es el trabajo
de Covarrubias et al. (1982), quienes con esquema
analítico parcialmente similar al nuestro enfrertan
el estudio de la fauna asociada a la descomposición
de fecas de vacuno.
Del conjunto de organismos que participan en
el proceso de descomposición, destacan los insec-
tos por su cantidad y diversidad, cumpliendo ro-
les de necrófagos propiamente tales, de predado-
res, de parásitos y de parasitoides, ya sea en con-
dición de larva y/o de adulto.
Dentro del contexto expuesto se enmarca la
presente investigación, cuyos objetivos son los si-
guientes:
1. Conocer la composición y secuencia de cambios
de la fauna necrobionte asociada a la descompo-
sición de cadáveres de mamíferos de talla me-
diana en Chile mediterráneo.
2. Evaluar las diferencias faunísticas y de veloci-
dades de cambio (duración de las fases) de la
42
'Vol 20, 1989
fauna necrobionte en cadáveres en descompo-
sición bajo condiciones ambientales diferentes:
invierno - primavera, otoño - invierno, verano -
otoño, cubriendo de esta forma todo el arco
de un año.
3. Asociar las eventuales variaciones de pH, ma-
teria orgánica y contenido de nitrógeno del sue-
lo subyacente al cadáver con el proceso de des-
composición.
MATERIALES Y METODO
La investigación se realizó en el Parque de Fauna
de Viña del Mar, dependiente de CONAF V Región.
Se realizaron tres ensayos, que abarcaron los
siguientes periodos: 1 del 10/08/88 al 26/12/88;
II del 28/03/89 al 21/07/89 y III del 5/12/89 al
10/05/90.
En cada ensayo se contó con un set de 25 cone-
jos de criadero (Oryctolaqus cuniculus (L)), de
edad y peso aproximadamente iguales. Los pesos
promedio y sus respectivas desviaciones estandar
por ensayo,fueron los siguientes: 1 = 1156 grs,
DS = 129; Il = 1.330 grs, DS= 291 y Ill =
940 grs, DS= 123.
Los conejos fueron sacrificados por asfixia en
ambiente saturado de gas licuado.
Los cadáveres fueron ubicados en la superficie
del suelo que llenaba las cajas de plástico de 63 x 44
x 27 cm, debidamente perforadas en el fondo para
su normal drenaje (Fig. 1). El suelo contenido en
las cajas era el mismo que se extrajo del terreno pa-
ra poder enterrarlas, respetándose la secuencia na-
H———————— 63 cm +—44:cm:
ts
vista lateral
vista frontal
Fig. 1 Cajas de experimentación.
Fig. 2 Disposición de las cajas de experimentación
en el suelo y sistema de protección de macro-
predadores.
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
tural de estratos y la continuidad de niveles entre
el entorno y la superficie de la caja.
Para evitar que los cadáveres fueran perturba-
dos por macroorganismos (perros, gatos, roedores
etc), se protegieron con una cubierta de malla
metálica (Fig. 2).
Las cajas se dispusieron en un sistema de grilla,
numerándose correlativamente los cadáveres (Fig.
3). La secuencia de extracción fue al azar, previo
sorteo. Su frecuencia fue mayor en las fases ini-
ciales, distanciándose en la fase terminal.
Cada extracción consistió en:
1. Retiro y depósito del cadáver en una bolsa
plástica con formalina al 5%/o. La conservación
del material estudiado se hizo en solución de
alcohol-acetato.
2. Recolección manual de la fauna subyacente al
cadáver, separada en los niveles 0-2, 2-4, 4-6
cms de profundidad y conservación en solu-
ción de alcohol-acetato.
3. Toma de muestras de suelo de los niveles 0-2,
12-14 y 23-25 cm, del interior de la caja, para
medir pH, contenido de materia orgánica y
contenido de nitrógeno.
MURO PARQUE FAUNA
ER MITE
2 RARO NTEROR E
> 5 E
Le P MO
q /
CS j ¿ OQ
o? MR
¿ra a
Ly 9 10 7 Q
¿ Y 3 13
==
1
13
15 20 paa ESTACION
A Q A
E A poa
1
SENDERO
Fig. 3 Distribución espacial de las cajas de experi-
mentación y ubicación de la caseta meteoro-
lógica.
Al inicio de los dos primeros ensayos se mues-
treó el suelo del lugar de estudio a 0-2, 12-14 y
22-25 cms de profundidad, con el fin
de evaluar los parámetros químicos indicados, tan-
to para suelo con y sin cubierta vegetal. '
43
Estudio de los cambios de la mesofauna ...
Las condiciones macroclimáticas imperantes du-
rante las investigaciones se obtuvieron de una esta-
ción meteorológica adyacente al área de estudio
(Fig. 3). Se consideró la temperatura y la hume-
dad relativa medidas a las 8.00, 14.00 y 19.00
hrs.
En la determinación del material biológico se
usó básicamente la siguiente bibliografía: Fuller
(1932), Bóving y Craighead (1930), Arnett (1973),
Werner (1974), Peterson (1979), Prins (1982),
Greenberg y Szyska (1984), Smith (1986), Saiz et
al (1989); a ello se suma la comparación con el
material del Museo Nacional de Historia Natural.
RESULTADOS Y DISCUSION
A. CLIMATOLOGIA
El régimen de precipitaciones bajo el cual se rea-
lizaron los ensayos, graficado por unidades quince-
nales, se visualiza en la Fig. 4. Los trazos indican
la ubicación temporal y duración de cada ensayo.
Las condiciones térmicas y de humedad relativa
están expuestas en las Figs. 5 y 6, graficadas como
promedios quincenales para las 8.00, 14.00 y
19.00 hrs.
Queda en evidencia que cada ensayo correspon-
de a condiciones hídricas y térmicas diferentes,
las que pueden clasificarse de la siguiente forma:
I Ensayo: Medianamente cálido y par-
cialmente húmedo
II Ensayo: Frío y húmedo
III Ensayo: Cálido y seco
B. PEDOLOGIA
El sector en que se realizó el estudio corresponde
un espinal (Acacia caven (Mol.) Mol.) degradado,
con presencia de algunos ejemplares de Quilo
(Muehlenbeckia hastulata (J.E. Sm) Johnst.) y de
escasos Pinus radiata D. Don y Eucalyptus globu-
lus Labill. en las cercanías.
En el suelo se distinguen tres horizontes o niveles:
00-02 cm: presencia de restos vegetales en algunos
sectores o carente de cubierta vegetal. En épo-
ca húmeda surge vegetación herbácea menor.
Algo de arena y escasas piedras de cuarzo.
02-23 cm: arenoso-arcillosos, oscuro, piedras me-
teorizadas, textura granular.
23 6 más cm: predominantemente arcillosos, ama-
rillento, textura fina.
Anales Museo de Historia Natural
345
150
100
50
«Vol. 20, 1989
Fig. 4 Secuencia de precipitaciones, sumas quincenales, durante la investigación. 1, II y III ensayos de descomposición.
Las condiciones de pH, niveles de materia or-
Las variaciones temporales de estos parámetros
gánica y de nitrógeno del sustrato al inicio de los en el suelo subyacente a los cadáveres (ensayos 1 y
ensayos l y II se exponen en el Cuadro 1; se desta-
can los pH ácidos y los bajos contenidos de mate- cia clara en cuanto al efecto de la descomposición
ria orgánica y de nitrógeno
II, Cuadros 2 y 3) no permiten definir una tenden-
en ellos. :
CUADRO 1
CARACTERISTICAS GENERALES DEL SUSTRATO AL INICIO DE
LOS ENSAYOS 1 Y ll
I (25-08-88) II (24-05-89)
Condición Profundidad (cm) Profundidad (cm)
0-2 12-14 23-25 0-2 12-14 23-25
A. pH
Bajo espino 5.5
Con pasto 5.0
Sin pasto 4.6
B, Materia orgánica (0/0)
Bojo espino 2.9
Con pasto 10.4
Sin pasto 8.8
C. Nitrógeno (9/0)
Bajo espino .093
Con pasto 132
Sin pasto 069
S.5 - a A
5.2 45 4.9 5.1
5.0 5.0 4.5 4.9
9.9 - - -
13.5 11 3 2.6 2.1
8.8 4.4 2.1 1.8
.048 e
076 .210 .056 058
062 .108 .056 071
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
Estudio de los cambios de la mesofauna ...
CUADRO 2
EVOLUCION DE pH, MATERIA ORGANICA Y CONTENIDO DE NITROGENO
EN El SUELO SUBYACENTE A LOS CADAVERES
ENSAYO I
Fecha pH Mat. Orgánica (0/0) Nitrógeno (0/0)
1988 Profundidad(cm) Profundidad (cm) Profundidad (cm)
0-2 12-14 23-25 0-2 12-14 23-25 0-2 12-14 23-25
10-08 Instalación de los cadáveres
15-08 6.5 4.9 4.8 9.8 9.9 9.4 .194 .103 .093
1908 5.4 55 5.2 11.2 9.2 9.2 .060 .041 -058
23-08 5.1 4.4 5.3 7.8 8.7 10.4 .093 .065 .069
26-08 6.2 50 5.0 6.2 9.6 8.0 .193 .088 063
29-08 del 5.3 5.5 9.6 11.0 9.1 .146 .053 .075
02-09 5.6 5.4 5,3 9.1 11.2 9.1 .082 .093 .095
06-09 6.0 5.6 5.5 7.0 10.0 84 .132 .077 .071
10-09 6.5 4.8 5.5 3.8 11.5 84 .210 .093 .078
15-09 5.1 4.2 5.5 84 10.9 9.2 .155 .075 .080
16-09 6.5 5.5 5.5 9.8 25 10.0 .119 .079 .075
2209 6.2 5.5 5.4 11.2 11.0 11.1 .203 .075 .076
23-09 5.8 5.5 5.6 3.5 3.9 38 .132 .067 .056
30-09 6.0 5.6 55 5.1 7.8 7.8 .108 .071 .060
07-10 5.7 5.2 5.5 28 7.4 8.6 .140 .084 .075
10-10 5.7 5.5 5.6 7.5 4.7 5.9 .140 .071 .071
13-10 5.1 4.8 5.0 4.5 3.5 4.8 .095 .084 .071
26-10 5.8 4.9 51 4.9 3.7 37 .103 .078 .071
31-10 5.2 5.1 5.0 11.6 8.2 3.6 .336 .069 .073
10-11 4.7 4.8 4.5 4.1 5.1 4.3 .127 .054 .048
2211 5.2 5.7 5.1 4.4 3.9 4,3 .067 .039 .056
0s-12 5.8 5.2 5.5 10.4 10.8 10.5 .127 -054 -048
15-12 4.9 4.6 45 1.7 3.6 126 .138 .086 .097
26-12 5.0 4.7 4.5 4.2 4.1 4.3 .102 .067 050
12 .27 .03 .26 .08 0.31 .07 .019 .005 .004
Al respecto, Reed (1958) describe una alcalini-
zación del suelo bajo los cadáveres en la fase licue-
facta, para después recuperar gradualmente los pH
iniciales. Sus suelos eran neutros a básicos. Tosti
Croce (1986) encuentra un modelo parecido en
suelos ácidos de bosque caducifolio, en que se de-
tecta disminución de acidez en igual fase. Rodrí-
guez y Bass (1985), también describen incremento
de pH en suelos bajo cadáveres humanos enterra-
dos. Mackerras y Freney (1933) mencionan una
fuerte alcalinización por acción de las larvas de
Diptera en la fase licuefacta de la descomposi-
ción de cadáveres.
Al analizar nuestros datos en esta perspectiva,
si bien puede visualizarse cierta tendencia de acuer-
do al modelo expuesto, ella está enmascarada. Es
probable que en este enmascaramiento influyan las
lluvias ocurridas durante los ensayos (Fig. 4),
las que en el primero coinciden con su inicio y en
el segundo con la fase terminal.
45
Para materia orgánica y contenido de nitró-
geno tampoco hay tendencias definidas (coef.
de determinación muy pequeño), lo cual sería
explicable por la heterogeneidad del sustrato, ya
que la cubierta herbácea no es regular.
C. TANATOLOGIA
En el desarrollo de la descomposición de los cadá-
veres de conejos se distinguieron las siguientes fa-
ses: fresca, enfisematosa, licuefacta y seca (Reed
1958, Johnson 1975).
Las características por ensayo son las siguien-
tes:
I_ Ensayo (10-03-88/26-12-88):
1. Fresca: Comienza con la muerte de los conejos
y su inmediata colocación en terreno y termina
alrededor de los días 10-11. Se caracteriza por
Anales Museo de Historia Natural
CUADRO 3
Vol. 20, 1989
EVOLUCION DE pH, MATERIA ORGANICA Y CONTENIDO DE NITROGENO
EN EL SUBSUELO SUBYACENTE A LOS CADAVERES
ENSAYO II
pH Mat. Orgánica (0/0) Nitrógeno (0/0)
Fecha Profundidad (cm) Profundidad (cm) Profundidad (cm)
1989 0-2 12-14 23-25 0-2 12-14 23-25 0-2 12-14 23-25
28-03 Instalación de cadáveres
31-03 5.7 4.39 5.3 5.5 3.6 2.8 .183 .076 .056
03-04 6.7 4.6 4.2 83 2.5 2.4 259 .075 .056
07-04 5.8 5.2 5.2 4.6 5.0 4.1 .123 .056 .080
10-04 63 5.0 4.7 3.6 2.8 2.0 .170 .056 .056
14-04 5.4 4.6 43 5.7 2.8 23 .179 .074 .056
17-04 5.8 5.7 4.7 3.3 3.0 2.4 .116 .063 -069
21-04 5.5 5.1 5.4 9.5 4.1 4.0 286. .063 .073
24-04 5.9 5.2 5.1 4.0 3.9 2.9 .106 .047 .063
28-04 5.5 5.0 4.39 5.1 3.5 3.8 .143 .054 .035
01-05 6.0 5.4 5.3 4.7 4.0 4.5 .151 .060 .041
05-05 6.2 5.4 5.8 4.3 2.9 3.4 .117 .037 -045
08-05 6.6 5.0 4.6 9.4 4.7 4.4 .302 .116 .084
12-05 6.3 4.7 4.1 42 3.2 28 .121 .043 .06<
15-05 62 522 4.9 5.5 4.9 4.7 .190 .080 078
1905 5.7 5.4 5.0 4.1 3.7 3.4 .140 .067 .080
22-05 6.0 4.8 4.7 5.2 21 2.0 .220 .076 .067
26-05 5.8 5.0 55 32 3.1 2.6 .140 .073 .069
29-05 6.0 5.6 5.4 6.4 5.3 5.0 .136 .065 .074
02-06 6.3 4.7 4.7 2d 2.6 2.0 .155 067 .067
09-06 6.3 5.0 5.0 3.5 4.3 4.4 .216 061 .065
16-06 6.4 5.1 5.2 6.4 3.6 3.3 .207 .076 074
23-06 6.1 5.5 5.4 5.3 1.7 24 .168 .069 069
30-06 6.6 4,5 4.8 81 3.1 37 -328 .067 .073
07-07 5.4 5.0 5.0 3.0 1.8 20 .129 .076 .073
r2 .018 .000 021 .014 .060 .D00 .014 .025 .102
el aspecto intacto del cuerpo, aun cuando den-
tro de las cavidades corporales (boca, ano) se
observan larvas de dípteros en sus primeros es-
tados de desarrollo. Frecuentemente se obser-
van hormigas recorriendo las mucosas. Olor
moderado.
. Enfisematosa: Comienza alrededor de los días
11-12 y dura 4 a 5 días. Se caracteriza por el as-
pecto hinchado del cuerpo (región abdominal)
y la salida de líquidos por los orificios natura-
les (anal y buconasal). Hay evidente olor a
descomposición.
3. Licuefacta: Comienza alrededor del día 16 y
dura 7 a 8 días. Se caracteriza por la pérdida del
aspecto enfisematoso y la aparición de una serie
de orificios artificiales en la zona superior de la
carroña (zona epistática) y licuefacción de la
cara inferior (zona hipostática), con paso de
líquidos putrescentes al suelo subyacerte. En la
interfase entre cadáver y suelo, se observa gran
cantidad de larvas de dípteros en 2do y 3er es-
tado. Hormigas presentes. Olor especialmente
penetrante.
. Seca: Comienza alrededor del día 23 y dura
hasta el fin del ensayo. La carroña presenta as-
pecto deshidratado con restos de pelos, piel.
material fibroso y huesos. El cuerpo está
completamente aplanado y en él no se observar
larvas. En la tierra subyacente se observan pre-
pupas y pupas de dípteros, así como larvas de
Staphylinidae. En esta fase sólo se detectaron
algunas larvas de Dermestidae, lo que explica:
ría la no total eliminación de restos orgánicos.
II Ensayo (28-03-89/21-07-89y:
Al igual que en el primer ensayo, tambiér se distin-
46
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
guen las cuatro fases ya mencionadas, con la di-
ferencia que las tres primeras son muy cortas, por
lo que se hace difícil su individualización. Esto
es explicable ya que, si bien este ensayo co-
rresponde en su mayor parte al período otoño-
invierno su inicio ocurrió bajo condiciones de ari-
dez y de temperaturas elevadas. Las lluvias y bajas
temperaturas afectan sólo a su segunda parte.
Las características de cada fase son las siguien-
tes:
1. Fresca: su duración no es mayor a 48 horas y
en ese período hay un ataque masivo por parte
de dípteros (Calliphoridae), los que oviponen
en orificios naturales y entre el pelaje.
. Enfisematosa: su duración es del orden de las
24 horas.
3. Licuefacta: se inicia hacia el cuarto día y no se
prolonga por más de 3 días.
4. Seca: esta fase se inicia hacia el 70 - 80 día y se
prolonga hasta el final del ensayo. A partir de
los días 25 - 27 se observan larvas de Dermes-
tidae, a las que se agregan adultos de Tro-
dae hacia el día 37. Estos organismos perma-
necen hasta la reducción casi total del cadáver,
del que sólo quedan huesos, pelos y casi nada
de tejido fibroso.
tb
TC
Estudio de los cambios de la mesotauna ...
HI Ensayo (05-12-89/10-05-90):
Al igual que en el ensayo anterior, y por las mis-
mas causales, las tres primeras fases son poco de-
tectables por la rapidez con que ocurren.
1. Fresca: su duración es de 24 a 48 horas.
2. Enfisematosa: Esta fase no se prolonga más allá
de 24 horas, caracterizándose por la clásica hin-
chazón y el punzante olor.
3. Licuefacta: se inicia con la salida de líquidos.
Su duración es cortísima, ya que al día 4 se en-
tra de lleno a la fase siguiente.
4, Seca: a partir del día 4 sólo son detectables res-
tos fibrosos. En la desintegración de estos res-
tos hay una activa participación de las larvas
de Dermestidae, las que están presentes entre
los días 24 y 60 aproximadamente.
Durante la fase licuefacta de este ensayo, dada la
aridez y compacticidad del suelo que impide la
profundización de las larvas de dípteros necró-
fagos, se constata la dispersión de éstas por los
terrenos que rodean al cadáver hasta unos 5 m
de distancia.
Fig. 5
47
égi ¡ i i igació descomposición.
Régimen de temperaturas, promedios quincenales, durante la investigación. l, II y III ensayos de p
Linea continua = 8.00 hrs; línea de trazos= 14.00 hrs. y línea punteada = 19.00 hrs.
Anales Museo de Historia Natural
HR (4)
Vol 20, 1989
Fig. Régimen de humedad relativa, promedios quince
ción. Línea continua = 8.00 hr ; línea de trazos =
D. FAUNISTICA
I Ensayo:
1.1. Diptera: Este grupo cumple un rol funda-
mental en la descomposición del cadáver, especial-
mente en la fase licuefacta y su participación es
larga en el tiempo.
La figuras 7 y 8 informan de la participación
numérica y de la profundización en el suelo de la
dipterofauna, evaluada por la presencia de larvas,
pupas y puparios.
Es evidente que la postura ocurre casi exclu-
sivamente en el cadáver dentro de los primeros
10 días, detectándose huevos no eclosionados has-
ta el día 20 aproximadamente. Las larvas se con-
centran en el cadáver entre los días 12 y 34 del
proceso de descomposición. Si bien la pupación
puede ocurrir hasta los 10 cm de profundidad, gra-
cias al reblandecimiento del suelo por efecto de las
lluvias (Fig. 4), este estado es más abundante al
nivel 2 a 4 cms.
La familia dominante en esta fase es Callipho-
ridae, representada por los géneros Calliphora y
Sarconesia. Le acompañan las familias Fannidae
(Fannia scalaris F) y Anthomyiidae (2 sp no deter-
minadas). Esta dominancia también está reconoci-
da por Tosti-Croce (1986) y Bornemissza (1957).
entre otros autores.
Calliphora sp (probablemente vicina) es el pri-
mer díptero en atacar el cadáver y es la especie
48
nales, durante la investigación. 1, II y Ill ensayos de descomposi-
14.
00 hr. y línea punteada = 19.00 hr:
más abundante. A partir del día 16 comienza a
aparecer el tercer estado larvario, el que puede ser
encontrado en el cadáver y en cantidades signifi-
cativas hasta aproximadamente el día 36.
Es interesante destacar que los terceros estados
larvarios de Calliphora a partir del día 22 son de
inferior tamaño que aquellos de fechas antericres.
Es posible pensar en limitación del recurso al acer-
carse la fase seca, junto a la alta población, corno
causales de este hecho.
Sarconesia sp, es prácticamente sincrónica
con la especie de «(Calliphora, aunque con una re-
presentación bastante menor. Hacia el día 19 se
encontraron ya terceros estados larvarios, los que
se mantuvieron hasta el día 26.
Las pupas de ambas especies se detectan a par-
tir del día 22.
Fannia scalaris, identificable gracias a sus par-
ticulares y vistosos apéndices, es detectable en ca-
dáver sólo a partir del día 26 y en cantidad inferior
a la especie precedente. Su máximo se presenta
hacia el día 35, fecha en que aparecen también las
primeras pupas.
Una especie de Anthomyiidae, poco representa-
da, se detecta hacia el día 19 y su número se in-
crementa a partir de esa fecha, con máximo hacia
el día 26. Diez días después aparece la segunda
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
especie de esta familia en muy escaso número.
De particular interés es el parasitoidismo de
que son objeto gran número de pupas por parte
de especies de Staphylinidae Aleocharinae, de los
géneros Aleochara y Atheta, situación ampliamen-
te descrita en la literatura (Kessler y Balbaug
1972, Drea, 1966; Turner et al, 1968; Klimaszews-
ki y Blume, 1986). Una pequeña proporción de
pupas es atacada por microhimenópteros no iden-
tificados.
1.2. Coleoptera: Este grupo, según la especie,
cumple roles de necrófagos en sentido estricto y
de predadores o de parasitoides, siendo baja su
participación como comedores directos de cadá-
veres (Crowson, 1981). Además, está consi-
derado de alto valor forense (Morley, 1907;
Kaufmanr, 1937, 1941; Elton, 1966; Easton,
1966). Este último autor trabaja en particular
este aspecto en estudio anual de cadáver de zo-
rro, encontrando 1967 coleópteros distribui-
dos en 87 especies y 10 familias. Easton y
Smith (1970), en cadáveres humanos, encuer.-
tran 98 ejemplares correspondientes a 48 es-
pecies incluidas en 6 familias.
Nuestros resultados a este nivel son los siguien-
tes:
Estudio de los cambios de la mesofauna ..
La familia más importante es Staphylinidae
(Cuadro 4), cuya presencia, tanto como adultos o
larvas, está directamente relacionsda cor. la exis-
tencia de larvas y pupas de Diptera sobre las que
preda o actúa como parasitoide, y a las que incluso
sigue en la profundización para pupar. Esta corres-
pondencia es tanto temporal como espacial (es-
tratos) (Fig. 7, 8 y 9).
Easton (1966), en su estudio sobre cadáver de
zorro, encuentra que la familia Stephylinidae apor-
ta 60 especies y 1054 individuos de las 87 especies
y 1967 individuos de Coleoptera colectados.
Payne y King (1970) citan más de 50 especies en
cadáver de cerdo, Chapmann y Sankey (1955)
reportan 6 especies en conejo y Nabaglo (1973)
informa de 21 especies en roedores. En nuestro
primer ensayo la familia está representada por 7
especies, destacando Aleochara lata Grav. y
Atheta obscuripennis Scl. como las especies de
mayor importancia en esta función, siendo acom-
pañadas en mucho menor proporción por Creophi-
lus erytrocephalus F., especie eminentemente pre-
dadora, Lepidophallus pseudoelongatus Coiff.
y Sáiz, Anotylus chilensis Coiff. y Sáiz y ejempla-
res aislados de otras Aleochara y Atheta, no deter-
minables por contar sólo con un ejemplar. (Coiff.
y Sáiz, 1964, 1967, 1968; Sáiz, 1970).
Chapmann y Sankey (1955) señalan a Aleocha-
ra curtula (Goeze) como parasitoide de pupas de
Ejemplares Especies Familias dípteros. Los géneros Aleochara y Atheta son re-
gularmente citados como partícipes activos de la
eS Les 7 e descomposición de cadáveres. En general, todos los
1 Ayo e de E autores están acordes en la relación directa entre
MIEDO ib ds e la presencia de larvas y pupas de Diptera y la de
CUADRO 4
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE COLEOPTEROS ADULTOS
POR FAMILIA Y PROFUNDIDAD
I ENSAYO (N= 148)
Porcentajes
Staphy- Carabi-
linidae bidae
Cadáveres 31.1 2.0
0-2 cm 16.9 13.5
2-4cm 7.4 20
4-6cm 4.7 1.4
60.1 18.9
Tenebrio- Resto Total
nidae
81 6.1 47.3
4.7 1.4 36.5
23) - 10.1
e = 6.1
13.5 1.9 1000
Anales Museo de Historia Natural
Fig. 7
N* INDIVIDUOS
516
28
80
120
80
o
0
10-08 -BB
Vol. 20, 1989
LARVAS DIPTERA
CADAVER
0-2 cm
2-4 cm,
4-6cm,
50 60 70 80 90 190 mo 120 130 140
26-12-88
Distribución temporal de las larvas de Diptera en cadáver y primeros 6 cm. de suelo subyacente. l ensayo.
S0
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna ..
PUPAS Y/O PUPARIOS
CADAVER
BO
40
0-2 cm.
Fig. 8 Distribución temporal de pupas y/o puparios de Diptera en cadáver y primeros 6 cm de suelo subyacente.
ensayo.
CUADRO 5
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS LARVAS DE
COLEOPTEROS POR FAMILIA Y PROFUNDIDAD
IENSAYO (N= 163)
Staphy- Scara- Coccine- Resto Total
linidae baeidae llid:e
Cadáveres 6.1 6 18 36.8 45.3
0-2 cm 14.7 4.3 5.5 10.4 34.9
2-4cm: 9.2 .6 = 25 12.3
4-6cm 4.3 6 = 1.8 6-7
34.3 6.1 7.3 51.5 100.2
51
Anales Museo de Historia Natural
estafilínidos; por consiguiente, son los primeros
coleópteros en colonizar los cadáveres, dependien-
do su permanencia de la persistencia del sustrato
trófico aportado por los dípteros.
Los estados larvarios de Staphylinidae (Cuadro
5) son bastante abundantes y prácticamente con-
cordantes con la presencia de adultos (Cuadro 6
y Fig. 9), ratificando la importancia de este grupo
en el control de la densidad de larvas de dípteros.
Hay que hacer notar respecto al Cuadro 5 que
el 71.40/o de las larvas signadas Resto correspon-
den a larvas y exuvias de Dermestidae.
La familia Carabidae, también predadora, pre-
senta una baja presencia y una distribución irre-
Vol. 20, 1989
guiar en el tiempo. Su acción predadora sería bas-
tante más generalizada que la de Staphylinidae.
