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ISSN 0717-537X
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pa
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO
Ministerio de las Culturas,
las Artes y el Patrimonio
Consuelo Valdés Chadwick
Servicio Nacional del Patrimonio CulturaL
Carlos Maillet Aránguiz
Dirección Regional Valparaíso
Víctor Silva Ipinza
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Sergio Quiroz Jara
COMITÉ EDITORIAL
Director MHNV
Sergio Quiroz Jara
Editora general
Vivian Cordero Peñafiel
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Editor científico
Sergio Quiroz Jara
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Diseño y diagramación
Andrea Vivar Morales
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Ministerio de
las Culturas,
las Artes y el
Patrimonio
MUSEO DE HISTORIA
A NATURAL DE VALPARAÍSO
Anales del Museo de Historia Natural de
Valparaíso (Enlínea) ISSN 0717-537X.
Fundada en 1968, es una revista científica de
carácter anual publicada por el Museo de
Historia Natural de Valparaíso y el Servicio
Nacional del Patrimonio Cultural que tiene por
objetivo contribuir a la divulgación científica de
trabajos originales e inéditos referidos a las
temáticas de ciencias naturales, arqueología y
antropología principalmente de la Región de
Valparaíso y la zona central de Chile, dirigida a
investigadores especialistas, académicos,
universitarios y público en general.
De igual forma, la revista publica artículos
creados por el Museo de Historia Natural de
Valparaíso con el objetivo de aportar a la
comunidad al conocimiento, estudio y puesta
en valor de las importantes colecciones
biológicas, arqueológicas, educativas,
bibliográficas y documentales que el Museo de
Valparaíso resguarda. La revista publicada en su
formato impreso desde 1968 a 2018 (ISSN
0716-0178), ahora en su versión digital, recibe
investigaciones que se ajusten a los siguientes
formatos de publicación: artículos científicos
originales; artículos de revisión; notas
científicas breves; recensiones bibliográficas;
investigaciones históricas referidas a Valparaíso
y Museo de Historia Natural de Valparaíso,
acogiéndose a las normas definidas por el
Comité editorial disponibles al final de cada
ejemplar.
Consultas
Editora General
Vivian Cordero Peñafiel, Bibliotecóloga
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Contacto: vivian.cordero(Wmuseoschile.gob.cl
Lectura y descarga
Sección publicaciones
Página web Museo de Historia Natural de
Valparaíso
https: //www.mhnv.gob.cl
Lugar de edición
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Condell 1546, casilla 3208, correo 3
Valparaíso, Chile.
Foto portada: Vivar, A (2019)
Objeto: Nido de zorzal chileno
(Turdus falcklandii).
OAndrea Vivar Morales
ISSN 0717-537X / An. Mus. Hist. Nat. Valpso. (En línea) Vol. 32 (2019) / Valparaíso, Chile.
ÍNDICE
3
27
49
50
55
PRÓLOGO
Sergio Quiroz Jara
ARQUEOLOGÍA Y
ANTROPOLOGÍA
Una mirada bajo la superficie de
Valparaíso: cuerpos humanos y sus
contextos arqueológicos Sitio Plaza
O'higgins. Violeta Abarca Labra €
Charles Garceau Saavedra
La Colección Rapa Nui del Museo de
Historia Natural de Valparaíso. Una
mirada desde la perspectiva de su
formación. Lilian López Labbé
ZOOLOGÍA
Primer Registro de Leopardus guigna
(Molina, 1782) (Familia Felidae) en El
Fundo El Pangue, Comuna de
Puchuncaví, Región de Valparaíso.
Sergio Quiroz, Diego Anton, Salvador
Solis, Fernando Breytmann, Juan
Carlos Orellana, Magdalena Abarca,
Ella Farias 8. Juan Fernández.
Primer registro de Myotis atacamensis
(Chiroptera: Vespertilionidae) en el
Humedal de Mantagua (Región de
Valparaíso) mediante registros
bioacústicos. Gonzalo Ibáñez Villaseca,
Cristián Cuevas Barazarte, Gonzalo
Ossa Gómez £ Stephanie Fischer
Hormazábal.
60
70
91
101
Colección de nidos de aves del Museo
de Historia Natural de Valparaíso: un
valioso recurso para la investigación.
Camila Figueroa Ramírez.
Identificación de hongos anemófilos en
estación invierno y verano al interior
de depósitos de colecciones
biológicas, arqueológicas y
patrimoniales del Museo de Historia
Natural de Valparaíso. Anabell
Lafuente 8: Eduardo Piontelli.
Nemátodos en las metrópolis:
Animales fantásticos de nuestros
suelos y cómo encontrarlos.
Scarlett E. Delgado, Sebastián
Urquiza, Arlés Urrutia, Carolaing
Gabaldón 8: Andrea Calixto.
Evaluación de la genotoxicidad
de metales pesados en individuos de
la especie Cheirodon interruptus
(Jenyns, 1842), por efecto de la
bioacumulación en tejido branquial.
Rafael Menéndez Roa, Aníbal Molina
Soto £ Hugo Díaz Murillo.
115 ECOLOGÍA Y MEDIOAMBIENTE
116
Cambios en la densidad y distribución
espacial de las poblaciones del género
Fissurella spp. (Fissurellidae) y de
Concholepas concholepas (Muricidae),
en áreas de manejo y explotación de
recursos bentónicos con extracción de
Lessonia trabeculata (phaeophyceae)
de las Regiones de Atacama y
Coquimbo. Vanessa Morales Gallardo,
Tiare Padilla Zambrano, Luis Figueroa-
Fábrega 8: Luis Ariz.
128
142
155
156
166
183
Modelación del cambio de uso de suelo
al año 2030 en un Sistema Lagunar
Costero Urbano en México:
repercusiones y realidades
emergentes. Javier Aldeco Ramírez 8:
Laura Lisbeth Buendía-Buendía.
Amenazas de los humedales costeros
de la Región de Coquimbo, Chile.
Víctor Bravo Naranjo 8: Carlos Zuleta.
INVESTIGACIONES HISTÓRICAS
Expediciones científicas antárticas: el
explorador antártico Dumont D'Urville
y su visita a Valparaíso en 1838. Pablo
Mancilla 8: Mauricio Jara.
El emprendimiento Ballenero de la
Casa López y Sartori: “De Valparaíso a
las regiones polares del norte” [1851-
1853].Daniel Quiroz Larrea.
NORMAS DE PUBLICACIÓN:
INDICACIONES PARA AUTORES
Y AUTORAS
PRÓLOGO
Edición, Vol. 32
Con orgullo y alegría presentamos el Volumen N*32 de
nuestra publicación científica, Anales del Museo de
Historia Natural de Valparaíso (MHNV), perteneciente a
la Dirección Regional del Servicio Nacional del Patrimo-
nio Cultural (SNPC), bajo el Ministerio de las Culturas, las
Artes y el Patrimonio.
Ser un Museo Sostenible
responde a nuestro compromiso de expandir la visibili-
dad y alcance de todos los trabajos publicados; trabajar
en forma colaborativa entre los autores y revisores; Ser
inclusivo, no importando la afiliación institucional,
profesión o nacionalidad, al respecto, si un artículo es
excelente consideraremos su publicación; y finalmente
aportar en la eficiencia en el uso de los recursos en todo
su proceso.
Es en esta línea de sostenibilidad, es que nuestra revista
Anales del Museo de Historia Natural de Valparaíso, se
publica a partir de hoy en formato electrónico (en línea),
contribuyendo a reducir la utilización de papel y por
coyuntura del agua que requiere en su fabricación.
De esta manera, estamos aportando con las políticas
ambientales de cero papel, del Ministerio de Medio
Ambiente de nuestro país, pero sin dejar de ser una revis-
ta científica, con la tradición que instauró nuestro emble-
mático director doctor Carlos Porter y que a posterior se
robustece con la academia científica regional, cumplien-
do hoy más de 51 años, en la senda de la investigación e
innovación.
Los invitamos a seguir realizando ciencia de calidad, y
contribuir en el fortalecimiento de nuestra Revista Ana-
les del Museo de Historia Natural de Valparaíso, hoy más
sostenible y accesible.
Sergio Quiroz Jara
Director
Museo de Historia Natural de Valparaíso
Arqueologia
y Antropología
A Arqueología y
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | Antropología, pag. 5-26
UNA MIRADA BAJO LA SUPERFICIE DE
VALPARAISO: CUERPOS HUMANOS Y SUS
CONTEXTOS ARQUEOLOGICOS. SITIO PLAZA
O'HIGGINS.
Violeta Abarca Labra* y Charles Garceau Saavedra**
RESUMEN: En el marco del proyecto de construcción de
los estacionamientos subterráneos de la plaza
O'Higgins, se realizaron varias intervenciones
arqueológicas producto del hallazgo diversas
ocupaciones históricas y prehispánicas (Garceau, 2017a,
2017b). En esta ocasión se presentan los resultados del
análisis de los cuerpos humanos esqueletizados y sus
contextos arqueológicos, correspondientes a los
estratos más profundos y antiguos de ocupación
hallados en el lugar. Se trata de once individuos de
diverso sexo, edad y adscripción cultural. Se presenta la
caracterización bioantropológica básica y contextos
arqueológicos para cada uno de los individuos, junto con
resultados de análisis isotópicos realizados en la
Universidad de Georgia (UGAM).
PALABRAS CLAVES: Cuerpos Humanos; Aconcagua
Tardío; Arcaico Tardío; Bioarqueología; Chile Central.
ABSTRACT: During the construction of an underground
parking lot project located in Plaza O'Higgins, one of the
main city squares of Valparaiso, several archaeological
interventions were taken place as a result of the
discovery of various historical and pre-Hispanic
occupations (Garceau, 2017a, 2017b). The outcomes of
the analysis performed on human remains and their
archaeological contexts, corresponding to the deepest
and oldest occupation strata found in the site, are
presented on this occasion. The remains of eleven
individuals of different sex, age and cultural ascription
where studied. The basic bioanthropological
characterization and archaeological contexts for each of
the individuals are presented, together with the results
of isotopic analyzes performed at University of Georgia
(UGAM).
KEYWORDS: Human Bodies; Late Aconcagua Period;
Late Archaic Period; Bioarchaeology; Central Chile.
Antropóloga Física. Fundación Mátrida. Correo electrónico: viola.abarca(Wgmail.com
Arqueólogo. Correo electrónico: charles.garceau(Wgmail.com
INTRODUCCIÓN
Durante las obras de construcción del proyecto estacio-
namientos subterráneos de la plaza O'Higgins, ubicado
en el tradicional barrio el Almendral de Valparaíso, se
realizaron intervenciones arqueológicas (Garceau,
2017b, 2018), cuyos resultados lograron identificar una
serie de etapas de ocupación bajo el actual emplaza-
miento de la plaza. En primer lugar, se identificó una fase
republicana, caracterizada por el continuo urbano entre
el Almendral y el puerto de Valparaíso, cronológicamen-
te situada en el siglo XIX. En segundo lugar, se identificó
una fase Colonial, que presenta un componente mate-
rial menos denso, probablemente relacionado con el
uso agrícola y habitacional que tuvo la explanada del
sector del Almendral ente los siglos XVI-XV!IIl, especial-
mente vinculado a la llegada de la orden de los Merceda-
rios que se instalan en el sector hacia el año 1715.
En tercer lugar, se establece la existencia de una fase
prehispánica, dada tanto por depósitos domésticos
como por contextos funerarios. Estos últimos se regis-
tran en estratos más profundos, identificándose al
menos once cuerpos entre los que encontramos infan-
tes, mujeres y hombres, vinculados a distintas fases
culturales. Los cuerpos fueron hallados principalmente
durante las labores de Monitoreo arqueológico, ubicán-
dose en la capa D, correspondiente a un estrato arenoso
estéril.
Este artículo tiene por objetivo presentar los resultados
del análisis de los cuerpos y contextos funerarios, perte-
necientes a la ocupación prehispánica identificada en el
sitio Plaza O'higgins de Valparaíso. Se confirma la pre-
sencia de individuos de adscripción cultural Arcaica Tar-
día y Aconcagua tardía, abarcando un rango de fechas
que se extiende entre el 2650 + 20 A.P. y 660 + 20 AP
(Tabla 2). El resumen de los individuos rescatados se
observa en la Tabla 1.
Abarca,V. y Garceau, Ch.
MATERIAL Y MÉTODOS
Para realizar el rescate, se dividió el terreno en 4 polígo-
nos, dentro se ubicaron las unidades de levantamiento;
se aplicó metodología de excavación arqueológica con-
trolada, para el levantamiento de los cuerpos y sus
ofrendas asociadas. Para los casos en los contextos esta-
ban removidos, se recuperaron los cuerpos mediante
harneo y recolección sistemática. Cada contexto contó
con una ficha de registro funerario (Garceau, 2017b) y
un registro topográfico de levantamiento.
Durante el análisis en laboratorio, se realizó la estima-
ción del perfil biológico básico para cada individuo. Se
estimó edad mediante el método de desarrollo y desgas-
te dental (Ubelaker, 1989 en White y Folkens, 2012; Love-
joy, 1985 en White y Folkens, 2012; Liversidge, et al.
1998 en Schaefer, et al. 2009) y largo femoral en infantes
(Fazekas y Kosa, 1978 en Schaefer, et al. 2009; Jeanty,
1983 en Schaefer, et al. 2009). Obliteración de metáfisis
y suturas craneales (McKern y Stewart, 1957; Ubelaker y
Buikstra, 1994; Lovejoy, 1985 en White y Folkens, 2012).
Se estimó sexo de acuerdo a indicadores morfoscópicos
en cráneo y coxales. Además, se utilizaron indicadores
morfométricos como el diámetro de cabeza femoral
(Buikstra y Ubelaker, 1994; Ríos, 2002 en Krenzer, 2006).
Para patologías dentales se utilizó la tabla de registro
propuesta por Rodríguez y Pizarro (Ms. 2012). La
nomenclatura utilizada corresponde a la propuesta por
la Federación Internacional de Dentistas (FDI).
Se extrajeron muestras óseas, solo fragmentos previa-
mente existentes, para realizar el análisis de isotópos
estables en dos individuos. Los análisis fueron llevados a
cabo por el laboratorio de la Universidad de Georgia
(UGAM).
Los cuerpos humanos rescatados, están depositados en
el Museo de Historia Natural de Valparaíso. Las labores
de conservación preventiva estuvieron a cargo de la
Conservadora y Restauradora Valeria Sepúlveda (Sepúl-
veda, 2018).
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
RESULTADOS
A continuación, se presenta la ubicación espacial, estado de conservación, contexto y perfil bioantropológico básico de
los individuos rescatados (Tabla 1).
Tabla 1. Resumen de individuos y sus contextos de hallazgo. Sitio Plaza O'higgins de Valparaíso.
INDIVIDUO a
POLIGONO JA OA Os MIEL COMMPLETITOU O DBSERWACIONES
SITIO:
Individuo Altamente Adulto Contexto
1,27m Indeterminado
incompleto indeterminado Removido.
Contexto
Juvenil 19-23
2, 20m Completo Femenino Primario.
años
Arcaico Tardío
Adulto Medio Contexto
2,90m incompleto Indeterminada
45-55 años Removido.
2
Z
1/0H y
Individuo
2/0H 3
Individuo
Individuo Adulto Joven Probable Contexto
2,97m incompleto
24-30 años femenino Removido.
Adulto Joven Probable Contexto
2,61m incompleto
20-24 años masculino Removido.
Adulto medio Contexta
2,42m Semicompleto masculino
35-452 505 Primario.
afoH
Individuo
5/OH
Individuo
6/0H
Individuo
8/0H
Contexto
primario.
Adulto mayor Ofrenda
Semicompleto masculino
50-592ñ05 cerámica.
Aconcagua
Tardío
Contexto
primario.
2,40m incompleto Miño 3-5añoz Indeterminado
Ofrenda
cerámica.
Contexto
Infante
Altamente primerio.
2,40m 3-9 meses de Indeterminado
incompleto Ofrenda
nacido
cerámica.
Individuo
9/0H
Individuo
10/0H
MEA
Individuo Conjunto NMIE 2, adulto Contexto
= 2,25m | Indeterminado
70H esqueletal y subadulta Removidao.
[5]
Abarca,V. y Garceau, Ch.
Respecto de la ubicación espacial de los contextos arqueológicos analizados, es posible apreciar en detalle el
levantamiento topográfico realizado (Ver anexo, Figura 8, 9 y 10), en perspectiva general y detalle de los polígonos de
rescate, en relación con el actual emplazamiento de la plaza O'higgins.
Se presentan los resultados del análisis de isotopos y fechados en la Tabla 2.
Tabla 2. Resultados de los análisis de isotopos. Muestra de tejido cortical.
INDIVIDUO
UGAMS-c ya | “CAÑOS AP | di2C-col 9% dISN So di2C-a We diEO-a Mo C:N
FSITIO
individuo 2
0H
Individuo 8
30550 660 + 20 -11,95 12,32 -7,05
OA
INDIVIDUO 1, POLÍGONO 1, UNIDAD 1. SE TRATA DE UN
INDIVIDUO ADULTO INDETERMINADO, NO FUE
POSIBLE ESTIMAR SEXO. ALTAMENTE INCOMPLETO.
Solo se identificaron ín situ miembros inferiores incom-
pletos. Producto del trabajo en terreno de maquinaria
pesada, fue removido todo el segmento superior del
individuo. Cabe destacar que este hallazgo se ubicaba
aledaño al actual colector de aguas lluvias, por lo que el
contexto probablemente fue removido con anterioridad
a los trabajos del actual proyecto Plaza O'Higgins (Gar-
ceau, 2017b). De acuerdo al registro contextual, la posi-
ción del individuo fue decúbito ventral y su orientación
Este-Oeste, con los pies hacia el Este (Figura 1), ubicán-
dose alos -1,27m de profundidad.
a,
Lil.
PPLAZA O'HIGGINS
UNIDAD 1
En general, los segmentos óseos presentan un estado de
conservación bueno; los escasos síntomas de alteración
no constituyen un menoscabo a la integridad del mate-
rial ni a su interpretación. La única alteración de origen
antrópico detectada durante el diagnóstico fueron las
fracturas recientes, presentes en la mayoría del mate-
rial, producto de los trabajos que se realizaban en el
lugar (Sepúlveda, 2018).
No es posible asignar de forma certera una categoría
etaria a este individuo. Sólo podemos sugerir que se
trata de un individuo adulto, dada la obliteración com-
pleta de los segmentos anatómicos presentes: fémur
distal, tibia proximal, metatarsos. De acuerdo a McKern
y Stewart (1957) la edad aproximada de obliteración de
las epífisis de fémur distal, tibia proximal y fíbula
proximal su edad podría corresponder a más de 20 años
de edad biológica.
La ausencia de cráneo y pelvis, así como la fragmenta-
ción de las piezas óseas presentes, no permitieron esti-
mar sexo mediante marcadores morfométricos. Para
este caso en particular, el sexo esindeterminado.
Figura 1. Contexto del Individuo 1, Unidad 1. Se trata de un adulto
de edad indeterminada, en la imagen solo es posible apreciar sus
extremidades inferiores.
INDIVIDUO 2, POLÍGONO 2, UNIDAD 4. SE TRATA DE UN
INDIVIDUO JUVENIL (19-23 AÑOS), SEXO FEMENINO.
COMPLETO.
Se trata de un contexto primario-simple, en donde fue
posible identificar la fosa de depositación del individuo.
No se registran objetos asociados al entierro. Se identifi-
ca una zona de color negra que cubre el costado derecho
delindividuo, desde cráneo hasta epífisis distal de tibia y
fíbula derecha. Posiblemente corresponda a un síntoma
de descomposición de material orgánico de origen vege-
tal (Sepúlveda, 2018).
El individuo se ubica en la capa D, con una profundidad
promedio -2,90m. La posición descrita fue decúbito dor-
sal, extendido. Su orientación cráneo-pelvis es 42%N,
mirando al Sur-Oeste (Figura 2). Presenta todos los seg-
mentos anatómicos y sus dientes en alveolo.
Figura 2. Contexto Individuo 2, Unidad 4. Se trata de una mujer
entre 19-23 años de edad al morir. Detalle sedimento ennegrecido
del lado derecho del individuo, posible huella de descomposición
de material orgánico de origen vegetal.
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
En general, el esqueleto presenta un estado de conser-
vación regular a bueno, diferencial para el lado derecho
e izquierdo. Específicamente, quisiéramos destacar una
alteración físico-química, ocasionada probablemente
por óxidos de manganeso, que generan una coloración
negra sobre el material esqueletal. Esta coloración, está
presente a lo largo de todo el lado derecho del individuo.
De acuerdo a Sepúlveda (2018) esto, es un claro síntoma
de descomposición de material orgánico de origen vege-
tal por efecto del agua o altos índices de humedad, sobre
elindividuo, o bien próximos a él, lo que generó que los
óxidos de manganeso precipitaran en las osamentas.
Asimismo, la degradación del hueso por ataque ácido o
básico es la segunda alteración físico-química que llama
la atención, ya que fue poco frecuente en los individuos
del sitio. Debido a la inexistencia de análisis de suelo, no
fue posible establecer si la degradación fue de origen
ácido o básico, ya que ambos ataques actúan de manera
similar, dejando los mismos síntomas de alteración
sobre la superficie del hueso.
Los indicadores óseos recabados, sugieren que se trata
de un individuo de sexo femenino (White y Folkens,
2012; Buikstra y Ubelaker, 1994; Ríos, 2002 en Krenzer,
2006). Asimismo, se trata de un individuo adulto, con
una edad biológica entre 19-23 años (Lovejoy, 1985 en
White y Folkens, 2012; McKern y Stewart, 1957; Ubela-
ker y Buikstra, 1994 en White y Folkens 2012; Suchey y
Brooks, 1990 en White y Folkens, 2012). Su estatura apro-
ximada fue 145-146 cm aproximandamente (Pomeroy y
Stock, 2012; Del Angel y Cisneros, 2004).
Rasgos discretos como “diente en pala” y suturas cra-
neales complejas, indican una ancestría amerindia (Gill,
1995), resultado esperado de acuerdo al contexto
arqueológico de los hallazgos de los cuerpos.
Respecto de los marcadores de actividad física, solo se
puede sugerir una actividad muscular que ejercitó el
antebrazo izquierdo con un movimiento de pronación-
supinación y de flexión y extensión para el codo
izquierdo. Noobstante, la mala preservación del lado,
derecho del individuo no permite hacer otro tipo de
inferencias acerca del movimiento del miembro
superior.
Continuando con los patrones de actividad, el análisis de
los dientes, indica una utilización parafuncional de la
dentadura ya desde temprana edad, evidenciada en el
desgaste exacerbado de los primeros y segundos
molares, respecto de otras piezas dentales. Este
desgaste diferencial de los molares respecto del resto de
la dentadura permite sugerir que hubo un estrés sobre
esa zona en particular, la cual probablemente fue
utilizada con objetivos distintos de la alimentación,
como por ejemplo la utilización de los dientes en los
trabajos cotidianos (Larsen, 1997).
Respecto de las patologías óseas no relacionadas con los
patrones de actividad física, encontramos indicadores
de estrés inespecífico como Hipoplasia lineal del esmal-
te (HLE) en caninos. Se calculó la edad de ocurrencia de
los eventos para el canino (Goodman y Rose, 1990) entre
1,5 y 3,06 años de edad. La HLE se asocia a eventos de
estrés que afectan al individuo durante su crecimiento y
desarrollo, fundamentalmente durante la infancia tem-
prana. El evento estresor pudo estar relacionado con
procesos de enfermedad que disminuyeron el ritmo de
desarrollo acelerado propio de la infancia temprana o
bien pudo relacionarse con un evento cultural dado por
el cambio de alimentación desde lactancia a dependen-
cia de otro tipo de alimentos (Luna, 2006).
Para este individuo se tomaron muestras isotópicas, que
indican un fechado de 2650 +20 años A.P (cal.), situán-
dolo en el periodo Arcaico Tardío de la zona central (Ta-
bla 2).
INDIVIDUO 3, POLÍGONO 2, UNIDAD 5. CORRESPONDE
A UN INDIVIDUO ADULTO MEDIO (45-55 AÑOS), SEXO
PROBABLE MASCULINO. INCOMPLETO.
Se trata de un hallazgo removido por maquinaria
pesada. La mayor parte del individuo fue recuperada
Abarca,V. y Garceau, Ch.
mediante el harneo sistemático del sedimento adyacen-
te. Cabe destacar que se ubicó aledaño al Individuo 2.
Tampoco se puede conocer la posición y orientación
originales del individuo; se ubica en la misma capa are-
nosa Dy a una profundidad de -2,90m.
En general, el esqueleto presenta un estado de conser-
vación bueno, las alteraciones generadas por agentes de
origen antrópico son las fracturas recientes en la mayo-
ría del material y tienen su origen en la acción de maqui.-
naria pesada al momento del hallazgo. (Sepúlveda,
2018).
Las piezas dentales del maxilar izquierdo y mandíbula
izquierda se hallan presentes en el alveolo. Las piezas
ausentes, fueron removidas por procesos post-
depositacionales. Cabe destacar la perdida antemortem
del tercer molar superior izquierdo.
Los indicadores óseos recabados sugieren que se trata
de un individuo adulto maduro, probablemente mascu-
lino. De acuerdo a los métodos de estimación de edad
mediante desgaste dental, su edad sería superior a 45-
55 años (Lovejoy, 1985 en White y Folkens, 2012). Debi-
do a la falta de indicadores osteológicos para estimar
sexo, no se establece con certeza el sexo del individuo.
Tampoco se pudo estimar estatura, debido a la fragmen-
tación de los huesos. Rasgos discretos como “diente en
pala” y suturas craneales complejas indican una ances-
tría amerindia (Gill, 1995), resultado esperado de acuer-
do al contexto arqueológico de los hallazgos de los cuer-
pos humanos rescatados.
No presenta indicadores musculoesqueletales que per-
mitan inferir un patrón de actividad física. Las patologías
articulares registradas en la articulación costovertebral,
son coherentes con algún tipo de actividad física que
estresó la columna vertebral a nivel medio, sin embargo
los indicadores no son suficientes para sugerir una acti-
vidad física relacionada con dichas patologías articula-
res.
10
El análisis de los dientes, indica una utilización parafun-
cional de la dentadura, además del evidente desgaste
dental asociado a la edad del individuo. El desgaste dife-
rencial de los primeros molares —superior e inferior-
permite sugerir que esta zona, fue utilizada con otros
objetivos distintos de la tarea masticatoria (Larsen,
1997).
En los dientes, también fue posible registrar indicadores
de estrés inespecífico como HLE. Además, en cráneo se
observa hiperostosis porótica; ambos indicadores, se
asocian a eventos de estrés que afectan al individuo
durante su crecimiento y desarrollo, fundamentalmente
durante la infancia temprana, en este caso, dada la edad
de ocurrencia del evento (1-3 años) pudo relacionarse
con el cambio de alimentación posterior al término de la
lactancia (Luna, 2006).
Por otra parte, se observa la protrusión de una raíz molar
hacia el seno maxilar izquierdo y la inflamación del tejido
óseo adyacente, que puede relacionarse con un proceso
infeccioso local. De acuerdo a la literatura especializada,
puede suceder que las raíces dentales del canino y pri-
mer molar superior protruyan hacia el seno maxilar—de-
bido a la fina capa de tejido que los separa- asociándose
frecuentemente con procesos infecciosos en el seno
maxilar (Roque-Torres, et al. 2016). Para este caso, se
observa una respuesta inflamatoria del tejido óseo
adyacente a la raíz protruida, sugiriendo un proceso
infeccioso en el seno maxilar, lo que pudo haber ocasio-
nado molestias físicas y una disminución en su calidad
de vida.
INDIVIDUO 4, POLÍGONO 2, UNIDAD 6. SE TRATA DE UN
INDIVIDUO ADULTO JOVEN (24-30AÑOS), SEXO
PROBABLE FEMENINO. INCOMPLETO.
Corresponde a un hallazgo removido por maquinaria
pesada. La mayor parte del individuo fue recuperada
mediante el harneo sistemático del sedimento. Por este
motivo, no existe una ficha de registro bioantropológico
in situ para el individuo 4.
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
Tampoco se pueden conocer la posición y orientación
originales del individuo. Apareció en la misma capa are-
nosa (D) y a la misma profundidad (-2,97m) que los indi-
viduos 2 y 3.
En general, elindividuo presenta un estado de conserva-
ción bueno, las alteraciones generadas por agentes
antrópicos corresponden a fracturas recientes presen-
tes en la mayoría del material, ya que el individuo fue
afectado por los trabajos con maquinaria pesada (Sepúl-
veda, 2018). El trabajo en laboratorio permitió reagru-
par, establecer la completitud y número mínimo de
individuos del conjunto esqueletal.
Las piezas dentales del maxilar izquierdo y mandíbula se
hallan presentes en alveolo. Las piezas ausentes, fueron
removidas por procesos post-depositacionales. Es posi-
ble identificar el rasgo discreto “diente en pala” en
incisivos central y lateral superior izquierdo, que sugie-
ren una ancestría amerindia (Gill, 1995).
Los indicadores óseos recabados indican que se trata de
un individuo adulto joven, probablemente femenino.
De acuerdo a los métodos de estimación de edad,
mediante desgaste dental, su edad al momento de
morir fue entre 24-30 años (Lovejoy, 1985 en White y
Folkens, 2012). Diversos indicadores craneales y post-
craneales dan cuenta del sexo femenino, sin embargo, la
incompletitud y contexto disturbado del individuo, no
permiten establecerlo con certeza. No es posible esti-
mar estatura, debido al a fragmentación del material
óseo. Rasgos discretos como “diente en pala” y suturas
craneales complejas que indican una ancestría amerin-
dia (Gill 1995), resultado esperado de acuerdo al contex-
to arqueológico de los hallazgos.
Se registraron marcadores musculoesqueletales para el
miembro superior. Los ligamentos coracoides, costo-
clavicular y conoideo presentan osteofitos. Estos liga-
mentos se relacionan con la articulación acromio-
clavicular y con la estabilización del movimiento de la
cintura escapular, asimismo, tiene una especial partici-
pación en los movimientos de flexo-extensión del brazo.
11
Además, la articulación acromio-clavicular es el eje de
los movimientos de rotación axial de la clavícula. Es
decir, de movimientos del hombro. Esta actividad física,
tiene su correlato en la inserción marcada del musculo
serrato anterior en costillas superiores, que forman
parte también de la cintura escapular, al contribuir a la
elevación de la escapula, durante movimientos de
elevación del brazo. Otro musculo identificado en las
costillas fue el transverso del tórax, relacionado con
movimientos de espiración forzada, descenso de
costillas. Igualmente se observa la inserción marcada del
musculo tríceps braquial, relacionado con la actividad
del miembro superior —extensión del brazo-
complementando la actividad descrita ya para la cintura
escapular. En suma, los diversos músculos identificados,
sugieren una actividad física intensa para el miembro
superior, que implica movimiento de extensión y
elevación del brazo.
Por otra parte, para el miembro inferior, destaca la
inserción del musculo glúteo mayor, relacionado con la
rotación externa y extensión de la cadera,
especialmente necesario para recuperar una posición
erguida.
Ahora bien, las patologías articulares registradas,
conforman un correlato para los movimientos
anteriormente descritos; de este modo se identifica la
formación de tejido esclerótico en la zona de inserción
de ligamentos en la clavícula, en la articulación
costoclavicular- y en la inserción del ligamento redondo,
que estabiliza la cadera y contribuye a la posición
erguida. Cabe mencionar, para las patologías óseas en
cintura escapular, que éstas también podrían
relacionarse con la fractura reparada detectada en la
segunda costilla izquierda.
El análisis de los dientes, indica una utilización
parafuncional de la dentadura. El desgaste diferencial de
los primeros molares —superior e inferior- del lado
izquierdo, permite sugerir que la zona molar en
particular fue utilizada con otros objetivos distintos de la
tarea masticatoria- (Larsen, 1997).
Abarca,V. y Garceau, Ch.
Respecto de las patologías óseas, encontramos
indicadores de estrés inespecífico como hiperostosis
porótica, criba orbital en cráneo. Asimismo, se observa
HLE en los dientes, que pudo relacionarse con el cambio
de alimentación desde lactancia a dependencia de otro
tipo de alimentos, aunque no se puede descartar
enfermedades y/o otras noxas nutricionales-
ambientales (Luna, 2006). Por otra parte, encontramos
un indicador infeccioso no específico, periostitis
inflamación del periostio - en las tibias, que ha sido
relacionada con patologías infecciosas, traumas y otras
enfermedades (Resnik, 2001 en Ortner, 2003).
INDIVIDUO 5, POLÍGONO 3, UNIDAD 12. SE TRATA DE
UN INDIVIDUO ADULTO JOVEN (20-24AÑOS), SEXO
PROBABLE MASCULINO. INCOMPLETO.
Se trata de un hallazgo removido por maquinaria
pesada, la mayor parte del individuo fue recuperada
mediante el harneo sistemático del sedimento
adyacente. Por este motivo no existe una ficha de
registro bioantropológico in situ para el individuo 5.
Tampoco se pueden conocer la posición y orientación
originales del individuo. Se ubica en la capa D, a una
profundidad promedio de -2,61m (Figura 3). Respecto a
su ajuar funerario, presenta vasija asociada,
diagnosticada como una olla monocroma,
correspondiente al periodo Tardío de Chile central
(Garceau, 2018).
En general, el esqueleto presenta un estado de
conservación regular a bueno (Sepúlveda, 2018). La
fragmentación ocasionada por la acción de maquinaria
y la mala preservación del tejido cortical ocasionan que
algunos segmentos puedan ser diagnosticados con un
mal estado de conservación. Cabe destacar que para
este caso, los procesos tafonómicos incidieron
significativamente respecto del tipo de información que
podía recabarse. El trabajo en laboratorio permitió
reagrupar, establecer la completitud y número mínimo
de individuos del conjunto esqueletal. Se realizó
limpieza mecánica para remover los sedimentos
presentes al momento del análisis bioantropológico.
12
Figura 3. Contexto del hallazgo del individuo 5, unidad 12. Se trata de un
hombre, adulto joven. Detalle de los fragmentos de cráneo in situ.
Las piezas dentales presentes, del maxilar izquierdo y
mandíbula, se hallan fuera del alvéolo. En particular, el
desgaste de piezas dentales del lado izquierdo, sugieren
uso para funcional de la dentadura.
Los indicadores óseos recabados sugieren que se trata
de un individuo adulto joven, probablemente masculino
(Ríos, 2002 en Krenzer, 2006). De acuerdo a los métodos
de estimación de edad mediante desgaste dental,
corresponde a un rango etario entre 20-24 años
(McKern y Stewart, 1957; Ubelaker y Buikstra, 1994 en
White y Folkens, 2012; Lovejoy, 1985 en White y Folkens,
2012). No es posible estimar estatura, debido al a frag-
mentación de los segmentos óseos. Rasgos discretos
como “diente en pala” y suturas craneales complejas
que indican una ancestría amerindia (Gill, 1995), resul-
tado esperado de acuerdo al contexto arqueológico de
los hallazgos.
No se registraron marcadores musculo-esqueletales,
debido a la mala preservación del tejido cortical. Ahora
bien, las patologías articulares registradas, correspon-
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
den a la formación de tejido esclerótico en la zona de
inserción del ligamento redondo -articulación coxofe-
moral derecha- y se relacionan con la estabilización cade-
ra y posición erguida.
Respecto de las patologías óseas no relacionadas con los
patrones de actividad física, encontramos HLE en
dientes e hiperostosis porótica en cráneo. Para este
caso, la HLE se presenta de forma sistemática y recurren-
te en caninos superiores; lo que puede interpretarse
como una alteración sistemática del crecimiento y desa-
rrollo del individuo. En poblaciones pretéritas, estas
alteraciones han sido explicadas por cambios en la ali-
mentación, al abandonar una dieta exclusivamente
dependiente de la lactancia. También, la recurrencia de
HLE, puede relacionarse con enfermedades y/o otras
noxas nutricionales.
INDIVIDUO 6, UNIDAD 10, POLÍGONO 3. SE TRATA DE
UN INDIVIDUO ADULTO MEDIO (35-45 AÑOS), SEXO
MASCULINO. SEMICOMPLETO.
Se trata de un contexto arqueológico primario-simple,
en donde fue posible identificar la fosa de depositación
del individuo, cuenta con una ficha de levantamiento
realizada en el lugar (Garceau, 2018). El contexto se
hallaba aledaño al sector de inhumaciones de los indivi-
duos 9 y 10, quienes presentan ofrendas cerámicas deco-
radas como Inca mixto o Inca local. En particular este
individuo solo presenta fragmentos cerámicos en la
zona del coxal y pie, asociados a sedimento de color
negro, posibles indicadores de óxido de manganeso
(Sepúlveda, 2018). Aparece depositado en la capa D,
con una profundidad promedio -2,42m. La posición des-
crita para el individuo fue decúbito lateral izquierdo,
piernas y brazos flectados. Su orientación cráneo-pelvis
es Este-Oeste, mirando al Sur-Este (Figura 4).
Todas las piezas dentales están presentes y en el alveolo,
su desprendimiento se produjo con el levantamiento en
terreno y análisis de laboratorio. Es posible identificar el
rasgo discreto “diente en pala” en incisivos superiores
centrales, pese al desgaste evidenciado.
13
UNIDAD 10
IND 6
ECHO 5 y
Figura 4. Contexto de depositación del Individuo 6, unidad 10. Se
trata de un hombre entre 35-45 años de edad al morir.
En general, el esqueleto presenta un estado de conser-
vación regular a malo. Destacan algunos síntomas de
alteración activos y problemas estructurales como
perdida de resistencia mecánica, material disgregable,
fisuras que no impiden su manipulación (Sepúlveda,
2018).
Los indicadores óseos recabados sugieren que se trata
de un individuo adulto medio, de sexo masculino (Buiks-
tra y Ubelaker, 1994). Los métodos de estimación de
edad mediante desgaste dental (Lovejoy, 1985 en White
y Folkens, 2012) señalan resultados distintos al utilizar
maxilar y mandíbula, por lo que se sugiere un rango eta-
rio acotado entre 35-45 años. Ahora bien, al comparar
los distintos indicadores, la mandíbula es la que sugiere
un rango etario mayor; este “envejecimiento” a partir de
los indicadores de desgaste dental mandibular podría
explicarse por la utilización parafuncional de la dentadu-
ra. En particular, para este individuo el desgaste es cohe-
rente con la presencia de artrosis y ampliación de la face-
ta de la articulación temporomandibular (ATM) derecha
eizquierda.
Abarca,V. y Garceau, Ch.
No es posible estimar estatura, debido a la fragmenta-
ción de las unidades óseas. Rasgos discretos como
“diente en pala” y suturas craneales complejas indican
una ancestría amerindia (Gill, 1995), resultado esperado
de acuerdo al contexto arqueológico de estos hallazgos.
No fue posible registrar indicadores de actividad física,
debido a la mala conservación de la superficie cortical.
Respecto de patologías óseas, se registra la presencia de
signos: labiamiento, eburnación y porosidad en la arti-
culación temporomandibular, vértebras cervicales, torá-
cicas altas y cóndilo femoral. Se trata de patologías arti-
culares, correspondientes con lo descrito para la enfer-
medad degenerativa articular u osteoartritis (Larsen,
1997). El principal factor asociado a osteoartritis es el
estrés mecánico ocasionado por la actividad física.
Estudios en población esquimal (Merbs, 1983 en Larsen,
1997) asocian la prevalencia de osteoartritis en ATM al
uso de la dentadura para trabajar el cuero. Aun así, la
prevalencia de osteoartritis varía en distintas poblacio-
nes prehistóricas, de acuerdo a las demandas físicas de
su estilo de vida en particular. Es difícil establecer un
patrón que permita caracterizar al individuo analizado.
Aunque, se puede sugerir que el tipo de actividad física y
la avanzada edad del individuo significaron un estrés
mecánico continúo, que se expresan en forma de
osteoartritis en el eje axial (vértebras) y miembro infe-
rior (fémur). Además, en relación con el miembro infe-
rior, se observa un trauma reparado en el metatarso
derecho y un osteofito en la inserción del tendón calcá-
neo del mismo lado. Todos estos indicadores permiten
sugerir una actividad física relacionada con transporte
de peso y desplazamiento porterrenos irregulares.
Respecto de las patologías óseas no relacionadas con los
patrones de actividad física, encontramos hiperostosis
porótica y ocurrencia de HLE alos 3 años de edad (Good-
man y Rose 1990), resultado de eventos disrruptores del
crecimiento y desarrollo del individuo, que han sido tra-
dicionalmente asociados a noxas nutricionales y/o
enfermedades en la infancia (Luna, 2006).
14
INDIVIDUO 7, POLÍGONO 3, UNIDAD 8. CONJUNTO
ESQUELETAL EN DONDE SE IDENTIFICAN AL MENOS 2
INDIVIDUOS (NMI 2): UN ADULTO Y UN SUBADULTO.
SEXO INDETERMINADO. ALTAMENTE INCOMPLETO.
Se trata de un hallazgo removido por maquinaria pesa-
da. La mayor parte del conjunto esqueletal fue recupera-
da mediante el harneo sistemático del sedimento. Por
este motivo no existe una ficha de registro bioantropoló-
gico in situ (Garceau, 2018). Por este motivo, tampoco se
conoce la posición y orientación originales de los indivi-
duos analizados. Solo se puede establecer que ambos se
hallaban en la capa D y su profundidad promedio fue -
2 25M
El estado de conservación de este individuo es regular a
malo, la mayor del esqueleto está fragmentado, con
huellas de fractura reciente (Sepúlveda 2018). Los pro-
cesos tafonómicos incidieron negativamente respecto
del tipo de información que pudo recabarse durante el
análisis de este conjunto esqueletal. Dada la incompleti-
tud y fragmentación del hallazgo, no se pueden caracte-
rizar sexo, ancestría, estatura, patologías óseas ni mar-
cadores musculoesqueletales.
Se estableció un Número Mínimo de Individuos (NMI) 2
para el conjunto. Es posible distinguir la presencia de un
subadulto y un adulto. Esta separación se realizó utili-
zando las características morfoscópicas del material.
Cabe destacar que durante el crecimiento y desarrollo
normal de un humano se observan una variación en
tamaño, grosor y forma de los distintos segmentos
óseos, variaciones que en esta ocasión permiten dife-
renciar la presencia de fragmentos de cráneo pertene-
cientes a un individuo - subadulto y fragmentos de post-
cráneo de un individuo adulto. Con relación a la estima-
ción del NMI, que se define como el número mínimo de
individuos necesarios para explicar todos los elementos
del conjunto esqueletal (White y Folkens, 2012), en este
caso, tenemos segmentos óseos adultos y subadultos,
dicha variación solo puede ser explicada por la presencia
de al menos dos individuos.
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
INDIVIDUO 8, POLÍGONO 4, UNIDAD 13. INDIVIDUO
ADULTO MAYOR (50-59 AÑOS), SEXO MASCULINO.
SEMICOMPLETO.
El trabajo de levantamiento cuenta con una ficha de
levantamiento realizada in situ (Garceau, 2018). Se trata
de un contexto primario-simple, en donde fue posible
identificar la fosa de depositación del individuo. Las
extremidades inferiores fueron removidas por la activi-
dad de maquinaria, sin embargo, se recuperaron
mediante el harneo sistemático del sedimento aledaño.
Finalmente, ambos miembros inferiores —fragmenta-
dos- fueron reagrupados en laboratorio. El ajuar funera-
rio, corresponde a cuatro vasijas cerámicas, que fueron
diagnosticadas como un plato decorado Aconcagua-
Fase Inca y tres ollas monocromas, una de ellas recons-
truida en laboratorio (Garceau, 2018).
El individuo se ubica en la capa D, con una profundidad
promedio -2,88m. La posición descrita para el individuo
fue extendida de cúbito dorsal y su orientación cráneo
pelvis fue Este-Oeste, mirada hacia arriba (cenit) Los
detalles se pueden apreciar en la Figura 5.
Figura 5. Individuo 8, unidad 13. Capa D, nivel -2,88m. Se observa la
relación del individuo con su ajuar, compuesto por cerámicas,
ubicadas sobre el cráneo. Se trata de un hombre, entre 50-59 años
de edad al morir.
Presenta la mayor parte de los segmentos anatómicos,
sin embargo, su estado de conservación es regular, debi-
do a que el sedimento húmedo en contacto con la corti-
cal afectó la consistencia del tejido óseo. Además, pre-
senta algunos síntomas de alteración activos y proble-
mas estructurales de magnitud media como la perdida
de resistencia mecánica, material disgregable, fisuras
etc. que noimpiden su manipulación (Sepúlveda, 2018).
La mayor parte de sus dientes están presentes y en el
alveolo, excepto algunas piezas que perdidas antes de la
muerte del individuo.
De acuerdo a los indicadores recabados, se puede suge-
rir que se trata de un individuo masculino (Buikstra y
Ubelaker, 1994; Ríos, 2002 en Krenzer, 2006) adulto
mayor, entre 50-59 años de edad (Lovejoy, 1985 en
White y Folkens, 2012; Lovejoy, et al. 1985 en White y
Folkens, 2012). En este caso, la edad es un factor biológi-
co a considerar, ya que afecta de manera diferencial los
indicadores esqueletales para sexo, marcadores muscu-
loesqueletales y prevalencia de patologías óseas. En
sujetos de edad avanzada se espera el desgaste natural
de las articulaciones y un aumento en la prevalencia de
osteoartritis (Larsen, 1997).
No se pudo estimar estatura, dada la fragmentación de
los huesos largos. Rasgos discretos como “diente en
pala” y suturas craneales complejas que indican una
ancestría amerindia (Gill, 1995), resultado esperado de
acuerdo al contexto arqueológico de estos hallazgos.
Ahora bien, respecto de los marcadores de actividad
física, su registro se ve limitado por las condiciones de
preservación del individuo. De lo que se pudo observar,
un metatarso del pie derecho presenta una inserción
muscular marcada; aunque tal vez se relaciona con las
fracturas reparadas en otros metatarsos del mismo pie.
Asimismo, se observan pequeños signos porosos en las
superficies articulares del pie derecho, lo que es cohe-
rente con un estrés ocasionado sobre articulaciones
aledañas a las dañadas, durante un periodo de recupe-
ración de las fracturas mencionadas.
Abarca,V. y Garceau, Ch.
Asimismo, las fracturas en el pie se asocian a desplaza-
mientos por terrenos irregulares. Lo anterior es cohe-
rente con la presencia de osteocondritis disecans en
acetábulo derecho y osteofitos en la inserción del liga-
mento redondo del mismo lado; esto podría relacionar-
se con dislocación traumática de la cadera, ya que la
etiología de la osteocondritis es principalmente traumá-
tica (Ortner, 2003).
Continuando con los patrones de actividad, el análisis
de los dientes, indica una utilización parafuncional de la
dentadura que se evidencia en el desgaste exacerbado
de todas las piezas dentales, aumentado en el lado dere-
cho. Este desgaste diferencial permite sugerir que este
lado en particular se utilizó con objetivos distintos de la
alimentación (Larsen, 1997). El desgaste diferencial
tiene su correlato con la presencia de osteoartritis en la
articulación temporomadibular derecha.
Se observaron indicadores de estrés inespecífico, como
hiperostosis porótica y HLE. Como se mencionó ante-
riormente, estos indicadores se asocian a eventos de
estrés que afectan al individuo durante su crecimiento y
desarrollo, fundamentalmente durante la infancia tem-
prana, como por ejemplo enfermedades o cambios en
la alimentación, posteriores al destete (Luna, 2006).
Asimismo, se registra la presencia de periostitis en la
diáfisis tibial, relacionada con patologías infecciosas,
traumas y otras enfermedades (Resnik, 2001 en Ortner,
2003) la presencia de periostitis podría corresponder
con un proceso infeccioso local, atribuido a golpes, cor-
tes, etc. (Ortner, 2003).
Por otra parte, la excelente conservación del cráneo de
este individuo da cuenta de una plagiocefalia en el
parietal derecho y un aplanamiento en la parte poste-
rior del occipital y parte de los parietales. Esta definición
coincide con lo descrito por Munizaga (1987) para un
tipo de deformación no intencional, de origen cultural,
relacionada con uso de la cuna.
16
Este tipo de deformación se encuentra en toda América
y ha sido mencionada también en poblaciones prehispá-
nicas de Argentina (Munizaga 1987; Manríquez, et al.
2006; Pérez, et al. 2009). Cabe mencionar que este tipo
de deformación se observa entre sujetos prehistóricos
de la zona central de Chile, pero es información que no
ha sido sistematizada ni publicada (E. Aspillaga, 2017
com. pers.).
El análisis isotópico arrojó fechas de 660 + 20 años A.P.,
situando este contexto en el periodo Alfarero Tardío de
la zona central de Chile (Tabla 2).
INDIVIDUO 9, POLÍGONO 3, UNIDAD 10A. SE TRATA DE
UN NIÑO (3-5 AÑOS), SEXO INDETERMINADO.
INCOMPLETO.
El trabajo de levantamiento cuenta con una ficha de
levantamiento realizada in situ (Garceau, 2018). Se trata
de un contexto primario-simple, en donde fue posible
identificar la fosa de depositación del individuo. Apare-
ce asociado a tres vasijas cerámicas. En el sector craneal
se registran dos vasijas cerámicas, una olla monocroma
grande y un puco pequeño. En el sector de los pies se
registra un puco grande de paredes delgadas. El indivi-
duo es inhumado entre las piezas cerámicas (Figura 6);
dichas piezas fueron diagnosticadas al periodo tardío de
Chile Central y corresponden a: un plato monocromo, un
plato decorado tipo inca mixto o inca local y una olla
monocroma (Garceau, 2018).
El individuo se ubica en la capa D, con una profundidad
promedio -2,40m, en medio de las unidades de levanta-
miento de los individuos 6 y 7. La posición descrita para
el individuo fue extendida de cúbito dorsal y su orienta-
ción cráneo pelvis fue Este-Oeste, mirada hacia el Este.
Las condiciones de la matriz, alta humedad y acción ero-
siva de la arena, junto con la fragilidad de las piezas
óseas del infante, hace que desaparezcan del registro
gran parte del cuerpo. Se conservan aquellos segmentos
de mayor densidad ósea, como fémur y dientes.
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso..
Figura 6. Individuo 9, unidad 10A. Se trata de un niño de entre 3-5
años de edad al morir. Se observa la relación del individuo con su
ajuar, compuesto por tres vasijas cerámicas, ubicadas sobre cráneo
y pies.
Presenta piezas dentales deciduas y coronas de piezas
dentales permanentes en formación. De acuerdo con
las análisis realizados, se puede establecer que se trata
de un niño entre 3 y 5 años de edad (Ubelaker, 1989 en
White y Folkens, 2012). No se puede estimar el sexo,
debido a que aún no desarrolla características sexuales
secundarias que se reflejen en el esqueleto. Los rasgos
discretos “diente en pala” y “perlas del esmalte” sugie-
ren una ancestría amerindia, de acuerdo a lo esperado
para el contexto arqueológico del hallazgo de los cuer-
pos humanos.
La mala preservación del tejido cortical, no permitió
registrar indicadores relacionados con patologías óseas
y/o marcadores musculoesqueletales. Aun así se regis-
tra la presencia de HLE en caninos cuya corona está en
formación dentro del alveolo.
17
Como se ha mencionado anteriormente, la HLE es una
deficiencia en el grosor del esmalte, producto de pertur-
baciones fisiológicas (estrés) durante la fase secretora
de la amelogénesis (Goodman y Rose, 1990 en Guatelli-
Steinberg y Lukacs, 1999). Como el esmalte no sufre pro-
cesos de remodelación, puede preservar mejor que
otros tejidos las perturbaciones del desarrollo del indivi-
duo. Ensuma, lo que nos indica su presencia en este indi-
viduo es la disrupción del crecimiento y desarrollo desde
edades muy tempranas. Para el caso de poblaciones
prehispánicas, la discusión se centra respecto de los
factores causales de dicha disrupción. Es decir, el creci-
miento y desarrollo del individuo puedo verse afectado
por enfermedades, deficiencia nutricionales y/u otro
tipo de noxas ambientales-culturales (Luna, 2006).
INDIVIDUO 10, POLÍGONO 3, UNIDAD 9. CONTEXTO
HALLAZGO. SE TRATA DE UN INDIVIDUO INFANTE (3-
6MESES DE NACIDO), SEXO INDETERMINADO.
ALTAMENTE INCOMPLETO.
Se recuperan sólo coronas dentales deciduas en forma-
ción, no cuenta con ficha de registro bioantropológico.
Se trata de un contexto primario-simple. Presenta un
ajuar correspondiente a vasijas cerámicas en el sector
craneal y caudal (Figura 7). Las vasijas fueron diagnosti-
cadas para el periodo Tardío de Chile Central y corres-
ponden a un plato decorado con motivos Inca mixto o
Inca local y una olla monocroma (Garceau, 2018).
El individuo se ubica en la capa D, con una profundidad
promedio -2,40m, aledaño a la unidad del individuo 6.
No se puede establecer orientación o posición del indivi-
duo, debido a que su hallazgo fue circunstancial, al reba-
jar el sedimento entre las vasijas. Su preservación es
mala. Las condiciones de la matriz arenosa, alta hume-
dad y acción erosiva, junto con la fragilidad de las piezas
óseas del infante, pueden haber provocado la desinte-
gración del resto del cuerpo. No aparece ningún seg-
mento óseo, excepto coronas dentales deciduas en for-
mación.
