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MUSEO de HISTORIA NATURAL
de VALPARAISO
Valparaíso + CHILE
1973
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ANALES
DEL
MUSEO DE HISTORIA NATURAL
DE
VALPARAISO
VALPARAISO - CHILE
1973
MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE VALPARAISO
Conservador del Museo:
Eduardo Browsse
Comisión de Publicaciones:
Dr. Roberto Gajardo-Tobar,
Eduardo Brousse
Haroldo Toro.
Director de Anales:
Dr. Roberto Gajardo-Tobar.
Dirección:
Casilla 5055 - Valparaíso - Chile
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL.
DE VALPARAISO
—Publicación Anual del Museo de Historia Natural de Valpa-
raíso con la colaboración de la Sociedad Científica, bajo los
auspicios de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y
Museos.
—De ordinario editará un número anual. Por excepción publi-
cará fascículos extraordinarios.
—La Dirección de Anales someterá los trabajos que se presenten
al juicio de la Comisión de Publicaciones. Los que no encua-
dren con el espíritu de la publicación serán devueltos a sus
autores.
—Los originales deberán venir en la forma más condensada
posible, escritos a máquina, en espacio medio, cuidadosamente
corregidos y siempre traer una copia. La bibliografía, de
acuerdo con el sistema internacional.
—Los autores son absolutamente responsables de sus opiniones.
ANALES
DEL
MUSEO DE HISTORIA NATURAL
VALPARAISO - CHILE
N* 6 1973
INDICE
páginas
DON“¿GCELAUDIO ¡GAVE A O 9
LA DIRECCION DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL ........... 11
UNA NUEVA ESPECIE DE BOWLESIA
ODHo Zoe nc rt a o ora o OTAN ES Te 13
CHRYSOCORYNE, GENERO NUEVO DE AMARYLLIDACEAS
DE CHILE
Otto ;Zoclntrae Md e A E LEO ME NA PAR: ME E 17
MORFOLOGIA EXTERNA DE LAS SEMILLAS DE ALGUNAS
CACTACEAS CHILENAS Y SU UTILIDAD EN TAXONOMIA
Pablo Weiss A O A A 27
TUCMA, GENERO NUEVO DE IRIDACEAE DE LA PRECORDILLE-
RA DE LOS ANDES DEL NORTE DE ARGENTINA
Pierfelice Ravenna ........... ¡IN A ASE EAT 41
REVISION CARIOSISTEMATICA DE LAS ESPECIES DEL GENERO
PLEURODEMA EN CHILE
Alberto Veloso, Ricardo Galleguillos y Nelson Díaz .............. 49
EL CARIOTIPO DE RHINODERMA DARWINI
Alberto Veloso, Nelson Díaz y Ricardo Galleguillos .............. 57
EL CARIOTIPO DE TRISTAGMA NIVALE POEPPIG
Consuelo del Pozo ............ coo oooocoonomoo.os E tods Ins 63
SOBRE ALGUNOS OLIGOQUETOS DEL NORTE CHICO
M. Santelices, V. Iribarra, R. Valdés y F. Silva .................. 67
NOTA DISTRIBUCIONAL SOBRE LIOLAEMUS PLATEI PLATEI
WERNER (Squamata: — Iguanidae).
Juan carlo Oe oa mr Fale lle TE 75
8 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
POSICION SISTEMATICA Y CONSIDERACIONES ACERCA DE LA
DISTRIBUCION BIOTEOGRAFICA DE DROMICUS CHILENSIS
STEINDACHNER 1867 (Serpientes: — Colubridae)
Juan Carlos OrtiZ .........o... .o.o.oocornrrcro corr 79
DE LAS RELACIONES ENTRE LOS TREMATODOS DIPLOSTOMU-
LUM MORDAX Y TYLODELPHYS DESTRUCTOR SZIDAT Y LA
APARICION EN MASA DE PEJERREYES (ODONTHESTES BO-
NAERENSIS) CON LA COLUMNA VERTEBRAL DEFORMADA
Hermano, Riegel common ce a e a 81
SOBRE ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS EN CHILE
Francisco a a loro dal ada 87
ESTUDIO DE RELACION ENTRE PLANTAS HOSPEDANTES Y LA
CUSCUTA AL NIVEL DE CARBOHIDRATOS SIMPLES Y ES-
TRACTO ETEREO
Alejandro Hora da ao ii 119
COLEOPTEROS DEL BOSQUE DE QUINTERO
¡Jaime Soler vic a elos sola ee o SAO 131
REVISION DEL GENERO EPICLINE
EMITE Paro cron sales Dun asbrlo BOTES Ebo ao 161
UNA NUEVA ESPECIE DE CERCERINI DEL PERU
Manftedo ¿As Eritz y Haroldo ¡Oro naaa raid es 187
NYSSONINI NEOTROPICALES
Mantredo A SRtit tere reelada ds neto illa 1 oie alo leas > 191
TRES NUEVAS ESPECIES CHILENAS DEL GENERO LEIOPROCTUS
NI ARAS AR LS 203
HAPLONEURION OBSCURUM, n. sp.
AULA a A a RS RRA 213
PRESENCIA DE CHILORUS ZAPALLAR CHAMBERLAIN 1957 EN
EL BOSQUE NATIVO DE QUINTERO (Miriapoda, Diplopoda, Po-
lidesmoidea, Sphaerotrichopidae)
Francisco Silva y Carlos Vivar oommc.ooanns o naaeor sr o e ina ino 217
BLEDIUS Y THINOBIUS DE CHILE
ETANOL a oa cia sae 225
DE LA ESPECIE SCOTINOECUS CINEREOPILOSUS (Simon 1888) SE
DESCRIBE EL MACHO (Araneae, Dipluridae, Hexathelinae)
AAN A A A A A O 237
NUEVA VERSION DE LOS RELATOS DE THOMSON Y SU VALO-
RACION PARA LA TRADUCCION DE LAS KOHAN RONGO
RONGO
EURENIO de A o a UI. O aaa a 243
EL BOTANICO CHILENO Dr. EBERHARD KAUSEL
Gualterio Looser
Valparaiso, Chile 9
DON CLAUDIO GAY EN EL CENTENARIO
DE SU MUERTE
Hay figuras que con el correr del tiempo se consolidan y
agigantan en su grandeza, y esto se puede decir plenamente al
conmemorar el centenario de la muerte de Claudio Gay, ese sabio
francés que con escasos 28 años se enamorara de Chile y lograra
realizar un trabajo de conjunto, ánico en su género, en el que se
analiza nuestra Historia, Flora, Fauna, Geografía, Agricultura y
Política.
Con mucha propiedad podemos decir que conmemoramos este
centenario, porque para todos los estudiosos de Chile y del mundo
entero, el recuerdo de la obra de Gay, cada día que pasa se hace
más patente, no como algo legendario, sino como una realidad
tangible y necesaria, para todo aquel que desee emprender cual-
quier estudio serio sobre nuestra patria.
Le correspondió al gran ministro y estadista chileno don
Diego Portales, contratarlo con fecha 14 de Septiembre de 1830,
para explorar el país y publicar una obra que abarcara un estudio
amplio y de conjunto sobre sus observaciones, trabajo que requería
los más variados conocimientos y que como era lógico no podía
llevar a cabo un hombre solo, ello puso en serios aprietos a Gay,
que más que nada era botánico y ahora debía de ocuparse, ade-
más, de cartografía, zoología, historia y agricultura; sin embargo,
esto no fue un contratiempo para él y logró con sus dotes de ver-
dadero sabio, sortear las dificultades, dirigir y realizar la tarea que
se le había encomendado, no sólo satisfactoriamente, sino supe-
rando en mucho lo que podría pedir el espíritu más exigente.
No creemos en ningún momento dejarnos llevar en alas de
la fantasía al sintetizar así la obra realizada por Gay sobre este
país. Han transcurrido ya 131 años desde la publicación del primer
tomo de su Historia Física y Política de Chile, y se puede decir
con toda sinceridad que hasta hoy en día nos impresiona la calidad
de esa publicación.
Un total de veintiocho volúmenes de texto y dos atlas, encie-
rra este trabajo; de ellos corresponden ocho a Botánica, ocho a
Zoología, ocho a Historia, dos a Documentos, dos a Agricultura
y los atlas.
10 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
El desarrollo de su labor le consumió prácticamente cuarenta
y tres años de su vida, y los volúmenes aparecieron entre 1842 y
1871. Si hoy en día, con los actuales elementos técnicos con que
se dispone quisiéramos repetir esta gracia, estamos casi seguros
que para lograrlo tendríamos muy pocas probabilidades de reali-
zarla en un plazo más corto.
La publicación de la Historia Física y Política de Chile es en
todo sentido una joya, no sólo por el contenido de su texto, por
la fina realización de sus atlas litografiados y algunos de ellos
coloreados a mano, sino que además constituyen una delicia para
el bibliófilo, ya que en la práctica cada colección es única por el
ordenamiento de sus láminas, etc.
Nació Gay en la ciudad de Draguignan, capital del Departa-
mento de Var, el 18 de Marzo de 1800, falleciendo en Le Def-
frends, cerca de su ciudad natal el 29 de Noviembre de 1873.
Los Anales del Museo de Historia Natural de Valparaíso,
rinden un homenaje a la memoria de este insigne francés de naci-
miento, pero chileno de corazón, que con su cariño por Chile por
un lado, y sus relevantes dotes por el otro, nos dio un legado que
comprometerá eternamente nuestra gratitud.
29 de Noviembre de 1973.
Valparaiso, Chile 11
LA DIRECCION DEL MUSEO DE HISTORIA
NATURAL DE VALPARAISO
Nosotros los porteños tenemos profundo respeto y admiración
por todos los que han hecho algo por la comunidad, por la histo-
ria de la ciudad y de sus instituciones y comprendemos muy bien
la obra edificante de los hombres que han laborado en el Museo
y de aquellos que supieron acumular las riquezas con que cuenta.
Fundado el Museo en 1877, como parte del Liceo de Valpa-
raíso, gracias al entusiasmo, hábil labor y amplia visión de su
Rector, Dn. Eduardo de la Barra, llegó a ser rápidamente el segun-
do del país.
El Museo fue afortunado. Sus colecciones se enriquecieron
con maravillosa rapidez gracias a la generosidad de hombres y
de instituciones de todo Chile, y científicos de notable relieve
llegaron a ser sus directores.
El primero fue el eminente naturalista Dr. Edwyn C. Reed,
z06logo, botánico, entomólogo, autor de importantes publicaciones.
Le siguió en 1879 el Dr. Federico Puga Borne, médico, higienista
y naturalista de renombre. Sucedióle el Dr. Clodomiro Pérez Can-
to, cuyos trabajos en salubridad y ciencias natutrales alcanzaron
gran difusión.
En 1897, vacante el cargo de Director, fue llamado a ocupar-
lo el Prof. Dn. Carlos E. Porter, al mismo tiempo que el Supremo
Gobierno decretaba vida independiente para el Museo. Porter im-
primió a las actividades del Museo un ritmo acelerado y vigoroso.
Vinieron años de extraordinario progreso, superación y actividad.
Su obra maestra fue la fundación, en ese año, de la Revista Chi-
lena de Historia Natural, un verdadero monumento, cuya impor-
tancia en Ciencias Naturales sigue perdurando.
El Museo fue destruido por el terremoto de 1906, pero el
entusiasmo y la labor pertinaz de Dn. John Juger, designado para
estructurar, de nuevo, el Museo en 1912, permitió inaugurarlo en
1913 (25 de Diciembre), volviendo los hombres de ciencia a cola-
borar con él y los ricos y los pobres a ofrecerle magníficas colec-
ciones.
Después de largos años de trabajos, dificultades y éxitos, mu-
rió el Sr. Juger en 1967. Contó con excelentes colaboradores fuera
(12 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL ' N? 6, 1973-
y dentro del. personal del Museo, pero: quien más se distinguió
fue la señora Nina Ovalle. A ella correspondió la Dirección del
Museo. Le cupo magnífica labor, después de dos terremotos, ex-
trayendo de la nada un todo. Sin medios debió hacer milagros
.para arreglar el Museo y mantenerlo. Silenciosa y abnegadamente
fue transformando la parte expositiva de él y adecuando la biblio-
teca, hasta dejarles en la mejor forma posible para ser útiles a la
colectividad, para la docencia y para la investigación.
Siendo Conservadora del Museo la señora Ovalle, gracias a:
la acción mancomunada de la Dirección de Bibliotecas, Archi-
.vos y Museos, fundamentalmente de su Director, Dn. Roque
Esteban Scarpa, del Museo de Historia Natural y de la Sociedad'
Científica de Valparaíso, nacieron los Anales (1967-1968).
Acogida, la señora Ovalle, a jubilación, queda de su paso
por el Museo, el ejemplo de una abnegación y de un amor por
las Ciencias Naturales, realmente sin parangón.
Para reemplazar a la señora Ovalle ha sido designado el
joven y entusiasta Conservador del Museo de Concepción, Dn..
Eduardo Brousse, con gran experiencia museológica, quien convir-
tiera, con admirable maestria, un establecimiento anticuado en uno:
moderno y de primera categoría, según las actuales concepciones
de lo que debe ser un museo. El señor Brousse trae un ambicioso
plan para desarrollar con rapidez. Confiamos en que el nuevo
Conservador, con sus desvelos y entusiasmo, logrará llevar a feliz
término el programa que se ha propuesto. Estamos seguros que va
a contar con la cooperación amplia de los porteños y de sus insti-
tuciones.
Valparaiso, Chile 13
UNA NUEVA ESPECIE DE BOWLESIA
OTTO ZOELLNER SCH.
Profesor de Botánica de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile
Bowlesia macrophysa Zoellner nov. sp.
Plantae perennes erectae ca. 8-15 cm; altae; caudice simplices; petioli
foliae inferiorae 1-3 cm. longis, folia alternata, lamina ovati-orbiculata
vel reniformia, basi cordata, palmatim 3-7 partita, lobis ovalibus vel oblan-
ceolatus, integerrimus; apice mucronata, pilis stellatis 6-12 radiatis obtec-
tis; folia superiora opposita; pedunculus erectus 1-2,5 cm. longus; umbellae
2-3 florae, pedicellis 2-3,5 mm. longis; 5 sepala ca. 0,5 mm. longa, o, 2
mm. lata; 5 petala, ca. 2,5-2,8 mm. longa, 1,2-1,3 mm. lata, plana, acuta;
filamenta subulata 0,8 mm. longa antheris ovalibus 0,1 mm. longis; stylo-
podium de presso-conicum, styli recurvati patentes 1-1,2 mm. longi; fruc-
tus ovatus, 3,5 mm. longus, 4 mm. diametro, carpellis dorsaliter convexis,
dense obtectis pillis stellatis. |
Typus speciei: Chile, provincia de Coquimbo, departamento de Ova-
lle, en el lugar denominado Los Molles, cerca de la bocatoma del canal
de la ENDESA a 2.900 m.s.m., 16-1-1972, Otto Zoellner, Hb. Zoellner,
No 6805.
Planta perenne, erecta, de 8 - 15 cm. de altura, con un rizo-
ma grueso subterráneo. Tallos aéreos, 1-- 3, naciendo en el ápice
del rizoma, cortos, de 3 - 10 cm. de largo, erectos, provistos de
pocos pelos estrellados. Hojas pecioladas con pecíolo de 1 - 3 cm.
de largo. Hojas basales alternas, naciendo en el ápice del rizoma.
Hojas caulinares opuestas, provistas de estípulas, éstas de forma
lanceolada de 1,5 - 2 mm. de largo, densamente cubiertas de pelos
estrellados, en el ápice provistas de escamas bifurcadas o fimbria-
das. Lámina orbicular-arriñonada, con la base acorazonada de 6 - 9
mm. de largo y de 8 - 10 mm. de ancho, con nervadura palmeada,
poco marcada en el haz y en el envés. Lámina dividida en 4 - 7
lóbulos, largo de los lóbulos de 2,5 - 3,5 mm. y su ancho de 2,5 -
3 mm; lámina profundamente partida, dividiendo 2/3 - 3/4 parte
de la lámina. Lóbulos de forma ovalada o trasaovada, con la base
cuneada, ápice del lóbulo coronado por una glándula y un rmu-
crón. Lámina densamente cubierta por pelos estrellados en el haz
y en el envés, ca. 8 - 9 pelos estrellados por 1 mm, pelos estre-
llados insertados en un pequeño disco, cada estructura con 8 - 12
lá ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
rayos, estos rayosi insertados en el disco.adiferéntes alturas y diri-
gidos hacia los lados y hacia arriba. Flores pedunculadas, pedúncu-
los de 1 - 2,5 cm. de largo, cilíndricos con pequeñas brácteas en
la base, brácteas de 1 - 1,2 mm. de largo, cubiertas de pelos estre-
llados, el ápice de la bráctea es fimbriado. Umbelas paucifloras de
2 - 3 flores con bractéolos obsoletos en la base de los pedicelos,
éstos de 0,2 - 0,5 mm. de largo. Pedúnculos y pedicelos cubiertos.
de pelos estrellados. Flores con 5 sépalos membranosos, transpa-
rentes, de 0,2 mm. de ancho y de 0,1 mm. de alto, provistos de
pelos fimbriados. Corola de 5 pétalos de forma ovalada, con ápice
agudo, angostándose hacia la base, con un nervio central bien
definido. Dorso de los pétalos cubierto con 5 - 8 pelos estrellados.
Pétalos de 2,5 - 2,8 mm. de largo y de 1,2 - 1,3 mm. de ancho.
Androceo con 5 estambres, filamento de 0,8 - 1 mm. de largo,
antera de 0,5 mm. de largo. Gineceo con 2 pistilos. Ovario ínfe-
ro, estilo filiforme, curvado hacia afuera de 1 - 1,2 mm. de largo,
estilopodio de forma cónica. Fruto terete, de 4 mm. de diámetro
y de 3,5 mm. de largo, densamente cubierto de pelos estrellados.
La cara comisural, algo cóncava, también cubierta de pelos estre-
llados. Entre exocarpio y endocarpio existe una cavidad llena de
aire.
Distribución geográfica: Hasta la fecha se ha coleccionado-
sólo en la localidad típica. Florece en el mes de enero.
Observaciones ecológicas: Hemos encontrado esta especie en
la Cordillera de los Andes, en una ladera con pendiente hacia el
Sur, crecía apegada a las rocas, siendo bastante abundante. En el
mismo lugar se comprobó la presencia de Bowlesia tropaeolifolia
de la cual es muy diferenciada.
Observaciones generales: Esta nueva especie de Bowlesia per-
tenece a aquellas que poseen los frutos inflados según la revisión
de Mathias y Constance (1), quienes citan 2 especies para este:
grupo: la B. Hieronymusii Wolff, para la zona de Salta-Tucumán
y la B. Rxiz-Lealii Math. et Const., para la zona Mendoza-Neu-
quén. Nuestra especie: fue encontrada en el interior de Ovalle y
hace el enlace entre las anteriores, pues, reúne caracteres de B.
Hieronymusii y de B. Ruiz-Leali. Una tabla comparativa entre las
especies argentinas y de la chilena demuestra estas relaciones.
1) Mildred E. Mathias and Lincoln Constance: A Revision of the genus Bowlesia
Ruiz es Pav. and its Relatives, University of California, Berkeley, 1965.
5)
E
Bowlesía macrophysa Zoell.: A, hábito de la planta; B, hoja; C, flor; D, fruto; E, fruto abierto,
cara comisural; F, pelo estrellado; G, escama fimbriada.
B. Hieronymus B. macropbysa B. Ruiz-Lealii
Planta decumbente, lámina dividida Planta erecta, lámina dividida hasta Planta erecta, lámina dividida hasta la
hasta la mitad. 2/3 - 3/4 parte, base.
Haz de la hoja cubierto de pelos bi y Haz de la hoja cubierto densamente Haz de la hoja cubierto de pelos estre-
trifurcados. con pelos estrellados. lados.
Pelos estrellados con 4 - 5 rayos. Pelos estrellados con 6 - 12 rayos. Pelos estrellados con 6 - 12 rayos.
Lóbulos de la lámina de forma ova- Lóbulos de la lámina de forma ova- Lóbulos de la lámina linear-lanceolados.
lada. lada.
Margen del lóbulo con 2 dientes. Margen del lóbulo liso. Margen del lóbulo liso.
Dorso del carpelo convexo. Dorso del carpelo convexo. Dorso del carpelo aplanado.
Valparaiso, Chile 17
CHRYSOCORYNE, GENERO NUEVO
DE AMARYLLIDACEAS DE CHILE
OTTO ZOELLNER SCH.
Profesor de Botánica de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile
SUMMARY.— Chrysocoryne is a new genus of the tribe Allieae,”
family Amaryllidaceas and comprehends two species which grow in the
Chilean provinces of Coquimbo, Atacama and Antofagasta. These species
were firstly described by R. A. Philippi who determined them as belong-
ing to the genus Leuwcocoryne. ln this investigation the author discusses
the necessity to create the new genus.
Al hacer nuestras investigaciones sobre el género Lexcoco-
ryne, de la familia de las Amaryllidaceas, publicado recientemen-
te (1), nos encontramos con algunas especies que habían sido con-
sideradas para este género, pero al analizar abundante material,
especialmente material fresco, hemos comprobado que dos espe-
cies de R. A. Philippi, Leucocoryne oxypetala y L. incrassata pre-
sentaban diferencias fundamentales con este género. Mientras que
Leucocoryne tiene tres anteras fértiles de forma alargada y que
alcanzan de 3 - 3,5 mm. de largo, en las especies citadas existen
6 anteras fértiles de forma ovalada y que apenas alcanzan 1,5 - 2
mm. de largo. En Lercocoryme las tres excrecencias que: aparecen
en el tubo floral deben considerarse como estambres atrofiados,
pues están insertados frente a las lacinias' que carecen de estam-
bres fértiles, siendo dichos estaminodios de estructura filiforme..
Aquí los seis estambres están distribuidos en dos verticilos, uno
superior y uno inferior, ambos insertos en el túbo floral; las ex-
crecencias deben" considerarse como una paracorola que 'es una
estructúra ' algo tomún en la familia de las Amaryllidaceas y la
podemos observar en los géneros Placea y Phycella de la flora chi-
lena. Las excrecentias en el nuevo género que proponemos, son:
gruesas, cónicas O bífidas, de color amarillo anaranjado, y, por lo
tanto, muy DIE CECntes de las a EI Eatosas E Lesto:
(1) “El género Leucocoryue”, O. Zoellner, Anal. del Museo. de Historia LL
de Valparaíso, N> s; 1972, págs. 9-83. > :
18 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
coryne. La razón por la cual R. A. Philippi no observó los 6 es-
tambres fértiles en L. oxypetala y L. incrassata, se debió al hecho:
de que aparentemente no recibió material vivo, este le fue propor-
cionado por Francisco San Román (Anal. Univ. Ch. 1896-270
N? 3) y por Belisario Rojas (Anal. Univ. Ch. 1896-272, N” 8).
Este conjunto de diferencias fundamentales en la estructura
floral, lo consideramos como de suficiente importancia para crear
el nuevo género que pasamos a describir.
CHRYSOCORYNE nov. gen.
Perianthium bypercrateriforme cum laciniis patentibus. Tubus cylin-
dricus. Laciniae albae, angustae, lanceolatae, adutae, univerves. Paracorollae
tres, insertae tubo, oppositae laciniis interioribus. Paracorollae aut bifidi
aut conici. Stamina sex, fertilia, sine filamentis. Antherae inferiores oppo-
sitae laciniis exterioribus. Antberae superiores oppositae lacintis interdori-
bus. Ovarium smperum triloculare. Stylus brevis, stigma capitatum. Plan-
tae bulbiferae. Bulbi subglobosi cum tunicis membranaceis ochraceis. Pseu-
docollus longus. Folis lineari-lanceolata. Scapus glaber et cylindricus. Spa-
tba bivalvis lineari-acunrinata, striata nervis. Flores umbelliformes.
Typus generis: Chrysocoryne oxypetala (Phil.) Zoellner. (Leswcoco-
ryne oxypetala R. A. Phil., SGO 46765).
Planta herbácea, bulbífera. Bulbo piriforme, cubierto de
membranas y fibras, hojas lineares, estriadas, glabras, con ápice
romo y margen liso. Escapo cilíndrico. Espatas dos, acuminadas,
pajizas, estriadas. Pedicelos cilíndricos, delgados. Flores formadas:
por un tubo y seis lacinias en dos series. Tubo cilíndrico angosto,
recorrido longitudinalmente por seis nervios. Lacinias de forma.
ovalada o elíptica con ápice agudo y margen liso o suavemente
almenado, de color blanco o blanco-cremoso. Paracorola, de 3 6 6
excrecencias, insertadas en la boca del tubo floral, cónicas o bífi-
das, carnosas, alcanzando hasta un cuarto o un tercio del largo
de las lacinias. Excrecencias mayores insertadas frente a las laci-
nias interiores. Excrecencias menores ausentes o frente a las laci-
nias exteriores, de color amarillo-anaranjado. Androceo con seis
estambres en dos series, insertados en la pared del tubo floral,
insertos, sin filamentos, anteras adosadas a la pared del tubo, de
forma ovalada. Estambres inferiores frente a las lacinias exterio-
Zoellner, O. CHRYSOCORYNE 19
res, estambres superiores frente a las lacinias interiores. Gineceo
con un pistilo. Ovario'cilíndrico, tricarpelar, estilo filiforme; es-
tigma capitado. Fruto una cápsula de tres valvas. Semillas nume-
rosas, negras, triquetras.
Chrysocoryne oxypetala (R. A. Phil.) Zoell. a, hábito y escapo floral; b, Élor; :
. €, tubo floral y páraperigonio.
y
20 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
COMPARACION CON SU GENERO MAS CERCANO
Leucocoryne Chrysocoryne
Hojas nunca mayores de 3,5 mm. Hojas por lo general mayores de
de ancho. y 3,5 mm. de ancho, llegando hasta
5,5 mm.
Tres estambres fértiles. Seis estambres fértiles.
Anteras alargadas de 3 - 3,5 mm. Anteras ovaladas de 1,5 - 2 mm.
de largo. de largo.
Tres estaminodios filiformes. Tres o seis excrecencias de la para-
corola.
Estaminodios de color blanco vio- Paracorola de color amarillo-anaran-
láceo o amarillento. jado.
CLAVE PARA DIFERENCIAR LOS GENEROS: LEUCOCORYNE,
CHRYSOCORYNE Y TRISTAGMA
I HEstambres perfectos 6.
2 Tubo floral sin excrecencias ....... o. «== ........ Tristagma
2 Tubo floral con excrecencias (Paracorola) ........ Chrysocoryne
I Estambres perfectos 3 y 3 estaminodios .............- Leucocoryne
CLAVE PARA DIFERENCIAR LAS DOS ESPECIES
DE CHYSOCORYNE
I Excrecencias, 3, cónicas, pedicelos 5-9, muy desiguales,
lacinias angostas, reflejas, de color blanco-cremoso .. Ch. oxypetala
I Excrecencias, 3 Ó 6, bífidas, pedicelos 2-5, subiguales, laci-
nias ovaladas, patentes, de color blanco .......... Ch. mecrassata
CHRYSOCORYNE OXYPETALA (R. A. Phil). nov. comb..
Leucocoryne oxypetala R. A. Phil., Anal. Univ. Ch. 1896-270, N. 3.
- Bulbo piriforme, cubierto de membranas de color plomizo,
de 1,5 - 2 cm. de diámetro y de 2 cm. de alto. Cuello cubierto de
membranas y fibras, restos de hojas anteriores, de 8 - 15 cm. de
largo. Hojas en número de 2 a 3, carnosas, lineares, glabras, es-
triadas, recorridas por 13 - 15 nervios paralelos, ápice romo, de
Zoeliner, O. CHRYSOCORYNE 21
color verde claro, de 15 - 20 cm. de largo y de 3,5 - 5,5 mm. de
ancho. Escapo cilíndrico, hueco, glabro, estriado, de 2,5 mm. de
diámetro y de 15 - 25 cm. de alto. Dos espatas membranosas,
pajizas, de forma lanceolada, estriadas, con ápice agudo, con
margen blanco, de 3 - 3,5 cm. de largo y de 4 - 4,5 mm. de ancho.
Pedicelos muy desiguales, 5 - 9, cilíndricos, de 1,6 - 6,5 cm. de
largo. Flores en umbelas, de color blanco-cremoso. Flor consta
de un tubo y 6 lacinias. Tubo cilíndrico, verdoso, recorrido por 6
nervios verde oscuro, de 1 - 1,4 cm. de largo y de 1,5 - 2 mm. de
diámetro. Seis lacinias insertadas en dos series, muy reflejas en
flores viejas. Las exteriores, de forma lanceolada, con ápice agu-
do, recorridas por nervio que se prolonga hacia el tubo, de 0,8 -
1,2 cm. de largo y de 0,3 cm. de ancho, de color blanco-cremoso.
Las interiores, de forma lanceolada, con ápice agudo, con nervio
central, de 0,8 - 1,1 cm. de largo y de 0,25 - 0,3 cm. de aricho.
El color de las lacinias se oscurece en la desecación, Paraperigonio
de 3 excrecencias gruesas, de forma cónica, con ápice romo, insef-
tado en la boca del tubo, frente a las lacinias interiores, de 3,5 -
5 mm. de largo y de 1,5 - 2 mm. de ancho en la base, de color
amarillo-anaranjado. Androceo de. 6 estambres fértiles en dos
series. Estambres desprovistos de filamentos. Anteras superiores
adosadas a la pared del tubo floral, frente a las lacinias interio-
res. Anteras de forma ovalada, amarillas, de 1,5 - 2 mm. de largo
y distantes de 8 - 9 mm. desde la base del tubo floral. Anteras
inferiores adosadas a la pared del tubo floral, frente a las laci-
nias exteriores, de forma ovalada, de 1,5 - 2 mm. de largo, de
color amarillo, 6 - 6,5 mm. distantes de la base del tubo. Gineceo
formado por 1 pistilo. Ovario súpero, de forma cilíndrica, reco-
rrido por 6 nervios, de 1,2 mm. de diámetro, de 4 - 5 mm. de
largo. Estilo de 1,5 mm. de largo, estigma capitado. Fruto una
cápsula cilíndrica, trivalvar, con estilo persistente, glabra, con
dehiscencia apical, conteniendo 6 - 8 semillas por carpelo. Estas
triquetras, de color negro, de 1,5 mm. de ancho y de 1,5 mm. de
alto. :
Typus: Leucocoryne oxypetala R. A. Philippi - “Ad. Pabe-
llón prope Copiapó invenit Franciscus San Román, Caldera”.
Sept. 1885 (SGO-46765). Anal. Univ. Ch. 1896-270, N? 3.
Observaciones: Esta especie se podría fácilmente confundir
con Leucocoryne angustipetala Gay, porque ambas tienen lacinias
22 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973
angostas, muy reflejas, los pedicelos muy desiguales y habitan la
misma región, pero no ocupan los mismos sitios, ya que L. angas-
tipetala crece en los contrafuertes de la Cordillera Alta, mientras
que Chrysocoryne oxypetala (R. A. Phil.) Zoell. se encuentra en
la región intermedia entre la costa y la Cordillera Alta.
Distribución geográfica: Esta especie ha sido coleccionada
en el norte de la provincia de Coquimbo, hasta el sur de la pro-
vincia de Atacama, a cierta distancia de la costa.
Material examinado: Provincia Atacama, Camino de Valle-
nar o Domeyko, 600 m-22-1X-1949 - Dr. Fdc. Behn (CONC:
8995); Romeral, a 10 kms. de Vallenar, 18-X-1971 - Erna Zoell-
ner (Hb. Zoell. 6334); Prov. Coquimbo, Cuesta Pajonales 9-X-
1965 - O. Zoellner (Hb. Zoell. 6401); Cuesta Pajonales, 18-X-
1971 - E. Zoellner (Hb. Zoell. 6403); Incahuasi, a orilla de la
Panamericana, 21-1X-1972 - O. Zoellner (Hb. Zoell. 6400); Pan-
americana, 95 kms. al norte de La Serena, 16-X-1971 - Erna Zoell-
ner (Hb. Zoell. 6403). ? |
CHYSOCORYNE INCRASSATA (RF. A. Phil). 507 comb.
Leucocoryne incrassata R. A. Phil., Anal. Univ. Ch. 1896-272, N? 8.
Bulbo piriforme, cubierto de escamas membranosas, de color
castaño, de 1,2 - 1,6 cm. de diámetro y de 1,5 - 2 cm. de alto.
Cuello cubierto de fibras y membranas, resto de hojas anteriores,
de 6-10 cm. de largo. Hojas, 2 - 3, contemporáneas, carnosas, li-
neares, glabras, estriadas, con ápice romo, de 3 - 4,5 mm. de
ancho y de 12 - 25 cm. de largo. Escapo cilíndrico, estriado, ca-
rácter que se manifiesta más por la desecación, de 8,5 - 23 cm.
de largo y de 2 - 3 mm. de diámetro. Dos espatas reflejas, lan-
ceoladas, estriadas, pajizas, largamente acuminadas, con ápice
agudo, con el margen membranoso incoloro, de 3 - 3,5 cm. de
largo y de 0,4 - 0,45 cm. de ancho. Pedicelos, 2 - 3, subiguales,
cilíndricos, de 1 mm. de diámetro y de 1,3 - 3,5 cm. de largo.
Flores formadas por un tubo y seis lacinias en dos series. Tubo
cilíndrico, algo ensanchado en la base, recorrido por 6 nervios
que se prolongan hacia las lacinias, de color verdoso. Color del
tubo blanco-verdoso, de 1 - 1,2 cm. de largo y de 2 - 3 mm. de
diámetro. Lacinias exteriores, de forma lanceolada, largamente
Zoellner, O. CHRYSOCORYNE 23
Chrysocoryne incressata (Phil.) Zoell: A, hábito y escapo floral; B, Flor; C, Tubo floral y
paraperigonio; D, escama del paraperigonio; E, flor abierta.
24 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
acuminadas, algo reflejas, con margen liso o suavemente ondu-
lado, de color blanco, recorridas por un nervio de color verde;
lacinias de 1,1 - 1,5 cm. de largo y de 0,4 cm. de ancho. Las
interiores lanceoladas, acuminadas, algo reflejas, de margen liso,
de color blanco, recoridas por un nervio verdoso; éstas de 1 - 1,2
cm. de largo y de 0,3 - 0,4 cm. de ancho. Paracorola formada por
6 excrecencias, 3 mayores y 3 menores, faltando a veces las 3 últi-
mas .Excrecencias mayores, trasaovadas, bífidas con seno agudo
o arqueado, gruesas, insertadas frente a las lacinias interiores, en
la boca de la garganta del tubo floral, de color amarillo-anaran-
jado, volviéndose más oscuro por la desecación, de 2 - 3 mm. de
largo y de 1,5 mm. de ancho. Excrecencias menores de forma cóni-
ca, con ápice agudo, insertados frente a las lacinias exteriores de
1 mm. de largo y de 0,3 mm. de ancho. Androceo de 6 estambres
fértiles en 2 series. Estambres sin filamentos, insertos, adosados a
la pared del tubo, las tecas abriéndose longitudinalmente, de for-
ma ovalada, de color amarillo. Anteras inferiores, frente a las
lacinias exteriores, insertados a 4 mm. de la base floral; anteras
superiores, frente a las lacinias interiores, debajo de las excrecen-
cias de la paracorola, insertadas a 7,5 mm. de la base floral; largo
de las anteras 1,5 - 2 mr. Gineceo con 1 pistilo. Ovario súpero,
de forma cilíndrico, tricarpelar, de 2 mm. de largo; estilo filifor-
me de 1,2 mm. de largo, estigma capitado. Fruto una cápsula ci-
líndrica, abriéndose por dehiscencia apical en 3 valvas. Semillas,
de color negro, triquetras, con la base truncada y con un pequeño
ápice, con pequeñas alas en los tres cantos, de 1,5 mm. de largo
y de 1 mm: de diámetro.
Typus: Leucocoryne incrassata R. A. Phil. de Vallenar, Prov.
Atacama, colector Belisario Rojas-11-1883 (SGO 46775).
Observaciones: En la descripción de R. A. Philippi, figura la
siguiente anotación: “Prope Vallenar februario 1883 invenit ornat
Belisario Rojas”. La indicación “februario'”” debe ser un error del
colector. Nosotros hemos recorrido varias veces en febrero, en
diferentes años, los alrededores de Vallenar, para verificar el dato
del hallazgo, pero no pudimos encontrar la citada especie en los
meses estivales. En años lluviosos Chrysocoryne incrassata es bas-
tante común en la llanura entre Vallenar y Copiapó durante los
meses de Septiembre y Octubre.
Zoellner, O. CHRYSOCORYNE 25
Distribución geográfica: Esta especie fue observada en la
quebrada La Chimba al norte de Antofagasta, entre Paposo y
Taltal y entre Copiapó y Taltal.
Material estudiado: Prov. Antofagasta, Paposo, IX-1909 C.
Reiche (SGO 46785); Hueso Parado, Taltal, 17-1X-1967 - O.
Zoellner (N* 6333 Hb. Zoell.). Taltal Quebrada Cascabeles, 4-
X-1954, M. Ricardi (CONC. 18348; Taltal, Quebrada Anchuña,
20-1X-1953 - M. Ricardi (CONC. 14348); Prov. Atacama, De-
sierto al sur de Copiapó, 26-1X-1963 - Blanca Escobar (Hb. Univ.
Ch. Valpso. N* 511); Estancia La Totora, 18-1X-1949 - Edco.
Behn (CONC 8969); Entre Canto del Agua y Carrizal Bajo, 23-
IX-1972 - O. Zoellner (Hb. Zoell. 6173); Canto del Agua, 17-IX- '
1957 - Ricardi y Marticorena (CONC. 24965); Canto del Agua,
23-1X-1972 - O. Zoellner (Hb. Zoell. 6184); Carretera Panameri-
cana, entre Vallenar y Copiapó, 15-IX-1965 - Fdco. Behn
(CONC); Vallenar-Camino a Carrizal, 17-1X-1969 Fdco. Behn
(CONC. 8995); Mina de Oriente a 8 kms. de Vallenar, 12-X-
1965, Carolina Villagrán (Hb. Univ. Ch. Valpso. 1339); Camino
a Juntas, Vallenar, 28-1X-1963 - Pilar Solís (Hb. Univ. Ch.
Valpso. 555).
RECONOCIMIENTO.— Debo expresar mis agradecimientos a la
señora Mélica Muñoz S., Jefa de la Sección Botánica del Museo Nacional
de Hist. Nat. de Santiago, por haberme facilitado los tipos de R. A.
Philippi; al Instituto Central de Biología de la Universidad de Concep-
ción, y a la Universidad de Chile de Valparaíso. En especial agradezco
a los botánicos chilenos señores Gualterio Looser y Agustín Garaventa
por sus buenos consejos y su desinteresada ayuda.
Lo»
Copiapó
Bases
*
LA
Elqui
Limare
Chou po
Atenco pe
Mesjo
Mula
hi Be.
Mouls
Dro bre ¿S
Mapa 1. - Area de distribución
de Chrysocoryne oxypetela.
Mapa 2. Area de distribución
de Chrysocoryne incressstas
Valparaiso, Chile 27
MORFOLOGIA EXTERNA DE LAS SEMILLAS
DE ALGUNAS CACTACEAS CHILENAS Y SU
UTILIDAD EN TAXONOMIA
P. WEISSER
1, INTRODUCCION
En siete de las doce regiones vegetacionales que Schmithúsez
(1956) distingue para Chile encontramos cactáceas. En grandes
extensiones de las provincias nortinas los quiscos y sandillones
imprimen su sello al paisaje y son los elementos dominantes en
la vegetación. A pesar de su papel preponderante en nuestra flora,
la taxonomía de los cactus chilenos es confusa y su ecología poco
conocida. Esto se debe a que frecuentemente las especies tienen
áreas muy restringidas y los lugares de crecimiento difíciles de
alcanzar.
En otros casos las dificultades estriban en las descripciones
incompletas, especialmente si se han omitido las localidades. Algu-
nos autores usaron como base para sus descripciones ejemplares
de cultivo los cuales habían cambiado notablemente su fisonomía.
A todo esto debemos agregar todavía la gran variabilidad de las
características somáticas en las cactáceas.
Al contrario de las partes vegetativas, las semillas de las cac-
táceas presentan una notable constancia estructural. Esto indujo'a
Krainz (1958) a recomendar el estudio de las semillas como una
manera para tener nuevos y más confiables criterios taxonómicos.
En el presente trabajo se hizo eco de esta recomendación, utilizan-
do material de cactáceas chilenas con miras de realizar aportes a
su taxonomía y biología,
2. MATERIAL Y METODO
Semillas de plantas madres claramente identificadas fueron
observadas a lupa, descritas y sometidas a un análisis comparativo.
¿ «La: observación: de las semillas en diversas posiciones fue
facilitada extendiendo sobre un portaobjeto una delgada capa de
28 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
plasticina blanca. Las semillas se inscrustaron de tal forma que
pudiera observarse el hilo y las partes basal, lateral y el perfil.
Las descripciones de las semillas han sido efectuadas de
acuerdo a la siguiente pauta: clasificación de la planta madre,
tamaño de las semillas (los valores son término medios y corres-
ponden al eje longitudinal y al eje transversal máximos y se expre-
san en milímetros), forma, testa (color, brillo y superficie) hilo* y
estructuras anexas (su ubicación, forma, color, presencia de estro-
fíolo, etc.) y micrópila (ubicación). Como orientación puede ser-
vir Fig. 5. Finalmente se indica el número de la muestra, nombre
del colector, localidad y fecha de recolección. En algunos casos se
agrega una discusión.
3. DESCRIPCION DE LAS SEMILLAS
3.1. Maibuenia poeppigii (Otto ex Pfeifer) Weber.
Semillas de 2,4 x 2,8 mm, ovoides, comprimidas lateralmente,
presentando una escotadura en el lado que aloja el hilo. Testa
negra, brillante, lisa, delgada y con depresiones puntiformes. Hilo
subapical-lateral ubicado debajo de una prominencia y de color
blanco-amarillento. Micrópila encubierta en la región hilar.
Prov. Ñuble, Laguna Laja; F. Schleger, s/n., abril de 1955,
Fig. 3. |
; Son las semillas más primitivas entre las cactáceas chilenas.
Su tipo se acerca mucho al de Pereskia.
Ln Austrocylindropuntia miquelii Backeberg.
Semillas de 4,2 x 3,8 mm, de forma esférica irregular, pre-
sentando parcialmente un grueso anillo ecuatorial. La testa no es
visible, ya que se encuentra encubierta por el árilo, el cual es liso,
duro y de color blanco sucio. Al limar el arilo aparece la testa
oscura. También el hilo y la micrópila están encubiertos por el
arilo. En su lugar se distingue una cicatriz.
Prov. Atacama, Maitencillo (cerca Vallenar), P. Weisser, di-
ciembre de 1963, Fig. 8. .
* Para los términos técnicos se recomienda consultar: FONT QUER, P., 1963.
Diccionario de Botánica, Ed. Labor, 1.244 págs.
Weisser, P. SEMILLAS DE CACTACEAS 29
La presencia de un arilo duro que cubre la testa les da a
estas semillas un carácter distintivo frente a todas las demás espe-
cies estudiadas en este trabajo.
3.3. Eriosyce ceratistes Phil.
Las semillas del “sandillón” son de 2,5 x 2,1 mm, de forma
ovoide, algo aplanadas lateralmente. Testa negra, brillante, foveo-
lada y de consistencia dura. Hilo apico-lateral, aproximadamente
piriforme y escavado (Fig. 6). La micrópila ubicada más cerca del
ápice y de menor tamaño que el orificio hilar, y comunicada con
este por un surco.
Prov. Coquimbo, Diaguitas, P. We:sser, Junio de 1962,
Fig. 6.
Este género se presenta como un grupo aislado en lo refe-
rente a la morfología seminal por la peculiar forma del hilo.
3.4. Trichocereus chilensis (Colla) Britton é Rose.
Las semillas del ““quisco” son de 1,8 x 1,4 mm, forma aovada-
reniforme, generalmente con una carena dorsal, la cual desaparece
hacia la base de la semilla. Testa negra, brillosa, foveolada y dura
(Fig. 9). Hilo apical está formado por células que son más den-
sas que las del resto de la testa y forma una superficie algo sobre-
saliente e inclinada hacia el lado que se presenta retuso. La forma
del hilo varía de oval a circular. La micrópila se encuentra cerca
del orificio hilar y ambos se reconocen como dos agujeros situados:
en pequeñas invaginaciones (Fig. 2).
Prov. Valparaíso, Quebrada Alvarado, P. We:sser, Enero de
1964, Figs. 2 y 9.
3.5. Trichocereus litoralis Johow.
La morfología externa de las semillas de esta especie es
idéntica a la de Trichocereus chilensis. Esto corroboraría la opi-
nión de P. Rundel (comunicación oral, 1972) de que T. litoralis
sólo podría considerarse como una subespecie o variedad de T.
chilensis.
Prov. Aconcagua, Zapallar, P. Weisser, Diciembre de 1963.
El color y tipo de testa de Trichocerems presenta similitudes
con el de Eriosyce, siendo los caracteres del hilo muy diferentes. *
30 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
3.6. Enlychnia acida Phil.
Semillas de 2,1 x 1,6 mm, aprox. ovoides, con el ápice algo
aguzado y el cuerpo aplanado lateralmente. Testa café, opaca, con
una superficie un tanto áspera. Parece que el color se debe a una
delgada cubierta, que al ser desprendida deja a la vista una testa
negra, brillosa y con una superficie retículo-impresa. Hilo de ubi-
cación ápico-lateral, aprox. elíptico, presentando a veces restos de
un tejido parenquimatoso blanco-amarillento. En la región hilar
se distingue dos orificios: la micrópila de ubicación superior y más
pequeña y el orificio hilar, inferior y de mayor tamaño.
Prov. Coquimbo, Rivadavia, P. Weisser, Enero de 1962.
3.7. Eulychnia spinibarbis (Otto) Britton 8 Rose.
Esta especie tiene semilas idénticas a E. acida Phil., no siendo
posible diferenciar las plantas madres mediante las semillas.
Prov. Atacama, Huasco, P. Wersser, Enero de 1961, Fig. 1.
Las diferencias interespecíficas no son aparentes a nivel de
morfología externa de las semillas. Llama la atención la gran
diferencia en morfología seminal que existe entre Exlychnia y
Trichocereus, tanto en forma, color y testa, siendo que vegetati-
vamente estos géneros son en muchos caracteres similares. Esto
corrobora que la creación del género Exlychnia hecha por Philippi
fue acertada.
3.8. Neochilenia napina (Phil.) Backeberg.
Semilas de 1,4 x 1,1 mm, subesférica. Testa café, ópaca, ve-
rrugosa y dura. Hilo ubicado apicalmente, de contorno circular,
escavado y relleno de tejido parenquimatoso amarillento a modo
de una tapa blanquecina. El orificio hilar está ubicado central-
mente. La micrópila se presenta situada tangencialmente al hilo
y aparece como un punto negro.
Prov. Atacama, Huasco, H. Lembcke, Diciembre de 1963.
3.9. Neochilenia reichii (Phil.) Backeberg.
Semillas de 1,3 x 1,1 mm, esférica-ovales y con la zona hilar
algo aplanada. Testa café es opaca, verrugosa y dura. Presenta
frecuentemente restos del mesocarpio de la baya entre sus rugo-
sidades. Hilo es circular y está ubicada apicalmente, escavado y
Weisser, P. SEMILLAS DE CACTACEAS 2l
relleno de tejido parenquimatoso blanquizco. Sólo en algunas se-
millas es posible ver el orificio hilar. La micrópila está situada en
una pequeña prominencia de tejido esclerosado al lado y por algo
sobre del hilo,
Prov. Atacama, Fundo Las Ventanas, Vallenar, P. W'eisser,
Diciembre de 1963.
3.10. Neochilenia aerocarpa Ritter.
Semillas de 1,3 x 0,9 mm, aprox. reniformes. Testa café,
opaca, verrugosa y dura (Fig. 7). Hilo situado apicalmente y de
contorno circular y se le distingue como una superficie algo incli-
nada hacia el lado retuso de la semilla. Es escavado y está relleno
con un tejido parenquimatoso blanquecino y presenta el orificio
hilar en el centro, La micrópila se ve como un orificio situado
tocando el contorno hilar, cerca del ápice. Pila
Prov. Atacama, Carrizal Bajo, P. Weísser, Diciembre de
1963, Fig. 7.
3.11. Neochilenia cephalophora Backeberg.
Semillas de 1,1 x 0,9 mm y esferoides. Testa café, opaca,
verrugosa y dura. Hilo circular y relleno de tejido parenquimatoso
blanquizco. Micrópila situada lateralmente tocando el círculo
hilar. |
Prov. Atacama, Huasco, R. Wygnanky, sin fecha.
Las cuatro especies del género Neochilenía estudiadas presen-
tan todas un tipo de testa similar y un hilo escavado y relleno de
tejido parenquimatoso blanco, que los diferencia de los otros
géneros estudiados. En general las semillas son también de tama-
ño menor, siendo Neochilenia cephalophora la especie con las
semillas más chicas.
Al contrario de los géneros Eulychnia y Trichocereus, en
Neocbilenia existen diferencias interespecíficas, que se refieren
principalmente a la forma y tamaño de las semillas.
3.12. Copiapoa cinerea (Phil.) Britton 8: Rose.
Semillas de 1,8 x 1,2 mm, aprox. ovales, aplanadas lateral-
mente. Testa negra, brillosa, retículo-impresa y relativamente
blanda y quebradiza. Hilo de ubicación ápico-lateral, de forma
oval y oculto por la presencia de un estrofíolo. También la micró-
32 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973-
pila está encubierta por el estrofíolo. Este aparece como una mem-
brana blanquizca que cubre la zona hilar. En algunas semillas el
estrofíolo falta, pues se ha desprendido.
Prov. Antofagasta, Taltal, H. Lembcke, Febrero de 1961,
Fig 4.
3.13. Copiapoa baseltoniana Backeberg.
La muestra estudiada es idéntica en su morfología externa a
la de Copiapoa cinerea.
Prov. Antofagasta, Paposo, H. Lembcke, Febrero de 1961.
Hutchison (1953) sostiene que C. baseltoniana no es una.
buena especie, ya que le ha sido dado encontrar numerosos tipos.
intermedios. La comparación de la morfología externa de las res-
pectivas semillas corrobora esa opinión y probablemente deba con-
siderarse C. haseltoniana sólo como una variedad de C. cinerea.
3.14. Copiapoa carrizalensis Ritter.
Semillas de 1,6 x 1,1 mm, ovoides, algo aplanadas lateral-
mente, con el ápice irregular por la presencia de la región hilar.
Testa negra, brillosa, fuertemente retículo-impresa y relativamente
blanda. Hilo de ubicación ápico-lateral, con estrofíolo, que obtura
totalmente la excavación hilar, no dejando ver la micrópila ni el
orificio hilar.
Prov. Atacama, Carrizal Bajo, H. Lembcke, Febrero de 1961.
La presencia de un estrofíolo y la testa relativamente blanda
y retículo-impresa permite separar las semillas del género Copia-
poa. Según algunos autores la presencia de un estrofíolo desarro-
llado en la semilla y de flores relativamente pequeñas es un indi-
cio de evolución avanzada. Esto podría ser el caso del género
Copiapo.
3.2. CUADRO RESUMEN DE LAS CARACTERISTICAS MAS IMPORTANTES DE LAS SEMILLAS DE LOS
GENERO ESTUDIADOS EN ESTE TRABAJO
GENERO TAMAÑO FORMA TESTA HILO
APROX
en mm
Maibuenia 4x2,8 Ovoide con: una escotadura late- Negra, brillante, firamente foveo- Lateral y subapical, como una
ral. Aplanada lateralmente. lada. pequeña placa.
Ausctrocylindropuntia 4,2x3,8 Irregularmente esférica. Cubierta por el arilo, el cual es Oculto por el arilo. Se distingue
] blanquecino. una cicatriz,
Enlychnia 1,1x1,6 Ovoide, ápice aguzado, aplanado Negra, pero se ve café-opaca, por Apico-lateral, escavado, elíptico.
lateralmente. presencia de epidermis membra- Micrópila y orificio hilar visi-
nosa. ble.
Eriosyce 2,5x2,1 Irregularmente ovoide. Negra, brillante, foveolada o gra- Apico-lateral. escavado, piriforme,
: nulosa. Micrópila y orificio hilar visi-
bles.
Trichocereus 1,8x1,4 Reniforme Negra, brillante, foveolada, Apical, a veces algo protuberan.
te. Micrópila y orificio hilar
visible.
Neocbilenia 1,4x1,1 Esférica a reniforme. Café-opaca. Rugosa a verrugosa. Apical, escavado, relleno, tej. ama-
rillento de relleno, micrópila y
orificio hilar, generalmente yi-
sible.
Copiapoa 1,8x1,2 Ovoide, con ápice aguzado. Negra, brillosa, retículo-impresa. Apico-lateral, escavado, pero total-
mente ocupado por el estrofiolo.
NOTA: Han sido subrayados los caracteres que han servido para disgregar los respectivos géneros en la clave.
34 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
3,3. CLAVE DE LOS GENEROS ESTUDIADOS EN ESTE TRABAJO:
CONSIDERANDO LA MORFOLOGIA EXTERNA
DE LAS SEMILLAS
Esta clave es sólo válida para determinar los géneros de las especies
estudiadas en este trabajo. Es probable que tenga una validez más gene-
ral, lo que tendrá que ser probado.
1.—Semillas con arilo:
Cubierta de la semilla lisa y de color blanco
sucio: - Austrocylindropuntia
1.—Semillas sin arilo:
Cubierta negra o café.
2.—Cubierta negra
3,—Testa retículo impresa. Hilo ápico»
lateral con estrofíolo: Copiapoa
3.—Testa finamente punteada. Hilo ge-
neralmente subapical, lateral o gra-
nuloso.. Semilla aplanada lateral-
mente: Maibuenia
4.—Testa foveolada o granulosa. Hi-
lo lateral, escavado, piriforme. *
Semilla algo aplanada lateral-
mente: Eriosyce.
4.—Testa brillante foveolada. Hilo
apical, no escavado y general-
mente evaginado. Semillas reni-
formes: > E Trichocereus
Obi café.
3.—Semillas, aplanadas lateralmente. Hi-
lo ápico-lateral de forma oval, esca- -
vado: . Edycbnia
3.—Testa rugosa a verrugosa. Hilo, apro-
ximadamente circular, :con tejido de * : .2
relleno blanco-amarillénto. Semillas se e
de forma esférica a reniforme: :«Neochilenia
Weisser, P. SEMILLAS DE CACTACEAS 35
4. CONCLUSIONES Y OBSERVACIONES
COMPLEMENTARIAS
Estas conclusiones son válidas para las catorce especies estu-
diadas. Su probable vigencia más general deberá ser confirmada
cuando se disponga de semillas de un mayor número de especies
de cada género.
La morfología externa de las semillas de las catorce especies
de siete géneros de cactáceas chilenas estudiadas mostraban noto-
rias diferencias intergenéricas, siendo las diferencias interespecí-
ficas pequeñas como para ser usados como criterios de clasifica-
ción. En cambio, fue posible construir una clave usando las carac-
terísticas seminales a nivel de género.
Las formas de las semillas varían de esféricas, a ovoides has-
ta reniforme. Las semillas de Maibuenia, Enlychnia, Eriosyce y
Copiapoa se presentan aplanadas lateralmente. Las testas más
blandas correspondieron a las especies de los géneros Maibuenia
y Copiapoa, siendo la cubierta de Austrocylindropuntia la más du-
ra, al estar la testa recubierta por un arilo. Antros
Dominan testas de color negro brillante, siendo el color típi-
co de las especies estudiadas de Maihuenia, Eriosyce, Trichocereas
y Copiapoa. El significado escológico de este color podría estar
relacionado con el problema de temperatura o el de protección
del embrión contra exceso de radiación. Las semillas de las espe-
cies revisadas de Neochilenia y Eulychnia son de color café opaco,
mientras que las de Austrocylindropuntía de un color blanco sucio.
Podría pensarse estos colores como miméticos, ya que las se-
millas son difíciles de distinguir en las arenas de desierto, pero su
valor escológico real debe ser estudiado aún.
Como predatores de frutos pudimos observar larvas de insec-
tos (especialmente en Copiapoa y Trichocereus) y de semillas a las
hormigas. Es probable que las hormigas a veces contribuyan a la
diseminación de semillas (mirmecocoría). Otro factor de disper-
sión es la gravedad (barocoría), después de la deshiscencia del
fruto las semillas esferoidales ruedan fácilmente. Es probable que
los intensos vientos del desierto también puedan actuar como
agentes de diseminación, (anemocoría). En Chile Central hemos
encontrado de Trichocereus chilensis enteras en fecas de aves, lo
que revela la posibilidad de una endozoocoría. Para mayores infor-
maciones sobre diseminación ver Speta 1967. :
36 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
Llama la atención los colores semánticos de los frutos rojos
de algunas Neochilenias, pero no hemos podido comprobar la
importancia ecológica de estas coloraciones. Los tamaños máximos
encontrados corresponden a semillas de Awstrocylindropuntia mi-
queli; (4,2 x 3,8 mm) y las más pequeñas a N eochilenia aerocarpa
(1,3 x 0,9). El tipo de testa parece ser típico a cada género. En
Maibuenia es finamente punteada, Trichocereus y Eriosyce la pre-
sentan foveolada, Neochilenia rugosa a verrugosa y Copiapoa
retículo-impresa. En Exlychnia y en Austrocylindropuptia las tes-
tas no son visibles por estar cubiertas por otras estructuras.
La zona hilar es bastante variable, aún en muestras de una
misma especie. Ella está situada apicalmente en los géneros Tri-
chocereus y Enlychnia y a veces en Neochilenia, ápico-lateralmen-
te en Eriosyce, Copiapoa, y Neochilenia, mientras que en Maihue-
nia tiene una posición subapical.
No fue posible llegar a conclusiones sobre lejanía o cercanía
filogenética en los géneros estudiados usando grupos de caracterís-
ticas morfológicas comunes en las semillas con criterio. Parece
ser que la evolución de las características seminales está ya tan
avanzada, que las relaciones filogenéticas ya no son aparentes a
este nivel en las cactáceas chilenas.
