MINISTERIO DE EDUCACION PUBLICA
ISSN 0716—0178 An. Mus. Hist. Nat. Vol. 24 1999 Valparaíso Chile
ISSN 0716 - 0178
MINISTERIO DE EDUCACION PUBLICA - Sh
DIRECCION DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS (| 44%
UNIVERSIDAD CATOLICA DE VALPARAISO
ANALES
MUSEO de HISTORIA NATURAL
de VALPARAISO
CHILE
ISSN 0716—0178 An. Mus. Hist. Nat. Vol. 24 1999 Valparaíso Chile
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Anales Museo de Historia Natural
Vol.24,1999
EDICIONES DE LA DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS ARCHIVOS Y MUSEOS
Ministro de Educación Pública
Subsecretario de Educación
Director de Bibliotecas Archivo y Museos
Jefe Departamento de Museos
Conservador del Museo de
Historia Natural de Valparaíso
JOSÉ PABLO ARELLANO MARIN
JAIME PÉREZ DE ARCE ARAYA
MARTA CRUZ COKE MADRID
MARIO CASTRO DOMÍNGUEZ
ANA AVALOS VALENZUELA
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO
EDITORES
SERGIO ZUNINO
VÍCTOR CABEZAS
COMITÉ EDITORIAL
HÉCTOR ANDRADE
HERNÁN AVALOS
CRISTIÁN BECKER
GLORIA COLLANTES
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Museo de Historia Natural de Valparaíso
Universidad Católica de Valparaíso
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Museo Histórico y Arqueológico de Quillota
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Universidad de Valparaíso
Universidad Católica de Valparaíso
Pontificia Universidad Católica de Chile
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Edición de 600 ejemplares
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Condell 1546 Casilla 3208 Correo 3 Teléfono 257441
Revista indexada en
Valparaíso — Chile
Aquatic Sciences and Fisheries Abstracts
Bulletin Signalétique
Zoological Record
ANALES
DEL
MUSEO DE HISTORIA NATURAL
VALPARAÍSO - CHILE
Vol. 24
»
o
ÍNDICE
ASENTAMIENTOS Y EVIDENCIAS CULTURALES DEL COMPLEJO HUENTELAUQUÉN EN LA
COMUNA DE LOS VILOS, PROVINCIA DE CHOAPA.
Donald Jackson S., Roxana Seguel Q., Pedro Báez R. 8: Ximena Prieto V. nccconincincnicici:
EFECTO DE LAS CORRIENTES SOBRE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE MICROALGAS EN
UNA LAGUNA DE ESTABILIZACIÓN DE AGUAS SERVIDAS (CASABLANCA. CHILE)
Patricio Domínguez, Maritza Calderón de Verónica Pozo. ninas
ASPECTOS ECOLOGICOS DE LAS CECIDIAS DE BACCHARIS SALICIFOLIA (R. ET P.) PERS.,
EN CHILE CENTRAL.
ETANCISCO ze MET Pa O A e ai A
SOBRE EL COMPLEJO DE CECIDIOS DE COLLIGUAJA ODORIFERA MOL. (EUPHORBIACEAE).
Francisco Sáiz, Andrea Morales 8: Marisol Olivares. .oonnnnnnnnnnonion cocoa conc ccocononccono cono coma nc canario
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA SOBRE LOS ENSAMBLES DE
VERTEBRADOS, EN LA ZONA DE PUCHUNCAVÍ
Sergio O. Zunino, Guillermo Riveros, Claudia Rojo, Carlos Vergara «£ Paola Yáñez. .....................
RELACION ENTRE EL TAMAÑO MINIMO DE FRAGMENTOS BOSCOSOS Y SU RIQUEZA DE
ESPECIES DE AVES EN EL SUR DE CHILE.
¡ATDEHO Az Se TAME RA A a a a ea E OI
SEXUAL DIMORPHISM IN CHAETOPHRACTUS VILLOSUS (MAMMALIA, DASYPODIDAE)
BASED ON CRANIOMETRICAL CHARACTERS.
Silvia M. Squarcia, Emma B. Casanave £ Guillermina R. CiTON€. coccniciniciónononnnncnneninineneninninananrn raras
LA TARUCA (HIPPOCAMELUS ANTISENSIS D'ORBIGNY, 1834), CERVIDAE, ARTIODACTYLA)
EN LA PROVINCIA DE PARINACOTA, REGION DE TARAPACÁ, CHILE: POBLACIÓN,
HÁBITAT € ALIMENTACIÓN.
Walter Sielfeld, Cristian Carrasco, Gisela González Se Juan ToTTesS. ..cccioccnnccnincnnacanannnrnnarannrnonancnrnnnns
RESPUESTA DE MICROMAMIFEROS DE CHILE CENTRAL A INCENDIOS FORESTALES.
Sergio O. Zunino, Marcelo Garrido £ Claudio Lillo. ..........o.onccononeneronoranmneosrrco rro rarrereroorresennas:
ASPECTOS CLIMATOLOGICOS DEL PARQUE NACIONAL LA CAMPANA. V REGION.
Gustávo Mercado de Marta ¡HeDrÍQUeZ. inma teresita yA RO
AMPLIACIÓN DISTRIBUCIONAL DE LA CARMELITA, PERCILIA GILLISSI GIRARD, 1854
(PISCES: PERCILIIDAE)
Sergio O. Zunino, Mariella Baeza, Sergio Quiroz 6 Roxana Rivera. momonoicncnonnrocioncnonseoreormesresserneoss
VERTEBRADOS DEL HUMEDAL LA RESERVA NACIONAL EL YALI Y SU COSTA, SANTO
DOMINGO, CHILE CENTRAL
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1999
29
47
61
79
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An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 24: 5 - 28, 1999
ASENTAMIENTOS Y EVIDENCIAS CULTURALES DEL COMPLEJO
HUENTELAUQUÉN EN LA COMUNA DE LOS VILOS,
PROVINCIA DE CHOAPA. '
DONALD JACKSON S.?, ROXANA SEGUEL Q. ?, PEDRO BÁEZ R. * £ XIMENA PRIETO V. *
ABSTRACT
Eleven archaeologic sites from the area of Los Vilos (31” 41* S to 31” 12'S , 71? 24'W to 71” 34'W),
Provincia de Choapa are described. Surface studies, spatial distribution and stratigraphic surveys were made
in those sites with contextual evidences possible of being recovered. These studies allowed to characterize
them, to relate them with paeoenvironmental local conditions, and to formulate hypothesis about its cultural
nature.
The remnants show a subsistence based mainly on coastal resources of a high predictability are as the
intertidal mollusks. Proteins and fats were obtained from seals and fishes capture according to oriented
strategies. Resources of a low predictability, but of a high yield, as are the camellids and other minor species
were capture occasionally, showing opportunistic strategies. A stone industry associated to those contexts was
recorded. It was integrated by formatted instruments (projectile tips and scrapers mainly) and sharp instruments
of an expedite character.
From the sites, culturally related with the Complex Huentelauquén, six exhibited their classic characteristics:
geometric stone, micromortars of arenisca and lanceolated points; the remaining clements evidence other
indicators evidences.
These populations established themselves on the coast of the area about the 10.000 B.P., devoted to the
marine resource exploitation. The represent the first adaptation of the Archaic in the area, to the beginning
of the Holocene. This is the first spatial approximation to the study of the Complex Huentelauquén in the
area, with clearly dated settlements and clear contextual situations.
Key Words: Settlements, archeology, Early Holocene, semi arid of Chile.
INTRODUCCIÓN
Estos primeros resultados de las investiga- cial para el estudio de las características que
ciones que se llevan a efecto en el marco del
proyecto «Paleoambiente, subsistencia y varia-
bilidad cultural de los cazadores - recolectores
del arcaico temprano, comuna de Los Vilos,
provincia de Choapa», se han restringido esen-
cialmente al sector costero del área de estudio.
Constituyen una primera aproximación espa-
FP
l Proyecto Fondecyt 1950372.
presentan las ocupaciones del complejo cultu-
ral Huentelauquén.
La muestra estudiada incluye un total de 11
asentamientos, cuyas descripciones individua-
les, asociadas a los rasgos geoambientales del
área, han servido de base para una caracteriza-
ción de las ocupaciones de este complejo y han
2 Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, U. de Chile. Casilla 10115 Santiago.
3 Centro Nacional de Conservación y Restauración, Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, e-mail:
roxanaseguel E hotmail.com, Santiago.
4 — Sección Hidrobiología, Museo Nacional de Historia Natural, Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, Casilla 787,
Santiago.
5 Geóloga Geomorfóloga, José Perotti n* 7469, Peñalolén, santiago
Anales Museo de Historia Natural
permitido formular una serie de hipótesis en
torno a su naturaleza cultural. Se abordan las
características de los asentamientos y su em-
plazamiento. Se hace referencia al ambiente
circundante, a su estado de conservación, en
relación a los procesos de formación y trans-
formación de sitio, naturaleza de sus depósitos
estratigráficos y cronología, presencia de ras-
gos y evidencias artefactuales, y particularida-
des de sus manifestaciones dietarias a partir de
los indicios orgánicos.
Los resultados en relación a E condicio-
nes paleoambientales bajo las cuales se desarro-
llaron las ocupaciones, sus implicancias tecno-
subsistenciales y sus modalidades de patrón de
asentamiento deben ser considerados sólo a
nivel de hipótesis.
Antecedentes
La primera referencia a un lito
Huentelauquén se remonta a comienzos de
siglo, aunque se desconocía que se constituiría
en el artefacto tipo de esta «cultura» (Latcham,
1910). Sólo en los inicios de la década del
sesenta se determinaron los rasgos propios que
definen la llamada «cultura Huentelauquén» en
el sitio opónimo (Iribarren, 1961 ; Gajardo,
1963). Con posterioridad, se suceden numero-
sos descubrimientos superficiales de litos
geométricos, especialmente en la costa, y de
puntas lanceoladas pedunculadas en el interior.
También se agrega el descubrimiento de nue-
vos sitios en la costa, entre ellos El Teniente
(Weisner, 1969) y Pichidangui (Bahamondez,
1969), y se dan a conocer para el interior los
sitios Cárcamo (Ampuero, 1969) y La Fundi-
ción (Castillo y Rodríguez, 1978) relacionados
con el Complejo Huentelauquén. Las investiga-
ciones más recientes corresponden a los estu-
dios del sitio Quebrada Las Conchas, en la costa
de Antofagasta. En esta localidad, por primera
vez, se fechan contextos estratigráficos que
datan de 9.600 años A.P. y se reactiva, por
algún tiempo, la discusión en torno a este
complejo cultural, con nuevas perspectivas
metodológicas (Llagostera, 1977). Estas, sin
embargo, no desembocaron en nuevos estudios
6
Vol.24,1999
de terreno o laboratorio que pudieran integrarse
a nivel regional y en términos teóricos.
Los únicos antecedentes para el arcaico
temprano en el área de Los Vilos, correspon-
dían a hallazgos superficiales de puntas tipo
Huentelauquén realizados por Iribarren (Casti-
llo, 1990), y el registro referido para Quebrada
de Quereo, en cuya ladera norte se evidenció
superficialmente un lito geométrico tipo
Huentelauquén, sin mayor información asocia-
da (Núñez, 1983). Sin embargo, investigacio-
nes posteriores llevadas a cabo en la zona,
permitieron registrar una gran cantidad de si-
tios que cubrían una larga secuencia ocupacio-
nal. Entre éstos se identificaron al menos nueve
sitios asignables, probablemente, al arcaico
temprano y relacionados con el complejo
Huentelauquén, así como otros sitios de proba-
ble filiación con la tradición San Pedro Viejo de
Pichasca (Jackson y Seguel, 1994). Tales evi-
dencias mostraron un buen potencial de estudio
e indicaron que la escasa presencia de este tipo
de componentes en la zona en particular y en el
Norte Chico en general, se debía a la falta de
prospecciones sistemáticas.
Los hallazgos superficiales atribuidos al
complejo Huentelauquén, en la comuna de Los
Vilos, incluían puntas lanceoladas pedunculadas,
fragmentos de preformas de líticos geométricos,
raspadores, cuchillos y otros instrumentos que,
aparentemente, estaban asociados a depósitos
de moluscos parcialmente erosionados.
Uno de estos sitios, LV, 098 - A, localizado
en punta Ñagué, al norte de Los Vilos, fue
estudiado en forma preliminar a través de una
excavación estratigráfica reducida. De ésta se
obtuvo un contexto con los elementos diagnós-
ticos del Complejo Huentelauquén : un frag-
mento de lito geométrico, un micro-mortero de
arenisca, desechos de talla bifacial asociados a
un fogón, a restos de moluscos y osamentas,
principalmente de mamíferos marinos. En su-
perficie se registraron las típicas puntas
lanceoladas pedunculadas de este complejo.
Una datación radiocarbónica en molusco
(Concholepas concholepas), procedente del
inicio de la ocupación, registró una data de
10.120 +/- 80 años A.P. y permitió fechar, por
primera vez, este componente en el Norte
Chico (Jackson, 1993). Tales resultados alen-
taron la formulación de un proyecto
interdisciplinario que se encuentra actualmente
en ejecución. Este estudio se orienta al conoci-
miento de las ocupaciones arcaicas tempranas
en la zona, a fin de abordar algunos de los
principales problemas que se han observado en
las investigaciones del Norte Chico, en relación
al complejo Huentelauquén en particular y al
arcaico temprano en general. Estos problemas
se resumen en: (1) ausencia de prospecciones
sistemáticas orientadas a la localización y estu-
dio intensivo de sitios del arcaico temprano,
desconociéndose su distribución geográfica y
patrón de asentamiento, (2) déficit de estudios
estratigráficos que permitan definir con clari-
dad los contextos culturales y sus asociacio-
nes, (3) escasas dataciones radiocarbónicas
que permitan definir los limites y extensión
cronológica de los componentes que caracteri-
zan el arcaico temprano en el Norte Chico, (4)
caracterización artefactual altamente sesgada
por recolecciones superficiales selectivas, es-
tudiadas con énfasis descriptivo y tipologista,
(5) ausencia casi total de análisis de
bioindicadores y ecofactos, como también de
estudios orientados a determinar las condicio-
nes paleoambientales y geográficas durante el
ATLAS DE LA REPUBLICA DE CHILE [GM[1966)
Fig. 1: Ubicación macro-geográfica del área de estudio.
arcaico temprano, y (6) formulaciones explíci-
tas escasas y débiles acerca de las correlacio-
nes, procesos y devenir de los componentes
asignables al arcaico temprano (Jackson et al,
1995). Estas limitaciones dejan en evidencia el
débil sustento teórico y metodológico con el
cual se han abordado los estudios del arcaico
temprano en el Norte Chico. En este sentido,
esta primera aproximación, más local que re-
gional, intenta ir despejando algunos de estos
problemas.
El área geográfica y sus condiciones am-
bientales
La comuna de los Vilos se sitúa en el
extremo S.W. de la provincia de Choapa (IV
Región), en lo que se conoce como límite sur
del Norte Chico o del semiárido. El área de
estudio se localiza entre las coordenadas 31” 41'
- 31% 12' de latitud sur y 71% 24' - 71% 34' de
longitud oeste. Corresponde a la franja costera
comprendida entre Cabo Tablas por el norte y
quebrada El Negro por el sur. Su límite este es
el barranco de la cordillera de la costa y el oeste,
el litoral (fig. 1).
e
4
Fito
a
o
=
a
PROVINCIA
Elqui
Limerl
Chaopa
COMUNA
Minecho
IMtLaepeol!
Los Viles
Solomancao
Anales Museo de Historia Natural
Desde el punto de vista geológico la zona
está representada por las formaciones Los Vilos,
Quereo y Pichidangui (Ceccioni y Westermann,
1968). Geomorfológicamente se caracteriza
por la presencia de tres terrazas marinas: alta
(120 - 140 m.s.n.m.), intermedia (20 - 40
m.s.n.m.) y baja (6 - 7 m.s.n.m.). Tales terra-
zas tienen su equivalencia con los niveles deno-
minados Serenense I (Cuaternario Antiguo),
Herradurense I (Cuaternario Medio) y
Cachagijense - Veguense (Cuaternario reciente
a Holoceno), respectivamente. También se ob-
servan depósitos eólicos de dunas activas y
paleodunas, un graben central en el sector de
Quereo con depósitos cuaternarios, y un siste-
ma de fallas que conducen aguas que afloran en
la forma de vertientes en la base del talud
muerto de la terraza intermedia (Varela, 1979;
1981; Bórgel, 1963 ; Paskoff, 1993) .
De particular relevancia son los sistemas de
paleodunas, algunas de las cuales se encuentran
en proceso de removilización, pues sobre y
entre tales depósitos es donde se registra la
totalidad de los sitios estudiados. Igualmente
relevantes son las terrazas marinas en las que
sobreyacen éstos depósitos eólicos. Estas te-
rrazas se encuentran directamente vinculadas
con los antiguos niveles marinos, con los que
habría que relacionar geocronológicamente los
asentamientos humanos. Por otra parte, las
fallas geológicas son de especial importancia
para la región semiárida, en la medida que
conducen aguas subterráneas, formando ver-
tientes y bosques relictuales como el de Quereo
(Varela, 1981).
En relación al paleoclima, los estudios rea-
lizados en quebrada de Quereo, a través de una
columna estratigráfica, han permitido identifi-
car los siguientes períodos y condiciones: hacia
los 27.500 - 21.500 años A.P. (Wurn Medio) un
clima cálido seco y ambiente de depositación
transicional fluvial - marino. Hacia los 21.500 -
11.500 años A.P. (Wurn Superior), se presenta
un clima frío lluvioso y un ambiente palustre.
Entre los 11.500 - 10.500 años A.P. (Holoceno,
Allerod), el clima es cálido - seco de condicio-
nes áridas. Desde los 10.500 a los 6.500 años
A.P. (Younger Dryas - Preboreal), el clima es
frío y lluvioso de ambiente palustre. Entre los
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6.500 - 5.500 años A.P. (Boreal y Optimum
climaticum), el clima es cálido seco de condi-
ciones áridas. Desde los 5.500 a los 3.500 ?
años A.P. (Atlántico), el clima es templado seco
de ambiente fluvial - palustre; entre los 3.500 ?
- 2.500 años A.P. (Sub - boreal), se torna cálido
seco de condiciones áridas. Finalmente, hacia
los 2.500 años A.P. (Sub - atlántico), el clima
cambia a templado seco con ambiente fluvial
árido (Nuñez ef al, 1983 ; Varela, 1983).
Esta columna paleoclimática ha permitido
establecer que las condiciones ambientales para
los primeros grupos arcaicos tempranos,
asignables al complejo Huentelauquén, corres-
ponderían a una situación transicional del
Holoceno, es decir, desde un clima cálido - seco
de condiciones áridas hacia uno más frío y
lluvioso con ambientes palustres. Esta situa-
ción hace complejo determinar el nivel marino
para la época. Sin embargo, existen algunas
evidencias que permiten suponer la existencia,
al menos en algún período, de un nivel marino
más bajo que el actual, el que habría que
considerar en la interpretación de estas ocupa-
ciones, especialmente, en lo que se refiere a
patrones de asentamiento.
En la actualidad la comuna de Los Vilos se
caracteriza por presentar un ambiente de estepa
costera semidesértica con un clima de transi-
ción entre el predominio anticiclonal del desier-
to árido y el ciclonal de ambiente mediterráneo
de más al sur (Toledo y Zapater, 1991). Esta
situación provoca un déficit de humedad a lo
largo de todo el año, el cual se interrumpe en
ocasiones, en los meses de julio y agosto,
debido a lluvias torrentosas, que denotan la
irregularidad pluviométrica. Esta define la ocu-
rrencia de años secos y otros más húmedos. En
lo específico, la zona litoral presenta un clima
de estepa con nubosidad abundante, caracteri-
zado por niveles de precipitaciones intermedios
a bajos y por promedios altos de humedad
relativa y nubosidad (Fuenzalida, 1965). Las
precipitaciones alcanzan un promedio anual de
263 mm, con una humedad relativa media del
82%, que se mantiene constante a lo largo del
año. Los vientos predominantes proceden del
cuadrante oeste (Varela, 1981).
Los nublados nocturnos y matinales, del
tipo camanchaca, que se observan frecuente-
mente en el sistema litoral, han permitido el
desarrollo de una vegetación de arbustos y
hierbas mesófitas (Fuenzalida, 1965). Esta ve-
getación posee especies adaptadas a las condi-
ciones pedológicas que plantean los suelos
milosoles propios del sector costero, los cuales
se caracterizan por una textura franco - arenosa
fina, granular, de reacción neutra y alta salinidad
(Rovira, 1984). En sectores mejor protegidos
de la acción eólica y de los altos índices de
insolación, es posible observar la formación de
bosques por la condensación de la neblina en el
follaje o efecto «atrapaniebla» (Romero, 1985).
Sin embargo, se ha demostrado que la génesis
y permanencia de este tipo de bosques es
producto, además, de las aguas infiltradas en
rellenos de fosas tectónicas (Varela, 1981).
Las principales fuentes de agua de la loca-
lidad son el estero Conchalí y Mata Gorda, al
norte del pueblo de Los Vilos, y el estero de
Quereo hacia el sur. Se registran además, a lo
largo de la línea de costa, pequeñas quebradas
A
ar
Pa
Fig. 2:
los Vilos, Provincia de Choapa.
e)
e
AD y
. £,
de curso intermitente y varias vertientes que
surgen en la base del talud muerto de la terraza
intermedia, a las cuales se asocia una densa
pero focalizada vegetación.
El área de estudio presenta una gran
biodiversidad. La zona corresponde a un
ecotono, entre el sector semiárido y el fértil
valle central, incluyendo numerosas especies
características de ambas regiones. Los recur-
sos vegetacionales más relevantes se encuen-
tran constituidos por bosques relictuales, como
los de Quereo, Mata Gorda, Santa Julia y
Nagué. Estos se asocian a fuentes de aguas y a
una gran diversidad de especies, principalmen-
te arbóreas, que pudieron ser utilizadas por los
grupos cazadores - recolectores como material
de combustión o materia prima para la elabora-
ción de artefactos, e incluso, algunas especies
con frutos comestibles pudieron ser parte la
dieta. Sin embargo, el uso real de tales recursos
sólo puede ser evaluado en base a la evidencia
arqueológica directa (fig. 2).
e
As
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y
Ubicación de asentamiento atribuidos al complejo. Huentelauquén en la costa del área de estudio, comuna de
Anales Museo de Historia Natural
La entomofauna se encuentra constituida
por insectos de follaje (Solervicens y Elgueta,
1994) y los vertebrados por especies como el
zorro chilla, gato montés, varias especies de
roedores y una gran diversidad de aves, por
mencionar sólo aquellos recursos que pudieron
tener una mayor importancia en la subsistencia
de los cazadores - recolectores que ocuparon el
área durante el Holoceno.
El ambiente marino es el que representa
mejor la gran biodiversidad que caracteriza esta
zona. Existen extensas playas de litoral areno-
so, como bahía Agua Amarilla, en que viven
muchas especies de peces y moluscos. Entre
estos últimos, machas (Mesodesma donacium)
y almejas (Eurhomalea rufa) se recuperan con
frecuencia. Otros sectores corresponden a
caletones de litoral rocoso, donde se ubican en
abundancia equinodermos como los erizos
(Loxechinus albus), varias especies de crustá-
ceos, como jaibas (Homalapsis plana) y
picorocos (Megabalanus sp.), y gran diversi-
dad de gastrópodos, tales como: locos
(Concholepas concholepas), lapas (Fissurella
sp.), caracoles (Tegula atra, Acanthina
monodon) y chitones (Chiton latus,
Acanthopleura echinata y Enoplochiton niger).
También se registran algunas especies de
bivalvos como el chorito maico (Perumytilus
purpuratus), además de abundantes y variadas
algas.
Una mención especial merece la presencia
de mamíferos marinos en el área de estudio,
representados actualmente por una población
de lobos marinos (Otaria byronia) que se ha
asentado al sur de Los Vilos, en el sector
denominado Isla de Lobos. Asimismo el regis-
tro de chungungos (Lutra felina) y la aparición
ocasional de cetáceos, representan recursos
significativos que han podido ser constatados
en los contextos arqueológicos.
La gran mayoría de estos recursos, espe-
cialmente los marinos, no se manifiestan con
una estacionalidad demarcada. Aparentemente
están disponibles durante todas las estaciones,
con pequeñas variaciones, permitiendo ser re-
colectados en cualquier momento del año. Esto
pudo garantizar el establecimiento de campa-
10
Vol.24,1999
mentos, ya sea permanentes o transitorios, en
cualquier época del año.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los criterios sobre los cuales se asignaron
los sitios al complejo Huentelauquén están re-
presentados, básicamente, por la presencia de
artefactos diagnósticos, tales como: litos
geométricos o sus preformas, puntas
lanceoladas pedunculadas o sus preformas,
“micro-morteros” de arenisca, raspadores de
dorso alto, instrumentos denticulados y dese-
chos de desbaste bifacial con talones seudo-
facetados. Se privilegio las asociaciones de
tales artefactos más que su sola presencia. Se
consideró también la asociación a determinada
composición malacológica, la edad relativa de
las unidades geomorfológicas de su emplaza-
miento y la forma general que presentan sus
contextos; situación que se discute ampliamen-
te en el transcurso de este trabajo.
Algunos sitios que presentaban la sola pre-
sencia de un único indicador «asociado» a
contextos reconocidos como más tardíos fue-
ron excluidos de la muestra, ya que tales evi-
dencias podrían representar la recolección de
artefactos en tiempos prehispánicos sobre
asentamientos más antiguos.
En vista de los antecedentes que se tenían
para la zona costera del área de estudio, se
realizó una inspección de todos los sitios que
habían sido atribuidos con anterioridad al com-
plejo Huentelauquén. Los objetivos fueron ve-
rificar su asignación cultural, ampliar y preci-
sar la información arqueológica y de conserva-
ción, y determinar su prioridad de estudio, en
términos de sus potencialidades de información
cultural y los riesgos de alteración o pérdida.
Los descriptores contemplados en este ins-
trumento incluían datos de ubicación, emplaza-
miento y características del medio, como tam-
bién, información pertinente a su tipificación
arqueológica y condiciones de conservación.
Durante este proceso de evaluación se verificó
la ubicación cartográfica de los asentamientos,
cuyo registro quedó consignado en la carta
1:25.000 del Instituto Geográfico Militar y en la
fotografía aérea de la zona, escala 1: 30.000.
Asimismo, se recuperaron datos
geomorfológicos de cada uno de los emplaza-
mientos y se describieron los principales carac-
teres que configuran su actual topografía. La
documentación fotográfica se basó en vistas
generales y detalles, tanto de aspectos ambien-
tales como dc rasgos culturales significativos.
En general, no se recolectó material de super-
ficie, salvo en contadas ocasiones donde las
evidencias poseían indicadores diagnósticos
claros.
Por otra parte, se inspeccionaron algunos
sitios que habían sido definidos como
acerámicos, en el marco de un proyecto ante-
rior (Jackson y Seguel, 1994), a fin de descar-
tarlos o incluirlos en la muestra de estudio,
dando resultados positivos en algunos de ellos.
Asimismo, áreas prospectadas previamente y
que son de difícil visibilidad, fueron nuevamen-
te inspeccionadas, ante la posibilidad de regis-
trar nuevos sitios asignables al complejo
Huentelauquén, lo que también condujo a resul-
tados positivos. En alguno de estos casos se
realizaron observaciones de perfiles expuestos
y pruebas de pala para constatar depósitos
culturales en estratigrafía.
En aquellos casos donde se recolectó ma-
terial de superficie, éste fue debidamente lim-
piado, rotulado y embalado para proceder en el
laboratorio a su descripción técnica y a su
incorporación en el conjunto de muestras de los
restantes sitios, a fin de realizar futuros análisis
de carácter comparativo entre los diversos
grupos artefactuales.
La información descriptiva de cada sitio
tendió a considerar criterios homogéneos que
permitieran comparaciones entre ellos. Para
esto se vació la información en tablas que
reunían las características principales y más
relevantes de cada asentamiento, con el objeto
de facilitar el proceso de interpretación. Tam-
bién se ubicaron los sitios en la carta topográfica
del área, indicando las principales unidades
geomorfológicas de su emplazamiento y los
recursos circundantes existentes, lo que permi-
tió hacer manejable la información para su
discusión.
Junto al estudio de superficie de cada asen-
tamiento y de su distribución espacial, se pro-
cedió a sondeos estratigráficos de 1 x 1 m en
aquellos sitios con depósitos que permitieran
recuperar contextos no perturbados. El propó-
sito fue obtener asociaciones culturales en
estratigrafía posibles de datar cronológicamente,
y a su vez, contar con muestras comparables
para el análisis de la totalidad de las evidencias
recuperadas. Estas comparaciones fueron es-
pecialmente relevantes para establecer similitu-
des y diferencias entre los asentamientos son-
deados.
El análisis y discusión de esta información
ha servido de base para establecer una caracte-
rización preliminar de los asentamientos
Huentelauquén en el área de estudio, sus proble-
mas de definición y planteamientos de hipóte-
sis; elementos que han orientado el proceso de
investigación posterior.
RESULTADOS: LOS ASENTAMIENTOS Y
SUS EVIDENCIAS
Ubicación y emplazamiento
En el área de estudio se registraron en total
11 asentamientos arqueológicos atribuidos al
complejo Huentelauquén. Estos se ubican en la
franja costera comprendida entre el litoral y el
barranco de la cordillera de la costa, abarcando
una superficie aproximada de 66 km?, lo que
constituye una densidad de un sitio por cada 6
km?, aunque distribuidos en forma desigual.
Las unidades geomorfológicas de sus em-
plazamientos corresponden en todos los casos
a terrazas marinas con depósitos de paleodunas.
Ningún sitio se registró en la terraza inferior (6
- 7 m.s.n.m.), aunque es preciso señalar que
dicha terraza se presenta sólo en algunos sec-
tores de la costa. En muchos casos ésta ha sido
destruida por agentes naturales o labores
antrópicas actuales. No obstante, no debería
descartarse una eventual ocupación en el nivel
correspondiente a esta terraza si se considera
que, hacia los inicios del Holoceno, el nivel
marino se encontraba probablemente por deba-
jo del actual. Sobre la terraza intermedia (20 -
11
Anales Museo de Historia Natural
40 m.s.n.m.) se registraron nueve sitios situa-
dos, coincidentemente, al borde del acantilado
que conduce al litoral. Algunos de estos sitios,
algo más altos pero ubicados en la misma
terraza, como ocurre con el LV. 014, podrían
deberse a procesos de levantamiento tectónico
producto de una falla geológica (Paskoff, 1993).
Tal vez, esta misma situación podría explicar el
a
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2]
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de paleodunas y sitio arqueológico.
La gran mayoría de los sitios (81.81 %),
por lo menos en lo que se refiere a la ubicación
de su emplazamiento, se encuentran adyacen-
tes al litoral. Tres de ellos (LV. 098, 014, 114)
tienen, a lo menos en la actualidad, acceso
inmediato a un sistema litoral rocoso y arenoso,
Sin embargo, en ellos predomina la presencia
de recursos malacológicos de playa. En los
restantes seis sitios (LV. 076, 079, 080, 081,
082, 206) se tiene acceso únicamente a un
litoral rocoso, pero extrañamente sólo uno de
ellos presenta una fauna malacológica de rocas.
12
a E hos ; Eo A a E
Vista Sur-Este de Punta Ñague, se observa playa de guijarros, talud muerto de la terraza 1, la terraza 11, sistema
Vol.24,1999
emplazamiento de mayor altura que presentan
los sitios de punta Purgatorio. Sobre la terraza
superior (120 - 140 m.s.n.m.) se ubicó un sólo
sitio, el más alejado de la línea de costa (1.5 km)
y situado sobre un borde de quebrada. Entre la
terraza intermedia y superior, sobre y hacia la
base del talud erosionado, se registró un único
sitio, situado próximo a la línea de costa (fig. 3).
Este hecho pudiera ser reflejo de cambios
paleoambientales o geográficos que se discuti-
rán más adelante. Todos estos asentamientos
presentan fuentes de agua y recursos o asocia-
ciones vegetacionales próximas.
Existen sólo dos sitios (18.19 %) en situa-
ciones de emplazamiento distintas a las anterio-
res. Por una parte, el sitio LV. 067, que si bien
se encuentra próximo al litoral, en este caso
rocoso, no existen en él evidencias claras de su
explotación. Este asentamiento se emplaza en el
borde sur de la desembocadura de quebrada de
Quereo, y cuenta con abundante agua y recur-
sos a os son posibles de obtener
del bosque relicfual que se desarrolla en la
quebrada antes mencionada. Por otra parte, el
sitio LV. 125 se ubica sobre la terraza superior
al borde de la quebrada Los Desechos, lejos de
la línea litoral rocosa. Sin embargo, presenta
algunas evidencias de recursos malacológicos,
aunque éstas son, comparativamente con los
otros sitios, muy escasas. En la quebrada aleda-
ña a este asentamiento también existe una fuen-
te de agua permanente y un bosque relictual
exuberante. La situación de ambos sitios, su-
giere una cronología o función distinta a los
restantes asentamientos descritos, dado su
ubicación estratégica en relación al agua, vege-
tación y recursos faunísticos.
La distribución y densidad de los mismos
sugieren un patrón de asentamiento nucleado -
disperso, donde las concentraciones de sitios
están separadas entre sí por 9 Km, aproximada-
mente. Se encuentran orientados esencialmen-
te a los recursos litorales, aunque son sitios de
función diferenciada, algunos de los cuales
podrían corresponder a campamentos bases,
mientras que otros tendrían un carácter
logístico.
CARACTERÍSTICAS ESPACIALES Y
ESTRATIGRÁFICAS
Todos los sitios presentan evidencias su-
perficiales de restos culturales, gracias a las
cuales pudieron ser identificados. Sin embargo,
esto significa a su vez que la gran mayoría de
estos asentamientos se encuentran en alguna
medida perturbados, ya sea por erosión eólica
o pluvial que han removido parcialmente los
depósitos culturales, dejando al descubierto los
niveles superficiales de la ocupación. No obs-
tante, en la actualidad, gran parte de estas
formaciones eólicas se encuentran estabilizadas,
lo que ha permitido el desarrollo vegetativo de
especies mesófitas que contribuyen,
significativamente, a disminuir la incidencia de
los agentes erosivos.
Los sitios tienden a disponerse con su eje de
mayor longitud paralelo a la línea de costa,
salvo algunas excepciones como son los
asentamientos LV. 125 y LV. 067, ubicados en
borde de quebrada. Presentan una planta ovoidal
alargada en hondonada, producto de la erosión
eólica de los fuertes vientos del oeste. En base
a la dispersión de las evidencias superficiales y
a la observación de los perfiles expuestos, se
puede hacer una aproximación de la extensión
de los sitios. El más pequeño es el LV. 206 (440
m?) y el más grande el LV. 114 (37.050 m2).
Tales diferencias, sin embargo, no se relacio-
nan con otros atributos significativos de los
mismos, aunque el sitio LV. 206, parece ser el
que presenta menos evidencias culturales y esta
ubicado en un sector único que corresponde a
la transición entre la terraza intermedia y supe-
rior. Es posible suponer, en base al tamaño y
ubicación de éstos, la existencia de una red de
asentamientos no centralizada que debe relacio-
narse con la función de los mismos, aunque se
puede inferir que no todos los sitios fueron
sincrónicos.
Los sitios corresponden a conchales con
diferencias en la densidad de moluscos. En
algunos casos, estos se presentan como mon-
tículos, en otros como estratos continuos, o
bien, el material malacológico se presenta dis-
perso en la superficie. Sólo el sitio LV. 067
registra escasas evidencias de asociación con
material malacológico, lo que se relaciona mas
bien con problemas de funcionalidad y cuya
situación especifica se discutirá más adelante.
Entre las acumulaciones de moluscos se regis-
tran restos de osamentas de mamíferos, roedo-
res, aves, peces y partículas de carbón, además
de material lítico. En algunos sitios ha sido
posible diferenciar claramente las áreas
monticulares de. moluscos de aquéllas con ma-
yor actividad” lítica, ya sea de manufactura y/o
uso del instrumental, lo que implica una organi-
zación espacial de actividades intrasitio. La
densidad de las evidencias culturales en super-
ficie es muy variable de un sitio a otro, y es
resultado de las actividades diferentes llevadas
a cabo en cada uno de ellos, aunque también, en
algunos casos, estas diferencias podrían ser
atribuidas a procesos de formación y de trans-
formación de los sitios (fig. 4).
La observación de perfiles expuestos, así
13
Anales Museo de Historia Natural
Vol.24,1999
Fig. 4: Vista general del sitio L.V. 076 emplazado en un sistema de paleodunas erosionadas colicamente.
Fig. 5: Perfil expuesto por erosión correspondiente
al sitio L.V. 080 de Punta Purgatorio. Se
observa depósito estratificado de moluscos,
especialmente Machas (Mesodesma donacium)
14
como las pruebas de pala que se efectuaron en
algunos de los asentamientos, permitieron de-
tectar evidencias de depósitos culturales en
estratigrafía, en nueve de los once sitios regis-
trados. Estos están constituidos, en la mayoría
de los casos, por estratos de acumulaciones de
moluscos asociados a otros restos culturales.
Presentan un espesor promedio de casi 30 cm
y una matriz arenosa de paleoduna. En algunos
casos éstos asoman superficialmente por la
erosión, y en otros, se encuentran bajo depósi-
tos de paleodunas de hasta 2.60 m de espesor,
que se manifiestan en perfiles expuestos. En un
único caso (LV. 014), el depósito cultural se
registró por debajo de la paleoduna e inmedia-
tamente sobre la superficie de la terraza, lo que
sugiere una mayor antigiiedad para este asenta-
miento (fig. 5).
Los estratos culturales se presentan princi-
palmente como capas horizontales y continuas.
En otros casos denotan la forma de acumula-
ciones monticulares, en una matriz arenosa
café oscura, a veces casi negra por la descom-
posición de material orgánico. Algunos secto-
res manifiestan pequeños rasgos de combus-
tión, a veces lentes de acumulaciones diferen-
ciales de moluscos a modo de micro-eventos
depositacionales. La gran mayoría de los sitios
presentan un depósito estratigráfico cuya ex-
tensión estimable es superior al 50 %, en rela-
ción a su tamaño observable.
En algunos casos, las acumulaciones cultu-
rales son depósitos estratigráficos comprimi-
dos por efecto de la erosión eólica que trans-
porta las partículas de arena, sobreponiendo los
residuos más pesados y generando, en conse-
cuencia, un palimpsesto de los eventos
depositacionales, que es difícil de discriminar.
A lo menos cuatro, de los once sitios
registrados, presentan reocupaciones que es-
tán evidenciadas y segregadas estratigráfi-
camente del componente Huentelauquén. Estas
corresponden a componentes del arcaico me-
dio - tardío, atribuido al complejo Papudo.
Están constituidas por depósitos de conchales,
formados básicamente por valvas de locos
(Concholepas concholepas) asociados a instru-
mentos líticos elaborados sobre grandes y pe-
sados guijarros. Esta última situación permiti-
ría segregar, a lo menos algunas categorías
artefactuales, cuando los sitios se presentan
superficialmente reocupados. Tales sitios cons-
tituyen asentamientos claves para establecer
cambios secuenciales de carácter local. Por
otra parte, sólo un sitio presenta superficial-
mente algunos fragmentos de cerámica lo que
podría corresponder, probablemente, al tránsi-
to de grupos alfareros por el área.
Los antecedentes anteriormente expuestos
dejan en evidencia que los sitios Huentelauquén
tienen un buen potencial estratigráfico, donde
es posible recuperar contextos asociados y
datables para este complejo. Tales anteceden-
tes se contraponen a la opinión de varios auto-
res que han considerado que se trata más bien,
de sitios superficiales arrasados (Iribarren, 1961;
Gajardo, 1963; Weisner, 1969). Aparentemen-
te, en aquellos casos, la tendencia estuvo orien-
tada a recuperar artefactos diagnósticos super-
ficiales y no a intentar buscarlos en estratigrafía,
ya que se asumía, a priori, el carácter superfi-
cial de los sitios, o bien, no se diagnosticaba
claramente la magnitud en que los procesos
erosivos habían afectado a los mismos.
RASGOS Y EVIDENCIAS ARTEFAC-
TUALES
La presencia superficial de rasgos en los
sitios se ha puesto de manifiesto en dos
asentamientos (LV. 067 y 098), por la presen-
cia de varias acumulaciones de roca granítica
de forma ligeramente tumular, planta circular y
diámetro entre 70 y 100 cm. Estas han sido
relacionadas preliminarmente con alguna acti-
vidad de combustión, pues algunas de ellas
presentan huellas de exposición al fuego aso-
ciadas a partículas de carbón. Se desconoce,
sin embargo, su función especifica. También
se han registrado en otros componentes del
arcaico y en consecuencia, se considera que no
son exclusivas del complejo Huentelauquén.
Otros rasgos «estructurales» de superficie
se han detectado en los sitios LV. 076, 098 y
125. Consisten en «ruedos» de roca granítica,
aproximadamente circulares, con diámetros que
oscilan entre 1.50 y 2 m. Estos se presentan
asociados a algunos restos de moluscos y
desechos de talla, y se han interpretado como
basamentos colapsados de algún tipo de
paraviento. En otros sitios se han registrado
acumulaciones de rocas sin una forma definida,
que podrían corresponder a algún tipo de es-
tructura arrasada.
A nivel estratigráfico, en las excavaciones
del sitio punta Ñagué (LV. 098 - A), se registró
una aparente estructura circular como las des-
critas anteriormente, en cuyo ruedo de rocas se
delimitaba al mismo tiempo un pequeño fogón
asociado a restos de moluscos, osamentas,
partículas de carbón y algunas lascas líticas. En
las excavaciones preliminares del sitio Quereo
Norte (LV. 067), se registraron bloques pétreos
de superficies planas, asociados a instrumentos
de corte y raído. Se sospecha que tales bloques
se relacionan con soportes para actividades de
destazamiento.
Las evidencias de tales rasgos en algunos
de los sitios sugieren una cierta permanencia de
los habitantes en los mismos, así como una
mayor complejidad de las áreas de actividad de
la que se suponía para los asentamientos
Huentelauquén.