La edad del individuo al momento de su muerte fue
entre 3-6 meses de nacido (Liversidge, etal. 1998 en
Abarca,V. y Garceau, Ch.
Schaefer, et al. 2009; Ubelaker, 1989 en White y Folkens,
2012). Destacan el contexto arqueológico de su hallazgo
—ajuar cerámico- y su relación con la inhumación del
individuo 6, del mismo polígono de recuperación.
le j e lt 3 A a o ES ET
AS TUN ll WN e
l
X
Figura 7. Individuo 10, unidad 9. En la zona dentro del elipse rojo,
aparecieron piezas dentales correspondientes a un infante, de 3-6
meses de edad al morir. Las vasijas cerámicas corresponden a su
ajuar funerario. Asimismo, se observa su disposición en relación a la
unidad de inhumación del individuo 6, al extremo derecho de la
imagen.
DISCUSIÓN
Contextos funerarios: Los trabajos de rescate del sitio
funerario Plaza O'higgins en Valparaíso, lograron preser-
var los cuerpos humanos esqueletizados de once indivi-
duos. Durante el análisis bioantropológico se identifica-
ron un infante (3-6 meses); un niño (3-5 años); un juvenil
femenino (19-23 años); dos adultos jóvenes -masculino
y femenino- (20-30 años); dos adultos medios —masculi-
no e indeterminado- (30-50 años); un adulto mayor
—masculino- (50-59 años) y dos individuos de sexo inde-
terminado-— un adulto y un subadulto- (Tabla 1).
18
Adscripción cultural
En general dentro del sitio es posible identificar dos
grandes componentes, por una parte, en el área del polí-
gono 1 se identifican hallazgos bioantropológicos sin
ofrenda cerámica; con posición extendida decúbito ven-
tral y dorsal. Cabe destacar que el individuo 2, fechado
en este polígono, arrojó una fecha temprana de 2650 +
20años AP situándolo dentro del periodo Arcaico tardío.
El polígono 2 no fue caracterizado en términos de fune-
bria, debido a que los contextos fueron removidos por
los trabajos realizados con maquinaria pesada. Aun así,
cabe destacar que en estratos superiores al área del polí-
gono 2, se excavó un conchal de adscripción cultural
Aconcagua (Garceau, 2017a, 2017b).
Por otra parte, en el área de los polígonos 3 y 4 se identi-
fica la presencia de ajuar cerámico asociado a los indivi-
duos. Dicho ajuar ha sido diagnosticado para el periodo
intermedio tardío y tardío (Garceau, 2018), contextos
semejantes alos descritos para el sitio de funebria “Esta-
dio de Quillota” ubicado en la zona del valle del Aconca-
gua (Ávalos y Saunier, 2011). Específicamente para el
caso del polígono 3, los contextos funerarios parecen
indicar una adscripción cultural más tardía, caracteriza-
dos fundamentalmente por la aparición de cerámica
decorada tipo Inca mixta o Inca local.
Los patrones de funebria han demostrado ser diversos
respecto de los descritos por la literatura (Sanhueza, et
al. 2007; Falabella, et al. 2007). Las adscripciones cultu-
rales mencionadas en este informe son sugerencias
hechas a partir de los fechados realizados sobre los
individuos 2 y 8 (Tabla 2) y decoración de las vasijas cerá-
micas recuperadas de los contextos funerarios. La
mayor parte de los contextos Aconcagua del periodo
tardío e intermedio tardío de Chile Central, se caracteri-
zan por presentar una posición extendida decúbito ven-
tral/dorsal.
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
De los tres contextos con ofrenda cerámica registrados;
la posición de dos individuos (adulto mayor y niño) es
extendida decúbito dorsal, lo que permite sugerir una
adscripción cultural Aconcagua Tardía, mientras que
para el caso del individuo 6 —flectado decúbito lateral- la
presencia de fragmentos de cerámica Aconcagua, no
coincide con el patrón de posición tradicionalmente
descrito. Sería importante contrastar la presencia de
contextos de funebria distintos, con análisis isotópicos,
que permitan establecer si efectivamente hay grupos
distintos coexistiendo en un mismo espacio funerario,
de la misma forma en que se observa en otros sitios del
valle del Aconcagua (Avalos y Saunier, 2011).
Por último para el polígono 4, ubicado en la parte más
norte del sitio, solo se identificó el individuo 8, cuyo
contexto cerámico permite sugerir un periodo interme-
dio tardío —Aconcagua-, lo que coincide con la datación
obtenida a partir del tejido óseo con una fecha de 660 +
20añosA.?P.
Indicadores de estrés inespecífico
Por otra parte, se investigó acerca de los modos de vida,
estableciendo condiciones generales de salud, asocia-
das a marcadores de patologías óseas articulares e
indicadores de estrés inespecífico, a partir del estudio
de los sujetos adultos en el sitio. Respecto del estrés
inespecífico: la hipoplasia lineal del esmalte, el síndro-
me criboso y la periostitis en tibias, resultan comunes a
toda la muestra analizada. La HLE está presente en las
piezas dentales de todos los individuos analizados y se
desarrolla entre los 1-4 años de edad. Sin embargo, no
se puede especificar su origen y formación; la capacidad
de responder ante noxas ambientales y/o nutricionales,
depende de cada individuo o su grupo (Goodman y
Rose, 1990). Las HLE pueden expresarse frente a situa-
ciones de estrés sistémico provocadas por factores
como cambios climáticos, una nutrición deficiente,
enfermedades, destete, entre otras (Goodman y Rose,
1990; Luna 2006).
19
Dentro del análisis de los individuos del sitio Plaza O'Hig-
gins, los indicadores de estrés se distribuyen de forma
homogénea, independientemente de la temporalidad
del contexto, aunque es destacable la recurrencia de
estrés fisiológico, respecto de la frecuencia de aparición
de HLE entre los individuos del polígono 3, cuya adscrip-
ción cultural es más bien Aconcagua tardía. Aun así,
debe considerarse que la muestra analizada tiene un
tamaño pequeño y preservación deficiente, sesgos para
la interpretación de los datos.
En lo que respecta a aquellos contextos adscritos al
periodo alfarero tardío, se ha señalado que poblaciones
relacionadas con la producción de alimentos —agricultu-
ra- presentan mayores frecuencias de hipoplasia (Lar-
sen, 1997; Goodman y Rose, 1990 en Guatelli- Steinberg
y Lukacs, 1999). En la zona central de Chile, los estudios
realizados por Falabella, et al. (2007) sugieren que
durante la transición desde el Periodo Alfarero Tempra-
no hacia el periodo Intermedio Tardío, se producen una
serie de transformaciones: cambio en patrones de asen-
tamiento —cercanos a cursos principales de agua- y una
intensificación del consumo de maíz, con tendencia a un
consumo diferencial según sexo. Oyanedel y Arriagada
(2014) observan un aumento de las frecuencias de hipo-
plasia dental al comparar grupos Bato, Llolleo y Aconca-
gua, donde el máximo de dicho aumento se registra en la
muestra Aconcagua.
Asimismo, los resultados de estudios efectuados a dos
colecciones esqueletales Aconcagua de los sitios Santa
Rosa de los Andes y María Pinto, indican que la HLE afec-
ta un 65% del total de la muestra (Henríquez, 2006). Se
ha propuesto que el destete, constituye un proceso
estresor en la medida que los infantes cambian abrupta-
mente hacia una dieta abrasiva (Henríquez, 2006; Oya-
nedel y Arriagada, 2014). Por otra parte, Ávalos y Sau-
nier (2011) plantean que la prevalencia de HLE entre
poblaciones de Chile Central, del valle del Aconcagua, se
puede asociar con una fase árida de corta duración
desde el Periodo Alfarero Temprano más profundo hacia
Abarca,V. y Garceau, Ch.
Periodo Intermedio Tardío. Cualquiera de estos fenóme-
nos —naturales y/o culturales- asociados a la presencia
de HLE, resultan coherentes con la prevalencia de indi-
cadores como el síndrome criboso, indicador inespecífi-
co de estrés nutricional y en algunos casos de enferme-
dades parasitarias (Goodman y Armelagos, 1989 en
Luna, 2006).
Desgaste, isotopos y dieta
Continuando con la información entregada por los
dientes, se observa desgaste oclusal, muy evidente en la
zona molar de todos los individuos adultos analizados.
La prevalencia de caries es mínima, registrándose solo
dos piezas dentales afectadas. El patrón de desgaste,
dental dice relación con dieta; los dientes se desgastan
como resultado por contacto diente con diente durante
la masticación y la deglución. Asimismo, el desgaste de
los dientes en las poblaciones pretéritas se vio
influenciado por la elaboración de los alimentos; su
composición física y química tiene una influencia directa
en el grado de dental y las caries (White 2011;
Langsjoen, 1998 en Oyanedel y Arriagada 2014).
Por otra parte, entre poblaciones prehistóricas el
desgaste también se asocia con el estrés sobre el
aparato masticatorio, evidenciado por la presencia de
osteoartritis en la articulación temporal-mandibular
(Larsen, 1997) dicha situación que se registra al menos
en dos de los individuos analizados, los de mayor edad
en el sector de los polígonos 3 y 4.
Asimismo, es importante destacar que se han descrito
patrones de desgaste oclusal entre poblaciones
prehistóricas asociados a la utilización parafuncional de
la dentadura, por ejemplo entre mujeres esquimales
(Merbs 1983). Para el caso de grupos de Chile central,
del valle del Aconcagua Oyanedel y Arriagada (2014)
observan una tendencia a la diminución del desgaste
desde el Periodo Alfarero Temprano hacia el Periodo
Intermedio Tardío.
20
Justamente las zonas que presentan diferencias signifi-
cativas corresponden a los molares; esto se condice con
lo observado en este trabajo, donde el desgaste es
menor entre los individuos que adscriben el periodo
alfarero tardío, Aconcagua.
En particular, para grupos Aconcagua, las autoras expli-
can la disminución del desgaste por una dieta mixta, que
se asocia además a la presencia de caries y cálculo. La
muestra analizada en este informe, presenta muy pocos
casos de caries y cálculos dentales, pero podría tratarse
de un sesgo debido al pequeño número de individuos
analizados y al desgaste de las piezas dentales. Apareja-
do al desgaste dental prevalente en toda la muestra, se
suma la presencia de abscesos —infecciosos- en la zona
maxilar para los individuos 6 y 8. El tártaro se observa en
los dientes del individuo 6, todos ellos del polígono 3.
Reforzando lo anterior, cada sujeto con desgaste dental,
presenta uno de sus lados más afectado y con presencia
de osteoartrosis en la ATM correspondiente. Esto sugie-
re además del desgaste natural -asociado al tipo de
dieta- un desgaste relacionado con el uso parafuncional
de la dentadura, es decir con el modo de vida del indivi-
duo. En particular, este desgaste generalizado en la
muestra analizada, podría explicarse tanto por la dieta,
como por la edad. Es así que la mujer joven (individuo 2)
del periodo arcaico tardío presenta un desgaste impor-
tante asociado probablemente al consumo de recursos
marinos y una dieta abrasiva, mientras que, el individuo
8 Aconcagua tardío, presenta un desgaste importante
que puede explicarse por la edad avanzada y también
por la dieta.
Los resultados isotópicos, se condicen con lo esperado
para cada individuo según su adscripción cultural. De
este modo, la mujer del periodo arcaico tardío (indivi-
duo 2) presenta valores dN15 y dC13 que se correspon-
den con valores isotópicos semejantes a los propuestos
para una dieta marina global (Tieszen y Chapman, 1992
en Santana, et al. 2012) y semejante los recursos coste-
ros como moluscos y peces marinos, caracterizados para
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
Chile Central (Falabella, et al. 2007; Falabella y Sanhue-
za, 2010). Cabe destacar que estos valores, principal-
mente del dN15, son superiores a los registrados para
otras poblaciones del periodo alfarero costero en Chile
central, e incluso para algunas muestras del periodo
arcaico costero del sitio Lep-C (Falabella, et al. 2010;
Falabella y Sanhueza, 2019; Swift, et al. 2017), eviden-
ciando así un modo de vida distinto para este individuo,
con una dieta que enfatiza el consumo de recursos mari-
nos y depende en menor medida del consumo de recur-
sos del interior.
Mientras que, el individuo 8 de adscripción cultural
Aconcagua tardía, presenta valores d15N y dC13 seme-
jantes a los descritos para población Aconcagua en la
costa (Swift, et al. 2017; Falabella, et al. 2007; Sanhueza
y Falabella 2010; Falabella y Sanhueza, 2019), una dieta
marina mixta, en donde el enriquecimiento del dC13
podría explicarse por el consumo de maíz (Falabella, et
al. 2007). Respecto de los resultados del dO18 su varia-
ción se corresponde con lo descrito para individuos habi-
tantes de la costa de chile central (Falabella, et al. 2007).
Cabe destacar que todas las muestras de tejido óseo
provienen de huesos largos, por lo que la información
entregada, corresponde a una perspectiva sincrónica en
la vida de los individuos. Profundizar acerca de la
movilidad individual a lo largo del ciclo de vida, asícomo
respecto de eventuales cambios en su alimentación,
requiere ampliar los análisis isotópicos utilizando
esmalte dental, para comparar diferentes momentos en
la vida de un mismo individuo y también entre
individuos correspondientes a las distintas áreas
ocupacionales del sitio del funebria.
Patrones de Actividad física
Se observan una serie de indicadores, relacionados con
la actividad física: patologías articulares y marcadores
musculoesqueletales. Para el caso de poblaciones
pretéritas, tanto las patologías como indicadores
musculoesqueletales hansido relacionados con estilos
21
de vida. Larsen (1997) señala que el estudio de cambios
patológicos y no patológicos a nivel articular y regiones
no articulares relacionadas —marcadores musculoes-
queletales- otorga información acerca de actividades
físicas y trabajo en poblaciones pretéritas. La osteoartri-
tis, definida como cambios degenerativos en superficies
articulares, pese a su etiología multifactorial, se
relaciona con el estrés mecánico y actividad física
(Randin, et al. 1972 en Larsen, 1997). Se espera un cam-
bio en el patrón de actividad física y enfermedades
degenerativas articulares asociado a la transición desde
un modo de vida cazador recolector hacia horticultu-
ra/agricultura (Pinhasi y Stock, 2011; Bolger, 2010). En
particular, Saunier (2000) observa alta prevalencia de
patologías osteoarticulares, como osteoartritis y osteo-
fitos, entre individuos Aconcagua. Estos indicadores se
condicen con lo observado entre los individuos analiza-
dos, pero resultan un tanto inespecíficos pues también
han sido referidos para poblaciones Bato, en la costa de
la misma zona geográfica.
Respecto de los individuos analizados, la presencia de
indicadores de enfermedad degenerativa articular fue
generalizada y debido a limitaciones propias de la mues-
tra, dadas por el estado de conservación deficiente del
tejido óseo, no fue posible establecer diferencias más
específicas.
Para los pocos individuos que presentan marcadores
observables, predominan indicadores que apuntan a un
modo de vida físicamente demandante. Se pueden
interpretar algunas actividades físicas específicas como
movimiento de elevación del brazo dada la marcada
inserción de músculos relacionados con este movimien-
to; marcha en terrenos irregulares interpretadas a partir
de la presencia de indicadores como fractura de meta-
tarsos, inserción del ligamento redondo con signos pato-
lógicos, osteocondritis disecans en acetábulo etc. Ade-
más, se puede sugerir el transporte de carga con el cuer-
po, dada la presencia de osteoartritis en vértebras cervi-
cales y torácicas altas. Fue posible registrar la presencia
recurrente de traumas fracturas reparadas - para los
Abarca,V. y Garceau, Ch.
individuos 5, 6 y 8. Asimismo, estos individuos presen-
tan inserciones musculares y tendinosas marcadas para
los segmentos relacionados con las zonas de fractura
como pie y brazo. Los indicadores de enfermedad dege-
nerativa articular tienden a presentarse en miembro
inferior y vertebras, probablemente asociados con la
respuesta del organismo ante el trauma generado por la
fractura. Asimismo, se observan algunos procesos infec-
ciosos como un absceso en el individuo 3 y periostitis en
tibia entibia para losindividuos 2, 3 y 4.
CONCLUSIÓN
En términos bioarqueológicos, los cuerpos humanos
esqueletizados, no sólo ofrecen una evidencia corpórea
de la existencia humana, sino que también permiten
estudiar el material biológico, que ha sido moldeado a
través de las experiencias culturales de la vida y la muer-
te. Enese aspecto, las modificaciones corporales ocasio-
nadas por factores culturales pueden ser intencionales
o no intencionales; por ejemplo la deformación cranea-
na ocasionada por el uso de cuna, es una decisión cultu-
ral que modifica el cuerpo indirectamente y esto podría
explicar lo observado para el cráneo del individuo 8.
Asimismo, la elección de un determinado modo de pro-
ducción de alimentos, como la horticultura, y las prácti-
cas culturales aparejadas, conllevan procesos de salud y
enfermedad que se reflejan en el crecimiento y desarro-
llo del individuo. Lo mismo sucede con la actividad física.
Esto puede ser vislumbrado en la variabilidad de los indi-
cadores registrados, según el contexto funerario, que
permite inferir distintas adscripciones culturales al
menos entre los individuos del polígono 2 y los polígo-
nos 3 y 4.
En suma, lo que estamos observando en el análisis del
sitio plaza O'higgins de Valparaíso, nos está sugiriendo
que se trata de un lugar recurrentemente ocupado
desde el periodo Arcaico hasta el periodo Intermedio
Tardío, con diversidad de contextos funerarios y perfiles
biológicos. Finalmente, el enfoque biocultural, nos per-
mite entender que las poblaciones pretéritas y actuales,
22
continuamente modifican su ambiente y su propia
biología, con la elección de un determinado modo de
vivir/habitar un territorio. En ese sentido, es importante
comprender que el estudio de cuerpos humanos de
poblaciones pretéritas, es el estudio de nosotros mis-
mos, entendiéndonos mestizos, americanos y habitan-
tes de un territorio desde hace miles de años atrás.
AGRADECIMIENTOS
A Marucela Pizarro, María Antonieta Campano (Antro-
pólogas Físicas) y Valeria Sepúlveda (Conservadora y
Restauradora de Bienes Culturales) por su dedicación
durante el trabajo con los cuerpos humanos.
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24
Una mirada bajo la superficie de Valparaíso...
32 Se - "6058008
[1 Zona de Restricción Arqueológica
|] Unidad de Rescate
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Figura 8. Levantamiento Topográfico Unidades de Rescate.
25
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Abarca,V. y Garceau, Ch.
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Individuo m3
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UNIDAD 44
Detalle Poligono 2
Zona de Restricción Arqueológica
al Unidad de Rescate
CONTENIDO:
Levantamiento
Topográfico Hallazgos
Arquelógicos Mayo 2017
Poligono 2
PO» 0 Toe coroa
e | Estacionarmientos
kh Subterraneos Plaza
Obhiggns - Walparsizo
aries Dare era
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a Pr al
Pacha- 1327051
Figura 10. Levantamiento Topográfico Polígono 2.
26
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | Antropología, pag. 27-48
LA COLECCIÓN RAPA NUI DEL MUSEO DE
HISTORIA NATURAL DE VALPARAISO UNA
MIRADA DESDE LA PERSPECTIVA DE SU
FORMACION
Lilian López Labbé*
RESUMEN: La colección Rapa Nui del Museo de Historia
Natural de Valparaíso *' está compuesta por 319 objetos
culturales donados al museo entre 1915 y 2012, de los
cuales el 96% fue donado antes de 1967, agrupados en
las colecciones etnográfica, bioantropológica y
arqueológica. Más de setenta personas contribuyeron
con la donación de estos 319 objetos. A través de la
presente investigación, se ha podido conocer a
veinticuatro de ellas, encontrando vínculo con la historia
contemporánea de Isla de Pascua en la primera mitad
del siglo XX.
Conocer quiénes fueron los personajes que contribuye-
ron a construir la colección Rapa Nui permite otorgarle
vínculo o sujeción con lo humano, junto con ello, permi-
te comprender que estaba ocurriendo en Isla de Pascua
al momento en que se produjeron las donaciones enri-
queciendo, contextualizando y ayudando a ponerla en
valor. Los objetos cuentan historias y en este caso reve-
lan la historia y desarrollo sociopolítico de Rapa Nui,
antes de abrirse definitivamente al mundo con la llegada
del turismo organizado.
PALABRAS CLAVES: Rapa Nui, manejo colecciones, docu-
mentación, artesanía etnográfica, artesanía.
ABSTRACT: The Rapa Nui collection of the Natural His-
tory Museum of Valparaíso is composed of 319 cultural
objects donated to the museum between 1915 and
2012, of which 96% was donated before 1967, grouped
inthe ethnographic, bio-anthropological and archaeolo-
gical collections. These 319 objects were donated by
more than seventy people. Through this research, we
were able to identify twenty-four of them, and found a
link with the contemporary history of Easter Island on
the first half ofthe twentieth century.
Knowing who's behind the Rapa Nui collection's buil-
ding, allows us to connect the history with the human
aspect, and along with it, improving our understanding
of what was happening on Easter Island at the time
when donations were made, enriching, contextualizing
and helping to put it in value. Objects tell stories, and in
this case, they reveal the socio-political history of Rapa
Nui's development, before it finally open to the world
when organized tourism arrived.
KEYWORDS: Rapa Nui, collection management, docu-
mentation, ethnographic handcraft, handcraft.
*Ingeniera Química. Área Colecciones Patrimoniales y Arqueológicas, Departamento de Ciencias e Investigación, Museo de Historia Natural
de Valparaíso. lilian.lopez4museoschile.gob.cl
“En adelante MHNV.
INTRODUCCIÓN
Antecedentes generales de la colección de objetos patri-
moniales culturales del Museo de historia natural de
Valparaíso.
La colección de objetos patrimoniales culturales a julio
de 2019 está formada por 7.753 piezas las que están
clasificadas en cuatro categorías:
e Colección etnográfica: Con un total de 897 objetos
provenientes de diversas culturas como Costa Rica,
Perú, Venezuela, México, Amazonía, Oceanía, Boli-
via y Chile la que está representada con objetos que
representan a distintos pueblos originarios del país.
e Colección arqueológica de objetos formatizados:
Con un total de 6.479 objetos formatizados, es decir
objetos enteros o parcialmente completos con la
condición de que puedan ser fácilmente reconoci-
dos, en su mayoría provenientes del Norte Grande,
Norte Chico, zona central y Rapa Nui.
e Colección Patrimonio Histórico de Valparaíso: con
un total de 183 objetos esta colección acoge diversos
tipos de objetos provenientes de casas y calles de la
ciudad de Valparaíso.
e Colección Artes populares y artesanía: Con 194 obje-
tos esta colección tiene muestras de artesanía de
Pomaire y Quinchamalí, así como 26 objetos repre-
sentantes del arte de la cerámica perfumada de las
Monjas Clarisas y creaciones artísticas variadas
enmarcadas dentro de la colección Salvador Reyes.
Importante es mencionar que dentro de esta colección
se encontraban veintisiete restos humanos cómo crá-
Lilian López Labbé
neos y momias del Norte Grande que al momento de ser
ingresadas al museo fueron catalogados dentro de los
objetos culturales y se les asignó un número el que fue
consignado en los libros de inventario dentro de la colec-
ción general del área sin embargo, en la actualidad éstos
fueron separados de esta colección y se trasladaron a la
colección bioantropológica la que se ubica físicamente
aislada de los objetos patrimoniales con el fin de adscri-
birnos a los nuevos paradigmas con los que la institu-
ción trata los restos humanos ?.
ANTECEDENTES COLECCIÓN RAPA NUI
La colección Rapa Nui está conformada por 315 objetos
clasificados como etnográficos y arqueológicos
formatizados ingresados al museo desde 1915 a 2012,
de ellos el 96% fue donado al museo antes de 1967. Hay
4 cráneos que ingresaron a esta colección como objeto
cultural, sin embargo, hoy se han separado de la
colección siguiendo los nuevos paradigmas que dicta el
Servicio Nacional del Patrimonio Cultural de Chile con el
fin de darles el estatus de sujeto y ya no de objeto (CDBP,
2018). Estos cuatro cráneos se encuentran a 2019 en
proceso de ser devueltos a la Isla, sin embargo, para
efectos de esta investigación los cuatro cráneos serán
considerados dentro de los análisis lo que completa la
colección a 319 objetos.
Los objetos etnográficos de esta colección suman 183,
elaborados en diversas materialidades como madera,
fibra vegetal en especial mahute, piedra, plumas de
gallina, hueso y conchitas, los cuales corresponden prin-
cipalmente a objetos de artesanía elaboradas a finales
del siglo XIX y primera mitad del siglo XX (Ramírez,
2017), estos objetos también caen dentro de la clasifica-
ción de arte folklórico que según la experta en arte poli-
nésico Adrenne Kaeppler se entienden como “el arte
2 Mayores antecedentes al respecto se pueden encontrar en Protocolo Manejo de Colecciones y Sistemas de Inventario (2018) del Servicio
Nacional del Patrimonio Cultural.
vivo de la comunidad, el cual puede presentar cambio
profundos respecto del arte tradicional y que presenta
rasgos de aculturación” (Torres, 2012). Esta definición se
ajusta y aplica como tal debido a que en la época del pro-
bable tallado de las esculturas en madera de ingresos
más tempranos de esta colección (1915), la Isla ya pre-
sentaba claros rasgos de aculturación principalmente
considerando los raids esclavistas en 1862 y su nefasto
efecto en la población isleña, la influencia de la evangeli-
zación católica (1864 en adelante), la llegada de colonos
extranjeros, y el uso de la Isla como estancia ovejera
(1868 en adelante) y la anexión de la isla a Chile en 1888.
La colección patrimonial arqueológica de objetos forma-
tizados para el caso de Rapa Nui suma 132 piezas y son
principalmente herramientas líticas y pequeños objetos
de hueso como agujas y anzuelos.
Tal como se mencionó anteriormente existen cuatro
cráneos de Rapa Nui que hoy están en la colección bioa-
tropológica los que fueron inicialmente marcados con
los números de inventario 164, 165, 167 y 168, el prime-
ro ingresado al museo en 1925 y donado por el Doctor
Medel o “Dr. Blak” no teniéndose claridad al respecto
según lo que indica su ficha de inventario, el segundo
ingresado en 1932, donado por Jorge Señoret con la indi-
cación de haber sido extraído desde el Ahu Vinapu y los
últimos dos (167 y 168), donados en 1942 por Carlos
Blanc sin indicación de lugar de extracción. Estos crá-
neos fueron considerados dentro de esta investigación
dado que ésta trata sobre las personas que contribuye-
ron a construir esta colección a través de sus donaciones
y no de los objetos mismos.
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
La Colección Rapa Nui es una muestra del cambio y evo-
lución del arte Rapa Nui, encontrándose en ella manifes-
taciones de la estética antigua y moderna (Ramírez,
2017) donde algunos objetos muestran claramente la
señales de la aculturación, mientras otros intentan ser
reproducciones más fieles al arte tradicional.
ANTECEDENTES GENERALES DE RAPA NUI
Rapa Nui o Isla de Pascua?, considerada una de las islas
habitadas más aisladas del mundo está ubicada en el
extremo sur este del llamado triángulo de la Polinesia
conformado por las islas de Hawaii en su vértice norte y
Nueva Zelanda en el vértice sur oeste. Tiene una superfi-
cie de 164Km2 y una altura máxima de 500m.sobre el
nivel del mar (Ramírez, 2017), se encuentra a 3.700 Km
de las costas de Chile y 4.100 km. de Tahiti en la Polinesia
Francesa*(Mapse, 2012).
La historia de Rapa Nui se remonta a unos 2.500 años
atrás cuando los primeros Polinesios comienzan su gran
aventura de colonización, llevando consigo todo lo nece-
sario para su subsistencia en las nuevas islas coloniza-
das, tanto plantas que cumplirian funciones alimenti-
cias, económicas o incluso sólo por su valor simbólico
(Seelenfreund, 2013), así como animales que les sirvie-
ran como fuente de proteínas, incluyendo su estructu-
ra socio política altamente jerarquizada con una ideolo-
gía centrada en el culto a los ancestros (Ramírez, 2017) y
conceptos como el mana expresión de una fuerza espiri-
tual que se encuentra en personas especiales , incluso
después de muertos, y en muchos objetos (Abarca,
2015).
3 Para efectos de esta publicación se utilizará el nombre Isla de Pascua o Rapa Nui indistintamente, existe hoy en día en el parlamento chileno
una discusión que trata de definir el nombre de la Isla como Rapa Nui. En consideración a esto último cuando nos refiramos a la cultura o a las
personas originarias usaremos Rapa Nui.
4 Existen otras islas habitadas más cercanas ubicadas al oeste de Rapa Nui como las Islas Pitcairn, Las Islas Gambier y el archipiélago de las
Tuamotus, sin embargo, no hay conectividad desde Rapa Nui hacia esos grupos de islas debiendo llegar primero a Tahiti para acceder a ellas.
Con el objetivo de resumir la prehistoria de Rapa Nui, los
arqueólogos han definido tres fases principales que la
describen.
1. Fase de poblamiento: Se postulan hoy en día dos
momentos posibles para situar el poblamiento o
colonización de Rapa Nui por parte de los poline-
sios, ellos serían alrededor de 800 d.C. o cerca del
1200 d.C, (Mapse, 2012).
2. Fase Ahu Moai: Es la etapa clásica, cuando la cultu-
ra Rapa Nui alcanza su máximo esplendor, se cons-
truyen los enormes centros ceremoniales conoci-
dos como ahu y se levantan grandes estatuas de
piedra, los moai, esta fase estaría enmarcada entre
el 1000 y el 1.650 d.C. (Ramírez, 2017)
3. Fase Huri Moai: Esla etapa de conflicto entre los
distintos linajes, comienzan a ser derribados los
moai y surge el culto al Tangata Manu u hombre
pájaro, en este período los Rapa Nui muestran su
gran capacidad de resiliencia, enfrentando proble-
mas de subsistencia mediante el desarrollo de nue-
vos sistemas agrícolas y cambios profundos en el
orden socio político e ideológico variando desde
una organización centrada en el culto a los ances-
tros y el poder vitalicio de los jefes a un sistema de
competencia que definiría la elección de un líder
anual (Ramírez, 2017). Esta fase continúa hasta la
llegada de los misioneros católicos en 1864, fecha a
partir de la cual se ha definido el principio de la
historia contemporánea de Rapa Nui.
Con relación al arte Rapa Nui, al igual como sucede en
toda la Polinesia, no es posible concebir el arte por el
arte (Torres, 2012). Es en este contexto donde los obje-
tos creados son poseedores de Mana, no existiendo
separación entre lo material y lo espiritual (Ramírez,
2017), de esta forma todos los objetos en especial los
antropomorfos o que poseen una forma humana, están
Lilian López Labbé
imbuidos de este poder sobrenatural. Torres (2012) defi-
ne cuatro períodos históricos relacionados con la evolu-
ción socio -cultural de Rapa Nui que sirven para
entender el estado del arte Rapa Nui; el primero es el
período clásico que comprende desde el poblamiento
de la Isla con el asentamiento de rey Hotu Matu'a hasta
la llegada de los primeros barcos europeos en 1722; el
segundo comienza con el inicio del contacto de los Rapa
Nui con el mundo occidental y termina con la llegada de
los misioneros en 1864, el tercer período involucra
desde el comienzo de la evangelización y termina con el
inicio de los primeros vuelos comerciales a Isla de Pas-
cua en 1967 y el cuarto período comprende desde ésta
fecha hasta el presente.
RAPA NUI Y SUS PRIMEROS CONTACTOS CON
OCCIDENTE
En 1722 Rapa Nui es descubierta para el mundo occi-
dental por el navegante holandés Jacob Roggeveen un
día de Pascua de Resurrección, debiendo a este hecho el
nombre con el que hasta hoy se la conoce Paaseiland en
holandés o Isla de Pascua en español. Posteriormente a
este hecho es visitada por tres expediciones europeas;
la española al mando de Felipe González de Haedo en
1770, la inglesa dirigida por el Capitán James Cook en
1774 en el contexto de su segundo viaje de exploración y
la francesa al mando del Conde La Pérouse. Estas expe-
diciones la sitúan a nivel mundial como un lugar habita-
do por una comunidad polinésica y por grandes monu-
mentos (ahu/moai) (Foerster, 2012) lo que despierta el
interés de las grandes potencias de la época en visitarla.
Durante el siglo XIX visitan la isla al menos unos 70 bar-
cos algunos con diferentes grados de interés científico
de exploración, otros motivados por intereses comer-
ciales como barcos balleneros que llegan a la isla bus-
cando abastecerse de víveres o agua, incluyendo tripu-
lación y comercio sexual, cometiendo todo tipo de
30
excesos en sus rutas de caza de ballenas, hechos amplia-
mente documentados para el caso de las Islas de la
Sociedad o Las Marquesas, para el caso de Isla de Pas-
cua queda en la historia la goleta Nancy (Foerster,
2016).
Las expediciones científicas de finales del siglo XIX dejan
interesantes testimonios de la vida en Isla de Pascua de
la época y muestran a través de sus notas y dibujos parte
de la cultura antigua sin embargo, también se llevan
consigo todo tipo de objetos propios de la cultura Rapa
Nui, como moai de madera, tablillas rongo rongo, figu-
ras elaboradas en tapa (fibra de mahute) herramientas
de piedra y hueso, asícomo algunos emblemáticos moai
representantes de la escultura megalítica como el moai
Hoa Haka Nana la, extraído en 1868 desde la aldea cere-
monial de Orongo y llevado a Inglaterra por el barco de
guerra inglés Topaze, actualmente se encuentra en exhi-
bición en el Museo Británico en Londres y es objeto de
negociaciones para ser repatriado, o una cabeza de moai
extraída del ahu O'Rongo llevada a Francia en el barco
francés “La Flore” en 1872. Asícomo éstos, hay numero-
sos objetos del arte Rapa Nui antiguo en diferentes
museos de Europa, América y Oceanía, como también
en colecciones privadas. En Chile la Corbeta O'Higgins
llega a la Isla en 1870 para realizar una exhaustiva ins-
pección del territorio, en la que llevan consigo un moai,
dos tablillas y un bastón rongo rongo entre otros objetos
los que son entregados al Museo Nacional de Historia
Natural en Santiago. En 1992 Piru Huke lleva a cabo un
proyecto llamado Kimi Ma'ara o te Tupuna Maori Rapa-
Nui donde recopila inventarios de las colecciones de
objetos Rapa Nui dispersos en el mundo (Huke, 1992).
1862 tiene una relevancia especial en la historia de Rapa
Nui, lamentablemente por uno de los hechos más catas-
tróficos que pudo vivir. En diciembre de ese año, llegan
siete barcos provenientes del puerto de Callao en Perú
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
que por medio de la fuerza y el uso de armas de fuego
extrae de la isla unas doscientas personas de una vez
matando a otras tantas. Se calcula que entre 1862 y
1863 unas mil quinientas personas fueron llevadas con-
tra su voluntad al puerto del Callao (Maude, 1981) entre
los que se encontraban jefes, sacerdotes y reyes, la
mayoría muriendo por las enfermedades y los trabajos
forzados.
Ante reclamos de parte de la comunidad internacional al
tanto de los raid esclavistas producidos en Polinesia y en
Isla de Pascua se permite que un centenar de sobrevi-
vientes vuelva a la isla, sin embargo, apenas cerca de
quince personas lo lograron, (Ramírez, 1988) lamenta-
blemente llevando consigo la epidemia de viruela y
tuberculosis lo que comienza a producir una gran mor-
tandad en Rapa Nui. En este contexto en el año 1863, el
Padre Pacomio Oliver, Provincial de la Congregación de
los Sagrados Corazones en América, asentados en Tahiti
emprende la misión evangelizadora sobre Isla de Pas-
cua, la que no se puede concretar, ante esta situación el
Hermano laico Eugenio Eyuraud se ofrece para ir solo
con el objetivo de “explorar el campo y prepararlo para
los misioneros” (Edwards, 1918) llegando el 3 de enero
de 1864.
En 1866 se instala oficialmente la misión católica con la
llegada del padre Roussel y tres nativos de Mangareva,
un año después llegan el padre Gaspar Zumbohm y el
hermano Teodulo Escolán a instalar otra misión católica
en la Isla, produciéndose diferencias entre ambos sacer-
dotes, ya que el padre Roussel consideraba que todos
los artefactos que unieran al Rapa Nui con su antigua
cultura atrasaba la conversión de éstos al cristianismo
(McCall, 1976) quemando en este contexto muchas de
la tablillas rongo rongo. En 1868 se instala en la Isla un
comerciante francés quien comienza con la crianza de
ganado, en el mismo año la epidemia de tuberculosis era
31
tan fuerte que según el padre Zumbohm en dos meses
ya había enterrado a 37 personas de ambos sexos (Map-
se, 2007). En 1871 quedan en la isla sólo 111 personas,
muchos habían muerto por las enfermedades, otros
migraron hacia Tahiti y Mangareva con los misioneros
que debieron dejar la isla por graves conflictos con el
colono francés Jean Baptiste Onesime Dutrou Bornier
quien había comenzado el negocio ganadero, otros
dejan la Isla para ir a trabajar a Tahiti en las empresas de
Bornier y susocio Brander.
Según Torres, (2012) esta sería la década donde se ter-
mina de institucionalizar el arte Rapa Nui como un bien
de intercambio, debido principalmente a la desacraliza-
ción de éste por la influencia de los misioneros católicos
y el arribo del tahitiano Ari'i¡ Paea Salmon quien vino a
hacerse cargo de la estancia ovejera luego de la muerte
de Bornier y que fomentó el tallado de réplicas repre-
sentantes del arte antiguo con el fin de comercializarlas
(Torres, 2012).
MATERIALES Y MÉTODO
Para realizar esta investigación se utilizó la base de datos
de colecciones patrimoniales de objetos culturales, en
especial la colección Rapa Nui.
En primer lugar, se hizo una revisión completa de toda la
documentación sobre la colección Rapa Nui, con el
objetivo de recopilar la mayor cantidad de información
acerca de las personas que donaron los objetos, lo que
se consignó posteriormente en una tabla resumen, se
revisaron los siguientes documentos:
e Librodeinventario 1962
e Librode Obsequios
e Fichas
e LibroRegistro Central de objetos
e Librodeinventario
Posteriormente se hizo una revisión de fuentes escritas
Lilian López Labbé
con el objetivo de realizar una breve cronología de la
historia contemporánea de Rapa Nui para
contextualizar a los donantes de la colección,
considerando desde la anexión de la Isla a Chile en el año
1888 hasta el comienzo del turismo organizado en 1967,
período donde se encuentra el mayor número de
donaciones a la colección.
RESULTADOS
Análisis de datos
La información contenida en la base de datos más la
información recopilada de libros de registro y fichas fue
resumida en la tabla 1, la cual está ordenada por año de
donación y muestra la cantidad de objetos totales
donados ese año, el nombre de quien hizo la donación y
cuantos objetos donó, además de la información que se
pudo obtener en la primera revisión.
De los 319 objetos que componen esta colección, 59 no
indican año de ingreso y 101 no indican nombre del
donante, consignándolos en la base de datos como “sin
información”, por lo tanto, sólo existen 218 objetos
asociados a un donante en específico.
Como se aprecia en la tabla 1 hay una donación
relativamente sistemática desde 1915 a 1969, luego de
esto hay un gran salto de casi 30 años en que no se
registra ningún ingreso a esta colección, sólo en 1996 y
1997 la Sra. Ulda Ramírez dona 9 collares de conchitas y
el Sr. Héctor Rozmín dona dos moai de madera.
Pasan casi 20 años más y el Sr. Gustavo Mercado dona en
2004 un bastón de madera quebrado, el 2012 la
entonces Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos
(DIBAM) compra en la tienda de Silvia Oblinovic una
máscara de madera para reemplazar un objeto similar
que fue extraviado en la exposición Kuhane Rapa Nui
exhibida en el Centro Cultural Palacio La Moneda en
2009.
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
Tabla 1: Primera recopilación de antecedentes de las personas que donaron objetos a la colección Rapa Nui del MHNV. Información obtenida
desde fichas, libros de registro e inventario.
ni? Nombre de donante Objetos/ Información asociada en fichas y
objetos donante libros de registro e ingreso
eme A
Guardia Marina de la Baquedano [2
Sr Ramirez A BuqueEscuela Baquedano
Carlos Yanquez |
a po]
lgenacio Vives Solar
Sin información
Gómez Carreño
Comandante Larenas Comandante
Sin información
Guardia Marina de la Baquedano
Natalio Wiengang
Julio Bañados
Sin información
Juana Toro Méndez
Alfredo Gunther
Sin información
Sin información
Sin información
Dr. Medel
Sin información
Dactor
Sin información
Tomás Sepúlveda Capitán de Corbeta
Sin información
Sin información
Danilo Bassi Contralmirante
A]
3
PA
ul
Jorge Señoret
3 Danilo Bassi 2 Comandante
arg Ayala
3 Damilo Bassi Comandante
(ars a PR
10 | Pacomio [9 NativodelsladePascua
A O E
RR) RA|A|R)
Ed
1920
a
1923
Sd
Joa]
1929
1931 |
il
Lilian López Labbé
Año N Nombre de donante Objetos! Información asociada en fichas y
ingreso objetos donante libros de registro e ingreso
ss | 3 | "Eta [14
Abraham Cabrera TE
1937 tus Espinoza Casas A
— Mberto Andrade 1 Capitánde Corbeta
mes Carefo
tormes A
Domingo Fuenzalida
Sra. Moss A e
Vicente Harare A
Fm Gutlérrez A
iminfarmación A
sra. Cohen de Naranjo BO
treo Zúñiga IA
7 [hilo Balas
A
Carlos Blame AA Dar
Maio A A AAA
DEIA AS
AOS E
AAA A
TA
oca Peralta A
im imformación JO
Federico Felbermayer A
—osérlores 23 TenientedeMarina
1948 E
A
Federico Felbelmayer |
—Simimformación
549 1 | lorge Duarte Mesías [A
A 1
e]
Sin información
a Sin información INPESN
rr!
Jorge Pérez A TemienteComtador |
Nina Ovalle Escobar Encargada inventario MHNV,
desde 1968 se convierte en
Directora del MHNWV
34
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
Nombre de donante bj Información asociada en fichas y
libros de registro e ingreso
O A
Fi Bertomi Nuñez [A
———Siminformación E
1 as e JT A
Omar WolfBrava 2]
E
ohm Siler
Padre Sebastián Englert | 28]
— Simimfarmación Bl
DJS E
Li HE
Dr. Nomfglia TL or
Sra: Matte de Valenzuela 2
CruzatReyes A] if dePlaya Ancha |
Ma. Eugenia Arredondo Gallardo | 4
— iminformación 2
Benjamín Subercaseaux A
Familia González 1 [O DePlaya Ancha
ts Reyes A o]
—— MaxPuelma Bunster E
sra, Cecilia Sierra de Villalobos | 5]
imitación AL
Freddy Farfán BL
Sarge Bewensse A
—— Martín Gómez Díez] 2] Sargento 2 enfermero
COMME 200 TS E TE USA
ase] [iron de bastó |
1963 Po uisAros |. A | Teniente de Marina “El Pinto”
Mi a aaa
1967 Mesas a John Juger Silver [37] Director del le Da entre 1910 y
Moisés Chinhila [A
[Io TRA
AN
III E
A — Dibam Objeto comprado en tienda Silvia
Oblinovic
A
Aa ali ana alu|ajen
35
Dado que el 96% de los objetos fueron donados antes de
1967, fecha en que comienza el turismo organizado
hacia Isla de Pascua se considerará esta fecha para finali-
zar la cronología que contextualiza esta investigación.
Rapa Nui, breve cronología entre 1888 y 1967
Para tener claro el contexto en que se producen, tanto el
desarrollo del arte y la artesanía de Rapa Nui, como las
donaciones de piezas Rapa Nui al MHNV, se presenta
una cronología resumida de los principales aconteci-
mientos que sucedieron en Isla de Pascua durante el
período entre 1888 y 1967.
En 1888 el marino chileno Policarpo Toro toma posesión
de la isla para Chile a través del Acuerdo de Voluntades.
Luego de algunos intentos fallidos de colonización en
1895 el fisco arrienda los terrenos y edificios que Chile
había comprado a la Misión Católica y se los entrega en
arriendo por 20 años a Enrique Merlet, nuevo dueño de
la empresa ganadera de Brander-Bornier después de la
muerte de Bornier. Al año siguiente el gobierno nombra
al administrador de esta empresa ganadera “Sub dele-
gado marítimo de Isla de Pascua” convirtiéndose por
este acto en el representante del estado de Chile en Isla
(McCall, 1997).
En mayo de 1900 hace escala en la Isla el buque chileno
“Corbeta General Baquedano” en su primer viaje de
instrucción, su capitán Arturo Wilson informa al gobier-
no sobre los abusos cometidos contra los Rapa Nui sin
embargo, dos años más tarde el comandante de la
Baquedano Basilio Rojas firma un “Bando” o reglamento
en el que deja casi con autoridad absoluta al administra-
dor de la empresa ganadera en su calidad de “Subdele-
gado Marítimo”, debiendo responder sólo a los coman-
dantes de los buques chilenos que visitaran la isla (Map-
se, 2007).
Lilian López Labbé
En 1903 la sociedad llamada “Compañía Explotadora de
Isla de Pascua” formada por capitales mayoritariamente
anglo escoceses a través de Willamson €: Balfor conti-
núa con la explotación ganadera de la isla por casi cin-
cuenta años hasta 1952.
En este contexto la isla se mantiene arrendada a una
compañía extranjera donde su administrador también
es el representante del estado a través de la figura de
Subdelegado Marítimo, casi con poderes absolutos
sobre los Rapa Nui. En otro ámbito la mantención de la fe
católica, está encomendada a catequistas Rapa Nui for-
mados por los misioneros en Tahiti y Mangarareva con
algunas visitas esporádicas del padre Roussel, Recién en
1911 en un nuevo viaje de la corbeta Baquedano? el
capellán de la Armada de Chile Zósimo Valenzuela, inau-
gura la tuición espiritual de la Vicaría Castrense, desde
ese momento en cada viaje de la Baquedano llega un
sacerdote a dar asistencia espiritual a los Rapa Nui, cele-
brando misa, bautismos y matrimonios además de
visitar a los enfermos y llevar obras de caridad.(Mapse,
2007).
El administrador de la compañía explotadora Henry
Percy Edmunds, quien llegó a la Isla en 1906 activa la
producción de arte Rapa Nui para intercambio. Sumado
a esto la llegada de los barcos chilenos aumenta la mer-
cantilización del arte para ser vendidos o intercambia-
dos con los marinos produciendo cambios en la estética
y calidad de los objetos ya se comienzan a producir obje-
tos que fueran más del gusto de los nuevos consumido-
res (Metraux, 1971).
En 1914 María Angata Veritahi una anciana rapanui que
había sido entrenada por los sacerdotes misioneros en
la isla de Manarareva lidera espiritualmente una revuel-
ta en contra de la compañía explotadora, según el histo-
riador rapanui Cristian Pakarati Moreno este fue un
> Se suponía que estos viajes deberían haber sido anuales, sin embargo, a veces “La Baquedano” podía demorarse hasta dos años en visitar la
isla.
evento colosal para esta pequeña isla del Pacífico con
una población de apenas 260 personas de la cuales la
mitad eran niños Angata y unos veinte isleños adultos
consigue el apoyo mayoritario de la comunidad rapanui
y ponen en jaque el poder colonial que la regía. (Foerster
y Moreno, 2016)*.
Para Pakarati son tres los ejes que la explican; soberanía,
tierras y animales. En los primeros días de esta revuelta
Daniel Teave el yerno de Angata envía una carta al admi-
nistrador de la “Compañía” Henry Percyval Edmunds
que expresa gráficamente el concepto originario y fun-
damental de la revolución cuyo original se ha perdido
pero que fue publicada por Routledge en 1919 y que es
transcrita en Foerster y Moreno 2016 página 46.
“30 de junio de 1914
“Señor Ema Mataveri
En este momento le declaro a Ud. Transcurrido un tiem-
po le declaramos a Ud. Lo que hablamos el día de hoy,
pero deseamos tomar todos los animales en el campo y
todas nuestras posesiones que se encuentran en sus
manos el día de hoy. Eneriki Merlet (sic) está acabado
pero ahora ya nada existe en sus manos, porque Uds.
Sabían que todos los animales y la hacienda del campo
nos pertenecen. Nuestro Obispo Tepano (Jausesen) nos
lo dio originalmente. Y nos los dio en verdad y justicia.
Hay también, otro asunto: Estos pocos animales que se
encuentran frente a Ud. Son para que Ud. Los coma. Hay
también otro asunto: Mañana iremos al campo a tomar
algunos animales para un banquete. Dios a nuestro
favor, en verdad y justicia. Hay también, otro asunto,
pero nosotros no comprendemos bien quien le dio los
animales a Merlet, ni tampoco quien le dio la tierra
porque no es más que un gran robo. Ellos tomaron nues-
tras propiedades y no nos dieron nada pro la tierra: ni
dinero, ni mercancías, ni ninguna otra cosa. Jamás se los
dimos a ellos.
Ahora sabes todo lo que es necesario.
Tuamigo
Daniel Antonio,
Hanga-Roa”
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
Luego de un mes y medio de la revuelta todo termina
abruptamente con la llegada del buque escuela Baque-
dano (la que según un sueño de Angata se había hundi-
do). El Capitán Escobar le da la razón a los isleños y se
emite informe donde se relata la mala situación en que
se encontraban los isleños y la Armada de Chile decide
quitarle el poder de la administración estatal al adminis-
trador de la “Compañía” y se le da el cargo de Subdele-
gado Marítimo al profesor José Ignacio Vives Solar,
quien viajaba a Rapa Nui para fundar la escuela prima-
ria. De esta manera el estado se separa de la Compañía
explotadora.
En 1916 por Decreto Supremo 444 la Isla pasa a depen-
der del Ministerio de colonización, como subdelegación
del Departamento de Valparaíso, el mismo año llega a la
Isla en la Corbeta Baquedano el Obispo Monseñor
Rafael Edwards, Vicario Castrense, junto al P. Zósimo
Valenzuela, permanecen tres semanas en las que cele-
bran misa, bautismos, matrimonios, etc. A su regreso al
continente inician una enérgica campaña en defensa de
los derechos de los rapanui en oposición al trato que la
“Compañía” daba a sus trabajadores. Las acciones del
obispo Edwards logran que se caduque el contrato de
arrendamiento a la compañía explotadora, se forma una
comisión cuyo objetivo es estudiar los problemas jurídi-
cos y administrativos de la isla y proponer medidas para
salvaguardar los intereses fiscales y mejorar las condi-
ciones de vida de los isleños (Mapse, 2007).
En 1917 por Ley 3.220 la Isla pasa a depender de la
Dirección del Territorio Marítimo, quedando sometida a
las autoridades, leyes y reglamentos navales. El mismo
año llega para tomar el cargo de Subdelegado Marítimo,
oficial de registro civil y profesor el ex jefe de poli-
cía Exequiel Acuña y sin que haya funcionado aún la
Cristian Moreno Pakarati cambia sus apellidos a Pakarati Moreno con posterioridad a la edición del libro citado, para efectos de la cita se
respetan los nombres de los autores tal y como están en el libro More Manva sin embargo, cuando dentro del texto de este artículo se hable del 37
Comisión, el Ministro de Relaciones Exteriores redacta
un arreglo provisorio en el cual se indica que la “Compa-
ñia” se “mantendrá en posesión de la Isla y del ganado
existente en ella” (Mapse 2007). Este arreglo, llamado
“Temperamento Provisorio”, permanece vigente por
más de 10 años y resulta ser más beneficioso para la
compañía que para el fisco, ya que ni siquiera tenía la
obligación de “pagar una renta fija, introducir mejoras,
ni ceñirse a un plan determinado, ni obligarse a mejorar
la condición social de los nativos” (Vergara, 1939).
Monseñor Rafael Edwards continúa sus esfuerzos en
contra de la Compañía Explotadora, se crea una nueva
comisión que propone mediante oficio enviado al Minis-
tro de Marina que el gobierno ordene la inscripción de la
isla a nombre del Fisco de Chile, lo que finalmente ocu-
rre en noviembre de 1933.
En 1935 por Decreto N*103 del Ministerio de Tierras y
Colonización se crea el Parque Nacional Isla de Pascua,
con el objetivo de controlar la salida de piezas arqueoló-
gicas y proteger el toromiro (Ramírez, 2006), el mismo
año se declara a la Isla Monumento Histórico y la Corbe-
ta General Baquedano hace su último viaje de instruc-
ción durante el cual visita la Isla, antes de ser dada de
baja. (Nebel, 1980).
En el marco de una expedición científica patrocinada por
la recién formada “Comisión de estudios sobre Isla de
Pascua” dependiente de la Universidad de Chile llega el
misionero capuchino de la Araucanía Sebastián Englert
junto al naturalista y futuro director del Museo Nacional
de Historia Natural, Humberto Fuenzalida. Englert,
quien debe estudiar la lengua Rapa Nui se dedica al
mismo tiempo a prestar servicios como sacerdote aten-
diendo a una petición especial del obispo Edwards pre-
vía autorización del Vicariato de la Araucanía.