- 4, RESUMEN
Para aportar nuevos elementos a la taxonomía de las cactá-
ceas chilenas se estudió y describió la morfología externa de las
semillas de 14 especies, de 7 géneros. Las considerables diferencias
intergenéricas se usaron en la confección de una clave para géne-
ros. Las diferencias interespecíficas eran en general demasiado
sutiles para poder ser utilizadas como criterios de clasificación. Se
dan informaciones complementarias sobre la ecología de las semi-
ZUSAMMENFASSUNG.— Um der chilenischen Kakteensystematik
neue Elemente -beizusteuern, wurde die Samenmorfologie von 14 verschie-
denen Arten, von 7 verschiedenen Gattungen untersucht und. beschrieben.:
Die grossen intergenerischen Unterschiede ermoeglichten die Herstellung
eines Gattungsschússels. Die interspézifischen Unterschiede waren im
Allgemein. gesing. Es werden ergaenzende Angaben iiber die Samenoeko-
logie gegeben. A AE A
Weisser, P. SEMILLAS DE CACTACEAS EX]
ABSTRACT.— To contribute new elements to the taxonomy of the
Chilean cacti the external morphology of the seeds of 14 species from 7
genera was studied and described. The large intergeneric differences allow-
ed the formulation of a key to the genera. The interspecific differences
were too insignificant, in general, to be used in differentiating species.
Additional information about the ecology of the seeds is given.
AGRADECIMIENTOS.— Deseo expresar mis más sinceros agrade-
cimientos a los señores Prof. Hugo Gunckel, Prof. Julio Saa, Sr. Hans
Lembcke, Prof. Rundel, Prof. Manuel Mahu, Prof. H. Etcheverry y Sr.
Dagoberto Escárate (trabajo fotográfico), por su efectiva colaboración en
este trabajo y al Instituto Pedagógico y a la Facultad de Ciencias, Ao
de la Universidad de Chile por el apoyo o
5 BIBLIOGRAFIA
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39
SEMILLAS DE CACTACEAS
Weisser, P.
40 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
NOTA: La barra en cada una de las figuras corresponde a 1 mm.
Fig. 1.—Zona del hilo (H) de Eulychnia spinibarbis rellena de tejido parenqui-
matoso. Se distingue también la semilla aplanada lateralmente. (25 X).
Fig. 2.—Zona del hilo de una semilla de Trichocerems chilensis. (25 X).
Fig. 3.— Semilla de Maibuenia pocppigii, parecida a las del género Pereskía. Este
tipo es el más primitivo entre las cactáceas chilenas. (10 X).
Fig. 4.— Semillas de Copiapoa cinerea con el hilo cubierto por el estrofíolo (E).
(20 X).
Fig. 5.— Esquema de una semilla de cactus: Te = tegumento externo; m = micró-
pila; H = hilo; P = perisperma; E = embrión; A = polo apical; B = lado
dorsal; C = polo basal; D =lado ventral. Adaptado según BUXBAUM
en KRAINZ, 1958.
Fig. 6.— Vista frontal de semilla de Erjosyce ceratistes, destacándose la micrópila:
(M), el hilo (H) y la testa negra, brillante y-foveolada. (20 X).
Fig. 7.— Vista frontal de una semilla de Neochilenia aerocarpa con un hilo circu-
lar lleno de tejido parenquimatoso y una testa verrugosa. (30 X).
Fig. 8.—Semillas de Awustrocylindropuntia miquelii con un arilo blanquizco que:
cubre la testa. (4 X).
Fig. 9.—Semillas de Trichocereus chilensis mostrando la testa negra brillante y
foveolada con la zona hilar (H) algo envaginada en algunos casos. (10 X).
Valparaiso, Chile 41
TUCMA, GENERO NUEVO DE IRIDACEAE
DE LA PRECORDILLERA DE LOS ANDES
DEL NORTE DE ARGENTINA
PIERFELICE RAVENNA
Universidad de Chile
SUMMARY.— In 1960, the writer collected bulbs of a species of
the Iridaceae, in the Andes of Tucumán, in North Argentina. The plants
were growing near the upper tree-line of the “aliso” woods (Almas
jorullensis). At the time when it was found, the species was thought to
be Herbertia euryandra Gris. Nevertheless, when the plants flowered under
cultivation, it was possible to verify that, although showing a similar
inflorescence as in Herbertia euryandra (=Ennealophus euryandrus), its
floral characters were at variance with that species.
Since the mentioned features do not fit in with any known entity,
a new genus and species are described under the binomial Tiucma simplex
gen. et sp. nov.
Este trabajo es resultado de exploraciones realizadas, en 1960,
en el área andina del norte argentino. En aquella oportunidad
necesité visitar las estancias de Santa Rosa y Las Pavas, situadas
en la precordillera del Aconquija, provincia de Tucumán. $. Ven-
turi había herborizado en esa región diversas especies interesantes
de Iridaceae.
Cerca del límite superior del bosque de aliso (Alnus jorullen-
sis), entre 2.800 a 3.000 m de altitud, hallé una especie en fruc-
tificación que en aquél momento creí fuera Herbertia euryandra
Grisebach (1874). Los bulbos fueron plantados con posterioridad
en la ciudad de Buenos Aires a objeto experimental. Al florecer
las plantas en noviembre del mismo año, se pudo comprobar que,
si bien presentaban una inflorescencia similar a la que posee Her-
bertia euryandra, no concordaban con esta especie en lo que. res-
pecta a caracteres florales. Estos, por otra parte, no permitían
incluir la entidad crítica en ningún género conocido.
En las líneas que siguen se exponen y discuten las caracte-
rísticas de un género muevo, a fin de dar ubicación a la especie
respectiva a describir.
42 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
TUCMA genus novus
Inflorescentia multiflora alabastris extra spatham productis.
Flores regulares. Ovarium obovato-clavatum triloculare ovulis
pluribus instructum. Perigonium saepissime rotaceum vel inter-
dum concaviusculum. Tepala plana glabra, exteriora obovata,
interiora aellyptica exterioribus leviter minora. Columna staminum
oblongo-conica antheris longior. Antherae subtriangulari-sagittatae
e connectivo latiusculo. Styli rami anguste conduplicati ad apicem
bifidi lobis fere subulati ad apicem stigmatosis. Pedicelli fructiferi
arcte recurvati. Capsula late obovata ad maturitatem breviter tri-
valvata. Semina angulata ochracea.
Herba gracilis bulbosa. Bulbus tunicatus. Folía latiuscule pli-
cata flacida .Caulis floriferus teres.
Typus generis: Tucma simplex Ravenna.
Una sola especie nativa de los Andes de Tucumán, Argen-
tina; al parecer se encontraría también en la provincia de Jujuy.
El género recibe su denominación en recuerdo del cacique Tucma,
cuyo nombre habría dado origen al de la provincia de Tucumán
o “Tierra de Tucma”.
RELACIONES GENERICAS
Tucma presenta marcada similitud con Ennealophus, género
aún mal conocido. Esta afinidad resulta tanto más significativa
si comparamos sus caracteres con Exnealophus euryandrus (0),
especie que habita los faldeos de la precordillera de Tucumán,
Salta, Jujuy y los llanos cercanos de vegetación chaqueña. Existe
analogía en el hábito de crecimiento, inflorescencia e incluso, a
grandes rasgos, en los órganos florales.
En Tucma el bulbo es oblongo ovoide, relativamente peque-
ño comparado con el porte de la planta; muy parecido al de
Ennealophus euryandrus. Las hojas, aunque más angostas, son
también muy similares.
(1) Ennealophus euryandrus (Gris.) comb. nov.
Herbertia euryandra Grisebach, Goett. Abhandl. 19: 222. 1874. Alophia eu-
ryandra (Gris.) Lillo, Bol. Of. Quím. 1 (3): 105. 1888. Sphenostigma euryan-
dra (Gris.) Baker, Handb. Irid.: 106. 1892.
Un estudio de las especes del géncro Enncalophws se cncuentra en prepara-
ción.
Ravenna, P. TUCMA, g. n. 43
La inflorescencia de Twcma es lo que lama más la atención.
La espata bivalva es marcescente y los botones, sustentados por
largos pedicelos, se desarrollan fuera de ella. El mismo fenómeno
se observa en Ennealophus euryandrus, aunque no en otras espe-
cies del género. Varias especies de los géneros Libertia y Aristea
poseen inflorescencias similares; sin embargo, Tucma y Ennealo-
phus euryandrus son, hasta el presente, los únicos casos entre las
Iridaceae de bulbo tunicado y hojas plegadas.
En Tucma el perigonio es muy simple y casi siempre rotáceo.
Los tépalos, similares entre sí, no poseen ningún tipo de necta-
rios. En Ennealophus, los tépalos internos son de estructura más
compleja y diferentes de los externos; se observa nectarios en la
base de la lámina y a veces también en la parte superior de los
unguículos.
El androceo de Tucma es análogo en todas sus partes al que
existe en Ennealophus.
En Tucma las ramas del estilo son bífidas y sin trazas de
crestas; su morfología se habría derivado de un tipo más com-
plejo, con crestas, como las de Ennealophus. El área estigmática
de ambos géneros se encuentra en el ápice de las divisiones, las
cuales en Ennealophus toman aspecto de apéndices laterales.
La infructescencia es similar en ambos géneros, pero en
Tucma los pedicelos fructíferos son marcadamente recurvados,
mientras que en Ennealophus euryandrus se disponen de manera
radiada. La cápsula se abre, en ambos casos, en tres valvas cortas.
Esto último supondría una dificultad para la caída de las semillas,
si no fuera por la ventaja evolutiva que significa la existencia de
pedicelos largos y dispuestos como queda dicho. En otras especies
de montaña, es corriente que una parte de las semillas permanez-
ca en las cápsulas por ser éstas erguidas y a causa de que la
parte aérea perdura después de seca sin ser destruida hasta la
temporada de lluvias siguiente. En el interín las semillas pueden
ser atacadas por parásitos o comidas por los pájaros. En cambio,
las que caen al suelo se mimetizan con él.
Conclusiones — Del estudio comparativo de la morfología
externa de los géneros Tucma y Ennealophus, surge el concepto
de que el primero se habría originado por un proceso de simpli-
ficación a partir de Ennealophus euryandrus. Esta tesis se ve re-
forzada por el hecho de ser el área de dispersión de esta última
44 ANALES DEL MUSEO'DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
especie casi coincidente con la del género Tucma, salvando las
diferencias de altitud y ambiente ecológico.
Tucma se ubica en la tribu Tigridieae Pax (1889, pp. 144, 147,
149), que incluiría, en mi opinión, todos los géneros de América
de bulbo tunicado y otros que a veces poseen rizoma (v. gr.
Trimezia). Quedarían excluidos de esta tribu Iris, Libertia, Or-
throsanthus, Sisyrinchium y los géneros afines a este último.
TUCMA SIMPLEX sp. nov.
Planta gracilis circ. 15-38 cm alta. Bulbus oblongo-ovatus ad
15-20 mm longus circ. 7-10 mm. latus tunicis exterioribus paucis
ochraceis. Folia basalia ad anthesin saepe dua ensiformía vel
lineari-ensiformia flaccida laxe patentia ad 15-30 cm longa circ.
10-12 mm lata sursum attenuata. Caulis floriferus folio unico ba-
salibus simili instructus. Spathae saepe duae longe pedunculatae
marcescentes valvis inaequalibus anguste lanceolatis ad anthesin
apertis vel patentibus. Alabastra longe pedicellata extra spatham
producta. Pedicelli floriferi circ. 22-30 mm. longi. Flores cernui.
Ovarium oboratum subtriquetrum glabrum viride ad 2,8-3,9 mm
longum circ. 1,8-2 mm latum. Perigonium rotaceum vel interdum
leviter concaviusculum azureo-lilaceum circ. 20-30 mm latum. Te-
pala subconformia, exteriora late aellyptica ad 9-15 mm longa
circ. 6,5-10 mm lata minute obtuseque apiculata, interiora anguste
aellyptica ad 8,4-14 mm longa circ. 4,3-7,2 mm lata ad basin ma-
cula luteo-aurantiaca et striolis densis fusco-violaceis notata. Co-
lumna staminum oblongo-conica albiuscula inferne fusco-purpu-
reo-striata et suffusa usque 3 mm longa ad apicem circ. 0,5 mm
lata. Antherae triangulari-sagittatae circ. 2 mm longae; connecti-
vum latiusculum. Stylus tenuiter filiformis columnam superans
circ. 3,6-4 mm longus. Styli rami conduplicati albi ad 2,1 mm
longi usque 0,7-0,8 mm bifidi; lobi subulati ad apicem stigmatosi.
Pedicelli fructiferi arcte recurvati ad 20-28 mm longi. Capsula
obovata ad 7,3-9,6 mm longa circ. 6-7,6 mm lata cycatricis latis,
Semina parva angulata ochracea.
Planta grácil, de 15-38 cm de alto. Bulbo oblongo-ovoide, de
de 15-20 mm de largo y 7-10 mm de ancho, con pocas túnicas ex-
ternas de color pardo. Hojas basales con frecuencia dos al momento
de la floración, linear-ensiformes, fláccidas, laxamente extendidas,
de 15:30 cm de largo y 10-12 mm de ancho, gradualmente angos-
Ravenna, P. ¿ TUCMA, g. n. 45
tadas hacia el ápice. Tallo florífero con una hoja parecida a las
basales. Espatas hasta dos, largamente pedunculadas, marcescen-
tes; valvas desiguales angostamente lanceoladas, abiertas o exten-
didas durante la floración. Botones largamente pedicelados. des-
arrollándose fuera de la espata. Pedicelos floríferos de 22-30 mm
de largo. Flores cernuas. Ovario obovoide, algo tríquetro, glabro,
verde, de 2,8-3,9 mm de largo y 1,8-2 mm de ancho. Perigonio ro-
táceo o a veces algo cóncavo, azul-liláceo, de 20-30 mm de diáme-
tro. Tépalos casi iguales; los exteriores anchamente elípticos, de
9-15 mm de largo y 6,5-10 mm de ancho, con un apículo pequeño
y obtuso; los interiores angostamente elípticos, de 8,4-14 mm de
largo y 4,3-7,2 mm de ancho, con una mancha amarillo naranja y
pequeñas estrías de color violáceo oscuro en la base. Columna
estaminal oblongo-cónica, blancuzca, inferiormente con estrías y
manchas vinosas, de 3 mm de largo y 0,5 mm de ancho en el
ápice. Anteras sagitado-triangulares, de 2 mm de largo; conectivo
relativamente ancho. Estilo filiforme, tenue, de 3,6-4 mm de largo.
Ramas del estilo conduplicadas, blancas, de 2,1 mm de largo,
bífidas cerca de 0,7-0,8. mm; divisiones subuladas con estigma api-
cal. Pedicelos fructíferos marcadamente recurvados, de 20-28 mm
de largo. Cápsula anchamente obovoide, de 7,3-9,6 mm de largo
y 6-7,6 mm de ancho, de cicatriz amplia. Semillas pequeñas, angu-
losas, pardas. | | bl
DISTRIBUCION GEOGRAFICA Y HABITAT
Especie nativa dela precordillera andina del Aconquija, pro-
vincia de Tucumán, Argentina, donde es rara en extremo. Suele
crecer en barrancas herbosas o al pie de los árboles de aliso
(Alnus jorullensis), entre 2.000 y 3.000 m. de altitud. Según un
material algo dudoso citado aquí, la especie habitaría también en
la provincia de Jujuy; el ejemplar fue coleccionado a 2.000 m en
la quebrada León, situada al este de la quebrada de Humahuaca,
cerca del nevado de Chañi. A VR
MATERIAL ESTUDIADO: Culta in Bonaria ex bulbis in praedio
Santa Rosa circ. 2800 m in ditione Chicligasta prov. Tucumán Argentinae
collectis; leg. Ravenna 75, XI-1960 (typus in Herbario Ravennae, pho-
totypi institutionibus patet). Argentina, prov. de Tucumán, Depto. de
Chicligasta, Estancia Santa Rosa, 3.000 m. s. m. leg. S. Venturi 4790,
2-1-1927 (LIL). Idem, Estancia Las Pavas, 3.000 m; leg. S. Venturi
46 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
4690, 11-1926 (LIL, SI). Idem, Depto. De Tafí, La Ciénaga, 2:600 m,
en barrancas; leg. M. Lillo 8801 (LIL). Idem, Depto. de Tafí, leg. M.
Lillo s/n, 1-1906 (LIL 51184). Prov. de Jujuy, en a de la parte
alta de la Quebrada León (valle lateral de la Quebrada de Humahuaca),
falda norte del Chañi, 2.000 m; leg. Vogel 585 a, 14-11-1970 (Herb.
Vogel, Berlín).
Tucma simplex forma colonias siempre muy reducidas y de
dispersión discontinua. Esto parece estar en contradicción con la
alta proporción de frutos que las plantas producen aún en cultivo;
lo cual se debe a que las flores se autopolinizan con relativa faci-
lidad. El período de floración se produce entre los meses de No-
viembre y Febrero, conforme a los factores climáticos. Con la
caída de las semillas se inicia un período de reposo absoluto hasta
la primavera siguiente. Pri
RECONOCIMIENTOS
Deseo expresar mi agradecimiento a las siguientes institu-
ciones o personas: Sr. Salvador Magno, de Buenos Aires, Argen-
tina, quien colaboró en el cultivo y realizó la ilustración de la
especie; Dr. Stefan Vogel, Berlín, Alemania, quien me facilitó el
ejemplar de Jujuy citado; Depto. de Botánica del Instituto Miguel
Lillo, Tucumán, Argentina, a el envío de material de Iridaceae
y otras familias; Instituto Darwinion, San Isidro, Arg., por las
facilidades concedidas en el uso del herbario y biblioteca.
BIBLIOGRAFIA CITADA
GRISEBACH, C., 1874, Plantae Lorentzianae; Goes. Abbandl. 19, 225 págs.
PAX, F., 1889, Iridaceae; Engl. £ Prantl Naturl. Pflazenfam., ed. Í, 2: 137-158,
Berlín.
Fig. 1, Tucma simplex Rav.: A, aspecto general de la planta (x 0,5); B, bulbo (x 1); Cy inflores-
¡ a vi ente
cencia (x 2); D, vista superior de una flor (x 2); E, androceo con una antera vista de fr te y
er
Valparaiso, Chile
REVISION CARIOSISTEMATICA DE LAS ESPECIES
DEL GENERO PLEURODEMA EN CHILE
(Anura: Leptodaotylidae)
ALBERTO VELOSO M., NELSON DIAZ P., RICARDO GALLEGUILLOS G.
Departamento de Biología, Facultad de Matemáticas y Ciencias Naturales,
Universidad de Chile, Valparaíso, Chile
SUMARIO.—El estudio comparativo de los cariotipos de las tres
especies del género Pleurodema, revela una notable uniformidad. Se de-
terminaron 11 parejas de cromosomas (2 n = 22); De tipo metacéntrico
y submetacéntrico (NF elevado), lo que permite caracterizar un Cariotipo
terminal. El análisis estadístico de las mediciones realizadas, no entregó
diferencias significativas. Se presenta la evidencia cariológica, como un
elemento útil en la discusión taxofilética del género. La evidencia cromo-
sómica complementa el análisis de los caracteres morfológicos externos,
sobre los cuales, la determinación sistemática no reviste dificultades.
INTRODUCCION
La subfamilia Leptodactylinae se encuentra representada en
Chile por tres especies alopátricas del género Pleurodema que se
suceden latitudinal y altitudinalmente en el territorio continental,
Pleurodema marmorata (Cei, 1957), es una especie de dis-
tribución geográfica altoandina, íntimamente relacionada con for-
mas distribuidas en la altiplanicie peruano-boliviana (Vellard,
1960). P. thaul, la especie de más amplia distribución geográfica,
evidencia una gran versatilidad ecológica, la que le permite colo-
nizar gran variedad de ambientes, su área de distribución se ex-
tiende desde la cuenca hidrográfica del río Copiapó, por el norte,
a la pluvisilvae del sur de Chile, comprendiendo además las Islas
y Archipiélagos de la región Austral (Cei, 1958). En opinión de
Lynch (1971), probablemente constituye una super especie com-
uesta.
, P. bufonina, la más austral de estas especies, se relaciona con
las biocenosis altoandinas y el ambiente patagónico (Donoso,
1969) . Desde el punto de vista del análisis de sus caracteres mor-
fológicos externos, destaca el tamaño que alcanza la glándula
lumbar, la que constituye un carácter importante en la diagnosis.
50 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
Esta glándula lumbar ,está ausente en P. marmorata, y evidencia
en P. thaul, una tendencia clinal de aumento de tamaño hacia el
sur, en las poblaciones analizadas por Cei (op. cit).
Barrio y col. (1970), estudian el cariotipo de seis especies del
género; incluye en su revisión P. bufonina de las provincias de
Santa Cruz y de Río Negro, en la República Argentina, y P. thaul,
ejemplares del extremo sur de la distribución continental de esta
especie. El número diploide encontrado por este autor es 2n = 22,
destacando la notable uniformidad del cariotipo, constituido prin-
cipalmente por cromosomas del tipo metacéntrico y submetacén-
trico.
Los objetivos de este trabajo, son completar el estudio cito-
genético del género, dando a conocer el cariotipo de P. marmorata,
y establecer mediante el estudio comparativo de los complementos
cromosómicos, las bases sistemáticas de Pleurodema en Chile.
MATERIALES Y METODOS
Los estudios cromosómicos se realizaron en placas metafási-
cas (metafase por acción de colchicina) obtenidas por aplastado
del epitelio de la córnea, previo tratamiento del tejido con una
solución hipotónica.
El tejido se fijó en ácido acético y se tiñó con orceína acética.
Se determinó el índice centromérico, estableciéndose el tipo
cromosómico, de acuerdo a la terminología propuesta por Leván
y col. (1964). Las mediciones fueron hechas directamente sobre
una pantalla, con un curvímetro, en una proyección de los nega-
tivos originales, obtenidos de las preparaciones en microscopio
Leitz orthoplán, con dispositivo de microfotografía automático.
Se establecieron los idiogramas con propósitos comparativos,
y las parejas cromosómicas se expresan como porcentajes del total
del complemento.
Las determinaciones morfométricas, se realizaron en ejem-
plares vivos, adultos de ambos sexos, mediante un vernier. Se
establecieron las relaciones entre la talla y el tamaño de la glán-
dula lumbar en poblaciones de P. thaul y P. bufonina, determinán-
dose la talla en P. marmorata. Los ejemplares utilizados en este
estudio son los siguientes: Plegrodema marmorata, de la localidad
de Putre, provincia de Tarapacá 7 machos (Buch-V-102-1 a
102-7); 2 hembras (Buch-V-102-8 a 102-9); Pleurodema thaul de
Veloso, A., et. al. GENERO PLEURODEMA 51
Valparaíso 6 machos (Buch-V-101-1 a 100-6); 3 hembras (Buch-
V-100-7, 8, 9); P. thaul de Llanquihue 5 machos (Buch-V-104-3,
104-7 a 104-10); 4 hembras (Buch-V-104-4 a 104-8); Pleurodema
bufonina de la Laguna del Maule en la Prov. de Talca 6 machos
(Buch-V-106-1 a 106-6). y 3 hembras (Buch-V-106-7 a 106-9).
RESULTADOS
El resumen de las mediciones cromosómicas se presenta en
la tabla 1. |
En la Fig. N* 1, está el cariotipo de las tres especies del
género Pleurodema y en la Fig. N? 2, se presentan los idiogramas
con propósitos comparativos. É
Pleurodema marmorata (Fig. 1). Número diploide 2n = 22,
parejas N* 1, 5, 9 y 10 metacéntricos, números 2, 3, 6, 7, 8 y 11
submetacéntricos, la pareja N* 8 se diferencia del resto, por pre-
sentar una constricción secundaria en el brazo corto de ambos
bra A amp o!
yamcda chbabar 2
13 a» O] » o
rad Rio As AA a ra
52. ANALES DEL MUSEO-DE HISTORIA NATURAL . .N? 6, 1973.
homólogos, al igual que en las otras especies consideradas, no se
observan diferencias entre los cariotipos de machos y hembras.
.Pleurodema thaul (Fig. 1). Este cariotipo no presenta dife-
rencias en cuanto a número, forma y tamaño relativos con los
complementos cromosómicos de las otras especies consideradas.
Estructuralmente en la pareja N* 9 de cromosomas, en una mues-
tra poblacional de la provincia de Llanquihue, fue posible deter-
minar la presencia de una zona SAT en el brazo largo de ambos
homólogos. ii E
Pleurodema bufonina (Fig. 1). Su cariotipo, al igual que las
otras especies consideradas, es de forma claramente simétrica con
cromosomas m y sm, sólo la pareja N? 4 es st, no presenta modi-
ficaciones estructurales y estadísticamente las mediciones cromo-
sómicas, no señalan diferencias significativas, en cuanto a posición
del centrómero (i) (Tabla 1) y longitud relativa con las parejas
cromosómicas de las otras especies consideradas.
El análisis de las características morfológicas externas, indica
una tendencia clinal de la talla, en sentido Norte-sur en las tres
especies consideradas en conjunto; se señala además, que la deter-
minación del índice talla/glándula, constituye un buen elemento
en la diagnosis tanto de P. thaxl como P. bufonina, (= <0.001).
Cualitativamente P. marmorata se distingue de las otras especies,
por carecer de glándula lumbar.
DISCUSION
Desde el punto de vista sistemático, los complementos cromo-
sómicos de las tres especies alopátricas de Pleurodema, no consti-
tuyen evidencias que faciliten la diferenciación de especies. El
género Pleurodema, de acuerdo con los antecedentes que se dis-
pone, revela una notable uniformidad en cuanto a número, forma
y estructura de los cromosomas; esta situación se hace extensiva
a la subfamilia Leptodactylinae, en la que el número diploide
2n = 22 es el mejor representado; hacen excepción 2 especies del
género Leptodactylus, con 2n = 26 y dos especies de Pseudopa-
ludícola, en las que se han determinado los números diploides
de 2n = 20 (Lynch, 1971). Finalmente, Barrio (op. cit), ha deter-
minado que Pleurodema darwini y P. kriegi, son tetraploides.
El reducido número cromosómico en la mayor parte de las
especies del género, los tipos cromosómicos, principalmente m y
Fig. 2.- Idiogramas
Veloso, A., et. al. GENERO PLEURODEMA pl
sm, la ausencia de cromosomas t, señalan diferenciación precoz
en Leptodactylidae de formas con elevada número cromosómico
como coresponde a los Telmatobiinae de Lynch y Leptodactylinae,
incluyendo a Pleurodema con 2n = 22 como número básico,
Por otra parte, un cariotipo como el de Pleuradema 2n = 22
con NF de 44, implica una severa restricción a la generación de
mecanismos aceptados como indicadores en los anuros de evolu-
ción de los complementos cromosómicos. La existencia de formas
poliploides señala una alternativa de evolución cromosómica en
cariotipos del tipo terminal cama hemos denominado log de estas
especies con reducido número cromosómico y NF elevado y ausen-
cia de cromosomas telocéntricos (t). ) :
Las condiciones de aislamiento geográfico de las tres especies
de Pleurodema en territorio chileno, se han traducido por su parte,
en la adquisición de caracteres morfológicos externos sobre los
cuales la determinación sistemática no reviste dificultades; la
ausencia de glándula lumbar, diferencia claramente a P. marmo-
rata del altiplano de las otras especies consideradas. Este carácter
presenta una tendencia clinal en sentido latitudinal en las pobla-
ciones de P. thau! y un notable desarrollo que se hace objetivo en
el tratamiento estadístico de los índices long. del cuerpo/gland.
lumbar, y que arroja diferencias altamente significativas
(P<0,001) con P. bufonina. De las tres especies estudiadas, co-
rresponden a P. marmorata, los ejemplares de talla más reducida,
corespondiendo a P. bufonina, los de talla mayor (P<0,05). Se
ubica entre ambos P. thaul, que evidencia también en cuanto a esta
medición, una tendencia clinal en sentido Norte—> Sur.
Iidansons
P. marmorata
== P.thaul
ma P. bufonina
54 ANALES DEL -MUSEO- DE HISTORIA NATURAL :N” 6,:1973
El significado adaptativo de la variación geográfica en estos.
caracteres se desconoce; sin embargo,. podría resultar .de interés
conocer su correlación con las determinantes físicas de sus respec-
tivos habitat y su posible is DU en 103 e Epa
tivos ¡Nas estas E
“a
''AGRADECIMIENTOS.-— Damos nuestros «sinceros agradecimientos
al Prof. Jaime Solervicens A, por su participación. en la .recolección ' de
ejemplares de P. bufonina, Al Prof. R. Pardo por,su ayuda en el Proce-
samiento de los datos y a los Sres. R. Crawford y R. Vargas de las sec-
ciones de Fotografía y Dibujo de nuestra Facultad por la Culabo napa
proiaar e en el presente trabajo. ES
BIBLIOGRAFIA aa
q? E , 4 yl . :
1, CEI, J:. M.,.1957: “Sobre. la presenci - all Pleurodema marmorata ul y
+ Bibron) en territorio chileno”. Iny. Zool. Chilenas. 1V:, 32.
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Mus. Hist. Nat. Javier: Prado, 108; LO .
3. CH, JM, 1958: “Polimorfismo y distribución gcojiráfica e en poblaciones chi-
iS lenas dé Pleuródema. bibroni Tschudi”. Inv. Zool: a TV?
300, 327. j
4, “LYNCH, 3 D., 1971: A Rrofi iy elonibics! ls A o o
of leptodactyloid Frogs”. Misc. E Univ. ¡Kansas Mus. Nat. Hist.
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5. DONOSO, -R.,. 1969:, “Nota (bacan EEN Pleutedena bpfoniaa Bell”,
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sys. XXX: 309, 319. l , mn. , gn
sh IS Miró A., 1968: Eypotlesis on: the Phylogeny of the Salijts,
. -basel on Karpological data”. Experieritia 24: 964, 966. q P
TABLA 1. RESUMEN DE LAS MEDI CIONES CROMOSOMATICAS
P, MARMORATA (Putre)
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES.
i 1.21%.02 1.514,15 2.25%*.07 3,354.16 1.28*.04 1.13*.02 2.04*.08 1.32*.08 1.61*.005 1.28*.03 1.67*.07
% 16.1 13.2 11.4 10.7 10.6 9.0 8.2 7.2 5.0 47 4.0
Tipo m sm sm st m sm sm sm m m sm
P. THAUL (Valparaíso)
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES.
i 1.19*.02 1.77%.03 2.42*.01 3.86*. 17 1.42%*.03 1.15%*.03 2.30*0.5 1.88*.07 1.43*.06 1.28*.04 1.63*.09
% 17.1 13.6 11.9 10.6 10.5 9.3 8.3 4.8 4.9 4.8 4.3
Tipo m sm sm st m sm sm sm m m sm
P. THAUL (L'anquihue)
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. M*ES.
i 1.18%*.01 1.67*.02 2.41*.04 404%*.05 1.41*.03 1.14*.01 2.36%*.05 1.99*.07 1.81*.04 1.28*.03 1.60%*.04
% 16.6 13.6 11.9 10.7 11.0 9.4 7.3 5.5 4.9 49 4.2
Tipo m sm sm st m sm sm sm m m sm
P. BUFONINA (Maule)
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
M*ES. M*ES. M*ES. — M*ES. M*ES. M*ES. M*ES. — M*ES. M*ES. M*ES. M*ES,
i 1.20%*.03 1.72*.14 2.42%*.07 4.11*.16 1.33%.05 1.18*.03 2.35*.07 1.88*.1 1.4204 1.29*.04 1.75%.05
% 16.1 13.3 11.6 10.6 11.1 Ada) 8.1 5.3 3.1 4.9 4.6
Tipo m sm sm st m sm sm sm m m sm
* — más menos.
Valparaíso, Chile He. 57
EL CARIOTIPO DE RHINODERMA DARWINI
(Dumeril y Bibron) (Anura - Leptodactylidae)
ALBERTO VELOSO M., NELSON DIAZ P., RICARDO GALLEGUILLOS G.
Departamento de Biología, Facultad de Matemáticas y Ciencias Naturales,
Universidad de Chile, Valparaíso, Chile.
INTRODUCCION
Rhinoderma darwin; es una especie muy particular de entre
los anuros chilenos. Procelo, firmisterno, de talla pequeña, está
caracterizado externamente por un apéndice nasal cutáneo y patro-
nes de coloración que aunque variables son muy característicos.
Presenta además, como particularidad de su actividad reproduc-
tora, el fenómeno de Neomelia parental. Respecto de su habitat,
Rhinoderma es una forma altamente especalizada, restringida a
los ambientes de pluvisilvae, extendiéndose su distribución geo-
gráfica desde el Río Maule hasta Chiloé (Cei 1962).
Desde el punto de vista cromosómico, la especie ha sido
estudiada por A. Barrio y colaboradores (1971), en ejemplares
provenientes de la provincia Argentina de Neuquén, y de la pro-
vincia chilena de Valdivia. Dicho autor establece un número
cromosómico 2n = 26 para la especie ,sin señalar modificaciones
estructurales en el cariotipo.
El propósito de nuestro trabajo fue determinar el cariotipo de
R. darwini para ser considerado como un antecedente morfológico
más en la determinación de la posición taxofilética de esta espe-
cie.
MATERIALES Y METODOS
Se utilizaron ejemplares adultos, machos y hembras de Rhiro-
derma darwini, provenientes del Parque Nacional Vicente Pérez
Rosales en la Provincia de Llanquihue-Chile.
El estudio de los cromosomas se realizó siguiendo la metodo-
logía señalada por Bogart (1969), que permitió la observación de
45 placas metafásicas-C, de las cuales se seleccionaron 10 para
58 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
efectuar las mediciones correspondientes; estas corresponden a 4
individuos hembras y un macho de esta especie.
En la denominación de los cromosomas se siguió la termino-
logía propuesta por Levan y colaboradores (1964).
RESULTADOS
Los resultados obtenidos se encuentran en la Tabla y figuras
que acompañan al texto.
La ordenación del cariotipo deriva de las mediciones de lon-
gitudes totales de los cromosomas, cuyas expresiones porcentuales
se incluyen en la tabla, siendo los 12 últimos pares, expresiones
porcentuales respecto a la longitud total del primer par, el cual
equivale al 100%. La ordenación permite dividir los cromosomas
en 5 pares grandes y 8 pares pequeños.
Se reconoce, desde luego, el número diploide 2n = 26 para
la población en estudio, y de la tabla se desprende los tipos cro-
mosómicos correspondientes: los pares 1, 2, 6, 7, 8, 9, 10 y 11 son
cromosomas metacéntricos; los pares 4 y 5 son submetacéntricos;
el par 3 es subtelocéntrico, y los pares 12 y 13 son telocéntricos.
En el Idiograma que acompaña al texto, se establecen cons-
Veloso, A., et. al. RHINODERMA DARWINI 59
tricciones secundarias en los brazos cortos de ambos cromosomas
de las parejas 7 y 11, cuya existencia puede también ser constata-
da en la figura 1, que corresponde a una placa metafásica-C de
Rhinoderma darwini hembra (no se constató diferencias en los
cariotipos de machos y hembras).
DISCUSION
Para los efectos de la discusión de los resultados obtenidos es
necesario considerar algunas características de Rhinoderma; entre
éstas son importantes algunos caracteres morfológicos como los
mencionados de columna vertebral procélica y cintura escapular
firmisterna. Agregaremos a éstas, las del cráneo parcialmente osi-
ficado puesto que la osificación no alcanza a la parte anterior, la
ausencia de una placa ótica sobre el escamoso, y la ausencia de un
órgano de Bidder.
Característica conductual importante es la ya señalada Neo-
melia parental.
A estas características agregamos el nuevo antecedente mor-
fológico del complemento cromosómico, para efectuar una revi-
sión de los criterios esgrimidos para ubicar taxofileticamente a
esta especie.
Las clasificaciones propuestas por Noble 1931, Laurent 1942,
Griffiths 1959, Lynch 1971, consideran los caracteres morfológi-
cos o de reproducción propios de la especie, para determinar su
ubicación taxonómica. Sólo Barrio 1971, considera como deter-
minante la característica del cariotipo. Noble 1931, propone la
Subfamilia Rhinodermatinae dentro de la Familia Brachicephali-
dae, e incluyendo el Género Rhinoderma junto a otros géneros de
anuros parcial o totalmente firmisternos. ea PARÓN
Laurent 1942, crea la Familia Dendrobatidae e incluye en ella
la Subfamilia Rhinódermatinae:' e dd E
Griffiths 1959, incluye a la Subfamilia Rhinodermatinae en
la Familia Leptodactylidae, y coloca a Rhinoderma junto a Geo-
batrachus.
Lynch 1971, considerando todos los antecedentes expuestos
como característicos de Rhinoderma ,excepto el complemento cro-
mosómico, decide que ésta es una especie más cercana a los Bu-
fonidos que a los Leptodactylidos, a pesar de las diferencias que
se evidencian a nivel esquelético y del órgano de Bidder. En todo
60 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1975
caso, atendiendo a las particularidades de Rhinoderma, crea para
estos anuros la Familia Rhinodermatidae.
Por su parte, Barrio 1971, concediendo importancia funda-
mentál al cariotipo discrepa de la opinión de Lynch y plantea la
inclusión de Rhinoderma en la Familia Leptodactylidae, donde
tendría afinidad cariotípica con los Telmatobinos.
Por nuestra parte, considerando todos los antecedentes reco-
pilados, incluidos nuestros resultados del estudio del cariotipo,
pensamos que todos los caracteres morfológicos esqueléticos, así
como la ausencia de órgano de Bidder, la particularidad neomé-
lica, y el cariotipo diploide 2n = 26, descartan la inclusión de
Rhinoderma en el complejo Bufonoide (2n = 22). Por otra parte,
si bien es cierto que el número diploide 2n = 26, acerca a Rhino-
derma a algunos Leptodactylidos, no es precisamente a los Telma-
tobiinae, de los que justamente se diferencian por su cintura firmis-
terna, y su cariotipo de forma claramente asimétrica según se ha
señalado, con presencia de cromosomas telocéntricos.
Creemos, en consecuencia, útil revalidar la opinión de Grif-
fiths 1959, sólo que, habiéndose demostrado la desubicación de
Geobatrachus, Rhinoderma darwini sería el representante mono-
típico de la Subfamilia Rhinodermatinae de anuros Leptodacti-
lidos.
TABLA Y FIG. 2
RESUMEN DE MEDICIONES Y TIPOS CROMOSÓMICOS, IDIO.
GRAMA DE Rhinoderma darwini
Rhinoderma
darwini
P.N.V.P.R” tipo
(5 ejemp.)
l4g 14) pe
100 73.8 61.0 60.6 57.2 31.4 278 254 236 21.8 208 18.8 15.0
” Parque Nacional Vicente Pérez Rosales
Rhinoderma darwinl
Veloso, A., et. al. RHINODERMA DARWINI 61
BIBLIOGRAFIA
1.—CEl J. M. 1962: Batracios de Chile, Edit. Univ. de Chile, 128 págs.
2.—BARRIO, A. y RINALDI DE CHIERI, P. 1971: Contribución al esclareci-
miento de la posición taxofilética de algunos batracios patagónicos de
la Familia Leptodactylidae mediante análisis cariotípico. Physis XXX:
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7.—BOGART, J. P., 1970: Systematic problems in the ampbibian family lepto-
dactylidae (Anura) as indicated by Karyotypic anualysis. Cytogene-
tics 9: 369 - 383.
.
PEDAL
e
2. E, E
Valparaiso, Chile 63
CARIOTIPO DE TRISTAGMA
NIVALE Poepp.
CONSUELO DEL POZO S. . ]
Departamento de Biología de la Universidad Católica de Valpáraíso
En la familia Amaryllidáceas los carácteres distintivos entre
géneros y especies suelen ser insuficientes y poco claros; asimismo
las descripciones morfológicas adolecen de estos mismos defectos.
Como un aporte al estudio taxonómico en: este grupo, realizamos
una investigación cariológica en Tristagma nivale Poepp.
El material utilizado para el presente¡trabajo proviene de las
Termas de Chillán, Prov. de Ñuble, coleccionado, a 2.000 m. en
Dic. de 1972. l
Las puntas de las raíces de los bulbos de varios ejemplares,
se trataron:con una solución de Colchicina 0,05% en agua desti-
lada, durante cinco horas aproximadamente. Luego se fijaron: én
Carnoy (Alcohol-Acético 3:1) durante veinticuatro 'horas.: Se
lavaron con agua destilada y se sometieron a una hidrólisis con
HCI 1 N. a 60? C, durante diez minutos. Una vez realizada la
hidrólisis se enfriaron bruscamente y se tiñeron con Orceina acé-
ticá 1%. Las raíces así teñidas se sometieron a la técnica corfiente
qa da TEE AE NO a
De las preparaciones confeccionadas se seleccionaron aque-
llas que presentaron buenas placas metafásicas, Estas placas se
fotografiaron con un microscopio Zeiss con ocular 8 x y objetivo
40. De los negativos se obtuvieron ampliaciones de 18x24 cm.,
para confeccionar el cariotipo.
Se analizaron las placas de cromosomas metafásicos llamando
inmediatamente la atención el gran tamaño de los cromosomas.
Tristagma nivale Poepp. reveló poseer un juego cromosómico de
2n= 8: cuatro parejas claramente identificables, siendo las pare-
jas 1, 2 y 3 cromosomas metacéntricos y la pareja 4 telocéntricos.
La pareja 1 se destacó del resto por su considerable longitud,
mientras que las parejas 2 y 3 no presentaron una diferencia
apreciable a simple vista, en cuanto a su longitud. Al realizar las
medidas para obtener las longitudes promedio fue posible dife-
64 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL - N?* 6, 1973
renciarlas claramente, como se puede apreciar en el cuadro adjun-
to. La pareja 4 de tamaño mediano. con respecto a las parejas
anteriores presentó el centromero terminal.
Los ejemplares de Tristagma nivale Poepp. utilizados en este
trabajo, se encuentran depositados en el herbario de la Universi-
dad Católica «de Valparaíso.
Cuadro resumen:
Parejas - . | - Longitudes promedios en mm.”
ee 41,5
2 33,5 :
3 2le
4 18,5 :
Con.el presente trabajo esperamos iniciar investigaciones en
el género Tristagma, que se espera aporten un mayor número de
datos citotaxonómicos a la sistemática de las Amaryllidáceas.-.
AGRADECIMIENTOS. — Qhisoka presar. mis agradecimientos al
profesor señor Otto Zoellner, sin cuya ayuda no hubiera sido posible este
trabajo, y. a la señorita Rosa Guerra, del Laboratorio de Biología Celular
del Departamento de Biología de la U. Catóólica de o por s su
O colaboración en' la da técnica.
Ae
Del Pozo, C. TRISTAGMA NIVALE 65
BA
In 1
Fig.1: Cariotipo de Tristagma nivale
4
Q
8
=
E
Q
3 bb
==
a a 4 O
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5 ;
¡ES
RETTenars
Fig.2: Cariograma de Tristagma nivale
PAU AT As:
de y
i
Valparaiso, Chile 67
SOBRE ALGUNOS OLIGOQUETOS
DEL NORTE CHICO *
(Oligochaeta: Lumbricidae - Megascolecidae)
M. SANTELICES, V. IRRIBARRA, R. VALDES y F. SILVA
Laboratorio de Zoología del Suelo, Departamento de Biología,
Facultad de Matemáticas y Ciencias Naturales,
Universidad de Chile de Valparaíso
SUMMARY. .— In this paper the oligochaeta species of “Corral de
Julio” locality, Province of Coquimbo are studied, two species were
recognized. Chilota coquimbensis, W. Michaelsen 1904 Familia Lumbri-
cidae and Helodrilus (Allolobophora) caliginosus, Savigny 1826 Familia
Megascolecidae. Some ecological aspects are considered in the period
“Little North Flower”.
INTRODUCCION
El Centro demostrativo “Corral de Julio” predio agrícola de-
pendiente de la Corporación de Fomento a la Producción (COR-
FO) ubicado en la costa de la provincia de Coquimbo equidistante
aproximadamente 90 Kms. de las ciudades de Los Vilos y Ovalle,
reúne una serie de características que lo hacen representativo de
la región. A esto se suman las facilidades otorgadas por la COR-
FO para la aplicación de múltiples conocimientos biológicos, por
lo que fue elegido como centro de nuestro estudio.
Las condiciones climáticas especiales del año 1972 que anota-
ron un registro pluvial máximo de 277,3 mm. de agua caída, con-
tra 150,7 mm. en 1971 y 80,7 mm. de 1970, determinaron el pleno
desatrollo de la vegetación herbácea y arbustiva del Norte Chico
provocando el fenómeno “Norte Florido” en extremo favorable
para la realización de investigaciones tendientes a un mejor cono-
cimiento de esta región. | ;
* Trabajo financiado por el Departamento de Biología de la U. de Chile, Valpa-
raíso, y el Centro Demostrativo “Corral de Julio”, CORFO, Stgo.
Se agradece a los funcionarios de dicha corporación, Sr. Gastón Jorquera, Secre-
tario Ejecutivo del Centro; al Sr. Edmundo Hurtado, Administrador, y a don Carlos
Giles, Botánico del Centro, por su ayuda en la caracterización-de los lugares de
muestreo. ?
68 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
El Centro Demostrativo “Corral de Julio” es un esfuerzo que
realiza la División de Agricultura de CORFO para instruir a las
comunidades agrícolas de la zona en la utilización racional de los
recursos naturales renovables, como también, recuperar los suelos
agrícolas agotados por la acción antropogénica de sobrecultivos y
pastoreos en el Norte Chico.
En este Centro se realizan experiencias con forrajeras como:
Atriplex repanda Phil., Atriplex semibaccata R. Br., Medicago
sp., etc., con especies forestales nativas: Cryptocaria alba (Mol.)
Looser, Maytenus boaria Mol., Prosopis chilensis (Mol.) Stuntz.,
Acacia caven (Mol.) Hook et Arn. y Peumus boldus Mol., con
especies forestales exóticas: Eucalyptus camaldulensis Dehnh.,
Quercus suber L., Pinus halepensis Miller, Acacia longifolia
Willd., Ceratonia siliqua ITEto:
Se propicia además, el desarrollo de animales peleteros-lana-
res con la intención de incentivar una industria artesanal basada
en la crianza de ovejas Katakúl, conejos Gran Plateado Alemán
y Chinchillas.
Conocida es la actividad beneficiosa de las lombrices de tie-
fra frénte a lás necesidades de alimentos por parte del hombre: En
este sentido nuestros Objetivos se dirigieton a conocer que especies
de oligoquetos (Lombrices de tierra), actúan normalmente asocia-
dos a la vegetación nativa de planicies y quebradas y además, de-
terminar la dénsidad poblacional de éstos, en los campos con
especies vegetales naturales e introducidas.
DESARROLLO
El Cerítro Demostrativo está situado a una altura de 290 m.
sobre el nivel 'dél mar, tiene una longitud de 4 Km. y un ancho
de 5-15 Kíh. Limita aproximadamente por el Norte, con el pue-
blo de Mantos de Hornillos, por el Sur cón la quebrada Amola-
nas, al este con la quebrada La Madera, y al oeste con el litoral
marino. :
a. Características de los lugares de muestreos.
Sobre 'la 'planicie litoral se eligió los siguientes lugares: El
Acródtomo y El Ensayo, cón las quebradas Los Maitenes, El Chi-
no, Charco Amargo, Corral de Julio y La Madera. En ellos se
Santelices, M., et. al. OLIGOQUETOS 69
tomó un total de 35 muestras en el fenómeno (tiempo) de Norte
Chico Florido, Junio a Octubre de 1972. |
Los Maitenes en su desembocadura al mar forma un pequeño
valle, con presencia de Solanum maglia Schltd., Oxalis gigantea
Barn., Pleocarphus revolutus D. Don., Solanum pinnatum Cay. y
Cassia closiana Phil.
El Chino termina en el mar en una garganta muy estrecha.
En Invierno se observa la existencia de una vertiente, cuya pér-
dida de caudal, con el transcurso de la estación, genera numerosas
pozas.
Las especies más características de la flora son: Tropaeolum
sp. Oxalis gigantea Barn., Lepechinia salviae (Lind.) Epl., Bac-
caris concava Pers. y Clytropus sp.
Charco Amargo presenta aguas de escurrir lento y permanen-
te sobre un fondo fangoso y accidentado; está cubierto por un
cojín de plantas herbáceas acuáticas y semiacuáticas. Existe la mis-
ma vegetación que en El Chino además de Sorchus asper (L)
Hill., que es muy abundante en Primavera.
Corral de Julio de dirección Sur-Norte, da su nombre al Cen-
tro. Su vegetación es principalmente arbustiva: Cassia closiana
Phil., Schinus polygamus (Cav.) Cabrera, Mueblembeckia chilen-
sis Meisn-, Lobelia tupa L., Cortaderia sp. El terreno es arenoso y
presenta un pequeño cauce de agua.
La Madera es una quebrada de dirección Este-Oeste al inte-
rior de un cordón de cerros habitada y cultivada, por ella se des-
lizá una rápida corriente de agua. El suelo, en algunos puntos
presenta una capa de hojarasca de algunos milímetros de espesor
sobre una base de cantos rodados. ap |
Se aprecian abundantes restos de vegetación arbórea como:
Drimys winteri Forst., Peumus boldus Mol., Maytenus boaria
Mol., Cryptocaria alba .(Mol.) Looser, Schinus latifolius (Gill.)
Engler, Escallonia pulverulenta (R. et Pay.) Pers., arbustiva: Bac-
charis concava Pers., Myrceugenia sp., de plantas herbáceas como
Blechnum auriculatum Cav. y cactáceas. ]
El Aeródromo y El Ensayo, en la planicie propiamente tal,
presentan varias gramíneas y vegetación compuesta de Erodium
sp., y Plantago sp., los arbustos están representados por Babia
ambrosoides Lag. Puya chilensis Mol. y Haplopappus sp.
70 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
En El Ensayo se realizan, entre otras, experiencias con Álri-
plex repanda Phil. y Atriplex semibaccata R. Br.
b. Estudio del material colectado.
Las lombrices se obtienen por la remoción de un volumen
de tierra de 100 x 100 x 15 cms. Se transportan al Laboratorio
en bolsas de polietileno, donde son acondicionadas en cámaras de
crianza con tierra húmeda y hojarasca del lugar de origen.
Para determinar los especímenes se efectuaron disecciones y
preparaciones histológicas, ya que su taxonomía está basada prin-
cipalmente en el aparato reproductor (oviductos, vesículas semi-
nales, testículos) y su ubicación en segmentos específicos (ver lá-
mina), con lo que se pudo utilizar las claves de determinación
de Wilhelm Michaelsen (1900-1904).
Las especies determinadas para estas biocenosis son: Chilota
coquimbensis Michaelsen y Helodrilus (Allolobophora) caligino-
sus Savigny.
Ch. coquimbensis Mchsln. frente a un 83,5% de humedad
relativa ambiental, a una temperatura media del suelo a 10 cm.
de profundidad de 13,4* C. y a la acción pluvial de 277,3 mm. de
agua, tuvo un desarrollo favorable en todo el campo demostra-
tivo. E
Se aprecia en los terrenos con vegetación natural una densi-
dad promedio de 17,5 individuos por m2, en cambio, en los terre-
nos cultivados con plantas forrajeras (Acacia ciahophyla y Atri-
plex repanda) se encuentra una densidad promedio de 1,5 ejem-
plares por m2.
Al término de la Primavera y comienzos del verano se nota
el desaparecimiento de Ch. coquimbensis Mchisn., en los lugares
habituales de colecta (más o menos 7 cm. de profundidad). pro-
bablemente porque su actividad funcional guarda una estrecha
relación con este período, lo que se evidencia por el encuentro en
La Madera de curiosas construcciones ovoidales de: 9 por 15 mm.,
enterradas a 20 cm. En tanto que en El Aeródromo, sometido a
una mayor exposición solar, se ubican entre 30 y 40 cm. de pro-
fundidad. : |
H. (A) caliginosus Sav., en cambio, es una especie que vive
en torno a cursos de aguas, con una densidad promedio de 25
Santelices, M., et. al. ; OLIGOQUETOS 71
A DD E
1 a
2 Pa
E
CHILOTA COQUIMBENSIS (A-B-C-D) HELODRILUS CALIGINOSUS (E-F-G-H)
A-E, Vista dorsal; B-F, Vista ventral; C-D-G-H, Morfología interna. A1-E1, Poros céelómicos;
A2-B1-E2-F1, Clitelo; B2-F2, Pápulas; B3-F3, Poros de los receptáculos; B-F, Poros de las vesículas
seminales; B5-F5, Quetas; C1-G1, Cabeza epilóbica; C2-G2, Faringe; C3, Corazones laterales;
G3, Estómago muscutar; Gá4, Corazones laterales; D1-H1, Receptáculos seminales; D2-H2, Oviductos;
D3-H3, Vesículas seminales; D4-H4, Embudos seminales; D5, Próstatas; I- XXXIII, Metameros.
2 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
ejemplares por m2, que se mantuvo constante a través de todos
los registros de muestreos.
RESULTADOS
1. Para la localidad de Corral de Julio se determinan dos
especies de oligoquetos: Ch. coquimbensis Mchlsn., que habita
planicies, cerros y quebradas y H. (A) caliginosus Sav., de terre-
nos sobresaturados y fangosos de las vertientes que se deslizan
por el fondo de las quebradas.
2. Se constata la baja densidad promedio de 1,5 individuos
por m2 para Ch. coquimbensis Mchlsn., en los terrenos cultivados
con vegetación forrajera.
3. Se descubre la presencia de una actividad colonizadora
de Ch, coquimbensis Mchlsn., en el período primaveral y luego
su capacidad biológica de adaptación a las condiciones estivales.
DISCUSION
Los objetivos propuestos de estudiar algunas especies de oli-
goquetos fueron doblemente fructíferas, mientras por un lado se
determinaba la existencia y actividad de poblaciones de Ch. co-
quimbensis Mchlsn- y H. (A) caliginosus Sav., por otro la natura-
leza nos ofreció el espectáculo de término de un ciclo y comienzo
de otro pluvial que permitiría la expresión de la situación clímax
para la zona. |
Nuestras prospecciones iniciadas en Corral de Julio, zona
afectada por una aguda sequía, muy poco podía aportar al cono-
cimiento de las lombrices de tierra y a su relación con la vegetación
allí existente. Escasas huellas de sus excrementos sobre el terreno
detectaban la presencia de una de nuestras especies (Ch. coquim-
bensis) lo que habría dado una visión muy tenue al alcance de
nuestros objetivos. Prospecciones efectuadas en este período resul-
taron infructuosas y arrojaron un muestreo negativo.
"Fue el clímax en el fenómeno Norte Chico Florido, que puso
en evidencia la fuerte actividad de una de las dos especies (Ch.
coquimbensis Mchlsn.), relegada durante la sequía a las proximi-
dades de los lugares húmedos, de vertientes, filtraciones y aflora-
mientos hídricos de las quebradas, pero totalmente ausente en
planicies y cerros. | '
Santelices, M., et. al. OLIGOQUETOS 73
La presencia de este fenómeno reveló que Ch. coquimbensis,
Mchlsn., se reprodujo o salió de. sus albergues de reposo, para
colonizar las 4.500 hás. del Centro Demostrativo.
Todos los muestreos practicados descubrieron ejemplares
adultos de tamaños variados a escasa profundidad (0 a 10 cm.).
Su acción es muy evidente sobre la superficie del suelo cubierto
por sus excrementos ovoidales de:1 a 2 cm. de alto. Se constató
que en 1 m2 hay un promedio de 60 montículos deyectados por
una densidad promedio de 17,5 individuos.
Con el avance del período primaveral y desarrollo consecu-
tivo en madurez de la vegetación herbácea estacional, observamos
el desaparecimiento de los excrementos, seguramente disueltos por
las Huvias y neblinas precedentes, que entregaron estos materiales
a la actividad nutritiva de estas plantas en desarrollo.
Significativo resulta el bajo promedio de individuos en los
terrenos cultivados con especies forrajeras. De inmediato se plan-
tea que la preparación del suelo para la siembra de semillas o
plántulas provocó la destrucción de las lombrices ya sea en su
estado de latencia o de reposo:o de huevo. Sin embargo, cabe pre-
guntar, por qué en lugares tan similares a los terrenos de cultivo,
pero con vegetación nativa, el promedio de lombrices haya sido
notablemente mayor, como por ejemplo, El Aeródromo «e incluso
en cerros próximos que circundan las quebradas en observación.
Se deduce que el “fenómeno” despertó una diversidad ¡de
especies vegetales de pequeño tamaño que junto a Erodiwm sp,
fueron conocido ambiente de Ch. coquimbensis Mchlsn.
Sin duda, que en todas estas biocenosis, la vegetación nativa
se hace notar, a diferencia del campo cultivado con plantas exóti-
cas procedentes de biocenosis extrañas.
La especie H. (A) caliginosus Sav., parece poco espectacular
su actividad por su restringido ambiente. Sin embargo, :no se sabe
en qué grado actúa en la creación de condiciones futuras, cuando
la acción erosiva vaya ampliando las quebradas.
La quebrada de Charco.Amargo-es colonizada par H. (A) ca-
liginosus Sav., dando paso su vegetación a una 'fuerte rizósfera de
gramíneas y plantas acuáticas y semiacuáticas con abundante limo
producto del arrastre abiótico y biótico desde la planicie.
Si bien, el promedio de individuos fue elevado y.se mantuvo
constante durante todo el período de muestreos a fines y comien-
74 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
zos del “fenómeno”, nos plantea numerosas interrogantes, como
por ejemplo su desarrollo y adaptación a las condiciones de sobre-
saturación del suelo.
CONCLUSIONES
1. Este trabajo pone de manifiesto la necesidad de continuar
las investigaciones en este grupo de animales, de utilidad en el
mejoramiento (recuperación) y mantención de los suelos.
2. Es indispensable prospectar otras localidades (costeras,
del interior, precordilleranas) agrícolas explotadas y no explota-
das, como también algunas biocenosis relictuales presentes en la
provincia.
3. Es necesario formar un equipo de investigadores que estu-
die las relaciones lombrices-plantas-suelo y determinar los factores
climáticos y microclimáticos del ambiente que conducen a la ex-
presión del Norte Chico Florido. :
RESUMEN
Nuestros estudios estuvieron dirigidos hacia el conocimiento
de las especies de oligoquetos de la localidad de Corral de Julio,
Provincia de Coquimbo, en el fenómeno Norte Chico Florido.