Por su concentración a O - 2 cm de profundidad
podría pensarse en una predación en larvas de ma-
yor tamaño y en otros artrópodos. Está represen-
tada por Crossonychus viricis Dejean y por esne-
cies de Trechisibus (1), Pterostichus (3) y 1 sp
no determinad2 (Fig. 10). Trechisibus niger Scha-
ller es citado por Chapman y Sankey (1955) en
cadáveres de conejos:
La presencia de Tenebrionidae, casi exclusiva-
mente a través de Blapstinus punctulatus Sol.,
STAPHYLINIDAE
TR
10/08/88
Fig. 9 — Distribución temporal de STAPHYLINIDAE (adultos) en cadáver y primeros 6 cms de suelo
Negro, Aleochara lata; hachurado vertical, Aleochara sp; h. oblicuo, Atheta «a;
trocephalus;, punteado, Atheta obscuripennis; cuadriculado, L»vidophallus pseu
chilensis.
CADAVER
26/12/88
s"byacente. | ensayo.
h. horizontal, Creophilus ery-
doelongatus; blanco, Anotylu:
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
el que es acompañado por una especie de Nyete-
rinus, es irregular y se distribuye en todo el pe-
ríodo de estudio (Fig. 10). Aparentemente su
existencia está relacionada con restos secos de los
cadáveres, actuando como saprófagos (Smith,
1986).
En este ensayo, no aparecen Dermestidae ni
Histeridae adultos (salvo un ejemplar de cada uno,
Dermestes maculatus Degeer y Euspilotus bisigna-
thus (Er.) respectivamente), lo que estaría acorde
con la corta fase seca y las condiciones ambienta-
les de humedad en que se desarrolla la descomposi-
ción. La presencia de algunas larvas de Dermesti-
dae en las fases finales del proceso confirma lo ex-
puesto (Cuadros $ y 6).
El resto de las familias presentes lo están por
uno o dos ejemplares. Lathridiiidae (Melanoph-
talma?) estaría relacionado con la presencia de
hongos en el cadáver. Otras familias representadas
son: Languridae (Loberus sp, asociada a hongos),
Anthicidae (Anthicus sp, aparentemente introduci-
da, género también citado por Fuller, 1934), Ano-
biidae (citado en casos de momificación juntc a
Ptinidae, Dermestidae, etc (Smith, 1986), Aniso-
tomidae (VNemadiopsis fastidiosus Jean. y Meta-
hydnobius sp., familia de cita regular pero con es-
casa participación numérica), Scarabaeidae (Lio-
genys palpalis (Esch.)). Todas con uno o dos ejem-
plares, y todas reportadas por uno o mas autores
(Payne y King, 1970, Easton y Smith, 1970, etc.).
Estudio de los cambios de la mesofauna ...
La p'esencia de Coccinellidae (Eriopis connexa
Ger.), especialmente de sus larvas (Cuadros 5 y 6),
sólo puede pensarse como acción de predación
sobre mesofauna asociada a la descomposición.
1.3. Resto de la fauna: La restante fauna concomi-
tante compromete a los siguientes grupos: Lumbri-
cidae, Himenoptera (Formicidae y otros), Araneae,
Collembola, Acari, Heteroptera (predadores),
Homoptera (accidental), Myriapoda (predadores,
accidental) y larvas de Lepidoptera (Cuadro
7). Si bien este material biológico no está cuantifi-
cado con precisión, por la naturaleza misma de la
extracción, permite visualizar su participación
relativa en el proceso y compararla con los otros
ensayos. Ello es especialmente válido para Collem-
bola, Acari y Formicidae. Los primeros son bas-
tante abundantes en cadáveres en las primeras fa-
ses de descomposición mientras aún hay ciertos
grados de humedad en el cadáver. En cambio, Aca-
ri tiene presencia irregular en el espacio y en el
tiempo.
Los fourmícidos son, en general, comedores
oportunistas, yendo de predadores de huevos y
larvas a saprófagos de carne y exudados del cadá-
ver. Para Fuller (1934) no tienen mayor importan-
cia en la descomposición, no así para Payne y
Mason (1971) para quienes son activos comedores
de carroña, sangre y piel húmeda. Opinión similar
manifiestan Cornaby (1974), Utsumi (1958)
y Miller (1975, en Smith, 1986).
CUADRO 6
DISTRIBUCION TEMPORAL Y POR ESTRATOS DE LAS LARVAS DE COLEOPTERA
IENSAYO
Fecha Días Staphylinidae Scarabaeidae Coccinelidae Resto
1988 Cad 0-2 2-4 46 Cad 0-224 46 Cad 0-2 24 4-6 Cad 0-2 24 46
15-08 5
19-08 9
23-08 13
24-08 16 6
2908 19 1 1
02-09 23 13 6
06-09 27
10-09 31 1
15-09 36 2 5 1
16-09 37 6 4 7 4 1 5 1
22-09 43 1 2 3 y
23-09 44 3 2 IR
30-09 51 1 . 1
07-10 58
10-10 6l 2 22+
1910 69 1 1
25-10 mm
31-10 88 l 2
10-11 92 ,
22-11 104 2
06-12 117 38+
1512 127
2412 138
+ Larvas y exuvias de Dermestidae
Vol, 20, 1989
Anales Museo de Historia Natural
Fecha Días
1988
15-08 5
19-08 9
23-08 13
24-08 16
2908 19
02-09 23
06-09 27
10-09 31
15-09 36
16-09 37
22-09 — 43
23-09 44
30-09 sl
07-10 58
10-10 61
18910 69
25-10 771
31-10 82
10-11 92
22-11 104
06-12 117
15-12 127
24-12 138
+ Pupas
CUADRO 7
DISTRIBUCION DEL RESTO DEL MATERIAL BIOLOGICO PARA CADAVER Y PRIMEROS
6 cm DE PROFUNDIDAD
Formicidae
Cad 0-2 2-4 46
rib=o! Eb
ir >
LS
128 — A
A +
a E A
n= AE =
3 O e e
pd 3
= 1
q AE e cl
A PO o
Acari
Cad 0-2 2-4 4-6
E AN
a a MZ
Za YU E
Cad
ENSAYO 1
Collembola Arenae
0-2 2-4 46 Cad 0-2 2-4 46
e
do E
e E Es
AA
15 1 3
E 2
3 1 $
a
A Bl
a a ¡AZ
] om E
= E a
= Y MAN
La e
Lumbricidae
Cad 0-2 2-4
el 102
1 LA
=- 1 1
— 2
po E.
Heteroptera
Cad 0-2 2-4
-= JE
S = 1
> ¿A
1 2 -
A 1
PA e
Lepidopt. L
Cad 0-2 24
1 = AL
LN
E E e:
=- Es E un
e
= - 1
== 1 pa
a A
o 3 Ea?
hb 1 pb
- La
y E
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna
TENEBRIONIDAE
2-4cm.
2
AAA AR APA
2 D-2 cm.
APA A A E O o
CADAVER
2
o ¡E ARA EAN
CARABIDAE
4£-6cm
2 CADAVER
10/08/88
Fig. 10 Distribución temporal de Carabidae y Tenebrionidae (adultos) en cadáver y primeros 6 cm de suelo subyacente.
l ensayo. CARABIDAE: punteado, Pterostichus sp a; hachurado oblicuo, Trechisibus sp; h. vertical Prerostichus
sp c; h. horizontal, indet.; negro, Pterostichus sp b; blanco, Crossonychus viridis. TENEBRIONIDAE: blanco,
Blapstinus punctulatus; negro, Nycterinus sp.
temperaturas más bajas y precipitaciones abundan-
tes. Ello provoca un proceso inicialmente más rá-
pido en las primeras tres fases tanatológicaz, cam-
prometiendo a su vez a fauna diferente.
Finalmente, es interesante la presencia de Lum-
bricidae en directa relación con la zona de contac-
to del cadáver con el suelo.
DJ Ensayo:
11.1. Diptera: El desarrollo de las larvas de díp-
Las condiciones climáticas en que se desarrolló es-
te ensayo difieren de las del primero en cuanto a
que se inició en período seco cálido y termina con
55
teros es de tipo explosivo en los 3-4 días ini-
ciales del ensayo, alcanzando valores de hasta
23.000 larvas por unidad cadáver, muy superiores
Anales Museo de Historia Natural
a los del primer ensayo, para luego decaer drásti-
camente con la pronta llegada de la fase seca.
(Figs. 11 y 12).
Nuevamente la familia Calliphoridae es predo-
minante, con más de! 900/o de las larvas colecta-
das. Pero, a diferencia del primer ensayo, es una
especie de Lucilia le que concentra aproximada-
mente el 750/0 de los individuos de la familia. Su
N* INDIVIDUOS
sh 135) 178]
o 3 S > E
—_—
Vol. 20, 1989
presencia como larva de tercer estado se prolon-
ga hasta el día 34 en cadáver y hasta el día 60 a
0-2 cms de profundidad. El resto es aportado por
la misma especie de Sarconesia anteriormente in-
dicada, la que aparece puntualmente hacia el día
3 del ensayo.
Hecho relevante en este ensayo es la aparición,
aunque en bajo porcentaje, de la familia Sarcopha-
LARVAS DIPTERA
CADAVER
0-2 cm
4-6 cm
Fig. 11 Distribución temporal de larvas de Diptera en cadáver y 6 primeros cm. de suelo, subyacente. 11 SE
56
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna ...
PUPAS Y/O PUPARIOS
BO
CADAVER
40
2-4 cm.
5-6 cm.
6-8 cm.
120
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120
Fig. 12 Distribución temporal de pupas y/o puparios de Diptera en cadáver y 6 primeros cm. de suelo, subyacente, II
ensayo. 57
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M. Soledad Leiva
gidae. Mediante dos especies de Sarcophaga, género
larvíparo y necrófago. La presencia de estas especies es
poco significativa como larvas, no así como pupas, las
cuales son abundantes. Ello podría explicarse por la
condición de larvíparas y por su rápido paso a pupas.
Acompañan a las especies mencionadas, una especie
de Anthomyiidae ya recolectada en el ensayo primero, y
Fannia scalaris, ambas en muy bajo número y hacia los
40-60 días de iniciada la descomposición.
La aparente inconsistencia entre la alta cantidad de
larvas de Calliphoridae y su baja representación como
pupas, a la inversa de lo que ocurre en Sarcophagidae,
tendría su explicación, además de distintas presiones de
predación y de parasitoidismo, en diferentes hábitos
Estudio de los cambios de la mesofauna ...
migratorios previos a la pupación. En Lucilia predomi-
narían los horizontales, mientras en Sarcophaga los ver-
ticales. Prueba de ello es la casi ausencia de pupas de
estas últimas en los exteriores de la caja, mientras son
abundantes las de Lucilia y Calliphoridae en general
(Observación personal).
La pupación puede ser favorecida por la manipula-
ción de la tierra de las cajas de experimentación, la que
no tuvo oportunidad de ser homogenizada por la lluvia
(Fig. 4).
11.2. Coleoptera: La coleopterofauna participante en
este ensayo difiere fundamentalmente de la del primero,
CUADRO 8
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE COLEOPTEROS ADULTOS
POR FAMILIA Y PROFUNDIDAD. II ENSAYO (N = 174)
Histe- Staphy- Trogi- Dermes-
ridae linidae dae tidae
Cadáveres 3.4 1.7 1.7 9.7
0-2 cms 15.5 16.6 20.7 2.9
24 cms 1.1 3.4 TS
4-6 cms 1.7 1.1 .6
21.7 22.8 30.5 12.6
tanto en adultos como en larvas (Cuadros 8 y 9).
En efecto, decrece drásticamente la importancia rela-
tiva de Staphylinidae, cuya presencia es limitada por la
velocidad de desarrollo de las larvas de dípteros y la
mínima permanencia de éstas en el tiempo (Fig. 13). Su
presencia está concentrada a 02 cms. de profundidad y
desfasada de la máxima presencia de larvas de dípteros.
Ello sería explicable por el corto período de presencia
de dichas larvas al inicio del ensayo, a la causa del rápido
desecamiento del cadáver, lo que a su vez presiona su
profundización para pupar. Aleochara lata y Atheta
obscuripennis siguen siendo las especies más importan-
tes, acompañadas ocasionalmente por Creophilus
erytrocephalus.
La participación de Carabidae es mínima e irregular
(Fig. 13 y Cuadro 8), con especies de los géneros Trechis-
ibus (1), Pterostichus (2) y por Crossonychus viridis.
En cambio, adquieren importancia relativa muy
grande las familias Histeridae (Euspilotus bisignathus)
58
Cara- Tenebrio- Resto Total
bidae nidae
6 1.1 1.7 19.9
3.4 2.9 1.7 63.7
6 12.6
3.4
4.6 4.0 3.4 99.6
(Er.)), Dermestidae (Dermestes maculatus Degeer) y
Trogidae (Omorgus bullatus Curt) (Figs. 13 y 14).
El hecho de alcanzarse rápidamente la fase seca en-
trega un sustrato muy apto a la actividad de larvas y
adultos de Dermestidae, particularmente en los
cadávares, actuando sobre piel, huesos y tendones
(Smith 1986) (Cuadro 10 y Fig. 14).
Histeridae, en cambio, reparte la actividad de
sus adultos y larvas en los diferentes estratos has-
ta 20 cms. de profundidad (Cuadro 10 y Fig. 1).
Según Payne King (1970), Holdaway (1930, en Smith
1986) y Fuller (1934), tanto” adultos como larvas
comen exclusivamente larvas de dípteros, Nuorteva
(1970) agrega que predan además sobre los huevos
de Diptera y cita a especies de Saprinus pre-
dando sobre dípteros del género Calliphora. Al
revisar nuestro material pudimos comprobar la
predación de pupas de dípteros por larvas de
Histeridae. Según Hinton (1945) también predarían.
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna ...
CUADRO 9
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS LARVAS DE
COLEOPTEROS POR FAMILIA Y PROFUNDIDAD
Il ENSAYO (N= 976)
Histe- Trogi- Dermes- Resto Total
ridae dae tidae
Cadáveres 5.4 => 67.7 - 73.1
0- 2cm 7.4 .9 2.2 .4 10.9
2-4cm. TA 1.8 .1 - 9.0
4- 6 cm. 5.9 1.0 - - 6.9
25.8 327 70.0 4 99.9
CUADRO 10
DISTRIBUCION TEMPORAL Y POR ESTRATOS DE LAS LARVAS
DE COLEOPTERA
ENSAYO Il
Fecha Días Histeridae Trogidae Dermestidae Resto
1989 Cad 0-2 2-4 46 Cad 0-224 46 Cad 0-2 24 0-2
31-03 3
03-04 6
07-04 10
10-04 13 2 4
14-04 17 8
17-04 20 24 18 7 1
21-04 24 20 al
24-04 27 3 31 2
28-04 31 A 13 3
01-05 34
0505 38 2 1 151 1
08-05 41 2 1
12-05 45 4 >.
15-05 48 9 13
19-05 52 51 1 6 15
2205 55 Lora
26-05 59 30d 1
2905 62 14 6 3 1 7
02-06 66 1 25
09-06 73 13 7 15 2
16-06 80 2 4 42
23-06 87 1 3 IsS$ 2 90 16
30-06 94 1 6 53. 4 1
07-07 101 2 1 1
21-07 115 330
En Resto una larva de Staphylinidae (día 101)
59
1989
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20,
HISTERIDAE
6-Bcm
ce cra tel rt y 1 ri AA
o) 4-6 cm.
A A A A e cs e er E AA
- 2-4cm
O A AA A A A E
10
0-2 cm.
0
2 CADAVER
,] A po A ANA
CARABIDAE EN
, 0-2 cm.
+
CADAVER
2
IN e o o a cl e
STAPHYLINIDAE 4-6cm
CADAVER
0 10 20 30 40 50 60 70 80 30 100 19 120
28/03/89 21/07/89
Fig. 13 — Distribución temporal de Staphylinidae, Carabidae e Histeridae (adultos) en cadáver y 6 primeros cm” de suelo
subyacente. II ensayo. STAPHYLINIDAE: punteado, Atheta obscuripennis; hachurado horizontal, Atheta sp;
h. oblicuo izquierda, Creophilus ervtrocephalus; h. oblicuo derecha, Aleochara lata, negro, Lepidophallus pseu-
doelongatus, CARABIDAE: hachurado vertical, Agonum sp; h. oblicuo, Pterostichus sp a; punteado, Pterostichus
sp c; negro, Trechisibus sp; blanco, Crossonychus viridis. HISTERIDAE: Euspilotus bisignathus.
| 60
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
28/03/89
Estudio de los cambios de la mesofauna ...
DERMESTIDAE
D-2cm.
CADAVER
TROGIDAE £-Bcm
CADAVER
21/07/89
Fig. 14 Distribución temporal de adultos de las familias TROGIDAE (Omorgus bullatus) y DERMESTIDAE (Denmnester
maculatus) en cadáver y primeros 6 cm de suelo subyacente. II. ensayo.
sobre larvas de Dermestidae (Cuadro 10 y Fig. 13).
Dicha familia está presente en todo el proceso de
descomposición y la pupación ocurre en los prime-
ros centímetros del suelo (Cuadro 11).
CUADRO 11
PRESENCIA EN PROFUNDIDAD DE PUPAS
DE HISTERIDAE
ll ENSAYO
Profundidad (cm )
Fechas Días Cadáver 0-2 2-4
19- 05 - 89 iZ
26 - 05 - 89 55 2 1
29 - 05 - 89 62 1
02- 06 - 89 66 1
D9 - 0€. - 89 73 3
16 - 06 - 89 80
La participación de la familia Trogidae, repre-
sentada' por una sola especie (O. bullatus), tanto
en su condición de adultos como de larvas, se cen-
tra en la fase final del proceso, en plena fuse seca
(Cuadro 10 y Fig. 13). Son insectos queratinó-
fagos (Payne y King, 1970; Reed, 1958).
Tenebrionidae está escasa y solamente repre-
señalado por Blapstinus punctulatus, especialmen-
te a 0 - 2 cms (Cuadro 8).
Otras familias presentes por uno o dos ejempla-
res som: Scarabaeidae (Liogenys palpalis), An-
thicidae (la misma especie del ensayo anterior),
Anisotomidae (Nemadiopsis fastidiosus) y Cle-
ridae (Arthrobrachus sp).
11.3.Resto de fauna. Dentro del resto de la fauna
concomitante a la descomposición de los cadá-
veres, destaca la gran abundancia de Formicidae
(Cuadro 12), participando en la descomposición
61 Cerestos fibrosos fundamentalmente.
Anales Museo de Historia Natural
Vol. 20, 1989
CUADRO 12
DISTRIBUCION DEL RESTO DEL MATERIAL BIOLOGICO
EN CADAVERES Y PRIMEROS 6 cm: DE PROFUNDIDAD
ENSAYO Il
Fecha Días Formicidae Acari Collembola Araneae Lepid. lar
1989 Cad 0-2 2-4 46 Cad 0-2 24 46 Cad 0-2 24 46 0-2 2-4 Cad 0-2
31-03 3 7 53 1
03-04 6 229 40
07-04 10 28 23 1
10-04 13 3 6 1
24-04 17 260 1
17-04 20 22 3
21-04 24 53 19
14-04 27 292 2
2804 31 354
01-05 34 380
05-05 38 oe 1
08-05 41 106 1 1
1205 45 nl 4
1505 48 31 11 1
1905 52 1
22705 $$ 21
26-05 59 1 1
2905 62 3 1
02-06 66 1 3 1
0906 73 5 7 28 1 1
16-06 80
23-06 87
30-06 9
07-07 101
21-07 115 2 26
Acari y Collembola están también representa-
dos con cierta abundancia, aunque bastante infe-
rior al ensayo 1.
No se detecta presencia de Lumbricidae, a causa
de la aridez del sustrato. El resto de la fauna en-
contrada es de presencia prácticamente ocasional
(Cuadro 12).
Representados por 1 o 2 ejemplares están los
taxa Heteroptera (predadores), Myriapoda (Pre-
dadores) e Hymenoptera no Formicidae (preda-
dores).
III Ensayo:
Este ensayo transcurre bajo las condiciones de ma-
yor temperatura y en ausencia de lluvias, las que
aceleran el proceso de deshidratación de los cadá-
veres. Ello influye en la composición de la fauna
asociada a la descomposición de los mismos.
111.1. Diptera: Como consecuencia de tales condi-
ciones ambientales, es muy baja la participación
de los dípteros, reduciéndose su presencia como
estados larvarios a los primeros 10 - 12 días
(Fig. 15), fecha a partir de la cual el sustrato no es
tróficamente apt> para ellas, siendo reemplazadas
por larvas de Coleoptera (fundamentalmente de
Dermestidae e Histeridae) y por formícidos.
La reducción del número de larvas va asociada
a una baja de la diversidad. En efecto, en este en-
sayo aparecen solo das especies: un Calliphori-
dae (Lucilia sp) y un Sacrophagidae (Sacrophaga
sp 1), siendo la primera de ellas predominante
(más del 950/0).
La pupación es bastante rápida y ocurre en pro-
fundidad, aparentemente favorecida por los espa-
cios dejados en lx tierra de: las cajas de experimen-
tación en su proceso de llenado y por la ausencia
de lluvias que pudieran homogeneizarlas (Figs 4
y 16).
En cuanto a la relación larva/pupa encontrada
en el suelo subyacente en las cajas de experimenta-
ción, se corroboran los resultad:»s del ensayo ante-
rior: alta densidad de larvas d: Calliproridae
y baja cantidad de pupas, siendo inversa la relación
para Sarcophagidze. La explicación es la misma
anteriormente expuesta y en ess ensayo se
comprobó visualmente la migración horizontal en
superficie de las larvas de Calliphoridae.
111.2 Coleoptera: Este orden de insectos está
representado principalmente por las familias Tene-
brionidee, Histeridae, Dermestidae, Trogidae y An-
6) thicidae (Cuadro 13). Otras familias representadas
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
LARVAS
.)
Estudio de los cambios de la mesofauna ...
DTPTERA
CADAVER
1040
960
160
0) 0-2 CM
o
>)
a
z 0
a
ZE
e
120
24 0M
9 0 _ _ —— ——K—__—_—_—_
80
5-6 CM
0 e PARIO PELI ie 277 DE
AA A O T AA Ta T T T T T L 1
0 20 40 GU 80 100 120 155
5112/89 10/5/90
Fig. 15 Distribución temporal de las larvas de Diptera en cadáver y primeros 6 cm de suelo subyacente. III ensayo.
por un ejemplar son: Caribidae (Trechisibus sp),
Staphylinidae (Atheta obscuripennis), Scarabaei-
dae (Athlia rustica Er.) y con dos ejemplares
Nitidulidae (Carpophilus sp). Generalmeute, los re-
presentantes de esta última familia se presentan
en estados previos o iniciales a la participación
de Dermestidae, ya que preferirían restos algo más
hidratados (Payne y King, 1970). Estos autores
citan li presencia de Carpophilus en carroña de
cerdo.
La participación de Tenebrionidae es preponde-
rante en este ensayo, correspondiendo aproxima-
damente a! 570/0 de los crileópteros adultos co-
lectados. La casi totalidad de los ejemplares co-
rresponde a Blapstinus punctulatus, los que son
acompañados por 4 ejemplares de Nycterinus, per-
tenecientes a especie diferente de la del Ensayo
l. Su presencia está asociada en forma clara a las
primeras etapas de la fase seca, profundizando in-
cluso hasta 6 cm en la tierra subyacente (Cuadro
13 y Fig. 17).
En igual período, aproximadamente, se presen-
ta Euspilotus bisignathus (Histeridae), mostrando
mayor tendencia a ubicarse en el cadáver mismo.
Es acompañada por otra especie de Euspilotus me-
diante un solo ejemplar (Fig. 17).
Los Dermestidae (Dermestes maculatus) se con-
centran en fases aún más tempranas del proceso
de descomposición, al igual que Anthicidae, re-
presentado por la misma especie de los ensayos
anteriores y muy probablemente introducida
(Fig. 18).
Por su parte, la familia Trogidae (O. bullatus)
está concentrada en las etapas finales de la fasa se-
ca (Fig. 18).
Los estados larvarios encontrados corresponden
a las familias más importantes de adultos: Dermes-
tidae (950/0), Tenebrionidae, Histeridae y Trogi-
dae (Cuadro 14).
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
CUADRO 13
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE COLEOPTER(:S ADULTOS
POR FAMILIA Y PROFUNDIDAD
HI ENSAYO (N = 170)
Trogi- Histe- Dermes- Tenebrio- Anthi- Resto Total.
gidae ridae tidze nidae cidae
Cadáveres 0.6 6.5 4.7 11.2 6.5 24 31.9
0-2 cm 5.9 3.0 3.0 24.1 3.0 - 39.0
2-4cm - 0.6 1.2 15.3 0.6 - 17.7
4-6cm - 24 0.6 6.5 1.2 0.6 11.3
6.5 12,5 9.5 57.1 11.3 3.0 99.9
PUPAS Y/O PUPARIOS
40 CADAVER
¡lr PAE YA E A IA O
1160
580
440
240
0-2cm
120
N* INDIVIDUOS
360
240
2-4 cm
120- |
1200
200 4-6 cm
120 |
A , al Il. | l A | A
ar
RANA AÑ o NS
0 20 40
5112/89 60 80 100 120 155
Fig. 16 Distribución temporal de pupas y/o puparios de Diptera en cadáver y primeros 6 cm: de suelo subyacente. 111
ensayo. ei
64
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna ...
HISTERIDAE
CADAVER
O <o Re
A
o
!
má
o
Ed
m
o
,
Er TENEBRIONIDAE
>
a Ñ 4-6 CM
. :
Zz 0 MATA EA NUI a
20
2-¿CM
0
12
0-2 CM
0
h CADAVER
el PA E O a pr ON
| | |
0 20 40 60 80 100 120 155
5/12/89 10/5/90
Fig. 17 Distribución temporal de los adultos de las familias TENEBRIONIDAE (Blapstinus punculatus, negro; Nycteri-
nus sp, blanco) y de HISTERIDAE (Euspilotus bisignathus, negro; Euspilothus sp, blanco).
CUADRO 14
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS LARVAS DE
COLEOPTEROS POR FAMILIA Y PROFUNDIDAD
II ENSAYO (N= 1486)
Dermes- Tenbrio- Trogi- Histe- Total
Tidae nidae dae rida:
Cadáveres 73.7 0.13 - - 73.83
0-2cm 17.8 3.07 1.6 0.13 19.60
2-4cm 1.9 - - 0.7 2.60
4-6 cm 21 0.13 - 1.7 3.93
95.5 0.33 1.6 2.53 99.96
65
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
RESTO
Y
0-2 CM
; A A A A
e
CADAVER r
ANTHICIDAE
INDIVIDUOS
o
o de
E
8
, | CADAVER
0 | -
DERMESTIDAE
Ml AA y E, 17 OA E BO E EN”
0
4 2-4 CM
dd
A EA A a TS
.) ; ] | CADAVER
0 20 40 60 80 100 120 155
5/12/89 10/5/90
Fig. 18 Distribución temporal de adultos de las familias DERMESTIDAE (Dermestes maculatus), ANTICHID AE (Anthi-
cus ?) y RESTO: blanco, Atheta obscuripennis (Staphylinidae); negro, Carpophilus sp (Nitidulidae); negro C,
Trechisibus sp (Caribidae); negro S, Athalia rustica Scarabidae) y negro T, Omorgus bullarus (Trogidae).
Su distribución temporal y por estratos está, En este ensayo tampoco se detecta la presencia
en gran medida, asociada a la de los adultos (cua- de Lumbricidae.
dro 15). Las larvas de Dermestidae predominan-
temente se desarrollan en cadáveres, mientras
que las otras prefieren los primeros cms de suelo
subyacente.
111.3. Resto de la fauna: El resto de la fauna está
representado solamente por una gran cantidad de
formícidos y escasos ejemplares de Heteroptera y
de Araneae (Cuadro 16).
66
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna ...