7Museo Antropológico P. Sebastián Englert. www.museorapanuil.cl
Lilian López Labbé
A pesar de que su estadía debía ser de 2 meses se queda
dos años en la Isla estudiando el idioma y ejerciendo
como sacerdote. En 1937 gracias a las acciones de Mon-
señor Edwards, la Isla pasa a depender eclesiásticamen-
te del Vicariato de la Araucanía, en este contexto el
Padre Sebastián vuelve a la Isla como primer párroco
residente, quedándose en ella hasta su muerte en 1969,
tiempo durante el cual se dedica a estudiar la lengua y la
cultura Rapa Nui además de ejercer como sacerdote,
fue un hombre de gran influencia tanto para los habitan-
tes de la Isla como para los investigadores que llegan a
ella para estudiar su cultura, creador del primer museo
en Rapa Nui, su colección es la base fundacional del
museo actual de Isla de Pascua” el cual lleva su nombre.
(Moreno Pakarati, 2012).
En 1936 después de varios intentos de la “Compañía
Explotadora de Isla de Pascua” por revertir el fallo
donde se aprobaba la inscripción de la totalidad de la
Isla a nombre del Fisco chileno, se cede nuevamente en
arrendamiento la Isla a la Compañía Explotadora por 20
años más (Vergara, 1939).
El mismo año la Isla pasa a depender de la Dirección del
Litoral y de Marina Mercante de la Armada y en un
intento por regular las operaciones de rutina de la Com-
pañía, la Armada redacta un reglamento de vida y traba-
jo para los isleños, en base al Reglamento naval vigente.
En 1938 llega el doctor Alvaro Tejeda, oficial de la Arma-
da que asume como “Jefe Militar” de la Isla, en los años
siguientes la Armada comienza a tener un rol preponde-
rante en el desarrollo social de la Isla, instalando una
radio estación, y una posta médica además de tener
marinos destacados permanentemente en la isla en los
cargos de jefe militar, enfermeros navales, entre otros
(Mapse, 2007).
38
La década de los 40' del siglo XX, se caracteriza por las
“fugas” o escape de varios grupos de rapanui que en sus
intentos por salir de la Isla se aventuran en precarios
botes o escondidos en buques de la Armada que más
frecuentemente visitan la Isla. Varios de estos escapes
tienen fatales consecuencias, sin embargo, muchos de
ellos luego de largos y agotadores días en alta mar
logran llegar a Chile o a la Polinesia. Estas fugas conti-
núan hasta finales de los 50' (Mapse, 2007).
En 1947 se crea en Valparaíso la Sociedad Amigos de Isla
de Pascua, en adelante SADIP, encabezada por el Inten-
dente de Valparaíso Humberto Molina Luco, junto a
Federico Felbelmayer y Dora Martin, con el objetivo
principal de promover el progreso de Isla de Pascua y sus
habitantes. Dentro de su programa de trabajo destaca a)
la total extinción del mal de Hansen (lepra), b) abasteci-
miento de agua potable y luz eléctrica para la población,
c) construcción de una nueva escuela y 4) reforestación
de la Islaé. Posteriormente en sus estatutos también
incluyen “conseguir que en algún momento se les pueda
dar “la plenitud de deberes y derechos ciudadanos” (Ba-
rahona, 1951). En este contexto la SADIP juega un rol
preponderante en la historia contemporánea de la Isla,
consiguiendo becas para que algunos estudiantes desta-
cados puedan continuar sus estudios en el continente.
Logran además que desde 1952 lleguen a la Isla médicos
residentes los que son reemplazados cada dos años,
además de construir un nuevo leprosario y comenzar el
tratamiento sistemático de la lepra (en 1986 el Ministe-
rio de Salud declara que la enfermedad ya no es un peli-
gro para la sociedad), en general esta sociedad aportó
de manera importante en muchos avances y ayuda para
la Isla y sus habitantes (Haoa,2016). El Dr. Camus Gun-
dián también socio de la SADIP, se encarga de crear una
sección de ésta en Santiago la que en 1950 tenía uno 300
socios la que tiene una orientación más política con una
crítica más directa a la labor de la CEDIP y sutrato a los
8 En https://moevarua.com/la-sociedad-de-amigos-de-isla-de-pascua/
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
habitantes de la Isla (Foerster, 2015). La sección de Val-
paraíso llego a tener unos 600 socios (Sociedad Amigos
de Isla de Pascua, 1950).
En 1951 el comandante Roberto Parragué, de la Fuerza
Aérea de Chile, une la cuidad de La Serena con la Isla en
19 horas y 22 minutos de vuelo al mando del hidroavión
Catalina “Manutara”. Debido a los fuertes vientos al
momento del despegue el avión sufre graves daños y
debe mantenerse en la Isla, unos meses después es
desarmado para ser enviado de vuelta en un buque de la
Armada (Parragué, 1951). En 1959 el comandante
Parragué realiza un segundo viaje a Rapa Nui, esta vez
en otro avión Catalina bautizado como Manutara ll.
En 1952 después de varias gestiones de la Sociedad
Amigos de Isla de Pascua filial Santiago, el Gobierno
pone fin a la concesión de la Isla a la Compañía Explota-
dora de Isla de Pascua a partir del 1 de diciembre de
1953, por incumplimiento de contrato (Carpeta año
1952, antecedentes Armada de Chile).
En 1953 por Decreto Supremo N*1731 del 7 de septiem-
bre, Rapa Nui queda bajo la tuición exclusiva de la Sub-
secretaría de Marina y la Armada se hace cargo de los
bienes de la Compañía. En 1955 la administración de la
Isla pasa a la Comandancia de la Primera Zona Naval,
quien designa un Jefe Militar con funciones de Juez, Ofi-
cial de Registro Civil, Notario, Conservador de Bienes
Raíces, Capitán de Puerto y responsable del orden públi-
co y servicios públicos (Mapse, 2007).
En 1955 el aventurero noruego Thor Heyerdahl llega a la
Isla encabezando una expedición científica acompaña-
do por cuatro arqueólogos profesionales; Edwin Ferdon,
Arne Skóalsvold, Carlyle Smith y William Mulloy, unién-
dose a ellos el estudiante chileno de arqueología Gonza-
lo Figueroa, quien fue nombrado por el Gobierno de
Chile comosurepresentante.
39
Se quedan cinco meses y hacen importantes descubri-
mientos, excavan varios sitos y proponen la primera cro-
nología de la Isla, re-erigen el moai de Ahu Ature Huki en
Anakena en conjunto con un grupo Rapa Nui. En 1957
Heyerdahl publica su famoso libro Aku-Aku donde narra
sus aventuras en la Isla, libro que se convirtió en éxito de
ventas en el mundo occidental y que genera un interés
mundial por conocer Rapa Nui. Posteriormente publica-
rá a nivel científico en conjunto con los miembros de su
expedición los libros “Report ofthe Norwegian Archaeo-
logical Expedition to Easter Island and the East Pacific”
Vol | y ll en 1967 y “The Art of Easter Island” en 1976.
William Mulloy vuelve a la Isla en diversas oportunidad
aprovechando sus años sabáticos para continuar investi-
gando la cultura antigua de Rapa Nui, junto a Gonzalo
Figueroa restauran el Ahu Akivi y el Ahu Vaiteka en 1960,
inician el primer programa de investigación y restaura-
ción, realizan trabajos de reconocimiento en el Ahu Ton-
gariki fuertemente dañado por el maremoto producido
luego del devastador terremoto ocurrido en el sur de
Chile ese mismo año, ambos investigadores siguen
íntimamente ligados a la historia e investigación de la
Isla. La biblioteca especializada del Museo Antropológi-
co P. Sebastián Englert? de Isla de Pascua lleva el nombre
del arqueólogo estadounidense William Mulloy, quien
poco antes de su muerte decide donar a la isla toda su
biblioteca además de notas de campo, trabajos de inves-
tigación y fotografías de sus investigaciones y restaura-
ciones las que hasta el día de hoy son una importante
fuente de conocimiento para todos aquellos que desean
conocer más acerca de Isla de Pascua y la cultura Rapa
Nui.
En 1957 la Sociedad Amigos de Isla de Pascua con ayuda
del Ministerio de Educación, consiguen 10 becas de estu
? Biblioteca William Mulloy. Museo Antropológico P. Sebastián
Englert (MAPSE).
Lilian López Labbé
dio en el continente para los 10 mejores alumnos de la
Isla.
Este grupo, más otros que posteriormente llegan a estu-
diar al continente vuelven a la Isla ejerciendo cargos de
influencia tanto en su devenir político-administrativo
como en el ámbito educacional, ejemplo de ello son
Lucía Tuki Make quien llega a ser Alcaldesa de la Isla,
Emilia Paoa Cardinali se convierte luego en directora de
la escuela y Alfonso Rapu profesor normalista quien vuel-
ve a la isla en 1964 encabeza una rebelión que en pala-
bras del investigador Rolf Foerster redefine el vínculo
colonial del Estado de Chile con Isla de Pascua y sus habi-
tantes y como consecuencia inmediata destaca el paso
desde la administración militar (ejercida por la Armada
de Chile con el poder casi absoluto sobre la Isla) a la admi-
nistración civil; la creación del municipio, cuyo alcalde
electo por la comunidad (que por primera vez sucede)
será el líder de la rebelión; la Ley Pascua y la llegada masi-
va de continentales que deben hacerse cargo del funcio-
namiento del Estado en la Isla (Foerster, 2016).
En este contexto recién en 1966, los rapanui son recono-
cidos como ciudadanos chilenos entregándoles por pri-
mera vez una cédula de identidad.
El mismo año llega al aeropuerto de Mataveri el primer
vuelo experimental de Lan Chile, piloteado por el
comandante Parragué, se crea el Departamento de Isla
de Pascua y la CORFO”? queda a cargo de la producción
de electricidad, agua potable, el muelle y el fundo Vaitea
centro de la explotación ganadera de la ex Compañía
Explotadora de Isla de Pascua. Nombran a Alfredo Tuki
Pate como el primer secretario de la recién creada
gobernación y se crea el Parque Nacional de Turismo Isla
de Pascua con 6.977 hectáreas (Mapse, 2007).
Disponible en: https://www.museorapanui.gob.cl/sitio/Secciones/Biblioteca-William-Mulloy/
1 Corporación de fomento de la producción
Alañosiguiente, en 1967, llega el primer grupo organiza-
do de turismo a través de la agencia norteamericana
Lindbland Travel quienes arriendan un avión de Lan
Chile para cubrir la ruta entre Santiago e Isla de Pascua,
el vuelo demoraba 10 horas.
Resultados de la revisión bibliográfica relacionada con
las personas que contribuyeron a armar la colección
Rapa Nui ordenada alfabéticamente.
Como ya ha sido mencionado, este análisis deriva de la
información encontrada en los libros de registro del
MHNV, la bibliografía consultada, y el aporte del Doctor
en antropología y autor de numerosos artículos y libros
sobre Rapa Nui, Rolf Foester.
e Andrade Alberto: Capitán de corbeta. Dona 1 obje-
to en 1937.
e Aros, Luis: Teniente de Marina del Transporte Pin-
to. Dona 1 objeto en 1963.
e Bassi,Danilo: Contraalmirante, fue capitán del
Maipo en 1937, llegó a ser Director de la Escuela
Naval durante el año 1942". Dona 7 objetos en
1931 y 1933.
e Blanc,Carlos: Doctor y cirujano en 1947. Dona
15 objetos en 1942 y 1943.
e Cabezas, Roberto: Dona dos objetos en 1934 inclu-
yendo una pieza recuperada de la expedición fran-
co-belga de 1934 (Ramírez, 2016), deja importan-
tes fotografías de los habitantes de la Isla de época,
las que se pueden encontrar en el archivo fotográfi-
co del Museo Antropológico P. Sebastián Englert de
Isla de Pascua.
1 Memoria de Marina vol. 71.
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
Englert, Sebastián: Sacerdote capuchino ejerce
como primer párroco residente desde 1937 hasta
su muerte en 1969, destaca por sus estudios sobre
la lengua rapanui, la que llegó a dominar. En su
esfuerzo por conservar la cultura, publica entre
varios libros “La Tiera de Hotu Matu'a” texto que
sigue siendo la principal fuente de información
general sobre la cultura Rapa Nui en idioma caste-
llano. Ejerce gran influencia tanto en la vida cotidia-
na y espiritual de los Rapa Nui, asícomo en la inves-
tigación sobre la cultura Rapá Nui. Dona 32 objetos
en los años 1956 y 1957, entre los que se encuen-
tran muestras de madera y roca volcánica, herra-
mientas líticas, objetos de hueso y muestra de
textiles de mahute (fibra vegetal).
Felbelmayer, Federico: Fundador de la Sociedad
Amigos de Isla de Pascua en 1947 junto al intenden-
te de Valparaíso Humberto Molina Luco, estudioso
de la cultura Rapa Nui realizó importantes grabacio-
nes de audios y mantuvo una interesantes colección
de fotografías que se encuentran en el Museo Fonck
de Viña del Mar. Dona 17 objetos en 1947, 1948 y
1956 entre los que se encuentran herramientas líti-
cas, Objetos de madera y textiles de mahute, así
como objetos de hueso.
Flores, José: Teniente de Marina. Dona en 1947
veintitrés objetos entre los que destacan trajes de
mahute, coronas de plumas, objetos de madera y un
reimiro con dos caras delicadamente talladas (Ramí-
rez, 2016). En la bibliografía revisada se encontró a
un Julio Flores que vivió en la Isla en la década de los
40, Teniente de Marina y odontólogo, permaneció
allí durante dos años, asu regreso escribe el libro “Te
Pito te Henua” donde describe la Isla de Pascua de la
41
época y tiene un extenso capítulo dedicado a la lepra.
En el marco de esta investigación no se pudo deter-
minar con certeza si se trata del mismo personaje
Julio o José, sin embargo, dada la cantidad de objetos
que dona, la naturaleza de ellos y la conside-ración
de que ambos son Teniente de Marina, hace pensar
que José Flores no pudo haber estado horas o pocos
días, considerando el tiempo en que se quedaban los
barcos de la Armada. De acuerdo a esto debe haber
existido alguna relación más fuerte o duradera con
los rapanui como para obtener el tipo de objetos que
entrega al Museo. Refuerza esta suposición, el hecho
de haber identificado por su segundo nombre a
algunos donantes de las colecciones del museo, ins-
critos de esta manera en los libros de registro como
ocurrió por ejemplo con José Ignacio Vives Solar que
se encuentra bajo el nombre de Ignacio Vives Solar.
Fuenzalida, Domingo: Sin mayor información aso-
ciada. Dona al museo en 1938 dos objetos de made-
ra, un reimiro y un tipo de cuchillo o espada. En la
bibliografía revisada se encontró a un Huberto Fuen-
zalida geólogo, que llega a Isla de Pascua junto al
Padre Sebastián Englert en la Misión Científica
auspiciada por la Universidad de Chile. Humberto
Fuenzalida Villegas llega a ser director del Museo
Nacional de Historia Natural y en 1946 realiza una
exhibición en ese museo donde muestra los diferen-
tes objetos de Isla de Pascua que recolectó en su
estadía. Fue miembro de la SADIP filial Santiago. Por
el momento no ha sido posible determinar si se trata
o no del mismo personaje, hace pensar que pueden
ser la misma persona por la fecha de donación en
comparación con la fecha de su estadía en la Isla y el
hecho de que perteneciera a la SADIP, lo que puede
que lo haya llevado a donar ese par de objetos. Sin
embargo, no se hanencontrado más antecedentes
Lilian López Labbé
que hagan pensar que se trata de la misma perso-
na, como tampoco se pudo determinar el segundo
nombre de Humberto Fuenzalida Villegas. Tam-
bién se encontró a Rodrigo Fuenzalida Capitán de
Navío quien publica en la Revista de Marina N* 699
de 1974 el artículo llamado La Corbeta “Gene ral
Baquedano”y sus viajes de instrucción. En el texto
referido tampoco se pudo determinar su segundo
nombre o encontrar algún otro indicio que pudiera
dar luces de si son la misma persona, sólo se puede
decir que es muy probable que visitara la isla como
oficial de la Armada de Chile.
Gómez Carreño: Capitán de Fragata, capitán de la
Baquedano entre 1903 y 1905. Dona al museo un
moai de madera en el año 1937. El comandante
Luis Gómez Carreño visita la isla al mando de la
Baquedano en 1905, viaje en el cual se le enco-
mienda verificar que en ella “no existieran terrenos
inscritos pertenecientes a tahitianos además de
chequear el orden y la tranquilidad de los nativos,
después de las medidas adoptadas por el coman-
dante Rojas” (Barros, 1983). En los registros sólo se
consignaron los dos apellidos.
Gómez Díaz, Martín: Sargento 2* enfermero. Dona
en 1961 un moai kavakava tallado en roca volcáni-
ca por Leviante Araki Araki y una tablilla rongoron-
go tallada por Gabriel Veri Veri.
Guardia Marina de la Baquedano: Cuatro registros
indican donaciones por parte de los guardia Mari-
na de la Baquedano, sin nombre específico excepto
una persona de apellido Ramírez. Donan objetos
en los años 1915 y 19109. El Buque escuela General
Baquedano realizó 20 viajes a la Isla entre 1915 y
1935 (Fuenzalida, 1974) íntimamente relacionada
42
con la historia contemporánea de Rapa Nui. En sus
visitas a la Isla sus oficiales debieron actuar como
árbitro en los conflictos entre la Compañía Explota-
dora y los Rapa Nui, resolver conflictos internos y
administrar justicia, sus capellanes debieron ejercer
sus oficios sacerdotales cada vez que llegaban a la
Isla y fue la principal fuente de abastecimiento.
e — Lagrese: Comandante. Dona en 1948 una muestra
de algodón con semillas en su interior. En la revisión
bibliográfica se encontró al Comandante Enrique
Lagreze quien en 1952 envía informe al Gobierno
indicando que las acusaciones de incumplimiento
de contrato de la Compañía Explotadora eran
infundadas y envía extenso informe mostrando
todos los avances que según él la compañía había
logrado hasta la época (Carpeta año 1952, Armada
de Chile). En el libro de registro el apellido está
escrito cons (Lagrese).
e — Larenas: Comandante. Dona en 1916 un moai de
piedra. En la revisión de la bibliografía se encontró
a Enrique Larenas comandante, que llega a Isla de
Pascua en 1912 encargado de realizar un informe
sobre el estado en que se encuentran los habitan-
tes de la Isla (Barros, 1983).
e Sra. Matte de Valenzuela: Sin mayor información
asociada. Dona en 1958 dos mata a de Obsidiana.
A pesar de que nose pudo encontrar información
adicional sobre quien fue esta persona, la revisión
bibliográfica halló al doctor Manuel Valenzuela
Sepúlveda quien llega a Isla de Pascua en 1952 a
bordo del transporte Pinto de la Armada de Chile
para ocupar el cargo de médico residente gracias a
las acciones de la SADIP, Valenzuela permanece en
la Isla durante dos años. No fue posible determinar
en esta investigación si la Sra. Matte fue esposa del
12 Rolf Foerster, conversación personal.
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
doctor Valenzuela, sin embargo, sería interesante
poder ahondar un poco más para ver si existe rela-
ción entre ellos, considerando el año de donación
de los objetos y que la SAIP se funda en Valparaíso.
Medel: Doctor. Dona en 1925 un cráneo. La revi-
sión de los antecedentes no aportó datos sobre
elnombre del Dr. Medel no obstante, se encontró
en la literatura revisada a un doctor Medel médico
de la corbeta General Baquedano en 1915.
Montaña B., Adlofo: Capitán del Allipén en 1954.
Dona en 1955 cuatro herramientas líticas.
Noziglia: Doctor. Dona siete objetos en 1958. La
investigación halla a un doctor Noziglia director
del Hospital Naval el 19587?.
Puelma Bunster, Max: Estudioso de la historia de
Chile y aficionado a la Arqueología recorre el país
estudiando sus diversas culturas, miembro de la
Sociedad Francisco Fonck de Viña del Mar y de la
Sociedad Chilena de Historia y Geografía. Dona en
1960 trece objetos en su mayoría muestras de roca
y herramientas líticas. Llega a la Isla como pasajero
civil en el transporte Pinto de la Armada el año
1959, un día después de que aterrizara en Mataveri
el Comandante Parragué en su segundo viaje capi-
taneando el avión “Manutara ll”. Se queda doce
días en los cuales la recorre completa en compañía
de sus anfitriones Rosa Paoa y Moisés Tuki, además
de otros Rapa Nui que se suman asus paseos, enta-
bla gran amistad con muchos de ellos y sigue en
contacto con los rapanui que llegan a Chile a vivir o
temporalmente a Chile. Max Puelma continúa
estudiando la cultura Rapa Nui y escribe varios
artículos, en 1971 publica el libro “Un Viaje a Isla de
Pascua” donde narra sus vivencias.
43
e Señoret, Jorge: Capitán de Corbeta y contador:
Dona al museo en 1932 cinco objetos incluyendo
un cráneo encontrado en el Ahu Vinapú. En la
bibliografía revisada se encuentra que asumió el
cargo de “Jefe Militar” de la Isla en 1942 (Memoria
de Marina, 1942).
e Sepúlveda, Tomás: Capitán de Fragata: Dona un
objeto al museo el año 1927. Visita Rapa Nui como
guardiamarina del buque escuela Corbeta General
Baquedano en su viaje de instrucción a Oceanía,
(Sepúlveda, 1972). Posteriormente escribe varios
artículos sobre la Isla en la revista de marina, inclu-
yendo “Dominación chilena en Isla de Pascua” y “El
embrujo de la Isla de Pascua”, título de una charla
dada en el Instituto Cultural Uruguayo-Chileno en
Montevideo.
e VivesSolar, Ignacio: Profesor y primer Subdelega-
do Marítimo. Dona en 1915 un moai de piedra. José
Ignacio Vives Solar llega a Isla de Pascua en el
buque escuela Corbeta General Baquedano en
1914, Profesor enviado para hacerse cargo de la
escuela, se encuentra al desembarcar con la llama-
da “Revolución de Angata”. Luego de la investiga-
ción que realiza el capitán Escobar de la Baqueda-
no, el profesor debe asumir los cargos de Profesor
de escuela, oficial de registro civil y Subdelegado
Marítimo, figura que por primera vez se instaura en
la Isla. Escribe numerosos artículos relacionados
con la cultura Rapa Nui incluyendo libros para ayu-
daralos niños a aprender a leer.
Lilian López Labbé
e Wiengand, Natalio: Sin mayores antecedentes en
las fichas y/o registros. Dona en 1919 un moai de
madera. Según la bibliografía revisada se encontró
a un Felipe Wiengand capitán de fragata, quien
estuvo al mando de la Corbeta General Baquedano
en 1921 (Fuenzalida*?, 1974). Sin embargo no ha
sido posible hasta ahora determinar si se trata de la
misma persona.
DISCUSIÓN
Durante el desarrollo de esta investigación se pudo
llegar a saber quiénes fueron 24 de las 71 personas que
donaron objetos a la colección Rapa Nui del MHNV, en
varios de ellos es necesario una investigación más pro-
funda para determinar si efectivamente la información
encontrada corresponde a las mismas personas consig-
nadas en los libros de registro e inventario, sin embargo,
aunque no se tenga la certeza de que se trata de las mis-
mas personas, la información encontrada sugiere que
podrían tener relación, en especial considerando los
años de las donaciones y la historia de Rapa Nui, Íntima-
mente ligada a la Armada de Chile.
La mayoría de las personas que donan objetos son ofi-
ciales o miembros de la Armada de Chile, esto guarda
relación con lo expuesto en la cronología, los buques
que visitaban la Isla eran mayoritariamente buques de la
Armada, en donde el intercambio de objetos ya se había
instaurado a finales del siglo XIX como una forma de
mejorar las condiciones de vida de los Rapa Nui. Poste-
riormente cuando la Armada comienza a tener una
mayor presencia efectiva en la Isla desde 1936 en ade-
lante se observa un aumento en las donaciones hasta
1961 (Gráfico 1).
18 Existen en la Biblioteca William Mulloy del Museo Antropológico P. Sebastián Englert compilaciones de artículos y recortes de prensa
relacionados con Isla de Pascua los que fueron reunidos y empastados en diversos volúmenes por un auxiliar de la Biblioteca Nacional de Chile,
no se sabe el nombre del funcionario, sin embargo, sus compilaciones han sido muy importantes para todos aquellos que desean investigar
sobre la historia contemporánea de Rapa Nui.
44
Gráfico 1: Cantidad de objetos donados vs año de donación
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de Valparaíso...
Gráfico 1: Cantidad de objetos donados vs año de donación
40
35
30
25
20
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E Cantidad de objetos
Resulta interesante también observar en la tabla 1 que
se produce un aumento en la cantidad de donaciones
luego de la creación de la SAIP en 1947. Dentro de la
bibliografía revisada se tuvo acceso al listado de socios
filial Santiago, sin embargo, dentro de la lista sólo se
encontró el nombre de Sebastián Englert y Humberto
Fuenzalida sin entregar mayor información sobre las
demás personas de nuestra lista de contribuyentes.
Falta acceder a listados de los socios de la sede Valparaí-
so para poder identificar sisussocios hicieron donacio-
nes al museo, por el momento sólo ha sido posible esta-
blecer el vínculo entre la Armada y el MHNV.
45
Llama la atención que luego de la donación de 1969,
hayan pasado casi 30 años para que alguien volviera a
donar objetos a esta colección, con ingresos en 1996 y
1997 para que luego de 10 años vuelva a haber otra
donación, ¿podrían también haber influido las acciones
de John Juger como director del museo entre 1910 y
1968, ya que es bien conocida su labor para atraer nue-
vos objetos para el incremento de las colecciones del
museo””.
Es importante mencionar la presencia de Pacomio con-
signado en libros de registro solo como “nativo de la isla”
dentro de los contribuyentes a la colección, quien dona
objetos en 1935, 1945 y 1956 con un total de 9 objetos
entre los que se encuentran moai de madera, cestos y
herramientas, sin duda interesantes donaciones, sin
embargo, en el curso de esta investigación no fue posi-
ble obtener mayor información acerca de quién pudo
haber sido este personaje, esperamos poder tener la
oportunidad de saberlo.
Como nota aparte es importante mencionar la donación
que el capitán de Fragata Renato Castro hizo de 20 obje-
tos de la polinesia en 1939. El capitán Castro visita la isla
en 1942 donde se le encomienda realizar una completa
inspección de todos los servicios que la Armada tenía en
la isla, si bien es cierto estos objetos no pertenecen a la
colección Rapa Nui, el hecho de ser también oficial de la
Armada de Chile, refuerza el nexo entre Rapa Nui-
Armada-Museo.
CONCLUSIÓN
La colección Rapa Nui del Museo de Historia Natural de
Valparaíso se ve enriquecida al tener más información
sobre las personas que contribuyeron a su creación, sin
duda saber quiénes fueron y que relación tuvieron con
Lilian López Labbé
Rapa Nui nos ayuda a poner en contexto los objetos. A
través de éstos y las personas que los donaron podemos
comprender una parte importante de la historia con-
temporánea de la Isla.
Esta investigación es una primera aproximación a com-
pletar la historia de uso y documentación de los objetos
que componen esta colección, quedan aún muchas
dudas que resolver, se abren también nuevas interro-
gantes y surge el deseo de conocer las costumbres e
inquietudes culturales y sociales de la época, que llevan
finalmente a que un grupo de personas donen objetos al
MHNV,
Los objetos nos cuentan historias y éstas los resignifican,
ayudan a contextualizar y a poner en valor la colección
acercándonos a las historias de vida involucradas. El
vínculo con lo humano abre nuevas miradas sobre la
colección y nos permite comprenderla mejor. En este
contexto surge otra nueva interrogante, ¿será posible
saber quiénes fueron los artesanos que tallaron estas
esculturas de madera y piedra?
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48
ER | Volumen 32, 2019
y Zoología,
LS
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 50-54
PRIMER REGISTRO DE LEOPARDUS GUIGNA
(MOLINA, 1782) (FAMILIA FELIDAE) EN EL
FUNDO EL PANGUE, COMUNADE —
PUCHUNCAVI, REGION DE VALPARAISO.
Sergio Quiroz**'*** Diego Anton**, Salvador Solis*,
Fernando Breytmann*, Juan Carlos Orellana**,
Magdalena Abarca**, Ella Farias** 8. Juan Fernandez**
RESUMEN: Se registra a través de fototrampas la
presencia de Leopardus guigna (Guiña), en el Fundo El
Pangue, perteneciente a la empresa AES Gener, ubicada
en la Comuna de Puchuncaví, Región de Valparaíso,
Chile. Su hallazgo es de interés, debido a que es el primer
registro en el área de Puchuncaví.
PALABRAS CLAVES: fototrampa, conectividad, paso de
fauna.
ABSTRACT: The presence of de Leopardus guigna
(Guiña), is recorded through phototraps at the Fundo El
Pangue, belonging to the company AES Gener, located in
the commune of Puchuncaví, Región de Valparaíso,
Chile. His find is of interest, because it is the first record
inthe Puchuncaví area.
KEYWORDS: Photrap, connectivity, wildlife passage.
* Aes Gener, Complejo Costa.
** Estudios y Restauración Ambiental Sustentable.
ANTECEDENTES
La especie Leopardus guigna Molina, 1782, conocida
comúnmente como guiña o guiña (kodkod en inglés), es
el felino más pequeño de América. L. guigna habita en
Chile y Argentina, presentando dos subespecies: L.
guigna trigillo, que se distribuye entre la Región de
Coquimbo y la Región del Biobío, y L. guigna guigna, que
se registra desde la Región de la Araucanía hasta Aysén y
Argentina (Quintana et al. 2009).
Leopardus guigna habita en zonas forestales entre 1.900
y 2.500 m.s.n.m., bosques húmedos y templados, mato-
rral, sabana, cordillera y áreas costeras entre las regio-
nes de Coquimbo y Aysén (Iriarte, 2008). A nivel de la
región de Valparaíso existen escasas referencias biblio-
gráficas de la presencia de la especie, la búsqueda de
referencias indica registros de individuos en el Parque
*** Departamento de Ciencias e Investigación, Museo de Historia Natural de Valparaíso.
macho atropellado en la carretera El Convento, cerca del
Humedal El Yali (La Nación, 2015), una hembra atrope-
lada en la nueva carretera costera de Algarrobo (La
Nación , 2014), y un rescate de un individuo realizado
tras los incendios de la ciudad de Valparaíso en 2009 (La
Estrella de Valparaíso, 2009).
La empresa AES Gener está implementando un proyecto
de “Corredor biológico”, conectando áreas de vegeta-
ción nativa, sustituyendo áreas de plantación forestal de
Eucalyptus globulus por áreas de vegetación nativa.
Dentro de este proyecto se enmarcó la construcción de
un paso de fauna en un camino forestal, con el objetivo
de aumentar la conectividad con plantaciones de espe-
cies nativas y a su vez evitar atropellos de fauna silvestre.
METODOLOGÍA
Durante la realización del seguimiento de la eficacia del
paso de fauna instalado en el depósito de RISES “El Pan-
gue” (coordenadas UTM Datum WGS84 huso 19H
274218 E, 6374032 N), se realizó un estudio de foto-
trampeo en el sector del paso de fauna. El estudio con-
sistió en la instalación de ocho cámaras trampa, cuatro
en cada sector de entrada del paso, para analizar el uso
de desplazamiento por parte de la fauna local (300 m2
de área de estudio).
El modelo de cámara trampa utilizada fue una Bushnell
Trophy Cam. Esta cámara es activada por cualquier
movimiento, detectado por un sensor de movimiento de
infrarrojos pasivo (PIR) muy sensible, tomando fotogra-
fías de hasta 8 MP. Cuando se detecta movimiento en la
zona supervisada, la unidad de cámara digital se activa
de inmediato (normalmente en menos de un segundo) y
después toma automáticamente tres fotografías. La
cámara Trophy Cam está equipada con LED infrarrojos
integrados (LED de infrarrojos "negros") que funcionan
como un flash, por lo que proporciona fotografías (en
blanco y negro) en condiciones de oscuridad. Las cáma
Quiroz, S, Anton, D., Solis, S. et al.
ras estuvieron registrando de manera ininterrumpida
durante 575 días, entre el 16 de octubre de 2017 al 31 de
mayo de 2019, siendo revisadas semanalmente.
RESULTADOS
El resultado del estudio con cámaras trampas, tras
100.800 horas de monitoreo, registró la presencia de la
especie Leopardus guigna en el área de estudio (Figura
1). A nivel temporal, los individuos de Leopardus guigna
fueron registrados desplazándose por el área de estudio
al menos en 14 de los 19 meses de estudio, acotados a
las estacionalidades de primavera, verano y principio de
otoño. En total, se identificaron 28 desplazamientos de
la especie, indistintamente en horario diurno como
nocturno, porel paso de fauna (Figura 2).
El registro del individuo o los individuos de Leopardus
guigna en la comuna de Puchuncaví tiene relevancia
debido a que, a nivel regional, los estudios consultados
(desde literatura científica a las líneas de base de fauna
vertebrada de proyectos próximos al área) no registra-
ron la presencia de la especie en el área de estudio, a
pesar que de una manera generalista, se encuentra des-
crita de Coquimbo a Aysén.
Los hallazgos a nivel regional de la especie son escasos,
además como afirma Acosta-Jammet, 2003, la especie
presenta áreas vacías en el área norte de su distribución,
donde habita en parches de vegetación aisladas, aun-
que, noesraro observarlo en praderas y cerca de asenta-
mientos humanos en ambientes rurales (Silva-
Rodríguez et al., 2007). Por tanto, este nuevo registro
confirma la presencia de Leopardus guigna en los par-
ches de vegetación nativa entre la costa y la cordillera de
la costa de la comuna de Puchuncaví. También su reite-
rada presencia, avalada por los registros (28) de foto-
trampas obtenidos, en 14 meses continuos, confirma
que no se trata de un evento puntual o accidental, sino
que el área es usada por la especie, para alimentación,
refugio y posible reproducción.
Primer registro de Leopardus guigna...
A
(dd.
—d
M ERA_SUSTENTA 62F16C () 12-24-2018 10:37:57
LON
Figura 1. Registro de Leopardus guigna, 24 de diciembre 2018, al interior del Fundo El Pangue (coordenadas UTM Datum WGS84 huso 19H
274218E,6374032N), Fuente ERA sustentable.
La disposición de las cámaras trampa focalizadas en el 2002 y Freer, 2004) muestra que la selección del punto
paso de fauna, tiene un área de estudio de 0,03 ha, de establecimiento del paso de fauna es clave para el
teniendo en cuenta que el ámbito de hogar de la especie desarrollo de la conectividad entre los parches de vege-
se establece entre 100 ha y 650 ha (Sanderson et al, tación nativa del área de estudio.
82
CONCLUSIONES
La ejecución de un monitoreo de un paso para fauna
registró la presencia de la especie Leopardus guigna
(Guiña) en el Fundo El Pangue, Comuna de Puchuncaví
(Región de Valparaíso). Este registro es de alto valor cien-
tífico, debido a que no existen registros de la especie
para el Norte de la Provincia de Valparaíso, más aún,
cuando en áreas fragmentadas de Chile central, se esti-
man un total de 2.000 individuos distribuidos en 24 sub-
he
(M) ERA_ZSUSTEN
FAGO)
() ERA_SUSTENTA 551200)
11-17-2017 11:22:14 |
Quiroz, S, Anton, D., Solis, S. et al.
poblaciones, donde el 90% de las cuales estarían forma-
das por grupos menores de 70 individuos, (Acosta-
Jamett € Simonetti, 2004). Estos registros adquieren
gran importancia, considerando además que poseen un
hábito solitario y territorial, con un reducido rango de
hogar entre individuos de un mismo sexo (Sanderson et
al., 2002), permitiendo concluir que las poblaciones son
ampliamente dispersas con poca información concreta
sobre su distribución espacial particularmente en la
Región de Valparaíso.
' y
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E: .
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02-20-2019 21:40:32
Figura 2. (A) Registro diurno (11:22 hrs, noviembre 2017) y (B) nocturno (21:40 h, febrero De 2019) de Leopardus guigna. Fuente: ERA
Sustentable.
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54
ANALESARE Monimen 32 2013
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 55-59
PRIMER REGISTRO DE MYOTIS ATACAMENSIS
(CHIROPTERA: VESPERTILIONIDAE) EN EL
HUMEDAL DE MANTAGUA (REGIÓN DE
VALPARAÍSO) MEDIANTE REGISTROS
BIOACUSTICOS.
Gonzalo Ibáñez Villaseca*, Cristián Cuevas Barazarte**,
Gonzalo Ossa Gómez***, Stephanie Fischer
Hormazábal****
RESUMEN: La distribución de Myotis atacamensis está
definida a lo largo de la costa Pacífico de América del
Sur, desde el oeste de Perú hasta Chile. En el país, se
distribuye desde la región de Arica y Parinacota hasta la
región de Valparaíso. En esta publicación se reporta su
presencia, utilizando registros de sus llamadas de
ecolocación, en un ambiente de humedal costero de la
región de Valparaíso (Humedal de Mantagua),
ampliando su distribución unos 40 km hacia el noroeste
desde su registro más austral (Parque Nacional La
Campana).
PALABRAS CLAVES: Chile, Chiroptera, Myotis
atacamensis, expansión de rango, ecolocación.
ABSTRACT: The distribution of Myotiís atacamensis is
defined along the Pacific coast of South America, from
western Peru to Chile. In Chile, it's distributed from the
Arica and Parinacota region to the Valparaíso region.
This publication reports the first record, using records
of its echolocation calls, in a coastal wetland
environment in the Valparaíso region (Mantagua
Wetland), expanding its distribution about 40 km
northwest from its southernmost registry (La
Campana National Park).
KEYWORDS: Chile, Chiroptera, Atacaman Myotis,
range expansion, echolocation.
* Biólogo, Director General Ngen Ambiental Ltda. Río De La Plata 1375, Las Condes, Santiago, Chile. g.¡banezOngenambiental.cl
** Médico Veterinario, Programa para la Conservación de los Murciélagos de Chile (PCMCh), Santiago, Chile.
*** Conserbat E.|.R.L, Camino a la Balsa S/N, San Fabián, 3860000, Biobío, Chile. Programa para la Conservación de los
Murciélagos de Chile (PCMCh), Santiago, Chile.
**** Bióloga Ambiental, Directora General Ngen Ambiental Ltda. Río De La Plata 1375, Las Condes, Santiago, Chile.
INTRODUCCIÓN
Myotis atacamensis (Lataste, 1892), también conocido
como murciélago orejas de ratón del norte,
murciélago gris, murciélago de Atacama, Atacama
little brown bat o Atacama Myotis, se encuentra a lo
largo de la costa Pacífico de América del Sur, desde el
oeste de Perú hasta Chile, donde se distribuye desde
la región de Arica y Parinacota hasta la región de
Valparaíso (Rodríguez-San Pedro et al. 2016). En la
región de Valparaíso, el registro más austral publicado
es en el Parque Nacional La Campana (Rodríguez-San
Pedro et al. 2015). En las regiones de Tarapacá y
Antofagasta habita desde el nivel del mar hasta los
2.400 m.s.n.m (Vargas et al. 2015; Bonacic et al. 2016),
mientras que Ossa et al. 2017 lo registran a más de
3.000 m.s.n.m en la región de Arica y Parinacota. En
Chile se encuentra clasificado como una especie “Casi
Amenazada” (D.S. 16/2016 MMA), mientras que a
nivel internacional se encuentra catalogada como
“En peligro”, debido a la escasa conexión entre sus
poblaciones (Vargas-Rodríguez et al. 2016).
Es el más pequeño de los murciélagos del género
Myotis, (longitud total: 69,4-69,9 mm; longitud
antebrazo: 32,8-33,0 mm; peso: 4-4,8 g) (Ossa et al.
2015). Tiene hábitos gregarios, existiendo reportes de
colonias de hasta 30 individuos (Vargas et al. 2015); es
una de las pocas especies que hibernan (Galaz €:
Yañez, 2006; Canals € Cattan, 2008) y es insectívora
(Rodríguez-San Pedro et al., 2016), usando áreas
cercanas a cuerpos de agua para forrajear (Vargas et
al. 2015). Utiliza como refugios edificaciones humanas,
cavidades de árboles y fisuras en la corteza, cuevas
naturales, minas abandonadas y en grietas de rocas
(Vargas et al. 2015 y Rodríguez-San Pedro et al. 2016).
Se le encuentra asociado a una variedad de
formaciones vegetacionales, tales como desierto
absoluto, matorral desértico, matorral bajo desértico,
matorral bajo de altitud, matorral espinoso, bosque
espinoso, matorral arborescente y bosque
Ibañez, G., Cuevas, C., Ossa, G. et al.
esclerófilo (Rodríguez - San Pedro et al. 2016), siendo
este último su principal hábitat en el límite sur de su
distribución, en el Parque Nacional La Campana de la
región de Valparaíso (Rodríguez-San Pedro et al. 2015;
Rodríguez-San Pedro et al. 2016).
MATERIALES Y MÉTODO
El área de estudio corresponde al humedal de Manta-
gua, ubicado en la localidad de Ritoque, comuna de Quin-
tero, Región de Valparaíso (32*53'00"S 71*30'25”0). En
este humedal se llevaron a cabo muestreos sistemáticos
de quirópteros empleando la metodología de grabación
de registros bioacústicos (ecolocación). Para esto se
utilizaron los equipos Song Meter SM3Bat, Song Meter
SM4Bat y Echo Meter Touch 2 Pro (Wildlife Acoustics
Inc. Massachussets, USA). Los muestreos fueron
llevados a cabo durante 3 noches, por cada
estación climática durante 1 año (primavera 2018,
verano 2019, otoño 2019 e invierno 2019) y en
distintos tipos de hábitats: i) cuerpo de agua, li) dunas
con matorrales, iii) plantación de pino y iv) túneles
cercano a bosque esclerófilo (Tabla 1 y Figura 1). Los
análisis de los sonogramas se llevaron a cabo utilizando
el programa Kaleidoscope versión 4.5.4. Para
identificar la especie en base a sus sonogramas se utili-
zaron las referencias de Rodríguez-San Pedro et al.
2015, Rodríguez-San Pedro et al. 2016 y Ossa et al.
2017.
Punto de muestreo Tipo de hábitat EUR"
ENIT-1 Cuerpo de agua - pradera | 6358863 | 266089
EMT-2 Transición pino - matorral | 6359115 | 265786
EMT-3 Túnel y bosque esclerófilo | 6359149 | 266607
5IM13-1 Cuerpo de agua - matorral | 6358962 | 266385
5mM32 6358731 266117
5M13-3 Plantación de pino 6359163 | 265859
Tabla 1. Coordenadas (UTM Datum WGS84 huso 19 H) y tipo de
hábitat de los puntos de muestreo.
56
Primer registro de Myotis atacamensis...
265200 265800E 266400E | 267000€
6359400N
6359400N
6358800N
6358800N
6358200N
6358200N
265200 2658006 _ 266400E
Simbología
(9 Puntos de muestreo EMT
__ 267000€
CARTOGRÁFICOS
Datos Geodésicos y Cartográficos:
- Elipsoide y Datum WGS84
Puntos de muestreo
bioacústico de Quirópteros
- Proyección U.T.M Huso 19 S
Base cartográfica
ESRI Satélite
HUMEDAL DE MANTAGUA
O Puntos de muestreo Song Meter
Figura 1. Ubicación geográfica de los puntos de muestreo bioacústico de quirópteros.
57
RESULTADOS
En base a los análisis de los sonogramas, se registró la
presencia de la especie Myotis atacamensis (20 regis-
tros, Figura 2). La especie se reconoció en mayor fre-
cuencia en los puntos de muestreo asociados al cuerpo
de agua con matorral (SM3-1) y al túnel con bosque
esclerófilo (EMT-3). En menor proporción se encontró
asociada al hábitat transición pino-matorral (EMT-2), a
dunas con matorral (S5M3-2) y en la plantación de pino
(SM3-3). Durante las campañas no se detectó la especie
en el ambiente cuerpo de agua-pradera.
120kHz
110kHz
100kHz
SOkHz
BOkHz
70kHz
GO0kHz
5OkHz
40kHz
30kHz
20kHz
10kHz
OkHz
Figura 2. Sonograma de Myotis atacamensis registrado en el
Humedal de Mantagua.
DISCUSIÓN
El análisis de sonogramas en estudios de murciélagos
son una importante herramienta utilizada para determi-
narespecies, y en base a los estudios de M.atacamensis,
Ibañez, G., Cuevas, C., Ossa, G. et al.
sus sonogramas han sido extensamente descritos, ade-
más, la baja diversidad que presenta el país permite dife-
renciar fácilmente entre ciertas especies. Con todo, se
recomienda complementar esta información con captu-
ras de ejemplares, de manera de tener un registro más
consistente.
En relación a los hábitats descritos por Vargas et al. 2015
y Rodríguez-San Pedro et al. 2016, los resultados
expuestos aquí, concuerdan con los hábitats utilizados
por la especie (bosque esclerófilo, matorral arborescen-
te y estructuras humanas como cuevas), sin embargo, el
registro en humedales costeros se presenta aquí por
primera vez. Esto confirma que la especie no está res-
tringida a ambientes áridos o semiáridos, tal como
señalan Rodríguez-San Pedro etal. 2015.
CONCLUSIONES
Es crucial realizar mayores esfuerzos para estudios de
ecología y patrones biogeográficos de las especies de
murciélagos, debido principalmente a las crecientes
amenazas de origen antrópico que tienen sus hábitats
(destrucción, fragmentación y desarrollo eólico). En
este sentido, en el humedal de Mantagua se han
registrado 6 especies de murciélagos (Ngen
Ambiental, 2019 datos sin publicar) y recientemente
fue acreditado como Área de Importancia para la
Conservación de los Murciélagos (AICOM, código A-
Ch-0004) por la red Latinoamericana para la
conservación de los murciélagos (RELCOM), por lo que
es importante proteger este sector para la conser-
vación y protección de las especies de fauna que lo
habitan.
AGRADECIMIENTOS
A Mónica Gastó y Osvaldo Pascual, de Posada del Par-
que, por confiar en nosotros y apoyarnos constante-
mente en los estudios de fauna silvestre en el
Humedal.
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INVESTIGACION.
Camila Figueroa Ramírez*
RESUMEN: Se da a conocer las características generales,
nidificación, identificación y conservación de los nidos
de aves presentes en el Museo de Historia Natural de
Valparaíso. La colección comprende en total de 97 nidos,
que incluyen 4 órdenes taxonómicos (Passeriformes,
Apodiformes, Columbiformes y Falconiformes), 11
familias y 20 especies. Siendo el orden más
representado Passeriformes con un total de 40 nidos
pertenecientes a 9 familias. Los nidos pertenecientes a
las colecciones de museos son una fuente invaluable de
información de la biología característica de cada ave,
donde, su composición, estructura, así como los datos
ambientales en donde se ubicó el nido en un periodo de
la historia queda inmortalizada en esta obra
arquitectónica natural.
PALABRAS CLAVES: Ornitología, colección biológica,
conservación, nidos.
ABSTRACT: The general characteristics, nesting,
identification and conservation of bird nests present in
the Natural History Museum of Valparaíso are disclosed.
The collection comprises a total of 97 nests, which
includes 4 taxonomic orders (Passeriformes,
Apodiformes, Columbiformes and Falconiformes), 11
families and 20 species. Being the most considered
Passeriformes order with a total of 40 nests belonging to
9 families. The nests belonging to the museum
collections, are an invaluable source of information on
the characteristic biology of each bird, where, its
composition, structure as well as the environmental
data where the nest was located in a period of history is
immortalized inthis natural architectural work.
KEYWORDS: Ornithology, biological collection,
conservation, nests.
* Encargada de colecciones Biológicas y Cites, Departamento de ciencias e investigación, Museo de Historia Natural de Valparaíso.
camila.figueroa(Wmuseoschile.gob.cl
INTRODUCCIÓN
Una gran cantidad de literatura, principalmente del siglo
XIX, describe el comportamiento de las aves en la cons-
trucción de nidos. En términos de construcción y coloca-
ción, cada tipo de nido de ave tiene sus propios costos
(el riesgo de depredación, tiempo empleado en su cons-
trucción, incluyendo el grado de eficiencia del nido).
Para estudiar los costos y beneficios en la construcción
de los nidos de aves, es necesario apreciar las funciones
quetienen, su seguridad y termorregulación.
Construir nidos no es una habilidad de todas las aves, sin
embargo, un hueco en un árbol (Campephilus magella-
nicus), una depresión en la arena (Haematopus pallia-
tus) oincluso, un rincón en el techo de una casa cubierto
de plumas (Tachycineta leucopyga), puede cumplir el
objetivo del ave.
Conocer lugares de anidación, tipos de árbol o materia-
les de preferencia de cada especie de ave nos brindará
una visión más amplia al generar medidas de manejo,
mitigación y/o compensación sobre impactos ambienta-
les que afectan directamente el hábitat de nidificación
de algunas especie. Así como también, el tipo de estruc-
tura y plataforma de anidación para la reconstrucción de
nidos artificiales o manejo de nidos (moldes o reubica-
ción).
La construcción del nido es clave en el éxito de la espe-
cie. El nido es el centro de todas las actividades, es por
ello que debe entregar seguridad contra depredadores e
inclemencias del tiempo. Algunos son sofisticados con
seda o líquenes que se mimetizan con la cubierta del
árbol, otros flotantes, sujetos a la vegetación subacuáti-
ca para que el nido no se vaya a la deriva. Algunas aves
los hacen cada año (Paseriformes), otros los reutilizan o
son heredados, por ejemplo, el Tucúquere (Bubo virgi-
nianus) escoge por regla general el nido abandonado de
otra ave, principalmente de Peuco (Parabuteo unicinc-
tus) (Phillipi, 1951). Algunos nidos son construidos por la
Camila Figueroa Ramírez
pareja (Phalacocoraxsp.), por uno de los miembros o
pueden ser parte del cortejo. Hay especies laboriosas
(Phleocryptes melanops) que requieren una o dos sema-
nas de trabajo.
La mayoría de las aves construyen nidos con materiales
comunes, generalmente evitando sustancias de colores
brillantes. Para mejorar aún más el camuflaje, las espe-
cies fijan líquenes o trozos de corteza al exterior de un
nido. Los nidos de algunos paseriformes incluyen un
colgante largo para romper el perfil visual de la forma del
nido (Figura 2).
Las colecciones de nidos de aves presentes en museos
son un reservorio de información que se usan raramente
en la investigación ornitológica (es una de las coleccio-
nes menos solicitadas como fuente de información en el
área de ciencias e investigación del Museo de Historia
Natural de Valparaíso), pero pueden ser valiosas bases
de datos científicas debido a su materialidad y aprove-
chamiento de recursos naturales y sintéticos, tipo de
construcción, la arquitectura, herramientas y técnicas
de utilización, como también su preservación y/o con-
servación de la colección.
En los últimos años, el Museo de Historia Natural de
Valparaíso ha trabajado en la puesta en valor de las
colecciones como un recurso de investigación represen-
tativo desde el punto de vista taxonómico e histórico
local.
ANTECEDENTES
Colección Ornitológica
Cuando se piensa en ejemplares de aves en museos,
inmediatamente se asocian al montaje de aves en taxi-
dermia presentes en exhibiciones que las muestran con
posturas naturalistas o realistas (The cornell lab ornitho-
logy, 3rd Ed.) siendo la exhibición unos de sus principales
propósitos por el tipo de preparación e información 81
asociada.
En cambio, las muestras de aves con fines científicos se
han preparado tradicionalmente de tres maneras: pieles
de estudio, muestras húmedas y esqueletos. Teniendo
colecciones auxiliares que permiten conocer y docu-
mentar mejor varios aspectos de la biología del ave,
como huevos y nidos. Las muestras con fines científicos
mencionadasse entienden como:
1. Piel de estudio: la mayoría de los especímenes
están ubicados en forma anatómica, en las cuales
las partes internas fueron reemplazadas con relle-
no de algodón. El espécimen luego se seca en
orientación estándar, con las alas dobladas pega-
das a cuerpo y el pico apuntado adelante. Siempre
asociado a una etiqueta con la información de la
pieza: taxonomía, bioreferencia, preparación e
inventario. La ventaja de este tipo de presentación
es la factibilidad de tomar medidas estándar de
estructuras como pico, alas, cráneo y cola. Tam-
bién, permite la toma de muestras de plumas para
estudios genéticos y la factibilidad del espacio para
su conservación. Una piel de estudio bien prepara-
da y con su debida conservación puede tener años
de antigúedad sin perder sus propiedades caracte-
rísticas.
2. Muestras húmedas: aves completas que primero
se fijan con formol y luego se conservan en frascos
cerrados con alcohol al 70%. Esta forma de conser-
var espécimen húmedo de aves es poco utilizada
en el Museo de Historia Natural de Valparaíso. La
ventaja de este tipo de muestras es la conservación
de los órganos internos de las aves para futuras
disecciones.
3. Esqueletos: La colección osteológica de aves,
tiene énfasis principalmente en cráneos y esterno-
nes representativos de la avifauna de Chile. Este
tipo de muestras son útiles y consultadas para
estudios de morfometría y evolución.
Colección de nidos de aves del Museo...
_
Otras muestras: La mayoría de los investigadores o
preparadores tratan de maximizar la información
referente a una muestra, por lo que también se
pueden obtener de cada ejemplar preparado: tro-
zos de tejido para análisis genéticos y otros para
análisis bioquímicos, contenido estomacal para
análisis de dietas y corazón para estudio anatómi-
co.
La colección de ornitología constituye a uno de los gru-
pos más numerosos y representativos de la colección
(Tabla 1).