Fueron determinadas dos especies Chilota coquimbensis W. Mi-
chaelsen 1904 Familia Lumbricidae y Helodrilus (Allolobophora)
caliginosus Savigny 1826, Familia Megascolecidae. Se señalan ade-
más algunos datos ecológicos.
REFERENCIAS
BLANCHARD, E., 1849: En Claudio Gay, Historia Física y Política de Chile.
7: 40-43. :
GHABBOUR 1., $S., 1966: Eartbworms in agriculture: a modern evaluation. Rev.
Ecol. Biol. Sol. 3 (2): 259-271.
JORQUERA M., G., 1972: Reseña descriptiva del Ceniro Demostrativo Corral de
Jslio. Gerencia Agrícola. o Agrícola. Div. de paella
ra. CORFO pp: 1-30.
“oa
MICHAELSEN, W., 1900: Oligochaeta en Das Tierreich. 10: 1-575.
— -1904: En Carlos Porter, Catálogo" de los Oligoquetos del territorio
_Chileno-Magallánico y descripción de SERENA nuevas. Rev. Chil. de
Hist. Nat. 7: 262-292.
Valparaiso, Chile 75
NOTA DISTRIBUCIONAL SOBRE LIOLAEMUS PLATEI
| PLATE! WERNER
(Squamata:: Iguanidae)
JUAN CARLOS ORTIZ Z.
Laboratorio de Zoología (Vertebrados), Departamento de Biología, Facultad de
Matemáticas y Ciencias Naturales, Universidad de Chile, Valparaíso
SUMMARY .— 'The presence of Liolaemus platei platei in Quebrada
Paposo is refered as the more septentrional distribution of this lizard.
This situation gives another perspective to the biopeography of the genus
Liolaemus in the chilean coast desert.
El motimo de esta nota es dar a conocer nuevas localidades de
colecta de Liolaemus platei platei que amplían su área de distri-
bución.
Werner (1897) en su-descrípción original señala como loca-
lidad típica Coquimbo. Posteriormente Hellmich (1934) mencio-
na Copiapó, AndacoHo y Vicuña. En general la especie'ha sido
referida como característica del Norte Chico. (Miller y Hellmich
(1938) y Donoso (1966). j
En sudesivas excursiones realizadas al norte de nuestro país
en 1969 y recientemente en Abril de,este año, he tenido la opor-
tunidad de «colectar cierto material de iguanidos entre él que se
encuentra Liolaemus platei platei. Las Jocalidades prospectadas en
que se capturó esta subespecie fueron: Beralillo, cerca de Vicuña,
un ejemplar adulto, San Félix, pequeño pueblito al intefior del
Valle del río Huasco, tres individuos ¡adultos y en Quebrada
Paposo (630 m. s.n.m.) un adulto y un infantil. Esta última
localidad permite ampliar considerablemente la distribución de
este animal.
El hallazgo de Liolaemus p. platei en Quebrada Paposo apor-
ta nuevos antecedentes en la biageografía del género Liglaemus
cuyo límite norte se conocía de la provincia de Atacamg, en la
región del jaral costero. Sin embargo, esta localidad no es la más
septentrional que,ocupa:el ¡género,en la costa:chilena ya que he en-
contrado además una mueva especie:en«Gerro Moreno, provincia de
Antofagasta, cuya descripción $e dará a «conocer en breve.
| LOS
A SO
J
"Distribución de Liolaemus platei platei W:
“O Nuevas localidades de colecta. :* *'
O Localidades citadas en la literatura.
Ortiz, J. C. LIOLAEMUS PLATEI PLATEI 77
- REFERENCIAS
DONOSO BARROS, R., 1966: Reptiles de Chile: 234-236.
HELLMICH, W., 1934: Die Eidechsen Chiles, insbesonders die Gattung Liolae-
mus. Abh. Bayer. Akad. Wiss. 24: 24.
MULLER, L., y HELLMICH, W., 1938: Beitrase zur kenntnis der Herpetofauna
Chiles. X1. Uber zwei neue Liolaemus-Formen aus der chilenischen
Kordillere (Sammlung Schroeder).
WERNER, F., 1898: Die Reptilien und Batrachier der Sammlung Plate. Zool.
Jahrb. suppl. 4. 1897 (1898): 255. Pl. 2. fig. 2.
ETAIY HITA AIMA DO
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ER e ra Jada, yujent Ala dde
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"WT
e
Valparaiso, Chile ; AR 79
POSICION SISTEMATICA Y CONSIDERACIONES ACERCA
DE LA DISTRIBUCION BIOGEOGRAFICA DE DROMICUS
CHILENSIS STEINDACHNER 1867
| (Serpentes: Colubridae)
! JUAN CARLOS ORTIZ Z. | |
Laboratorio de Zoología (Vertebrados), Departamento de Biología, Facultad de
Matemáticas y Ciencias Naturales, Universidad de Chile, Valparaíso
SUMMARY. .— Notice about the discovery of the holotype.of. Dro-
micus chilensis Steindachner 1867 are given. The synonimic character of
this species and Philodryas burmesterí Jan 1863 'is stablished. Biogeogra»
phic considerations about Dromicus chilensis restrinct her area'of distribu-
tion to argentinean territory.
En 1867 Franz Steindachner describió detalladamente una
especie de serpiente basándose en un ejemplar adulto al que no
determinó el sexo. El ejemplar en cuestión fue llamado Dromicas
chilensis y aparece figurado en la descripción original. La prove!
niencia señalada es Chile, pero sin mencionar úna localidad pre-
cisa. e ds o im oso 1 AR
Sin embargo, esta especie ha sido ignorada en la literatura
herpetológica, ya que ni Boulenger (1893) ni recientemente Pe-
ters y Orejas Miranda (1970) la han mencionado en sus respec-
tivos catálogos de serpientes. | VERS e
Durante una visita realizada al Naturhistorisches Museum de
Viena con el fin de estudiar el material de serpientes chilenas, tuve
la suerte de' encontrar el ejemplar Holotipo: (NiM¿W.:1866:68)
de Dromicus chilensis Steindachner. * 0
El estudio morfológico de dicho material permite reconocer
un macho y simultáneamente constatar que la especie de Stein-
dachner había sido descrita anteriormente por Jan en 1863 en su
Elenco Sistemático como Philodryas burmesteri, basándose en un
ejemplar proveniente de Mendoza, Argentina, figurado en su Ico-
nographie générale des Ophidiens (1866). Esto permite concluir
el carácter sinónimo de Dromicus chilensis Steindachner y Philo-
dryas burmesteri Jan.
80 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL ' - N? 6, 1973
La 'provéniencia dada por Steindachner pará' Dromitas' chi.
lensis, es dudosa, ya que ésta nunca ha sido encontrada en nyestro
territorio. En el mismo trabajo en que se describe Dromicus chi-
lensis, su autor da a:conóter otra especie. para Chile, Liophis pul-
cher, sinónima de Leimadopbis sagittifera (Jan) que también pre-
senta como localidad tipo Mendoza, Argentina.
El hecho que ambas especies no hayan sido citadas para Chile
posteriormente y que sean sinónimas de especies descritas para
Argentina permite suponer que el material: que tuvo en sus manos
Steindachner.no provenía de.Chile,sino que, seguramente, del país
transandino.
, Finalmente deseo agradecer al Dr. J. Eiselt, Director del
Depaftas ento” dé" Vertebrados “del Naturistorisches: Museurn de
Viena, por, su, amabilidad de dealer en su "Iaborátorio B/ pomo
tirme revisar, sus colecciones. . A
ARFERENELAS. e e) ,
00 SID 1 +
. Y
EEN a 1 ví A 1
BOULENGER; G. A, 1893; Cuajogu ER the Srl ia, the Biiso Myscum (a
, fural History). 1 - IV. «London. na y
a DL 7
JAN, G., 1863: Elenco sistematico degli ofidi decnta e divcgnad p per conga
surta il; phje générale, Milán; 143 pp. .. ION
JAN, 6: y E. SORDELLL' 1866: Lemos title ES Ophidiens. Milán” y
2 Paris. 3 Vols. 0 000 ti Sing
PETERS, J. y. OREJAS, MIRANDA, 1970; E of dhe Nesiropical Squamata.
¡NS ,¡ E part, Snakes. Bulí. U. $, Nat, Mus. 297: 1-348. *
STENDACHNER* Po, 1867; O Notizen: . Siteb Ak.. Wien: LV;
265-273. Taf. 1 fs TT A
-
*
5%
PE A
«
,
-
Valparaíso, Chile 81
DE LAS RELACIONES ENTRE LOS TREMATODOS
DIPLOSTOMULUM MORDAX Y TYLODELPHYS
DESTRUCTOR SZIDAT Y LA APARICION EN
MASA DE PEJERREYES (ODONTHESTES
BONAERENSIS) CON LA COLUMNA
VERTEBRAL DEFORMADA
HERMANN RIEGEL BRANDT
ZUSAMMENFASSUNG.— Es wird ueber das Vorkommen zweier
Trematoden in Chile berichtet, die Prof. Dr. Lothar Szidat in Argentinien
endeckte, wosie ein groeBeres Fischsterben in einer Pejerrey-Population
verursachthatten.
Die Richtigkeit seiner Vermutung, daB sie auBerdem auch die Ursa-
che von Rueckgratverkruemmung bei einem groBen Teil der Fische seien,
wird nachzuwei:en versucht,
Desde hace tiempo ya se conocían en Argentina y en Chile
casos aislados de pejerreyes con la columna vertebral deformada.
Estas deformaciones podían consistir de una sola curva o de va-
rias y he visto un caso, en que la parte caudal era simplemente
más corta, como si hubiera faltado varias vértebras. Los casos se
observaron generalmente en tranques y lagos, pero también los
había, aunque más raros, en los ríos. A
Hasta hace 10 años a nadie se le había ocurrido investigar
estos casos, sino se oían solamente suposiciones como la de Lahi-
lle, quien creía, que las deformaciones provenían de un aprisio-
namiento pasajero del alevín por algas filamentosas. Otros creían
en enfermedades parasitarias.
Algunos años atrás solamente, avisaron los socios del Club
de Pesca y Caza de Valparaíso, que en el tranque de la Hacienda
“El Porvenir”, situado cerca de Casablanca, aparecían estos peces
deformados en gran cantidad (alrededor de 60% de las piezas
cobradas). Al ser consultado sobre este caso, el Prof. Fernando
de Buen, emitió la opinión, que debía tratarse de causas de origen
genético. Tal vez se habían cruzado dos líneas, que resultaron
produciendo estas deformaciones y en realidad se han compro-
bado tales casos en otros peces. :
82 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?*:6, 1973
Casualmente conocimos un trabajo del .parasitólogo, Prof.
Lothar Szidat, publicado en 1951. El había investigado una gran
mortandad entre la población de pejerreyes del lago Pellegrini
en Argentina, Se halló también gran número de peces flacos con
el tubo digestivo vacío y sin señales visibles de enfermedades pro-
ducidas por bacterias, hongos, protozoos o cualquier otro parásito.
El Prof. Szidat encontró durante sus trabajos en el cerebro de los
pejerreyes 2 larvas de tremátodos diferentes en cantidades de has-
ta 500 ejemplares, nuevas especies, a las que dio los nombres de
Diplostomulum mordax y Tylodelphys destructor. Según Szidat,
el imago del primero se pudo encontrar en el cormoran negro, la
del segundo aparentemente se escapa aún a las investigaciones,
pero se coriocen parientes cercanos en una cigieña (Ciconiidae)
y en un podicipida (Podicipedidae).
Las formas adultas residen en el intestino del pájaro. Con
las deposicones caen los huevos al agua, donde nace la primera
larva, un miracidio. Este nada a la manera del Paramaecium y
busca un caracol acuático, dentro del cual se enquista formando
un esporocysto, la segunda larva. Esta produce muchas cercarias,
las terceras larvas, que van al agua y nadando libremente esperan
a sus segundos intermediarios, los peces. Los atacan cuando pasan
a su lado. Otras son ingeridas con el agua de respiración. Des-
prendiendo la cola, las cercarias penetran en la piel intacta del
pez o en la mucosa de la boca y agallas; alcanzan los vasos san-
guíneos y son trasportados al cerebro, donde crecen hasta obtener
un tamaño de casi un milímetro y esperan que un pájaro coma
el pez. '
Las perforaciones hechas por les cercarias causan hemorragias
y cuando la infestación escmuy fuerte, el pez muere a causa de
estas hemorragias y las obstrucciones de los vasos sanguíneos.
De interés para los dermatólogos es el hecho, que las cerca-
ria entran también en la piel de los bañistas produciendo peque-
ñas erupciones picantes antes de morir y ser eliminadas, que fue-
ron diagnosticados erróneamente como una especie de sarna o
también como alérgicos.
Los daños producidos por estas cercarias a los peces Dude
ser muy grandes. Diplostomum spathaceum causa en los lagos
grandes de Norteamérica la catarata verminosa de las percas colo-
cándose en el cristalino, (perchblindness). '
Riegel, H. DIPLOSTOMULUM Y TYLODELPHYS j 83
Al contarle de nuestros pejerreyes deformados, el Prof. Szidat
manifestó la suposición, que estas deformaciones podrían ser cau-
sadas por los mismos tremátodos. : ra :
Solicité a los socios del Club de Pesca y. Caza, que me consi-
A ti e el
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ala piola sb sii A Piirsmusllionss usos As udida 91
Ciclo evolutivo de Tylodelpbys destructor y Diplostomulum mordax (Modificado
de Szidat 1951): 1. Huevo; 2. Miracidium (1* larva); 3. Planorbis (ler. huésped
intermediario); 4. Esporocisto (2* larva); 5. Cercaria (3% larva); 6. Pejerrey
(2% huésped intermediario; 7. cuarta larva de T. destructor; 8. cuarta larva de:
D. mordax; 9. Garza (posible huésped definitivo de T, destructor; 10. Cormoran
(huésped definitivo de D. mordax). pe a
84 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
guieran material y pude constatar fácilmente la presencia de los.
2 tremátodos a razón de 1 a 40 ejemplares por pez.
Habiendo leído un trabajo de Pflugfelder, quien destruyendo:
en unos Guppis la epíphisis —una pequeña glándula en la parte
superior del cerebro— había conseguido en todos los casos defor-
mación de la columna vertebral, presumí que lesiones de esta.
glándula producidas por la acción de los tremátodos podrían ha-
ber originado la deformación.
Las formas juveniles del Diplostomulum mordax realizan su
desarrollo en los ventrículos cerebrales de los peces, mientras que
T. destructor entra en la masa encefálica. Este diferente modo de:
vida puede tener distinta significación en la reacción del hospe-
dante frente al parásito.
Como el Club de Pesca y Caza iba a celebrar una competen-
cia de pesca en el tranque Porvenir, solicité a los socios me entre-
garan las cabezas de todas las piezas cobradas. Se hizo un recuento
de todos los tremátodos en 20 ejemplares deformados y 20 nor-
males, encontrándose en los primeros un término medio de 23
parásitos y 22,5 en los segundos. Las cifras analizadas no son
por cierto, significativas.
Creemos, que una investigación en este sentido sería indis-
pensable para la aclaración de este problema.
En este momento recibimos 2 publicaciones de Wunder,
quien es una de las personas más versadas en enfermedades de
peces. El Prof. Wunder encontró en un criadero de sollos (Esox
Lucius) y en un criadero de carpas “na laguna, que contenía un
porcentaje muy elevado de ejemplares raquíticos con cabezas cha-
tas y falta de aletas, mientras en las lagunas vecinas, cuyas pobla-
ciones descendían de los mismos padres, los peces crecían comple-
tamente normales. Como no se podía encontrar ningún organismo
nocivo, que podría haber causado eso, no quedaba otra solución,
que atribuir este fenómeno sencillamente a la falta de algún ele-
mento necesario para la alimentación de los peces.
Todos sabemos, que no se puede sembrar muchos años con-
secutivos trigo en el mismo campo. Sabemos, que donde falta
yodo en una región, aparecen casos de struma (bocio). Ahora no
es difícil de comprender, que, sacando año por año cantidades
elevadas de un solo organismo, el fondo de un lago tiene que
gastarse unilateralmente. Más aún, cuando se trata —como en
Riegél, H. DIPLOSTOMULUM Y TYLODELPHYS 85
todos los tranques de nuestra región —de los que se llama en
Alémania “Himmelsteiche” (lagos del cielo), es decir, de lagos
que reciben $us aguas casi exclusivamente de las lluvias y prác:
ticamente sin afluentes de vertientes. Eso sí, que la tendencia a
suftir, antes que sus congéneres los efectos de alguna cáréncia,
puede ser seguramente hereditaria, : j |
No carecen de interés en este punto nuestras observaciones;
que todos los mugilifofmes de nuestra costa, es' decir, pejerreyes
y lisas son extremadamente sensibles a lás lesiones más insignifi-
cantes. Basta tomarlos con la mano para qué las partes de con-
tacto sé cubran irremediablemente de saprolegnias y el pez se
muera dentro de pocos días. | :
Como remedio propuse abonar el tranque intensamente. Tal
véz se podrían invertir:con éxito las grandes cantidades de sobran-
tes de la pesca de langostinos, que hasta hace poeó se botaban..
DISCUSION
De las cuatfo ópiniores sobté las posibles causas dé las défor-
maclonés trésmos podet descartaf la del aptisionámiénto por algás
filamentosás, pues, nutica pudimos observar cosa parecida eñ
mueéstfos acuarios, ni én otrós pécés. c4s
incompatibilidades penéticas sé observán muchas vétes al
cruzar diferentes razas de animáles domiésticos, donde puedei cáti-
sar defectos parciales, como ceguera (la pudimos observar en
cerdos) o defectos letales como resultan en la crianza de ovejas
Karakul del tipo Schiraz.
En libertad estos casos son raros, aislados y esporádicos y se
eliminan rápidamente solos, por selección natural. SY
Factores alimenticios nos parecieron jugar un papel decisivo
al principio, pues, los pescadores tuvieron la impresión que des-
pués de abonar el tranque con desperdicios de camarones prove-
nientes de las fábricas conserveras, los peces no solamente aumen-
taron rápidamente de peso, lo que era explicable, pero también
iban desapareciendo los deformados. Esto último sí puede haber
tenido otras causas y llegamos a defender la opinión del eminente
parasitólogo Prof. Szidat, llamando la atención sobre el hecho de
que los pejerreyes deformados aparecen también en los ríos, don-
de no hay desgaste unilateral de alimento. Nos referimos en
86 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
especial a observaciones hechas en el río Choapa. Ahí fueron
pescados pejerreyes deformados en un remanso, donde los niños.
de los pobladores acostumbraban bañarse, demostrando pronto sus.
cuerpos el ataque de las cercarias.
Además la disminución de pejerreyes deformados puede ha-
ber derivado de la misma pesca, pues el pez dificultado en sus:
movimientos, es más inclinado a comer una presa inmóvil, que
se le ofrece. Pueden haber disminudo mucho los caracoles Planor-
bis por bajar rápidamente el volumen del tranque a causa de la.
sequía y pueden haber muerto muchos de los pájaros más para-
sitados, que comieron los peces enfermos. Todos estos factores:
pueden originar fluctuaciones grandes en la parasitación.
Lo que queda que investigar, será la relación entre T. des-
tructor y D. mordax en peces deformados y normales y buscar la
forma adulta de T. destructor, que se encontrará probablemente
en una garza, gaviota o en un podicipida.
En cuanto a la defensa contra el parásito habrá que cortar el
circuito biológico, lo que se podrá hacer eliminando o disminu-
yendo drásticamente los caracoles. Para ello se ofrece ahora un
nuevo remedio de Bayer, que según sus publicaciones, tuvo gran
efecto en el combate contra la Bilharzia, otro tremátodo que tiene
como intermediario un caracol y ataca al hombre. En Chile ten-
dría un campo de aplicación también para combatir la Fasciola
hepática tan dañina en la ganadería.
Valparaiso, Chile 87
SOBRE ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS
EN CHILE
FRANCISCO SAIZ
Laboratorio Ecología de la Universidad Católica de Valparaíso
].—INTRODUCCION
En Chile no se han realizado hasta ahora trabajos ecológico-
cuantitativos sobre fauna asociada a briófitas y líquenes, conocién-
dose sólo descripciones de algunas especies animales allí presentes.
Por el contrario, existen algunos estudios florísticos y biogeográfi-
cos sobre estos vegetales, como los de Follman (1961 a 1966).
Al examinar la literatura extranjera sobre el tema (Rahm,
1923, 26 y 28; Schorn-Walcher, 1957; Delamare-Deboutteville,
1951, etc.) se concluye en una falta de sistematización definitiva
sobre aspectos cuantitativos y biogeográficos de la fauna muscíco-
la, especialmente en lo referente a artrópodos terrestres (ácaros,
colémbolos, larvas de insectos), mientras la fauna más específica-
mente muscícola (tardígrados, rotíferos, nemátodos) ha sido estu-
diada con mayor amplitud: Marcus y Ramazzotti sobre tardígra-
dos, Overgaard sobre nemátodos y rotíferos y Dobers sobre rotí-
feros, entre otros. :
Razones complementarias que dan base a este trabajo son: la
importancia de estos vegetales y de sus faunas en los procesos
pedogenéticos y en la primera colonización de nuevos sustratos; la
existencia en ellos de grupos y especies animales de muy limitada
recolección sistemática en Chile; la posible existencia de indica-
dores ecológicos entre estas formas, en particular en sus relaciones
con las zonas áridas y de altura; y, la factibilidad de evidenciar,
en sucesiones, el grado de madurez, estabilidad e integración de
las biocenosis animales.
88 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL. -* N' 6, 1973
II. —GENERALIDADES SOBRE LAS BIOCENOSIS
BRIOFILAS Y LIQUENICAS
La caracterización y delimitación de las biocenosis muscícolas
y liquénicas presentan grados de dificultad variable según se con-
sideren las diferencias de sustrato, luminosidad, humedad, etc., y
muy especialmente las conexiones con otras biocenosis.
Es así como un manchón de musgo aislado en una roca pro-
bablemente encierre poblaciones animales casi totalmente briófi-
las; en cambio, un tapiz de musgo sobre suelo puede contener un
elevado número de especies pertenecientes más bien a las faunas
epigea, humícola y endogea.
“Las relaciones entre musgo y suelo son claras, llegando a
veces a identidad casi completa (Sáiz y Di Castri, 1971). Cuando
tienen sustrato árbol pueden acumular una capa de suelo por
transporte aéreo y por las deyecciones de los animales que los
pueblan, formando a menudo verdaderos suelos suspendidos. Son
frecuentes también los tapices ininterrumpidos de musgo desde el
suelo hasta las altas ramas, o bien conexiones entre el suelo y los
musgos por intermedio del ambiente corticícola. Por último, el
musgo que:crece sobre roca interviene en los procesos pedogené-
ticos por acumulación de una pequeña capa de humus y partici-
pación directa en la disgregación de la roca. Las relaciones liquen-
suelo inciden principalmente en este aspecto.
Otros medios relacionados a briófitas y líquenes, cuyas cone-
xiones se relevan por efecto de continuidad física y por la exis-
tencia de especies en común, son: a) el hidropétrico y el límnico
en el caso de los musgos que viven en las riberas de arroyos,
ríos y lagos; b) las madrigueras, nidos y pequeñas cavernas; c) el
corticícola y el saproxilofílico, cuando los musgos se asientan en
troncos de árboles vivos o en descomposición, etc.
. A pesar de los antecedentes anotados, puede considerarse que
musgos y líquenes presentan desde un punto de vista ecológico
una estructura homogénea y peculiar en cada condición que justi-
ficaría el empleo del término biocenosis para referirse a su fauna,
término ya utilizado por Rahm en 1924, siendo el agua el factor
ecológico más importante para definirlas. * |
Ramazzotti (1958), siguiendo a Bartos, subdivide los mus-
gos en cinco categorías según su grado decreciente de humedad.
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS , 89
Esta clasificación ha sido también adoptada en el presente tra-
bajo aún cuando una exacta delimitación no sea siempre fácil.
Las categorías son:
I Categoría.— Musgo sumergido o flotante que permanece
constantemente embebido de agua.
II Categoría.— Musgo que crece en las riberas de los cursos
de agua, vecindades de cascadas, etc.; no se deseca munca com-
pletamente, pero presenta variaciones de humedad relativamente
amplias.
III Categorías. — Musgo asentado en el suelo, rocas o árboles
en el interior de bosques densos o vallecitos sombríos; puede
desecarse por un período más o menos largo.
IV Categoría.—Musgo expuesto por breves períodos del día
a la luz solar, como el que crece en troncos de árboles y rocas en
el interior de bosques ralos o en su margen. (
V Categoría.— Comprende aquellos musgos que soportan la
luz solar la mayor parte del día que están sometidos a desecamien-
to rápido y completo.
Es necesario destacar que la mayoría de las observaciones
anotadas en los párrafos anteriores se refieren únicamente a las
tres últimas categorías, siendo a su vez las categorías que consti-
tuyen la base del presente trabajo.
Por analogía hemos estructurado una ordenación ecológica
de los líquenes de la siguiente manera:
V Categoría.— Líquenes aislados sobre roca, sometidos du-
rante casi todo el día a intensa luz solar, como los que se encuen-
tran en Chile a alturas superiores a 1.500 m, en estepas.
IV Categoría.— Líquenes sobre piedras pequeñas o sobre
árboles en bosques ralos o en sabanas, sometidos a la acción del
sol por períodos bastante menos prolongados. Estos líquenes pre-
sentan cierta tendencia al desarrollo foliáceo.
II Categoría.— Líquenes con sustrato preferentemente arbó-
reo (incluso edáfico), de desarrollo netamente foliáceo o ramoso,
presentándose en bosques escasamente iluminados o fondos som-
bríos de quebradas.
En cuanto a las características ecológicas fundamentales de la
fauna muscícola, a la cual podría homologarse la liquénica, la cla-
sificación ya propuesta por Heinis en 1910 y adoptada también
90 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
por Ramazzotti (1958) y Overgaard (1948) distingue dos for-
mas fundamentales de vida:
A. Forma briófila.— Aquella que desarrolla todas sus funciones
vitales en este ambiente, diferenciándose elementos briófagos
(tardígrados), detritófagos (algunos protozoos, rotíferos, nema-
todos), microdepredadores (amebas) y meso depredadores (ga-
másidos, prostigmatas, etc.).
B. Forma brioxena.— Aquella que pasa en el musgo sólo un pe-
ríodo de su existencia (larvas de insectos, etc.), por los ani-
males que buscan allí protección o fuente de alimento, pudiendo
también subsistir en otro ambiente (moluscos, miriápodos, arañas,
pseudoscorpiones, coleópteros, etc.) o que han llegado a ese am:
biente en forma accidental.
Si se quisiera mantener las homologías con las clasificaciones
ya adoptadas para los ambientes edéficos (Jacot, 1936, Coiffait,
1958) o cavernícolas (Jeannel, 1942), la denominación de for-
mas briófilas sería poco adecuada para animales cuya única posi-
bilidad de vida está en los musgos, debiendo preferirse la defini-
ción de “forma briobionte”. Elementos briófilos serían los que
tienen afinidad hacia los musgos pudiendo vivir en otro ambiente,
los brioxenos serían exclusivamente los habitantes accidentales.
- Nosotros adoptamos el criterio de Heinis por ser más sim-
ple y fácil de diferenciar.
Otro enfoque posible para la clasificación de la fauna muscí-
cola y liquénica, también inspirado en la ecología edáfica, es la
distinción de animales hidro y aerobiontes. Los primeros viven
en pequeños depósitos de agua cuya extensión y duración es rela-
tiva a la categoría del musgo, pueden asumir formas de resisten-
cia en estado anabiótico, generalmente enquistándose, son de ta-
maño relativamente pequeño (microfauna) y constituyen la mayor
parte de las formas estrictamente briófilas. Los acrobiontes nece-
sitan una atmósfera gaseosa y comprenden por lo general ele-
mentos más grandes (mesofauna) introducidos desde ambientes
afines y desprovistos de formas fisiológicas de resistencia. Esta
diferenciación está acorde a los métodos de estudio y a las técnicas
de extracción, formando dos faunas bastante independientes se-
gún Overgaard (1948).
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 91
11.—MATERIAL Y METODO
Se estudian 69 muestras tomadas en 1964: 47 correspondien-
tes a briófitas y 22 a líquenes, de las que se obtuvo un total de
40.472 metazoos.
A. Breve descripción de las muestras.
Los cuadros N*s 1 y 2 informan sobre las características de
las principales muestras. : ¿
B. obtención en el terreno. E
1. Musgos. En cada estación se recogieron dos tipos de mues-
tras (225 cm? y 4 cm?) destinadas al estudio de animales
terestres y acuáticos, respectivamente. .
2. Líquenes. El material se obtuvo en conjunto para los dos
tipos de estudio por raspado de roca o por extracción ma-
nual directa. La cuantificación se hizo por volumen.
C. Extracción de la fauna. A |
1. Aerobiontes, Tanto las muestras de musgos (225.cm2) co-
mo de líquenes (volumen variable) se procesaron en apara-
tos de Berlese-Tullgren durante 4 días bajo la luz constante
de una ampolleta de 25 w.
2. Hidrobiontes, Para este tipo de fauna se practicaron dos
procedimientos:
El primero consiste en colocar en un vaso de precipitado de
150 cc cantidades fijas de musgo 2cm2) o de liquen (10 cc),
dejándolos totalmente sumergidos en agua durante un mínimo de
3 hrs., tiempo suficiente, según Ramazzotti (1958),:para que toda
forma anabiótica recobre su actividad. Los musgos-y líquenes se
estrujan y lavan sucesivamente antes de considerar terminada la
extracción. Posteriormente, el líquido se traslada por parcialidades
a una placa de petri para efectuar el recuento. Estos datos se utili-
zaron en el análisis cuantitativo. E)
En el segundo procedimiento se suspende en vasos de preci-
pitado de 400 cc con agua una cantidad superior no cuantificada
de muestra ,envuelta en gasa, durante el mismo período. Extraída
y estrujada cuidadosamente la bolsa se pipetea 8 veces igual can-
tidad de líquido del fondo en puntos predeterminados. Este mate-
rial se cuenta. Estos datos se utilizaron sólo cuantitativamente y
como complemento del procedimiento anterior.
CUADRO No 1.— Principales características de las mue tras de líquenes.
Localidad Provincia Cordillera Altura Bioma Categoría Sustrato Líquenes
Cs El Roble Santiago Costa 2.130 Estepa altura V roca =z —
C> El Roble Santiago Costa 1.875 Bosq. deciduo Iv roca Parmelia sp.
Chacayes O'Higgins Andes 1.590 Estepa altura NA roca —- —
Chacayes O'Higgins Andes 1.590 Estepa altura v roca _—— —
Nahuelbuta Malleco Costa 1.100 Bosq. higrófilo IV Nothofagus dombeyi Parmelia laevigata
Nahuelbuta Malleco Costa 1.100 - Bosq. higrófilo IV Araucaria araucana Parmelia sp.
Nahuelbuta Malleco Costa 1.100 Bosq. higrófilo IV Nothofagus dombeyi Lobaria pulmonacea
Fray Jorge Coquimbo Costa 620 Bosq. higrófilo IV Aextoxicum punctatum Evernia sp.
Los Molles Coquimbo Andes 1.950 Estepa altura IV roca Parmelia pertusa
Ovalle Coquimbo Valle 240 Estepa costera v Trichocereus sp. Ramalina sp.
Palmas Cocalán O'Higgins Costa 120 Bosque mixto IV roca Parmelia sp.
La Parva Santiago Andes 2.800 Estepa altura M roca Parmelia pertusa
Qbda. Córdoba Valparaíso 5 Bosq. esclerófilo IV roca Parmelia sp.
El Manzano Santiago Andes 880 Bosq. esclerófilo IV roca =z —
Polpaico Santiago 500 Sabana IV roca = =—
Los Queñes Curicó Andes 720 Bosq. esclerófilo IV roca Parmelia sp.
Los Queñes Curicó Andes 720 Bosq. esclerófilo IV roca = —
Cerro Moreno Antofagasta Costa 400 Semidesierto v roca = —
Cerro Pajonal Antofagasta Andes 4.600 Estepa altura v roca —= —
Cerro Pajonal Antofagasta Andes 4.150 Estepa altura Yi toca A A
Paposo Antofagasta Costa 600 Matorral IV Euforbia sp. = —
Lastarria Cautín Costa 160 Bosq. deciduo IV Nothofagus obliqua Parmelia sp.
Localidad
Cs El Roble
C> El Roble
Cs? El Roble
Chacayes
Chacayes
Arrayán
Arrayán
Nahuelbuta
Nahuelbuta
Nahuelbuta
Fray Jorge
Fray Jorge
Fray Jorge
Fray Jorge
Fray Jorge
Fray Jorge
Fray Jorge
El Sauzal
Palmas Cocalán
El Arrayán
La Parva
La Parva
Qbda. Córdoba
Romeral
Quintero
El Manzano
Los Queñes
Los Queñes
Cerro Pajonal
Valdivia
Las especies marcadas con * corresponden a hepáticas.
_ CUADRO N>* 2.— Principales características de las muestras de musgos y hepáticas.
Provincia Cordillera Altura Bioma
Santiago
Santiago
Santiago
O'Higgins
O'Higgins
Santiago
Santiago
Malleco
: Malleco
Malleco
Coquimbo
Coquimbo
Coquimbo
Coquimbo
-. Coquimbo
* Coquimbo
“ Coquimbo -
- O'Higgins
O'Higgins
Santiago
¿Santiago
Santiago
Valparaíso
"Curicó. -
| Valparaíso
-Sántiago *
“Curicó
Curicó
Antofagasta
Valdivia
Costa
Costa
Costa
- Andes
Andes
Andes
- Andes
Costa
Costa
Costa
Costa
Costa
“* Costa
Costa
. Gosta
Costa
Costa
Andes
Costa
- Andes
Andes
- Andes
Cota
Andes
Andes
Andes
Andes
Costa
1.900
LLE
. 1.840
1.080
: 1,490
1.000
1.000
1.000
: 1,100
1.100
620
620
620
620
: Bosq. deciduo
Bosq. deciduo :*
Bosq. deciduo --.
- Estepa altura
Estepa altura
Bosq. esclerófilo *
Bosq. esclerófilo -
Bosq. higrófilo :'
Bosq. higrófilo
Bosq. deciduo
Bosq. higrófilo
Bosq. higrófilo .
Bosq. higrófilo
Bosq. higrófilo .
Bosq. higrófilo
Bosq. higrófilo
-" Mat. xerófilo
Bosq. mixto
Bosq. esclerófilo.
- Estepa andina -
Estepa andina
3 - Bósq. esclerófilo
500
980
720
735
4.150
40
Terreño cultivado.
Bosq. esclerófilo
Bosq. esclerófilo
Bosq. deciduo
Estepa altura
Bosq. higrófilo
C
Bosq. higrófilo *
alegoría Sustrato
V roca
V roca
IV roca -
V roca
V “TOCA
V roca
V Toca
Iv Araucaria araucana
1001 suelo
IV . Nothofagus obliqua
MI - * Aextoxicum punctatum
TI Aextoxicum punctatum '
MI Aextoxicum- punctatum
MI. Aextoxicum punctatum .
JAI. Aextoxicum punctatum
100 Aextoxicum punctatum .
IV Baccharis sp.
100 Suelo
IV Jubaca chilensis
IV roca -
V roca
V roca
TV roca =
V . Populus alba
IV Myrceugenia sp.
IV roca je A
IV roca
IV roca
V suelo
TI tronco
Musgo
Hygroamblystegium austro-fluyiatile
Philonotis sp. .
- Barbula. sp.
Tortula andersoni
Grimmia reflexidens y G. ovata
Tortula andersoni
Tortula andersoni :
Campylopus sp., Leptotheca gaudi-
. — Cháudi
Rhizogonium mnicdes
Lepyrodon implexus
Lepidozia reptans *
Plagiochila asplenoides *
. 'Plagiochila asplenoides *
Plagiochila spinulosa *
Ptychomnion fructicetorum
Plagiochila spinulosa *
Rigodium implexus
Zygodon pentastichus
Campylopus incrassatus
Tortula andersoni
Grimmia sp. :
Grimmia. sp. E
- Rigodium arborescens
Tortula oepilosa, Juratzkaea seminerve
'Juratzkaea seminerve
Tortula squarripila
Juratzkaea sp.
Encalypta berthoana, Fissidens tener,
Barbula sp.
94 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973.
En el análisis que sigue se utilizan los siguientes parámetros:
densidad, abundancia relativa, índice de asociación de Dice, índice
de diversidad de Shannon, índice de constancia (Bodenheimer,
1955).
IV.—RESULTADOS, DISCUSION Y CONCLUSIONES
Para la discusión de los resultados se ha adoptado el crite-
rio de una secuencia decreciente de xerofilia. Desde este punto de
vista, los líquenes se analizan como condiciones extremas del am-
biente briófilo con estado xerófilo prevaleciente.
Considerando que la característica ecológica más importante:
de estos ambientes, en relación a los medios afines, sería el grado
y la constancia hídrica, mos hemos propuesto como hipótesis de -
trabajo que el orden adoptado equivalga a una gradiente decre-
ciente de briofilia (incluyendo arbitrariamente a líquenes), o di--
cho de otra manera, a un aumento progresivo de las relaciones:
y analogías edáficas.
A. Análisis por categoría ecológica y enfoque sucesional.
A". Líquenes.
1. Líquenes V Categoría. En esta categoría domina ampliamente:
el género Parmelia, especialmente P. pertusa (Schrank) Schaer.
Una muestra corresponde a Ramalina. Ambos géneros son casi
cosmopolitas, teniendo P. pertusa la siguiente distribución: Euro-
pa, América septentrional y meridional, Asia oriental, Tasmania.
y Oceanía. *
Como lugar de vida presentan las siguientes características:
a. Representan un ambiente muy extremo con período seco:
excepcionalmente prolongado y escasa protección a los cambios:
climáticos.
b. Las relaciones con otros ambientes son muy escasas o nu-
las.
c. Las posibilidades alimentarias son limitadas y especializa-
das, ya que se trata de vegetales de escaso desarrollo y estrecha-
mente adosados a la pared rocosa, dejando mínimos espacios:
intermedios con el sustrato, lo que impide casi por completo la
acumulación de partículas orgánicas e inorgánicas.
* Los datos correspondientes a sistemática y distribución de líquenes y briófitas:
han sido aporatdos por H. Brizot y V. Tosco, en comunicación epistolar (1964).
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 95
d, El frío y el viento serían los factores limitantes de más
importancia, dado que estos vegetales se localizan en zonas de
altura.
Del análisis de los cuadros N?s 3 y 4 sobresalen las observa-
ciones siguientes: !
CUADRO N? 3.— N? de ejemplares, densidad y abundancia
relativa en líquenes (fauna hidrobionte)
Categoría E ;
ecológica Mo sl IV AA! SI
: | ae 2]
Sustrato | Roca | Roca | Arbol || Roca .| Roca. | Arbol
Total | | | |
individuós A A E A JE 385
| | | |
| Densidad en 10 cc Abundancia relativa (96)
| | 1] i |
Tardigrada | 2.67 0] 0508641 122.501] 7:75 |: 36:55 9]: 35:07
| H cl |
Rotifera | 3183 | 70.14 18.33 || 92.27 | 50.41 28.57
| | ll | |
Nematoda | —: ] 1814 | 2333 |] — | 13.04 | 36.36
| | | | |
Totales | 34.50 | 139.14 | 64.16 || 100.00 | 100.00 | 100.00
| | | l | |
a. La fauna es muy pobre en número de individuos (Fig. 3)
y de grupos zoológicos.
b. Los rotíferos constituyen el grupo dominante de la fauna
hidrobionte, «ausentes únicamente en algunas muestras del Norte
Grande, tal vez debido a que aquí no se presentan, en ninguna
época del año, períodos de relativa higrofilia (Fig. 1). |
c. Los tardígrados parecen exigir condiciones más favorables,
ya que han sido recolectados en cantidad solamente en líquenes
densos y espesos. Ausentes en liquen filamentoso (Ramalina sp.).
"d. La ausencia absoluta de nemátodos indica la independen-
cia de este ambiente de los medios edáficos y muscícola (Fig. 1).
e. En la fauna aerobionte se destacan grupos eminentemente
xerófilos. La fuerte heterogeneidad en la composición animal de
las distihtas muestras podría demostrar que el elemento más im-
96 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
poftante es de tipo brioxeno, sin constituir una zoocenosis media-
namente organizada.
f. La abundancia de oribátidos en algunas estaciones de
muestreo, a pesar que la fuerte xerofilia de este ambiente habría
podido hacer presumir la dominancia de prostigmatas, es posible
se deba al hecho de que éstos comprenden muchas especies termó-
CUADRO No 4.— N? de ejemplares, densidad y abundancia
relativa en líquenes (Fauna aerobionte)
Densidad en 1.000 cc. || Abundancia relativa (96)
LE a A
Grupos | Sustrato | Roca | Roca | Arbol || Roca | Roca | Arbol
| Tot. indiv.[ 128 | 12933 | 688 I| 128 | 1.293 | 688
Acarina in toto | 133.2 | 835.8 | 86.6 89.2 64.7
Gamasides | 3.3 4.8 | 22 0.5 2.1
Prostigmata 31.5 758.6 20.5 81.0 35.1
Tarsonemini | — 7.6 | — 0.8 0.9
Acaridiae 5.0 1.5 | 3.2 0.1 2.7
Oribatei | 93.4 63.3 AGO: 68 | 239
Araneida 47 0.6 ! 3.1 0.1 3.3
Pseudoscorpionida — 2.9 1 — 0.3 0.4
Diplopoda — 2.9 | = 0.3 0.1
Collembola in totó — 1.7 H — | 0.2 23.0
Entomobryomorpha | — — | 1698 || = — 21.6
Poduromorpha — 1.0 8.4 = 0.1 1.1
Symphypleona | — 1047 | 2.6 | — 0.1 0.3
Thysanura | | 29 | —= NN! — 0.3 —
Psocoptera 3.8 541 | 125 l 2.5 5.8 1.6
Thysanoptera | | 6.3 | 20.5 | — | 0.7 : 26
Heteroptera | .—., — 07.1] — . — 0.1
Homoptera o | 18 | 98 ! — | 20. | 12
Lepidoptera (larvae) | 0.6 0.6 | 0.4 0.4 0.1 | 0.1
Diptera (imagó) | 0.6 0.9 — | 0.4 | EPA
Diptera (larvae) | — | 0.9 | —= | — 61 |: =
Diptera (pupa) Po a 2.8 a a | 0.3 =
Coleóptera in toto | | ¡e | | |
(imago) o 06 ha ao Be 9 0 l > 10:
Coleoptera (lasvae) A E 87 || — — 1.1
Hymenoptera - Formicidae| — | 0.5 = Il — | 0.1. .SZ
Hymenoptera-Resto | — | 2.8 65 || — | 03 0.8
! |
Totales
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 97
MUSGO
O) prosticmata [7272 OrUBATEl MR camasines EXSTARSONEMINI ACARIDIAE
(0) unorobina
Fig. 1— Distribución porcentual de la fauna hidrobionte en musgos y líquenes
por categoría ecológica y sustrato.
47 indiv. (miles) /225 cm* ¿ndiv. (mihsi/£o00cc
06
$ diguen
1 Musgo |
Vr Va lr la illa ills
Fig. 2— Distribución porcentual de Acari, Collembola en relación al total reco»
Jectado por sustrato y categoría ecológica en musgos y líquenes.
98 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973
filas que difícilmente podrían colonizar líquenes de altura. Ade-
más, es habitual la presencia de oribátidos en ambientes fríos
extremos, como hemos comprobado en las Shetland del Sur
(1966-67).
g. Algunas especies de Psocoptera y Tardigrada han sido
recolectadas hasta el momento únicamente en esta categoría eco-
lógica de liquen: Roesleria crilensis Badonnel, Cerobasis chry-
sops Badonnel, entre las primeros y Echiniscus (E). ranzí Ramaz-
zotti entre los segundos.
2. Liquen IV Categoría.
2". Con sustrato roca. En relación a la categoría anterior apa-
«recen mayores disponibilidades alimentarias y de refugio,
logrando los líqueries un mayor desarrollo. Domina el género
Parmelia, pero no P. pertusa. En conjunto se estructura una esta-
bilidad microclimática relativamente mayor y un contenido hídrico
más elevado. Los ambientes en que se desarrollan son menos
extremos. Las relaciones con otros medios aumentan.
Las poblaciones animales existentes resienten la influencia
de estas condiciones mejoradas, presentando las siguientes peculia-
ridades principales (Cuadros 3 y 4).
a. Fuerte incremento de la densidad (Fig. 3) y aumento:
notable de la diversidad.
-.b:, Aparición: de numerosos grapos, entre los cuales hay ES
nos s higrófilos de tipo claramente humícolas.
c. En la fauna hidrobionte es constante la existencia de ne-
mátodos ,sin alcanzar fuerte incidencia, salvo en los casos en que
las relaciones con el suelo o musgos son particularmente intensas.
“d. «Los rotíferos mantienen la dominancia, aumentando inclu-
so su densidad. Sin embargo, decrece fuertemente su incidencia
porcentual sobre el total de la biocenosis.
.€. Los tardígrados muestran densidades elevadas y presen-
cia muy constante (ver Tardigrada en Cap. ' "Análisis faunístico” ).
f. Entre los aerobiontes, los prostígmatas xero-termófilas,
dominan sin contrapeso, incluso en zonas en que la fauna edáfica
muestra dominancia de oribátidos, indicando fuerte. independencia
del medio edáfico. Y
g. Otro grupo xerófilo, los IS se > destaca también
por su elevada densidad.
h. La relativa homogeneidad en la composición faunística
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS. Y LIQUENICAS 99
en líquenes de esta agrupación justifica la suposición de que se
trata de un ambiente relativamente más constante y con poblacio-
nes más estables de artrópodos aerobiontes. |
2”. Con sustrato árbol. Domina también el género Parmelia
acompañado de Evernia y Lobaria pulmonacea, .especie
cosmopolita. Las características favorables para la zoocenosis se
encuentran más acrecentadas, aumentando las posibilidades de
refugio y de aislamiento climático así como las interdependencias
con otros medios. tra :
Como consecuencia se observa una “composición faunística
más balanceada, faltando por lo general grupos O especies pre-
dominantes. :
Otras caracetrísticas que merecen ser destacadas son (Cua-
dros N*s 3 y 4): 5
a. Dominancia relativa de nemátodos en la fauna hidrobion-
te, revelando mayores relaciones edáficas que los casos anteriores
(Fig. 1). |
“b. Los rotíferos pierden importancia, consecuencia de una
mayor competencia frente a la briofagia. de
Cc. Los tardígrados están presentes en todas las muestras,
siendo tres especies constantes (ver Tardigrada en Cap. “Análi-
sis faunístico”). Sin embargo, su densidad decrece fuertemente,
debido probablemente al acercamiento a las condiciones de tipo
humícola. La muestra con muy elevada densidad resulta también
la más alejada ecológicamente del ambiente edáfico. A pesar de
esta reducción numérica, la diversidad específica resulta muy ele-
vada, alcanzando un máximo de 3 especies en Lobaria pulmonace
sobre Nothofagus, y de 12 para la categoría y sustrato. |
d. En la fauna aerobionte el hecho más destacado es la nota-
ble disminución de los prostígmatas y el aumento de los oriba-
tidos, tendiendo a las proporciones de estos grupos en el suelo.
e. El incremento de las densidades de colémbolos (incluyen-
do la aparición y alta densidad de Entomobryomorpha), gatnasi-
dos, acaridios, tisanópteros y la aparición de estafilínidos, ptilidos,
curculiónidos, nitidúlidos, bírridos y larvas de coleópteros, repre-
sentan otros hechos que confirman las mayores afinidades con el
ambiente humícola y una mayor capacidad como medio de vida.
3. Observaciones generales. El análisis de las zoocenosis liqué-
nicas nos permite confirmar a este nivel nuestra hipótesis
100 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973
de trabajo. Efectivamente, a mayor grado hídrico del ambiente
liquénico y a mayor estabilidad microclimática del mismo, aumen-
tan la diversidad y la densidad de la fauna que los puebla, estruc-
turando comunidades cada vez más integradas y estables (mante-
nidas a bajo nivel) y paulatinamente más cercanas a aquellas
características de los ambientes edáfico y humícola de las zonas
en que se desarrollan*
A”. Musgos. Como información general e inicial entregamos el
siguiente cuadro de promedios del índice de diversidad de
Shannon por categoría ecológica y sustrato.
Promedio de diversidad por categoría y sustrato:
Categoría Sustrato
ecológica Roca Arbol Suelo Total
V 2.10 3.18 “— 2.46
IV 3,48 3,70 — 3,38
111 => 3.54 4.62 3.67
Un análisis detallado desde este punto de vista puede verse
en Di Casrti, Astudillo y Sáiz, 1964.
1. Musgo V Categoría. Se obtuvo un total de 2.654 animales.
Los cuadros N's 5 y 6 contienen los datos cuantitativos corres-
pondientes a las faunas hidro y aerobionte, respectivamente.
Los musgos de esta categoría, pertenecientes en su mayoría
por lo general cojines de poco espesor y desarrollo espacial redu-
cido. Con excepción de una muestra todos han sido recolectados
a Tortula andersoni, o a diferentes especies de Grimmia, forman,
en alturas fluctuantes entre 1.000 y 3.000 m.
Ecológicamente condicionan un ambiente extremo sometido
a intensa variaciones de humedad y de temperatura; se trata de
musgos en general muy coriáceos y por ende compactos, dejando
escasos intersticios para los animales de cierto tamaño, sin lograr
acumular una cantidad apreciable de humus, aún cuando éste es
mayor que el observado en líquenes de categoría correspondien-
te. En general se asemejan a líquenes V categoría, con condicio-
nes algo mejoradas.
La fauna observada muestra las siguientes cualidades:
“a. Baja densidad (Fig. 3) y escasa diversidad (2,46 bits)
de los elementos aerobiontes, con dominio inconstrastado de los
Saiz, F. " ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS : 101
CUADRO N? 5.— N? de ejemplares, densidad y abundancia relativa
en musgos (fauna hidrobionte)
Categoría | |
ecológica vV | IV | HI
Sustrato | Roca | Arbol | Roca | Arbol | Arbol | Suelo
Total | :
individuos 608 90 | 2.283 1.012 134 109
le
| Densidad en 4 cm
Tardigrada 16.25 — | 169.50 98.00: | : 8.29 || 1.00
| ' Ú +
Rotifera 123.25 46.00 | 102.17 56.00 6.71 28.00
|
Nematoda | 49.50 44.00 | .108.83 48.50 415 80.00
| | e
Total | 198.00 | 90.00 | 380.50 | 202.50 | 19.15 | 109.00
qe |
| Abundancia relativa (%)
| |
Tardigrada 8.60 | — | 4455 48.42, | 43.28 0.93
| E ls
Rotifera 65.21 | 51.11 | 26.85 27.67 35.07 25.68
| |
Nematoda 26.19 | 48.89 | 28:60 | 2391; | ¡24.65 |: 73.39
| | rca
Total JPi00.— | 100.— ]
|
100.— | 100.— | 100.— | 100.—
prostígmatas y de otros grupos xerófilos, principalmente psocóp-
teros, entomobriomorfos y ostomátidos. Su densidad aumenta en
relación directa con el espesor del musgo e inversa con la incli-
nación del sustrato.
b. En sentido absoluto los rotíferos constituyen el grupo do-
minante entre los hidrobiontes, seguido de nemátodos (Fig. 1).
c. La presencia de tardígrados es bastante constante con ex- .
cepción de dos situaciones ecológicas particulares, como es el caso
de musgos asentados en el lecho de arroyo de temporada con
alternancia de una fase acuática y otra fase extremadamente seca. .
Su densidad decrece con el aumento del espesor de los musgos y
los depósitos de tierra. La diversidad específica es baja (ver Cap.
“Análisis faunístico”).
CUADRO N> 6.— N? total de ejemplares, densidad y abundancia relativa en musgos.
(Fauna aerobionte)
| Densidad en 225 cm2 O relativa (96)
| Categoría vi == AAN e
| mn
Grupos | Sustrato J|_Roca .| Arbol | Roca "Arbol E Arbol | Suelo — _ Suelo 4 _Róca* - -Arbo I | Roca Arbol | Arbol | Suelo
[ Tot. indiv. | OSI DESE, | 161 1.616 ln 4412 [5 $816. [24 : 4.215 || 106 — 347 |_ 1.616 I 4.412 | 6.816 6 |_ 4.215
Copepoda — == Lo 2.0 . AN A E: qa 0.1
Isopoda — — — 2.0 1 — A, A" — 0.1
Acarina in toto 40.0: 116. 0 215 7 608. 0 821.6 3.711.0 75.5 33.4 80.1 68.9 84.4 88.0
Gamasides 8 3.5 20. 3 88.7 | 123.0 E e e 2.4 91 2.9
Uropodina R — 1.0 9.0 20.0 —=, => 0.4 0.3 “09 0.5
Prostigmata 39.0 82: .0 166.8- "393. 8 115.3 | 1.735.0 73.6 23.6 61.9 446 |> 11.9 41.2
Tarsonemini —= k 3.0 |: 19.2 203.0 14.0 — —: 1.1 -: 2.2 20.9 0.3
Acaridiae — 33.0 0.2 11.8 4.2 1.0 — -9.$ 0. 1.3 0.4 0.0
Orbitatei 1.0 1.0 41.2 |' 159.6 401.4 | 1.818.0 19 0.3 15.3 18:1 41.2 43.1
Araneida — 2.0 0.2 3.6 1.7 16.0 — 0.6 0:1 0.4 0.2 0.4
Opilionida — — — _ — 0.1 1.0 — — _— —Á 0.0 0.0
Pseudoscorpionida 0.5 = 0.3 1.4 46 — 0.9 — 0.1 0.2 0.5 —
Diplopoda —! — 0.2 0.6 17: 1.0 ¿— — 0.1 0.1 -0.2 0.0
Pauropoda — li: — — — 0.4 90 . —- — — — 0.1 0.2
Symphyla — = — =: —. .6.0 — — = == — 0.1
Chilopoda — — —= 0.2 0.1 2.0 1 — == E 0.0 0.0 0.1
Protura — — — — 0.1 2.0 — — — —.t:.00 0.1
Collembola in toto 4.5. 43.0 44.2 245.4 107.7 444.0 : 8,5 12.4 16.4 27.8 11.1 10.5
Entomobryoamorpha 4.5 — 2-7 |. 231.8 75.6 304.0 - 8,5 — 1.0 26.3 7.8 7.2
Poduromorpha .— 43.0 37.8 12.6 26.0 33.0 = 12.4 140 | 1.4 2.7 0.8
Symphypleona — — 3.7 1.0 6.1 107.0 .— — 1.4 0.1 =. 0.6 2.5
Diplura LA =— — == | 1.0. 1.0 — —; = e 0.1 0.0
Thysanura = — — - 032 l Ea — E ÍA E 00 ME JS
Blattaria — — 0.2 ==: — — — — 0.1 sE IN
Psocoptera 5.5 46.0 = 8.4. 0:3 1.0 10.4 13,3 — 0.9 0.0 0.0
Thysanoptera — — — 116 | 0.1 —_ => — l EOS IÓ 0
Heteroptera = — 03| 04 .031 — i— o -- 0,1 0.1 | - 00 y
Homoptera 0.5 139.0 08 |. 98| 27.3 — 0.9 40.1 - 0.4 1:1 Zi | —
Lepidoptera (larvae) — — 0.2 |. 0.4 0.6 2.0 . — — o:i 0.1 0.1 | 0.1
Diptera (imago) 1.0 — sr — 2.3 — 1.9 == 01 Pi 0.2 A
Diptera (larvae) — — 6.7 0,4 0.3 .2.0 — — "25 0.1 0.0 | 0.1
Coleoptera (imago) — — 0.2 2.0 2.0. "2.0 —= — 0.1 0.2 02 0.1
Co'eoptera (larvae) 0.5 10| — 7 1.0 10.0 , 0.9 0.3. — 6 0.1 0.2
Hymenoptera-Formicidae =— — | — ' 0.1 — — e == Ea 0.0 UE
Hymenopter-Resto 0.5 — 0.2 02 0.3 1.0 0.9 — 0.1 0.0 0.0 0.0
Total 53.0 347.0 269.5 882.6 973.6 | 4.215.0 99.9 100.1 100.2 100.1 100.1 100.1
40
20
o
Liquen Musgo
ME qaroicrana [7 rorirera MEMAIOOA
Fig. 3.— Densidad de la fauna aerobionte por categoría ecológica -y sustrato en
líquenes y musgos.
E
AN E
B 3 > O > A
100
70
30
0
“ TARDIGRADA
Fig. 4.— Dendrograma de afinidades entre las diferentes categorías ecológicas y
sustratos de líquenes y musgos a través de Tardigrada,
104 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
2. Musgos de IV Categoría. Se trabajaron 7.122 animales de sus-
trato rocoso y 6.537 de sustrato arbóreo.
2'. Con sustrato roca. Los musgos pertenecen en su mayoría a
los géneros Barbula, Rigodium y Tortula.
Ecológicamente condicionan un ambiente menos extremo
que el anterior, con mayor protección frente a las fluctuaciones
térmicas, con mayor concentración de humus, con mayores posibi-
lidades alimentarias, etc. Estas condiciones más favorables permi-
ten el establecimiento de una fauna aerobionte más variada (3,48
bits) y la presencia de muchos grupos claramente humícolas como
tarsonémicos, oribátidos y variadas especies de colémbolos. Las
características más destacadas son:
a. Los tardígrados alcanzan su densidad y variedad máximas
(11 especies), constituyendo el grupo dominante. Su diversidad
específica es sólo menor a líquenes de la misma categoría (12
especies).
b. Nemátodos y rotíferos son muy constantes, siendo sus
densidades, por lo general, os inferiores a la de los
tardígrados (Fig. 1).