15
Anales Museo de Historia Natural
Los conjuntos artefactuales están consti-
tuidos casi únicamente por el instrumental lítico.
No obstante, en uno de los sitios (LV. 098) se
registró superficialmente una cuenta de collar
circular plana y algunos moluscos con indicios
de haber sido modificados intencionalmente.
Entre los artefactos líticos registrados se
identificaron, en a lo menos cuatro sitios, los
típicos litos geométricos y algunas preformas
de los mismos. En el depósito estratigráfico del
asentamiento localizado en punta Ñagué (LV.
098), se registró un fragmento de un lito poligonal
erosionado sobre «coquina» y en la base de un
perfil expuesto del sitio punta Purgatorio (LV.
079) se recuperaron dos fragmentos, uno de
los cuales corresponde a un lito poligonal en
arenisca, y el otro, a una preforma de lito
poligonal en granito. En esta misma zona, en el
sitio LV. 206, se registró en superficie una
preforma de lito, aparentemente poligonal. A
tales hallazgos hay que agregar la presencia de
un lito geométrico recuperado con anterioridad
en el borde norte de la quebrada Quereo (Núñez,
1983), el cual se relaciona, probablemente, con
el sitio designado en este estudio como LV. 067,
que se ubica a escasos metros al norte de dicha
quebrada. Otros artefactos característicos del
complejo Huentelauquén son los micro-morte-
ros de arenisca, para los cuales sólo se tiene
registro de una pieza recuperada en estratigrafía
en el sitio de punta Ñagué y la que se encuentra
asociada al fragmento de lito antes menciona-
do.
Las típicas puntas lanceoladas pedunculadas
y sus preformas han sido registradas sólo en
superficie. Para el sitio de punta Ñagué se
cuenta con varias piezas enteras y preformas,
lo mismo que para el sitio quebrada de Quereo
Norte. Una pieza retomada ha sido registrada en
el sitio punta Penitente, y otra casi entera, con
fractura laminar de impacto en su extremo, fue
registrada en el sitio quebrada Los Desechos.
Otros sitios, que no presentan este tipo de
puntas muestran claros desechos de talla bifacial
con talones seudo - facetados, característicos
del rebaje de las preformas para elaboración de
puntas lanceoladas pedunculadas. (Fig. 6)
La asociación de los litos geométricos, los
micro-morteros de arenisca y las puntas
16
Vol,24,1999
lanceoladas han sido tradicionalmente los ele-
mentos más diagnósticos para asignar la afini-
dad cultural al complejo Huentelauquén. A lo
menos seis de los sitios (54,54%) de la muestra
estudiada, asignados a este complejo, presen-
tan tales indicadores.
Otras categorías de instrumentos
formatizados que se asocian a los anteriores y
que han sido identificados en el área de estudio
son los siguientes : guijarros ovoidales sin mo-
dificaciones intencionales, guijarros con hue-
llas de trituramiento extremo - laterales, tal vez
utilizados como percutores, guijarros
sobadores, yunques líticos, cuchillos de
astillamiento marginal, raspadores de dorso
alto, cepillos, denticulados, raederas,
perforadores, tajadores de astillamiento uni y
bilateral, lascas retocadas de función no defini-
da, así como numerosas lascas de filos vivos
con micro - huellas de uso utilizadas para
diversas funciones, consideradas como instru-
mentos no formatizados de uso expeditivo (fig.
7)
Como instrumentos de trabajo y
subproductos del proceso de talla, se han regis-
trado percutores, yunques, cantos astillados,
núcleos por lo general poliédricos, trozos
aberrantes, derivados de núcleo que incluyen
principalmente lascas, aunque con menor fre-
cuencia algunas láminas, piezas bipolares, de-
sechos de talla, preformas y otros fragmentos
e instrumentos en proceso de elaboración. Las
técnicas de talla empleadas han sido la percu-
sión directa y en forma ocasional la percusión
bipolar. La técnica de presión por retoque ha
quedado atestiguada en la elaboración de las
finas puntas lanceoladas, en las que segura-
mente se utilizaron retocadores de hueso.
Las materias primas empleadas, tanto en
los litos geométricos como en los micro-mor-
teros, ha sido el granito y la arenisca. En los
instrumentos formatizados por retoque, el ma-
terial utilizado corresponde a rocas de origen
alóctono de grano fino y de carácter cripto -
cristalino, que incluyen algunos tipos de sílex,
cuarzo, cristal de cuarzo e incluso obsidiana.
Esto sugiere movimientos hacia la precordillera
donde se ubican algunas fuentes de estas mate-
rias primas. Para los restantes instrumentos,
Fig. 6:
2 EM.
Instrumentos bifaciales procedentes de los contextos estudiados.
1. Preforma de punta con pedúnculo enunciado (L.V. 067); 2. Fragmento de preforma de punta con pedúnculo
enunciado (L.V. 098-A); 3. Fragmento de preforma de punta con pedúnculo enunciado (L.V. 098-A); 4. Punta
pedunculada con aletas y hoja triangular (L.V. 0983-A); 5. Punta pedunculada con aletas y hoja triangular (L.V.
014); 6. Fragmento próximal de punta pedunculada con hombros (L.V. 098-A); 7. Punta pedunculada con aletas
y borde aserrado (L.V. 067); 8. Fragmento próximal de punta pedunculada con hombros (L.V. 067); 9. Punta
pedunculada con aletas y hoja triangular (L.V. 067)
17
Anales Museo de Historia Natural
Fig. 7:
18
Vol.24,1999
nn
Instrumental litico procedente de los sitios arqueológicos estudiados.
1. Fragmento de lito geométrico sobre “coquina” (L.V. 098-A); 2. Micro-mortero sobre arenisca (L.V. 098-
A); 3. Placa trabajada (pendiente ?) sobre pizarra (L.V. 098-A); 4. Punta pedunculada con fractura por impacto
(L.V. 0125); 5. Denticulado marginal simple (L.V. 098-A); 6. Micro-lezna sobre obsidiana (L.V. 014); 7.
Denticulado marginal simple (L.V. 079); 8. Raspador mono-facial (L.V. 079); 9. Cepillo o raspador de dorso
alto (L.V. 098-A)
formatizados o no, se utilizaron materias pri-
mas locales de regular calidad en cuanto a sus
características de talla o la utilidad de sus filos.
Sólo un sitio presenta un artefacto sobre una
pequeña plaquita de pizarra, la que ha sido
trabajada para lograr una especie de pendiente.
Se han registrado superficialmente otras
categorías de instrumentos, las que no pode-
mos atribuir con seguridad al componente
Huentelauquén, sino tentativamente a la
reocupación de estos sitios. Estas correspon-
den a puntas triangulares de base recta y pie-
dras horadadas que se atribuyen al complejo
Papudo, junto con raspadores discoidales y
puntas lanceoladas apedunculadas y triangula-
res de base cóncava, probablemente, relaciona-
das con componentes del arcaico tardío e
incluso del agroalfarero.
LAS EVIDENCIAS ECOFACTUALES
Los restos vegetales se encuentran repre-
sentados únicamente por pequeños trozos y
partículas de carbón, dispersos o asociados a
fogones. Su estudio antrocológico permitirá en
el futuro investigar a lo menos las especies
utilizadas en la combustión. Algunas muestras
de suelo obtenidas de contextos estratigráficos
podrían permitir recuperar por medio de la
técnica de flotación, otros restos orgánicos,
tales como semillas.
La fauna terrestre se encuentra representa-
da, tanto en estratigrafía como en superficie,
sólo por la escasa presencia de algunos restos
de osamentas de camélidos (Lama sp), zorro
(Pseudalopex sp) y varias especies de roedores
(Spalacopus cyanus, Abrocoma bennetti y
Octodon sp.). Algunos de estos huesos presen-
tan huellas de exposición al fuego, aunque éstas
no constituyen pruebas que las presas fueron
consumidas. Es probable que el Spalacopus
cyanus se haya incorporado a los contextos a
través de procesos tafonómicos. De las aves
que se han podido identificar se encuentran
representadas dos especies del género
Spheniscus. Lamentablemente, la condición de
preservación de los restos recuperados no han
permitido aún, su determinación a nivel de
especie.
Los mamíferos marinos se encuentran bien
representados en varios de los sitios estudia-
dos. En punta Ñagué se han identificado a lo
menos tres ejemplares de lobos marinos (Otaria
byronia) y una especie de foca (Arctocephalus
sp. ?), cuyos restos provienen de una superficie
excavada de 2 m?. Este último hallazgo podría
constituir un indicador de cambios climáticos
para la zona, en vista que su distribución actual
no incluye el área de Los Vilos. En varios otros
sitios se han constatado restos de osamentas de
nutria (Lutra felina), y en un caso un hueso de
cetáceo. Algunas de las osamentas presentan
huellas de cortes de cuchillo producto de su
destazamiento, fracturas y huellas de exposi-
ción al fuego, lo que atestigua caza,
destazamiento, consumo y descarte diferencial
en los asentamientos.
La fauna malacológica es la que esta mejor
representada en la gran mayoría de los sitios,
salvo en quebrada de Quereo Norte (LV. 067),
donde las evidencias son muy reducidas, lo que
se relaciona con la funcionalidad distinta de este
asentamiento.
Entre estos moluscos están los bivalvos,
tales como: macha (Mesodesma donacium),
almejas (Eurhomalea rufa, Protothaca thaca),
choro (Choromytilus chorus) y chorito maico
(Perumytilus purpuratus). Las machas presen-
tan una notoria mayor frecuencia, en nueve de
los once sitios registrados. Los poliplacóforos
se encuentran representados en todos los sitios
por varias especies de chitones, los que inclu-
yen en orden de frecuencia, Chiton granosus,
Chiton latus, Acanthopleura echinata y
Enoplochiton niger. Los gastrópodos están
representados en todos los sitios por numero-
sas especies. En orden de frecuencia, se dispo-
nen los Locos (Concholepas concholepas),
varias especies de lapas y «señoritas» (Fissurella
sp. y Patella sp.) y caracoles (Tegula atra,
Diloma nigerina, Prisogaster niger, Acanthina
monodon y Tegula tridentata, entre otras).
A pesar de la gran variedad de especies
presentes en el ecosistema circundante, la ex-
plotación de moluscos se centró esencialmente
en la macha, especie característica del ambien-
te arenoso. Sin embargo, en la actualidad, en
19
Anales Museo de Historia Natural
seis de los sitios registrados, el litoral más
inmediato a los mismos corresponde a un sis-
tema rocoso con escasa o nula presencia de
machas, debido justamente a la falta de playas
arenosas. Esto lleva a pensar que debe haber
ocurrido algún tipo de cambio drástico que ha
llevado al desaparecimiento de playas arenosas
motivadas por condiciones paleoclimáticas di-
ferentes. La única excepción lo constituye uno
de los sitios de punta Purgatorio (LV. 079),
donde predominan notoriamente los locos
(Concholepas concholepas) y cuyo asentamiento
podría proporcionar, comparativamente, in-
formación en relación a esos eventuales cam-
bios paleoambientales.
No todos los moluscos que se encuentran
formando parte de los contextos fueron consu-
midos por las poblaciones que conformaron
dichos asentamientos. Algunas se incorpora-
ron indirectamente a los contextos en calidad de
epibiontes (Scurria parasitica). Otras en cam-
bio, presentan desgastes erosivos que indican
que fueron arrojadas por las mareas y luego
recolectadas, tal vez como bienes de status. Tal
es la situación de los ostiones (Argopecten
purpuratus) y algunos caracoles (Oliva
peruviana y Turritella singulata).
Junto a las evidencias anteriores, la gran
mayoría de estos sitios presentan restos de
peces. A lo menos diez especies distintas han
sido identificadas por sus otolitos: jurel
(Trachurus symmetricus), corvina (Cilus
montii), cabinza (Isacia conceptionis), tomoyo
(Auchenionchus sp.), y blanquillo (Prolatilus
jugularis), entre otras. Todas corresponden a
especies de fondos rocosos y arenosos. Tam-
bién se han registrado crustáceos y
equinodermos, entre los primeros jaibas
(Homalapsis plana) y picorocos (Megabalanus),
y en los segundos el erizo de mar (Loxechinus
albus).
DISCUSIÓN
Uno de los problemas que se presenta en la
asignación de estos sitios al Complejo
Huentelauquén, son los indicadores utilizados.
20
Vol,24,1999
A lo menos seis de los once sitios registrados
presentan algunos de los indicadores «clási-
cos», sean éstos los litos geométricos, los
micro - morteros de areniscas o las puntas
lanceoladas pedunculadas. Los cinco restan-
tes, si bien no evidencian tales indicadores,
fueron asignados a este complejo cultural, en
base a otros artefactos que hemos considerado
propios de estos cazadores - recolectores, tales
como los raspadores de dorso alto, denticulados
laterales, preformas lanceoladas bifaciales y
lascas de desbaste bifacial con talón seudo-
facetado, que se han registrado sólo en estos
asentamientos.
Tales artefactos podrían ser fácilmente
cuestionables como indicadores para la asigna-
ción de estos sitios al complejo en cuestión,
especialmente cuando se consideran como uni-
dades discretas y aisladas. Sin embargo, han
sido mucho más reveladoras las asociaciones
de tales artefactos y su relación con sus respec-
tivas cadenas de elaboración y uso. Es aún
mucho más significativo el carácter del contex-
to global en que se encuentran tales artefactos,
en cuanto a su ubicación, emplazamiento, tipo
de sitios, materias primas utilizadas, fauna aso-
ciada y la singularidad en que se encuentran.
Por otra parte, tales artefactos no han sido
registrados en contextos distintos. Más que los
artefactos en sí, el contexto global tiene un sello
propio y diferencial de los restantes contextos
del área, lo que constituye el indicador más
significativo.
Lo anterior, sin embargo, no carece de
problemas. Las reocupaciones en algunos de
los sitios producen un efecto perturbador en el
sello distintivo de los contextos, y por consi-
guiente, la evidencia superficial debe tomarse
con mucha cautela. No obstante, las
excavaciones estratigráficas realizadas en a lo
menos tres sitios de la muestra, han confirmado
la primera impresión sobre la afinidad cultural
de los asentamientos.
Uno de los problema más difíciles de resol-
ver, es que no se puede esperar que todos los
sitios del complejo Huentelauquén presenten
necesariamente las mismas características
artefactuales como indicadores. Una generali-
zación de este tipo correspondería a homoge:
neizar las actividades desarrolladas en los
asentamientos en desmedro de su diversidad
funcional. En este sentido, pueden existir sitios
de difícil asignación o que no consideramos
como pertenecientes a este complejo, en virtud
de la ausencia de indicadores clásicos. Esta
situación tiende a sesgar las muestras de estu-
dio y, consecuentemente, inciden en nuestra
visión sobre el patrón de asentamiento. Esto
debiera motivar la formulación teórica de hipó-
tesis o modelos sobre el tipo de sitios, contex-
tos y patrón de emplazamiento esperable para el
complejo Huentelauquén, en función de la di-
versidad funcional y de los ecosistemas circun-
dantes, aptos para la subsistencia.
En relación al patrón de asentamiento, las
evidencias registradas en la costa de Los Vilos
muestran un patrón nucleado - disperso, aun-
que el conjunto de sitios de punta Purgatorio,
dada su cercanía, podría eventualmente cons-
tituir un sólo gran asentamiento, pero no nece-
sariamente sincrónico.
Si se considera la distribución espacial de
los sitios, se observa que, aquellos sitios ubica-
dos al sur de Los Vilos quedan incluidos en un
radio máximo de cuatro kilómetros, lo que
aproximadamente equivale a una caminata de
una hora, a partir de cualquiera de ellos. Esto
podría implicar una unidad, o red de
asentamientos, de funciones diferenciadas de
acuerdo a las áreas de captación de recursos. A
este respecto se puede considerar, a modo de
hipótesis, que el sitio quebrada Los Desechos
(LV. 125) constituyó un campamento base,
pues presenta evidencias de estructuras y una
baja frecuencia de moluscos. Esta baja fre-
cuencia se debería, básicamente, a que el trans-
porte de tales recursos se realizaría una vez que
estos han sido desconchados, en los sitios
logísticos alternativos de explotación, como
son punta La Cachina (LV. 114) y los sitios de
punta Purgatorio (LV. 076, 080, 081, 082, 206)
que se ubican al borde del litoral y presentan
abundantes restos malacológicos producto del
desconche local. Se excluye de esta relación el
sitio LV. 079, localizado también en la zona de
punta Purgatorio, por sus diferencias
contextuales en la composición malacológica,
representada principalmente por locos
(Concholepas concholepas). El sitio Quereo
Norte (LV. 067) habría constituido un asenta-
miento de avistamiento y destazamiento de
presas cazadas en las inmediaciones de quebra-
da Quereo, las que luego habrían sido transpor-
tadas al campamento base. Esta situación expli-
caría por una parte, la ausencia casi total de
restos malacológicos en el área de ocupación,
y por otra, la alta frecuencia de artefactos
líticos, tales como: puntas de proyectil, cuchi-
llos y raederas, entre otros, los que sin duda
fueron utilizados para las funciones antes seña-
ladas.
Hipotéticamente, la red de asentamientos
habría articulado un asentamiento base (LV.
125) con sitios alternativos para la explotación
de recursos claves como la macha (LV. 114,
076, 080, 081, 082, 206) y con un sitio de
avistamiento y destazamiento de presas (LV.
067). Es muy probable también que otros
asentamientos hayan estado funcionando den-
tro de este sistema, tal vez lugares de aprovisio-
namiento y procesamiento de material lítico
local, aún no detectados.
El sitio LV. 079 de punta Purgatorio, que se
ha excluido de las hipótesis de la red de
asentamientos, puede ser considerado por el
momento un sitio aislado, de mayor antigiedad
que los anteriores y tal vez de carácter
exploratorio para las ocupaciones posteriores
del área. De hecho, una datación radiocarbónica
efectuada sobre molusco y obtenida de la base
de la ocupación, lo sitúa en los 10.040 +/- 70
años A.P., constituyendo hasta la fecha, la
datación más temprana del área.
En caso de sincronía, los dos sitios ubica-
dos al norte de Los Vilos, punta Ñagué (LV.
098) y punta Penitente (LV. 014), que se
encuentran distantes entre sí por dos kilóme-
tros y aproximadamente a media hora de cami-
nata, podrían representar parte de una red
incompleta de asentamientos. Punta Ñagué
podría constituir el asentamiento base, tanto
por sus características contextuales - especial-
mente en lo que se refiere a su diversidad
artefactual y a la gran variedad de recursos
explotados - como por los rasgos estructurales
que presenta. En cambio punta Purgatorio po-
dría corresponder a un sitio alternativo de
21
Anales Museo de Historia Natural
explotación de moluscos, especialmente de
machas. Sin embargo, existen algunos indicios
que hacen sospechar que este sitio posee una
mayor antigiiedad y, por consiguiente, no po-
dría ser parte de una supuesta red que se
organiza a partir del sitio de Ñagué. La falta de
sitios diferenciados funcionalmente, en el sec-
tor norte del área de estudio, podría relacionar-
se con la mayor cercanía a una gran variedad de
recursos, como ocurre actualmente. Por tanto,
no se habría generado la necesidad de una red
satélite de sitios. Sin embargo, no habría que
excluir también la posibilidad de que estos no
hayan sido detectados durante la prospección.
Se desconoce con exactitud el carácter
permanente o la estacionalidad de los
asentamientos en referencia. Se supone, sin
embargo, la existencia de una red de estos con
campamentos base. Esto sugiere una perma-
nencia algo prolongada en el lugar, tal vez
durante la época estival. Hasta la fecha no se
han registrado indicadores claros de ocupación
invernal.
Se sabe de movimientos hacia valles y
precordillera, pues prospecciones preliminares
en el área interior de estudio, han permitido
localizar, a lo menos un sitio seguro atribuible al
complejo Huentelauquén. Este se ubica inme-
diatamente a los pies de la bajada de la cuesta de
Cavilolén que conduce al valle de Illapel y,
probablemente, corresponde al sitio menciona-
do por Iribarren como Canelillo (Castillo, 1990).
En este sitio hemos registrado desechos,
preformas y una punta lanceolada pedunculada,
sobre una materia prima silícea de color rojizo,
de las mismas características a las recuperadas
en los sitios de la costa. Otro sitio del interior
que aparentemente presenta el mismo tipo de
materia prima con la que se elaboró una punta
pedunculada descrita por Iribarren (Op cit.), se
ubica en el sector de Ranque - San Agustín, en
el Valle del Choapa (Valdivieso, 1985). Otras
materias primas como cuarzo y cristal de roca
registrados en los sitios de la costa, así como la
obsidiana presente en los artefactos de Ranque
- San Agustín, servirían de antecedentes para
confirmar los movimientos de estos grupos
cazadores - recolectores hacia tierras interio-
res, motivados por la obtención de materias
22
Vol.24,1999
primas, como ha quedado demostrado más al
norte en el taller lítico de Cárcamo, cuyo con-
texto ha sido relacionado con el complejo cul-
tural Huentelauquén (Ampuero, 1969).
Sitios cordilleranos en la zona de Illapel,
como por ejemplo los Cerrillos, que presenta las
típicas puntas pedunculadas asociadas a
moluscos provenientes de la costa (Valdivieso,
1985), así como los sitios transandinos de la
cordillera oriental relacionados con veranadas e
identificados como industria La Fortuna, han
sido vinculados con Huentelauquén (Gambier,
1985; 1986). Sin duda, estos antecedentes
estarían demostrando también movimientos
interiores, relacionados con la obtención de
recursos claves, como son los camélidos y las
materias primas líticas. Esto implica una red de
asentamientos a una escala más regional y
compleja en relación a los patrones de movili-
dad y asentamiento de estos grupos de cazado-
res - recolectores.
El patrón de asentamiento localizado en la
costa se encuentra orientado esencialmente a la
explotación de los recursos marinos, en base a
los cuales se constituyó la forma de subsisten-
cia de estos grupos. El principal elemento en la
dieta diaria fueron los moluscos. Este es un
recurso de alta predictibilidad en su recolec-
ción, abundante, disponible durante todo el año
y de fácil obtención. La mayoría de los sitios se
encuentran representados fundamentalmente
por machas (Mesodesma donacium), bivalvo
que puede ser obtenido en el intermareal en
sistemas litorales de sustrato arenoso. Sin em-
bargo, gran parte de los moluscos poseen
valores bajos en proteínas, aunque los bivalvos,
como la macha, presentan valores más altos
(12,0 %) que la mayoría de los gastrópodos
(9,9 %). Por otra parte, el poliplacóforo
Enoplochiton niger (24,7 %) que se encuentra
bien representado en la gran mayoría de los
sitios, y las Concholepas concholepas ( 21,5
%) que constituyen el principal recurso
malacológico - a lo menos en uno de los sitios
estudiados - se caracterizan por valores
proteicos más altos (Borgstrom, 1962 b; citado
en Llagostera, 1979).
Los crustáceos, que presentan valores más
altos en proteínas (27.1 - 22.0 %) que los
moluscos, se encuentran escasamente repre-
sentados en los contextos. Seguramente su
captura representa un oportunismo ocasional
durante la recolección de moluscos, debido a la
mayor rapidez de su desplazamiento en el
intermareal.
Los estudios estratigráficos del sitio punta
Ñagué, totalizan 26 especies de moluscos reco-
lectados. La macha representa el 87 % de su
abundancia. Esto indica una explotación de alta
predictibilidad, en especial, en el intermareal de
sustrato arenoso. Sin embargo, a lo largo de la
secuencia del depósito cultural se observa una
disminución de su frecuencia que se relaciona
con un aumento progresivo de su tamaño. Este
fenómeno se corresponde con un aumento de
los gastrópodos hacia los niveles superiores del
depósito estratigráfico.
Lo anterior puede interpretarse como un
progresivo conocimiento del intermareal por
parte de las poblaciones del arcaico temprano,
los que siendo cada vez más selectivos en el
tamaño de los moluscos recolectados, han ido
intensificando cada vez más la explotación de
los recursos de roca. Esto debió implicar, a la
vez, una clara observación de las bajas mareas
y de los frentes de exposición de los gastrópodos,
así como también, el desarrollo y manejo de una
tecnología extractiva que, aunque simple, fuese
eficiente. Tal vez el uso de tajadores líticos a
modo de chope y algún tipo de desconchador
debieron ser utilizados en tales funciones.
Los peces están presentes en casi todos los
sitios. Estos tienen valores más altos en proteí-
nas que los moluscos. Se ha calculado un
contenido promedio de 20 gr de proteína por
cada 100 gr de carne, a través de los cuales se
satisfacen los requerimientos de ácidos grasos
(Llagostera, 1979). Sin embargo, los peces
deben haber constituido para esos pobladores
un recurso menos predecible y de mayor opor-
tunismo en su captura que los moluscos. Su
obtención requiere un mayor gasto energético
y una tecnología de captura más sofisticada.
Las evidencias estratigráficas de punta
Ñagué muestran la presencia de diez especies
diferentes de peces, predominando jureles
(Trachurus symmetricus) y corvinas (Cilus
montii). Se evidencia un ligero aumento de la
variedad de especies y número mínimo de
individuos a lo largo de la secuencia, lo que
también podría interpretarse, como un mejor
conocimiento del medio para la captación de
recursos.
La captura de estos peces, aunque no se
posee evidencias directas, pudo llevarse a cabo
con el uso de redes, arponeo o por enganche
bajo las rocas. Es probable que algunos guija-
rros ovoidales sin modificaciones llevados al
sitio, hayan servido de pesas para redes. Tam-
poco se puede descartar que las puntas
lanceoladas pedunculadas hayan sido utilizadas
como arpones. Las aletas de estas pueden
haberse utilizado a modo de barbas de retención
para los peces, así como se ha planteado para
las puntas tipo Paiján, de morfología similar, en
la costa del Perú (Pelegrin y Chauchat, 1993).
Cuchillos líticos de retoque lateral y lascas de
filos vivos debieron ser usados para el procesa-
miento de los pescados y los particulares
denticulados líticos como instrumentos para
descamar.
Los mamíferos marinos, como el
chungungo (Lutra felina) y el lobo marino de
un pelo (Otaria byronia), especialmente este
último, se encuentran bien representados en
varios de los sitios. Debieron presentar una alta
predictibilidad y constituir un recurso clave en
la dieta alimenticia de estos grupos, proporcio-
nando a través de sus ácidos grasos los princi-
pales requerimientos energéticos. En las evi-
dencias de los contextos se encuentran ejem-
plares adultos y juveniles. Sus osamentas mues-
tran indicios de fracturas y huellas de cortes
con cuchillos y raederas líticas, como las regis-
tradas en los sitios. Su captura debió realizarse
en la orilla del litoral con garrotes, con los
cuales les fracturaban el cráneo, o bien, con el
empleo de arpones, donde debieron usarse las
puntas lanceoladas pedunculadas. Es muy pro-
bable que las osamentas y, especialmente las
pieles de los lobos marinos, fueran aprovecha-
das como materias primas, preparándolas con
instrumentos tales como raspadores, raederas,
cuchillos y perforadores. Se cuenta con evi-
dencia directa del empleo de estos instrumen-
tos, que cumplieron dichas funciones, a través
de los análisis de micro huellas de uso.
23
Anales Museo de Historia Natural
Otros recursos faunísticos están escasa-
mente representados. Entre ellos, los camélidos
(Lama sp.), el zorro (Pseudalopex sp.) varias
especies de roedores y algunas aves de mediana
predictibilidad y, seguramente, de captura opor-
tunista. Tales recursos debieron completar los
requerimientos energéticos de estos grupos
cazadores - recolectores y proporcionar mate-
rias primas, como hueso y pieles, para la elabo-
ración de otros artefactos.
Como consecuencia de tales evidencias,
los asentamientos estudiados muestran una
subsistencia basada, fundamentalmente, en re-
cursos marinos. Por una parte, los moluscos
desempeñarían un rol clave en el mantenimien-
to diario, y por otra, los mamíferos marinos
entregarían los requerimientos energéticos ne-
cesarios. Los recursos terrestres al parecer no
tuvieron un rol fundamental en la dieta de estos
grupos, con excepción de Lama sp. Todo
indica el desarrollo de una forma económica
esencialmente marina, centrada en la explota-
ción cada vez más eficiente del ámbito
intermareal.
Considerando la evidencia existente, no es
posible asumir que las condiciones ambientales
en el Pleistoceno final y comienzos del Holoceno
fueran similares a las actuales, lo que tiene
directa relación con la comprensión de los
patrones de asentamiento y subsistencia de los
grupos arcaicos tempranos.
A este respecto, y en base a los estudios
realizados en quebrada de Quereo, se ha soste-
nido que, entre los 11.500 y 10.500 años A.P.,
durante la subedad Alleród, que define el co-
mienzo del Holoceno o Postglacial, el clima es
cálido - seco de condiciones áridas. Posterior-
mente, entre los 10.500 y 6.500 años A.P.,
durante las subedades Younger Dryas y
Preboreal, el clima es frío y lluvioso con con-
diciones palustres (Nuñez ef al, 1983; 1994).
Contradictoriamente, sin embargo, se ha pos-
tulado para el Holoceno temprano de la alta
cordillera del semiárido, ubicado algo más al
norte del área de estudio, la existencia de con-
diciones climáticas cálidas y semi húmedas con
dataciones de 9.650 +/- 100 años A.P.; fecha
que correspondería al óptimo climático
Postglacial (Veit, 1991). Esta última informa-
24
Vol.24,1999
ción es coincidente con los datos recuperados
en el sitio Huentelauquén de quebrada Las
Conchas, en el norte árido, datado en 9.680 +/
- 160 años A.P., a partir de los cuales se han
inferido condiciones climáticas que manifies-
tan un incremento paulatino de la temperatura,
avanzando hacia su máxima oscilación en el
óptimo climático (Llagostera, 1977).
Las primeras evidencias del arcaico tem-
prano datadas en Los Vilos hacia los 10.000
años A.P. (Jackson, 1993), sugieren ubicar a
estas ocupaciones, en base a la información
proveniente de quebrada de Quereo, bajo con-
diciones más bien frías y lluviosas. Sin embar-
go, los contundentes estudios de Veit (1990) y
Llagostera (1977), permiten sugerir más bien,
condiciones cálidas y semi húmedas para el
Holoceno temprano, lo que suponemos debió
implicar algún momento con niveles marinos
más bajos que los actuales. En este sentido, se
ha señalado que entre los 10.000 y 9.000 años
A.P. el nivel marino habría fluctuado en 35 y 15
metros bajo el nivel actual (Fairbridge, 1961;
citado en Llagostera, 1977). Hemos detectado
en el área de estudio algunos indicadores indi-
rectos sugerentes sobre este problema. Un
nivel marino más bajo que el actual, permitiría
explicar aquellos asentamientos de punta Pur-
gatorio con predominancia de machas, donde
actualmente estas no existen por la ausencia de
un intermareal arenoso, asumiendo que una
regresión marina habría dejado playas expues-
tas con un sustrato arenoso adecuado para la
existencia de este recurso. Este fenómeno ha-
bría facilitado, al mismo tiempo, el transporte
eólico de arena para la formación de los campos
de dunas entre los cuales se emplazan los sitios.
Por otra parte, si la determinación
taxonómica del lobo marino de dos pelos
(Arctocephalus sp.) encontrado en punta Ñague,
es correcta, constituiría un antecedente signifi-
cativo que vendría a reforzar la hipótesis sobre
la existencia de condiciones climáticas más
cálidas y semi húmedas, como las sugeridas.
No menos significativa es la presencia del
Enoplochiton niger en casi todos los
asentamientos de la muestra. Sin embargo, este
poliplacóforo no ha sido detectado en ningún
otro contexto, cronológicamente posterior, ni
tampoco en los muestreos realizados actual-
mente en el área de estudio, a pesar que su
distribución actual se extiende aproximada-
mente entre los 30 y 20* de latitud sur
(Marincovich, 1973). Esta situación podría
estar reflejando también, condiciones climáticas
distintas a las actuales. Por otra parte, en la
secuencia estratigráfica de punta Ñagué se
observa una progresiva disminución de este
molusco hacia los niveles superiores del depó-
sito cultural, lo que sugiere un ligero cambio
biogeográfico producto de estas nuevas condi-
ciones. En este mismo sentido, la predominancia
de lobos marinos (Otaria byronia) en los con-
textos arqueológicos de Ñagué, donde actual-
mente no habitan estos mamíferos, podría ser
un síntoma adicional de este cambio
biogeográfico en relación a su distribución,
aunque también podría deberse a la presión
cinegética provocada por la propia cacería.
Tales evidencias deben considerarse con
cautela en cuanto a su significación en relación
a eventuales cambios ambientales, ya que al
proceder estas de contextos culturales, las
diferencias o tendencias podrían estar demar-
cadas por los hábitos dietéticos, alcances tec-
nológicos y niveles de impacto provocados por
las propias sociedades humanas. Sin embargo,
los antecedentes son sugerentes para sostener,
hipotéticamente, que las condiciones ambienta-
les hacia los 10.000 años A.P. eran más cálidas
y semi húmedas de las que observamos en la
actualidad.
CONCLUSIONES
Estos primeros resultados de la investiga-
ción del arcaico temprano en la comuna de Los
Vilos demuestran que, el déficit de información
que se tenía acerca del complejo cultural
Huentelauquén, se debía esencialmente a la falta
de investigaciones orientadas a la búsqueda
sistemática de asentamientos y, consecuente-
mente, de su estudio. No es posible continuar
sosteniendo a la fecha el reducido número de
asentamientos de este tipo. Por el contrario,
éstos parecen ser más frecuentes de lo espera-
do, permitiendo comenzar a delinear algunas
ideas en términos de su distribución espacial y
patrón de asentamiento vinculado a la explota-
ción de ambientes costeros, especialmente de
sus recursos marítimos.
Tampoco existen bases para seguir soste-
niendo la ausencia de depósitos estratigráficos
por procesos erosivos, pues su registro de-
muestra lo contrario, permitiendo fechar los
asentamientos y sus componentes culturales en
situaciones contextuales claras.
El procesamiento inicial de la información
obtenida en la comuna de Los Vilos, permite
concluir básicamente que :
1. Estas poblaciones se asientan en el área
hacia los 10.000 años A.P. y probable-
mente perduran hacia los 7.000 años
A.P. Esta corresponde a-la primera
adaptación del arcaico temprano en el
área, según se puede inferir de las
dataciones radiocarbónicas.
2. Los primeros asentamiento coinciden
aproximadamente con los inicios del
Holoceno temprano, cuando imperan
condiciones ambientales más bien cáli-
das y semi húmedas, que llevan a supo-
ner niveles marinos más bajos que los
actuales, implicando condiciones
paleográficas y biotópicas distintas a
las actuales.
3. Las poblaciones Huentelauquén en el
área se encuentran asentadas, princi-
palmente, en la costa. El patrón de
asentamiento es más bien nucleado -
disperso, con sitios funcionalmente di-
ferenciados. Predominan aquellos
asentamientos orientados a la explota-
ción de recursos marinos.
4. Los asentamientos Huentelauquén en
zonas interiores del área de estudio,
aunque escasos, sugieren movimientos
hacia valles y precordillera, motivados
principalmente por la búsqueda de ma-
terias primas líticas (obsidiana, sílex y
cuarzo), y la eventual caza de camélidos.
5. Los conjuntos artefactuales están re-
presentados esencialmente por el ins-
trumental lítico característico de este
complejo : litos geométricos, micro -
morteros de areniscas y puntas
25
Anales Museo de Historia Natural
lanceoladas pedunculadas. Sin embar-
go, más allá de los «tipos», al viejo
estilo de la escuela histórico cultural,
estos conjuntos artefactuales incluyen
una gran diversidad de otros instru-
mentos, que son integrados y caracte-
rísticos de esta adaptación, como con-
secuencia de su necesaria interdepen-
dencia en términos de su proceso labo-
ral y uso posterior. Entre éstos se men-
cionan : raspadores de dorso alto, cepi-
llos y denticulados, entre otros.
6. La tecnología lítica muestra una estre-
cha relación con actividades de caza de
mamíferos marinos, probable arponeo
de peces, eventual uso de redes, imple-
mentos para la recolección de moluscos,
procesamiento de las presas y manu-
factura de artefactos.
7. La subsistencia se fundamentó, esen-
cialmente, en el aprovechamiento de
recursos marinos. La dieta diaria se
basó en el consumo de recursos de alta
predictibilidad como son los moluscos,
compensando el déficit de proteínas y
grasas con el consumo de lobos mari-
nos y la captura de peces, lo que hace
suponer el desarrollo de estrategias
orientadas. Otro recursos de baja
predictibilidad pero de alto rendimiento
fue la caza ocasional de camélidos y de
otras especies menores, que suponen
una captura de estrategia oportunista.
8. Estos antecedentes muestran que la
costa fue poblada desde comienzos del
Holoceno, y jugó un papel relevante en
la economía de las primeras adaptacio-
nes arcaicas de la costa Pacífica de
Sudamérica.
9. Tales evidencia son coherentes con
algunos de los planteamientos elabora-
dos para el complejo Huentelauquén en
el Norte Chico y, especialmente, en
relación al asentamiento de quebrada
Las Conchas en la costa del Norte
Grande.
La información recuperada muestra un gran
potencial para el estudio del complejo
26
Vol. 24,1999
Huentelauquén el cual permitirá aclarar muchas
de las hipótesis aquí formuladas. Evidentemen-
te quedan muchos aspectos por solucionar y
plantear. En este sentido, los resultados aquí
presentados sólo corresponden a un primer
acercamiento a la comprensión de las ocupa-
ciones arcaicas temprana del complejo
Huentelauquén en el norte semiárido de Chile.
AGRADECIMIENTOS
Comprometen nuestra gratitud los
arqueólogos Mauricio Massone, Francisco
Mena y Luis Cornejo, por el apoyo y estímulo
manifestado en los constantes comentarios y
críticas. La arqueóloga Fernanda Falabella tuvo
la gentileza de revisar el manuscrito, realizando
varios alcances y críticas que contribuyeron
significativamente a mejorar la primera versión
del escrito. Así mismo, deseamos otorgar un
reconocimiento especial a los distintos investi-
gadores que han participado en este estudio y
cuyos análisis han sido fundamentales para la
interpretación del arcaico temprano en la zona
de Los Vilos : Loreto Vargas, Douglas Jackson,
Antonio Maldonado y Alvaro Román. Final-
mente, nuestros sinceros agradecimientos a
quienes colaboraron en los trabajos de campo y
laboratorio : Bernardita Ladrón de Guevara
(Centro Nacional de Conservación y Restaura-
ción) e Ismael Martínez (Estudiante egresado
de Conservación de la Pontificia Universidad
Católica de Chile), en labores de conservación,
y a los alumnos de arqueología Claudia Prado,
Flavia Morello, Andrés Troncoso, Daniel
Pavlovic, Francisco Castex, Gabriel Cantarutti,
Lino Contreras, Carolina Belmar, Luciana
Quiroz, Gabriela Urízar, Verónica Reyes,
Mónica Barrera y Patricio Galarce (Departa-
mento de Antropología de la Universidad de
Chile), por su indispensable y motivadora cola-
boración.
Esta investigación fue posible gracias a los
fondos otorgados por el Consejo Nacional de
Investigación Científica y Tecnológica
(Conicyt), a través del proyecto Fonpecyr NS
1950372.
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EFECTO DE LAS CORRIENTES SOBRE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE
MICROALGAS EN UNA LAGUNA DE ESTABILIZACIÓN DE AGUAS
SERVIDAS (CASABLANCA. CHILE)'
PATRICIO DOMÍNGUEZ? MARITZA CALDERÓN? 4 VERÓNICA POZO ?
ABSTRACT
The objective of this paper is to estimate the effect of water movements on horizontal distribution of
microalgal in a waste water stabilization pond. The specific goals are: 1. To estimate superficial current system
and vertical movement magnitudes induced by wind speed and 2. To stablish the horizontal distribution pattern
of microalgal in relation to superficial current. lts concluded that: 1. a principal clockwise gyre is developed
in the epilimnetic zone and 2. the distribution of microalgal is not related to superficial current system
Key Words: Waste water, microalgal, distribution, water movements.
INTRODUCCION
Una laguna facultativa es una unidad de
tratamiento constituida por un estrato superior
aeróbico (en donde ocurre el proceso de foto-
síntesis y se desarrollan bacterias aeróbicas),
un estrato inferior anaeróbico (en la que los
sólidos acumulados son activamente descom-
puestos por las bacterias anaeróbicas) y una
zona intermedia aeróbica o anaeróbica debido
condiciones biológicas (fotosíntesis) y/o am-
bientales (aireación mecánica por vientos), en
donde la degradación de la materia orgánica es
llevada a cabo por bacterias facultativas.
La experiencia chilena acerca del funciona-
miento de estas lagunas no ha sido del todo
satisfactoria en lo referente a degradación or-
gánica y a depuración microbiológica (Yanez,
1984; Gallardo, 1989; Galindo et al., 1989).
Así, en el ámbito de la ingeniería se ha realizado
una serie de trabajos tendientes a optimizar la
eficiencia de estas lagunas, pero sin éxito
(Sánchez y Vargas, 1972; Pieber et al., 1981;
Espina et al., 1981; Galindo et al., 1981; Unda
et al., 1984; Ramírez et al., 1985; Villarroel et
al., 1985; Perretta y Cabrera, 1987; Gallardo,
1989; Castillo et al., 1989, Olguín, 1990;
Galindo y Núñez, 1991).
o
l Proyecto DIGI-UPLACED
En el área biológica, prácticamente no exis-
ten trabajos y sólo destacan aquellos realizados
en las lagunas de Melipilla (Castillo et al., 1989)
y de Casablanca (Domínguez et al., 1994a,b;
Campos, 1993). Estos autores indican que en el
decaimiento microbiológico inciden los niveles
de irradiancia y la variación de pH; esto último,
tiene su origen en la actividad fotosintética de
las microalgas que al consumir carbono, afec-
tan el equilibrio del sistema CO,- carbonato-
bicarbonato (Domínguez et al., 1994a).