Tabla 1. Colección ornitológica y cantidad
Colección Cantidad
Pieles de aves 873 ejemplares
Cráneos y huesos 233 muestras
Nidos 94
Educación 79
Colección de nidos
La construcción de nidos para la protección de puestas y
jóvenes está muy extendida entre los animales. Las aves
construyen nidos donde puedan proteger a sus huevos
y, através del aporte de calor (incubación), pueden regu-
lar su desarrollo. Esto las han llevado a construir nidos
de complejidad variable según el entorno y las peculia-
res características de cada grupo (Tellería, Padilla y
López, 2018).
62
A diferencia de la colección de ejemplares en taxidermia
y pieles de aves, la colección de nidos del museo no cuen-
ta con trabajos previos de documentación e identifica-
ción por lo que no se tienen todos los datos asociados a
cada una de las piezas. Sin embargo, tiene gran utilidad
en documentar la diversidad de hábitos de anidación
entre distintas especies.
Conservación
Los nidos por su materialidad pueden ser atacados y
destruidos por insectos, que invaden también las demás
colecciones del museo como Tinea pellionella.
Esto puede evitarse sometiendo a los nidos a fumigacio-
nes o al calor de una estufa en seco. Pueden usarse vapo-
res de azufre o formol; o también rociarlos mediante un
vaporizador, con alguna solución de bicloruro de mercu-
rio, arseniato de soda u otra; o simplemente tenerlos
encerrador con abundante formalina (Serié, 1920)'. En
el Museo de Historia Natural de Valparaíso, se maneja la
conservación preventiva de los mismo, manteniendo las
condiciones climáticas 75% humedad relativa, 15 *C de
temperatura, fumigaciones generales de depósito de
colección 2 veces al año con Cipermetrina 25% + Trans-
tetrametrina 15% con una formulación de 30cc x
100mt2. Además de mantener en lugar seco, cajas
cerradas y abundante alcanfor. Se calendarizan revisio-
nes cada 3 meses.
Cuando llega el nido al laboratorio, se debe poner en
cuarentena en una bolsa plástica con abundante alcan-
for por 48 horas (Simmons, 2017).
Los nidos más pequeños como algunos paseriformes,
pueden consolidarse envolviéndolos con hilo fino, con
laca o spray fijador, con el objetivo de mantener las
Camila Figueroa Ramírez
fibras que lo componen en su sitio, dejando secar
completamente antes de introducirlo a la colección (Fi-
gura 1).
VEAN AT ALELOFQUAN EA A] ARI NT Io A A DN
Figura 1. Nidos Passeriforme; Emberezidae; Zonotrichia capensis
chilensis (Chincol)?.
Departimesto
pens
e
inveipacón
(A) MHNV13 Nido consolidado con hilotransparente y
(B) MHNV 14 Nido sin consolidar y presencia de cascaras de huevos.
También se puede diseccionar para comprobar los mate-
riales que lo componen y en qué cantidad. Esto puede
cambiar en función al hábitat.
En el caso de los nidos construidos en tierra o en la are-
na; aconsejan algunos coleccionistas tomar medidas y
sacar croquis o si es posible generar moldes de yeso de
las cavidades, con las que pueden ser reproducidas, con-
siderar no sacar ni desarmar nidos ya que pueden volver
a utilizarse por otras aves o ser reutilizado la siguiente
temporada.
1 Serié, P (1920) sobre recolección de nidos y huevos de aves. Hornero 002 (02): 129-133.
2 Muestra colección de nidos Museo de Historia Natural de Valparaíso.
63
Figura 2. MHNV18 Nido de Passeriforme; Icteridae; Icteryussp.
(Posiblemente Icterusgularis).
El microclima generado alrededor y dentro de los nidos,
es mucho más favorable para los huevos y las aves. Por
ejemplo, los colibríes de anidación templada a menudo
eligen sitios de anidación debajo de árboles colgantes
para minimizar la pérdida de calor por la noche.
En el siglo XIX, las colecciones de nidos y huevos eran un
pasatiempo popular y legal, que constituía un aval de
prestigio social a su poseedor y suponía un importante
atractivo monetario (Reig-Ferrer, 2018). Actualmente
está protegido y regulado por la ley 19.473* siendo el
Servicio Agrícola Ganadero (SAG) quien solo autoriza la
recolección con fines científicos y de reproducción.
Colección de nidos de aves del Museo...
OBJETIVOS
El objetivo principal es el ingreso e identificación de los
nidos presentes en la colección en la base de datos del
Museo de Historia Natural de Valparaíso, identificación
a nivel de especie en caso de ser posible y familia en su
mayoría, describiéndolos de forma detallada y verifican-
do tanto los datos de colección como asítambién su ade-
cuado almacenamiento y preservación de los mismos.
Se da a conocer las características generales, nidifica-
ción, identificación y conservación de los nidos de aves
presentes en el Museo de Historia Natural de Valparaíso.
Se mencionan medidas de preservación y estado de con-
servación en los depósitos de colección donde se mane-
jala conservación preventiva.
Se muestra la colección de nidos de aves como un recur-
so para la investigación y como una base de datos de
referencia para futuras y actuales investigaciones oO
estudios de impacto ambiental.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para desarrollar el objetivo, se trabajó con la colección
de nidos disponibles en el Museo de Historia Natural de
Valparaíso. Se tuvo acceso a la base de datos documen-
tales de cada muestra contando con dos fuentes princi-
pales: el libro de ingresos de aves y el fichero de aves
pertenecientes al museo, en algunos casos, se encontró
la etiqueta del colector en el interior del nido sin datos
asociados.
Para el ordenamiento sistemático se utilizó la nomencla-
tura binomial de Linnaeus, la nomenclatura científica y
nombres comunes o vernáculos en español, siguiendo
en general a Martínez y González (2017).
3 Ley 19.473 (año 2017) Titulo IIl artículo 5: Queda prohibido en toda época levantar nidos, destruir madrigueras, recolectar huevos y
crías(...).
Los nidos se ingresaron hasta la determinación taxonó-
mica a la que se pudo establecer. La toma de las medidas
se realizó con pie de metro digital y cinta métrica.
Para la determinación se identificaron siguiendo la
literatura científica asociada: Goodall, J. D.; Johnson, A.
W. y Philippi, R. A. "Las Aves de Chile, su conocimiento y
sus costumbres " Tomos 1 (1946) y 2 (1951) y la página
web de aves de chile (Avesdechile.cl, 2019).
En la colección se encuentra la etiqueta respectiva con el
nombre común, científico y número de inventario
otorgado en el levantamiento, además de los registros
que pueda contener. Así como también, los huevos aso-
ciados, cáscaras o algún vestigio que de una característi-
caal nido.
Se consideró también el tipo de construcción, donde
pueden ser; cerrados o abiertos, en huecos, grietas,
túneles o ramas; además de la clasificación según su
forma (De la Peña, 2013):
e Tacitao copita: son nidos pequeños, de 3-5 cm. de
diámetro y 2-3 cm. de profundidad (Siete colores,
picaflores).
e Tazaocopa:similaralanterior pero más grande, de
5-7 cm. de diámetro y 3-5 cm. de profundidad (Zor-
zal).
e Tazón: similar al anterior pero más grande, 10-12
cm. de diámetro o más y 5-6 cm. de profundidad
(Tenca).
e Olla o cesto: nidos grandes de varios centímetros
de diámetro y de profundidad (Carancho).
e Plato playo: nidos de poca profundidad, pero de
varios centímetros de diámetro (Patos).
Camila Figueroa Ramírez
e Platohondo: similar al anterior pero más profundo
(Gaviotas).
e Cráter: nidos con forma de cono truncado (Cormo-
ranes y Flamencos).
e Plataforma: nidos de dimensiones variables que
sobrepasan los 12 cm (Águilas).
e Redondeado o con forma de pelota: nidos que
tienen iguales o casi iguales Medidas en el alto,
ancho y profundidad (Hornero).
e Globoso: nidos entretejidos con fibras o palitos,
donde las Medidas del ancho, alto y largo no son
iguales. En general tienen un túnel de entrada
alargado. Pueden ser alargados, tringulares, etc.
(Trabajador).
e Saco o Bolsa: nidos de fibras entretejidas, alarga-
dosen sentido perpendicular al suelo (Boyeros).
RESULTADOS
Actualmente el Museo de Historia Natural de Valparaíso
cuenta con un total de 97 nidos, en los cuales, la mayo-
ría (70%) no cuenta con datos asociados a fecha o año de
ingreso.
El total de nidos presentes incluyen representativamen-
te 3 órdenes taxonómicos, 11 familias y 20 especies. El
orden más representado es el de los Passeriformes con
un total de 40 nidos, en el cual se encuentran nueve fami-
lias, de estas familias las más representadas es Tharupi-
dae con 8 nidos (4 especies, uno identificado solo el
género), Icteridae con 7 nidos (4 especies y uno extran-
jera identificado solo el género), Troglodytidae con 5
nidos (2 especies), Tyrannidae con 5 nidos (3 especies),
Furnariidae con 4 nidos (2 especies, una extranjera), las
familias restantes menos representadas con una especie
(Mimidae, Emberizidae, Fringilidae, Passeridae y Turdi-
dae).
A los Passeriformes le sigue el orden de los Apodiformes
con 5 nidos representados por la familia Trochilidae (to-
dos de la especie Sephanoides sephanoides), y Columbi-
formes con 4 nidos, una familia (Columbidae) y 3 espe-
cies, Falconiformes con 2 nidos.
Dos representaciones corresponden a especies exóticas
asilvestradas o naturalizadas en Chile*, cuatro de Diuca
diuca (WHNVO6-07-09-50) y tres de Passer domesticus
(MHNV52 -53 - 90), los cuales fueron colectados en la V
región, Valparaíso. Respecto a aves extranjeras se cuen-
ta con 2 representaciones, dos nidos de Furnarius rufus
(Hornero)(MHNV91-92) y dos nidos de Icteryus sp. (Posi-
blemente /cterus gularis).
Además, se encuentran 29 nidos sin determinación,
algunos solo a nivel de orden, donde se requieren otros
nidos de referencia para su correcta catalogación.
En cuanto al estado de conservación de los nidos presen-
tes en la colección, en 63 de ellos se observó su estado
como bueno, en 31 como regular, en 2 como malo, 2
nidos fragmentados, además se consideran 2 nidos pre-
sentes en la exhibición permanente del Museo de Histo-
ria natural de Valparaíso (siete colores y trabajador).
Se encontró una representación de 2 nidos con variación
en su misma especie, donde Turdus falcklandi¡ magela-
nicus presenta sus nidos con y sin barro (MHNVO7 y
MHNV47).
Colección de nidos de aves del Museo...
Respecto a la antiguedad de los nidos, se registran datos
de referencia bien documentados desde el año 1991 en
adelante, sin embargo, los nidos que no cuentan con
fecha de datación se pueden adecuar a un contexto his-
tórico del museo por el tipo de etiqueta, tipo de embala-
je y conservación. Bajo estos criterios, más del 50% de la
colección pertenece previo al periodo 1960, donde
hubo un gran incremento de la colección ornitológica”.
Referentes a nidos de la misma especie en espacios rura-
les y urbanos, presentan elementos de construcción
atípicos, pero muestra la adaptabilidad que tienen
algunas especies para la construcción de nidos con ele-
mentos de antrópicos. Ejemplo: fibras de nylon, lona,
trozos de bolsas, hilos, lanas (colores), celofán y alumi-
nio (Figura 3).
Figura 3. Nido con elementos de construcción atípicos, fibras de
algodón, lana y nylon.
* PNUD (2017) Catálogo de las especies exóticas asilvestradas/naturalizadas en Chile. Laboratorio de invasiones Biológicas (LIB) Universidad
de concepción, Proyecto GEF/MMA/PNUD Fortalecimiento de Marcos Nacionales para la gobernabilidad de las Especies Exóticas Invasoras.
Proyecto Piloto en el Archipiélago de Juan Fernandez. Santiago de Chile. 61pp.
> Valenzuela, C. 2018. Una contribución científica desde la taxidermia. José Carpeneto (1892-1971) y su colección en el Museo de Historia
Natural de Valparaíso. Colecciones Digitales, Subdirección de Investigación, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
66
Figura 4. Tipos de nidos presentes en la colección del Museo de
Historia Natural de Valparaíso. A: Organización general de un nido
(MHNV 34). B: Estructura en copa o taza (MHNV 15). C: Nido de
hornero (MHNV 85). D: Nido de trabajador(MHNV 84).
Los nidos más típicos tienen forma de copa o taza, con
una cobertura externa de ramas que se rellena interna-
mente con mullidas capas de hierba, pelo o plumas (Fi-
gura 4 A y B). Hay aves que construyen sus nidos con
barro o que crean llamativas estructuras esféricas for-
madas de barro, paja y lana (Figura 4 C). Otras aves crean
nidos cerrados y otras tejen en complicados nidos en
forma de cesto (Figura 4 D) (Tellería, 2017).
Algunas tipos de nidos son característicos de una espe-
cie portipo de material que utilizan por ejemplo, la
£ Muestra colección de nidos Museo de Historia Natural de Valparaíso.
Camila Figueroa Ramírez
tenca (Minus thenca) realiza el nido de espino (Acacia
caven) dejando las espinas hacia afuera como un escudo
y dentro utiliza la flor del espino para sujeción y termo-
rregulación delos huevos (Figura 4).
A le
Figura 5. Passeriforme; Mimidae; Mimus Thenca MHNV 75(Tenca)?.
El nido característico del género Phleocryptes (Trabaja-
dores) es toda una obra de arte tejida entre dos o más
totoras que sostienen la construcción (Barros, 1939)”
(Figura 4 D), asícomo Tachuris rubigastra (Siete colores)
que construye un nido tejido de tiras de juncos secos
amarillentos, formando una taza terminada en punta la
parte inferiror y amarrada a una rama de totora (Avesde-
chile.cl, 2017).
El nido de Furnarius rufus (Hornero) es expuesto y elabo-
rado con de raíces, pajas, estiércol, barro, conchillas y
otros materiales de la zona, requiere cerca de 5 kg de
barro y más de una semana de trabajo (Figura 4 C).
7 Barros R. 1939. Algunas observaciones sobre nidificación y postura de aves. Revista chilena de Historia Natural (43), ver pág. 71.
DISCUSIÓN
Contar con una colección de nidos de aves esimportante
como material de base y/o referencia para futuros estu-
dios científicos y de divulgación. Los nidos de aves ricos
en datos se encuentran en muchas de las principales
especies naturales, así como también, colecciones aso-
ciadas presentes en distintos museos de Historia Natu-
ral.
Considerar los nidos de aves como colecciones auxiliares
de estudios ornitológicos, ayudan a evaluar la preferen-
cia que tienen las especies sobre los recursos materiales
con los que disponen en sus hábitats.
Por otro lado, mencionar la importancia de los datos
asociados a las distintas colecciones, en particular, la
datación y bio referenciación, que no fuerontomados en
cuenta en el registro de la mayoría de las muestras pre-
sentes en la colección de nidos del Museo de Historia
Natural de Valparaíso.
La colección de nidos del Museo de Historia Natural de
Valparaíso se encuentra disponible para ser consultada
e investigada, siendo parte de nuestra tarea la conserva-
ción y preservación, como también incentivar la investi-
gación y el conocimiento de la historia natural.
CONCLUSIÓN
La colección nidos presentes en el Museo de Historia
Natural de Valparaíso es variada y diversa en relación a
las especies representadas y al tipo de nidificación
presente, si bien, los nidos más representativos en la
colección son los paseriformestiene directa relación con
el tipo de aves y la construcción de este orden que es
más frecuente (periodicidad estacional), además de la
representación en la zona, por ende, el tipo de nido que
puede ser colectado.
Colección de nidos de aves del Museo...
Cada especie de ave como individuo construye su propio
nido, ya sea con un gran trabajo o una depresión en la
arena, cada cual cubrirá las necesidades de la especie en
termorregulación, protección y calidad del nido.
Existen diferencias entre familias y entre las mismas
especies, dependiendo de la zona en la que habite, aun-
que siempre respondiendo al objetivo final del éxito de
la reproducción del ave.
La correcta conservación y cuidado de los nidos como
piezas de colección, tiene gran valor en cuanto a investi-
gación y estudios de la ornitología.
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69
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 70-90
HONGOS ANEMÓFILOS PRESENTES EN
ALGUNOS MESES DE INVIERNO Y VERANO
AL INTERIOR DE DEPOSITOS DE
COLECCIONES BIOLÓGICAS,
ARQUEOLOGICAS Y PATRIMONIALES DEL
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE
VALPARAISO.
Anabell Lafuente* y Eduardo Piontelli**
RESUMEN: La investigación se llevó a cabo en el Museo
de Historia Natural de Valparaíso, realizándose durante
dos meses de la estación invierno 2018 y verano 2019,
consistió en la determinación de hongos anemófilos
presentes en los depósitos de colección, los cuales
albergan colecciones biológicas, arqueológicas y
patrimoniales. Nuestro objetivo principal es conocer los
géneros fúngicos presentes y la predominancia de estos
en los depósitos de estas colecciones, mediante un
muestreo basado en la decantación en placas con agar
papa-zanahoria. La abundancia relativa de los géneros
fúngicos encontrados, fue principalmente el género
Cladosporium en ambas estaciones, 46,3% en invierno y
un 47,9% en verano.
El género Penicillium subgénero penicillium, represento
un 27,4% de los géneros captados en invierno y un
32,3% en verano. En referencia a los depósitos, el que
presento la mayor abundancia fue el depósito 6,
(Arqueología A) con 8 géneros presentes, seguido del
depósito 5 (Biología 3) con 6 géneros en estación de
invierno. En verano el depósito 5 (Biología 3) y depósito
1 (depósito Control de Vectores) ambos con 8 géneros,
seguido del depósito 6 (Arqueología A) con 6 géneros.
PALABRAS CLAVES: Museo de Historia Natural,
depósitos de Colección, hongos anemófilos.
* Ingeniero en Medio Ambiente y Recursos Naturales. Museo de Historia Natural de Valparaíso, Chile. Departamento de Ciencias e
Investigación. Encargada de Biología y Gestión de Exhibición Permanente MHNV, contacto: anabell.lafuente(Wmuseoschile.gob.cl; contacto
para correspondencia: Anabell.lafuenteOgmail.com.
** Universidad de Valparaíso, Esc. de Medicina, ex profesor titular y emérito especialidad Micología. Valparaíso, Chile. Contacto:
eduardopiontelliWhotmail.com.
ABSTRACT: The investigation was carried out in the
Museum of Natural History of Valparaíso, carried out
duringtwo months ofthe winter 2018 and summer 2019
season, consisted of the determination of anemophilic
fungi present in the collection deposits, which house
biological collections, archaeological and heritage. Our
main objective is to know the fungal genera present and
the predominance of these in the deposits of these col-
lections, by sampling based on the decantation in plates
with carrot-potato agar. The relative abundance of the
fungal genera found, was mainly the Cladosporium
genus in both seasons, 46.3% in winter and 47.9% in
summer. The genus Penicillium subgenus penicillium,
represents 27.4% of the genera captured in winter and
32.3% in summer. In reference to the deposits, the one
that presented the greatest abundance was deposit 6,
(Archeology A) with 8 genera present, followed by
deposit 5 (Biology 3) with 6 genera in winter season. In
summer, deposit 5 (Biology 3) and deposit 1 (Vector Con-
trol deposit) both with 8 genres, followed by deposit 6,
Archeology A with 6 genera.
KEYWORDS: Natural History Museum, Collection
deposits, anemophilic fungi.
INTRODUCCIÓN
Los microorganismos así como esporas, ácaros y polen
son componentes naturales del aire en ambientes inter-
nos y pueden ser transportados desde el exterior por
partículas aerobiológicas que pueden establecerse en el
polvo (Labarrere et al. 2003).
Muchos hongos y bacterias producen daños graves en
materiales históricos, que se descomponen a partir del
impacto de enzimas específicas, celulasas, proteasas,
lignasas y ácidos orgánicos. Los hongos son particular-
mente peligrosos porque muestran una tolerancia sus-
tanciala las condiciones ambientales, además de produ-
Lafuente, A. y Piontelli, E.
cir esporas que se dispersan fácilmente al mover el aire
(Valentin, 2007).
Se ha demostrado que la composición de los microorga-
nismo en ambientes cerrados puede variar tanto en cali-
dad como en cantidad de acuerdo a factores como
microbiota predominante en el aire exterior, tipo de
edificación, ubicación geográfica, cantidad de personas
presentes y actividades que se realizan, condiciones
climáticas como humedad relativa y temperatura,
puntos cercanos de formaciones vegetales, sistemas de
ventilación y mantenciones y limpieza del espacio (Jones
y Harrison 2003; Maggi et al. 2000; Nevalainen y
Morawska2009; O'Gorman y Fuller 2008; Pyrri y Kapsa-
naki-Gotsi 2007, Shelton et al. 2002).
Para el caso de los hongos presentes en ambientes inter-
nos, la mayoría son saprofíticos, porque ellos obtienen
lo que necesitan para su metabolismo de materiales
muertos, materia orgánica o sustratos como madera,
papel, pintura, suelo, polvo, piel y alimentos (Albright et
al. 2001; Lafuente et al. 2018; Zúñiga et al. 2017).
Muchos autores consideran que se hace imprescindible
conocer la composición y la calidad microbiana de
ambientes internos como mecanismo más elemental de
prevención de enfermedades y para conocer el riesgo al
que están expuestos los materiales y documentos (Laba-
rrere etal. 2003; Borrego et al. 2008).
Bajo la necesidad fundamental del resguardo de las
colecciones que alberga el Museo, es que se desarrolla
esta investigación a fin de conocer los géneros fúngicos
presentes en los depósitos de colección, y poder esta-
blecer una relación con las variables ambientales y el
uso de estos espacios, asociado al potencial biodeterio-
ro que puede ocasionar a las colecciones, y afección de
enfermedades por parte del personal que trabaja con
estas.
E
MATERIALES Y METODOS
Características de los depósitos
El presente estudio se realizó en el Museo de Historia
Natural de Valparaíso, especificamente en el edificio
Carlos Porter, el cual alberga los depósitos de coleccio-
nes biológicas, arqueológicas y patrimoniales, además
de ubicarse las oficinas administrativas del Museo.
EDIFICIO ANEXO PLANTA SUBTERRÁNEO
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m
>
Hongos Anemófilos presentes ...
Los depósitos de colecciones biológicas son 4 espacios
que se distribuyen desde el subterráneo, segundo y ter-
cer piso del edificio, mientras que las arqueológicas se
ubican en el cuarto piso y altillo del mismo, y las patrimo-
niales se encuentra en el subterráneo.
A continuación se presenta la distribución y descripción
de los depósitos mencionados, en las plantas de cada
piso del edificio Carlos Porter.
Figura 1. Plano subterráneo, ubicación de Depósitos y Sala control de vectores en edificio Carlos Porter
Los depósitos ubicados en el subterráneo, Biología 1,
Patrimonio, Depósitos y Sala Control de vectores (Figu-
ra 1) se ubican de manera contigua y están conformados
por hormigón armado.
El Depósito Biología Subterráneo no cuenta con venta-
nas, pero si con extracción de aire forzado, el cual se
utiliza de manera esporádica. En este espacio se almace-
nan colecciones húmedas, de minerales, fósiles, molus-
cos chilenos y extranjeros, todos ubicados en estante-
rías modulares metálicas.
El Depósito Patrimonio no cuenta con ventanas o extrac-
ción de aire de ningún tipo, alberga colecciones de diver-
sas materialidades, como líticos, madera, metal, cerámi-
cas y restos óseos de origen animal, todas ubicadas en
estanterías modulares metálicas en sus respectivos
embalajes. Además de colecciones que por su dimen-
sión están directamente en el piso.
La Sala Control de Vectores se divide en dos espacios,
uno pequeño donde se ubican congeladores, siendo
EDIFICIO ANEXO PLANTA PISO 2
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' rl A A ANA -. ESTO
Lafuente, A. y Piontelli, E
usados para fumigación en frío de las colecciones, con-
tando con extracción de aire forzado, mientras que la
sala de mayor tamaño se usa para posterior aclimata-
ción de las piezas sometidas a golpe de frío, por lo que
cuenta con estanterías cerradas metálicas. Esta sala
carece de ventanas, pero si tiene una puerta metálica de
dos hojas en el techo, la cual conecta con el área de
ingreso de funcionarios y vehículos al museo, siendo
utilizada para almacenar colecciones de grandes dimen-
siones, por lo que es abierta solo en estos casos excep-
cionales.
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Figura 2. Planta segundo piso, ubicación de Depósito Biología 2 en Edificio Carlos Porter.
El Depósito Biología 2, ubicado en el 2do piso del edificio
almacena colecciones biológicas, en su mayoría mamí-
feros, colección CITES y colección osteológica. Está con-
formado por hormigón armado, carece de ventanas,
EDIFICIO ANEXO PLANTA PISO 3
q a,
h
£, Queer y E. Sot
WI > NY Mad
Hongos Anemófilos presentes ...
pero cuenta con extracción de aire forzado la cual se
activa de forma manual y esporádicamente. Todas las
colecciones se almacenan en estanterías modulares
metálicas.
Dile Drezcos
WEN
Figura 3. Planta tercer piso, ubicación Depósito Biología 3 en Edificio Carlos Porter.
El Depósito 3, alberga colecciones de aves, herbarios,
invertebrados y peces taxidermizados, cuenta con cinco
ventanales, distribuidos tres con dirección hacia la calle
posterior al edificio, colindando con Calle Aldunate, y
dos que están hacia el interior, colindando con la oficina
del Departamento de Ciencias e Investigación. Estas
ventanas se encuentran cerradas solo con un sistema
depestillo o seguro y cuentan con cortinas roller black
out. Este Depósito se encuentra subdividido en dos
pisos, siendo el segundo una plataforma interior de
estructura de fierro con piso de terciado estructural. En
este piso se ubica un puesto de trabajo utilizado por la
Encargada de Colecciones Biológicas para labores de
ingreso a inventario de colecciones, además de ubicarse
cajas de plástico que almacenan colecciones, mientras
que el 1er piso solo contiene estanterías cerradas metá-
licas con colecciones en su interior, además de ubicarse
colecciones de aves de gran tamaño con bases de made-
ra y cubiertas de papel tyvek.
74
EDIFICIO ANEXO PLANTA PISO 4
q Es
ui E ducto
Lafuente, A. y Piontelli, E
Figura 4. Planta cuarto piso, ubicación de Depósito Arqueología A1 y Arqueología B, en Edificio Carlos Porter.
El Depósito de Arqueología B, es un espacio que se divi-
de en dos habitaciones, una pequeña en el fondo y otra
de mayor tamaño al frente. La sala más pequeña cuenta
con ventanales en ambos costados, con cortinas roller y
blackout. En la sala de mayor dimensión se ubican cua-
tro ventanas de arco, dos ubicadas hacia la zona poste-
rior del Museo y dos hacia el comedor de este, cuentan
con cierre de pestillo y cortinas roller blackout.
Ambos espacios cuentan con estanterías modulares
metálicas, para almacenar las colecciones en sus respec-
tivos embalajes, cuyas materialidades principales son
cuero, metal, madera, cerámicas y lítico.
El Depósito A1 y A2 son una sola unidad pero se divide en
dos pisos, A1 corresponde al primer piso, cuenta con
tres ventanales que se ubican en dirección posterior al
edificio, se mantienen cerradas con sistema de pestillo, y
cortinas de tela. Hacia el frontis del edificio presenta dos
ventanas de arco, que colindan con la oficina del Área de
Arqueología, manteniéndose igualmente tapadas con
cortinas de tela.
En este primer piso al que llamamos Al, es donde se
guardan distintas colecciones cuya conformación res-
ponde a diversos materiales como, cerámicas, fibra
vegetal, plumas, fibra animal, cuero, líticos y restos
óseos de origen animal y humano.
75
EDIFICIO ANEXO PLANTA ALTILLO
JAI LPRA ADAN TA
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Hongos Anemófilos presentes ...
AP Le |
|
Ñ
Figura 5. Planta Altillo, ubicación de Depósito Arqueología A2 en Edificio Carlos Porter.
Mientras que el 2do piso del Depósito, que corresponde
a A.2, se ubica en el altillo del edificio, conformado por
hormigón armado y techumbre. Esta última construida
de vigas de metalcon, cielo de volcanita y latas de zinc,
sin aislación térmica. Este espacio es de mayor dimen-
sión que el 1er piso, cuenta con tres estaciones de traba-
jo, donde se ubica esporádicamente la encargada de
Colecciones Arqueológicas y personal técnico del
Museo por labores de restauración, limpieza o embala-
jes de colecciones. Además, esta Área recibe frecuente-
mente alumnos en práctica o investigadores externos
que también realizan labores en estos puestos de traba-
jo al interior del Depósito.
Hacia el fondo del altillo se encuentran estanterías metá-
licas que contienen libros y carpetas de registros de
colecciones del Área, adicionalmente se ubica en esta
zona el rack que contiene todo el sistema de switch e
internet del edificio administrativo.
Es importante mencionar que bajo el depósito A.2 se
encuentra la cocina del Museo, lugar donde funciona-
rios calientan sus alimentos a la hora de almuerzo y
donde se ubica el hervidor, cafetera, refrigerador y
microondas a disposición para uso de estos. El techo de
la cocina es el piso del depósito, el que no se encuentra
cerrada herméticamente, quedando un espacio abierto
entre el techo de la cocina y la pared-ventana hacia la
parte posterior del edificio, con una ranura de 1,5 mt. de
longitud con 6cm. de ancho aproximadamente, contan-
do con dossecciones de iguales dimensiones en la coci-
76
na, además en la pared hacia el interior del edificio ocu-
rre lo mismo, existiendo dos ranuras similares quedando
en contacto esa zona del depósito con el espacio de esca-
lera y circulación del 4to piso del edificio.
Muestreo y análisis micológico
Para el desarrollo del Estudio se utilizó la preparación de
agar papa-zanahoria, añadiendo cloranfenicol
(200mg/It) a fin de inhibir el crecimiento de bacterias.
El muestreo se realizó con una frecuencia bimensual,
Lafuente, A. y Piontelli, E.
durante dos meses de la estación invierno, siendo estos
agosto y septiembre 2018, y durante dos meses de la
estación verano, en diciembre y febrero 2019.
Se utilizó como método de colecta el de sedimentación
en placa, con un periodo de 15 minutos abiertos, a una
altura aproximada de 1,5 metros para luego incubarlas a
22 -24”C durante 7 días.
De cada depósito se tomaron 3 puntos de muestreo,
distribuyéndose como se muestra en la Tabla 1:
Tabla 1. Distribución de puntos de muestreo al interior de los depósitos de colección estudiados.
Distribución de puntos de muestreo.
Depósito
Colecciones
Biológicas -1.
Depósito
Patrimonio.
Sala Control de
Vectores.
Depósito Colecciones
Biológicas 2.
Dónde:
me» Indica puerta de ingreso al Depósito.
6%) Punto de muestreo en Depósito.
Je
Hongos Anemófilos presentes ...
Tabla 1. Distribución de puntos de muestreo al interior de los depósitos de colección estudiados.
An
Depósito Colecciones
Biológicas 3.
y ]
' Pd A
Depósito
Arqueología “41”.
Depósito
Arqueología "B”. dnde de de papis
A A
Depósito Arqueología
A
St
— > > AA O A a AAA A e A pi e A
e PO a a P. - —
Dónde:
sl indica puerta de ingreso al Depósito.
6% Punto de muestreo en Depósito.
78
Posterior al muestreo y el periodo de incubación se ana-
lizan las colonias utilizando la clave del “Manual de
Microhongos Filamentosos Comunes l” (2017) de E.
Piontelli.
Para el análisis de los datos obtenidos se realizaron
tablas y gráficos, donde se especifican los meses en los
que se muestreo, determinando la densidad relativa
(DR) Smith (Smith, 1980), de los géneros de hongos
encontrados, con la siguiente formula:
DR = Numero de colonias del género o especie x 100
Número total de colonias de todos los géneros o especies.
En cuanto a las variables ambientales, están fueron
tomadas con un equipo datalogger marca Onset*
HOBO?* temp/RH Modelo UX100-011 logger el cual
Lafuente, A. y Piontelli, E.
registro los datos de temperatura (*C) y Humedad relati-
va (%) en todos los depósitos que abarca esta investiga-
ción.
El equipo se ubicó en el centro de cada depósito y fue
registrando los datos al mismo tiempo en que se realiza-
ba el muestreo en placa (15 minutos), con un intervalo
de toma de datos de 5 min, para luego obtener la tempe-
ratura y humedad relativa promedio, obteniendo los
datos que se expone en la Tabla 2.
RESULTADOS
De acuerdo a los meses en estudio se obtuvieron los
siguientes datos de temperatura (*C) y humedad relativa
(HR%) (Tabla2), para cada depósito de colección (Perio-
doinvierno 2018- verano 2019).
Depósitos / mes Agosto Septiembre Diciembre Febrero
TC HR% TC HR% TC HR% DA HR%
Deposito control de — 20,7 7A 20,7 72 26,2 65 26,6 68
vectores.
Depósito de 16,5 65 18,5 7O 21,3 60 23,4 63
Patrimonio.
Depósito de 19,6 74 19,8 73 24,3 7O 25,3 73
Biología 1.
Depósito de 19,8 74 19,9 71 25,1 67 25.6 7O
Biología 2.
Depósito de 18,8 76 19,8 7O 25,0 66 25,8 71
Biología 3.
Depósito de 19,7 57 23,4 68 20.5 61 25,9 60
Arqueología A.
Depósito de 13,9 64 Fr | 68 23,1 63 24,5 60
Arqueología B.
Tabla 2. variables temperatura (*C) y humedad relativa (%) registradas en los meses de estudio en los depósitos de colecciones del Museo de
Historia Natural de Valparaíso.
79
Hongos Anemófilos presentes ...
Es importante mencionar que estos datos se obtuvieron La carga fúngica está representada en unidades forma-
de manera puntual durante el tiempo en que la placa doras de colonias (UFC) respecto alos géneros encontra-
estuvo expuesta a la captura de esporas por decantación dosenlos depósitos de colección son los siguientes:
en cada Depósito (ver en muestreo y análisis micológi-
co).
Tabla 3. Carga fúngica en unidades formadoras de colonias (UFC) encontrada en cada Depósito de colección, durante meses de invierno 2018.
|
Hongos / Agosto Septiembre
depósitos de (UFC) (UFC)
colección. IAE AFA, —””»>EATTREEAAT AA =z>z>=>”>»>S
DI D2 D3 D4 D5 D6 DY Total Di D2 D3 D4 D5 DG D7 Total
Alternaría A 2 Zo 1 — 1
Aspergillus 1 e 2 -- -- 5 -- 10 -- -- 1 -- -- 3 -- d
Aspergillus -- -- -- -- -- -- -- 0 -- -- 1 -- -- 2 -- 3
grupo
versicolor
Botrytis -- -- -- -- 1 -- -- 1 -- -- -- -- -- -- -- 0
Cladosporium 1 -- 1 5 16 32 7 62 3 -- 1 -- 5 Y 5 26
Penicillium == - — 1 -- 1 == o - — 1 1 -- 2
subgénero
aspergilloides
Penicillium -- 5 3 -- 3 1 24 2 1 1 q 2 14 6 28
subgénero
penicilliuim
Sin fructificar 5 -- 4 1 3 3 1 17 1 -- -- 1 1 3 -- 6
blanco
Sin fructificar -- o A 1 1 1 A o 1
dematiaceo
Sin fructificar -- -- -- -- -- 1 -- 1 -- -- -- -- -- -- -- 0
hialino
Total : 7 7,10 6 25 54 10 119 7 1 4 3 9 36 11 71
Dónde:
D1: Depósito control de vectores. D2: Depósito de Patrimonio. D3: Depósito de Biología 1. D4: Depósito de Biología 2.
D5: Depósito de Biología 3. D6: Depósito de Arqueología A. D7: Depósito de Arqueología B.
80
Lafuente, A. y Piontelli, E.
Tabla 4. Carga fúngica en unidades formadoras de colonias (UFC) encontrada en cada Depósito de colección, durante meses de verano 2019.
d eS / Diciembre Febrero
epósitos de
RE (UFC) (UFC)
colección.
D1 D2 D3 D4 D5 DG D7 Total Di D2 D3 D4 D5 DG D7 Total
Aerobasidium — -- 1 = — = 1 == A AR 0
var. Pullulans
Alternaria -- -- -- == 2 —- 2 -- -- -- -- 1 1 -- 2
Aspergillus 1 -- -- -- 2 -- -- 3 -- -- — A 1 1
Aspergillus 1 -- -- -- -- -- -- 1 -- -- -- -- -- -- 1 1
grupo
versicolor
Cladosporium 2 1 -- -- 1 1 1 6 14 — -- 10 20 24 17 85
MAA, FAA
blanca
Levadura 1 -- -- -- -- -- -- 1 -- -- -- -- -- -- -- [1]
rosada
Penicillium 1 1 = o — 1 = o — 3 > — -- 1 == — 1
subgénero
aspergilloides
Penicillium -- -- == — = o 0 == 1 ZA 1
grupo
erysogenum
Penicillium 5 5 a 3 y 5 2 33 da 3 1 5 4 6 8 29
subgénero
penicillium
Phoma -- -- -- -- 1 -- -- 1 -- -- -- -- -- -- -- 0
Rizopus -- -- -- -- -- -- -- 0 2 1 3 1 3 3 1 14
Sin fructificar 1 -- -- -- -- -- -—- 1 1 -- — -- 2 2 -- 5
blanco
Total : 12 7 5 3 14 8 3 32 19 4 5 16 31 37 28 140
Dónde:
D1: Depósito control de vectores. D2: Depósito de Patrimonio. D3: Depósito de Biología 1. D4: Depósito de Biología 2.
D5: Depósito de Biología 3. D6: Depósito de Arqueología A. D7: Depósito de Arqueología B.
Se determina una abundancia de 16 géneros fúngicos
presentes, distribuidos en los depósitos de colección
del Edificio Carlos Porterdel Museo. A continuación la
Hongos Anemófilos presentes ...
gráfica representa la concentración de UFC totales pre-
sentes durante el estudio por depósito de colección.
Gráfico 1. UFCtotales de géneros fúngicos presentes por depósito de colección.
80
FO
60
e 50
“0
+
E 40
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30
= »D2
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E
Generos fungicos
De acuerdo alos resultados obtenidos se determina que
en la estación de invierno los géneros más abundantes
son las especies de Cladosporium, registrando 88 UFC
correspondientes al 46,3% de las colonias aisladas en la
estación, siendo la segunda con mayor abundancia el
Penicillium subgénero penicillium con 52 UFC, equiva-
lente al 27,4% de las muestras de esta estación.
Respecto a la estación de verano, se determinó que el
Cladosporium fue el género con mayor número de colo-
nias, con 91 UFC, representando el 47,9% de las cepas
cultivadas en la estación, así mismo el Penicillium subgé-
nero penicillium fue el segundo más abundante con 62
UFC, con el 32,3% del total de colonias presente en los
depósitos en la estación.
82
Los gráficos 2 y 3 muestran la relación de cada estación
respetoa las abundancias de géneros fúngicos encon- (UFC).
Gráfico 2. Géneros fúngicos más abundantes en Invierno respecto a UFCtotales presentes.
UFC, Estación Invierno.
100
90
80
2 60
go
50
2 20
30
20
10
o Penicilli
enicillium E a
Cladosporium subgenero Sin Jructificar Aspergillus
ae (blanco)
penicillium
mk AGosto 62 24 17 10
—Y- Septiembre 26 28 6 4
—$ Total 88 52 23 14
Generos Fungicos
Gráfico 3. Géneros fúngicos más abundantes en Verano respecto a UFCtotales presentes.
UFC, Estacion Verano
100
90
80
70
ES
2 40
30
20
10 =
0 aer >
Penicillium Penicillium
Cladosporium subgenero Aspergillus subgenero Rizopus
penicillium aspergoliode
—Y Diciembre 6 33 3 3 0
mk Febrero 85 29 0 0 14
—$= Total 91 62 3 - 14
Generos Fungicos
Lafuente, A. y Piontelli, E.
trados, expresados en unidades formadoras de colonias
om AgGosto
Y Septiembre
ek | otal
en Diciembre
(em Febrero
Y Otal
83
En cuanto a la densidad relativa, en los meses en que se
llevó a cabo el muestreo, se registra al género Cladospo-
rium y Penicillium subgénero penicillium como los géne-
ros predominantes, estando presentes todos los meses
en primero segundo lugar en abundancia de UFC al inte-
rior de los depósitos de colección.
Hongos Anemófilos presentes ...
De acuerdo a esto se registra que en los meses de agosto
y febrero, el género Cladosporium represento un 52% y
un61%respectivamente.
El género Penicillium subgénero penicillium es el más
abundante en presencia de colonias durante los meses
de septiembre y diciembre con un 39% y 61% respectiva-
mente.
Gráfico 4. Densidad Relativa de los géneros fúngicos con mayor presencia, obtenidos en los meses de estudio.
% Presencia de UFC
Penicillium
subgenero
penicillium
Cladosporium Sin fructificar
(blanco)
— — Agosto
— =—=Septiembre
= =—Diciembre
= =—Febrero
Penicillium Rizopus
subgenero
aspergiliode
Aspergillus
Generos Fungicos. |
La mayor abundancia de UFC en los meses de muestreo
se presentó durante el mes de febrero con 140 UFC
seguido de Agosto con 119 UFC, lo que se atribuye prin-
cipalmente a que en estos meses hubo más movimiento
al interior de los depósitos, y es donde se registraron los
valores más altos de humedad relativa.
El gráfico a continuación muestra el total de unidades
formadoras de colonias (UFC) presentes en los meses en
que se realizó el muestreo en los depósitos de colección.
84
Gráfico 5: UFCtotales en relación al mes de muestreo.
160 +
140
140 -
119
120 -
100
Á 80 — 71 —
60 52 nm UFC
40 -
20
10)
Agosto Septiembre Diciembre Febrero
Meses de muestreo
Respecto a los depósitos de colección, durante el invier-
no los depósitos que presentaron mayor abundancia de
géneros fúngicos fueron el D6: Depósito Arqueología A,
D5: Depósito Biología 3 y D3: Depósito Biología 1, con
13,9y8géneros presentes respectivamente.
En cuanto al comportamiento de los géneros presentes
en verano, los depósitos con mayor abundancia fueron
el D1: Depósito Control de Vectores, D5: Depósito Biolo-
gía 3 y D6: Depósito Arqueología A, con 11 géneros en D1
yD5y9 géneros presentes en D6.
La gráfica a continuación muestra el total de géneros
fúngicos presentes en cada depósito de colección duran-
te la estación invierno y verano.
Gráfico 6. N” Géneros fúngicos presentes por en Depósitos de
colección.
mM Verano 2019
ma invierno 2018
N* Generos Presentes
D1 D2 D3 Da DS D6 D7
Depositos de Colección.
Lafuente, A. y Piontelli, E.
DISCUSIÓN
Se determina una abundancia relativa de 16 géneros
fúngicos, los que se distribuyen en los distintos depósi-
tos de colección, de estos, se identifica que tres son los
que presentan la mayor diversidad de géneros durante
el tiempo que se realizó este estudio, siendo estos el D1
con 13 géneros y D5 y D6 con 14 géneros respectivamen-
te.
En cuanto a los géneros fúngicos con mayores abundan-
cias encontramos al Cladosporium, Penicillium subgéne-
ro penicillium ambos géneros muy comunes, abierta-
mente conocidos y encontrados en ambientes cerrados
como museos y bibliotecas (Lafuente et al. 2018; Zúñiga
et al. 2017; Daniela S. Nitiu et al. 2015; Rodriguez, J.
2016; BorregoS, etal. 2014).
La presencia de Cladosporium concuerda con otros estu-
dios, los cuales mencionan que este género se puede
encontrar durante todo el año, además de ser conside-
rado como un género cosmopolita, especialmente en
regiones templadas (Albright, D. 2001; Viitanen H. et al.
2010).
Para el caso de Chile, existe un trabajo previo realizado
en el Archivo Nacional (Zúñiga. et al. 2017), cuyo estudio
consistió en conocer la carga fúngica al interior de algu-
nos de sus depósitos, si bien la metodología empleada
no es la misma que se presenta en esta investigación, es
el primer trabajo que existe en el país y presenta caracte-
rísticas similares al ser un estudio realizado en un área
cerrada como lo es un depósito de colecciones, permi-
tiendo establecer una comparación con nuestro estudio,
coincidiendo en que los géneros con mayor presencia
son Cladosporium y Penicillium, reafirmando lo que
menciona la literatura respecto a que estos son habi-
tuales de encontrar en ambientes de interior como
bibliotecas, museo, archivos e incluso en hogares (Bo-
rregoS.etal, 2010).
85
En este sentido el año 2018 fue publicado un trabajo
realizado en las salas de exhibición del Museo de Histo-
ria Natural de Valparaíso (Lafuente €: Piontelli, 2018),
que si bien presenta características climáticas y de uso
distintos a los de depósitos de colección, los resultados
obtenidos son muy similares, obteniendo como géneros
fúngicos más representativos al Cladosporuim y Penici-
llium subgénero penicillium, reafirmando que ambos
son los géneros predominantes porexcelencia.
En cuanto a los depósitos de colección donde se obtu-
vieron las mayores cantidades de géneros fúngicos (D1,
D5 y D6), coinciden con ser los espacios que presentan
mayor circulación de personal interno o externo, es
decir, mantienen un movimiento frecuente de personas,
ya sea visitas de investigadores o labores propias de los
Encargados del Área.
Para el caso de DÍ, es un área de paso de colecciones,
por procedimientos de conservación de piezas, sin
embargo, también se utiliza para recepción e ingreso de
piezas nuevas al Museo, este tránsito frecuente y el apor-
te que ingresa por la puerta de techo, por acción del
viento, ya que, no está cerrada herméticamente, suma-
do a la ubicación en el área de ingreso del personal y
vehículos al Museo, genera un particulado diverso.
El D5, es un espacio que alberga en su interior una esta-
ción de trabajo, en la cual la Encargada de Colecciones
Biológica trabaja durante algunas horas al día o días
completos en ingreso de colecciones u otras actividades
respectivas, manteniendo la puerta abierta o junta por
temas de seguridad, influyendo en algunos cambios
climáticos variables (T”C y HR%).
El D6, es el depósito que presento mayor carga fúngica
(UFC) en verano y en invierno obteniendo la segunda
mayoría, además de presentar la mayor abundancia en
géneros presentes. Este espacio si bien está dividido en
Hongos Anemófilos presentes ...
dos pisos, también alberga tres estaciones de trabajo,
las cuales se ubican en el 2do piso y están a disposición
para labores de ingreso de colecciones de la Encargada
del Área, y para las investigadoras que han trabajado el
último año con la colección de textiles.
El depósito se abre una vez por semana, con entrada y
salida de personal. Además dos veces por semana se
realizan labores de embalajes o mantención de coleccio-
nes en el interior. La ubicación de este y las característi-
cas de la construcción de techumbre, carentes de siste-
mas de aislación térmica, hacen que esta sala, y más
especificamente en el 2do piso, reciba aportes de tem-
peratura y humedad relativa directamente desde el
exterior.
Así mismo recibe todo los aportes de humedad prove-
nientes del uso diario de la cocina (hervidor principal-
mente), sumado a olores y polvo en suspensión.
Si bien se corroboró que no hay actualmente coleccio-
nes que estén manifestando deterioro por contamina-
ción fúngica, se deben mejorar las condiciones construc-
tivas del techo de este, y del cierre con el piso que se
encuentra abajo del depósito, de manera de evitar apor-
tes externos tanto de agentes físicos como variaciones
bruscas de variables ambientales, a fin de cuidar el patri-
monio y la salud del personal que ahí trabaja.
Respecto a las condiciones ambientales de los depósitos
se observa un tendencia promedio, que eleva la tempe-
ratura en 5”C y reduce de la humedad relativa entre un
5% a 10% entre invierno y verano respectivamente. En
este sentido y de acuerdo a Normas climáticas de
referencia (Michalski, S. 2009) se establecen los siguien-
tes valores para Museos:
86
Lafuente, A. y Piontelli, E.
Tabla 5. Normas climáticas de referencia para colecciones de Museo (Michalski, S. 2009; |CCROM).
Valores
TC Min. 18"C — Max. 24*C
HR% Min. 45% - Max. 65%
Siguiendo las referencias mencionadas, si bien los valo-
res de temperatura se encuentran dentro de los rangos
adecuados para colecciones patrimoniales, la humedad
relativa supera en casi todos los depósitos lo indicado
por las Normas.
Fluctuación
Igual o inferior a 3*C diarios.
Igual o inferior a 5% diarios.
Esto se atribuye principalmente por la falta de sistema
automáticos de extracción de aire en los depósitos, los
cuales son activados de forma manual y no cuentan con
un programa periódico de funcionamiento. Respecto a
los organismos causantes de biodeterioro, Viitanen, H.
2010, establece lo siguiente (Tabla 6).
Tabla 6. Organismos causantes de biodeterioro y condiciones ambientales en las cuales se desarrollan.
Tipo de s
, Daños o alteraciones que causan
organismo
Desarrollo en superficie en
Mohos
y distintos materiales, olor y
hongos problemas de salud.
Diferentes tipos de deterioro en
madera (pudrición blanda,
podredumbre parda o pudrición
blanca) también muchos otros
materiales pueden ser
deteriorados con pérdida de
Hongos de
pudrición
resistencia.
Fuente: Viitanen, H.; et. al, (2010)
Rangos de HR/
contenido de agua
(MC)
RH ambiente > 75%,
depende de la
duración, temperatura
y las especies fúngicas.
Rangos de temperatura
PC)
RH > 95%, MC > 25 —
120%, dependerá de la
duración, temperatura
y materiales.
87
Respecto a los rangos en que los hongos podrían poten-
cialmente generar un daño a colecciones, por los rangos
de humedad relativa (Tabla 6), estos fueron cercanos en
invierno al 75%, en el deposito Biología 3 (D5), aun así
no se registraron ataques atribuibles a este tipo de
microorganismos. Aun así, es importante mantener las
condiciones de limpieza y ventilación adecuadas para
evitar que pudieran afectarse las colecciones.
Si bien solo en el caso del depósito Biología 1 (D3), se
obtuvo un valor de humedad relativa Alto (ver Tabla 2),
se observa que todas estas variables son iguales o supe-
riores al 70%, atribuyendo estos valores a las coleccio-
nes húmedas que allí se almacenan. Estas colecciones si
bien están selladas con silicona, están constantemente
evaporándose y por lo tanto se realizan cada cierto tiem-
porellenos de los frascos o acuarios.
CONCLUSIÓN
De acuerdo a los resultados obtenidos en el presente
estudio, se concluye lo siguiente:
1. El depósito 6 de arqueología tuvo el mayor núme-
ro de colonización fúngica, debido a la falta de aisla-
miento en el techo, la comunicación con otros espacios
como la cocina y pasillo de circulación, convirtiéndose
en un ambiente propenso a la contaminación y fluctua-
ciones de Temperatura y Humedad Relativa. Además el
almacenamiento de textiles complica la situación por
ser sensibles a cambios tanto ambientales como a los
agentes físicos.
Za Si bien existen rangos de valores ambientales
óptimos o recomendables para almacenar o exponer
colecciones en museos, es importante tener presente
que las condiciones en que se ubican las piezas de colec-
ción en el tiempo, presumen una aclimatación de estas,
es decir, una adecuación natural a las variables que allí
Hongos Anemófilos presentes ...
se presenten, sin que se genere necesariamente dete-
rioro, como en nuestro caso, por lo que se recomienda
estudiar las condiciones de los depósitos como mínimo
durante un periodo anual y evaluar el comportamiento
estacional, además de incluir un programa de control
ambiental constante de estos espacios.
3 Si bien este estudio se enfocó en identificar los
géneros fúngicos presentes en los depósitos de colec-
ción, es recomendable aplicar una metodología más
cuantificable en cuanto a concentración de esporas
fúngicas por área de depósito (UFC/m3), ya que al detec-
tar que los géneros predominantes son Cladosporium y
Penicillium subgénero penicillium, conocidos alérgenos,
es importante establecer su concentración de manera
que los resultados permitan realizar seguimientos del
comportamiento de las esporas presentes, y establecer
si puede afectar la conservación de las colecciones y la
salud de las personas que trabajan al interior.
4. A pesar de que las condiciones de nuestro museo
no son las ideales, por ser un museo mixto (en cuanto a
las materialidades) y sin intervención climática constan-
te, el ambiente hasta ahora en conjunto con los progra-
mas de mantención, ha manifestado ser favorable en
conservar en buen estado las variadas colecciones, a
pesar de los organismos aislados.
AGRADECIMIENTOS
Los más sinceros agradecimientos a la Dirección del
Museo de Historia Natural de Valparaíso, Sra. Loredana
Rosso Elorriaga, por su apoyo en la investigación, a Ser-
gio Quiroz, Curador del Museo de Historia Natural de
Valparaíso, por su constante apoyo en el desarrollo de
investigación en el Museo, a Dr. Eduardo Piontelli por su
enorme aporte y excelente voluntad de trabajo, y a la
Sra. Angélica Carvajal por toda su ayuda y apoyo clave en
el desarrollo de esta investigación ¡Gracias por todo!
88
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90
ANALES Mocioca
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 91-100
NEMÁTODOS EN LAS METRÓPOLIS:
ANIMALES FANTÁSTICOS DE NUESTROS
SUELOS Y CÓMO ENCONTRARLOS.