- Cc. Entre los aerobiontes, los prostígmatas siguen siendo do-
minantes, pero acompañados en este caso por grupos mesófilos o
higrófilos. La abundancia de poduromorfos y de larvas de díp-
teros, como también la presencia, ¡de Uropodina, deben pps
a relaciones humícolas.
d. Los Oribatei revelan un fuerte incremento de la densidad
en relación a la categoría anterior. ¡
2”. Con sustrato árbol. Predominan los géneros Campylopus,
Dicranodontium, Leptotheca, Zygodon. Estos musgos son
más ramosos, de mayor espesor, con mayores depósitos de humus
ue los anteriores, y en general acentúan las características insi-
nuadas: en el sustrato rocoso. Aumentan también los contactos
con otros ambientes, particularmente el humícola y corticícola. El
hecho más llamativo es el decrecimiento numérico de los anima-
les hidrobiontes en favor de los agrobiontes, apareciendo incluso
rupos 'no representados . anteriormente. Las principales caracterís-
ticas se esquematizan así:
; a, Las proporciones entre-los diferentes grupos hidrobiontes
se conservan casi invariables, a pesar de haber decrecido su den-
sidad, global. Sin embargo, la presencia de tardígrados es incons-
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 105
tante. Por el contrario rotíferos y nemátodos están presentes en
todas las muestras (Fig. 1).
b. Los prostigmatas se mantienen como dominantes, pero los
oribátidos, más higrófilos y humícolas, llegan a equiparar su den-
sidad en algunos casos (Fig. 2): AR
Cc. Otro grupo humícola, los Entomobryomorpha, aumentan
fuertemente, llegando a ocupar él segundo lugar entre los aero-
biontes. |
d: Las afimidadés cór: el suelo se destacan también por la
presencia repetida de Uropodina; Diplopoda; Acaridiae, Chilo-
poda, Thysanoptera, Staphylinidae, Pselaphidae, Ptiliidae, e inclu-
so Symphyla y Scorpionida en las muestras cualitativas. La diversi-
dad se acrecienta (3,70 bits). |
3. Misgos de IM Categoría. Hemos analizado un “total de
14.858 Animáles en sustrato árbol y 5.316 en sustrato suelo.
A pesar de que aparentemente podría pensarse én una sepá-
ración mánifíésta éntie los dos tipós de sustrato; es ñhecesario
señalar que existe vsia verdadera transición sin solución: de conti-
mnuidad entre 143 múéstras. En efecto, algunas provienen de brió-
fitas sobre árbol con abundante capa de humus; otras se desárro-
llar: sobre tromcós vivós, peró én estrecho contacto con él suelo,
y las últimas corréspondéñ a btiófitás sobre troncos en: descompo-
sición que, por ló tásto, pueden considerarse como verdaderas
proyecciones del ambiente humícola. CRE j
3, Con sustrato árbol. Peitenecen a los géneros Lepidozia y
Plagióchila.
Desde: ury punto de vista ecológico se caracteriza por una
notablé uniformidad micróclimática con humedad satisfactoria du-
rañite la mayór parte del año y por la abundancia de disponibili-
dades alimentarias: :
Las principales características son: |
a. Neto: decrécimiéñto' de los hidrobiontes y fuérte 'incre-
mento de los aerioborités humíicólas. ás y
b. Alta variedad de espéciés en aerobiontes, lo que junto a
su densx población: lo! hacé uno' de los medios más póblados. Apa-
recen prácticamenite fódos lós: grupos qué se dan: en las Capas
superiores del suélo, variando solamente su composición porcen-
tual.
106 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
c. Los oribátidos aparecen como dominantes, desplazando a
los prostígmatas (Fig. 2).
d. Entre los ácaros, dos grupos humícolas (Tarsonemini y
Gamasidae) llegan a densidades muy elevadas sobre todo en brió-
fitas en contacto directo con el suelo en zonas de cierto grado de
intervención antrópica (Fig. 5).
e. La presencia y relativa abundancia de Uropodina, Homop-
tera, Symphyla, Protura, Lumbricidae, Pauropoda, Diplopoda, Iso-
poda, Diptera, Scydmaenidae, Pselaphidae, Staphylinidae, Carabi-
dae, evidencian también un elevado grado de afinidad con el
suelo.
f. Entre la fauna hidrobionte, los nemátodos a pesar de su
baja densidad, son los más abundantes, confirmando los nexos
establecidos en el punto precedente (Fig. 1).
g. La presencia de macropredadores como Pseudoscorpioni-
da, Araneida y algunos coleópteros, contribuye a elevar la diversi-
dad faunística (3,54 bits).
h. Una especie de tardígrados aparece como constante (Echi-
MISCHS bigranulatus). La densidad y diversidad específica en. rela-
ción a la categoría anterior decrece (ver Cap. Análisis faunísti-
co'
da No se manifiestan diferencias muy características en la
composición zoocenótica de las briófitas de esta categoría según
su mayor o menor contacto con el suelo, salvo una mayor densi-
dad en este último caso.
3. Con sustrato suelo. Las características ecológicas de este am-
biente son difícilmente diferenciables de las capas superio-
res del suelo de bosque; aún más, es posible que presente un
grado de favorabilidad aún mayor debido a la protección micro-
climática que presenta la estructura propia del musgo. Debido a
ello es difícil diferenciar su zoocenosis en relación a la de la pri-
mera capa humífera (Cuadro N* 6).
La densidad global (Fig. 3) de los aerobiontes es superior
a la de cualquier categoría de musgos. La diversidad específica
llega a valores superiores a 4,5. bits. .
De los hidrobiontes, todos. en baja densidad, los nemátodos
son los de mayor incidencia (influencia edáfica).
4. Musgos de II y 1 Categorías. Dado que las finalidades de este
trabajo se establecieron en relación a la zoocenosis edáfica, los
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 107
musgos de estas categorías carecieron para noostros de interés
inmediato.
Se estudiaron cualitativamente 5 muestras con 310 ejempla-
res.
Las características ecológicas pertenecen más bien al ambien-
te límnico, debiendo ser sus métodos de estudio diferentes.
Entre los grupos recolectados destacan por su incidencia las
larvas de dípteros (especialmente Chironomidae), anfípodos, oli-
goquetos e hidrudíneos, moluscos, nemátodos, copépodos, estados
preimaginales de Trichoptera, Plecoptera y Ephemeroptera, Tur-
bellaria, Hydracaridae, etc.
Es evidente que existen escasísimas relaciones incluso con los
musgos húmedos de III categoría, siendo los únicos hechos en co-
mún la fuerte densidad de larvas de Chironomidae y nemátodos.
En los musgos de 1 Categoría recolectados en el río Loa
destaca la elevadísima densidad Elmidae, coleópteros desprovistos
de claras adaptaciones a la vida acuática. y |
5. Observaciones generales.
Los antecedentes anteriores confirman, al igual que para los
líquenes, nuestra hipótesis de trabajo en el sentido de que un in-
cremento del grado de humedad y de su constancia, del aumento
de la cantidad de humus, y consecuentemente de las posibilidades
tróficas, provoca una disminución de las características briófilas
de la mesofauna existente y un acercamiento hacia una estructura
faunística de tipo humícola con predominancia'de elementos bri-
xenos. Ñ
Un buen índice de esta situación es la relación Prostigmata-
Oribatei (ver. Cap. “Análisis faunístico”).
Las características ecológicas de la categoría más seca (V),
aislamiento, poco desarrollo vegetal, escaso humus, ausencia de
protección del medio, fuerte variabilidad hídrica y térmica, están
determinando un control sobre la estructura y la organización de
la zoocenosis de tipo eminentemenee abiótico. do
En las categorías húmedas (III) el grado y la estabilidad
térmica e hídrica es elevado debido al mayor-désarrollo de las
briófitas, al hecho de crecer en formaciones vegetales más o me-
nos cerradas, lo que junto al mayor acúmulo de humus y sus ma-
yores relaciones con otros medios, hace que las zoocenosis en
108 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL : N* 6, 1973
cuestión no dependan tanto de las variables climáticas sino de su
propio grado de organización biótica.
Consecuentemente hay un incremento de la complejidad de la
organización de la comunidad faunística, al aumentar la categoría
ecológica y al hacerse más estrechos los lazos con el medio edáfico,
fundamentalmente humícola.
Un último punto que es útil destacar es la ausencia de una
estrecha asociación entre la especie vegetal y las especies anima-
les que la habitan, sino más bien una relación respecto a la forma
de desarrollo de aquella y a su grado de humedad.
Si bien esto resulta de toda claridad en lo: que concierne a
los elementos detritófagos y depredadores, puede sorprender a
priori, y deberá someterse a discusión, :en relación a las especies
briófagas, dada la especificidad que se manifiesta EEES
en la kitofa gia (ver * Analisis faunístico””).. .-*
B. Análisis faunístico.
1. Fauna hidrobionte. Cuadros N*s 3, 5 y. 7 y Figs. 1 y 4.
1.1. Tardigrada. Las mejores características ecológicas para
., este grupo se dan en IV categoría, tanto-para briófitas
como líquenes, condiciones bajo las cuales se presenta el máximo
de densidad y de diversidad específica, El sustrato parece-no tener
una influencia determinante en ningún sentido.
-: Según el cuadro.N*,7 puede considerarse que los ana de
IV categoría con sustrato árbol equivaldrían a musgos sobre roca
de igual categoría en cuanto a configuración de condiciones eco-
lógicas, de tal modo que una sucesión desde el punto, de «vista
de nuestra hipótesis de trabajo' significaría el siguiente orden: Li-
quen V roca, Musgo.V roca, Liquen IV roca, Musgo .IV roca,
Liquen IV árbol, Musgo IV árbol, Las lluvias o el agua corrien-
te pueden .alterar en apariencia esta situación. . .- !
Este planteamiento es-corroborado por: el dendrograma da la
Fig. 4, en que se establecen los: diferentes grados de afinidad
entre las distintas categorías y. sustratos seem el indice de Dice
(también denominado de Sorensen). :
. En.'él destaca un núcleo -central bastante. afín ados por
musgos y líquenes de IV categoría más el. musgo de III categoría
con sustrato árbol. Destaca igualmente el aislamiento del sustrato
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 109
suelo en forma casi absoluta, no importando su categoría y confir-
mando la opinión de Overgaard (1948) de que la fauna del suelo
desde el punto de vista de los tardígrados sería una dilución de
la de musgos, ambiente que les sería más natural.
Consecuentemente los tardígrados no soportarían condiciones
en que dominen en forma incontrastada los períodos secos, la
CUADRO N? 7.— Distribución de Tardigrada por sustrato y categoría ecológica.
Presencia en muestras.
Liquen [| Briofitas
| | dae
| Categoría] V | IV O IZA e pH
Especies Sustrato | Roca | Roca | Arbol || Roca | Suelo | Roca | Arbol | Arbol | Suelo
Toral AE loa UA 0 4 Po UZ AA ABE
muestras| 7 10 | 5 8 | 2 6 | 5 7 2
Echiniscus bigranulatus * 1 1 1 2 PS: 4
Echiniscus blumi | AE |
Echiniscus ranzi ** 1 JA |
Mopsechiniscus imberbis* | 2 | |
Macrobiotus furcatus * 3 1 |
Macrobiotus harmsworthi | 3 || | Al
Macrobiotus hufelandi [AL | Ao 24
Macrobiotus intermedius | | | | 16 4 lo
Macrobiotus liviae ** | [as | 1 | |
Macrobiotus pustulatus * -| | | 1 |
Macrobiotus | | | | |
subintermedius ** | ISA 1 1 4
Id. o intermedius | A | deal
Hypsibius alpinus * | ¡A | PA! | |
Hypsibius scoticus | 1 | 1] A | | l.
Hypsibius anomalus * (el ' | | |
Hypsibius baumanni ** | ¡ASES 1 | ll
Hypsibius conjungens * | 1 | 1] ¡Al | |
Hypsibius convergens * | | TE]! ed | | | |
Hypsibius dujardini | ales A | | ; A
Hypsibius oberhaeuseri | 1 | | Hess] el La |
Hypsibius sculptus ** | LH | | ]
Hypsibius castri ** | | del |! E | | |
Milnesium tardigradum | A A | | 3:| | 1
M. tardigradum | | |! | | p>
granulatum ** | |] |. 111 | | l 17] |
* Especie nueva para Chile.
** Especie nueva para la Ciencia.
110 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
fuerte insolación ni el acúmulo elevado de humus, siendo ele-
mentos caracertísticos del medio muscícola y liquénico.
Biogeográficamente encontramos especies de amplia distri-
bución mundial como Echiniscus (E.) bigranulatus, Milnesium tar-
digradum, Macrobiotus harmsworthi, e Hypsibius alpinus, cuya
distribución nacional hasta ahora conocida abarca el territorio
comprendio entre los paralelos 30 y 39, es decir ,desde Fray Jorge
(Coquimbo) hasta Nahuelbuta (Cautín), y en algunos casos has-
ta Chiloé, no superando los 3.000 m de altura; y, especies confi-
nadas a condiciones ecológicas restringidas como Hypsibius (Ca-
lohypsibius) castri, conocido sólo de un pequeño manchón de
musgo ubicado a la entrada de una madriguera de vizcacha a
4.150 m en Cerro Pajonal (Antofagasta), y Echiniscus (E.) ranzi,
encontrado en liquen a 4.600 m en el mismo cerro. También per-
tenece a este grupo Mopsechiniscus imberbis, conocido de Brasil,
Georgia Austral y Nahuelbuta (Chile) (Ramazzotti, 1962).
Especificidad frente a especies vegetales no se ha detectado,
siendo el factor más importante en su distribución la categoría
ecológica del medio. Por ejemplo, Echiniscus bigranulatus, se ha:
encontrado en 8 especies de vegetales, entre musgos y líquenes.
El material recolectado significó la incorporación de 15 espe-
cies a la fauna chilena, 7 de las cuales son nuevas para la ciencia
según se especifica en el cuadro N* (Ramazzotti, 1962, 64 a y b).
Analizada la constancia específica en las distintas muestras
se obtienen los datos siguientes:
Especies constantes (¡presentes en más del 50% de las muestras):
Macrohiotus harmsworthi .............. Liquen IV árbol
Macrobiotus bufelandi ................ , Liquen IV árbol :
Macribiotus subintermedius ............ Liquen IV árbol
y Musgo III árbol
Milnesius tardigraduM ..........oo.o... Musgo IV roca
Echiniscus bigranulgtus ....oooomoooooo.> Musgos UI árbol ..
Especies accesorias (presentes entre 25-50% de las muestras) :
Macrobiotus furcatus ......ooooooooo... Musgo V roca
Macrobiotus hufelandi ................ Musgo IV roca
Mopsechiniscus imberbisS .............. Liquen IV árbol .
Especies accidentales: el resto de las especies.
No hemos considerado los valores del sustrato suelo ya que
el número de muestras no permite hacer valoraciones con un acep-
table porcentaje de validez.
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS . 111
La lista anterior refuerza las observaciones hechas preceden-
temente, ya que sólo se dan especies constantes en el núcleo esta-
blecido en el dendrograma de afinidades.
1.2. Rotífera. Su mayor densidad corresponde a categorías se-
cas, debido quizás a su gran poder en enquistamiento y a
la ausencia de competidores. El incremento del humus y la com-
petencia con tardígrados y nemátodos reducirían su importancia,
El sustrato roca aparentemente es el más favorable. Son habitantes
característicos del musgo (Fig. 1).
1.3. Nematoda. Nunca son preponderantes, incrementándose su
densidad en relación a la mayor humedad y al acúmulo de
humus (Fig. 1). Al respecto Overgaard sostiene (1948) que la
fauna nematológica de musgos corresponde a una dilución de la
edáfica.
1.4. Entre los hidrobiontes recolectados cualitativamente cabe
mencionar la incorporación a la copepodofauna chilena de
Lofflerella trisaetosa Loffler y Attheyella nuda Loffler, siendo la
primera nueva para la ciencia, y ambas importantes como posibles
copépodos aerobiontes (Loffler 1966).
2. Fauna aerobionte. Cuadros N's 4 y 6 y Figs. 2 y 3.
La densidad total muestra un neto incremento en relación
directa a la mayor higrofilia, tanto en líquenes como en musgos
(Fig. 3), y hacia una mayor dependencia del medio edáfico. |
Destaca claramente la relevante participación de Acari y
Collembola, fundamentalmente el primero, participación que nun-
ca es inferior al 80% del total (Fig. 2).
La aparente contradicción dada en Musgo V árbol se debe a
la presencia explosiva de Coccidae en una muestra tomada en
medio altamente intervenido.
2.1. Acarí. Son los componentes más abundantes y constantes.
El número de taxones menores aumenta en relación a la
mayor higrofilia y desde el sustrato roca a suelo (Fig. 5).
La relación Prostigmata-Aribatei aparece una vez más como
visualizante de diversos grados de higrofilia, tal como se ha plan-
teado en trabajos sobre fauna edáfica. La dominancia de los pri-
meros indica ambientes xerotermófilos en general, y la de los
112 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
últimos de medios higrófilos, especialmente suelo de bosque. Una
mirada al espectro acarológico de la Fig. 5 deja en claro esta
situación.
Para el desarrollo de Oribatei son limitantes, al parecer, la
escasez de humus y la prolongada exposición solar, factores, espe-
cialmente el último que favorecerían a los Prostigmata.
El resto de los grupos tiene una importancia bastante menor:
Gamasides: tendencia a categorías húmedas y a una cierta aso-
ciación a la presencia de Oribatei.
Acaridiae: su incremento es generalmente consecuencia de la in-
tervención humana.
Va
Iv,
Musgo :
ETS
100
“lo
£0
Liguen
CJ Acari MEM Collembola ZA Resto.
Homoptera
Fig. 5.— Espectro acarológico por categoría ecológica y sustrato en musgos.
Uropodina: típicos del medio humícola, presentes en musgo en
cuanto éstos proporcionan características de tipo humí-
cola. o E ¿re :
Tarsonémini: su influencia parece depender fundamentalmente
de la intervención zooantrópica o a ciertas condiciones
especiales como la presencia de fecas.
Saiz, F. ZOOCENOSIS'MUSCICOLAS Y LIQUENICAS + 113
- 2.2. Collerbola. Segundo orden en .importancia. «Al igual que
Oribatei aumenta la diversificación de V a IM categoría.
2.3. Araneae. Grupo esencialmente brioxeno, de escasa densi-
dad y repartición relativamente uniforme'*en las diversas
categorías. Las siguientes especies se encontraron en el musgo de
Fray Jorge (det. H. Zapfe):*
1v Categoría árbol. .Liquen: Eicaodóa cinereus, Neobigois sp:
Musgo: Aporatea valdiviensis.
1181 PERE árbol: Musgo: Aporatea valdiviensis, Ceratinopsis
modesta, Clitistes sp. y Calacadia
ñ coquimbensis, la especie más Ele
dante y constante. '-
RA Pseudoscorpionida. Grupo brioxeno predador; tiende a ser
más abundante en categorias intermedias. Su constancia
es la siguiente (det. V. Vitali):
Especies constantes: ninguna. .
Especies accesorias:
Serianus patagonicus iS a nto, . Liquen IV:
“CHelanops COECUS ..oomentoo ose tie . Musgo MI.
- Austrochthonius SP. «ae. «0.0. s+o....* : Musgo Yí
Especies accidentales: O TON: :
Neomimiza Sp. ...... 0 A do ls IA
Progarypus SP. ...... +. ooo... ", Liquen 1V. Musgo V '
Apocheiridium leopoldi ...............-- ; Musgo IV - tl
Apocheiridium chilensent da eo Mospo Ina
: Austrochthonius chilensis ....... ..-. o Mus po
Austrochthonius persimilis es Me A Mus co Li
Austrochthonius semiserratus ....... .:...-.+ Musgo III
Dinoceirus Sp.'....: is TE soc LLL
Prendo ly cammochtonids SP More Maso LARES
Chelanops (Neochelanops) Sp. --....3+=..: . Musgo MI: -”
Chelanops fraternus........ por , Musgo Ir”.
Pseudopilanus kuscheli ....... 40... ett ; Musgo MI
Gymnobisium :chilense .... o... ooooteros: : Musgo TIL,
La lista 'hace patente la inflnencia del medio humícóla'en la:
lia del grupo en los mos (EAS de, la IM qdo |
ría)...
2: Chilopoda y y Diplopoda. E OCnOS e entaids de si: pa
cia higrófila y alta dependencia del medio hunácola.
CUADRO
114 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973.
2.6. Pauropoda, Symphyla, Protura y Diplura. Altamente de-
pendientes de la presencia de humus.
2.7. Thysanotura, Orthoptera y Blattaria. Presencia accidental,
xerófilos.
2.8. Psocoptera. Habitantes regulares de musgos y líquenes, es-
pecialmente en las categorías xerófilas, en que pueden su--
perar numéricamente a los colémbolos.
El sustrato roca aparece como más apropiado para su Ai
llo.
El cuadro N* 8 muestra la distribución ecológica de las espe-
cies encontradas (det. A. Badonnel). Es a destacar la casi total
independencia de cada categoría y sustrato en la composición espe-
cífica de psocópteros, recibiendo su mayor aporte de la fauna.
humícola y no de la corticícola.
N> 8. —Distribución de Psocoptera por sustrato y ES EMITE
Presencia en muestras.
Especies
Roesleria chilensis **
Cerobasis chrysops **
Liposcelis bostrichophilus
L. bostrichophilus
granulosus *
Liposcelis
|
nigrofasciatus ** |
Liposcelis rufus |
Liposcelis parvulus ** |
Liposcelis terricolis |
Liposcelis chilensis ** |
Badonnelia similis ** |
Lepinotus reticulatus |
Echmepterix terricolis ** |
|
chilensis **
Sphaerospsocopsis
| | in Ale Briofitas
| Categoría] V |. |] | IV TI
| Sustrato | Roca | Roca r Arbol || Roca rs Suelo | Roca | Arbol | Arbol | Suelo
¡IDOK
|
Total
muestras
|
|
|
ho
|
1
da
ÉS
HA e — a A A —— e a —
* Especies nuevas para Chile.
** Especies nuevas para la Ciencia.
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 115
Tres especies aparecen hasta ahora como conocidas sólo de
musgos (Badonnelia similis) y de líquenes (Roesleria chilensis y
Cerobasis chrysops) (Badonnel,: 1963, -67).
2.9. Thysanoptera. Predomina en sustrato árbol categorías hú-
medas. Su fitofagia es determinante de esta situación.
2.10. Heteroptera y Homoptera. Ocasionales.
2.11. Larvas de Lepidoptera. Ocasionales, el musgo les sirve de
refugio.
2.12. Diptera. Ocasionales, efecto de refugio.
2.13. Larvas de Diptera. Habitantes más regulares que los ima-
gos. Tendencia higrófila.
2.14 Coleoptera in toto. Elementos brioxenos de presencia oca-
sional. A medida que aumenta el grado hídrico crece el
número de familias presentes y en un grado menor el número de
individuos.
Trogositoidae se presenta como la familia mejor adaptada a
las condiciones ecológicas de V categoría sustrato roca, tanto ) para
musgos como para líquenes.
La familia Staphylinidae es una de las más conspicuas repre-
sentantes en los musgos (20% de las muestras). Higrófila,
Las especies encontradas para este trabajo son (det. F. Sáiz):
Eudera sculptilis Fauv.
Euryusa muscícola Coif£. y Sáiz.
Medon vittatipennis (F. y G.)
Gnathymenus proximus Coiff. y Sáiz, :
Trogophloeus andicola F. y G. ES
Loncovilius discoideus (F. y ' G. de
Trabajos anteriores (Sáiz 1971, 72) han: permitido hacer un
análisis detallado de la fauna coleopterológica asociada a briófilas
sobre suelo en el Parque Nacional “Fray Jorge”.
Las familias de coleópteros presentes en musgos y líquenes
corresponden a las que caracterizan el complejo hojarasca-humus,
destacando además de Staphylinidae, las siguientes: Ptilidae, Pse-
laphidae, Scaphidiidae, Scydmaenidae, Lathridiidae, Carabidae,
Elateridae, etc.
116 ANALES DEL MUSEO DE HISTORÍA NATURAL N? 6, 1973
El N? de familias por categorías es el siguiente:
-V Categoría .. .. .. .. Liquen.......... 1 familia
Musgo... ....... 1 familia
IV Categoría .. .. -. .. Liquen....... +... 5 familias
MUS SOSA pira 9 familias
III Categoría .. .. .. .. MUusgO......... 15 familias
2.15 Larvas de Coleóptera. Brioxenos. Poco representados. Ten-
dencias higrófila, salvo el caso de Trogositidae y Melyridae
(det. R. Crowson). Está relación es indicadora de un elévado
grado de adaptación de las especies involucradas a las categorías
secas.
2.16. Hymenoprerz. Brioxenos muy ocasionales.
2.17. Isopoda. Componentes de origeri edáfico, brioxeños acci-
dentales.
3 Obervaciones finales.
De las observaciones anteriores se: depfas que existe un
incremento del. número: de individuos, un aumento de la diversi-
dad específica: y de: la: variedad de grupos animales presentes al
avanzar desde las categorías xerófilas hacia las higrófilas, y hacia
relaciones más directas con el ambiente humíícola, confirmando la
hipótesis de trabajo planteada en los capítulos iniciales.
Como componentes aerobíontes habituales de los ambientes
muscícolas y liquénicos debemos considerar solamente a Acari y
Collembola, y posiblemente a Psocoptera, sierido el resto elemen-
tos brioxenos ocasionáles o? accidentales que van allí en busca de
presas o de refugio temporal.
El incremento de le higrofiliw determina uma disminución:
consecuente de la briofilia de los componentes aerobiontes al in-
corporar muchos eleméntos' BrioXeros, e incrementar sus depen-
dencias coñ los. medios afines; fundamentalmente el humícola.
De los componentes'hidrobiontes solamente Fardigrada y Ro-
lora se consideran-como- brió£ilos, proyectándose sus faunas al
medio edáfico: Nematoda. presenta características opuestas.
Saiz, F. ZOOCENOSIS MUSCICOLAS Y LIQUENICAS 117
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Valparaiso, Chile . Fr E ale 119
RELACION ENTRE LA CUSCUTA Y LAS PLANTAS
HOSPEDANTES AL NIVEL DE CARBOHIDRATOS
- SIMPLES Y EXTRACTO ETEREO
a
ALEJANDRO HORVAT, IRIS PERUCCA P., ISABEL SANINO S:
Laboratorio de Biología de la Universidad Católica de Valparaíso
SUMMARY.— Carbohydrate and Lipid contents ho Cuscuta Ed
several host plants species have been chromatographically analyzed. We
conclude that Cuscuta gets from the ps plants mainly OS
AAN INTRODUCCION |
“Las ao plantas del género Cuscuta son ad: Se
trata de una relación obligatoria para la planta parásita. La selec-
ción ha equilibrado ésta relación de tal modo que la planta pará,
sita obtiene lo necesario para su completo desarrollo de la planta
hospedante, sin on las pcs ¡de vida del: la- misma
(Odum'1964):
Biológicamente el pers es un hecho al muy gena
ralizado, evohutivámente de alta A para ecupar deter:
minados nichos ecológicos. .;
Según Osborn (1948), “la mayor tendencia de E celtas
es hacia la especialización”. Aunque, las ventajas de la especiali-
zación son claras, en el caso del parasitismo “la degeneración es
una forma de especialización, en la cual se sacrifica la mayoría
de los órgnos somáticos para una mayor eficiencia! en la pepa
ción'a una vida parasitaria” (J. Huxley 1942)...
Se puede» presumir. que los parásitos cane han llegado
a constituir “tipos estables”, genéticamente poco flexibles, y han
“alcanzado el límite de especialización” (J. Huxley 1942). Para
optar por la supervivencia, se escogió un precio alto y un riesgo
grande, pues “como.regla general la Evolución es un proceso irre-
versible” (Osbosn 1948), y ¡un cambio substancial del medio signi-
fica para el parásito, permanente con mayo prabaillidas pue extin-
ción.
120 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
Si se considera el alto nivel evolutivo de las Solanales a las
que pertenece al género Cuscuta, es fácil notar que su "degenera-
ción” implica:
1. Cambios morfológicos: ausencia ide raíces, de hojas y clo-
rofila. En el embrión de la semilla no hay cotiledones (Gola, Ne-
gri, Capelletti, 1959).
2. Cambios metabólicos: por no realizar la fotosíntesis, la
Cuscuta debe reorganizar sus procesos metabólicos.
El parasitismo mo implica solamente aspectos negativos de
“degeneración”. La adaptación lo lleva al desarrollo de estructuras
muy eficientes para el tipo de supervivencia que logra.
Particularmente la Cuscuta tiene:
1. Un quimotactismo muy desarrollado para lograr estable-
cer el contacto con la planta hospedante durante el corto lapso de
vida que le permiten las reservas de la semilla.
2. Haustorios, mediante los cuales puede sacar de la planta
hospedante las substancias indispensables para su subsistencia.
3. El tallo con el sistema fibrovasal central, para una mayor
resistencia 'a la tracción, fuerza a la que está normalmente some-
tida.
Se ha estudiado la relación de la Cuscuta con las plantas
hospedantes desde el punto de vista de los aminoácidos (Horvat-
Lagomarsino). En el trabajo presente se analiza su relación con
las plantas hospedantes desde el punto de vista de los carbohi-
dratos simples y extractos etéreos.
MATERIALES Y METODOS
A. Materiales.
Han constituido material de estudio para el presente trabajo:
1 Cuscuta chilensis en los siguientes aspectos:
- Semilla.
- Plantitas brotadas en pleno vigor, antes de adherirse a algu-
na planta hospedante.
Plantitas brotadas y muertas prematuramente por agotamien:
to por no lograr contacto con plantas hospedantes.
Plantas en pleno desarrollo, recogidas de diferentes especies
de plantas hospedantes.
Horvat, A., et. al. LA CUSCUTA 121
2. Plantas pertenecientes a los siguientes géneros y especies
(Muñoz 1959), recogidas en el Estero de Marga Marga, Quilpué,
Granizo, Olmué, Boco y Rautén.
Hydrocotyle ranunculoides,
Polygonum persicaria,
Paspalum sp.
Apium australe Thou.
Cestrum parqui L'Her.
Opomoea sp.
Trevoa trinervis Miers.
Conium maculatum L.
Baccharis sp. j
Colliguaya odorifera Mol.
Foeniculum vulgare Mill.
Schinus latifolius (Gill.) Engler.
Lobelia salicifolia Sweet.
Sicyos bryoniaefolius Moris.
Podanthus mitiqui Lindl. in Loud.
Muehlembetakia hastulata (J. SM.)..
B. Métodos.
Para el análisis de carbohidratos simples se han empleado
técnicas de Cromatografía sobre papel. Se han cuantificado la Glu-
cosa, Galactosa y la Xilosa por la intensidad máxima de las man-
chas en los cromatogramas, medidas con densitómetro de luz trans-
mitida (Photovolt Mod. 501-A) (Block-Durrum-Zweig 1958, Le-
derer 1960, Smith 1960). : 3
La extracción etérea (lípidos) se realizó con el aparato Soxh-
let, y la separación cromatográfica en capa fina de Sílica Gel
(Stahl 1965). ]
RESULTADOS
1. Carbohidratos. — Los Cromatogramas de carbohidratos
simples indican:
a) Diferencias cualitativas y cuantitativas entre la semilla de
Cuscuta, la Cuscuta brotada en pleno vigor, la Cuscuta brotada
y muerta por agotamiento antes de lograr contacto con alguna
122 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
planta hospedante, y la Cuscuta después que se ha desarrollado
plenamente en alguna planta hospedante.
b) Diferencias cualitativas y cuantitativas entre la Cuscuta y
plantas hospedantes, y entre estas últimas pertenecientes a dife-
rentes especies.
La cuantificación de Glucosa, Galactosa y Xilosa en Cuscuta
que ha parasitado diferentes especies, y la cuantificación de las
mismas substancias en las especies parasitadas se consignan en las
tablas siguientes, en gramos por 100 gramos de materia seca.
TABLA Nr 1
Glucosa, Galactosa y Xilosa en Cuscuta parasitando diferentes especies.
Cuscuta en: Glucosa Galactosa Xilosa
Grs./100 Grs. Grs./100 Grs. Grs./100 Grs.
H. ranunculoides 8,43 4,10 2,37
P. persicaria 31,78 5,96 2,84
Paspalum sp. 6,70 2,89 2,91
Á. australe 14,27 3,58 0,19
Ipomaea sp.' 30,70 5,86 : 0,24
T. trinervis 25,04 4,06 - 1,87
C. maculatum 53,60 3,20 1,76
Bacchafis sp. 2) 36,70 4,45 1,80
Baccharis sp. (2 67,07 9,60 1772
Baccharis sp. (3) 44,51 4,19 1,67
C. odorifera 38,09 6,66 1,83
F. vulgare 67,03 9,73 1,80
C. patqui 5,70 5,53 5,14
S. latifolius 5,06 4,62 3,70
L. salicifolia (1) 3,07 3,28 2,91
L. salicifolia (2) 6,27 4,67 3,20
S. bryoniaefolius 8,60 4,84 3,70
P. mitiqui 5,96 6,14 5,40
M. hastulata 30,27 7,78 4,60
NOTA: La enumeración de Baccharis sp. y de L. salicifolia indica la recolección:
en diferentes lugares.
Horvat, A., et. al.
Especies
parasitadas
H. ranunculoides
P. persicaria
Paspalum sp. .
A. ale '
C. parqui
Ipomaea sp.
T. trinervis
C. maculatum
Baccharis sp. (1)
Baccharis sp. (2)
Baccharis sp. (3)
C. odorifera
F. vulgare
C. parqui
S. Etifolias
L. salicifolia (1)
L. salicifolia (2)
S. bryoniaefolius
P. mitiqui
M. hastulata
LA CUSCUTA
TABLA Nr 2
Glucosa
Grs./100 Grs. Grs./100 Grs.
1,80
1,23
18,20
8,21
4,75
8,39
5,18
5,62
4,70
2,89
2,20
4,15
3,02
5,18
5,23
6,96
4,36
6,83
4,75
8,21
TABLA No 3
Galactosa
1,47
1,03
1,37
1,51
1,16
2,46
1,98
2,88
2,03
2,11
1,68
1,73
3,93
4,54
4,15
7,04
4,84
4,93
4,45
6,48
123
Glucosa, Galactosa y Xilosa en diferentes especies parasitadas por Cuscuta.
Xilosa
Grs./100 Grs.
1,70
5,90
9,30
1,58
3,96
0,43
2,41
PSN
4,14
6,15
2,77
1,87
Grs. del extracto etéreo (lípidos) por 100 grs. de materia seca.
Plantas hospedantes
P. persicaria
A. australe
C. parqui
T. trinervis
Baccharis sp.
C. odorifera
F. vulgare
S. latifolius
L. salicifolia
S. bryoniaefolius
P. mitiqui
Grs. en
plantas hospedantes
2,67
3,63
2,67
8,90
5,64
3,52
3,49
6,26
7,72
4,27
1,31
Grs. en
Contenido del extracto etéreo en la semilla de Cuscuta: 7,65 Grs.
por 100 Grs. de matería seca.
124 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL - N? 6, 1973
La separación cromatográfica de los extractos etéreos ha pues-
to en evidencia fracciones de esteroles, mono, di y triglicéridos.
En líneas generales se ha observado mayor variación en las dife-
rentes plantas hospedantes que en las muestras de Cuscuta que las
ha parasitado.
DISCUSION
Al observar los patrones cromatográficos (Fig. 1) del con-
tenido de carbohidratos simples de la semilla de Cuscuta, de la
Cuscuta en pleno desarrollo antes de parasitar, de la Cuscuta
muefta prematuramente por agotamiento que no logró adherirse a
alguna planta hospedante, y de la Cuscuta ampliamente desarro-
llada como parásito, se nota, en relación con el contenido de la
semilla:
Fig. 1.— Cromatogramas de carbohidratos simples en: A-OX Semilla de Cuscuta;
X Cuscuta brotada en pleno vigor antes de parasitar; O Cuscuta muerta por agota-
miento antes de parasitar; OX1 Cuscuta en H. ranunculoides; OX2 Cuscuta en
P. persicaria; OX3 Cuscuta en Paspalum sp. B-00X1 H. ranunculoides; DOX2 P.
persicaria; OQX3: Paspalum. sp.; OOXá A. australe; OOX5 C. parqui; OOX6
Ipomoea sp...
Horvat, A., et. al. LA CUSCUTA : i 125
a) En la Cuscuta en pleno desarrollo antes de parasitar,
aumento de Glucosa, disminución notable de Galactosa y Arabi-
nosa, desaparición de Manitol y variación en otros polioles.
b) En la Cuscuta muerta prematuramente:: drástica disminu-
ción de azúcares en general. : |
c) En la Cuscuta que ha parasitado: recuperación del nivel
de Glucosa, Galactosa, Arabinosa y otros. azúcares. La Xilosa
aparece ya en cantidades cuantificables en el volumen de una
Lambda del material hidrolizado. -: brad 7
Respecto a lo observado se pueden hacer varias acotaciones.
La semilla es un depósito natural de substancias nutritivas, necesa-
rias para el desarrollo de la planta nueva, hasta que ella logra
establecer su propio sistema de nutrición; en el caso de la Cuscuta,
hasta que ella pueda fijar los haustorios en la. planta que va a
parasitar. El desarrollo de la plantita de la Cuscuta implica elabo-
ración de materiales estructurales y una serie de enzimas, y, para
ello, aprovecha la materia: prima de la semilla mediante un ade-
cuado sistema digestivo. - ..
Es sintomático el aumento de la Glucosa en la plantita en
desarrollo. La Glucosa es, desde luego, fuente de energía, y, por
otra parte, a partir de ella, pueden elaborarse otros carbohidratos
y constituyenets celulares. Así la Glucosa puede convertirse en
Acido glucorónico, punto de partida hacia el Acido ascórbico, me-
tabolito importante, hacia el Acido galacturónico y luego a: pecti-
nas, componente de la pared celular de los vegetales. La utiliza-
ción de los ácidos mencionados se evidencia por visualizarse ape-
nas en forma de rastros en los cromatogramas obtenidos de hidro-
lizados de la plantita en pleno desarrollo. La disminución extra-
ordinaria de Galactosa se explica por su conversión a Glucosa;
paso corriente en las plantas (Mahler y Córdes 1966) y por su
utilización en la estructuración de las paredes celulares, junto con
Arabinosa, Xilosa y Manosa. ARE de
Las pentosas son importantes en el metabolismo vegetal.
Tal vez la substancia fundamental sea la Ribulosa en las plantas
que realizan la Fotosíntesis. No es el caso de Cuscuta. Por otra
parte es evidente que todo su metabolismo normal requiere la
Ribosa y Deoxirribosa. La fuente provisoria de pentosas para: la
Cuscuta puede estimarse la Arabinosa, abundante en la semilla y
escasa en la plantita en pleno desarrollo.
126 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL . N?* 6, 1973
A partir de los Lípidos pueden obtenerse azúcares y otros
metabolitos. Parece razonable estimar que el depósito de Lípidos,
notablemente alto en la semilla (7,65 grs./100 grs. de materia
seca), como punto de partida de varios aspectos del metabolismo
activo durante la germinación y primeros momentos del desarrollo.
Los Polioles son pasos intermediarios del metabolismo de los
carbohidrátos. Su presencia y variación son índice de metabolismo
activo.
El agotamiento de azúcares y disminución de polioles en la
Cuscuta muerta por ayotamiento es índice del colapso del metabo-
lismo activo. Se puede estimat que en ello interviene decidida:
mente también la imposibilidad ulterior de síntesis de enzimas
por disminución de disponibilidad de aminoácidos (Horvat-Lago-
marsino 1964). La presencia escasa de Glucosa puede adjudicarse
principalmente a la hidrólisis de materiales estructurales, como la
Celulosa.
La Cuscuta que ha parasitado una planta hospedante, muestra
alto nivel de todos los azúcares. Por introducir los haustorios hasta
el sistema liberiano de la planta que parasita, es evidente que
absorbe los azúcáres que circulan disueltos en dicho sistema. Va-
rias comprobaciones en diferentes especies, han mostrado que en
£l sistema liberiano circulan la Glucosa en cantidad preponderante
y, en cantidades relativamente pequeñas, algunos ácidos (galactu-
rónico y glucornico), inositol y otros polioles. Es prácticamente
evidente que la Cuscuta saca de la planta hospedante la Glucosa,
pudiendo, por su propio metabolismo intermediario obtener a
paftír de ella los demás carbohidratos.
La observación de patrones cromatográficos de carbohidratos
de Cuscuta y de varias especies parasitadas revela:
a) Similitud hotable de los patrones cromatográficos de la
Cuscuta, HE PO | :
b) Patrones variados de las especies parasitadas.
c) Variación cuantitativa en todos los casos.
Se puede estimar que la utilización de los carbohidratos en el
metabolismo intermediario es. específica, dependientdo la varia-
ción cuantitativa en la misma especie de una situación metabólica
que corresponde al momento en que se ha hecho el análisis.
Otro hecho que es necesario tomar en cuenta es que las espe-
cies de plantas hospedantes analizadas realizan la fotosíntesis. Por
esta vía obtienen hexosas utilizables en el metabolismo interme-
Horvat, A., et. al. LA CUSCUTA 127
diario de carbohidratos y otros grupos químicos para síntesis de
lípidos y aminoácidos (Bassham, 1962). La Cuscuta, en cambio,
utiliza fundamentalmente la Glucosa para el metabolismo de car-
Acidos. Galact.Glu Per Xi. Noident Acidos. Gal Glu. Pen. XL Noident
No ident. E
Inos. Noident. Inos,
Hydrocotyle. r
Cestrum p.
A
ZA,
a
Fig. 2.— Patrones densitométricos de cromatogramas de carbohidratos simples en
Cuscuta y algunas plantas hospedantes.
128 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
bohidratos y síntesis de lípidos y parte de aminoácidos. Ello con-
cuérda con la alta acumulación de Glucosa en la Cuscuta (Tabla
N? 1).
La separación cromatográfica de extractos etéreos pone nue-
vameétite de mañifíésto la especificidad del metabolismo interme-
diario, pues los patrones cromatográficos de extractos procedentes
de Cuscuta son notablemente similares, lo que no se observa en
aquéllos óbtenidos de las especies parasitadas.
Los hechos observados futidafnentan la estimación de que la
Custuta nó se ha adaptádo en su parasitismo a espeties determi-
nadas. Parasita plantas perteneciéntes 4 grupos taxonómicamente
muy diversos. La barrera que debe salvar es la corteza mediante
procesos enzimáticos, a fin de introducir los haustorios hasta el
sistema liberianó. Factores adversos son: el espesor de la corteza
y el córitenido de 3ubstancias especiales como, por ejemplo, las
resinas.
CONCLUSION
El trabajo realizado permite concluir que la Cuscuta obtiene
de la planta parasitada fundamentalmente la Glucosa, punto de
partida para Otras substancias Que requiere sú metabolismo.
- Retoméndación.— Es cortócido el perjuicio que causa la Cus-
cúta en variados cultivos. Para combatirla sería interesante aislar
la enzima que utiliza para introducir los haustorios en las plantas
hospedantes y hállar un antídoto eficiente.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
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206, 6, 89 (1962).
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y la Cuscúta (nivel aminoácidos). Bol. Cientc. Biol. UCV, 1, 1, 89
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Valparaiso, Chile y $e : 131
COLEOPTEROS DEL BOSQUE
DE QUINTERO
JAIME SOLERVICENS A. |
Laboratorio de Alo Departamento de Biología de la Universidad
* de Chile - Morla
SUMMARY .— The soil-surface PRO fauna of the cloud
forest of Quintero (Valparaíso) is investigated using pit fall traps
during a One year period, The differences of the faunistic composition
Sin the interior, ecotone and isolated trees are discussed. Families and
species are classified ra Ab to their ecolo CE Er preferences. Constancy
and dominance of species is determined enological aspects of domi-
nants species are considered. aNeoda pá
El dE de Quintero es una de las numerosas formaciones
forestales húmedas (bosque templado higrófilo) de la Zona Cen-
tral del país. Se le atribuye carácter relictual por considerarse
remanente de la flora austral (Levi 1951) -que emigrara hacia el
norte bajo condiciones de clima favorables” (Mufoz y Pisano
1947). |
- El getroceso posterior me dicha £lora debido al desecamiento
general de la zona relega estas formaciones a su distribución aus-
tral. Sin embargo, en ciettos sectores de la Cordillera de la Costa
y valles adyacentes de las Zonas Norte y Central, condiciones
locales de humedad habrían permitido su mantención. Dos se
consideran como las fuentes de mayores aportes hídricos en zonas
caracterizadas por franca xerofilia y mesofilia: condensación .de
neblina y afloramiento de mapas freáticas y/o acumulación de
aguas lluvias. En el primer caso Se encuentran los bosques de
Fray Jorge, Talinay, Pichidangui y Zapallar y en el segundo, los
bosques de El Bato (lllapel), El Nague (Los Vilos), Quintero,
Mantagua y numerosos manchones boscosos de menor amplitud.
“Los únicos apórtes al conocimiento del bosque de Quintero
tienden a una caracterización fitosociológica (Looser 1944) y,
además, a un análisis de dos factores abióticos que explican su
existencia (Levi 1951). Poco se sabe acerca de la fauna. €
132 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL ' N? 6, 1973
En 1967 el Departamento de Biología desarrolla un proyecto
de investigaciones ecológicas en bosques nativos que se aboca,
en una primera etapa, al estudio del bosque de Quintero en un
análisis climatológico y zoobotánico. Resultado de ello, hasta la
fecha, es la descripción del polen actual del bosque (Villagrán
1969).
El estudio faunístico, que viene a llenar un vacío en el cono-
cimiento de esta formación vegetacional de indudable interés
biogeográfico, se refiere a la caracterización de la fauna superfi-
cial del suelo (Miriópodos, Arácnidos y Coleópteros). Se piensa
que el conocimiento específico de los animales pueda contribuir
a esclarecer las interrogantes que'se plantean acerca del origen
del bosque y a establecer sus relaciones.
En el presente trabajo se hará referencia exclusivamente a la
coleopterofauna. !
CARACTERISTICAS DEL LUGAR DE DESEO
El bosque : se ubica aproximadamente en las entes. coorde-
nadas geográficas: 32%47' lat. S. y 71%32' long. O., correspondien-
tes a la localidad de Quintero.
El afloramiento de napas freáticas en la depresión al sudeste
de la Base Aérea, determina la formación de un área pantanosa
en cuyo margen sur se desarrolla el bosque en forma de dos densos
manchones de 1030 y 400 metros de OS cada uno BRLOS
madamente.
Vegetación: Los relictos boscosos de pantano se caracterizan
por la asociación Drimys-Myrceugenia (canelo-petra) como domi-
nante (Villagrán 1969). Les acompañan Escallonia revoluta (R.
et P.) Pers., Blechnum chilense a Mett. y Relbunium Pb
carpium (L.) Hems!.
“La escasa luminosidad del interior así como el anegamiento
a que se ven sometidas grandes extensiones, impide el desarrollo
de un sotobosque denso; sólo agrupaciones de Blechnum, mancho-
nes de Relbuniumn y renovales de Drimys ocupan el piso, cubierto
por gruesa capa de hojarasca.
El bosque está bruscamente interrumpido en sus márgenes;
los terrenos colindantes corresponden a áreas pantanosas cubier-
tas por tupidos cañaverales de Scirpus californicus (C: A. Mey)
Steud. y a potreros con vegetación de gramíneas y malezas.
Selervicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 133
Clima: En la zona está representada la tendencia meditesrá-
nea caracterizada por veranos secos y precipitaciones en los me-
ses fríos. En general se observa una marcada influencia homo-
genizadora del mar; es así como se aprecian valores reducidos de
la amplitud térmica anual y diurna y elevados porcentajes de
humedad relativa,
De acuerdo a los registros de la Base de la Fuerza Aérea de
Quintero, la temperatura media anual es 12,7* C, en tanto que el
promedio anual de temperatura máxima media es 17,2? C y el de
la temperatura mínima media es 8,1* C. e
De esto último se desprende que desde un punto de vista
térmico existe potencialidad vegetativa durante todo el año (so-
bre 10* C.). e
En lo que concierne a precipitaciones el período Octubre
1967-Noviembre 1968, correspondiente al de prospección fau-
nística del bosque, experimentó la deficiencia pluviométrica que
afectara a todo el país, por lo que el registro de agua caída sólo
alcanzó 62,5 mm. En condiciones normales este período de sequía
se extiende entre Septiembre y Abril. )
Cabe hacer notar que esta situación puede ser mitigada por
neblinas costeras y en el caso particular de la formación forestal
que nos ocupa, por las condiciones edáficas especiales,: ya anota-
das, que explican su existencia.
MATERIAL Y METODO
A fin de capturar la artropodofauna superficial del suelo se
utilizó recolectores del tipo Barber de 10 cm. de diámetro por
10 cm. de profundidad, que fueron enterrados hasta nivel del
piso. Una solución de formalina al 5% permitió la fijación del
material; la tensión superficial se disminuyó agregando una lige-
ra cantidad de detergente.
El número de ejemplares obtenido mediante este sistema está
en íntima relación con la actividad de las especies por lo que
se ha denominado densidad de captura. -.
Se instalaron 24 trampas en sectores representativos del inte-
rior del bosque, del ecotono y en árboles aislados del exterior,
situaciones diferentes que parecen interesantes de comparar. Las
trampas del interior, en número de 16, se ubicaron en sectores
constantemente emergidos de los dos manchones boscosos; en el
134 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
de mayor perímetro se instalaron 8 trampas en un sector de acceso
Este y 6 en otro acceso Sur; en el de menor perímetro funciona-
ron dos. En general se abarcaron lugares con piso de hojarasca,
renovales de canelo y/o agrupaciones de Blechnum, caracterizados
por elevada humedad y escasa luminosidad. Las trampas del eco-
tono, 6 en total, se dispusieron en las márgenes de los tres sec-
tores emergidos; comprenden lugares protegidos, húmedos y con
bastante luminosidad, cubiertos por denso y bajo follaje, en que
alcanzan especial desarrollo las hierbas de los terrenos circundan-
tes. Las trampas del exterior, en número de dos, se instalaron:
en relación con árboles aislados (petras), separados algunos me-
tros del bosque. Uno de estos grupos recibe la influencia de
elementos esclerófilos: boldo (Pewmus boldus Mol.) y palqui
(Cestrum parqui L'Her.), además de malezas, manifestación del
carácter menos higrófilo de esta zona.
Los recolectores funcionaron durante 8 períodos de 45 días
cada uno aproximadamente, cumpliendo una permanencia total
de un año. Las fechas correspondientes a dichos períodos son las.
siguientes:
J 27-1X-1967 al 7-X1-1967.
II 7-X1-1967 al 26-X11-1967.
TI 26-X11-1967 al 31-1-1968.
IV 31-1-1968 al 26-111-1968.
NÁ 26-111-1968 al 10-V-1968.
vI 10-V-1968 al 25-VI-1968,
VI 25-VI-1968 al 12-VIIT-1968.
VII 12-VIII-1968 al 2-X-1968.
El material fue lavado y conservado en alcohol; se separó a.
nivel de familia y se reconoció y contabilizó las especies; parte:
representativa fue montada y preparada para su identificación.
El estudio se realizó a través del análisis de las siguientes:
variables: densidad de captura, abundancia relativa, índices de:
afinidad, constancia, dominancia y diversidad.
El índice de afinidad empleado es el de Dice (Sorensen)
que establece el porcentaje de afinidad entre dos situaciones en
base a la relación entre el doble de las especies comunes y la suma
de las especies de cada una de ellas. El índice de constancia se
refiere al número de presencias en el total de las recolecciones o
Soletvicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 135
situaciones, Se expresa en porcentaje y califica las especies en
las siguientes cateporías según su incidencia:
¡50% o más = constante.
25 a 50% = accesoria.
0 125% = accidental.
El tercer índice define como dominantes a aquellas especies
Cuya abundancia relativa es superior a 59%. La diversidad se midió
por medio de la expresión de Simpson: cs
N(N-1)
D=
2 n(n-1)
donde N= número total de individuos y n= número de indivi-
duos de cada especie.
RESULTADOS Y DISCUSION
El cuadro siguiente ofrece información general acerca de la
fauna total capturada:
2 trampas
16 trampas 6 trampas Arboles
Interior Ecotono aislados General
Densidad captura 4.263 4.447 892 9.602
Porcentaje _4439% 46,31% 9,28% 99,98%
Promedios por trampas 266,43 741,16 446 400,08
Porcentaje 18,32% 50,98% 30,68% 27,52%
Los promedios por trampa permiten comparar las tres sítua-
ciones. Se destacan los elevados valores de la zona ecotonal
(741,16 ind./trampa correspondientes a 50,98% del total) lo que
corrobora las condiciones especiales que se realizan en las zonas
de contacto entre dos comunidades. Contribuyen a aumentar la
densidad poblacional de esta zona las características microclimato-
lógicas y vegetacionales que le son propias. El interior, a pesar
136 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
de ser la zona mejor muestreada, revela densidades y porcentajes
muy bajos en los que inciden seguramente la escasa luminosidad
y el anegamiento a que se ve sometido el piso. Los árboles aisla-
dos constituyen, al parecer, una modificación de la situación eco-
tonal. 2
La variación anual de la densidad de captura a través de las
recolecciones (45 días cada una) se representa en la figura N? 1.
Se aprecia una fuerte y brusca caída de la densidad de captura en
el período Noviembre-Diciembre, seguida de un incremento extra-
ordinario en los meses de verano y principios de otoño, para esta-
2000
numoro do individuos
1000
TE E TA TT
AS
ONDEFMAMIJ SJ AS
Fig. 1.— Bosque de Quintero. Variación anual de la densidad de capturas a través
de recolecciones de 45 días cada una.
Solervicens,, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 3 137,
bilizarse en valores medios que declinan suavemente desde fines.
de Otoño a fines de Invierno. Principio de Primavera se recupera
a niveles semejantes a los de fines de Otoño.
A esta secuencia anual de densidades se, podría adaptar el:
siguiente esquema de la actividad general, teniendo en cuenta que
para una mejor comprensión de ella será necesario analizar la
situación de las especies dominantes. El ciclo se iniciaría a prin-
cipios de Primavera con una reactivación de los individuos debida
a la actividad reproductiva. Durante el resta de la estación se
cumpliría el desarrollo larvario (el método de muestreo empleado
numoro de individuos
arboles
«—:— aislados
ecotono
_
o
o
——-— interior
1 o. 1 Iv Vo Mv Vu, MI
-- _— __——— _ —_—___— —__—— e
ONODEFMAM]J JA ss
de 2.— Bosque de Quintero. Variación anual de la densidad de captura en las
"tres situaciones consideradas. Promedios por trampa. .
138 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973-
no ofrece datos significativos para las formas juveniles), paralela-
mente a una disminución, probablemente por muerte, de la den-
sidad inicial de los adultos. En Verano se iniciaría la eclosión que
implica un aumento real de densidad, lo que sumado a un incre-
mento 'de la actividad se traduce en elevados índices de captura.
A. principios de Otoño las modificaciones climáticas, entre otros.
factores, harían declinar estos valores, condición ésta que se acen-
tuaría durante el período invernal. :
Al considerar los promedios por trampa para las tres situa-
ciones en cada recolección, representados en la figura N* 2, es
posible constatar, una vez más, las diferencias de densidad entre
ellas: valores bajos para la interior, medios para árboles aislados
y elevados para ecotono. Simultáneamente se reproduce en cada
caso la secuencia anual de densidad-actividad que se acaba de ana-
lizar. En efecto, las tres curvas 'presentan aproximadamente la
misma tendencia, lo que nos habla de la semejanza de las tres
situaciones, modificaciones de un patrón común. Tiende a escapar
a este esquema la curva de átboles aislados que en el tercer mues-
treo supera a la del ecotono mientras en el cuarto sufre un fuerte:
descenso. Se piensa que se trata de alteraciones propias de un
muestreo insuficiente (en esta situación funcionaron sólo dos reco-
lectores). |
COMPOSICION BIOCENOTICA
Familias: El material capturado se distribuye en 28 familias.
A fin de apreciar la participación de cada una de ellas en la
fauna total, se aplicó el índice de dominancia según el cual las
siguientes cuatro familias:
| Cryptophagidae (14,98%)
Lathridiidae (40,84%)
Pselaphidae (16,18%) Scarabaeidae ( 7,91%)
que constituyen el 79,91%, deben ser consideradas dominantes.
Solervicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 139
- Con menores valores de abundancia relativa (1-5%) cabe
señalar:
Curculionidae (3,47%) Corylophidae.. (2,05%)
Ptiliidae (3,23%) Carabidae (1,91%)
Dascillidae (2,79%) Colydiidae (1,41%)
Staphylinidae (2,14%) Tenebrionidae (1,30%)
que en conjunto representan el 18,30%. Las restantes 16 familias
on una incidencia muy baja, cuya acumulación 'equivale a
1,69%.
Es importante destacar que sólo cuatro familias pueden ser
calificadas de dominantes, especialmente Lathridiidae con más de
una tercera parte del total, lo que refleja las condiciones especia-
les de las comunidades de suelo de pantanos, caracterizadas por
escasos elementos fuertemente adaptados y altamente representa-
dos. Indicador de esto mismo es el hecho de que el 42,85% de
las familias (12) constituyan el 98,21% de la fauna, :
Se hará referencia a las familias dominantes y a aquellas de
relativa abundancia. Su distribución en las tres situaciones, expre-
sada en densidad de captura (premio por trampa) se aprecia en
la figura N* 3. En general es posible constatar los más elevados
valores para las familias dominantes. Se observa preferencias por
determinadas situaciones lo que permite formar las siguientes
agrupaciones de familias: |
A —Higrófilas: con mayor abundancia en el interior y/o eco-
tono; comprende elementos característicos del piso del bosque:
Curculionidae y Colydiidae, este último casi exclusivo del inte-
rior. : :
B.—Ecotonales, con dos categorías:
—<con mayor incidencia en el ecotono y exterior; se presentan
- grupos asociados aparentemente a follaje: Dascillidae, preda-
tores de suelo: Staphylinidae y Carabidae y saprófagos; Cryp-
tophagidae y Corylophidae, cuyas densidades decaen notable-
mente en el interior.
140 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
—preferentemente ecotonales; familias que logran su máxima ex-
presión en el borde desde donde invaden débilmente los am-
bientes adyacentes: Pselaphidae, con el mayor promedio por
trampa del bosque y Ptiliidae, con valores modestos.
C.—De alta valencia ecológica: familias sin preferencias mar-
cadas por ninguno de los tres ambientes: Lathridiidae, el compo-
nente más característico del bosque y Scarabaeidae, con ligera
tendencia a higrofilia manifestada por su especie predominante.
D.—Xerófilas: con preferencia por ambiente más secos. Son
los elementos típicos del exterior desde donde su incidencia dis-
minuye hacia el interior: Tenebrionidae.