Fecha
89/90
08-12
11-12
15-12
19-12
22-12
26-12
29-12
02-01
05-01
08-01
12-01
15-01
19-01
22-01
26-01
29-401
05-02
19-02
06-03
21-03
22-04
10-05
CUADRO 15
DISTRIBUCION TEMPORAL Y POR ESTRATOS DE LAS LARVAS DE COLEOPTERA
HI ENSAYO
Días Dermestidae Tenebrionidae Histeridae Trogidae
Cad 0-2 2-4 4-6 Cad 0-2 2-4 46 Cad 0-2 24 4-6 Cad 0-2 24 46
41 E IA. QUATRE A AE
e
48 0 O IRA ds E
52 Da os Ls e a E
55 e a E A A AMI A
62 A a O y LE dl o AE
76 O AA E A AE E
90 LAA AA EAS E,
105 A AS e E e E a
137 A A A A
a E E AA LL TI ETE AS E
CUADRO 16
DISTRIBUCION DEL RESTO DEL MATERIAL BIOLOGICO
EN CADAVERES Y PRIMEROS 6 cm: DE PROFUNDIDAD
ENSAYO II
Fecha Días Formicidae Heteroptera Araneae
89/90 Cad0-2 2-4 46 Cad 0-2 24 46 Cad 0-2 2-4 46
08-12 3 6 41
11-12 6 21 2 1
1512 10 344 51 54 22
1912 14 11 3 8
22-12 17 10 3
24-12 21
2912 24 65
02-01 28
05-01 31 2
08-01 34 2
12-01 38 2
1501 41 85 1 1
1901 45 28 2
2201 48 33
29401 52 57 2 6 18
2901 55 19 l
05-02 62 10 2
1902 76 23
06-03 90
21-03 105 2
22-04 137 13 l
10-05 155 l
67
Anales Museo de Historia Natural
CONCLUSIONES
Del análisis de los resultados y de la discusión pre-
viamente realizada, puede concluirse que las con-
diciones ambientales en que se desarrolla el proce-
so de descomposición de un cadáver de conejo son
determinantes tanto de su velocidad como de las
características de sus fases tanatológicas. Igualmen-
te, la composición de la comunidad faunística aso-
ciada al proceso difiere en gran proporción de
acuerdo a las condiciones ambientales en que éste
ocurre y a la naturaleza de la fauna existente en el
medio.
Mediante el siguiente cuadro resumiremos los
principales antecedentes que respaldan el plantea-
miento anterior. En él, los asteriscos representan
rangos de porcentajes de participación de cada gru-
po zoológico dentro del bloque correspondiente,
considerado para cada ensayo en particular (* =
USO 15 AA NAAA 3150;
E A 51 E 75 y E 76 ba 100).
ENSAYOS
Variables I Kn mn
Fecha 10-08-88 / 28-03-89 / 05-12-89 /
26-12-88 21-07-89 10-05-90
Estación Primavera Otoño-Invierna Verano-Otoño
TANATALOGIA (duración de fases)
Fresca 10-11 días 2-3 días 1 - 2 días
Enfisematosa 4 - 5 días 1 - 2 dias 1 - 2 días
Licuefacta 7 - 8 días 3 - 4 días 1 - 2 días
Seca desde día 23 desde día8 desde día 4
RESTO DE LA FAUNA
Lumbricidae * = cua
Formicidae sk MOI OOOO
Hymenoptera + * la
Collembola Ao * 4
Acari * * *
Araneae * * *
Heteroptera * * *
Homoptera * ES E
Myriapoca * * ER
Lepidoptera L. * * :
FAUNA
Diptera
Vol. 20, 1989
Presencia predominante d: larvas en cadáver (duración)
Días
28 - 30
Importancia relativa entre especies de larvas
Calliphora sp
Sarconesia sp
Lucilia sp
F. scalaris
Anthomyiidae 1
Anthomyiidae 2
Sarcophaga 1
Sarcophaga 2
Adultos
Staphylinidae
Carabidae
Tenebrionidae
Dermestidae
Histeridae
Trogidae
Lathridiidae
Anthicidae
Languridae
Anisotomidae
Anobiidae
Scarabaeidae
Coccinel lidae
Cleridae
Nitidulidae
Larvas
Staphylinidae
Scara baeidae
Coccinellidae
Histeridae
Trogidae
Dermes tidae
Tenebrionidae
Resto
68
EEES
A
dd
*
Coleoptera
8-9
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva
En condiciones básicamente de primavera (En-
sayo 1), destaca el mayor tiempo de permanencia
del cadáver en condición húmeda, lo que favorece
el desarrollo y persistencia d- las larvas de Díp-
tera, representadas fundamentalmente por Calli-
phoridae de los géneros Calliphora (predominante)
y Sarconesia (segunda importancia) y en muy ba-
ja proporción por Fannidae y Anthomyiidae. A
ellas acompaña una alta concentración de Staphy-
linidae (particularmente Aleochara lata y Atheta
obscuripennis) y de Callembola.
En la medida que la descomposición ocurre en
condiciones más secas, la participación de ambos
grupos acompañantes decrece en forma muy brus-
ca hasta casi no estar presente (Ensayo Il y III).
En período de primavera la comunidad faunís-
tica que participa en el proceso es notoriament2
más diversa tanto en especies como en taxa ma-
yores, incluye::do diversas especies de Staphyli-
nidae y de Carabidae así como organismos como
Lumbricidae, larvas de Lepidoptera, Acari, etc.
Bajo condiciones de mayor aridez (Ensayos Il y
II) se ve incrementada la participación de Histeri-
dae, Tenebrionidae, Dermestidae, Trogidae, Anthi-
cidae y de Formicidae, ya que la «l:scomposición
del cadáver debe hacerse fundamentalmente so-
bre tejidos secos, en los cuales les larvas de díp-
teros tienen poco tiempo para actuar. Estas úl-
timas siguen siendo representadas prioritariamente
por Calliphoridae, pero mediante otro género,
Lucilia, el que pasa a ser predominante.
A mayor aridez aún del medio, desaparece la
participación de Sarconesia, se incrementa la im-
portancia relativa de Lucilia y se intensifica la
participación de representantes de la familia Sar-
cophagidac, la cual se hace presente ya en el en-
sayo II.
Al comparar la relación larva/pupa en cadáver y
suelo subyacente de las cajas de experimentación,
ésta es favorable a las primeras para Calliphoridae
y a las segundas para Sarcophagidae. La explica-
ción estaría en la diferente conducta migratoria de
las larvas antzs de pupar, predominantemente ho-
rizontal en Calliphoridae y vertical en Sarcophagi-
dae, más una posible menor presión de predación
sobre las últimas.
Este hecho significa que la participación de Sar-
cophagidae aparece mucho más importante anali-
zada desde el punto de vista de las pupas colec-
tadas, llegando, en condiciones de mayor aridez,
a la inversión absoluta de la proporción en que se
encuentran las larvas.
69
Fstudio de los cambios de la mesofauna ...
Si bien las comunidades faunísticas difieren en-
tre un ensayo y otro, hay especies que se hacen
presentes en los cadáveres en cualquier época del
año. Entre ellas destaca e! tenebriónido Blaps-
tinus punctulatus, con presencia clara en todos los
ensayos pero con concentración acentuada en ve-
rano. Euspilotus bisignathus (Histeridae), Der-
mestes maculatus (Dermestidae) y una especie,
aparentemente introducida de Anthicidae, son más
bien especies de verano-otofño, pero también par-
ticipan precariamente en la descomposición de
los cadáveres en las condiciones de primavera.
Omorgus bullatus (Trogidae) está claramente aso-
ciado a la presencia de carroña seca, es decir a los
períodos terminales de la fase seca de las descom-
posiciones en medio árido.
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
REFERENCIAS
ABELL, D.,S. WASTI € G. HASTMANN. 1982. Saprophagous arthropod fauna associated with turtlecarrion. App. Ent. Zool. 17(3):
301 - 307
ALESSANDRINI, G. 4: N.SETTE. 1926. Contributo allo studio della fauna cadaverica e rapporto di essa con l'epoca della morte.
Zacchia 5: 88 - 103,
ALESSANDRINI, G. 1927. Sull'importanza degli insetti nella distruzione del cadaveri Ann. Is 37: 497 - 514.
ALTAMURA, B.; F. INTRONA £: V. DATTOLI. 1986. Definizione dell'epoca della morte mediante riproduzione sperimentale dei
cicli biologici di ditteri cadaverici in armadio di crescita. XXXIX Congr. Naz. Soc. Italiana di Medina Legale e delle Assicura-
zioni: 25
ARNETT, R. 1973. The beetles of the United States The Amer. Entom. Institute. 1112 pp.
BEAVER, R. 1973, The effects of larval competition of puparial size in Sercophaga spp. (Dipt, Sarcophagidae) breeding
in dead snails. J. Entomol. Ser. A Gen. Entomol. 48(1): 1 - 9.
BEAVER, R. 1986. Biological studies of muscoid filies (Dipt ) breeding in mollusc carrion in Southeast Asia Jpn J. Sanit.
Zool. 37(3): 205 - 211.
BELLUSSI, A 1933. Considerazioni tanatologiche e indagini entomologiche dirette all' Accertamento dell'epoca della
morte di quatro persone decedute nel deserto. Zacchia 1] y 12: 59- 74.
BIANCHINI, G. 1930. La biologia del cadavere. Archivic Antropologia Criminale, Psichiatria e Medicina Legale, 50: 1035-
1105.
BIONDI, C. 1902 Contributo allo studio della fauna cadaverica Lo Sperimentale 56: 53 - 67.
BORNEMISSZA, G. 1957. An analysis of arthropod succession in carrion and the effect of its decomposition on the soil
fauna. Australian J. Zool., 5: 1-12
BÓVING, A é F. CRAIGHEAD. 1930. An illustrated synopsis of the principal larval forms of the order Coleoptera. Entomologica
Americana. 11 (n.s.) (1): 1 - 351
CHAPMAN, R.4 JSANKEY. 1955. The larger invertebrate fauna of three rabbit carcasses dJurn. Animal Ecology, 24:
395 - 402.
COIFFAIT, H. € F. SAIZ. 1964. Les Xantholininae du Chili (Col. Staph.). Bull. Soc. Hist Nat, Toulouse, France, 99 (3-4)
510-574.
COIFFAIT, HF. SAIZ. 1967. Aleocharidae du Chili. L Tribus Oligotini, Myllaenini, Bolitocharini. (Col. Staph.). Bull.
Soc. Hist Nat, Toulouse, France, 103 (1-2): 51 - 98
COIFFAIT, H £ F.SAIZ. 1968. Les Staphylinidae (sensu lato) du Chili. Biol. Amér. Australe, 4: 339 - 468.
CORNABY, B. 1974. Carrion reduction by animals in contrasting tropical habitats. Biotropica 6 (1): 51 - 63,
CORNABY, B. 1977. Saprophagous organisms and problems in applied resource partitioning, In the role of orthropods in
Forest ecosystems, W. Mattson ed: 96 - 100.
COVARRUBIAS, R.; W. ORELLANA £ J. VALDERRAS. 1982. Sucesión de microartrópodos en la colonización de fecas
de bovino. Kev. Ecol. Sol. /9 (3): 363 - 381
CROWSON, R. 1981. The biology of the coleoptera. xii + 802 pp., Academic Press, London, N. York £ C.
DENNO, R. £ W. COTHRAN, 1975. Niche relationships of a guild of necrophagous flies. Ann. Entomol. Soc. of Ámerica,
68: 741 - 754.
DENNO, R. £ W. COTHRAN, 1976. Competitive interactions and ecological strategies of sarcophagid and calliphorid flies
inhabiting rabbit carrion Ann. Entomol. Soc. Am. 69 (1): 109-114.
DREA, J. 1966, Studies of Aleochara tristis (Col. Staphyl.), a natura enemy of the face fly. J. Econ. Entomol. 59: 1368-
1373.
EASTON, A. 1966. The coleoptera of a dead fox (Vulpes vulpes (L)); including two species new to Britain. Entomologist's
Mont Magazine, 102: 225 - 210.
EASTON, A. € K. SMITH. 1970. The entomology of the cadaver. Medicine, Science and the Law, 10: 228-215.
70
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna ...
ELTON, C. 1966. The patterns of animal communities. 432 pp. Methuen, London; Wiley, N.Y.
FULLER, M. 1932 The larvae of the australian sheep blowflies. Proc. Linn. Soc. NSW, 57: 77 - 91.
FULLER, M. 1934. The insect inhabitants of carrion: a study in animal ecology. € ¡ ienci ¡ ¡
a A os y gy - Council for Sciencific and industrial Re-
GOFF, M. £ C. ODOM. 1987. Forensic entomology in the Hawaiian Islands Three case studies Amer. J. of Forensic Medi-
cine and Pathology, 8 (1): 45 - 50.
GOFF, M.; A. OMORI£ K. GUNATILAKE. 1988. Estimation of postmortem interval by arthropods succesion. Three case
studies from the Hawaiian Islands Ame. J. of Forensic Medicine and Pathology, 9(3):220 - 225.
GREENBERG, B. £ M.SZYSKA. 1984. Immature stages and biology of fifteen species of peruvian Calliphoridae (Diptera).
Ann. ofthe Soc. of America, 77 (5): 488 - 517.
HANSKI, 1. y S. KUUSELA. 1977. An experiment on competition and diversity in the carrion filies community. Ann.
Entomologici Fennici 43: 108 - 115.
HANSKI, I. £ S. KUUSELA. 1977. An experiment on competition and diversity in the carrion flies community. Ann. Entomologici
Fennici 43: 108 - 115.
HANSKI, 1. é: S. KUUSELA. 1980. The structure of carrion flies comminities differences in breeding seasons. Ann. Zool. Fennici
17: 185 - 190,
JIRON, L. € V. CARTIN. 1981. Insect succession in the descomposition of a mammal in Costa Rica. N. Y. Entom. Soc. 89 (3): 158
- 165.
JOHNSON, M. 1975. Seasonal and microseral variations in the insect populations on carrion. Am. Midl. Nat 93 (1k 79- 90.
KAUFMANN, R. 1937. Investigation on beetles associated with carrion in Pannal Ash, near Harrogate. Entomologist's
Montly Magazine, 73: 78 - 81, 227 - 233, 268 - 272
KAUFMANN, R. 1941. British carrion beetles. Naturalist, Hull 788: 63 - 72; 790: 115 - 124; 79]: 133 - 138; 792: 149-
156.
KEH, B. 1985. Scope and applications of forensic entomology. Ann. Rev. of Entomolgy, 30: 137 - 154.
KESSLER, H. € E. BALSBAUG. 1972. Parasites and predators of the face fly in east-central South Dakota. J. Econ. Ent.
65: 1636 - 1638
KLIMASZEWSKI, J. £ R. BLUME. 1986. New host records for Aleochara verna Say and Aleochara notula Erich. (Col.,
Staph., Aleocharinae). Coleopt. Bull. 40 (1): 32.
KUUSELA, S. 1983. Community structure of carrion flies along an Island gradient. Holarct Ecology 6: 372 - 380.
KUUSELA, S.£1. HANSKL 1982. The Structure of carrion fly communities: the size and tipe of carrion. Holarct. Ecol.
5:337- 348
LECLERCQ, M. 1974. Entomologie et médicine légale. Etude des insects et acariens nécrophages pour déterminer la date
de la mort Spectrum 17 (6): 1-7.
LECLERCQ, M. 1978 Entomologie et Médicine Légale. Datation de la mort. Coll. Médicine Légale et de Toxicologie médi-
cale. 108,100 pp. Masson ed, Paris.
LECLERCAQ, M. 1983. Entomologie et médicine légale: datation de la mort. Observation inédite. Revue Médicale de Liége 38 (19):
735 - 738.
MACKERRAS, M. £ M. FRENEY. 1933, Observations on the nutrition of maggots of australina blowflies J Exp. Biol.
10: 237 - 246.
Mc KINNERNEY, M. 1978 Carrion communities in the northern Chihuahuan desert Southwest Nat 23: 563 - 576.
MEGNIN, P. 1894. La faune des cadavres. Application de lEntomologie a la Médicine Légale. Encycl. Leaute. Paris, Masson
et Cie edits, 214 pp.
MORLEY, C. 1907. Ten year's work among vertebrate carrion. Entomologist's Monthly Magazine, 43: 45 - 51,
MORON, M. € TERROM. 1984. Distribución altitudinal y estacional de los insectos necrófilos en la sierra norte de Hidal-
go, México. Acta Zool. Mex. (ns), 3: 1-47.
71
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
NABAGLO, L. 1973. Panicipation of invertebrates in decomposition of rodent carcases in forests ecosystems. Ekol, Pol. 27 (18):
251 - 270.
NUORTEVA, P. 1970. Histerids beetles as predators of blowflies (Dip., Calliphoridae) in Finland. Ann. Zool Fenn., 7:
195- 198.
NOURTEVA, P. 1974. Age determination of a blood stain in a decaying shirt by entomological means. Forensic Science
J: 89- 94,
NOURTEVA, P. 1977. Sarcosoprophagus insects as forensic indicators En Tedeschi, C. W. Eckerk y L. Tedeschi Forensic
Medicine, a study in trauma and Environmental hazards. Vol. II. Physical Trauma: 1072- 1095, Saunders
NOURTEVA, P.; M. ISOKOSKI 8 LAHIO. 1974. Sutdies on the posibilities of using blowflies (Dipet., Calliphoridae) as medicolegal
indicators in Finland. 2. Four cases where species identification was peformed from larvae. Ann. Ent. Fenn. 40 (2): 70 - 74.
PAYNE, J. £ E. KING. 1970, Coleoptera associated with pig carrion. Entom. Month!'Mag., 105: 224 - 232.
PAYNE, J.; E. KING £ G. BEINHART. 1968. Arthropod succession and decomposition of buried pigs. Nature 279: 1180 - 1181.
PAYNE, J. £ W. MASON. 1971. Hymenoptera associated with pig carrion. Proceed. of the Entom. Soc. 7 (3): 132 - 141.
PETERSON, A. 1979. Larvae of Insects. Part l y II. 310 y 416 pp. Edwards Brothers, Inc.
PUTMAN, R. 1978 The role of carrior-frequenting arthropods in the decay process Ecol Entomol., 3: 133 - 139,
PRINS, A. 1982. Morphological and biological notes on six south african blow - flies (Diptera, Calliphoridae) an their inmmature
stages.. Ann. of the South African Museum, 90 (4): 201 - 217.
PUTMAN, R. 1983, Carrion and dung.: the decompoaition of animal wastes. Ed. Arnold (Publ.) Lmted. 62 pp.
REED, H. 1958. A study of dog carcase communities in Tennessee, with special reference to the insects. The Amer. Midland Natur..
59: 213 - 245.
REITER, C. 4 G. WOLLENECK. 1982. Bermenkung zur morphologie forenisischbedeutsamer Flieguenmaden. Zietsch, fúr Rechts-
medizen 89: 197 - 206.
REITER, €. £ G. WOLLENECK. 1983. On the determination of magg gots of forensically important blowflies. Zeitsch. fir Rechts-
medizen 90 (4): 309 - 316.
RODRIGUEZ, W. £ W. BASS. 1983. Insects activity and its relationships to decay rates of human cadavers in East Tennessee. J.
For, Sc., 28 (2): 423 - 432,
RODRIGUEZ, W. 8: W. BASS. 1985. Decomposition of bueried bodies and methods that may aid in their location. J. For. Sc., 30
(3): 836 - 852.
SAIZ, F. 1970 Nuevas notas sobre los Xantholininae de Chile (Col. Staphyl.). Bol. Soc. Biol., Concepción, Chile, 40: 381-
395.
SAIZ, ES 1970. Philonthini y Staphylinini de Chile. (Col. Staphyl.) (H Contrib.). Bol. Mus. Hist Nat, Santiago, Chile,
- 339-353,
SAIZ, F.; J. SOLERVICENS 8: P. OJEDA. 1989. Coleópteros del Parque Nacional La Campana y Chile Central. Ed. Univ. de Valpa-
raíso. 124 pp.
SCHOENLY, K. 1983. Microclimate observations and diel activities of certain carrion arthopods in the Chihuahuan desert
J. N. Y. Entom Soc. 9] (4): 342 - 347,
SMITH, K. 1975. The faunal succession of insect and other invertebrates on a dead fox. Entom. Gaz. 26: 277 - 287.
SMITH, K. 1986. A manual of forensic entomology. The Trustees of the British Museum (Nat Hist ), London, 205 Pp.
SWIFT, M.; O. NEAL £ J. ANDERSON. 1979. Decomposition in terrestial ecosystems. Blackw. Scient. Publ. 372 pp.
TISCHLER, W. 1976. Studies of the animal colonization on carrion in different strata of wooodland ecosystems. Pedobio-
logia 16 (2x 99-105.
TOSTI-CROCE, E. 1986. Analisi di una taxocenosi necrobionte. Univ. di Torino, Italia. Tesis doctoral, 112 pp.
TULLIS, K. 4 M. GOFF. 1987. Arthropods succession in exposed carrion in a tropical rainforest O'ahu Island Hawaii. J. med. E nto
mol. 24 (3): 332 - 339.
P2
Francisco Sáiz, Edoardo Tosti-Croce y M.Soledad Leiva Estudio de los cambios de la mesofauna ...
TURNER, E,; R. BURTON €: R. GERHARDT, 1968. Natural parasitism of dung-breeding Diptera: a comparison between native
hosts and an introduced host, the face fly. J. Econ. Entomol., 61: 1012 - 1015.
UTSUMI, K. 1958 Studies on arthropods congregate to animal carcasses with regard to the estimation of postmortem in-
terval. Ochaniomuzi Med. Ann, 7: 202 - 223.
VINCENT, C., D. McEKEVAN, M. LECLERCO é C. MEEK. 1985. A bibliography of forensic entomology. Jour. Of Medical Ento
mology, 22: 212 - 219.
WASTI, S. 1972 A study of the carrion of the common fowl, Gallus domesticus in relation to arthropod succession. J.
Ga Entomol Soc. 7 (4): 221 - 229.
WERNER, F. 1974. A review of the chilean Anthicidae (Coleopt ). Rev. Chilena Ent, 3: 27 - 34.
Losa IG y 90h rad y ESAS Vs ¿at ds er
des A
¿Cam Él es io 10 elo TICA ij, Le
Ml e lis jas el aims Dee e a odo, a 0
ER 7
E de A A AAA A ATA A Ha, ri,
A, PY A A e Ca Y | E sá La. úl Sn de a
A ml - ml pl % w STE AAA
“Y
o ” e % a
' it pe
] p e
SA si €, e
Ma y
le * "al 3 a E
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 20: 75 — 80, 1989
CONTRIBUCION A LA SISTEMATICA DE CAIMAN LATIROSTRIS (DAUDIN, 1802)
(CROCODY LIA, ALLIGATORIDAE)
MARCELO CREA*, JORGE MERLER** y RUBEN QUINTANA ***
ABSTRACT
As it doubted the existence of the two subspecies proposed by Freiberg an Cavalho for Caiman latirostris because of pre-
vious presented works, a comparative study of morphological characters was made to verify the real existence of those sub-
species
Due to the variation found in the analized characters, it is concluded that these must not be taken in account to stablish
differences between them, considering valid only the species Caiman latirostris (Daudin, 1802).
INTRODUCCION
El orden Crocodylia está integrado actualmente
en América del Sur, por los géneros Caiman, Me-
lanosuchus, Paleosuchus y Crocodylus. La especie
de alligatorido, Caiman latirostris, fue descrita
por Daudin en 1802 como Crocodylus latirostris,
La especie ha sido citada como: Caiman latiros-
tris (Daudin) Gray, 1862. Alligator latirostris
(Daudin) Strauch, 1866. Jacare Latirostris (Daudin)
Gray, 1872.
Freiberg y Carvalho (1965) reconocieron dos sub-
especies que denominaron Caiman latirostris la-
tirostris y Caiman latirostris chachacoensis. A
partir de esa contribución, en estudios posteriores
referidos a esta especie se cita a ambas subespe-
cies (Vaz Ferreira y Achaval 1975, 1980). No obs-
tante, tanto Medem (1983) como Federico Acha-
val (com. pers.) pusieron en duda la validez de
éstas Últimas.
El objetivo de este trabajo es determinar
la validez taxonómica de las subespecies propuestas
por Freiberg y Carvalho (1965), a través de un
análisis comparado de caracteres morfológicos
(osteología craneana y escutelación).
MATERIALES Y METODOS
Material examinado y criterios de mediciones de crá-
neos:
MACN 7021 ríos Lavallén y Bermejo, Jujuy, 1935,
7375, sin procedencia, 1939. 7830, (antes 1635), Esqui-
na, Corrientes, 1942 12.586, Campamento Yacu-Poí,
Uruguz-í, Misiones, 1949. 15.232, Manantiales, Corrien-
tes, 1962 30.565, 30.566, 30.567, 30.568, 30569,
30.570, 30.572, 30.610, 30.611, MCNAB 9. Pcia. de
Corrientes MPCNFA 8, Pto. de Santa Fe, Santa Fe, 1965.
MER 539. Isla del río Paraná, Entre Rios, 1926. 540,
541, Montecarlo, Misiones, 1925, 542, Isla frente a Para-
ná, Entre Ríos, 1934, MLP S/N, Pcia. de Corrientes.
Zoo Bsas 1, sin procedencia. 2, Puesto Quebrachito, R.
Lista, Formosa, 1985. Col, Pers. 1, Dpto. Santo Tome,
Corrientes, 1975. 2, Bella Vista, Corrientes, 1983. 3,
Loreto, Corrientes, 1984, 4, Prov, de Santa Fe, 1985.
El material estudiado se encuentra en las
siguientes colecciones:
MACN: Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernar-
dino Rivadavia”, Buenos Aires
MACN CABa: Museo Argentino de Ciencias Naturales,
colección “Avelino Barrio”, Buenos Aires.
MLP: Museo de Ciencias Naturales, La Plata, Bs. As.
MCNAB: Museo de Ciencias Naturales “Amado Bom-
pland”, Corrientes
MER: Museo de Ciencias Naturales y Antropología,
Paraná. Entre Ríos
MPCNFA: Museo Provincial de Ciencias Naturales **Flo-
rentino Ameghino”, Santa Fe.
Zoo. Bs. As.: Jardín Zoológico de la ciudad de Buenos
Aires.
TUCN: International Union for Conservation of Nature
and Natural Resources
Col. Pers.: Colección personal
Para las mediciones de los cráneos (Fig. 1) se
siguió el criterio de lordansky (1973), según el
siguiente detalle:
Ancho craneal (AC): entre las superficies late-
rales de los cóndilos mandíbulares de los cuadra-
dos.
Longitud craneal dorsal (LC): desde la punta
del hocico hasta la mitad del margen posterior
del techo del cráneo.
Longitud máxima de las fosas palatinas (LFP):
longitud de las fosas palatinas en su parte más
extensa, entre el pterigoides y el maxilar.
* Depto. Paleontología Universidad Nacional de La Plata, Paseo del Bosque s/n, 1900 La Plata, Argentina . :
** GESER (Grupo de Estudios sobre Ecología Regional), Fac, de Cs, Exac. y Nat., Pab. II, Dpto. de Biología, 4to. piso,
lab. 57 Ciudad Universitaria, 1428 Buenos Aires, Argentina.
75
Anales Museo de Historia Natural
Ancho máximo de las fosas palatinas (AFP):
ancho de las fosas palatinas en su parte más exten-
sa, entre el ectopterigoides y el palatino.
Ancho del pterigoides (AP): ancho de la por-
ción del pterigoides que participa en la formación
de la fosa palatina.
Sutura pterigoidesectopterigoides (SPE): recta
O quebrada.
Forma de las fosas palatinas (FP): rómbica
o subtriangular.
Indice de las fosas palatinas (IFP) (AFP/LFP)
x 100.
Relación craneal
Ancho craneal.
Pieles:
MACN 239a, datos desconocidos 879, Jujuy, 1931.
17.551, Estero El Perdido, Chaco, 1939, 30.790, Norte de
Corrientes, 1973. 12.586, Campamento Yacu-Poí, Uru-
gua-í, Misiones, 1949. S/N, 2 ejemplares
MCNCABa 8,9, 10, 11, Yahape, Corrientes, 1967, S/N,
1 ejemplar.