NEMATODES INSIDE THE METROPOLIS: FANTASTIC
ANIMALS OF OUR SOILS AND HOW TO FIND THEM.
Scarlett E. Delgado*, Sebastián Urquiza**,
Arlés Urrutia***, Carolaing Gabaldón****
y Andrea Calixto*****.
RESUMEN: La vida en la tierra ha mostrado variadas
formas más hermosas y maravillosas, muchas de ellas
invisibles para nuestros ojos pero que de todas maneras
han influido en nuestra vida y supervivencia. Una de
estas múltiples aristas son los nemátodos, organismos
eucariontes multicelulares cuya longitud es de 1 o 2
milímetros, que se alimentan principalmente de las
bacterias del suelo y que mantienen controlada su
sobrepoblación en ambientes en descomposición, como
la hojarasca o el compost. La presencia de ellos es tan
ubicua y generalizada que en un sencillo estudio como el
que se muestra a continuación pudimos encontrarlos
junto con la microbiota que los acompañaba.
Se pudo concluir la presencia de estos gusanos en
diferentes zonas de la región de Valparaíso y que, en sus
ambientes originales, se alimentaron de bacterias Gram
negativas. Estos resultados nosindican que un muestreo
a mayor escala o temporalidad es posible en la región,
con el fin de caracterizar no solo los suelos, sino también
el efecto que tendrían los cambios en la humedad o
temperatura de los suelos sobre estos animales y su
entorno.
PALABRAS CLAVES: Nemátodos, microorganismos,
bacterias, suelo, medioambiente.
*Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso. CINV, Millenium Institute, Universidad de Valparaíso. Pasaje Harrington 287, Playa
Ancha, Valparaíso. Laboratorio de Microbioma y Comportamiento. Ingeniera en Biotecnología Molecular, Universidad de Chile, Chile.
scarlett.delgado(postgrado.uv.cl
**Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso. CINV, Millenium Institute, Universidad de Valparaíso. Pasaje Harrington 287, Playa
Ancha, Valparaíso. Laboratorio de Microbioma y Comportamiento. Licenciado en Biotecnología, Universidad Mayor, Chile.
***Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso. CINV, Millenium Institute, Universidad de Valparaíso. Pasaje Harrington 287, Playa
Ancha, Valparaíso. Laboratorio de Microbioma y Comportamiento. Licenciada en Biología, Universidad de Los Andes, Venezuela.
****Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso. CINV, Millenium Institute, Universidad de Valparaíso. Pasaje Harrington 287, Playa
Ancha, Valparaíso. Laboratorio de Microbioma y Comportamiento. Licenciada en Biología, Universidad de Los Andes, Venezuela.
****Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso. CINV, Millenium Institute, Universidad de Valparaíso. Pasaje Harrington 287,
Playa Ancha, Valparaíso. Laboratorio de Microbioma y Comportamiento. Microbióloga, Universidad de la Habana, Cuba. Doctora en Filosofía
(Ph.D), Columbia University, Estados Unidos.
91
ABSTRACT: Life on earth has shown diverse forms more
beautiful and more wonderful, many of them invisible to
our eyes, but they have indeed influenced our life and
survival. One ofthese multiple cases are the nematodes,
multicellular eukaryotic organisms whose lengthis 1 or 2
mm long, which feeds mainly on soil bacteria and that
control bacterial overpopulation in decomposing envi-
ronments, such as leaf litter or compost. Their presence
is such as ubiquitous and widespread that in a simple
study as the one shown below, we could find them along
with the microbiota that accompanied them. We were
able to conclude the presence of these worms in differ-
entareas of the Valparaíso region and that, in their origi-
nal environments, they fed on Gram negative bacteria.
These results indicate that sampling on a larger reach of
zones and time is possible in the region in order to char-
acterize not only the soils, but also the effect that
changes in humidity or soil temperature would have on
these animals and their environment.
KEYWORDS: Nematodes, bacteria, microorganism, soil,
environment.
INTRODUCCIÓN
Las evidencias que tenemos hasta la fecha es que los
primeros mamíferos que se pueden considerar huma-
nos datan de hace 315.000 años (Callaway, 2017), época
en la que ya existían un sin número de especies habitan-
do el planeta, adaptados a los diferentes ambientes que
hay en él. Estas especies han conformado la amplia
diversidad de animales y microorganismos, en sus for-
mas más hermosas y maravillosas, como dijo Charles
Darwin (1859). Los microorganismos requieren de ins-
trumentos especializados para su observación por su
ínfimo tamaño. Solo hemos podido profundizar en
conocerlos después de la invención del microscopio por
Anton van Leeuwenhoek y los descubrimientos de
Robert Hook (Gest, 2004). También existe un gran núme-
ro de animales microscópicos, que viven en la tierra o en
él y sonensu mayoría nemátodos.
Delgado, S., Urquiza, S., Urrutia, A. et al.
El Reino Animal es inmensamente diverso en tamaños y
formas. Algunas características comunes a todos es que
están formados por varias células (multicelulares) y
tienen un núcleo celular (eucariotas). Además, se ali-
mentan de otros seres vivos (heterótrofos) y se pueden
desplazar autónomamente (Margulis, 1974). La primera
división del Reino Animal fue realizada por Aristóteles
en el año 335 antes de Cristo (Pellegrin, 1986). Aristóte-
les propuso una clasificación que dividía a los animales
en aquellos con sangre (vertebrados), y sin sangre (in-
vertebrados). Los vertebrados, que nos incluye a noso-
tros, tienen columna vertebral y huesos que sostienen el
cuerpo. Los invertebrados usan variadas estrategias
para sostenerse como el exoesqueleto de las hormigas y
arañas. Los invertebrados son los animales más abun-
dantes y diversos, por lo que sus tamaños y formas pue-
den variarinmensamente.
Dentro de la enormidad de organismos que surgieron
millones de años antes que los primeros vertebrados,
encontramos organismos microscópicos que se alimen-
tan de bacterias y que coexisten con nosotros sin que
nos demos cuenta. Estos animales son gusanos del filo
nematoda. Nematoda proviene del griego vA ua (nema)
que significa "hilo" y ov6oc (oídos) "con aspecto de" y
que puede interpretarse como “aquellos con forma de
hilo”. Nematoda es un grupo de gusanos blandos princi-
palmente de vida libre, y con algunas especies parasíti-
cas. Los nemátodos habitan todos los ambientes estu-
diados hasta ahora y cumplen un rol ecológico esencial
en la renovación de los suelos. Se estima que 4 de cada 5
animales existentes en la tierra pertenece al grupo de los
nemátodos (Bongers y Bongers, 1998). La asociación
principal de este filo a la vida parasítica se debe a que
exhibe el mayor número de familias de parásitos. Sin
embargo, la mayoría de los nemátodos son de vida libre
y beneficiosos para actividades humanas asociadas a los
suelos y fuentes de agua (Cobb, 1914). No en vano, un
molinero del siglo XVI pensó en Dios y los ángeles como
gusanos que le dieron forma al mundo (Ginzburg, 1976).
92
Los nemátodos pueden ser abundantes en nuestros
hogares. Los podemos encontrar en las mascotas sin
desparasitar, nuestras jardineras, terrazas, huertas y
principalmente en el compost, donde renuevan los sue-
los (Bongers y Bongers, 1998; Yeates y Bongers, 1999).
Los nemátodos pueblan todos los espacios posibles
demostrando su extensa adaptabilidad. Se han encon-
trado nemátodos en la Antártica y en el permahielo de la
Siberia, donde han sobrevivido por más de 42.000 años,
e incluso pueden sobrevivir a compuestos tan tóxicos
para nosotros como el arsénico (Freckman y Virginia,
1997; Shatilovich et al., 2018; Shih et al., 2019). Los
orígenes de este grupo se remontan al supereón Pre-
cámbrico, demostrado gracias al registro fósil. Histórica-
mente se ha asociado el Cámbrico a la aparición de la
mayor diversidad de formas de vida en la Tierra. Sin
embargo, la diversificación del grupo Nematoda fue
anterior, hecho que ilumina tanto su historia como
grupo y la de todos los animales bilaterales, incluidos
nosotros (Chen et al., 2019). Las razones anteriores inci-
tan arepensar nuestra percepción sobre estos animales.
Si nuestro mundo dejara de existir como lo conocemos,
es muy probable que los nemátodos sobrevivan y le den
forma y fondo a la siguiente fase de la tierra.
MATERIALES Y MÉTODOS
Cultivo de gusanos desde el ambiente y su mantención
Muestras de tierra fueron tomadas a fines del mes de
marzo del 2019 desde diferentes puntos de la Región de
Valparaíso (Recreo y Playa Ancha). En el laboratorio,
porciones de tierra fueron puestas en placas de NGM (o
Nematode Growth Medium o Medio de Crecimiento
para Nemátodo) con un césped de la bacteria Escheri-
chia coli OP50 (ver Figura 1), con el fin que los gusanos
presentes en las muestras se alimentaran de la bacteria
sobre el agar, de acuerdo con lo descrito por Barriere y
Félix (2006). Los gusanos después fueron mantenidos a
20”Cen condiciones estándar (Stiernagle, 2006).
Nemátodos en las metrópolis...
Figura 1. Imagen representativa del método usado para recolectar
gusanos desde el medio ambiente. A) Sobre las placas de agar con
un césped de bacterias se deposita una muestra de tierra (NGM, ver
Materiales y métodos), al cabo de unos días los gusanos dejan la
tierra para alimentarse de la bacteria provista y son así obtenidos.
B) Rastros que dejan los gusanos sobre el césped de bacteria junto a
las colonias de bacterias provenientes de sus intestinos creciendo
sobre el agar.
Cultivo de bacterias aisladas con los nemátodos
Desde cada placa fueron aisladas bacterias que acompa-
ñaban a los gusanos de vida silvestre y que aparecen
como colonias aisladas distinguibles del césped de E. coli
OP5O0. Estas colonias fueron mantenidas en medio Luria-
Bertani (LB) sólido y líquido sin antibióticos. La prueba
de resistencia a antibióticos consistió en la preparación
de placas de LB sólido y el posterior rallado de una colo-
nia de bacterias sobre el medio, si la bacteria crecía indi-
ca que es resistente al antibiótico, en caso contrario, no
es resistente.
Identificación microscópica de bacterias mediante
tinción de Gram
Colonias aisladas de cada bacteria fueron teñidas con la
tinción de Gram (Bartholomew y Mittwer, 1952). La
colonia se toma con el asa previamente esterilizada en el
mechero y se disuelve en una gota de agua estéril sobre
un portaobjeto. Luego de secar la muestra con ayuda del
mechero, se prosigue a teñir la muestra con cristal viole-
ta durante 3 minutos. Se deja escurrir el cristal violeta
para añadir una solución de Lugol por 2 minutos. Des-
pués se intercalan lavados con alcohol/acetona, en pro-
porción 70/30, y agua de la llave. Por último, se añade
safranina por 1 minuto para finalmente llevar las mues-
tras al microscopio.
Pruebas conductuales de preferencia gustativa y olfa-
toria
En placas inoculadas con las diferentes bacterias aisla-
das con nemátodos se pusieron 30 individuos Caenor-
habditis elegans. Este experimento tiene como objetivo
probar la predilección del gusano por las nuevas bacte-
rias. A los tiempos indicados se cuentan los individuos
que están en el césped bacteriano, los que están en el
borde del césped y los que están afuera. Los animales
fueron observados inmediatamente después de pues-
tos, ala media hora, después de 1, 2, 4 y 24 horas. El índi-
ce de evasión fue calculado en base a la siguiente fórmu-
la:
_ (fgusanos fuera del césped — gusanos dentro del césped)
. E,
inicial de gusanos
Fotografías
Las fotomicrografías exhibidas fueron tomadas con una
cámara Canon EOS Rebel T3i acoplada a un microscopio
Nikon Eclipse Ni-U y a una lupa estereoscópica Nikon
AZ100, en modo manual. Las imágenes de fluorescencia
observadas fueron tomadas con un tiempo de exposi-
ción de 1/8 y una configuración de ISO 200. Las imáge-
nes de microscopía DCI fueron tomadas con un tiempo
de exposición de 1/10 e ISO 200. Otras fotografías fue-
ron tomadas con un celular ASUS X018D. El procesa-
miento de estas imágenes fue realizado utilizando el
programa FIJI (ImageJ) (Schneider et al., 2012) y el com-
plemento Figure (Mutterer y Zinck, 2013).
RESULTADOS
El primer paso del estudio consistió en el hallazgo de
nemátodos de las tierras de la Región de Valparaíso,
utilizando la metodología encontrada en la literatura
(ver Figura 1A). Se identificaron al menos 4 especies de
Delgado, S., Urquiza, S., Urrutia, A. et al.
nemátodos diferentes. Una de ellas posee dimorfismo
sexual no hermafrodita y comparte características con el
género Cruznema (Rebodero y Camino, 1998) (Ver Figu-
ra 2A y 2B). Otras especies encontradas exhiben princi-
palmente la morfología de un hermafrodita, pudiendo
autofecundarse con la presencia ocasional y condicional
de machos (Ver Figura 2C a la 2F). La morfología de estas
especies es similar a las observadas en la especie mode-
lo de este clado, Caenorhabditis elegans. Esta última
característica es la que exhiben la mayoría de los nemá-
todos descritos hasta la fecha y la prueba principal con-
siste en observar si un individuo solo es capaz de repo-
blar una placa (Ver anexo, complemento Figura 2).
Figura 2. Fotomicrografías de los diferentes nemátodos
encontrados en las tierras de Playa Ancha, Valparaíso. A) Gusanos
aislados desde la tierra presente en el Campus Playa Ancha de la
Universidad de Valparaíso, estos individuos exhiben morfología
dioica, es decir, pueden observarse hembras y machos y ambos son
absolutamente necesarios para la reproducción. B) Microscopía
diferencial de contraste de interferencia (DCI) de los animales
observados en A). C) Microscopía de Fluorescencia de animales y
hongos de los que alimentaron, ambos fueron encontrados en el
Centro Interdisciplinario de Neurociencias de Valparaíso. D)
Microscopía DCI de los animales observados en C). E) y F)
Microscopía DCI de otros animales encontrados en el CINV.
94
Durante el cultivo de estos gusanos, se procedió a aislar
bacterias nuevas encontradas sobre el césped de E. coli.
El reconocimiento de las nuevas colonias fue visual (Ver
Figura 1B). Posterior a su aislamiento por cultivos conse-
cutivos de colonias únicas estas fueron cultivadas en
medio LB líquido para su congelación, usando glicerol
como protector. Para comenzar con la caracterización de
Nemátodos en las metrópolis...
las nuevas bacterias, se realizó una prueba de resisten-
cia a antibióticos (Tabla 1). Sólo una de ellas, la aislada de
agua de mar de la Playa Las Salinas no exhibió resistencia
aninguno de los antibióticos probados. Algo común para
todas fue la temperatura óptima de cultivo de 20”C, y un
periodo de incubación de 2 días.
Tabla 1. Pruebas de resistencia a antibiótico mediante la prueba de sobrevivencia y crecimiento de un césped luego de sembrar la bacteria en
una placa con antibiótico.
Ampicilina
+
Ampicilina tetraciclina
|
ON
Ciencias
Casona
1.1
Casona
1.2
Casona
122
Casona
1.3
+
+
El
E
E
ell e pels les [e
qe ells. les [E
Ary el 151]
O E A
1
O
1
4
Estreptomicina
Sin
Gentamicina Kanamicina antibiótico
Ele de le els [e le
EAN O EC E CO E EE
pp Ts ls lr fe pe
ee e fe fe fa fo fu fo fo
ES
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dk
Ce las bacterias aisladas es interesante observar que la baciería aislada desde la Playa las Salinas no es
resistente a los amtibióticos probados; resultado muy diferente a la bacteria aislada desde la Facultad de
Ciencias de la Universidad que crece sobre todos los antibióticos probados.
Las bacterias pueden clasificarse técnicamente en dos
grandes grupos, Gram positivas y Gram negativas, de
acuerdo al resultado de la tinción de Gram (Wiegel,
1981). Las bacterias Gram positivas tienen una doble
pared celular de glicoproteínas, o proteínas asociadas a
cadenas de azúcares. Las Gram negativas en cambio solo
exhiben una: a esto se debe que la tinción las afecte
diferencialmente. Todas las bacterias encontradas en
este estudio son Gram negativas (Ver Figura 3A a la 33) al
igual que la ya muy conocida Escherichia coli. La colora-
ción de una bacteria Gram positivas como Lactobacillus
sp. es morada intensa a diferencia del tono rosa de las
Gram negativas (puede verse en la Figura 3K).
Figura 3. Fotomicrografía de la Tinción de Gram obtenida con las
diferentes bacterias encontradas en la Región de Valparaíso. A)
Bacteria 1, B) Bacteria 2 y C) Bacteria 3 corresponden a las
encontradas en la zona de Recreo. D) Bacteria 4, encontrada en la
muestra de la Playa de Las Salinas. E) Bacteria 6, encontrada en la
Facultad de Ciencias de la Universidad de Valparaíso. F), G), H), I) y
J]), corresponden a bacterias encontradas en el Centro
Interdisciplinario de Valparaíso. K) Corresponde a un Lactobacillus
sp., una bacteria Gram positiva cuya tinción se realizó en paralelo
con las otras mostradas a modo de control. Barra de escala
corresponde a 10 um.
Delgado, S., Urquiza, S., Urrutia, A. et al.
Indice de evasión
Tiempo (horas)
Figura 4. Índice de evasión medido para las 10 bacterias
encontradas en este estudio. El gráfico muestra la permanencia de
individuos de Caenorhabditis elegans en el césped de la bacteria
hallada, entre más alto y más cercano a 1, mayor es la evasión y por
lo tanto menor es la aceptación de esa bacteria por parte del
gusano. Este fenómeno puede ser influenciado por diversos
factores como la virulencia de la cepa hacia el nemátodo, que
puede variar entre especies, la calidad nutritiva de la bacteria para
el gusano, la textura del césped, entre otros factores. Esinteresante
observar que la bacteria menos aceptada es la 4, que corresponde
a la aislada desde el mar.
Caenorhabditis elegans fue alimentado con los nuevos
aislados bacterianos con el fin de probar si sirven como
alimento para el nemátodo modelo por excelencia. Los
gusanos no mostraron indicios de enfermedad o paráli-
sis al alimentarse de estas bacterias. Las diferencias con-
ductuales respecto a la dieta estándar descansaron en la
preferencia por la bacteria 9 y 2, que exhiben el menor
índice de evitación (Ver Figura 4). Estos resultados sugie-
ren que todas pueden ser usadas como una posible dieta
para nemátodos de vida libre.
96
DISCUSIÓN
Las especies de nemátodos encontradas en este mues-
treo no han sido identificadas aún. Para su asignación
inequívoca a una especie se requiere la identificación
molecular, lo que implica conocer su secuencia de ADN.
En este momento estamos trabajando en la identifica-
ción molecular de estos gusanos. Para eso, se requiere la
extracción del ADN y secuenciación de su genoma com-
pleto. Alternativamente se pueden secuenciar pedazos
pequeños del genoma con baja tasa de mutaciones. Den-
tro de las secuencias más usadas están las subunidades
ribosomales 165 para procariontes y 185 para eucarion-
tes. Estas secuencias comparten una alta identidad
entre animales del mismo género y la información de
estas puede encontrarse en múltiples bases de datos
(Chenuil, 2006).
La presencia de dos sexos no condicionales en nemáto-
dos es poco frecuente entre las especies descritas. La
generalidad es la existencia de individuos hermafroditas
con la aparición condicional y bajo estrés, de machos.
Estos pueden reproducirse sexualmente con individuos
hermafroditas y así aumentar el número de la progenie y
además introducir variabilidad genética. En la especie
identificada como Cruznema spp. se requerían hembras
y machos para dar lugar a la progenie, confirmando que
esos gusanos corresponden a una especie dioica. Otros
descriptores que ayudaron a la clasificación son la forma
de la boca, cuticula y la longitud del cuerpo de 1.5 mm.
Las otras tres especies son hermafroditas, pues fueron
capaces de reproducirse a partir de un solo individuo.
Tienen un tamaño cercano a 1 mm de longitud y pueden
formar la larva dauer- del alemán resistencia, duración-
(datos no mostrados). La larva dauer esta arrestada en el
desarrollo y ha entrado en un estado de diapausa que es
metabólicamente equivalente a la hibernación de los
mamíferos. La diapausa les permite sobrevivir por
meses sin alimento y resistir a las inclemencias del
Nemátodos en las metrópolis...
ambiente (Cassada and Russell, 1975). Este estadio es
vital para la sobrevivencia y dispersión hacia nuevos
ambientes. La larva dauer realiza nictación, que es una
conducta de búsqueda donde los animales se levantan
sobre sus colas, pegándose unos con otros para formar
torres de dauers (Lee et al., 2011). De esa manera es más
probable que puedan adherirse a insectos que pasan
volando y trasladarse a nuevos territorios (Hu, 2007).
Debido al pequeño tamaño de las bacterias, estas se
estudian en pequeñas poblaciones llamadas colonias.
Existen numerosas técnicas de clasificación de bacte-
rias, entre ellas las tinciones (simple, negativa y especia-
les). En este trabajo se realizó la tinción de Gram, para
diferenciar organismos con distinto grosor de la pared
celular. El paso inicial es la adición de cristal violeta, un
colorante catiónico que penetra todas las células bacte-
rianas atravesando su pared celular. El lugol añadido
como segundo paso, ayuda a que el cristal violeta se
impregne con mayor eficacia en la pared celular. La
posterior aplicación de una mezcla de alcohol/acetona
ayuda a decolorar la muestra y retirar el tinte que no se
haya fijado. Este paso es seguido por el más importante
dentro de este protocolo de tinción: el uso de la safrani-
na. Esta sirve para teñir los microorganismos que no
fijaron el tinte violeta y que por tanto son Gram negati-
vos. Los Gram negativos toman una coloración rojiza o
rosa que tiene relación a que poseen una pared celular
más delgada. Los Gram positivos retienen el color azul
inicial por la presencia de la doble pared celular. Es inte-
resante que todas las especies que crecieron a partir de
las deposiciones de los nemátodos aislados sean Gram
negativas y pequeñas. Esto podría estar asociado a la
habilidad del gusano de engullirlas simplemente porque
caben en su boca que es de un diámetro definido. Al
igual que los gusanos, la identificación molecular de
bacterias encontradas está en progreso. Este proceso
tomará algo más de tiempo para obtener la identifica-
ción molecular de los organismos. Además, por ahora
este proyecto tiene un carácter de exploratorio.
97
Si bien desconocemos el nombre de la bacteria que
hemos encontrados, los nemátodos tienen mejores
herramientas que las nuestras para identificar un buen
alimento. Recurrimos a una herramienta conocida como
la cuantificación del índice de evitación (Hart y Chao,
2010). Si una bacteria le es agradable como alimento al
gusano, este se mantendrá más tiempo en el césped y
por lo tanto será más frecuente encontrarlo allí. Lo
opuesto ocurrirá con una bacteria poco palatable, pató-
gena o que tenga un diámetro mayor al de la boca del
animal, que lo guiaran a que salga del césped en busca
de un mejor alimento. Ninguna de las bacterias les causó
enfermedad a los gusanos, en muchos casos, se alimen-
taron y acabaron el césped alos pocos días, debido a que
comieron ávidamente de la bacteria. Esto es esperable,
los animales ansiamos comer alimentos ricos que nos
sean nutritivos, y esto es lo que observamos en estos
animales sencillos pero fabulosos. De este experimento
podemos concluir que, si bien no conocemos en detalles
las bacterias asociadas a los nemátodos encontrados en
Valparaíso, estas son en mayor o menor grado del gusto
de C. elegans. Es altamente posible que estas bacterias
sean parte de la dieta original de diferentes especies
nemátodas presentes en los suelos de la V región. Sería
interesante analizar longitudinalmente cómo estas bac-
terias cambian con el paso de las estaciones y cómo un
contexto de cambio climático y calentamiento global las
afecta junto a la fauna dependiente de ellas, ya que si
bien, es difícil verlos, sustentan nuestra y varias otras
formas de vida.
Este puede ser el comienzo de diversos estudios que nos
muestren la riqueza de nuestras tierras, cómo las esta-
mos afectando y qué esperar del futuro. Si bien este es
un estudio exploratorio e inicial, es posible desarrollar
una línea de investigación completa que tenga menos
sesgos de muestreo que la actual. En este muestreo no
encontramos nematodos que no se alimentaran de bac-
terias, observamos sólo una bacteria que no exhibía
resistencia a estreptomicina. En el futuro sería intere-
Delgado, S., Urquiza, S., Urrutia, A. et al.
sante analizar otros grupos asociados a las muestras del
suelo como el Reino Fungi. En otras palabras, si quere-
mos observar ampliamente los secretos que las tierras
de Valparaíso aguardan es necesario ampliar más la
metodología usada, pero que ya sabemos, funciona.
CONCLUSIONES
Este es el primer muestreo de nemátodos de este tipo
en la región de Valparaíso. En un nivel exploratorio este
estudio se convierte en la prueba de concepto de la apli-
cabilidad de este tipo de muestreo. Usando un protoco-
lo de recolección simple y análisis preliminar en el labo-
ratorio hemos demostrado la factibilidad de encontrar
especies microscópicas tanto bacterias como animales
en los ecosistemas que nos rodean. Este es un avance en
la búsqueda de nemátodos nativos de la región de Val-
paraíso y más aún en la reconstrucción de sus microbio-
mas, empezando por estas fantásticas criaturas.
AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo ha sido realizado gracias al apoyo del
Programa de Doctorado en Ciencias mención Neuro-
ciencias de la Universidad de Valparaíso, al del Centro
Interdisciplinario de Neurociencias de Valparaíso, al
Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad
Mayor y al Museo de Historia Natural de Valparaíso. Gra-
cias a ellos es que fue posible que nuestro trabajo llegara
a ustedes. Queremos agradecer también a Alejandra
Díaz (CINV) quien nos apoyó con la toma de muestras de
la Playa Las Salinas. Agradecemos también a la Comisión
Nacional de Investigación en Ciencia y Tecnología
(CONICYT) y al Instituto Milenio asociado al Centro
Interdisciplinario de Valparaíso (PO29-022-F) quienes
financian nuestros estudios. Finalmente, gracias a todos
quienes han apoyado nuestro interés en realizar divul-
gación de las actividades que realizamos en los laborato-
rios financiados principalmente con fondos públicos. A
todos, simplemente muchas gracias.
98
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100
“83 | Volumen 32, 2019
la ii Zoología,
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 101-114
EVALUACIÓN DE LA GENOTOXICIDAD DE
METALES PESADOS EN INDIVIDUOS DE LA
ESPECIE Cheirodon interruptus (JENYNS,
1842), POR EFECTO DE LA
BIOACUMULACIÓN EN TEJIDO BRANQUIAL.
Rafael Menéndez Roa*, Aníbal Molina Soto** y Hugo
Díaz Murillo***
RESUMEN: Debido a que la minería contribuye al desa-
rrollo socioeconómico de nuestro país, los recursos
hídricos se vuelven un componente esencial para sus
actividades, siendo sobreexplotados y teniendo como
consecuencia la degradación de este. Así, los ecosiste-
mas de agua dulce han experimentado alteraciones en
sus condiciones como consecuencia de la contamina-
ción por metales pesados. En determinadas concentra-
ciones los metales pueden tener un efecto genotóxico;
el cual puede ser monitoreado en poblaciones a través
de bioensayos, tales como el test de micronúcleos (Mn).
La presente investigación fue realiza en individuos de la
especie Cheirodon interruptus, extraídos del estero de
Viña del Mar (Sector A) y del sector bajo del río Aconca-
gua (Sector B); para determinar la concentración de
metales pesados (Cu, Pb, Fe) en sus branquias y evaluar
la frecuencia de Mn en susangre. Los resultados estadís-
ticos demostraron diferencias significativas (p < 0,05),
en el porcentaje de eritrocitos micronucleados y la con-
centración de metales bioacumulados por individuos.
Por otra parte, el análisis de correlación de Pearson (r)
demostró sólo una correlación positiva entre la presen-
cia de hierro y la frecuencia de Mn para los individuos
del Sector B (p< 0,05).
PALABRAS CLAVES: test de micronúcleos, bioensayo,
bioacumulación.
* Profesor de Biología y Ciencias Naturales; Pregrado; Departamento de Biología, Facultad de Ciencias Naturales y Exactas,
Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile; rafael.menendez.r(Wgmail.com.
** Profesor de Biología y Ciencias Naturales; Pregrado; Departamento de Biología, Facultad de Ciencias Naturales y Exactas,
Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile; anibal.j¡s.mstdgmail.com.
*** Profesor de Biología y Ciencias Naturales; Doctorado; Escuela de Ingeniería en Medioambiente, Facultad de Ingeniería,
Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile; hugo.díazDuv.cl.
101
ABSTRACT: Because mining contributes to the socio-
economic development of our country, water resources
become an essential component for its activities, being
over-exploited and resulting in the degradation of this.
Thus, freshwater ecosystems have experienced alter-
ations in their conditions as a result of heavy metal
contamination. At certain concentrations metals may
have a genotoxic effect; which can be monitored in
populations through bioassays, such as the
micronucleus test (Mn). This research was carried out on
individuals of the species Cheirodon interruptus,
extracted from the estero of Viña del Mar (Sector A) and
the lower sector of the Aconcagua River (Sector B); to
determine the concentration of heavy metals (Cu, Pb,
Fe) in your gills and assess the frequency of Mn in your
blood. Statistical results showed significant differences
(p<0,05), in the percentage of micronucleated erythro-
cytes and the concentration of bioaccumulated metals
by individuals. Moreover, Pearson's correlation analysis
(r) demonstrated only a positive correlation between
the presence of iron and the frequency of Mn for Sector
Bindividuals (p<0,05).
KEYWORDS:
bioaccumulation.
micronucleus test, bioassay,
INTRODUCCIÓN
En el último tiempo, el crecimiento exponencial de la
población humana, el proceso de industrialización y la
urbanización, se han vuelto las principales causas de
alteraciones en los ecosistemas acuáticos de aguas
continentales. Estos ecosistemas mantienen una gran
biodiversidad, por lo que la introducción de sustancias
contaminantes puede causar alteraciones en las funcio-
nes biológicas de los organismos, afectando su ciclo de
vida, crecimiento y condición reproductiva (Pollo et al.,
2012). Así, la disminución de la biodiversidad es mucho
mayor en las aguas continentales que en los ecosistemas
terrestres más afectados (Dudgeon etal., 2006).
Menéndez, R., Molina, A. y Diaz, H.
La contaminación acuática se atribuye a la existencia de
diferentes tipos de sustancias nocivas que derivan de la
actividad humana. Así los ecosistemas de aguas dulces
se ven afectados, debido a que se vierten un sin número
de agentes físicos y químicos, donde por lo general las
industrias asociadas a la minería producen un gran
impacto sobre dichos ecosistemas. Es así como, la activi-
dad minera ha incrementado drásticamente la contami-
nación de los ambientes naturales por metales pesados
(Castañié etal., 2003; Talukdar et al., 2016).
Los metales pesados, como contaminantes resultantes
de la minería, son elementos que presentes en determi.-
nadas concentraciones y condiciones son capaces de
provocar daños, tanto inmediatos como a largo plazo en
los organismos, causando alteraciones en sus procesos
vitales. En los organismos acuáticos, la captación y toxi-
cidad de los metales pesados es determinada no solo
por su concentración; sino que también son relevantes
el tiempo de exposición, los factores bióticos y abióticos
del ambiente (Castañé et al., 2003). Estas sustancias
químicas poseen una elevada reactividad biológica,
dada su capacidad para unirse con diversos tipos de
moléculas orgánicas. De esta manera, el proceso de acu-
mulación de metales pesados en los seres vivos se debe
básicamente a la dificultad que éstos presentan para
mantener niveles necesarios de excreción de los mis-
mos. Por lo tanto, una de las consecuencias de la libera-
ción de este tipo sustancias al medio natural es su efecto
genotóxico, ya que pueden inducir cambios en el mate-
rial genético de los organismos (Carmona, 2009).
Es asícomo frente a dicha problemática, para evidenciar
y evaluar la genotoxicidad de estas sustancias, durante
los últimos años se han intensificado los estudios
destinados a detectar el impacto sobre los ecosistemas
acuáticos provocados por la contaminación humana
(Pollo, 2012). Dichos programas de monitoreo requieren
del empleo de bioindicadores (Capó, 2002; Kolf-Clauw,
2007).
102
Por ende, uno de los mejores indicadores de la calidad
de un cuerpo de agua son los organismos que lo habitan.
Así, los peces son considerados buenos bioindicadores
de la calidad de los ecosistemas acuáticos, ya que se
ubican en diferentes niveles de la cadena trófica, bioacu-
mulan sustancias tóxicas y reaccionan fácilmente a bajas
concentraciones de agentes contaminantes (Minissi et
al., 1996; Gutiérrez, 2015).
Dentro de los bioensayos o pruebas utilizadas para
evaluar la respuesta de los individuos, expuestos a agen-
tes genotóxicos, se encuentra el test de micronúcleos.
Esta prueba es un ensayo alternativo y práctico, que
permite evidenciar de forma indirecta el daño experi-
mentado por el material genético (Bolognesi y Hayashi,
2011; Obiakor, 2012). Como resultado de este, pueden
observarse a nivel citoplasmático pequeños cuerpos
ovoides cuyas características son similares al núcleo,
pero de menor tamaño, que se denominan micronú-
cleos (Schmid, 1975; Fenech et al., 2003; Zalacain et al.,
2005).
3
pene
m5
SA
Sectorial
G
SE
Evaluación de la genotoxicidad ...
Este biomarcador se origina durante la división celular,
tanto por fragmentos acéntricos, cromátidas enteras o
cromosomas, que no han sido incorporados en los
núcleos hijos al momento de la división (Ossana, 2011).
Por lo tanto, el objetivo de la presente investigación
consistió en evaluar la frecuencia de micronúcleos en la
sangre periférica, por efecto de la bioacumulación de
metales pesados, en los individuos de la especie Cheiro-
don interruptus, en el sector bajo de la cuenca del río
Aconcagua con respecto al estero de Viña del Mar.
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
El estero de Viña del Mar corresponde a una hoya coste-
ra de la Región de Valparaíso, Chile; cuyo recorrido pre-
senta una extensión de 422 km2, comprendida entre las
latitudes 3300" y 33*15' Sur, y los meridianos 71*13' y
71735' Este (Figura 1).
Figura 1. Estación de muestreo en Puente Cancha (Sector A), entre las latitudes 33* 1'38.43" y 33*1'41.59"S; y las longitudes 71*32'14.96" y
71*32'10.99"0 (fuente: Google Earth).
A lo largo del estero se desarrollan diversas actividades
antrópicas, donde los recursos hídricos se encuentran
destinados al uso agrícola, la obtención de agua potable,
eluso industrial y municipal (Tessini, 2005). Por otra par-
te, el río Aconcagua es una cuenca hidrográfica con una
extensión de alrededor de 7.337 km2, ubicada entre las
latitudes 32* 20' y 33 07 Sur (CADE-IDEPE, 2004), y entre
los meridianos 71? 31' y 70% 00' Oeste (Figura 2).
Debido a los diversos usos que adquieren sus aguas,
dicha cuenca se convierte en un soporte esencial para
los distintos procesos productivos y servicios de la
Región de Valparaíso (MOP-DGA, 2004; CEA, 2013). Para
realizar el estudio comparativo, dichos cuerpos de
0% (pector de.muestreo
Wpuente Golmo
Menéndez, R., Molina, A. y Diaz, H.
agua fueron establecidos respectivamente como Sector
A y Sector B (Figura 3).
Medición de los parámetros fisicoquímicos de las
aguas superficiales
Para cada uno de los sectores de muestreo, Puente Can-
cha (Sector A entre las latitudes 33” 1'38.43" y 33”
1'41.59"S; y las longitudes 71*32'14.96" y
71*32'10.99"0) y Puente Colmo (Sector B entre las lati-
tudes 32%55'22.45" y 32%55'20.72"S; y las longitudes
71%26'32.92" y 71”26'28.25"0), se midieron los paráme-
tros fisicoquímicos: pH, temperatura, conductividad y
sólidos disuelto. Para ello se utilizó un equipo multipara-
métrico portátil HANNA HI 98139.
Figura 2. Estación de muestreo en Puente Colmo (Sector B), entre las latitudes 32%55'22.45" y 32%55'20.72"S; y las longitudes 71*26'32.92" y
71*726'28.25"0 (fuente: Googel Earth).
104
Evaluación de la genotoxicidad
Figura 3. Sectores de muestreo para la obtención del material biológico. En la fotografía 1, se observa la captura de los individuos en el estero de
Viña del Mar (Sector A) a través del método de pesca activa, utilizando una red chinguillo. En la fotografía 2, se observa el mismo procedimiento
de captura para losindividuos del sector bajo del río Aconcagua (Sector B).
Determinación de metales pesados en las aguas super-
ficiales
Se utilizaron envases de polietileno, previamente
esterilizados con una solución de ácido nítrico (HNO3) al
50%, para recolectar muestras puntuales de las aguas
superficiales. La conservación y transporte de las mues-
tras, se llevó a cabo siguiendo el protocolo establecido
en la Norma Chilena Oficial: “Guía sobre la preservación
y manejo de las muestras” (NCh 411/3 Of 96). De esta
manera, los envases fueron transportados para determi-
nar la concentración de los metales pesados: cobre (Cu),
hierro (Fe) y Plomo (Pb), en el Laboratorio de Espectros-
copia Atómica y Molecular de la Facultad de Ciencias de
la Universidad de Playa Ancha.
Obtención y tratamiento del material biológico
La extracción del material biológico se realizó mediante
el método de pesca activa, utilizando un traje
impermeable Waders y chinguillos de pesca. Para cada
sector de estudio, fueron capturados un total de 15 indi-
viduos de la especie Cheirodon interruptus (Figura 4)
seleccionados de forma aleatoria. Una vez obtenidas las
muestras, se procedió a llevar a cabo su transporte al
laboratorio de Microbiotoxicidad de la Facultad de Inge-
niería de la Universidad de Valparaíso, donde los indivi-
duos fueron anestesiados para la obtención de sangre
periférica, con el propósito de realizar el bioensayo de
genotoxicidad, y sacrificados para llevar a cabo la deter-
minación de metales en el tejido branquial.
105
HR
Y
Figura 4. Cheirodon Interruptus (Jenyns, 1842).
Determinación de metales pesados en el tejido bran-
quial
La determinación de los metales pesados (Cu, Fe y Pb) en
el tejido branquial de los peces de ambos sectores de
estudio, se realizó siguiendo el protocolo establecido
por la Norma Chilena Oficial para la determinación de
metales en productos hidrobiológicos (Nch2638 of
2001), con algunas modificaciones según los metales a
determinar en la cantidad de material biológico disponi-
ble. Posteriormente la concentración de los metales fue
determinada a través de espectrometría de absorción
atómica con llama, en el Laboratorio de Espectroscopia
Atómica y Molecular de la Facultad de Ciencias de la Uni-
versidad de Playa Ancha.
Bioensayo de genotoxicidad: test de Mn.
Un total de 45 frotis sanguíneos (3 por cada individuo)
fueron preparados por cada sector de estudio. Los frotis
elaborados se fijaron con alcohol absoluto durante 20
minutos. Transcurrido el tiempo de exposición al fijador,
los preparados fueron lavados con agua destilada para
luego ser teñidos con azul de toluidina (0,5%) durante 20
minutos.
Menéndez, R., Molina, A. y Diaz, H.
La frecuencia de micronúcleos fue evaluada, para cada
individuo, en una población celular de 4000 eritrocitos.
Para esto, se utilizó un microscopio óptico Olympus Cx21
(100X) y una cámara digital para microscopio TopCam
UCMO50O800KPB. Los micronúcleos fueron identificados
según los criterios establecidos por Fenech etal., 2003.
Análisis estadístico
Se utilizó el sofware estadístico liberado “R proyect
versión 3.3.0”; mediante el cual se llevaron a cabo prue-
bas de igualdad de medias, utilizando el test T para datos
relacionados con una significancia del 5% (p<0,05). Se
evaluaron diferencias estadísticamente significativas
entre los resultados de la bioacumulación de metales
pesados en el tejido branquial y la frecuencia de micro-
núcleos en los organismos. Para comprobar la existencia
de una relación directa, entre la concentración de los
metales pesados bioacumulados en las branquias y el
porcentaje de eritrocitos micronucleados, se utilizó el
coeficiente de correlación de Pearson (p<0,05).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Parámetros fisicoquímicos de las aguas superficiales
Los parámetros fisicoquímicos de las aguas del Sector A
y B presentaron valores similares al momento de esta-
blecercomparaciones (Tabla 1).
La biodisponibilidad de los metales pesados en los cuer-
pos de agua continentales es regulada por las caracterís-
ticas fisicoquímicas de éstos, como son el pH, tempera-
tura, conductividad, sólidos disueltos, entre otras (Fent,
2003; Casares, 2012; Gutiérrez 2015). La obtención de
valores similares en ambos sectores de estudio podría
explicarse por la intervención antrópica que en ellos se
desarrolla.
106
Evaluación de la genotoxicidad ...
Tabla 1. Caracterización fisicoquímica y concentración de metales pesados en las aguas superficiales de los sectores de estudio.
Cuerpos de pH Temperatura *C CE SDT Cu Fe (mg/L) Pb
agua (us) (mg/L) (mg/L) (mg/L)
Sector A 7,5 18 738 369 0,04 0,07 0,05
Sector B 8 19 767 378 0,25 0,24 0,08
CE: Conductividad eléctrica.
SDT: Sólidos disueltos totales
Tabla 2. Concentración de metales pesados, expresada en ug/g, presentes en las branquias.
Sector A Sector B
C. interruptus
C. interruptus
(n = 15) (n= 15)
Cu 92,20 + 50,11 278,03 + 126,77
Fe 75,50 + 53,62 192,12 + 116,44
Pb 72,40 + 48,79 116,43 + 65,82
Datos expresados a través de su media + desviación estándar.
107
Concentración de metales pesados en las aguas super-
ficiales
En relación con la cantidad de metales pesados presen-
tes en los cuerpos de agua, el Sector B presenta la mayor
concentración de Cu, Fe y Pb (Tabla 2).
La presencia tanto de Cu, Fe y Pb se debe a las descargas
de aguas residuales, resultantes de los distintos asen-
tamientos urbanos e industriales que se ubican a los
márgenes de dicho cuerpo de agua, Sector A (Tessini,
2005).
Mayores concentraciones de los metales pesados cobre
y hierro se encontraron presentes en el Sector B, princi-
palmente debido a las descargas puntuales realizadas
por industrias mineras que llevan a cabo sus actividades
en el sector alto de la cuenca del Río Aconcagua (CADE-
IDEPE, 2004; CENMA, 2015)
450,00
400,00
350,00
300,00
250,00
200,00
150,00
100,00
50,00
0,00
[ ] Metales pesados en ug/g.
Menéndez, R., Molina, A. y Diaz, H.
Concentración de metales pesados en el tejido bran-
quial
Para el caso de la totalidad de los metales estudiados, se
observó que las branquias de los individuos del Sector A
presentaban menores concentraciones bioacumuladas,
con respecto a los del Sector B. Cabe destacar que el Cu
es el metal pesado que es bioacumulado en mayor canti-
dad, seguido del Fe y el Pb, en los organismos extraidos
de ambos sectores (Tabla 2).
El resultado de la comparación entre las medias de los
metales pesados bioacumulados en las branquias de los
individuos de ambos sectores de estudio, indica que
existen diferencias estadísticamente significativas
(p<0,05), como se puede observar en la Figura 5.
Sector B
Mm Sector A
Fig. 5. Comparación entre las medias de las concentraciones de metales pesados (Cu, Pb y Fe) presentes en el tejido branquial.
108
En los peces los metales pesados pueden ser captados a
través de diferentes órganos, debido a la afinidad con la
que éstos pueden acumularlos según su rol fisiológico
(Eneji et al., 2011; Perera et al, 2015). Así, las branquias
son órganos metabólicamente activos capaces de acu-
mular metales pesados en altos niveles (Eneji et al.,
2011). Enel caso de los individuos de ambos sectores, la
bioacumulación de los metales pesados se presentó en
el siguiente orden decreciente Cu > Fe >Pb. Esta tenden-
cia podría explicarse debido a que muchos de los ¡ones
metálicos que son captados por los organismos acuáti-
cosson micronutrientes esenciales, como lo son el cobre
y el hierro (Robinson y Avenant-Oldewage, 1997; Akan
et al, 2012). Para el caso del plomo, concentraciones
más bajas podrían explicarse debido a que no es un ele-
mento esencial para el metabolismo y exhibe propieda-
des tóxicas (Eneji et al., 2011; Ubong - Uwem et al.,
2013).
Evaluación de la genotoxicidad ...
Se pudo evidenciar una mayor concentración de meta-
les pesados bioacumulados en las branquias de los indi-
viduos del sector B, lo que podría ser explicado en rela-
ción con las diversas actividades industriales y mineras
que sobreexplotan los recursos hídricos de la cuenca del
río Aconcagua y eliminan sus remanentes a lo largo de
dicho cuerpo de agua (CADE-IDEPE, 2004; CENMA,
2015).
Test de micronúcleos (Mn)
Los resultados del bioensayo evidenciaron en los indivi-
duos del Sector B una mayor cantidad de eritrocitos
micronucleados (Figura 6), por ende, un valor porcen-
tual mayor, en comparación con las células de los indivi-
duos extraídos del Sector A (Tabla 3).
Figura 6. Microfotografía (100x) de eritrocitos de losindividuos de la especie C. interruptus, donde se pueden evidenciar micronúcleos.
Menéndez, R., Molina, A. y Diaz, H,
Tabla 3. Cantidad y porcentaje de eritrocitos micronucleados contabilizados en los individuos de la especie c. interruptus.
Eritrocitos micronucleados % de Eritrocitos micronucleados
Sector A 80,73+9,6 2,02+0,2
Sector B 214 + 51,2 5,34 +1,3
Datos expresados a través de su media + desviación estándar.
La prueba T para datos emparejados demostró diferen- presentes en el tejido sanguíneo de los individuos reco-
cias estadísticamente significativas (p<0,05) entre los lectados para ambos sectores de estudio (Figura 7).
porcentajes de eritrocitos micronucleados
% Eritrocitos
Micronucleados
Sector A Sector B
Figura 7. Comparación entre las medias de los porcentajes de eritrocitos micronucleados. 110
Los micronúcleos pueden ser resultado de errores o alte-
raciones, de carácter endógeno, en los mecanismos de
reparación del DNA y los componentes que participan
del proceso mitótico (Cedano et al, 2012; Motta et al,
2013). La frecuencia de micronúcleos obtenida podría
ser explicada, debido a que dichos biomarcadores pue-
den expresarse con mayor frecuencia producto de la
interacción de las células con agentes exógenos que ten-
gan la capacidad de inducir estrés sobre ellas, como son
los metales pesados (Bolognesi y Hayashi, 2011; Ossana,
2011). Así una frecuencia superior de eritrocitos micro-
nucleados en los individuos del Sector B, podría estar
relacionada con una mayor concentración de metales
pesados disponibles en el ambiente, debido a las inter-
venciones antrópicas realizadas a lo largo del río Aconca-
gua.
Correlación entre los metales pesados bioacumulados
en las branquias y la respuesta del test de micronúcleos
10,00 -
5,00
8,00
7,00
6,00
5,00
4.00
3,00
2.00
1.00
0,00
% Mu
0,00 100.00 200.00 300,00 400.00
Evaluación de la genotoxicidad ...
El coeficiente de Pearson (r), demostró que no existe
una correlación significativa (P>0,05) entre la concen-
tración de los metales pesados bioacumulados (Cu, Fe y
Pb), y la producción de eritrocitos micronucleados en los
individuos del Sector A. La ausencia de una correlación
directa entre la producción de micronúcleos y la bioacu-
mulación de Cu, Fe y Pb, en el tejido branquial de los
individuos del Sector A, podría deberse a una menor
disponibilidad de dichos metales pesados en el ambien-
te, u otros agentes tóxicos no estudiados para esta
investigación.
Por otra parte, el análisis estadístico no demostró una
correlación entre la bioacumulación de Cu y Pb, y la pro-
ducción de micronúcleos para los individuos del Sector
B. Sin embargo, se evidenció una correlación positiva
para el caso del Fe en los individuos de dicho sector (Fi-
gura 8).
R”= 0,4147
500,00 600,00
[Fe] Bioacumulado en ug/g
Figura 8. Correlación entre la bioacumulación del metal pesado Fe y el porcentaje de micronúcleos (p<0,05). Sector B.
111
Para el caso del Sector B, la ausencia de una correlación
directa para los metales Cu y Pb, en la producción de
micronúcleos, podría deberse a los mecanismos de deto-
xificación de los individuos, o bien, a que el efecto tóxico
individual de los metales pesados es menor en compara-
ción al de su acción interacción (Enserink et al., 1991;
Obasohan et al., 2008; Eneji et al., 2011; Mansourietal.,
2013). Por otra parte, la genotoxicidad inducida por el
Fe, podría ser el resultado de un desequilibrio en su con-
centración al interior de los organismos, causando
estrés oxidativo al interactuar con macromoléculas
esenciales como el DNA, teniendo como consecuencia
alteraciones en las respuestas celulares que pueden
promover la producción de micronúcleos (Ossana,
2011; Slaninova et al., 2014; Canalejo et al., 2015; Jahan
etal., 2015).
CONCLUSIONES
Los resultados del presente estudio permitieron eviden-
ciar la presencia de eritrocitos micronucleados en los
individuos de la especie Cheirodon interruptus extraídos
de ambos sectores de estudio, y comparar el daño geno-
tóxico experimentado por éstos, en función de la bioa-
cumulación de los metales pesados estudiados en el
tejido branquial. No obstante, el análisis estadístico
demostró que sólo la presencia de determinadas con-
centraciones del metal pesado Fe, se encuentran rela-
cionadas con la producción de micronúcleos para el caso
de los individuos extraídos del río Aconcagua (Sector B),
lo cual podría ser explicado debido al tipo de actividad
antrópica que se desarrolla a lo largo de dicha cuenca
hidrográfica.
AGRADECIMIENTOS
Al equipo de investigación y personal del Laboratorio de
Espectroscopia Atómica y Molecular de la Facultad de
Ciencias de la Universidad de Playa Ancha, y del Museo
de Historia Natural de Valparaíso por participar y contri-
buir en el desarrollo de la investigación.
Menéndez, R., Molina, A. y Diaz, H.
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114
Ecologia y
Medio Ambiente
ñ Volumen 32, 2019
Mi Ecología y Medio Ambiente,
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 116-127
CAMBIOS EN LA DENSIDAD Y DISTRIBUCIÓN
ESPACIAL DE LAS POBLACIONES DEL
GÉNERO FISSURELLA SPP. (FISSURELLIDAE) Y
DE CONCHOLEPAS CONCHOLEPAS
(MURICIDAE), EN AREAS DE MANEJO Y
EXPLOTACION DE RECURSOS BENTONICOS
CON EXTRACCION DE LESSONIA
TRABECULATA (PHAEOPHYCEAE) DE LAS
REGIONES DE ATACAMA Y COQUIMBO.
Vanessa Morales Gallardo*, Tiare Padilla Zambrano**,
Luis Figueroa-Fábrega*** y Luis Ariz****
RESUMEN: Lessonia trabeculata es conocida por su rol
como estructurador del ecosistema marino. Sin embar-
go, en la actualidad, las densidades naturales del alga
han disminuido considerablemente, debido a la intensa
actividad extractiva. Concholepas concholepas, Fissure-
lla latimarginata y Fissurella cumingi son especies que
cohabitan con huiro palo, por ende, dependen en gran
medida unas de otras. Por este motivo el objetivo de
este estudio es determinar si la extracción del recurso L.
trabeculata genera cambios en la dinámica de las pobla-
ciones submareales de C. concholepas, F. latimarginata
y F.cumingi. Para ellose analizaron las densidades his-
tóricas registradas en AMERBs representativas de las
Regiones de Atacama y Coquimbo. Los resultados mues-
tran que tanto en las áreas de manejo de Atacama como
en las de Coquimbo existen cuatro tendencias marcadas
en la relación entre las densidades de L. trabeculata y C.
concholepas, F. latimarginata y F. cumingi, observándo-
se que en áreas donde la densidad del huiro palo es alta,
existen dos posibles situaciones; la primera en donde
también lo es para los otros recursos asociados o que no
lo sea. Y la segunda, en donde la baja densidad de huiro
palo, genera mayor o menor densidad en el resto de los
recursos.
* Licenciada en Biología Marina, Universidad de Valparaíso. Avenida Borgoño 16344, Viña del Mar. va.moragWgmail.com.
** Licenciada en Biología Marina, Universidad de Valparaíso. Avenida Borgoño 16344, Viña del Mar.
*** Académico y Director del Laboratorio de Estudios Ecosistémicos (LECOS), Escuela de Ingeniería y Negocios, Universidad Viña
del Mar. Diego Portales 90, Viña del Mar.
*** Investigador, Jefe de Sección AMERB, Departamento de oceanografía y medioambiente, Instituto de Fomento Pesquero.
Blanco 839, Valparaíso.
PALABRAS CLAVES: Concholepas, Fissurella, Lessonia,
AMERB, Densodependencia.