Desde el punto de vista de la presencia anual en las recolec-
ciones se puede distinguir los siguientes grupos:
Constantes: Curculionidae, Cryptophagidae, Lathridiidae,
Staphylinidae, Corylophidae, Tenebrionidae, Scarabaeidae, Cara-
bidae, Pselaphidae, Dascillidae, Ptiliidae, Colydiidae, Bruchidae,
Scaphidiidae, Coccinellidae, Discolomidae, Ptinidae y Elateridae.
Accesorias: Limnebiidae, Lampyridae, Dytiscidae, Anobiidae,
Ostomidae y Chrysomellidae.
Accidentales: Claridae, Nitidulidae, Leiodidae y Catopidae.
Al considerar la presencia en las tres situaciones se observa
que las familias constantes anuales tienen este mismo carácter en
cada una de ellas, salvo las siete últimas que expresan general-
mente su preferencia por determinados ambientes o implican esca-
sa captura,
Al reunir la información de abundancia relativa y constancia
se ve que coinciden en 12 familias, las de mayor abundancia ya
señaladas, que pueden ser consideradas como el constituyente bá-
sico del bosque, presentes en los tres ambientes, con una excep-
ción, demostrando la gran uniformidad de esta formación.
Espectes: se capturaron 114 especies; comunes a las tres si-
tuaciones son 23 lo que representa el 20,17% de la fauna total.
El cuadro siguiente ofrece información general respecto a ellas:
Solervicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 141
comunes a
las 3 árboles
situaciones exclusivas interior ecotono aislados Total
N? 23 17 == 22 á4 66
Interior :
To 3484 25,75 33,33 606 99,98
N? 23 27 22 6 78
Ecotono :
% 29,48 34,61 28,20 7,69 99,98
N? 23 15 4 6 48
Arboles |
aislados
don AT OD 2 893 2050 99,99
En relación al número de especies se observa predominancia
en el ecotono; el valor de árboles aislados es considerable si se
tiene en cuenta la captura total de sus recolectores (48 sps. en
892 ind.); ocurre lo inverso para el interior (66 sps. en 4263
ind.). Un estudio de diversidad será abordado posteriormente.
Resulta interesante el análisis de la distribución porcentual
de las especies en las tres situaciones:
—En el interior del bosque la fauna se divide en tres grupos
principales: poco más de un tercio en especies comunes, un ter-
cio en elementos compartidos con el ecotono y un cuarto de ele-
mentos exclusivos. Es así como un 68,17% de los coleópteros del
interior están presentes también en el ecotono, indicando la alta
afinidad entre ambas situaciones. Los elementos exclusivos repre-
sentan especies higrófilas de latrididos y curculiónidos tales como:
Pentarthrum castaneum Blanch., Polylophus elegans Blanch., Ana-
ballus plagiatus Blanch. Entre las especies compartidas con el eco-
tono destacan especialmente curculiónidos del género Acalles
representados por A. signatus Blanch. y tres nuevos taxa, habi-
tantes normales del interior, y secundariamente estafilínidos:
Homalotrichus substriatus Kt.; Myllaena ferrugata F. £ G., Chei-
locolpus denticulatus Saiz, de ocurrencia accidental, así como pse-
láfidos.
—En el ecotono es posible distinguir también los tres' gru-
pos citados anteriormente aunque con porcentajes diferentes. La
142 ANALES DEL MUSEO DL: HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
fauna común y la compartida con el interior, de valores seme-
jantes, comprenden un 57,68% del total. Esta disminución en la
proporción de elementos comunes a ambas situaciones es motivada
por el incremento de las especies exclusivas, manifestación del
efecto del borde. Encuentran aquí su ambiente más óptimo los
estafilínidos; característicos de esta zona son: Nomimocerus mar-
ginicollis (Sol.), Neoleptoglossa biimpresa (Sol.), Stenus gayi
Sol., Homalotrichus striatus Sol., Echiaster depressus (Sol.), Fala-
gria sulcicollis Germ., y Gastrorhopalus russatus Y. £ G. así como
varios carábidos y criptofágidos que en conjunto representan dos
tercios de los coleópteros exclusivos del borde. Curiosamente, a
excepción de las especies comunes a las tres situaciones, escasos
son los vínculos de esta zona con la exterior, a causa tal vez de la
modificación hacia xerofilia que acusa este último ambiente.
—En árboles aislados se distinguen claramente sólo dos gru-
pos; el de las especies comunes, con valores cercanos al 50%, y
el de las especies propias. Si al porcentaje de especies comunes
agregamos el de las especies compartidas con el interior (las rela-
ciones de las compartidas con el ecotono no están claramente
establecidas. por las limitaciones del muestreo) obtenemos. un va-
lor de 56,24% en que se podrían evaluar los nexos de esta situa-
ción con la formación principal. Parece evidente, por lo tanto,
asignar a los árboles aislados el carácter de residuo del bosque.
La acción modificadora del ambiente externo se manifiesta por lo
menos en yn 31,25% de especies exclusivas con franca incidencia
de tenebriónidos: Praocis custa Sol., Scotobius rugosulus Guér.,
Nycterinus abdominalis Esch. y escarabeidos: Orycto morphus ma-
culicollis Guér., Sericoides opacipennis Germ. y secundariamente
curculiónidos; Listroderes sp., característicos de espacios abiertos
de menor higrofilia, ls
Afinidad: Para confirmar las relaciones insinuadas en el aná-
paro:
ciones obteniéndose los siguientes valores:
Interior-Ecotono 62%
Interior-Arboles aislados 47%
Ecotono-Arboles aislados 46%
El porcentaje elevado, de las situaciones interior/ecotono
representa alta afinidad, como se podía suponer a prior, por la,
PROME DIOS AR
POR TRAMPA INTERIOR ECOTONO AISLADOS
Curculionidao
Cryptopha gidao
H______———A4/
—— e]
Staphylinidao
Tenebrionidae
Scarabaecidao
A]
¡EA A
Carabidac o A A A
== O RN
A O
AO a A
rs A a
Dascillidae
Ptiliidao
Colydiidao
Corylophidae
Fig. 3.— Bosque de Quintero. Preferencia por ambientes de las familias dominantes
y de los relativamente abundantes. Promedios por trampa.
144 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973
continuidad, mayor homogeneidad en la composición florística y
mayor estabilidad en las condiciones microclimatológicas que ca-
racterizan la formación principal. La afinidad de ambas situacio-
nes con árboles aislados es semejante y se basa fundamentalmente
en la fuerte proporción de elementos comunes a las tres. Los
porcentajes cercanos al 50% vinculan estos árboles con el resto
del bosque.
Al analizar la abundancia de las especies se observa que
sólo 4 son dominantes:
Lathridiidae sp4. 39,45% Cryptophagidae spl. 13,33%
Pselaphidae spi. 15,62% Cloeotus posticus Germ. 7,74%
correspondiendo a un 76,14% del total de la fauna. Esta situación
reproduce casi exactamente, incluso en porcentajes, la dominancia
establecida a nivel de familias, demostrando la alta participación
de estas especies en ellas.
Es por esto que al determinar la dominancia de estas espe-
cies respecto a cada ambiente se aprecian las mismas tendencias
enunciadas para familias en relación a preferencias por situacio-
nes:
Y Arboles
Interior Ecotono aislados
Lathridiidae sp4. 60,73% 20,08% 34,30%
Pselaphidae sp1. 30,74%
Cryptophagidae spl. 20,77% 23,09%
Cloeotus posticus Germ. 13,69%
Total 74,42% 71,59% 57,39%
. Se observa que las especies dominantes en un determinado
armbiente. participan fuertemente en su composición. Una sola
especies, Lathridiidae sp4, es dominante en los tres ambientes por
lo que puede ser considerada como la especie más característica
del bosque. El reducido. número. de especies dominantes totales y
la, elevada incidencia de ellas corrobora lo expresado anterior-
mente acerca del estado del bosque, formación fuertemente alte-
Solervicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 145
rada por las condiciones de extrema humedad y anegamiento. Se
constata, sin embargo, la mayor uniformidad y complejidad del
ecotono ,con tres especies dominantes de abundancia semejante y
Lathridiidao spb E
Pselaphidac -spi
¿(A
Cryptophagidae sp!
DN.
Clocotus posticus
Ptiliidao spl
Fig. 4— Bosque de Quintero. Activogramas de especies “esenciales” del bosque:
146 ANALES DEL MUSEO DI: HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
la mayor alteración del interior donde una sola especie, Lathri-
diidae sp4, constituye el 60,73% de la fauna.
Con menor abundancia relativa (1-5%) es posible señalar
sólo 7 especies:
Ptiliidae spl. 3,23% Dascillidae sp2. 1,46%
Corylophidae spl. 2,05% Colydiidae spl. 1,41%.
Cryptophagidae sp2. 1,53% Acalles spl. 1,24%
Acalles sp2. 1,49%
que representan 12,41% de la fauna.
Los promedios por trampa en las tres situaciones nos repre-
sentan más claramente las preferencias por ambientes, que corres-
ponden aproximadamente a las de sus respectivas familias. Á
modo de comparación se ha incluido también los promedios de
las especies dominantes.
Arboles
Interior Ecotono aislados
Lathridiidae sp4. 161,81 148,83 153
Pselaphidae sp1. 7,50 227,83 6,30
Cryptophagidae spl. 9,50 153,66 103
Cloeotus posticus 36,50 21,16 16,50
Ptiliidae spl. 7,68 30 4
Corylophidae spl. 2,81 20 16
Cryptophagidae sp2. — 24,50 —
Acalles sp2. 8,06. 2,50 =
Dascillidae sp2. 2,37 11,83 16
Colydiidae sp1. 8,18 0,83 —
Acalles sp1. 4,18 8,83 —
Todas las especies salvo una, son compartidas por interior y
ecotono demostrando su mayor afinidad. Como especies de alta
valencia ecológica resalta Lathridiidae sp4. de elevada incidencia
y uniformemente repartido en los tres ambientes y en menor gra-
do. Cloeotws posticus que manifiesta una mayor higrofilia como
veremos más adelante al analizar su actividad anual.
De las especies preferentemente ecotonales cabe mencionar
especialmente a Pselaphidae spI, el mayor promedio por trampa
del bosque, y secundariamente a Ptiliidae sp1 y Cryptophagidae
Solervicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 147
Corylophidac sp)
Cryptophagidao sp2
Acalles sp2.
10 E,
%0
10
Dascillidae sp2
Colydiidae spi
Fig 5.— Bosque de Quintero. Activogramas de especies “esenciales” del bosque.
148 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
sp2, presente sólo en esta situación. Las especies ecotonales pre-
sentes también en árboles aislados son Cryptophagidae sp1, Dasci-
llidae sp2 y Corylophidae sp1. Las especies higrófilas no salen
al exterior; Acalles sp2 y Colydiidae sp1 tienen más preferencia
por el interior, en cambio, Acalles $p1 se muestra más ecotonal.
En cuanto a la presencia en las recolecciones la fauna se
divide en tres fracciones semejantes:
41 especies constantes 35,96%
38 especies accesorias 33,33%
35 especies accidentales 30,70%
Entre las especies constantes se cuentan las dominantes y las
regularíménte abundantes que constituyen el 9,64% de todas las
presentes en el bosque; la constancia y abundancia que caratteri-
ran a estas especies permite considerarlas como 105-componentes
esenciales del bi , Tuyo reducido número manifiesta, una «vez
más, la simplicidad de su estructura faunística.
La presencia por situaciones se obserya en rasgos generales
en el cuadro siguiente:
Arboles
Interior - Ecotono aislados
N? % N? % N? %
Constantes 21 31,81 26 33,33 12 25
Accesorias 12 18,18 28 35,89 14 29,16
Accidentales 33 30 24 30,76 22 45,83
Totales 66 99,99 78 99,98 48 99,99
En donde se aprecia 'mayor uniformidad en la composición
del“ecotono, 'condición'que se pierde hacia árboles aistados y prin-
cipalmente hacia el interior, situación más modificada con eleva-
da participación de especies accidentales.
Solervicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 149
Afinidad entre recolecciones en cada ambiente. Los valores
extremos de afinidad y su variación son los siguientes:
Minimo Máximo Variación
Ecotono 44 76 32
Interior 49 69 20
Arboles aislados - 18 70 52
En general se aprecia alta afinidad entre todas las recoleccio-
nes, salvo en el exterior donde se produce una brusca ruptura
entre dos muestreos. Esta elevada afinidad permite deducir que
la composición faunística no se altera fundamentalmente a lo
largo del año.
Existe una gradiente de variación desde el interior al exterior.
En el interior la menor oscilación se debe probablemente a un
medio mucho más estable florística y microclimatológicamente; sin
embargo, las características del suelo crean un ambiente riguroso
que ofrece posibilidades a escasas especies altamente adaptadas
o de amplia valencia ecológica, lo que se traduce en el marcado
predominio de muy pocos elementos. En el ecotono la mayor
variación se puede interpretar por el incremento de diversidad y
la influencia de factores climáticos externos. Esta acción se acen-
tuaría en árboles aislados explicando, al parecer, oscilaciones más
- marcadas de la fauna.
Diversidad: Al aplicar la expresión de Simpson a la infor-
mación de cada una de las tres situaciones que analizamos se
obtuvo los siguientes índices de diversidad: ee
Interior: 2,54
Ecotono: 5,45 :
Arboles aislados: 5,42
Destaca el valor elevado de ecotono que refleja una comuni-
dad más compleja y estable; la variedad vegetacional, la riqueza
en desechos orgánicos, la luminosidad, la adecuada humedad, se
traducen en el desarrollo más favorable de la fauna, representada
por los elementos de las dos comunidades en contacto .y por los
propios. :
150 ANALES DÉL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N" 6, 1973
Arbotes aislados, ton valor semejante, muestra también, en
cierta medida, uma Situación écotonal, aunque aquí se aprecian
marcadas diferencias cualitativas con respecto a la anterior debi-
das a la disminución de las condiciones de humedad y al consi-
guíénte reemplazo de ciertas poblaciones por otras más xerófilas,
cófño ya se ha puesto en evidencia anteriormente.
El bajo índice obtenido por el interior puede explicarse por
la condición de edafismo con períodos largos de anegamiento del
Suelo y a la escisa luminosidad que no ¡permiten el desarrollo de
biódenosis de tipo clásico ¡para asociaciones templadas higrófilas,
'siño qué crea corrdiciories extremas con favorecimientos de pocos.
elémemos 'sepecíficos, 'algatos «con :gran «desartollo de densidad
(Lathridiidae). Se trata, por lo tanto, de una situación alterada,
con caracteres extremos, de un ecosistema más simple que lo que
la fronomía vegetal hace prestiniir.
Femología: La actividad de los 'compottenttes esenciales «del
bosque (11 expedes eqiiivillentes a 88,55% del 'total de'la fauna)
én Ta secuencia Atl de recotectiones, 'se 'represerita por medio de
activogramas '¿n que Ta densidad de captura «de cada período de
muestreo se expresa en ¡porcentaje del total para «cada especie. Se
'ha ¿mitido 'él activoprama de 'Acalles sp1 por considerar «que
"corresponde “con él de sa cóngénere, Acalles sp2, salvo por un
Eee _ mayor cáprtura en Octubre (actividad reproductiva?) .
igs. 4 y 5.
Al considerar las variaciones de los promedios 'de «derrsidad
¡pdr 'recolecciones se había intentado una interpretación dela acti-
vidad general del bosque. Es -dsí como se contemplaba un período.
de actividad reproductiva a prinejpios de Primavera (Octubre).
Los activogramas muestran que esto sería válido para Pselaphidae
sp1, Ptiliidae sp1 y Cryptophagidae sp2, mientras queen Cory-
lophidae sp1, Colydiidae$p1 y +más débilmente, Lathridiidae sp4,
Usta ¡Avariifestación se efectuaría tempranamente a fines de Invier-
no (Agosto-Septiembre).
Vuego Ye "uprecla ara todás “las especies bajos valores de
«duisidad de cmprim a ines de Primavera ((Noviembre-Diciem-
bre). Enel ¿aso de llas especies que:han mostrado anteriorfnente
“a0tazd eprolluttv avestós 'sun,ipor lo general, los-mínimos 'valo-
“fes, To “qife Se podría Ariterpretar eomo término «del ¡período «de
«vida de los adultos e iniciación del desarrollo larvario. |
En el caso de Cloeotus posticus la frecuencia continúa dismi-
"Solervicéns, J. COLEOPTEROS DE ¡QUINTERO 151
nuyendo hasta alcanzar el mínimo en Verano, expresando así su
marcada higrofitia. No «queda «olaro en esta especie mi en Crypto-
phagidae sp1 cuál es la época reproductiva, en tanto que el des-
arrollo larvario se puede entender. comprendido en el período de
bajas densidades.
La duración de la fase juvenil es, al parecer, diferente según
las especies, determinando un desfasamiento de la época de eclo-
sión de los adultos a lo largo del año.
Cabe señalar que todas las especies pueden ser catalogadas
como “:anuales”, pues, fueron capturadas en las ocho recolecciones
manifestando constancia de 100%, aunque su abundancia es va-
siable. En este sentido es posible distinguir dos períodos: uno de
alta frecuencia debido a nacimientos (eclosión) y mayor actividad
y otro de baja frecuencia causado probablemente por predación
y disminución de .la actividad vegetativa, de diferente duración
según las especies. de
Si se considera los vértices de captura, manifestación del
período Gqptimo de una especie, se puede establecer los siguientes
rupos:
> EA estivales: cuya mayor incidencia se logra en los
«meses :de Verano .(ebrero-Marzo): Lathridiidae sp4, Pselaphidae
sp1, Corylophidae sp1 y Cryptophagidae sp2.
L.— ies atañales: cuya mayor incidencia se/logra a prin-
<ipios «de Otoño .(Abril).: Cryptophagidae sp1 y probablemente
-Colydiidae spl.
I11.—Especies invernales: cuya mayor 'incidencia se logra en
pleno Inviemo (Julio): Cloeotws posticus y Ptiliidae sp.
-_.IV.—Especies propiamente anuáles: se propone esta denomi-
nación para.las dos especies.de Acalles;y para Dascillidae sp2 que
mantienen una incidencia más o menos élevada y constarite a'lo
lago de tres.estaciones: Verano-Otoño-Tnvierno, aunque manifes-
tando diferente preferencia climática de tál.modo que 'la mayor
frecuencia «de Acalles se da en Verano y la de Dascillidae sp2 a
fines de Invierno y principios de Primavera.
No. se hará referencia a Colydiidae sp1, pues, .su representa-
ción .es.difícil de interpretar a causa de'la 'baja densidad total de
la especie. pa
¡De :acuerdo a esta agrupación de especies 'se constata una
sucesión .estacional entre algunos de los elementos dominantes
El mayor porcentaje y abundancia de las especies de”"Verano
152 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
determina la tendencia de la curva de los promedios por recolec-
ciones en esta estación, en tanto que el reemplazo de estas especies
por las de Otoño y estas por las de Invierno, explica los valores
relativamente elevados de los meses fríos.
CARACTERIZACION DE LAS FAMILIAS REPRESENTADAS
Curculionidae: trece especies ocurren en el bosque. Ocupan
preferentemente los ambientes más húmedos del interior y ecoto-
no. Se trata de insectos de pequeño tamaño habitantes del piso.
Destaca por su diversidad y abundancia el género Acalles que pre-
senta tres nuevos taxa, además de 4. signatus Blanch. y Á. moes-
tus Blanch. Ellas son compartidas por interior y ecotono a excep-
ción de moestus que es común a las tres situaciones. En esta misma
condición se encuentra Neopsilorhinus plagiatus (Blanch.). Tres
especies, ya citadas anteriormente, son exclusivas del interior. Pro-
pio del exterior es Listroderes sp. y compartido por éste y el
ecotono Spherophorus punctatostriatus Gyll. Además está presente
Neomagdalis unicolor Blanch. La presencia en las recolecciones
nos indica como constantes a N. plagíatus, todas las especies de
Acalles y P. elegans. (Determinaciones del Dr. Charles O'Brien)
Cryptophagidae: representada por seis especies marcadamente
ecotonales de las cuales una es común a las tres situaciones y ele-
mento dominante del bosque en el ecotono y árboles aislados. Una
especie, muy escasa, es compartida por el ecotono e interior. To-
das las demás son exclusivas del borde. Tres especies son cons-
tantes. ( j
Lathridiidae: representada por ocho especies; los exclusivas
de árboles aislados, tres propias del interior (aquí cabe citar D;-
castria temporalis Dajoz), una común a interior y ecotono y dos
compartidas por las tres situaciones. Una de estas últimas especies
es el emento más característico del bosque por su constancia, gran
abundancia (39,45% del total de coleópteros) y su homogénea
distribución. Tres especies son constantes, dos accesorias y tres
accidentales. |
Limnebiidae: una sola especie, Ochthebius germaini Zaitz,
aparece accidentalmente en las tres situaciones. (Determinación
de J- Moroni).
Bruchidae: una sola especie, accidental en el interior y cons-
tante en el ecotono aunque siempre de abundancia muy baia.
Solervicens, J. COLEOPTEROS DI QUINTERO 153
Scaphidiidae: una sola especie constante en el interior y eco-
tono y ausente en el exterior. Escasamente representada.
Corylophidae: una sola especie constante en las tres situacio-
nes, aunque con preferencia por ecotono y árboles aislados, Es
uno de los elementos relativamente abundantes del bosque.
Stapbylinidae: es la familia más diversa; está representada
por 20 especies que se distribuyen fundamentalmente en el ecoto-
no donde se encuentran 18. Su abundancia es muy baja (la familia
toda constituye sólo 2,14% del total) y la presencia de sus espe-
cies es en su mayor parte accesoria o accidental. Hay siete elemen-
tos exclusivos del ecotono, ya señalados anteriormente; seis comu-
nes a las tres situaciones: 'Cheilocolpus pyrostoma (Sol.), Ch.
consors (Fauv.), Kainolinas approbabilis Coiff. et Sáiz, Eudera
sculptilis Fauv., Oligota purilio Kiesw., y Atheta sp.; tres comu-
nes a interior y ecotono, ya indicados anteriormente; dos compar-
tidos por ecotono y árboles aislados: Oxypoda sp. y Trogopbloems
duterpes (Sol.); uno propio del exterior: Medon uittatipennis
(F. et G.) y finalmente uno fue capturado en el interior y exte-
rior: Neoleptacinus cribripennis (F. et G.). Las mayores densida-
des corresponden a H. swbstriatus, Ch. pyrostoma, E. sculptilis y
Asbeta sp. especies ¡constantes en las recolecciones. ho: :
Coccinellidae: con tres especies accidentales o accesorias de
baja incidencia. Una de ellas es Ersopis connexa Germ. el,
Discolomidae: mepresentada por una sola especie exclusiva
del ecotono donde se encuentra en el 50% de las recolecciones
con baja densidad. os N
Lampyridae: dos especies accidentales que faltan en el ex-
terior. SEA
Dyriscidac: con tres especies accidentales o accesorias de muy
baja incidencia, presentes fundamentalmente en el interior. Ellas
son: ata
Bidessonotas delfini (Rég.), B. chilensis? y Rhantus validws
Sharp. que corsoboran las condiciones de anegamiento del suelo.
(Determinaciones de J. Moroni). E
Tenebrionidae: con seis especies representantes típicos del
ambiente más seco del exterior que influencia árboles aislados
donde tienen su mayor incidencia. Una especie no determinada
es común a las tres situaciones y constante en todas ellas; Hexago-
nochilus dilaticollis Sol. está presente en interior y árboles aísla-
dos siendo constante y relativamvente abundante en esta última
154 ANALES DEL MUSEO DI: HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
situación; una segunda especie no determinada es propia del eco-
tono, mientras que en el exterior se encuentran en forma exclu-
siva: Praocis curta, Scotobius rugosulus y Nycterinus abdominalis
tanto accidental como accesoriamente. (Determinaciones de Luis
Peña).
Scarabaeidae: representada por seis especies; Cloeotus posti-
cus Germ. es común a los tres ambientes y constante en todos ellos.
siendo uno de los elementos característicos del bosque que alcanza
a ser dominante en el interior. Todas las demás especies son acci-
dentales o accesorias. En el exterior se encuentran: Oryctomorphus
maculicollis Guér. y Sericoides opacipennis Germ.; en el ecotono:
Atblia rustica Ex. y Pacuvia castanea Curt. y en el interior y ecoto-
no: Lygirus villosus Burm. (Determinaciones de A. Martínez).
Carabidae: se capturaron 14 especies principalmente en el
ecotono donde ocurren 11. Su presencia es accidental o accesoria;
sólo tres especies son constantes. La abundancia es muy baja
(toda la familia equivale a 1,91% del total de coleópteros). Dos.
especies son comunes a los tres ambientes y seis ocurren sólo en
el ecotono. Llama la atención la escasa representación en el inte-
rior (4 especies = 6 individuos) contrariamente a lo que se podía
suponer dada su calidad de predator. Staphylinidae muestra una
situación semejante, si bien mo tan extrema. El análisis del resto
de la fauna capturada hace pensar que estos elementos estarían
reemplazados en su rol biológico por Araneae que resulta ser muy
abundante. MEA | Ls 8
Pselaphidae: representada por cinc oespecies, todas cons-
tantes. Una de ellas es dominante en el ecotono y constituye uno-
de los componentes esenciales del bosque (15,62% de la fauna).
Se ha podido determinar Tyropsis cavifrons Raffr. presente en los
tres ambientes aunque de escasa incidencia.
- Chrysomellidae: se ha capturado una sola especie, Galleruca
decorata Blanch., sólo en ecotono donde es accidental.
Anobiidae: con dos especies accidentales en el interior.
Cleridae: se colectó un ejemplar en él interior. Corresponde:
a una especie no determinada del género Eurymetopum que es:
común en el folláje.
Ptinidae: representada por tres especies muy poco abundan-
tes, En interior y ecotono se observa en calidad de accesoria a
Mezium americanum Lap., mientras en el exterior ocurren Ptinxws
Solervicens, ). COLEOPTEROS DE QUINTERO y 155
sulcates Sol., igualmente accesoria. y otra especie no determinada
de presencia constante.
Nitidulidae: con una especie accidental en árboles aislados.
Leiodidae: con una especie accidental en ecotono y árboles
aislados.
Dascillidae: representada por cuatro especies, dos constantes
y dos accesorias, presentes en las tres situaciones, salvo una que
se encontró sólo en el interior. Una de las especies constantes
alcanza cierta abundancia relativa y hace que se la considere como
uno de los componentes importantes del bosque.
Psilirdae: con una sola especie constante en el interior y eco-
tono y accesoria en árboles aislados. Su abundancia relativa logra-
valores importantes que hacen considerarla como el quinto. ele-
mento del bosque.
Elateridae: cinco especies ocurren accidental o accesoriamente
con incidencia muy baja. 3d
Ostomidae: se capturaron dos especies con presencia y abun-
dancia bajas. Una de ellas es Acalanthis quadrisignata Er.
Catopidae: una especie accidental en el interior.
Colydiidae: una especie constante en el interior, accesoria en
el ecotono y ausente en el exterior. Su abundancia relativa per-
mite considerarla como iaa importante del EeeS Mani-
fiesta marcada higrofilia,
DISTRIBUCION GEOGRAFICA Y RELACIONES:
DE LA FAUNA DEL A
- Escasos son los elementos que permiten comparar la fauna
del bosque con la de la región central del país, e incluso con la
de otras regiones, debido al desconocimiento que existe de las
especies que habitan la superficie del suelo. $e ha tenido que
limitar este amálisis a algunas grupos que han recibido la aten
ción de. los. entomólogos :O que están representados .en «muestra
colección 2 través de ¡anteriores colectas, :
En lo que concierne a las especies dominantes se observa
que no son componentes exclusivos del bosque ya que se encuen-
tran también en otros sectores ecológicamente diferentes. Es así
<omo Lathridiidae sp4 ha sido encontrado en C? La Campana y
Limache; Cryptophagidae sp1, en Quebrada Verde y Playa An-
ya Ancha (Valparaíso); Cloeotus posticas, en Algarrobo, Cuesta
156 ANALES DEL MUSEO DI: HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
El Melón y Villa Alemana. No se poseen referencias respecto a
Pselaphidae sp1. Esto nos indica que la composición fundamen-
tal del bosque está realizada por especies bien distribuidas, al
parecer, en la Zona Central del país.
De los elementos relativamente abundantes Colydiidae spl
pertenece al mismo género de una especie bien extendida en bos-
ques de Excalyptus de Valparaíso. Su distribución parece abarcar
al menos hasta Lanalhue (Arauco).
Los estafilínidos son típicos representantes de la fauna cen-
tro-chilena de bosques esclerófilos y sabanas. Cheilocolpus denti-
culatus es la única especie hasta ahora propia del bosque; ella está
muy estrechamente emparentada a Ch. punctatum Sáiz de Nahuel-
buta. La casi totalidad de las especies son reemplazadas al sur
de Concepción o Temuco por otras representantes del mismo gé-
riero. Hacen excepción Stenus gayi y Nomimocerus marginicollis.
El género Echiaster aparentemente no está representado fuera de
la zona centro-chilena ,es un género neotropical.
CONCLUSIONES
1.—Se diferencian claramente los tres ambientes muestreados.
-.. El interior se caracteriza por contener una fauna poco diver-
sa y poco abundante en la que algunos elementos alcanzan extra-
ordinario predominio (sólo dos especies son dominantes: Lathri-
diidae sp4 y Cloeotus posticus que constituyen el 74,42% del
total), reflejando una. comunidad simple, alterada, al parecer,
por las condiciones de escasa luminosidad y fundamentalmente
por el anegamiento'a que se ve sometido el piso, lo de crea con-
diciones rigurosas de vida.'
El ecotono representa la situación más a por su ele-
vada diversidad y densidad y mayor uniformidad. En: esto: influ-
yen probablemente las especiales condiciones microclimatológicas
y vegetacionales que lo caracterizan (aumento de luminosidad,
adecuada humedad, bajo follaje protector, gran desarrollo de
hierbas) y sin dudá también, el efecto del borde.
-Arboles aislados muestran elevada diversidad y valores medios
de densidad, pero constituye un ambiente de menor uniformidad
que el ecotonal. Se expresa aquí la acción de condiciones micro-
climatológicas propias de espacios más abiertos, caracterizados por
menor humedad y las modificaciones antrópicas de los terrenos
Solervicens, ). COLEOPTEROS DE QUINTERO 157
circundantes, que se traducen en comunidades menos estables, bien
diferenciadas de las anteriores por la presencia de elementos
xerófilos.
2.—A pesar de las diferencias constatadas entre las tres situa-
ciones se puede reconocer en todas ellas un patrón común, de
fuerte incidencia en su composición, constituido en gran parte por
lo que se ha llamado “componente esencial del bosque”. .
3.—La fuerte proporción de elementos comunes presentes en
árboles aislados (47,91%), permiten considerar a esta situación
como una modificación de la formación principal. :
4.—La composición biocenótica, si bien bastante diversa,
muestra escasa densidad específica en la mayor parte de los.casos.
Sólo cuatro especies son dominantes y siete relativamente abun-
dantes representando el 88,55% de la fauna. Al mismo tiempo,
la constancia de estas especies en las recolecciones permite consi-
derarlas como el “componente esencial del bosque”. Esta situación.
revela, en general, la simplicidad de la estructura faunística del
bosque, condición no esperada para una formación de este tipo.
5.—La preferencia por ambientes delas familias más abun-
dantes y de las especies “esenciales” del bosque permite formar
los siguientes grupos:
—Higrófilas: Cusculionidae, representado por AÁcalles spl y
Acalles sp2 y Colydiidae, con una especie. pa
—Ecotonales: a) presentes igualmente en ecotono y árboles
aislados: Dascillidae, con una especie; Staphylinidae y Carabidae,
que no alcanzan dominancia en minguna de sus especies; Crypto-
phagidae, con la especie sp1 y Corylophidae, con una especie.
b) preferentemente ecotonales: Pselaphidae, Ptiliidae y Cryp-
tophagidae, con una especie cada una. |
—Xerófilas: con preferencia por ambientes más secos: Tene-
brionidae, sin dominancia específica.
—De alta valencia ecológica: presentes igualmente en los tres
ambientes: Lathridiidae, con la especie spá muy constante, domi-
nante y homogéneamente distribuida en las tres situaciones y Sca-
rabaeidae, con Cloeotss pasticus que manifiesta una mayos higro-
filia.
6.—La secuencia anual de densidad-actividad muestra los si-
guientes períodos:
—Leve incremento a principios de Primavera. (Octubre) a.
causa, aparentemente, de la actividad reproductiva (esta puede
158 ANALES DEL MUSEO DI! HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
presentarse también a fines de Invierno (Septiembre) o no ha-
cerlo manifiestamente).
—Fuerte disminución a fines de Primavera (Noviembre-Di-
ciembre) debida generalmente, al parecer, a término de vida de
los adultos e iniciación del desarrollo larvario.
—Fuerte aumento en Verano que se mantiene hasta princi-
pios de Otoño (Enero-Abril) a causa, al parecer, de nacimientos
y mayor actividad de gran parte de las especies.
—Estabilización en valores medios desde fines de Otoño has-
ta fines de Invierno (Mayo-Septiembre) debida, al parecer, a
disminución de la actividad vegetativa y reemplazo de especies.
de Verano y Otoño por especies de Invierno.
7.—La fenología de los componentes esenciales del bosque
permite distinguir: -
—Especies estivales: Lathridiidae sp4, Pselaphidae sp1, Co-
rylophidae sp1 y Cryptophagidae sp2.
—Especies otoñales: Cryptóphagidae sp1 y probablemente
Colydiidae sp. 1.
—Especies invernales: Cloeotus posticus y Ptiliidae spl.
—Especies anuales: Acalles sp1, Acalles sp2 y Dascillidae
sp2.
E 8.—El estado actual del conocimiento de los coleópteros su-
perficiales del suelo muestra que gran parte de la fauna corres-
ponde a la de la Zona Central del país, propia de bosques escle-
rófilos y sabanas.
9.—Las condiciones rigurosas de vida en los suelos de los
bosques relictos de pantano parecen haber modificado fundamen-
talmente la fauna original (o simplemente impedido su estable.
cimiento), reemplazándola por la fauna local o por especies ubi-
quistas de amplia distribución o valencia ecológica. Por esto su
análisis parece no ser buen indicador acerca de su origen. Quizás
deban buscarse los nexos en la fauna relacionada a especies vege-
tales típicas de esta formación.
AGRADECIMIENTOS.— La realización del presente trabajo ha sido:
posible gracias al concurso de las siguientes personas, a quien el autor
desea expresar su reconocimiento: Prof. Francisco Sáiz, por las indicacio-
nes aportadas y la determinación de los estafilínidos; señor Carlos Vivar,
por la separación del material; señores Charles O'Brien, Luis Peña, An-
Solervicens, J. COLEOPTEROS DE QUINTERO 159
tonio Martínez y Juan Moroni, por la determinación de los insectos de
sus respectivas especialidades, y al señor Hugo Romero por la informa-
ción climatológica.
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7 WE 2 td da.
Ci e ADO? M5
E
Valparaiso, Chile 161
EL GENERO EPICLINES EN CHILE
(Coleoptera-Cleridae-Clerinae)
JAIME SOLERVICENS A.
Laboratorio de Entomología, Departamento de Biología, Universidad de Chile,
Valparaiso
SUMMARY .— The chilean species of pe are revised through
the study of types and much additional material. Of seven species previous-
ly described three are recognized. They are named: E. gayí Chevr., E. ba-
salis Blanch. and E. puncticollis Spin. The followings names are treated
as juniors synonyms: E. puncticollís Spin. (pars), E. tristis Spin., E. ad-
vena Chev., E. pallidonotata Pic and E. ¡mmaculata Pic. A new species
is described, E. araucanus nov. sp. The genus and species are redescribed
and a key is provided. The phylogenetical relationships of the species
are considered and the Nahuelbuta mountains are suggested as the center
of origin of the genus. A 20
El conocimiento del género Epiclines ha sido objeto de enor-
me confusión debido a su deficiente descripción y a la gran
variación que suelen presentar algunas de sus especies. La posibi-
lidad de disponer de largas series de material chileno de este
género, representativas de las diferentes regiones, (Colección Luis
Peña) y de consultar los tipos de sus especies, ha permitido abor-
dar el problema de la variabilidad y esclarecer su sistemática. .
El trabajo consiste en un estudio morfológico y de distribu-
ción geográfica; el primero incluye el aparato genital masculino
que ofrece buenos caracteres diferenciales. Como resultado de ello
se hace una redescripción del géneró y de sus especies.
Hubiera sido importante incluir la revisión de las especies
argentinas, pero la carencia de otro material que no sean sus tipos
impide proponer ciertos cambios taxonómicos que él examen de
estos plantea. Lo mismo es válido para el género Dasytepiclines
Pic que deberá, probablemente, incorporarse a Epiclines Chevr.
Finalmente el autor desea agradecer al señor Luis Peña, de
la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile de Santiago,
la gentileza demostrada al ofrecer para su estudio el material de
Cléridos de su colección; al señor A. Villiers, del Laboratorio de
Entomólogía del Museo Nacional de Historia Natural de París,
por las iridicaciones hechas al presente trabajo, y al señor Francis-
162 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL . N* 6, 1973
co Silva, del Departamento de Biología de la Universidad de Chile
de Valparaíso, por la revisión de los manuscritos y sugerencias
aportadas.
HISTORIA
El género fue creado por Chevrolat en 1838 a base de ma-
terial enviado de Chile por Claudio Gay. El aspecto de estos
insectos, que recuerda el de Melyridae, confundió a su autor que
lo incluyó en esta familia. El mismo criterio aplica Guérin en su
relación de los insectos del Viaje de la Favorite (1838) y Blan-
chard en su estudio sobre los insectos recogidos por D'Orbigny en
la América Meridional (1842-1843) donde describe la segunda
especie: E. basalis. |
Spinola en su monografía sobre los Cléridos (1844) lo trans-
fiere a la familia Clerídae; en un comienzo lo reconoce como Cy-
matodera Gray, pero más tarde rectifica su error. En la Historia
Física y Política de Chile de Claudio Gay (1849) establece su
parentesco con Calendyma Lac. y describe dos nuevas especies:
puncticollis y tristis.
Lacordaire en su Géneros de Coleópteros (1857) lo clasifica
en la subfamilia Clerinae. Inexplicablemente agrega a este género
las especies de Eurymetopum Blanch y los Thanasimus de Spinola
en Gay, tan diferentes que más adelante serán separados en otra
subfamilia. Este hecho es destacado por R. A. Philippi en 1865,
pero esta situación se mantiene invariable en los catálogos de
Gemminger y Harold (1869), Lohde (1900), Schenkling (1903 y
1910), F. Philippi (1907) y Blackwelder (1945).
Chevrolat en su Memoria sobre la familia de los Cléridos
(1876) crea el género Dereutes para las especies que Lacordaire
agregara a Epiclines, pero incluye erróneamente en él a punctico-
llis y tristis de Spinola.
Gahan en 1910 llama la atención sobre la absurda confusión,
largamente mantenida, entre Epiclines Chevr. y Eurymetopum
Blanch, y pasa las especies de éste a la subfamilia Hydnocerinae
(Phyllobaeninae).
Con posterioridad varios autores diferencian bien estos géne-
ros: Pic conoce los Eurymetopum Blanch como Dereutes Chevr. y
describe varias especies de Epiclines para Chile y Argentina: en
1903 E. pallidonotata, en 1910 E. immaculata, en 1941 E. pallidi-
Solervicens, J. - GENERO EPICLINES : '. 163
pes y en 1950 E. trimaculata y wittmeri; Wolcott en su Revisión
de los géneros de Phyllobaeninae (1944) señala las especies que
deben conservarse en Epiclines Chevr., manteniendo aún varios
errores.
Finalmente Corporaal en 1945 revalida el género Euryme-
topum Blanch, que separa de Epiclines Chevr. e indica las especies
que deben incluirse en cada uno.
EPICLINES Chevrolat 1838
typus generis: Epiclines gayí Chevr.
Epiclines Chevrolat, 1838, en Guérin, Iconographie du Régne Animal
de G. Cuvier, Insectes, 1829-1838, pp. 49-50; Spinola, 1849,
en Gay, Historia Física y Política de Chile, Zoología 1V, pp.
386-387; Lacordaire, ,1857 Histoire Naturelle des Insectes,
Genera des Coléoptéres IV, Clérides, p. 463; Gahan, 1910,
The Annals and Magazine of Natural History, Vol. V (8),
p. 64; Corporaal, 1945 (47), Tijdschrift voor Entomologie
| LXXXVIIL pp. 157-165. | E
= ÁAstylosoma Pic, 1903, L'Echanee XIX-228, p. 183; 1928, Mélange exo-
tico-entomologigues LI, pp. 11 y 12.
Características del Género: Cuerpo alargado, esbelto o relati-
vamente ancho, superficie dorsal ligera a moderadamente convexa,
cabeza inclinada hacia abajo y adelante. Región dorsal con pelos
largos, ralos, erectos, generalmente oscuros, además de una pilo-
sidad corta, fina, de extensión variable según las especies. .
- . Cabeza: corta y ancha a alargada y angosta, su ancho má-
ximo igual o menor que el del protórax. Cara plana, oblicua, con
un ligera depresión entre los ojos que puede alcanzar:por los cos:
tados hasta: la sutura frontoclipeal; labro transversal escotado al
centro (Figura 1 e). Ojos de tamaño regular, colocados a.los
costados de la cabeza, ovalados o casi redondos, convexidad lige:
ra a pronunciada, finamente marginados y facetados, escotados en
su borde anterior por detrás de la inserción de-las antenas. Ante-
nas de once artículos, casi alcanzan al borde posterior. del pronoto
o lo sobrepasan levemente; primer artículo grueso; segundo más
angosto que el anterior y generalmente el más corto de todos;
flagelo filiforme: con masa antenal de tres antenitos bien diferen-
ciados, artículos hasta-el octavo subiguales, de longitud variable
según las especies, más dilatados en sus. ápices especialmente los
últimos, el-octavo puede ser algo más corto,. noveno y .décimo. an-
164 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6,1973
chos, subiguales, transversos o triangulares, décimoprimero siem-
pre más largo que el décimo y tan ancho como él, de forma varia-
ble, puede presentar dimorfismo sexual (Fig. 3). Mandíbulas con
tres dientes, el basal poco prominente y redondeado, una fila de
pelos en el borde interno de la cara ventral desde el segundo
diente hasta la base (Fig. 1c y d). Maxilas: galea esbelta, su ápice
con un mechón de largos pelos; lacinía más ancha, el cepillo del
ápice con pelos cortos y tupidos, un débil reborde dentiforme en
el ángulo apical interno. Palpo maxilar de cuatro artículos subci-
líndricos; último más largo que los otros y ligeramente aplastado
en el ápice; penúltimo aproximadamente la mitad del largo del
último; antepenúltimo algo más largo que el penúltimo, ambos
más ensanchados en su ápices que están cortados oblicuamente;
primer artículo pequeño (Fig. 1'a). Labio: prementón en forma
de un semianillo, en la región dorsal sus bordes libres se conti-
núan en dos finos apodemas que alcanzan hasta el submentón,; lí-
gula grande, bilobulada, pilosa. Palpo labial de tres artículos; últi-
mo grande, triangular, securiforme, su ancho máximo es aproxima-
damente la mitad del largo; penúltimo poco más de la mitad de la
longitud del último, dilatado hacia su ápice; primero pequeño.
Mentón algo más largo que ancho; submentón fuertemente escle-
rosado y confundido en la base con la región ventral de la cabe-
za (Fig. 1b).
Pronoto generalmente un poco más ancho que largo, adquiere
gradualmente su máxima amplitud poco más allá de la mitad y se
angosta luego igualmente por detrás, convexo en sentido transver-
sal, costados de bordes redondeados, por delante del borde poste-
rior hay un surco-poco profundo que forma una depresión al me-
dio, región posterior del disco con dos depresiones laterales alar-
gadas que convergen hacia la base, superficie punteada y arrugada
transversalmente. Cavidades coxales anteriores ampliamente abier-
tas. Prosternón tranversal, laminoso entre las cavidades coxales.
Mesosternón pequeño, convexo, igualmente formando un delgado
tabique entre las coxas. Metasternón grande, convexo, moderada-
mente sobresaliente. Metendosternito como en la figura 5 b.
Elitros más anchos que el protórax, cubren completamente
el abdomen, costados paralelos: o suparalelos, bastante planos a
moderadamente convexos, región posterior ampliamente redon-
deada, hombros bien marcados, base ligeramente hinchada entre el
Solervicens, J. GENERO EPICLINES 165
hombro y la sutura, borde y sutura reforzados, superficie general-
mente con puntuación inconspicua e intensamente recorrida por
arrugas transversales irregulares. Escutelo ligeramente transverso.
. Extremidades: coxas anteriores grandes, cónicas, sobresalien-
tes, contiguas, trocantín muy conspicuo; coxas medias semejantes
a las anteriores, pero menos prominentes, trocantín angosto, trian-
gular; coxas posteriores transversas, hundidas. Fémures fusifor-
mes, par medio y posterior algo aplastados y curvados, el posterior
algo más largo que los otros no alcanza al extremo de los élitros:
Fig. 1— E. gay! Chevr.: a) maxila derecha, cara ventra!; b) labio, vista ventral;
c) mandíbula derecha, cara ventral; d) mandíbula izquierda, cara ventral; e) labro;
f) quinto y sexto esternos abdominales del macho; g) quinto y sexto esternos
abdominales de la hembra. Escala en milímetros.
Tibias delgadas, subcilíndricas, ensanchándose hacia sus ápices,
estos con dos espinas; anteriores y medias aproximadamente tan
largas como sus fémures, posteriores algo. más largas que ellos; ti-
bias anteriores generalmente rectas, medias : y posteriores: algo
curvadas. Tarsos pentámeros, tarsitos JS con láminas ventrales;
tarso anterior con tarsitos 2, 3 y 4 subigtales, triangulares, fuerte-
mente escotados en el ápice, láminas ventrales, grandes, primer tar-
sito corto,. apenas visible por encima, último tarsito alargado,
166 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
con dos garras simples, provistas de una especie de diente romo
en la base; tarso posterior más largo y más angosto que el ante-
rior, primer tarsito aproximadamente tan largo como el segundo
y perfectamente visible por arriba; tarso medio con caracteres de
transición entre el anterior y el posterior.
Abdomen con seis esternos visibles. Modificaciones sexuales:
macho: quinto esterno con borde posterior recto o cóncavo, sexto
redondeado y fuertemente hundido al centro, último tergo con-
vexo, liso y brillante (Fig. 1 £); hembra: quinto esterno con borde
posterior provisto de una escotadura central, sexto trapezoidal o
redondeado, último tergo trapezoidal, plano (Fig. 1 g).
Tegmen subcilíndrico o aplastado, ápice prolongado en dos
lóbulos laterales que dejan entre sí una escotadura central; pilosi-
dad larga dispuesta en una fila sobre el ápice y/o borde externo
de los lóbulos; costados reforzados por dos brazos que convergen
hacia la línea media ventral en la base; cara dorsal con una placa
central más esclerosada que se desprende de la base de los lóbu-
los y se dirige posteriormente; cara ventral con 2 placas alargadas
que convergen hacia la base y se continúan en un fino apodema
tan largo como el tegmen y expandido en su extremidad distal.
La superficie ventral forma una especie de tubo abierto en el
ápice y profundamente hendido en la línea media. Pene ligera-
mente más largo que el tegmen y su apodema, fuertemente aplas-
tado, laminoso, aguzado en la punta y con dos apodemas basales.
Se aloja en el tegmen que le da paso a través de una abertura
dorsal en la base y otra ventral en el ápice (Fig. 4).
Aparato genital femenino con ovipositor tubular, membra-
noso, largo, provisto de dos apéndices setosos en la extremidad.
CLAVE PARA LAS ESPECIES CHILENAS
DE EPICLINES
1.—Forma generalmente ancha y poco convexa; cabeza corta, la pun-
tuación dorsal muy conspicua; ojos por lo general con fuerte
convexidad, sobresalientes; último antenito por lo menos tres
veces la longitud del penúltimo. Cordillera de Nahuelbuta....
palas A O A OS A
—Forma generalmente esbelta; cabeza alargada ,la puntuación del
dorso no tan conspicua o ausente; ojos no tan convexos ni so-
bresalientes; último antenito a lo más dos veces la longitud del
peaúltimo ie o a TAR Ze
Solervicens, J. GENERO EPICLINES ' 167
2.—Formas anchas y esbeltas; último antenito aproximadamente una.
y media vez la longitud del penúltimo en las hembras y dos ve-
ces en los machos, su base no adaptada al ápice de aquél; vér-
tice del ángulo apical interno de los élitros redondeado en am-
bos sexos; élitros granulosos, pilosidad corta presente al'cos-
tado y a todo lo largo de la sutura y del borde y en todo el
tercio posterior; tegmen de lóbulos relativamente cortos con am-
plia escotadura entre ellos. Coquimbo a Malleco ... basalis Blanch.
—Formas siempre esbeltas; antenas iguales en ambos sexos, base
del último antenito bien adaptada al ápice del penúltimo; vértice
del ángulo apical interno de los élitros generalmente redondeado
en los machos y entero o prolongado en espina en las hembras;
élitros por lo general con arrugas odiados su pilosidad
Corta distribuida en forma diferente; tegmen de lóbulos largos
con estrecha y profunda escotadura entre ellos ............ 3.
3.—Pronoto de costados poco dilatados o subcilíndrico, generalmen-
te con un collar de pelos cortos y blancos en la base; élitros con
arrugas vermiformes y/o granulosas, cada uno con dos bandas
de pelos blancos convergentes hacia la sutura, pilosidad corta
al costado de ésta sólo en su tercio posterior. Coquimbo a Ma-
Mco AA a gayi Chevr,
—Pronoto de costados generalmente dilatados y bien adaptado a,
la región posterior de la cabeza, sin collar de pelos en la 'base;
sin bandas de pelos convergentes sobre los élitros; escutelo con:
pilosidad blanca; élitros generalmente con arrugas vermiformes
bien marcadas, pilosidad corta al costado y a todo. lo largo de -
la sutura y del borde. Atacama a Coquimbo .... puncticollis Spin.
EPICLINES GAYI Chevrolat, 1838
Epiclines gayi Chevrolat, 1838, en Guérin, Iconographie du Régne Animal
de G. Guvier, Insectes, 1829-38, pp. 49-50 (descripción origi-
nal) Holotipo: Chile (Museo de París); 1838, en Guérin,
Insectes du Voyage de La Favorite, Magasin de Zoologie,
Classe IX, p. 41, pl. 231, f.-1; Blanchard, 1842-43, Voyage
dans l'Amérique Méridionale, p. 95, pl. 6, f. 6; Spinola,
- 1849, en Gay, Historia Física y Política de Chile, Zoología
IV, pp. 389-390; Gorham, 1876, Cistula entomológica, Vol.
IT, pars XV, p. 91; Wolcott, 1944, Journal of the New York
Entomological Society, Vol: LI, p. 146... :*
=Cymatodera Gayi Spinola, 1844, Essai.Monographique sur 'lés Clérites
I, p. 149. Holotipo: Chile (Museo de París); loc. cit. Supplé-
. ment, p. 164. E ia! De Ea
=Notoxus Chilensis (Gory in, lit.) Spinola, 1844, Essai Monographique
sur les Clérites 1, p. 149. : SA a
168 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
Tipos examinados: in
Epiclines gayi Chevrolat: la especie fue descrita en base a una
hembra proveniente de Chile. El ejemplar, muy bien conservado,
presenta claramente los caracteres típicos de la especie. Lleva una
etiqueta manuscrita de Chevrolat en donde se da la cita de la
descripción original, del Voyage de La Favorite y de Blanchard
en Voyage dans l'Amérique Méridionale. Dice, además, Chili,
Valparaíso, D. Dubois. Una etiqueta adicional agrega: Talca, Li-
nares, D. Dubois.
Cymatodera Gayi Spinola: en base a un ejemplar en mal esta-
do determinado como Notoxws chilensis, Spinola transfiere Epicli-
nes gayi Chevrolat al género Cymatodera. El ejemplar en cuestión
carece de todos sus apéndices (salvo un palpo labial y una pata
mesotorácica) y de la parte posterior de un élitro, pero se reco-
noce fácilmente como la especie de Chevrolat por su puntuación
y pilosidad elitral. Se trata de un macho proveniente de Chile que
lleva una etiqueta que dice: “Notoxus Chilensis Gory, Chili, Coll.
Gory”. Luego otras dos etiquetas atestiguan el haber pertenecido
al Museo James Thomson y a la colección Oberthúr. Del mismo
origen es otro ejemplar, que no forma parte del material tipo de
esta especie, que lleva una etiqueta de Spinola en que se lee:
“"Cymatodera Gayi, mihi; Epiclines Gayi Chevr.: Voyage de La
Favorite, p. 40 pl. 231, fig. 1”.
Descripción: Alargado, angosto, convexo, munca aplastado
(Fig. 2 c). Cabeza larga y más bien angosta. Ojos ovalados, ligera
a moderamente convexos. Antenas largas y finas, alcanzan al bor-
de posterior del pronoto o lo sobrepasan ligeramente, artículos 3
a 8 del flagelo, largos, subcilíndricos, masa antenal con segmen-
tos noveno y décimo triangulares y subiguales, décimo primero
ovalado, aplastado en el ápice, aproximadamente una y media vez
la longitud del décimo, su base bien adaptada al ápice de aquél,
igual en ambos sexos (Fig. 3 e). : |
Pronoto de costados por lo general poco dilatados, a veces
subcilíndricos; su ancho máximo aproximadamente como el largo
e igual o un poco mayor que el de la cabeza. Elitros convexos;
vértice del ángulo apical interno generalmente redondeado en los
machos y entero o prolongado en espina, a veces considerable-
mente alargada y aguzada, en las hembras: menos de un 10% de
a machos y 5% de las hembras faltan a esta condición (Fig.
2 d).
Solervicens, J. GENERO EPICLINES 169
Abdomen hembra: escotadura central del quinto esterno en
forma de U ó V cerrada (Fig. 1 f y g).
Tegmen bastante aplastado, su ancho contenido aproximada-
mente 3,5 a 5 veces en el largo sin apodema, más angosto hacia
ápice. Placas ventrales y dorsal anchas, bien esclerosadas; brazos
laterales delgados, homogéneamente esclerosados. Lóbulos largos,
redondeados en el ápice, la escotadura entre ellos profunda y de
Fig 2.— Aspecto de las diferentes especies: a) E. araucanus nov. sp.; b) E. basalis
Blanch.; c) E. gayí Chevr.; d) extremo de los élitros en E, gayí Chevr. hembra;
e) E. puncticollis Spin.; f) extremo de los élitros en E. puncticollis Spin. hembra.
Escala en milímetros.
lados paralelos, pilosidad larga y rala a lo largo del borde exter-
no y en el ápice. Tubo ventral bien formado, sobrepasa el fondo
de la escotadura y es bien visible en vista lateral. Expansión distal
del apodemas es 3 a 5 veces el ancho de éste y de forma triangu-
lar. Pene angosto, costados aproximándose insensiblemente hacia
el ápice, este aguzado y de vértice redondeado; apodemas basa-
les robustos (Fig. 4c). pal e
“170 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
Dorso de la cabeza fuertemente punteado. Pronoto con arru-
gas transversas irregulares, generalmente bien marcadas; puntua-
ción no tan conspicua como en la cabeza; a veces las depresiones
media y laterales tienden a desaparecer; borde posterior casí siem-
pre con un collar de pelos blancos y cortos. Elitros con arrugamien-
to transversal vermiforme y/o granuloso, bien marcado, excepto en
la base; cada uno con dos bandas de pelos convergentes hacia la
sutura, sin alcanzar a ésta ni al borde externo; tegumento de las
bandas amarillento, pelos blancos, cortos, tupidos, dispuestos en
dos direcciones; banda anterior en el tercio basal, banda posterior,
a veces casi transversal, colocada hacia la mitad. Resto del élitro,
casi desnudo, con largos pelos erectos, espaciados y una franja de
pelos finos, cortos y pálidos al costado de la sutura en la mitad
n tercio posterior, particularmente visibles con luz tangencial.
Cuerpo negro salyo las antenas, palpos maxilares y labiales,
galea, lígula, tibias, tarsos y base de los trocánteres que son de
color naranja o testáceo; esta coloración viva puede oscurecerse
notablemente, sobre todo en la base de los trocánteres y en las
tibias, pudiendo encontrarse individuos totalmente oscuros; en las
tibias se tiende a conservar en el borde interno y en el ápice,
especialmente en las anteriores y medias.
Hembras generalmente más robustas y mayores que los ma-
chos. La longitud de estos varía entre 4,2 y 7,2 mm y la de las
hembras entre 4 y-8 mm. La proporción de individuos de pequeño
tamaño es elevada especialmente entre los machos. En una misma
localidad se encuentran ambos extremos de variación.
Aparece a principios de primavera (septiembre) y se le
encuentra hasta fines de verano (marzo). Visita las flores de di-
versas plantas de cuyo polen se alimenta; la información disponi-
ble permite señalar las siguientes: Flourencia thurifera (Compo-
sitae) y Trichocerens chilensis (Cactaceae).
La especie ocupa la región central de Chile; su límite norte
se puede establecer a 3045” lat. Sur, en la localidad de Río Los
Molles, Ovalle, Provincia de Coquimbo y su límite sur a 38*30'
lat. Sur en la localidad de Río Blanco, Provincia de Malleco. Se
extiende desde la costa a la cordillera de Los Andes donde alcanza
hasta 1.600 m. (Río Blanco, Provincia de Aconcagua). (Ver ma-
pa de distribución). ni | ta
La especie es bastante constante en sus caracteres y fácil
Solervicens, J. GENERO EPICLINES 171
mente distinguible de cualquier otra'del género por las bandas de
pelos convergentes que presenta sobre los élitros. En una pobla-
ción de Las Vegas del Flaco, Cordillera de San Fernando, Pro-
vincia de Colchagua y en individuos colectados en Céspedes, Ha-
cienda Illapel, Provincia de Coquimbo, la región posterior del
élitro por detrás de la banda de pelos, presenta coloración ama-
rillenta; en estos ejemplares las antenas, piezas bucales, tibias y
tarsos son testáceos u oscuros. Por otra parte la banda posterior
de pelos de los élitros puede modificar su dirección, para hacerse
ligeramente transversal. Este hecho parece haber sido notado por
Fig. 3.— Antenas. E. araucanus nov. Sp.: a) hembra; b) macho. E. basalis Blanch;
c) hembra; d) macho. E. gayi Chevr.; e) ambos sexos. Escala en milímetros.