Domínguez et al. (1994a, b) indican que el
decaimiento de coliformes fecales en la laguna
2 de la Planta de Tratamiento de Casablanca
ocurre durante las horas de luz, siempre que
exista una irradiancia superior a 200 mEs/
m?seg (fotosaturación) y una cantidad mínima
de algas capaz de generar el cambio de pH. El
máximo pH registrado fue de 8.5, sin embargo
a pesar de que los niveles de coliformes fecales
disminuyen, no se alcanza un nivel microbioló-
gico aceptable. Por otra parte, Campos (1993)
incubó (en laboratorio y bajo una gradiente de
irradiancia) muestras procedentes de las lagu-
nas de Casablanca y concluyó que se requiere
de un pH de 9.15 para que ocurra un decaimien-
2 Laboratorio de Ecología. Universidad Católica de Valparaíso. Fax (32)212746
3 Laboratorio de Hidrobiología. Facultad de Ciencias. Universidad de Playa Ancha. Fax (32)286713
Anales Museo de Historia Natural
to importante de coliformes (de 10% a 10% NMP/
100 ml).
Estas diferencias de valores indican que los
procesos en terreno se expresan de manera
diferente y esto puede deberse a factores mo-
dificadores, entre los cuales hay que considerar
a) los movimientos de agua inducidos por la
acción del viento y b) la distribución espacial de
las microalgas como consecuencia de la
advección de ellas derivada de estos movimien-
tos.
a) Acción del viento: El viento, al incidir
sobre un cuerpo de agua, genera un espectro de
perturbaciones que contribuyen a la mezcla
(Okubo, 1978; Webster, 1990), siendo los
principales la difusión turbulenta (proceso que
permite un intercambio espacial sin implicar un
transporte neto de agua) y la advección (proce-
so asociado a corrientes a través del cual se
produce un transporte neto de la masa de agua).
Cuando existe estraficación térmica, la
termoclina restringe la dinámica de las aguas al
estrato epilimnético. La ruptura de esta barrera
ocurre cuando el viento tiene la fuerza y dura-
ción suficiente para vencer esta resistencia
térmica; este fenómeno favorece la mezcla de
agua a través de la columna con la consecuente
incorporación de oxígeno disuelto hacia los
estratos profundos, oxidación de los sedimen-
tos y transporte de nutrientes entre superficie y
fondo.
b) Distribución de microalgas: Los movi-
mientos de la masa de agua inducidos por el
viento (corrientes y turbulencia) pueden trans-
portar total o parcialmente las distintas pobla-
ciones fitoplanctónicas, de manera que la acti-
vidad fotosintética podría ser intensa en algu-
nos sectores de la laguna más que en otros.
Desde un punto de vista teórico, el funcio-
namiento óptimo de una laguna dependería de la
capacidad del viento para romper la termoclina
(con incidencia en los procesos de
mineralización) y del nivel de actividad
fotosintética de las microalgas que inducirían
variaciones de pH (con consecuencia en el nivel
de decaimiento de coliformes fecales). Así,
como las microalgas son las que inducen las
principales variaciones de pH, el grado de agre-
gación que pudiesen experimentar como con-
30
Vol.24,1999
secuencia de los procesos de advección, po-
drían originar heterogeneidades espaciales que
podrían restringir el área operativa de la laguna.
El presente trabajo tiene como objetivo
general estimar el efecto que tienen los movi-
mientos de agua sobre la distribución horizontal
de las microalgas en la laguna de estabilización
N* ] de Casablanca
Los objetivos específicos son:
1. Estimar el sistema de corrientes superfi-
ciales y la magnitud de los movimientos verti-
cales inducidos por el viento dominante.
2. Establecer el patrón de distribución ho-
rizontal de las microalgas en función de la
corriente superficial,
MATERIALES Y METODOS
El trabajo fue realizado en la laguna 1 de la
Planta de Tratamiento de aguas servidas de
Casablanca (33% 15' S; 71% 30"W) que tiene un
volumen máximo de 19.000 m3, una superficie
de 1 há y una profundidad de operación de 1.5
m (Galindo et al., 1989).
DISEÑO EXPERIMENTAL.
Debido a la dificultad de medir simultánea-
mente el sistema de corrientes y la distribución
de microalgas se procedió primeramente a ca-
racterizar el campo de corrientes superficiales
que se induce en la laguna como consecuencia
del viento dominante. Una vez establecidas las
características de las causales de estos movi-
mientos de agua se procedió a inferir el modelo
de circulación de agua en los días en que se hizo
el muestreo de microalgas.
l. Sistema de corrientes superficiales y
magnitud de movimientos verticales inducidos
por el viento dominante.
1.1. Sistema de corrientes superficiales.
Para estimar el campo de corrientes superficia-
les inducido por el viento se realizó 10 salidas a
terreno bajo condiciones anticiclónicas entre
marzo y noviembre de 1993; se utilizó
Patricio Dominguez, Maritza Calderón €: Verónica Pozo
derivadores del tipo cruceta (Villagrán y
Domínguez, 1989). Para evitar que el sensor
del instrumento se ubique en la termoclina se
utilizó derivadores de dos tamaños: a)
Derivadores de cuatro aspas de latón de 100 m
x 0.50 m con flotador esférico de aislapol de
0,20 m de diámetro, cuando la laguna no pre-
sentó estratificación térmica (relación área
emergida: área sumergida: 1: 11), sumergiendo
la parte media del sensor a 0.4 m y b) Derivadores
de cuatro aspas de 0.15 x 0.80 m con flotador
esférico de 0.16 m de diámetro, cuando la
termoclina se presentó bajo los 0.30 m (relación
area emergida: área sumergida: 1:18), ubicán-
dose la parte media del sensor a 0,2 m de
profundidad. En cada oportunidad se utilizó
simultáneamente un total de seis derivadores .
La posición de los derivadores se determinó
por el método de triangulación según la meto-
dología indicada por Domínguez y Casanova
(1989). Las mediciones se realizaron a interva-
los de 10 a 20 minutos, dependiendo de la
velocidad del viento; durante este período se
midió dirección y velocidad del viento con una
veleta y un anemómetro portátil que se ubicaron
a 1.5 m sobre el nivel del agua. Las velocidades
de viento y de corriente fueron expresadas en
m/min y las direcciones en grados sexagesimales.
La velocidad de la corriente superficial se
midió en una estación localizada en la zona
donde la corriente se hace paralela al viento
(costado izquierdo de la laguna), en la parte
media de la corriente. La distancia recorrida por
el derivador en un tiempo determinado se midió
sobre un hilo de poliamida muy fino, marcado
cada 1 m que fue atado al derivador (George y
Heaney, 1978; Viner y Smith, 1973; Domínguez
y Casanova, 1989); durante este lapso, se midió
la velocidad del viento. Estas mediciones per-
mitieron estimar el factor viento (K), definido
como el cociente entre la velocidad de la co-
rriente superficial y la velocidad del viento que
la induce (Haynes y Bryson 1961).
1.2. Movimientos verticales inducidos por
el viento (mezcla de la columna de agua). Para
hacer estas estimaciones se hizo 8 salidas a
terreno entre los días comprendido desde el
16.02.94 hasta el 04.03.94 los que para efecto
Efecto de las corrientes sobre la distribución espacial de microalgas...
del trabajo se numerarán del 1 al 8.
1.2.1. Distribución espacial de temperatura
y de oxígeno. La laguna se dividió en 9 cuadran-
tes; en cada uno de ellos se muestreó de
superficie a fondo, registrándose los valores de
temperatura y oxígeno disuelto cada 0.2 m (8
estratos). El muestreo se realizó tres veces al
día: en la mañana, antes de las 10 horas, con el
objeto de registrar los perfiles previos a la
acción del viento y con una actividad
fotosintética mínima; al mediodía cuando la
irradiancia es máxima, y por la tarde, después
de las 17 horas luego que el viento ha ejercido
su acción. Ambos parámetros fueron medidos
con un oxímetro WTW OXI 96 (sensor EOT
196).
1.2.2. Estimación de la magnitud de los
movimientos turbulentos generados por la ac-
ción del viento. Para estimar la magnitud de la
turbulencia se escogió la estación ubicada en el
centro de la laguna.
1.2.2.1. La estabilidad térmica de la colum-
na de agua se estimó a mediante la frecuencia de
Brunt - Váisálá (N?) según indica Reynolds ef
al., 1986:
==
donde: g = aceleración de la gravedad,
p = densidad del agua y dp/dz = gradiente de
densidad de la columna de agua.
1.2.2.2. La velocidad mínima de vientos
(U) necesaria para mezclar una columna de
agua se estimó según la siguiente ecuación
(Demers et al., 1987):
Pp, 107?
pnl
donde: p, y P,, (Kg/m?): densidad del aire y
del agua respectivamente; C,: coeficiente de
arrastre del viento sobre el agua (1.3 * 103); K:
factor viento (%); H: profundidad de la colum-
na de agua (m) y N = Frecuencia de Brunt-
Váisálá.
UN JP EN
31
Anales Museo de Historia Natural
2. Patrón de distribución horizontal de las
microalgas en función de la corriente superfi-
cial.
2.1. Distribución horizontal de fitoplancton.
Sobre la misma grilla señalada en el punto 1.2.1.
y en forma simultánea con las mediciones de
temperatura, oxigeno y pH, se realizó el
muestreo de microalgas. Como el universo de
estudio corresponde al estrato afectado por el
viento, en cada uno de los cuadrantes se tomó
una muestra integrada de fitoplancton de 0.2 a
0.0 m la cual fue fijada en lugol. El procedimien-
to, al igual que en caso ya señalado, se repitió
tres veces al día durante los días 2 a 7. Previo
al recuento de microalgas la determinación
taxonómica se hizo bajo microscopio fotónico
y con microalgas vivas, material que posterior-
mente fue fijado con lugol y analizado nueva-
mente con el objeto de detectar las formas que
adoptan las diferentes especies una vez fijadas;
este procedimiento permite disminuir los erro-
res en el recuento. Las muestras se contabiliza-
ron en cámaras del tipo Sedgwick-Rafter bajo
microscopio fotónico con contraste de fase y
con un aumento X40. Para el recuento se utilizó
este tipo de cámaras debido a que la abundancia
de microalgas en las muestras fue siempre
superior al nivel de sensibilidad de este instru-
mento. Los resultados se expresaron en célu-
las/l.
Para estimar el grado de agrupamiento de
las microalgas se utilizó el índice de agregación
(x"/x) de Lloyd (George y Edwards, 1976:
Ludwig y Reynolds, 1988):
2
xXx =x* +]
x
en donde x'= grado de contagio promedio,
x= promedio y s= desviación estándar
Si (x"/x) = 1 la distribución es al azar; si
(x"/x) < 1 es uniforme y si (x'/X) > 1 es de tipo
contagiosa. La ventaja de este índice es que
facilita la comparación de muestras con altas y
bajas densidades poblacionales y es relativa-
mente independiente del promedio.
32
Vol 24,1999
RESULTADOS
1. Sistema de corrientes superficiales y
nivel de movimientos verticales inducidos por
el viento dominante.
1.1. Estimación del sistema de corrientes
superficiales. La Fig. 1 permite apreciar las
trayectorias seguidas por los derivadores y Sus
respectivos diagramas de vectores progresivos
de viento para los días que se indican; a fin de
evitar que las trayectorias se entrecrucen, la
información se entrega por separado para faci-
litar la visualización del fenómeno. En esta
figura se puede apreciar un gran giro hacia la
derecha que compromete gran parte de la su-
perficie de la laguna y un contragiro pequeño,
a veces poco definido, que se desarrolla hacia
el sector este.
La Fig. 2 presenta la relación existente entre
la velocidad del viento y de la corriente en donde
se puede establecer:
* Condición de calma: Se caracteriza por
presentar velocidades de viento entre 0 y 135
m/min que no inducen corrientes. De esto se
deduce ausencia de corrientes residuales o
inducidas por factores ajenos al viento.
* Condición de viento suave: Velocidades
de viento entre 135 y 270 m/min inducen
corrientes que se relacionan directamente con
la velocidad del viento (P < 0.01). En este rango
de velocidades es posible establecer un factor
viento de 0.1%. :
* Condición de viento fuerte: Se caracteriza
porque con velocidades de vientos superiores a
los 270 m/min se pierde la linearidad, al supe-
rarse la velocidad crítica (paso de régimen
laminar a turbulento).
1.2. Movimientos verticales inducidos por
el viento (mezcla de la columna de agua).
1.2.1. Caracterización del régimen de vien-
tos. Los registros de viento permiten apreciar
calma o vientos suaves de dirección variable
durante la mañana; alrededor de las 13 h, la
velocidad del viento se incrementa con una
dirección SW predominante. Los días 1 y 5 se
Patricio Domínguez, Mari : óni
guez, tza Calderón £ Verónica Pozo Efecto de las corrientes sobre la distribución espacial de microalgas...
5783
00.89 11.00.03 l N
|
0. 18I0h 19.62 17.30h 1400 a 16.10h
Fig. 1: Trayectoria de los derivadores en la Laguna | de Casablanca y sus respectivos diagramas progresivos de viento.
y = 0.0018x-0,183
r= 0.906
n= 45
P < 0.01
un
h
h
Nolocidad de egrrentegmamin,
mall
0
0 50 100 160 200 260 300 350
Velocidad del viento (m/min)
Fig. 2: Relación entre la velocidad del viento y de la corriente en la Laguna 1 de Casablanca.
33
Anales Museo de Historia Natural
alejan de este esquema ya que durante el día 1
se registró viento fuerte por la tarde, mientras
que para el día 5 fueron suaves y de dirección
norte (Tabla 1).
1.2.2. Efecto del viento sobre la distribu-
ción espacial de temperatura y de oxígeno
disuelto. La Fig. 3 muestra la distribución espa-
cial de temperatura y de oxígeno para cuatro de
los ocho días estudiados (días 1, 3, 5 y 6) los
cuales son representativos de la gama de situa-
ciones registradas durante el período estudia-
TABLA 1
Vol.24,1999
do; en cada día se presenta los vectores progre-
sivos de velocidad de viento.
El régimen térmico se caracteriza por una
homogeneidad matinal; hacia el mediodía se
establece una termoclina que se localiza gene-
ralmente alrededor de los 0.5 m y que permane-
ce hasta el atardecer (días 3 y 6). Durante los
días nublados (día 5) o en días despejados con
vientos fuertes matinales (día 1) no se presenta
estratificación térmica.
Velocidad media matinal (V.V.M.) y de la tarde (V.M.T.), dirección media diaria (D:M:V.) del viento (m/
min) y condición climática para los días que se indican.
3 43
MM ICCCANOA
MNICO |
El patrón de distribución de oxígeno disuel-
to es similar al de temperatura estableciéndose
un epilimnio aeróbico y un hipolimnio
anaeróbico. La carencia de oxigeno en los
estratos inferiores del epilimnio pone de mani-
fiesto la alta carga orgánica que recibe la lagu-
na.
En el plano horizontal se observó una
gradiente creciente de oeste a este, tanto de
temperatura como de oxígeno disuelto, que se
va gestando en relación con el incremento de la
velocidad del viento. Por la tarde, el plano de la
termoclina y de la oxiclina presenta una inclina-
ción hacia el sector sotavento de la laguna y en
dirección W a E (seiche), donde se registran los
34
A Parcial a despejado
Condición climática
Despejado
Parcial a despejado
231
235
240 | Nublado a parcial
S6
205
Parcial a despejado
mayores niveles de temperatura y de oxígeno
disuelto (Fig. 3, días 3 y 6). Este hecho permite
establecer que, además de los giros indicados
anteriormente (Fig. 1), se establece una compo-
nente paralela al viento que acumula agua hacia
el sector sotavento.
1.2.3. Evaluación de la escala espacial de la
turbulencia generada por efecto del viento. Para
estimar, desde un punto de vista teórico, si la
velocidad del viento sería suficiente para mez-
clar completamente la columna de agua es
necesario conocer la velocidad mínima del vien-
to para que los eddies turbulentos se extiendan
a toda la columna de agua. Para desarrollar esta
Efecto de las corrientes sobre la distribución espacial de microalgas...
Patricio Dominguez, Maritza Calderón £ Verónica Pozo
OXIGENO
TEMPERATURA
16-02-94
1
po A OS
E 1
200m+min
ll :0.0-2.5 mg/L
7 2,5-5.0 mg/L
Y s.0-7.5 mgYL
5-10.0 mg7 L
> 10.0 mg/L
4% 22-24 "C
e 24-26*C
a
.
es
e
e
o
La
E
DIA 1
lo.
26-28*C
28 30*C
istribu
Fig. 3:
mediodía.
se indican, M
35
Vol.24,1999
Anales Museo de Historia Natural
OXIGENO
TEMPERATURA
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e] 22-24 * 0
5]
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El
36
Efecto de las corrientes sobre la distribución espacial de microalgas...
Patricio Domínguez, Maritza Calderón £ Verónica Pozo
OXIGENO
TEMPERATURA
25-02-94
200m/min
Mod,
10,15 h
13.45 h
17.10 h
37
Vol.24,1999
Anales Museo de Historia Natural
OXIGENO
TEMPERATURA
9.45h
33,40 h.
19.00 h
dE
o
a
=
di
o
e
m
o
| 200m/min
50 mg/L
00-25 mg/L
a 25-
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10 0 mg/L
> 100 mg/L
75-
38
Patricio Domínguez, Maritza Calderón $ Verónica Pozo
idea se seleccionó los perfiles térmicos del
mediodía, por ser las horas en las cuales se
logra el máximo calentamiento de la masa de
TABLA 2
Efecto de las corrientes sobre la distribución espacial de microalgas...
agua, y se eligió la estación central por corres-
ponder al punto con menores efectos de borde.
Estabilidad de la columna de agua (N?) matinal y de mediodía y velocidad mínima de viento teórica (U)
necesaria para mezclar la columna de agua (0.0 a 1.4 m) en la laguna 1 de estabilización de Casablanca.
N?x 10
mañana
N?x 106
mediodía
(*) Valores fuera de los rangos de predicción del factor viento (velocidad de viento < 135 m/min).
La Tabla 2 presenta la evolución diaria de
los valores de N? (índice de Brunt- Váisilá) para
la mañana y el mediodía, así como los valores
teóricos de viento mínimo (U) necesario para
mezclar completamente la columna de agua
(1.4 m). Si esta información se contrasta con
los vientos reales (Tabla 1) se puede deducir
que los vientos requeridos para romper la
termoclina deberían tener una velocidad muy
superior a la que habitualmente se registra en la
zona.
Así, si se considera la estabilidad térmica
del mediodía y el viento medio matinal sería
posible predecir la velocidad de viento requeri-
da para evitar la estratificación térmica de la
laguna. La Fig. 4 presenta la recta de regresión
entre ambas variables, excluyéndose del análi-
sis los días 4 y 5 por corresponder a días
nublados. De la figura se desprende que se
requiere de una velocidad crítica de al menos
270 m/min. Además, hay que tener presente
que una vez establecida la estratificación, la
velocidad de los vientos de la tarde que se
requiere para romper la estratificación sería
aún mayor, por lo tanto la dinámica de los giros
sólo compromete a la zona epilimnética.
2. Patrón de distribución horizontal de las
microalgas en función de la corriente superfi-
cial.
2.1. Caracterización del sistema de co-
rrientes. Basado en la información climática
presentada en la Tabla 1, el régimen de vientos
generaría un patrón de circulación del tipo giro
al cual se superpone una componente en la
dirección del viento durante todos los días
debido a que la magnitud de los vientos no
superó la velocidad crítica (270 m/min). Este
giro sería efectivo a partir del mediodía, ya que
39
Anales Museo de Historia Natural
Vol.24,1999
y = 41,2081x + 111255
r = 0,999.
p>0/,01
n=6
150 200
Vel. viento (mimin).
Fig. 4: — Estabilidad de la columna al mediodía (N2) v/s velocidad media del viento matinal. Cada punto corresponde
a un día de observación.
el viento matinal no superó los 135 m/min;
exceptúa a esta generalidad el día 1 que es la
única situación en que se presentó viento fuer-
te, sin embargo hay que tener presente que
durante este día y el día 8 no se hizo muestreo
de microalgas. Además debido a la condición
climática, la laguna se encuentra estratificada
durante el día (Tabla 2), lo que implicaría que el
giro se desarrollaría básicamente en la zona más
superficial de la laguna (hasta 0.5 m).
2.2. Composición microalgal. Las especies
registradas fueron la cianofícea Microcystis
sp. (88.8%) y las clorofíceas Chlorococcum
sp. (11.1%), Chlamydomonas sp. y
Chlorogonium sp. (en conjunto no superan el
0.015%). Estas microalgas son de tamaño pe-
queño (entre 0.5 y 50 um) y tienen un alto nivel
de flotabilidad.
40
2.3. Movimiento vertical de las microalgas.
2.3.1. Condición de calma: Si durante la
fase de calma operasen los mecanismos
compensatorios a la sedimentación que poseen
las microalgas se debería esperar un incremen-
to del promedio en el estrato superficial de la
laguna debido a movimientos verticales de éstas
desde los estratos inferiores. Para evaluar la
importancia de los cambios de abundancia dia-
ria de las microalgas se utilizó el test de Student
para muestras no pareadas entre las recoleccio-
nes de mañana y mediodía, instantes entre los
cuales se observó calma (Tabla 1). Los resul-
tados indican valores significativos sólo en
forma ocasional para Chlorogonium Sp. y
Chlamydomonas sp. lo que indicaría que, en
general, la cantidad neta de microalgas entre
estos instantes permanece constante.
Patricio Dominguez, Maritza Calderón £: Verónica Pozo Efecto de las corrientes sobre la distribución espacial de microalgas...
Tabla 3.- Valores medios de abundancia de las microalgas (cel/L) en el estrato superficial de la laguna 1 de Casablanca
a lo largo del día.
ENEE
1.04e10 9.74e09
9.12e09 | 9.74e09
Especie Tarde
1.07e09
8.47€09
ak
as [rt
aos] ana
ss | rss —
a aora]
|
|
suo a
|
Ta
TA TPC A |
PINO IM ET
o [ps | ace | eses | eos
Ps | smeos | soc | +
5.66e10 6.32e10 |
7.63e10
(*) No registrado
41
Anales Museo de Historia Natural
Sin embargo es importante estimar los ni-
veles de sedimentación que experimentan las
microalgas. La Fig. 5 presenta la abundancia
media de las microalgas en el epilimnio (área
superior en blanco) y en el efluente (área
2
160 -
_ M0
0 120
E 100
E
60
9 40
20
O -
Vol.24,1999
achurada) durante el período estudiado. La
estimación de la sedimentación fue cercana al
50% diario, siendo Microcystis sp. la especie
dominante que determina las variaciones de la
curva.
Fig. 5: Abundancias de la microalgas en el epilimnio (área sin achurar) y en el afluente de la Laguna | de Casablanca
(área achurada)
2.3.2. Condición de viento suave: Cuando
el viento es suave debería esperarse un incre-
mento de la abundancia de microalgas en el
estrato superficial como consecuencia de un
transporte pasivo asociado a la mayor magnitud
de las corrientes verticales (mayor turbulencia)
que comprometen al epilimnio y a la tendencia
a flotar de las microalgas.
Al comparar las abundancias de microalgas
en el estrato superficial se observa que entre
mediodía y tarde, sólo Chlamydomonas sp.
presenta variaciones de abundancia en la mayo-
ría de los días. Este hecho indica que bajo
viento suave no es posible detectar variaciones
netas en la distribución vertical de las microalgas.
2.4. Advección de microalgas y patrones
42
de distribución. Las algas sólo podrían expresar
sus mecanismos compensatorios a la gravedad
en lugares donde las corrientes tienen baja
velocidad y cuando chocan contra algún obstá-
culo deberían acumularse; ambos factores son
causales de agregación. Por estas razones. las
agregaciones de microalgas deberían detectar-
se en el sector barlovento o en las esquinas de
la laguna.
Durante las fases de calma (mañanas) las
microalgas no deberían modificar su patrón de
distribución espacial inicial, en tanto que por la
tarde se puede esperar una advección que se
desarrollaría en un tiempo máximo de 3.5 h
cuando los vientos medios son de 270 m/min
(según se desprende del factor K para las
velocidades de vientos entregadas en la Tabla 1
Patricio Dominguez, Maritza Calderón £ Verónica Pozo
y Fig. 2). Como los muestreos diarios fueron
realizados cada 4 h aproximadamente, el efecto
esperado debería ser registrado en la escala
temporal escogida. El índice de agregación de
Lloyd fue cercano a 1 lo cual indica una distri-
bución azarosa de las microalgas; exceptúa a
esta generalidad Chlorogonium sp., pero la
distribución de los puntos con mayor abundan-
cia es aleatoria por lo que no puede ser atribuida
al sistema de corrientes que se desarrolla en la
laguna.
DISCUSION
Los perfiles de temperatura y de oxígeno
ponen en evidencia una fractura que determina
dos estratos los cuales ya habían sido visualizados
en la laguna por Domínguez et al. (1994a). Los
perfiles de oxigeno (Fig. 3) vienen a respaldar
la idea de una mezcla parcial de la columna de
agua debido a la anoxia que se presenta en los
estratos profundos. Así, bajo condiciones de
homogeneidad térmica la velocidad del viento
es insuficiente para inducir movimientos de
agua que comprometan más allá de los 0.5 m,
en condiciones de estratificación térmica, para
romper la termoclina, la velocidad del viento
debería ser muy superior a la que se registran en
la zona..
El sistema de corrientes que domina en la
laguna se origina con vientos superiores a 135
m/min (Fig. 1) los cuales pueden inducir una
corriente que compromete sólo a los niveles
superiores de la columna de agua, desarrollán-
dose un giro principal que circula en sentido de
las manecillas del reloj. A medida que aumenta
la velocidad del viento con una dirección predo-
minante, la velocidad del giro también se
incrementa en los sectores donde ambas varia-
bles son paralelas y se reduce en los sectores
donde son antiparalelas; en las zonas en donde
las corrientes se hacen perpendiculares al vien-
to (barlovento y sotavento) se generaría una
resultante que tendería a desplazar el agua hacia
sotavento. Este fenómeno favorecería la
profundización de la termoclina en este último
sector favoreciendo el desarrollo de un seiche.
Efecto de las corrientes sobre la distribución espacial de microalgas...
Con vientos superiores a 270 m/min, la
turbulencia se incrementa (Fig. 2) y se extiende
a todo el epilimnio, estableciéndose un régimen
turbulento asociado a la corriente principal del
giro. Esta explicación justifica la pérdida de
linealidad del factor viento cuando estos supe-
ran los 270 m/min, siendo en el sector sotaven-
to donde se produce el mayor efecto ya que la
termoclina alcanza su mayor profundización
(Fig. 3).
Una vez alcanzada la velocidad crítica, la
velocidad de la corriente se incrementa en lugar
de decrecer al aumentar la turbulencia (Olguín
y Domínguez, 1995; Haynes y Bryson, 1961).
Este fenómeno puede ser explicado como con-
secuencia de la termoclina que al impedir que la
corriente se profundice, todo incremento de
velocidad del viento se traduce en una mayor la
velocidad de la corriente. Así, una vez que la
masa de agua se encuentra en movimiento, el
incremento de velocidad sería resultado de la
suma de la velocidad inercial de la corriente del
giro y de la velocidad inducida directamente por
el viento. Esta interpretación pone en evidencia
que en el sistema predominan las corrientes
horizontales por sobre las turbulencias y que
ambos fenómenos quedan circunscritos prin-
cipalmente al epilimnio.
Referente a la distribución vertical de las
microalgas, la conservación de un mismo nivel
de abundancia en cada uno de los días indica
que los movimientos verticales son mínimos.
Pero más relevante de la conservación de la
abundancia a lo largo del día es el nivel de
sedimentación registrado (Fig. 5) y si se tiene
en cuenta que en la laguna, la magnitud de la
capa fótica no supera los 0.25 m (Domínguez
et al., 1994a), para mantener un nivel de pro-
ducción se requiere de movimientos verticales
que permitan a las microalgas acceder al menos
temporalmente a esta zona. La presencia de una
estratificación permanente de la laguna implica
que las algas que entran al hipolimnio están
imposibilitadas de volver a la zona epilimnética
y el alto nivel de sedimentación registrado
(alrededor de un 50%) permite inferir que si se
produce una serie de días con baja irradiancia y/
43
Anales Museo de Historia Natural
o carente de vientos, lo más probable es que la
tasa de sedimentación sea aún más alta. Este
argumento podría explicar las sedimentaciones
masivas detectadas en algunas lagunas de la
zona, incluyendo las de Casablanca, durante el
período estival.
Dado el predominio de las corrientes hori-
zontales por sobre los movimientos verticales y
una velocidad de corriente alta para las dimen-
siones de la laguna, las microalgas serían inte-
gradas a las corrientes de agua, lo que explica-
ría la distribución azarosa de ellas.
Chlorogonium sp., especie que se comporta
como alga liviana en el concepto de Reynolds
(1984), es la única especie que tiende a presen-
tar agregaciones, aunque este hecho no es muy
evidente y es probable que las corrientes tengan
un efecto disgregador de los conglomerados.
Sin embargo, se podría esperar que en el caso
de dominar este tipo de especies, las
agregaciones pudiesen ser más relevantes en el
funcionamiento de la laguna.
Finalmente, los planteamientos expuestos
validan la importancia del viento como factor de
mezcla. y es así como la estabilidad de la
columna de agua al mediodía será mínima
cuando los vientos matinales alcancen los 270
m/min. Vientos de estas características solo se
manifiestan ocasionalmente por lo que bajo
estas condiciones ambientales las lagunas de
estabilización no pueden operar de manera efi-
ciente. Por lo tanto para optimizar los niveles
actuales de operación de la laguna, fundamen-
talmente en los que se refiere a degradación de
materia orgánica, se propone bajar la cota de
agua a objeto de favorecer la mezcla vertical y
los procesos de mineralización.
CONCLUSIONES
1. Respecto del sistema de corrientes su-
perficiales, el efecto de la velocidad del viento
sobre la velocidad de las corrientes se caracte-
riza por: 1.- Fase de calma: con velocidades de
vientos de 0 y 135 m/min no generan corrien-
tes. 2.- Fase de viento suave: con velocidades
44
Vol.24,1999
de vientos que alcanzan una velocidad entre 135
y 270 m/min establecen una relación lineal
significativa con la velocidad de la corriente y
3.- Fase de viento fuerte: con velocidades de
vientos superiores a los 270 m/min velocidad a
la cual se supera la velocidad crítica.
Bajo vientos de dirección S a SW se desa-
rrolla un giro principal que se localiza por sobre
la termoclina y que se mueve sentido de las
manecillas del reloj; este giro se va generalizan-
do a todo el epilimnio en la medida que el viento
aumenta su velocidad. Se sobrepone a este giro
una corriente paralela al viento que favorece la
acumulación de agua a sotavento. Una vez
estructurado el giro, vientos provenientes de
cualquier dirección no modificarían
substancialmente el patrón de circulación. La
termoclina constituye un impedimento para la
mezcla completa de manera que los movimien-
tos de agua asociados al viento solo se desarro-
lan en el epilimnio.
2. Respecto de las microalgas, las especies
registradas fueron las clorofíceas
Chlorococcum sp. (11.1%), Chlamydomonas
sp. y Chlorogonium sp. (0.1%) y la cianofícea
Mierocystis sp. (88.8%). En general presentan
una distribución espacial de tipo azaroso, distri-
bución que sería consecuencia del alto nivel de
agitación de las aguas epilimnéticas.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a la Empresa de
Obras Sanitarias ESVAL, en especial a los
Ingenieros Sr. Luis Riveros y Sra. Gabriela
Simpson, las facilidades otorgadas para realizar
esta investigación en la Planta de Tratamientos
de Aguas Servidas de Casablanca. Al Sr.
Guillermo Rojas, Encargado de la Planta, su
buena disposición para brindar ayuda oportuna
durante la realización de este trabajo. A la Sra.
María Angélica Carvajal, M. Cs., por la deter-
minación del material algológico y orientación
en los recuentos. A la Sra. Carmen Tobar y al
Sr. Jary Valdivia, la confección de las láminas.
Patricio Dominguez, Maritza Calderón £ Verónica Pozo
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ASPECTOS ECOLOGICOS DE LAS CECIDIAS DE BACCHARIS SALICIFOLIA
(R. ET P.) PERS., EN CHILE CENTRAL.
FRANCISCO SÁIZ 8 MARYLIN PAZ !
ABSTRACT
In the National Park La Campana, Palmas de Ocoa sector ( 322 55' S, 71% 55' W), some ecological aspects
of galls developed on Baccharis salicifolia (R. et P.) Pers were studied throughout, the phenological cycle
of the plant.
Six different types of galls were found and described, two on twigs and four on leaves, five of which were
described for the first time for Chile and one for the host plant.
The following aspects were analyzed: general morphology of the galls (shape, size, color),
morphological
change of cecidia, biological aspects of gall-makers and parasitoids, and relationships between the life cycle
of galling insects
Two galls
Lepidoptera, and one by Eriophyidae (Acari).
and the phenology of plant.
analyzed were induced by Cecidomyiidae (Diptera), one by Psylloidea (Hemiptera), two by
Key words: Baccharis salicifolia, Leaf Galls, Twig Galls, Gall-makers, National Park, Central Chile.
INTRODUCCION
A nivel mundial, la mayor incidencia de
cecidias ocurre en las Dicotiledóneas con un
88,9%, seguidas por las Monocotiledóneas con
un 8,9% (Mani, 1964). Dentro de las Dicotiledó-
neas destaca la Familia Asteraceae (=
Compositae) con una incidencia de cecidias del
20% en Norte América y Europa (Mani 1964) y
de 12,2% en América del Sur y América Central
(Houard 1933). Para Chile se dan los siguientes
TABLA 1. INCIDENCIA (%) DE
CECIDIAS EN
ASTERACEAE PARA
CENTRO-SUD
AMERICA Y CHILE
POR ORGANO
AFECTADO Y
HUESPED. Hoja
¡Tallo
Flor
Capítulo
Botón
Eriophyidae
Diptera
Homoptera (sic)
Lepidoptera
Coleoptera
Nematoda
Hymenoptera
Hemiptera (sic)
Insecta sp
SUDAMERICA
porcentajes: 10,4% (Houard 1933) y 33,7% (
Núñez y Sáiz 1994).
En cuanto a órganos afectados, existe una
marcada preferencia por tallos y hojas y, entre
los huéspedes, destacan Acari e Insecta, espe-
cialmente Diptera, Homoptera y Lepidoptera.
(Houard 1933, Mani 1964, Meyer y Maresquelle
1983, Ananthakrishnan 1984, Barnes 1989,
Núñez y Sáiz 1994) (Tabla 1).
CHILE
Houard Núñez y Sáiz
Houard 1933 1933 1994
CENTRO y
PP PP : . .
Laboratorio de Ecología, Universidad Católica de Valparaíso. Casilla 4059. Fax (32) 212746. Valparaíso, Chile. e-mail:
fsaizOucv.cl
47
Anales Museo de Historia Natural
A.- CECIDIAS EN BACCHARIS.
Las 164 cecidias asociadas a Asteraceae en
Centro y Sudamérica se distribuyen en 22
géneros, concentrando el género Baccharis a
21 de ellas, equivalentes al 49,4% de las
cecidias citadas en Houard (1933). Es destacable
- que en el 29,6% de ellas no se individualiza
especificamente el hospedero, porcentaje que
sube a 61,7% respecto de las especies de
huéspedes, no superando en algunos casos el
nivel de orden. Fernandes et al (1996), basán-
dose en la literatura y en sus propios trabajos
Vol.24,1999
detectan 118 cecidias para un total de 40 espe-
cies de Baccharis neotropicales. Este número
es indudablemente mayor ya que no incluye la
totalidad de las especies ni las cecidias forma-
das por Eriophyidae. por otra parte, debe con-
siderarse la sinonimia entre las especies (p. €).
B. rosmarinifolia = B. linearis).
En cuanto a órganos afectados, las cecidias
de Baccharis se concentran en tallo y hoja y los
huéspedes corresponden fundamentalmente a
Diptera, Acari y Hemiptera sensu lato. Para
Chile, se observa un aumento en el porcentaje
de Diptera y Hemiptera (Tabla 2).
TABLA 2. INCIDENCIA (%) DE CECIDIAS EN BACCHARIS PARA CENTRO-SUD AMERICA Y CHILE POR
ORGANO AFECTADO Y TAXA DE HUESPEDES.
CENTRO Y
SUD AMERICA
Houard 1933
ORGANO
Hoja
Tallo
Flor
Capítulo
Botón
Indeterminado
HUESPEDES
Eriophyidae
Diptera
Homoptera (sic)
Lepidoptera
Coleoptera
Hemiptera (sic)
Insecta sp
ZONA
NEOTROPICAL
Fernandes et al 1996 1933
CHILE
Núñez y
Sáiz 1994
Houard
No consideradas
T23
9,2
13,4
2,3
0,0
1,6
B.- SITUACION DE LAS CECIDIAS DEL GENERO BACCHARIS EN CHILE.
El género Baccharis concentra el 100% de las cecidias de las Asteraceae chilenas citadas por
Houard (1933). En Núñez y Sáiz (1994) el porcentaje baja a 86,3% ya que, aunque agregan nuevas
cecidias de Baccharis, incorporan nuevos géneros como Haplopappus (6,9%), Gutierrezia (3,4%)
y Senecio (3,4%). Estos últimos autores consideran 24 cecidias para Baccharis, distribuidas en 9
especies, considerando a B. concava, B. pingraea, B. paniculata y B. marginalis (= salicifolia)
como hospederos, quienes aportan un total de 7 cecidias. ( Tabla 3).
TABLA 3. CHILE.- DISTRIBUCION DE CECIDIAS DE BACCHARIS SEGUN HOSPEDERO., ORGANO
48
Francisco Sáiz € Marylin Paz
AFECTADOY HUESPED (Nuñez y Sáiz 1994).
HOSPEDERO
Aspectos ecológicos de las Cecidias de Baccharis Salicifolia
HUESPED
concava (R. Et P.) Pers Rama
Hoja
confertifolia Bert. Ex Colla Hoja
Hoja
racemosa (R et P) DC (=eupatorioides H et A)| Tallo
Botón
Botón
obovata H et A (= poeppigiana (DC) Cabr) Tallo
linearis (R et PX(= rosmarinifolia H et A) Tallo
Tallo
Tallo
Tallo
Botón
Botón
Tallo
Tallo
Tallo
pingraea DC Rama
paniculata DC Tallo
Hoja
Rama
sp Capitulo
Tallo
salicifolia (R et P ) (= marginalis DC) Hoja
Se han actualizado nombres de especies de Baccharis
En consecuencia, el 8% de las cecidias no
tiene individualización específica de hospede-
ro, porcentaje que alcanza un 52% de los
huéspedes.
Si bien en Chile se han realizado varios
trabajos sobre cecidias de Baccharis (Porter
1929, Kieffer 1903, Stuardo 1929, Houard
1933, Cartagena y Solervicens 1981, Aljaro et
al 1984 y Núñez y Sáiz 1994), solamente dos se
refieren a ciclos biológicos del huésped. Aljaro
et al (1984) estudian a Rachiptera limbata
(Diptera), huésped de la cecidia algodonosa de
Baccharis linearis y Cartagena y Solervicens
(1981) a Orsotricha venosa (Lepidoptera),
huésped de la cecidia de rama de Baccharis
concava.
Un problema para el estudio de las cecidias
Lepidoptera | Orsotricha venosa
Acari Eriophyidae
Homoptera Trioza . baccharis
Acari Eriophyidae
Diptera Trypetidae
Diptera Scheueria longicornis
Diptera Cecidomyiidae
Insecta
Diptera Rhachiptera limbata
(=Percnoptera angustipennis)
Diptera Perrisia chilensis
Diptera Perrisia subinermis
Diptera Calopedila herbsti
Diptera Perrisia sp.
Diptera Cecidomyiidae
Homoptera | Lepidosaphes espinosal
Homoptera Lecanium resinatum
Hemiptera
Lepidoptera
Diptera
Diptera
Diptera
Diptera Asphondylia baccharis
Diptera Tephritidae
Acari Eriophyidae
de Baccharis es la dificultad en la adjudicación
de éstas a las denominaciones específicas de
los hospederos, ya que existe un caos en su
denominación y sinonimia. Por ende, muchas
cecidias han sido descritas para especies que
hoy se consideran sinónimas ( v. gr. B.
rosmarinifolia y B. linearis) o para varieda-
des hoy consideradas especies, sin contar con
el alto hibridismo dentro del género. Para clari-
ficar esta situación analizamos comparativa-
mente tres fuentes bibliográficas: Marticorena
y Quezada (1985), Navas (1976) y Hellwig
(1990), detectando un total de 128 fórmulas
específicas, reconociéndose 50 especies en
Marticorena y Quezada (1985) y 68 en Hellwig
(1990). Como consecuencia de tal revisión
consideraremos como Baccharis salicifolia al
49
Anales Museo de Historia Natural
siguiente complejo de denominaciones:
Baccharis salicifolia (R. et P.) Pers.
Sin.: Baccharis marginalis DC
Molina parviflora R. et P.
Sub. Esp.:
m. linifolia Heer. ex Reiche
Vol.24,1999
En Houard (1933), esta especie aparece
como B. salicifolia Pers. con B. marginalis
DC y B. lanceolata H.B. et K. como sinóni-
mos.
En consecuencia, las cecidias descritas en
la literatura para B. salicifolia son las expues-
B.
B. m. caerulescens Heer. ex Reiche
B. m. viminea Heer. ex Reiche
B. m. marginalis DC
B. m. longipes Heer. ex Reiche
TABLA 4. DISTRIBUCION EN CENTRO Y SUD AMERICA DE LAS CECIDIAS DE BACCHARIS SALICIFOLIA
SEGUN ESPECIE HOSPEDERA, ORGANO AFECTADO, HUESPED Y PAIS. (Houard 1933, Núñez y Sáiz
1994).