ABSTRACT: Lessonia trabeculata is known for its role as
a marine ecosystem structuring. However, at present,
the natural densities of the algae have decreased con-
siderably, due to the intense extractive activity.
Concholepas concholepas, Fissurella latimarginata and
Fissurella cumingi are species that cohabit with huiro
palo, therefore, they depend heavily on each other. For
this reason, the objective of this study is to determine
whether the extraction of the L. trabeculata resource
generates changes in the dynamics of the subtidal popu-
lations of C. concholepas, F. latimarginata and F.
cumingi. For this, the historical densities recorded in the
representative AMERBs of the Atacama and Coquimbo
Regions were analyzed. The results show that in both
the Atacama and Coquimbo management areas there
are four marked trends in the relationship between the
densities of L. trabeculata and C. concholepoas, F.
latimarginata and F. cumingi, observing that in areas
where the density of the stick is high, there are two
possible situations; the first where itis also for the other
associated resources or not. And the second, where the
low density of huiro palo, generates greater or lesser
density in the rest ofthe resources.
KEYWORDS: Concholepoas, Fissurella, Lessonia, AMERB,
Densodependencia.
Morales, V., Padilla, T., Figueroa-Fábrega, L. et al.
INTRODUCCIÓN
En Chile, la creación de las Áreas de Manejo y Explota-
ción de Recursos Bentónicos (AMERB) ha sido por años,
un mecanismo de conservación de los recursos bentóni-
cos de interés comercial, ya que apunta a lograr la
extracción sustentable de ellos y/o de una recuperación
cuantitativa de los recursos que se encuentran en
situación de sobreexplotación (Figueroa-Fábrega, et al.
2017; Gutiérrez, 2014).
El sistema fue inicialmente pensado para recuperar y
mantener las poblaciones comerciales del gastrópodo
Concholepas concholepas, pero con el correr de los años
se han ido agregando otras especies de importancia
comercial, como es el caso de las algas pardas.
Estas especies de algas son actualmente uno de los prin-
cipales recursos bentónicos que se encuentran defini-
dos como especies objetivo en las AMERB y el esfuerzo
de pesca que se ha ejercido sobre estos recursos lo ha
llevado a alcanzar el estado situación de plena explota-
ción (SUBPESCA, 2018).
La extracción de recursos algales esta focalizada en el
centro-norte de Chile, principalmente en las Regiones
de Atacama y Coquimbo (SERNAPESCA, 2007-2017; Vás-
quez, et al. 2008), siendo la especie Lessonia trabeculata
(Villouta y Santelices, 1984) la más importante en densi-
dad y biomasa en ambientes submareales, además pro-
porcionar los mayores desembarques anuales
(SERNAPESCA, 2007-2017; Vásquez, 1989; Vásquez, et
al. 2012).
117
Esta especie, la cual es conocida también como huiro
palo, es capaz de formar bosques submarinos de gran
extensión sobre sustrato rocoso estable en ambientes
submareales que van desde semiprotegidos a expuestos
(Villouta y Santelices, 1984), y posee una gran importan-
cia ecológica, ya que distintas especies, tanto de verte-
brados como invertebrados, están asociados o depen-
den directamente de la presencia de esta especie en los
ambientes submareales de fondos rocosos (Zúñiga et al.
2009). Ahora bien, debido a la intensa actividad extracti-
va que se realiza sobre esta especie (Collantes, et al.
1990; Jackson, et al. 2001), se ha visto que sus densida-
des naturales han disminuido considerablemente (Fi-
gueroa-Fabrega et al 2017, IFOP 2016), lo que ha dejado
al recurso en un estado de alta vulnerabilidad
(SUBPESCA, 2018).
A pesar de la importancia de esta L. trabeculata como
especie estructuradora de ecosistemas, la evaluación de
esta a nivel biológico-pesquero ha estado orientada a la
vía uniespecífica; es decir, se basan en las densidades,
épocas, tamaños y/o áreas de pesca del recurso/especie
particularmente, aun cuando uno de los principales
aspectos ecológicos de las comunidades es que, en la
naturaleza, las poblaciones dependen en gran medida
unas de otras (Moreno, et al. 1987), generando un
ambiente dinámico de diversas relaciones entre estas
comunidades (Jones, et al. 1994).
Por lo tanto, desde el punto de vista ecológico la evalua-
ción monoespecífica de un recurso no es el único méto-
do de estudio para llevar a cabo procedimientos de
manejo en una pesquería (Larkin, 1977; Moreno, et al.
1987).
Bajo este precepto, existen otros recursos marinos de
importancia comercial, que cohabitan con L. trabecula-
taen lazonasubmareal, entre los cuales se destacan el
Cambios en la densidad y distribución...
loco Concholepas concholepas y dos especies de lapas
del género Fissurella (de la pesquería multiespecífica
“lapas”) (Vásquez, et al. 2010): Fissurella latimarginata y
Fissurella cumingi (Olivares, 2007).
C. concholepas se ubica en la zona intermareal inferior y
submareal de ambientes rocosos (Ramorino, 1975). Es
un depredador carnívoro de alto nivel trófico que se
alimenta principalmente de invertebrados filtradores
(Castilla y Cancino, 1979; Castilla, et al. 1979).
De hecho, comienza a consumir presas en su etapa juve-
nil, como picorocos (cirripedios del género Balanus) y
mitílidos (Mytilus chilensis, Semimytilus algosus,
Perumytilus purpuratus), agregándose a estos en su
etapa adulta otras especies como los piures (Pyura chi-
lensis) (Castilla, et al. 1979; IFOP, 2001). Es una especie
endémica del Pacífico Sur Oriental, que se distribuye
desde Islas Lobos de Afuera 6*%27'S (Perú) (Sánchez,
1973), hasta Cabo de Hornos 55*58'S (Chile), incluyendo
las Islas de Juan Fernández (Stuardo, 1979).
Por su parte, F. latimarginata se localiza entre la zona
intermareal inferior y el submareal rocoso, desde el mar-
gen situado por debajo de las frondas de L. trabeculata
hasta profundidades de 10 m, no obstante, ocasional-
mente se les ha capturado a 15 m de profundidad. Su
distribución geográfica abarca desde Chiclayo, Perú (6*
47' S) hasta la zona del Río Biobío, Chile (36” 48” S)
(McLean, 1984; Olivares, et al. 1998; Olivares, 2007) y
suele compartir el hábitat con F. cumingi. Esta especie
habita sobre la superficie rocosa en la zona intermareal
baja y la submareal adyacente, hasta profundidades de
15 m y se distribuye entre Matamari, Perú (17” S) y
Mehuín, Valdivia, Chile (39* 23" S) (McLean, 1984; Oliva-
res, 2007).
118
A nivel local, existen diversas observaciones realizadas
por los pescadores artesanales que sugieren que al
extraer algas mediante la técnica del barreteo, se des-
truye la estructura del bentos y bajo este escenario dis-
minuyen otros recursos como lapas (Fissurellas spp.) y
locos (Concholepas concholepas), lo cual según los pes-
cadores, se debe a la exposición a la depredación al per-
derse la cobertura vegetal. Por el contrario, otros pesca-
dores sugieren que al eliminar algas del sistema, este
espacio es colonizado rápidamente por cirripedios, lo
que significa a la larga gran abundancia de alimento para
elgastrópodo Loco (Concholepas concholepas).
En base a esto, diversos pescadores han mantenido
estrategias de extracción que responden a ambos inte-
reses, por lo que el presente trabajo busca determinar si
la extracción del recurso L. trabeculata (huiro palo) gene-
ra cambios en la abundancia registrada espacialmente
para las poblaciones de los recursos C. concholepas (lo-
co), F. latimarginata (lapa negra) y F. cumingi (lapa rosa-
da).
MATERIALES Y MÉTODOS
Se seleccionó la información histórica de los seguimien-
tos de AMEREB en la a región de Atacama y Coquimbo,
siendo el primer factor de selección el hecho de que se
encontraran como recurso principal las cuatro especies
mencionadas, siendo el segundo factor la existencia de
un alto porcentaje de desembarques de algas pardas en
la última década.
Los datos de densidad y posicionamiento geográfico
utilizados para cada recurso se obtuvieron de evaluacio-
nes directas (EVADIR) realizadas por durante el periodo
2006 - 2017. Se usaron patrones bi-plot temporales de la
densidad de Lessonia trabeculata y Gastropodos (ie. C.
concholepas y Fissurella spp), por cada AMERB.
Morales, V., Padilla, T., Figueroa-Fábrega, L. et al.
Para determinar cualquier relación entre especies, com-
paramos (i) densidades de lapas y algas y (ii) abundan-
cias de lapas y C. Concholepas, usando las correlaciones
de Pearson (Zar 1996). Estos análisis fueron realizados
con el paquete estadístico R.
Una vez identificadas las áreas que cumplían con las
características mencionadas, se desplegaron gráficos
espaciales de densidad de las tres especies, con el obje-
tivo de visualizar lo cambios espaciales en la densidad
para L. trabeculata, C. concholepoas, F. latimarginata y F.
cumingi a lo largo del tiempo. Para esto se seleccionó
una AMERB de Atacama (Pajonales) y otra de Coquimbo
(Punta de Talca). Este análisis se realizó mediante un
Análisis de Interpolación de Distancia Inversa Pondera-
da (IDW), el cual es un método de interpolación determi-
nístico, basado en valores medidos circundantes. El
análisis IDW se realizó para la densidad (ind/m2) en
aquellas zonas donde existe información geográfica de
las mismas (IFOP 2017). Estos análisis se realizaron utili-
zando el programa QGIS 3.0.
RESULTADOS
Se evaluó la relación de las densidades anuales entre
Lessonia trabeculata y Fissurella latimarginata, Fissure-
lla cumingi, y Concholepas concholepas en las AMERB de
Pajonales, Chañaral de Aceituno (sector C) en Atacama y
Punta de Talca y Cascabeles (sector B) en la región de
Coquimbo.
En las zonas de Pajonales y Chañaral de Aceituno (sector
C), no se observó una relación estadísticamente signifi-
cativa para Fissurella spp. (A latimarginata, F. cumingi)
en relación con L. trabeculata; y su correlación sugirió un
vínculo débil entre las especies (Tabla 1).
119
Cambios en la densidad y distribución...
Tabla 1. Resumen estadístico, relación densodependiente para la Región de Atacama, sectores Pajonales y Chañaral de Aceituno C.
Zona Especie
L. trabeculata-
Pajonales C. concholepas
L. trabeculata-
F. latimarginata
L. trabeculata-
F. cumingí
Ñ L. trabeculata-
Chanaral de Aceituno
C. concholepas
(sector C) dá
L. trabeculata-
F. latimarginata
L. trabeculata-
F. cumingi
En el sector de Pajonales, la relación estadística fue
significativa para C. concholepas y L. trabeculata, donde
la variabilidad en la densidad del Murícido fue explicada
en un 98% por medio de la densidad del alga, lo que
implica una fuerte correlación. Por otra parte, se registró
una situación distinta para la zona de Chañaral de Acei-
tuno sector C, observándose un vínculo débil para
ambas especies (Tabla 1).
Coef.
Valor p R? Correlación
Pearson
<0,01 97,70% 0,98
>0,01 15,09% 0,4
>0,01 0,07% 0,03
>0,01 3,82% -0,20
>0,01 17,96% 0,42
>0,01 17,96% 0,42
A pesar de esto, la tendencia muestra que la densidad
tanto del loco como de la lapa negra en relación al huiro
palo es densodependiente, es decir, que cuando esta
disminuye, las densidades del loco y lapa negra también
disminuyen y viceversa. Por el contrario, cuando la den-
sidad del huiro disminuye, la de lapa rosada aumenta
(Figura 1).
120
2009 2011 2012 2014 2015 2016
2 05.
O
03 YE
1,5 005 ES
a A
02 <
1 0 > Ñ
015 535%
E a
0.5 de E
005 “5 hh
2 y
, 7 EE
o
a 3
SS
Años
Densidad L.trabeculata (ind/m2)
MN /.trabeculata —*=C.concholepas
SP. latimarginata —9=F.cumingi
Figura 1. Densidad promedio L. trabeculata, densidad promedio C.
concholepas, densidad promedio F. latimarginata y densidad
promedio F. cumingi entre los años 2009, 2011, 2012, 2014, 2015 y
2016 reportadas en Pajonales.
En Chañaral de Aceituno (sector C), tampoco se observó
una relación estadísticamente significativa para
Fissurella spp. (F. latimarginata, F. cumingi) en relación
con L. trabeculata; y su correlación muestra un vínculo
débil entre las especies. Se registra lo mismo en la rela-
ción del alga con el Murícido, observándose un vínculo
débil para ambas especies (Tabla 1). La tendencia en esta
área indico la posibilidad de dependencia del loco en
relación al huiro palo, y no así de las lapas con el huiro
(Figura 2).
Morales, V., Padilla, T., Figueroa-Fábrega, L. et al.
S a
E 15 5 E
O
= 1 1. <
ha e
3 05 05 8
O U
2 0 0 p
E O =
s S RSS 7
II ES S
E k O
y Años
ñ
E
u
a
MN |. trabeculata =%*=(C.concholepas
Pe lotimarginata == E.cumingi
Figura 2. Densidad promedio L. trabeculata, densidad promedio C.
concholepas, densidad promedio F. latimarginata y densidad
promedio F. cumingi entre los años 2006, 2007, 2008, 2009, 2010,
2012, 2014 y 2016 reportadas en Chañaral de Aceituno sector C.
En la Región de Coquimbo, en el sector de Cascabeles B,
el análisis estadístico indica que las relaciones tanto
entre L. trabeculata — C. concholepas y L. trabeculata —
Fissurella spp. (F. latimarginata, F. cumingi) no presen-
tan una relación estadísticamente significativa con un
nivel de confianza del 90%; sin embargo, su coeficiente
de correlación muestra un vínculo moderadamente fuer-
te entre las especies (Tabla 2), por lo que la variabilidad
de la densidad en C. concholepas y Fissurella spp. pudo
explicarse por medio de la densidad de la especie L. tra-
beculata, es decir la tendencia apunta a que cuando la
densidad del huiro palo disminuye, la densidad de los
recursos asociados también disminuye y viceversa.
(Figura 3).
F.latimarginata y F.cumingi
(ind/m2)
121
Densidad L.trabeculata (ind/m2)
Morales, V., Padilla, T., Figueroa-Fábrega, L. et al.
Tabla 2. Resumen estadístico, relación densodependiente para la Región de Coquimbo, sectores Cascabeles B y Punta de Talca.
Pa
7
Un
E
=
Un
Sa
Zona
Cascabeles B
Punta de Talca
O A e E a
o DD A A e es
SIS
Años
Especie
L. trabeculata-
C. concholepas
L. trabeculata-
F. latimarginata
L. trabeculata-
F. cumingi
L. trabeculata-
C. concholepas
L. trabeculata-
F. latimarginata
L. trabeculata-
F. cumingi
T 5
y £
1.5 E
Ou
1 Eu
2 > a
cuBÉ€
pt
0 sn DY —
SS
n E
SE
a Y
ul
MN /.trabeculata =*=C.concholepas
SH lotimarginata —%= F.cumingi
Coef,.
Valor p R? Ñ
Correlación
>0,01 34,52% 0,58
>0,01 60,31% 0,77
>0,01 36,35% 0,60
>0,01 7,29% -0,27
>0,01 46,40% 0,68
>0,01 13,97% 0,37
Finalmente en Punta de Talca se observó una relación
relativamente débil para L. trabeculata— C. concholepas
y L. trabeculata — F. cumingi, en donde la variación de la
densidad tanto de C. concholepas como de F. cumingi se
explica a través de L. trabeculata por medio de un valor
menor al 15% (Tabla 2). Sin embargo, la tendencia mues-
tra que cuando la densidad de L. trabeculata disminuye,
la densidad del loco, lapa rosada y lapa negra también
disminuye (Figura 4).
Figura 3. Densidad promedio L. trabeculata, densidad promedio C.
concholepas, densidad promedio F. latimarginata y densidad
promedio FE cumingi entre los años 2012. 2014, 2015 y 2016
reportadas en Cascabeles sector B.
122
Densidad L.trabeculata
A 1 3
ur
3 08 8 E
yn y £
a 06 3 3
E 2 EU
= 04 < >=
e 33.
EEN - y
a
Dm —
0 0 a S
2013 2016 2017 HE E
o
Años a =
a
NN | .irabeculata —Y%=(C.concholepas
9 F latimarginata —4= F.cumingi
Figura 4. Densidad promedio L. trabeculata, densidad promedio C.
concholepas, densidad promedio F. latimarginata y densidad
promedio F. cumingi entre los años 2013, 2016 y 2017 reportadas
en Punta de Talca.
En relación al análisis espacial, en la localidad de Pajona-
les, se observó que en la zona delimitada, la densidad de
huiro palo está inversamente relacionada con las densi-
dades del loco, lapa negra y lapa rosada. En L. trabecula-
ta la densidad es baja en relación con el resto del área de
manejo, por el contrario, en los otros recursos asociados
la densidad es alta en comparación a las densidades del
área (Figura 5).
Cambios en la densidad y distribución...
Figura 5. Situación que ejemplifica el caso de la existencia de una
baja densidad de algas pardas de la especie L. trabeculata (A) y por
otro lado alta densidad de C. concholepas (C) y especies del género
Fisurella (ie. C = F. cumingi ; D= F. latimarginata). Las líneas
representan isolíneas de densidad; colores oscuros representan
mayor densidad. (AMERB Pajonales - 2016).
En el caso de Punta de Talca, se observó que en la zona
delimitada que la densidad de huiro palo está inversa-
mente relacionada con las densidades del loco, lapa
negra y lapa rosada. En L. trabeculata la densidad es
mayor en relación con el resto del área de manejo, por el
contrario, en el resto de los recursos asociados la densi-
dad es más baja en comparación a las densidades del
área (Figura 6).
Figura 6. Situación que ejemplifica el caso de la existencia de una
alta densidad de algas pardas de la especie L. trabeculata (A) y por
otro lado baja densidad de C. concholepas (C) y especies del género
Fisurella (ie. C = F. cumingi ; D= F. latimarginata). Las líneas
representan isolíneas de densidad; colores oscuros representan
mayor densidad. (AMERB Punta Talca - 2016).
123
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos para las áreas de manejo anali-
zadas en Atacama y Coquimbo muestran que, indepen-
dientemente del tipo de relación directa oinversa, existe
un vínculo entre las densidades de L. trabeculata tanto
con C. concholepas como con F. latimarginata y F. cumin-
gi, demostrando que en un ecosistema las poblaciones
dependen en gran medida unas de otras (Moreno et al.
1987).
Según los resultados obtenidos, un alto porcentaje de
densidad de L. trabeculata implica poca disponibilidad
de sustrato para ser utilizado por otros recursos como C.
concholepas, F. latimarginata y F. cumingi, por ende, la
densidad de estos recursos disminuye. Esta situación
provoca la competencia por espacio entre los organis-
mos móviles (López et al. 1999). Sin embargo, en los
resultados del análisis también se observa que el alto
porcentaje de densidad de L. trabeculata favorece el
crecimiento y la reproducción de las especies asociadas
al alga, debido a que esta proporciona a los organismos
hábitat, sustrato y alimento (Vásquez y Vega, 2004; Tala
y Edding, 2007).
Se sabe que, actualmente el estado de situación de Les-
sonia spp. es de alta vulnerabilidad, por ende, la dismi-
nución en la abundancia del recurso en algunas áreas
analizadas de la zona Norte de Chile podría deberse prin-
cipalmente a una mayor extracción (SUBPESCA, 2018).
Ante esta situación, en base a los resultados obtenidos,
la baja densidad de L. trabeculata permite la llegada de
otros organismos al sistema como es el caso de Concho-
lepas concholepas, lo que podría deberse a la mayor
disponibilidad de sustrato que tendría esta especie para
ocupar (Vega, 2016; Yates, 1981). Al mismo tiempo, en
este escenario, al igual que el loco, se observó el aumen-
to de las poblaciones naturales de F. latimarginata
Morales, V., Padilla, T., Figueroa-Fábrega, L. et al.
y F. cumingi, lo que sugiere que estas especies no forma-
rían parte de la dieta del Murícido (Castilla, et al. 1979;
IFOP, 2001), esto permitiría la relación de variabilidad
directa en la abundancia tanto en C. concholepas como
en Fissurella spp.
Ante la sobreexplotación de una de las especies comer-
ciales de alta importancia como lo es C. concholepas
(SUBPESCA, 2018), se podría estar utilizando como
método para el repoblamiento de esta especie en
AMERBs, la extracción de L. trabeculata en algunas de
las áreas estudiadas, esto desde la perspectiva ecológi-
ca; ya que la principal interacción ecológica entre ellos
es la competencia por espacio (IFOP 2001, Vega 2016,
Yates 1981). Sin embargo, las especies del género Lesso-
nia son únicas entre las comunidades macrófitas porque
son organismos que por completo pueden brindar el
recurso alimentario a comunidades herbívoras (Vásquez
y Buschmann, 1997). Según lo anterior y en concordan-
cia con este estudio la fuerte relación que existe entre el
alga parda y Fissurella spp. sugiere que, si bien, en el
análisis sectorizado (mapas) se observó una relación
inversa en densidad, esto podría estar asociado a que la
misma disminución de dicha alga parda en sectores sub-
mareales haya provocado una depredación más intensa,
por parte de las lapas Fissurella spp., en otros sectores
de la costa, por ende, a otras especies de algas (Vásquez
y Buschmann, 1997, Yates, 1981).
Lessonia spp. son especies que sostienen la productivi-
dad en ecosistemas, en relación al aumento o disminu-
ción de la macrofauna asociada a plantas de L. trabecu-
lata, presentes en este estudio (Christie, et al. 2009); y
en vista de una de las tendencias a la disminución del
alga parda se han dictado recomendaciones de manejo,
como por ejemplo cosechar plantas adultas completas,
entre otras (Vásquez, et al. 2012). En este sentido, para
efectos de los presentes análisisse desconoce la longi -
124
tud de las plantas analizadas, por lo que este podría ser
un foco importante para determinar de forma sustancial
qué tan sostenible se está llevando a cabo el manejo en
las áreas de manejo estudiadas, en relación a la variabili-
dad que presentan las densidades de poblaciones natu-
rales de C. concholepoas, F. latimarginata y F. cumingi.
CONCLUSIONES
Las tendencias generadas en los resultados pueden ser
utilizadas desde una mirada generalizada o macro en las
AMEREBs, o bien, desde una perspectiva más sectorizada
dentro de esta misma o micro.
Debido a que el análisis multiespecífico de poblaciones
es altamente dinámico, la generación de tendencias en
el comportamiento de las densidades conlleva a un sin-
fín de posibles interacciones, siendo las con mayor moda
muy generalizadas.
Con la incorporación de nuevos factores en un futuro
análisis como largo máximo del disco, en conjunto con
un estudio más exhaustivo y más extenso en relación a
las Áreas de Manejo, se podrían considerar las tenden-
cias observadas como un posible indicador del estado de
los recursos en AMERBs.
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127
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 128-141
MODELACIÓN DEL CAMBIO DE USO DE
SUELO AL ANO 2030 EN UN SISTEMA
LAGUNAR COSTERO URBANO EN MEXICO:
REPERCUSIONES Y REALIDADES
EMERGENTES.
Javier Aldeco-Ramírez*, Laura Lisbeth Buendía-Buendía**
RESUMEN: Se presenta la importancia de los humedales
costeros, en especial del sistema Lagunar de Mandinga,
y se menciona el bosque de mangle como uno de los
recursos forestales que aportan servicios ambientales a
la comunidad originaria. Se presenta una evaluación
oficial de las tasas de tala de mangle para la Región de
Veracruz. Por medio imágenes de satélite, de la serie
Landsat, y con fotografías aéreas (en formato analógico)
se realizan comparaciones del área de cobertura de man-
gle en diferentes fechas (1979-2000, 1983-2005, 2000-
2017). Para el 2030 se espera un 57 % de persistencia de
bosque de manglar, y un 62% de asentamientos huma-
nos, con referencia al 2017. En un análisis económico
por los servicios ambientales prestados por las hectá-
reas de mangle taladas, se calculó que tan solo en el
2017 se dejaron de percibir “USDS6,000,000 (con ref. a
2017) por la pérdida de servicios ambientales. Los resul-
tados muestran tala inmoderada y crecimiento urbano
fuerte. Las realidades emergentes son, por un lado, para
los pescadores, una pérdida de ilusión de las actividades
ancestralmente realizadas, lo que genera desapego y
pérdida del acervo cultural, incluido el gastronómico.
Por el otro, se presentan los nuevos moradores con la
ilusión urbana debido a los centros comerciales y desa-
rrollos urbanísticos.
PALABRAS CLAVES: Calentamiento global, resiliencia,
laguna costera, servicios ambientales.
* Laboratorio de Procesos Costeros, Departamento El Hombre y su Ambiente, Universidad Autónomo Metropolitana, unidad
Xochimilco, Ciudad de México, México, e-mail: jaldeco(Wcorreo.xoc.uam.mx
** Asistente, Bióloga. Lab. Procesos Costeros. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Calzada del Hueso 1100,
Col. Villa Quietud, Cp: 06400. Alcaldía de Coyoacán.
ABSTRACT: The importance of coastal wetlands is pre-
sented, especially the Mandinga Lagoon System, and
the mangrove forest is mentioned as one of the forest
resources that provide environmental services to the
original community. An official evaluation of mangrove
cutting rates for the State of Veracruz is presented. By
means of satellite images, from the Landsat series, and
with aerial photographs (in analog format) comparisons
of the mangrove coverage area are made on different
dates (1979-2000, 1983-2005, 2000-2017). By 2030,
57% of mangrove forest will persist and 62% of human
settlements are expected, with reference to 2017. In an
economic analysis of the environmental services pro-
vided by the hectares of mangroves cut down, it was
calculated that only in 2017, they ceased to receive “ $
6,000,000 (with reference to 2017) for the loss of envi-
ronmental services. The results show immoderate
cutting and strong urban growth. Emerging realities are,
onthe one hand for fishermen, aloss of illusion ofances-
tral activities, which creates detachment and loss of the
cultural heritage, including gastronomic. On the other,
the new inhabitants are presented with the urban illu-
sion due to the shopping centers and urban develop-
ments.
KEYWORDS: coastal wetland, deforestation, environ-
mental services, gastronomic heritage, mangrove for-
est.
INTRODUCCIÓN
Los humedales costeros son sistemas acuáticos alta-
mente productivos, con altas concentraciones de
nutrientes, clave en la economía pesquera y como valor
Aldeco, J. y Buendía, L.
cultural. El proceso de urbanización y las actividades
económicas han modificado su desarrollo sustentable
(Aldeco et al., 2015). Las lagunas costeras funcionan
como fertilizadores del mar costero adyacente.
Por ejemplo, en el ciclo biológico del camarón, crustáceo
de alto valor económico en la pesca en México; se obser-
va que primero los adultos en mar abierto (ambiente
nerítico) ponen sus huevos, y después las larvas ingresan
a las lagunas costeras para recibir alimentación y crecer,
para posteriormente, ya como juveniles, regresar a la
zona nerítica donde son pescados por barcos arrastre-
ros, y continuar su ciclo. Así, Los humedales costeros son
sistemas acuáticos altamente productivos, con altas
concentraciones de nutrientes, clave en la economía
pesquera y como valor cultural.
La Figura 1 muestra el sitio de estudio en el contexto de
la República Mexicana y las lagunas costeras del estado
(Región) de Veracruz, dentro de las que se encuentra en
sistema lagunar de Mandinga.
La distribución de marismas y manglares que se presen-
tan en las costas de América depende de la temperatura
y la latitud. La vegetación comúnmente encontrada son
bosques de mangle en latitudes tropicales (Figura 2), y
praderas de plantas herbáceas, pastos o carrizos, en
marismas de latitudes medias. Son espacios que brindan
servicios ambientales, entendidos estos últimos como
procesos que la naturaleza ejerce para beneficio de la
humanidad que hace usufructo de ellos. Son servicios
ambientales, por ejemplo: la protección de la costa con-
tra tormentas huracanes y tsunamis, la protección a ale-
vines larvas y desarrollo de huevos de especies ambien-
tales, la captura de carbono y el relleno de mantos freáti-
cos, entre otros (Figura 4).
129
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4
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1
| Golfo de México
Estado de
h Veracruz
Lagunas Costeras
01 Pueblo Viejo
02 Tamiahua
03 Tampamachoco
04 Grande
05 San Agustín
06 El Llano
07 El Farallón
08 La Mancha
09 La Mandinga
10 Alvarado
11 Sontecomapan
12 El Ostión
Golfo de México
MÉXICO
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Modelación del cambio de uso de suelo...
Golfo de
a Río PUEDA 1 México
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“Mandinga! ;
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Redonda
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Laguna Grande
Figura 1. Sitio de estudio. Región de Veracruz y Golfo de México (A), lagunas costeras de la región de Veracruz, con el número 9 el Sistema lagunar
de Mandinga (B), y las lagunas que componen el Sistema Lagunar de Mandinga (C).
130
Aldeco, J. y Buendía, L.
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Figura 2. El mangle proporciona hábitat para especies comerciales (crustáceos, alevines y moluscos), además sirve para hábitat temporal y
permanente de especies de aves.
Como antecedente de evaluación de cobertura vegetal, de los años 1976, 2005 y 2010 para la Región de Veracruz
la Comisión Nacional de Biodiversidad (CONABIO) reali- (ver Tabla 1) y encontró una velocidad de deforestación
zó una evaluación del área de cobertura de mangle aproximada de 205 Ha/año (Troche-Souza, 2016).
Tabla 1. Evaluación de cobertura de mangle por la CONABIO
VERACRUZ Superficie Superficie Superficie
1976 (Ha) 2005 (Ha) 2010 (Ha)
Extensión de manglar
Extensión de manglar
perturbado
131
Cervantes-Candelas (2005) realizó una primera evalua-
ción de la cobertura de mangle para los años 1979, 1990
y 2000. Ella utilizó solo dos clases, la de mangle y “todo lo
demás” (Figura 3); la Tabla 2 muestra sus resultados, y se
hace notar una tala aproximada de 11 Ha/año para el
periodo 1979-1990, y una velocidad de tala de 20
Ha/año. Entre sus comentarios señala que para darse
cuenta del tamaño de una hectárea uno debe ver una
cancha de fútbol profesional e imaginársela llena de
bosque.
Figura 3. Cobertura de bosque de mangle en verde y otras coberturas en negro, para Mandinga en diferentes años (tomada de Cervantes-
Candelas, 2005).
1979
Tabla 2. Cobertura de bosque de mangle y tasas de deforestación
para diferentes fechas en el Sistema Lagunar de Mandinga (tomado
de Cervantes Candelas, 2005).
Tasa
deforestación
Año | Cobertura (Ha)
1979 1.627
1990 1.5059 11 Ha/año
2000 1.303 20 Ha/año
1990
2000
METODOLOGÍA
El Sistema Lagunar de Mandinga se encuentra al sureste
del Golfo de México en la Región de Veracruz (Figura 1).
Esta última cuenta con una serie de lagunas costeras casi
equiespaciadas, y son parte de cuencas hidrológicas que
drenan sus escurrimientos al mar.
Para la evaluación de la cobertura se utilizaronimágenes
de satélite de la serie Landsat para la generación de
mapas temáticos. Imágenes del satélite Landsat 7
132
(ETM+) y 8 OLI/TIRS, de las fechas: 24 de abril del año
2000 y del 25 de noviembre del año 2017. El software
utilizado fue el paquete QGIS versión 2.14.11-Essen. Se
generaron dos mapas de uso de suelo y vegetación
(USyV) respectivamente para los años 2000 y 2017. La
Proyección utilizada fue la UTM, con un Datum WGS84,
en la zona 14N en formato ráster (Buendía-Buendía,
2017).
Los usos de suelo y vegetación (USyV) o cobertura, lla-
madas Clases, identificadas en este estudio fueron:
Pastizal cultivado, Asentamientos humanos, Suelo
descubierto, Golfo de México y Río Jamapa, Sistema
Lagunar Costero de Mandinga, Bosque de mangle y Vege-
tación de dunas costeras.
Para obtener la predicción de clases para el año 2030 se
realizó una modelación con Cadenas de Markov median-
te el paquete IDRISI (Selva), y con el módulo Markov se
creó una matriz de probabilidad de transición. El méto-
do es en esencia cruzar los mapas de USyV del 2000 y
2017, con un margen de error de 15%, para crear una
matriz de probabilidad de persistencia para el 2030
(Aldeco y Buendía-Buendía, en preparación).
RESULTADOS
Figura 4 muestra la cobertura de mangle alrededor de la
laguna de Mandinga en el año 2000. Es notorio en la
parte norte la extensa cobertura cercana a la desembo-
cadura al Golfo de México. También en color gris, el inci-
piente desarrollo urbano de la zona.
La Figura 5 muestra la cobertura en el año 2017, y es una
imagen ligeramente diferente a la Figura 4 (año 2000).
Se puede observar que el mangle en la parte norte del
sistema lagunar ha casi desaparecido debido a desarro-
llos inmobiliarios (color gris), y al centro y sur del Sistema
Lagunarse observa poca afectación.
Aldeco, J. y Buendía, L.
De la proyección de cobertura de mangle para el año
2030 se tiene una probabilidad de persistencia media.
En la Tabla 3 sólo se muestran tres clases y su probabili-
dad de transición a otra clase. El bosque de mangle tiene
una probabilidad de persistencia de 57% para el año
2030, esto es de lo observado en el año 2017, 8% pasará
a Pastizal cultivado y el 16% a la clase Asentamientos
humanos. La Clase Vegetación de duna tendrá una per-
sistencia probable 59%, y 28 % pasará a la Clase Asenta-
mientos humanos.
Las realidades emergentes son de dos clases, las
ambientales y las sociales; al final del trabajo se elabora
un diagrama en el supuesto de realidades emergentes
que desaparecen (la pesca) y otras que emergen (el desa-
rrollo inmobiliario y urbano), y se desarrolla un diagra-
ma para explicar cómo la tala de mangle contribuye a la
expulsión de lugareños y cambiar la fisonomía de una
villa de pescadores a una urbana (Figura 7).
Se encontró mediante bibliografía el valor de los servi-
cios ambientales que proporciona el bosque de mangle
por hectárea y por año; este es, por ejemplo, el valor en
dólares de resguardar larvas y alevines de valor comer-
cial que posteriormente se dejaron de pescar, y que ya
no ingresaron a la economía del sector pesquero local.
La pérdida económica, en dólares americanos, se calcu-
ló a partir del valor de los servicios ambientales ($58.862
USD/ha/año), la tasa de deforestación (0.08), y median-
te la ecuación de interés compuesto: “f=“¡(1+in' donde “f
es el capital dejado de percibir, i capital producido en
USD/ha/año y n la tasa de deforestación -constante-
(Cabrera-Mendoza, 2009). Esta cantidad calculada
(Tabla 4), en dólares americanos, es el costo de los servi-
cios ambientales no recibidos a causa de la tala, y se hace
la proyección hasta el 2030.
133
Modelación del cambio de uso de suelo...
9607 12W 9603 '36"W
1904"48"N
N,8b,v0.61
1901 12%N
N_3T,TO¿.6T
960712W 9603 36"W
E il “Z «<% Km
Leyenda
EA Golfo de México NM Bosque de mangle ES Asentamientos humanos
—— Sistema Lagunar de Mandinga * Vegetación dunas costeras MN Suelo descubierto
Río Jamapa ES Pastizal cultivado
Figura 4. Cobertura de bosque de mangle (verde fuerte) en Mandinga en el año 2000.
134
Aldeco, J. y Buendía, L.
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HA Golfo de México MM Bosque de mangle E Asentamientos humanos
TU Sistema Lagunar de Madinga | | Vegetación dunas costeras MN Suelo descubierto
| Río Jamapa EA Pastizal cultivado
Figura 5. Cobertura de bosque de mangle (verde fuerte) en mandinga en el año 2017.
135
Tabla 3. Probabilidad (%) de persistencia de Cobertura al 2030.
Modelación del cambio de uso de suelo...
Clase Bosque Mangle Vegetación de dunas Pastizal cultivado ad
Bosque mangle 9/ 0 8 16
Vegetación de duna 1 99 8 28
Pastizal cultivado 1 0 68 10
DISCUSIÓN cies de peces, moluscos y larvas de crustáceos. Esta
Las lagunas costeras están distribuidas a lo largo de la
región de Veracruz (Figura 1), son grandes y tienen cone-
xión permanente con el mar costero, algunas son peque-
ñas y solo se abren en la época de lluvia; resalta laimpor-
tancia de las lagunas costeras como instrumento de la
naturaleza para dosificar el exceso de nutrientes de
estas hacia el mar costero adyacente, y la Figura 2 señala
la importancia económica y ambiental (pesca comercial,
regulador del clima y hábitat de aves) de las lagunas para
los residentes de la zona costera.
Las diferentes evaluaciones de la cobertura y uso de
suelo dan una idea de la cantidad de bosque de mangle
que se tala alrededor del Sistema Lagunar de Mandinga,
finalmente son números. En el análisis de sistemas,
debido a la complejidad e interacciones entre los dife-
rentes componentes, es difícil establecer con certeza los
beneficios del bosque de mangle. El investigador debe
tener un acercamiento precautorio respecto a los servi-
cios del bosque, y no cargar el desarrollo hacia las macro
cifras económicas, que distan mucho de genera bienes-
tar a las mayorías.
En Mandinga el bosque de mangle aportó material de
construcción y combustible, además de abrigo a espe-
riqueza se conservó hasta los años 70's del siglo pasado.
Las realidades (o estados) emergentes son de dos clases,
las ambientales y las sociales. En el caso de las ambienta-
les son por ejemplo los florecimientos algales nocivos (o
HAB), que surgen por especies invasoras u oportunistas
debido a las condiciones ambientales idóneas, mientras
que las realidades emergentes sociales surgen cuando
se dibujan nuevas ilusiones en el imaginario social, por
ejemplo, un centro comercial genera la ilusión de poder
comprar en él.
A partir del costo del servicio ambiental se calculó la
pérdida económica, en dólares americanos, debida a la
deforestación del bosque de mangle (Cabrera-
Mendoza, 2009). Los lugareños, o antiguos moradores
en la periferia del sistema lagunar de Mandinga, durante
años hicieron usufructo de los servicios ambientales. Un
servicio ambiental es algo que la naturaleza proporcio-
na, por ejemplo, un manto freático que puede ser explo-
tado mediante un pozo; o el microclima que se genera
por elproceso de evotranspiración del bosque cercano.
La zona perteneciente al norte del Sistema Lagunar es la
más alterada, debido a que en ella existen: un Mall (Pla-
za “El Dorado”), lotes unifamiliares residenciales de uso
turístico y un fraccionamiento Club de Golf (Figura 6).
136
" Y
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Aldeco, J. y Buendía, L.
¡PESO 'OULERDO meros
4 4rA .» .
Figura 6. Infraestructura comercial y turística en la parte norte de la laguna costera de Mandinga.
En la legislación mexicana existen instrumentos de polí-
tica ambiental que protegen los manglares. Un ejemplo
es la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente (LGEEPA) en el procedimiento de Manifesta-
ción del Impacto Ambiental (MIA). Esta Evaluación de
Impacto Ambiental o MIA, como se le conoce, permite, o
debiera permitir, visualizar el deterioro del ambiente en
toda la zona o micro región, pero debido a que no hay un
plan regional maestro que se respete, las MIA's solo
reflejan un pequeño cambio con modificaciones y
alteraciones de envergadura pequeña, el problema es
cuando se suman todas estas alteraciones, entonces es
cuando la devastación ambiental se hace patente.
Otro instrumento legal son las Normas Oficiales Mexica-
nas, entre estas la NOM-22-SEMARNAT, que establece
las especificaciones para la preservación, conservación,
aprovechamiento sustentable y restauración de los
humedales costeros en zonas de manglar, publicada en
el Diario Oficial de la Federación (México) el 10 de abril
de 2003. De manera lamentable esta norma fue modifi-
cada para dar cabida a una compensación por la tala de
mangle. Como en muchas otras situaciones, los vacíos
legales son aprovechadas por industriales sin escrúpu-
los, con el consiguiente daño al manglar.
137
Debido a estos vacíos legales y la alta tasa de tala de man-
gle, se torna complicado evaluar el efecto del cambio
climático y la fuerte modificación del entorno por el
hombre.
Cabrera-Mendoza (2009) realizó una primera evalua-
ción de lo que las comunidades aledañas a la laguna cos-
tera, bordeada por mangle, “perciben” por servicios
ambientales. Se pone entre comillas para señalar que no
es dinero el que reciben, sino que cuando no se dispone
ó no se tiene, entonces ahora se tiene que pagar, pero
antes se recibía sin costo. Un ejemplo de esta valoración
es el agua de pozos que antaño era pura (un servicio
ambiental), sin embargo, ahora las sociedades rurales
tienen que pagar por el servicio de garrafones o pipas
para el abasto de agua potable. El costo económico de
los servicios ambientales del bosque de mangle median-
te la valoración de los servicios ambientales, sin contar
los Servicios Culturales, Espirituales y Estéticos (Himes-
Cornell et al., 2018) es de $58.862 USD/ha/año. En esto
habrá que señalar, por ejemplo, los rituales que llevan
las comunidades para adorar a sus deidades no son con-
sideradas en esta valoración. La fiesta de una Virgen o
Santo, que involucre algún servicio ambiental, no está
valorada en este dato.
De esta Tabla 4 se puede observar que desde el año 2000
al 2017, que es cuando se realizó la valoración, por el
número de hectáreas taladas, la comunidad dejó de per-
cibir el equivalente a 56.049.599 dólares americanos, y
para el año 2030 esta cantidad se transformó en
$10.035.399 dólares. Los economistas tecnócratas dirán
que es más redituable el negocio de las plazas comercia-
les o desarrollos turísticos, sin embargo, este despojo de
riqueza genera pobreza en la región y expulsión de indi-
viduos de su lugar de origen.
Modelación del cambio de uso de suelo...
Tabla 4. Costo económico de los servicios ambientales no recibidos
de acuerdo con el área de mangle talada en Mandinga. Proyección
al 2030.
Cobertura
(ha)
Pérdidas
(ha)
USD no
recibidos
663,5
631,5
32,0
601,0 2,0
6 $3.681.212
$1.886.152
971,9
El bosque de mangle del Sistema Lagunar de Mandinga
es saludable, Osorio-Ramírez (2012) estudió las condi-
ciones de los sedimentos y del agua, y concluyó que favo-
recieron la dominancia de mangle blanco (Laguncularia
racemosa); por los valores obtenidos de altura de indivi-
duos, DAP (diámetro a la altura de pecho), cobertura y la
densidad total de plántulas, el bosque se caracteriza
como joven y que se encuentra en un proceso de repo-
blación.
960,7 102,8
044,3 119,2
2020
$0.0
918,0 145,5
493,0 170,5
138
También mencionó que se encontraron plántulas de tipo
a (el tallo con hojas), b (con una ramificación) y c (con el
desarrollo de raíces aéreas) al interior del bosque, lo que
indica que la zona es propicia para el desarrollo de man-
gle.
El desarrollo residencial y de plazas comerciales (Liver-
pool de capital inglés, Sams del gupo Walmart, america-
no, etc.) sobre la rivera, con la indiscriminada tala de
mangle, disminuyeron el reservorio de vida silvestre.
Durante 200 años la población de Mandinga mantuvo
una pesca artesanal y desarrolló un acervo gastronómi-
co propio del lugar. El bosque de mangle aportó material
de construcción y combustible, además de abrigo a
especies de peces, moluscos y larvas de crustáceos. Esta
riqueza se conservó hasta los años 70's del siglo pasado,
cuando empezó el “desarrollo”. La producción de la
pesca artesanal mermó, y los lugareños se movieron a
empleos como la construcción y autotransporte, y otros
migraron (Aldeco etal., 2015).
La pesca artesanal, antes realizada en cayucos o botes
de pequeña eslora (menor a 5-6 metros), para subsisten-
cia o comercio ha disminuido. El dragado de canales y la
instalación de muelles a lo largo de la laguna costera han
generado nuevos usos de la laguna, nuevas ilusiones
para los migrantes con poder adquisitivo.
A partir de encuestas realizadas por alumnos de la Uni-
versidad Autónoma Metropolitana (México), nos hemos
percatado del estado que guardan los habitantes de
Mandinga. El desplazamiento evidente de los lugareños
y su desapego de las actividades pesqueras y culinarias
marca un sombrío panorama. Algunos restaurantes típi-
cos cerraron, restaurantes vendían el producto de la
pesca local y dejaban una derrama económica a los luga-
Aldeco, J. y Buendía, L.
reños. Como si fuera un destino de “mala suerte”, la
construcción de un boulevard costero del lado oriente al
cordón de dunas costeras, hacia el este de la laguna cos-
tera, eliminó el transporte público, ahora los lugareños
tienen que pagar un taxi “colectivo” para ir a la ciudad
cercana.
Las realidades emergentes tienen que ver con lo que
surge, con lo que impacta al observador. Este, desde su
historia procesará la nueva información y apagará o
encenderá su respuesta. Típicamente la respuesta a un
estímulo de una realidad emergente es una ilusión, un
deseo. Este sencillo concepto genera en el individuo una
acción que será desarrollada de “motu proprio”. La
gente se mueve por ilusiones, cuando no las tiene actúa
únicamente por estímulos (como un animal) (Aguilera,
2006). El pescador promedio tiene la ilusión de pescar
una buena presa y seguir en su contexto social (muy pro-
bablemente desde su bisabuelo, abuelo y padre), y no es
posible, desde un escritorio administrativo, sugerir que
cambie de actividad. El eliminar la ilusión, de un pesca-
dor en este caso, lo llevará a un desapego de su lugar de
origen y probablemente lo convierta en migrante. Por el
contrario, un migrante, con cierto poder económico,
puede ilusionarse con una nueva realidad emergente,
un centro comercial o un club deportivo, lo que hará que
migre donde se ofrecen estas nuevas realidades. De esto
se tratan las realidades emergentes. La Figura 7 trata de
señalar el cambio de un poblado rural a uno urbano,
probablemente debido a la tala de mangle.
Para lograr una protección efectiva del bosque de man-
gle se propone: a) Revisar la definición de Zona Federal
Marítimo Terrestre en el contexto de Manglares, y b)
Apelar a que existen alternativas para el desarrollo
inmobiliario si se antepone una responsabilidad
ambiental.
139
Modelación del cambio de uso de suelo...
Desarrollo
inmobiliario
Nuevas
realidades
emergentes
Otro
estado
e
E
e dada mis -
3e CONServa la
Mbmiba al
cultura, el
acervo
gastronómico,
' / | 2030
Pueblo
tradicional de
pescadores y
ñ al d . L
¡inmigrantes
Ñ
urbanos con
nuevas
4
etc.
Nueva cultura Posible
urbana en el migrante,
pueblo de chófer, albañil,
Mandinga delincuente, etc.
bienestar,
Figura 7. Diagrama en que se muestran realidades emergentes en la población de Mandinga a partir de la tala de mangle. En el año 2030 el
pueblo se torna urbano.
140
CONCLUSIONES
La tala de mangle es un hecho en el Sistema Lagunar de
Mandinga, aunque existen instrumentos legales que
protegen dicho bosque.
Falta Planeación con políticas ambientales para el desa-
rrollo urbano, pesquero y turístico. El crecimiento o
“desarrollo” alrededor del Sistema Lagunar de Mandin-
ga es caótico.
Los efectos del Cambio Climático Global no son nada
comparados con los efectos de la devastación del man-
gle.
AGRADECIMIENTOS
A la Universidad Autónoma Metropolita, unidad Xochi-
milco, por el patrocinio del proyecto “Consideraciones
biológicas e hidrodinámicas para la evaluación de la resi-
liencia del Sistema Lagunar de Mandinga, Ver., México”,
que se desarrolla en el Laboratorio de Procesos Costeros
del Departamento “El Hombre y su Ambiente”. Este tra-
bajo corresponde a la versión escrita de la ponencia pre-
sentada en el Seminario Internacional “Humedales Cos-
teros en el Contexto del Cambio Climático Contemporá-
neo: experiencias desde Chile, Colombia y México”, desa-
rrollado en las ciudades de La Serena y Viña del Mar
durante el mes de agosto de 2019. El seminario contó
con el patrocinio COP25 y fue organizado conjuntamen-
te porlas Universidades de La Serena y de Playa Ancha.
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141
A N A L E Sí ii aia de biente,
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 143-155
AMENAZAS DE LOS HUMEDALES COSTEROS
DE LA REGION DE COQUIMBO, CHILE.
Víctor Bravo Naranjo* y Carlos Zuleta**
RESUMEN: Los humedales costeros de la región de
Coquimbo históricamente han recibido diversas presio-
nes que amenazan su integridad ecológica. Estas hanido
aumentando debido a su cercanía a centros urbanos, así
como al poblamiento progresivo de la zona litoral. Des-
cribimos las actuales amenazas de los humedales
mediante visitas a terreno, revisión de literatura, entre-
vistas y conversaciones con expertos y actores vincula-
dos a estos ecosistemas. Luego las clasificamos, evalua-
mos y comparamos mediante el índice de Bray Curtis.
Actualmente, la contaminación por desechos orgánicos,
el exceso de visitación y el tránsito de vehículos todo
terreno son las amenazas más importantes en la degra-
dación de los humedales costeros, afectando cerca del
60% de estos, e incluye los actuales sitios Ramsar y,
sobre todo, a los humedales urbanos como el estuario
del Río Elqui y Estero Culebrón en la Bahía de Coquimbo,
y el humedal de Pichidangui al sur de la Región. A pesar
que estas amenazas han sido identificadas en otros
estudios, aún los esfuerzos de conservación siguen sien-
do insuficientes. Es imperioso actuar sobre estas ame-
nazas implementando planes de manejo y medidas de
protección para disminuir el deterioro progresivo de
estos valiosos ecosistemas.
PALABRAS CLAVES: conservación, ecosistema, presión,
fuentes de presión, urbanización.
* Profesor de Estado en Biología y Ciencias Naturales, Magíster en Conservación y Manejo de Vida Silvestre. Laboratorio de
Ecología de Vertebrados, Universidad de La Serena, La Serena.
** Profesor de Estado en Biología, Magíster en Ciencias Biológicas. Departamento de Biología, Universidad de La Serena, La
Serena.
ABSTRACT: Coastal wetlands in Coquimbo region have
historically received various pressures that threaten
their ecological integrity. These have been increasing
due to their proximity to urban centers, as well as the
progressive settlement of the coastal area. We describe
current wetland threats through field visits, literature
review, interviews and conversations with experts and
actors linked tothese ecosystems. Then we classify, eval-
uate and compare them using the Bray Curtis index.
Currently, pollution from organic waste, over-visitation
and the transit of all-terrain vehicles are the mostimpor-
tant threats in the degradation of coastal wetlands,
affecting about 60% of these, and includes the current
Ramsar sites and, above all, to urban wetlands such as
the Elqui River estuary and Estero Culebrón in Coquimbo
Bay, and the Pichidangui wetland in south of the Region.
Although these threats have been identified in other
studies, conservation efforts are still insufficient. It is
imperative to act on these threats by implementing
management plans and protection measures to reduce
the progressive deterioration of these valuable ecosys-
tems.
KEYWORDS: conservation, ecosystem, pressure,
sources of pressure, urbanization.
INTRODUCCIÓN
Los humedales son ecosistemas ecológicamente sensi-
bles (Turner et al. 2000), y a pesar que se reconocen por
tener una elevada productividad, y generar bienes y
servicios ecosistémicos que han sido y son utilizados por
la sociedad, aún se encuentran altamente amenazados y
degradados en todo el mundo (Gibbs 1993, Richardson
1994, Naiman and Decamps 1997, Lehtinen et al. 1999,
MEA 2005), pero particularmente aquellos que se locali-
zan en las zonas desérticas y semidesérticas del mundo
son los que reciben mayorimpacto (Frazier 1999).
Bravo, V. y Zuleta, C.
Se han descrito en la literatura las amenazas generales
que afectan a estos ecosistemas, y entre estas se inclu-
yen: la pérdida y degradación del hábitat, cambios de
uso de suelo para agricultura, la introducción de espe-
cies invasoras, sobreexplotación de recursos, contami.-
nación, cambio climático, pero por sobre todo la urbani-
zación (e.g. Hartig et al. 1997; Ehrenfeld 2000; Brinson
and Malvárez 2002; Zedler 2003; Miller and Boulton
2005; Dudgeon et al. 2006; McLeod et al. 2013), la que
puede estar relacionada con algunas de las amenazas
anteriormente mencionadas. Estos factores negativos
finalmente afectan la hidrología de los humedales, su
geomorfología, además de su flora y fauna (Ehrenfeld
2000), deteriorando sus funciones ecológicas, por lo
tanto, también la vida silvestre asociada que habita y
hace uso en algunas de sus etapas de vida de estos eco-
sistemas (Ramsar 1999a, Ramsar 1999b), y en cuyo caso
más grave, una futura pérdida de alguno de estos ecosis-
temas, sobre todo aquellos que se encuentren a distan-
cias inferiores a 20 km, podría afectar negativamente su
conectividad, especialmente de fauna de baja movilidad
(Marquet et al. 2012).