M. Pic en cuya colección se ha encontrado un ejemplar marcado
como tipo de una aberración “'subtransversa” que, sín embargo, no
aparece en el catálogo de Corporaal 1950 ni en publicaciones pos-
teriores a esta fecha. Este ejemplar leva una etiqueta que indica
como localidad Perú y luego otra que dice Epiclines gayi Chev.
Chile. La cita de esta especie para el Perú debe ser probable-
mente errónea, pues en la serie de material de que se dispone
(aproximadamente 200 ejemplares) se puede constatar que su
límite norte nunca sobrepasa la Provincia de Coquimbo en Chile.
172 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
EPICLINES PUNCTICOLLIS Spinola, 1849
Epiclines puncticollis Spinola, 1849, en Gay, Historia Física y Política de
Chile, Zoología IV, p. 389 (descripción original). Lectotipo:
Chile (Museo de París); Chevrolat, 1876, Mémoire sur la
Famille des Clérites, p. 30 (como Derertes); Wolcott, 1944,
Journal of the New York Entomological Society, Vol. LIL,
146.
=Eprclines brit Spinola 1849, en Gay, Historia Física y Política de
Chile, Zoología IV, p. 390; Holotipo: Chile (Museo de Pa-
ris). (Nueva sinonimia).
Tipos examinados:
: E. puncticollis Spinola: La especie fue descrita a base de
dos ejemplares machos enviados de Chile por Claudio Gay en
1849; uno de éstos sintipos está erróneamente asignado a punc-
ticollis y el otro es nominado ahora como lectotipo de la espe-
cie. Se trata de un ejemplar desprovisto de antenas y con su
genitalia expuesta. La coloración naranja de las pala es rara
en la especie.
E. tristis Spinola: en la página siguiente a la descripción
de puncticollis, Spinola da a conocer esta especie a base de un
ejemplar macho colectado también en Chile por Gay en 1849.
Sus caracteres, ligeramente diferentes a los del lectotipo de
puncticollis, caen: dentro del rango de variación de la especie;
la coloración de las patas es la normal en ella.
Descripción: Muy próxima a Epiclines gayi Chevr. Forma
general como en ésta (Fig. 2 e). Cabeza larga, a veces bastante
angosta. Ojos ovalados ligera a moderadamente convexos. An-
tenas como en gayi, sin demorfismo sexual.
Pronoto de costados ligera a moderadamente dilatados,
rara vez subcilíndrico, su ancho máximo generalmente algo ma-
yor que el largo y siempre mayor que el de la cabeza, su región
anterior suele estar bien ajustada a la base de aquella. Elitros con-
vexos, lados rectos, paralelos; vértice del ángulo apical interno re-
dondeado en los machos y entero o con espina en las hembras;
aproximadamente un 22% de los machos y un 3% de las hem-
bras faltan a esta condición (Fig. 2 £).
Abdomen hembra: escotadura central del quinto. esterno
en forma: de U ó V cerrada y muy pequeña.
El aparato genital masculino presenta sólo diferencias poco
Solervicens, J. - GENERO EPICLINES 173
significativas con respecto al de E. gayi; ancho del tegmen con-
tenido 3 a 4 veces en el largo; expansión distal del apodema es
3 a 4 veces el ancho de éste; apodemas del pene ligeramente
más largos.
Puntuación de la cabeza y el tórax semejante a E. gayi.
Depresiones laterales dei pronoto siempre bien marcadas, borde
posterior siempre sin collar de pelos. Escutelo densamente cu:
bierto de pelos blancos y cortos. Elitros con arrugamiento trans-
versal vermiforme, bien marcado en toda su superficie, excepto
en la base, rara vez algo granmuloso. Además de la pilosidad
larga, erecta y espaciada existen dos franjas de pelos cortos, tu-
pidos, pálidos, más visibles con luz tangencial: una al costado
de la sutura en todo su largo y otra adyacente al borde que nace
detrás del hombro y se extiende hasta el ápice donde confluye
con la anterior.
Cuerpo negro; antenas, palpos maxilares y labiales, galea,
lígula, tibias, tarsos y trocánteres de color naranja. Este color
puede oscurecerse en los trocánteres, tibias y otras piezas, pero
en general se conserva mejor que en gayi. Sobre las tibias se
tiende a conservar cn el borde interno y el ápice como en la
especie citada. Y
Individuos generalmente grandes, machos y hembras apro-
ximadamente del mismo tamaño, proporción de formas peque-
ñas es baja, mayor entre los machos. La longitud de éstos varía
entre 4,5 y 8,2 mm y la de las hembras entre 5 y:8,2 mm.
La especie ha sido colectada en primavera (septiembre a
noviembre); probablemente su permanencia sea más larga. Los
adultos se encuentran sobre flores de diversas plantas (Cacta-
ceae, Amaryllidaceae). de cuyo polen se alimentan. .
Se le encuentra exclusivamente en las Provincias de Co-
quimbo y Atacama. Es la especie más septentrional del género
en Chile; su límite norte se ubica en la localidad de Quebrada
Algodones, Carrizal Bajo, Provincia de Atacama a 28*05” lat.
Sur; su límite sur en la localidad de Zapallar, Illapel, Provincia
de Coquimbo a 31%45' lat. Sur. Se extiende a todo lo ancho del
territorio alcanzando a 1.750 m. en la Cordillera de los Andes
(Río Los Choros, Provincia de Coquimbo). Cómparte la. zona
sur de su distribución con Epiclines gayi y. basalis (Illapel a
Ovalle). (Ver mapa de distribución). Corporaal en 1945 señala
174 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
entre otras localidades a Santiago, bastante más al sur del límite
meridional de la especie; se estima que pueda tratarse de un
individuo de Epiclines basalis Blanch. erróneamente ES
cado.
Especie muy constante en sus caracteres y muy próxima a
gayi Chevr. de la cual se distingue por la ausencia de collar de
pelos sobre el borde posterior del pronoto, por la forma de este,
por su escutelo piloso, por la ausencia de franjas de pelos con-
vergentes sobre los élitros y por la pilosidad del borde y la
sutura de éstos. Por otra parte el color naranja es más constante
que en gayi. En un individuo de la localidad El Pangue, Vicuña,
Provincia de Coquimbo, las patas, a excepción de las coxas y
leves manchas oscuras en los fémures y trocánteres, son naran-
jas, a semejanza del tipo.
EPICLINES BASALIS "Manchard, 1842-43
Epiclines basalis Blanchard, 1842-43, Voyage dams l.Amérique Méri-
dionale, p. 96. (descripción original); Spinola 1849, en
Gay, Historia Física y Política de Chile, Zoología TV, p.
387, pl. 9, f. 2.; Gorham, 1876, Cistula Entomológica,
Vol. 1I, pa XV, p. 91; Wolcott, 1944, Journal of the
New Yorl Entomological “Society, Vol. LH, p. 146.
ab. apicalis Corporaal, 1945 (47), Tijdschrift voor Entomologie
LXXXVITI, p. 160.
ab. baditpes Corporaal, 1945 (47), Tijdschrift voor Entomologie
LXXXVIII, p. 160.
ab. concolor Corporal, 1945 (47), Tijdschrift voor Entomologie
LXXXVIII, p. 160.
ab. api Corporaal, 1945 (47), Tijdschrift voor Entomologie
, p. 160.
ab. uiata Pic, 1946, L'Echange LXI-504, p.
=Epiclines puncticollis Spinola, 1849, (pars), en Sm Historia Física
y Política de Chile, Zoología IV, p. 389. Sintipo: Chile
(Museo de París) (Nueva sinonimia).
=Epiclines advena Cheyrolat, 1876, Mémoire sur la Famille des Cléri-
tes, p. 22, (como Eleale?). Holotipo: Chile (Museo. de
París). (Nueva sinonimia).
a: pallidomotata Pic, 1903, L'Echanee XIX-228, p. 183 (co-
mo AÁstylosomay. Holotipo: Chile (Museo de. París).
(Nueva sinonimia).
ptetre imimaculata Pic, 1910, L'Echansue XXVI-302, p. 14 (co-
mo 'AÁstylosoma). Holotipo: Chile (Museo de . París).
(Nueva sinonimia).
Solervicens, J. GENERO EPICLINES 175
Tipos examinados:
El tipo de Epiclines basalis Blanchard debiera estar depo-
sitado en el Museo de París, pero no fue localizado por lo que
se supone destruido o perdido. Se designa un Neotípo que que-
da en ese Museo: el ejemplar es una hembra que presenta con
bastante exactitud los caracteres indicados por Blanchard en su
descripción original. Lleva una etiqueta con la siguiente infor-
mación:
Localidad: Canela Baja, Provincia de Coquimbo.
Fecha : 13-24 de octubre de 1961.
Colector : Luis E. Peña.
Fig. 4— Aparato genital masculino. Tegmen en vista lateral y ventral y pene en
vista ventral. a) E. araucanus nov. sp.; b) E. basalis Blanch.; c) E. gayi Chevr.
Escala en milímetros.
Por otra parte se han revisado los tipos de las variedades
concolor, badiipes, diversipes y apicalis de Corporaal, deposita-
dos en el Museo de Zoología de Amsterdam y el de testaceipes
de Pic del Museo de París, que representan algunas de las for-
mas de color que ocurren en la especie.
E. puncticollis Spinola: como se expresara anteriormente
esta especie fue descrita a base de dos ejemplares machos envia-
176 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
dos de Chile por Claudio Gay en 1849. Uno de ellos se consi-
dera sinónimo con E. basalis Blanch, correspondiendo a la for-
ma sin manchas y patas de color casi totalmente naranja.
E. advena Chevrolat: esta especie fue descrita a base de un
ejemplar macho proveniente de Chile. Originalmente el autor
la atribuye con dudas al género Eleale. La coloración correspon-
de a la forma sin manchas y de patas oscuras de E. basalis
Blanch.
E. pallidonotata Pic: descrito a base de un ejemplar hem-
bra proveniente de Chile. Gran confusión tiene Pic acerca de
esta especie; las manchas amarillentas basales y apicales de los
élitros le hacen pensar en Calendyma chiliensis Cast., pero lue-
go lo describe como Astylosoma.
E. immaculata Pic: el tipo único de Pic es un ejemplar ma-
cho proveniente de Chile que él describe en el género Astyloso-
ma. La coloración corresponde con la forma sin manchas y de
patas parcialmente naranja de E. basalis Blanch.
Descripción: Especie muy variable. Cuerpo esbelto, angos-
to y convexo o ancho y bastante aplastado (Fig. 2 b). Cabeza
alargada y más bien angosta. Ojos y antenas como en gayi; las
antenas difieren sólo por el décimo primer artículo que presenta
su base angosta y bien separada del precedente y su longitud
diferente según el sexo: en hembras aproximadamente una y
media vez el largo del décimo y en machos aproximadamente
dos veces (Fig. 3'c y d). | | NS
, Pronoto de costados ligera a moderadamente dilatados, a
veces -subcilíndfico, su ancho máximo casi siempre algo mayor
que el largo y mayor que el ancho de la cabeza.
Elitros convexos a bastante planos, vértice del ángulo api-
cal interno redondeado en ambos sexos, Abdomen' hembra:
quinto esterno con escotadura central pequeña en forma de U
Ó V generalmente cerrada, a veces ampliamente abierta.
'Tegmen bastante aplastado, costados casi paralelos, su an-
cho contenido aproximadamente 3 a 4 veces en su largo sin
apodema; placas ventrales y dorsal moderadamente esclerosa-
das; brazos laterales no muy anchos, con una zona poco escle-
rosada hacia la mitad; lóbulos moderadamente alargados, esco-
tadura entre ellos ampliamente abierta, pilosidad escasa y rala
sólo en el ápice; tubo ventral sobresale en la escotadura, pero
no hace eminencia en vista lateral; expansión distal del apode-
Solervicens, J. GENERO EPICLINES * , 177
ma generalmente dos veces el ancho de éste y de forma ovalada.
Pene angosto, de lados paralelos, apodemas esbeltos, punta
triangular sujeta a múltiples variaciones: el ápice es constan-
temente aguzado mientras los lados llevan normalmente lóbu-
los en «número, forma y disposición variados o pueden redon-
dearse considerablemente. Un esquema de los principales tipos
de esta variación se observa en la Fig. 5 a. Estas modificaciones
no tienen significado biogeográfico ni están en relación con las
distintas formas de color que presenta la especie; no son más
que la expresión de su notable variabilidad (Fig. 4b).
Dorso de la cabeza, por lo general, con fuerte puntuación
o simplemente rugoso. Pronoto con puntuación menos marcada
que en la cabeza, frecuentemente bastante liso, depresiones late-
rales por lo general bien notorias.
Elitros con arrugamiento transversal menos marcado en la
base, arrugas transformadas en filas de pequeños gramos que
dan aspecto característico; este carácter .especialmente desarro-
llado ex las formas esbeltas de menor tamaño. A veces en las
formas grandes y anchas se destacan, además, granulaciones ma-
yores, espaciadas, que tienden a distribuirse en filas longitudi-
nales. Además de la pilosidad erecta característica existe una
cubierta de pelos finos, como en las otras especies estudiadas,
que se disponen en una franja angosta al costado y a todo lo
largo de la sutura y otra adyacente al borde que nace detrás del
hombro y se ensancha sobre el élitro hasta encontrar a la pri-
mera hacia la mitad o tercio posterior de éste. |
La especie fue descrita a base de individuos negros ligera-
mente bronceados, con dos manchas amarillentas en la base de
los élitros, antenas y piezas bucales negras y patas totalmente
negro bronceadas. Sin embargo, esta coloración típica está lejos
de ser constante y la más representativa de la especie; el color
general del cuerpo puede ser negro, verde o azul metálico o
cobrizo, siendo la coloración verde y azul Jas más frecuentes. A
menudo-hay combinación de 2 ó 3 de estos colores en un mismo
individuo. Las manchas de los élitros ocurren también en el
ápice, en el ápice y la base o simplemente no están presentes del
todo. Por otra parte su extensión es muy variable: desde un
simple punto hasta abarcar un tercio o más del élitro de modo
que pueden existir élitros del color general del cuerpo (sin
manchas) hasta élitros casi totalmente amarillentos.
178 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL Y 6, 1973
Las diversas variantes de coloración se pueden resumir
como sigue:
—É£litros con manchas apicales.
—Élitros con manchas apicales y basales.
—élitros con manchas apicales y basales confluentes.
—élitros con manchas basales.
—+élitros sin manchas.
En cada una de estas formas la coloración de las antenas,
piezas bucales y patas, típicamente oscuras, se modifica gra-
dualmente hasta hacerse total e intensamente naranja.
Sobre una serie de 878 individuos se ha podido establecer
los siguientes porcentajes de frecuencia de las diferentes va-
riantes:
— individuos sin manchas, patas oscuras (ab.
A A 53,3%
+ —individuos con manchas basales, patas oscuras
(pito) aan A do A. 14,8%.
—individuos con manchas basales y apicales, pa-
tas oscuras (ab. apicalis Corp.) ............ 10,8%
—individuos sin manchas, patas parcial a total-
mente naranjas (ab. a Gdl badiipes
-Corp., respectivamente) ...... Co... ..ooooo 11,7%
=“—otras COMbinaciones ...... coooo.oocn oo... 9,3%
Se observa una franca tendencia hacia individuos sin man-
chas (65%) y patas oscuras (80% aproximadamente). Esta di-
ferente coloración es una característica de la especie que no está
ligada al sexo ni tiene relación con su distribución geográfica.
En efecto, en cada una de las formas de color se encuentran
aproximadamente tantos individuos machos como hembras y las.
localidades de colecta en aquellas mediana a abundantemente
representadas corresponden con las de la especie en general.
Por último, en una misma población y más aún, sobre una mis-
ma planta es posible encontrar simultáneamente varias de nas
diferentes variantes.
Hembras generalmente mayores que los machos. Los indi:
viduos dé menor talla son esbeltos y los mayotes, por lo gene-
ral, anchos. La longitud de los machos 'varía entre 4 y 7,5 mm
y la de: las hembras entre 4 y 8,5 mm. Ea en 1945 al
Solervicens, J. GENERO EPICLINES y 179
estudiar los E. basalis del Museo de Amsterdam señala una va-
riación de 3,8 a 7,1 mm.
Existen diferencias de tamaño en relación con las variantes
de coloración: la forma típica, que alcanza la mayor talla, pre-
senta elevada proporción de individuos grandes y anchos; la
forma sin manchas, en cambio, es casi siempre pequeña y es-
belta. E
La especie ha sido colectada en primavera y verano (octu-
RADA
RADA
da
Fig. 5.— E. basalis Blanch: a) principales tipos de variación de la extremidad del
pene; b) metendosternito. E. araucanúus NOV. 5p.; Cc) quinto y sexto esterno abdomi-
nal de la hembra. Escala en milímetros.
bre-febrero). Visita en gran número las flores de diversas plan-
tas de cuyo polen se alimenta. La información disponible per-
mite citar solamente Escallonia pulverulenta (Escalloniaceae).
Esta especie comparte su área de distribución con E. gays.
Su límite norte está a 30%45' lat. sur en la localidad de Río Los
Molles, Ovalle, Provincia de Coquimbo. Su límite sur a 38%40'
lat. sur, en la localidad de Laguna de Galletué, Provincia de
Malleco. Además, a todo lo ancho del territorio chileno, alcan-
180 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
zando a 1.300 m. de altura en la Cordillera de los Andes (Río
Molles). (Ver mapa de distribución).
A pesar de la extraordinaria variación, la especie es fácil-
mente diferenciable de las otras del género por la forma del
último antenito,..por.el aspecto granuloso de los élitros y por
la pilosidad característica de éstos. Los individuos con élitros.
de coloración uniforme y extremidades y antenas de color na-
ranja podrían ser confundidos con ejemplares de E. puncticollis
Spin., pero los caracteres indicados bastan para separarlos clara-
mente. Por otra parte, las manchas amarillentas de los élitros
permite reconocer sin lugar a dudas a la forma típica o sus
variantes.
EPICLINES ARAUCANUS nov. sp.
Holotipo: Macho. Cuerpo alargado más bien angosto. Ca-
beza corta; cara plana con ligera depresión centrál que se pro-
longa hasta el clípeo por los costados. Suttira epistomial cons-
picua. Ojos casi redondos, sobresalientes, fuertemente conve-
xo$, separados por una distancia igual 4 una y media vez su
diámetro máximo. Antenas sobrepasan ligeramente el 'borde pos-
terior del pronoto; primeros antenitos como efi el género; flagelo
con artículos 3 a 8 ensanchándose hacia sus ápices, éstos oblicuos,
los primeros moderadamente largos y stbcilíndricos, el último
más cortó y más bien cónico; masa antenal con artículos noveno y
décimo cortos, transversos, el ancho aproxiihadamente una y me-
dia vez el largo, último artículo tan anchd tomo el penúltimo y
casi seis veces su largo, más angosto hacia el ápice, ligeramente
aplastado y cubierto de pilosidad corta, tupida y fina.
Pronoto bastante aplastado, convexo; ancho máximo mayor
que su largo y que el ancho de la cabeza. Costados moderada-
mente dilatados; depresiones laterales fuertemente marcadas, de-
presión media menos pronunciada. Elitros pócó cónvexos, vértice
del ángulo apical interno redondeado.
Dorso de la cabeza con puntuación muy tonspicua y homo-
génea, puntos grandes, circulares, con una impresión central para
un pelo. Pronoto moderadamente arrugado y bién punteado, pun-
tos más pequeños y espaciados que en la cabeza. Blitros con arru-
gamiento característico menos marcado en la base, arrugas poco
diferenciadas, irregulares, bajas y ligeramente granulosas; peque-
Solervicens, ]. - 5. GENERO EPICLINES .14 ... Cp» 181
ñas prominencias espaciadas sobresalen de las arrugas y tienden
a disponerse en filas longitudinales. Además de-la pilosidad larga,
erecta y rala, una cubierta: de pelos finos, cortos, tupidos, más visi-
bles con luz tangencial, dispuesta en una franja angosta al costado
y a todo lo largo de la sutura y otra ancha adyacente al borde
que se extiende desde la región posterior del primer tercio del
élitro hasta el ápice donde confluye con la anterior. Entre ambas
queda un espacio tan ancho como la franja externa. -
Color negro; artículos 1 a 8 de las antenas, trocánteres y tar-
sos débilmente testáceos. Longitud: 6 mm. |
Alotipo: Hembra. Cuerpo ancho; ojos poco convexos; último
antenito casi 4 veces el largo del penúltimo. Quinto esterno abdo-
minal con escotadura central en forma de V ampliamente abierta.
Longitud: 7,5 mm. o
Material tipo: Holotipo: macho de la localidad de Pichina-
huel, Cordillera de Nahuelbuta, Provincia de Arauco, Diciembre
1958, colector Luis E. Peña.
Alotipo: hembra de Caramávida, Cordillera de Nahuelbuta,
Provincia de Arauco, 1-6 de enero de 1954, Luis E. Peña, entre
1.200 - 1.400 metros.
Paratipos: seis machos y ocho hembras de la misma locali-
dad y colector del holotipo, diciembre a febrero .en diferentes
años. Uno lleva la siguiente indicación de altura: 1.200 m.
El material tipo queda distribuido de la siguiente manera:
holotipo, alotipo y cuatro paratipos en el Museo Nacional de
Historia Natural de Santiago, seis paratipos en la colección del
Laboratorio de Entomología del Departamento de Biología de
la Universidad de Chile de Valparaíso, dos paratipos en el Mu-
seo Nacional de Historia Natural de París y dos paratipos en la
colección Luis Peña.
La especie presenta dos formas de individuos: unos angostos,
algo convexos y otros anchos, bastante aplastados (Fig. 2 a).
Esta última condición corresponde generalmente a hembras. La
cara a veces ligeramente convexa y moderadamente ancha. Los
ojos pueden presentar convexidad moderada y, más raramente,
ligera. Antenas con último antenito de longitud variable, siendo
generalmente mayor en los machos; en estos puede ser 4,5 a 6
182 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
veces más largo que el penúltimo y en las hembras 3 a 5 veces;
sus costados, a veces paralelos, se aproximan hacía el ápice por
desviación del interno. Masa antenal con artículos noveno y déci-
mo a veces casi tan largos como anchos (Fig. 3 a y b). Elitros con
vértice del ángulo apical interno redondeado en ambos sexos; el
espacio desnudo que queda entre las dos bandas de pelos finos
puede presentar pilosidad rala del mismo tipo; se tienden a mar-
car débilmente dos a tres estrías longitudinales. Abdomen: ester-
nos generalmente anchos, poco convexos y de tegumento blando.
Quinto esterno de las hembras con escotadura central en forma
de V ampliamente abierta (Fig. 5 c).
El aparato genital masculino tiene caracteres bastante primi-
tivos. Tegmen poco aplastado, su ancho contenido 3 veces en el
largo sin apodema. Lóbulos apicales cortos, anchos, redondeados,
una fila de largos pelos en el borde externo y el ápice; escotadura.
entre los lóbulos muy abierta y poco profunda. Láminas ventrales
y dorsal poco esclerosadas. Brazos laterales anchos, con una región
escasamente esclerosada hacia la mitad. Tubo ventral mal desarro-
llado no sobresale en la escotadura ni es visible de costado, ape-
nas se separa del resto de la superficie ventral en el ápice. Expan-
sión distal del apodema pequeña, ovalada, apenas dos a dos y
media veces el ancho de él. Pene esclerosado sólo en una banda
central; apodemas largos y delgados, representan un tercio a un
cuarto del largo total; ápice poco aguzado, redondeado (Fig. 4 a)..
Tamaño bastante constante. La longitud de los machos varía.
entre 5,8 y 6,5 mm. y la de las hembras entre 6 y 7,5 mm.
La especie ha sido colectada en verano (diciembre-febrero).
La conformación de sus piezas bucales ,enteramente semejante a.
la de las otras especies del género, permite suponer un régimen
polinífago.
Distribución: al parecer endémica en la Cordillera de Na-
huelbuta, Provincia de Arauco. Se le ha encontrado en Pichinahuel
y Caramávida entre 1.200 y 1.400 m. (Ver mapa de distribución).
La cabeza corta, muy conspicuamente punteada, los ojos so-
bresalientes, casi redondos y el extraordinario alargamiento del
último antenito permiten distinguir claramente a esta especie de:
cuálquier otra del género. |
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Mapa de distribución de las especies chilenas de Epiclines.
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184 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
POSIBLE EVOLUCION DE LAS ESPECIES CHILENAS
DEL GENERO EPICLINES
De las especies chilenas de Epiclines, araucanus es la que
ofrece una morfología más simple que parece representar la base
sobre la cual se habría diferenciado el género. Los caracteres que
acusan esta mayor primitividad se refieren a la forma ancha y mo-
deradamente aplastada del cuerpo, la cabeza corta, los ojos casi
redondos y sobresalientes y la estructura del aparato genital mas-
culino (tegmen subcilíndrico de lóbulos cortos, amplia escotadura
entre ellos, tubo ventral apenas diferenciado y expansión distal
del apodema escasamente ensanchada; pene poco esclerosado con
largos y finos apodemas). Contribuye a reforzar esta idea la dis-
tribución restringida de la especie, al parecer endémica en un
sector de la Cordillera de la Costa (Nahuelbuta) sobre 1.000 me-
tros de altura, caracterizado por la presencia de Araucaria y No-
thofagus, géneros relacionados desde antiguo a la historia de la
extremidad austral de Sudamérica. Por otra parte, en atención a
los postulados sobre la Paleantártica, debemos considerar esta zo-
na como un refugio de fauna durante largos períodos. Estos an-
tecedentes permiten proponer esta región como el posible centro
de origen del género.
Araucanus se habría mantenido en el habitat original conser-
vando en gran parte sus caracteres pS pero modificando
notablemente las antenas.
Más tarde el género se extendería por la zona central del
país diferenciándose en dos especies: gayi y basalis de formas por
lo general más estilizadas, cabeza alargada, oios ovalados no tan
sobresalientes, antenas con masa antenal de tres artículos de
longitud semejante y tegmen aplastado con tubo ventral bien cons-
tituido.
La presencia en basalis de individuos de cuerpo ancho, éli-
tros con ángulo apical interno redondeado en ambos sexos y
tegmen de lóbulos relativamente cortos con amplia escotadura en-
tre ellos, falta de esclerificación en una región de los brazos late-
rales y escaso desarrollo de la expansión distal del apodema, lo
relacionan con araucanos, constituyendo, al parecer, una ct4pa de
transición entre esta especie y gay1.
En la zona norte de su distribución gayi habría ado más
recientemente a puncticollis. En ambas especies se observan for-
Solervicens, J. : GENERO EPICLINES Eb AA 185
mas siempre esbeltas, antenas con antenitos décimo y décimopri-
mero coadaptados e iguales enc ambos sexos, dimorfismo sexual
en el ápice de los élitros y tegmen de largos lóbulos, estrecha esco;
tadura entre ellos, finos brazos: laterales homogéneamente escle-
rosados y fuerte desarrollo del tubo ventral y de la expansión
distal del apodema. Estos caracteres permiten considerar a estas
expecies como las más evolucionadas del género. -
RESUMEN.— Se revisan las especies chilenas del género Eprclines
mediante la consulta de los tipos y de abundante material adicional. De
las siete e pecies previamente descritas se reconocen tres: E. gayí Chev.,
E. basalis Blanch. y E. puncticollis Spin. y los siguientes nombres se con-
sideran sinónimos: E. pauncticollis Spin. (pars), E. tristis Spin., E. advena
Chevr., E. pallidonotata Pic y E. immmacilate Pic. Se describe una nueva
especie, E. araucanus nov. sp. Se redescribe el género y sus especies y se
elabora una clave para ellas. Se establecen tentativamente las relaciones
filogenéticas de las especies chilenas y se sugiere la Cordillera de Nahuel-
buta como el posible centro de origen del género.
fr
OBRAS CONSULTADAS
BLACKWELDER, R. E., 1945: Checklist of the Coleopterous Insects of Mexico,
Central America, the West Indies and South America, Bulletin 185;
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d'Orbigny, Vol. VI, Insectes, pp. 95-96.
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Valparaiso, Chile + ' .:. INE LAA 187
UNA ESPECIE NUEVA DE CERCERINI- :
DEL PERU
(Hymenoptera: Sphecidae)
MANFREDO A. FRITZ * — HAROLDO TORO G. **
* Instituto Entomológico San Miguel, Prov. Buenos Aires, Argentina
** Depto. de Zoología, Universidad Católica de Valparaíso, Chile.
SUMMARY: A New species of Ceroeris from Perú. Cerceris carras-
coi is described as new from Cuzco, Perú.
- Poco tiempo después de publicado nuestro trabajo sobre
algunas especies neotropicales de Cercerini, recibimos del Dr.
Francisco Carrasco, del Cuzco, Perú, una especie nueva que reúne
las características del grupo estudiado, por lo que consideramo
necesario darla a conocer. :
De acuerdo con nuestra clave de especies, caería en C. andal-
galensis Fritz y Toro, pero difiere de ella porque el tegumento de
cabeza y tórax es microestriado y el clípeo tiene cinco dentículos,
por efecto de excavaciones antes del borde.
Nos es particularmente grato poder dedicar esta especie a su
descubridor y como agradecimiento por su gentileza al facilitar-
nos este material para su estudio.
CERCERIS CARRASCOTI sp. n.
Hembra. Longitud total aproximada: 12 mm); largo ala ante-
rior: 8,5 mm; ancho cabeza: 3 mm; ancho tórax: 2,8 mm; ancho
abdomen: 2,6 mm.
Coloración: negra. Las siguientes partes amarillo verdoso pá-
lido: mancha sobre el proceso clipeal; banda a lo largo de las
órbitas internas; mácula postocular; banda en el postescutelo; ban-
da pequeña premarginal en el primer tergo metasómico, segundo
a quinto con bandas premarginales, más estrechas al medio, la
del segundo más ancha que las restantes. Fémurez, tibias y tarsos
de las patas totalmente rojo anaranjado. Alas con nervadura cas-
taño claro, fuertemente infumadas.
188 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
Pilosidad: borde del clípeo con hileras de cerdas leonadas, a
la altura de los dentículos; cabeza pilosa, la pilosidad más larga
en la frente, vértex y genas; rojiza y larga en el tórax, más abun-
dante en las mesopleuras y propodeo; escasa en el abdomen, salvo
cerdas en los esternos.
Puntuación: lados del clípeo próximos a las mandíbulas con
puntuación finísima; más gruesa sobre el proceso clipeal. Para-
oculares y frente con puntos muy finos que forman estrías muy
densas; estriaciones más gruesas en las genas; puntuación del vér-
tex gruesa e irregular. Escudo y escutelo estríados y con puntos
entremezclados; postescutelo escasamente punteado; tegumento
microareolado en las mesopleuras, con puntuación gruesa e irre-
gular con espacios cariniformes; triángulo propodeal dividido por
un surco bien definido en su parte media posterior, totalmente
cubierto por rugosidades casi perpendiculares a sus lados; faces
laterales del propodeo rugoso punteadas; tergos metasómicos con
puntos gruesos, poco profundos y espaciados; pigidio superior-
mente coriáceo, con algunos puntos gruesos lateralmente.
Estructuras: borde inferior del clípeo con cinco dentículos;
faz anterior de éste muy prominente, con un proceso nasutiforme
triangular, escavado inferiormente, con vértice ampliamente cur-
vado y una quilla superior; mandíbulas con dos dientes internos.
Macho. Longitud total aproximada: 10 mm; largo ala ante-
rior: 7,5 mm; ancho cabeza :2,5 mm; ancho tórax: 2,3 mm; an-
cho abdomen :2,0 mm.
Coloración: negra. Las siguientes partes amarillas: manchita
en la base de las mandíbulas; clípeo totalmente salvo borde me-
dio inferior; franja amplia en las paraoculares; pequeño triángulo
en el área supraclipeal media; mitad de las tégulas; franja en el
postescutelo; tergos metasómicos segundo a sexto con bandas
premarginales, más angostas al centro, la segunda más amplia;
faz anterior de las tibias, trocánteres y faz anterior de los fémures
posteriores. Patas ferruginosas, menos coxas, base de los fémures
anteriores e intermedios y últimos tarsitos.
Pilosidad: pincel del clípeo bien desarrollado, ampliamente
interrumpido al medio. Cabeza y tórax con abundante pilosidad
larga y fina, amarillenta. Primer tergo metasómico y mitad ante-
rior del segundo con pelos largos; restantes con escasa pilosidad
corta. Esternos con poca pilosidad cerdosa.
Fritz M. A. y Toro, H. CERCERINI DEL PERU 1oNIAA 189
Cerceris carrascoi sp. n. Cabeza: vista dorsal, figs. 1 macho, 2 hembra; vista lateral,
figs. 3 macho, 4 hembra; vista frontal, figs. 5 macho, 6 hembra; cuerpo vista
dorsal, figs. 7 macho, 8 hembra.
190 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
Puntuación: clípeo con puntuación gruesa y espaciada, más '
densa a los costados. Paraoculares y frente con puntuación mucho
más gruesa y densa, con intervalos a modo de estrías, más am-
plias en las genas. Vértex con puntos gruesos e irregulares. Escudo
con estrías similares. Postescutelo con pocos puntos. Triángulo
propodeal dividido longitudinalmente por un surco poco insinua-
do y cubierto totalmente por rugosidades perpendiculares a los
lados. Tergos con puntos gruesos, profundos y densos, especial-
mente los dos primeros. Esternos con pocos puntos gruesos.
Estructuras: borde clipeal proyectado inferiormente en su parte
media, suavemente sinuoso; faz anterior media fuertemente glo-
bosa. Mandíbulas suavemente curvadas. Ultimo antenito curvo,
con el ápice truncado.
Material estudiado: 1 hembra Holotypus y 1 macho Alloty-
pus, del Perú, Cuzco, Ollantaitambo, en col. MAF. 5 hembras y 4
machos Paratopotypi en las colecciones del Instituto Entomológico
San Miguel, del Dr. Francisco Carrasco, del United States Natio-
nal Museum y MAF. 1 hembra Paratypus, Cuzco, Lucre, Diciem-
bre 64 (MAF). 1 hembra Paratypus, Cuzco, Miravalle, 23 Feb.
68, en la colección del Instituto Miguel Lillo, Tucumán. 1 macho
Paratypus, con los mismos datos (MAF). 2 hembras y 1 macho
Paratypi, Cuzco, Feb. 68 (IML), 1 hembra Paratypus con los
mismos datos, al igual que una hembra Paratypus Cuzco, Uru-
bamba, 15 Feb. 68 (MAP).
Variación: con la sola excepción de la banda en el primer
tergo que puede faltar, los caracteres cromáticos son muy cons-
tantes. El tamaño de las hembras varía entre los 10-12 mm y el
de los machos entre 7-10 mm de longitud. La disposición de las
rugosidades del triángulo propodeal es en algunos casos casi per-
pendicular a los lados, en otros paralela y en algunos se da una
combinación de ambos.
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Valparaiso, Chile * AE : Po ; 191
NYSSONINI NEOTROPICALES VI
(Hym. Sphecidae: Nyssoñinae) de | a
MANFREDO A. FRITZ
_ Instituto Entomológico San Miguel, Prov. de Buenos Aires, Argentina
SUMMARY .— Neotropical Nyssonini VI (Hymenoptera: Spheci-
dae). Metanysson cicheroi, horacioi and toba are described as new species
from Argentina and Bolivia. lt is established that M. foersteri Fritz is
distinct from M. alfkení Ducke. A key for all known species of the genus
Metanysson for the Neotropical region is given. Antomartinezius boharti
from Argentina and Losada penai from Paraguay are described as new
species. :
En años anteriores me ocupé de los: Nyssonini neotropicales.
Entretanto, han entrado más materiales del grupo, que justifican
darlos a conocer, principalmente por la variedad de especies apa-
recidas, que lo amplían de manera muy interesante para esta
región. AS
METANYSSON HORACIO! sp. n.
(Figs. 1, 2, 3)
Descripción: macho. Caracteres cromáticos: Negro. Las si-
guientes partes amarillas: banda premarginal angosta, amplia-
mente interrumpida al medio en el primer tergito. Ferruginoso:
primer tergito salvo mancha media posterior oscurecida; segundo
tergito basalmente y a los costados; primer esternito y márgenes
laterales del segundo; fémures posteriores, salvo zonas oscurecí-
das. Mandíbulas, ápice de los fémures, tibias y tarsos con amplias
zonas de color castaño muy oscuro. Alas tenue y uniformemente
infumadas.
Caracteres morfológicos: Cubierto por pilosidad larga y poco
densa, abundante en el último segmento abdominal, especial-
mente entre los dientes. Con pubescencia muy densa que casi no
permite ver la estructura, en las siguientes partes: frente, incluso
paraoculares y quilla interantenal, hasta la altura del ocelo ante-
rior; genas; faz dorsal del pronoto incluso callos humerales; me-
192 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
sopleuras; episternos y coxas; escudete; postescudete; faz látero
dorsal del propodeo; primer tergito discalmente; segundo ester-
nito; márgenes látero caudales de los tergitos segundo a sexto.
Bandas de pelos largos y parejos en todos los tergitos y esternitos,.
adicionalmente a los mechones de ¡pelos propios del género en los
esternitos segundo a quinto.
Vértex con puntuación gruesa e irregular; espacio interocelar
con puntos muy gruesos y profundos, que dejan entre sí espacios
cariniformes. Escudo del mesonoto con puntuación gruesa, pro-
funda y densa; la de las mesopleuras similar aunque deja entre:
sí espacios libres. Tergitos con puntuación semiconfluente muy
fina y poco apretada, que deja espacios libres y brillantes, sobre la.
que se superponen puntos espaciados gruesos y poco profundos,
especialmente a los lados y que tienden a desaparecer progresiva-
mente hacia los segmentos caudales.
Borde del clípeo suavemente curvado, hundido a los costados:
cerca de las mandíbulas y formando dos pequeños dentículos; faz
ántero inferior formando una arruga transversal, próxima al bor-
de. Area ocelar fuerte y abruptamente tuberculada. Escapo ante-
nal cilíndrico; pedicelo subgloboso; flagelo subclavado apical-
mente, sin excavaciones ni modificaciones evidentes, el último
antenito más largo que el anterior. Espinas laterales del pronoto-
agudas y fuertes, igual que las inferiores que están muy próximas:
a estas. Escudete parcialmente marginado a los lados, con dos fo-
veolas en su unión con el escudo del mesonoto; postescudete con:
dos pequeños dentículos laterales; mesopleuras redondeadas ante-
riormente, sin epicnemia; márgenes látero caudales de los tergitos
segundo a sexto deprimidos; sexto tergito con dos dientes látero
apicales; último tergito multidentado, con sus márgenes suave-
mente elevados, siendo los tres dientes caudales fuertes y bien:
desarrollados.
Dimensiones: 9 mm. longitud.
Material estudiado: 1 macho Holotypus de Bolivia, Prov..
Cordillera, Abapó (Río Grande) Fritz y H. Martínez col., Enero
1972, en mi colección. Especie próxima a M. diezguitas Fritz, di--
fiere de ella por su área ocelar fuertemente tuberculada y el espa-
cio interocelar carenado; además de la puntuación más espaciada
y fina del segundo tergito. Esta vistosa especie lleva el nombre
de Horacio Martínez, con quien la colectamos en las márgenes:
Fritz, M. A. NYSSONINI NEOTROPICALES VI
NR:
¡oi : igidio hembra dorsal; 3. Pigidio macho lateral.
boracioi sp. n.: 1. Antena macho; 2. Pigi Pig
a E € Antena macho; 5. Pigidio macho. M. chicheroi sp. n.: 6. antena al
7 igidio macho. Antomartinezius bobarti sp. n.: 8. Pigidio hembra; 9-10 Segmentos apicales
ee antena hembra.
194 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973
del río Grañide, en reconocimiento por su valiosa ayuda y su inte-
rés por todo lo relacionado con la naturaleza.
METANYSSON CICHEROI sp. n.
(Figs. 6 y 7)
Descripción: macho. Caracteres cromáticos: Negro. Mandí-
bulas y patas casi totalmente de color castaño, salvo zonas negruz-
cas. Pubescencia plateada en el clípeo, amarillenta en el resto y
dorada en el abdomen. Caracteres morfológicos: Clípeo cubierto
en su mitad inferior por pubescencia larga y densa, además de -
pilosidad larga; frente hasta la mitad, paraoculares, genas, faz
superior del pronoto incluso callos humerales, mesopleuras, faces
látero-superiores del propodeo y bandas laterales amplias en los
tergitos abdominales, que disminuyen progresivamente hacia los
caudales, cubiertos por pubescencia muy fina y densa. Bandas de:
pilosidad larga y regular caudal en todos los tergitos y esternitos.
Abdomen cubierto de pelos largos, blancos, especialmente a los
costados y en los dos últimos segmentos. Cabeza cubierta por pun-
tos gruesos, densos y profundos, principalmente en el vértex y
área interocelar. Escudo con escultura similar a la de la cabeza,
con puntos más grandes y densos en las mesopleuras. Escudete
cubierto por puntos muy gruesos y apretados que casi no dejan
espacios entre sí. Tergitos abdominales con puntuación semicon-
fluente con pocos espacios libres; área pigidial rugoso punteada.
. Clípeo inferiormente biselado, de modo que, presenta un
borde doble, el inferior arqueado y liso, el superior fuertemente:
-Sinuoso. Escapo cilíndrico, algo engrosado al medio; pedicelo sub-
globoso, poco más largo que cada uno de los tres primeros seg-
mentos del flagelo, estos iguales entre sí; último segmento más
largo que el precedente, de punta curva. Area ocelar tuberculada;
dos fuertes protuberancias pulidas y brillantes paralelas a los lados:
internos de los océlos posteriores, que dejan entre sí una depre-
sión profunda. Espinas de los costados superiores e inferiores del
pronoto fuertes y agudas. Postescudete con dos dentículos agudos
a los costados; faz súpero posterior del propodeo con una depre-
sión profunda pulida y brillante, bifoveolada. Pigidio multiden-
tado, los dientes póstero laterales más largos.
Dimensiones: 6,5 mm longitud.
Fritz, M. A. NYSSONINI NEOTROPICALES VI 195
Especie próxima a M. tropicalis Fritz, de la que difiere fun-
damentalmente por la conformación del pigidio.
Material estudiado: 1 macho Holotypus de la Argentina,
Córdoba, Capilla del Monte, A. Martínez col., en mi colección.
1 macho Paratypus, de la Argentina, 1 Feb. 25, 2? Parad., Hubrich
col., sin más datos, en la Zoologische Staatssammlung des Bayris-
chen Staates, Miinchen.
Observaciones: En general el Paratypus es muy similar al
Holotypus, aunque su tamaño alcanza solamente a los 6 mm de
longitud.
Se denomina así en homenaje al Dr. Julio A. Cichero, entu-
siasta naturalista y amigo.
METANYSSON TOBA sp. n.
Descripción: hembra. Caracteres cromáticos: Negra. Las
siguientes partes castaño rojizo: patas en gran parte, salvo zonas
negruzcas. Primeros dos tergitos, excepto amplia zona media pos-
terior del segundo ennegrecida y segundo esternito. Mandíbulas
en gran parte castañas. Alas suave y uniformemente infumadas;
nervaduras muy oscuras, casi negras. Caracteres morfológicos:
Pilosidad muy densa y plateada cubriendo totalmente el clípeo,
paraoculares y episternos; similar, pero amarillenta en la frente
hasta la altura de los ocelos, en las genas, faz dorsal del pronoto
incluso callos humerales, mesopleuras, faz dorso lateral del pro-
podeo y márgenes látero caudales de los tergitos. Filas de pilosi-
dad marginal dorada y pareja en todos los tergitos, plateada en
los esternitos.
Cabeza con puntuación fina y puntos gruesos entremezclados;
área interocelar con puntuación muy gruesa y densa, similar a la
del escudo, siendo más profunda la de las mesopleuras; tergitos
con puntuación fina y apretada, que deja espacios lisos y brillan-
tes. Area pigidial dorsal finamente estriado punteada, brillante.
Clípeo con el borde suavemente curvado, con dos pequeños
dentículos a los costados, cerca de las mandíbulas y una arruga
transversal sinuosa inferiormente. Área ocelar poco tuberculada,
área interocelar tenuemente cóncava, pero no deprimida. Escapo
antenal cilíndrico ;pedicelo subgloboso; flagelo subclavado hacia
el ápice, sus tres primeros segmentos igualmente largos, el último
de ápice curvado y considerablemente más largo que el precedente.
196 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
Espinas laterales del pronoto agudas y fuertes, las inferiores más
pronunciadas; escudo con' una fuerte depresión media en toda su
extensión; escudete suayemente convexo, con dos foveolas en la
sutura con el escudo; postescudete con dos dentículos laterales
pequeños; mesopleuras redondeadas anteriormente, sin epicnemia;
faz dorsal del propodeo con pocas estrías longitudinales y otras
transversales después de ellas; área pigidial bien delimitada, con
bordes suavemente serrulados. '
Dimensiones: 6 mm longitud.
Material estudiado: 1 hembra Holotypus, de la Argentina,
Salta, Tartagal, Nov. 71, Fritz y Martínez col., 1 hembra Parato-
potypus, con los mismos datos, en mi colección.
Próxima a M. diezguitas Fritz, se separa de ella por la pun-
tuación del segundo tergito y por la fuerte depresión media del
escudo. '*
- METANYSSON FOERSTERI Fritz
1956 Metanysson foersteri Fritz, Neotrópica 2(9) :92-94.
1968 Metanysson. alfkeni Fritz, An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 1:147-8.
(Parte).
En 1968, al haber examinado ejemplares de Metanysson alf-
kení (Ducke) en el Museo de Viena, pasé mi especie a la sinoni-
mia de aquella, aunque sin haberlos podido comparar con el tipo
de ésta. La obtención de material adicional me permite establecer
que son dos entidades diferentes, que se pueden separar por medio
de los caracteres indicados en la clave.
Localidad típica: Argentina, Tucumán, San Pedro de Colalao.
Material estudiado: Holotypus hembra, de la localidad seña-
lada y 1 hembra de la Argentina, Salta, Tartagal, Nov. 71, Fritz y
Martínez, col., ambas en mi colección.
METANYSSON ALFKENTI (Ducke)
1904: Nysson alfkeni Ducke, Zeitschr. Hym. Dipt. 4:190.
1936 Metanysson (Metanysson) alfkeni Pate, Trans. Amer. Ent. Soc. 64:
181.
1939 Nysson (Metanysson) alfkeni Maidl 8: Klima, in Hedicke Hym.
Cat. 8, Sphecidae 1:146.
Fritz, M. A. NYSSONINI NEOTROPICALES VI] 197
1968 Metanysson dlfkeni Fritz, An. Mus. Hist. Nat. Valparaíso, 1:147-8.
(Parte). ' '
Localidades típicas: Brasil: Pará y Maranhao.
Material estudiado: 1 macho de Bolivia, Chapare, Chimoré,
280 m, 1.72, Fritz y Martínez col., en mi colección.
CLAVE DE LAS ESPECIES NEOTROPICALES
DE METANYSSON
Machos? nero E a € a E E k:
a a, e la, CES A NOR ALA 8
1.Postescudete Tncrme e e toa a oa aro Re a 2
Postescudete armado con dos espinzs o bilobulado .......... 3
2.—Primer segmento abdominal castaño oscuro; área occlar leve-
mente tuberculada; pronoto lateralmente romo, no espinoso; faz
dorsal del propodeo con diversas carenas paralclas de super-
ficie intermedia pulida y brillante. (Argentina: Río Ne-
ON O e E LIO ooo a alo fraternas Fritz.
Primer segmento abdominal negro; árez ocelar no tuberculada;
pronoto lateralmente con espinas fuertes y agudas; faz dorsal
del propodeo irregularmente areolada, de superficie intermedia
opaca y transversalmente estríada. (Brasil: Matio. Gros-
50) mc o OE 0. layaro Pate.
3.—Angulos laterales del prenoto no espinosos .............o... 4.
Angulos laterales del pronoto fuertemente espinosos. ........ a%,
4_—Con bandas amarillas anchas en los tres primeros tergitos, la
del tercero interrumpida 21 medio; cubierto por puntuación muy
gruesa, dens1 y profunda; área ocelar fuertemente tuberculada;
v'nidio con cinco dientes igualmente fuertes, dispuestos en lí-
nc2 arqueada. Especie grande: 10 mm. (Argentina: Catamar-
cas Entre Ríos; Buenos ¡ALLE da catamarcensis Schrottky.
Los dos primeros tergitos totalmente rojos ¿puntuación gruesa
en el tórax y fina en el abdomen; área ocelar levemente ele-
vada; pigidio con cinco dientes no igualmente fuertes; los tres
medianos bien desarrollados, los laterales débiles y cortos. Es-
pecie pequeña: 6 mm. (Argentina: Catamarca; Buenos Af
ES eo do o. A carcavalloj Fritz.
5.—Primer segmento abdominal negro ..ooooooccco cooooocooo 767
Primer segmento abdominal rojo ....... A AE ES ¡E
6.—Séptimo tergito con siete dientes; área pigidial rugoso pun-
teada. (Argentina: Córdoba) .......ooooooooo... cicheroi sp. 1.
198 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
“Séptimo tergito con cinco dientes;-área pigidial finamente pun-
teada. (Bolivia: Santiago) ......... <<... ==... tropicalís Fritz.
-7.—Area interocelar de superficie casi plana, totalmente cubierta
or puntos muy gruesos que dejan entre sí espacios Carini-
dedos dos dientes pequeños en el postescudete. (Bolivia: Aba-
pó, Río Grande) ...ooooooocronrnoro rr horacioi sp. M.
A O O AO ER A 1d A O CS A AS
8.—Area interocelar finamente punteada; espinas del postescudete
E agudas y ÑUCTLeS ¿..coooocooco eododeneston pora ec are
Area interocelar con puntos gruesos; espinas del postescudete
débiles, poco desarrolladas .........o o.0.o.oooroocrrrrmrsss 10
9.—Escudo con puntuación fina, apretada y profunda ¿la del se-
gundo tergito muy fina y muy densa, dejando pocos espacios
libres. (Argentina: Tucumán; Salta) ...........- foersteri Fritz
Escudo con puntuación fina además de abundantes puntos pro-
fundos y grandes; la del segundo tergito muy fina dejando
espacios intermedios lisos y brillantes. (Brasil: Pará y Maranhao.
Bolivia: Chapare) ........o. .<.o.ooooooc.omo.o.. alfkeni (Ducke)-
10.—Angulos laterales del pronoto no espinosos. (Argentina: Cata-
marca; Entre Ríos; Buenos Aires .............. carcavalloj Fritz.
Angulos laterales del pronoto fuertemente espinosos .. .. .. 11.
11. —Segundo tergito totalmente cubierto por puntuación muy fina,
apretada e irregular, que casi no deja espacios libres, además de
puntos gruesos superpuestos. Escudo normal. (Argentina: Tu-
CU id ae a diezguitas Fritz.
Segundo tergito cubierto por puntuación fina y apretada, que
deja espacios libres y brillantes. Escudo con una hdrto depre-
sión longitudinal media en toda su extensión. (Argentina: Sal-
a a cd late oie s ade Ue ao Ela toba sp. n.
ANTOMARTINEZIUS BOHARTI sp. n.
(Figs. 8, 9 y 10)
Descripción: hembra. Negra. Las siguientes partes blancas:
mandíbulas basalmente; labro; clípeo a los costados cerca de las
mandíbulas; franja superior en las órbitas internas y una manchita
superior en las genas; callos humerales del pronoto y dos man-
chas en su faz superior; tégulas anteriormente; dos manchas pós-
tero laterales en el escudo y otras dos en el escudete. Bandas
Fritz, M. A. NYSSONINI NEOTROPICALES VI 199
marginales en los dos primeros tergitos, interrumpidas al medio
y manchas laterales en el cuarto y quinto. Banda posterior en las
tibias y mancha apical en los fémures. Abdomen rojo.
Pubescencia plateada densa y larga en el clípeo, frente, meso-
pleuras, postescudete, faces súpero laterales del propodeo, epister-
nos y coxas. Vértex deprimido, bajo el nivel de los ojos. Area oce-
lar no tuberculada. Clípeo con el borde medio arqueado y una
gran depresión transversal en su faz inferior. Escapo antenal
subgloboso, por lo menos dos veces más largo que el pedicelo;
último antenito truncado oblicuamente en el ápice; los tres últi-
mos antenitos con depresiones cóncavas. Peine tarsal bien desarro-
llado y sin pulvillum entre las uñas tarsales. Tibias intermedias
con dos espinas. Puntuación en general gruesa y moderadamente
espaciada, salvo área pigidial fuertemente rugoso punteada. Sexto
tergito con cinco dientes, los intermedios separados de los latera-
les por aproximadamente tres veces la distancia que los separa,
del central. Gran parte de los tergitos y esternitos lobulados late-
ralmente. Alas suave y uniformemente infumadas, la segunda
recurrente es recibida por la tercera cubital.
Dimensiones: 6 - 9 mm longitud.
Muy semejante a A. patei Fritz y A. fritzi Bohart, difiere de
ambas especialmente por la conformación y posición de los dien--
tes del sexto tergito. de
Material estudiado: Holotypus hembra de la Argentina, Ca-
tamarca, 6 Km. N. Belén, 1240 m, Willink, Terán y Stange (Ma-
laise) 1-15 Dic. 69, gentilmente canjeado por uno de mis ejem-
plares de Río Negro por el Dr. Abraham Willink. 2 hembras Pa-
ratopotypi en la colección del Instituto Miguel Lillo, Tucumán.
2 hembras de la Argentina, Río Negro, Dto. Avellaneda, Lamar-
que, U. 8: M. Fritz col., en las colecciones del Instituto Miguel
Lillo, Tucumán y del Instituto de Entomología de San Miguel,
respectivamente. |
Observaciones: Las variaciones de tamaño son considerables.
Uno de los paratipos de Río Negro mide solamente 6 mm de lon-'
gitud; otros tienen tamaños intermedios con el holotipo. Las má-'
culas del clípeo y dorso del pronoto pueden estar presentes O no. .
El último tergito puede ser negro. Por lo demás, cromática y mor-:
fológicamente los ejemplares estudiados son muy similares, ha-"
200 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1974
biendo diferencias sólo en la nervadura alar: en el holotipo la
segunda recurrente es recibida por la tercera cubital, siendo inters-
ticial en todos los demás paratipos.
Especie que denomino así en homenaje al Dr. R. M. Bohart.
LOSADA PENAI sp. n. $
Descripción: hembra. Caracteres cromáticos: negra. Las si-
guientes partes de color castaño, de distinta intensidad: antenas,
salvo ápice, palpos, labro, mandíbulas excepto ápice, trocánteres,,
base y ápice de los fémures y tibias; tégulas; alas en general muy
infumadas, especialmente en las celdas costal y marginal, unifor-
me y notablemente recubiertas por vellosidad oscura; venas y estig-
ma castaño oscuro.
Caracteres morfológicos: Cabeza y todo el cuerpo con abun-
dante pilosidad erecta y larga de color castaño claro, especial-
mente larga en el escudete y postescudete; márgenes posteriores
de los tergitos uno a cinco con hileras de pilosidad larga y pareja
que se extiende sobre el tergito siguiente, en toda su extensión;
esternitos segundo a cuarto con pilosidad semejante, pero sólo a
los costados. Clípeo cubierto por pubescencia plateada muy fina y
densa. Similar, pero dorada en la frente, sobre la cresta y para-
oculares, dorsalmente en el protórax incluso callos humerales, me-
sopleuras, faz dorso lateral del propodeo y tergitos segundo a.
quinto con bandas premarginales ampliamente interrumpidas al
medio.
Frente, vértex y genas cubiertas por reticulación areolada
densa, además de puntuación muy fina entremezclada. Pronoto-
muy finamente punteado en su faz vertical. Escudo, escudete y
postescudete con escultura similar a la de la cabeza, pero más
gruesa y nítida, Mesopleuras con puntuación parecida, pero cu-
bierta por pilosidad; metapleuras y faces laterales del propodeo
lisas, pulidas y brillantes. Postescudete y triángulo propodeal divi-
didos por una quilla fuerte y bien marcada, el segundo con dos
quillas laterales curvas y dos excavaciones en el vértice posterior;
faz vertical del propodeo con dos quillas medias verticales, de
superficie lisa y brillante, que se separa de los lados pilosos por:
otras dos quillas curvas. Primer tergito estriado longitudinalmente-
en su parte basal. Abdomen con puntuación muy fina y densa, que:
se torna más gruesa hacia los segmentos caudales; segundo ester--
Fritz, M. A: NYSSONINI NEOTROPICALES VI 201
nito con pocos puntos muy finos y espaciados; muy densos y finos
en el sexto.
Mandíbulas débiles, curvadas y con un diente laminar basal
posterior. Clípeo subtrapezoidal, de superficie rugosa, especial-
mente en su parte media anterior, que es inclinada; borde arquea-
do, sin dientes. Antenas largas, gruesas, pilosas y punteadas; esca-
po corto y grueso, con un pequeño surco inferior; primer segmento
del flagelo más corto y angosto que el segundo; último segmento
poco más largo que el precedente y de punta aguzada. Quilla in-
terantenal fuerte y elevada en forma de lámina y bifurcada :supe-
riormente. Área ocelar suavemente elevada, el ocelo anterior mar-
ginado arriba y a los lados por una quilla muy fina, los posterio-
res Cubiertos en parte interiormente por un reborde laminar. Qui-
lla temporal bien desarrollada en toda su extensión.
Borde superior del pronoto anguloso; ángulos humerales fuer-
temente espinosos, con dos quillas que descienden hacia las espi-
nas inferiores, éstas romas y poco desarrolladas. Mesopleuras re-
dondeadas anteriormente, sin epicnemia y con un tubérculo espi-
niforme justo bajo las tégulas. Metapleuras superiormente con
una quilla laminar fuerte, que hacia atrás se divide en dos. Post-
escudete con dos espinas laterales agudas, muy disimuladas por la
pilosidad larga. Angulos látero posteriores del propodeo con dos
espinas bien desarrolladas y una espina aguda en el borte látero
inferior. Ultimo tergito cónico, con vestigios de área pigidial cau-
dalmente.