HUÉSPED
Organo
Capítulo Homoptera
Tallo
Tallo
Tallo
Tallo
Tallo
Tallo
Tallo
Tallo
Tallo
Hoja Homoptera
Diptera
Diptera
Diptera
Diptera
Diptera
Diptera
Diptera
Acari
Acari
Hoja Acari
Hoja Lepidoptera
Hoja Diptera
Hoja Acarl
Hoja Acaril
En general, las descripciones del catálogo
de Houard (1933) (N% 1193 a 1207) no siempre
son lo suficientemente completas para ser
discriminatorias, por lo que se dificulta la apli-
cación de ellas a las cecidias encontradas en
Chile. Muchas de sus descripciones son sim-
ples y mínimas comparaciones con una des-
cripción precedente, lo cual puede llevar a
50
tas en la Tabla 4:
Familia-Especie
Cecidotrioza mendocina
Aciura baccharidis
Aciura falcigera
Meunieriella ornaticornis
Trypeta cuculi
Asphondylia hieronymi
Asphondylia crassipalpis
Misospatha globifex
Eriophyidae
Eriophyidae
Psyllidae
Eriophyidae
Cecidomyiidae
Eriophyes baccharidis
Eriophyidae
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Chile
confusión ya que se podría tratar de una cecidia
en diferentes fases de su desarrollo. Además,
en ellas no se hace referencia a parasitoides ni
a los ciclos biológicos de los huéspedes.
Dada la poca información existente sobre
los cecidias de Baccharis salicifolia en Chile y
la necesidad de actualizar el conocimiento total
de las cecidias de esta especie en toda su área
Francisco Sáiz 8 Marylin Paz
de distribución, es que se ha planteado la si-
guiente investigación, para Chile, cuyos objeti-
vos son:
1.- Caracterizar morfológicamente las cecidias
detectadas en B. salicifolia en Chile Cen-
tral, considerando su relación con la
fenología del hospedero.
2.- Establecer los agentes inductores de las
cecidias desarrolladas sobre B. salicifolia.
3.- Conocer algunos antecedentes del ciclo
biológico de los agentes inductores y esta-
blecer su relación con la fenología del
vegetal hospedero.
4.- Determinar posibles parasitoides y
predadores del organismo cecidiógeno y
detectar elementos de su ciclo biológico.
5.- Establecer la posible correspondencia con
las cecidias descritas en Argentina para B.
salicifolia.
MATERIAL Y METODO
El estudio se realizó en el Sector Palmas de
Ocoa del Parque Nacional La Campana (32% 55'
S, 71% 55' W), V Región, entre marzo de 1995
y abril de 1996, con la siguiente secuencia de
muestreos:
27-11-95 24-01-96
13-12-95 11-03-96
03-01-96 01-04-96
13-03-95 29-05-95 04-09-95
03-04-95 26-06-95 25-09-95
02-05-95 27-07-95 06-11-95
La fenología del hospedero se evaluó a
través del seguimiento de 14 ejemplares de B.
salicifolia, 7 de cada sexo, los que fueron
caracterizados al inicio de la investigación en
cuanto a talla, cobertura, vegetación asociada y
grado de alteración, en que se consideró cerca-
nía de caminos y de zonas de actividad humana
y ganadera, pérdida de vegetación nativa, etc.
Periódicamente, durante un ciclo anual, se eva-
luaron en ellos las siguientes fenofases (como
% de cobertura foliar del arbusto) y subfenofases
(como % del valor de la fenofase correspon-
diente):
Aspectos ecológicos de las Cecidias de Baccharis Salicifolia
Botón : iniciales, desarrollados
Flor : abiertas, secas
Hoja : Iniciales, desarrolladas, secas
En esos mismos arbustos se controló la
incidencia de los diferentes tipos de cecidias, ya
sea como porcentaje de la cobertura o como
número de cecidias, según fuere su naturaleza
y abundancia.
Para la evaluación del desarrollo de las
cecidias e insectos asociados, se colectó perió-
dicamente una cantidad suficiente de ellos, de
acuerdo a su presencia en terreno. La mayor
parte del material se analizó inmediatamente de
acuerdo a las siguientes variables, según co-
rrespondiera:
a) Tamaño (largo, ancho), b) Color (ver-
de, café, amarillo, etc), c) Estado exterior
(cerrada, abierta), d) Cavidades (número, co-
lor, grosor paredes), e) Organismos presentes
en las cavidades, f) Condición de estado de los
organismos (larva, pupa, imago, exuvia, com-
binaciones, sistema de emergencia de adultos),
g) Otros elementos presentes en las cavidades
(vacía, comensales, excretas, hongos, etc), h)
Antigúedad de la rama e ¡) Número de cecidias
por hoja.
Todo el material biológico del análisis ante-
rior (abierto inmediatamente en el laboratorio)
con posibilidades de continuar su desarrollo se
guardó en frascos individuales para seguir su
evolución posterior. Finalmente, un porcentaje
menor de cecidias considerados en su fase
terminal y no abiertos inmediatamente después
de colectadas, se guardó en frascos individua-
les con el fin de obtener huéspedes, parasitoides
y predadores.
RESULTADOS Y DISCUSION
A.- FENOLOGIA DEL HOSPEDERO
El modelo fenológico de B. salicifolia se
elaboró con la información del seguimiento
temporal de 14 ejemplares de la especie (7 de
cada sexo), cuyas características de tamaño,
grado de alteración y vegetación directamente
asociada se presentan en la Tabla 5:
51
Anales Museo de Historia Natural
TABLA 5.
NO SEXO TALLA (m)
Alto
2
,
M0 0 3 Oy Un HB UU NN —
a A A IZ
Vol.24,1999
CARACTERIZACION DE LOS EJEMPLARES DE BACCHARIS SALICIFOLIA ESTUDIADOS.
NIVEL DE VEGETACION
INTERVENCION ASOCIADA
Sp; Ac; Mh; Le
Sl
Bl; Sp; Ac; Sl
Bl; Sp; Ac; Sl
Bl; Sp; Ac; Sl
Bl; Ac; Sp; Sl
Sp; Bl; Sl; Ac
Sp; Sm; Lc
Ac; Sm; Mh
Ac; Sm; Mh
Lc; Ac; Sm
M: Masculino; F: Femenino; P: Perímetro; Lc: Lithrea caustica; Sp: Schinus polygamus; Mh: Muehlenbeckia
hastulata; Ac: Acacia caven; Bl: Baccharis linearis; Sl: Schinus latifolius; Sm: Sophora macrocarpa
El mayor desarrollo de los botones florales
corresponde a septiembre y octubre, y el de
flores a octubre-noviembre, ambos con un
visible desarrollo secundario en otoño (abril-
mayo), característico de los ambientes de clima
mediterráneo. La mayor presencia porcentual
de flores secas ocurre entre noviembre y marzo
(PEI);
Las hojas se mantienen durante todo el año,
pero con disminución de la cobertura en invier-
no e inicio de primavera, época esta última en
que se produce la aparición de las hojas nuevas.
El desecamiento foliar ocurre principalmente
entre abril y septiembre (Fig 1).
FIG. 1 BACCHARIS SALICIFOLIA.
Principales fenofases
-»- Total Botón ->- Total Flor —e- Total Hojas
52
B.- CECIDIAS DE BACCHARIS
SALICIFOLIA.
Durante la investigación se analizaron 4
366 cecidias, distribuidas en 6 tipos diferentes,
dos en rama y cuatro en hoja, los que denomi-
naremos de la siguiente forma, para facilitar la
comprensión del texto (entre paréntesis núme-
ro de cecidias analizadas):
En hoja ( 3 839): verruga (2 614), vaina
(697), bolsa (267), cupular (261).
En tallo ( 527): huso (206), apical
(3200,
De esta forma sube a 6 el número de
cecidias conocidos en Chile para la especie, ya
que de las 16 citadas en la literatura sólo una
correspondía al país, siendo el resto de Argen-
tina (Houard 1933, Núñez y Sáiz 1994).
C.- CECIDIAS DE RAMA
C.1.- Tipo Huso.
Cecidia fusiforme, formado por el ensan-
chamiento de la rama, superficie estriada; ini-
cialmente es un pequeño abultamiento blando,
el que endurece al madurar. En este estado la
pared es dura y medianamente gruesa.
Fenológicamente, es cecidia de otoño y
parte del invierno, con máximo desarrollo en
mayo (Fig.2). El color de la cecidia y de la
Francisco Sáiz $ Marylin Paz
cavidad cambia de verde a café a medida que
crece, desarrollándose en ramas nuevas. La
talla máxima detectada es de 4.6 cm de largo y
1.5 cm de ancho, cuya evolución temporal se
presenta en Fig. 3. La cecidia posee una sola
cavidad paralela al eje de la rama donde se
desarrolla una larva única. El orificio de salida
del imago se encuentra generalmente en la parte
apical de la cecidia y está presente en la fase
terminal de su desarrollo, cubierto por una tela
Aspectos ecológicos de las Cecidias de Baccharis Salicifolia
blanca producida por el huésped. Con frecuen-
cia en la superficie externa se siguen desarro-
llando pequeños complejos de hojas.
El agente inductor es un microlepidóptero,
cuyo desarrollo se inicia en noviembre, culmi-
nando en junio-julio del siguiente año , época en
que pupan. Las larvas logran su talla máxima en
mayo. La presencia de pupas del huésped y del
himenóptero parasitoide están acordes con la
presencia de cecidias abiertas (Fig. 4 y Tabla
6).
TABLA 6. CECIDIA TIPO HUSO. N* DE CECIDIAS, CECIDIAS ABIERTAS, COLOR VERDE DE RAMAS, CECIDIAS
Y CAVIDADES SEGUN RECOLECCCION.
13-03-95
03-04-95
02-05-95
29-05-95
26-06-95
27-07-95
04-09-95
25-09-95
06-11-95
27-11-95
13-12-95
03-01-96
24-01-96
11-03-96
01-04-96
BACCHARIS SALICIFOLIA.
Abundancia temporal de las cecidias
Porcentaje
Rama Cecidia Cavidad Cecidia
Verde Verde Verde Abierta
FIG. 3 BACCHARIS SALICIFOLIA. Variación
de la talla de las cecidias de rama
A A
---0--0
-+-
A PGR
o—+.-%-o--a-
-e- Tipo Yema Largo -*- Tipo Yema. Ancho
53
Anales Museo de Historia Natural
FIG: 4 BACCHARIS SALICIFOLIA, Huésped
El microhimenóptero parasitoide
(Chalcidoidea) es poliembriónico, ya que desa-
rrolla múltiples larvas (más de 50) al interior de
la larva del lepidóptero huésped. Entre los co-
mensales que utilizan las cecidias abiertas se
observaron pequeñas arañas y hormigas.
Esta pleurocecidia de tipo lisenquimático es
nueva para B. salicifolia, fundamentalmente
porque su agente inductor es un microlepidóptero
en oposición al de las cecidias descritas para
Argentina, en las que es un díptero.
C.2.- Tipo Yema.
Hinchazón caulinar terminal, fusiforme o
irregular, de superficie lisa, normalmente mues-
tra inicios de desarrollos foliares. Inicialmente
es de color morado-violeta, luego cambia a
verde, tornándose café en la madurez (Fig. 5).
Este tipo de cecidia es anual, con desarrollo
entre fines de otoño e inicios de primavera,
siendo ligeramente más tardía que la de tipo
Huso antes descrita (Fig. 2).
La longitud y ancho máximo detectados es
de 26 mm y 9 mm respectivamente, observán-
dose los mayores valores temporales hacia
invierno-primavera (Fig. 3).
Interiormente, puede presentar de l a va-
rias cavidades, predominando los casos con 1,
2 0 3 cavidades (84,6%) de acuerdo a los
siguientes datos:
PES
54
Val.24,1999
Cada una de las cavidades alberga un solo
huésped. Las paredes de las cavidades son
gruesas y cambian de color de blanco a café,
pasando por verde ; su disposición puede ser
central o lateral con respecto al eje de la rama.
El agente cecidiógeno es un díptero
cecidómido, de pequeñas larvas amarillas, las
que están presentes fundamentalmente en oto-
ño, dando paso a las pupas a partir de mediados
de otoño (Fig. 6). El adulto emerge dejando la
exuvia en los orificios de salida, de manera que
su mitad anterior queda expuesta.
El cecidómido es atacado por un
microhimenóptero (Chalcidoidea), el que pupa
dentro de la piel del último estado larval del
díptero. Emergencia de adultos del parasitoide
se detectó hacia fines del invierno, la que
lógicamente debe ser precedido por la emer-
gencia de dípteros adultos (Fig. 6). Esto es
concordante con el hecho de encontrar el ma-
yor porcentaje de cavidades abiertas a inicios
de primavera (Tabla 7). Las correlaciones entre
color de la cavidad y color de la cecidia son de
0,71 para verde y de 0,96 para café.
FIG. 5 BACCHARIS SALICIFOLIA.Cecidia tipo
Yema. Número y cambio de color
en 13 21
7-11 31
Parasitoide en cecidia ti ema
BACCHARIS A pool y
Y,
11 1312 241 14
2711 +1 113
1996
MI poo tismenopiera. time Etsmenoptena
Francisco Sáiz € Marylin Paz
Aspectos ecológicos de las Cecidias de Baccharis Salicifolia
TABLA 7. CECIDIA DE RAMA APICAL. N* Y COLOR DE CAVIDADES Y PORCENTAJE DE CAVIDADES
ABIERTAS.
Fecha Cecidias
13-03-95 -
03-04-95
02-05-95
29-05-95
26-06-95
27-07-95
04-09-95
25-09-95
06-11-95
27-11-95
13-12-95
03-01-96
24-01-96
11-03-96
01-04-96
Hemos asociado esta pleurocecidia de tipo
lisenquimático a la número 1196 descrita para
Argentina en Houard (1933), en la cual el
agente inductor es Meunieriella ornaticornis
Kieffer y Jórgensen (1910), el cual fue descrito
originalmente como Lasioptera. Según Gagné
(1994) corresponde a Baccharomyia
ornaticornis Kieff. y Jórg.
D.- CECIDIAS DE HOJA.
D.1.- Tipo Verruga.
Cecidia foliar pequeña, de aspecto verrucoso
y contorno irregular a circular. Frecuentemen-
te sobresale en ambas caras del limbo, aunque
en mayor proporción por la cara superior.
Superficie lisa, inicialmente verde y café a café-
rojizo en la madurez (Fig. 7). El tamaño prome-
dio es de 0,77 mm con pocas variaciones
temporales (Fig. 7), alcanzando una talla máxi-
ma de 2 mm.
Posee una sola cavidad central grande, de
paredes gruesas, en la cual se desarrolla una
- gran cantidad de ácaros de la familia Eriophyidae,
cuya salida se hace por un orificio dispuesto en
el centro de la cara superior de la cecidia.
Normalmente se encuentran varias cecidias
por hoja (Fig. 7), las que pueden llegar a cubrir
casi la totalidad de la lámina foliar y a provocar
deformaciones en ella. Su disposición puede
ser solitaria o formando agrupaciones que dan
aspecto de costra. Estas cecidias pueden en-
contrarse también sobre otras cecidias foliares,
v. gr. la de tipo Vaina.
Temporalmente, se encuentra durante todo
el año, con mayor presencia entre primavera y
verano (Fig. 2), época que coincide con la
coloración verde de los cecidias, con el incre-
mento de los cecidias por hoja y con la mayor
presencia del huésped (porcentaje de cecidias
con Eriophyidae)lXFig. 7), huésped que también
está presente todo el año. La apertura de cecidias
es inmediatamente posterior al pico antes seña-
lado (Fig. 7).
Para el análisis del ciclo de vida del huésped
se consideraron 3 estados:
Huevos:
Estado 1: ácaros de color blanco
Estado 2: ácaros de color rosado-rojo
La postura ocurre fundamentalmente en
septiembre y octubre, con máxima expresión
del Estado 2 en enero (Fig. 8). El porcentaje de
cecidias cerradas y vacias (38%) indica morta-
lidad al inicio de la cecidiagénesis, posiblemente
debido a la reacción de la planta. Para la morta-
55
Anales Museo de Historia Natural
lidad de ácaros adultos puede pensarse en el
desecamiento por senescencia de las hojas o
por mortalidad fisiológica. No se detectó ac-
ción de parasitoides o de depredadores. Hemos
asociado esta pleurocecidia de tipo bolsillo
(Pouch) con la N* 1207 de Houard (1933)
descrita para Argentina, cuyo huésped es
Eriophyes baccharidis Corti.
FIG. 7 BACCHARIS SALICIFOLIA. Cecidia tipo
Verruga: N*, color, estado y huésped
ña
l A 1 a y |
A
Il IM Ñ Al
p
43 12 241
295 27-11 31
1996
1995 TIEMPO
FIG. 8 BACCHARIS SALICIFOLIA. Desarrollo |
de Eriophyidae en cecidia tipo Verruga
100 , : 5 PT
4 "em ma 2. 14
7 259 27-11 31 11-3
TIEMPO 19%
[_] Huevo [BN Estado 1 [E] Estado 2
D. 2.- Tipo Vaina.
Cecidia formada por hipertrofia del limbo,
uno de cuyos bordes se curva hacia la cara
superior de la hoja formando una especie de
tubo, generalmente fusiforme. Si bien su posi-
ción compromete habitualmente a la mitad distal
de la hoja, o a parte de ésta, puede afectar a la
hoja en su totalidad. Su superficie es lisa,
inicialmente de color morado, luego verde,
tomando un color café cuando llega a la madu-
rez (Fig. 9).
Los valores máximos encontrados, referi-
dos a la talla, son 34 mm de longitud y 7 mm de
56
Vol.24,1999
FIG 9 BACCHARIS SALICIFOLIA. Desarrollo
de color y talla en cecidia tipo Vaina
[|] Morada [E] Verde Mil] cat: -=- Largo ->- Ancho
ancho, observándose alta variabilidad de la
longitud máxima y escasa para el ancho, situa-
ción derivada de la forma de la hoja (Fig. 9).
Interiormente se estructura una sola cavi-
dad de color verde, no siempre perfectamente
cerrada, la que alberga un número variable (1-
6) de ninfas de Psylloidea. En ocasiones se
presentan cubiertas por manojos de pelos con
aspecto de tela delgada.
El período de presencia de los cecidias se
inicia en el mes de septiembre desapareciendo
hacia el mes de abril (Fig. 2), correspondiendo
al período de desarrollo de hojas nuevas y a su
posterior senescencia en otoño.
El huésped es un hemíptero de la
superfamilia Psylloidea, el que de acuerdo a los
trabajos de Burckhardt (1988 y 1994), hemos
identificado como Trioza sp, cercana a Trioza
testacea (Blanchard) (Triozidae). En Houard
(1933), es indicado solamente como Psyllidae.
Para el análisis de su ciclo de vida se
establecieron las siguientes categorías:
Ninfa I:. Sin formación de sacos alares,
de color gris.
Ninfa II: Con sacos alares alcanzando el
primer segmento abdominal,
amarilla.
Ninfa III: Con sacos alares hasta más allá
del primer segmento abdominal,
de color amarillo-verdoso,
cuerpo más deprimido.
Su ciclo de vida está directamente relacio-
nado con el desarrollo de la cecidia, con máxi-
ma presencia porcentual de Ninfas 1 en prima-
vera, con un segundo pequeño pico de presen-
cia en otoño, y de ninfas III principalmente en
Francisco Sáiz $: Marylin Paz
otoño cuando la cecidia alcanza su madurez
(Fig. 10). En la cavidad de la cecidia es posible
que se encuentren simultáneamente ninfas de
diferentes estados de desarrollo.
BACCHARIS SALICIFOLIA. Cecidia tipo
Vaina. Desarrollo ninfal de Psylloidea
Como parasitoide de la especie huésped se
detectó a algunas larvas de un microhi-
menóptero (Chalcidoidea) succcionando Nin-
fas I. En las cecidias abiertas se encuentran
como comensales larvas de Lepidoptera y de
Diptera, junto a ácaros Actinedida.
Es importante destacar que un apreciable
porcentaje (23,1%) de cecidias portan en su
superficie cecidias tipo Verruga (huésped:
Eriophyidae) las cuales, al enrollarse la lámina
de la hoja, quedan dentro de la cavidad y, por
ende, al madurar y emerger los adultos éstos
quedan en el interior. Esto nos hace pensar que
la cecidia N” 1 204 descrito en Houard (1933)
descrita para Argentina y la citada en Nuñez y
Sáiz (1994), probablemente correspondan a la
situación anterior, correspondiendo ambas a la
tipo Vaina descrita en este trabajo.
La pleurocecidia de tipo envolvente aquí
analizada se asocia a la N* 1203 de Houard
(1933) descrita para Argentina.
D.3.- COMPLEJO DE CECIDIAS TIPOS
BOLSA Y CUPULAR.
Estos tipos de cecidias se desarrollan en la
lámina foliar y, normalmente, se presentan en
diferentes hojas; detectándose juntos en un
escaso porcentaje (3,2%).
En total se estudiaron 267 cecidias tipo
bolsa y 261 de tipo cupular. Su distribución
temporal indica que el primero se extiende todo
Aspectos ecológicos de las Cecidias de Baccharis Salicifolia
el año, con mayor abundancia en otoño. En
cambio, el de tipo cupular es prioritariamente
de primavera-verano (Figs. 11 y 14).
D.3.1.- Tipo Bolsa.
Cecidia desarrollada bajo la epidermis de la
cara superior de la hoja, configurando aquélla
una delgada lámina que la delimita exteriormen-
te. Su forma es alargada e irregular y la ubica-
ción en el limbo es central o lateral. Su super-
ficie es lisa; inicialmente del mismo color de la
lámina, pasando a café al avanzar la
cecidiogénesis. De acuerdo a la Fig. 11, estas
cecidias se inician en primavera (predominio de
la condición verde), madurando en otoño. La
mayor cantidad de cecidias colectados entre
marzo y junio, estaría sesgada por el hecho de
ser mucho más conspicuos al estar en su fase
café, lo que facilita su detección. Por otra parte,
la mayor cantidad de cecidias abiertas cuando
predomina la fase café confirma la idea de que
ésta es signo de madurez de la cecidia (Fig. 12).
Normalmente se presenta una cecidia por
hoja (83.1%), detectándose rara vez 2 (15,5%)
o 3 (3,4%). La talla máxima detectada es de 24
mm de largo y 5 mm de ancho. Los cambios
temporales de los valores promedios y su varia-
bilidad se exponen en la Fig. 12.
Interiormente posee una sola cavidad, la
cual es poco profunda pero extensa, de ¡igual
forma que la cecidia. En ella se desarrolla una
larva única de microlepidóptero no identificado
aún. La coloración de la cavidad está directa-
mente relacionada con la de la cecidia. Sus
paredes frecuentemente se encuentran
recubiertas por una fina tela blanca, producida
FIG. 11 BACCHARIS SALLICIFOLIA. Cecidia
tipo Bola. Número, color y estado
57
Anales Museo de Historia Natural
por la larva del huésped, configurando una
especie de capullo muy simple donde ocurrirá
la pupación y que, además, cubre el orificio de
emergencia del imago. El color café en la
cavidad esta directamente relacionado con la
apertura de las cecidias.
El ciclo biológico del agente causal se inicia
en primavera, con desarrollo de pupas y emer-
gencia de adultos en otoño, lo que se deduce de
la época de presencia de las pupas (Fig. 13). La
emergencia del imago se hace por la parte
inferior de la cecidia y es característica de
muchos microlepidópteros al dejar la exuvia
pupal retenida en el orificio de salida, siendo
visible su mitad anterior.
Junto al huésped se detectó un
microhimenóptero parasitoide (Chalcidoidea),
con desarrollo asociado al de aquél (Fig. 13).
Su emergencia como adulto la hace por un
orificio circular ubicado en el sector más delga-
do de la parte superior del cecidia.
El indice de mortalidad de las larvas del
microlepidóptero es de un 64,2%, causado
básicamente por el ataque del parasitoide
(46,5%), a la que se suma la acción de hongos
en la cavidad (25.6%) y, el porcentaje restante
(27,9%), se asume es debido a la propia reac-
ción de la planta hospedera.
De acuerdo a las descripciones hechas por
Houard (1933), asociamos esta pleurocecidia
de tipo lisenquimático a la N* 1205, descrita
para Argentina, en atención a la coincidencia de
los siguientes elementos: presentarse como una
mancha elíptica decolorada, por ser su cubierta
de tipo laminar y porque el huésped es un
FIG 12 BACCHARIS SALICIFOLIA. Tallas de
cecidias tipo Bolsa y Cupular
58
Vol.24,1999
lepidóptero, aunque no concordaría en su aso-
ciación estricta a la nervadura, y en la forma-
ción de una especie de carena visible en la otra
cara de la hoja. En el trabajo hemos detectado
su disposición tanto en relación a la nervadura
como en la lámina misma.
D.3.2.- Tipo Cupular.
Cecidia sobresaliente en las dos caras del
limbo, con mayor exposición en la cara inferior,
de disposición central o lateral. Inicialmente
presenta forma circular, alargándose en forma
de huso en la medida que se desarrolla. Su
superficie es lisa, pasando de verde a café con
la cecidiagénesis, en ambas caras de la hoja
(Fig. 14). Normalmente se forma una cecidia
por hoja (80,1%), encontrándose en algunos
casos más de uno (2= 9,9% ; 3= 8,1% y 5=
1,9%).
Su cavidad interior mantiene la misma for-
ma de la cecidia, sus paredes son gruesas. En
su interior se desarrolla una sola larva blanca de
díptero (Cecidomyiidae) aun no determinado
(Houard 1933). El largo promedio es de 5,9 mm
con máximo de 13 mm; el ancho promedio es
de 1,9 mm alcanzando un máximo de 4 mm
(Fig. 12).
Este tipo de cecidia se desarrolla funda-
mentalmente en primavera-verano, siendo difi-
cil de detectar en sus fases iniciales por no
diferenciarse de la superficie de la lámina foliar.
Las larvas del agente inductor se detectaron
casi todo el año con mayor concentración en
primavera-verano. Las pupas también se pre-
sentan a lo largo del año pero con tendencia a
concentrarse en otoño (Fig. 15).
FIG.13 BACCHARIS SALICIFOLIA. Cecidia
tipo Bolsa. Huésped y Parasitoide
Francisco Sáiz $ Marylin Paz
FIG. 14 BACCHARIS SALICIFOLIA., Cecidia
tipo Cupular. Número y cambio de color
E]
De acuerdo a Gagné (1994) se trataría de
una especie del género Geraldesia. El
himenóptero parasitoide se desarrolla asociado
a todo el ciclo del huésped (Fig. 15), provocan-
do una mortalidad de un 43,2%.
Este tipo de pleurocecidia de tipo
lisenquimático se asocia al N” 1206 de Houard
(1933), descrita para Argentina, esencialmente
por ser cecidómido el huésped de ambos casos,
aunque la descripción es extremadamente es-
cueta.
CONCLUSIONES
Como resultado de la presente investiga-
ción se lograron reconocer, para Baccharis
salicifolia, 6 tipos diferentes de cecidias. Dos
Lepidoptera | Indeterminada
Diptera
Aspectos ecológicos de las Cecidias de Baccharis Salicifolia
FIG. 15 BACCHARIS SALICIFOLIA. Cecidia
tipo Cupular. Huésped y Parasitoide
de ellos en ramas : Huso y Yema, y cuatro en
hojas: Verruga, Vaina, Bolsa y Cupular. De
ellas solamente era conocida para Chile una
cecidia (Núñez y Sáiz 1994), la que correspon-
de a la foliar tipo Vaina de este trabajo, al igual
que una de Argentina. La cecidia de rama tipo
Huso es nueva para la especie. Los cuatro
restantes se asocian a descripciones de cecidias
hechas para Argentina (Houard 1933).
Para todas las cecidias aquí tratadas se
agrega información sobre sus respectivas
cecidiagénesis y sobre el ciclo de desarrollo de
sus huéspedes y parasitoides, las que se anali-
zan n relación a la fenología de la planta hospe-
dera.
La relación entre órganos afectados y hués-
pedes inductores se presenta en el siguiente
cuadro, en que se actualizan, en lo posible, los
nombres de los huéspedes.
Baccharomyia ornaticornis (Cecidomyiidae)
Acari Eriophyes baccharidis (Eriophyidae)
Hemiptera
Lepidoptera | No determinado
Diptera
Trioza sp. (Psylloidea)
Geraldesia sp (Cecidomyiidae)
La principal causa de mortalidad de los agentes inductores, son los micro himenópteros parasitoides
que atacan casi a la totalidad de los cecidias detectados, a excepción del de hoja tipo Verruga, en
que no detectó su presencia.
59
Anales Museo de Historia Natural
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Francisco Sáiz, Andrea Morales £: Marisol Olivares An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 24: 61 - 78, 1999
SOBRE EL COMPLEJO DE CECIDIOS DE
COLLIGUAJA ODORIFERA MOL. (EUPHORBIACEAE).
FRANCISCO SÁIZ, ANDREA MORALES é: MARISOL OLIVARES!
ABSTRACT
The study was conducted in the National Park La Campana, at Ocoa, throughout an annual cycle.
Seven different kind of cecidia were detected in twigs, leaves and flowers of Colliguaja odorifera Mol,
three of which had not been described for Chile. The description of cecidia considered: size, phenology of
development, relation between plant phenology and cecidia development, gall-makers and parasitoids, etc.
Diptera Cecidomyiidae were the gall-makers of most cecidia: male and female flowers, twigs cecidia
(spindle-shaped, goblet-shaped) and leaves cecidia (in nervure). One was induced by Lepidoptera (pouch-
shaped in leaves) and a second one by Eriophyidae (wart-shaped in leaves).
The development of cecidia in flowers and twigs was comprised of the following common stages: at the
beginning of cecidia development the tissues were soft and turgid (activity of Cecidomyiidae); later on the
tissues became lignify under the presence of parasitoids. Actually this cecidia represents a complex array of
relationships between gall-makers and parasitoids: Riveraella colliguayae, Promikiola rubra, Riveraella sp,
Exurus collyguayae, Torymus laetus, and other Hymenoptera. A schema of this relationships is proposed.
Key words: Leaf, Flowers and Twig Cecidia, Gall-makers, Colliguaja odorifera, Chile.
INTRODUCCION
Las Euphorbiaceae tienen una importancia
relativamente baja como hospederos de cecidios.
Por ejemplo, para Centro y Sudamérica repre-
sentan el 3.7% de los 1 341 cecidios descritos,
precedidas por Leguminosae (14.4%),
Asteraceae (12.7%), Melastomaceae (6.8%),
Myrtaceae (4.8%), Solanaceae (4.1%) y
Bureseraceae (3.9%) (Houard 1933). Es a des-
tacar que el 9% de los cecidios descritos no
tienen especie vegetal definida.
Según el mismo autor, los 48 cecidios de
Euphorbiaceae se distribuyen en 18 géneros,
tres de los cuales están presentes en Chile
(Croton, Colliguaja y Euphorbia):
Las Euphorbiacea chilenas incluyen 9 gé-
neros y 44 especies, 29 de las cuales corres-
ponden a Euphorbia. Colliguaja incluiría 4
especies (Marticorena y Quezada 1985, sinoni-
mia según Navas 1976):
mr aa
C. odorifera Mol.
Croton colliguay Mol.
Colliguaya triquetra Gill. et Hook.
C. dombeyana A.H.L. Just.
C. integerrima Gill. et Hook
C. salicifolia Gill. et Hook
Houard (1933) cita 3 cecidios de
Euphorbiaceae para Chile, todos en Colliguaja
odorifera: 2 en flor masculina y 1 en rama.
También menciona, para Argentina, uno de
hoja en C. integerrima, el que posiblemente se
encuentre en Chile.
Núñez y Sáiz (1994) agregan un cecidio de
flor femenina y uno derivado del botón vegetativo
(también citado en Martínez et al 1992), a la vez
que plantean dudas sobre las descripciones
antiguas y hacen presente que los dos cecidios
descritos para flor masculina (Houard 1933)
! Laboratorio de Ecología, Universidad Católica de Valparaíso, Casilla 4059, Fax:(32) 212746. Valparaíso, Chile. E-mail:
fsaiz Oucv.cl
61
Anales Museo de Historia Natural
corresponden a uno solo.
El estudio cecidiológico en C. odorifera se
inicia con Philippi (1873), quien describe un
cecidio de flor masculina indicando como agente
a Exurus colliguayae (Hymenoptera). Tam-
bién describe otro himenóptero, Misocampus
laetus, dando origen a una larga controversia
por la identificación del agente cecidiógeno.
Kieffer (1903), basándose en la descripción
original, sostiene que las larvas descritas son de
cecidómido (Diptera) y que el himenóptero
sería un parasitoide. En 1905, Kieffer y Herbst
describen dos cecidómidos como causantes de
dicho cecidio: Riveraella colliguayae en aqué-
llos con muchas larvas pequeñas y Promikiola
rubra en aquéllos con una sola larva, según su
propia expresión. No hacen mención a
himenópteros.
Gahan (1925) redescribe los himenópteros
señalados por Philippi, estableciendo las si-
guientes nuevas combinaciones:
Syntomaspis laetus (Phil.)
Misocampus laetus Phil.
Torymus laetus (Phil.) Dalla Torre
Tetrastichus colliguayae (Phil.)
Exurus colliguayae Phil.
Trichoporus colliguayae (Phil) Ashmead
Vol.24,1999
Herbst (1925) sustenta el planteamiento de
Kieffer (1903) y, en 1926, Bréthes mantiene el
nombre de Syntomaspis laetus (Phil), descri-
biendo la especie con mayor detalle.
Porter (1926 a y b) ratifica a Tetrastichus
colliguayae (Phil.), considerándolo parasitoide
de un diptero o lepidóptero desconocido. En
1928 (a y b), Porter revisa lo conocido a la
fecha y ratifica la presencia de ambas especies.
Oyarzún (1928) informa haber logrado ejem-
plares de un cecidómido en cecidios que deno-
mina «blandos», mientras que de los «duros»
obtiene himenópteros, pero considera ambos
cecidios como diferentes.
Ebel (1924 y 1928) redescribe el adulto de
Syntomaspis laetus, dudando que Exurus
colliguayae sea el agente formador. Lo más
interesante es su planteamiento de que Exurus
sería parasitoide del agente causal y
Syntomaspis parasitoide de Exurus. Drathen
(1954) suscribe la posición de himenópteros
cecidiogénicos.
Finalmente, Martínez et al (1992) insisten
en este mismo planteamiento, denominando a
las especies como Exurus colliguayae y
Torymus laetus.
En síntesis la historia de las nominaciones
de los himenópteros del cecidio de la flor
masculina es la siguiente:
Especies Fuente
1873 Exurus colliguayae Phil
11923 Trichoporus colliguayae (Phil.) Ashm. Gahan
1925 Tetrastichus colliguayae (Phil.) Gahan
1926-8 Tetrastichus colliguayae (Phil.) Porter
1928 Exurus colliguayae Phil. Ebel
1954 Tetrastichus colliguayae (Phil.) Drathen
1992 Exurus colliguayae Phil. Martínez et al
1873 Misocampus laetus Phil.
1925 Torymus laetus (Phil.) Dalla Torre Gahan
1925 Syntomaspis laetus (Phil.) Gahan
1926 Syntomaspis laetus (Phil.) Bréthes
1926-8 Syntomaspis laetus (Phil.) Porter
1928 Syntomaspis laetus (Phil.) Ebel
1954 Syntomaspis laetus (Phil.) Drathen
1992 Torymus laetus (Phil.) Martínez et al
62
Francisco Sáiz, Andrea Morales £ Marisol Olivares
Del análisis de la literatura precedente deri-
van algunas interrogantes como la validez de las
descripciones de cecidios hechas en base a
poco material, generalmente herborizado; la
identificación imprecisa de los agentes
cecidiógenos, parasitoides y comensales; el
encaje del desarrollo del huésped y la fenología
del hospedero, etc. Además, el endemismo de
C. odorifera, la alta diversidad de cecidios en
ella desarrollados y el afectar, algunos, a un
órgano muy particular, las flores, justifican su
estudio. |
Como objetivos específicos para este tra-
bajo hemos considerado los siguientes:
l.- Identificación y caracterización
morfológica del complejo de cecidios
desarrollados en C. odorifera.
2.- Establecer las relaciones existentes en-
tre las fases de la cecidiogénesis y del
desarrollo de huéspedes y parasitoides
con la fenología del hospedero.
3.- Intentar caracterizar funcionalmente
al elenco de organismos desarrollados
en relación al complejo de cecidios de
C. odorifera (huéspedes, parasitoides,
predadores, comensales, etc)
MATERIAL Y METODO
El estudio se realizó en el Sector Palmas de
Ocoa del Parque Nacional La Campana, V
Región, entre mayo de 1994 y junio de 1995,
con la siguiente secuencia de muestreos:
02-05-94 29-08-94 21-11-94 03-04-95
30-05-94 — 12-09-9 12-12-94 02-05-95
27-06-94 26-09-94 28-12-94 29-05-95
12-07-94 10-10-94 19-01-95 26-06-95.
16-08-94 31-10-94 13-03-95
La fenología del hospedero se evaluó a
través del seguimiento de 15 ejemplares de C.
odorifera, los que fueron caracterizados al
inicio de la investigación en cuanto a talla,
cobertura, número de ramas y grosor de la
principal, vegetación asociada y grado de inter-
vención.
Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
Periódicamente se evaluaron en ellos las
siguientes fenofases (% de cobertura) y
subfenofases (Y de la fenofase):
Botón: iniciales, desarrollados
Flor masculina: abiertas, secas
Flor femenina: abiertas, secas
Fruto: iniciales, verdes, café,
dehiscentes
Hoja: iniciales, desarrolladas,
secas
En esos mismos arbustos se controló la
incidencia de los diferentes tipos de cecidios y,
mediante marcaje, se obtuvo información so-
bre sus tasas de crecimiento.
Para la evaluación del desarrollo de los
cecidios e insectos asociados, se colectó pe-
riódicamente una cantidad suficiente de ellos,
de acuerdo a su presencia en terreno. La mayor
parte del material se analizó inmediatamente de
acuerdo a las siguientes variables:
a) Cecidios de hoja: N? por hoja, tamaño
(mm), color (verde, rojo), esta-
do (cerrado, abierto), tipo de or-
ganismo presente (Eriophyidae,
Hymenoptera, Diptera,
Lepidoptera, etc), condición de
estado del organismo (larva, pupa,
imago, exuvia).
b) Cecidios de rama: tipo de rama (nueva,
año anterior, de más de un año),
talla (largo, anchos basal y cen-
tral), características del cecidio
(abierto, cerrado), cavidades (N*
y color), condición de estado de
huéspedes y parasitoides (larva,
pupa, imago, exuvia, parasitando
o no, sistema de emergencia de
adultos, comensales, etc).
c) Cecidios en flor: sexo de la flor, talla del
cecidio (largo, ancho), cavida-
des (N*, verde, café), estado del
cecidio (blando, lignificado, abier-
to, cerrado), condición de estado
de los organismos (n”, larva,
pupa, imago, exuvia, parasitando
o no, sistema de emergencia del
adulto, comensales, etc).
63
Anales Museo de Historia Natural
Todo el material biológico con posibilida-
des de continuar su desarrollo se guardó en
frascos individuales para seguir su evolución
posterior.
Finalmente, un porcentaje menor, especial-
mente de cecidios considerados en su fase
terminal de maduración, se guardó directamen-
te en frascos individuales con el fin de obtener
huéspedes, parasitoides y predadores.
RESULTADOS Y DISCUSION
A.- CARACTERISTICAS CLIMATICAS.
El estudio se realizó bajo condiciones
climáticas de sequía, ya que las precipitaciones
del año de estudio (1994) fueron inferiores en
más de un 30% a las de un año normal y sigue
Vol.24,1999
a otro año seco. Las lluvias de 1991 y 1992
exceden en más del 50% a las del año normal
(Fig. 1).
B.- FENOLOGIA DE HOSPEDEROS.
La caracterización general de los ejempla-
res de C. odorifera usados para determinar el
modelo fenológico se presenta en la Tabla 1.
El modelo fenológico de C. odorifera,
directamente relacionado con la investigación,
comprende las siguientes fenofases básicas:
botones: abril a septiembre (Fig.2); flores fe-
meninas: agosto a septiembre inclusive (Fig.3);
flores masculinas abiertas: agosto a noviembre
(Fig.4); el desecamiento foliar y su disminución
ocurre entre diciembre y mayo ( Fig.5).
TABLA 1 ARQUITECTURA, ESPECIES ASOCIADAS Y GRADOS DE INTERVENCIÓN ANTROPICA DE LOS
EJEMPLARES ESTUDIADOS DE C.ODORIFERA.
9 SE,
SP,
DD 0 3] O ln hh 4 Nn
O
Un BE UY MN — O
AGS
CO,
CO,
EC, EQ, AG,
Aislado en espacio abierto
CELE AS
FE, TE,
Aislado, cerca de CO
0,
CO, ES. LEC,
CO,
Aislado entre rocas, cerca CO
Sigla Arquitectura(Cm) Especies vegetales asociadas directamente
Lao iCopa ar lóN y nivel de intervención antrópica
23
Parciamente aislado
Parcialmente aislado
LC, TT, CO En vegetación densa
Aislado
P: Perímetro rama mayor; N : N* de ramas; JC: Jubaea chilensis; AC: Acacia caven; LC: Lithrea caustica; ES:
Eupathorium salvia; CO: Colliguaja odorifera; TT: Trevoa trinervis; SP: Schinus polygamus; EC: Echinopsis
chilensis;
64
Francisco Sáiz, Andrea Morales $ Marisol Olivares
VALPARAISO
Precipitaciones 1902, 1983 y 1994
1901 = 584 mm 1992 = 605 mm
Año Normal = 373 mm
1993 = 301 mm 1994 = 250 mm
MM MI v Xx Ya
A E A A
1992 MESES 1994
COLLIGUAJA ODORIFERA
Fenología Flor Femenina
25 274 | li 1010 2011 2812 139 28
318 127 208 2609 31-10 1212 191 y a
1994 TIEMPO 1995
CO) Abierta Ml] Seca —=— Incidencia
TW]
28 de da li 10:10 ET e 2412 t
318 127 200 2069 31-10 1212 191
1994 TIEMPO 10996
[) troll EZ] Ossarroliaca E) Beca — incidencia
Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
COLLIGUAJA ODORIFERA
Fenologia
Botones
27 124 10:10 a mE en EN 25
315 127 205 200 31-10 1212 191
1994 TIEMPO 1995
CO) inicial E Abriendo —— incidencia
128 10-10 21-11 28612 1393 258 284
127 208 260 31-10 1212 191 34 295
1994 TIEMPO 1995
CO Abierta [TZ] Seca —%- incidencia
C.- DE LOS CECIDIOS EN GENERAL
Durante la investigación se detectaron 7
tipos de cecidios, de los cuales los tres de hoja
no estaban descritos.