En la Región de Coquimbo, varios de los humedales que
se encuentran en la zona costera se encuentran asocia-
dos a ciudades que han experimentado un continuo
desarrollo (Rojas 2003), situación que ha incrementado
su vulnerabilidad (Luna 2005, Figueroa et al. 2009). Por
este motivo, la evaluación y el monitoreo de los hume-
dales es un componente vital para el manejo efecto de
estos ecosistemas (Dugan 1990). Dentro de los distintos
métodos de evaluación existentes, se encuentra el análi-
sis de amenazas, el que representa un sector emergente
en conservación y manejo, más cuando se realiza en
altos niveles de jerarquía (Reyers 2004). De manera
general, esta tiene por finalidad: identificar cuantas y
qué tipo de perturbaciones están presentes en un lugar
determinado, y evaluar la variación de estas en el espa-
144
cio y tiempo (Hobbs and Huenneke 1992). En este ámbi-
to, Salafsky et al. (2003) proporciona un método para
evaluar las perturbaciones en relación a varios atributos
(eg.: alcance, gravedad, irreversibilidad y duración, fre-
cuencia y contribución) en una escala categórica de cua-
tro niveles, similar a lo desarrollado por Granizo et al.
(2006) quien integra el alcance y gravedad de la pertur-
bación en el concepto de presión, y la contribución e
irreversibilidad en el concepto de fuente de presión,
facilitando el desarrollo de estrategias a través de mode-
los conceptuales donde se considera la fuente de la pre-
sión como factor de amenaza.
En la Región de Coquimbo son escasos los trabajos que
desarrollen temas relativos a la vulnerabilidad de los
humedales frentes a factores de origen antropogénico, y
aunque existen algunas aproximaciones, estos se aso-
cian a los humedales de la conurbación La Serena-
Coquimbo. Considerando la falta de información para el
conjunto de humedales asociados a la franja costera de
la región, la presente evaluación se enmarcó dentro del
proceso de determinación y descripción del estado de
amenaza de estos ecosistemas y tiene por objetivo ¡)
determinar el o los tipos de amenazas que afectan a
cada humedal en particular, ii) a su conjunto y iii) compa-
rar la similaridad de estos ecosistemas de acuerdo las
amenazas presentes, de manera de facilitar la orienta-
ciones que propendan generar mecanismos para su con-
servación y manejo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Sitio de estudio
La Región de Coquimbo se localiza en la zona semiárida,
comprendida entre 31* y 37” S. Presenta un clima medi-
terráneo, por lo que el verano es seco y el invierno frío
conalgunas lluvias. La Región presenta una elevada
Amenazas de los humedales costeros...
diversidad florística y está incluida dentro de las 25
áreas con mayor diversidad a nivel mundial (Myers et al.
2000). La vegetación está compuesta principalmente
por matorral leñoso de baja altura, y parches de bosque
esclerófilo principalmente asociado a quebradas (Fuen-
tes et al. 1984) que persisten en algunas zonas costeras
siendo mantenidos por neblinas costeras (Gajardo
1994). Esta zona del país se caracteriza por ser una
angosta plataforma continental de pronunciada pen-
diente (Araya Vergara 1971), cuyo margen continental
más cercano al océano Pacífico es suave planicie que
favorece la presencia de ollas inundadas, varias de ellas
localizadas en el exutorio de sus respectivas quebradas
que favorecen la presencia de cuerpos de agua. En la
región se localizan alrededor de 17 humedales costeros
clasificados sólo como estuarios y lagunas costeras (ver
Figura 1), los que se distribuyen principalmente en
bahías abiertas, y cuya vegetación característica se
encuentra dominada por comunidades de arbustos
bajos, y hierbas perennes acojinadas (Luna 2005).
Evaluación de las amenazas de los humedales
Para reconocer que amenazas afectaban a cada hume-
dal, delimitamos el espacio basados en sus característi-
cas ecológicas (Bravo and Windevoxhel 1997), y regis-
tramos y evaluamos la vulnerabilidad de los humedales
utilizando el método propuesto por la Granizo et al.
(2006). Las presiones (efectos) fueron identificadas
utilizando la definición propuesta por Hobbs and Huen-
neke (1992) quienes la señalan como "cualquier evento
que altera los ecosistemas, comunidad, estructura de la
población, cambios en los recursos, disponibilidad de
sustrato o medio físico, y que en última instancia produ-
ce un daño funcional de alguno o varios de los atributos
ecológicos del objeto de conservación", y las fuentes de
presión (causas) fueron consideradas como aquellas
actividades humanas que dan origen a la presión, a las
que agregamos las marejadas.
160000 220000 280000
Laguna Saladita
Estuario Río Elqu
Océano Pacífico
6700000
Estero Tongoy '
Salinas Chica ?
Salinas Grande *
Pachingo *
Altitud (msnm)
- 619
Estuario Río Limarí .
6600000
La Cebada
El Teniente
ETA Estero Derecho
ES] Areas del SNASPE
Territorio Comunidades
Otras comunidades
| Huentelauquen
[A] La Cebada Ñ E
Estuario Río Choapa
o] Los Choros
6500000
Chigualoco *«
Laguna Conchalí a
Quilimarí
Pichidangui
160000 220000 280000
Bravo, V. y Zuleta, C.
340000 400000
6700000
6600000
6500000
340000 400000
Figura 1. Localización (Proyección UTM) de los humedales costeros del mediterráneo semiárido en la Cuarta Región de Coquimbo, Chile,
territorio de comunidades y áreas de conservación públicas y privadas.
Tanto para la identificación como la valoración de
presiones y fuentes de presión, recorrimos los sitios dos
veces por temporada (otoño, invierno, primavera y vera-
nos), revisamos medios de prensa escrito, literatura aso-
ciada y se establecieron conversaciones informales con
expertos y actores vinculados a estos ecosistemas.
Las presiones fueron valorizadas en alcance y severidad,
y sus fuentes en contribución e irreversibilidad utilizan-
do cuatro criterios: muy alta, alta, medio y bajo, valores
que luego fueron ponderados para obtener un valor
global la presión y otro para la fuente de presión, y
146
cuya ponderación de esta última determinada por su
frecuencia de valores (ver Granizo et al. 2006) determinó
su nivel de amenaza para el conjunto de humedales. Los
valores globales fueron transformados en una escala
numérica de 1 a 4, donde 1 correspondió a bajo y 4 a muy
alto. Los datos se ingresaron a una matriz de doble entra-
da y se correlacionaron a través del índice de similaridad
Bray-Curtis. Los resultados se integraron en un clúster
mediante enlace único en Primer v.6 (Clarke and Gorley
2006) para establecer agrupamientos que faciliten la
comprensión de las amenazas que afectan al sistema de
humedales, con la finalidad de orientar estrategias para
su manejo y conservación.
RESULTADOS
Factores de amenaza
Registramos un total de 19 factores (amenazas) que afec-
tan la integridad ecológica de estos humedales (ver Tabla
1). El 47% de estas representan una amenaza de nivel
bajo, 16% una amenaza de nivel medio y un 37% amena-
zas de nivel alto, no existiendo amenazas de un nivel muy
alto que actualmente afecten al sistema, pero si a hume-
dales particulares.
De las amenazas observadas: la basura orgánica, el exce-
so de visitación y el tránsito de vehículos todo terreno se
presentaron con una frecuencia relativa mayor y con
altos valores de amenaza en comparación con el resto de
sitios (ver Tabla 2).
Entre las amenazas con mayor ocurrencia, el exceso de
visitación obtuvo una frecuencia relativa de 82%, y su
valor de impacto más elevado (muy alto) se registró en el
humedal de Pichidangui, sitio que además presentó el
tránsito de vehículos todo terreno con el mismo grado de
amenaza. Otras, como la basura orgánica presentaron
una frecuencia de 70%, donde los niveles más altos de
amenaza se registraron los humedales urbanos de
Amenazas de los humedales costeros...
la Bahía de Coquimbo (Estuario del Río Elqui y Estero Cule-
brón) además de Pichidangui. En cuanto a los sitios
particulares, dos humedales presentaron un nivel de
amenaza muy alto, Estuario del Río Elqui y Pichidangui.
En el primero se registraron ocho amenazas, de las cuá-
les, cuatro fueron de nivel muy alto. En el humedal de
Pichidangui, se presentaron cinco amenazas, dos de
valor muy alto. Otros humedales con niveles de amenaza
alto fueron: Estero culebrón, Laguna Adelaida, Estero
Tongoy, Pachingo y el Estuario del Río Choapa.
Similaridad en los niveles de amenaza
Un análisis de similaridad de amenazas (ver Figura 2)
reveló algunas semejanzas entre los tipos y la calificación
global de las amenazas del sistema de humedales de la
Región. En su conjunto, la red de humedales, con excep-
ción del humedal de La Boca, comparte un 40% de simila-
ridad en sus amenazas. Los únicos sitios que compartie-
ron el 100% del tipo y grado de amenaza fueron los hume-
dales de Salinas Chica (SC) y Salinas Grande (SG). Este
agrupamiento podría estar explicado por la cercanía
entre estos dos humedales, lo que facilitaría que cual-
quier presión que afecte al paisaje litoral en forma global,
también afecte en la misma magnitud a cada sistema en
particular. Aunque también se esperaría que ocurriera
algo similar en Pachingo y Estero Tongoy (78% de similari-
dad) y que se localizan a una distancia similar de Salinas
Grande o Salinas Chica, respectivamente; nuestras
observaciones indican que a diferencia del primer grupo
(Salinas Chica-Salinas Grande), Pachingo presenta
actualmente una presión de desarrollo inmobiliario en
su borde sur, donde el paisaje se ha ido fragmentando y
perdiendo gran parte de su cobertura vegetal. Además,
su desembocadura ha sido intervenida frecuentemente
y actualmente es cruzada por una calle con tránsito vehi-
cular permanente. Los humedales de Salinas Chica y Sali-
nas Grande a su vez, comparten sobre un 80% de similari-
dad en las amenazas con el estuario Río Limarí.
147
Bravo, V. y Zuleta, C.
Tabla 1. Descripción de las principales amenazas registradas en el sistema de humedales costeros de la Región de Coquimbo.
Amenazas Descripción
Basura orgánica Restos de materia orgánica
Basura inorgánica Envases de vidrio, plástico, metal, papeles, depósitos de áridos
Construcción de caminos Caminos de tierra transitables que producen fragmentación y/o
interrupción de la conexión con el mar
Tránsito de vehículos todo terreno | Tránsito de vehículos todo terreno por lugares no habilitados
Uso de maquinaria pesada Evidencia de movimientos de maquinaria en la zona de humedal
Caza Evidencia de caza de fauna silvestre por personas y/o perros
asilvestrados
Extracción de agua Evidencia de disminución del cuerpo de agua o extracción por medios
físicos
Exceso de visitación Presencia de personas que alteró el comportamiento de la fauna
silvestre
Presencia de ganado doméstico Fauna caprina, bovina, ovino y equina haciendo uso del humedal
Marejadas Evidencia de erosión, conexiones o sobrepaso de agua de mar por el
humedal
Alteración del caudal Cambios derivados de la diminución del cuerpo de agua por causas
no naturales
Extracción de áridos Evidencias de extracción de arenas y piedras en la porción baja de la
cuenca
Lavado de vehículos Extracción de agua del humedal para limpieza con productos
químicos
Construcción de conjuntos habitacionales e infraestructuras lineales
Infraestructura vial Se consideró como amenaza sólo cuando se registró especies nativas
atropelladas
Pesca artesanal Extracción no regulada (redes) de peces y crustáceos en los
humedales
Extracción de algas Cosecha indiscriminada de macroalgas (e.g. Macrocyistis pyrifera)
Minería de dunas Explotación de metales y minerales mediante maquinaria pesada
Extracción de leña Tala ilegal y extracción indiscriminada del matorral nativo
148
Amenazas de los humedales costeros...
Tabla 2. Amenazas que afectan a la cadena de humedales costeros de la Región de Coquimbo. Blanco= Ausente, Verde= Bajo, Amarillo= Medio,
Naranja= Alto, Rojo= Muy Alto. Se muestra entre paréntesis la abreviación de cada humedal.
Amenazas'Humedales
con global de la amenaza
Laguna Conchall (LOGO)
La Boca (LB)
Estuario Río Choapa (ERC)
Estuario Río Elqui (EDE)
Estuario Río Limarí (ERL)
Laguna Saladita (LS)
Estero Culebrón (EC)
Laguna Adelaida (LA)
Estero Tongoy (ES)
salinas Chica (SC)
Salinas Grande (SG)
Pachingo (PA)
La Cebada (LC)
El Teniente (ET)
Chigualoco (CH)
Quilimari (GUI)
Pichidangui (PI)
Califica
Basura orgánica
Basura inorgánica
Construcción de caminos
Tránsito de vehículos todo terreno
Uso de maquinaria pesada
Caza de fauna silvestre
Extracción de agua
Exceso de visitación
m
Co poca AT ETE
ECOS 0 A 0 — A
AICC A 00 O O A O O O O O
E 0 0 1000
EI 0 00 00 00 00 00 0 O
A II
CS 0 0 000 00 00 00 0 O O E
A A MEE
[CIO 0 00 0 0 O O O O O A A A
A A
EE 0 00 00 00 0 O O O O A
Estado de amenaza para l0s Objetos
vel sistema
149
Grado de amenaza
O Muy alto
D Alto >
Medio e
O Bajo
Similaridad
. LCO ERC
2
La EN
Bravo, V. y Zuleta, C.
x o
LS |
1)
|
J
LB
J :
Figura 2. Análisis de similaridad mediante escalamiento multidimensional no-métrico (NMDS por sus siglas en inglés) de las amenazas
determinadas en el sistema de humedales de la Región de Coquimbo. LB= La Boca, LS= Laguna Saladita, ERE= Desembocadura Río Elqui, EC=
Estero el Culebrón, LA= Laguna Adelaida, ES= Estero Tongoy, SC= Salinas Chica, SG= Salinas Grande, PA= Pachingo, ERL= Estuario Río Limarí, LC=
La Cebada, ET= El Teniente, ERC= Estuario Río Choapa, CH= Chigualoco, LCO= Laguna Conchalí, QUI= Quilimarí, Pl= Pichidangui.
Otros humedales como Pachingo (PA) y Estero Tongoy
(ES) también presentaron una alta similaridad en sus
amenazas .Esto se debería básicamente a la gran presión
turística que reciben las lagunas costeras de la de Bahía
Tongoy, y el Estero Tongoy, localizado en la Bahía Barnes
durante el verano. Por otra parte, desde el Estuario del
río Limarí hacia la zona sur, las fuentes de presión
comienzan a cambiar, relacionándose principalmente
con el uso consuntivo de los humedales, debido a
esto, humedales como El Teniente (ET) registró una sepa-
ración del resto de humedales del sistema, pero se man-
tiene dentro del 40 % de similaridad. A razón de esta
situación, la posición relativa de los humedales de La
Cebada (LC), El Teniente (ET), estuario Río Choapa (ERC),
Chigualoco (CHI), Laguna Conchalí (LCO), Quilimarí
(QUI) y Pichidangui (PI) en el gráfico NMDS está separa-
da del resto de los humedales costeros de la Región.
150
DISCUSIÓN
Nuestros resultados demuestran que las causas que
provocan la degradación de los humedales de la Región
de Coquimbo son prácticamente las mismas señaladas
de manera genérica para los humedales mediterráneos,
pero presentan distintos niveles o grados de amenaza
que varían dependiendo del contexto en donde se desa-
rrolle cada ecosistema. En este sentido, los humedales
urbanos presentaron los niveles más altos de amenazas,
con presiones asociadas a este tipo de ecosistemas
(Zedler and Leach 1998) seguidos de periurbanos y rura-
les, de este último, es probable que la lejanía a grandes
centros poblados sea un factor disidente en su uso
intensivo.
Entre los humedales urbanos; el estuario del Río Elqui y
Pichidangui presentaron los niveles más altos en cuanto
a la contaminación con basura inorgánica, el tránsito de
vehículos todo terreno, urbanización y exceso de visita-
ción, factores que aumentan en ocurrencia en la tempo-
rada estival ya que se localizan en Bahías cercanas a los
centros urbanos, presentando además un fácil acceso y
un escaso o nulo control de personas y del manejo de
residuos, por lo que sus altos niveles de amenaza res-
ponderían principalmente a estos factores. La basura
orgánica e inorgánica es uno de los mayores impactos
del hombre en áreas naturales (Derraik 2002) que ade-
más de contribuir a la degradación del paisaje y produc-
ción de malos olores, es ingerida por la fauna silvestre,
afectando su condición corporal, tasa reproductiva,
comportamiento y aumentando su mortalidad (Azzare-
llo and Van Vleet 1987; Carrillo 1989; Mrosovsky et al.
2009). Algo similar ocurre con el exceso de visitación,
que afecta las interacciones de la fauna del lugar aumen-
tando su stress (Boyle and Samson 1985, Knight and Cole
1995, Leung and Marion 2000) produciendo desplaza-
mientos hacia otros sectores, lo que se ve reflejado en la
disminución de su biodiversidad (Cole and Knight 1990;
Amenazas de los humedales costeros...
Chávez-Villavicencio et al. 2015). Sus efectos, por ejem-
plo, han sido demostrados en la disminución en los sitios
de alimentación de aves (Westerterp et al. 1995) siendo
desplazadas a lugares con una menor abundancia de
presas (Burger 1986) y sobre el éxito de anidación y tiem-
po de incubación de varias especies (McGowan and
Simons 2006), con efectos prácticamente idénticos a lo
que ocurre con el tránsito de vehículos todo terreno
(Liddle 1997), pero que además, afecta considerable-
mente en la fragmentación del paisaje (Ahlstrand and
Racine 1993, Webb and Wilshire 1993).
Otro de los humedales altamente amenazado fue Estero
Culebrón, que además de presentar prácticamente las
mismas amenazas que la Desembocadura Río Elqui,
existe un alto grado de pérdida de fauna nativa que es
compartido con los otros dos humedales, y cuya causa
principal es la caza a por perros callejeros (Bravo et al.
2019). Algunas presiones que afectan a estos humeda-
les ya se habían reportado hace más de una década (ver
CONAMA 2002, Luna 2005, Ormeño 2005), y otras hace
menos tiempo (ver Rivera et al. 2009). El humedal Estero
Culebrón ha sido afectado además por causas naturales
como el tsunami de 1922, 27 de febrero de 2010 de Chi-
le, 11 de febrero de 2011 de Japón y 16 de septiembre de
2015 de Chile (Contreras-López et al. 2016), afectando
directamente al paisaje inmediato cercano al mar e indi-
rectamente a la composición de especies.
Debido a que no existe mayor fiscalización para el ingre-
so vehicular a las playas, además del creciente interés
de utilizar estos ecosistemas para jeepeo, creemos
que las acciones a desarrollar para disminuir estos
factores de presión deberían orientarse al cierre físi-
co de la zona de influencia del humedal (Tabilo et
al. 2017), al desarrollo de ordenanzas municipales, y
al aumento de fiscalizaciones y multas. Por otro
lado, también sería posible la habilitación de sitios
151
apropiados para realización de estas actividades en
otras zonas de la Región. Buscar una solución parsimo-
niosa a favor de la conservación de los humedales y de
las prácticas de jeepeo, podría evitar futuros conflictos
de interés entre recreación y conservación de los hume-
dales costeros de Coquimbo.
Esta podría explicarse por el aumento de visitantes en la
temporada estival, fenómeno ya registrado para el
humedal Estero Culebrón (Molina 2015), los que proba-
blemente se distribuyen por todo el borde costero de
Coquimbo. Aunque a corto plazo, sería poco probable la
pérdida de alguno de los humedales de la Región.
Desde el estuario de Río Limarí hacia la zona sur, las fuen-
tes de presión comienzan a cambiar, estas se relacionan
principalmente con el uso consuntivo de los humedales
exclusivamente rurales. Tal situación se debe a que esta
zona es parte de comunidades agrícolas (Schneider
2014), los que aprovechan parte de los recursos de los
humedales. En algunos casos, estos podrían representar
una amenaza, más cuando no existen planes de manejo
de los sitios.
CONCLUSIONES
De entre los sitios analizados, los humedales urbanos
son los que más se encuentran deteriorados, seguido de
los periurbanos, siendo los rurales quienes se encuen-
tran aparentemente en mejores condiciones. Aunque el
número y magnitud de las presiones que sufren los
humedales de la Región de Coquimbo son similares,
cada uno cuenta con fuentes que varían también en
número y magnitud, por lo que el desarrollo de estrate-
gias de conservación debería conllevar un tratamiento
particular para cada sitio.
Los mayores esfuerzos de conservación deberían
orientarse al desarrollo de estrategias de propendan
disminuir las amenazas de un alto valor como el
Bravo, V. y Zuleta, C.
exceso de visitación, el tránsito de vehículos todo terre-
no y la presencia de desechos orgánicos e inorgánicos,
que se encuentran presentes en prácticamente todos
los humedales de la región, y a pesar de que gran parte
de las amenazas a los humedales de la Región de
Coquimbo llevan al menos diez años de conocimiento,
aún siguen siendo insuficientes los esfuerzos de conser-
vación empleados, procesos que se han visto limitados
probablemente por la tenencia de la tierra.
Por último, aquellos humedales que actualmente cuen-
tan con la designación de Sitio Ramsar no los excluye de
las amenazas comunes a los humedales, por lo que tanto
para estos humedales como los que no cuentan con algu-
na categoría de protección se hace necesario un plan de
manejo y conservación.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen al Fondo de Protección Ambien-
tal (FPA NAC-I1-032-2014) del Ministerio del Medio
Ambiente y al Programa de Socialización de la Investiga-
ción del Laboratorio de Ecología de Vertebrados
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135
Investigaciones
Históricas
ANALES ii sa iónSS is
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 156-165
EL EXPLORADOR ANTÁRTICO DUMONT
D'URVILLE Y SU VISITA A VALPARAISO EN
1838.
THE DUMONT D'URVILLE ANTARCTIC EXPLORER
AND HIS VISIT TO VALPARAÍSO IN 1838.
Pablo Mancilla González * y Mauricio Jara Fernández**
RESUMEN: El objetivo del trabajo es describir las activi-
dadesrealizadas y apreciaciones sobre Valparaíso que se
encuentran registradas en la obra del explorador antár-
tico Dumont D'Urville, que estuvo en este puerto a fines
de mayo de 1838, denominada Voyage au Póle Sud et
dans l'Océanie sur l'Astrolabe et la Zélée, exécuté par
ordre du Roi, pendant les années 1837, 1838, 1839,
1840, publicado en 1842. Este documento, escrito en
francés y hasta ahora no traducido en su totalidad, cobra
un importante realce, principalmente porque es el
mismo autor quien narra la visita oficial de la expedición
científica que regresaba del continente antártico,
dejando una serie de apreciaciones sobre diversos
aspectos de la vida del puerto.
PALABRAS CLAVES: Valparaíso y la Antártica, Expedicio-
nes científicas antárticas, franceses en Valparaíso,
Visiones sobre Valparaíso.
ABSTRACT: The objective of this work is to describe the
activities carried out and appraisals of Valparaíso that
are registered in the work of the Antarctic explorer
Dumont D'Urville, who was in this harbor at the end of
May 1838, named Voyage au Póle Sud et dans l'Océanie
sur l'Astrolabe et la Zélée, exécuté par ordre du Roi, pen-
dant les années 1837, 1838, 1839, 1840, published in
1842. This document, written in French and so far not
translated entirety, takes on an important grandeur,
mainly because it is the same author who narrates the
official visit of the scientific expedition returning from
the Antarctic continent, leaving a series of opinions on
various aspects of the life in the port.
KEYWORDS: Valparaíso and Antarctica, Antarctic
scientific expeditions, The French in Valparaíso, Visions
about Valparaíso.
*Profesor de Historia y Geografía, Magíster en Historia. Universidad Santo Tomás, Viña del Mar, Chile. pmancillagWsantotomas.cl -
Proyecto Conicyt-Fondecyt Regular n* 1170314.
**Profesor de Historia y Geografía, Magíster y Doctor en Historia. Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile. mjara(Dupla.cl -
Proyecto Conicyt-Fondecyt Regular n* 1170314.
INTRODUCCIÓN
Desde que Cristóbal Colón llegó al continente americano
en octubre de 1492, los europeos se impusieron la tarea
de explorar estos territorios y mares en todas sus direc-
ciones, incluso llegando hasta los mismos contornos de
la Antártica, a fin de saber sobre sus aspectos geográfi-
cos y potenciales político-estratégicos, económicos,
científicos y, en general, etnográficos. Para lograr estos
objetivos, los gobiernos, las instituciones científicas, los
exploradores y, en general los viajeros: principalmente,
de España, Portugal, Inglaterra, Francia, Holanda, Rusia
y Estados Unidos, planificaron y financiaron innumera-
bles expediciones que, atravesando el océano Atlántico,
buscaron —con mayor o menor éxito- desentrañar los
misterios que encerraban estos nuevos territorios y
mares (Pinochet de la Barra, 1992; Berguño, 1999a).
Es así que en los siglos XVI y XVII, los viajes de explora-
ción tuvieron por objetivo definir cartográficamente las
costas y buscar pasos interoceánicos que unieran el océa-
no Atlántico con el Mar del Sur, destacando entre los
múltiples viajes las travesías de Pedro Álvarez Cabral
(1500), Vasco Núñez de Gamboa (1513), Juan Díaz de
Solís (1516), Hernando de Magallanes y Juan Sebastián
Elcano (1519-1522), García Jofré de Loaiza (1525-1536),
Sebastián Caboto (1527-1528), Juan Fernández de Ladri-
lero (1557-1559), Francis Drake (1577-1580), Pedro
Sarmiento de Gamboa (1581-1586), Pedro Fernández
de Quiroz (1603-1606), Jacob Le Maire y Willen Schou-
ten (1615-1617), entre otros. Los resultados alcanzados
por estas expediciones fueron, por ejemplo, los descu-
brimientos del estrecho de Magallanes y el cabo de Hor-
nos y de innumerables islas en el océano Pacífico, ade-
más de Australia y Nueva Zelanda (Pinochet de la Barra,
1990 y 1992; Berguño, 1997, 1998, 2001a, 2001b y 2003;
Martinic, 1999 y 2000; Mancilla, 2013).
Durante el siglo XVIII, el impulso descubridor no se detu-
vo y varios exploradores circunnavegaron el continente
americano a fin de perfeccionar las cartografías, espe-
Mancilla, P. y Jara, M.
cialmente, de los pasos interoceánicos del Sur para esta-
blecer sus reales dimensiones y, por otra parte, utilizar
los puertos americanos del Pacífico y Atlántico como
puntos de partida o de finalización de las exploraciones
que buscaban definir la real existencia de la Antártica,
destacando entre todos ellos, los viajes de Amedée Fran-
cois Frezier (1712-1714), John Byron (1764-1766),
James Cook (1768-1771), Louis Antoine de Bougainville
(1766-1769), Antonio de Córdova y Lasso de la Vega
(1785-1786), Jean-Francois de Galaup de Péruse (1785-
1788), Alejandro Malaspina (1789-1794), George Van-
couver (1790-1795), entre otros. No obstante, este últi-
mo expedicionario, obtuvo bajos y desalentadores
resultados (Berguño, 1997, 1998 y 2001b; Kirwan, 2001;
Mancilla, 2013).
Por su parte, en la primera mitad del siglo XIX y gracias al
nacimiento de las Sociedades Geográficas en París
(1821), Berlín (1827), Londres (1830) y Frankfurt (1838),
se renueva el interés por conocer las tierras y mares al
sur del cabo de Hornos y en poder determinar efectiva-
mente la existencia de un continente polar. Importante
participación en este proceso descubridor fueron el
explorador ruso Fabián Bellingshausen (1819-1821),
William Smith (1819 y 1820), Edward Bransfield (1820),
Nathaniel Palmer (1820), Andrew Mac-Farlane (1820),
John Davis (1821), James Weddell (1823-1824), John
Biscoe (1830-1832), varios de los cuales dieron a cono-
ceren los puertos de Montevideo, Buenos Aires y Valpa-
raíso, las noticias sobre sus avistamientos y hallazgos de
nuevas tierras al sur de los 60% de latitud (Berguño,
1999b y 2001b; Kirwan, 2001; Guzmán, 2003; Mancilla,
2013).
Hacia fines de la década de 1830, los gobiernos de Ingla-
terra, Francia y Estados Unidos —en conjunto con sus
sociedades geográficas- impulsaban un proceso paulati-
no y sistemático de organización de grandes expedicio-
nes científicas para circunnavegar el orbe y adentrarse
en las tierras y mares australes y de la Antártica. De estos
157
expedicionarios, nos referimos, al francés Dumont
D'Urville (1837-1840), al estadounidense Charles Wilkes
(1838-1842) y al inglés James C. Ross (1839-1843), cuyos
resultados alcanzados abrieron un profundo debate
sobre si las zonas exploradas y descubiertas, a saber, la
Tierra de la Reina Victoria por Ross, la Tierra de Adelie
por D'Urville y la Tierra de Wilkes por Wilkes, eran islas o
parte de un nuevo continente y si, acaso, tenían alguna
relación con las tierras e islas ubicadas al sur del cabo de
Hornos (D'Urville, 1842; Wilkes, 1845; Ross, 1847).
En este contexto, se establecieron los primeros contac-
tos entre Valparaíso y el continente antártico, especial-
mente porque varios loberos, balleneros y exploradores
polares que iban a la Antártica o regresaban de ella
pasaron por este puerto, destacándose en ese período
hasta la actualidad a los ingleses Williams Smith, Edward
Bransfield, Andrew Mac-Farlane y Ernest Shackleton, al
francés Dumont D'Urville y los estadounidenses Charles
Wilkes y Richard E. Byrd, los cuales llegaron con sus
naves al puerto chileno para el reabastecimiento de
suministros, tomar contactos con las autoridades nacio-
nales y con los representantes de sus países, enviar y/o
recibir comunicaciones, incluso algunos se dieron el
suficiente tiempo para participar en actividades
protocolares y organizar viajes de estudio hacia los valles
del Mapocho y Aconcagua que, quedaron registrados en
sus informes, crónicas o diarios de viajes y compendios
científicos que posteriormente fueron publicados y
ampliamente difundidos entre las autoridades, socieda-
des geográficas y centros científicos y, en general, en las
principales ciudades de Europa y Estados Unidos.
Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo es descri-
bir las actividades realizadas y las apreciaciones que
sobre Valparaíso se encuentran registradas en la obra
del explorador antártico Dumont D'Urville que estuvo
en este puerto chileno a fines de mayo de 1838, registra-
das en Voyage au Póle Sud et dans l'Océanie surl'Astro-
El explorador antártico Dumont D'urville ...
labe et la Zélée, exécuté par ordre du Roi, pendant les
années 1837, 1838, 1839, 1840 (Vol. 111), publicado en
1842, pero que todavía no ha sido traducido en sutotali-
dad ni suficientemente estudiado por la historiografía
antártica chilena.
VALPARAÍSO Y EL CONTINENTE ANTÁRTICO A
PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX
En la primera mitad del siglo XIX, con las expediciones de
James C. Ross, Dumont D'Urville y Charles Wilkes se ini-
cia la denominada “era de las exploraciones científicas
antárticas” hasta la del belga Adrien de Gerlache en
1897; con esta última expedición se inaugura la llamada
“etapa heroica” que se extendió hasta la expedición
polar británica que culminó con la muerte de Ernest
Shackleton en las islas Georgias del Sur en 1922. Hacia
esa fecha Valparaíso ya era un importante enclave finan-
ciero y de suministros en la costa del pacífico sudameri-
cano y un puerto de entrada y/o salida de expediciones
científicas y comerciales que iban en demanda de la
explotación de los recursos naturales marinos como
lobos y ballenas (Jara y Mancilla, 2014). De todas aque-
llas expediciones que zarparon de Valparaíso y en rela-
ción con el continente antártico, las más relevantes
fueron las de William Smith y Andrew Mac-Farlane: el
primero, como descubridor de las islas Shetland del Sur
y, el segundo, por ser el primero en desembarcar en la
península antártica (Guzmán, 2003).
El comerciante inglés William Smith, al navegar en el
bergantín Williams desde el puerto de Buenos Aires al
de Valparaíso, en las inmediaciones del cabo de Hornos
enfrentó dificultosas condiciones climáticas que obliga-
ron a seguir rumbo al sur, y en esa situación, logró llegar
y divisar en febrero de 18109 el archipiélago de las Shet-
land del Sur. Posteriormente, Smith —al llegar a Valparaí-
so- narró su hallazgo a las autoridades chilenas, sin
embargo, estas prestaron muy poca atención por estar
158
trabajando en los preparativos de la Escuadra Libertado-
ra del Perú (Fitte, 1962; Berguño, 1993; Guzmán, 2003).
El comerciante inglés, John Myers, cercano a Thomas
Cochrane, incentivó a Smith para que prontamente
confirmara su hallazgo. Al volver de Buenos Aires a Val-
paraíso, Smith siguió la misma ruta y logró validar su des-
cubrimiento, relatándolo con posterioridad en el puerto
argentino, causando la curiosidad de cazadores loberos
y balleneros, muchos de los cuales ofrecieron al inglés
sumas de dinero para adquirir los datos geográficos del
lugar (Berguño, 1993; Guzmán, 2003).
En un segundo viaje de regreso a Valparaíso, en octubre
de 1819, Smith desembarcó en la isla Rey Jorge, del
archipiélago de las Shetland del Sur, realizando un acto
de toma de posesión a nombre de su Majestad Británica,
ocasión en que habría señalado: “...estas tierras desola-
das, no menos estériles y desagradables que la isla Geor-
gia de Cook, podrían ser la base para futuras exploracio-
nes comerciales y extender los campos de la geografía y
de la historia natural...” (Kirwan, 2001).
De regreso a Valparaíso de las islas Shetland del sur,
Smith se contactó con el Jefe de la Estación Naval Británi-
ca del Pacífico, Williams H. Shirreff, quien, viendo la
factibilidad de fundar una base para dominar el mar de
Drake, comisionó a Edward Bransfield y al propio Smith
para que se dirigieran a ese archipiélago en el mismo
bergantín Williams. Los expedicionarios desembarcaron
en isla Livingston en enero de 1820 y después de una
nueva toma de posesión, reconocieron la isla Trinidad y
el estrecho de Bransfield. Los resultados de este viaje
fueron comentados en Valparaíso e incentivaron a sus
comerciantes quienes inmediatamente iniciaron los
preparativos para ir a esos mares e islas para adquirir las
preciadas pieles de lobos y focas (Vercel, 1942; Evans,
1957; Berguño, 1993; Guzmán, 2003).
Mancilla, P. y Jara, M.
Como consecuencia de los descubrimientos de Smith y
Bransfield, el exteniente de la Marina de Chile Andrew
Mac -Farlane, amigo de Cochrane y Myers, junto a otros
inversionistas ingleses y chilenos, arrendaron el velero
Dragón; el cual, después de algunos preparativos, zarpó
desde el puerto de Valparaíso en septiembre de 1820
hacia los mares antárticos con el objetivo de obtener
pieles de focas y lobos marinos (Berguño, 1993; Guz-
mán, 2003).
El viaje de Mac-Farlane a la región polar coincide con la
presencia de Nathaniel Palmer y Robert Fildes y esto ha
motivado el inicio de una discusión historiográfica sobre
quién habría sido el primero en desembarcar en tierras
antárticas: Mac-Farlane o Palmer. No obstante, según
los datos aportados por Fildes y registrados en su diario
de navegación, Mac-Farlane habría sido el primero en
pisar tierras antárticas (Paravic, 1988; Berguño, 1993;
Guzmán, 2003).
Después de Smith, Bransfield y Mac-Farlane, otros
foqueros y loberos también llagaron a Valparaíso para
iniciar y/o finalizar sus viajes antárticos. No obstante, de
todos ellos, sólo la visita del explorador francés D'Urville
a finales de mayo de 1838, dejó un registro sobre el
puerto de Valparaíso.
JULES DUMONT D'URVILLE EN VALPARAÍSO, MAYO DE
1838
El francés Dumont D'Urville (1790-1842) fue un oficial
de marina que comandó varias expediciones a el Pacífico
y Atlántico, destacando las realizadas en la Coquille
(1822-1825), Astrolabe (1826-1830) y Astrolabe y Zélée
(1837-1840): viajes donde estudio los territorios y
mares de Australia, Nueva Zelanda, Oceanía y la Antárti-
ca.
159
Con respecto a la última travesía de D'Urville, en sep-
tiembre de 1837, zarpó del puerto de Toulon a Tenerife y
de ahí cruzó el Atlántico hasta Río de Janeiro para tomar
rumbo al estrecho de Magallanes y después a las tierras
antárticas. Al navegar por la costa del Pacífico sudameri-
cana, atracó en los puertos chilenos de Talcahuano y
Valparaíso y, con posterioridad, tomó rumbo hacia Ocea-
nía, Tasmania y Hobart. Desde este último lugar, D'Urvi-
lle decidió ir una vez más hacia los mares antárticos
donde descubrió un sector que denominó Tierra de Ade-
lie y se encontró con la expedición estadounidense de
Charles Wilkes y, de regreso en Hobart, con los buques
de flota del británico James C. Ross. Finalmente, en
febrero de 1840 zarpó con destino a Nueva Zelanda para
llegar nuevamente a Toulon en noviembre de 1840.
En Francia, D'Urville recibió un reconocimiento de la
Sociedad Geográfica de París y se dedicó a redactar el
informe de su expedición, el cual se publicó en 24 volú-
menes entre 1841 y 1854, siendo el segundo de estos, el
dedicado a sus trabajos en el estrecho de Magallanes y
las tierras antárticas al sur del cabo de Hornos y, el
tercero, sobre su estadía en Talcahuano y Valparaíso.
Dumont D'Urville al regresar del continente antártico,
fondeó el 8 de abril de 1838 en el puerto de Talcahuano
con el Astrolabe y el Zélée, con el objetivo de levantar un
hospital de urgencia para las tripulaciones de sus embar-
caciones que se encontraban en mal estado de salud.
Mientras estuvo anclado en esta bahía, se dedicó a estu-
diar la geografía, botánica, zoología y las costumbres de
los pueblos aborígenes que habitaban en la zona (Car-
tes, 2004).
El 24 de mayo de 1838 ambas naves galas emprendieron
rumbo a Valparaíso. En el viaje D'Urville señala que “tu-
vimos ante nuestros ojos la alta cadena de Cordille-
El explorador antártico Dumont D'urville ...
ras, cuyas cumbres son dos tercios cubiertas de nieve.
Algunos de estos glaciares eran tan vastos, deslumbran-
tes y parecían tan cercanos a nosotros, debido a la pure-
za de la atmósfera, que involuntariamente nos recorda-
ron las tierras desoladas de las Orcadas y Luis Felipe [de
la Antártica]. Pero el clima templado pronto demostró
que estábamos navegando en lugares menos inhóspi-
tos” (D'Urville, 1842).
D'Urville arribó a Valparaíso en la mañana del 25 de
mayo, recibiendo inmediatamente del buque Ariane,
comandado por Auguste Duhaut-Cilly, las correspon-
dencias provenientes desde Francia, encontrándose
entre ellas una de su esposa, Adélie Pepin, informando
que a un mes de su partida había muerto su hijo a causa
del cólera y donde, a su vez, suplicaba que “en nombre
de todo lo que podía ser querido, que volviera con ella,
ya que no podía resistir su dolor hasta el final de su viaje”
(D'Urville, 1842); no obstante, D'Urville —a pesar de esta
penosa situación familiar y económica- resolvió prose-
guir y cumplir con los objetivos de la expedición que
comandaba.
Después, con la ayuda de los botes de Ariane, el Astrola-
be y el Zélée lograron atracar en la bahía de Valparaíso y,
acto seguido, D'Urville ordenó a los empleados adminis-
trativos y de alimentos de ambas embarcaciones tomar
todas las medidas necesarias para obtener las suficien-
tes provisiones para zarpar cuanto antes de Valparaíso
hacia Oceanía (D'Urville, 1842).
Posteriormente, acompañado de Charles Jacquinot,
capitán del Zélée, D'Urville se entrevistó con Duhaut-
Cilly para solicitar el trasbordo de marineros del Ariane
—que pronto regresaría a Francia- al Astrolabe y el Zélée
con el objetivo de completar sus dotaciones antes de
partir a Oceanía.
160
Inicialmente la petición fue rechazada por Duhaut-Cilly,
principalmente por las negativas informaciones que
habían llegado a Valparaíso sobre los resultados alcanza-
dos por la expedición de D'Urville en su paso por el estre-
cho de Magallanes y en las tierras antárticas y, además,
por los dudosos objetivos que buscaba cumplir en Ocea-
nía. No obstante, el mismo capitán del Ariane se ofreció
para acompañar al explorador francés al puerto y visitar
a Henri Nicolas Scévole de Cazotte, Encargado de Nego-
ciosfrancés en Chile (D'Urville, 1842).
El 26 de mayo, desembarcaron en Valparaíso D'Urville y
Jacquinot y sus primeras impresiones fueron “que esta
ciudad que sólo debe al comercio su progreso, el edificio
de la Aduana es el único que merece el nombre de edifi-
cio”; que la avenida principal, “regular, ancha y bordea-
da de casas bonitas, es la única digna de ese nombre,
aunque carece de simetría, (...) y que las casas se
encuentran dispersas en terrazas prácticamente per-
pendiculares a la pendiente del acantilado, a las que sólo
se llega por calles estrechas y sinuosas, de aspecto desa-
gradable y, a menudo, de acceso bastante difícil”, siendo
en uno de estos pasajes donde estaba la casa de Cazotte
(D'Urville, 1842).
En la entrevista de D'Urville y Jacquinot con Cazotte, este
último sostuvo que -por la falta de recursos económicos-
era difícil conseguir tripulantes asalariados para la expe-
dición y que la única solución era trasbordar voluntarios
desde el ballenero Volsey, que se encontraba a la espera
de ser subastado para cumplir con los compromisos
financieros asumidos por su capitán (D'Urville, 1842).
En la misma reunión, D'Urville planteó a Cazotte y
Duhaut-Cilly que, a pesar de su corta estadía en Valparaí-
so, él se presentaría sus saludos ante Victorino Garrido,
máxima autoridad del puerto. Cazotte expuso a D'Urville
que las relaciones con Garrido no eran las mejores a
causa de la situación que había envuelto al Volsey
Mancilla, P. y Jara, M.
y por algunos desaires efectuados hacia Francia, desta-
cándose los ocho meses que Henri de Villeneuve,
Comandante de la Estación Francesa del Pacífico, tuvo
que esperar para que esta autoridad porteña retribuye-
ra una visita protocolar. No obstante, Cazotte y Duhaut-
Cilly recomendaron a D'Urville que, según las costum-
bres de la diplomacia francesa, era conveniente que él se
presentara ante esta autoridad de Valparaíso (D'Urville,
1842).
En consecuencia, ese mismo día, D'Urville, Jacquinot y
Cazotte se dirigieron a la residencia de Victorino Garri-
do. Dumont D'Urville, relata que la casa de la autoridad
chilena se ubicaba al pie de una quebrada, en un distrito
no muy suntuoso, y que presentaba un aspecto lamen-
table. Mientras que, del propio Garrido, laimpresión fue
que se estaba frente a un hombre de semblante agota-
do, de un bebedor, de temperamento bilioso, de poca
dignidad, y que nada anunciaba estar en presencia de un
hombre habituado al ejercicio de los altos cargos
(D'Urville, 1842).
Esta primera impresión de D'Urville cambió radicalmen-
te cuando Victorino Garrido comenzó a interrogarlos
sobre los propósitos de su expedición científica y por el
interés que la autoridad chilena evidenció sobre sus
alcances y resultados, al punto que el francés confesó
que su viaje: “había producido más efecto en los ojos de
este hombre, juzgado tan frío y oculto, que en los ojos de
mis propios colegas” (D'Urville, 1842).
Después de la entrevista con Garrido, el comandante
D'Urville se dirigió al “Convento de los Cordeliers de la
Congregación de los Sagrados Corazones” para infor-
marse sobre el destino de los misioneros franceses en
Oceanía y, puntualmente, de Jean-Baptiste Pompallier,
obispo de Maroneé. En este lugar, fue recibido por el
prefecto apostólico, Jean Chrisostóme
162
Liausou, quien informó que los misioneros estaban cum-
pliendo satistactoriamente su cometido en las islas
Gambier y Nueva Zelanda y que en Tahití, este proceso
de evangelización era complejo por la presencia de meto-
distas que constantemente propiciaban la sublevación
de la población nativa (D'Urville, 1842).
Al día siguiente, el 27 de mayo, D'Urville recibió en el
Astrolabe alos comandantes Duhaut-Cilly y Jacquinot, al
representante diplomático francés Cazotte, al comer-
ciante Augusto De la Motte du Portail y, por último, al
gobernador Victorino Garrido, oportunidad en que
D'Urville aprovechó para mostrar a sus visitantes los
mapas y dibujos elaborados y las muestras de flora y
fauna recolectadas durante la estadía de la expedición
en el estrecho de Magallanes y el continente antártico
(D'Urville, 1842).
De la Motte du Portail ofreció a D'Urville acompañarlo y
guiarlo en un recorrido por los principales barrios de
Valparaíso y, desde el desembarcadero del puerto, se
encaminaron hacia el sector de El Almendral. En ese
trayecto lo que más llamó la atención a D'Urville fue la
irregularidad de las calles y el mal estado de las vivien-
das.
Poco antes de llegar a El Almendral, D'Urville señala que
“subieron una colina desde donde se podía apreciar la
ciudad (...), sus casas, calles y jardines, algunos de los
cuales son bastante agradables (...) y el hospital de la
Merced”, pero que “desafortunadamente, esta hermosa
imagen tiene un escenario muy triste en las montañas
que rodean la Valparaíso] por todos lados. Son áridos,
pelados y cubiertos solo con arbustos débiles esparcidos
aquí y allá sobre roca desnuda. En ninguna parte el ojo
capta el menor espacio cultivado” (D'Urville, 1842).
En la calle principal, De la Motte du Portail y D'Urville,
cruzaron “el lecho del torrente, ahora completamente
seco, pero que a veces se vuelve muy considerable
El explorador antártico Dumont D'urville ...
después de las fuertes lluvias, y causa grandes estragos
en las propiedades vecinas”; durante ese recorrido
D'Urville también pudo ver “el camino a Santiago, y
luego subimos la colina que domina la ciudad en el este”.
A partir de ese lugar “tuvimos una nueva vista general de
la ciudad (...) y vi en las quebradas las encantadoras
viviendas de los ingleses. Su posición elevada, su buen
gusto y su delicada limpieza parecían indicar que sus
dueños deben ser los poderes del lugar” (D'Urville,
1842).
En El Almendral, D'Urville se sorprendió por la amplia
variedad de tiendas con productos procedentes de
Europa y por el “aspecto sucio y repugnante” de las
casas curtidoras de maderas y de la gran “cantidad de
mocosos que pululan en las calles (...) [de] rasgos ver-
gonzosos y poco inteligentes”. Con respecto a las muje-
res, la impresión que tuvo fue que estas eran de “caras
bonitas, pies lindos, de una estatura adecuada” pero
que la vestimenta no era en nada agraciada (D'Urville,
1842).
Saliendo de El Almendral, se dirigieron al puerto y a la
residencia de De la Motte du Portail. D'Urville en este
trayecto nos dice que “nuevamente comenzamos a
subir las quebradas por senderos estrechos, tortuosos,
horriblemente cuidados, y sin parapetos, (...) incluso al
extremo de que los jinetes y peatones se ven obligados a
caminar uno al lado del otro bordeando el precipicio con
el riesgo de caer” (D'Urville, 1842).
En la residencia de De la Motte du Portail, este comentó
a D'Urville que era hijo de Jacques Maló De la Motte du
Portail, oficial de la marina francesa que había participa-
do en la fracasada expedición de Bruni d'Entrecas-
teaux que navegó porlos mares de Oceanía en la bús-
queda de la flota de Jean Francois de La Pérouse entre
1791 y 1794, y que poseía un diario que su padre
habría escrito sobreloshechos sucedidos durante la
163
expedición de d'Entrecasteaux, el cual D'Urville leyó con
bastante interés y comentó que era “una escritura muy
pulcra, de una ortografía correcta (...), podría fácilmente
imprimirse en dos volúmenes de 300 o 400 páginas cada
uno”; agregando que “el diario de este oficial se mantie-
ne muy limpio y escrito en forma de cartas. Su estilo es
simple y sin pretensiones (...) y donde domina un aire de
franqueza y buena fe. (...) El autor de este diario, sería un
narrador agradable y alegre que cuenta la historia de la
campaña, como un observador imparcial y juicioso, (...)
representa a sus diversos compañeros y nos hace pre-
senciar todas las intrigas que se mueven en las estrechas
paredes de un barco (...). Habla respetuosamente de
d'Entrecasteaux, como un jefe digno, serio y honorable;
elogia a [Jean Michel] Huon de Kermadec y rehabilita la
memoria de [Hesmity] d'Auribeau, tan cruelmente
empañado por ciertas personas. Si este diario se hubiera
hecho público, sin duda habría excitado recriminaciones
violentas y habría desagradar a mucha gente” (D'Urville,
1842).
Posteriormente, D'Urville se trasladó al Astrolabe para
entrevistase con Jacquinot; éste le comunicó la feliz noti-
cia de que Duhaut-Cilly, después de conocer los exitosos
resultados alcanzados por la expedición en el estrecho
de Magallanes y en las tierras antárticas, había cambia-
do de opinión y estaba dispuesto a facilitar los marineros
necesarios para completar la dotación del Astrolabe y
Zélee que prontamente partirían rumbo hacia Oceanía
(D'Urville, 1842).
El 28 de mayo, D'Urville recibió la visita del Jean Chrisost-
Ome Liausou, quien agradeció al explorador por su visita
a Valparaíso y su interés por saber sobre el destino de los
misioneros franceses en Oceanía. Posteriormente,
D'Urville desembarcó y se reunió con Cazotte para hacer
llegar prontamente a Francia las correspondencias des-
tinadas al Ministerio de Marina y a las familias de los
tripulantes del Astrolabe y el Zélee (D'Urville, 1842).
Mancilla, P. y Jara, M.
Después, D'Urville se entrevistó con George G. Hobson,
cónsul de Estados Unidos en Valparaíso, para obtener
informaciones sobre la expedición estadounidense
hacia el océano Pacífico que, al momento de su partida
de Toulon en septiembre de 1837, aún estaba en prepa-
rativos. Sobre este particular, el cónsul explicó a D'Urvi-
lle que la autoridad naval estadounidense había pensa-
do en entregar esa comisión a Benjamín Morrell o Jere-
miah N. Reynolds como posibles comandantes, pero
que se había llegado a la conclusión que ninguno de los
dos poseía las suficientes cualidades para asumir la
dirección de una expedición de tales características. El
cónsul estadounidense, a su vez, señalaba a D'Urville
que no había tenido la oportunidad de conocer perso-
nalmente a Morrell, pero entendía que era un marino
que “no disfrutaba de ninguna consideración entre sus
compatriotas”, mientras que, el segundo, Reynolds, “era
muy superior a Morrell por su talento y sus medios, [no
obstante, era] un hombre devorado por el demonio de la
intriga y la ambición, (...) y dudaba que el gobierno lo
empleara en la expedición”. Finalmente, el cónsul
comentaba que la autoridad naval estadounidense
había decidido confiar la dirección de la expedición a
Thomas ap Catesby Jones, sin embargo, al poco tiempo
este renunció y se designó como comandante a Charles
Wilkes (D'Urville, 1842).
Al día siguiente, el 29 de mayo de 1838, D'Urville se reu-
nió poco antes del mediodía con Jacquinot en el Zélee
para comunicar que prontamente zarparían con destino
a Oceanía y que, en el caso de que ambas embarcacio-
nes —Astrolabe y Zélee- se separasen en el transcurso de
la navegación, debían reunirse en el grupo de islas Gam-
bier (D'Urville, 1842).
Al regresar D'Urville al Astrolabe, recibió una corres-
pondencia del padre Jean Chrisostóme Liausou, en la
que nuevamente renovaba sus agradecimientos por
la visita a Valparaíso y loinstaba a que “usara toda
164
[su] influencia para evitar que los marineros bajo [sus]
órdenes sedujeran a las mujeres de Manga-Reva, y así
[no] destruir los piadosos esfuerzos de los misioneros”.
En respuesta a estas peticiones, D'Urville dijo que: “ten-
dría en cuenta su recomendación y que invitaría seria-
mente a todos los hombres sujetos a [sus] órdenes a
respetar la religión y la buena moral” (D'Urville, 1842).
Luego de esta breve y fructífera visita de D'Urville a
Valparaíso, zarpó con destino a Oceanía alrededor de las
16 horas.
CONCLUSIONES
La expedición francesa de Dumont D'Urville es conside-
rada una de las primeras travesías de circunnavegación
del orbe, junto con la británica de James C. Ross y la esta-
dounidense de Charles Wilkes, con dos claros objetivos,
primero, comprobar la existencia del continente antárti-
co y, segundo, realizar los primeros estudios científicos
sobre esas apartadas zonas geográficas australes.
Aunque muchos loberos, balleneros y comerciantes,
desde los inicios de 1820 e, incluso, con anterioridad,
habían utilizado a Valparaíso como punto de partida o
termino de sus viajes hacia las islas subantárticas y
antárticas y la península antártica, el testimonio de
D'Urville permite conocer su apreciación sobre aspectos
políticos, sociales, económicos y, en general, culturales
de este importante puerto del Pacífico de entonces.
La estadía de D'Urville en Valparaíso en mayo de 1838
adquiere realce, por ser la primera visita oficial de una
expedición científica francesa que regresaba de la
Antártica y que deja un registro escrito sobre el puerto
de Valparaíso.