Se separa de L. paria Pate por el área ocelar muy poco ele-
vada, clípeo sin dientes, último antenito poco más largo que el
precedente y por el diente agudo que lleva en el borde póstero-
lateral del propodeo y los dientes del postescudete. De L. muti-
lloides (Ducke), por su pubescencia dorada en vez de plateada,
además de los dientes del postescudete y del borde póstero infe-
rior del propodeo.
Dimensiones: 6,5 - 7,5 mm longitud.
Material estudiado: 1 hembra Holotypus del Paraguay, Pira-
pó, Dic. 71, L. E. Peña col., y una hembra Paratopotypus con los
mismos datos, en mi colección. :
Especie que lleva el nombre de Luis E. Peña Guzmán, de la
Universidad de Chile, Santiago, como amistoso homenaje y gra-
202 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
titud por el magnífico material de Hymenoptera del Paraguay
que tan generosamente me cediera.
BIBLIOGRAFIA
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SCHROTTKY, C., 1910: Neue siidamerikanische Grabwespen, Soc. Ent. Caen
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Valparaiso, Chile : : á ñ 203
TRES "NUEVAS ESPECIES CHILENAS DEL GENERO '
LEIOPROCTUS
(Bicolletes) — (Hymenoptera= Apoidea)
HAROLDO TORO
Laboratorio de Zoología, Universidad Católica de Valparaíso
ABSTRACT.— Three new species of Leioproctus are described and
figured in this paper: L. flavitarsus n. sp. and L. delabozii n. sp. from
the semi arid region of Chile and L. cerdai n. sp. from Magallanes in the
Patagonian region. | a)
LEJOPROCTUS FLAVITARSUS n. sp.
(Figs. 118 a 126)
Próxima a £L. perezi Toro-Rojas 1970, pero en las hembras
la puntuación bien marcada en el metasoma; placa pigidial aplana-
da, fuertemente areolada y bordes levantados; machos con tarsos
amarillentos y basitarso aproximadamente un quinto más largo
que los demás tarsitos juntos.
Macho: Longitud total aproximada 7 mm., largo ala anterior
4,3 mm., ancho de la cabeza 1,9 mm., ancho del tórax 1,6 mm.
Colora-ió:: Negro, mitad distal de las mandíbulas caoba cla-
ro, faz anterior del flagelo pardo amarillento, tarsos amarillo
sucio. Tégulas amarillo transparente, alas hialimas con venas y
pterostigma amarillento, transparentes, margen distal de los ter-
sos abdominales amarillo translúcidos.
Pilosidad: Blanca ea la cabeza, con ramificaciones pequeñas,
medianamente densa dejando ver el tegumento, pelos escasos en
el área ocelorbital aparentemente simples. Pelos verticales casi tan
largos como el escapo (1,0:1,1). En el tórax como en la frente,
aunque algo más espaciados. Segmentos proximales de las patas
como en la frente, escasos en la cara anterior de fémures anterio-
res y medios, aparentemente simples en la cara externa y anterior
de las tibias anteriores y medias, cortamente ramificados en las
posteriores. Tarsos semejantes a las tibias. Primero a cuarto tergo
metasómico, como en el tórax, pero más cortos y tendiendo a for-
mar una banda en los segmentos 2* y 4?. Esternos con pelos espa-
204 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
ciados formando una banda distal mal diseñada, más densos en el
último.
Puntuación: Clípeo densamente punteado, con interespacios
cariniformes salvo: un área premarginal con intervalos mayores
que los puntos. Area supraclipeal a ambos lados de la línea media
con intervalos cariniformes y tegumento areolado. Densa en las
paraoculares, con intervalos casi cariniformes, espaciándose dor-
salmente. Una zona sin puntos por fuera de los ocelos laterales.
Area preoccipital con tegumento microaereolado y puntos densos.
Zona discal del escudo con puntos espaciados e intervalos lisos
mayores que ellos, más densos hacia adelante. Escutelo semejante
al escudo. Metanoto con intervalos microareolados, pleuras como
el escudo. Triángulo propodeal levemente microareolado con una
suave carina a ambos lados de la línea media. Areas dorsolaterales.
del propodeo con puntuación densa. Tergos abdominales con iín-
terespacios microareolados y puntos bien marcados separados por
más de una vez su diámetro. Esternos con tegumento areolado y
puntos semejantes a los tergales, más densos en el último.
Estructuras: Paraoculares superiores convexas. Una leve de-
presión por fuera de los ocelos laterales. Línea frontal carinifor-
me en su mitad distal y en un surco bajo el ocelo medio. Fóveas.
faciales en un surco angosto, poco notable vecino a la órbita.
Area supraclipeal suavemente convexa no elevada sobre el clípeo.
Clípeo suavemente convexo, borde distal cóncavo al centro algo
proyectado más allá de la tangente orbital inferior. Labro con un
cordón transversal basal, borde distal cóncavo. Márgenes laterales:
levemente angulados. Escutelo convexo. Metanoto oblicuo visto de
perfil. Triángulo propodeal con sus dos tercio basales casi hori-
zontales. Placa basitibial ovalada. Espolones tibiales serrados. Ul-
timo tergo convexo, cápsula genital y esternos asociados como en
figura. —,
Hembra: Longitud aproximada 8 mm., largo ala anterior 4,8
mm., ancho de la cabeza 2,2 mm., ancho del tórax 2,1 mm.
Coloración: Negra, las mandíbulas caoba, faz inferior del
flagelo testáceas, extremo de las tibias y tarsos caoba obscuro; té-
gulas amarillo translúcidas, alas hialinas con venas y pterostigma
amarillento, márgenes distales de los tergos metasómicos amarillo,
translúcidos, placa pigidial marrón amarillento; esternos marrón.
Pilosidad: Blanco sucia en la cabeza, poco densa dejando ver
el tegumento, con ramificaciones más bien cortas; escasa en la
120
124
Leioproctus flavitarsus n. sp.: 118-Cápsula genital; 119-Séptimo esterno metasómico;
120-Octavo estermo; 121-Labro de macho; 122-Octavo hemitergito de hembra;
123-Labro hembra; 124-Mandíbula de macho; 125-Espolón interno de tibias poste-
teriores; 126-Mandíbula hembra. pa ts
206 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973
parte media del área supraclipeal y formado una fila de pelos.
más gruesos distales en el clípeo; con pelos más cortos en las.
para oculares vecino a las órbitas. Pelos verticales aproximada-
_ mente la mitad del largo del escapo (0,8:1,5). Tórax con pelos
blanco sucio más cortos en el escudo y escutelo, semejantes a la.
cabeza en las pleuras y segmentos proximales de las patas aunque
las ramificaciones más largas en coxas y trotanteres posteriores;
fémures anteriores como en las pleuras, aunque escasos en la cara
anterior; tibias anteriores con pelos cortamente ramificados, sim-
ples en la cara anterior del basitarso. Fémures medios con pelos.
escasos salvo el borde posterior, más bien densos en las tibias, con
ramificaciones más largas distalmente, en el restó como en las.
tibias. Basitarso posteriores con pelos ramificados hacia el ápice,
como las tibias, pero más cortos, tarsos siguientes como los me-
dios. Tergos metasómicos 1* y 4? con pelos más bien cortos de
ramificaciones muy cortos, escasos en el área discal y formando
una banda marginal bien diseñada, 5* y último con pelos más lar-
gos, más obscuros y de ramificaciones largas. Larga y simple en
los esternos, tendiendo a formar una banda distal en el 5%, más
densa y corta en último. :
Puntuación: Clípeo con puntos gruesos e intervalos lisos casi
cariniformes, espaciados en el área premarginal. Area supraclipeal
con una zona triangular lisa en su parte media, puntos densos.
lateralmente. Para oculares con puntos densos e intervalos casi
cariniformes, areolados mesal y dorsalmente. Escasa en las fóveas-
faciales. Un área sin puntos por fuera de los ocelos laterales.
Escudo y escutelo con intervalos lisos semejantes a los puntos,
escasos en el área discal. Postescutelo con puntos densos e inter--
valos areolados. Mesopleuras como el escudo, pero con intervalos
levemente areolados. Metapleuras con puntos finos densos. Areas.
laterales del propodeó como las mesopleuras, pero más densa.
Triángulo propodeal suavemente areolado. Primero a cuarto tergo
- metasómico con puntos bien marcados e intervalos microareolados:
algo mayores que los puntos, dejando un área marginal lisa. Ulti-
mos tergos con puntos gruesos e intervalos semejantes a ellos.
En los esternos puntos medianos e intervalos semejantes a ellos,
más densos y finos en el último.
., Estructuras: Una pequeña depresión por fuera de los das
laterales. Línea frontal cariniforme en su mitad distal. Fóveas
faciales bien definidas casi cuatro veces más largas que anchas.
Toro, H. GENERO LEIOPROCTUS $ 207
Area supraclipeal convexa, elevándose sobre el clípeo. Clípeo sua-
vemente convexo; borde distal recto, algo proyectado más allá
de la tangente orbital inferior. Labro con un fuerte cordón trans-
versal basal que deja un surco por abajo, borde distal cóncavo al
centro; márgenes laterales angulados. Paraglosas y glosa sin mo-
dificaciones. Escutelo no deprimido en la línea media. Metanoto
casi horizontal. Triángulo propodeal con su mitad basal casi hori-
zontal. Placa basitibial redondeada. Espolón apical interno de las
posteriores con 10 espinas proclinadas, el externo microserrado.
Placa pigidial triangular en ángulo de 35? y ápice agudo, plana
con tegumento areolado y bordes levantados. Octavo hemitergito
como en figura. dá
Holotipo hembra: Alotipo macho Atacama (Travesía)
X-1969; en colección Toro.
Paratipos: 55 machos y 18 hembras Atacama (Travesía), dis-
tintas fechas y colectores; 8 machos Atacama (Caldera to Obispi-
to), 17-X-1969 (Rozen y Peña, col.). Los tipos serán depositados
en: Universidad Católica: de Valparaíso, American Museum of
Natural History, Museo Nacional de Hist. Natural de Santiago,
University of Kansas y colección Toro. '
Localidad tipo: Atacama (Travesía). |
El nombre específico se refiere al color claro de los tarsos
de los machos.
LEIOPROCTUS (BICOLLETES) CERDAI n. sp.
(Figs. 136 y 139)
Próxima a L. wagenknechti Toro-Rojas 1970, pero inconfun-
dible por su cuerpo de color azul con patas y antenas rojas.
Hembra: Longitud total aproximada 11 mm. Largo del ala
anterior 7.7 mm. Ancho de la cabeza 2.8 mm. Ancho del tórax
3.2 mm.
Coloración: Tegumento azul excepto: flagelo antenal, tibias
y tarsos rojo anaranjado. Alas ahumadas con pterostigma y vena-
ción rojo anaranjado.
Pilosidad: Negra en la cabeza, medianamente densa dejando
ver el tegumento; una fila de pelos rojizos simples en el margen
distal del clípeo. Pelos del vértice aproximadamente la mitad del
largo del escapo. Mitad anterior del escudo con pelos blanco sucio;
escasos pelos negros en el resto del tórax. Más largos y con rami-
208 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973
ficaciones largas en pleuras y segmentos proximales de las patas;
rojo anaranjados en tibias y tarsos; en el primer par de fémures
como en las pleuras, aunque escasos y más cortos en la cara ante-
rior, simples y cortos en las tibias salvo algunos posteriores largos,
negros y ramificados, tarsos como en las tibias; fémures medios con
pilosidad escasa salvo el borde posterior, tibias y tarsos como los
anteriores; basitarsos posteriores con pelos ramificados semejan-
tes a los tibiales. Metasoma con pilosidad negra, escasa en tergos
1 a 4 corta y con ramificaciones cortas; últimos tergos con pelos
largos, densos, ramificados. Larga y simple en los esternos, poco
densa, algunos pelos ramificados caudalmente.
Puntuación: Clípeo con puntos medianos con intervalos meno-
res que sus diámetros con áreas lisas distalmente y hacia los lados.
Resto de la cabeza con intervalos cariniformes, aunque lisos bajo
los alvéolos y por fuera de los ocelos laterales. Fóveas faciales sin
puntos. Escudo y escutelo con: puntos densos e intervalos lisos
menores que ellos, pero espaciados en área media posterior del
escudo; resto del tórax con tegumento débilmente microareolado
y puntos pequeños, densos. Triángulo propodeal microrrugoso:
Primero y segundo tergo metasómico con puntos pequeños, escasos
en el primero, más marcados en tercero y cuarto y con una banda
marginal lisa. Tergos posteriores con puntos gruesos y densos.
Esternos microrrugosos y puntos densos en una banda premar-
ginal.
Estructuras: Una leve depresión por fuera de los occlos late-
rales. Línea frontal cariniforme. Fóveas faciales bien marcadas,
alargadas, vecinas al ángulo superior de la órbita interna. Area
supraclipeal levemente convexa. Clípeo suavemente convexo con:
borde distal cóncavo al centro, algo proyectado más allá de la
tangente orbital inferior. Area malar un poco más corta que el
ancho mayor del escapo. Labro con un fuerte cordón transversal
medio, borde distal levemente cóncavo al centro, márgenes late-
rales en ángulo agudo. Paraglosas y glosas sin modificaciones.
Escutelo con un surco medio bien marcado. Metanoto oblicuo en
vista lateral. Triángulo propodeal casi vertical. Placa basitibial con
ápice ampliamente redondeado. Espolón apical de tibias medias
microserrado. Placa pigidial en ángulo de 35 grados aproximada-
mente, con superficie convexa. Octavo hemitergito como en fi
gura.
Toro, H. GENERO LEIOPROCTUS 209
Leoiproctus delabozii n. sp.: 127-Cápsula genital; 128-Séptimo esterno metasómico;
129-Labro de macho; 130-Octavo hemitergito hembra; 131-Octavo esterno macho;
132-Mandíbula de macho; 133-Labro hembra; 134-Mandíbula hembra; 135-Espolón
interno de tibias posteriores, hembra.
Leioproctus cerdai n. sp.: Hembra: 136-Labro; 137-Espolón interno de tibias pos-
teriores; 138-Octavo hemitergito; 139-Mandíbula,
210 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973
Holotipo: Hembra, Magallanes (Estero Brazo Norte) 23-l-
1972 (V. Pérez, col.) en Colección Toro.
Paratipos: 3 hembras la misma localidad, fecha y colector,
depositados en? Museo Nacional de Hist. Natural, Museo de la
Patagonia y colección Toro.
Localidad tipo: Magallanes (Estero Brazo Norte).
La especie ha sido denominada en honor del señor Miguel
Cerda que ha trabaiado por muchos años en insectos chilenos.
Agradecemos al señor V. Pérez del Museo de la Patagonia por
habernos cedido gentilmente este material para estudio.
LEIOPROCTUS DELAHOZI] n. sp.
(Figs. 127 y 135)
Semejante a L. flavitarsus, pero de mayor tamaño; alas ante-
riores generalmente con tres células submarginales; propodeo con-
vexo sin parte horizontal definida; lóbulo jugal apenas sobrepasa
a la célula cubital.
Macho: Longitud total aproximada 9 mm., largo ala anterior
5,4 mm., ancho cabeza 2,2 mm., ancho tórax 2,4 mm.
Coloración: Cabeza y tórax negros salvo: ápice de las mandí-
bulas caoba, antenas marrón casi negro; patas marrón, tégulas ma-
rrón claro, alas ligeramente pardas con venas y pterostigma ma-
rrón claro. Metasoma marrón casi negro, márgenes distales de los:
segmentos 1? a 5* translúcidos.
Pilosidad: Amarillo sucio en la cabeza con abundantes rami-
ficaciones cortas. Pelos del vértice más cortos que el escapo (1,2:
1,6).
a el tórax como en la cabeza, más largos en las pleuras.
Segmentos proximales de las patas como en las pleuras, pero
escasos en la superficie anterior de los fémures anteriores y me-
dios. Tibias y tarsos con pelos muy cortamente ramificados. Ter-
gos metasómicos con pelos amarillo sucio muy cortamente rami-
ficados y formando una banda blanca marginal mal diseñada
en 1* y 5*, Más ancha en el último. Esternos como los tergos, pero
más rígidos, cortos y escasos, sin formar banda blanca.
Puntuación: Cabeza con tegumento liso, densamente punteada
con intervalos menores que el diámetro de los puntos y carinifor-
me hacia los alvéolos y línea frontal; una área pequeña lisa por
abajo del ocelo medio y otra mayor por fuera de los ocelos late-
Toro, H. GENERO LEIOPROCTUS 211
rales. Zona discal del escudo, parte anterior del escutelo y todo
el postescutelo con puntos escasos, con intervalos semejantes al
diámetro de los puntos en el resto. Area hipoepimeral lisa: por
sobre la escroba. Mesopleuras con puntos e intervalos semejantes
a sus diámetros; escasos en las metapleuras. Areas laterales del
propodeo como las mesopleuras. Triángulo propodeal liso. Tergos
metasómicos con puntos pequeños, intervalos mayores que ellos,
poco profundos y más espaciados en el primero. Más gruesos y
espaciados en los esternos, pero densa en el último.
Estructuras: Con un débil tubérculo por fuera de los ocelos
laterales. Línea frontal con su mitad basal en un surco y distal
cariniforme. Fóveas faciales no visibles. Area supraclipeal suave-
mente convexa, elevándose sobre el clípeo. Clípeo convexo, borde
distal cóncavo proyectado más allá de la tangente orbital inferior.
Labro corto con un fuerte cordón transversal, un suave surco lon-
gitudinal en los dos tercios distales, borde distal cóncavo, bordes
laterales en ángulo agudo. Glosa con lóbulos redondeados cortos,
paraglosas sin modificaciones. Escutelo no deprimido en la línea
media. Metanoto oblicuo. Triángulo propodeal convexo, vertical
en su mayor parte. Alas anteriores con tres submarginales (ocasio-
nalmente dos o dos en un lado y tres en el otro). Placa basitibial
del ápice redondeado. Espolones apicales de las tibias medias
y posteriores microserrados. Séptimo tergo sin modificaciones.
Cápsula genital y esternos asociados como en figura.
Hembra: Longitud total aproximada 10 mm., largo ala ante-
rior 6,1 mm., ancho cabeza 2,7 mm., ancho tórax 2,7 mm. '
Coloración: Semejante al macho.
Pilosidad: Cabeza como en el macho, pelos verticales más
cortos que el escapo (0,9:1,8). En el tórax como en la cabeza, pero
algo más densos, más largos en las pleuras, coxas y trocánteres
como en las pleuras; fémures anteriores y medios con abundante
y larga pilosidad posterior. Aparentemente simples en tibias ante-
riores y tarsos anteriores. Fémures medios con pelos escasos, salvo
borde posterior; cortos en las tibias medias, amarillo sucio, aparen-
temente simple; muy cortamente ramificados en la cara externa
del tarso. Larga espaciada, en los fémures posteriores, ramificada
hacia el extremo, sin formar escopa. Escopa tibial bien desarro-
llada. Basitarsos con pelos ramificados hacia el extremo como en
la tibia, resto de los tarsitos como los mesotorácicos. Primer tergo
metasómico con escasos pelos amarillo sucio, 2*, 3? y 4* con pelos
212 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
cortos amarillo sucio. Una banda blanca marginal bien diseñada
en los tergos 1* a 4%, últimos tergos con pilosidad larga ocre, den-
sa. Esternos casi glabros en su mitad basal, mitad distal con pelos
largos simples.
Puntuación: Semejante al macho, pero más gruesa, los inter-
valos mayores en la cabeza particularmente en el área supraclipeal;
mitad posterior del postescutelo punteado; quinto tergo metasó-
mico y área parapigidial con puntos gruesos y densos; esternos,
en la mitad posterior con puntos más marcados que los tergos e
intervalos dos veces el diámetro de ellos, más densos en los poste-
riores.
Estructuras: Con una suave depresión por fuera de los ocelos
laterales. Línea frontal en un surco en su tercio dorsal y ápice
fuertemente elevado. Fóveas faciales no definidas. Area supracli-
peal levemente convexa elevándose sobre el clípeo. Clípeo convexo
con una suave depresión media, borde distal cóncavo al centro,
algo proyectado más allá de la tangente orbital inferior. Labro
con un fuerte cordón transversal, borde distal ampliamente cón-
cavo al centro, márgenes laterales en ángulo agudo.
Paraglosas y glosas sin modificaciones. Escutelo no deprimido
en la línea media. Metanoto casi horizontal. Triángulo propodeal
con tercio basal horizontal. Alas anteriores con tres submarginales
(ocasionalmente dos o dos en un lado y tres en el otro). Placa
basitibial redondeada. Espolón apical de las tibias medias micro-
serrado. Espolón apical interno de las posteriores con 7 largas
espinas, el externo microserrado. Placa pigidial en ángulo de 30*
y ápice convexo con tegumento fuertemente punteado. Octavo he-
mitergito como en figura.
Holotipo macho, Coquimbo (El Tofo) X-1972 (H. Toro,
col.). Alotipo hembra, la misma localidad fecha y colector en
Colección Toro. Paratipos: 37 machos y 38 hembras Coquimbo
(El Tofo) X-1972, diversos colectores, depositados en: Museo
Nacional de Historia Natural de Santiago, American Museum of
Natural History, Universidad Católica de Valparaíso, University
of Kansas y Colección Toro.
Localidad tipo: Coquimbo (El Tofo).
Esta especie ha sido dedicada al señor Eduardo de la Hoz,
activo colaborador de nuestro laboratorio.
Valparaiso, Chile 1338 213
HAPLONEURION OBSCURUM n. sp.
W. H. SIELFELD K.
Laboratorio de Ecología de la Universidad Católica de Valparaíso
Del género Haploneurion Kohl, endémico de las zonas chi-
lenas de tendencia mediterránea y parte de la oceánica, se conocen
hasta la fecha siete especies, cinco de las cuales han sido reciente-
mente descritas por R. R. Dreisbach (1958 y 1960).
Material colectado en el cerro El Roble (Prov. Stgo.) nos"
permite describir una nueva especie, ampliándose con esto la dis-
tribución del género hasta la zona mediterránea semiárida.
HAPLONEURION OBSCURUM n,. sp.
Diagnosis: Especie característica por su color obscuro, sepa-
rándose inmediatamente de las otras que caen en esta categoría -
por el color totalmente negro de la cabeza, tórax y las patas.
Descripción de la especie: '
Hembra: Tegumento totalmente negro excepto tarsos y bor-
des posteriores de los tergos café obscuro. Extremidad distal de las
mandíbulas caoba. Alas ahumadas.
Tergos 1-6 con pubescencia dorada, brillante, En el resto del
cuerpo está mucho más fina y menos densa, presentando sólo un
leve brillo dorado en el pronoto. Pelos erectos, cortos y muy dis-
persos en la cabeza, siendo los del clipeo curvos y los más largos.
En el abdomen pelos erectos y distanciados, más largos en la mitad
distal de esternos 4-6 y tergo 6. En este último bastante densos.
Cabeza ascendiendo suavemente por detrás de los ocelos. Or-
bitas oculares internas suavemente cóncavas. Proporción distancia
interorbital en el clípeo/distancia interorbital en el vértex igual
51/42. Clípeo 2,6 veces más ancho que largo. Este no se proyecta
bajo los ojos y en vista lateral es suavemente convexo. Cabeza -
aproximadamente tan ancha como larga. La proporción de los lar-
gos de los primeros cuatro antenitos igual a 23:10:27:25. Ocelos
posteriores separados entre sí 1,7 veces la distancia entre los
ocelos posteriores. Proporción de los largos de pronoto, escudo +
escutelo, escutelo, postescutelo y propodeo, respectivamente, igual
214 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6,1973.
a 29:21:8:3:41. Segunda vena recurrente casi coincidiendo con la
segunda transversa cubital, la cual es arqueada. Segunda celda
cubital medida sobre la vena radial igual 1,8 veces la medida sobre
la vena cubital. Proporción de los largos de los segmentos de las
patas posteriores a partir del fémur igual a 105:107:83:37:28:16:
19. Largo de la cabeza más el tórax 4,3 mm., abdomen 5 mm. y
las alas posteriores 2,4 mm.
Macho: Desconocido.
Material estudiado: Holotypus hembra, Cerro El Roble, 1.800:
m.s.n.m., Prov. Stgo., y cuatro paratipi de la misma localidad,
todos colectados mediante trampas de tipo Barber en bosques y:
renovales de Nothbofagus oblicua (Mirb.) Bl., entre el 10 de Ene-
ro y el 1? de Febrero de 1972.
Distribución: La especie tratada se colectó, como se decía an-
teriormente, en bosques de roble viejos y jóvenes a una altura
de 1.800 m.s.n.m. en la Cordillera de la Costa. Su distribución
parece estar restringida a ese tipo de formación vegetal, quedando-
por constatar su presencia en los cerros La Campana y Las Vizca-
chas del mismo complejo montañoso. Sumando a esto el hecho
que el género es característico de zonas de latitudes más altas, se
afianza aún más la idea de la calidad de relicto de las formacio-
nes de Nothofagus de las provincias de Valparaíso y Santiago.
En lo que respecta a las demás especies del género, amplia-
mos las distribuciones de H. minus y H. reedi hasta Prov. Talca
(Vilches Alto, M. Pino col.) y Prov. Chiloé (L. Peña col.), res-
pectivamente, fundamentando esto con material de la colección
U. Chile, Agronomía Stgo. y la colección particular del autor.
A continuación entregamos una tabla de distribución de las
diversas especies basándonos en datos de autores anteriores.
(Reed, Herbst, Townes, Dreisbach, etc.) y los obtenidos por nos-
otros, haciéndose en este último caso la observación correspon-
diente.
215
HAPLONEURION OBSCURUM
Sictéeld, W. H.
Haploneurion Obscurum, a. sp., ala anterior
TABLA DE DISTRIBUCION
SOLIISMIA $07 :9ny:mbue¡T
AMYY 90110 S
ES
[21105 :EIAIPIEA De
PIAIPICA Y
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ZEISS
SEPIRLER
TULA
Presencia.
= Nueva localidad.
X =
1d
216 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973
AGRADECIMIENTOS.— Agradecemos la amabilidad del Prof.
Francisco Sáiz quien nos cedió el material de esta interesante especie y que:
colectó en una de sus innumerables investigaciones, para ser estudiada.
. ZUSAMMENFASSUNG.—H. obscurum n. sp., eine neue Art der
chilenisch-endemischen Gattung Haploneurion Kohl, wird aus der Umge--
bung Santiago beschrieben.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
SPNOLA, 1851 in Gay: Hist. Fis. Pol. de Chile. Tomo VI, Zoología.
REED, E., 1894: Los Fosores o Avispas Cavadoras. Anales U. de Chile LXXXV..
HERBST, P., 1919: Die Pompiliden (Pompilidae) Chiles. Beitraege zur Kenntnis
der Hymenopterenfauna Chiles. Manuscrito inédito.
— 1921: Catalogus Pompilidarum Chilensium hucusque descriptarum:
ystemaictus synonymicus. Manuscrito inédito.
TOWNES, H., 1957: Nearctic Wasps of the Subfamilies Pepsinae and Ceropali-
nae. United Stat. Nat. Mus. Bul. 209. Smithsonian Inst., Washington
D. C.
DREISBACH, R. R., 1958: Three New Sphecies of Haploneurion Kohl (Hym.,.
Psammocharidae) from Chile. Entomological News, Vol. LXIX.
— 1960: Two additional New Species in the Genus Haploneurion
(Hym., Psammocharidae) from Chile with a Key to the known»
species. Entomological News, Vol. LXXI. e E
Valparaiso, Chile no. Ad NE, A 217
PRESENCIA DE GHILORUS ZAPALLAR CHAMBERLIN
1957, EN EL BOSQUE NATIVO DE QUINTERO
(Miriapoda, Diplopoda, Polidesmoidea,
Sphaerotrichopidae) -
FRANCISCO SILVA y CARLOS VIVAR
Laboratorio de Zoología del Suelo. Departamento de Biología.
Facultad de Matemáticas y Ciencias Naturales,
Universidad de Chile de Valparaiso
SUMMARY. — Autoccological studies on Chilorus zapallar Cham-
berlin 1957, found in a cloud forest (considered relictual) characterized
by the association Drimys-Myrceugenia are realized.
Population rate, spacial distribution, development date and vegetatio-
nal preference of the specie or sub-species are in discution.
Taxonomical and etological problems are stablished.
Defitro de los objetivos generales del Plan de Investigaciones
Ecológicas en la Provincia de Valparaíso, del Depto. de Biología,
se considera el estudio autoecológico de algunas especies de inte-
rés biogeográfico. De los artrópodos recolectados, este trabajo
tiene relación con los diplópodos del bosque mativo de Quintero
y es parte del plan señalado tendiente a conocer nuestro suelo,
nuestra flora y fauna autóctonas que se ven amenazados por la
erosión y extinción de sus especies (Villagrán 1969 y Solervicens
1973).
Lo bosque está situado al Este de la localidad de Quintero a
2 m.s.n.m., en las coordenadas geográficas 32? 47' lat. S. y 71? 32"
long. O. y emplazado sobre terrenos pantanosos originados de las
filtraciones del “Estero de Quintero” y a una distancia de un kiló-
metro del mar (Levi 1951).
El bosque de forma irregular está constituido por dos man-
chones vegetacionales de un perímetro total de 1.430 m. donde
predominan canelos (Drimys winterí Forst. var. chilensis (D.C.)
A. Gray.), petras o pitras (Myrceugenia exsucca (DC) Berg.),
helechos costilla de vaca (Blechnum chilense (Kaulf.) Mett.), la
liana (Cissus striata R. et Pav., además de Escallonia revoluta
218 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1974
(R. et Pav.) Pers. escaloniácea y de Relbunium hypocarpium (L)
Hennsl. una rubiácea.
El sotobosque está compuesto principalmente por renovales
de canelos y helechos sobre un suelo cubierto por hojarasca de
algunos centímetros de espesor e inundado parcialmente por las.
oscilaciones propias del caudal del estero a consecuencias de las
lluvias invernales. Si bien, la humedad relativa varía entre 75 a
80% durante el año, ésta es mantenida dentro de estos límites
por el aporte de un sustrato sobresaturado, el pantano, de influen-
cia en los años secos y especialmente en las estaciones estivales.
Por otra parte el suelo en general es blando y fuertemente
tamizado por una densa rizósfera superficial que al caminar sobre
ella produce vibraciones, lo que hace que los lugareños llamen
también al bosque como “Tembladeras”. En algunos puntos éste
es fangoso, de color negro y de mal olor por la descomposición
parcial de la materia orgánica (turbera). A pesar del alto conte-
nido en calcio en alguno sectores el pH es ligeramente ácido
6.5). |
de acción importante es el filtro biótico producido por el
espeso follaje que se encumbra por los 10 m. de altura en un am-
plio dosel, que actúa reduciendo la intensidad de la luz solar,
contribuyendo en la mantención de la humedad y frenando los
vientos del Norte y Noroeste en los meses de Mayo a Agosto y
los del Sur o Suroeste en el resto del año.
Bosques con carácter similar se encuentran en la costa de la
provincia de Valparaíso, ej. Mantagua al Sur de la localidad de
Quintero.
DESARROLLO Y METODO
Los muestreos y observaciones se proyectaron por un período:
de un año: Octubre de 1967 a Octubre de 1968. :
Los diplópodos se obtuvieron por dos medios de colecta:
—Directa, por cernido de 1 m2 de hojarasca de los horizon-
tes Aco-Ao.
—_ndirecta, por colectores con formalina (Barber). Para este
objeto se ubicó un total de 24 colectores de 10 cm. de diámetro
Silva, F. y Vivar, C, CHILORUS ZAPALLAR 219
por 10 cm. de profundidad y colocados a nivel del suelo bajo los
estratos arbóreo, arbustivo y herbáceo en los siguientes lugares:
a. Dominio de árboles de alrededor de 10 m. de altura de las
especies D. winteri y M. exsucca en un suelo cubierto por hoja-
rasca de algunos centímetros de espesor. Colectores 1, 2, 3, 6, 14,
16, 17 y 22.
b. Abundancia de renovales de D. winterí y hojarasca de la
misma especie. Colectores 4, 5 y 21.
Cc. Renovales de D. winter; y abundancia de B. chilemse. Co-
lectores 7, 8, 13, 15 y 18.
d. Ecotono con estrato herbáceo de pastizales y malezas bajo
follaje predominante de M. exsucca y en menor grado de otras
especies como D. winteri, E. revoluta y C. striata. Colectores 10,
11, 19, 20, 23 y 24.
e. Arboles de M. exsucca separados algunos metros (5-10
m.) acompañados de elementos esclerófilos (Peumus boldus Mol.
y Cestrum parquí L'Hér.) junto a malezas de los terrenos circun-
dantes. Colectores 9 y 12.
El registro de los barber se efectuó en ocho períodos obte-
niéndose un total de 192 muestras y en las fechas que.se señalan
MBA e
TOS
más adelante.
ON
RESULTADOS
44 A €
1 ,
E $ e
De la revisión y estudio del material colectado se destaca la
resencia hasta el momento de una sola especie de diplópodo
Chilorus Zapallar Chamberlin 1957.
El primer muestreo directo del Período 1 confirma las pros-
pecciones preliminares realizadas en 1966 y Julio de 1967, como
es una especie de baja densidad poblacional (13 ejemplares colec-
tados). Esto determinó la suspensión de esta técnica para no inter-
ferir el funcionamiento de los barber empleados con el objeto de
obtener la fauna epigea general del bosque.
220 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
El cuadro siguiente es un resumen de los diplópodos cogidos
en los 24 colectores de cada período e igual ubicación.
P F CP EGM ¿E J
Il 27-1X/7-X1-67 3-6-2-18 ll a 1
II 7-X1/26-X11-67 15-5-3-1 4 3 0 1
HI 26-X11/31-1-68 1 1 0 1 0)
IV 31-1/26-111-68 3-20 2 1 1 0
V 26-111/10-V-68 3-20-23 3 0 2 1
vIl 10-V /25-VI-68 3-21 3 1 2 0
VII 25-V1/12-VIII-68 22-24 2 2 0 0
VIII 12-VIII/2-X-68 17-2 2 1 1 0
Totales 2 0:20 ZOO 3
P: Períodos; F: Fechas; CP: Colectores Positivos; EC: Ejemplalé Cap-
turados; M: Machos; H: Hembras, y J: Juveniles.
Es significativo señalar también la información: vegetación-
diplópodos suministrada por los colectores.
VEGETACION DIPLOPODO (Ch. zapallár)
Especies Machos Hembras Juveniles Fota!
a. D. winteri - M. exsucca 6 hi 3 16
b. D. winteri (renovales) 0 3 0 3
c. D. winteri - B. chilense 2 0 0 2
d. M. exsucca y otras (ecotono) 2 0 0 2
e. M. exsucca y otras (exterior) 0 0 0 0
La relación vegetación-diplópodos destaca la preferencia de
Ch. zapallar por los lugares tanto del interior como del ecótóno
cubiertos por M. exsucca, donde se capturan 18 individuos que
representan un 78,26%. Se exceptúa el exterior donde el factor
limitante es la disminución de la humedad y la mayor expoSición
de los elementos vegetacionales a los otros factores abióticos del
ambiente. :
Las prospecciones por el método directo también corroboran
la preferencia de Ch. zapallar por esta especie vegetal, no así para
D. winteri y B. chilense, donde las colectas resultaron negátivas,
tanto de la remoción de su hojarasca como de la destrucción de los
leños caídos y en descomposición, a pesar que 5 ejemplares colex-
tados por barber nos indican lo contrario.
Silva, F. y Vivar, C. CHILORUS ZAPALLAR 221
La búsqueda de los especímenes desde el horizonte Aoo hasta
una profundidad de 50 cm. señala la presencia de uno o dos indi-
viduos como máximo. Ahora, desde el piso del bosque (Aoo)
hasta los 2 m. de altura, se descubre que bajo la hojarasca húmeda
y el fino acumulamiento de tierra vegetal en las canaletas y
oquedades de los troncos dispuestos diagonales sobre el terreno
viven de 2 a 4 adultos con 10 a 20 juveniles reunidos. La presen-
cia de individuos adultos y juveniles conjeturan que este sea el
lugar de postura de las hembras y el habitat de desarrollo de la
especie.
Una información importante acerca del período de desarro-
llo de la especie nos proporcionó el colector 3 ubicado en la base
de un fuste de M. exsucca, en éste cayeron 4 hembras con huevos
en los Períodos 1 y VIII ambos correspondientes a la estación
primaveral (Sept., Oct. y Nov.) y 2 individuos juveniles en la
estación estival (Enero, Febrero y Marzo).
DISCUSION
En el bosque de Quintero se colecta hasta ahora una especie
de diplópodo, cuyo régimen de vida parece variar poco dentro
de las estaciones de un período anual.
Las técnicas empleadas señalan una escasa densidad pobla-
cional (23 individuos) que no corresponden con las condiciones
de excelencia en cuanto a humedad, abundancia de materia orgá-
nica y fauna que ofrece generalmente una formación vegetacio-
nal de este tipo.
Un hecho notable es el diseño interno del bosque cuyas pe-
tras de gruesos troncos y amplias copas se desarrollan erguidas o
inclinadas permitiendo estas últimas por la acumulación de hoja-
rasca un natural desplazamiento de la actividad de la microfauna
y mesofauna. Esta condición de altura es colonizada por Ch. zapa-
llar probablemente como una consecuencia de las inundaciones
anuales que experimenta el sotobosque y que obliga en general a
la fauna a utilizar estos microambientes.
Es importante señalar que del área normalmente emergida
durante las 3/4 partes del año se produce una reducción de casi
un 50% de esta por la acción pluvial de Otoño e Invierno. Duran-
te el año de muestreos el agua caída fue de 62,7 mm., (Levi
222 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973
señala 461,4 mm.) con temperaturas promedios anuales de: me-
dia 12,7* C., máxima media 17,2? C. y mínima media 8,1* C.
El bosque de Quintero se presenta como una biocenosis favo-
rable para el desarrollo de una población abundante de Ch. zapa-
llar, pero en este estudio se demuestra lo contrario en compara-
ción con los relictos vegetacionales de Fray Jorge, Altos de Talinay
y el Nague en la provincia de Coquimbo que albergan esta especie
o subespecie entre su fauna, lo mismo Zapallar en la provincia de
Aconcagua, todas ellas con una elevada densidad poblacional.
Se plantea dilucidar el grado de influencias que sobre Chilo-
rus zapallar ejerzan las asociaciones de Aextoxicon-Myrceugenia,
Aextoxicon-Drimys y de Drimys-Myrceugenia y por otra el apare-
cimiento en estos aislados poblacionales de diferencias gonopodia-
les que evolucionan probablemente hacia la estructuración de nue-
vas especies.
CONCLUSION
Se deberán estudiar las limitantes bióticas y abióticas que
restringen la densidad poblacional de Ch. zapallar en Quintero y
aquellos estudios etológicos que permitan explicar el comporta-
miento de esta especie en las asociaciones vegetacionales señaladas.
RESUMEN.— Se realizó un estudio autoecológico de Ch. zapallar
Chamb. en un bosque nativo con dominio de la asociación Drimys-Myr-
ceugenia, ubicado en terrenos pantanosos de la localidad de Quintero (de-
nominado en la literatura científica como 'Bosque Relicto de Quintero”).
Se reseña la escasa densidad poblacional de este diplópodo y su prefe-
rencia por la especie vegetal Myrceugenía exsucca. Se señalan algunos as-
pectos del desarrollo y características de su habitat.
BIBLIOGRAFIA
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Silva, F. y Vivar, C. CHILORUS ZAPALLAR 223
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SOLERVICENS, J. A., 1973: Coleópteros del bosque de Quintero en prensa, Ann.
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VILLAGRAN, C. M., 1969: Notas palinológicas de los bosques relictuales de la
Zona Central de Chile. Mus. Nac. de Hist. Nat., Not. Mens. Stgo.
XII (153): 3-12.
Valparaíso, Chile 225
BLEDIUS Y THINOBIUS D ECHILE, CON OBSERVACIONES
GENERALES SOBRE EL EDEAGO
(Coleoptera, Staphylinidae)
(II Contribución) *
FRANCISCO SAIZ
Departamento de Biología (Ecología, Inst. Ciencias Básicas,
Universidad Católica de Valparaíso
ABSTRACT.— The autor describes a new species of Bledims, B.
¿gnotus, of Chile, The taxonomic value of some morfological characters,
specially aedeagus, are discussed. A key for the chilean species is provided.
1.—INTRODUCCION
Frente al heterogeneo y amplio género Blediws (430 especies
aproximadamente) la totalidad de los autores está acorde en la
necesidad de su revisión total.
En un reciente trabajo Herman (1970) revisa las caracterís-
ticas genéricas basándose en la morfología externa, sin entrar a
establecer taxa más pequeños ni a analizar la estructura del
edeago.
Hasta la fecha son escasas las especies de las cuales se ha
descrito y dibujado el órgano copulador. Igualmente, no se encuen-
tran en la literatura a nuestro alcance, trabajos en que se esta-
blezcan posibles líneas o tendencias evolutivas dentro del género.
La presente nota tiene por objeto concurrir con datos corres-
pondientes a las especies chilenas a un posible elucidamiento del
problema.
En nuestra primera visión sobre el género en cuestión (Coiff.
y Sáiz 1968) no contamos con un número suficiente de especíme-
nes como para trabajar el edeago en forma detallada, ya que
sólo pudimos observar los escasos ejemplares “syntipes” de la
Col. Fauvel de Bruxelas, más algunos ejemplares de la Col. del
Museo de Hist. Nat. de Chile, en bastante mal estado.
* Coiffait y Sáiz, 1968, para la I Contribución.
226 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973.
II. —DISCUSION DE ALGUNAS CARACTERISTICAS
TAXONOMICAS DE LAS ESPECIES CHILENAS
a. Edeago: El estudio «ealizado en el género Bledims en Chi-
le, destaca la no concordancia entre las características, morfológi-
cas externas usadas tradicionalmente para separar los subgéneros
Ástycops y Hesperophilus. con los tipos básicos de edeago de las.
especies incluidas en cada uno de ellos.
En nuestro país hemos detectado dos tipos básicos de órgano
copulador, los que denominaremos tipos chilensis y maculipennis,
respectivamente,
El tipo chilensis (Figs. 3, 4, 6, 7, 18) está estructurado por
un bulbo ovoide proyectado hacia adelante en un lóbulo mediano
terminado en estructura plana, la que está flanqueada por dos.
láminas algo quitinizadas, y que en vista lateral dan al aspecto
de un segundo par de parámeros. Los verdaderos parámeros son
de corte más o menos cilíndrico terminando en punta roma des-
provista de setas sensoriales. Son de inserción ventral, pero toman
posición lateral prácticamente desde su base misma. El saco inter-
no no presenta piezas copuladoras quitinizadas, pero sí una fina
pubescencia.
El tipo maculipennis (Figs. 11, 12, 14, 15) se caracteriza fun-
damentalmente por la forma ovoide general, curvada ventralmen-
te al medio en forma leve; por el lóbulo mediano tubuliforme
proyectado en su región antero-ventral en punta más o menos agu-
da; por los parámeros de corte plano y terminados en punta trunca,
la que lleva dos setas sensoriales muy cortas .El saco interno es.
pubescente y no se han detectado piezas copuladoras quitinizadas.
b. Labro: Desde este punto de vista hemos encontrado dos
tipos básicos de estructura, uno de ellos dividido a su vez en dos
subtipos. El tipo “A” corresponde a labro con el borde anterior
rectilíneo (entero), cuyo detalle se grafica en la Fig. 2. El tipo:
“B” corresponde a labro con el borde anterior fuertemente exca-
vado. Este se subdivide en ““B1” y ““B2” de acuerdo a la quetotaxia
y desarrollo de los lóbulos labrales membranosos y transparentes,
según se detalla en las Figs. 10 y 17, respectivamente. '
€. Palpos labiales: Analizados los palpos labiales de las espe-
cies chilenas también distinguimos dos padrones de organización.
Saz, Es BLEDIUS Y THINOBIUS 227
Figs. 1 a 5, Bledins ignotus n. sp. de Caleu-La Dormida: Palpos labiales, labro,
edeago en vista lateral y ventral y espermateca. Figs. 6 a 8, B. claviventris: edeago
en vista ventral y lateral y espermateca. Figs. 9, 11, 12 y 13, B. maculipennis:
palpos labiales, edeago en vista lateral y ventral y espermateca. Figs. 10, 14 y 15,
B. puelches: labro, edeago en vista lateral y ventral. Figs. 16 a 18, B. chilensis:
palpos labiales, labro y edeago en vista lateral, :
228 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973
El tipo “A” corresponde a palpos labiales conformados por seg-
mentos de longitud sensiblemente igual (Figs. 1 y 16), y el tipo
“B” a palpos en que el segundo segmento es muy corto, siendo
más corto que la mitad de la longitud del segmento basal (Fig.
9).
d. Antenas: A nivel de las antenas observamos dos grupos.
de características diferenciales: 1) antenitos 3 y 4 presentando
lados rectilíneos y forma general de trapecio invertido (tipo
A”), o lados convexos con tendencia general del antenito a la
* - forma globosa (tipo ““B”); y 2) penúltimos antenitos netamente
- transversos y con los ángulos basales redondeados (tipo “C”) o
tan largos como anchos y con los ángulos basales rectilíneos (tipo
“D”). Estos elementos se dan entrecruzados en las diferentes espe-
cies.
e. Elitros: Existen dos tipos de puntuación elitral, a saber:
1) fina y densamente punteados, y 2) puntos gruesos, bien defi-
nidos y distantes.
Í f. Mandíbulas: A este nivel igualmente se distinguen dos
grupos de especies: 1) con mandíbulas fuertemente bidentadas, y
2) con mandíbulas no dentadas, o a lo sumo con un esbozo de
diente mediano.
g. Pronoto: La forma del pronoto es casi de valor específico,
por lo que no permite utilizarla en la formación de grupos y será
considerada al hablár de cada especie.
El conjunto anterior de elementos nos lleva a ubicar las espe-
cies chilenas en los siguientes grupos naturales:
Grupo 1.— Especies con labro tipo “A”; edeago tipo chilen-
sis; palpos labiales tipo ““A” ¡antenas con la combinación “BD”;
punteado de'los élitros grueso y separado; mandíbulas fuertemen-
te bidentadas. da
Corresponde a las especies clasificadas en el subgénero Hes-
perophilus en nuestro trabajo anterior.
Especies: B. lividipes, B. claviventris, B. ignotus:
Grupo 11.— Especies con labro tipo “B1”; edeago tipo macu-
lipennis, palpos labiales tipo “B”; antenas con la combinación
“BC”; punteado de los élitros fino y denso; mandíbulas fuerte-
Sáiz, F. BLEDIUS Y THINOBIUS 229
mente bidentadas. En este grupo es además bien neta la menor
talla del antenómero N* 6 en relación a los N's 5 y 7.
Especies: B. maculipennis, B. puelches.
Grupo HI.— Especies con labro tipo ““B2”; edegeo tipo chi-
lensis, palpos labiales tipo “A”; antenas con la combinación “AC”;
punteado de los élitros fino y denso; mandíbulas no dentadas.
Especies: B. chilensis, B. rufipes. |
Los grupos 11 y HI corresponden al subgénero Astycops de
nuestro trabajo anterior.
IM. —SISTEMATICA DE LAS ESPECIES CHILENAS
Una revisión reciente de las características genéricas de Ble-
dius y Trinobius se encuentra en el trabajo de Herman (1970)
sobre la subfamilia Oxytelinae, por lo que no se repetirán aquí.
Sin embargo, es necesario puntualizar que en las descripcio-
nes de ambos géneros no se consideran las características del Órga-
no copulador del macho, de las espermatecas de las hembras ni
de los palpos labiales. En este último caso, como ya hemos esta-
blecido precedentemente para el género Blediws, existen diferentes
patrones de estructura entre las especies, los que pueden trans-
formarse en buenos elementos de valor taxonómico.
I—Género Bledius.
Todos los Blediws chilenos no presentan ningún tipo de apén-
dice quitinoso en la cabeza mi en el pronoto, todos poseen un
visible margen lateral en el pronoto y un margen epipleural en
los élitros. Sus tarsos son de cuatro artejos, siendo el primero muy
pequeño y poco visible, salvo en preparación microscópica.
CLAVE DE ESPECIES
1.—Labro con el borde anterior entero, élitros con la puntuación
fuerte rdlstable ol ol oa a e abs 2
Labro con el borde anterior y profundamente excavado al
medio, élitros con la puntuación fina y densa .......... 4
2.—Silueta del pronoto según fig. 19, con los lados fuertemen-
te angostados en forma cóncava en su tercio o cuarto pos-
Lociones ds 2. claviventris Fairm. y Germ..
Silueta del pronoto no así conformada, no fuertemente an-
gostada en forma cóncava en su tercio o cuarto posterior... : 3
230 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, :1973
3.—Talla superior (4 mm), lados del pronoto más o menos
rectilíneos y divergentes hacia atrás en los 2/3 anteriores,
para pasar a ser convergentes hacia atrás; puntuación del
pronoto fuerte y esparcida, netamente visible entre el cha-
grinado de fondo ......... 1. lividipes Fairm. y Germ.
Talla inferior (2,8 mm), pronoto con los lados conve-
xos (Fig. 20); puntuación del pronoto obsoleta en el fon-
dopado a taa 3. ignotus M. Sp.
4.—Edeago tipo chilensis; palpos labiales con los segmentos
sensiblemente iguales (Fig. 16); lados del pronoto regu-
larmente convexos, los ángulos posteriores redondeados;
labro tipo ““B2”, mandíbulas no dentadas .............-. 5
Edeago tipo maculipennis; segundo segmento de los pal-
pos labiales más corto que la mitad del precedente (Fig.
9); lados del pronoto. convexos sobre los 2/3 anteriores
y luego bruscamente angostados en forma cóncava, los án-
gulos posteriores casi rectos; labro tipo '“B1”; mandíbu-
Vas Didentadas AM e Oo 6-
5.—Enteramente negro con las antenas y las piezas bucales
apenas más claras ............ 4. chilensis Coiff. y Sáiz
Negro, con los élitros, palpos, antenas café rojizo oscuro,
las. patas cate clato oi 5. rufipes Germ.
6.—Talla superior (3,7 mm.); epistoma con neta puntuación
además de la microescultura de fondo; pronoto con surco
visible en su línea media y con puntos aislados en su su-
perficie; élitros habitualmente con una mancha central ro-
jiza cerca del borde posterior. ..... 6. maculipennis (Sol.).
Talla inferior (3,1 mm.); epistoma sin puntuación; pro-
noto indistintamente surcado en su línea media y sin pun-
tos en la superficie; élitros sin mancha rojiza. 7 puelches
Fauv. :
1.—Bledius lividipes Fairm. y Germ.
Distribución: Santiago, Quillota.
2.—Bledius claviventris Fairm. y Germ.
Figs 6, 7, 8 y 19. Distribución: Santiago, Quillota (autores).
Concepción: IX-1958, 2 ej.; X-1958, 1 ej.; 11959, 19 ej.; 11-1959,.
6 ej.; IV-1959, 1 ej.; V-1959, 5 ej.; X-1959, 1 ej.; XI-1959, 4 ej.;
XII-1959, 47 ej.; 1-1960, 85 ej.; 11-1960, 13 ej.; V-1960, 3 ej.;
X-1960, 4 ej.
Figs. 19 y 20, siluetas de los pronotos de B. maculipennis y B. ignotus, respecti-
vamente. Figs. 21, 25, 27 y 28, Thinobius seminiger: antena, edeago en vista ven-
tral, espermateca y silueta del pronoto. Figs. 22, 23, 24, 26 y 29, T.. iridipenmis:
antena, edeago en vista lateral y ventral, espermateca y silueta del pronoto.
232 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973-
3.—Bledius ignotus n. sp.
Holotipo: 1 macho de Caleu-La Dormida, Valparaíso, 4-1X-
1966.
Alotipo: 1 hembra de igual localidad y fecha.
Paratipos: 4 ejemplares de igual fecha y localidad; 3 ej. de
Algarrobo, Valparaíso, 21-VI1-1951 y 1 ej. de Los Queñes,.
Curicó, 22-VI11-1968. Todos asociados a cursos de agua y
desechos de inundación.
Figs. 1 a 5. Long. 2,7 - 2,8 mm. La coloración va de café roji--
zo a negruzco con la cabeza y el abdomen siempre más oscuro,
llegando a negros según el grado de madurez de los ejemplares.
En los insectos claros el borde posterior de los segmentos abdomi-
nales presenta una banda oscura a negra. Las patas son café ama-
rillentas y las antenas bicolores, con los segmentos basales más.
claros, café amarillentos.
En su habitus general semeja más a las especies del grupo 1H
que a las otras especies de su propio grupo (1), pero sus caracte-
rísticas básicas establecen lo contrario.
La cabeza es transversa, su superficie finamente chagrinada,.
los ojos grandes, la sutura clípeo-frontal rectilínea y el vértex con.
un punto central bastante constante.
El labro presenta el borde anterior entero (tipo A”) (Fig..
2); las mandíbulas portan dos fuertes dientes en la región central;
los palpos labiales tienen los segmentos sensiblemente iguales.
(tipo 'A”) (Fig. 1); las antenas están configuradas según la com-
binación “BD” de antenómeros; las suturas gulares están unidas-
en casi toda su extensión, separándose solamente hacia el extremo
posterior dela cabeza. .
El pronoto es tan ancho como la cabeza a nivel de los ojos,
presenta reborde lateral visible y los lados son convexos. El borde
posterior es ligeramente más corto que el anterior (Fig. 20). La
superficie es finamente chagrinada, casi impunteada y con el surco-
mediano bastante visible. "Tanto la sutura protergoesternal y la
fisura procoxal están presentes, siendo abierta esta última.
Los élitros son casi 1 1/2 vez tan largos como el pronoto
y ligeramente más ancho. El reborde o margen lateral está pre--
sente, siendo visible en vista lateral. La puntuación es gruesa y
neta, los espacios entre los puntos son poco más pequeños que el
diámetro de éstos. -
Sáiz, F. BLEDIUS Y THINOBIUS 233
Abdomen con puntuación pequeña y muy separada, el fondo
microreticulado en forma laxa y poco marcada.
Edeago de tipo chilensis, pequeño (Figs. 3 y 4), sin piezas
copuladoras quitinizadas visibles, saco interno pubescente. ..
Espermateca poco quitinizada, estriada, conformada según la
Fig. 5.
D.—Bledius chilensis Coiff. y Sáiz.
Figs. 16, 17 y 18. Distribución: Romeral, Curicó.
5.—Bledius rufipes Germ.
Distribución: Santiago, Quillota.
A pesar de que las diferencias entre chilensis y rufipes no nos
parecen totalmente definitorias, conservamos el status actua! en
espera de un mayor acopio de material que nos permita transar
definitivamente la cuestión. Por el momento lo importante es
poder definir en forma clara los diferentes grupos naturales exis-.
tentes con miras a establecer la filogenia del género. La existencia
de un nombre más o menos no altera la validez y trascendencia de
este planteamiento.
6.—Bledius maculipennis (Sol.).
Figs. 9, 11, 12 y 13. Distribución: Coquimbo, Río Limarí,
XI1-1967, 3 ej.; Santiago, La Reina, XI1-1967, 27 ej.; Concepción, .
X-1960, 8 ej.; San Antonio (autores).
7.—Bledius puelches Fauv.
Figs. 10, 14 y 15. Distribución: San Antonio (autores); Val-
paraíso, entre Concón y Quintero, 14-XI1-1965, 721 ej.; Santiago,
El Tabo, 5-X-1966, 1 ej.; Valdivia, Mehuín, 24-I1X-1970, 7 ej.
11.—Gén. THINOBIUS
Carcteriza a los Thinobius chilenos la presencia de los ante-
nómeros 4 y 6 más pequeños que los adyacentes, siendo más noto-
ria en T. seminiger F. y G.
El edeago aparece estructurado en forma más compleja que
en Bledius, especialmente debido a las modificaciones apicales del
lóbulo mediano.
234 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 19735
CLAVE DE. ESPECIES
1.—Talla superior (1,7 mm.); antenas largas, con los antenóme-
ros más largos que anchos (Fig. 21); pronoto según Fig. 28;
espermateca según Fig. 27; edeago según Fig. 25 ........
A A OE 1.—seminiger Fairm. y Germ.
Talla inferior (1,2 mm.); antenas con los antenómeros lige-
ramente transversos o tan largos como anchos (Fig. 22); pro-
noto según Fig. 29; espermateca según Fig. 26; edeago según
Eios 2957 24 ts pan 2.—iridipennis Fauv.
1.—Thinobius seminiger Fairm. y Germ.
Distribución: Santiago; Valparaíso, entre Concón y Quintero,
14-XI1-1965, 5 ej.
Figs. 21, 25, 27 y 28. A los datos aportados por la clave
debemos agregar que el edeago presenta un bulbo ovoide, el ló-
bulo mediano está terminado por una pieza anterior en forma de
gancho, los parámeros son anchos y envuelven parcial y lateral-
mente al lóbulo mediano, portando finas setas dispuestas según la
Fig. 25, sin que se puedan considerar setas sensoriales clásicas.
2.—Tbinobius iridipennis Fauv.
Distribución: Santiago; Valparaíso, entre Concón y Quinte-
ro, 14-XIL-1965, 8 ej. |
Figs. 22, 23, 24, 26 y 29. El edeago presenta el bulbo ovoide,
el lóbulo mediano terminado en puntas simples, los parámeros
angostos portando seis o siete cortas setas según se grafica en la
Fig. 24,
IV.—OBSERVACIONES GENERALES SOBRE EL EDEAGO
DEL GENERO BLEDIUS
Simultáneamente a la observación de las especies chilenas
tuvimos oportunidad de analizar los edeagos de las siguientes es-
pecies extranjeras: Bledius femyesi B. y S., B. ornatus LeConte,.
B. punctatisimus LeConte, todos de California (facilitados por 1.
Moore); B. opacus (Block) de Francia (facilitado por H. Coif-
fait) y B. hinnulus de Rusia. En la literatura encontramos los di-
bujos de las especies siguientes: B. (Pucerus) mauretanicus Coif£.
Sáiz, F. BLEDIUS Y THINOBIUS ! 235
(Coiff. 1966); B. (P.) lepineyi Scheetp., B. (P.) niloticus Er.
(Coiff. 1968), B. (P.) negrei Coiff. y B. (Eldibus) ouzbekiscus
Coiff. (Coiff. 1970).