De Hoja:1.- Nervadura 2.- Bolsa 3.- Verruga
De Rama: 4.- Tipo Huso 5.- Tipo Copa
De Flor: 6.- Flor masculina 7.- Flor femenina
De los tres cecidios descritos en Houard
(1933) solamente se aceptan dos: el cecidio de
rama fusiforme y uno de los dos de flor mascu-
lina. Previamente habían sido descritos, en
forma general, el de flor femenina (Núñez y
Sáiz 1994) y el tipo Copa (Núñez y Sáiz 1994 y
Martínez et al 1992).
El total del material estudiado se desglosa
así:
65
Anales Museo de Historia Natural
Tipo Verruga
Tipo Bolsa
Tipo Nervadura
D.- CECIDIOS DE HOJA.
D.1.- Tipo NERVADURA. Cecidio fusifor-
me, desarrollado en la faz superior de la hoja en
relación directa con la nervadura central, dis-
puesto en su misma dirección y produciendo,
en algunos casos, malformaciones foliares. Un
cecidio por hoja. Externamente su superficie es
lisa, con coloración verde o roja, aparentemen-
te relacionada con su crecimiento. Internamen-
te posee una cavidad de igual forma que el
cecidio, de paredes gruesas, la que alberga una
larva de díptero, la cual en su último estado
adquiere color amarillo y presenta la espátula
característica de Cecidomyidae; también son
frecuentes los himenópteros parasitoides, los
que al emerger dejan un orificio circular. El
largo promedio es de 4,6 mm con máximo
detectado de 7.3 mm.
Cecidio de fin de primavera y verano
(Fig.6). De acuerdo a los datos de laboratorio
su desarrollo empieza en agosto-septiembre,
emergiendo parasitoides en julio del año si-
guiente. Larvas de díptero atacadas por larvas
del parasitoide (Chalcidoidea) se encuentran
desde el inicio del desarrollo de los cecidios,
mientras que pupas de dípteros con parasitoides
fueron detectadas en diciembre.
D.2.- Tipo BOLSA. Cecidio de la faz supe-
rior de la lámina foliar, subepidérmico, de ubi-
cación preferentemente central, de forma alar-
gada irregular; un cecidio por hoja, el que puede
comprometer hasta el 80% de la superficie
laminar. Exteriormente se presenta como una
mancha café lisa, la que con el desarrollo del
cecidio se transforma en una bolsa café de
paredes delgadas, rugosa en el sector de la
66
Tipo Huso 476
Tipo Copa 405
Vol.24,1999
Femenina
Masculina
mancha inicial. La cavidad es de igual forma
que el cecidio y muy poco profunda. El agente
es un microlepidóptero, el que se encuentra
como larvas pequeñas en los cecidios en forma
de mancha café, mientras que en la forma de
bolsa son larvas mayores o ya han desarrollado
un capullo de pupación, blanco y fino, adosado
a la parte superior de la cavidad. También se
encuentran himenópteros parasitoides
(Chalcidoidea) cuyo orificio de salida circular
se ubica en los sectores más delgados del
cecidio. Longitud promedio de 8.9 mm y máxi-
ma detectada de 24.5 mm.
Cecidios de verano-otoño (Fig. 6). De los
190 cecidios estudiados 137 fueron colectados
en abril y mayo, coincidiendo con las tallas
medias máximas (11.9 y 9,22 mm respectiva-
mente). Los diferentes estados de desarrollo del
parasitoide se encuentran desde marzo a junio.
Del análisis del contenido de los cecidios se
calcula una mortalidad del huésped de 71.5%
(cecidios cerrados: vacios 6.8%, con fecas de
lepidópteros 37,4%, larvas de lepidóptero se-
cas 8.9%, estados de desarrollo de himenópteros
18.4%), con un éxito de sobrevida de 28.5%
(cecidios abiertos y con fecas 21.6% y larvas
vivas de lepidópteros 6.9%).
D.3.- Tipo VERRUGA. Cecidio de la cara
superior de la lámina foliar, irregularmente
coniforme, no produce malformaciones foliares
mayores; superficie brillante y rugosa, con
coloración verde o roja, aparentemente relacio-
nada con su crecimiento. Interiormente pre-
senta una sola cavidad central profunda, rodea-
da de paredes gruesas, la cual alberga numero-
sos ácaros (Eriophyidae) cuya coloración va de
blanco a rojo según su estado de desarrollo.
Francisco Sáiz, Andrea Morales £ Marisol Olivares
También se detectan himenópteros parasitoides
(Chalcidoidea). La apertura del cecidio maduro
se hace en forma de cruz por el ápice. Los
parasitoides emergen por orificio circular ca-
racterístico. Normalmente se encuentran va-
rios cecidios por lámina foliar, cubriendola casi
completamente en algunos casos. El tamaño
promedio es de 1,1 mm y el máximo de 3.5 mm.
Valores sobre 2.2 mm son raros.
Cecidio abundante y constante durante el
año. Su incremento a partir de septiembre (Fig.
6) se debe, por una parte, a un aumento real en
los 2 ejemplares de colliguay con presencia
constante de cecidios y por otra, a su
aparecimiento en otros ejemplares (n= 5).
La mayor incidencia de cecidios por hoja
ocurre en los meses de otoño, con bajas fluc-
tuaciones de la talla promedio durante el perío-
do de estudio (Fig. 7).
El paso de coloración verde a roja pareciera
ser índice de maduración. El 100% de los
verdes estaba cerrado, con un 42% de ellos
vacios; en cambio, de los rojos no más del 19%
de los cerrados está vacio. Esto indicaría alta
274 168 120 10:10 21-11 2812 133 28
315 127 208 260 31-10 1212 11 34 208
1994 TIEMPO 1905
dr Verruga [77] Nervadura [] Bolas
168 130 10
200 260 31-10 1212 191 34 206
1994 TIEMPO 1905
EZA Estopiidas ()] Hymenoptara ] Combinación
Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
mortalidad en la fase inicial de la cecidiogénesis.
La mortalidad por parasitoides es baja (no
superior al 2.4% de ambas categorías de cecidios
cerrados). El alto porcentaje de cecidios abier-
tos y vacios sería índice de maduración de los
huéspedes y no de mortalidad.
La relación huesped-parasitoide se expone
en Fig. 8, en que se grafican porcentualmente:
cecidios vacios, con ácaros solamente, sólo
con el parasitoide y, finalmente, la combinación
huésped-parasitoide.
Para el análisis del desarrollo de los
Eriophyidae se establecieron las siguientes ca-
tegorías:
Estado 1: pequeños, blancos
Estado 2: medianos, rosados
Estado 3: grandes, rojos
Los ácaros están presentes todo el año. Su
ciclo se iniciaría a principios de primavera, con
máxima expresión en verano (100% en Estado
1) (Fig. 9). Los parasitoides se presentan bási-
camente en otoño ( Fig. 8). Su aparecimiento es
coincidente con los estados de mayor desarro-
llo del huésped (Estado 3).
120 10-10 21-11 2612 133 25 204
127 208 209 31-10 12-12 191 34 295
1994 TIEMPO 1995
[_] Cecidics/Hoja —8— Talla Promedio =— Talla Máxima
290 31:10 1212 101 94
168 120 1010 21-11 2012 1939 24 208
1994 TIEMPO 1805
[(=] Estado 1 E Estado 2 E) Estado 3
Anales Museo de Historia Natural
E.- CECIDIOS DESARROLLADOS EN LAS
RAMAS.
En este acápite se considerarán tanto los
cecidios desarrollados en el interior de la rama
(« Tipo Huso») como los derivados del botón
vegetativo («Tipo Copa»).
En los mismos ejemplares en que se analizó
Vol.24,1999
la fenología del colliguay, se estudió el desarro-
llo temporal de ambos cecidios de rama (Tabla
2). Los de Tipo Huso se hicieron conspicuos a
partir del mes de octubre, mientras que los de
Tipo Copa se inician en junio, muestran su
máxima presencia en septiembre y tienden a
desaparecer, por maduración y caída, hacia
enero.
TABLA 2 DISTRIBUCION TEMPORAL DE LA PRESENCIA DE CECIDIOS DE RAMA EN COLLIGUAJA
ODORIFERA.
Fecha
02-05-94
30-05-94
27-06-94
12-07-94
16-08-94
29-08-94
12-09-94
26-09-94
10-10-94
31-10-94
En laboratorio se estudió un total de 476
cecidios Tipo Huso y 405 Tipo Copa. Su distri-
bución porcentual según edad de la rama de la
cual fueron colectados es la siguiente:
De la información expuesta deriva
que el desarrollo del cecidio Tipo Huso
demora más de un año en su formación
(Fig. 10), siendo detectable exteriormente
después del primer período vegetativo
de la planta posterior a la acción inicial
del agente. En cambio, el Tipo Copa es
anual y en relación directa con el desarrollo del
botón vegetativo en ramas nuevas (Tabla 2 y
Fig. 13).
E.1.- Cecidio Tipo Huso.
Cecidio fusiforme, pasando, en su desarro-
21-11-94
12-12-94
28-12-94
19-01-95
13-03-95
03-04-95
02-05-95
29-05-95
26-06-95
Rama nueva
Del año anterior
De más de un año
llo, de un simple abultamiento blando a un huso
duro, de paredes gruesas. La longitud máxima
detectada es de 27.9 mm y la anchura máxima
de 11.6 mm. Interiormente presenta de 1 a 3
cavidades, de posición lateral o central, las que
ocupan parcial o casi totalmente el cecidio; su
color va de verde a café en la medida que el
cecidio crece y envejece la rama en que se
desarrolla, según se desprende de los siguientes
datos y Fig. 12:
Edad Rama Cavidades_%
Larva pequeña
nueva (n=1) 100% verdes
año anterior 60% verdes | Larva mediana y pupa
Pupa y adulto
(n=374) 40% café
más de l año 5% verdes
(n=101) 95% café
68
Número Posición
Lateral 48
Central 522
Larva grande y pupa
Adulto o abierta
Francisco Sáiz, Andrea Morales £ Marisol Olivares
El agente causal es un díptero cecidómido
(Riveraella sp según Kieffer y Herbst 1905). A
él se asocian himenópteros parasitoides
(Chalcidoidea), a veces numerosos (más de 20
larvas). Mientras dura la presencia del
cecidómido inductor el cecidio es blando y en
pleno desarrollo, adquiriendo volumen final y
dureza con la participación del parasitoide y
con el envejecimiento de la rama. La exuvia
pupal del díptero habitualmente queda parcial-
mente retenida en el orificio de salida, el que es
circular.
La no detección de cecidios en ramas nue-
vas (solamente un ejemplar) confirma la idea de
un desarrollo críptico durante los primeros
meses, siendo visibles al siguiente período
vegetativo del colliguay (Tabla 2 y Fig. 10);
situación ratificada con los valores promedios
de las tallas (largo, base y centro, Figs 11 y 12),
los que ya son altos al inicio de la investigación.
De los cecidios controlados en terreno entre 30/
5-94 y 12/12-94, en ramas del año anterior, se
detecta crecimiento en los meses de agosto y
septiembre, del orden del 10 al 40%, y coinci-
dente con las mayores tallas máximas (Fig. 11).
Finalmente, la distribución temporal de los
insectos asociados al desarrollo de este tipo de
cecidio se expone en Tabla 3. Esta información
deriva directamente de la apertura de los
cecidios. Larvas terminales y pupas, manteni-
das en frascos individuales, posteriormente dan
origen a pupas e imagos respectivamente.
De ellos, el cecidómido es el agente induc-
tor, el cual sería atacado fundamentalmente por
el parasitoide Exurus colliguayae (Eulophidae)
y, complementariamente por el Chalcidoidea
FIG. 10 COLLIGUAJA ODORIFERA
Cecidio
sde,
10648 120 10-10 2 11 20-12
294 260 31-10 1212 101 34 205
1994 TIEMPO 1995
UC] Casdad caló —0- Nueva di Año anterior —"— 1 año <
Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
sp. 4 (Ver esquema en Conclusiones). Es muy
común la presencia de larvas de Exurus junto
a restos de larvas de díptero, siendo indicador
indiscutible de ello la presencia de la espátula de
la larva del cecidómido en el interior del cecidio,
información igualmente válida para los cecidios
de «Copa» y de Flores Masculina y Femenina.
Así se explica la baja cantidad de larvas de
díptero detectadas (Tabla 3). Por otra parte,
para detectar en forma abundante las larvas del
cecidómido deben estudiarse los cecidios inci-
pientes.
Sobre Exurus actuaría Torymus laetus
(Torymidae) como hiperparasitoide. Un
hiperparasitoide secundario sería el Braconidae
sp 1 (Det. H. Toro), el que cumpliría funciones
similares a Torymus laetus. El coleóptero
(Cleridae) es un predador de estados avanzados
en el desarrollo del cecidio. También se detectó
una pupa de lepidóptero. Ocasinalmente se
detectó un Anobiidae.
COLLIGUAJA ODORIFERA
Cacidio en Rama Tipo Huso: Longitud
En Rama de Año Amtarior
25 270 168 120 10:10 21-11 26-12 133 28 164
305 127 298 269 31-10 1212 191 34 205
1994 TIEMPO 1995
—=- Promedio Y OS —=- Máximo
120 10010 21 O
308 127 208 260 31-10 1212 101 34 208
1994 TIEMPO 1008
—8— Centro Pr. [77] Centro DS —— Base Pr. il Bano OS
Anales Museo de Historia Natural
Vol.24,1999
O EN
TABLA 3 DISTRIBUCION TEMPORAL DE INSECTOS ASOCIADOS A CECIDIOS DE RAMA TIPO HUS
COLLIGUAJA ODORIFERA.
Cecidomyiidae
it tb
Y hn 0 QQ Un 00 —
L: larva; P: pupa; 1: Imago;
E.2.- Cecidio Tipo Copa.
Cecidio derivado del botón vegetativo. Su
aspecto es globoso, con dos prolongaciones
apicales que le dan un cierto aspecto de «copa».
No siempre el alto es mayor que el ancho, La
altura máxima detectada es de 9.0 mm y el
ancho máximo de 8.0 mm. Muy frecuentemen-
te presenta inicios de desarrollos foliares en su
superfice, la cual es lisa y puede ser verde, roja,
café o con combinaciones de esos colores.
Internamente presenta 1 a 7 cavidades, de
paredes gruesas, de superficie lisa y color
verde o café según estado de desarrollo, el que
también va asociado con la edad de la rama.
Exurus Torymus
E leridae
Braconidae
sp 1
Chalcidoidae
sp 4
lA |
Mientras dura la presencia del cecidómido in-
ductor el cecidio es blando y en desarrollo,
adquiriendo volumen y final y dureza con la
participación del parasitoide, situación explica-
ble por desaparición de la acción cecidiogénica
del huésped. Una larva del huésped por cavidad.
El adulto emerge por orificio circular, general-
mente apical, en el que queda retenida la exuvia
pupal, quedando expuesta su mitad anterior.
En el material estudiado (n= 405) los valo-
res de los parámetros referentes a las cavidades
del cecidio son:
h Cavidades
NES COMSABAO RAS
70
Francisco Sáiz, Andrea Morales £: Marisol Olivares
Como se ha mencionado, es un cecidio
anual (Tabla 2 y Fig. 13), por lo que no se
encuentran en las ramas del año anterior o más
viejas, salvo en forma excepcional y como
cecidios secos y abiertos. Ocasionalmente se
encuentra este tipo de cecidio sobre los cecidios
Tipo Huso.
La diversidad de la coloración del cecidio
no aparece como una secuencia clara de madu-
ración (Fig.14). Más bien debe pensarse en dos
colores básicos independientes (verde y rojo)
con tendencia al café al madurar y lignificarse
el cecidio. ¿ Posible efecto de la intensidad de la
COLLIGUAJA ODORIFERA
Cecidio en Rama. Tipo Copa: Edad Rama
168 120 10-10 21-11 28612 193
308 127 298 260 31-10 1212 101
1994 TIEMPO 1995
—2— Nueva —6-— Año Anterior —— 1 año <
Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
insolación debido a su posición en el arbusto?.
La evolución de los tamaños (promedios y
máximos de largo y ancho) se exponen en Figs.
15 y 16. En material controlado en terreno entre
el 30-5-94 y el 10/10-94 (no incluído en tablas
y figuras), se detectó crecimiento de los cecidios
en los meses de junio y julio con incrementos
muy variables tanto en alto como en ancho (10
a 103%)
En cuanto a la distribución temporal de los
insectos asociados a este tipo de cecidio (infor-
mación derivada directamente de la apertura de
los cecidios) se expone en la Tabla 4.
COLLIGUAJA ODORIFERA
Cecidio en Tama. Tipo Copa: Color
o
28 2718 168 129 1010 21-11 2612 133 25 208
JOB 127 208 268 31-10 1212 191 34 295
1994 TIEMPO 1996
(Verde. EHH Rojo
ES Cas UZZ] Verde-Cató
IN verde-Rojo
TABLA 4 DISTRIBUCION TEMPORAL DE INSECTOS ASOCIADOS A CECIDIOS DE RAMA TIPO COPA EN
COLLIGUAJA ODORIFERA.
Braconidae |Chalcidoidea Cleridae
Cecidommyiidae Exurus Torymus
colliguayae laetus sp 1
IES
L: larva; P: Pupa; l: Imago; *: varios a muchos ejemplares
Anales Museo de Historia Natural
Al igual que para los cecidios del tipo
«Huso» el cecidómido es el inductor, el cual
sería atacado por Exurus colliguayae y
complementariamente por el Chalcidoidea sp. 4
(Ver esquema en Conclusiones). Es muy fre-
cuente la presencia de larvas de Exurus junto a
restos de larvas de díptero, siendo indicador
indiscutible de ello la presencia de la espátula de
la larva del cecidómido en el interior del cecidio,
como ya se ha indicado para los de rama tipo
Huso. Así se explica la baja cantidad de larvas
de díptero detectadas (Tabla 4). Por otra parte,
para detectar en forma abundante las larvas del
cecidómido deben estudiarse los cecidios inci-
pientes.
Sobre ellos actuarían el Braconidae sp 1
(Ver esquema en Conclusiones) y, especial-
mente, Torymus laetus en calidad de
hiperparasitoides. El coleóptero (Cleridae) se-
ría un predador de estados avanzados de desa-
rrollo del cecidio.
En consecuencia, se rechaza el plantea-
miento de que los cecidios son formados por
Largo Promedio 11.4
DS
Largo Máximo
Ancho Promedio
DS
Ancho Máximo
Las cavidades son preferentemente de 1 por
cecidio (15), ocasionalmente de 2 (4) o 3 (1),
máximo asociable a las 3 cavidades del fruto. En
16 casos no se había gestado aún la cavidad, no
detectándose con precisión un huésped.
El agente causal es un cecidómido, al que
acompañan dos o tres parasitoides, probable-
Cecidomyiidae, larva
Resto larva de Cecidomyii-
dae con larvas de Exurus
Exurus larvas
Exurus imagos
Larvas de Exurus con larva
pequeña de Coleoptera
Pupa Hymenoptera Café
Larva Torymus
1
9
6
l
l
l
A |
72
02-5-94 | 30-5-94 | 27-6-94 | 12-7-94 16-8-94 | 29-8-94
3,3 6.9 6.6 6.7 13.2
AE lc
2 2
13 13
7
l
: |
1
1 |
Vol.24,1999
himenópteros (Martínez et al 1992).
F.- CECIDIOS EN FLOR.
F.1.- Flor femenina.
Cecidio derivado del botón floral femenino
y que mantiene el aspecto del fruto, desarro-
llando hasta tres cavidades ovoides indepen-
dientes de acuerdo a las divisiones del fruto.
Superficie externa lisa, verde, la que pasa a café
al madurar. Son difíciles de detectar, tanto por
ser escasos como por confundirse, en forma y
color, con el desarrollo inicial del fruto.
Están presentes de abril a septiembre y
pasan de blandos a duros en la medida que se
desarrollan los parasitoides, por las razones ya
explicadas en los dos cecidios precedentes. Los
cecidios viejos se encontraron al inicio y fin del
período de estudio.
Se logró detectar 36 cecidios, de los cuales
solo 3 corresponden a cecidios viejos.
Los antecedentes temporales referentes al
tamaño se exponen a continuación:
mente todos ellos son los mismos del cecidio de
la Flor Masculina. Los valores máximos de
tamaño detectados son: 18 mm de alto y 13,2
mm de ancho.
Los insectos asociados a los 20 cecidios
en que se encontró huéspedes o parasitoides
entregan la siguiente información:
Chalcidoidea
l
]
Número
Diptera Exurus
Muchas
Muchas
Varios
Varias
Francisco Sáiz, Andrea Morales £ Marisol Olivares
F.2.- Flor Masculina.
Hinchazón del ráquis del amento masculi-
no, Ovoide a esférico, presentando flores atro-
fiadas en su exterior, más o menos distanciadas
según el estado de desarrollo. Interiormente
con una o varias cavidades irregulares, de
paredes gruesas, inicialmente carnosas y luego
duras y lignificadas. Agente cecidiógeno: dos
especies de cecidómidos (Promikiola rubra
Kieffer y Herbst y Riveraella colliguayae
Kieffer y Herbst), con una larva por cavidad.
Ambas especies son citadas como formando el
mismo tipo de cecidio (Gagné 1994).
Parasitoides: Torymus laetus (Phil.), Exurus
colliguayae Phil, y otros himenópteros. Los
valores máximos de tamaño detectados son:
39.2 mm de largo y 20 mm de ancho. La
evolución de los tamaños (valores promedios
con sus desviaciones estándares y máximos del
largo y ancho) se exponen en Figs. 17 y 18.
En total se estudian 591 cecidios, con la
siguiente distribución del número de cavidades
por cecidio:
Cavidades as 80.4%
PEE 13.5%
Hi 5.1%
Andá 0.8%
A UA
Los cecidios son anuales, persistiendo un
escaso número de ellos más allá del año y bajo
la forma de estructuras muy lignificadas, gene-
ralmente con orificios de salida del parasitoide.
La lignificación del cecidio estaría directamen-
te relacionada con la presencia y desarrollo de
los parasitoides e hiperparasitoides, como ya se
ha discutido previamente. El período de pre-
sencia de los cecidios nuevos se extiende bási-
camente entre junio y diciembre, ocurriendo su
apertura entre diciembre y marzo (Figs. 19).
Las aperturas de verano son imputables a
parasitoides ( cecidios viejos), mientras que las
de junio, julio y agosto más bien corresponden
a cecidómidos (Fig. 20).
Desde el punto de vista del agente inductor
se detecta nuevamente a dípteros cecidómidos
como causantes (probablemente: Riveraella
colliguayae y Promikiola rubra, situación
que debe estudiarse para su confirmación)
(Fig. 20), estando centrada su presencia en las
Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
fases iniciales del desarrollo de los cecidios,
período durante el cual éstos permanecen blan-
dos y crecen, sin indicios de lignificación. Los
primeros estados larvales de los dípteros son
poco detectables en los cecidios incipientes
debido a que hay uno por cavidad, a su peque-
ñísimo tamaño, a su color blanquecino y a la
acción de parasitoides. Lo expuesto confirma
lo planteado por Oyarzún (1928) según el cual
se obtienen dípteros de los cecidios blandos
(iniciales) e himenópteros de los cecidios duros
(terminales).
Las larvas de los cecidómidos son atacadas
por Exurus colliguayae, los que diezman su
población. Su presencia en los cecidios corres-
ponde a la fase central y terminal del desarrollo
de éstos (Fig. 21). Junto a Exurus aparece otra
especie de himenóptero pequeño (Chalcidoidea
sp 2) que sería también parasitoide de las larvas
de los dípteros.
Finalmente, Torymus laetus sería un
hiperparasitoide al atacar a las otros parasitoides
antes mencionados (Fig. 22), confirmando los
planteamientos de Ebel (1928). Al respecto,
hemos confirmado las observaciones de este
autor en el sentido de que la única larva de
Torymus presente por cavidad, transforma a
las larvas de Exurus en una masa café oscura
en la cual son distinguibles las larvas originales.
Con iguales características de hiperparasitoide
aparece el Braconidae sp 1 ya detectado en los
dos tipos de cecidios desarrollados en las ramas
del colliguay (Fig. 23).
Un último factor de mortalidad biológica
estaría representado por un coleóptero de la
familia Cleridae (Fig. 23).
En consecuencia, se rechaza el plantea-
miento de que los cecidios son formados por
himenópteros, confirmándose el rol de
parasitoides de éstos (Philippi 1873, Martínez
et al 1992) y el rol inductor del cecidio de los
cecidómidos. La colecta de cecidios maduros
es lógico que entregue información sólo sobre
parasitoides e hiperparasitoides, si no se sabe
reconocer la espátula del último estado larval
del cecidómido.
Al terminar este análisis es necesario un
comentario final sobre los huéspedes y
parasitoides asociados a los cecidios de
73
Anales Museo de Historia Natural
Colliguaja odorifera. Al iniciar esta investiga-
ción el desconocimiento era casi absoluto sobre
la presencia e identidad de huéspedes y
parasitoides, a excepción de datos sobre Exurus
collguayae y Torymus laetus, por lo que no
hay 100% de seguridad en la adjudicación de
larvas y pupas a los respectivos adultos
(Chalcidoidea sp 2, sp 4 y sp 7, Braconidae sp
1 y especies de Cecidomyidae). En cuanto a los
Cecidomyiidae es necesario destacar que am-
bos géneros son monoespecificos y las refe-
rencias se reducen a las originales (Kieffer
1913, en Gagné 1994). Este último autor en su
COLLIGUAJA ODORIFERA
Cecidio en Rama. Tipo Copa: Alto
En Rama Nueva
Altura (mm)
Desviación Estándar (DS)
TA 108 120 1010 21-11 2812 133 25 268
305 127 298 200 31-10 12-12 191 H4 205
1994 TIEMPO 1995
—=— Promedio ] DS —— hiloimo
COLLIGUAJA ODORIFERA
Cecidio en For Masculina: Largo
SS)
S
l
1 120 10-10 21-11 28-12 133 25 284
127 208 269 30-10 12-12 191 34 295
1994 TIEMPO 1995
-8— Promedio [773 DS —— Máxima
COLLIGUAJA ODORIFERA
Cecidio en Flor Masculina. Estado
120 10-10 21-11 28-12 133 28 20-40
308 127 298 260 30-10 1212 141 34 295
1994 TIEMPO 1995
(CC) Oemados ll Aniertos 2 Total —=- huevos
74
Vol.24,1999
revisión de la familia para la región neotropical
sólo las cita y dice para Riveraella :»Little is
known of this genus to distinguish it from
others with four palpal segments and toothed
claws».
Todo este material está en manos de los
especialistas correspondientes y hay una inves-
tigación en curso para afinar estos detalles, ya
que es posible que las relaciones entre insectos
asociados a los cecidios de C. odorifera sean
aún más commplejas de lo que aquí planteamos
como hipótesis. No sería extraño encontrar
dobles roles en algunos himenópteros.
COLLJIGUAJA ODORIFERA
Cecidio en Rama. Tipo Copa: Ancho
En Rama Nueva
25 TE 168 129 1010 21011 2812 139 26 268.
305 127 208 269 31:10 1212 191 34 295
19894 TIEMPO 1995
—=- Promedio y DS —— Máximo
COLLIGUAJA ODORIFERA
3
e
E
yA 2
a A Z
AMA AAA
278 164 129 10-10 21-11 26-12 193 25 200.
127 208 260 30-10 12-12 191 ss 228
1994 TIEMPO 1995
+ Promedio [74 DS = Máxima
COLLIGUAJA ODORIFERA
Ceacidio en Flor Masculina.
278 168 120 10-10 21-11 2612 138 26
2858
290 260 3010 1212 161 34 205
1994 TIEMPO 1995
Francisco Sáiz, Andrea Morales £: Marisol Olivares
COLLIGUAJA ODORIFERA
Flor Masculina.
Exurus colliguayas
278 168 120 10:10 21-11 2812 133 28
127 298 260 30:10 1212 191 34 295
1994 TIEMPO 1905
[O Larva [zz Pupa MN imago
Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
28 218 168 120 10-10 21-11 2612 133 24
305 127 248 260 3010 1212 191 34 205
1994 TIEMPO 1095
[Jlama ZA Pupa MN imago
COLLIGUAJA ODORIFERA
Flor Masculina Braconidas sp 1.Cleridas
168 129
1994
10-10 21-11 26-12 133 25 2048
2208 2069 30-10 1212 191
TIEMPO 1995
NH 2D.
[7] Larva Braconidas 74 Pupa Braconidas [II] Larva Cieridas
CONCLUSIONES
Como resultado de la investigación se de-
tectaron 7 tipos diferentes de cecidios en
Colliguaja odorifera, a saber:
De Hoja: 1.- Verruga
4.- Tipo Huso
De Rama:
De Flor:
2.- Nervadura 3.- Bolsa
5.- Tipo Copa
6.- Flor masculina 7.- Flor femenina
De ellos, se citan y describen por primera
vez los tres de hoja y el de flor femenina. Se
elimina uno descrito en Houard (1933) en flor
masculina por corresponder a un estado de
desarrollo de ese tipo de cecidio. El de tipo
Copa había sido mencionado previamente
(Martínez et al 1992, Núñez y Sáiz 1994) pero
no descrito.
Se describe la totalidad de los tipos de
cecidios encontrados, incorporando informa-
ción referente a tamaño, fenología de su desa-
rrollo, agentes inductores e insectos a ellos
asociados, etc.
Fenológicamente, los cecidios estudiados
presentan las siguientes características:
75
Anales Museo de Historia Natural
Cecidios de Hoja
Vol.24,1999
Nervadura........c.moo.o.. fin de primavera y verano
Bol innnaao verano-otoño
VO todo el año con desarrollo fundamental en otoño
Cecidios de Rama
Tipo HiSO curiosos.» Dos años o más en madurar
Tipo CODA..........= Anual, con máximo desarrollo en primavera
Cecidios de Flor
Femenina............ Anual, con máxima presencia invernal
Masculina........... Anual, con máxima presencia en invierno-primavera
Dipteros Cecidomyiidae, son los inductores
del mayor número de cecidios: Flor Masculina
y Femenina, de rama Tipo Huso y Tipo Copa y
el de Nervadura en la hoja. Los restantes son
formados por un lepidóptero (tipo Bolsa en
hoja) y por ácaros eriófidos (Tipo Verruga en
hoja).
En consecuencia, se rechaza el plantea-
miento de que los cecidios de rama « Tipo
Copa» y de Flor Masculina son formados por
himenópteros, ratificándose que son
cecidómidos (Diptera) los reales agentes
causales.
Es común a los cecidios de Flor (Femenina
y Masculina) y al de Tipo Copa en rama, un
desarrollo inicial con tejidos blandos y turgentes,
fase en que se hace efectiva la acción del agente
cecidiógeno (Diptera Cecidomyiidae) y el cre-
cimiento real del cecidio. Posteriormente, ante
la acción de los parasitoides, especialmente de
los hiperparasitoides, el cecidio disminuye su
tasa de crecimiento y empieza a lignificarse.
Del análisis de los insectos asociados a los
cecidios de Colliguaja odorifera se desprende
una situación altamente interesante, la cual
merece un estudio particular y detallado.
En efecto, los cecidios de rama (Tipo Huso
y Tipo Copa) y de Flor Masculina y Femenina
aparecen configurando un complejo muy com-
pacto de relaciones interespecíficas, no indica-
do en la literatura. En todos ellos los agentes
causales son, aparentemente, los mismos
76
dípteros cecidómidos (Riveraella colliguayae,
Promikiola rubra y Riveraella sp según
Kieffer y Herbst 1905), los que participarían en
cualquiera o todos los tipos de cecidios mencio-
nados. Gagné (1994), en su revisión de los
cecidómidos de la Región Neotropical, cita
solamente los mismos nombres de Kieffer y
Herbst sin estudiar las especies. Además, dice
que muy poco se sabe de ambos géneros
monoespeccíficos para distinguirlos claramen-
te de otros.
En todos los cecidios anteriores se encuen-
tra, en forma predominante, el parasitoide de
los dípteros Exurus collyguayae, acompaña-
do de otros parasitoides secundarios
(Chalcidoidea), distintos para cada tipo de
cecidio. Sobre ellos actuarían como
hiperparasitoides dos especies de Hymenoptera:
Torymus laetus, como agente principal, y
Braconidae sp 1, en un rol secundario, de
acuerdo a las abundancias analizadas.
Las posibles acciones competitivas entre
Cecidómidos, entre parasitoides (Exurus
colliguayae y otro himenóptero) y entre
hiperparasitoides (Torymus laetus y
Braconidae sp 1) deben ser analizadas en detalle
a futuro.
En consecuencia y como una importante
conclusión de la presente investigación se ha
elaborado la siguiente hipótesis de relaciones
entre los insectos asociados a los cecidios
desarrollados en las flores y ramas de Colliguaya
odorifera.
Francisco Sáiz, Andrea Morales £ Marisol Olivares Sobre el complejo de cecidios de Colliguaja Odorifera Mol.
POSIBLES RELACIONES ENTRE HUESPEDES Y PARASITOIDES EN CECIDIOS DE
RAMA Y DE FLOR EN COLLIGUAJA ODORIFERA
Torymus laetus
Flor, Copa, Huso
Braconidae sp 1
Flor, Huso, Copa
Chalcidoidea sp 7
Copa
Exurus colliguayae
Flor, Huso, Copa
Chalcidoidea sp 2 Chalcidoidea sp 4
Flor Huso
DIPTERA
Promikiola rubra
Riveraella colliguayae
Riveraella sp
Flor, Huso, Copa
DE PRESENCIA OCASIONAL (Depredadores)
Anobiidae Cleridae Lepidoptera
Huso | Huso, Flor, Copa Flor, Huso
77
Anales Museo de Historia Natural
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Sergio O. Zunino, Guillermo Riveros, Claudia Rojo, Carlos Vergara d: Paola Yáñez. An. Mus, Hist. Nat. Valparaíso, 24: 79 - 84, 1999
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA SOBRE LOS
ENSAMBLES DE VERTEBRADOS, EN LA ZONA DE PUCHUNCA VÍ!
SERGIO O. ZUNINO ”?, GUILLERMO RIVEROS?, CLAUDIA ROJO,
CARLOS VERGARA 4 PAOLA Y ÁÑEZ.
ABSTRACT
From creation in 1968 the Refinery of Ventanas Copper, Puchuncaví, V Region, it has issued to the large
atmosphere quantities of heavy metals and of sulfurized compounds that they have provoked a constant rain
acide. In order to recognizing the effects of these pollutants on the assemble of vertebrates land were compared
two areas. One of them, Potrerillos, affected directly by the gaseous emanations of the refinery, and other,
Santa Julia, considered as free of the influence of she.
The results permit to demonstrate that the Ventana refinery, through the deposition by more than thirty
years of its atmospherical pollutants has provoked certain changes in the assemble of the sector Potrerillos
or of direct impact, that are expressed in a setback or decrease of the wealth and diversity of the guilt of
vertebrates land of said sector.
Key words: Assemble of vertebrate, Valparaíso, refinery, pollutants effects, diversity.
INTRODUCCIÓN
La dinámica de ensambles (sensu Jaksic
1981) de vertebrados usualmente ha sido expli-
cada sobre la base de la Teoría del Nicho
(Hutchinson 1957) y a través de procesos que
involucran fenómenos interactivos entre las
poblaciones componentes (e.g., competencia,
depredación, véase MacArhur 1958, Jackson
1981, Schoener 1983, Marone, 1988). El re-
sultado de estos procesos determinan una or-
ganización de la estructura (composición
taxonómica, riqueza, abundancia relativa,
equitabilidad) del ensamble. Sin embargo, exis-
ten ciertos factores exógenos (perturbaciones,
entre ellas la contaminación) a la dinámica
intrínseca (interacciones) del ensamble, que
podrían modificar el resultado de dicha dinámi-
ca y expresarse en una estructura distinta a la
que se observaría si no operaran dichos facto-
res. Connell (1978), Fox (1979) y Hobbs dz
Huenneke (1992) han expuesto una de las
principales hipótesis que relacionan diversidad
con perturbaciones: la «Hipótesis de Perturba-
nn 5 5 5 5
ción Intermedia», donde la mayor diversidad de
especies se encuentra en sistemas que tienen
frecuencias e intensidades intermedias de per-
turbaciones. En su defecto, las variaciones
extremas de frecuencia y tamaño de una pertur-
bación, podrían aumentar o disminuir el núme-
ro de especies a escala local así como sus
abundancias poblacionales.
Los problemas generados por la contami-
nación atmosférica se traducen en la deposi-
ción acídica y de los metales pesados, los
cuales afectan directa o indirectamente a la
salud humana, agricultura, pesca, silvicultura,
edificios y estructuras, fauna y flora silvestre.
La acción de estos contaminantes alteran de
diferente manera al dinamismo propio de los
sistemas biológicos (individuo, población, co-
munidad, ecosistema y biosfera); y cuyas res-
puestas dependen de las resistencias que cada
uno de éstos opongan, así como del tiempo y de
la magnitud de exposición a los agentes y a la
naturaleza de éstos.
l Perteneciente a proyecto CNEI 12-93, Universidad de Playa Ancha
2 Museo de Historia Natural de Valparaíso. Condell 1546, Casilla 3208, Correo 3, Valparaíso
3 Universidad de Playa Ancha, Facultad de Ciencias Naturales y Exactas. Casilla 34-V, Valparaíso.
Eb
Anales Museo de Historia Natural
De las numerosas emisiones liberadas a la
atmósfera, el bióxido de azufre (SO,) es un gas
producido en particular por las refinerías de
cobre. Debido a su alta solubilidad en agua es
responsable de la lluvia ácida y al igual que sus
otras formas, es un compuesto tóxico para la
vegetación. A pesar de ello, el SO, en muy bajas
concentraciones es un elemento esencial para el
metabolismo de las plantas pues es un impor-
tante componente de los aminoácidos, proteí-
nas y algunas vitaminas. Los requerimientos de
sulfuros por las plantas pueden ser tomados
directamente de la atmósfera, pero si la concen-
tración aumenta más allá de cierto nivel crítico
(250 ppm en los tejidos vegetales), la fotosín-
tesis, respiración y otros procesos celulares
fundamentales son alterados. Al respecto
Guzmán et al. (1985) han señalado cambios en
las comunidades de líquenes por efecto de la
contaminación atmosférica.
Por otra parte el depósito de SO, en el suelo
provoca alteraciones de sus características,
tales como: acidificación, empobrecimiento de
los nutrientes a causa del aumento de la
solubilidad y lixiviación, cambios en la microflora
del suelo debido al aumento de la acidez y
producción de elementos tóxicos bajo condi-
ciones de acidez. La concentración de éste bajo
condiciones normales es de 1:10.000 del total
del SO, presente en el agua (Malhotra y Blauel,
1980).
Las refinerías de cobre son uno de los
ingenios productores de grandes cantidades de
SO, y, además arrojan una gran cantidad de
polvo que posee numerosos metales pesados
(As, Cd, Cu, Fe, etc.) que se depositan en el
medio y que pueden ingresar a los diferentes
ciclos tróficos de vegetales y animales, los
cuales en último término bioacumulan en los
humanos (Cassorla et al. 1983). Algunos de
ellos pueden ocasionar daños significativos al
metabolismo, tejidos, órganos o inducir mal-
formaciones congénitas (Sanlés, 1988).
La Quinta región posee dos grandes refine-
rías de cobre: Ventanas (inaugurada en 1966),
en la costa cercana a Quintero, la cual forma
parte del complejo industrial homónimo, en
conjunto a la termoeléctrica de Chilectra (inau-
gurada en 1964). Y Chagres a casi 60 Km al
80
Vol,24,1999
interior de la costa, en pleno valle del Aconcagua,
próxima a Llay-Llay. Producto del material
particulado y gaseoso liberado por éstas se
evidencia que hay cierto deterioro ambiental,
relacionado a procesos de erosión; desapari-
ción de la masa ganadera, caída de la produc-
ción agrícola hasta en un 85% y a un cuadro
clínico sufrido por 450 cabezas de ganado
vacuno al consumir vegetales cubiertos con
altas concentraciones de metales pesados (Cor-
nejo et al. 1983, Parada et al. 1985). Por su
parte González (1986), González y Bergqvist
(1985 a, b y 1986) y González et al. (1984 y
1985) han señalado modificaciones o alteracio-
nes en plantaciones, cultivos agrícolas y suelo.
Aunque Mella et al. (1985) estiman que los
contenidos de metales pesados en Catemu (Zn,
Mo, Cd, Pb y As) se encuentran dentro de los
límites considerados como normales para los
suelos y tejidos vegetales.
De acuerdo a ello se podría suponer que el
ensamble actual de los vertebrados de un sector
de Puchuncaví presentaría alteraciones como
resultado de estar sometida, por largo tiempo,
a una atmósfera o entorno con una mayor
concentración de gases, sulfuros y/o metales
pesados.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para verificar o rechazar este planteamien-
to se eligieron dos áreas. Una de ellas llamada
zona de impacto la cual esta constantemente
afectada por los vientos de dirección SW
(Naveas et al. 1983) que arrastran los humos
del complejo, cuyos constituyentes van preci-
pitando de acuerdo a sus densidades. La zona
de estudio seleccionada está en la localidad de
Potrerillos, distante 5 Km, en línea recta, al
norte del complejo industrial. La zona de com-
paración o de control, considerada como más
libre de la influencia de la contaminación at-
mosférica, se encuentra en el sector de Santa
Julia, ubicada a 4 Km al sur del complejo. En
ambas zonas se realizaron muestreos para esta-
blecer la composición del ensamble de
vertebrados terrestres (Anfibios, Reptiles, Aves
y Mamiferos).