El explorador antártico Dumont D'urville ...
AGRADECIMIENTOS
El artículo es parte de los resultados del Proyecto
Conicyt-Fondecyt Regular N2 1170314: “El Piloto 2* Luis
Pardo Villalón y la Segunda Carta Patente Británica: La
Política Antártica Chilena entre la Pertenencia Histórica
y la Incertidumbre Internacional, 1906-1917”. Se agra-
dece a Marcela Cordero y Claudia Lobos por los comen-
tarios y opiniones entregadas sobre la investigación,
redacción y traducción de este trabajo.
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166
a Volumen 32, 2019
ni Investigaciones Históricas,
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO | pag. 166-182
EL EMPRENDIMIENTO BALLENERO DE LA
CASA LOPEZ Y SARTORI: “DE VALPARAISO A
LAS REGIONES POLARES DEL NORTE” [1851-
1853].
LOPEZ €: SARTORI'S WHALING ENTREPRENEURSHIP:
“FROM VALPARAISO TO NORTHERN POLAR
REGIONS” [1851-1853]
Daniel Quiroz Larrea*
RESUMEN: La Casa López €: Sartori envía, en 1851 y
1853, dos expediciones balleneras al Pacífico Norte. La
primera, bastante exitosa, concluye con la descarga de
800 barriles de aceite de ballena en el puerto de Valpa-
raíso. La segunda, un completo fracaso, termina con el
naufragio del buque en los caladeros boreales y la pérdi-
da de toda su carga, compuesta por 1.200 barriles de
aceite y 25.000 libras de barbas de ballena. Es la primera
y la única vez que buques con bandera chilena cazan
ballenas en esta zona. En una perspectiva global, las
expediciones de los balleneros chilenos no fueron signi-
ficativas pero desde un punto de vista local implicó
demostrar que era posible enviar buques balleneros a
los caladeros más importantes, independiente de lo
lejos que estuvieran, y que la pesca de ballenas era un
negocio significativo. En este trabajo nos interesa
documentar dichas expediciones y reflexionar sobre el
impacto que tuvieron en el desarrollo futuro de las ope-
raciones balleneras pelágicas nacionales.
PALABRAS CLAVES: Caza pelágica de ballenas, Mar de
Okhotsk, Ártico Occidental, López €. Sartori, Valparaíso.
ABSTRACT: Casa Lopez é: Sartori sent two whaling expe-
ditions to the North Pacific. The first, in 1851, was quite
successful and concludes with the discharging of 800
barrels of whale oilinthe port of Valparaiso. The second,
in 1853, was a complete failure, and finalize with the
wreck and the loss of cargo, consisting of 1,200 barrels
of whale oil and 25,000 pounds of whalebone. It's the
first and only time that Chilean ships whaling in this area.
On a global scale, the expeditions of the Chilean whalers
were not significant, but from a local point of view,
proved that was possible to send whaling ships to the
most important whaling grounds, regardless of how far
away they were. In this paper we are interested in docu-
menting these expeditions and analyze their impact on
the development of national whaling operations.
KEYWORDS: Pelagic whaling, Okhotsk Sea, Western
Arctic, López €: Sartori, Valparaíso
* Antropólogo, Doctor en Historia, Subdirección de Investigación, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural
daniel.quiroz(Mpatrimoniocultural.gob.cl
Retornando de fantásticos cruceros,
sobre la taza verde de la mansa bahía,
reposan los viejos y románticos veleros,
con sus mástiles desnudos y las jarcias caídas...
¿Cuántos vientos, capitán, inflaron los velámenes,
de estos barcos de bravas aventuras,
buscando en el misterio de los árticos mares,
la emoción siempre nueva de una vieja locura ?...
¿No es verdad, capitán, que esta flota ballenera,
la tripulan solo rudos poetas marineros,
que en cada monstruo persiguen la quimera,
forjada con ritmos de agua y chispas de luceros?...
¡Yo, como ellos, capitán,
he cubierto las largas travesías,
y vivido sus noches consteladas,
y el variar de sus días,
sintiendo muy hondo el poema supremo,
de una eterna suspensión,
sobre el agua crespa,
y bajo el claro cielo!...
Astica Fuentes, 1932: 35
INTRODUCCIÓN
La caza pelágica de ballenas se desarrolla durante la
segunda mitad del siglo XVIII gracias al sostenido esfuer-
zo de un grupo de comerciantes de Nueva Inglaterra.
Motivados por los altos precios que alcanzaron los pro-
ductos obtenidos de las ballenas, tales como el aceite y
las barbas, enviaron buques por todos los océanos del
mundo en una búsqueda afanosa (Quiroz, 2015). Este
tipo de operaciones se conoce en la literatura como
“caza pelágica yanqui” debido a que la mayor parte de
los capitales, el conocimiento tecnológico y la mano de
obra especializada, provenían de personas de la
costa nororiental de los Estados
Daniel Quiroz Larrea
Unidos (Reeves y Smith, 2006). En 1846 más del 72% de
la flota ballenera mundial estaba registrada en alguno
de sus puertos, espe-cialmente en los de Nantucket y
New Bedford (Clark, 1887) y muchos de los buques que
navegaban bajo otras banderas, como la inglesa o la fran-
cesa, tenían capitanes estadounidenses y eran financia-
dos, al menos parcialmente, con capitales provenientes
de dichos lugares (Du Pasquier, 1982).
Las operaciones pelágicas yanquis habían comenzado
en el hemisferio sur alrededor de 1760. Los buques lle-
garon primero a “los bancos” de Brasil, luego a las islas
Malvinas y recién en 1787 doblaron el Cabo de Hornos e
ingresaron al Océano Pacífico (Pereira Salas, 1971).
Estaban orientadas principalmente a la caza de los
cachalotes. En 1791 se encontraban trabajando intensa-
mente a lo largo de las costas de Chile y Perú y poco tiem-
po después, en todo el Pacífico Sur (Kugler, 1984: 151).
El primer buque ballenero que tocó el puerto de Valpa-
raíso fue la fragata MARY ANN, de Nantucket, que entró
“el 2 de enero de 1793 y no fue atendida por tener con-
trabando” (Pereira Salas 1971: 317)". El 10 de enero de
1798 recala la ballenera FAME, también de Nantucket,
“en busca de auxilio [.. dándosele] ayuda para reparar
las averías de la nave” (Pereira Salas, 1971: 319). Entre
1819 y 1823 entran al puerto de Valparaíso 73 ballene-
ros, la mayoría norteamericanos, con un promedio
anual de 14,6 buques (Guzmán Gutiérrez, 2003: 58).
Luego de 60 años de caza ininterrumpida en el Pacífico
Sur, los balleneros fueron “derivando lentamente hacia
el norte” y también al oeste en busca de las cada vez más
escasas “ballenas de esperma” (Bockstoce y Burns,
1993:563). Esta “deriva” les permitió descubririmpor-
T La fragata MARY ANN había zarpado del puerto de Nantucket al mando del capitán Tristram Folger el 9 de agosto de 1792, regresando el
27 de marzo de 1794 (Starbuck, 1878: 188-189).
tantes caladeros de otra especie de cetáceo, la “ballena
polar”, especialmente abundantes en las zonas cercanas
al estrecho de Bering (Bockstoce, 1986: 28-29). Como
estaban tan alejados de los mercados del aceite, los
balleneros empezaron a explotarlos sólo cuando el
número de cachalotes disminuye en forma significativa
en el hemisferio sur. El descubrimiento en 1845 de los
caladeros de ballenas boreales detonará una verdadera
“fiebre ballenera polar”, y a partir de 1849 toda la caza
pelágica de ballenas en el Pacífico Norte se concentró en
esta especie de cetáceo (Bockstoce, 1986; Webb, 1988).
En la caza de ballenas en el Pacífico Norte participaron
hombres y buques de muchas naciones, pero “estuvo
dominada en forma amplia por buques de Nueva Ingla-
terra y unos pocos, pero muy notables, de Long Island,
Nueva York” (Bockstoce y Burns, 1993: 563). Entre los
años 1847 y 1867 se realizaron 1.391 expediciones al
mar de Okhotsk, mientras que entre 1848 y 1920 se
hicieron 2.712 viajes al Ártico Occidental (Kugler, 1984:
154). El año 1850 constituyó un verdadero record en la
producción de aceite de los balleneros en el Pacífico
Norte. La flota que fue “durante la última estación, tuvo
un gran éxito; la cantidad promedio de aceite tomado es
mucho mayor que en cualquier año previo”?. Formaron
parte de la flota 144 buques que obtuvieron, en prome-
dio, 1.692 barriles de aceite cada uno?. Sin embargo, al
año siguiente, en 1851, el comportamiento de la flota
ártica “fue desastroso; [...] el promedio de capturas fue
mucho más pequeño que en cualquier año previo”*. En
1851 los 138 buques que formaban la flota produjeron
en promedio sólo 626 barriles cada uno, con una dismi-
El emprendimiento ballenero de la casa López y Sartori ...
nución del 63%”. Que una temporada fuera exitosa no
aseguraba que la siguiente lo fuera. El 90% de las expedi-
ciones realizadas al Pacífico Norte eran de los Estados
Unidos y “el resto de Francia, Bremen, Hawai y Rusia, y
con representaciones ocasionales de Gran Bretaña,
Noruega y Chile" (Kugler, 1984: 153).
Los representantes "ocasionales" de Chile en los mares
del norte fueron los dos buques enviados por la Casa
López €: Sartori, de Valparaíso: el PESCADOR, que fue en
1852 al Ártico Occidental*y el REVELLO en 1854 al Mar
de Okhotsk” (Quiroz, 2015). De acuerdo a la información
disponible, habría sido Edmund W. Sartori quién pro-
mueve en el seno de la sociedad López €: Sartori la idea
de enviar buques para cazar ballenas al Ártico?. Es la
primera y la única vez que una empresa chilena realiza
un esfuerzo de esta magnitud y naturaleza.
MATERIAL Y METODOS
El término etnografía histórica se usa para designar
aquellos estudios de sociedades, procesos y hechos del
pasado, realizados de la misma manera como se hace
con situaciones contemporáneas. Los objetos de su
preocupación son conjuntos de eventos pasados, que
no pueden ser observados directamente, por lo que su
estudio “coloca al investigador frente al dilema de ape-
lar a técnicas de recolección de datos más ligadas a otras
disciplinas, como la historia” (Gil, 2010: 250). La infor-
mación sobre estos "sucesos del pasado" está almace-
nada en "archivos", espacios donde habitualmente es el
historiador y no el antropólogo quién desarrolla su "tra-
2 Review for Whale Fishery for 1850. Whalemen's Shipping List (New Bedford), 7 de enero de 1851.
3 Whalemen's Shipping List (New Bedford), 4 de enero de 1853.
* The Whale Fishery. Annual Retrospect. Whalemen's Shipping List (New Bedford), 6 de enero de 1852.
> Whalemen's Shipping List (New Bedford), 4 de enero de 1853.
€ The Friend (Honolulu), 17 de diceimbre de 1852.
7 The Polynesian (Honolulu), 4 de noviembre de 1854.
8 Sacramento Daily Union (Sacramento, CA), 1” de marzo de 1854.
bajo de campo" y elabora sus principales herramientas
analíticas (O'Dell y Willim, 2011). Pero estos archivos
están “disponibles” para cualquiera que desee usarlos,
entre ellos, también los antropólogos. El problema es si
estos “archivos”, organizados bajo ciertos propósitos,
son lo suficientemente densos para permitirle obtener
respuestas asus preguntas.
Las expediciones balleneras de naturaleza pelágica eran
empresas complejas que significaban el desplazamiento
de grupos de personas, con todos sus implementos y
herramientas, a lugares reconocidos por la abundancia
de ballenas en determinadas épocas del año. Estos des-
plazamientos se efectuaban en veleros que llevaban a
bordo varios botes balleneros. Cuando divisaban las
ballenas los botes eran bajados al mar y usados en la
caza. Se capturaba tanto ballenas de barbas como de
dientes. La tripulación de cada bote era de seis personas,
un timonel en la popa, cuatro remeros y un arponero en
la proa. Los arpones se lanzaban desde muy corta distan-
cia. La ballena no moría de inmediato sino que huía,
remolcando los botes. Cuando se cansaba y subía a la
superficie era muerta con lanzas que se hundían repeti-
damente en su cuerpo, tratando de acertarle en alguno
de sus órganos vitales. La ballena era llevada a un costa-
do del velero, donde se le retiraba la grasa que era subi-
da a bordo en grandes trozos mediante un sistema de
poleas. Las lonjas de grasa eran cortadas luego en trozos
más pequeños y los pedazos transformados en aceite
mediante el uso de hornos de ladrillo instalados en
cubierta. El aceite, finalmente, se almacenaba en barri-
les y se llevaba a puertos de descarga. Las expediciones
de larga distancia duraban entre tres y cuatro años (Qui-
roz, 2015: 7-8).
Esta descripción permite caracterizar de manera general
cualquierexpedición pelágica ballenera, peronosinte-
Daniel Quiroz Larrea
resa en este trabajo reunir información sobre los aspec-
tos particulares que permiten caracterizan en forma
adecuada las dos expediciones organizadas por la Casa
López €: Sartori desde Valparaíso a los mares árticos.
La información que encontramos en los archivos sobre
estos viajes es escasa y se presenta de manera bastante
fragmentaria. Nuestra tarea fue organizarla para poder
construir un relato que permitiera comunicar lo que
sabemos sobre estas operaciones balleneras?. Busca-
mos en el Fondo del Ministerio de Marina de Chile las
inscripciones de los buques y su movimiento marítimo
(entradas y salidas del puerto de Valparaíso). Encontra-
mos, además, datos sobre sus movimientos en periódi-
cos publicados en Valparaíso, Honolulu y San Francisco
de California, puertos que usaron en sus viajes, pero
también en diarios de New Bedford, y Nueva York, lo que
nos permitió completar la información oficial. Buscamos
en los Registros de Notarios de Valparaíso datos sobre la
constitución de las sociedades y detalles sobre las com-
praventas de sus bienes. Los datos técnicos de los
buques, antes de suincorporación a la Marina Mercante
de Chile, fueron obtenidos en registros internacionales.
Finalmente, la Memoria del Ministerio de Marina de
Chile correspondiente al año 1853 entrega una breve
descripción del viaje del PESCADOR, la única informa-
ciónimpresa que tiene más de diez líneas.
RESULTADOS
La información obtenida sobre los viajes balleneros de
los veleros de la Casa López €: Sartori al Pacífico Norte se
puede agrupar en tres grandes categorías de datos: (1)
sobre la empresa que las organiza, (2) sobre los buques
que utiliza y (3) sobre las características y productividad
de los viajes.
2 Una versión preliminar y más breve del estudio sobre este emprendimiento ballenero fue publicada en un trabajo de índole más general
que escribimos sobre la caza pelágica de ballenas desde puertos chilenos (Quiroz, 2015: 4-5).
La Casa López €: Sartori
En marzo de 1850 se constituye en Valparaíso la Casa
López €: Sartori, agentes comisionistas dedicados al “co-
mercio de suministros navales”*”. Formaban esta socie-
dad Domingo López, chileno, y Edmundo W. Sartori, esta-
dounidense, ambos empresarios que operaban en Val-
paraíso.
Domingo López Vargas nace en Santiago en 1820 pero
desarrolla toda su actividad comercial en Valparaíso. Se
casa con Manuela Allende, no tiene hijos. Era hijo de
José Matías López Dorrego, uno de los primeros arma-
dores cuya casa comercial “fue la más importante de
Valparaíso” (Díaz-Melián de Hanisch, 2004: 245).
Domingo López se había iniciado como armador en
1842, con el registro de dos buques (Schmutzer, 2000:
112).
Edmund MW. Sartori nace en en Trenton, NJ, en 1824. Era
el undécimo hijo del matrimonio entre Giovanni Battista
Sartori, un acaudalado comerciante italiano residente
en Trenton, Estados Unidos, y Henrietta de Woofoin, una
francesa nacida en Haití (Hunter € Harshbarger 2014:
18). Sartori fue uno de los fundadores de la 1 ra y la 3era
Compañía de Bomberos (Garín 1998) y también de la
Logia Masónica Bethesda, de la que fue su primer Vene-
rable Maestro en 1853-1854 (Couyoumdjian, 1995:
188).
En 1848 Domingo López forma con Carlos Jullian la
sociedad de armadores navieros" Jullian € López, que
aparece como dueña de un buque y fiadores de otros
19 Valparaíso Mercantile Reporter (Valparaíso), 28 de marzo de 1850.
El emprendimiento ballenero de la casa López y Sartori ...
nueve en el registro de buques del año 1849 (Peña
1849). Ese mismo año Edmund W. Sartori, radicado en
Valparaíso, participaba en la sociedad comercial Loring,
Sartori 8. Co”?,
En 1850, cuando se forma la Casa López €: Sartori, las
empresas en las que ambos socios participaban se
disuelven. En un aviso fechado el 1” de marzo de 1850,
se informa en Nueva York “a la comunidad mercantil,
que la casa hasta ahora conocida como Loring, Sartori €:
Co, de Valparaíso, ha sido, por consentimiento mutuo,
disuelta”. Todos los negocios serán conducidos por la
sociedad Loring, Brothers €: Co, quiénes actuarán “como
comerciantes comisionistas, proveedores de buques y
víveres”?*?. Por su parte, en una nota firmada en Valparaí-
so el 28 de marzo de 1850, López €: Sartori avisan que su
empresa será la continuadora de los negocios que tenía
la casa de Jullian 8: López!*.
López €: Sartori puede ser considerada como una casa
comercial de “armadores múltiples”, es decir que, ade-
más de la función de armadores, agregaban las de agen-
tes comerciales y consignatarios (Schmutzer, 2000:
113). En otras palabras, “el dueño del barco [...] conse-
guía fletes y acarreaba carga a su propio nombre, reali-
zando operaciones comerciales de consignación y com-
praventa al mismo tiempo”, incluso, también “a veces lo
capitaneaba” (Véliz, 1961: 210). El 1” de junio de 1851 la
sociedad López €: Sartori era dueña de dos buques, el
bergantín PAQUETE DEL SUR, de 228 toneladas, y la
goleta PRIMAVERA,de 128 toneladas (Peña, 1851).
Ambos buques eran ocupados por la empresa en el
11 Un armador naviero es una persona natural o una sociedad comercial que se encarga de equipar, avituallar, aprovisionar, dotar de
tripulación y mantener en estado de navegabilidad una embarcación de su propiedad o bajo su posesión, con objeto de asumir su gestión
náutica y operación (Romero, 2002).
12 Valparaíso Mercantile Reporter (Valparaíso), 12 de enero de 1850.
13 New York Herald (Nueva York), 2 de marzo de 1850.
14 Valparaíso Mercantile Reporter (Valparaíso), 28 de marzo de 1850.
cabotaje entre diversos puertos chilenos. El 1” de
diciembre de 1851 entra a Valparaíso la goleta
PRIMAVERA, capitán Cruz, desde Constitución con una
carga de frutos del país para López €: Sartori,” y el 21 de
diciembre lo hace el bergantín PAQUETE DEL SUR, capi-
tán Tasso, desde las islas de Juan Fernández, en lastre?*.
López y Sartori atienden, además de sus propios barcos,
otras naves que recalan en Valparaíso, entre ellas algu-
nos buques balleneros, como por ejemplo, las fragatas
ELSA ADAMS”, TIGER*S, CHARLES? y las barcas DANIEL
WEBSTER ?*%y A. THAYER”', todas estadounidenses.
En 1851 la Casa López €: Sartori ya estaban ofreciendo a
la venta “aceite de esperma puro”.?? El 5 de marzo de
1852 vende “aceite de esperma y ballena, por menor y
mayor”*, y el 9 de julio del mismo año “una partida de
aceite de ballena y esperma””*. Eran, sin duda, una
empresa comercial con una importante faceta ballene-
ra.
A fines de 1851 la sociedad era propietaria de siete
buques, con un total de 3.900 toneladas de registro y
150 tripulantes?”. Entre esos buques se encontraba el
PESCADOR, en ese momento “en la pesca”?*.
15 El Mercurio (Valparaíso), 2 de diciembre de 1851.
16 El Mercurio (Valparaíso), 23 de diciembre de 1851.
17 El Mercurio (Valparaíso), 14 de febrero de 1852.
18 El Mercurio (Valparaíso), 19 de febrero de 1852.
19 El Mercurio (Valparaíso), 5 de marzo de 1852.
20E| Mercurio (Valparaíso), 17 de enero de 1852.
21 El Mercurio (Valparaíso), 14 de febrero de 1852.
22 El Mercurio (Valparaíso), 29 de enero de 1851.
23 El Mercurio (Valparaíso), 9 de marzo de 1852.
24 El Mercurio (Valparaíso), 12 de julio de 1852.
25 El Mercurio (Valparaíso), 18 de diciembre de 1852.
26 El Mercurio (Valparaíso), 26 de noviembre de 1851.
Daniel Quiroz Larrea
En mayo de 1853, la sociedad aparece como dueña de
tan sólo dos buques, la fragata LÓPEZ 8: SARTORI, de 739
toneladas, y la barca LAUTARO, de 296 toneladas, siendo
Domingo López el propietario registrado de las otras
cinco embarcaciones, la fragata FELICIDAD, de 435 tone-
ladas, la barca REVELLO, de 158 toneladas (que reempla-
zÓ al PESCADOR, vendido a Antonio Andrade, de Ancud),
y los bergantines FLECHA, de 139 toneladas, PAQUETE
DE LA SERENA, de 158 toneladas, y PAQUETE DEL SUR,
de 228 toneladas””.
En septiembre de 1853 Domingo López compra la parte
de Sartori en la sociedad, transformándose en uno de los
“armadores de [mayor] importancia” de Valparaíso, al
quedar “como único dueño de dos fragatas, tres barcas y
dos bergantines” (Schmutzer, 2000: 113-114). En el
registro oficial de naves de mayo de 1854, Domingo
López aparece como dueño de los siete buques mencio-
nados, con un total de 2.153 toneladas de registro”,
Luego Domingo López se une a sus hermanos Daniel y
Enrique y forman la sociedad López Hermanos y Compa-
ñía, que continuará en el negocio naviero.
Edmund W. Sartori, fuera de la sociedad, permanece un
tiempo en Valparaíso y participa en diversos negocios,
entre los que se contaban algunos emprendimientos
mineros. Luego de la muerte de su esposa, se traslada en
1858 al Perú, donde se vuelve a casar””?, radicándose en
forma definitiva en el puerto de El Callao, lugar en el
que, además de sus actividades comerciales, se desem-
peñará como Cónsul de los Estados Unidos de Améri-
ta?o;
27 Por su parte Edmund MW. Sartori aparece como dueño de un buque adicional, la fragata EMILIA, 880 toneladas (Relación de los buques
que forman la Marina Mercante de Chile, 1853: 112).
28 Relación de los buques mercantiles de Chile, 1854.
22 Se casa con Mercedes Urbiola, natural de Piura, con la que tiene cinco hijos: Ricardo, Esther, María Isabel, Federico y Cesar. Fallece en
Lima el 10 de diciembre de 1878. El Comercio (Lima), 11 de diciembre de 1878.
30 New York Herald (Nueva York), 10 de mayo de 1869.
Las barcas PESCADOR y REVELLO
La casa López €: Sartori envía dos buques a la pesca de
ballenas en el Ártico, el PESCADOR y el REVELLO. Según
sus patentes de navegación, el PESCADOR había sido
“construido en 1840 en los Estados Unidos”” y el
REVELLO “en Nueva York en 1847”??. Se trataba de “bar-
cas”, es decir, buques de tres o más mástiles, con aparejo
de velas cuadradas, excepto la de popa, una vela de
cuchillo que sigue una línea de proa a popa (Anderson y
Anderson, 2003).
El PESCADOR es el nuevo nombre del bergantín**? nor-
teamericano PERSEVERANCE, buque de 176 toneladas,
que había sido construido en 1833, en Edgecomb, Mai-
ne, para Ichabod Goodwin, de Portsmouth, NH, y James
Burnham, de Kennebunk Port, ME. Medía 86' 11” de
eslora, 24' 2/4” de manga y 9' 6%” de puntal. Tenía una
cubierta, dos mástiles y un mascarón de proa. Fue adqui-
rido y modificado en 1845 por Zenus Baxter, William
Wilkinson, James Shaw y James M. Earle de Providence,
RI, quedando de 220 toneladas, con 87' 7” de eslora, 24'
5” de manga y 11” 9” de puntal. Zenus Baxter era, ade-
más, su capitán. En 1849 fue transformado en una barca
para sus nuevos dueños, la Rhode Island Eagle Trading
and Mining Association, de Providence, RI, una de las
tantas empresas formadas para explotar eloro descu-
El emprendimiento ballenero de la casa López y Sartori ...
bierto en California (Haskins, 1890: 472). George Heath,
Presidente y Director de la compañía, era también el
capitán** del PERSEVERANCE (MacMannus, 1932). El 16
de junio de 1849, el PERSEVERANCE, al mando del capi-
tán Heath, sale de Providence?*” y, después de 252 días
de navegación, llega el 21 de febrero de 1850 a San Fran-
cisco, Ca**,
Luego de permanecer más de un año en San Francisco,
zarpa el 12 de abril de 1851” y llega a Valparaíso, vía
Panamá??, el 29 de agosto de ese mismo año*”. López €:
Sartori, como comisionistas, ponen a la venta el buque,
“de 220 toneladas de registro, recubierto y sujetado con
cobre, construido en Providence, Rl, en 1845”, en el mes
de octubre de 1851**. No lo venden, se lo dejan, lo adap-
tan y lo envían a la caza de ballenas en el Ártico.
López €: Sartori, José Matías López y Francisco Vargas,
residentes en Valparaíso, solicitan patente de navega-
ción mercantil por “la barca ballenera PESCADOR, de
nuestra propiedad”*!. La barca “tiene una cubierta;
mide ciento noventa idos toneladas, ochenta i siete pies
de popa a proa, i veinticinco pies en su mayor anchura
sobre cubierta; tiene doce pies de puntal ¡en la proa por
signo un brazo de violín”. Se le expide su patente de nave-
gación el 27 de octubre de 1851, quedando inscrito con
el N? 405 en el Registro de la Marina Mercante Nacio-
nal??.
3IlPatente de Navegación de la barca PESCADOR]. Archivo Histórico Nacional (Santiago de Chile), Fondo Ministerio de Marina, Volumen 114.
32lPatente de Navegación de la barca REVELLO]. Archivo Histórico Nacional (Santiago de Chile), Fondo Ministerio de Marina, Volumen 83.
3SBergantín era el nombre que se le daba a los veleros de dos mástiles, que tenían todos sus aparejos formados por velas cuadradas
(Anderson €: Anderson 2003).
34Ship Registers and enrollments of Providence, Rhode Island, 1773-1939, 1941: 843-844.
35New York Herald (Nueva York), 19 de junio de1849.
36Daily Alta California (San Francisco), 22 de febrero de 1850.
37Daily Alta California (San Francisco), 13 de abril de 1851.
38Daily Alta California (San Francisco), 8 de julio de 1851.
39€] Mercurio (Valparaíso), 31 de agosto de 1851; New York Daily Tribune (Nueva York), 11 de noviembre de 1851.
“Valparaíso Mercantile Reporter (Valparaíso), 25 de octubre de 1851.
“Solicitud de Patente de Navegación de la barca PESCADOR]. Archivo Histórico Nacional (Santiago de Chile), Fondo Ministerio de Marina,
Volumen 96.
[Patente de Navegación de la barca PESCADOR]. Archivo Histórico Nacional (Santiago de Chile), Fondo Ministerio de Marina, Volumen 114.
172
REVELLO es el nombre con el que se bautiza en Chile a la
barca LOTA*construida en 1847 para Foster €: Nicker-
son, de Nueva York. No tenemos detalles técnicos de la
nave en esa época. El viaje inaugural de “la hermosa
barca de madera LOTA, recubierta de cobre”, con el capi-
tán Bearse al mando, lo realiza a Cork, en el sur de Irlan-
da**. Zarpa de Nueva York el 25 de agosto de 1847*,
retornando el 10 de noviembre del mismo año*?. Luego
se integra, por poco tiempo, a la flota de la empresa que
realizaba viajes entre Nueva York y Nueva Orleans”. En
1848 realiza dos viajes a Europa, regresando a Nueva
York del primero el 11 de junio de 1848 *y del segundo
el 16 de octubre de 1848*?, ambos con un cargamento
de frutas para Foster €: Nickerson.
El 19 de noviembre de 1848 la barca LOTA, capitán Bear-
se, zarpa de Nueva York*%en un largo viaje, con escalas
en Madeira”, Rio de Janeiro*?y El Callao*?, hacia San
Francisco de California, donde llega el 10 de agosto de
1849”*.
Daniel Quiroz Larrea
El buque se pone a la venta en San Francisco en el mes de
noviembre de 1849”. El 29 de diciembre de 1849 la
barca LOTA, con sesenta pasajeros, es llevada por el capi-
tán Bearse a Panamá”*. El buque había sido adquirido
por Nicolás Revello, ciudadano peruano, nacionalizado
neogranadino, e inscrito en 1850 en el Registro de la
Marina Mercante de la República de Nueva Granada””. El
11 de agosto de 1850 la barca LOTA llega al puerto de San
Francisco, al mando del capitán Revello, procedente de
Panamá, luego de un viaje de 63 días, en lastre?*,
El 6 de septiembre de 1850 la barca se dirige a Valparaí-
so, al mando del capitán Revello”?. Una parte del buque
es adquirido por José Tomás Ramos, uno de los principa-
les comerciante de Valparaíso, y bautizado con el nom-
bre de REVELLO. José Tomás Ramos, su esposa Juana
Rosa Ramos de Ramos y el capitán del buque Nicolás
Revello, “dueños de la barca nacional REVELLO”, solici-
tan “la patente con la que dicho buque había de nave-
gar”*% La barca “tiene una cubierta, mide ciento cin-
Estado General de la Marina Mercante el 2 de enero de 1854. Archivo Histórico Nacional (Santiago de Chile), Fondo Ministerio de Marina,
Volumen 125.
“Morning Courier 8. New York Enquirer (Nueva York, NY), 12 de Agosto de 1847
“Evening Post (Nueva York, NY), 25 de Agosto de 1847
“New York Herald (Nueva York, NY), 2 de diciembre de 1847
New York Herald (Nueva York, NY), 16 de diciembre de 1847.
18New York Herald (Nueva York, NY), 11 de junio de 18438.
9New York Herald (New York, NY), 16 de octubre de 18438.
"New York Herald (New York, NY), 19 Nov. 1848.
"New York Shipping 8. Commercial List (Nueva York, NY), 11 de noviembre de 1848
32New York Herald (Nueva York NY), May 03, 1849
"New York Daily Tribune (Nueva York NY), 15 de septiembre de 1849
Weekly Alta California (San Francisco, CA), 31 de agosto de 1849
"Weekly Alta California (San Francisco), 15 de noviembre de 1849.
"New York Herald (Nueva York), 7 de febrero de 1850.
Gaceta Oficial de la República de Nueva Granada (Bogotá), 4 de agosto de 1850.
"8Daily Alta California (San Francisco), 15 de agosto de 1850; New York Shipping €. Commercial List (Nueva York), 28 de septiembre de 1850
>%Daily Alta California (San Francisco), 7 de septiembre de 1850.
[Solicitud de Patente de Navegación de la barca Revello]. Archivo Histórico Nacional (Santiago de Chile), Fondo Ministerio de Marina,
Volumen 96.
cuenta ¡ siete toneladas, noventa ¡ seis pies de popa a
proa ¡ veinte pies en su mayor anchura sobre cubierta;
tiene diez pies de puntal ¡en la proa por signo un brazo
de violín”. Se le expidió su patente de navegación el 29
de julio de 1851, quedando inscrito en el Registro de la
Marina Mercante Nacional con el N* 380%”. El buque fue
empleado por sus dueños en labores de cabotaje. Tene-
mos algunos datos sobre las operaciones del REVELLO
en el Pacífico Oriental. El 14 de octubre de 1851 entra a
Paita, proveniente de Sechura, con un cargamento de
sal. El 20 de octubre de 1851 zarpa de Paita, rumbo a
Valparaíso, con la carga de sal. El Mercurio 30 de octubre
de 1851. El 11 de octubre de 1852 llega a Valparaíso
desde El Callao, Perú, capitán Revello, con una carga de
frutos del país; el 14 de noviembre arriba a Valparaíso
desde San Antonio, capitán Kóhler, con una carga de
trigo??.
En 1853 la Casa López €: Sartori adquiere “la barca nacio-
nal REVELLO con sus anclas, jarcias, cadenas, aparejos y
demás útiles, en la cantidad de nueve mil pesos”*?, para
enviarla a los mares boreales en reemplazo de la barca
PESCADOR?”. Esta barca había sido vendida a Antonio
Andrade, comerciante de Ancud, “con todos sus útiles
que actualmente la contienen para su navegación y en la
cantidad de tres mil pesos”*”. El buque fue usado en
El emprendimiento ballenero de la casa López y Sartori ...
labores de cabotaje entre puertos de la costa del Pacífi-
co, con San Antonio como puerto de registro, lugar
donde naufraga durante el mes de octubre de 1863**.
Los viajes
Cada uno de los buques de la Casa López €: Sartori reali-
za un solo viaje a los caladeros boreales de ballenas: el
PESCADOR entre 1851 y 1853 y el REVELLO entre 1853 y
1854.
La barca ballenera chilena PESCADOR, de 192 tonela-
das, zarpa de Valparaíso el 24 de noviembre de 1851, al
mando del capitán George Heath*”. Embarca una caja de
velas, una de tabaco y otra de té; dos barriles de repollos
y tres barriles de vinagre*?. Llega a Honolulu, vía Paita,
en las costas de Perú, el 21 de abril de 1852, con 50 barri-
les de aceite de cachalote y 30 de aceite de ballena*?. En
un diario de Honolulu se indica que “el capitán George
Heath, de la barca PESCADOR, de Valparaíso, tocó en la
isla Chatham, una de las Galápagos”, en su viaje desde
Paita. El capitán le informa al periódico de la masacre de
la tripulación de la balandra PHANTOM, de San Francis-
co, CA, y la destrucción de la embarcación por un grupo
de convictos proveniente de la isla Chatham”*.
62Libro de Entrada de Buques, 1852-1853. Sección Histórica, Biblioteca Severín, Valparaíso.
eSEscritura Pública N* 251, 15 de abril de 1853. Venta de Ramos, José Tomás, su esposa y otro a López y Sartori. Archivo Histórico Nacional
(Santiago de Chile), Notarios de Valparaíso, Escrituras Públicas (José Felipe Gándara), Volumen 101, fs. 286-287v.
Relación de los buques que componen la Marina Mercante de Chile, 1853: 111-114.
Escritura Pública N” 154, 9 de marzo de 1853. Venta de López €. Sartori y otros a Antonio Andrade. Archivo Histórico Nacional (Santiago de
Chile), Notarios de Valparaíso, Escrituras Públicas (José Felipe Gándara), Volumen 101, fs. 178-179v.
eSlPatente de Navegación de la barca PESCADOR]. Archivo Histórico Nacional (Santiago de Chile), Fondo Ministerio de Marina, Volumen 114.
7El Mercurio (Valparaíso), 26 de noviembre de 1851.
£8E| Mercurio (Valparaíso), 28 de noviembre de 1851.
The Polynesian (Honolulu), 24 de abril de 1852; The Friend [Honolulu], 1? de mayo de 1852.
/9The Polynesian (Honolulu) 8 de mayo de 1852;
Daniel Quiroz Larrea
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VALPARAÍSO
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REVELLO
Figura 1: Representación de las expediciones balleneras de los buques de López €: Sartori, de Valparaíso (Dibujo Daniela Quiroz).
175
El 10 de mayo de 1852 zarpa de Honolulu en un viaje
rumbo al norte”, regresando el 23 de octubre de ese
mismo año, con 50 barriles de aceite de esperma, 800 de
aceite de ballena y 11,000 libras de barbas de ballena?”?.
El PESCADOR fue uno de los 275 buques balleneros que
operaron en “en el Ártico””? desde Honolulu, durante el
verano de 1852”. El 9 de noviembre de 1852 zarpa de
Honolulu rumbo a Valparaíso””, donde llega el 31 de
enero de 1853, con una carga registrada de 800 barriles
de aceite de ballena”.
La Memoria del Ministerio de Marina del año 1853
entrega una escueta pero interesante información sobre
la “expedición ballenera al Ártico organizada por la Casa
López y Sartori, comerciantes y armadores de Valparaí-
so”. La barca PESCADOR, con unatripulación que incluía
“18 marineros chilenos”, lleva “a las regiones polares del
norte, quizás por la vez primera, el pabellón de Chile”,
donde "sostuvo con honor su puesto entre los que com-
ponían la flota de balleneros americanos en aquellas
altas latitudes en el año 1852, ¡ al principio les causó
extrañeza ver la solitaria estrella de nuestra bandera,
participando con la de ellos en la lucha grandiosa contra
tantos peligros”. El documento oficial señala que el
buque “regresó de su campaña de catorce meses a prin-
cipios de ese año [1853], rindiendo utilidades tales a sus
armadores, que han estimulado un armamento en
El emprendimiento ballenero de la casa López y Sartori ...
mayor escala, i¡ que encaminarán en esa vía su espíritu
de empresa”, agregando que “es de un interés nacional
fomentar por todos los medios posibles” este tipo de
emprendimientos (Vidal, 1853: 34).
El REVELLO zarpa de Valparaíso en el mes de abril de
1853, al mando del capitán Ray, poco tiempo después
del arribo del PESCADOR.” Se dirige a las costas de Baja
California, en México, para cazar ballenas grises, sin
éxito (Reeves et al., 2010: 64). Llega a Honolulu el 24 de
marzo de 1854, proveniente de San Francisco, Califor-
nia, "limpio", es decir, sin haber capturado ballenas”.
No sabemos la fecha precisa de su zarpe desde Honolu-
lu, pero luego de una temporada exitosa en la zona del
mar de Okhotsk, que le había permitido reunir 1,200
barriles de aceite y 25,000 libras de barbas de ballena”?,
naufraga el 4 de septiembre de 1854 en un banco de
arena, con pérdida total del buque y la carga, aunque la
tripulación pudo salvarse, subiéndose al CARAVAN? y
luego fueron "distribuidos en los diferentes buques de
la flota"*”.
Lostextos señalan que el lugar del naufragio estaba en el
"golfo de Sechon, cerca del cabo María"*?. En ese mismo
sector naufragará unos días después el CITY, de New
Bedford*??. El capitán Ray informa que vio al CITY, de New
"The Polynesian (Honolulu), 15 de mayo de 1852; The Friend [Honolulu], 4 de junio de 1852.
12The Polynesian (Honolulu), 29 de octubre de 1852; The Friend [Honolulu], 2 de noviembre de 1852.
/3The Friend (Honolulu], 17 de diciembre de 1852.
1ANew York Times [Nueva York], 24 de febrero de 1853.
/5The Polynesian (Honolulu), 15 de noviembre de 1852; The Friend [Honolulu], 17 de noviembre de 1852.
76El Mercurio (Valparaíso), 1” de febrero de 1853.
77Es obviamente una fecha muy poco precisa, pero estamos consideramos correcta la afirmación que cuando naufraga “llevaba 17 meses
fuera de Valparaíso” (New York Daily Tribune [Nueva York, NY], 18 de diciembre de 1854).
18The Friend (Honolulu), 1? de abril de 1854
123New York Daily Tribune (Nueva York, NY), 18 de diciembre de 1854.
8N avío de 330 ton, construido en Newbury, MA, en 1832, perteneciente al puerto de Fall River. Había zarpado el 22 de septiembre de 1852
con destino al Pacífico Norte (Whalement's Shipping List [New Bedford, MA], 28 de septiembre de 1852).
8INew York Daily Tribune (Nueva York, NY), 18 de diciembre de 1854.
82New York Daily Tribune (Nueva York, NY), 16 de diciembre de 1854
83Se conserva la bitácora de este viaje del CITY y en su última anotación, el 6 de septiembre de 1854, indica que estaba cazando ballenas en
“Saghalian Bay" (Clark, C., 1853-1854).
176
Bedford, “golpear un banco de arena, a una milla del
lugar donde se perdió el REVELLO, cerca de las 6 de la
tarde del 6 de septiembre"**. El capitán Gifford, del CITY,
por su parte, confirma "la pérdida de su velero en la
bahía Saghalian, 10 millas al sur del cabo Golovatch,
junto con su carga de 350 barriles de aceite de esperma y
970 barriles de aceite de ballena"*”. Si seguimos la infor-
mación que entregan ambos capitanes, el REVELLO
habría también naufragado en el golfo de Saghalian [Sak-
halin], a unas 9 millas al sur del cabo Golovatch. El capi-
tán Gifford relata con bastante detalle el naufragio del
CITY y nombra también al REVELLO: “[...] aproximada-
mente a una milla de la tierra, encontramos olas formi-
CECAESD pr DIAS CASPA,
SEA or DONES.
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Daniel Quiroz Larrea
dablesen un banco de arena que corre paralelo a la cos-
ta. Al tratar de pasarlas un tremenda ola golpeó el bote
que fue lanzado a sotavento y se llenó de agua hasta la
mitad; casi por milagro pudimos escapar antes que otra
nos golpeara y logramos ver, a la distancia, un buque
que suponíamos estaba anclado. Al acercarnos, pudi-
mos notar que era la barca chilena REVELLO, en un
banco de arena, abandonado”**. Gracias a un mapa de
la época (Anónimo, 1845) donde aparecen registrados
los antiguos nombres de los cabos María y Golovatch,
hemos podido ubicar aproximadamente el lugar del
naufragio del REVELLO (ver Figura 2).
5: Lugar del naufragio del REVELLO —
-—
Figura 2: Emplazamiento del naufragio del REVELLO en el mar de Okhotsk (Charts of Kamskatka and the sea of Ochotsk. New Bedford: W.C.
Taber 8: Son, 1845).
84New York Daily Tribune (Nueva York, NY), 16 de diciembre de 1854.
85New York Times (Nueva York), 16 de enero de 1855.
85The Friend (Honolulu), 21 de noviembre de 1854.
El naufragio del REVELLO desanimará, sin duda, otras
iniciativas y no tendremos nuevas expediciones ballene-
ras bajo bandera chilena rumbo a los mares árticos.
CONCLUSIONES
Valparaíso, a mediados del siglo XIX, se había insertado
de una manera ejemplar “en el proceso capitalista glo-
bal”, consolidándose como un “gran centro mercantil y
financiero del país” y concentrando “un importante
número de las emergentes sociedades anónimas desti-
nadas a la formación de nuevos capitales y a su inversión
en diferentes actividades de la economía nacional”
(Cavieres, 1999: 139).
El Pacífico Norte era, como ya lo hemos mencionado, la
zona ballenera “de moda” a mediados del siglo XIX. Los
empresarios Domingo López y Edmund W. Sartori se
sumaron a esta “fiebre ballenera polar”. La temporada
previa a la llegada del PESCADOR había sido bastante
desastrosa para la flota ártica, pero la información no
estaba disponible cuando el buque zarpa de Valparaíso.
Afortunadamente, la temporada 1852 fue bastante bue-
na, con un promedio de 1.260 barriles por cada buque
de la flota?”. Los 800 barriles del PESCADOR están bas-
tante por debajo de la media, pero igualmente fue consi-
derado por sus armadores como un viaje exitoso.
En la temporada de 1853 bajó el promedio general a 912
barriles por cada buque*?, porlo que los 1.200 barriles
El emprendimiento ballenero de la casa López y Sartori ...
del REVELLO fueron todo un suceso. Sin embargo no
puede considerarse una experiencia del todo positiva
debido al naufragio del buque de la Casa López €: Sarto-
ri, lo que implica, a pesar de los seguros, grandes pérdi-
das económicas para la empresa, aunque no de vidas
humanas. Los buques reunieron en sus viajes un total de
2,000 barriles de aceite, además de unas 36,000 libras
de barbas de ballena (Quiroz, 2015: 4), una productivi-
dad que puede considerarse satisfactoria (1.000 barriles
de aceite por viaje). Pero la pérdida de la carga del
REVELLO marca, sin duda, el fracaso del emprendimien-
to.
La Casa López €: Sartori se forma en 1850 y se disuelve
cuatro años después. En este breve período se envían
dos buques a cazar ballenas el Ártico. La aventura balle-
nera y la Casa López €: Sartori se acaban, pero no así el
interés en la caza de ballenas entre algunos empresarios
de Valparaíso.
En una carta escrita desde Valparaíso el 24 de febrero de
1855 se indica que el puerto se está transformando en
“un lugar de descanso para los veleros de la flota balle-
nera, debido a sus excelentes facilidades en la entrega
de suministros y refrescos y también como un buen mer-
cado para el aceite [... pues] tiene los más altos precios
pagados en el Pacífico”**. La pesca de ballenas se visuali-
za como una actividad prometedora y que puede trans-
formarse con el tiempo en un gran negocio.
8/The Whale Fishery. Whalement's Shipping List (New Bedford), 4 de enero de 1853.
88The Whale Fishery. Whalemen's Shipping List (New Bedford), 9 de enero de 1855.
89Whalemen's Shipping List (New Bedford), 10 de abril de 1855.
En 1856 los comerciantes porteños Enrique Watson y
Santiago Broders adquieren el bergantín mejicano
CONCORDIA, lo rebautizan como MARIA?” y zarpa el 20
de noviembre de 1856, al mando del capitán Broders y 9
tripulantes, 6 extranjeros y 3 chilenos, rumbo a Paita
desde donde se pretende cazar ballenas en los caladeros
situados frente a las costas del Perú”. En Paita se hace
cargo del buque un nuevo capitán con mayor experien-
cia ballenera y, sumando otros tres tripulantes, conduce
al buque a los caladeros en las Islas Galápagos. El 14 de
noviembre de 1857 el bergantín MARÍA, de 172 tonela-
das, regresa “de la pesca”, al mando del capitán Moore,
con 12 tripulantes, 8 extranjeros y cuatro nacionales,
después de 9 meses de navegación, con una carga no
conocida “de aceite” consignada al capitán??. El bergan-
tín MARÍA continuará en el negocio hasta 1865 y desde
1862 se le agregarán otros buques, iniciando una nueva
etapa en “la pesca de la ballena” desde el puerto de Val-
paraíso que finalizará recién en 1917.
La caza de ballenas deja de ser "ocasional" cuando
empresarios de Valparaíso y también de Talcahuano se
comprometen financiera y materialmente con la indus-
tria ballenera nacional, la que se transforma en una acti-
vidad continuada y de importancia para el comercio
chileno. Pero esa es, sin duda, otra historia.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue escrito en el marco del Proyecto Fon-
decyt 1170318 “Narrativas etnográficas y operaciones
balleneras en las costas sudamericanas entre los siglos
XVIl y XX: patrones, transformaciones y continuidades”.
Daniel Quiroz Larrea
Agradezco la colaboración en el trabajo de archivo de las
alumnas de antropología de la Universidad Academia de
Humanismo Cristiano Margarita Berríos y María José
Escobar.
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artículo y no estén presentes en el título.
e. Texto: debe contar con introducción, materiales y
método, resultados, discusión y conclusiones. No usar
tabulaciones. Para la puntuación: dejar un espacio des-
pués de coma (,) y de punto y coma (;) - y dejar dos espa-
cios después de punto (.). El contenido gráfico será deno-
minado figura en el texto y su lugar tiene que estar
claramente identificado en el cuerpo del artículo.
f. Agradecimientos: deben ser breves y en lo posible
debe evitarse el uso de grados académicos. Se sugiere
poner el nombre de la persona a la que se agradece y el
nombre completo de las instituciones (Corporación
Nacional Forestal en lugar de CONAP), considerando un
máximo de 30 palabras.
Primer registro de Leopardus guigna...
g. Bibliografía o literatura citada: debe estar relaciona-
da con el texto mediante las citas y notas de pie de pági.-
na. Se deben limitar en la utilización de pie de página,
comprendiendo que son de utilidad aclaratoria o de
complemento al texto.
h. Anexos (tablas, figuras, leyendas): se pueden incluir
hasta 15 imágenes; las fotografías serán consideradas
como figuras para su numeración.
¡. Tipo de manuscrito: las notas científicas breves,
reseñas históricas, recensiones bibliográficas y artículos
de opinión, las cuales tienen menor extensión se deben
construir con la misma estructura aquí presentada, con-
siderando las siguientes extensiones de acuerdo con el
tipo de manuscrito:
TIPOS DE MANUSCRITOS: Tipo y extensión
Tipo de manuscrito extensión máxima?
| Artículos científicos originales 20 pág.
ORTA 10 pág.
Notas científicas breves I5 pág.
Reseñas históricas 5 pág.
- Recensiones bibliográficas 5 pág.
2 Incluyendo fotografías, bibliografías y anexos
186
Figuras y tablas
Las imágenes (consideradas figuras), gráficos, y tablas
deben ser adjuntados en un archivo aparte, en formato
TIFFOJPG de buena resolución.
Todas las figuras, deben numerarse como Figura 1, Tabla
1, Gráfico 1. El título y leyenda de la figura debe ser
dispuesta debajo de las mismas, esto también aplica en
el caso de los gráficos. El uso de figuras deberá limitarse
al mínimo indispensable para comprender el texto. Su
ubicación en el texto debe quedar claramente señaliza-
da.
Cree las tablas en Word, si la tabla excede el tamaño de
una página debe iniciar una nueva en otra página y conti-
nuar completando los datos. No utilice formatos PDF ni
Excel para su creación. Para su entrega, la tabla creada
debe ser traspasada a formato TIFF oJPG de buena reso-
lución. El título de la tabla debe disponerse sobre la
misma en el texto.
Fotografías
Entregar cada una en archivo separado en formato TIFF
O JPG con alta resolución. Sólo si el tamaño real de las
imágenes resulta excesivo, éstas pueden reducirse a
escala; dada la pérdida de resolución, no deben incluirse
imágenes que requieran aumento de tamaño. La resolu-
ción mínima aceptable es de 300 dpi. Si las fotografías se
obtienen directamente de cámara digital, la indicación
debe ser “alta resolución”. Nose aceptan imágenes obte-
nidas en internet o escaneadas con resolución baja o
entre 72 y 96 dpi.
Consideraciones
Los esquemas y diagramas, gráficas de pastel, barras,
etcétera, deben ser creadas con herramientas Word y
para su entrega deben ser traspasados a formato TIFF o
JPG de buena resolución.
LITERATURA CITADA
Las citas bibliográficas incluidas en el texto deberán
consignar el apellido del autor y el año (Baeza, 2010), si
son dos autores se mencionarán los apellidos separados
por la palabra” y”, una coma (,) y el año (Baeza y Gonzá-
lez, 2015); cuando sean más de dos autores se citará al
primero seguido por una coma (,) y las palabras “et al.” y
el año (Baeza, et al. 2015). Si hay varios trabajos de un
mismo autor(es) en un mismo año, se citará con una
letra en secuencia junto al año (Baeza, et al. 2015a,
2015b, 20150), siempre colocando los paréntesis corres-
pondientes en cada caso como se ejemplifica en este
punto. Si se incluye número de página debe consignarse
de la siguiente manera (Baeza, 2010, pág. 33).
La literatura citada que no corresponda a publicaciones
en libros o revistas deberá ser citada como notas al pie
de página comprendiéndolas como una aclaración o
complemento al texto. La fuente de las notas al pie de
página es Calibri 9 pt y debe consignar un número corre-
lativo de acuerdo con su lugar en el texto.
La bibliografía incluirá solo las referencias citadas en el
texto en formato APA, ordenándolas alfabéticamente
por apellido. La creación de la bibliografía contempla la
siguiente estructura, utilizando solo el primer nombre y
apellido del autor(a), como se evidencia en los siguien-
tes ejemplos, de acuerdo con tipo de material consulta-
do:
Libros, tesis y otras monografías
Albert, F. 1900. Las dunas del centro de Chile. Santiago:
Imprenta Cervantes, 228 p.
Artículos o capítulos de libros
Castro, C. 2012. Federico Albert y las dunas en Chile. En:
Las dunas del centro de Chile (Albert, F). Santiago: Cáma-
ra Chilena de la Construcción, pp. 9-24.
Artículos de revistas
Vidal, A. 2010. Evaluación de la evidencia arqueobotáni-
ca durante el período formativo en el norte grande de
Chile. Revista Werken (12): 61-76.
Stehberg, R. y Sotomayor, G. 2012. Mapocho Incaico.
Boletín del Museo Nacional de Historia Natural (61): 85-
159.
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MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAÍSO
Consultas y contribuciones a:
Vivian Cordero Peñafiel, Bibliotecóloga
Editora General Revista Anales del Museo
vivian.cordero(Wmuseoschile.gob.cl
Museo de Historia Natural de Valparaíso
mhnvmuseoschile.gob.cl
Teléfono: +56 32 217 5380
www.mhnv.gob.cl
Recursos procedentes de Internet
Torres, F. 2012. Situación del Arte y la Artesanía Rapa-
nui. En: Estudio Diagnóstico del desarrollo cultural del
pueblo RAPANUI. Consejo Nacional de la Cultura y las
Artes, pp. 234-259. Disponible en: http://xurl.es/nv63m
[Ultimo acceso: octubre, 2019].
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Ministerio de
las Culturas,
las Artes y el
Patrimonio
Gobierno de Chile
MUSEO DE HISTORIA
NATURAL DE VALPARAÍSO