MLP C003, CO04, COOS, Provincia de Corrientes,
(RC) longitud craneal/
MPCNFA 4, 5, 10, 12 y 15 sin procedencias 7, Rincón,
Santa Fe, 1934, 11, Prov. de Santa Fe, 1941. S/N, 2 ejem
plares
MCNAB S/N, sin procedencia, S/N, Río Bermejo.
MER 522, Diamante, Entre Ríos, 1933. 524, Isla río
Paraná, 1933. 525, Paraná, Entre Ríos. 527, Isla rio
Paraná. 1933. 528, Isla Castillo, Santa Fe, 1933. 530,
Paraná, Entre Rios, 1935. 536, Paraná, Entre Ríos, 1936.
.orn o!
ó
Po
a
y
Z
/
Fig. 1 Caracteres morfológicos del cráneo de C. latiros-
tris 1: ancho craneal; 2: longitud craneal; 3: lon-
gitud fosa palatina; 4: ancho fosa palatina; 5:
ancho pteriogoides; 6: sutura pterigo-ectopteri-
goides
En las mediciones de pieles se siguió el método
adoptado por Medem (1981, 1983), contando en
cada ejemplar el número de filas de escamas ven-
trales transversales; estas se extienden desde la
primera hilera situada directamente detrás de las
extremidades anteriores hasta el borde anterior
del orificio anal. (Fig. 2).
76
Vol, 20, 1989
Se realizaron mediciones de animales vivos
(libres) en: Resistencia, Chaco (3 ejemplares
en 1985); estancia San Juan Poriahú, Depto.
San Miguel, Corrientes (1 ejemplar en 1986);
Zoológico de Roque Saenz Pena, Chaco (7 ejem-
plares en 1986 provenientes del paraje “La Mora”,
Chaco) y Zoológico de La Plata (2 ejemplares
en 1985, sin procedencia conocida.
Fig. 2 Vista ventral de G latirostris, señalando el número
de filas de escamas ventrales transversales (NFV).
Marcelo Crea, Jorge Merler y Rubén Quintana
RESULTADOS Y DISCUSION
Freiberg y Carvalho (1965) al describir las sub-
especies, presentaron la siguiente clave para
diferenciarlas:
“1. Fosa palatina alargada
Indice: (ancho/largo) x 100 = 50a 58, Los pteri-
goides participan del borde posterior de la fosa pa-
latina con un puente ancho. 22 a 24 filas de escamas
ventrales posteriores
Relación craneal (ancho/largo)= 1,4a 1,5
A o C. latirostris latirostris (Daudin).
2. Fosa palatina corta
Indice: (ancho/largo) x 100 = 61,2a 66,9. Los
pterigoides participan del borde posterior de la fosa
palatina con un puente estrecho. 24 a 27 filas de esca-
mas ventrales posteriores.
Relación craneal (largo/ancho)= 1,1a1,3.......
C. latirostris chacoensis n. ssp”.
e... e... . .... . ss.
Según esos autores, C. 1 latirostris tendría
una distribución que abarca “*... desde Río Gran-
de do Norte hasta Río Grande do Sul, por la
vertiente atlántica de Brasil, por Espirito Santo,
Río de Janeiro, Sao Paulo y Sta. Catharina;
departamentos de Salto y Artigas en Uruguay y
Alto Paraná, Misiones hasta los 270 30” S en la
Argentina”. Mientras que C.1. latirostris”, habita
en las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, hasta
los 320 $ en Corrientes, Chaco, Formosa y Jujuy,
Argentina”.
Sin embargo, al analizar el material disponible
nos encontramos que ciertas pieles y cráneos,
algunas de los cuales también fueron utilizados
por Freiberg y Carvalho op. cit., presentan Ca-
racterísticas de ambas supuestas subespecies, co-
mo por ejemplo:
IL. Uno de los especímenes (MER 542) pro-
puesto como paratipo de C.1. chacoensis por
estos autores correspondería, según el índice
de su fosa palatina derecha (63,30), a esta
subespecie; sin embargo, midiendo su fosa
palatina izquierda (índice 57,70) concuerda
con CL latirostris. Lo mismo ocurre al
evaluar el ejemplar MACN 30612, con un
índice en la fosa palatina derecha dentro del
supuesto rango de C. L latirostris (56.10)
pero con un índice de 61,20 en la fosa
izquierda, el que coincide con C.l. chaco—
ensis. Esta misma situación la hemos ob-
servado en el MPL 8/N con una fosa derecha
de 58,30 (C.l. latirostris) y la izquierda de
62,50 /C.l. chacoensis). (Tabla 1).
IL Al medir los cráneos NO 7830 y NO 3110
del MACN que figuran en la lámina NO 1 de
q
mn.
Contribución a la sistemática de ...
Freiberg y Carvalho (1965), el primero de
estos (propuesto como paratipo de C./.
chacoensis) presenta la sutura pterigoidea-
ectopterigoidea en la línea recta, mientras
que la diagnosis de C.L chacoensis dice “...
sutura pterigo-ectopterigoidea en la línea
quebrada ...”.
En el segundo (propuesto como C.l. latiros-
tris), el índice de sus fosas palatinas derecha
e izquierda es de 62,50 y 61,00 respectiva-
mente, los que corresponderían a la otra
subespecie y a la forma de las fosas es
claramente rómbica. Esto, sumado a la
forma de la sutura pterigo<ctopterigoidea,
estaría indicando que corresponde a Cl
chacoensis y no a C.l latirostris como
sugirieron Freiberg y Carvalho según sus
propios argumentos.(Tabla 1).
Con referencia a la relación craneal, encon-
tramos que los ejemplares MACN 30565 al
30570, 30610; MER 540; Zoo. Bs.As.l y 2 y
Col. Pers. 2 y 3, pertenecerían a C.l. latiros-
tris pero teniendo en cuenta otras de las
características diagnósticas, pertenecerían a
C.L. chacoensis. (Tabla 1).
En lo que respecta a la escutelación, ambas
especies se diferenciarían segun la clave de
Freiberg y Carvalho (1965) en que: C.l.
latirostris tiene entre 22 y 24 filas de esca-
mas ventrales, mientras C.l chacoensis
tiene entre 24 y 27 filas de escamas ventra-
les.
De 107 ejemplares de C.1, latirostris medidos
en Brasil por Carvalho (1955), 24 (22, 50/0)
no podrían ser determinados por la clave
mencionada anteriormente por poseer 24
filas de escamas ventrales. Lo mismo ocurre
con 3 ejemplares (17,70/0) sobre un total de
17, medidos en Uruguay por Medem (1983);
también con 7 ejemplares (70,00/0 ) sobre un
total de 10, medidos en Uruguay por Vaz
Ferreira y Achaval (Medem, 1983) y con 10
ejemplares (22,730/0) sobre un total de 46
medidos en Argentina para este trabajo.
(Tablas II y II).
8L
TABLA 1
CARACTERES CRANEALES ANALIZADOS (medidas dadas en cm)
A.C.: ancho craneal; L.C.: longitud craneal dorsal; L.F.P.: longitud máxima de la fosa palatina; A.F.P.: ancho máximo de la fosa palatina;
A.P.:ancho puente pterigoideo; S.P.E.: sutura pterigoides-ectopterigoides; F.P.: forma de la fosa palatina; I.F.P.: índice de las fosas palatinas;
R.C.: relación craneal
NO COLECCION A.C. 166: L.F.P. AFP. AP. S.P.E. F.P. LEP. R.C.
IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER
MACN 7021 14,50 20,00 — 4,60 2,50 2,70 0,30 0,36 Q ROM — 58,80 1,38
7375 21,507 27:10 6,35" 640 2150 350 034 0353 Q — 5510 54,70 1,19
7830 21,00 27,00 4,10 4,00 3,20 3,30<0,10 040 R ROM 78,00 82,50 1,28
12586 23,50 28,00 5,90 5,60 3,60 3,50 0,770 0,60 Q ROM 61,00 62,50 1,19
15232 19,70 23,00 6,10 6,00 3,50 3,30 040 040 Q ROM 57,40 55,00 1,16
30565 11,50 “17,80. 420 430. 210 220 032 034 Q ROM 50.00 51,20 1,55
30566 11,80 17,30 4,00 4,00 2,50 250 0,70 0,70 Q ROM 62,50 6250 1,47
30567 8,80 13,70 340 — 1,70 1,70 0,38 0,24 Q ROM 50,00 —— 1555
30568 15,50 22,00 5,00 5,10 3,10 3110 030 040 Q ROM 6200 60,80 142
30569 630 980 2507 3240 == 180 == 1030 Q ROM 54,20 1,55
30570 9,00 13,70 3,330 3120 2,000 2,00 0,60 0,50 Q ROM 60,60 62,550 1,52
30572 g50 2 3,80 3,60 1,70 1,60 0,42 0,36 Q ROM 44,70 4440 ——
30610 1220 18.50 440 — 250 0,38 Q ROM 5680 —— 1,52
30611 8,40 3,50 3140 1580 1,90 040 —— Q ROM 51,40 55,80 —
30612 13,30 21,00 4,90 4,90 3,00 2,75 0,550 0,50 Q ROM 61,20 56,10 1,58
MCNAB 9 21,50 28,50 6,30 3101 E 070 E O ROM 38101005 1,32
MPCNFA 8 6,20 9,10 2,50 —— 130 —— 020 — Q ROM 5200 —— 147
MER 539 1ms0 18901 490 7% 330% 4 0,209 5 Q ST 6130.05 152
540 1350 1980." 4.80. == 280 PE Disp Q ROM 58,30 —— 147
$41 2350 ALSO a RON o SON R ROM 5430 —— 1,34
542 20,50 27,20 5,10 490 300 3,10 0,10 0,0 Q ROM 57,70 63,330 1,32
MLP S/N 14,40 1950 4,80 4180 3/00 2,80 0,50 0,60 Q ROM 62,50 58,330 1,35
ZOO. BS. AS1 12,90 1910 450 480 2330 240 0,40 0,70 Q ROM 51,10 50.00 1,48
2 19,80 27,80 5,60 5,0 3,20 3,00 0,550 040 Q ROM 57,10 57,70 1,40
COL. PERS. 1 16,80 2300 5,10 5/00 2,70 2,60 0,20 0,30 Q ROM 52,94 52,00 1,37
2 12,30 18,00 4,30 440 250 250 0,550 0,40 Q ROM 58,20 56,90 1,46
3 12,10 17,20 4340 4,50 2145 255 0,50 0,45 Q ROM 5568 5666 1,42
4 15,90 1980 463 4,60 273 260 0,40 0,40 Q ROM 58,96 56,52 1,24
[BINJEN PLIOJSIH 9P O9SNA SOBUY
6861 “07 “I9A
Marcelo Crea, Jorge Merler y Rubén Quintana
TABLA 2
NUMERO DE FILAS DE ESCAMAS VENTRALES
TRANSVERSALES (NFV) EN LOS DISTINTOS
EJEMPLARES ANALIZADOS
NO COLECCION NFV NO9COLECCION NFV
MACN 239 27 MPCNFA S/N 24
879 25 MCNAB S/N 23
12586 S/N 24
17551 26 MER 522 25
30790 26 524 24
S/N 25 525 25
S/N 24 527 25
CAB 8 25 530 25
9 24 536 25
11 26 RESIST.CHACO 26
S/N 26 24
MLP 003 25 25
004 24 — SJ. PORHIAJU 27
005 24 — ZOOR.S. PEÑA 26
MPCN. FA 4 25 25
5 26 26
7 25 26
10 25 25
11 26 26
12 24 26
15 25 ZOOLAPLATA 24
S/N 23 25
TABLA 3
CLASIFICACION DE EJEMPLARES
ESTUDIADOS SEGUN NUMERO DE ESCAMAS
I II 1181 IV
C.1. latirostris 30.8 58.8 = 4.3
C.1.chacoensis 46.7 23.5 30.0 1.7
2? 22.5 17.7 70.0 22.7
Individuos
considerados 107 17 10 46
FUENTE: l= Carvalho 1955; Il= Medem 1973; n=
Vaz Ferreira y Achaval 1977 y IV= este trabajo.
En cuanto a la distribución geográfica pro-
puesta por Freiberg y Carvalho (1965) para am-
bas subespecies, encontramos contradicciones al
analizar mediciones de pieles y cráneos:
L_ De acuerdo a los datos obtenidos de Carva-
lIho (1955) C.l. chacoensis se encontraría
también en Brasil, en contradicción con la
distribución propuesta por Freiberg y Carva-
lIho (1965). Además habría una id pro-
ión de ejemplares de C.l. chacoensis
(46,79/0) año de Cl latirostris (30,89/0).
(Tabla ID).
79
IT.
I11.
Contribución a la sistemática de ...
De igual modo, los ejemplares medidos por
Medem en los museos del Uruguay en 1973
y de acuerdo a la clave de caracteres escu-
telares, el 23, 50/o de estos pertenecerían a
C.L chacoensis. Nuevamente nos encon-
tramos con una contradicción en la distri-
bución propuesta, ya que C.l chacoensis
no debería encontrarse en Uruguay. Debe-
mos tener en cuenta que el propio Medem
(1983) con respecto a Uruguay señala “...
C.l latirostris... según su distribución geográ-
fica, debe pertenecer a esta subespecie,
pero los cráneos que vimos con el herpe-
tólogo F. Achaval, mostraron caracterís
ticas anatómicas tanto de C.l latirostris co-
mo de C.1 chacoensis”. (Tabla 111).
En la parte dedicada a Argentina, Medem
(1983) afirma “... el único cráneo que se
obtuvo de los esteros del Iberá (Corrientes),
muestra características de ambas. Esto in-
dicaría que muy probablemente las carac-
terísticas subespecificas no son fijas, sino
variables, lo que pondría en duda la vali-
dez de estas”.
También en el material analizado por Vaz
Ferreira y Achaval (Medem, 1983) en Uru-
guay, encontramos un 300/0 de ejemplares
pertenecientes a C.l chacoensis, repitién-
dose la contradicción observada en el punto
anterior. (Tabla III).
. Los 10 cráneos de la colección del MACN
(NO 30565 al 30570, 30572 y 30610 al
30612) pertenecen a Caiman latirostris.
Según el ínidce de sus fosas palatinas, 7
de estos corresponderían a C.l. latirostris
y solo 3 a C.l chacoensis. Es decir, que se
encontrarían individuos de las dos subespe-
cies en la misma localidad, o sea en una con-
dición de simpatría.
También hemos encontrado ejemplares que
por indice de sus fosas palatinas correspon-
derían a C.L latirostris, pero estos provienen
de localidades muy alejadas del límite pro-
puesto para esta subespecie. En esta consi-
deración se encuentran los siguientes crá-
neos: MACN. 7021, Jujuy; 12532, Manan-
tiales (Corrientes); MCNAB 9, Corrientes;
MPCNFA 8, Pto. de Santa Fe; MER 540
y 541, Montecarlo (Misiones); MLP S/N, Co-
rrientes, Zoo. Bs. As. 2, Ramón Lista (For-
mosa); Col. Pers. 1, Santo Tomé (Corrientes);
2, Bella Vista (Corrientes); 3, Loreto (Co-
rrientes); 4, Santa Fe.
Anales Museo de Historia Natural
CONCLUSIONES
De acuerdo a nuestros resultados y los bibliográ-
ficos, observamos que las características postu-
ladas para la separación de las dos subespecies de
Caiman latirostris no pueden considerarse defini-
torias sobre la base de las siguientes considera-
ciones:
a. Con respecto al índice de las fosas palatinas,
hay ejemplares que tienen indices de ambas
subespecies. Asimismo, teniendo en cuenta es-
te índice, existen ejemplares que no pertene-
cerían a ninguna de ellas.
b. En cuanto a la sutura pterigo-ectopterigoidea,
se describe a C. latirostris chacoensis con su-
tura quebrada. Sin embargo, la mayoría de
los cráneos que se midieron tienen sutura
quebrada, incluidos aquellos ejemplares que,
por el índice de sus fosas palatinas correspon-
derían a C.l. latirostris.
c« Lo mismo ocurre con la forma de la fosa.
Se describe a C.l. chacoensis con la fosa pa-
latina rómbica, y C.L latirostris con fosa
palatina subtriangular. La mayoría de los
ejemplares medidos presentan fosa palatina
rómbica, incluidos aquellos ejemplares que,
por el índice de sus fosas palatinas correspon-
derín a C./. latirostris.
d. En cuanto a la participación del pterigoides
en la fosa palatina, sería necesario aclarar que
es lo que se entiende por un puente ancho o
estrecho, indispensable también para cono-
cer los rangos de variabilidad de las subespe-
cies. Además no pudimos correlacionar las
AGRADECIMIENTOS
Vol, 20, 1989
variables seleccionadas en las subespecies.
Así por ejemplo, hay cráneos que serían
distinguibles por los diferentes indices de las
fosas palatinas, pero tienen puentes pteri-
goídeos de tamaño similar. Por el contrario,
hay otros en los cuales camparten el índice,
pero se diferencian por el ancho del puente
pterigoideo.
e. Con respecto a la escutelación, especifica-
mente a la fila de escamas ventrales transver-
sales, sería necesario redefinir los rangos en-
tre los que se ubicarían las dos. subespecies,
ya que los propuestos dan lugar a confu-
sión. Se han encontrado muchos ejemplares
que por contar con 24 filas de escamas no
se puede afirmar a que subespecie pertenecen.
f. Con la distribución, existen también contra-
dicciones. El hecho de encontrar C.L chacoen-
sis en Uruguay (Medem, 1983), en Brasil (Car-
valho, 1955) y que muchos de los yacarés
argentinos pertenecen a C.l latirostris,pone en
duda la distribución mencionada originalmen-
te para las dos subespecies. A ello se agrega el
que se encuentren en una misma localidad
individuos de las dos subespecies.
Finalmente, de acuerdo a lo anteriormente
expuesto, consideramos que las características
propuestas por Freiberg y Carvalho, no pueden
tomarse como válidas para la diferenciación de
las dos subespecies de Caiman latirostris, ya que
son ampliamente variables y en muchos casos
se contraponen. Por lo tanto, conferimos validez
solo a Caiman latirostris (Daudin, 1802).
Los autores agradecen a las entidades oficiales y a todas aquellas personas que brindaron su generosa y amplia cooperación
para la realización de este trabajo.
A los Drs. José M. Gallardo, Jorge Cranwell y Raúl H. Aramburu; a los Lic. Esteban D. Astort, Carlos Virasoro y Fede-
rico Achaval; a los Sres. Tomás Waller y Jorge D. Williams y al Prof. Julio R. Contreras.
Queremos agradecer en forma especial a la Dra. Zulma B. de Gasparini, de la sección Paleontología de Vertebrados del
Museo de La Plata. por su orientación científica y el material bibliográfico facilitado, así como por su constante interés y
estimulo.
REFERENCIAS
CARVALHO, A.L DE, 1955. Os jacarés do Brasil Arquivos do Museu Nacional, 42(1): 127-139.
FREIBERG, MA. y A. L. DECARVALHO. 1965. El yacaré sudamericano, Caiman latirostris (Daudin). Physis XXV
(70% 351-360.
¡ORDANSKY, N.N. 1973. The skull of the Crocodilia. En: Gans and Parson, 1973, Biology of the Reptilia. 4: 201-262;
figs 1-14. Academic Press, London and New York.
MEDEM, F. 1981. Los Crocodylia de Sur América. Vol 1, Los Crocodylia de Colombia. COLCIENCIAS, Bogotá 354 pp.
MEDEM. F,, 1983. Los Crocodylia de Sur América Vol II. COLCIENCIAS. 270 pp.
VAZ FERREIRA, R. 8: F. ACHAVAL, 1975. Sobre huevos, nidos, nacimientos y neonatos de Caiman latirostris. Resúmenes de Jor-
nadas Argentinas Zoológicas: 66 - 67. Corrientes.
VAZ. FERREIRA, R. £ F. ACHAVAL, 1980. Nidificación y nacimiento de Caiman latirostris latirostris (Daudin, 1802
2). 1] Reunión
Iberoamericana de Zoología de Vertebrados, 1977: 385 - 396, La Rabida, España.
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 20: 81 — 84, 1989
CONTRIBUCION A LA BIOGEOGRAFIA DEL GENERO MOLOTHRUS Y
EXTENSION DEL RANGO SEPTENTRIONAL DEL “MIRLO”,
M. BONARIENSIS (GMELIN, 1789) EN CHILE.(AVES:ICTERIDAE)
VICTOR M. CABEZAS , HAROLDO TORO ,
LUISA RUZ , ELIZABETH CHIAPPA
ABSTRACT
The geographic distribution of genus Molothrus is discussed, There are two species in North America, probably separated
by a vicariant event, and four species in South America. One these M. bonariensis (Gmelin), is widely distributed from
Panama to Chile, The distribution of M. bonariensis in Chile shows two independent origins, the northern populations is
possible coming from Peru, meanwhile that found in the central part of the country are most likely derived from Argentina
after crossing the lower part of the Andes.
Las especies asignadas al género Molothrus, presen-
tan una distribución geográfica que comprende
casi la totalidad del rango conocido hasta ahora
para los Ictéridos, siendo posible apreciar que en
su mayoría corresponden a especies que habitan
en áreas tropicales o subtropicales (Meyer de
Schauensee 1970).
Los antecedentes conocidos sobre la distribu-
ción de Molothrus muestran una clara separación
entre las poblaciones de M. aeneus y M. ater que
ocupan una zona que comprende el sur de Canadá,
sur oeste de los Estados Unidos y América Central
(fig. 1) y las poblaciones de M. badius; M. rufoaxi-
laris M. armenti y M. bonariensis que son neta-
mente sudamericanas, salvo la última especie
mencionada que ha penetrado en el sur de Panamá
y Puerto Rico (Meyer de Schauensee 1970, Ho-
ward y Moore 1980, Walter 1980, AOU 1983).
Esta distribución del género resulta interesante
y sugiere un fenómeno vicariante que estaría
separando dos especies en la zona Neártica y cua-
tro en la zona Neotropical, ocupando en esta
última región biogeográfica áreas tropicales y sub-
tropicales (Fig. 1).
La revisión de las áreas habitadas por las espe-
cies Sudamericanas, permite establecer que Molo-
thrus badius se encuentra preferentemente en la
zona tropical, con desplazamientos accidentales
fuera de ella, llegando incluso a Chile, donde se
ha registrado su presencia una sola vez (Araya y
Millie 1986). M. rufoaxilaris se establece principal-
mente en áreas subtropicales de la región presen-
tando, sin embargo, ambas especies una gran
área de sobreposición que comprende Río Grande
do Sul, Paraguay, Uruguay y norte de Argentina.
M. armenti, la tercera de las especies neotropica-
les, ocupa un ambiente muy restringido, ya que se
encuentra sólo en la zona costera noroccidental
de Colombia.
El análisis de la distribución conocida hasta
ahora para M. bonariensis, es especialmente
interesante ya que habita en casi toda la región
Neotropical, (Goodall et al. 1946, Meyer de
Schauensee 1970, Howard y Moore 1980; Walter
1980) además de ser muy extensa en comparación
con las otras especies del género, se sobrepone con
todas ellas. Esta distribución tan amplia, hace
pensar en una adaptabilidad ecológica notablemen-
te mayor (Beltzer 1986) y en que las posibles
barreras vicariantes, efectivas para las otras espe-
cies, no han logrado interrumpir el flujo genético,
entre las distintas poblaciones a tal punto que no
se registran fenómenos de especiación entre ellas.
Sin tener por ahora un análisis filogenético, que
permita determinar el nivel comparativo de la
antigúedad, la presencia de M. bonariensis en
Chile puede deberse a una de las siguientes alter-
nativas:
a) se trata de una especie muy antigua que ha ocu-
pado la mayor parte del territorio nacional, salvo
aquellas áreas que presentan limitaciones de tipo
eco-conductuales, como podrían ser el desierto
de Atacama desde Arica hasta Copiapó y la zona
austral desde Aisén al sur. o
* Laboratorio de Zoología, Universidad Católica de Valparaiso, Casilla 4059, Valparaiso, Chile.
Trabajo financiado parcialmente por proyecto FONDECYT 88-0644.
81
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
(== 221
AAA
pe ET
DT AA
EAS
E (0)
E
RED A
===
RAN
AA E
A]
PEA
E==>=K8
V - AR
A M. armenti ===
EA 0 00 6
3 ! Ñ O E
M. rufoaxillaris AAA
EOIPCCABAOS
| ESOO
AA A
badius LSBSSSMERSEESISERES]
ESSE ESAS]
A : Se BASE BIRDS ASSASS TT
bonariensis MSNSESSESSS BR ESA RS ASE AEREO
A SEPSA BSAB EE SES ESE TOOLS
PESE EEE RS SERA
SESSSSBSSSESSSASSS RSS;
AEB RE ENSASREARSA
Li AEREOS ARARBARENA
E SBBIAIASBAARESABESEAS]
EA
|z
EA
EV
Y
Ed
e
y)
=
ROTA
JB aR
IZ
[a]
a
3
a
E
un
A A DAS NS
== HRABREN
EAS
AN RS,
=
Ss o- 5
eN
1000 2000 Km
o
$
>
|
Fig. 1.- Distribución geográfica del género Molothrus. M. bonariensis ocupa la región neotropical casi en su totalidad sobrepomiendo
su distribución con M. badius y M. rufoaxillaris, M. aeneus y M. ater se encuentran en la región neártica y América Central. M. armenti
restringida solo a la costa noroccidental de Colombia, donde también habita M. bonariensis.
82
Víctor M. Cabezas, Haroldo Toro, Luisa Ruz y Elizabeth Chiappa
b) es una especie extremadamente exitosa que am-
plió considerablemente su rango de distribución,
sobrepasando con facilidad factores que fueron
barrera para otras especies del grupo.
De acuerdo a Hellmayr (1932) y Housse (1945)
el “mirlo”, habría sido introducido al país en
1865, probablemente al ser liberados algunos ejem-
plares desde jaulas. La hipótesis está sustentada
en dos hechos: que esta ave no sobrepasa los
2000 msnm (Housse 1945; Goodall et al. 1946)
situación que haría poco probable su ingreso en
forma natural a través de la cordillera de Los
Andes procedente de Argentina, donde es una
especie abundante (Hellmayr 1932) y que los pri-
meros ejemplares conocidos en Chile fueron
colectados en el área de Santiago-Rancagua, entre
1868 y 1877 (Hellymayr 1932). Posteriormente
se colectaron ejemplares en la zona de Concep-
ción (Coronel) donde ya aparece como abundante
(Reed 1941). La información reunida por Goodall
et al. (1946) permite establecer una distribución
que abarca desde Coquimbo por el Norte hasta
Llanquihue por el sur, esta distribución es amplia-
da posteriormente por Philippi (1964) y Araya
y Millie (1986) desde Atacama a Aisén.
Observaciones de terreno realizadas por nuestro
grupo de trabajo en la Primera Región de Chile,
provincia de Arica, valle del Lluta, en el sector
de quebrada de Poconchile, ubicada a 4 kiló-
metros al suroeste del poblado del mismo nom-
bre (180 28” S y 700 04” W) y a 750 msnm, en
agosto de 1988, permitieron detectar la presencia
de varias bandadas en vuelo de M. bonariensis que
cruzaban la carretera. Otra, integrada por trein-
ta y un ejemplares, correspondiendo a veinticin-
co machos y seis hembras, estaba alimentándose
en un prado junto a un rebaño de ganado ovino
al que seguía en sus desplazamientos.
Expediciones ornitológicas que recorrieron la
zona en la década del 70 (Johnson 1970, Kuschel
1970, Rottman y Kuschel 1970, Lavercombe
y Hill 1972, Mc Farlane 1972, Rottman 1972,
Mc Farlane 1974), no reportan a M. bonariensis;
sin embargo, Marin et al. (1989) indican la presen-
cia de esta especie en Quebrada de Camarones
(180 40' S y 700 39” W entre los $00 y 900 msnm)
donde colectaron un macho el 15 de junio de 1986
y proponen una expansión geográfica hacia el
norte, por la costa, proveniente de las poblacio-
nes de Atacama.