Sergio O. Zunino, Guillermo Riveros, Claudia Rojo, Carlos Vergara £ Paola Yáñez.
Las observaciones de la fauna de
vertebrados se realizaron durante cuatro días
consecutivos en los meses de Abril, Julio y
Octubre de 1995, dentro de un área cercana a
las 6 hectáreas para ambos sectores. El recono-
cimiento de la fauna de herpetozoos fue realiza-
do mediante la captura manual de ejemplares, a
través de la observación directa, o por sus
cantos en el caso de los anfibios. Las aves
fueron reconocidas por sus cantos y/o por
observación directa con la ayuda de binocula-
res. Y los mamíferos fueron identificados me-
diante la captura por trampas de golpe dispues-
tas al azar y por sus signos o huellas. A los
ensambles de vertebrados identificados en
ambos sectores se les calculó la diversidad (H”)
y la equitabilidad (J”).
RESULTADOS
SECTOR IMPACTO: POTRERILLOS (32%40
S; 71923 W)
Ubicada en una ladera de exposición sur, a
170 m.s.n.m., cuyo extremo sur se encuentra
flanqueado por una pequeña hondonada provis-
ta de una vertiente de agua, Vegetacionalmente
toda el área corresponde a un matorral degrada-
do muy pobre, de escaso desarrollo y con
fuerte intervención humana y de ganado. Cons-
tituido en gran medida, más del 80%, por
Baccharis linearis (Romero), acompañado
por matorrales aislados de Muehlenbeckia
hastulata (Quilo), escasos ejemplares de
Lobelia tupa (Tabaco del Diablo) y Cestrum
parqui (Palqui); el estrato arbóreo igualmente
pobre, se encuentra conformado por poquísi-
mos renovales de Peumus boldus (Boldo),
Schinus latifolius (Molle) y Lithraea caustica
(Litre). En la quebrada, por la mayor disponibi-
lidad de agua el estrato arbóreo es bastante alto
y más desarrollado y está constituido por
Aristotelia chilensis (Maqui) y Myrceugenia
sp (Petra). El estrato herbáceo deja amplias
zonas desnudas entre los matorrales, aunque es
algo más abundante bajo los árboles. La cober-
tura vegetacional de toda el área oscila entre 40
y 50%.
Efectos de la contaminación atmosférica sobre...
SECTOR CONTROL: SANTA JULIA (32%50
S; 71%0 W)
Esta área se encuentra en una ladera de
exposición Sur - Este, a 40 m.s.n.m. con fuerte
modificación humana y por ganado. Está ca-
racterizado, al igual que el sector impacto, por
un matorral de Baccharis linearis (Romero)
bastante denso y de altura entre 1 a 1.5 m, que
se encuentra acompañado secundariamente por
ejemplares aislados de Muehlenbeckia
hastulata (Quilo). Además de unos pocos
ejemplares de Rubus ulmifolius (Zarzamora)
y Colliguaya odorifera (Colliguay). Los esca-
sos árboles son poco desarrollados y están
representados por: Peumus boldus (Boldo),
Schinus latifolius (Molle) y Acacia caven
(Espino). Todo el piso está cubierto por un
desarrollado tapiz herbáceo que cubre el 100%
del suelo.
Entre ambos sectores se observaron 47
especies de vertebrados terrestres, que repre-
sentan a: Anfibios, Reptiles, Aves y Mamíferos.
De éstas, 40 especies se encuentran en el sector
Control con 14 especies exclusivas y 33 espe-
cies en el Impacto de las cuales sólo 7 son
exclusivas. Las clases de vertebrados en ambas
áreas, siguen el patrón de abundancia general
del país, las aves son las mejor representadas
(32 y 25 sp); luego los mamíferos (4 y 6 sp);
continúan los reptiles (2 sp en cada sector) y,
finalmente los anfibios (sólo presentes en el
control) (Tabla 1).
El sector Impacto, se caracteriza por la
ausencia total de anfibios; entre los reptiles por
la presencia de la lagartija Liolaemus tenuis y
la ausencia de culebras de cola larga, Philodryas
chamissonis. Desde el punto de vista de la
comunidad de aves, se identificaron tres espe-
cies propias, aunque presentes solo en el
muestreo de Julio, Buteo polyosoma,
Pteroptochos megapodius y Scytalopus
magellanicus. Con respecto a los mamíferos,
se destaca la presencia de roedores miomorfos
(Olygoryzomys longicaudatus, Abrothrix
olivaceus y Phyllotis darwini) y la ausencia de
histricomorfos (Spalacopus cyanus) (Tabla
1).
81
Anales Museo de Historia Natural Vol.24,1999
TABLA 1 VERTEBRADOS PRESENTES EN LOS SECTORES DE ESTUDIO
AAA AA AN TN
as e e ll
| Caudiverbera caudivertera PX] Pp TO
PE Re RE al a TA o) a e nl A
0
AAA e e
Bill
Ale
sslssll
All
oli
Didi!
pa o
Coragyps atratus
Elanus leucurus
Geranoaetus melanoleucus
Buteo polyosoma
Falco sparverius
Callipepla californica
Vanellus chilensis
Zenaida auriculata
Columbina picui
Sephanoides e
ee
Milvago chimango
galeritus
D
| Diuca diuca——— 7]
Turdus falcklandii
Sicalis luteola
Zonotrichia capensis
|
its có e E
|
Canis culpaeus
Oryctolagus cuniculus
82
(5)
Molothrus bonariensis
Sergio O. Zunino, Guillermo Riveros, Claudia Rojo, Carlos Vergara $ Paola Yáñez. Efectos de la contaminación atmosférica sobre...
TABLA 2. VALORES DE INDICES ECOLOGICOS PARA SECTORES DE ESTUDIO.
RIQUEZA
DIVERSIDAD (H>)
EQUITABILIDAD (J>)
IMPACTO / CONTROL
ABRIL JULIO OCTUBRE TOTAL
17723
1.39 / 1.88
0.49 / 0.59
24 /32
1.96 / 2.62
0.61 / 0.75
22 / 28
1.80 / 2.29 |
0.58 / 0.68 -
33 / 40
2.70 / 3.27
Los ensambles de vertebrados identifica-
dos en ambos sectores difieren en cuanto a su
composición de especies, reconociéndose solo
26 especies comunes, la zona de control pre-
senta 14 especies propias y 7 la zona de impacto
(Tabla 1). Otro de los antecedentes que marcan
estas diferencias son los índices de diversidad
y equitabilidad (Tabla 2), que demuestran que el
ensamble del sector control es más diversa en
especies (H'”= 3.27) y tiende a una diversidad
máxima en cuanto a la presencia de especies,
según J”= 0.88 en cambio en el impacto estos
valores son inferiores en ambos casos. Estas
diferencias también se manifiestan para cada
uno de los muestreos realizados para los dos
ensambles.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN
Las riquezas de las zonas de Impacto y
Control tienden a ser mayores en el Control, a
pesar que la vegetación del Impacto es más
diversa en especies y en estratos; en cambio el
control es más homogéneo y menos rico. La
ausencia de anfibios en el sector de Impacto es
un punto destacable, pues en esta zona hay un
cuerpo de agua, una vertiente de caudal cons-
tante que corre por el fondo de una pequeña
quebrada y que está protegida por abundante
vegetación arbórea y arbustiva. La falta de
anfibios puede ser causada por una condición
ambiental anómala, como sería la alta concen-
tración de metales pesados en el medio (González
y Berggqvist, 1985a), que estaría afectando la
reducción de insectos que imposibilita sostener
0.77 / 0.88
poblaciones detectables de depredadores, como
el caso de la ausencia de la culebra de cola
corta.
Las aves son el grupo más representativo
en ambos sectores, a parte de ser el grupo
natural de vertebrados más abundante, se debe-
ría a que ellas están menos circunscritas
territorialmente por el hecho de volar, con
respecto a las otras clases.
La mayor riqueza de mamíferos en el Im-
pacto, es ocasionada, en especial por los roedo-
res miomorfos. Estas especies a diferencia de
los histricomorfos, se caracterizan por presen-
tar una amplia valencia ecológica, que les per-
mite ocupar una amplia diversidad de ambien-
tes, algunos con alta modificación y contami-
nación, como ha sido señalado para comunida-
des de mamíferos en la VIII región del país
(Zunino, com. Pers.)
Finalmente se puede agregar a las eviden-
cias de los respectivos grupos de vertebrados
encontrados que los ensambles de estos difie-
ren en composición, riqueza, diversidad y
equitabilidad; siendo la comunidad control la
más diversa a pesar que la vegetación lo es
menos. Esto avalaría el efecto de la contamina-
ción sobre nuestra fauna nativa.
En conclusión los resultados permiten evi-
denciar que las emanaciones del complejo in-
dustrial de Ventanas, Puchuncaví, han genera-
do cambios en la organización de los ensambles
de vertebrados del sector de Impacto, origina-
dos por agentes contaminantes, elementos
particulados y gaseosos, que habrían provo-
cando un retroceso o disminución de los en-
sambles de vertebrados en dicha área.
83
Anales Museo de Historia Natural
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ALBERTO GANTZ € JAIME RAU '
ABSTRACT
The effect of forest fragment area over avian diversity, and the value of z exponent of the power function,
that allow us to quantify the minimum size of isolated forest fragments that support the greatest bird species
diversity was evaluated. In all 18 studied forest fragments 32 bird species were observed. Larger forest
fragments have significatively more bird species richness than smaller fragments. The value of z was 0.148.
This indicate that the forest fragments are isolated habitat (i.e., «virtual islands»). It was demonstrated that
the minimum forest fragment that support the higher bird species diversity was 50 ha. However, that fragment
size excluded bird species with higher habitat requirements. lt is recommended that forest fragments must have
larger sizes and must be connected by biological corridors.
Key Words: Birds, Chile, Forest Fragments, Minimum size, Species Richness.
INTRODUCCION
La tala o destrucción de los bosques nati-
vos templado-húmedos del sur de Chile, con
fines dendroenergéticos, forestales y agrícola-
ganaderos, provocó la fragmentación €
insularización de los ecosistemas boscosos
originariamente continuos (Donoso y Lara
1995). Este proceso destructivo no es reciente.
Ya en 1952 la extensión de los bosques prima-
rios se había reducido a un 16% (Veblen y
Ashton 1978). Así, se estructuró un paisaje de
tipo mosaico, con fragmentos aislados de bos-
que nativo secundario de diferentes formas y
tamaños que fluctúan entre 2-10 ha. (Kelt
1989), rodeados por una matriz de praderas
antropogénicas.
Los remanentes boscosos pueden conside-
rarse como islas virtuales, si es que no existe un
intercambio de organismos a nivel de la interfase
bosque-pradera (Janzen 1983) y analizarse en
el contexto de la teoría del aislamiento
biogeográfico (MacArthur y Wilson 1963,
1967). Esta postula la existencia de un balance
dinámico entre las tasas de colonización y
PTS A A AA
extinción locales de especies, como una fun-
ción del área de la isla y la distancia del conti-
nente. Diversos estudios han demostrado una
relación directa entre el área (A) de las islas y la
riqueza de especies (S) (e. g., Boeckeln y
Gotelli 1984, Bierregard y Lovejoy 1986).
La relación especies-área generalmente ha
sido representada por los ecólogos como la
función de potencia S = cA* (Preston 1960,
Rosenzweig 1995, Wiens 1992), donde c es el
intercepto de la curva S-A y el exponente z es
la pendiente. Los valores de z, obtenidos
empíricamente, varían entre 0,20 y 0,35 para
islas reales y entre 0,12 y 0,17 para islas
virtuales (Connor y McCoy 1979). La relevan-
cia de la evaluación empírica de z radica en su
aplicación para la conservación biológica.
En Chile, Rozzi et al. (1996) y Willson et al.
(1994) demostraron una disminución de la
diversidad de aves ante una reducción en el
tamaño, tanto de islas del archipiélago de Chiloé,
como de fragmentos boscosos aislados, res-
* Proyecto 3150/96 financiado por la Dirección de Investigación y Post-Grado, Universidad de Los Lagos. Osorno, Chile.
l Laboratorio de Ecología, Departamento de Ciencias Básicas, Universidad de Los Lagos. Casilla 933, Osorno. Fax (64) 239517.
85
Anales Museo de Historia Natural
pectivamente. Sin embargo, Willson et al.
(1994) no determinaron el valor del exponente
de la ecuación (z) que predice la relación entre
el número de especies y el área, valor necesario
para establecer decisiones sólidas de manejo y
conservación biológica.
El objetivo del presente estudio es validar o
refutar el cumplimiento de la hipótesis del equi-
librio en ambientes boscosos fragmentados e
insularizados de la provincia de Osorno, Chile.
Cuantificar el valor del exponente z y determi-
nar si se ajusta a lo predicho por modelos
teóricos para islas virtuales. Además, determi-
nar el tamaño del fragmento boscoso que so-
porta la mayor riqueza de especies de aves.
MATERIAL Y METODOS
AREA DE ESTUDIO
El área de estudio está constituida por un
paisaje de tipo mosaico, con fragmentos de
bosques nativos secundarios aislados, rodea-
dos por agroecosistemas de origen antrópico.
Los rodales están ubicados en la depresión
intermedia de la provincia de Osorno, Chile
(41%00”S; 73%00"W y 40%45*S; 72%45"W)
(Figura 1). Esta zona se caracteriza por un
clima oceánico con influencia mediterránea (di
Castri 1968), con altas precipitaciones invernales
(2000 mm) y déficit hídrico estival.
De estos remanentes boscosos se seleccio-
naron 18 rodales de diferente tamaño (3-344
ha) en base a fotografías aéreas (Ortofotos
1:20.000), editadas por el Instituto Geográfico
Militar (1993). El área de los bosques se
evaluó con un planímetro digital Placom KP-
80N y el perímetro se obtuvo con un curvímetro
digital.
RIQUEZA DE AVES
Durante 1996-1997 se realizaron censos de
aves no replicados (mensualmente, durante
todo el año, cuando las condiciones climáticas
86
Vol.24,1999
lo permitieron) en los 18 rodales seleccionados.
En cada fragmento boscoso se determinó el
número, composición y densidad relativa de
aves, mediante el método de estaciones auditivas
de radio fijo. Este método es considerado
adecuado para estos hábitats (Bibby et al. 1992),
Para el presente estudio se estableció un radio
efectivo de detección de 30 m. Para evitar el
efecto del muestreo pasivo (Wiens 1992) se
utilizó, en cada fragmento boscoso, sólo una
estación auditiva. Los censos se realizaron al
amanecer durante días despejados y/o nubla-
dos, pero sin viento. El período de contabiliza-
ción duró 8 minutos que, según Rozzi et al 1996
y Willson et al. 1994, es adecuado para
ecosistemas boscosos del sur de Chile. Los
censos se realizaron pricipalmente en primave-
ra y verano. La estación auditiva se localizó en
el centro del rodal.
TAMAÑO DE LOS FRAGMENTOS
Para evaluar el tamaño promedio y la distri-
bución de frecuencias del área de los fragmen-
tos boscosos existentes actualmente en el área
de estudio, se obtuvo una submuestra aleatoria
(con una tabla de números al azar) de 50
fragmentos, de un total de 171 presentes en una
superficie de terreno de 173 km? (173.000 ha),
en el área de estudio.
RELACIÓN ÁREA (A) Y RIQUEZA DE
AVES (S).
La relación existente entre el área de los
fragmentos y la riqueza de especies de aves, se
analizó mediante cuatro modelos matemáticos
de regresión. Además, se determinó la ecua-
ción de regresión que presentó el mejor ajuste
a nuestros datos. Los modelos fueron (de
acuerdo a Connor € MaCoy 1979):
1.- Lineal: S=c + zA
2.- Logarítmico: S = c + zlogA
3.- Exponencial: logS = logc +zA
4.- PotenciaL: logS = logc + zlogA.
Alberto Gantz 4 Jaime Rau
RESULTADOS Y DISCUSION
En nuestra área de estudio se observaron 32
especies de aves monogenéricas incluidas en
32 géneros y 16 familias. Las aves dominantes
en la mayoría de los fragmentos fueron: rayadito
(Aphrastura spinicauda, Gmelin 1789), zor-
zal (Turdus falcklandii, Quoy $ Gaimard
1824) y cachudito (Anairetes parulus, Kittlitz
1830) todas presentes en el 94% de los rodales;
le siguen en importancia: cometocino patagónico
(Phrygilus patagonicus, Lowe 1923) con una
frecuencia del 67% y chucao (Scelorchilus
rubecula, Kittlitz 1830) con menor dominan-
cia, pero presente en el 83% de los fragmentos
Relación entre el tamaño mínimo de fragmentos boscosos...
boscosos, Cachudito y cometocino patagónico
son especies ecotonales, sin embargo, fueron
observadas en el interior y el borde respectiva-
mente, de los fragmentos. Las familias más
representadas fueron Falconidae con 5 espe-
cies y Emberizidae, Rhinocryptidae y Tyranidae
con 4 especies. Las menos representadas fue-
ron Trochilidae, Troglodytidae y Psittacidae
con 1 especie.
En la tabla 1 se puede observar que los
fragmentos de mayor tamaño soportaron una
mayor riqueza de especies (19 y 16 especies en
298 y 344 ha, respectivamente) que en rodales
pequeños (8 y 10 especies en 3 y 6 ha, respec-
tivamente).
TABLA 1 SUPERFICIE (HA), RIQUEZA (S), APORTES DE ESPECIES NUEVAS Y ACUMULADAS EN CADA
FRAGMENTO BOSCOSO CENSADO DURANTE 1996 Y 1997 EN LA X REGIÓN DE CHILE.
FRAGMENTO
Gu)
10)
[o]
17
rá
o
h
| | |
l
De los cuatro modelos de regresión aplica-
dos para determinar la relación entre S y A, se
encontró que la ecuación de potencia presentó
el mejor ajuste a los datos empíricos obtenidos,
con un coeficiente de determinación de 48,0%
y una pendiente z = 0,148, significativa (p =
0,001). De esta variables se pudo determinar el
poder estadístico de la ecuación de potencia y
el cálculo del tamaño mínimo de muestra re-
querido para minimizar la probabilidad de co-
meter error de Tipo 2 (Dupont y Plummer
1990). Para a:= 0,05, un poder estadístico de
95%, una pendiente z= 0,148 y una desviación
estándar de los residuos del modelo lineal igual
87
Anales Museo de Historia Natural
a 0,085, el tamaño de muestra requerido es
justo de n=18. Estos resultados nos permiten
afirmar que una reducción en el tamaño de los
remanentes boscosos nativos estudiados, pro-
vocó una pérdida significativa de la riqueza de
especies de aves asociadas a dichos rodales.
Estos resultados concuerdan con los obtenidos
por Willson et al (1994) y Rozzi et al (1995)
para islas virtuales y reales del archipiélago de
Chiloé, respectivamente.
De acuerdo a los valores empíricos del
exponente z entregados por la literatura, el valor
de z = 0,148 sugiere que los fragmentos
boscosos evaluados se comportaron como is-
las virtuales.
Lago
Puyehue
1w Hacienda
Figura 1.- Ubicación geográfica de los 18 fragmentos de
bosque secundario estudiados durante 1996-
1997, ubicados en Osomo, Chile.
es
X
E
£
2
?
L
1-20 21-40 41-60 8130 81-100 101-120 >200
Area fragmentos boscosos (ha)
Figura 3.- Distribución de frecuencia del área de 50
fragmentos boscosos presentes en 173.000
ha. del área de estudio, Osorno.
88
Vol. 24,1999
El valor del exponente z, nos permitió eva-
luar el tamaño mínimo del fragmento boscoso
que soporta la mayor riqueza de especies de
aves. Se derivó gráficamente a partir de la
curva especies-área (Brower et al. 1990). Y se
aplicó una regla empírica, la cual señala que a
un aumento del 90% de un área, el número
máximo de incremento de especies nuevas
sería del 10% (Giller 1984, Caughley y Sinclair
1994). Aplicada a los fragmentos boscosos
evaluados, de esta regla se deriva que el tamaño
del fragmento que soportaría la mayor riqueza
de especies corresponde a 50 ha, mostrando
correspondencia con la curva especies-área
(Figura 2).
N2£ Especies acumuladas
Tamaño de Fragmentos (ha).
Figura 2.-Curva número de especies vs. área de los
fragmentos boscosos estudiados, Provincia de
Osorno, Chile.
Sin embargo, si bien 50 ha soportan la
mayor riqueza de especies de aves, tal superfi-
cie presenta algunas limitaciones. Probable-
mente un área de 50 ha sea insuficiente para
albergar poblaciones genéticamente viables de
especies de aves con mayores requerimientos
de hábitat y amplios ámbitos de hogar. Por
ejemplo, especies como concón (Strix rufipes,
King 1828), carpintero negro (Campephilus
magellanicus, King 1828) (no registrado en
los censos) y peuquito (Accipiter bicolor,
Vieillot 1817), fueron observados sólo en frag-
mentos de gran tamaño (350, 350 y 188 ha
respectivamente). Esto indicaría la inviabilidad
Alberto Gantz ¿: Jaime Rau,
de fragmentos boscosos de 50 ha para la
conservación de estas especies.
Por otra parte, considerar sólo el área
mínima de un fragmento de hábitat carece de
sentido si se mantiene el aislamiento entre ellos.
El grado de aislamiento entre las islas también
afecta negativamente la riqueza de especies,
principalmente aquellas con capacidades de
dispersión reducidas (Beier 1993). Para evitar
ello, los fragmentos boscosos deben estar co-
nectados por corredores biológicos. Estos
reducirían los efectos negativos del aislamien-
to, al permitir la dispersión de las especies entre
las islas, incrementar la disponibilidad de hábitat
y favorecer el intercambio genético entre los
individuos de las poblaciones de aves aisladas
(Wilcox 1980, Noss 1987, Harris 1984, Inglis
y Underwood 1992).
Otro factor importante referente al tamaño
de los fragmentos es que, de acuerdo a la teoría
de diseño de reservas, diversos autores plan-
tean que es preferible una gran reserva, que
varias aisladas de tamaño equivalente (Diamond
1986, Woolhouse 1987; Wilson y Willis 1975,
Terborgh 1975). Sin embargo, la aplicación
empírica de estos planteamientos, para preser-
var la riqueza de especies de aves presentes en
los fragmentos boscosos estudiados, posee
serias limitaciones y, al parecer, se adecúa más
al segundo planteamiento. Esto, dado el alto
grado de perturbación antrópica (actividad fo-
restal y ganadera) a que están sometidos, que
reducen progresivamente su superficie y, ade-
más, a la escasa disponibilidad de fragmentos
boscosos grandes. La mayoría de los fragmen-
tos boscosos en el área de estudio, son de
tamaños inferiores a 50 ha (Figura 3) y poseen
una superficie promedio de 39,4 ha, lo cual
imposibilita la aplicación de reservas de gran
tamaño para preservar y conservar la riqueza de
especies de aves que albergan.
En síntesis, para preservar y conservar la
riqueza de especies de aves y evitar posteriores
extinciones en los fragmentos boscosos actual-
mente existentes en los predios agrícolas en el
área de estudio, los fragmentos debieran tener
superficies mayores a 50 ha., estar ubicados lo
más cercano posible (Wilson y Willis 1975) y
estar unidos por corredores biológicos. Ade-
Relación entre el tamaño minimo de fragmentos boscosos...
más, se hace necesario esclarecer si las espe-
cies con mayores requerimientos de hábitat y
ámbitos de hogar son capaces de establecer
poblaciones viables en el tiempo en estos
hábitats.
AGRADECIMIENTOS: El primer autor
agradece sinceramente a los administradores
de la Hacienda Rupanco, a la señora Ema
Martin, a los señores Osbin Smith, Alfredo
Chacón, Gustavo Geisse y Albert Kassel, por
permitirle el acceso a los fragmentos boscosos
ubicados en sus predios. A Eduardo Toledo,
Soraya Sade, Gina Yubina, Tatiana Galindo y
Paola Gatti, por su desinteresada colaboración
en terreno.
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SEXUAL DIMORPHISM IN CHAETOPHRACTUS VILLOSUS
(MAMMALIA, DASYPODIDAE) BASED ON
CRANIOMETRICAL CHARACTERS.!
SILVIA M. SQUARCIA?, EMMA B. CASANAVE? £ GUILLERMINA R. CIRONE?
ABSTRACT
We analyze craniometrical characters for sexual dimorphism of the south-American armadillo Chaetophractus
villosus. Seventeen cranial measurements were taken in 37 adult armadillos (21 females and 16 males), and
analyzed by a discriminant analysis. 89.2 % of the individuals were correctly classified, indicating that the
function obtained is a good method for sexual separation. The basal length of the skull was the most important
variable, but including palatal length improves the model.
Keys Words: Craniometry, Xenarthra, Armadillos, Chaetophractus, Discriminant Analysis.
INTRODUCTION
Chaetophractus villosus (Desmarest,
1804), is a common autochthonous mammal in
Argentinean pampas. There is little information
about its craniometrical morphometry. Squarcia
et al. (1993, 1994) observed that the skull of
females tends to be larger than those of males.
In this paper, we present a discriminant
analysis based on quantitative skull characters.
This was done to obtain a good classification
rule for the sexes.
MATERIALS AND METHODS
We used thirty-seven adult armadillos C.
villosus (21 females and 16 males) weighing
2.85 + 0.78 kg, from Bahía Blanca, Province of
Buenos Aires, Argentina.
Seventeen cranial characters were
measured: total length (TL), basal length (BL),
condylobasal length (CBL), palatal length (PL),
length of the upper dental series (DSL), nasal
length (NL), foramen magnum length (FML);
maximal width (ML), rostral width (RW),
A A A ns al
I- Grant of SEGCTY (UNS).
interorbital width (I0W), cephalic width (CW),
nasal width (NW), palatal width (PW), palatal
width at molar 5 level (PWS5), foramen magnum
width (FMW), extracondilar width (ECW) and
maximal height (MH). Measurements were taken
using a digital caliper with a resolution of 0.01
mm. The measurements are defined in Squarcia
et al. (1994).
A discriminant linear analysis was used to
obtain a function to separate the sexes (Cuadras
Avellana 1981). Variables were not transformed
because there was a reasonable lineal
dependence between them. Also, symmetry
and dispersion of variables suggest fulfillment
of the assumptions underlying the analysis.
The number of variables is considerable
and the quantity of individuals in each population
relatively scarce. Therefore, the Stepwise
method of variables selection (Seber 1984)
with “F - to enter”= 4, was applied. This was
done using the BMDP7M program (Jennrich
and Sampson 1983). In each step, we obtained
2 Laboratorio de Anatomía Comparada, Departamento de Biología y Bioquímica, Universidad Nacional del Sur (DByB-UNS),
San Juan 670, (8000) Bahía Blanca, Argentina.
3 Laboratorio de Fisi
Científicas y Técnicas, Argentina.
ología Animal, DByB (UNS). Member of the researcher oe of the Consejo Nacional de Investigaciones
91
Anales Museo de Historia Natural
the discriminant linear function. We also
calculated the canonical variables. This was
done to show clearer in a graphic the limits of
classification when the function enters three or
more variables. Then, the correlation among
the canonical variable and each variable selected,
was calculated (Cuadras Avellana 1981). This
allowed us to explicate the canonical variables
in terms of the selected ones.
To evaluate the accuracy of the method,
the individuals were classified according to the
function selected and the percentages of right
assignment were calculated (Morrison 1967).
As this estimation is biased, results were also
evaluated with Jackknife method (Lachenbruch
and Mickey 1968). Finally, 21 adult animals
after collected (11 males and 10 females) were
sexually classified, using the selected
discriminant function.
RESULTS
Means and Standard deviations of the va-
riables are shown in Table 1. The variables
selected according to their discriminant power
were, sequentially: BL, PL, ECW and NL (Table
2). The correlation between the selected varia-
bles and the canonical ones are shown in Table
3. For one variable, the discriminant function
obtained was: Y= 1.55457+BL-118.16785. The
rule of classification is: if Y>0, the individuals
are females and if Y<0, males. The limit of
INDIVIDUALS
CANONICAL VARIABLE
Fig.1 Distribution of individuals in the plain by
formed basal length (BL) and palatal length
(PL)
92
Vol.24,1999
classification is: BL=76.01 (Fig.1). This function
correctly classifies 89.2% of the individuals,
being 85.7% females (n=18) and 93.8% males
(n=15).
TABLE 1 CRANIAL MEASUREMENTS (IN MM)
OF C. VILLOSUS. MEAN+SD
VARIABLE FEMALES MALES
TE 92.5 + 1.9 897 + 1.6
BL PEE 74.5 + 0.8
CBL 84.7 + 1.9 81.5 + 1.6
PL 533 + 1.9 52.3 +09
DSL 42.9 x 1.8 41.1 +07
NL 338 + 1.8 33.2 + 1.7
FML 10.5 + 0.8 10.5 + 0.9
ML 59.7 20 582.3 24
RW 13.2 + 0.8 12.8 + 0.8
IOW 24.6 + 0.9 24.0 + 0.8
CW 350 17 347 +16
NW 6.9 + 0.9 62 +=.0.7
PW 133 + 0.8 12.9 = 1.0
PWS 10.9 + 0.6 10.3 + 0.4
FMW 142 + 0.6 141 +09
ECW 28.3 + 1.1 27.6 + 1.0
MH 32.2 + 1.4 313 +0.9
For two variables, the function was:
Y=2.7673 BL-1.4463 PL-133.98. The limit of
classification is: PL=1.9134 BL-92.639 (Fig.1).
It correctly assigned 91.9% of the sample
(90.5% of the females, n=19, and as the other,
93.8% of the males, n=15).
Fig. 2 — Distribution of individuals in terms of the
canonical variable, using three craniometrical
variables (basal length, palatal length and
extracondilar width). Lc: Limit of
classification.
Silvia M. Squarcia, Emma Casanave % Guillermina R. Cirone
TABLE 2. F.STATISTIC FOR EACH VARIABLE AND
EACH STEP OF STEPWISE METHOD.
(01, (02, (03 AND (D4: VARIABLES
SUCCESIVELY SELECTED.
STEP
VARIABLE
0 2 3 4
TE 22.43 097 052 055 0.05
BLA! 42.38 E sl -- -
FMW 020 005 010 206 241
ECW (03 445 366 6.11 mo
MH 419 040 032 012 000
With three variables: Y=3.2116 BL-1.8286
PL+1.4728 ECW-188.7886. In this case, the
percentage of correct classification is 97.3 %
(100% of the females and, again, 93.8 of the
males). As this function cannot be clearly
shown graphically, the distribution of individuals
is represented in terms of the canonical variable
(V=1.078 BL-0.6138 PL+0.4944 ECW-63.57,
Fig.2).
TABLE 3. CORRELATION COEFFICIENTS
BETWEEN SELECTED VARIABLES AND
CANONICAL VARIABLES, V1,V2,V3 AND
V4: CANONICAL VARIABLES. BL, PL;
ECW AND NL: SELECTED. LC: LIMIT OF
CLASSIFICATION FOR THE CANONICAL
VARIABLES.
CORRELATION COEFFICIENTS
VARIABLE -—__ ———
VI vo v3 Va
BL 100 0.823 0.726 0.666
PL y 0241 0212 0.195
ECW , - 0235 0.216
NL , . - 0.104
LE 0.148 -0.178 -0.202 -0.218
nn —_=
Sexual dimorphim in Chaetophractus villosus
When the fourth craniometrical variable is
incorporated, the percentages of right classi-
fication remain constant in both populations.
When Jackknife method was applied in
each discriminant function selected, percentages
of correct assignation do not vary.
Finally, when the one variable function was
evaluated including of 21 new specimens, it
correctly assigned 82% of the males (n=9) and
90% of the females (n=9). Those percentages
were similar when the two variables function
was probed.
DISCUSSION
With our animals we obtained a good
discrimination between sexes, as shown by the
percentage of correct classification of the
specimens. This was strengthened by testing
the new sample. Basal length was the most
important variable in the discrimination, as
confirmed by the correlation between the
selected variables and the canonical ones. If PL
and ECW are considered, the function is a more
efficient model.
However, the election of a model with one
or more variables, must be decided considering
the biological means of the work. Obviously, a
one variable function is the more simple and
practical model. Then, regarding the
percentages of right classification of the two
samples, we think that the one variable model is
suitable. To improve the model, palatal length
can be also selected.
It should be stressed that the discriminant
technique is very sensitive to the statistics
properties of those populations in which is
intended to apply. Then, the results obtained
should always be considered with care, and
applied only to adult specimens.
ACKNOWLEDGEMENTS
The authors are grateful to Lic. Ricardo
Camina from the Department of Mathematics,
Universidad Nacional del Sur, for statistical
advice.
93
Anales Museo de Historia Natural
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LA TARUCA (HIPPOCAMELUS ANTISENSIS D'ORBIGNY, 1834), CERVIDAE,
ARTIODACTYLA) EN LA PROVINCIA DE PARINACOTA, REGION DE
TARAPACÁ, CHILE: POBLACIÓN, HÁBITAT € ALIMENTACIÓN (+).
WALTER SIELFELD (**), CRISTIAN CARRASCO (**),
GISELA GONZALEZ (***) Y JUAN TORRES (*+*)
ABSTRACT
Data on population, habitat and food of the taruca (Hippocamelus antisensis d'Orbigny, 1834) in the
province of Parinacota, Región of Tarapacá, northern Chile are presented. This species has a population of
700-800 animals, apparently stable from 1987 to date, and inhabiting the Andean west slope from 3.000 to
4.000 m elevation. lts habitat is represented by mountain slopes of steep grade, covered by a “subandine thorn
bush” and associated to the water flows of the sector.
The food included at least 29 species of plants, of which only three (Medicago sativa, Melilotus indica
y Erodium cicutarium) are introduced ones. Alfalfa (Medicago sativa) is eaten all year round, without being
an abundant item in the diet.
Key words: Parinacota province: northern Chile, Taruca, Hippocamelus antisensis, population, habitat,
food.
INTRODUCCION
La taruca (Hippocamelus antisensis
d'Orbigny, 1834) es un cérvido nativo de talla
media que habita los altos Andes entre el norte
de Argentina, norte de Perú y Chile (Cabrera,
1961; Grimwood, 1969; Redford 4 Eisenberg,
1992). Cabrera (1961) considera extinta esta
especie en Ecuador.
En la República Argentina su área de distri-
bución comprende cinco provincias: Jujuy,
Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja (Cajal,
1983), donde su habitat principal son sierras
pampeanas (cerros-islas) con elementos vege-
tales típicos del Dominio Chaqueño (distrito
chaqueño serrano, zonas de transición con la
vegetación de la Provincia del Monte, Provincia
Prepuneña) y el Domino Andino (Cabrera,
1976). Estos cerros islas no tienen actualmente
continuidad con la precordillera salvo algunos
puntos tales como Famatina en La Rioja
(Bonorino, 1958). Los corredores que original-
mente comunicaban estos cerros-islas con la
cordillera hoy han desaparecido debido a la
acción humana (Cajal, op. cit.).
En el Perú la taruca habita zonas entre
3.950 y 4.200 m s.n.m. en crestas y laderas
rocosas con vegetacion de gramíneas (Roe y
Rees, 1976). Grimwood (1969) indica que la
presencia de bosques de queñoa (Polylepis sp.)
determinaría la distribución y presencia de la
taruca en esa zona.
En territorio chileno esta especie habita
exclusivamente los contrafuertes cordilleranos
de las provincias de Parinacota e Iquique: Re-
gión de Tarapacá, donde produce daños en
plantaciones agrícolas (Carrasco et al., 1992).
La taruca es catalogada como “especie
vulnerable» según IUCN (1978). La población
chilena también es incluída en la categoría
«especie vulnerable» por la Corporación Na-
cional Forestal (CONAF, 1993) y en «situación
crítica» en la República Argentina (Cajal, 1983),
siendo causas principales de esta situación la
caza furtiva y la destrucción de su hábitat
(Miller et al., 1973; Jungius, 1974).
En el presente trabajo se comunican nuevos
antecedentes sobre el tamaño actual de la pobla-
ción, hábitat y alimentación de la taruca en la
provincia de Parinacota, norte de Chile, que
A A
* Estudio financiado por el proyecto CONAF/PNUD/FAO-CHI/83/017
** Departamento Ciencias del Mar, Universidad Arturo Prat, Casilla 121, Iquique.
+** Area de Manejo de Areas Protegidas, Oficina Regional FAO, Santiago, Chile.
95
Anales Museo de Historia Natural
sirvió como base para el estudio de la interacción
e impacto de esta especie sobre la agricultura de
terrazas que caracteriza los poblados
precordilleranos de la zona (Proyecto PNUD/
CONAF/CHI/83/017).
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio:
La provincia de Parinacota (9.801,5 Km?) se
encuentra ubicada en el extremo norte de Chile,
contiguo al límite territorial con las repúblicas de
Perú y Bolivia (Fig.1). Su centro geográfico
aproximado corresponde a los 18%30"S y
69%15"W. La altitud varía desde alrededor de
1.500 m. s.n.m. en su límite oeste y los 6.342 m.
s.n.m. del volcán Parinacota, ubicado en el
sector más oriental.
Las precipitaciones de régimen tropical se
desarrollan en los meses de diciembre a febrero,
la precipitación anual es mínima (menor a 5 mm)
en la parte más baja y alcanza, sin embargo, hasta
alrededor de 400 mm anuales en las partes más
altas (di Castri, 1969; Contreras et al., 1986).
Censos poblacionales:
Entre 1987 y 1989 se realizaron censos
estacionales, basados en el recuento directo y
total de animales (Carrasco et al., 1992). Para
ello se utilizó 19 áreas censales delimitadas por
To" 69”
Figura 1: Ubicación geográfica del lugar de estudio (el
sector de censos ha sido achurado)
96
Vol.24,1999
CONAF (Corporación Nacional Forestal de
Chile) en estudios previos (Fig.2). Los valo-
res de censos del período 1984-86 y poste-
riores a 1989 son estimaciones realizadas
por CONAF y facilitadas para el presente
estudio en virtud de un convenio de coope-
ración CONAF/Universidad Arturo Prat).
Después de 1990 no se han vuelto a realizar
censos totales de la población.
Caracterización del hábitat:
Se realizaron observaciones entre no-
viembre 1986 y noviembre 1987 a lo largo
del camino internacional Arica - Tambo Que-
mado, en los sectores de Ancache, Putre y
Socoroma (Fig.1). En la tabla 2 se indican
detalles para cada una de las observaciones,
las que contemplaron uso de prismáticos
8x40 para reconocimiento de sexos y carac-
terísticas del ambiente y fueron sealizadas
entre las 5:00 AM y 8:00 PM a distancias
entre 20 y 3.000 m. A lo largo del estudio se
efectuaron observaciones en 176 animales
correspondientes a 48 grupos. Cada obser-
vación fue marcada sobre cartografía, re-
gistrándose características de altura, pen-
diente, vegetación y estructura geológica del
lugar.
Herbario de referencia:
En cada lugar donde se observaron
tarucas se tomó muestras de plantas con las
que se realizó un herbario de referencia, del
Programa de Gestión Ambiental (PROGESA)
de la Universidad Arturo Prat (UNAP), cuya
identificación se realizó por especialistas.
Paralelamente y a partir del herbario, se
completó una colección de semillas y prepa-
raciones histológicas como referencia para
el posterior análisis de la composición de las
fecas.
Colecta de fecas:
Se utilizó únicamente fecas de reciente
deposición, seleccionados sobre la base de
color y humedad interna. Las colectas fue-
ron mensuales entre noviembre 1986 y di-
ciembre 1987 en las siguientes localidades:
Putre, Socoroma y Chapiquiña (Fig.1).
Análisis de fecas:
Este se realizó sobre la base del análisis
microhistológico, previamente utilizado por
Walter Sielfeld, Cristian Carrasco, Gisela González y Juan Torres
— Limite zona
—= Camino
Oo Pueblo
escala 1:220.000
Figura 2: El área de estudio y los sitios censales en la
provincia de Parinacota.
1. Pampa, 2. Huachipato, 3. Ancolacalla, 4. Incane, 5.
Chilcane, 6. Tiliviri, 7. Ancache, 8. Aroma, 9. Socoroma,
10. Zapahuira 11. Precordillera, 12. Murmuntani, 13.
Chapiquiña, 14. Pukará, 15. Pampa Cana, 16. Loma
Oxaya, 17. Pampa Oxaya, 18. Cóndor, 19. Marquéz
Colomés (1978) y González y Jofre (1978). Las
etapas básicas del método consideran separación
del material mediante agitación con hidróxido de
sodio, tinción con Sudan IV y montaje del mate-
rial en gelatina glicerinada. El mismo proceso,
previa trituración en mortero, se aplicó para las
preparaciones histológicas de comparación rea-
lizadas sobre material del herbario.
TABLA 1
AÑOS 1984 1985 1986
Machos 84
Hembras 142
Crías
TOTAL
La Taruca (Hippocamelus antisensis D'Orbigny, 1834)
Cada feca fue fragmentado en mortero y
homogenizado con agua. Al azar se extrajo
aproximadamente un 25% del total, tratado
según la técnica anterior y distribuido en 10
portaobjetos. En cada uno se delimitó 76 cam-
pos que fueron analizados bajo 200 y 312
aumentos. Sumaron en total 760 campos por
muestra.
El análisis de composición microhistológica
de las fecas se realizó por comparación de los
fragmentos vegetales de identificación conoci-
da con aquellos de las fecas. La identificación
misma se basó en los siguientes caracteres
vegetales microhistológicos: a) forma y tamaño
de las células epidérmicas, de los estomas y de
los tricomas; y b) afinidad de estos elementos
por el colorante. Por lo anterior, en todos los
casos la acción al colorante se realizó a tempe-
ratura constante y tiempo constante para todas
las muestras y colecciones de referencia.
El volumen de feca no utilizado en el análisis
anterior fue sometido a revisión bajo un
estereomicroscopio Leitz a fin de separar es-
tructuras mayores tales como semillas y otras
estructuras vegetales.
RESULTADOS
Tamaño de la población:
Los censos anuales realizados por CONAF
en los períodos 1984 -1986 y 1989 -1990, así
como los censos estacionales del proyecto
FAO/PNUD/FAO-CHI/83/017 (tabla 1), mos-
traron una población total de 666 a 832 indivi-
duos (1990 y 1988 respectivamente), con un
máximo de 832 individuos (1988). Estos cam-
bios están probablemente determinados por
variaciones pluviométricas y mayor o menor
disponibilidad de forraje, que originan entrada
y salida de animales en los límites norte y sur del
área de estudio.