La presencia en el valle del Lluta de M. bona-
riensis permite, más bien, postular la penetración
83
Contribución a la biogeografía ...
temporal de poblaciones que se han desplazado
desde el Perú, donde se encuentra presente en for-
ma permanente (Howard y Moore 1980). En este
caso, la llegada a Quebrada de Camarones del “mir-
lo” supone sólo un desplazamiento de menos de
80 km hacia el sur que pueden ser hechos por la
zona precordillerana, en comparación con los 910
km (Marin et al. 1989) que serían necesarios cu-
brir a través de la extensa área desértica de la Se-
gunda Región de Chile. El avance costero, pro-
puesto por Marín et al (1989) encuentra también
dificultades en la ausencia de registros en áreas
costeras, tan visitadas y estudiadas, incluso por los
mismos autores, como es el caso de la Quebrada
Paposo (250 02” S y 700 29” W).
En el caso del valle de Lluta, la presencia en
la zona de numerosas especies de aves entre las
que destaca por su abundancia Zonotrichia capen-
sis, (Rottman 1972), hace suponer que Molothrus
banariensis puede también ser un ave residente en
el área, debido a que las hembras de esta última
especie parasitan los nidos de la primera (Reed
1941, Housse 1945, Goodall et al 1946). Este
comportamiento de nidificación, al tiempo que
asegura su reproducción y permanencia en el área,
podría provocar algunas perturbaciones en las po-
blaciones de Passeriformes residentes y es proba-
ble que, además de Z. capensis, los nidos de la
“loica peruana” Sturnella bellicosa también sean
parasitados al igual, como lo son en la zona central
de Chile, los de su congénere Sturnella loyca,
(Reed 1941).
De todas las consideraciones anteriores, parece
mucho más parsimonioso plantear una hipótesis
de simple ampliación de rango, para explicar la
presencia de Molothrus en Chile, que una intro-
ducción accidental por ejemplares liberados en
la zona central del país; los siguientes hechos
contribuyen al planteamiento:
a) La amplia distribución geográfica en Sudamé-
rica indica, como se decia anteriormente, gran
adaptabilidad ecológica y capacidad para sobre-
pasar factores que son barreras para otras especies.
b) La abundancia de la especie en la vertiente
oriental de Los Andes en la parte correspondien-
te al centro sur de Argentina (De la Peña 1979) y
la existencia de numerosos pasos bajos en la cor-
dillera comunicando Argentina y Chile, pueden
permitir fácilmente el flujo de especies con la sola
restricción impuesta por las condiciones ecocon-
ductuales.
c) De manera semejante, la abundancia de esta es-
Anales Museo de Historia Natural
pecie hacia el norte a lo largo del área occidental
de la cordillera de Los Andes (Meyer de Schauen-
see 1970) es una situación que favorece y explica
la presencia de esta especie en Lluta, de acuerdo
a lo que se señala en el presente trabajo.
Desde otro punto de vista, parece también pro-
bable que la hipótesis de Hellmayr se sostuviese
sólo por el desconocimiento de la distribución del
“mirlo” en Chile, propio del tiempo en que fue pu-
blicado ese trabajo, mal interpretando la presencia
hacia el sur, como una expansión posterior, cuan-
Vol. 20, 1989
do ésta en verdad se habría producido en sentido
opuesto.
En conclusión, las especies del género Molo-
thrus tiene una distribución geográfica actual que
responde bién a una interpretación vicariante,
siendo M. bonariensis la más alejada del modelo
que pudiéramos llamar típico, por la gran exten-
sión de su rango. Esto podría deberse a una situa-
ción primitiva o, más probablemente, a una situa-
ción de especie derivada de gran éxito, que ha ex-
pandido notablemente su área de distribución
inicial.
AGRADECIMIENTOS =
Al Dr. Roberto Schlatter V. de la Universidad Austral de Chile, por su lectura crítica y sugerencias al presente trabajo.
REFERENCIAS
AMERICAN ORNITHOLOGISTS UNION (A.O.U.). 1983. Check-List of North American Birds. Allen Press. Kansas. U.S.A.
877 pp.
ARAYA, B. £ G. MILLIE. 1986. Guía de Campo de las Aves de Chile. Ed. Universitaria, Santiago de Chile. 389 pp.
BELTZER, A. 1986. Cacicus solitarius Hospedante de Molothrus bonariensis (Aves: Icteridae) Rev. Asoc. de Cs. Nat. del
Lit., 17 (2): 215-216.
DE LA PEÑA, M. 1979. Enciclopedia de las Aves Argentinas. Ed. Colmegna, Santa Fe. 321 pp.
GOODALL, J. D., A. W. JOHNSON y R.A. PHILIPPI. 1946 Las Aves de Chile, su conocimiento y costumbres. /. Platt.
Est. Gráficos. Buenos Aires. 358 pp.
HELLMAYR, C. 1932, The Birds of Chile. Field Museum of Natural History Publ. 308 Zoological Serie XIX Chicago. 470 pp
HOUSSE. R. 1945. Las Aves de Chile en su Clasificación Moderna. Ed. U. de Chile. Santiago de Chile. 390 pp.
HOWARD, R. £ A. MOORE 1980. A Complete Checklist ot the Birds of the World. Oxtord University Press. 701 pp.
JOHNSON, a. W. 1970. Aves observadas en Mamiña (Tarapacá) desde el 15 al 30 de agosto de 1968 y 1969. Bol. Ornit.
2 (1): 1-2
KUSCHEL, R. 1970. Algunas Observaciones Ornitológicas en Valles y Altiplano de los Departamentos de Arica y Pisagua.
Bol. Ornit.. 2 (1): 2-4.
LAVERCOMBE, B. é C. HILL. 1972. Aves Observadas en la Provincia de Tarapacá, Incluyendo el Hallazgo de Dos Especies y una
Subespecie Nuevas para Chile. Bol. Ornit., 4 (1): 1-7.
MARIN, M., L.KIFF 4 L. PEÑA. 1989. Notes on Chilean birds, with descriptions of two new subspecies. Bull. B. O. C.. 109 (2):
66 - 82.
Mc FARLANE, R. 1972 Algunas Aves Migratorias Observadas en Arica. Bol. Ornit. , 4 (2):4,
Mc FARLANE, R. 1974. Foods Habits of Some Birds in Tarapacá. Idesia, 3: 163-167.
MEYER DE SCHAUENSEE, R. 1970. A Guide to the Birds of South America. Livingston Pub. Co. 470 pp.
PHILIPPI, R. A. 1964, Catálogo de las Aves de Chile con su Distribución Geográfica. Inv. Zool. Chil. XI. 179 pp.
REED, S.C. 1941. Nuevas Contribuciones para el Mejor Conocimiento de las Aves de Caza en Chile. Publicación Oficial
NO 15. Jardín Zoológico Nacional de Chile, Vol. 2 NO 3. Santiago de Chile. 91 pp.
ROTIMAN, J. 1972. Algunas Aves Silvestres de los Valles Agricolas Inferiores a los 1000 m de Altitud en el Departamento
de Arica. Idesia, 2: 59-63.
E J. 8: R. KUSCHEL. 1970. Observaciones Ornitológicas en las Provincias de Antofagasta y Tarapacá. Bol. Ornit. 2 (3):
1 y
WALTER, M. 1980. The Complete Birds of the World. David £ Charles Vermont U.S.A. 340 pp.
84
An. Mus, Hist. Nat. Valparaíso, 20: 85 — 98, 1989
ANALISIS DE LA COMUNICACION SONORA DE TRES ESPECIES DE
GOLONDRINAS (Notiochelidon cyanoleuca, Tachycineta leucorrhoa y
T. albiventer; Fam: Hirundinidae)
GUILLERMO RIVEROS G.
ABSTRACT
The main purpose of this paper to the study of the sound repertories and the biological circumstances; in which vocaliza-
tions were emited by three species of common swallows of the Sao Paulo Region, Brazil (Notiochelidon cvanoleuca, Ta-
chycineta leucorrhoa y T. albiventer). These species are sympatrics and syntopics; they share the same habitat and aerial
spaces, for feeding and reproduction.
The physical structure of their of vocalizations was described, analized, classified and compared. The maximum of 10
vocalizations (N. cyanoleuca) and minimum of 3 for (T. albiventer) were observed. Five functional categories of vocal
emissions were recognized: cohesive calls, contac calls, hostile calls
tion.
INTRODUCCION
Las vocalizaciones cumplen fundamentalmente
una función de comunicación (Thorpe, 1961)
que en muchas especies de aves son más utiliza-
das que las señales visuales (Smith, 1963). La
señal acústica dentro del dominio de la zoolo-
gía es una manifestación de un organismo emisor
que solicita la cooperación funcional de uno o
varios individuos receptores (Leroy, 1979).
Las golondrinas (Fam. Hirundinidae) son aves
con hábitos muy especializados que las hacen ser
de gran interés para estudios zoosemióticos, eco-
lógicos y etológicos. Esta familia se encuentra
distribuida en todo el mundo con 82 especies
divididas en 21 géneros (Edwards, 1974). En la
región neotropical existen 23 especies (Meyer
de Schauensee, 1970).
La comunicación sonora en las especies neo-
tropicales de este grupo de aves es poco conoci-
da. Los estudios existentes han tratado princi-
palmente dos tópicos: Descripción de repertorio
vocal de algunas especies y Reconocimiento pa-
rental entre polluelo y padres.
El primer estudio fue realizado por Samuel
(1971) quién describe el repertorio vocal de dos
especies Hirundo rustica y H. pyrrhonota . Un
estudio sobre vocalizacion de Hirundo daurica,
realizó Prodon (1982), en donde determinó
el repertorio vocal para esta especie diferencian-
do 6 tipos de vocalizaciones y entrega una inter-
pretación biológica de cada una de estas emisio-
nes vocales.
, solicitations calls and calls and songs related to reproduc-
Brown (1985) obtuvo el repertorio de Tachy-
cineta thalassina determinando dos clases de
vocalizaciones, cada una asociada a varios contex-
tos conductuales.
En cuanto a los gritos de reconocimiento pa-
rental de hirundínidos, han sido estudiados por
Burt (1977), Beecher et. al. (198la y b), Sto-
ddard y Beecher (1983), Beecher y Stoddard
(1985) y Sieber (1985).
La falta de estudios bioacústicos sobre las es-
pecies neotropicales de la familia Hirundinidae
y la posibilidad de utilizar las manifestaciones so-
noras como elementos comparativos entre es-
pecies afines, motivó realizar este estudio sobre la
obtención de los repertorios vocales y las relacio-
nes entre patrones estructurales y el significado
funcional de las señales de las especies del estado
de Sao Paulo: Notiochelidon cvanoleuca (Viei-
llot, 1817) Tachycineta leucorrhoa (Vieillot.
1918) y Tachycineta albiventer (Boddaert, 1783).
Estas tres especies son simpátricas y sintó-
picas y realizan gran parte de sus actividades en
espacios abiertos. Bajo estas condiciones los can-
tos que son vocalizaciones de reconocimiento es-
pecífico de los individuos de una misma especie
y los gritos deberían ser semejantes en ciertos pará-
metros, pero deben diferenciarse en otros, de mo-
do que la información biológica que los cantos
poseen sean reconocida por la propia especie. Las
semejanzas y diferencias entre los cantos y gri-
tos de estas especies permitirían en parte recono-
* Depto. de Biología y Química. Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación. Casilla 34 - V. Valparaiso - Chile.
Financiado por F.M.B. (Brasil) y FONDECYT Proyecto NO 1300 - 90
Anales Museo de Historia Natural
cer los elementos estructurales comunes para el
conjunto de especies estudiadas como también
aquellas de origen adaptativo a las presiones
selectivas del medio.
METODO
La metodología utilizada comprende dos etapas:
la primera corresponde a la obtención del reperto-
rio vocal y las circunstancias biológicas en que las
señales fueron emitidas por Notiochelidon cyano-
leuca, Tachycineta leucorrhoa y Tachycineta
albiventer. La segunda consistió en el análisis de
los repertorios y su clasificación en función a
los contextos comportamentales y biológicos
encontrados.
La mayoría de las grabaciones y los registros
conductuales fueron colectados en cuatro locali-
dades del estado de Sao Paulo (Brasil), en el cam-
pus de la Universidad de Campinas (UNICAMP),
en la Hacienda Santa María de Campinas (220
54” S; 470 65* W), en la Hacienda Rio Claro de
Lencóis Paulista (220 41” S; 48% 55” W) y en la
Estación Experimental de Itirapina en Itirapina
(220 15” S; 470 49” W).
Debido a que las vocalizaciones son emitidas
con una mayor frecuencia de vocalización duran-
te el ciclo reproductivo, las especies fueron obser-
vadas en sus nidos con sus respectivas parejas,
además de aquellas parejas en proceso de forma-
ción con el fin de monitorear el proceso repro-
ductivo completo. Después de haber identificado
las parejas para las tres especies en estudio se rea-
lizaron las observaciones de los comportamientos
presentados durante las diferentes emisiones
vocales, según la metodología de Lehner (1979).
Estas observaciones se realizaron con una perioci-
dad de tres a cuatro días por semana durante los
meses de junio a enero del año siguiente, en 1986
y 1987. Las conductas observadas fueron: terri-
torios, alimentación, reposo, reproducción (forma-
ción de pareja, cortejo, construcción del «nido,
incubación, cuidados de la prole y aprendizaje
de los polluelos).
Para registrar las emisiones vocales fue utiliza-
do un grabador Uher 4000 Report IC Mono, ali-
mentado por una batería Uher recargable y un mi-
crófono ultra direccional Sennheiser ME88. Los
sonidos fueron registrados en cintas magnéticas
para audio, marca Scotch (212-C), a la velocidad
de 19 cm/s. Se hicieron emisiones de sus voca-
lizaciones para observar y registrar las respuestas
86
Vol. 20, 1989
a los cantos y gritos propios o de otros individuos.
Estas grabaciones se realizaron a distintas horas
del día para determinar si existían variaciones es-
tructurales durante diferentes períodos del día.
Las grabaciones ya editadas fueron escuchadas
repetidas veces y se hicieron listados de todos los
sonidos registrados en cada una de ellas. Basán-
dose en esta lista, fueron seleccionadas las emi-
siones más representativas y relacionadas a los
distintos tipos de comportamiento para hacer los
sonogramas.
Los sonogramas fueron hechos en un sonó-
grafo Voice Identification serie 700 que era regula-
do de la misma forma para todos los sonogramas.
Las especificcaciones utilizadas fueron: O - 8
kHz, 2.4 s, filtro “wide band” (300 Hz), “dis-
play mode bar” y “escala linear”.
RESULTADOS
El levantamiento bioacústico de las especies es-
tudiadas fue realizado durante los años (1986 -
1987) en las épocas reproductivas, totalizando pa-
ra las tres especies 90 muestras de 30 minutos
cada una, correspondiendo a 45 horas de obser-
vación directa en terreno. Además de esto fueron
obtenidas grabaciones de las diferentes etapas del
proceso reproductivo. Estas especies cohabitan
en todas las localidades muestreadas lo que permi-
tió la grabación de las vocalizaciones para las
tres especies en cada sector, dando como resul-
tado el registro de 1055 para las tres especies.
(Tabla 1).
Existe una variedad de vocalizaciones emitidas
por las golondrinas y para clasificarlas podemos
utilizar dos aspectos importantes: el primero de
ellos se refiere a las características temporales y
melódicas de las vocalizaciones, que se componen
por unidades, denominadas notas, que pueden ser
repetidas a distintos ritmos constituyendo señales
de comunicación. El otro criterio se refiere a los
contextos conductuales a los cuales cada señal
de comunicación está asociada, permitiendo así
evidenciar el significado biológico.
En primer lugar se presenta una clasificación
estructural de las notas que componen las vocali-
zaciones emitidas por las tres especies de golondri-
nas consideradas en este estudio (Tabla 2 y 3),
como también las descripciones físicas de las di-
ferentes vocalizaciones con los contextos etoló-
gicos en que fueron emitidas, para después inten-
tar dar un significado biológico a cada una de ellas.
Guillermo Riveros
Análisis de la comunicación .
TABLA 1
NUMERO Y TIPOS DE VOCALIZACIONES ANALIZADAS PARA TRES
ESPECIES DE GOLONDRINAS: TACHYCINETA LEUCORRHOA, TA-
CHYCINETA ALBIVENTER Y NOTIOCHELIDON CYANOLEUCA, DEL
ESTADO DE SAN PABLO, BRASIL
N. cyanoleuca T.leucorrthoa T. albiventer
CANTO 156 45 =
CONTACTO - 1 106 86 53
CONTACTO - 2 80 17 64
ADVERTENCIA 53 20 =
ALARMA 40 14 35
DE LUCHA - 10 -
SILBIDO 40 — -
CORTEJO 90 =- -
POLLUELO- 1 (petición) 68 - -
POLLUELO- 2 (contacto) 33 - -
RELEVAR 45 =- -
TOTAL 711 192 192
TABLA 2
CARACTERISTICAS ESPECIALES Y TEMPORALES DE LAS NOTAS MELODICAS DE LOS
TIPOS DE
NOTAS
M- Al
M - A2
M- A3
M- AS
M - Bl
M- Cl
M-C2
M- C3
M- Dl
M- D2
TIPOS M - A, M-B,M-Cy M- D DE LAS GOLONDRINAS
(N, CYANOLEUCA, T. LEUCORRHOA Y T. ALBIVENTER)
FRECUENCIA ARMONICOS DURACION DESCRIPCION
(Hz) (ms)
2000 - 8000 NO 5 Pseudopulsos aislados
2000 - 6000 NO 60 - 200 Conjunto de 17 pseudopulsos
sin modulación
2000 - 6800 NO 150 - 300 Conjunto de 18 pseudopulsos
2000 - 6500 NO 150 - 300 Conjunto de pseudopulsos
modulados
2000 - 8200 NO 100 - 300 Grupos de pseudopulsos y notas
moduladas
2000 - 7000 NO 70 - 170 Conjunto de pulsos modulados
2000 - 6300 NO 230 - 360 Notas moduladas trinadas
3000 - 8150 NO 170 - 270 Notas moduladas
1500* SI 40 AS y A6
2300*- 2800* SI 30 - 350 Fundamental y A2
A: Armónico
* Frecuencia del fundamental
87
Anales Museo de Historia Natural
Vol. 20, 1989
TABLA 3
-1,R-2yR-3
CARACTERISTICAS ESPECTRALES Y TEMPORALES DE LAS NOTAS TIPO R - 1,
PARA LAS ESPECIES DE GOLONDRINAS (N. CYANOLEUCA, T. LEUCORRHOA,
T. ALBIVENTER)
TIPOS DE FRECUENCIA ARMONICOS
NOTAS (Hz)
R-1 1150 - 7000 NO
R - 2 2000 - 7700 NO
R - 3 3500 - 7300 NO
Las notas pueden ser clasificadas, según su es-
tructura melódica o temporal; en notas meló-
dicas (M) y rocas (R), según los criterios de Fan-
diño - Mariño (1986). Las notas melódicas son
aquellas que presentan una estructura temporal
definida y contínua y una estructura espectral, con
o sin armónicos (M-A, M-B, M-C y M-D); las no-
tas rocas en cambio son estructural y temporal-
mente poco definidas, siendo su estructura meló-
dica difusa (R-1, R-2 y R-3). (Tabla 2 y 3).
Dentro de un repertorio vocal se «ncuentran
dos categorías de vocalizaciones que son el canto
que se refiere a la señal acústica que permite el
reconocimiento específico entre los individuos de
la misma especie y como acción secundaria la de
cortejo y defensa territorial y los gritos que están
relacionados con las funciones de alarma, contac-
to, localización de polluelos, presencia de un pre-
dador y etc. De este punto de vista fue necesario
establecer para cada una de las especies de golon-
drinas estudiadas cuales de las vocalizaciones eran
el canto y cuales los gritos. A través de las obser-
vaciones conductuales asociadas con las vocaliza-
ciones emitidas en tales situaciones fue posible
en la mayoría de los casos, establecer los reperto-
rios vocales para las diferentes especies estudiadas.
Las vocalizaciones emitidas por las especies estu-
diadas fueron denominadas de acuerdo al com-
portamiento observado cuando éstas eran vocali-
zadas.
DURACION DESCRIPCION
(ms)
50- 250 Energía concentrada en las
frecuencias más altas de la nota
1300 - 2200 Energía concentrada entre
4000 y 6000 Hz
180 - 250 Energía concentrada entre
88
3000 y 4000 Hz y 5000 y
6000 Hz
REPERTORIO VOCAL DE NOTIOCHELIDON
CYANOLEUCA
Para esta especie fueron determinados 10 tipos
de vocalizaciones de las cuales uno corresponde
al canto y los 9 restantes a gritos. Los gritos son
los siguientes: contacto en vuelo, contacto posado,
advertencia, alarma, cortejo, relevo, petición de
alimento, contacto de polluelos y silbido.
A.- CANTO (Fig. 1)
El canto es una vocalización emitida por el ma-
cho durante todo el año, siendo emitida con
mayor frecuencia en el período reproductivo. Es
una vocalización con duración entre 1800 y 2200
ms emitida a intervalos de l a 2 s.
Estructuralmente está formada por dos partes, la pri-
mera (Fig. 1-C) compuesta de un conjunto de piados
(R-2) poco estereotipados donde no se distingue nin-
gún tipo de organización. Su duración presenta variacio-
nes intra e inter individuales, este período es de 1200 a
1700 ms. Este piado presenta una concentración de ener-
gía en la faja de frecuencia entre 4500 y 6000 Hz, tenien-
do como límite superior 8000 Hz e inferior 2300 Hz.
La segunda parte (Fig. 1-C) está compuesta de tres
pseudopulsos, entendiéndose como tal a la expresión grá-
fica de un sonido que es muy breve y modulado semejante
a un pulso (M-A1), y una nota modulada (M-C3). Este
conjunto de elementos es bastante estereotipado, exis
tiendo apenas pequeñas variaciones tanto intra con inter-
individuales. Los pseudopulsos contienen frecuencias que
oscilan entre 2500 a 6800 Hz; están separados por inter-
valos de 80 ms entre el primero y el segundo pulso y de
110 ms entre el segundo y el tercero. Después de 130 ms
es emitida la nota modulada cuyas frecuencias varían en-
tre 7700 - 3600 Hz.
Guillermo Riveros
CT Li AN e h P |
6 209 £00 6U0 ms
Fig.1 Vocalizaciones de Notiochelidon cyanoleuca
en el Estado de Sao Paulo,
A,B y C cantos de tres individuos diferentes.
D) Parte inicial del canto II) Parte final
estereotipada del canto,
Esta vocalización es emitida en varios contex-
tos conductuales de reconocimiento específico en-
tre individuos de la misma especie. Esta caracte-
rística fue comprobada a través de experimen-
tos de reproducción de vocalizaciones en terreno.
Cuando los individuos machos escuchaban su
propia vocalización, presentaban cambios en el
comportamiento, como desplazamientos rápidos
de una percha a otra o vuelos rasantes sobre el
lugar de origen de la fuente de emisión volviendo
después al local de percha. También se produce
un cambio en la periocidad de emisión del canto
siendo primariamente de 1 a 2 s cambiando a
0,5 s de intervalo entre una vocalización y otra.
Estos cambios fueron más acentuados cuando la
reproducción de vocalizaciones se realizaba en pre-
sencia de otro individuo en el sector, producien-
do en este caso un aumento de intensidad sonora
en la segunda parte del canto.
Esta vocalización también fue escuchada en el
comportamiento de cortejo, siendo emitida por
el macho entre los gritos de cortejo y en el aire
cuando la pareja realizaba los vuelos de cortejo. En
89
Análisis de la comunicación ...
otras oportunidades el canto fue escuchado en
la etapa de construcción del nido asociada con
otras vocalizaciones dentro del lugar de nidifica-
ción.
B.- GRITO DE CORTEJ O (Fig. 2 - A)
Esta vocalización es una emisión roca poco definida
estructuralemnte con una distribución de nergía irregular
sin ningún patrón definido. Es ,uy semejante al canto de
esta especie, diferenciándose por no presentar la parte
estereotipada del canto. Su duración es bastante constan-
te entre 2100 y 2200 ms y las frecuencias oscilan entre
2000 y 7700 Hz. Esta emisión corresponde a nota R-2.
ly ¡e m ]
hMe
. CORTEJO
A
SOLICITACION
edi! ñ Se)
A
HA A A
Fig.2 Vocalizaciones de Notiochelidon cyanoleuca
del Estado de Sao Paulo.
A) Gritos de cortejo. B) Relevamiento y
C) Petición de polluelos.
Este grito es emitido a intervalos de 1,5 a 2,0
s cuando el macho está atrayendo a la hembra para
formar la pareja, estando él posado y aislado de
otro macho. Cuando una hembra se aproxima,
hay un cambio en el ritmo de vocalización, pasan»
do a ser emitido a intervalos de 1 s asociado a
un despliegue de cortejo. Este grito también es
emitido en la etapa de construcción del nido, pero
con menos frecuencia que en el caso anterior.
Anales Museo de Historia Natural
C.- GRITO DE RELEVAMIENTO (Fig. 2 - B)
Esta vocalización está formada por 4 piados, emitidos
a intervalos irregulares que varían entre 15 y 350 ms
Estos piados presentan frecuencias que varían entre los
1380 y 6550 Hz. La duración de cada piado oscila entre
60 y 250 ms (R-1).
Esta vocalización sólo es emitida por el macho,
cuando la hembra sale y el macho entra en el nido
en las etapas de incubación. Se escucha en los pri-
meros días del cuidado de los polluelos dentro
del nido y también cuando el macho se encuentra
posado en una estaca y la hembra se posa cerca
de él para entrar en el nido o pasa volando cerca
del macho.
D.- GRITOS DE PETICION DE POLLUELOS
(Fig. 2 - C)
Este grito es emitido por los Polluelos durante gran
parte de la etapa en que permanecen dentro del nido so-
licitando alimento a sus padres Son piados simples y cor-
tos de 100 a 200 ms de duración, con una distribución
de energía mayor de frecuencia entre 3800 y 6300 Hz
(R-1)
Los gritos son emitidos a intervalos irregu-
lares de tiempo entre 60 y 100 ms, siendo pro-
ducidos con mayor rapidez al inicio de la solici-
tación y estimulados por la presencia de los pa-
dres o por cualquier ruido que se provoque dentro
del nido.
E-GRITO DE CONTACTO POSADO (Fig. 3-A)
Los individuos adultos de esta especie presentan dos
gritos de contacto posado. El primero se caracteriza es-
tructuralmente por estar formado por un conjunto de
dos pseudopulsos y una nota melódica ligeramente mo-
dulada. Este conjunto tiene una duración de 35 ms, y la
dispersión de energía dentro del grito es mayor en la nota
modulada. Esta vocalización contiene frecuencias entre
2900 y 8150 Hz; cada elemento que compone este gri-
to tiene sus propias bandas de frecuencia. Este conjunto
de elementos fue clasificado como una nota tipo M-B1.
El segundo grito (Fig. 3-B) se caracteriza por presentar
dos conjuntos de pulsos y notas. El primero de ellos co-
rresponde una nota tipo M-B1, separada por un interva-
lo de 240 ms del segundo conjunto que está compuesto
de dos notas moduladas y un pulso, siendo del mismo ti-
po de nota señalada anteriormente (M-B1). Estos elemen-
tos presentan diferencias en la frecuencia de emisión y en
la duración de cada una de ellas. La nota tiene una dura-
ción de 120 ms y una banda de frecuencias entre 3400 y
7600 Hz. Esta nota también es considerada del tipo M-B1.
Estos dos gritos son emitidos en varios contex-
tos comportamentales. En el caso del primer gri-
to, es emitido cuando el individuo está posado en
estacas de descanso, como también en los de vi-
gilancia, tanto cuando la golondrina está aislada co-
mo cuando está en compañía de otros individuos.
También es emitido a intervalos regulares de 1 a
90
Vol. 20, 1989
2 5, por el macho como por la nembra para provo-
car la salida de los polluelos del nido.
El segundo grito de contacto es emitido en es-
tacas cerca del nido en las etapas de cortejo, cons-
trucción del nido e incubación, siendo emitido con
mayor frecuencia cuando un individuo de la pare-
ja está dentro del nido y el otro posado fuera de
él.
CONTACTO POSADO
A | 8.
| pel secas:
ES | DY!
Fig.3 Vocalización de Notiochelidon cyanoleuca
del Estado de Sao Paulo.
A) Gritos de contacto posado de una nota
B) Gritos de contacto de dos notas.
C) Gritos de contacto en vuelo de una nota.
D) Gritos de contacto en vuelo de dos notas.
F.- GRITO DE CONTACTO EN VUELO
(Fig 3-C)
Este grito es estructurado por un conjunto de cinco
notas moduladas emitidas en 80 ms; cada nota se dife-
rencia de la otra por tener un espectro de frecuencia par-
ticular. El límite máximo de frecuencia de cada nota lle-
ga a los 6900 Hz y el mínimo a 4000 Hz. Este tipo de
grito fue denominado estructuralmente como M-Cl.
Este grito es escuchado durante el vuelo cuando
los individuos capturan insectos para su alimenta-
ción. Puede ser emitido sólo un conjunto de notas
a intervalos de tiempo irregulares (Fig. 3-C) o
dos de éstas unidades separadas por un intervalo
de 75 ms (Fig. 3-D). Durante el horario de acti-
vidades este grito es ecuchado con mayor frecuen-
cia durante las primeras horas del día y al final de
Guillermo Riveros
la tarde, cuando los individuos tienen un compor-
tamiento prolongado de alimentación. Este grito
fue emitido con mayor fuerza cuando fue obser-
vado la presencia de un predador, principalmente
halcones muy cerca de las golondrinas, provocan-
do entre ellas un cambio conductual, que consis-
te en la formación de un grupo que vuela en con-
junto tras del predador para provocar su huida.
G.- GRITOS DE CONTACTO DE POLLUELOS
Y JUVENILES (Fig. 4)
Cuando los polluelos han alcanzado la edad de 14 a
16 días, se puede distinguir los gritos de contacto emiti-
dos dentro del nido en respuesta al grito de contacto po-
sado emitido cuando uno de los padres ingresa al nido.
Estos gritos son piados cortos, poco estructurados, con
una duración entre 50 y 75 ms y frecuencia entre 1150
y 7000 Hz, emitidos a intervalos de tiempo irregulares.
Corresponde a notas R - 1 (Fig. 4-A). Es muy difícil
determinar si estos gritos son emitidos por un
polluelo o por más de uno, una vez que la nidada
está compuesta generalmente por 3 o 4 polluelos
y el investigador no consigue ver dentro del nido.
Fig.4 Vocalizaciones de Notiochelidon cyanoleuca
del Estado de Sao Paulo.
A) Gritos de polluelos de 14-16 días.
B) Gritos de polluelos de 18 días.
C) Gritos juveniles.
CONTACTO POLLUELOS
' ,
! l
7 he -f
'h
18 Dias
0 500ms
27 Dias
91
Análisis de la comunicación ...
A los 18 días de edad, este grito cambia en es-
tructura visualizándose en el sonograma piados
más definidos en frecuencia y tiempo, con una
distribución de energía mayor que la vocalización
anterior, variando entre 200 y 250 ms, también
hay una reducción de la banda de frecuencia con
el límite inferior de la nota en 3500 Hz y el su-
perior a 7300 Hz (Fig. 4 - B).
A los 27 - 28 días de edad, período en que los
polluelos ya abandonaron el nido pero continua-
ban aún en compañía de sus progenitores, el grito
de contacto ya es más estructurado siendo forma-
do por 3 notas moduladas que en su conjunto dura
100 ms, con frecuencias entre 4700 y 8000 Hz.
Estos gritos son emitidos en respuesta a los gritos
de contacto de los padres, en compañía de otros
juveniles y aislados en una percha (Fig. 4-C).
H.- SILBIDO (Fig. 5 - C)
Es un grito de una sola nota pura y modulada con du-
ración entre 250 y 270 ms. La frecuencia oscila entre los
4000 y 8150 Hz, con una modulación de frecuencia de
16 Hz/ms (M-C3).
Este grito se manifiesta durante las etapas de
construcción del nido e incubación de los huevos.
El grito es emitido por ambos miembros de la pare-
ja la mayoría de las veces juntos, tanto dentro co-
mo fuera del nido.
L.- GRITO DE ADVERTENCIA (Ej. 5 - B)
Esta vocalización está representada por una nota pura
y modulada rapidamente en forma descendente entre
6500 y 3600 Hz con una duración de 160 ms. La modula-
ción de frecuencia media es de 18 Hz/ms correspondiendo
a la nota tipo M-C3.
Esta vocalización fue emitida cuando el macho
o la hembra, estando posado en las perchas de vi-
gilancia o de acicalamiento advertían la presencia
del observador cerca del nido. Si el observador se
aproximaba lentamente en dirección al nido esta
emisión era vocalizada con mayor frecuencia has-
ta que el observador traspasaba una distancia críti-
ca. Al ocurrir esto se observa un cambio en el com-
portamiento y en las vocalizaciones emiti-
das. Esta distancia, medida 3 veces en 12 parejas
diferentes, fue de 6,0 = 0,5 m.
J.- GRITO DE ALARMA (Fig. 5 - A)
El grito de alarma se compone de un secuencia de no-
tas similares, emitidas a intervalos de 280 ms. Cada nota
tiene una duración de 220 y 230 ms y su frecuencia mo-
dulada entre 6900 y 3600 Hz con una modulación de fre-
cuencia de 12 Hz/ms, siendo clasificadas como notas de
tipo M-C3.
Anales Museo de Historia Natural
Se ALARMA
o. j 500ms
hHe
¿ SILBIDO
e 6
8: (e
z 2
ADVERTENCIA
N
Fig. 5 Vocalizaciones de Nofiochelidon cyanoieuca
del Estado de Sao Paulo.
A) Grito de alarma B) advertencia y C) silbi-
do.
Estas vocalizaciones son emitidas cuando el
intruso, en este caso el observador. traspasa la dis-
tancia crítica de 6 m. y son acompañadas de vue-
los rasantes sobre el observador. Luego la golondri-
na vuelve a su percha de vigilancia y comienza
a efectuar un despliegue que consiste en el movi-
miento de la cabeza de un lado para el otro en un
ángulo de 1000 aproximadamente. Si la fuente
de perturbación persiste, la golondrina vuelve 'a
realizar vuelos rasantes y si el observador se aproxi-
ma aún más al nido ellas abandonan el lugar. Esta
vocalización es emitida por ambos miembros de
la pareja.
REPERTORIO VOCAL DE TACHYCINETA
LEUCORRHOA
Las vocalizaciones emitidas por esta especie
que fueron asociadas a las siguientes conductas:
correspondiendo al canto, grito de contacto,
grito de alarma y grito de lucha.
HE
Vol. 20, 1989
A.- CANTO (Fig. 6 - A)
El canto de esta especie está estructurado por notas
tipo M-A1 y M-A2 organizadas de la siguiente manera:
en primer lugar hay una nota inicial formada por 9-10
pseudopulsos con duración de 200 ms (M-A2). Luego es
emitida la parte media del canto que generalmente esta es-
tructurado por tres notas de tipo M-A2, observándose va-
riación individual del canto por aumento de una nota en
esta parte de la vocalización.. Cuando se produjo el canto
se registró una disminución de dos notas en la región me-
dia del canto. La parte final del canto está formada por
cinco unidades, denominadas con letra A hasta E. Esta
es la sección estereotipada del canto con un número cons-
tante de elementos. Es interesante destacar que en esta
especie las notas B a E representan pseudopulsos con des-
fases bruscos de frecuencia entre una y otra en un perio-
do muy corto de tiempo. La capacidad de esta especie
en producir estas alteraciones de frecuencias en interva-
los de 15 a 20 ms es notable. La duración total del canto
varía entre 1500 y 2400 ms.
Esta vocalización forma parte esencialmente del
reconocimiento específico. Esto fue comprobado
a través de experimentos de reproducción de vo-
calizaciones en terreno: cuando los machos escu-
chaban sus propia vocalización, ellos representa-
ban cambios en el comportamiento, como des-
plazamientos rápidos por el aire en forma exci-
tada o vuelos rasantes sobre el observador, vol-
viendo después al local donde se posaban. En la
respuesta vocal a la emisión de su propio canto
ocurrió una reducción del intervalo de tiempo
entre las vocalizaciones, pasando de 1 a 2 s para
0,8 s entre una emisión y otra. Estos cambios eran
más acentuados cuando se reproducía su canto
en la presencia de otro individuo de la misma es-
pecie en el sector, situación en la que se produ-
cía un aumento de la intensidad sonora en la par-
te final del canto del individuo que respondía
(Fig. 6-B).
Esta vocalización también fue escuchada en
el cortejo siendo emitida por el macho posado o
en vuelo y también en las etapas de construcción
del nido e incubación, emitidas fuera o en el in-
terior del nido.
B. GRITO DE CONTACTO (Fig. 7 - A, B,C)
El grito de contacto está formado por un conjunto
de pseudopulsos que presentan variaciones inter e intra-
individuales en relación al número de pseudopulsos, que
oscila entre 17 y 25, los intervalos de tiempo entre
un grito y otro varía de 88 a 275 ms. Por otro lado su
frecuncia es más o menos constante en los diferentes
gritos, siendo su límite inferior 2400 Hz y 6750 Hz el
superior (M-A3).
Esta vocalización es la más escuchada en los
períodos de actividad de esta especie, siendo emi-
tida en varios comportamientos como en vuelo,
principalmente cuando los individuos se alimentan.
Guillermo Riveros Análisis de la comunicación ...
CANTO
i
mM ||
sl A y
B e D E
Fig.6 Vocalizaciones de Tachycineta leucorrhoa del Estado de Sao Paulo.
A) canto, B) canto emitido en respuesta a la reproducción de su propio canto.
D parte inicial M) parte media A-E) notas finales,
m3 en conductas de acicalamiento y descanso con
otros individuos de la misma especie posados en
perchas. Este grito acompaña el canto cuando es
O emitido para reconocimiento específico, cortejo
ÑI | WN ll | y defensa del nido.
| | A
C.- GRITO DE ALARMA (Fig. 8 - A)
8 Son las notas formadas por 31 pseudopulsos que en
conjunto sufren una pequeña modulación, primera des-
o | cendente, luego ascendente y termina descendiendo entre
3000 y 5350 Hz. La duración es de 150 ms conintervalos
nd me | | ' l | de 100 ms. Cada grito es una nota tipo M-A4.
IL NA
CONTACTO
Este grito es emitido en las mismas circuns-
tancias que los gritos de alarma de N. cyanoleuca e
incluso la distancia crítica para provocar esta emi-
sión coincide en 6 m. La misma nota que es uti-
e lizada como grito de alarma es utilizada como ad-
vertencia. En el caso de los gritos de alarma el
o intervalo entre una vocalización y otro es menor.
A
AN a Eme |
ig.7 Vocalizaciones de Tachycineta leucorrhoa
z del Estado de Sao Paulo,
A) y B) Gritos de contacto posado.
Y ———— C) Gritos de contacto en vuelo,
93
Anales Museo de Historia Natural
Ma
ALERTA
rd
P
p
A ln
2 J
3500 ma
Fig. 8 Vocalizaciones de Tachycineta leucorrhoa
del Estado de Sao Paulo.
A) Gritos de alarma y B) Gritos de lucha.
D.- GRITO DE LUCHA (Fig. 8 - A)
Este grito es formado por dos notas melódicas, donde
la primera es una nota modulada presentando armónicos,
cuyo fundamentak tendría una frecuencia de 1500 Hz,
con una duración de 40 ms y su energía está concentrada
en los armónicos AS y A6 (nota tipo M-D1). La segunda
nota es modulada con forma de arco en el sonograma con
una duración de 100 ms, emitida 100 ms después de la
primera nota y su frecuencia es equivalente a frecuencia
de AS de la primera nota, a pesar de ser un sonido puro
(nota tipo M-B1). En el sonograma de la Figura 8, se ob-
serva que la nota de forma de arco tiene una estructura
armónica semejante a la primera nota, pero que corres-
ponde a emisiones simultáneas de cada lado de la sirin-
ge de dos sonidos puros sin relaciones armónicas (la mo-
dulación de las frecuencias es diferente entre las dos emi-
siones).
Esta vocalización fue observada en una pelea
interespecífica, entre esta especie y otra de la
misma familia, provocada por defensa de una
percha.
VOCALIZACIONES DE TACHYCINETA
ALBIVENTER
Las vocalizaciones observadas para esta especie
94
Vol. 20, 1989
fueron: grito de contacto, grito de alarma y un
grito matinal. El canto para esta especie aún no
está determinado, esto se podría deber a que 7.
albiventer no tiene un canto definido, se desco-
nozca su existencia o que utilice una vocalización
polifuncional para el reconocimiento específico.
Los experimentos de respuesta a reproducción
de sus propias vocalizaciones para determinar la
existencia del canto para esta especie no se obtu-
vo resultado positivo.
A.- GRITO DE CONTACTO (Fig. 9 - A)
Este grito corresponde a una emisión compuesta de
un número máximo de 12 pseudopulsos con duración
que varía entre 125 y 140 ms e intervalos de 600 a 700
ms entre los gritos. Su frecuencia se distribuye en el ran-
go de los 5200 - 5500 Hz con un límite superior de 6100
Hz e inferior de 3100 Hz. Estas estructuras corresponden
al tipo de nota M-A2.
"
CONTACTO
pe
ALARMA
o 500 my
MATINAL
Fig.9 Vocalizaciones de Tachycineta albiventer del
Estado de Sao Paulo.
A) Gritos de contacto.
B) Gritos de alarma.
C) Grito matinal.
Estas vocalizaciones son emitidas por la hembra
o por el macho cuando se encontraban posados
en los apostaderos, solo o acompañados de otros
individuos. También fue observada su emisión
Guillermo Riveros
durante el vuelo con algunas diferencias estruc-
turales como reducción de número de pseudopul-
sos a 7 y 8, reducción de la duración de la nota
para 70 a 100 ms y un intervalo de 150 a 300 ms
entre las notas, manteniéndose semejantes en
cuanto a la frecuencia de emisión (tipo de nota
M-A2). El grito de contacto en vuelo y posado es
emitido en comportamientos de alimentación y
acicalamiento respectivamente, emitido por ambos
miembros de la pareja.
B.- GRITO MATINAL (Fig. 9 - C)
Vocalizaciones compuestas de una nota con duración
de 330 ms modulada en forma de V en el sonograma y
presenta armónicos, donde el fundamental tiene inicio
anteriormente al A2, en los 3000 Hz. Esta nota fue cla-
sificada como M-D2.
Este grito fue grabado en las primeras horas del
amanecer siendo provocado por la aproximación
del observador cuando la golondrina estaba po-
sada.
C.- GRITO DE ALARMA (Fi. 9 - B)
Este grito formado por una nota pseudopulsada con
duración de 179 a 190 ms y con una modulación ascen-
dente, siendo, su frecuencia modulada principal entre
los 3500 y 5500 Hz, alcanzando un límite superior de
6500 Hz e inferior de 2500 Hz (M-A4). Emitido repeti-
damente a intervalos de 2,0 s cuando es utilizado como
advertencia y de 0,8 s cuando corresponde al grito de alar-
ma propiamente tal
Este grito es emitido en perchas cerca del
nido por ambos miembros de la pareja. Es emiti-
do como función de advertencia o alarma depen-
diendo de la distancia de la fuente de perturba-
ción, siendo la distancia crítica para provocar el
cambio de ritmo del grito aproximadamente a
4,50 5,0 m de distancia.
DISCUSION
La comunicación en las especies animales implica
la participación de dos o más individuos. En las
golondrinas este proceso es realizado principal-
mente mediante señales sonoras complementada
por señales visuales.
El conjunto de vocalizaciones que componen
un repertorio vocal de una especie está de acuerdo
a las necesidades funcionales y ecológicas de ésta
(Collias, 1960), por esta razón la señal acústica
95
Análisis de la comunicación ...
depende en gran parte de las propiedades acústicas
del medio ambiente para maximizar la transmisión
a distancia de una vocalización. La propagación de
los sonidos en un medio determinado es importan-
te para concretizar la comunicación entre el emisor
y el receptor. En las especies de golondrinas
estudiadas se constató que todos los gritos y
cantos eran emitidos en perchas con altura supe-
rior a tres metros y mientras realizaban sus vuelos
de alimentación y cortejo. Esta situación mani-
fiesta un comportamiento para permitir la efi-
ciencia de propagación del sonido que a nivel del
suelo es reducida debido a la absorsión de energía
sonora por el suelo y por gradientes atmosféricos,
como viento y temperatura, que provocan la
creación de una zona de sombreamiento (Morton,
1975). El mismo autor señala que la distancia en
que un ave es capaz de comunicarse por medio de
una señal vocal depende de la tasa de atenua-
ción del sonido emitido, de la amplitud y de la
onda sonora en la fuente, del nivel de ruido de
fondo del ambiente y de la sensibilidad auditiva
del receptor.
Al relacionarse la distancia de propagación y la
tasa de atenuación de los sonidos, vemos que
muchas aves canoras vocalizan en lo alto de los
arboles u otros locales elevados, como ha sido
verificado por Konishi (1970) y Morton (1975).
Este último autor señala que especies de espa-
cios abiertos emiten sus vocalizaciones en vuelo o
en postes altos, cables eléctricos o antenas de
televisión. Evidenciado por todos los compor-
tamientos realizados por las especies estudiadas.
Las frecuencias de todas las vocalizaciones de
las especies estudiadas, tienen un énfasis en la
banda de frecuencia entre 3000 y 6000 Hz,
característica de los sonidos emitidos por aves de
espacios abiertos, de acuerdo con los valores
encontrados por Morton (1975), también Chap-
puis (1971) señala que los cantos en espacios
abiertos presentan en común una modulación
rápida de frecuencia y notoria siendo el espectro
de frecuencia más amplio mientras más abierto sea
espacio del habitat. Elementos también presentes
en las estructuras físicas de los sonogramas de
las distintas vocalizaciones de las golondrinas
Este mismo autor señala que algunas especies
que usan frecuencias relativamente altas y tona-
lidades puras cantan sólo en las primeras horas del
día, probablemente evitando el establecimiento de
las gradientes térmicas del día. Es interesante
destacar que las golondrinas estudiadas no pre-
Anales Museo de Historia Natural
sentaron un comportamiento como el seña-
lado por Morton (1975), ya que estas especies no
tienen un horario específico para un determinado
tipo de sonido, vocalizando a lo largo de todo el
día. Hay cierta preferencia por los horarios de la
mañana y fin de la tarde, lo que significaría una
tendencia adaptativa a emitir en horarios que
permitan atenuar el efecto del gradiente térmico
sin que esto signifique que en otras horas del día
no se escuchen sus vocalizaciones. Se obser-
vó una reducción aproximadamente del 60%/o de
la actividad vocal entre las 10 y las 15 hrs.
La necesidad de distinción específica de las
vocalizaciones surge principalmente del hecho que
las señales acústicas de comunicación son percep-
tibles a la distancia y pueden ser escuchados por
individuos de otra especie. Esto está relacionado
con la situación en que las señales acústicas pueden
establecer comunicaciones tanto con enemigos
como con compañeros, estos últimos incluyendo la
pareja, juveniles, rivales y miembros del grupo no
reproductivo, siendo que el factor determinante es
la necesidad de distinguir las señales sonoras de las
otras especies simpátricas y sintópicas (Marler,
1957).
Un factor selectivo de la estructura del sonido
es su potencial de localización. Algunas emisiones
exigen la detección de la dirección del emisor,
como el canto, el grito de contacto o el grito de
ahuyentar al predador (Hansen, 1978). La locali-
zación de la fuente sonora está determinada por
diferencias binaurales de intensidad y sonido.
(Marler, 1955) debido a esto, se señala que los gri-
tos que tiene función de mantener la cohesión de
la pareja o del grupo, gritos de contacto posado
y gritos de localización de polluelos. deben ser
cortos y conspicuos (Marler, 195/). Esto puede
apreciarse en las golondrinas estudiadas, en los gri-
tos que cumplen las funciones específicas de
cohesión, junto con los gritos de contacto en vue-
lo y gritos de contacto de polluelos que son usa-
dos en funciones interespecíficas.
En razón al tamaño del repertorio vocal de No-
tiochelidon cyanoleuca fueron determinadas 10
vocalizaciones de las cuales 4 están relacionadas
con el proceso reproductivo y las otras 6 a las con-
ductas de relación entre padres y polluelos, defen-
sa y agregación. Las dos especies de género Tachy-
cineta presentaron repertorios con un número
menor de vocalizaciones (7. leucorrhoa, 5 vocali-
zaciones y T. albiventer 3 emisiones vocales).
96
Vol. 20, 1989
Las diferencias de los tamaños entre los reperto-
rios de N. cyanoleuca de las demás especies de go-
londrinas consideradas en este estudio como tam-
bién el hecho de ser simpátricas y sintópicas
pueden ser consecuencia de mecanismos provoca-
dos por presiones selectivas para evitar las inter-
ferencias en la comunicación dentro de cada es-
pecie. Disminuir el repertorio es una manera de
mantener la separación de las vocalizaciones utili-
zadas como señales entre especies simpátricas
(Marler y Hamilton, 1966). Como consecuencia de
esto podemos decir que el reducido tamaño del
repertorio de T. leucorrhoa y T. albiventer podría
estar relacionada a la distancia filogenética entre
los dos géneros estudiados, situación no evidencia-
da en esta familia, lo cual sería resultado de pre-
siones selectivas de difícil identificación que por
desconocerse la historia evolutiva y dispersiva de
las especies sería difícil establecer los posibles fac-
tores que determinaron tal reducción.
La clasificación de las vocalizaciones es genera-
mente arbitraria como también las organizaciones
de categorías conductuales ya establecidas por
otros autores (Collias, 1960). Clasificar las vocali-
zaciones a través de categorías preestablecidas,
confunde por ser difícil separar o unir una exhi-
bición conductual. El mejor método es la observa-
ción directa de un comportamiento determinado
que realiza un animal de acuerdo a las categorías
naturales de uso (Altmann, 1967).
Las categorías seleccionadas fueron estableci-
das sobre la base de las características funcionales
pero, también se consideraron las características es-
tructurales de las vocalizaciones, puesto que de es-
ta manera se obtendría una conclusión más real y
válida (Mulligan €: Olsen, 1969; Vielliard, 1986).
Las características funcionales fueron obteni-
das observando en la naturaleza el evento conduc-
tual conforme a las propuestas de Collias (1960)
y Vielliard (1986). Las vocalizaciones de las espe-
cies estudiadas fueron clasificadas de la siguien-
te manera:
— Vocalizaciones de reconocimiento: Entre éstas
tenemos el canto por ser considerada de reco-
nocimiento específico, también es considerado
el grito de cortejo y algunos gritos de contac-
to que son utilizados para reconocimiento pa-
rental.
— Gritos cohesivos: Entre estos tenemos los gri-
tos de contacto tanto posado como en vuelo
y que cumplen la función de mantener la co-
hesión del grupo, de la pareja y familiar.
Guillermo Riveros
— Gritos de petición de polluelos: Son emisiones
espontáneas provocadas por la presencia del
adulto en la entrada del nido. A este caso co-
rresponden los gritos de contacto emitidos por
los polluelos principalmente.
- Gritos hostiles: Aquí se encuentran los gritos
de alarma y de advertencia considerados como
de conflicto intra o interspecífico. Estas vo-
calizaciones transmiten un mensaje que posi-
bilite un cambio de actitud frente a la fuente
que genera la emisión hóstil.
— Gritos relacionados con la reproducción: En
la mayoría de las golondrinas estudiadas aquí el
canto es utilizado como defensa del territorio
y de cortejo a excepción de Nortiochelidom
cyanoleuca. El silbido y el grito de relevo
son gritos considerados dentro de este grupo
porque mantienen una sincronización del pro-
ceso reproductivo.
Al analizar las estructuras de las notas que for-
man el repertorio vocal de Notiochelidom cya-
noleuca y de las otras especies estudiadas no fue-
ron encontradas variaciones contínuas entre las
vocalizaciones, posiblemente porque estas espe-
cies no presentan organización social compleja.
Del punto de vista funcional cada vocalización
está asociada a una determinada conducta, no exis-
tiendo notas intermediarias en diferentes estados
motivacionales de la conducta. La única variación
AGRADECIMIENTOS
Análisis de la comunicación ...
presentada por los diferentes grados de variación
motivacional fue el aumento de la tasa de repe-
tición de la emisión de los gritos de advertencia
y de alarma.
Al considerar los repertorios vocales de las tres
especies estudiadas podemos establecer que los
gritos de contacto posado o volando son todos
formados por notas muy semejantes en cuanto a
su duración y frecuencia, siendo estructuralmente
compuestos por seudopulsos o pseudopulsos li-
geramente modulados que serían pequeñas varia-
ciones interespecíficas El hecho de que todos
los gritos de este tipo hayan sido considerados
estructural y funcionalmente semejantes me ha
permitido considerarlos como un carácter común
para todas las especies estudiadas pudiéndose in-
ferir que es un carácter primitivo dentro de la fa-
milia Hirundinidae y vital para la sobrevivencia de
las especies.
Finalmente se puede desprender que al. relacio-
nar las características estructurales y funciona-
les de las vocalizaciones estudiadas se puede con-
cluir que los gritos de función similar tienen es-
tructuras semejantes los cuales fueron considera-
dos como homólogos en los casos de los gritos
de contacto y alarma para las especies del género
Tachycineta.
Al Dr. Jacques Vielliard por su inapreciable ayuda en el desarrollo de este trabajo. A Cecilia Copi por la revisión y sugeren-
cias a los análisis de los sonogramas y a Verónica Martínez por la mecanografía del texto.
REFERENCIAS
ALTMANN, S.A. 1967. The structure of primate social comunication. /n: ALTMANN, S.A., ed., Social Communication
Among Primates Chicago. Univ. of Chicado Press., p. 325-362.
BEECHER, M.D.; BEECHER, I.M. and S. LUMPKIN. 1981a. Parent-offspring recognition in the Bank Swallows. (Riparia
riparia): 1: Natural History. Anim. Behay., 29:86 - 94,
BEECHER,M.D.; BEECHER, .M. £ S. HAHN, 1981b. Parent-offspring rcognition in the Bank Swallows. (Ripariaripana): 11: deve-
lopment and a acoustic basis. Anim. Behay., 29: 95 - 101.
BEECHER, M.D.; STODDARD, P.K. £ P. LOESCHE. 1985. Recognition of parents' voices by young Cliff Swallows, Auk 102:
600 - 605
BROWN, C.R. 1985. Vocalizations of Barn and Cliff Swallows. The southwestern naturalist, 30(3): 325 - 333.
BURTT, E.H. 1977. Some factor in the timing of parent-chick recognition in swallows. Anim. Behay., 25:231 - 239.
CHAPUIS, C. 1971. Un example de l'influence du milieu sur les ¿missions vocales des oiseaux: l'evolution des chants en forét equa-
toriales. Terre et. Vie, 25: 183 - 202.
97
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
COLLIAS, N.E. 1960. An ecological and functional classification of animal sounds. In: LANYON £ TAVOLGA, ed., Animal
sounds and communication. Washington, Am. Inst. of Biological Sciences., p. 368 - 391.
EDWARD, E.P. 1974. A coded list of birds of the world. Sweet Briars USA. 1974 p.
FANDIÑO-MARIÑO, J.H. 1986. Análise da comunicacao sonora do anubranco Guira guira (Aves: Cuculidae), Avaliacoes
ecológicas e evolutivas UNICAMP, Campinas, SP:
HANSEN, P. 1978. Ecological adaptations in birds songs Natura Jutlandica, 20:33 - 54.