LA POBLACIÓN DE LA TARUCA EN LA PROVINCIA DE PARINACOTA ENTRE 1984 Y 1990.
1987 1988 1989 1990
Anales Museo de Historia Natural
Los valores encontrados en los años 1984
- 1986 se inician con una población total de 226
individuos (1984) cuyo crecimiento poblacional
a 592 individuos (1986) no es explicable sobre
la base de las pariciones (tabla 1), siendo pro-
bablemente resultado de la paulatina agilización
y mayor experiencia de los equipos de
censadores en el avistamiento de animales.
Como explicación alternativa puede
suponerse inmigración de individuos desde áreas
aledañas, no contempladas en los censos y
favorecida por la creciente protección de la
especie en la zona. La existencia de barreras
ecológicas en los margenes oeste (desierto
abiótico) y este (estepa altoandina) circunscriben
TABLA 2 A GENERALES DEL HÁBITAT DE LA TARUCA (M = MACHO; H =
C =CERVATILLOS).
29/11/86
30/11/86
30/11/36
08/01/87
16/01/87
98
FECHA | NÚMERO ANIMALES SITIOS LUGAR, ALTURA Y CARACTERÍSTICAS
DE CENSAJE DEL HÁBITAT
he E
ye UNC
cdas E
Vol.24,1999
esta acción a los limites norte y sur del área de
estudio.
Distribución altitudinal:
Todas las observaciones realizadas corres-
ponden a un rango altitudinal de 3.000 a 4.000
m.s.n.m. (Tabla 2), con animales o en descan-
so o ascenso/descenso sobre laderas rocosas
de pendiente acentuada. Los datos no indican
preferencias en el grado de exposición al sol de
las laderas.
Todas las laderas habitadas por tarucas
forman parte de quebradas con cursos de agua
dulce, permanente incluso en periodos de se-
quía.
HEMBRA;
NS Aroma; fondo de quebrada; bajando; bos-
que relicto de Polylepis tarapacana sobre cantos y
bloques; .18:00; 3.500 m s.n.m.
Quebrada Ancache; ladera sur; en ascenso; 08:04;
pendiente 60%; Balbisia stichkinii y Atriplex
microphyla sobre rocas y rodados, 2.900 m s.n.m.
Cerro Colorado, sector Hilacollo; 16:00; Polylepis
tarapacana, Fabiana deserticola, Balbisia
stichkinii sobre suelo compacto; pendiente 40";
3.600 m s.n.m.
Quebrada Aroma, ladera norte; en descanso; 17:15;
pendiente 50%; Balbisia stichkinii y Atriplex
microphyla sobre roca y pendiente arenosa; 2.900 m |
s.n.m.
Quebrada de Putre, sector antena; en descenso; 20:00;
Balbisia stichkinii y Atriplex microphylla sobre
suelo compacto; pendiente 40% 3.800 m s.n.m.
Quebrada Aroma, ladera norte; en descanso; 18:40;
Festuca sp., Balbisia stichkinii y Fabiana
deserticola sobre pendiente de 50% 3.000 m s.n.m.
Quebrada Socoroma, sector Coca; deambulación y
pastoreoen ladera sur; Balbisia stichkinii,Dunalia
spinosa, Atriplex microphyla sobre suelo pedrego-
so; pendiente 65%; 12:45; 2.900 m s.n.m.
Walter Sielfeld, Cristian Carrasco, Gisela González y Juan Torres La Taruca (Hippocamelus antisensis D'Orbigny, 1834)
25/06/87 - Sector Chancoromani, ladera orilla del camino; en
descenso; 18:30; pendiente 10% suelo pedregoso y
compacto; Balbisia stichkinii, Polylepis
tarapacana, Baccharis sp.; 3.750 m s.n.m.
25/06/87 3 - 9 Sector Chancoromani: como el anterior.
26/06/87 Quebrada Socoroma, sector Coca; descanso y rumia;
11:15; pendiente 45%; jaral espinoso con Balbisia
stichkinii como dominante; 3.100 m s.n.m.
25/08/87 ] 1 1 10 Sector Altos de Putre, ladera de 47? con Baccharis
sp., Parastrephia sp. y Festuca sp. ; 08:40; 3.900
m s.n.m.
Quebrada Laitane; ladera con jaral espinoso en pen-
diente de 36%; 3.250 m s.n.m.
25/08/87
25/08/87 Quebrada Ancolacaya; ladera con jaral de Balbisia
stichkinii y Atriplex microphyla; pendiente de
44%: 3.200 m s.n.m.
25/08/87
Cerros de Ancolacaya; ladera de 47%, vegetación como
anterior; 3.500 m s.n.m.
25/08/87 Cerros deTitine; pendiente 53%; Atriplex microphyla,
Balbisia stichkinii, Baccharis sp., Dunalia
spinosa; 3.300 m s.n.m.
26/08/87 l 3 - 6 Sector Chirilinco, sur de Putre; Corryocactus
brevistylus, Balbisia stichkinii, Polylepis
tarapacana; 40? de pendiente; 3.500 m s.n.m.
26/08/87 1 l - 6 Ladera quebrada de Putre; vegetación como anterior;
pendiente 53%; 3.600 m s.n.m.
26/08/87 1 l l 6 Media ladera de quebrada Tiliviri; jaral espinoso;
pendiente 52%; 3.400 m s.n.m.
26/08/87 1 1 - 6 Altiplanicie de Cerros Larranca; Balbisia stichkinii;
pendiente 14%; 3.450 m s.n.m.
26/08/87 1 4 2 7 Media ladera quebrada Ancache; pendiente 55%; 3.200
m s.n.m.
26/08/87 Como el anterior; pendiente 44? ; 3.150 m s.n.m.
Vegetación:
Los avistamientos de los tarucas observado con fecha 25/8/87 (tabla 3) en la
individualizadas en la tabla 2 indican que su parte alta de la quebrada de Putre, sector que
presencia es exclusiva de zonas con vegetación corresponde a una situación ecotonal entre el
del tipo «matorral espinoso subandino» (sensu señalado matorral espinoso y las formaciones
Pisano, 1956), zona que se encuentra englobada altoandinas de tolar y pajonal.
en la categoría bioclimática «zona desértica de El hábitat de la taruca incluye diversas
tendencia tropical marginal» de di Castri (1969). formaciones vegetacionales, aspecto que de-
Constituye única excepción el grupo familiar pende fundamentalmente del grado de pendien-
99
Anales Museo de Historia Natural
te, exposición, características edafológicas y
cercanía de los cursos de agua. Kalin et al.
(1982) presentan un listado de especies para el
sector Zapahuira/Putre como parte de un
transecto vegetacional en los Andes entre
18-199S. En el presente estudio se aumenta ese
número de especies, sobre cuyo particular se
informa en el apéndice, que representa la oferta
vegetal, de la cual solo las especies presentadas
en la tabla 5 fueron identificadas en las fecas.
En los cursos de agua se encontró como
especies dominantes a Cortaderia speciosa
Stapf., Thelypteris argentina (Hiern.) Abbiti,
Baccharis salicifolia (R. et P.), Lophopappus
tarapacanus (Phil.) Cabr. y Dunalia spinosa
(Meyen) Dammer.
Las laderas presentan vegetación arbustiva
perenne formada mayoritariamente por
Coreopsis suaveolans Sherff., Diplastephium
meyenii Wedd., Baccharis santelicis Phil.,
Baccharis boliviensis (Wedd.) Cabr., Tarassa
operculata (Cav.) Krap, Deyeuxia nardifolia
(Grieseb.) Phil., Ephedra breana Phil. y
Balbisia microphylla (Phil.) Reiche.
En los sectores altos con protección al
viento se agregan a las especies anteriores
Polylepis besseri Hieron, que forma bosquetes
de hasta 3 m de altura, mientras en situaciones
con gran exposición a los vientos dominantes la
vegetación arbustiva es reemplazada en grado
variable por una comunidad de gramíneas for-
mada por Deyeuxia nardifolia (Grieseb.) Phil.
y Festuca ortophylla Pilger.
Vol.24,1999
Uso del hábitat:
En tabla 3 se indica el tipo de actividad
desarrollada por las tarucas previamente iden-
tificadas en tabla 1 y la hora en el momento de
las observaciones.
Se concluye que descanso y/o rumia se
inicia a media mañana (11:15 am) y concluye en
la tarde (18:40 pm). Actividad de ascenso se
detectó sólo en las primeras horas de la mañana
después del alba (8:00 - 8:40 am) mientras los
descensos hacia los lugares de alfalfa se reali-
zan muy avanzada la tarde (17:15 pm adelante).
El estudio del comportamiento deambula-
torio de un grupo familiar en el sector de
Ancache (parte baja de la quebrada de Putre)
resumido en tabla 4, permite concluir que a
partir de la tarde se inicia el descenso hacia el
fondo de la quebrada, donde se ubican los
sectores de pastoreo (plantaciones de alfalfa) y
bebederos. Iniciado el amanecer se produce un
lento ascenso por las laderas acompañado de
ramoneo de tallos florales y hojas de especies
tales como Balbisia microphylla (Phil.) Reiche
y Coreopsis suaveolans Sherff.
El ascenso culmina cerca del mediodía al
pie de un alero rocoso o farellón. Se realiza allí
descanso y rumia. Avanzada la tarde se inician
juegos y revuelcos en un arenal del sector. A
media tarde y cerca del atardecer se inicia
nuevamente el descenso hacia los sectores de
pastoreo.
El grupo estudiado presentó migraciones
altitudinales diarias entre el fondo de la quebra-
da y 350 a 400 m por sobre ese nivel en las
laderas.
TABLA 3 OBSERVACIONES SOBRE COMPORTAMIENTO GENERAL Y DEAMBULACIÓN DE LAS TARUCAS
EN EL AREA DE ESTUDIO (M = MACHO, H = HEMBRA, C = E
08/01/87 | 17:15
100
29/11/86 A Aroma: estacionario en la la-
dera norte
Et 30/11/86 | 08:04 a Quebrada Ancach, lado su, en ascenso | Ancache, lado sur, en ascenso
30/11/86 16:00 Cerro Colorado, sector Huillacollo: en
rumia
Quebrada Aroma, ladera norte: en des-
censo
Walter Sielfeld, Cristian Carrasco, Gisela González y Juan Torres La Taruca (Hippocamelus antisensis D'Orbigny, 1834)
EEN 13/04/87 | 20:00 EU Y Quebrada Putre, antena: aan
E 16/04/87 18:40 e Quebrada Aroma, ladera: estacionario |.
E 16/04/87 12:30 rl 3 Quebrada Socoroma, Coca: ladera sur,
pastoreo siguiendo curva de nivel
26/06/87
11:15
25/08/87
08:40
TABLA 4 COMPORTAMIENTO DEAMBULATORIO DE UN GRUPO FAMILIAR (1 HEMBRA, 2 MACHOS, 1
JUVENIL) EN EL SECTOR DE ANCACHE, QUEBRADA DE PUTRE 27-28/8/87. LAS ALTURAS
FUERON INFERIDAS DE CARTOGRAFÍA IGM Y UTILIZANDO COMO COTA CERO EL NIVEL DE LOS
POTREROS DE ALFALFA DEL SECTOR.
15:00 350 m Todos los individuos en posición de descanso sobre el suelo y en
actividad de rumia
16:30 350 m Un macho y la hembra erectos, realizando deambulaciones cortas por
el sector
17:48 350 m Dos individuos mantienen su posición de descanso; un macho y la
hembra en bajada oblicua sobre la ladera, con ramoneos de Balbisia
17:55 325 m El macho ha ascendido desde un punto más inferior y arrea ladera abajo
microphyla (Phil.) Reiche.
a los individuos en descanso, utilizando su cornamenta
18:15 200 m El rebaño en proceso de bajada, entra en una quebrada sin agua
18:30 150 m En explanada arenosa, se realizan juegos de persecución, enfrenta-
miento y baños de arena
18:55 150 m Se reinicia la bajada a trote lento; 'observación dificultada por falta de
luz
21:00 50 m
Rodeo e ingreso a los potreros de alfalfa, con ramoneo de ramillas
florales |
0 m
23:40
06:45 Abandono de los potreros de alfalfa
07:15 -100 m Fondo de quebrada contigua al sector
09:00 100 m En rápido ascenso en ladera opuesta a la del día anterior
Anales Museo de Historia Natural
Observación directa sobre pastoreo:
Las observaciones en el sector de Chapiquiña
mostraron que el ramoneo se produce a la altura
del pecho, donde un macho de un grupo de siete
individuos ramoneó por 15 minutos solamente
Balbisia microphyla. Una hembra del mismo
grupo consumió reiteradamente la misma espe-
cie en conjunto con Coreopsis suaveolens. En
ambos casos el ramoneo fue de ramillas en
floración.
En el sector de Coca un grupo formado por
14 animales ramoneó las siguientes especies:
Nasella pubiflora, Chenopodium petiolare,
Vol.24,1999
Cherdodoma jodopappa y Ambrosia
artemisioides.
Alimentación:
Los restos fecales mostraron presencia de
esporangios de Pterydophyta indet. durante
todos los meses del estudio y fragmentos de
Bryophyta indet. en Octubre. La presencia de
semillas fue frecuente y abundante a lo largo de
todo el año (Tabla 5), en especial en el período
otoño-invierno (abril - julio). Las especies más
frecuentes fueron Tarasa aff. operculata,
Chenopodium petiolare y Spergularia
fasciculata (sobre 70% de frecuencia).
TABLA 5 PRESENCIA DE SEMILLAS DURANTE LOS ANÁLISIS MENSUALES DE LAS FECAS.
102
EJE
+|+
Ese
MESES
CER
Meis
A
LbLaJd
EP
pelle
qe
ALE
Walter Sielfeld, Cristian Carrasco, Gisela González y Juan Torres
El análisis microhistológico (Tabla 6) indi-
có consumo de Medicago sativa y/o Melilotus
indica, durante todo el año. Aún cuando ambas
especies son identificables por sus pelos
unicelulares y glandulares, mostraron no ser
separables histologicamente entre sí. La pre-
sencia de semillas de la segunda especie (Tabla
3) asegura su consumo, siendo sin embargo
una hierba estacional, el consumo durante el
resto del año debe corresponder a la primera
especie. La presencia de cristales hialinos típi-
cos de parénquima de algunas leguminosas del
tipo Caesalpinaceae y Papilionaceae indicó
pastoreo de Senna birostris var. arequipensis
(Cesalpinaceae), también representada todo el
año. Las Papilonaceae Lupinus oreophillus y
Spartium junceum fueron descartadas por no
presentar las señaladas características del
parénquima.
Balbisia microphylla, cuyo ramoneo fue
observado en terreno y cuya presencia de
semillas caracterizó las fecas de abril y junio
(Tabla 5), fue también detectada a partir de
microestructuras, siendo un ítem importante
por su presencia a lo largo de todo el período
anual del estudio.
Esporas y esporangios de Pteridophyta
caracterizaron todas las muestras analizadas.
Su análisis mostró correspondencia con espe-
cies adiantáceas sin ser posible su identifica-
ción específica. Sin embargo, a partir del catá-
logo botánico del sector son probables
Notholaena nivea, Cheilanthes pruinata,
Pellaea ternifolia o todas ellas, abundantes en
el área. La presencia de escamas permitió iden-
tificar a Notholaena arequipensis.
Por sus pelos estrellados se reconoció la
familia Malvacea, que según las colectas de
La Taruca (Hippocamelus antisensis D'Orbigny, 1834)
herbario puede corresponder a Tarassa aff.
Operculata, previamente citada a partir de se-
millas , Cristaria sp., o a ambas.
Con relación a la familia Chenopodiaceae
no se manifiesta coincidencia entre meses con
presencia de semillas y aquellos con
microestructuras, aún cuando el consumo de
flores hojas y frutas debe ser conjunto. Sin
embargo, el período de semillación correspon-
de al período marzo - abril, lo que explica su
presencia en esa fecha en las fecas. Por com-
paración con las muestras de referencia el
pastoreo parece afectar únicamente a
Chenopodium petiolare.
Estructuras microhistológicas de la familia
Solanacea no fueron identificables con exacti-
tud. Pero la detección de semillas de Solanum
fragile hacen suponer que las microestructuras
pertenecen a la misma especie.
Las presencia de abundantes granos de
polen, no necesariamente debe reflejar consu-
mo directo, sin embargo al asociar presencia de
poros, espinas, pelos, y otras microestructuras
(tabla 6), se concluyó que polen de Oxybaphus
elegans, Tarassa aff. operculata, Balbisia
microphylla y Chenopodium petiolare en-
contrado en fecas del mes de abril 1987, co-
rrespondió efectivamente a consumo de flores
de esas especies. Finalmente se encontraron
con alta frecuencia pelos pluricelulares, teñidos
y de pared lisa que fueron atribuyeron a
Spergularia fasciculata (Caryophyllacea),
Fabiana densa var. ramulosa (Solanacea) y
Coreopsis suaveolans (Compositae).
En Tabla 6 se presenta una síntesis de las
observaciones directas sobre alimentación, la
presencia de semillas y el análisis
microhistológico.
103
Anales Museo de Historia Natural Vol.24,1999
TABLA 6 ESPECIES VEGETALES CONSUMIDAS POR LA TARUCA EN LA PROVINCIA DE PARINACOTA.
Notholaena arequipensis
EPHEDRACEAE
Ephedra breana
GRAMINEAE
Nacella pubiflora
Sp. indet.
CESALPINEACEAE
Senna birostris
CARYOPHYLACEAE
Spergularia fasciculata
CHENOPODIACEAE
Chenopodium petiolare
Atriplex glaucescens
COMPOSITEAE
Ambrosia artemisioides
Chersodoma jodopappa
Coreopsis suaveolans
CRUCIFERAE
Sisymbrium fragile
GERANIACEAE
Erodium cicutarium
HYDROPHYLACEAE
Phacelia pinnatifida
Xx
E
a
X
Xx
Xx
X
X
Xx
X
Xx
KRAMERIACEAE
Krameria iluca
LEDORACEAE
Balbisia microphyla
MALVACEAE
Tarasa operculata
NYCTAGINACEAE
Oxybaphus elegans
PAPILIONACEAE
Medicago sativa
Melilotus indica
Spartium junceum
Lupinus oreophilus
PORTULACACEAE
Philippiamra amaranthoides X
SOLANACEAE
Solanum fragile
Fabiana densa
VERBENACEAE
Junellia aspera
Verbena hispida
Verbena gynobasis
104
E
>
Walter Sielfeld, Cristian Carrasco, Gisela González y Juan Torres
CONCLUSIONES
La provincia de Parinacota alberga una. -
población de alrededor de 830 tarucas con una
producción anual entre 80 y 130 crías, que
habita la «zona desértica de tendencia tropical
marginal», caracterizada por la presencia de
formaciones vegetacionales del tipo «matorral
espinoso subandino».
Su hábitat se caracteriza por gran irregula-
ridad con profundas quebradas y laderas de
gran pendiente que son parte de los contrafuer-
tes cordilleranos de la zona. La presencia de la
taruca por lo general también está sujeta a la
presencia de aguas corrientes en los fondos de
las señaladas quebradas.
Para los grupos que frecuentan los alfalfales,
el uso del hábitat incluye migraciones diarias
desde la parte alta de las laderas, consideradas
sitios de descanso y los fondos de las quebra-
das que representan sectores de pastoreo y
disponibilidad de agua. Los descensos se ini-
cian cerca del atardecer y los ascensos antes
del alba. El pastoreo es fundamentalmente noc-
turno.
Sobre la base de observaciones directas,
presencia de semillas en fecas y análisis
microhistológico de estas últimas, se infiere
que la taruca se alimenta de al menos 29
especies de vegetales pertenecientes a 17 fami-
lias: 1 Pterydophyta, 1 Gymnosperma, una
especie de Gramineae y las restantes del tipo
Fanerogama Dicotiledonea.
De las 29 especies sólo tres (Medicago
sativa, Melilotus indicus y Erodium
cicutarium) son especies introducidas, las res-
tantes son nativas y propias de secanos y
laderas rocosas de las quebradas de la zona.
Conformaron la dieta durante todo el año
(100%) las siguientes especies: Medicago
sativa, Senna birostris, Balbisia microphylla,
Spergularia — fasciculata, Coreopsis
suaveolans, Fabiana densa, Erodium
cicutarium, Tarassa operculata y represen-
tantes no identificados de las familias Solanacea
y Adiantacea.
De las especies anteriores, son leñosas,
perennes y de período vegetativo prolongado
Tarassa operculata, Balbisia microphylla,
La Taruca (Hippocamelus antisensis D'Orbigny, 1834)
Coreopsis suaveolans y Fabiana densa las
que muy probablemente constituyen el alimen-
to base que sustenta la población de tarucas. Su
floración se produce prácticamente a lo largo
de todo el año y la abundancia de tejidos
epidérmico, estomas y otras estructuras epi-
dérmicas indican consumo de ramillas tiernas,
posiblemente florales y poco lignificadas.
Es ocasional el consumo de otras especies
leñosas tales como Krameria iluca en prima-
vera-verano y Ephedra breana ocasional a lo
largo de todo el año (73%).
Junto con las especies anteriores se ingiere
a lo largo de todo el año las siguientes especies
de tipo herbáceo y efímero: Erodium
cicutarium y Spergularia fasciculata. Com-
plementos herbáceos ocasionales son
Chenopodium petiolare, Oxybaphus elegans
y Phillipiambra amaranthoides en otoño,
Phacelia pinatifida y Solanum fragile en
otoño-invierno, Verbena hispida en primave-
ra-verano, Verbena gynobasis y Melilotus
indica en invierno.
A pesar de la abundancia y relativamente
alta biomasa, no se detectó consumo de las
siguientes especies leñosas y resinosas:
Bacharis salicifolia, B.santelicis, B.petiolata
y B. boliviensis, Lophopapus tarapacanus,
Acantholoppia tarapacana, Parasthrephia
lepidophylla, Piqueria floribunda y Trixis
cacaloides ni de las especies leñosas y espino-
sas: Chuquiraga spinosa , Adesmia
spinossisima y A.aegiceras.
El consumo de alfalfa (Medicago sativa)
es permanente durante todo el año. No consti-
tuye sin embargo un item abundante en la
composición de las fecas y solo son consumi-
das ramillas florales, durante la noche cuando
las tarucas visitan los abrevaderos en los fon-
dos de las quebradas, y cercanos a los cultivos
en terrazas.
AGRADECIMIENTOS
Los autores expresan sus reconocimientos
a la Organización de la Naciones Unidad para la
Agricultura y la Alimentación que a través del
Programa de la Naciones Unidad (PNUD)
105
Anales Museo de Historia Natural
financión este Proyecto. A los Sres. Clodomiro
Marticorena y Oscar Mathei (U. de Concep-
ción) y Otto Zóllner (U. Católica de Valparaiso)
por haber identificado las plantas. A los Sres.
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Andes del Norte Grande de Chile ( Arica, Lat.
18%28"S). Vol. I. La vegetación y los vertebrados
inferiores de los pisos altitudinales entre Arica y el
Lago Chungará. 327 pp.
Walter Sielfeld, Cristian Carrasco, Gisela González y Juan Torres
La Taruca (Hippocamelus antisensis D'Orbigny, 1834)
APÉNDICE:
CATÁLOGO BOTÁNICO DEL ÁREA DE ESTUDIO
PTERYDOPHYTA
Familia Adiantaceae
Cheilanthes pruinata Kaulf.
Notholaena nivea (Poir.) A.N.Desy.
Notholaena arequipensis Maxon
Pellaea ternifolia (Cav.) Link. var. ternifolia
Familia Thelypteridaceae
Thelyptheris argentina (Hieron.) Abbiatti
GYMNOSPERMAE
Familia Ephedraceae
Ephedra breana Phil.
MONOCOTYLEDONEAE
Familia Amaryllidaceae
Bomarea involucrosa (Herb.) Baker
Hippeastrum sp.
Familia Bromeliaceae
Tillandsia landbeckii Phil.
Familia Gramineae
Bromus catharticus Vahl
Critesion muticum (J. Presl) Lówe
Critesion secalinum (Schreb.) Lówe
Nassella pubiflora (Trin. et Rupr.) Desv.
Deyeuxia nardifolia (Griseb.) Phil.
Festuca orthophylla Pilger
Stipa subaristata (Matthei) Caro
Familia Juncaceae
Juncus sp.
DICOTYLEDONEAE
Familia Amaranthaceae
Gompherena meyeniana Walp
Familia Boraginaceae
Cryptantha calycina (Phil.) Reiche.
Familia Caesalpinaceae
Senna birostris (Domb. ex Vogel) Irw. et Barneby
var. arequipensis
Hoffmanseggia ternata Phil.
Familia Campanulaceae
Hypsela reniformis (H.B.K.) K. Presl
Familia Caryophyllaceae
Spergularia fasciculata Phil.
Paronychia microphylla Phil. var. microphylla
Pycnophyllum bryoides (Phil.) Rohrb
Familia Chenopodiaceae
Chenopodium petiolare H.B.K.
Atriplex glaucescens Phil.
Familia Compositae
Ambrosia artemisioides Meyen et Walp.
Baccharis bolviensis (Wedd.) Cabr.
Baccharis incarum Wedd.
Baccharis petiolata D.C,
Baccharis salicifolia (R. et P.) Pers.
Baccharis santelicis Phil.
Bidens andicola H.B.K. var. descomposita O.K.
Coreopsis suaveolens Sherff
Chersodoma jodopappa (Sch. Bip.) Cabr.
Chuquiraga spinosa Less. ssp. rotundifolia
(Wedd.) Ezc.
Diplostephium meyenii Wedd.
Gnaphalium sp.
Hypochaeris meyeniana (Walp.) Griseb.
Hypochaeris stenocephala (A.Gray ex. Wedd.)
O.K.
Lophopappus tarapacanus (Phil.) Cabr.
Mutisia acuminata R. et P. var. hirsuta (Meyen)
Cabr.
Mutisia hamata Reiche
Parastrephia lepidophylla (Wedd.) Cabr.
Plazia daphnoides Wedd.
Piqueria floribunda D.C.
Polyachyrus sphaerocephalus D.Don
Schkunria multiflora H. et A.
Senecio ctenophyllus Phil.
Senecio zoellneri Martic. et Quez.
Senecio reicheanus Cabr.
Stevia hyssopifolia Phil.
Sonchus oleraceus L.
Tagetes multiflora H.B.K.
Viguiera pazensis Rusby
Villanova robusta Phil.
Werneria poposa Phil.
Familia Cruciferae
Descurainia sp.
Lepidium sp.
Lepidium chichicara A.N. Desv.
Sisymbrium fragile Wedd.
Familia Geraniaceae
Erodium cicutarium (L.) L'Hérit. ex Aiton
Familia Hydrophyllaceae
Phacelia pinnatifida Griseb. ex Wedd.
Familia Krameriaceae
Krameria iluca Phil.
Familia Ledocarpaceae
Balbisia microphylla (Phil.) Reiche
Familia Loasaceae
Caiophora sepiaria (R. et P. ex G.Don) Macbr.
Familia Malvaceae
107
Anales Museo de Historia Natural
Cristaria sp.
Tarasa operculata (Cav.) Krap.
Tarasa tenella (Cav.) Krap.
Familia Nyctaginaceae
Oxybaphus elegans Choisy
Familia Onagraceae
Epilobium denticulatum R. et P.
Familia Papaveraceae
Argemone hunnemannii Otto et Dietr.
Familia Papilionaceae
Adesmia aegiceras Phil.
Adesmia spinosissima Meyen ex Vogel
Adesmia verrucosa Meyen
Dalea pennellii (Macbr.) Macrb.
Lupinus oreophilus Phil.
Medicago sativa L.
Melilotus indica (L.) All.
Spartium junceum L.
Familia Plantaginaceae
Plantago limensis Pers.
Familia Polygonaceae
Muehlenbeckia hastulata (J.E. Sm.) Johnst.
Familia Portulacaceae
Philippiamra amaranthoides (Phil.) O.K.
Philippiamra sp. 1
108
Vol.24,1999
Philippiamra sp. 2
Familia Scrophulariaceae
Bartsia bartsioides (Hook.) Edwin
Bartsia meyeniana Benth.
Calceolaria pulchella Phil.
Familia Rosaceae
Polylepis besseri Hieron.
Familia Santalaceae
Quinchamalium chilense Mol.
Familia Solanaceae
Cacabus sp.
Dunalia spinosa (Meyen) Dammer
Fabiana densa Remy var. ramulosa Wedd.
Lycopersicon chilense Dunal
Nicotiana undulata R. et P.
Reyesia juniperoides (Werd.) D'Arcy
Solanum fragile Wedd.
Solanum lycopersicoides Dunal
Solanum phyllanthum Cav.
Familia Verbenaceae
Acantholippia tarapacana Botta
Junellia aspera (Gill. et Hook.) Mold.
Junellia juniperina (Lag.) Mold.
Verbena gynobasis Wedd.
Verbena hispida R. et P.
Sergio O. Zunino, Marcelo Garrido £: Claudio Lillo. An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 24: 109 - 113, 1999
RESPUESTA DE MICROMAMIFEROS DE CHILE CENTRAL
A INCENDIOS FORESTALES.
SERGIO O. ZUNINO, MARCELO GARRIDO 4 CLAUDIO LILLO.
ABSTRACT
The community of small mammals in a sclerophyllus shrubland which had recently burnt was studied over
14 consecutive months in the Reserve Lago Peñuelas, precisely in the middle of the Mediterranean zone of
Chile. Values of species diversity richness and abundance were obtained are compared with those of a control
area.
Both communities showed differences in the specific evenness and dominance. Species richness, Relative
Density Index (RDI) and diversity are quite similar, and the composition of the communities are identical.
The area is burnt in favorable to Phyllotis darwini, a species that has an unnoticeable preference for dry
and open settings. On the other hand, Abrocoma bennettii, Akodon longipilis and Oligoryzomys
longicaudatus are negatively affected, and they will reappear as the landscape ¡is renewed. According to our
results, Phyllotis darwini is a settler which follows the demographic-ethological model.
Key words: Rodentia, forest fire, central Chile, community, small mammals, shrublands.
Las regiones de clima mediterráneo: cuen-
ca mediterránea euro - africana, California,
Sudáfrica, sur de Australia y Chile, poseen el
matorral esclerófilo más importante. Sus ca-
racterísticas morfo-fisiológicas asociadas a con-
diciones climáticas especiales y al fuerte im-
pacto ambiental, convierten a estas formacio-
nes vegetacionales en áreas donde la genera-
ción de incendios forestales es casi inevitable.
Los incendios forestales en Chile y en
especial en su región a tendencia mediterránea,
son muy habituales. Entre 1993 y 1998 se
produjeron 11.358 siniestros que consumieron
134.400 ha (CONAF, 1998).
A pesar que el fuego ha provocado empo-
brecimiento en las comunidades vegetales
centro-chilenas, Armesto y Gutiérrez (1978)
estiman que su participación no tiene gran
importancia. En cambio para Avila et al. (1981)
el fuego sí ha sido un elemento particularmente
negativo en la variación de la composición
florística del paisaje. Para Trabaud (1981), la
actual estepa o espinal de Acacia caven es la
resultante de los efectos de incendios regulares
asociados a pastoreo sobre el bosque esclerófilo.
TT +4 + eee KZ
Gajardo (1981) estima que el matorral de
Chile central es producto de la sobreexplotación
en donde los incendios forestales debieron de
participar en forma activa.
Las reacciones post-incendios de las co-
munidades de mamíferos son variadas, contra-
dictorias y en muchos casos desconocidas. Al
respecto Bendell (1974) estima que el 63% (24
especies) de las poblaciones de mamíferos se
muestran indiferentes a los efectos del fuego.
Wright é Bailey (1982) citan que tanto aves
como mamíferos siempre reaccionan de alguna
manera a los incendios, sea aumentando O
disminuyendo sus densidades. Igual opinión
tienen Athias-Binche et al. (1987), incluso se-
ñalan que el fuego provoca una inmediata y
marcada pérdida de animales cuyas respuestas
varían según la especie afectada. Fons et al.
(1988) confirma tal planteamiento en los
micromamíferos europeos, los cuales
recolonizan los ambientes incendiados en fun-
ción a las capacidades de dispersión y de
migración que posean, siguiendo uno de los dos
modelos de recolonización propuestos.
El fuego además de provocar variaciones
Museo de Historia Natural de Valparaíso. Casilla 3208. Correo 3. Valparaíso. Chile.
Universidad de Playa Ancha. Facultad de Ciencias. Casilla 34-V. Valparaíso. Chile.
109
Anales Museo de Historia Natural
en las densidades poblacionales produce cam-
bios en las estructuras de las comunidades, en
tal sentido Cook (1959) ha señalado para el
Chaparral de California, que la composición de
roedores cambia después del incendio, siendo
algunas especies reemplazadas por otras. Por
su parte Mills (1983 y 1986), en la misma
formación, encontró que en el primer año post-
incendio los herbívoros inducen cambios en el
banco de semillas arbustivas y herbáceas; y
que en los años posteriores, la selectividad de
los mamíferos herbívoros no sólo se mantiene
sino que aumenta.
En consideración a las grandes superficies
consumidas por los incendios forestales en el
país, resulta importante determinar cuales son
los sucesos post-incendios que ocurren en una
comunidad de micromamíferos que viven en
matorral esclerófilo de Chile central.
MATERIALES y METODOS
Para llevar cabo este estudio, se trabajó en
el sector “Los Lirios”, perteneciente a la Reser-
va Forestal del Lago Peñuelas (33? 11' S; 71?
25' W), iniciándose un mes antes de un incendio
típico de matorral que consumió alrededor de
900 ha. Con fines comparativos o de control se
seleccionó un área de idénticas características
vegetacionales. La formación vegetal de ambas
áreas corresponde a un matorral esclerófilo -
xerófilo con una cobertura entre 60 y 70%. Y
que está constituida principalmente por Rosa
Vol.24,1999
moschata (Rosa mosqueta), Muehlenbeckia
hastulata (Quilo), Lithraea caustica (Litre),
Baccharis linearis (Romero), Puya chilensis
(Chagual) y Eryngium paniculatum
(cardoncillo).
En ambos sectores se instaló mensualmen-
te una línea de 25 trampas Museum, separadas
por 10 metros, durante 14 meses consecutivos.
Evaluándose en cada oportunidad la riqueza,
uniformidad y la similitud taxonómica. La abun-
dancia se estimó mediante el Indice de Densi-
dad Relativa, IDR, utilizado por Marconi 4
Kravetz (1986).
RESULTADOS Y DISCUSION
Las comunidades de micromamíferos en
los sectores quemado y control están formadas
por las mismas seis especies aunque presentan
diferencias en sus abundancias (Tabla 1). Se-
mejantes situación también ha sido descrita por
Beck € Vogl (1972), en praderas arbustivas
quemadas, de Wiscosin, en donde la composi-
ción comunitaria de roedores no varía, pero sí
lo hacen significativamente las frecuencias de
las especies.
En el área quemada Phyllotis darwini (62%)
es el roedor más abundante acompañado por
Akodon olivaceus, pero escasamente repre-
sentado (Tabla 1). La alta presencia de P.
darwini se debe a sus marcadas características
de invasor a las cuales se le suma su omnivoría
y fuerte preferencia por ambientes xéricos con
baja cubierta vegetal (Mann, 1978).
TABLA 1 COMPOSICION DE LA COMUNIDAD DE MICROMAMIFEROS EN SECTORES DE ESTUDIO
| SECTORES
Phyllotis darwini
Abrocoma bennettii
Ea
Thylamys elegans cese Ne
Akodon olivaceus
QUEMADO
CONTROL
Xx
SS —
an |u a
-
piu] to
— o
E
Sergio O. Zunino, Marcelo Garrido $: Claudio Lillo.
Similares antecedentes han sido también
señalados por Pearson (1982), para diversas
especies del género Phyllotis del Perú. Este
mismo carácter invasor que se manifiesta en P.
darwini, también ha sido informado para
Calomys sp, lo cual le ha permitido ocupar
ambientes muy poco diversos, como son las
plantaciones de Eucaliptus o áreas quemadas
(Marconi £ Kravetz, 1986).
En el sector control, el predominio especí-
fico está repartido de manera más uniforme
entre: A. bennettii (27%), A. olivaceus (25%),
O. longicaudatus (20%) y Akodon longipilis
(16%) (Tabla 1). Esta mejor distribución es
producto de la mayor estabilidad ambiental y de
una mayor diversidad y cobertura vegetacional
lo cual permite un espectro trófico (vegetal y
animal) más amplio; capaz de sustentar con
mejor éxito a especies que prefieren ambientes
más vegetados, como es el caso de A.
longipilis, o herbívoros o granívoros como
son A. bennettii y O. longicaudatus (Mann,
1978). La distribución más homogénea de la
comunidad de pequeños mamíferos, se refleja
en bajos valores de predominio (0.21) y alta
uniformidad (92%), en cambio el área incendia-
Respuesta de micromamíferos de Chile Central a incendios forestales.
da hay una mayor irregularidad manifestada
por los valores de 0.43 y 67%, respectivamente
(Tabla 2).
TABLA 2 VALORES DE LAS COMUNIDADES DE
MICROMAMIFEROS EN SECTORES DE
ESTUDIO.
En ambos sectores, T. elegans y A.
olivaceus se presentan en proporciones bas-
tante semejantes (Tabla 1). Para la primera
especie, se explicaría a causa de la alta movili-
dad que desarrolla en la búsqueda de los insec-
tos que constituyen su dieta. Y para la segunda,
por su falta de especialización y pequeño tama-
ño, características que le permiten la explota-
ción de cualquier ambiente que disponga de un
mínimo de recursos.
TABLA 3 RIQUEZA MENSUAL DE LA COMUNIDAD DE MICROMAMÍFEROS EN SECTORES CONTROL (C) Y
QUEMADO (Q).
METEJEN
!
.8
CETRO
La riqueza media total en ambos sectores
fue bastante semejante (Tabla 1) a pesar de sus
fluctuaciones mensuales (Tabla 3); siendo el
área quemada la que mostró las mayores dife-
rencias. Un mes antes de incendio (Mayo 1988)
tenía un valor de 1,34 y al mes inmediatamente
después del siniestro (Junio) descendió a 0.70
(equivalente al 47%). Por el contrario en el área
control se observó un ligero aumento a 1.50
(+12 %). Una probable causa de este aumento
podría encontrarse en migraciones de algunas
especies de roedores que escaparon del incen-
dio, como también ha sido sugerido para
Akodon azarae (Marconi 6: Kravetz, 1986).
En el sector quemado se observa un aumento
progresivo de la riqueza desde Mayo hasta
Octubre; la cual se mantiene con ciertas fluc-
tuaciones, hasta Enero, época en la cual la
riqueza disminuye paulatinamente hasta Abril
del año siguiente. En el control se manifiesta
una tendencia al aumento a partir de Noviem-
bre, mes con el máximo valor durante todo el
ciclo de estudio, como resultado del ingreso de
las nuevas camadas de roedores, en conjunto
con la aparición significativa de T. elegans
luego de su salida de hibernación (Tabla 3).
111
Anales Museo de Historia Natural
A medida que el área quemada fue recupe-
rando su cobertura vegetal también lo hizo la
riqueza, con un máximo en Mayo. Es en esta
zona donde se reconoció con mayor claridad el
efecto del ingreso de las nuevas camadas de
micromamíferos, en especial P. darwini, las
cuales provocaron una alza en la riqueza entre
la primavera y el verano (Tabla 3).
El índice de densidad relativa fue ligera-
mente más alto en el quemado (0.19) que en el
control (0.15) manteniéndose alto entre No-
viembre 1988 a Mayo 1989, a causa de los
numerosos especímenes(25) de P. darwini
capturados en dicho lapso, que a su vez signi-
ficaron el 71.4 % del total de animales de esa
especie (Tabla 1).
Vol.24,1999
El IDR para los dos primeros meses des-
pués del incendio que se esperaban que fueran
muy bajos resultaron ser totalmente opuestos.
Las causas más probables de esta situación se
debería a la supervivencia de A. olivaceus el
cual habría sorteado sin problemas los efectos
del incendio, provocando una alza del IDR para
el primer mes post-incendio, y a partir del
segundo mes, además de A. olivaceus, apare-
ce P. darwini el cual mantendrá su presencia a
través de 11 meses consecutivos (Tabla 4).
Una respuesta igualmente rápida ha sido reco-
nocida en Eligmodontia typus para zonas
incendiadas en la provincia de Mendoza, que
también denota preferencias por ambientes
abiertos y xéricos (Ojeda, 1989).
TABLA 4 IDR MENSUAL DE LA COMUNIDAD DE MICROMAMÍFEROS EN SECTORES CONTROL (C) Y
e uo Por Jos Pre faz Jo por jo
QUEMADO (Q).
O O
El IDR mensual para ambos sectores mos-
tró valores altos durante gran parte del estudio,
pero a partir de Febrero 1989 (10 meses des-
pués del incendio) estos disminuyen, probable-
mente por efecto de la constante remoción de
individuos y de condiciones ambientales más
desfavorables (Tabla 4).
La similitud taxonómica (Sj) mensual entre
los sectores fue bastante baja, oscilando entre
O y 0.5 incluso en cinco oportunidades (36%)
fue totalmente disímil y al año después del
incendio logró ser del 100%.
De acuerdo al análisis del estado
reproductivo de los especímenes de P. darwini
capturados, más del 80% de ellos correspon-
dían a animales juveniles, lo cual permite aseve-
rar que la recolonización de esta especie sigue
el modelo demográfico - etológico en donde
participan animales no reproductores (Fons et
al. 1988) y por tanto la respuesta de esta especie
en particular estaría en función a las capacida-
des ecomorfológicas que pueda desplegar. Fa-
voreciéndose aquellas con mayores habilidades
112
2 [0 [o [20 [wo Jos
en ocupar ambientes abiertos, como sucede
con P. darwini y probablemente con
Eligmodontia typus por encima de esas más
exigentes respecto a la cobertura vegetal y
dieta: A. bennettii y O. longicaudatus.