KONISCHI, M. 1970. Evolution of design features in the coding of species-specificity. Am. Zoologist, 10:67 - 72.
LEHNER, P.N. 1979. Handbook of Ethological Methods Garland STPM Press, New York £ London. 403 pp.
LEROY, Y. 1979. L'univers sonore animal Bordas, Paris. 350 pp.
MARLER, P. 1955. Characteristics of some animal calls. Nature, /76:6 - 8.
MARLER, P. 1957. Specific distinctiveness in the communications signals of birds Behaviour, 11:13 - 39.
MARLER, P. £ W.J. HAMILTON. 1966. Mechanisms of animal behavior. John Wiley and sons, New York.
MEYER DE SCHAUENSEE, R. 1970. A guide to the birds of South America. Livingston Publishing Company. Wynnewood,
Pensylvania, USA. 470 p.
MORTOM, E.S. 1975. Ecological sources of selection on avian sounds, Am. Nat., 109:17 - 34.
MULLIGAN, J.A. £ K.C. OLSEN. 1969. Communication in canary courtship calls In: HINDE, R.D., ed., Bird vocalizations.
Cambridge Univ. Press
PRODOMN, R., 1982. Sur la nidification, le regime alimentaire et les vocalisations de l'Hirondelle rousseline en France
Hirundo daurica rufula (Temmink) Alauda, 50(3):177 - 191.
SAMUEL, D.E. 1971. Vocal repertoires of sympatric Barn and Cliff Swallows. Auk, 88:839 - 855.
SIEBER, O.J. 1985. Individual recognition of parental calls by Bank Swallows chick (Riparia riparia). Anim. Behay. 33:107 -
116.
SMITH, W.J. 1963. Vocal communication of information in bird. Am. Nat., 97:117 - 125.
STODDARD, P.K. £ M.D. BEECHER. 1983. Parental recognition offspring in the Cliff Swallows. Auk /00(4):796 - 799.
THORPE, W.H. 1961. Bird-song: the biology of vocal communication and expression in birds Cambridge. Cambridge.
Univ. Press., 143 p.
VIELLIARD, J. 1986. O uso da bioacústica na observacao de aves. Anais de II Encontro nacional de anilhadores de aves.
Univ. Federal de Rio de Janeiro. p. 98 - 121.
98
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 20: 99 — 101, 1989
NUEVOS ANTECEDENTES DE LA DIETA DE TYTO ALBA EN EL PARQUE
NACIONAL LA CAMPANA
SERGIO ZUNINO y MAURICIO ARCOS
La lechuza, Tyto alba (Scopoli), 1769, especie de
amplia distribución en el mundo, en Chile se en-
cuentra desde Arica a Isla Navarino viviendo tanto
en las ciudades como en el campo. Numerosos es-
tudios se han realizado sobre diversos aspectos de
su alimentación. Algunos de ellos describen de ma-
nera muy completa la dieta y el tamaño corporal
de las presas consumidas (Schamberger y Fuilk,
1974; Jaksic et al, 1977; Jaksic y Yáñez, 1979,
1980). Menores son las contribuciones acerca de
las variaciones dietarias temporales (Cerpa y Yá-
ñez, 1981; Torres-Mura y Contreras, 1989).
El objetivo del presente trabajo es conocer la
evolución mensual de la dieta de esta ave durante
un período crítico de su ciclo vital, como es la
época de postura y cría.
Para el desarrollo de esta investigación se reco-
lectaron mensualmente egagrópilas en los meses de
Octubre, Noviembre y Diciembre, en la parte baja
del sector Granizo perteneciente al Parque Nacio-
nal La Campana (320 57 S y 710 08” W). Un mes
antes de la primera recolección se eliminaron to-
dos los regurgitados en el área de estudio. Cada
una de las egagrópilas fue pesada y medidos su
largo y diámetro mayor; los valores medios
mensuales fueron comparados con la prueba de
la diferencia mínima significante (dms, a un nivel
de 50/0o de significancia).
El peso medio de las presas consumidas por Ty-
to alba fue obtenido de las colecciones de refe-
rencia de mamíferos del Museo de Historia Natu-
ral de Valparaíso.
De acuerdo a nuestros resultados (Tabla 1), el
peso, diámetro mayor y el número de presas no
muestran diferencias significativas, lo cual es atri-
buido a que durante los meses de estudio sólo se
observaron animales adultos, los que posteriormen-
te desaparecieron del sector.
El número medio total de presas por egagrópi-
las (1.31) es muy semejante a los valores señalados
para: el Parque Nacional La Campana (Simonetti y
Walkowiak, 1979), la precordillera frente a Santia-
go (Jaksic y Yáñez, 1979 y 1980) y la región andi-
na de San Fernando (Torres-Mura y Contreras,
1989).
Las presas consumidas por 7. alba reconfirman
a esta ave como una depredadora fundamental-
mente de micromamíiferos y de manera especial
de roedores (84.20/0).
Cifras muy semejantes han sido señaladas para
Chile Central y Santiago (Jaksic y Yáñez, 1979 y
1980) y para la región costera de Valparaíso
(Cerpa y Yáñez, 1981).
Los antecedentes indican que la Lechuza, a pe-
sar de mostrar una especializacipn en el consumo
de roedores, parece efectuar una selección basadas
en el tamaño corporal de las mismas, prefiriendo
las de mayor peso Abrocoma bennetti, Octodon
lunatus y Octodon degus, las que en conjunto sig-
nifican entre el 38 a 610/o de las presas consumi-
das. Mostrando cierta selectividad en la predación,
al consumid mayor cantidad de especimenes de
A. bennetti y O. lunatus que de O. degus, a pesar
que esta última especie presenta densidades po-
blacionales mucho más altas (Zunino y Sáiz, 1991).
La particular depredación sobre OryzomwSs lon-
gicaudatus, aunque tiene un bajo peso corporal
medio y alcanza representaciones de 12.9, 25.8 y
21.40/o para los respectivos meses sería producto
de su mayor abundancia y por ser la especie que
entre todos los cricétidos efectua mayores despla-
zamientos (sobre todo en primavera), lo cual la
torna más vulnerable a la prekación (Murúa et al,
1982).
Museo de Historia Natural de Valparaiso. Casilla 3208 Correo 3, Valpara iso - Chile.
Anales Museo de Historia Natural
Vol. 20, 1989
TABLA 1
PRESAS CONSUMIDAS Y VALORES MEDIOS DE LOS PARAMETROS DE
LAS EGAGROPILAS DE LECHUZA
PRESAS PESO
Marmosa elegans 33
Octodon degus 144
Octodon luna tus 169
Abrocoma bennetti 230
Akodon olivaceus 26
Akodon longip lis 50
Oryzomys longicaudatus 25
Roedores indet. = -
ÁVes ==
n de presas --—
n de egagrópilas -—
EGAGROPILAS
Peso (g)
Diámetro (mm)
Largo (mm)
Presas/Egagrópilas
Idéntico fenómeno se reconoce para la región
precordillerana de Santiago, en donde Jaksic y
Yáñez (1980) encontraron que en Septien bre la
lechuza depreda fuertemente sobre A. bennetti
(43.40/0), a pesbr que sus abundancias son muy
discretas frente a las de otros componentes de la
comunidad de pequeños mamíferos (Jaksic y Yá-
fiez, 1978).
En conclusión, 7. alba se reconfirma como un
predador de pequeños mamiferos con selectivi-
dad centrada en A. bennetti, O. lunatus y O.
longicaudatus, al menos durante la época de postu-
ra y cría. Con ello esta ave asegura el aporte ener-
gético necesbrio para cumplir con esta etapa. Si
estas especies no están presentes en la cantidad
adecuada, la lechuza ejerce su acción sobre espe-
OCT NOV DIC TOTAL
4 6 - 10
4 2 1 7
7 4 3 14
8 6 4 18
- 1 1 2
1 - - 1
d 8 3 15
3 2 2 7
E 2 Z
31 31 14 76
21 24 13 58
5.6 4.5 3.4 4.6
26.9 5.7 249 26.7
43.5 43.5 490 43.2
1.48 1.29 1.08 1.31
cies de reemplazo. Ellas corresponden a anima-
les de menwr talla, con lo cual debe aumentar el
esfuerzo de caza a fin de completar sus requeri-
mientos.
Nuestros resultados, en comparación con los
aportados por Simonetti y Walkowiak (op. cit.)
para la misma localidad dentro del P.N. La Campa-
na, por causas metodológicas, sólo permiten de-
mostrar que actualmente la lechuza ha diversifica-
do la predación, pasando de 5 a 7 especies. Para
ambas oportunidades se reconocen cuatro especies
comunes: A.bennetti, O. lunatus, O. longic auda-
tus y M. elegans. Siendo A. bennetti la presa más
importante y de valores semejantes, las otras espe-
cies presentan notables variaciones porcentuales.
REFERENCIAS
CERPA, C. 4 J. YAÑEZ. 1981. Variación estacional de la dieta de Tyto alba (Gray,
Bol. Mus. Nac. Hist. Nat. Chile. 39: 137 - 146.
JAKSIC, F. 83, Y AÑEZ, 1978. Variación anual de la com
Mus. Nac. Hist. nat., 23 (247): 10 - 11
posición comunitaria de micromamíferos de Los Dominicos. Not. Mensual
100
1829) en la zona mediterránea de Chile Central
Sergio Zunino y Mauricio Arcos Nuevos antecedentes de la dieta ...
JAKSIC, F.M. € J. YAÑEZ, 1979. The diet of the barn owl in Central Chile and its relation to the availability of prey. Auk 96: 619-
621.
JAKSIC, F.M. € J. YAÑEZ, 1980. Differential utilization of prey resources by great horned ow!ls and barn owls in Central Chile. Auk
97: 895 - 896.
JAKSIC, F.M.; J. YAÑEZ; R. PERSICO 4: J.C. TORRES, 1977. Sobre la partición de recursos por los Strigiformes de Chile Central
An. Mus. Hist. nat. Valparaíso, 10: 185 - 194.
MURUA, R.; L. GONZALEZ 4 C. JOFRE. 1982. Estudios ecológicos de los roedores silvestres en los bosques templados fríos de
Chile. Pub. Ocas. Mus. Nac. Hist. Nat. Chile, 38: 105 - 116.
SCHAMBERGER, M. 4 G. FULK. 1974. Mamíferos del Parque nacional Fray Jorge. Idesia, 3: 167 - 179.
SIMONETTI, J. £ A WALKOWIAK. 1979. Presas de Tyto alba Gray 1879. (Aves; Strigidae) en el P.N. La Campana. An. Mus. Hist.
Nat. Valparaíso, 12: 89-91.
TORRES-MURA, J. C. £ L.c. CONTRERAS. 1989. Ecología trófica de la lechuza blanca (Tyto alba) en los Andes de Chile Central.
Studies On Neotropical Fauna £ Environment, 24: 97 - 103,
ZUNINO, S. £: F. SAIZ. 1991. Estructura y densidad poblacional de Octodon degus. Mol Studies On Neotropical Fauna $ Enriron-
ment. 26 (3): 143 - 1
101
| E |
E q q 0
Y pes E E il a La [3 e «A
y as ¿pl ico aun ia ete
POr lr Ai PAPA 1 EA
dad ; 158 Y 5 A
PORRAS
A, ls qua e less de / de a Da
- Pe RO Pica mo
E A A E
UNA LA =>
e
AA
y B ñ
Ñ o A Q el o . " ,
: É Ñ k el _— A a CI
A
mr. ES == o al n ' ed y Ñ p .
Ú y Y Ñ y : : e ' ¡ j o
y nn 7 Ñ . ' =p '
+ y o Ñ R ; |
'w a DN Ñ o E a | E :
3% A > E a iS la pl ha — e o y
Ao h : |
' : j He pa
sr 20 a lo a ws '
l 7 qe,
pa de Er . eN
A E á f
" A e: TA S
E Ñ p m5 1 a si ps al is a y AS ” Las q
A AS
| 7 red h dh * E ke + Pd Es A '
dol mn A Dr A ME
j ax 0 o o!
Y ¿EA
j 5 mE Ta Ls TS
e AR
AL AMD A Br
a ca 10 d cr. US TT na Po
1" bl A E A
Ho q | SS Hi AE, LE Mt, TF repr sn
»ruhco m ep A E
a, o rr ' E E
o la má : A A rr po be
NUERA, í- He YA e a
Mk: Mor Más Dia, fue, Chos. ya
MESAS YASBL 30% e
¿E Al, A e y Y
1
o
An. Mus, Hist. Nat. Valparaíso, 20: 103 — 108, 1989
SOBREPOSICION DE NICHO Y PATRONES DE DISTRIBUCION DE LUTRA FELINA
Y L. PROVOCAX (Mustelidae, Carnivora) EN EL MEDIO MARINO DE SUDAMERICA
AUSTRAL
WALTER H. SIELFELD
ABSTRACT
Niche overlap between Lutra felina (Molina, 1782) and L. provocax “Thomas, 1902 , from marine habitats of southern Pa-
tagonia are presented and analyzed in order to understand their particular distributional patterns
The two species showed high foo-similarity (0.85 for food-items: 0.90 for fish prey-size and Q 80 for fisurellid prey-size).
The use of rocky shores (0.99 similarity between preferences of both species) explains their absence from Atlantic Patago-
nian coasts, which are mainly sandy.
The observed restriction of £. felina to shores heavily exposed to oceanic waves and wind, and of £. provocax to protec-
ted estuarine conditions of the inner archipelago, seems to be result of a segregation strategy directed to a reduction of
interspecific competition between these species.
INTRODUCCION
El extremo austral sudamericano alberga dos es-
pecies del género Lutra Brinnich (Osgood, 1943;
Cabrera, 1957), de las cuales £. felina (Molina,
1782) habita el litoral marino rocoso entre Perú
y el Cabo de Hornos (Castilla y Bahamondes,
1979; Ostfeld et al., 1989).
La segunda especie, L. provocax (Thomas,
1902) frecuenta las aguas continentales chilenas
entre la Región del Bio-Bío y Aysén, así como te-
rritorios argentinos adyacentes (Osgood, op. cit.,
Chehebar, 1985). En el archipiélago patagónico ha-
bita también aguas saladas de senos y canales (Siel-
feld et al., 1978).
En el medio marino fuego-patagónico ambas es-
pecies no coexisten (Sielfeld, in: Aonken - Conaf,
1982 a y b) pero al ser contiguas sus poblaciones,
debe suponerse algún grado estrecho de sobrepo-
sición poblacional.
En la presente nota se procede al análisis del
grado de sobreposición de nicho de las especies
Lutra felina y L. provocax en ambientes marinos
de la Patagonia Austral chilena, bajo consideración
de algunas dimensiones del medio ambiente y la
alimentación. Estas dimensiones han sido señala-
das como fundamentales para estudios de otras
comunidades animales (Pianka, 1973; Schoener,
1974). Mediante ello se intenta buscar explicación
a los patrones distribucionales anteriormente se-
ñalados para las dos especies.
MATERIALES Y METODO
Caracteristicas del área de estudio:
Las formaciones geológicas mayores de la región
magallánica se ordenan en franjas continuas y pa-
ralelas que se suceden en un sentido oeste-este
(Instituto Geológico de Chile, 1968).
Dentro de las áreas distribucionales de Lutra
felina y L. provocax, estas formaciones geológi-
cas están representadas por rocas de tipo com-
pacto (dioritas, rocas metamórficas, rocas de Pa-
leozoico y basaltos). Sus características, junto a la
abrupta orografía típica de la zona, dan origen a
playas rocosas de gran pendiente. Ellas son en con-
secuencia muy aptas para la subsistencia de lutrí-
nidos.
La vegetación, sin lugar a dudas, es el aspecto
mayormente estudiado en la región austral y sobre
la cual Moore (1974) presenta un cuadro general
de distribución de las principales provincias bo-
tánicas de la región. Ellas siguen un patrón distri-
bucional en franjas, comparable al señalado para
las formaciones geológicas, donde fuera del factor
edáfico, también dependen directamente del grado
de precipitación. Jeréz y Arancibia (1972) presen-
tan un análisis detallado de la precipitación en la
XII Región: Magallanes.
Finalmente los vientos dominantes que caracte-
rizan la zona archipelágica patagónica provienen
del Pacífico y varían entre NO y SO (Zamora y
Departamento de Ciencias del Mar. Univesidad Arturo Prat. Casilla 121. Iquique - Chile
103
Anales Museo de Historia Natural
Santana, 1979). Considerando la particular estruc-
turación de la zona, se infiere una paulatina pér-
dida del efecto oceánico a nivel superficial y en
sentido este, al actuar como obstáculos las nume-
rosas islas e islotes montañosos que conforman la
zona.
ORIGEN DE LOS DATOS:
La Información de terreno fue recogida en un to-
tal de 100 estaciones de muestreo, enmarcadas
dentro de los límites de la XII Región: Magalla-
nes y al sur de los 490 50” S. En la figura 1 se in-
dican detalles sobre ubicación de cada una de ellas,
así como presencia/ausencia de especies. La ubi-
cación de estaciones continentales fue dirigida al
análisis de ríos y lagos, mientras las estaciones in-
sulares dependieron directamente de las condicio-
nes de fondeo que se fueron encontrando duran-
te la navegación. La ubicación geográfica exacta
de cada estación ha sido anteriormente señalada
por Sielfeld (1984 y 1990) por lo que se omiten
detalles.
Los hábitos alimentarios fueron inferidos del
análisis fecal y restos alimenticios asociados a
madrigueras que previamente han sido analizados
en detalles por Sielfeld (1984) para L. provocax
y Sielfeld (1990) para L. felina.
El análisis de aspectos vegetacionales se basó
en los resultados fitogeográficos presentados por
Aonken (op. cit.). De ellos se consideró exclusi-
vamente la línea costera de los diversos grupos in-
sulares. Las unidades vegetacionales ahí conside-
radas presentan carácter de provincias bióticas,
reconociéndose Bosque Magallánico Peremnifolio
y Tundra Magallánica (Pisano, 1973). Dentro de
la categoría de los bosques peremnofolios o hi-
grófilos se hizo distingo de tres categorías típicas
(utilizadas por Aonken, op. cit.): bosque acha-
parrado con altura menor a 10 metros, por lo ge-
neral con desarrollo en bandera por su exposi-
ción a los vientos: bosque malo de 10 metros o
más de altura, crecimiento recto pero sin valor
maderero, y bosque regular que a diferencia del
anterior presenta alturas y diámetro de fuste que
hacen posible alguna actividad maderera.
TRATAMIENTO ESTADISTICO:
La variedad de presas fue medida mediante los ín-
dices de diversidad de Simpson y Shannon-Wie-
ner.
104
Vol. 20, 1989
Los cálculos de grado de sobreposición se rea-
lizaron bajo consideración de los comentarios de
Hurlbert (1978), Petraitis (1979), Abrams (op.
cit.) y Slobodchikoff y Schulz (1980). Sobre esa
base se eligió la expresión simétrica de Pianka
(1973) para el presente estudio. Dicha expresión
anteriormente ha sido utilizada con fines similares
por Huey y Pianka (1977).
PREMISAS DE TRABAJO:
Para los efectos de comparación entre la alimenta-
ción de ambas especies en estudio, se consideró
que durante la depredación serían incapaces de
hacer distingo entre categorías taxonómicas si-
milares en forma y habitat. En consecuencia se
asimilaron las diversas especies a las siguientes ca-
tegorías: peces, fisurelliformes, patelliformes y ca-
racoles (Tabla 3).
También se supuso disponibilidad ilimitada de
situaciones favorables para la instalación de madri-
gueras, de modo que las características imperantes
en asociación a cada madriguera, estarían de acuer-
do a las preferencias de habitat de los individuos.
Lo anterior debe ser revisado sin embargo,
ya que al menos en el caso de £. felina podría
explicar la conducta mucho más gregaria, que esta
especie presenta respecto a las otras especies del
género.
RESULTADOS
ASPECTO FISICO DEL HABITAT:
En la Tabla 1 se presenta la presencia porcentual
de las madrigueras encontradas para ambas espe-
cies de nutrias, ordenadas en diversas situaciones
granulométricas del litoral. Los valores de simi-
litud indican que con respecto a esta variable (si-
militud 0.99) ambas especies tendrían preferencias
similares, utilizando fundamentalmente litorales
de tipo rocoso no fracturado o de cantos. Resul-
tados similares han sido encontrados por Castilla
(1982) para Lo felina en el litoral de Chile Central.
La preferencia por la variable grado de expo-
sición a las olas oceánicas alcanza escasa simili-
tud (valor 0.1). Ello se refleja en la caracterís-
tica segregación de £L. felina a ambientes de alta
exposición (litoral exterior), mientras un 90%
de las madrigueras encontradas para L. provocax
correspondieron a litoral protegido de senos y
canales interiores,
Walter H. Sielfeld
Sobreposición de nicho y patrones ...
TABLA 1
PRESENCIA PORCENTUAL DE MADRIGUERAS DE LUTRA FELINA Y LUTRA PROVOCAX
EN DIVERSAS SITUACIONES DE HABITAT DEL ARCHIPIELAGO PATAGONICO AUSTRAL
SITUACIONES TIPO
GRIETAS
CANTOS Y BLOQUES
menores a 2 m
CANTOS Menores a 2 m
y RAICES de árboles
RAICES de árboles y
TIERRA
Ubicación de las
madrigueras
PAREDONES sin fractura
CANTOS Mayores a 2 m
CANTOS Menores a 2 m
GRAVA (1 - 4 cm)
Granulometría del
litoral
GRAVILLA (Menos 2 cm)
BOSQUE NORMAL
Vegetación del BOSQUE ACHAPARRADO
litoral MATORRAL COSTERO
EXPUESTO
Exposición a SEMIEXPUESTO
viento y oleaje PROTEGIDO
VEGETACION LITORAL:
Las áreas distribucionales de £. felina y L. provo-
cax se presentan restringidas fundamentalmente
a las provincias bióticas Tundra Magallánica y
Bosque Siempreverde. Ello se concluye al compa-
rar los presentes resultados con la zonación pro-
propuesta por Moore (1974).
La baja similitud de características vegetacio-
nales asociadas a las madrigueras de ambas especies
de nutrias (Tabla 2; valor 0.14) deriva de la presen-
cia en situaciones de bosque normal del 98.2%/o de
las madrigueras encontradas para L. provocax.
Por otro lado el 91.5%o de aquellas de £. felina
fue encontrado en situaciones de mayor exposi-
ción a viento y marejada, del tipo matorral y/o
bosque achaparrado.
La aplicación de una prueba x2 (Chi cuadrado)
entre vegetación y grado de exposición indicó la
no independencia de ambas variables (P < 0.001).
En consecuencia y aceptando la variable vegeta-
ción como dependiente, se supone que el grado
de exposición a olas y viento sería el carácter fun-
105
PRESENCIA PORCENTUAL (0/0)
Lutra felina Lutra provocax
(n= 53) (n= 171)
5.7 4.1
37.7 23.4
54.7 24.6
1.9 47.9
56.7 57.8
16.7 14.4
26.7 25.4
— 1.6
- 0.5
8.5 98.2
50.9 1.8
40.6 =>
65.0 1.6
31.7 8.2
3.3 90.2
damental para explicar la ya señalada segregación
distribucional de ambas especies de nutrias.
MODALIDAD DE CONSTRUCCION DE
MADRIGUERAS:
El análisis de este aspecto mostró que prevalece la
utilización de situaciones con tierra y raíces de
las especies arbóreas ecológicamente dominantes,
en el caso de L. provocax y cantos y bloques des-
vegetados para L. felina (Tabla 1; sobreposición
0.6).
COMPORTAMIENTO TROFICO:
En Tabla 2 se resumen los resultados de los aná-
lisis fecales señalados por Sielfeld (1984) para
L. provocax y Sielfeld (1990) para L. felina. Las
altas similitudes en la composición específica
(Valor 0.85) expresada en la Tabla 2 y talla de
presa (valor 0.98 para peces, 0.80 para Fisurelli-
formes y valor 0.57 para Patelliformes y caraco-
Anales Museo de Historia Natural
Vol. 20, 1989
TABLA 2
RESULTADOS DEL ANALISIS FECAL DE LUTRA FELINA y L PROVOCAX EN
ARCHIPIELAGO PATAGONICO AUSTRAL
ESPECIES
CLASE MAMMALIA
Rodentia indet.
CLASE AVES
Aves indet.
CLASE OSTEICHTHYES
Patagonotothen spp.
Cottoperca gobio (Gúnther)
Eleginops marlovinus (Cuvier)
Harpagifer bispinis (Roule)
Trachurus murphyi Nichols
Salilota australis (Gunther)
Ramnogaster/Sprattus
Pisces indet.
CLASE CRUSTACEA
Cancer edwardsi (Bell)
Taliepus dentatus (Milne - Edwards)
Halicarcinus planatus (Fabricius)
Acanthocyclus albatrossis (Rathbun)
Lithodes antarticus (Jaquinot)
Paralomis granulosa (Jaquinot)
Munida gregaria (Fabricius)
Campilonotus vagans (Bate)
Crustacea indet.
CLASE ASCIDIACEA
Ascidacea indet.
CLASE ECHINOIDEA
Loxechinus albus (Molina)
FECAS TOTALES ESTUDIADAS
les) calculada a partir de la información presenta-
da en Tabla 3, así como valores similares de di-
versidad (4.17 y 4.77 con el índice de Simpson y
2.27 y 2.44 con el índice de Shannon-Wiener, pa-
ra L. felina y L. provocax respectivamente) certifi-
can gran parecido entre los nichos tróficos de am-
bas especies de nutrias.
CONCLUSIONES
El análisis comparativo entre las principales di-
mensiones de los nichos de las especies Lutra felina
y Lutra provocax del extremo austral sudamerica-
no (XII Región:Magallanes) permitió concluir los
siguientes aspectos:
106
FRECUENCIA DE APARARICION
Lutra felina Lutra provocax
n 0/0 n 0/0
1 1.0 1 0.4
3 2.9 9 3.1
29 27.6 101 35.0
2 1.9 1 0.4
2 1.9 4 1.4
1 1.0 - Si
ME = 2 0.7
ae 2 0.7
y 2 7 2.4
55 52.4 110 38.1
4 3.8 9 3.1
4 3.8 - =
pa > 1 0.4
3 2.9 18 6.2
8 7.6 33 11.4
- - 8 2.8
11 10.5 98 33.9
12 11.4 21 7.3
2 1.9 1 0.4
1 1.0 - -
20 19.1 o -
105 100.0 289 100.0
La presencia de las dos especies está determina-
da por la presencia de un litoral rocoso, que faci-
lite su rápido e imperceptible acceso y salida del
agua, Ambas especies sobreponen sus preferencias
en un alto grado (0.99) y no habitan en conse-
cuencia las costas atlánticas y la mitad oriental
del estrecho de Magallanes, cuyas costas son are-
nosas de poca pendiente.
La alimentación de las dos especies también
mostró ser virtualmente idéntica (0.85 similitud
en especies consumidas; 0.98 en talla de peces;
0.80 en talla fisulliformes). En consecuencia, en
caso de existir disponibilidad limitada de presas
es posible esperar un grado no precisado de com-
petencia interespecífica.
A pesar de la ya señalada similar utilización de
especies presa y tipo de litoral rocoso, L. felina
Walter H. Sielfeld
Sobreposición de nicho y patrones ...