También serían afectadas positivamente
las especies omnívoras A. olivaceus por sobre
las más estenotróficas. Por tanto las más espe-
cializadas recolonizarían posteriormente los sis-
temas alterados y lo harían en la medida que
estos se cicatricen.
En conclusión la comunidad de
micromamíferos de áreas incendiadas estaría
dominada por la especie que presenta las mejo-
res habilidades ecológicas para explotar am-
bientes empobrecidos, que para el caso de
Peñuelas es P. darwini. Y en conjunto con la
reconstitución de la formación vegetacional,
las poblaciones de las especies más exigentes
(A. bennettii y A. longipilis) van aumentando
sus contingentes y desplazarían a la coloniza-
dora inicial (P, darwini).
Sergio O. Zunino, Marcelo Garrido £ Claudio Lillo.
AGRADECIMIENTOS
Al Dr. Guillermo Riveros G. por los co-
mentarios y críticas al manuscrito, al Profesor
Carlos Soto A., por la inestimable ayuda en el
REFERENCIAS
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Respuesta de micromamíferos de Chile Central a incendios forestales.
terreno, y a todo el personal de la Reserva
Forestal del Lago Peñuelas que nos dieron todas
las facilidades para la realización de este pro-
yecto.
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113
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Gustavo Mercado €: Marta Henríquez
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 24: 115- 117, 1999
ASPECTOS CLIMATOLOGICOS DEL PARQUE NACIONAL
LA CAMPANA. V REGION.
GUSTAVO MERCADO 8: MARTA HENRIQUEZ*
El Parque Nacional «La Campana» se en-
cuentra ubicado entre los 32%54' y 33%01' S. y
entre los 71913' y 7059 “W. El clima y el tiempo
que lo afecta, resulta del juego de dos situacio-
nes dinámicas: el Frente Polar y el Anticiclón
del Pacífico Sur. El avance hacia el Norte del
Anticiclón del Pacífico permite la penetración
de sistemas frontales provenientes del Oeste y
que provocan el período de inestabilidad y mal
tiempo que caracterizan el período invernal. El
período del perihelio, donde el Hemisferio Sur
alcanza su máximo de calorías por efecto de la
radiación solar y que robustece a la Célula
Ciclonal Tropical lo cual contribuye al despla-
zamiento de la Célula Anticiclonal del Pacífico
hacia latitudes más altas, generando las buenas
condiciones atmosféricas del período estival.
Por la angostura del territorio, en donde se
ubica este Parque Nacional, las condiciones de
continentalidad están en desmedro con relación
a las de oceanidad que se expresa en un clima
desprovisto de rigurosidades, caracterizado por
una homogeneidad térmica, con un invierno
suave y un verano cálido y seco.
La radiación solar incidente en la zona
sobrepasa las 500 cal/cm*/día en verano y en el
invierno sólo alcanza las 150 cal/cm?/día. La
radiación efectiva está bastante disminuida de-
bido al alto número promedio de día nublados al
año. La nubosidad media tiene tendencia a
disminuir de mar a continente (Valparaíso 94
días cubiertos, Quillota y Los Andes con un
promedio de 70 días.
Por su situación latitudinal, en el sector del
entorno del Parque, las temperaturas tendrían
que alcanzar como promedio los 18%C, sin
embargo ellas bordean los 14*C, se presenta
una anomalía térmica negativa, causada funda-
mentalmente por la presencia de la corriente
fría de Humboldt que atenúa las temperaturas
o 5 5 5 5 5
actuando como moderador de ellas. La ampli-
tud térmica anual es ligeramente marcada:
13,2%C. en Los Andes y 5.4"C en Quintero, lo
mismo ocurre con la oscilación diaria, 17,0%C.
en Los Andes, 8.7"C en Quillota y 5.4'C en
Quintero. Las diferencias, atenuadas por las
condiciones creadas por la corriente de
Humboldt, se deben a rasgos de
continentabilidad, manifiestas en el eje W-E.
La orografía juega un importante papel en el
clima de la zona. El relieve actúa como mode-
rador de la fuerza de los vientos. Ellos disminu-
yen notablemente en la medida que se introdu-
cen al continente. La posición perpendicular a
los vientos dominantes y de paralelismo a la
célula Anticiclonal Subtropical, contribuye a
disminuir paulatinamente los vientos hacia el
interior de la región. El Parque, está ubicado en
el sector más relevante orográficamente, es
decir, en el cordón montañoso costero de
significativa elevación en la región y que parti-
cipa activamente en su papel de biombo climático
a elevar las precipitaciones del sector de barlo-
vento, por efecto del ascenso forzoso de las
masas de aire húmedas. A sotavento, la situa-
ción es inversa. En el sector de barlovento las
precipitaciones son superiores a los 400 mm.
en cambio, en sotavento, las precipitaciones
bordean los 300 mm.
En los sectores depresionarios se producen
embalsamientos de masas de aire que contribu-
yen a disparar las temperaturas y alcanzar
amplitudes anormales. En los valles interiores
que reciben la acción de los vientos oceánicos
que penetran por los cauces de los ríos evitan
los ambalsamientos y con ello el descenso de las
temperaturas.
La humedad relativa mantiene una regulari-
dad significativa en la zona. Se observan dife-
rencias entre el sector occidental y oriental de
Avenida Pedro Montt 2053. Edificio Montalbetti, departamento 50. Valparaíso.
* Universidad del Biobío. Campus Chillán, Andrés Bello s/n, Casilla 447, Chillán.
115
Anales Museo de Historia Natural
la Cordillera de la Costa. Quillota, ubicada a
barlovento alcanza una humedad relativa de un
75%, en cambio en Llay-Llay, sotavento, no
sobrepasa los 70%. Esta diferencia de humedad
atmosférica, se explica por la acción de los
vientos oceánicos que transportan masas de
aire marítimas hacia el interior del continente.
En el Parque, se puede distinguir, en gene-
ral, los siguientes estados de tiempo típico:
a) Buen tiempo anticiclonal de verano; de
octubre a marzo.
b) Período de inestabilidad y mal tiempo: de
mediados de abril a la mitad de agosto.
c) Buen tiempo, nublados y perturbaciones
ciclonales de primavera: de septiembre a octu-
bre.
CLIMAS DEL PARQUE NACIONAL LA
CAMPANA.
1) Climas de solana: Se distinguen tres
áreas: una barlovento, correspondientes a los
sectores de pied montanos de la ribera sur del
río Aconcagua (Calera, La Cruz, Pocochay y
San Isidro en Quillota). Son cordones de poca
significación vegetacional; la vegetación nativa
es de tipo mesófita y xerófita. Es un sector
bastante intervenido por la acción humana. En
los sectores planos que se introducen como
cuña al Parque se realizan diversas actividades
agropecuarias. Aquí las temperaturas tienden a
ser más elevadas y las oscilaciones térmicas
más acentuadas.
Los otros dos sectores se encuentran a
sotavento. El de mayor relevancia es sin lugar
a duda el área conocida con el nombre Las
Palmas de Ocoa. Aquí se encuentran una de las
primeras concentraciones boscosas de la Jubaea
chilensis de Chile central. Térmicamente debe
ser un sector en que las temperaturas se elevan
sobre promedio de la zona, debido a la acción
de exposición a la radiación solar y a la
subsidencia de las masas de aire, provocandc el
recalentamiento de éstas, al descender por la
ladera oriental del cordón costero. Se registran
oscilaciones térmicas atenuadas y menores
precipitaciones.
116
Vol.24,1999
El otro sector es el Noreste de Vichiculen
que tiene características semejantes al primero,
difiriendo de éste por la pluviometría.
2) Clima de barlovento: se distinguen tres
sectores:
a) Cajón de San Pedro. b) Olmué - Granizo
y Cc) Quebrada Alvarado
Las características generales de los tres
sectores son presentar una disminución paula-
tina de las temperaturas hacia Quebrada Alvarado
desde el cajón de San Pedro y a la vez un
aumento de las precipitaciones y de la humedad
relativa, que alcanzan su máximo en el interior
de Quebrada Alvarado.
3) Clima de umbría: corresponde a las
laderas sur del cordón que corre desde el C” La
Campana, C” Penitente hasta el C* El Roble.
Una de las comunidades vegetacionales impor-
tante es la presencia del bosque de Robles
(Nothofagus obliqua), originario del sur del
país donde se desarrolla con menos temperatu-
ras y mayores precipitaciones que los prome-
dios de la región central. Las menores tempera-
turas las obtiene en el parque con mayor altura
y la humedad la obtiene a través de las precipi-
taciones y por la captación que sus ramas y
hojas hacen de la neblina que se embanca en el
sector del Roble - La Dormida.
Las laderas de umbría se caracterizan por
temperaturas ligeramente inferiores al prome-
dio del sector, por precipitaciones más abun-
dantes en el sector de barlovento, por una
humedad relativa mayor que en otras áreas. Las
oscilaciones térmicas son suaves. En los secto-
res con vegetación más densa existe un inter-
cambio energético entre el bosque y el medio
que contribuyen a morigerar el clima del sector.
Debido al menor aporte de radiación solar, las
condiciones de humedad son más permanen-
tes.
4) Clima de sotavento: En este sector se
distinguen tres áreas, el de la comunidad de
Caleu, Rungue y el sector oriental de Vichiculen.
Desde el punto de vista climático se puede
aventurar los siguientes juicios: hay una dismi-
Gustavo Mercado $: Marta Henríquez
nución de las precipitaciones y se presentan
temperaturas superiores a las del sector de
barlovento. La humedad relativa más baja y
oscilaciones térmicas anuales y diarias más
significativas. Todas estas condiciones permi-
ten el desarrollo de una vegetación de tenden-
cias xerófitas y mesófitas.
AGRADECIMIENTOS
A la Corporación Nacional Forestal Regio-
nal V Región, por las facilidades para la realiza-
ción de este trabajo, y de manera especial al Sr.
Ricardo Meza Honorato.
Aspectos climatológicos del Parque Nacional La Campana
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117
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Sergio O. Zunino, Mariella Baeza, Sergio Quiroz £: Roxana Rivera
An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 24: 119 - 120, 1999
AMPLIACIÓN DISTRIBUCIONAL DE LA CARMELITA, PERCILIA GILLISSI
GIRARD, 1854 (PISCES: PERCILIIDAE)
SERGIO O. ZUNINO'”, MARIELLA BAEZA, SERGIO QUIROZ? $: ROXANA RIVERA?
La riqueza de la ictiofauna continental na-
cional es bastante pobre pues solo posee 66
especies, de las cuales 44 (66%) corresponden
a nativas (Glade, 1993). A pesar de ello, nuestra
fauna resulta de gran interés a causa de su alto
endemismo, en particular los representantes de
la familia Siluridae (Pequeño, 1995); también
por la antigúiedad del género Diplomystes
(Eigenmann, 1927); por poseer una distribu-
ción restringida, no sobrepasando los 2.000 m.
de altitud (Contreras et al., 1996) o estar cir-
cunscrita a hoyas muy particulares.
La situación de los peces dulceacuícolas se
complica al considerar que gran parte de los
cuerpos de agua dulce de Chile sufren de una
fuerte contaminación por la recepción de des-
cargas de aguas servidas de origen doméstico,
industrial y/o agrícola y, de manera muy espe-
cial los de la zona central del país, los cuales
además están afectados por notables e impor-
tantes reducciones de sus caudales a causa de
prolongadas sequías y extracción de sus aguas
con fines de riego.
En consideración a lo anterior el Laborato-
rio de Ecología y Contaminación de Aguas
Continentales, dependiente de la Universidad de
Playa Ancha, está desarrollando un programa
científico que tiene por objetivo principal estu-
diar las comunidades de peces de agua dulce de
la V Región y, de manera muy especial de
aquellos cuerpos de aguas más afectados O
susceptibles de contaminación por su proximi-
dad a los centros urbanos. Uno de estos esteros
es el de Limache, cercano a la ciudad de igual
nombre, con cerca de 35 mil habitantes con una
fuerte dedicación a las actividades agrícolas.
El estero Limache, un afluente del río
Aconcagua, tiene cabeceras en la vertiente
poniente de los cerros La Campana y el Roble
e 5 5 ——
y del cordón de La Dormida, donde se juntan los
esteros Las Palmas, Quebrada Alvarado y Ca-
jón de La Dormida con el nombre de estero
Pelumpén. Más abajo bisecta la ciudad de
Limache y sigue al Oeste casi paralelo al curso
del río Aconcagua. Conforma una típica hoya
de régimen pluvial. Posee dos obras de regula-
ción, la primera está emplazada en uno de sus
principales afluentes, el estero Lliu-lliu, y la
segunda, corresponde al embalse Los Aromos
en el mismo estero Limache. El. desarrollo total
del estero es de 50 Km. y la superficie de la hoya
drenada asciende a 573 Km?.
En ocasión de un estudio en el estero y más
precisamente en la localidad de Los Chaparros
(33 00'Sy 71” 16” W) al Este de la ciudad de
Limache, el 22 de Mayo de 1998, se capturó un
ejemplar de Percilia gillissi, correspondiente
a un espécimen de 59,3 mm de largo total y 3,1
g de peso corporal. El agua en este sector es
bastante clara con sectores de escasa pendien-
te; en los remansos el agua llega a tener 1,20 m
de profundidad, aunque lo más común es que
ésta no sobrepase los 50 cm. La vegetación
acuática es bastante abundante y está constitui-
da, especialmente, por Linmobium stoloni-
ferum (Hierba guatona), Hidrocotyle
ranunculoides (Sombrerito de agua), Azola
filiculoides (Flor del pato ), Helodea cana-
densis (Elodea) y Nasturtium officinale (Be-
rro).
Junto con Percilia gillissi (Carmelita) se
encontraron otras siete especies de peces, cua-
tro de ellas introducidas: Cnesterodon
decenmaculatus (Gambusia manchada),
Gambusia affinis (Gambusia común),
Cichlasoma facetum (Chanchito) y Cyprinus
carpio (Carpa); y tres nativas: Basilichthys
microlepidotus (Pejerrey de escama chica),
I. Museo de Historia Natural de Valparaíso. Condell 1546, Casilla 3208 Correo 3 Valparaíso. Chile.
2 Laboratorio de Ecología y Contaminación de Aguas Continentales. Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, Universidad
de Playa Ancha. Casilla 34 — V. Valparaíso. Chile. E-mail: lecacGupa.cl
119
Anales Museo de Historia Natural
Cheirodon pisciculus (Pocha) y Trichomyc-
terus aerolatum (Bagre).
De acuerdo con los aporte de Eigenmann
(1927), Mann (1954), Arratia et al. (1981)
Percilia gillissi se distribuye entre Santiago
(río Maipo) y Puerto Montt y de preferencia en
los cuerpos de aguas de la zona centro sur de
Chile, lo cual es corroborado además, por los
registros de los especímenes depositados en las
colecciones de la Academia de Ciencias Natu-
rales de Filadelfia (ANSP), de la Academia de
Ciencias de California (CAS), del Field Museo
de Historia Natural (FMNH) y del Museo de
Zoología de la Universidad de Michigan
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120
Vol.24,1999
(UMMZ).
La importancia de la captura de Percilia
gillissi en la localidad de Los Chaparros,
Limache, radica en primer lugar en ampliar su
distribución a 80 Km. al norte de la localidad de
colecta más septentrional y que corresponde al
estero de Peñaflor (CAS 38661) perteneciente
a la hoya hidrográfica del río Maipo. Con ello,
también se amplió su presencia a una nueva
hoya, la del río Aconcagua. Y finalmente, al
encontrarla en un nuevo curso aumentan las
posibilidades de sobrevivencia de esta especie,
ya que está considerada en situación vulnerable
(Glade, 1993).
Glade, A. (Ed). 1993. Libro rojo de los vertebrados de
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José Brito
An. Mus, Hist. Nat. Valparaíso, 24: 121 - 126, 1999
VERTEBRADOS DEL HUMEDAL LA RESERVA NACIONAL EL YALI Y SU
COSTA, SANTO DOMINGO, CHILE CENTRAL
JOSÉL. BRITO
El humedal El Yali (33 49” S, 71% 23 W), se
encuentra a unos 20 km. al sur de la Cuidad de
San Antonio (33” 35” S) en la Quinta Región
administrativa de Chile. Climáticamente se ca-
racteriza por pertenecer a la región mediterrá-
nea subhúmeda, con veranos secos y cálidos e
inviernos lluviosos y fríos, localizándose el
período más lluvioso entre abril a septiembre
(Di Castri £ Hajek,1976). La lluvia promedio
anual registrada por la estación meteorológica
de San Antonio, para los diez últimos años fue
de 416,5 mm, con valores extremos de 779.5 y
de 140,5 mm. La temperatura promedio anual
es 13,2 C” (Di Castri € Hajek,1976).
Este humedal está conformado por el este-
ro El Yali y su laguna costera o albufera, Las
Salinas El Convento, el embalse Los Molles y
seis lagunas: Matanzas, Colejuda, Guairavo, El
Rey, Maura y Seca. Este ecosistema posee una
gran diversidad de hábitat, muchos de ellos se
encuentran bastante modificados y alterados,
por efecto de la destrucción de la vegetación
nativa en tiempos históricos y recientes para
ser reemplazada por terrenos para uso agrícola,
ganadero o forestal, sobre todo plantaciones de
monocultivos de Pinus radiata y Eucaliptus
globulus. Algunas lagunas de este lugar, como
El Rey, Seca y el sector Salinas El Convento se
desecan en los períodos de sequías recurrentes
de Chile Central, principalmente durante años
de escasez de agua y sólo permanecen con
abundante agua en los años lluviosos asociados
al Fenómeno El Niño.
Numerosos estudios han permitido el co-
nocimiento de la fauna de este humedal y de
manera muy especial sobre las aves (Reed y
Philippi, 1939; Johnson y Ewer, 1969; Drouilly,
1977; Leiva, 1985; Vilina £ López—Calleja,
1989, 1992 y 1996; Vilina, 1993, 1994, 1995 y
1998; Leiva et al, 1995; Silva et al, 1997 a y b;
Cofre et al, 1997 y García €: Vilina, 1997). Por
otro lado, la Unión de Ornitólogos de Chile,
UNORCH, desde 1989 han realizado estudios
para determinar la diversidad de la avifauna en
esta zona (Chang et al,1989; Vilina, 1994),
hecho que permitió, en 1995, gestionar y
declarar un total de 520,37 ha como Reserva
Nacional. Zona que en 1996 fue incorporada
a la Convención de Humedales de Importancia
Internacional (RAMSAR). Posteriormente y
frente a la constante amenaza de cazadores
furtivos el Museo de Ciencias Naturales y
Arqueología de San Antonio, la Municipalidad
de Santo Domingo, Servicio Agrícola Ganade-
ro además, de otras instituciones gestionaron la
creación, en agosto de 1998, de una área de
40.000 ha como Zona Prohibida de Caza y Veda
de Conservación por 30 años para fauna silves-
tre en el Humedal El Yali.
Este humedal presenta numerosas y varia-
das amenazas por la continua acción antrópica:
modificación del hábitat, extracción y desvío
ilegal de aguas, reducción de la vegetación
"nativa, incendios forestales, construcción de
inmuebles, acción de cazadores y pescadores
ilegales o furtivos además, de la masiva presen-
cia de vehículos de doble tracción en algunos
sectores costeros del humedal (Brito, 1997,
Hermosilla Brito, 1997). Por otro lado los con-
tinuos esfuerzos de CONAF y del Programa de
Recuperación y Rehabilitación de Fauna Silves-
tre del Museo de San Antonio (Zúñiga et al,
1997), tanto a través de la vigilancia, fiscaliza-
ción de la Ley de Caza y algunos aspectos de
la Ley de Pesca, la educación ambiental realiza-
da en colegios, escuelas y a particulares y
también a través de la prensa local, regional ha
comenzado a surtir el efecto deseado al obser-
* Museo Municipal de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio, Casilla 93 Llolleo, San Antonio, Chile. Correo
electrónico: museo_imsa hotmail.com
121
Anales Museo de Historia Natural
varse una disminución de la pesca y caza
ilegales, aunque no la desaparición total de
éstas.
Durante la realización del Seminario “Hacia
una Protección Eficaz de Áreas Silvestres: El
Ecosistema del Humedal de El Yali”, realizado
en noviembre de 1997, en Santiago, una de las
necesidades expuestas por los especialistas fue
la falta de conocimiento de la fauna vertebrados
silvestres terrestres y acuáticos que existen en
el humedal.
En este artículo se entrega un listado preli-
minar de los vertebrados de este humedal,
registrados gracias a numerosas observaciones
realizadas desde 1993 y gracias a fiscalizacio-
nes a las leyes de Caza y de Pesca, trabajos de
Vol.24,1999
protección en conjunto con CONAF, educa-
ción ambiental en terreno, censos de aves y
recolección de especímenes recolectados muer-
tos e incorporados a la colección del Museo de
San Antonio.
Actualmente se han identificado un total de
237 especies de vertebrados, que representan a
17 mamíferos terrestres de los cuales 2 son
introducidos; 7 mamíferos marinos detectados
en la costa del humedal; 146 aves; 6 reptiles
terrestres y dos marinos; 4 anfibios, 55 espe-
cies de peces de los cuales 7 corresponden a
especies dulceacuícolas y marinas encontra-
das en las aguas continentales de este humedal
y en el sector de la desembocadura o laguna
costera del estero El Yali y en la laguna El Rey.
Listado los Vertebrados del humedal El Yali
PECES
1) Eptatretus sp. Anguila babosa
2) Hexanchus griseus (Bonnaterre) Tiburón Gris
3) Squatina armata Philippi Pez Angel
4) Schoroerichthys chilensis (Guichenot) Pintarroja
5) Mustelus mento Cope Tollo
6) Galeorhinus galeus (Linnaeus)
7) Bathyraja sp. Raya o Volantín
8) Psammobatis scobina (Philippi) Raya Pequén
9) Myliobatis chilensis (Philippi) Pejeaguila
10) Discopyge tschudii Haeckel Tembladera o Torpedo
11) Callorhynchus callorhynchus (Linnaeus) Pejegallo
12) Ophichthus sp. Anguila café
13) Sprattus fueguensis (Jenyns) Sardina
14) Sardinops sagax Girard Sardina española
15) Clupea bentincki Norman Sardina *
16) Eugraulis ringens Jenyns Anchoveta
17) Cheirodon pisciculus Girard Pocha +
18) Galeichthys peruvianus Liltken Bagre peruano
19) Aphos porosus (Valenciennes) Bagre Marino
20) Sicyases sanguineus Miller y Troschel Pejesapo
21) Merluccius gayi (Guichenot) Merluza
22) Genypterus maculatus (Tschudi) Congrio negro
23) Genypterus chilensis (Guichenot) Congrio colorado
24) Basilichthys australis Eigenmann Firihuelo o
Pejerrey de río+
25) Cauque c.f. mauleanun (Steindachner) Cauque +
26) Austromenidia sp. Pejerrey Marino
27) Scomberesox saurus (Richardson) Aguja de mar
122
28) Leptonotus blainvillianus (Eidoux y Gervais) Agujilla
29) Sebastes capensis (Gmelin) Cabrilla
30) Prionotus stephanophrys Lockington Falso Volador
31) Congiopodus peruvianus (Cuvier) Chanchito
32) Normanichthys crockeri Clark Mote
33) Paralabrax humeralis (Valenciennes) Cabrillaespañola
34) Trachurus symmetrichus Nichols Jurel
35) Lepidotus australis Valenciennes Palometa
36) Isacia conceptionis (Cuvier) Cabinza
37) Sciaenidae deliciosa (Tschudi) Corvinilla*
38) Cilus gilberti (Abbott) Corvina
39) Menticirrus ophicephalus (Jenyns) Pichihuen
40) Stellifer minor (Tschudi) Corvinilla*
41) Graus nigra Philippi Vieja negra
42) Deydixodon laevifrons (Tschudi) Baunco
43) Chromis crusma (Valenciennes) Castañeta
44) Aplodactylus punctatus Valenciennes Jerguilla
45) Cheilodactylus variegatus Valenciennes Bilagay
46) Mugil cephalus Linnaeus Liza * + 4
47) Pinguipes chilensis (Molina) Rollizo
48) Eleginops maclovinus (Valenciennes) Róbalo *
49) Scarthicthys viridis (Valenciennes) Borracho verde
50) Calliclinus geniguttatus (Valenciennes) Tomollo
51) Scomber japonicus Houttuyn Caballa
52) Stromateus stellatus Cuvier Pampanito
53) Paralichthys microps (Gúnther) Lenguado de ojos
chicos
54) Paralichthys adpersus (Steindachler) Lenguado
55) Mola ramsayi (Giglioli) Pez luna
José Brito
ANFIBIOS
1)
Bufo chilensis Tschudi Sapo de Rulo
2) Caudiverbra caudiverbera Linnaeus Rana Chilena
3) Batrachyla taeniata Girard Ranita
4) Pleurodema thaul Lesson Sapito de Cuatro Ojos
REPTILES
1) Dermochelys coriacea Linnaeus Tortuga Laud **
2) Lepidochelys olivacea Eschscholtz Tortuga
Olivacea **
3) Liolaemus chiliensis (Lesson) Lagarto Llorón o
verde
4) Liolaemus lemniscatus Gravenhorst Lagartija
Lemniscata
5) Liolaemus nitidus (Wiegmann) Lagarto Nitido
6) Liolaemus tenuis (Dumeril y Bibron) Lagartija
Esbelta
7) Philodryas chamissonis (Wiegmann) Culebra de
Cola Larga
8) Tachymenis chilensis Wiegmann Culebra de Cola
Corta
AVES
1) Spheniscus humboldti Meyen Pingiino de
Humboldt *
2) Spheniscus magellanicus (Forster) Pingúino de
Magallanes *
3) Nothoprocta perdicaria (Kittlitz) Perdíz chilena
4) Rollandia rolland Lesson Pimpollo
5) Podiceps occipitalis (Garnot) Blanquillo
6) Podiceps major (Boddaert) Huala
7) Podilymbus podiceps (Linnaeus) Picurio
8) Pelecanus thagus Molina Pelícano * +
9) Sula variegata (Tschudi) Piquero *
10) Phalacrocorax brasilianus (Humboldt) Yeco
11) Phalacrocorax boungainvillii (Lesson) Guanay *
12) Phalacrocorax gaimardi (Lesson y Garnot) Lile”
13) Ixobrynchus involucris (Vieillot) Huaravillo
14) Casmerodius albus (Linnaeus) Garza Grande
15) Egretta thula (Molina) Garza Chica
16) Bubulcus ¡bis (Linnaeus) Garza Boyera
17) Nycticorax nycticorax (Linnaeus) Huairavo
18) Ardea cocoi Linnaeus Garza Cuca
19) Theristicus melanopis (Boddaert) Bandurria
20) Plegadis chihi (Vieillot) Cuevo de Pantano
21) Phoenicopterus chilensis Molina Flamenco Chileno
22) Chloephaga melanoptera (Eyton) Piuquén
23)
24)
25)
26)
27)
28)
29)
30)
31)
32)
33)
34)
35)
36)
37)
38)
39)
40)
41)
42)
43)
44)
45)
46)
47)
48)
49)
50)
51)
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69)
Vertebrados del humedal la Reserva Nacional El Yali y su costa
Chloephaga piliocephala Sclater Canquén
Coscoroba coscoroba (Molina) Cisne Coscoroba
Cygnus melancorypha (Molina) Cisne de Cuello
Negro
Anas flavirostris Vieillot Pato Jergón Chico
Anas sibilatrix Poeppig Pato Real
Anas bahamensis Linnaeus Pato Gargantillo
Ánas cyanoptera Vieillot Pato Colorado
Anas platalea Vieillot Pato Cuchara
Anas georgica Gmelin Pato Jergón Grande
Anas versicolor Vieillot Pato Capuchino
Netta peposaca (Vieillot) Pato Negro
Oxyura jamaicensis (Gmelin) Pato Rana Pico Ancho
Oxyura vittata (Philippi) Pato Rana Pico Delgado
Heteronetta atricapilla Merrem Pato Rinconero
Coragyps atratus (Bechstein) Jote de Cabeza Negra
Cathartes aura (Linnaeus) Jote de Cabeza Colorada
Elanus leucurus (Vieillot) Bailarín
Geranoaetus melanoleucus (Vieillot) Aguila
Buteo polyosoma (Quoy y Gaimard) Aguilucho
Parabuteo unicinctus (Temminck) Peuco
Circus cinereus Vieillot Vari
Milvago chimango (Vieillot) Tiuque
Polyborus plancus (Miller) Traro
Falco sparverius Linnaeus Cernícalo
Falco femoralis Temminck Halcón Perdiguero
Falco peregrinus Tunstall Halcón Pere grino
Callipepla californica (Shaw) Codorniz
Pardillarus sanguinolentus Swainson Pidén
Gallinula melanops (Vieillot) Tagúita
Fulica armillata Vieillot Tagúa
Fulica leucoptera Vieillot Tagia Chica
Fulica rufifrons Philippi y Landbeck Tagua de
Frente Roja
Vanellus chilensis (Molina) Queltehue
Pluvialis dominica (Muller) Chorlo Dorado
Pluvialis squatarola Linnaeus Chorlo Ártico
Charadrius collaris Vieillot Chorlo de Collar
Charadrius alexandrinus Linnaeus Chorlo Nevado
Charadrius falklandicus (Latham) Chorlo Doble
Collar
Charadrius semipalmatus Bonaparte Chorlo
Semipalmado
Charadrius modestus (Lichtenstein) Chorlo Chileno
Haematopus palliatus Temminck Pilpilén
Himantopus melanurus (Múller) Perrito
Rostratula semicollaris (Vieillot) Becasina Pintada
Tringa flavipes (Gmelin) Pitotoy Chico
Tringa melanoleuca (Gmelin) Pilotoy Grande
Arenaria interpres (Linnaeus) Playero vuelvepiedras
Catoptrophorus semipalmatus (Gmeclin) Playero
Grande
123
Anales Museo de Historia Natural
70) Calidris canutus (Linnaeus) Playero Ártico
71) Calidris bairdii (Coues) Playero de Baird
72) Calidris melanotos (Vieillot) Playero Pectoral
73) Calidris pusilla (Linnaeus) Playero Semipalmado
74) Calidris alba (Pallas) Playero Blanco
75) Numenius phaeopus (Linnaeus) Zarapito
76) Limosa haemastica (Linnaeus) Zarapito de Pico
Recto
77) Gallinago gallinago (Linnaeus) Becasina
78) Steganopus tricolor (Vieillot) Pollito de Mar Tricolor
79) Catharacta chilensis (Bonaparte) Salteador o Skua
80) Thinocorus rumicivorus Eschscholtz Perdicita
81) Larus modestus Tschudi Gaviota Garuma
82) Larus dominicanus Lichtenstein Gaviota Dominicana
83) Larus pipixcan Wagler Gaviota de Franklin
84) Larus maculipennis Lichtenstein Gaviota Cahuil
85) Sterna hirundinacea Lesson Gaviotín Sudamericano
86) Sterna trudeaui Audubon Gaviotín Piquerito
87) Sterna paradisaea Pontoppidan Gaviotín Ártico
88) Sterna elegans Gambel Gaviotín Elegante
89) Larosterna inca (Lesson y Garnot) Gaviotín Monjita
90) Rhynchops niger Linnaeus Rayador
91) Columba livia Gmelin Paloma
92) Columba araucana Lesson Torcaza
93) Zenaida auriculata (Des Murs) Tórtola
94) Columbina picui (Temminck) Tortolita Cuyana
95) Cyanoliseus patagonus (Vieillot Tricahue) (E)
96) Athene cunicularia (Molina) Pequén
97) Asio flammeus Pontoppidan Nuco
98) Glacidium nanum (King) Chuncho
99) Bubo virginianus (Gmelin) Tucúquere
100) Tyto alba (Scopoli) Lechuza
101) Caprimulgus Jongirostris Bonaparte Gallina Ciega
102) Patagona gigas (Vieillot) Picaflor Gigante
103) Sephanoides galeritus (Molina) Picaflor
104) Picoides lignarius (Molina) Carpinterito
105) Colaptes pitius (Molina) Pitio
106) Geositta maritima (D'Orb. y:Lafr.) Minero Chico
107) Geositta cunicularia (Vieillot) Minero
108) Cinclodes oustaleti Scott Churrete Chico
109) Cinclodes patagonicus (Gmelin) Churrete
110) Cinclodes nigrofumosus (D'Orb. y Lafr.) Churrete
Costero
111) Slyviorthorhynchus desmursii Des Murs Colilarga
112) Phleocryptes melanops (Vieillot) Trabajador
113) Leptasthenura aegithaloides (Kittlitz) Tijeral
114) Asthenes humicola (Kittlitz) Canastero
115) Scytalopus magellanicus (Gmelin) Churrín
116) Scelorchilus albicollis (Kittlitz) Tapaculo
117) Agriornis livida (Kittlitz) Mero
118) Xolmis pyrope (Kittlitz) Diucón
124
Vol.24,1999
119) Muscisaxicola macloviana (Garnot) Dormilona
Tontita
120) Lessonia rufa (Gmelin) Colegial
121) Hymenops perspicillatus (Gmelin) Run-run
122) Elaenia albiceps (Lafr. y D'Orb) Fío-fío
123) Tachuris rubrigastra (Vieillot) Siete- colores
124) Anairetes parulus (Kittlitz) Cachudito
125) Tyrannus tyrannus (Linnaeus) Benteveo Blanco y
Negro
126) Colorhampus parvirostris (Darwin) Viudita
127) Phytotoma rara Molina Rara
128) Tachycineta meyeni (Meyen) Golondrina Chilena
129) Pygochelidon cyanoleuca (Vieillot) Golondrina de
Dorso Negro
130) Hirundo rustica (Linnaeus) Golondrina Bermeja
131) Troglodytes aedon Vieillot Chercán
132) Cistothorus platensis (Latham) Checán de Las
Vegas
133) Turdus falcklandii Quoy y Gaimard Zorzal
134) Mimus thenca (Molina) Tenca
135) Anthus correndera Vieillot Bailarín Chico
136) Sicalis luteiventris (Sparrman) Chirihue
137) Zonotrichia capensis (Mtiler) Chincol
138) Molothrus bonariensis (Gmelin) Mirlo
139) Curaeus curaeus (Molina) Tordo
140) Agelaius thilius (Molina) Trile
141) Sturnella loyca (Molina) Loica
142) Phrygilus gayi (Gervais) Cometocino
143) Phrygilus fruticeti (Kittlitz) Yal
144) Phrygilus alaudinus (Kittlitz) Platero
145) Diuca diuca (Molina) Diuca
146) Carduelis barbata (Molina) Jilguero
MAMÍFEROS
1) Thylamys elengans (Waterhouse) Yaca
2) Lasiurus borealis (Múller) Murciélago Colorado
3) Lasiurus cinereus (Palisot de Beauvois) Murciélago
Gris
4) Tadarida brasiliensis (1.Geoffroy Saint- Hilaire)
Murciélago común
5) Oligoryzomys longicaudatus (Bennett) Ratón de
cola larga
6) Akodon olivaceus (Waterhouse) Ratoncito
oliváceo
7) Phyllotis darwini (Waterhouse) Lauchón orejudo
de Darwin
8) Myocastor coypus (Molina) Coipo
9) Octodon degus (Molina) Degú de las pircas
10) Grampus griseus (Cuvier) Delfín Gris **
11) Cephalorhynchus eutropia (Gray) Delfín Chileno
José Brito
12) Phocoena spininipinis Burmeister Marsopa
espinosa
13) Eubalanea australis (Desmoulin) Ballena Franca
Austral **
14) Pseudalopex griseus (Gray) Chilla
15) Pseudalopex culpaeus (Molina) Culpeo
16) Galictis cuja (Molina) Quique
17) Conepatus chinga (Molina) Chingue
18) Felis colocola Molina Gato Colocolo
19) Felis guigna Molina Guiña
20) Otaria bryonia De Blainville Lobo Común
21) Arctocephalus australis (Zimmermann) Lobo Fino
Austral ** j
22) Hydrurga leptonix (De Blainville) Foca Leopardo
**
23) Lepus capensis Linnaeus Liebre
24) Oryctolagus cuniculus (Linnaeus) Conejo
REFERENCIAS
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por Impacto por Cables de Líneas Eléctricas Sobre
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la Reserva Nacional El Yali y las especies marimas
de su costa (excepto las aves y los peces marinos).
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y Arqueología de San Antonio, Marzo 1998. (no
publicado).
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Chile. Pontificia Universidad Católica.
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(Anseriformes) realizado entre el Río Limarí, Pro-
vincia de Limarí y el Río Maule, Provincia de Talca,
durante Marzo y Abril de 1976. Medio Ambiente
(Chile) 2: 102-106.
GARCÍA, M. D. 8 Y. VILINA. 1997. Residencia,
Vertebrados del humedal la Reserva Nacional El Yali y su costa
Simbología:
* Peces Marinos registrados en la laguna cos-
tera o Albúfera del estero El Yali
+ Peces dulceacuícolas en la albufera
Presentes también en Laguna Matanzas
** Registros ocasionales en la costa del humedal
El Yali
Áves marinas registradas en la costa adya-
cente del humedal y ocasionalmente en las
playas de la zona.
(E) Especie extinta recientemente en el área. La
colonia costera ubicada en la zona sur del
humedal El Y ali fue exterminada entre 1980-85.
El último ejemplar conocido de esta población
fue encontrado cautivo en Rocas de Santo
Domingo en 1998.
+
abundancia y nidificación del Perrito (Himantopus
melanurus) en Chile central. III Congreso Chileno de
Ornitología —-V Encuentro Nacional de Ornitólogos,
Santiago (Resúmenes): 24.
HERMOSILLA, M. £ J.L. BRITO. 1997. Protección
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Yali. II Congreso Chileno de Ornitología- V Encuen-
tro Nacional de ornitólogos, Santiago (Resúmenes):
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JOHNSON, A.W. 8: J.EWER.1969. Field trip to “Es-
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Forestal, Universidad de Chile, 1985.
LEIVA, L.; J. MEZA €: L.IMÓDER. 1995. “Fundamen-
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Corporación Nacional Forestal (CONAF). Boletín
Técnico N” 59: 1-20.
REED, C. S. é R.A.PHILIPPI. 1939. Nuevas contribu-
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SILVA-GARCÍA, C., Y VILINA, H.COFRE dé
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Hábitat por el Cisne de Cuello Negro (Cygnus
melancorypha) en el Humedal Estero El Yali, Chile
central. VIII Congreso Iberoamericano de
Biodiversidad y Zoología de Vertebrados. Concep-
ción, Chile. Libro de Resúmenes: 52-53.
SILVA-GARCÍA, C., Y.VILINA, H.COFRE é
M.D.GARCÍA. 1997. Aves Acuáticas del Humedal
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HERMOSILLA M. 1997. Programa de Recupera-
ción y Rehabilitación de Fauna Silvestre del Museo
Municipal de Ciencias Naturales y Arqueología de
San Antonio. 111 Congreso Chileno de Ornitología y
V Encuentro Nacional de Ornitólogos, Santiago (Re-
súmenes): 63.
José Brito
Vertebrados del humedal la Reserva Nacional El Yali y su costa
INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES
Anales del Museo de Historia Natural de Valparaíso
fue fundado en 1968, es una publicación periódica
co-editada en conjunto con la Universidad Católica
de Valparaíso, publica artículos originales de
Zoología, Botánica, Ecología y Arqueología.
La recepción de trabajos es continua, publicándose
en el orden de aceptación. Los manuscritos son
sometidos a dos especialistas en la temática del
artículo quienes evalúan su importancia y rigor
científico. El autor principal será notificado de la
aceptación, rechazo o modificación dentro del
menor plazo posible. La decisión de los editores es
definitiva.
Al editor deberán enviarse el manuscrito en
triplicado y un disco de 3.5" con el artículo en un
procesador de texto de amplio uso, indicando la
versión utilizada. El idioma de publicación,
esencialmente, es el español. Se debe evitar el uso
de neologismos técnicos y sólo se permiten las
abreviaciones aceptadas internacionalmente.
FIGURAS y TABLAS
Las Figuras deberán ser hechas en papel diamante,
con tinta china negra y deberán ser numeradas
correlativamente y citadas en texto como Fig. Los
Cuadros o Tablas se llamarán Tablas, numeradas
correlativamente. En caso de incluir fotografías
éstas deben ser en B/N, de óptima calidad y muy
bien contrastadas.
Los manuscritos deberán ceñirse a la siguiente
estructura:
Título (conciso e informativo). Abstract. Key words
(Sa 6 palabras). Introducción. Materiales y Métodos.
Resultados. Discusión. Conclusiones. Agrade-
cimientos (sí los hubiese) y Referencias. A pie de
la primera página deberá indicar dirección postal
del o de los autores. Los nombres científicos
deberán escribirse completos incluyendo el nombre
de su autor, por lo menos la primera vez que se
mencionan en el texto.
REFERENCIAS
En caso de citarse un trabajo de tres o más autores,
se colocará el apellido del primer autor seguido de
et al y el año.
En Referencias anote sólo los trabajos citados en
el texto ordenados alfabéticamente de acuerdo al
apellido del primer autor. Iniciales y apellidos deben
ir en mayúscula. Luego del último autor, irá el año
de publicación, el título del artículo, revista,
volumen, número y páginas.
PERIODICAS
FORSBERG, J. £ C. WIKLUND. 1988. Protandry
in the greenveined white butterfly, Pieris napi
L.Funet. Ecol. 2:81-88.
LIBROS
MAYR, E. 1963. Animal species and evolution.
Harvard University Press, Cambridge. M.A.
CAPITULOS
BROWN, V. K £ T. R. E. SOUTHWOOD. 1987.
Secondary succession: patterns and strategies. In:
Gray, A. J.; M. J. Crawley and P. J. Edwards (eds.),
colonization, succession and stability. Blackweil,
Oxford.
Se deben citar sólo trabajos publicados o en prensa.
En este último caso indique en Referencias y al final
del nombre de la periódica coloque entre paréntesis
las palabras «en prensa».
Hay un cargo por página y el autor principal recibirá
30 separatas.
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