TABLA 3
TAMAÑO DE PRESA DE CUATRO TIPOS DE PRESAS COMUNES DE LUTRA FELINA Y
L. PROVOCAY EN EL ARCHIPIELAGO PATAGONICO AUSTRAL
RANGO DE TALLA
TIPO DE PRESA (MM)
25- 50
51- 75
76 - 100
PECES: 101 - 125
Patagonotothen spp. 126 - 150
Eligonops maclovinus (Cuvier) 151-175
176 - 200
301 - 325
TOTAL
40- 50
FISURELLIFORMES: 51- 60
Fisurella picta (Gmelin) 61- 70
Fisurella oriens Sowerby 71- 80
Fisurella nigra Lesson 81- 90
91-100
101 - 110
TOTAL
PATELLIFORMES: 21- 35
Nacella magallanica (Gmelin) 36- 50
Scurria scurra (Lesson) S1- 65
66- 65
TOTAL
CARACOLES: 31- 50
Acanthina monodon (Scolander) 51- 70
Trophon geversianum (Pallas) 71- 90
Adelomelon magallanica (Gmelin) 91-110
Fisitriton magallanicus (Roeding) 171 - 191
Concholepas concholepas (Brugiere)
TOTAL
habita el litoral expuesto y exterior y L. provocax
aquel de senos y canales protegidos del archipié-
lago fuegopatagónico.
A pesar de la ya señalada similar utilización de
especies presa y tipo de litoral rocoso, £L. felina
habita el litoral expuesto y exterior y L. provocax
aquel de senos y canales protegidos del archipié-
lago fuegopatagónico.
Dentro del esquema anterior, L. felina de pre-
sunto origen septentrional y adaptación más anti-
gua al medio marino, excluirá a L. provocax de las
costas netamente marinas y exteriores. L. provocax
en su proceso de invasión hacia el sur, relacionado
con el paulatino retroceso de la última glaciación,
mantendría su dominio sobre los sistemas estuaria-
les y protegidos de canales y senos de la región
austral.
107
L. provocax L. felina
n o/o n 0/0
3 4.8 18 7.6
32 50.8 102 43.0
14 22.2 66 27.9
10 15.8 30 12.7
2 3.2 12 5.1
= - 8 3.4
2 3.2 - -
- - 1 0.4
6 63 100.0 237 100.0
3 7.1 2 4.1
10 23.8 3 6.1
3 7.1 3 6.1
12 28.6 10 20.4
13 31.0 17 34.7
1 2.4 13 26.5
- - 1 2.0
42 100.0 49 100.0
3 33.3 2 5.6
1 11.1 22 61.1
5 55.6 11 30.6
- - 1 2.8
9 100.0 36 100.0
1 6.7 1 14,3
5 33.3 5 =
4 26.7 5 71.4
3 20.0 1 14.3
2 13.3 - —
15 100.0 7 100.0
Finalmente, a causa de la señalada segregación
de las dos especies de nutrias a zonas muy distin-
tas en su grado de exposición a viento y mareja-
da, sus madrigueras adoptarían modalidades par-
cialmente distintas, a causa de la mayor o menor
presencia de componentes edáficos y/o vegeta-
cionales.
Anales Museo de Historia Natural Vol. 20, 1989
AGRADECIMIENTOS '
El autor agradece a los señores : José Yáñez. Sección Mastozoología, Museo Nacional de Historia Natural de Santiago, y Jose
Valencia, Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, Santiago, por sus valiosos comentarios y sugerencias en la preparación
del presente manuscrito.
REFERENCIAS
ABRAMS, P. 1980. Some comments on measuring niche overlap. Ecology 61 (1): 44 - 49.
AONKEN CONSULTORES LTDA. 1982 b. Catástro y Evaluación de Recursos Parques Nacionales Hernando de Magalla-
nes, Alberto de Agostini y Reserva Forestal Holanda Corporación Nacional Forestal XII Region - Aonken Consul-
tores Ltda Informe Técnico, Punta Arenas, Chile, 204 p.
CABRERA, A. 1 $7. Catálogo de los Mamiferos de América del Sur. Rev. Mus. Arg C.C. Nat Bernardino Rivadavia 4:271-
275.
CASTILLA, J.C. 1982. Nuevas observaciones sobre conducta, ecología y densidad de Lutra felina (Molina, 1782XCarni-
vora: Mustelidae) en Chile. Publicación Ocasional, M.N.A.N., Santiago, p. 197 - 206.
CASTILLA, J.C. 2 LI BAHAMONDES. 1979. Observaciones conductuales y ecológicas sobre L.utra felina (Molina, 1782)
(Carnívora, Mustelidae) en la zona central y centronorte de Chile. Arch. Biol. Med. Experimentales, 12:119 - 132.
CHEHEBAR.C. 1985. A survey of the southern river otter Lutra provocax Thomas in Nahuel Huapi National Park, Argen-
tina Biol. Conserv. 32 (1985): 299 - 307.
HUEY,R.B.4E. R. PIANKA. 1977. Patterns of niche overlap among broadly sympatric versus narrowly sympatric Kala-
nan Lizards (Scincidae: Mabuya) Ecology 58:199 - 128
HURLBERT, S.H. 1 98. The measurement of niche overlap and some relatives Ecology 59:67 - 77.
INSTITUTO GEOLOGICO DE CHILE. 1968 Carta geológica de Chile. Escala 1:1 000.000. Santiago de Chile.
JEREZ, M. 8: M. ARANCIBIA. 1972. Trazado de isoyetas del sector centro-oriental de la provincia de Magallanes. Publica-
ción del Instituto de la Patagonia, Serie Monografías, Punta Arenas, Magallanes, Chile, 30 p.
MOORE, D.M. 1974. Catálogo de las plantas vasculares nativas de Tierra del Fuego. Ans. Inst Pat Punta Arenas (Chile),
5 (1-2) 105 - 121.
OSGOOD, W. 1943. The mammals of Chile. Zool. Ser., Field Mus. Nat Hist, 30(543) 268 p.
OSTFELD, R.S.; L. EBENSPERGER,; L. L. KLOSTERMAN « J. C. CASTILLA. 1989. Foraging, Activity Budget, and So-
cial Behavior of the South American Marine Otter Lutra felina (Molina, 1782) National Geographic Research 5(4):
422-4382
PETRAITIS, P.S 1981 Algebraic and graphical relationships among niche breath measures Ecology 62(3):545 - 548.
PIANKA. E.R. 1973. The structure of lizard communities. Annual Rev. Ecol. Syst., 4: 53 - 74,
PISANO, E. 1973. Fitogeografía de la Península de Brunswick, Magallanes L Comunidades M í j .
ficas Ans Inst Pat Punta Arenas (Chile), 4(1-3): 141 - 206, munidades Mesohigromórficas e Hgromór-
SCHOENER, T.W. 1974. Resource partitioning in ecological communities Science 174:27 - 37.
SIELFELD, W. 1984. Hábitos alimentarios del Huillin Lutra provocax (Mammalia, Carnívora, Mustelidae) en el medio mari-
no de Chile Austral. Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias, Seminario de Investigación para optar al Tí-
tulo de Licenciado en Ciencias. 35 pp.
SIELFELD, W. 1990. Dieta del Chungúngo (Lutra felina (Molina, 1782)) (Mustelidae, Carnívora) en Chile Austral. Investi-
gaciones Científicas y Tecnológicas, serie:Ciencias iblógicas, 1.
SIELFELD, W.; VENEGAS; A. ATALA 8: J. TORRES. 1978. Prospección de otáridos en |
Punta Arenas (Chile), 9: 157 - 169, en las costas de Magallanes. Ans. Inst. Pat.
SLOBODCHIKOFF, €.N. $: W.C. SCHULZ. 1980. Measures of niche overlap. Ecology 61: 1051 - 1055.
ZAMORA, E. £ A. SANTANA. 1979. Características climáticas de la costa occide
ntal de la Patago i “40 y
5630" S. Ans. Inst. Pat. Punta Arenas (Chile), 10: 109 - 144, al pee UA.
108
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 20: 109 — 114, 1989
USO DE DERIVADORES Y DISTRIBUCION DE CORRIENTES EN EL
EMBALSE PEÑUELAS (VALPARAISO, CHILE)*
HERNAN VILLAGRAN y PATRICIO DOMINGUEZ
ABSTRACT
Using drifters as a field methodology to detecte wind-induced currents and preliminary data of current systems of reservoir
Peñuelas are exposed. It is concluded: a satisfactory design of the difters; and the morphometric factor could play an impor-
tant role on the direction of wind induced currents in Peñuelas.
INTRODUCCION
Los procesos involucrados en un sistema de co-
rriente tales como la advección y difusión trubu-
lenta juegan un rol preponderante en el transpor-
te y distribución de organismos y sustancias di-
sueltas diversas. A manera de ejemplo se puede
indicar la distribución de sustancias químicas
(Imboden y Schwarzenbach, 1985), la distribu-
ción espacio-temporal del plancton (George
y Heaney, 1978; Mackas et al., 1985 y Webster,
1990), los procesos de sedimentación en embalses
(Dussart, 1984) y los procesos de establecimiento
de hidrófitas (Horsh y Stefan, 1988).
En Chile, en el ámbito de la oceanografía, se
ha logrado describir las características de circula-
ción en bahías mediante el uso de derivadores
(Alvial y Moraga, 1986; Malet, 1991). Sin embargo,
referente a la distribución de corrientes de siste-
mas lacustres se carece de representaciones espa-
ciales y temporales, exceptuando aquella de su-
perficie que logra Domínguez y Casanova (1990)
para la Laguna Grande de San Pedro; esto contras-
ta con los numerosos trabajos existentes en el ex-
tranjero, tanto teóricos como de campo que usan-
do metodologías y equipos sencillos de bajo cos-
to, logran representaciones de corrientes de las
masas de aguas continentales (Myers et al., 1982;
George, 1981; Shulman y Bryson, 1961; Haines
y Bryson, 1961; George y Edwards, 1976).
El presente trabajo tiene los siguientes obje-
tivos: 1. Describir una metodología de campo para
detectar respuestas de una masa de agua a las con-
diciones de viento local, privilegiándose los fenó-
menos advectivos y 2. Presentar de manera preli-
minar, algunos aspectos referentes a la aplicación
en terreno de la metodología propuesta en el sec-
tor oeste del embalse Peñuelas (sector de la repre-
sa).
AREA DE ESTUDIO
Los derivadores fueron probados en el sector oeste
del embalse Peñuelas (330 04” S; 710 39” W),
ubicado a 20 km al E de la ciudad de Valparaíso,
correspondiente a la zona de la represa. Las di-
mensiones de este sector son de 1000 x 500 m
aproximadamente.
La Figura 1 muestra el plano batimétrico pro-
porcionado por la Empresa de Obras Sanitarias
de Valparaíso ESVAL, correspondiendo la cota de
3 mal nivel actual del embalse (noviembre, 1990).
Sección Ecología. Universidad Católica de Valparaíso. Casilla 4059, Valparaíso. Chile.
109
Anales Museo de Historia Natural
LAS CENIZAS
105 RATONES
Vol 20, 1989
VALLICA
( A ESTERO
LO VALLICA
LLANO
Ae
Sim LA ISLA
ESTERO PASO DE
LA VIEJA LAS ROMAZAS
Fig.1 Plano batimétrico del Embalse Peñuelas, Gentileza ESVAL-V Región.
1. ASPECTOS METODOLOGICOS
. a) Diseño de derivadores:
El enfoque metodólogico se basa en el uso de derivadores
como trazadores cuasi-lagragianos en la determinación de
las tendencias generales del campo superficial de corrien-
tes La elección de tales instrumentos se fundamenta en
su bajo costo, facilidad de operación y capacidad para
visualizar en forma rápida las tendencias de flujo (Vachon,
1982).
Respecto a los criterios para una construcción óptima
de estos trazadores existen variadas publicaciones que ase-
guran, en principio, un buen diseño (Vachon, 1974, 1982;
Monahan y Monahan, 1973) y uso (Neshyba y Fonseca,
1981).
La expresión funcional de la fuerza de arrastre (Fp)
que experimenta el sensor, viene dada por:
Fp= 1/25 xCpxA(Vo - VB) Vo - VB
donde:
Cp: Coeficiente de arrastre del sensor
Ó : Densidad del agua
A : Area de la sección transversal del sensor
Vo: Vector velocidad real de la corrriente a la pro-
fundidad de estudio.
Vp: Velocidad del sistema boya-sensor.
Al respecto, es de importancia señalar que el mantener
constante el producto (Cp, x A), vale decir, el área de
arrastre, independientemente de la dirección en que se
mueva el sensor, es un criterio de selección del modelo
(Vachon, 1982).
Por otra parte, uno de los aspectos críticos en la cons-
110
trucción de un derivador es la relación existente entre
el área expuesta de la boya y el área del sensor. Los de
gran tamaño y con áreas de 1 o 2 órdenes de magnitud
respecto a la sección expuesta de la boya presenta una
gran inercia, lo que permite una buena estimación del
flujo medio al ser amortiguadas las fluctuaciones locales
del campo de corrientes
La- boya que permite la flotabilidad del sistema debe
ser lo más pequeña posible y estar sumergida en una gran
proporción de su volumen, de tal modo que los efectos
ejercidos por el viento, por los trenes de ondas y corrien-
tes superficiales sean minimizados (Niiler et al, 1987).
La elección de la forma esférica de la boya tiene como
fundamentos, entre otros, la facilidad que presenta la
evaluación del coeficiente de arrastre (Cp) y el grado de
conocimiento que se tiene de la relación funcional entre
éste y el número de Reynolds (re) asociado al flujo (hart
y Little, 1976). Las boyas utilizadas son esfereas de po-
liestireno que han demostrado gran capacidad de flota-
bilidad, sustentando pesos de alrededor de 9 kg para un
radio de 12.5 cm.
La geometría elegida para el sensor es una cruceta
recta, cuyas hojas están constituidas de latón galvanizado.
Esta estructura en cruceta recta estaría bien adaptada para
realizar mediciones próximas a la superficie, debido a que
su área de arrastre no es perturbada significativamente
por la acción ondulatoria de superficie y por las variacio-
nes que surgen debido a los cambios de orientación del
aparato, como señal Vachon (1982). El mismo autor
argumenta que tal estructura impone menos exigencias
verticales a la boya, disminuyendo la posibilidad de rup-
tura de la estructura. Desde un punto de vista dinámico, la
configuración elegida presenta para números de Reynolds
Hernán Villagrán y Patricio Domínguez
mayores que 1000, una independencia en el valor del
coeficiente de arrastre (Pritchard y Burt, 1951).
Por otro lado, se postula que dado que las velocidades
de las corrientes relativas al derivador son bajas, la figura
geométrica del sensor no importa en demasía (Monahan y
Monahan, 1973). Esto se entiende debido a que la forma
adquiere importancia sólo cuando los números de Rey-
nolds asociados al flujo relativo son altos Sin embargo,
si el producto (Cp x A) del sensor es elevado, el mov?
miento predominante del derivador estará determinado
por el sensor, ya que la minimización de las influencias
de la boya sobre la estructura sumergida permitirá que
Va. 5 Vo; es decir; el trazado viajará con la corriente
experimentando un arrastre casi nulo. De lo contrario,
el sistema completo puede moverse hacia un nuevo vo-
lumen de agua cuyo flujo puede ser absolutamente dis-
tinto al que se estaba siguiendo inicialmente (Vachon,
1982).
En definitiva, se diseñó un derivador de tamaño me-
dio, d4 alto grado de hundimiento, de peso apropiado pa-
ra una postura vertical dentro del seno del fluido (Fig. 2a)
y con una relación área expuesta (boya)/área sensor
< 1:10.
b) Fundamentos metodológicos
En atención a los factores limitantes que existen
en nuestro medio para llevar a cabo una descrip-
ción a gran escala del campo de corrientes super-
ficiales en un lago, se ha desarrollado una visión
local, aproximadamente sinóptica, de la dinámica
que se genera en sectores definidos y aislados de
éste, La selección de tales unidades de estudia
está guiada por las características particulares del
cuerpo de agua que se está observando, tales
como la morfometría local y los procesos hidro-
dinámicos que se generan en las fronteras. Una
vez detallada la dinámica de varios sectores, sería
posible obtener una visión sinóptica del sistema
de corrientes del lago. El análisis por unidad debe
ser progresivo en el tiempo de modo de ir cubrien-
do la totalidad del sistema lacustre.
Es probable, que las dimensiones relativas del
lago o embalse bajo observación influirán en la
factibilidad del tratamiento anterior, en términos
de tiempo empleado en la caracterización de cada
sector y frecuencia de muestreo.
Además, como se pretende obtener y describir
la evolución diaria de la dinámica superficial in-
terna de la zona de la represa, los intervalos tem-
porales de medición y las escalas espaciales consi-
deradas no deben permitir detectar fenómenos de
corto alcance y duración (Kriwan et al., 1979).
La búsqueda de información puede, entonces,
orientarse desde dos puntos de vista: a) medicio-
nes en las fronteras de la zona a fin de visualizar
probables intercambios de agua superficial entre
el interior y el exterior de ésta, y b) trabajo den-
tro del sector a objeto de visualizar su dinámica in-
terna
111
Uso de derivadores y distribución ...
c) Métodos de terreno
El procedimiento de trabajo seguido se ha estruc-
turado según las siguientes etapas:
* La configuración inicial de distribución de los
derivadores se asoció a las condiciones ambienta-
les imperantes al momento de comenzar el estudio;
se pretendió representar la probable evolución
del sistema a lo largo del día. Es así como se po-
siciona los derivadores tanto en la frontera, en la
búsqueda de posibles intercambios de agua, como
en el interior de la región, para detectar respuestas
locales.
* Seguimiento de los derivadores desde dos pun-
tos ubicados en las riberas, a intervalos de tiempo
regulares. Haines y Bryson (1961), Shulman
y Bryson (1961), George (1981) y (Myers et
al. (1982) señalan seguimientos con teodolitos
fijos en tierra o con compaces magnéticos fijos
en el bote. Debido a las restricciones de material,
los autores han utilizado compases magnéticos
de precisión, estableciéndose las posiciones en re-
lación al norte magnetico. De acuerdo a las carac-
terísticas del material se estima un error de +
5 grados en el posicionamiento. La determinación
de la posición se llevó a cabo, dentro de lo posible,
a intervalos de tiempo regulares.
Cabe destacar que, aunque las escalas espacia-
les de la región que se estudió fueron del orden
del kilómetro, la visibilidad para la localización
de los derivadores no siempre fue buena; la adop-
ción de banderas de color rojo fue una solución
parcial que no siempre logró contrarrestar los pro-
cesos de encubrimiento que produjo el color del
agua y las reflecciones luminosas.
Simultáneamente, se registró magnitud y direc-
ción del viento en forma continuada, con un ane-
mómetro manual y una veleta, respectivamente,
localizadas en tierra sobre un sector libre de ve-
getación.
2. CAMPOS DE CORRIENTES SUPERFICIALES DEL
SECTOR OESTE DEL EMBALSE PENUELAS:
RESULTADOS PRELIMINARES
La estimación del campo de corrientes superfi-
ciales se hizo utilizando dos procedimientos
a) seguimiento visual de los derivadores y b) segui-
miento con instrumentos.
En la Figura 2 (b,c) se representan las trayec-
torias aproximadas seguidas por los derivadores
bajo condiciones de vientos del Norte y Sur. Se
aprecia que condiciones de viento Sur generan una
Anales Museo de Historia Natural
Fig. 2 Trayectorias de los derivadores en el área
de la represa del embalse Peñuelas, a) Mode-
lo de derivador utilizado. b) Vientos del
norte, c) Vientos del sur.
corriente cuyo origen sería producto de la acción
del viento sobre el eje principal del embalse;
esta corriente fluye hacia la ribera norte. Este he-
cho viene a demostrar que los derivadores respon-
den sensiblemente a cambios en la dirección cuan-
do son cogidos por una corriente lateral asociada
al eje principal del lago (Figura 2c).
Sin embargo, se puede visualizar que en general
las trayectorias de las corrientes siguen la dirección
del viento, estableciéndose un flujo de agua que
entra al sector de la represa cuando el viento pro-
viene del este. Los vientos del norte y del sur, en
cambio, establecen una dinámica que comprome-
te el brazo adyacente a la represa y el eje princi-
pal del lago, aislando el área de la represa la cual
presenta una dinámica particular.
Estas observaciones han sido reafirmadas cuan-
do las trayectorias de los derivadores se han tra-
zado en función de sus posiciones secuenciales
determinadas con compás magnético (Fig. 3).
Así, los vientos del SW imponen un régimen
de corrientes que se dirige hacia el NE (Fig. 3a),
en tanto que los vientos del SE (Fig. 3b) generan
corrientes que incorporan agua al sector de la re-
presa.
En la Figura 3 (c,d) se expone la evolución
diaria de dos configuraciones, observándose que
los vientos del SE determinan movimiento de los
derivadores hacia el W (entran a la represa), pero
los vientos de S-SW que soplan posteriormente
logran imponer un régimen de corrientes que se
orienta hacia el NE. Además, se observan corrien-
tes cercanas a la ribera norte que probablemente
corresponderían a un flujo litoral superficial
(Fig. 3).
11.2
Vol, 20, 1989
Fig.3 Trayectorias de los derivadores medidas
con compás magnético en el área de la re-
presa el embalse Peñuelas, a) Vientos del
sur. b) Vientos del este, c y d) Observacio-
nes en un mismo día con dos configuracio-
nes iniciales secuenciales bajo vientos del
sur.
Hernán Villagrán y Patricio Domínguez
DISCUSION Y CONCLUSIONES
La metodología propuesta hace uso intensivo de
derivadores lagragianos y entre los factores de im-
portancia para la obtención de una descripción
coherente son: una adecuada disposición inicial
de los derivadores, un buen posicionamiento desde
puntos fijos bien definidos y derivadores sensi-
bles capaces de detectar heterogeneidades espa-
ciales de la distribución de corrientes.
A pesar de que no fue posible desarrollar una
comparación metodológica para evaluar el grado
de representatividad de las trayectorias observa-
das, las desviaciones percibidas respecto del vien-
to garantizan el correcto diseño de los instrumen-
tos utilizados.
Los resultados preliminares indican que, en ge-
neral, las corrientes inducidas por el viento son pa-
ralelas a éste, aunque existe un cierto retardo en
las respuestas luego de producirse un cambio de
dirección del viento (Figs. 3 b, c, d). Las observa-
ciones de campo parecen indicar un predominio
AGRADECIMIENTOS
Uso de derivadores y distribución
de la morfometría asociada a la dirección del
viento. Se postularía, entonces, que vientos pro-
venientes del N, NE, S y SW involucrarían al
brazo adyacente a la zona en la circulación en tan-
to que vientos del N, NW, S y SE compromete-
rían al eje longitudinal del lago, ejerciendo influen-
cias diferenciadas sobre el área de estudio. Debido
a estas grandes áreas de exposición al viento se
desarrollarían corrientes inerciales residuales, que
afectarían al sector en estudio.y serían la causa
de una respuesta retardada a la acción del viento.
De acuerdo a la Figura 2 b y c se puede postu-
lar que habría un aislamiento en superficie de la
zona de la represa ya que no se ha detectado un
intercambio superficial de agua por los bordes.
Respecto a la existencia de fenómenos de trans-
porte litoral (Figuras 3 a y d) requiere de mayores
observaciones para validar su presencia como res:
puesta advectiva estable propia del sector.
Al Sr. HECTOR VIDAL M.,, Administrador de la Planta de Filtros de Agua Potable y Embalse Peñuelas, su buena disposi-
ción y las facilidades otorgadas durante la ejecución de este trabajo, fundamental para la realización de la investigación:
al Sr. HECTOR JERIA, el apoyo logístico y a la Sra CARMEN TOBAR, la confección de los dibujos.
REFERENCIAS
ALVIAL, A.M. £ MORAGA, J.0., 1986. Estudio de la circulación en la bahía de Iquique (200 12” S, 700 10” W) usando
derivadores. Investigaciones Marinas Valparaiso, 14:17 - 33.
DOMINGUEZ, P. £ CASANOVA, D., 1990. Advección superficial de fitoplancton en Laguna Grande de San Pedro (Con-
cepción, Chile). An. Mus. Hist. Nat. Valpo., 20 (en prensa).
DUSSART. B.H., 1984. Los sedimentos en los embalses. En:Embalses Fotosíntesis y Productividad Primaria. pp. 27 - 31.
Editores: N. Bahamonde y S. Cabrera. Editorial Universidad de Chile.
GEORGE, D.G.. 1981. Wind-induced water movements in the South Basin of Windermere. Freshwater Biol., 11:37 - 60.
4,
GEORGE, D.G. € EDWARDS, R.W., 1976. The effect of wind on the distribution of clorophyll “a” and crustacean plank-
ton in a shallow eutrophic reservoir. J. Appl Ecol, 13:667 - 690.
GEORGE, D.G. £ HEANEY, S.1., 1978. Factors influencing the spatial distribution of phytoplankton in a small producti-
ve lake. J. Ecol, 66:133 - 155.
HAINES, D.A. £ BRYSON, R.A., 1961. An empirical study of wind factor in lake Mendota. LimnolL Oceanogr., 6:356 -
364.
HART. F.X. 4 LITTLE, C.A., 1976. Student investigation models for the drag force. Am. J. Phys.. 44(9):872 - 878.
HORSH., G.M. € STEFAN, H.G., 1988. Convective circulation in littoral water due surface cooling. Limnol. Oceanogr.,
33(5):1068 - 1083.
istributi f chemical substances in lakes:
IMBODEN, D.M. £ SCHWARZENBACH, R.P., 1985. Spatial and temporal didtribution o
modeling conceptes, pp: 1 - 30. In: Chemical Processes in Lakes. Werner Stumn (Eds.). John Wiley and Sons.
15
Vol. 20, 1989
Anales Museo de Historia Natural
KIRWAN, A.D. Jr; Mc NALLY, G.; PAZAN, S. £ WERT, R., 1979. Analysis of surface current response to wind. J. Phys
Oceanogr.. 9:401 - 412.
MACKAS, D.L; DENMANN, K.L. £ ABBOTT, M.R., 1985. Plankton Patchiness: Biology in the physical Vernacular. Bull
Mar. Sc. 37(2):652 - E74.
MALET, B.. 1991. Estudio del sistema de circulación en la bahía de Quintero (320 45” S, 710 30' W) utilizando derivadores
MALET, B., 1991. Estudio del sistema de circulación en la bahía de Quintero (320 45” S, 710 30” W) utilizando derivadores
lagragianos con sistema electromecánico. Ciencia y Tecnología del Mar (CONAP). (en prensa).
MYERS, E.J.; OLDHAM, R.S. £ FERGUSON, A.J.D., 1982. Circulation patterns; their investigation and prediction. Hydro-
biologia, 88:67 - 77.
MONAHAN, E.C. £ MONAHAN, E.A., 1973. Trends in drogue design. Limnol. Oceanogr.. /£(6):981 - 985.
NESHYBA, S. £ FONSECA, T.. 1981. Corrientes costeras. Manual de mediciones y análisis Investigaciones Marinas. Suple-
mento al Vol 7:132pp.
NIILER, P.P.; RUSS, E.D. £ WHITW, H.J., 1987. Water - following characteristics of a mixed layer drifter. Deep - Sea
Res, 34(11):1867 - 1881.
PRITCHARD, D.W. £ BURT, W.V., 1951. An inexpensive and rapid technique for obtaining currente profiles in estuarine
waters. J.Mar. Res., /0(2):180 - 189.
SHULMAN, M.D. £ BRYSON, R.A.. 1961. The vertical variation of wind-driven currents in lake Mensota. Limnol. Ocea-
nogr., 6:347 - 355.
VACHON, W.A, 1974. Improved drifting buoy performace by scale model drogue testing. Marine Technology Society
Journal, 8:58 - 62.
VACHON, W.A., 1982 Drifters. In: Publ. Air - Sea Interaction, Instruments and Method, pp. 201 - 218. F. Dobson. L.
Hasse £ R. Davis (Eds. ). Plenum Press.
WEBSTER, I.T.. 1990. Effect of wind on the distribution of phytoplankton cells in lakes. Limnol Oceanogr., 35(5):989 -
1001.
114
e de e 1
a
a
A
Deseamos canje con publicaciones similares.
Exchange with similar publications is desired.
On prie de bien vouloir établir l'echange.
Wit bitten um Austauch mit aehnlichen Fachzeitschriften.
Dirigirse: Museo de Historia Natural - Casilla 2203 - Valypa ral9o - Chile.