En su conjunto se distinguen los dos tipos básicos de estruc-
tura definidos en el caso de las especies chilenas, a los que se
agrega uno nuevo, correspondiente, por ahora, al subgénero Px-
ceras.
El tipo maculipennis, además de las especies chilenas, se en-
cuentra en Bledius punctatisimus de California, mientras los repre-
sentantes del subgénero Pucerus presentan un nuevo tipo (tipo
Pucerus) caracterizado por un cuerpo macizo, poco curvado, por
los parámeros muy cortos, los que llevan dos setas terminales de
tamaño variable según las especies, siendo por lo general muy lar-
gas. El saco interno lleva o no piezas copuladoras quitinizadas.
En el resto de las especies se da el tipo chilensis con una
gama de modificaciones a partir del tipo simple con parámeros
delgados y de corte más o menos cilíndrico y de posición lateral,
hasta parámeros muy anchos, laminiformes con posición apical
laterodorsal, envolviendo prácticamente el lóbulo mediano. En
algunos casos (B. ornatus) se visualizan algunas microsetas en los
parámeros, las que no se pueden homologar a las setas sensoriales
de los tipos maculipennis y Pucerus.
Dentro de esta secuencia, el tipo más simple está dado por
las especies chilenas, desarrollándose ligeramente la tendencia an-
terior en B. fenyesi, para adquirir su máxima expresión en B. orna-
tus y B. opacus de California y Francia, respectivamente.
La estructura del edeago de B. hinnulus varía un poco del
esquema anterior, ya que en él los parámeros son de corte más o
menos cilíndrico, pasando a posición dorsal en su región mediana,
y el lóbulo mediano se ensancha fuertemente en su mitad apical.
B. (Eldibus) ouzbekiscus presenta un edeago bastante similar,
aunque no tan desarrolladas las características expuestas para hin-
nulus.
Respecto a las espermatecas podemos decir que se presentan
como macizas y fuertemente quitinizadas en B. hinnulas y B. stren-
nus Csy. (este último de California), mientras en las especies chi-
lenas son poco quitinizadas y estriadas.
236 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
V.—BIBLIOGRAFIA
COIFFAIT, H., 1966: Staphylinides de Mauritanie et du Sahara occidental récoltés
par J. Mateu. Bull. Soc. Hist. Nat., Toulouse (France), 102 (2-3):
337-350.
— 1968: Coléoptéres Staphylinides récoltés par J. Mateu dans l'Ennedi.
Bull. de 1'I.F.A.N., 30, sér. A (1): 135-150.
— 1970: Staphylinidae d'Ouzbekistan. L'entomologiste, 26 (5-6): 142-
148,
COIFFAIT, H. y F. SAIZ, 1968: Les Staphylinidae (sensu lato) du Chili. Biol.
Amér. Australe, IV: 339-468.
HERMAN, L., 1970: Phylogeny and reclassification of the genera of the rovebeetle
subfamily Oxytelinae of the world (Col. Staph). Bull. Amer. Mus.
Nat. Hist., 142 (5): 343-454.
TOTTENHAM, C. E., 1954: Coleoptera, Staphylinidae, Section a, Piestimae to
Euaesthetinae. Hand-books for identification of british insects, IV,.
pqrt. 8: 1-79.
Valparaiso, Chile 237
DE LA ESPECIE SCOTINOECUS CINEREOPILOSUS
(SIMON 1888) SE DESCRIBE EL MACHO
(Araneae, Dipluridae, Hexathelinae)
RAUL CALDERON G.
Lab. Zoología del Suelo, Depto. de Biología, U. de Chile, Valparaíso
SUMMARY.— The description of the Allotype male Scotinoecus
cinereopilosus (Simon 1888) is reported. Á new range of distribution for
the species is established.
Al realizar un trabajo sobre la fauna de arañas de la región
Eumediterránea chilena (Di Castri 1968), encontré representada
a la especie $. cinereopilosus (Simon 1888) que, junto a $. fascia-
tus Tullgren 1901, son las únicas especies del género Scotinoecus
Simon 1892 exclusivamente sudamericano austral.
Esta especie chilena, ha sido encontrada con anterioridad en
Valdivia y Punta Arenas a fines del siglo pasado. Este nuevo ha-
llazgo en “Quebrada Verde”, localidad situada a 3 Kms. al Sur
de Valparaíso y contigua al Océano Pacífico, viene a ampliar su
distribución en nuestro país y la del género en Sudamérica, pues,
la otra especie, $. fasciatus Tullgren 1901 que es argentina y chi-
lena, ha sido colectada entre las latitudes 52* S. y 54? S. Respecto
a la historia bibliográfica de esta especie, cabe señalar que,
además de las descripciones hechas por Simon en 1888 y 1892,
sólo ha sido citada en Catálogos (Petrunkevitch 1911, 1928,
1939), Referencias (Hickman 1936) y Bibliografías (Bonnet
1958). En 1968 las investigadoras Rita D. Schiapelli y Berta $.
Gerschman de Pikelin hacen una revisión del género, donde reali-
zan su diagnosis en base a los 3 ejemplares de $. cinereopilosus
(Simon 1888) depositados en la colección del Museum National
d'Histoire Naturelle de París (Holotipo hembra N* 8854 de Chi-
le: Valdivia; 2 hembras N? 8010 etiquetados: Valdivia, Punta
Arenas; también agregan dibujos, descripción, distribución y eto-
logía del macho de S. fasciatus Tullgren 1901 no descrito aún.
238 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N” 6, 1973.
SCOTINOECUS CINEREOPILOSUS (Simon 1888)
(Figs. 1 - 7)
1888 Hexathele cinereo-pilosa Simon E., Ann. Soc. ent. Fr. (6)
VII: 222 (Descripción hembra).
1892 Scotinoecus cinereopilosus: Simon E., Hist. Nat. Ar., París.
I: 188 (Descripción).
1911 Scotinoecus cinereopilosus: Petrunkevitch A., Bull. Amer.
Mus. N. H. XXIX: 88 (Catálogo).
1928 Scotinoecus cinereopilosus: Petrunkevitch A., Trans., Con--
nec. Acad. Arts. Sci., XXIX: 72 (Catálogo).
1936 Hexathele cinereopilosa: Hickman V. V., Pap. Proc. Roy..
Soc. Tasmania: 131 (Referencia).
1939 Scotinoecus cinereopilosus: Petrunkevitch A., Trans., Con-
nec. Acad. Arts. Sci., XXXIII: 230 (Catálogo).
1958 Scotinoecus cinereopilosus: Bonnet P., Bibliographia Ara--
neorum 11: 3961 (Bibliografía).
1968 Scotinoecus cinereopilosus: Schiapelli - Gerschman, Physis,.
XXVIL, N* 7: 313-322 (Descripción, Distribución, Lista,.
Etología, etc.).
DIAGNOSIS
Por las circunstancias bibliográficas referidas; al describir el
macho de $. cinereopilosus (Simon 1888) destacaré sólo sus carac--
terísticas propias.
Ejemplar macho de la colección de Arácnidos del Laboratorio
de Zoología del Suelo, de la Facultad de Matemáticas y Ciencias.
Naturales, Universidad de Chile, Sede de Valparaíso. Col. Raúl
Calderón, 7-IV-1971.
Procedencia: Chile, Prov. de Valparaíso, Loc. Quebrada Ver-
de. Long. 71%40" Oeste, Lat. 33%05' Sur.
Largo total: 10 mm. Cefatolotórax: 5 mm de largo por 4mm
de ancho; su tegumento sin vellosidad, posee escasas cerdas finas:
especialmente en el borde del cefalotórax, dos cerdas gruesas in-
mediatamente delante de la foseta y otras de igual grosor delante-
y detrás del grupo ocular.
Ojos como en la figura 1, siendo los O.L.A. los más grandes.
y los O.M.A. los menores *.
* OLA, = ojos laterales anteriores; O.M.A. = ojos medios anteriores.
Scotinoecus cinereopilosus (Simon, 1888) Allotypus
macho 2 1, grupo ocular; 2, tibia I, cara ventral;
3, metatarso 1V, cara interna mostrando el "peine";
4, palpo; 5, bulto, cara interna; 6, bulbo, cara ex
terna; 7, hileras.
- 240 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
Quelíceros largos; margen interno con 8 dientes y margen
externo con largos pelos rojizos.
La gruesa tibia 1 presenta dos gruesas espinas apicales ven-
trales (fig. 2).
El metatarso IV presenta en la cara interna, cerca del extremo
apical, un “peine” formado por 5 espinas muy unidas en ambos
metatarsos: las dos espinas dorsales son más largas, y las 3 res-
tantes, más cortas y finas. En el mismo borde apical y ventral.
mente hay 3 espinas largas y fuertes (Fig. 3).
El palpo es la mitad del largo de la pata 11; su fémur es
largo y curvado hacia los quelíceros, la tibia es engrosada y más
larga que la coxa; el bulbo es piriforme y presenta además de un
largo y aguzado estilo —un conductor— también aguzado, pero
un poco más corto que el estilo (Figs. 5 y 6).
Abdomen oval con 6 hileras: las superiores con 3 artejos (el
artejo apical, delgado y aguzado, es más largo que el basal y éste
más largo que el artejo medio); las hileras medias, cilíndricas,
de menor diámetro y ligeramente más cortas que las inferiores;
las hileras inferiores más cortas que el artejo basal de las hileras
superiores.
Colorido (en alcohol).
El cefalotórax, los 3 segmentos proximales de las patas, los:
pedipalpos, el esternón, el labio, el lado dorsal de las hileras:
color bermejo. Los 4 segmentos terminales de las patas y los que-
líceros: igualmente bermejo, pero más obscuro.
La parte dorsal del abdomen es negro, con bandas transver-
sales amarillas interrumpidas en la línea media; ventralmente, es
bermejo en la zona anterior al pliegue epigástrico, el segundo par
de pulmones y la zona anal; el resto es negro. El lado ventral de
las hileras superiores es negro con pequeñas manchas bermejas.
Finalmente, al comparar los machos de las dos especies perte-
necientes al género Scotinoecus Simon 1892, podemos comprobar
que:
1) El “conductor” del bulbo de $. cinereopilosus (Simon
:1888) es más corto y su forma fina y aguzada lo diferencia total-
mente de la forma laminada del conductor del bulbo de $. fascia-
tus Tullgren 1901.
2) S. cinereopilosus (Simon 1888) posee un “peine” en el
metatarso IV, que no lo tiene la otra especie.
Calderón, R. SCOTINOECUS CINEREOP:LOSUS 241
BIBLIOGRAFIA
CASTRI, F. DI, 1968: Esquisse écologique du Chili. Biol. Amér. Australe, 4: 7-52.
GERSCHMAN DE PIKELIN, B. S., y R. D. SCHIAPELLI, 1970: Discusión de los
caracteres válidos en la sistemática de las arañas Theraphosomorphae.
Bull. Mus. Nat. Hit. Nat., 2* serie, 41 (1) 1969 (1970): 150-154.
SCHIAPELLI, R. D., y B. S. GERSCHMAN DE PIKELIN, 1968: El género Sco!s-
noecus Simon 1892 (Araneae, Dipluridae, Hexathelinae). Physis, 27
(75): 313-322, Fig.
— 1968: El género Achetopus Tullgren 1905 (Araneae, Dipluridae).
Physis, 28 (76): 183-192, Fig.
A os A
ENugerBaa
e Ex
Le de ted
Valparaiso, Chile 243
NUEVA VERSION DE LOS RELATOS DE THOMSON
Y su VALORACION PARA LA TRADUCCION
DE LAS “KOHAU RONGORONGO”
EUGENIO ALBERTO GAETE GONZALEZ
Notario de la Isla de Pascua
1. EXPOSICION
Mucho se ha escrito acerca de las llamadas “tabletas inscri-
tas” o “tabletas de recitación” (bois d'hibiscus intelligents o bois
de chants recitátifs) que fueran descubiertas hace poco más de
un siglo en Rapa Nui, y cuyo nombre originario y verdadero es el
de “kohau rongorongo”, de tal manera que han llegado a consti-
tuir no solamente una especie de mito sino un verdadero enigma,
fundado principalmente en la imposibilidad de ser traducidas,
situación que se ha mantenido hasta la actualidad.
" — Innumerables han sido los intentos por despejar esta incóg-
nita, que desafía los esfuerzos y el intelecto humanos, poniendo a
prueba la capacidad intelectual del hombre, en su afán de conocer
su propia historia, estudios que naturalmente han revestido dife-
rentes caracteres, unos más científicos que otros, y como tales
algunos más valederos y útiles que otros.
Uno de tantos intentos es el que sometemos a análisis en esta
oportunidad a fin de otorgarle una valoración más real de la que
parece habérsele dado hasta hoy y que le ha permitido mantenerse
inalterable, y en un extraordinario rol de preponderancia que a
nuestro juicio no merece, con el fin de despejar un poco de maleza
el camino que ha de conducir a un correcto y veraz desciframiento
de los glifos pascuanos.
La tentativa que mencionamos es la que practicó el Oficial
Pagador (pay master) del buque norteamericano “Mohican” en
las aguas de Isla de Pascua, Mr. William Thomson. Con un cierto
criterio cientifista efectuó numerosas observaciones de la isla, en-
tre las cuales revisten gran importancia las relativas a los glifos
pascuenses. Muchos de sus estudios son indudablemente acertados
y oportunos y constituyen en la actualidad un permanente e
244 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
irreemplazable material de consulta para cualquier estudioso de la
isla. Específicamente en relación con las tabletas de recitación efec-
tuó una labor que causó revuelo en su época, aún cuando hoy se
tiende a reconsiderar esta actitud, y que fue la de haber logrado
presentar al mundo científico la traducción de cinco tabletas ins-
critas testimoniando la existencia de un sistema escritural en la
lejana isla que representaba el ombligo del mundo.
El 19 de Diciembre de 1886, arriba a las costas de la isla el
navío norteamericano “Mohican”, a cuyo bordo viene el pay
master Thomson. Durante el corto tiempo que la nave permanece
fondeada en la bahía de Hanga Roa, este oficial se dedica por
entero a sus actividades de investigación. Captando la verdadera
importancia de las tablillas grabadas emprende la tarea de encon-
trar alguna para llevar a su país, y estudia a la vez, la posibilidad
de traducir los signos que las recubren, para todo lo cual viene
en su ayuda un tahitiano residente en la isla en calidad de admi-
nistrador, el señor Alejandro “tatí” Salmón, el cual posee conoci-
mientos del idioma nativo, además de que su lengua madre es el
tahitiano, en todo caso similar al pascuense.
“Una búsqueda especial fue hecha para ubicar algún especi-
men de estas tabletas durante nuestra visita a Isla de Pascua —se-
ñala Thomson en su obra—. Al principio los nativos negaban te-
ner alguna, pero el señor Salmón conocía la existencia de dos,
y éstas fueron compradas finalmente, luego de muchas dudas y
considerables regalos. Las tabletas obtenidas están en un buen
estado de conservación” (1). En la actualidad ambas se encuentran
en el Museo de Washington (United States National Museum) y
corresponden a las que Thomson denominó “Atua Matariri” y
“Eaha to ran ariiki kete”.
Posteriormente éste se avocó a la traducción de los caracteres:
que aparecían grabados en las caras de las tablillas; previamente,
sin embargo, a su paso por Papeete se había provisto de manos
del Obispo Tépano Jaussen, del material fotográfico necesario
proveniente de las tabletas que este último poseía. Con las foto-
grafías y las dos tablillas conseguidas por él, procedió, ayudado
de Salmón, a ubicar a un viejo llamado Ure Vaeiko, de quien se
decía que era capaz de leer los signos, y que pasaba entre los nati-
(1) Thomson, 1889; pág. 514.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 245
vos por un verdadero conocedor de las cosas antiguas y muy espe-
cialmente de las tabletas. Es el propio Thomson quien manifiesta
que un hombre llamado “Ure Vaeiko, uno de los patriarcas de la
isla, del cual se decía que había sido iniciado en el arte de leer
los jeroglíficos antes de la llegada de los buques negreros perua-
nos —1862— y al parecer entendía muchos de los caracteres (2),
se negó a traducirlos señalando que leer esas cosas le estaba pro-
hibido ya que eran aspectos paganos que afectaban a la salvación
de su alma, según le habían enseñado los misioneros. Pese o los
numerosos intentos hechos, el nativo continuó negándose siste-
máticamente, retirándose incluso al interior de la isla para evitar
su encuentro con el norteamericano. Poco antes de la partida,
viendo éste la imposiblidad de lograr la deseada traducción en for-
ma voluntaria, decidió emplear lo que él denomina una “inescru-
pulous strategy”, para lo cual una noche, acompañado del tahitia-
no Salmón ubicaron al viejo Vaeiko y luego abundantes liba-
ciones, le entregaron las fotografías y las tabletas. Refiere Thom-
son que éste se extrañó en un principio por las fotos ya que nunca
había visto una antes, pero prontamente reconoció su contenido y
procedió a relatar las tablillas desde el principio al final, todo lo
cual fue anotado por Salmón, y traducidas más tarde por este
mismo desde el idioma pascuense al inglés (3),
Posteriormente otro anciano llamado Kaitae, el cual pasaba
por pariente del último rey Maurata, reconoció varias de las tabli-
llas exhibidas en las fotos e hizo exactamente el mismo relato
que había efectuado previamente por Ure Vaeiko (4,
A su retorno a Estados Unidos, Thomson efectuando un in-
forme al National Museum of New York, en 1889, presentó todo
el material obtenido en la isla bajo la forma de un pequeño libro
Te Pito te Henúa or Easter Island, el que se publicó en el Annual
Report of National Museum of New York, en 1889. Como resul.
tado de este estudio fueron dados a conocer por él los textos de
cinco tabletas que denominó, respectivamente: “Apai”, relato que
equivale al contenido por la tableta llamada “Keiti” por el Obispo
Jaussen y que se destruyera en 1914 a consecuencias del incendio
(2) Tohmson, 1889; pág. 514.
(3) Thomson, 1889; pág. 515.
(4) Thomson, 1889; pág. 516.
246 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
que destruyó la biblioteca de la Universidad de Lovaina, y de la
cual afortunadamente existen excelentes copias y reproduccio-
nes (5), "Atua Matariri”, equivalente al texto de la tableta del
mismo nombre y que fuera ubicada por el propio Paymaster en
la isla, guardada actualmente en el “United States National Mu-
seum” de Washington, bajo el número de catálogo 129.773 (6).
“Eaha to ran ariiki kete”, asimismo equivalente a la segunda ta-
bleta conseguida por Thomson, y que al igual que la anterior per-
manece en el “United States National Museaum” de Washington,
bajo el número 129.774 (7). “Ka ihi viga”, relato perteneciente,
siguiendo el ordenamiento de Thomson, a la “tablette echancrée”,
según el nombre dado por Jaussen, y que se encuentra en la actua-
lidad en el museo de los Sagrados Corazones de Roma. Por último,
“Ate a renga hokan iti poheraa”, texto de la tablilla “miro” o
“mamari” de Jaussen, y tal vez su verdadero nombre “kohau ko
te ranga” (8),
Estas denominaciones son indudablemente arbitrarias y han
(5) Imbelloni, 1951; págs. 98 y 105.
(6) Imbelloni, 1951; pág. 103.
(7) Imbelloni, 1951; pág. 103.
(8) Ha sido Catherine Routledge quien en 1920, ha relatado cómo la tablilla
denominada “Kohau ko te ranga'” —tableta de los prisioneros— fue robada
al ariki Ngaara, al cual pertenecía, por su siervo Kaara, el cual se la entregó,
al decir de Métreaux a un experto cantor llamado Arobio (Métraux, 1971,
p. 394) el hijo del cual la entregó a los misioneros, y es una de aquellas
que llegó a manos del Obispo de Axieri. Esta tableta se refería a la forma
de lograr la victoria en una batalla y conseguir prisioneros para dedicarlos a
labores de orden manual, propiedades que le otorgaban cualidades verdadera-
mente mágica y de las cuales emanaba su importancia. Uno de nuestros
informantes. León Tuki Hey, nacido en 1908, uno de los pocos ancianos
versados en la tradición insular que aún quedan, nos ha mencionado que
esta tableta, que él llama “kohau ko te ranga”, “es la más antigua, la pri-
mera que se escribió en Rapa Nui y pasaba de mano en mano, pues, contiene
toda la historia y conocimientos primitivos” (ello en cierto modo encuadra
perfectamente con la versión recogida por Routledge: la cual expresa que la
tableta “have been brought by the first inmigrants” (Routledge, 1919. Pp.
249). En tiempos del rey Ngaara fue robada (no menciona nombre del hechor,
presumiblemente, ha de haber sido el propio Kaara de Routledge) y escondida.
Más tarde fue encontrada por un tal “Pae”, el que a su vez la escondió en
una nueva; otro nativo la sacó de la cueva y se le regaló a Salmón. Aquí
difieren ambas versiones, pues la primera expresa que fue entregada a los
misioneros, posibilidad que sin duda es la cierta, ya que a continuación agrega
el propio Tuki, que Salmón la llevó a Tahití, lugar donde se la leyeron al
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 247
sido dadas atendiendo principalmente a la primera frase del texto
(Eaha to ran ariiki kete, Atua Matariri, Ka ibi viga), o bien en
homenaje a aquel personaje que aparece como principal en el
relato (Apai). Una mención especial merece la llamada “Ate a
renga hokan ¡ti poheraa”, nombre que a nuestro juicio es el que
verdaderamente corresponde a la relación anotada por Ure Vaei-
ko, ya que esta frase no aparece en el texto, y dice, sin embargo,
relación con él. En efecto, según tendremos oportunidad de exami-
narla, esta es una canción de origen moderno, contemporáneo al
narrador, que se refiere a la muerte de la hija de un tal Manu
Hakaopo, y su nombre expresa esta circunstancia: literalmente,
significa “mujer bonita hasta la muerte”, por lo cual concluimos
que esta denominación no ha sido arbitraria de Thomson, sino que
la ha de haber relatado el propio Vaeiko, lo que en sí no encerra-
ba ninguna dificultad, pues, era un canto de los que moderna-
mente llamaríamos “de moda” en su época.
Atendidas las nuevas versiones que presentamos de estas
narraciones, hemos preferido cambiar, o más bien, modificar estos
nombres a fin de darles mayor sentido, y así hemos variado la
llamada “Eaha to ran Ariiki kete” (literalmente “Qué me importa
el rey de la bolsa”) por “E ába to ra ariki kete mabúa i uta nei?”
Qué me importa el rey de la bolsa desconocido aquí en la tie-
rra?), que posee sentido literal y que equivale a la frase con que
comienza el canto correspondiente. “"Atua Matariri” no presenta
problemas, pues, es el nombre del primer dios del cual se habla
en el relato. “Ka ihi uiga”, ha sido corregido y se le ha llamado
“Ka ¡hi uinga”, verdadera pronunciación del término, error que se
ha debido a la dificultad de la pronunciación del sonido “ng” y
que con posterioridad a Thomson fue distinguido por los lingúis-
tas estudiosos del idioma pascuense.
Por último debemos señalar que las versiones recogidas no
contemplan, desgraciadamente todos los textos; ha quedado fuera
de nuestro examen la relación “Apai”, pues nuestro informante
la ignoraba, mencionando que se trata de una tradición antigua
que él no conoció.
Obispo, y sabido es que las tabletas recogidas por Jaussen fueron encontradas
por los misioneros residentes en la isla y llevadas a Tahití por ellos en
1868, en tanto que Salmón sólo llegó a Rapa Nui años más tarde. Esta laguna
en el relato de Hey se debe probablemente a la falta de ubicación en el
tiempo lo que lo lleva a confundir los personajes.
248 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
2. NUEVAS VERSIONES
Durante el curso de nuestra labor de investigación realizada
en Isla de Pascua en 1972, hemos logrado nuevas versiones de los
relatos de Ure Vaeiko, las que hemos recogido como producto
de la transmisión oral a través de las generaciones que se han
sucedido desde 1886, año de la visita de Thomson a Rapa Nui.
Ello nos ha motivado el presente estudio, ya que en efecto, aún
es posible recoger buenas versiones, en ciertos casos en que la
tradición se han mantenido más o menos completa, debido a que
sobreviven algunos versados en ella todavía, y se facilita mayor-
mente la labor si se tiene presente que prácticamente ha desapare-
cido en gran parte esa inmensa barrera que constituye el idioma,
por lo que resulta mucho más simple comunicarse con el nativo
en la actualidad que hace cien años. Quien ha sido nuestro prin-
cipal informante en estas materias es un hombre llamado Leonar-
do Pakarati Languitaki, de sesenta y un años, dotado de una me-
moria excelente y conocedor de las tradiciones insulares. Los rela-
tos que hemos anotado le han sido transmitidos, en su juventud,
tanto por su padre, Nicolás Pakarati como por los ancianos Kere-
muti, Reva Hiva y Ure'a2'o Viri, todos los cuales fueron contem-
poráneos de Ure Vaeiko, y que fallecieron con anterioridad a
1930, a edades avanzadas. Como puede apreciarse, las notas que
hemos consignado provienen directamente de una segunda gene-
ración, por lo que es perfectamente plausible que se hayan man-
tenido en la forma fidedigna en que los presentamos, ya que no
han sufrido aún los naturales desgastes y transformaciones ocasio-
nadas por el transcurso del tiempo.
Leonardo Pakarati es hijo de Nicolás Pakarti Ure Potabi, (£a-
llecido en 1927) conocido catequista de la isla, el cual tenía alre-
dedor de treinta años al tiempo de la visita de Thomson y era uno
de los hombres que mayormente conocían las tradiciones pascua-
nas, debido quizás a un espíritu innato de investigador y pensa-
dor (9) que lo destacó desde su juventud.
(9) Nicolás Pakarati no conoció a Thomson y viceversa, por lo que no hubo un
contacto directo entre ellos, debido a que al momento del arribo del Paymaster
a la isla, el primero no se encontraba en ella. En efecto, había viajado, en
ese mismo año, en el mes de febrero, acompañando al P. Hyppolyte Roussel
a Tahití, lugar en el cual permaneció hasta 1888, años dedicados a la prepa-
Gaete, E. A. - RELATOS DE THOMSON 249
a) ATUA. MATARIRI
y 5 PP 1 dE
Atua Mataririz ki ai Kiroto, kía Atúa Matariri, : ki ai Jdeoto kía- Ta
cia Kapu te Poporo. . poro, ma te paporo.
Ahimahima Marao; Ki ai Kitoto, Abimabina * Marao, ki ai Kiroto,
Takihi Tupufema, Kapu te Kiht
Kehi.
kía Takibi Tupubenúa, kapú te
- Kihi-kibi,
a Y |
Aoevai; Ki ai Kiroto, Kava Kohe Aoevaí, ki ai kiroto kía Vi Kohe-
Koe Kapu te Koe. Kobe, kapú te kobe.
Matua Anua; Ki ai Kiroto, Kappi- Matúa ra E ai kiroto kía Pin
piri Baitau, Kapu te miro. Hatd'u, kapú te miro.
Augingieai; Ki ai Kiroto, Kia — Angíngieai, ki-ai kiroto kía
humutoti, Kapu te Maluta. Humutoki, kapú te mabute.
a (E
Hiti; Ki ai Kiroto, LS Heta Kapu Hiti, ki ai kiroto kía he e Kapú
te Ti. te 1.
— VI —
“Atura; Kitaí Kiroto, Katei; Kapu Atura, ki ai kiróto kía te Es, kapú
te Monku Uta. > te moko uta.
AO —
Ahan; Ki ai Kiroto, Vaha, Kapu Abani, ki ai kiroto kía Vava, kapú
te Tureme: : te Tureme.
E y E
Ahekai; Ki al Kiroto, Bsprio - Abekar, ki ai kiroto “kía Hepee,
Kapu te Mataa. kappú te mataa.
MER E
Viri Koue: Ki ai Kiroto, ariugarehe Viri Kone, ki ai ktroto kía Aringa-
Uruharero, Kapu te Runa, rehe Urubarero, kapú te runa
A]
Atua Metúa; Ki ai Kiroto, Kariri-
Atúa Matía, ki ai kiroto kía Riritu-
tunarai, Kapu te Miu. naral, kapú te Nin.
ración, y luego regresó a Pascua a bordo del “Angamos
”, buque en el que
llegó Policarpo Toro a tomar posesión de la isla a nombre del Gobierno de
Chile (Vid. Englert, 1964, págs. 66 - 67).
250 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
A
Atua Metua; Ki ai Kiroto, Kite Atúa Matúa, ki ai Kiroto kía Vubr
Vuhi o Átua, Kapu te Toromiro. Atúa, kapú te toromiro.
— XI —
Atua Metua; Ki ai Kiroto, Tapuha Atúa Matúa, ki ai kiroto kía Tapu-
vaoatua, Kapu te Moana. ha Vao Atúa, kapú te moana.
(pasc. “vaikava te henúa”).
— XIV —
A Heuru; Ki ai Kiroto, Hetomu, A Heúra, ki ai kiroto kía he Tanu,.
Kapu te Marikuru. kapú te marikura.
E q A
T Taveke; Ki ai Kiroto, Pouhutuhu- A Taveke, ki ai kiroto kía po
tuterevaimangaro, Kapu te Veke. Hutubutu Tere vai mangaro,
kapú te veke.
— XVI —
A Hahamea ¡Ki ai Kiroto Hohio A. Habemea, ki ai kiroto kía Kobío,
Kapu te Takure. kapú te Taka-ure.
— XVI —
Aukia Ki ai Kiroto; Moremanga, A Hukía, ki ai kiroto kía More-
Kapu te Ngarava. manga, kapú te Karava.
— XVIll —
Avia Moko; Ki ai Kiroto, Viatea, A bfe moko, ki ai kiroto kía BPe
Kapu te Kena. ea, Kapú te Kena.
— MDX. =
Tereheue; ki ai Kiroto, Viaraupa, Terebeñe, ki ai kiroto kía Be
Kapu te Kaupa. Raupá, kapú te raupá.
0 GA
A Heroe; Ki ai Kiroto, unhipura, A he Roe, ki ai kiroto kía Ub;
Mapu te Ro. pura, Kapú te roe.
— XXI —
Tahatoi; Ki ai Kiroto, Kateapiairi- Tabatai, ki ai kiroto kía Ka Teapí
roro, Kapu te To. ai Roroa, kapú te Toa.
E "E, A
— XXI —
Irapupue; ki ai Kiroto, Irakaka, Irapupu'e, Ki ai kiroto kía Irakaka,
Kapu te Pia. kapú te Pía.
— XXIóM —
Mangeongeo; Ki ai Kiroto, Hera- Mangeongeo, ki ai kiroto kía he
kiraki, Kapu te Kape. Rake-rake, kapú te kape.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON : ¡E 231
— XXIV —
A Hen; Ki ai Kiroto Pana Kapu te 4 Heki, ki ai kiroto kía Pasa, kapú
Hue. te búe.
— XXV —
Heima; Ki ai Kiroto Kairui He Heima, ki ai kiroto kía Kar Rui-
Kairui-Hakamarui Kapu te raa. rui Hakamarul, kapu te ras.
— XXVI —
Huruan; Ki ai Kiroto Hiuaoio Huru Anúa, ki al kiroto kía Hoe a
Kapu te Mea. oía, kapú te moa.
— XXVII —
A Hikua; Ki ai Kiroto Hiuaoioi A hi Krña, ki ai kiroto kía Hin a
Kapu te Uruara. oí-oí, kapu te uru ara.
— XXVIII —
Tingahae; Ki ai Kiroto Pararahi- Tingabae, ki ai kiroto kía Parara-
kutea Kapu te Niuki. rára hi ku Tea, kapú te Niubi.
— XXIX —
A Hikue; Ki ai Kiroto Hiuaoioi A Hi Ku, ki ai kiroto kía Hin a
Kapu te Tabraha. or-0i, kapú te Tabraba.
E
Tikitehatu; Ki ai Kiroto Hihohiho- Hiho-hiho ki te Roto,
kiteturu Kapu te Paroko. Kapú te Paroko.
— XXXI —
Tikitehatu; Ki ai Kiroto Hiuapo- Tiki te Hatu, ki ai kiroto kía Hina-
poia Kapu te Hiuakuhara. popo'i, kapu te Hina Kaubara.
1 XXXI —
Tikitehatu; Ki ai Kiroto Maea Tiki te Hat, ki ai kiroto kía Maea,
Kapu te Heraherakitomea. kapú te Hera-bera kitomaea.
— XXXI —
Tikitehatu; Ki ai Kiroto Ruruatiki- Tikí te Hatu, ki ai kiroto kía Rurra
tehatu Kapu te Teririkatea. Tiki te Hatu, kapú te Teriri
katea.
— XXXIV —
Atimoterae; Mea a mura i hiki te Atimo fe ráe, mea i amora i hi ki
alu mo tunu o te ita mo haugai te aru mo tunu o te ika mo
it te ariiki. hangai i te ariki.
— XAXXV —
Takoua; Ki ai Kiroto Tukouo, TFakoúa, ki ai kiroto kía Tukono,
Kapu te Poopoo. : kapú te po'opoo.
252 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
— XXXVI — :
E. Toto te Efi no Kino no naroko E toto te ihi no kino no ngaroko.
no ngaoreno no nga tokutoko- no ngaorengo no nga toku to:
ruapapa. korúa papa.
— XXXVI — e
Epuoko te nuika no tupa iti no E púoko te maíka no tupa iti no
tupa nui. tupa nui.
— XXXVII — :
Uku Ki ai Kiroto, Karori Kapu te Ukn, ki ai kiroto kía Karori, kapú
Ngaatu. te 1 gaata.
— XXXIX — ”
Kuhikia Ki ai Kiroto Taurari Kapu Kubhikía, ki ai kiroto kía Taurari
te Ngaatu. kapú te ngaata.
E
Kuhikia Ki ai Kiroto Ruperoa Kubiría, ki ai kiroto kía Ruperoa
Kapu te Turi. kapú te Turi.
— XLI —
Tasria ki ai Kiroto Taaria, Kapu te Taería, ki ai kiroto kía Taaría,
Taueehu. kapú te Taueehu.
. — XLIII —
Hatuee Ki ai Kiroto Tatukuti, Haiuee, ki ai kiroto kía Hatukuti
Kapu te Evea. kapú te Eve'a.
— XLIII —
Pauaroroko Ki ai Kiroto Hakukuti, Parravorolo, ki ai kiroto Habukuti
Kapu te Taerongoveteve. kapú te Taerongo vete-vete.
— XLIV —
Hiuitirerire Ki ai Kiroto Kanohota- Hist: reri-rer, ki ai kiroto kia
tataporo Kapu te Roporo. kanoho tatataporo, kapú te roporo..
— XLV —
Numia a Taneaire Turuhirorero te Numía a"Tanorfre turuhirorero te
toto o te o korare. toto O te o kora'e.
— XLVI —
Kamau te Korare taratara te Kamavn te kora'e tara-tara te
Korare. kora'e.
—- XLVII —
Turuki te Ua Maanau Manavai roa. Turukí te u'a manau manavai ro2..
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 253
— XLVIS —
Kaunuku raituahea anakihorou eaa Kaunuku raituahea anakihorou
e to e tua tanu to tana moko eaha ¡eaa! e to e túa tanu to tana
Uaugai e to e ufi e Kumara. moko ehaá uahangai e to e uhi e
kumara.
Transcritos ya los textos (10) tanto de Thomson como de
Pakarati, estimamos conducente un análisis del más antiguo a la
luz del que presentamos en esta oportunidad.
Es notable, en primer lugar, el sentido que adquiere la narra-
ción con el sólo ordenamiento de los términos, los cuales apare-
cen las más de las veces mal escritos, la puntuación mal ubicada,
índice claro de que el texto ha de haber sido retocado por el norte-
americano, luego de la traducción hecha por Salmón, ya que re-
vela la mano de alguien que no entendía una palabra del idioma
pascuano. En segundo término, de su sola lectura, se revela como
de antigua data, esto es, como una leyenda de corte original, sin
que aparezcan entremezcladas palabras tahitianas, de las cuales
sólo encontramos dos: a) En la estrofa número 11, “Atúa Metúa”,
cuyo equivalente en pascuense es “Atúa Mata”, equivocación
fácilmente comprensible y atribuible, a no dudarlo, a Salmón, que
cambió una letra por otra; y b) En la estrofa 13, ““moana”, tér-
mino de origen tahitiano, y que en pascuense antiguo equivale a
te vaikava te henúa”, el que ha de haber sido cambiado igual-
mente por Salmón, o bien cabe la posibilidad de que ya a la
época de la relación había sido introducido en Rapa Nui el tér-
mino tahitiano “moana”, y que, por tanto, fue usado directa-
mente por Vaeiko, en reemplazo del original que era más largo.
Este texto fue conocido por Leonardo Pakarati de su padre
Nicolá Pakarati, quien se lo enseñó a manera de una antigua
leyenda que se transmitía de generación en generación.
(10) Para una mejor exposición hemos señalado en letra cursiva los nombres de
los dioses y diosas que se unieron para crear una cosa determinada. De ¡gual
forma el nombre de ésta aparece en cursiva. Los asteriscos que aparecen en
algunos casos frente a una frase indican el origen tahitiano de uno de los
términos utilizados en ella, y que han sido destacados al final del relato.
254 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
VERSION TRADUCIDA
1.—Versión de Thomson 2.—Versión de Pakarati
E, pa
God Atua Matariri and Dios de los ojos enojados que
Goddess Taporo produced fecundizó el Taporo para crear
thistle. el poporo.
— 1 —
God Ahimahima Marao and Dios de los peces que fecundizó a
goddess Takihi Tupufema la callampa que crece en la
produced rocks. tierra, naciendo así la callampa.
— III —
God Aoevai and goddess Dios del agua que creó el olor
Kava Kohekoe produced del Kohe-kohe y nació así el
medicine. kohe.
God Matua Ánua and goddess Madre de los árboles que juntó
Kappipiri Aaitan produced the las fipuras del ta'u y creó los
Miro tree. árboles.
a ¿/ p
God Augingieai and goddess Kia Dios de la sequía que fecundizó
Humutoti produced the paper- la piedra dura y nació el mahute.
mulberry tree.
WA bs
God Hiti and goddess Kia heta D'os de los bordes que fecundizó
produced the tea plant. la fibra y nació el Ti.
— VIH —
God Atura and goddess Katei Dios de los gordos que fecundizó
produced bunch grass. a los cantores y nació el mensa-
jero.
— Vil —
God Ahen and goddess Vaua Dios de las esperanzas que
produced fine grass. fecundizó las hendiduras y nació
el Tureme.
God Agekai and goddess Hepeue Dios de los productos que fecun-
produced obsidian. dizó las minas y nació la
obsidiana.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 255
a
God Viri Koue and goddess Dios de las cosas que trepan que
Ariugarehe Uruharero produced fecundizó los pétalos suaves de
the morning-glory plant. la enredadera y nació la runa.
God Atua Metua and goddess Dios padre que fecundizó las
Kariritunaria produced cosas que ruedan y nació el
cocoanuts. cocotero.
— XI —
God Atua Metua and goddess Dios padre que fecundizó al aire
Ki te Vuhi o Átua produced the libre del dios y creó el Toromiro.
toromiro tree.
— XI —
God Atua Metua and goddess Dios padre que ideó separar los
Tapuhavaoatua produced grupos de dioses y nació el
Hibiscus. mar.
— XIV —
God A Heuru and goddess Dios de las plantas que fecundizó
Hetomu produced the biue leaf las plantaciones y nació el
plant. marikuru.
E
God A Taveke 2nd goddess Dios de los insectos, que fecundizó
Pohutuhututerevaimangaro al hutu-butu que corre en el agua
produced the white ash. dulce y nació el matapiojos.
— XVI —
God A Hahamea and goddess Dios del color amarillo, que
Hohio produced flies. fecundizó la putrefacción y nació
la mosca.
— XVII —
God Aukia and goddess Moreman- Dios de los dolores que fecundizó
nga prouced roaches. la rama cortada y nació el
refugio.
— XVII —
God Avia Moko and goddess Virgen mensajera que fecundizó a
Viatea produced boobies. la virgen blanca y nació el Kena.
— XIX —
God Tereheue and goddess Viarapa Dios de las cosas que se mueven,
produced leaves. fecundizó a la virgen de las hojas
y nacieron las hojas.
256 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
God a Heroe and goddess Dios de las hormigas que fecundizó
Unhipura produced ants. las cosas que brillan y nació la
hormiga.
— XXI —
God Tahatoi and goddess Dios de la costa que creó los nuevos
Kateapiairiroro produced sugar- largos y creó la caña de azúcar
cane.
— XXI —
God Irapupue and goddess Irakaka Dios de las masas que fecundizó
produced arrowroot. las hojas secas y nació el Pía.
— XXnll —
God Mangeongeo and goddess Dios de la picazón, fecundizó las
Herakiraki produced yams. cosas agrias y nació el Kape.
— XXIV —
God Ahen and goddess Pana Dios del orden que fecundizó el
produced calabash. caos y nació el orden.
God Heima and Goddess Kairui- Dios de la corona que fecundizó las
Hakamarui produced stars. tinieblas y nació el sol.
XXVI —
God Huruan and goddess Madre del gallo que fecundizó a
Hiuaoioi produced fowls. su igual y nació la gallina.
— XXVI —
God A Hikua and goddess Dios de los regalos, que creó a los
Hiuaoioi produced vermilion. viajeros y ae reparticio-
nes de regalos.
— XXVII —
God Tingahae and goddess Dios del olor del pescado que
Pararahikutea produced sharks. fecundizó diferentes lugares
abundantemente y nació el
tiburón.
— XXIX —
God A Hikue and goddess Dios de los peces, fecundizó a los
Hiuaoioi produced porpoise. que van rápido y nació la
ballena,
God Tikitehatu and goddess Dios de lo útil que fecundizó al
Hihohihokiteturu produced agua que corre de pozo en pozo
rock-fish. y nació el Paroko.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 257
God Tikitehatu and goddess Dios de lo útil que fecundizó la
Hiuapopoia produced life. parte más old y nació la
abundancia de pescados.
— XXXUH —
God Tikitehatu and goddess Maea Dios de lo útil que fecundizó las
produced luck. piedras y nacieron los montones
de piedras.
— XXXIHMI —
God Tikitehatu and goddess Dios de lo útil que fecundizó la
Ruruatikitehatu produced parte útil de lo peligroso y
man. nacieron las cosas pequeñas y
abundantes.
— XXXIV —
Atimoterae created brook-f'sh and Dios de las enseñanzas que se fue
stablished them as the chosen a pescar donde rompe la ola y
food of the gods. pescó un Mea y con él hizo una
comida para darle al rey.
— XXXV —
God Takoua and goddess Tukouo Takora que fecundizó a Tukono y
produced milkthistle. nació el po'opo'o.
— XXXVI —
E Toto discovered the sweet taste Hay que dañar a los malos cantores
of the yam and made it the rebanándoles el cuello para que
principal food of the people. no formen más un conjunto.
— XXXVI —
Epuoko created the delicious La cabeza del plátano es del
banana food for the kings. hermano menor y del hermano
mayor.
— XXXVII —
God Uku and goddess Karori En un comienzo se fecundizó al
produced bullrushes. huerto y nació la totora.
— XXXIX —
God Kuhikia and goddess Taurari Kubikía que fecundizó lo húmedo
produced small birds. y nació la totora.
Eb
God Kuhikia and poddess Ruperoa Kuwbikía que fecundizó a los que no
produced seagulls. entienden y nació el sordo.
258 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1972
— XLI —
God Taaria and goddess Taaria Dios de las diferencias que
produced white gulls. fecundizó la división de las cosas
y nació el atardecer. ,
— XLHI — :
God Haiuge and goddess Hatukuti Dios que manda fecundizó las
produced wind. masas de aire y nació el viento.
— XLIMN — ]
God Pauaroroko and goddess Dios infinito que fecundizó las
Hakukuti produced pain. plantas podadas y nació el flojo
que no las deshoja.
a XLIV =
God Hiuitirerire and goddess Pequeño dios de los movimientos,
Kanohotatataporo produced ecundizó la podredumbre y
creeping vines. nació lo bueno y lo malo.
— HAN
Numia a Tankaire Turuhirorero Numía hijo de Tangaíre ve correr
was the founder of all things sangre de la frente.
unpleasant and bad smells.
— XLVI y XLVI —
Turuki was thet first builder of Hay que ir con la cabeza con
rocks fences and barriers. espinas en la frente a decir el
motivo de lo que piensa el
profundo pozo.
— XLVII —
Kuanuku created death by drown- El grupo de atrás viene a avisar
ing, death in warfare, death by rápido ¡ayayai! de que está
accidendt, and death by disease. muerto y hay que sepultarlo con:
las cuatro lagartijas y hay que
darle de comer ñame y
camote (11).
En ambas traducciones transcritas existen profundas diferen-
cias que naturalmente se deben a una distinta interpretación del
relato. No pretendemos calificarlas sino simplemente exponerlas;
sin embargo, estimamos necesarias ciertas explicaciones en lo que
se refiere a la versión de Pakarati. En la traducción efectuada he-
(11) Hemos expresado en cursiva aquellas palabras que requieren una explica-
ción posterior y que sigue al texto. Los asteriscos indican la existencia de fra-
ses que se aplican a continuación del relato.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON l 259
mos seguido lo más fielmente a nuestro informante, apartándonos
de la terminología utilizada por él solamente en aquellos casos
en que hemos estimado preciso hacerlo para otorgar un sentido
comprensible a la frase, pero ateniéndonos, en todas las circuns-
tancias al pensamiento que nos ha transmitido.
El relato de “Atua Matarirí? se refiere a la creación de las
cosas y seres por ciertos dioses y diosas, o más bien por aquellos
seres que existían en un principio y que al unirse fueron dando
vida a los distintos organismos de la existencia. Es, pues, una
leyenda acerca del origen del mundo y como tal contiene pre-
ceptos acerca de él, y que para la mentalidad del nativo tuvieron
importancia, ya que constituyen —los distintos párrafos del tex-
to— toda la experiencia de los escasos conocimientos que los
aborígenes poseían a su alcance.
Por ello no puede extrañar la simplicidad de la relación que
no se debe a confusiones del informante sino exclusivamente a
las características propias de la misma.
En la primera estrofa, es preciso mencionar que el proporo
es un fruto pequeño con propiedades medicinales que se da en
el Rano Kao (Solanum forsteri) (12).
Enel párrafo tercero, el Kohe-Kohe o simplemente Kobe,
es una planta costera del género de las filicinas (13),
En el número cuatro, es necesario considerar que el Ta'z es
una forma de escritura que se realizaba en madera, de lo que
emanaría el sentido de la frase.
En el párrafo quinto, el mabute es un árbol de cuyas fibras
se efectúan trajes y que crece en zonas pedregosas. (Broussonetia
papyrifera) (14).
En el párrafo sexto se menciona el T¿, (Dacoena terminalis)
que es un arbusto que se da en los cráteres. De allí que el párrafo
se efiera a “los bordes” (15).
En el párrafo séptimo se expresa que el mensajero nació de
la unión del dios de los gordos y de los cantores, significado que
en los antiguos “Koro” o fiestas, era éste un individuo pertene-
(12) Englert, 1948; pág. 487; Fuentes, 1960, pág. 298.
(13) Englert, 1948; pág. 462; Fuentes, 1960, pág. 232.
(14) Englert, 1948; pág. 466; Fuentes, 1960, pág. 246.
(15) Englert, 1948; pág. 502; Fuentes, 1960, pág. 336.
260 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973.
ciente al grupo de cantores que se encargaba de buscar todas las.
cosas que faltaban e nla celebración (16),
En el número octavo, Ahani significa literalmente ojalá, y lo
hemos traducido como esperanza que presenta mayor sentido.
En el número noveno, debe señalarse que la runa es en este
caso, un tipo de enredadera, ya que está tomado como nombte pro-
pio y no como sustantivo, en cuyo caso su significado sería de
“lo que está encima” (17),
En el párrafo décimotercero, el término moana según ya
expresáramos debió ser cambiado por “Vaikava te henúa”; en
esta frase si bien se ha cambiado la redacción, el sentido es el
mismo: literalmente dice: “Dios padre que fecundizó la separa-
ción de los grupos de dioses y nació el mar”.
Párrafo décimocuarto: el marikuru, (Sapindus saponaria) es
un arbusto de tipo pequeño observado primitivamente por Fors-
ter (18),
Párrafo décimoquinto: El hate hutu, es un tipo de insecto
en estado de larva (19),
En el párrafo décimocéptimo, dice literalmente: Dios de los
dolores que fecundizó la rama triste (o cortada) y nació la cueva
pequeña (Karava). De acuerdo a las explicaciones de Pakarati
lo hemos traducido en la forma que aparece en el texto.
Párrafo décimoctavo: el Kera es un pájaro marino de pecho
blanco, alas negras y pico amarillo (20), (Sula dactylatra subsp).
Párrafo vigésimosegundo: el Pía, (Tacca pinnatifida) es una
planta de cuya raíz se extrae un líquido blanco; es muy semejante
al algodón (21),
Párrafo vigésimotercero: el Kape, variedad venenosa del ta-
ro, que produce picazón (22),
Párrafo vigísimoséptimo: literalmente expresa: Dios de los
(16) Vid. supra, pág. 19.
(17) Englert, 1948; pág. 496.
(18) Englert, 1948, pág. 469; Fuentes, 1960, pág. 254.
(19) Según explicación del informante Pakarati.
(20) Englert, 1948, pág. 460; Fuentes, 1960, pág. 226; Gaete, 1972, p. XXI.
Métraux, 1971, pág. 18.
(21) Fuentes, 1960, pág. 292.
(22) Fuentes, 1960, pág. 330; además, explicación del informante Pakarati.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 261
regalos que fecundizó a las personas que van apuradas por los
caminos y nació la repartición de regalos.
Párrafo vigésimonoveno: en él figura literalmente la frase
expresada debido a que en ella tiene más sentido que en el párrafo
vigesimoséptimo. En homenaje al ordenamiento de la estrofa he-
mos variado los términos, aún cuando el significado en pascuano
es el mismo.
Estrofa trigésima: el Paroko es un pequeño pez que se utiliza
como carnada (23),
Estrofa trigésimocuarta: El Mea es un pez de tonos rosados
y azul, rayado (24), .
Estrofa trigésimo quinta: El po'opo'o, (Caranx cheilio) es un
pez que se produce en las costas de la isla, no muy grande y de
tono oscuro. En esta estrofa nuestro informante fue incapaz de
traducir los términos Takona y Tokouo, de los cuales solamente
señaló que correspondían a dioses marinos, pero que, como nom-
bres propios, eran intraducibles.
Estrofa trigésimosexta: Los conjuntos eran grupos de perso-
nas que efectuaban representaciones en los ““Roro” o fiestas; es a
ellos a quienes se refiere este verso.
Estrofa trigésimoctava: El término Ukxw, correspondiente a la
denominación del dios, es literalmente traducible por “gemido de
guagua”.
Estrofa cuadragésima: la voz “Tur?” tiene en este caso la sig-
nificación de sordo, en oposición a la voz corriente: rodilla, arti-
culación.
Estrofas cuadragésimo quinta a cuadragésimoctava: Estas re-
laciones hechas al final del texto son de suyo curiosas, pues al
parecer no dicen relación con el mismo sino que forman frases
aisladas independientes, pertenecientes, tal vez a restos de un cán-
tido diferente a "Atúa Matariri”.
(23) Explicación de Pakarati.
(24) Explicación de Pakarati.
262
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL
N* 6, 1973
b) E AHA TO RA ARIKI KETE MAHUA 1 UTA NEl?
Texto de Thomson:
Eaha to ran ariiki kete
mahúa ¡ uta nei?
E tupu tomo a mata mea e
rangi ran e tuatea to ran
ariiki kete mahúa ¡ uta nel.
Ane rato mani rato karata
te tuatea, karata te
rangi ran karata te pupuna.
Eaha to ran ariiki kete
mahua ¡ uta nei?
E ura e poopoo e koiro e
nohoe e to ran ariiki kete
mahúa ¡ uta nel.
Ane rato mani rata karata
te ura ki kara te poopoo e
nehe e riku e kavakava atu.
Eaha to ran ariiki
kete mahua ¡ uta nei?
E nehe e riku e kava
atua to ran ariiki
kete mahua ¡i uta nei.
Ane rato mani rata
karata te nehe karata
riku karata rain kava
atua.
Eaha to ran ariiki :
kete mahua ¡ uta nei?
E a hao nei e kahi e
atu e ature.
Ane rato mani rata
karata te kahi kaharta
ahi rarata te ature ane rato.
Eaha to ran ariiki
kete mahua ¡ uta nei?
Eufí e tra e kumaro to
ran ariiki kete mahua i
uta nel.
Ane rato karata te ufi
kumara toa e mahua ¡ uta
nei, ane rato maru.
4
— 2
== de)
Texto de Pakarati:
E áha to ra ariki kete mahúa i
uta nei?
E tupu tomo a mata mea e rangi
ra e tua tea to ra ariki kete
mahúa ¡ uta nel.
Ani ra to mani rata karata te
tua tea, karata te rangi ra
karata te pupuna.
E áha to ra arii kete mahúa 1
uta nel?
E ura, e po'opo'o, e koíro, e
nohu é to ra ariki kete mahúa
i uta nei.
Ani ra to mani rata karata te
ura, karata te po'opo'o, e te
nohu e te riku e kava-kava atúa.
E áha to ra ariki kete mahúa i
uta nei?
E nehe, e riku e kava atúa to
ra ariki kete mahúa ¡ uta nei.
Ani ra to mani rata karata te
nehe, karata te riku, karata
vai kava atúa.
E áha to ra ariki kete mahúa ¡
uta nel?
E'hao nei, e kahi nei, e hatu
nel, a ature nei.
Ani ra to mani rata karata te
kahi hakarata kahakararata te
ature ani ra to.
E áha to ra ariki kete mahúa i
uta nel?
E uhi, e taro, e kumara to ra
ariki kete mahúa ¡ uta nei.
Áni ra to karata te uhi, kumara,
toa é mohúa ¡ uta nei, ani ra
to mava.
Gaete, E. A.
Eaha to ran ariiki
kete mahua i uta nel?
E honu e kea e pane te
ran ariiki kete mahua
i uta nel.
Ane rato karata te honu
te kea te pane.
Eaha to ran ariiki
kete mahua ¡ uta nei?
E hetu e range e han e
na e raa e mahúa te
ran ariiki kete mahua i
irunga nel.
Ane rato karata te rangi
e hon e na e raa e mahua.
Eaha te ran artiki
kete mahua i ua nei?
E anuga nei karata te
hehun rangi han na raa
mahua.
Ane rato karata te
hehuu rangi han na raa
mahúa.
Eaha to ran ariiki
kete mahua ií uta nei?
E ariiki e tapairu to
ran ariiki kete mahua
i mua nei.
Ane rato karata to
ariiki te tapairu.
Eaha to ran ariiki
kete mahua ¡ uta nei?
E oi e potupotu e
ugarara e hata to ran
ariiki kete mahua i
uta nel.
Ane rato karata main
rata e oi e potupotu
e ugarara e hata to
ran ariiki kete mahua
¡ uta nel.
RELATOS DE THOMSON 263
go il
==)
—=v
E áha to ra ariki kete mahúa i
uta nei?
E honu, e kea, e pane to ra ariki
kete mahúa i uta nel.
Ani ra to karata te honu, te kea,
te pane.
E áha to ra ariki kete mahúa i
uta nei?
E hotu, e rangi, e hanga é na
e raa é mahúa to te raá ariki
kete mahúa i irunga nei.
Ani ra to karata te rangi, e ho,
e na, e raá, e mahúa.
E áha to ra ariki kete mahúa 1
uta nei?
E amúa nei, karata te heho rangi
hanga raá, mahúa.
Ani ra to karata te hehuu rangi
hanga raá, mahúa.
E áha to ran ariki kete mahúa i
uta nei?
E ariki e tapairu to te ra ariki
kete mahúa i múa nel.
Ani ra to karata to ariki te
tapairu.
LO
E áha to ra ariki kete mahúa i
uta nei?
e 0'i-o'i, e potu-potu, e
ngarara, e hata, to ra ariki kete
mahúa ií uta nel.
Ani ra to karata mai rata e 0'i-0'1,
e potu potu, e ngarara, e hata,
to ra ariki kete mahúa ¡ uta nel.
264 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973
El texto de la presente narración, fue dado a conocer a Pa-
karati, por su padre Nicolás, a propósito de las fiestas o “koro”
que se celebraban en el lugar denominado “Te miro o'one”. En
verdad, más que una leyenda, el texto de E ába to ra ariki kete
mabña i uta nei?, se refiere a los cánticos efectuados durante la
celebración de un “koro”. En general éstos se caracterizaban por
ser fiestas de gran significación y a la cual asistían muchos invi-
tados. En ella a más de repartirse alimentos, se cantaba, asistiendo
un conjunto especializado en actuación, los cuales utilizaban un
relato preparado con anterioridad a la fiesta, el cual deban a cono-
cer durante su actuación. Todos los rituales del Koro eran dirigi-
dos por un hatm (especie de Director del canto) el cual dirigía la
representación a la manera de una obra teatral actual.
De esta manera, era el Hatu quien efectuaba la consabida
pregunta, y los cantores quienes respondían. Estimado de tal for-
ma el relato adquiere bastante sentido, agregado a lo cual debe
tenerse presente que la representación era simbólica y con disfra-
ces semejando la narración; de allí que las frases tengan un sen-
tido netamente figurativo (25),
VERSION TRADUCIDA
1. Versión de Thomson. 2. Versión de Pakarati.
=—
What power has the Great ¿Qué me importa el rey de la
King on the land? bolsa desconocido aquí en la
He has power to make the tierra?
plants grow and to change Hizo crecer todas las cosas y
the sky to different se notan maduras. Les anuncio
colors. que tras de mí vienen los colores
All hail the power of the blancos de mi rey de la bolsa
Great King who makes us desconocido aquí en la tierra.
lenient to the young Hoy mis manos acarician para que
plants, to admire the sepan que detrás de mí vienen
skies of different colors, and to los regalos, para que me conozcan
behold the clouds that rise. y se llenen la boca.
pa
What power has the Great ¿Qué me importa el rey de la
King on the land? bolsa desconocido aquí en la tierra?
(25) Vid. Métraux, 1971, pág. 347; Englert, 1948, pág. 299.
Gaete, E. A.
He has the power to create
the lobsters, white-bait,
eels, ape-fish, and every-
thing in the sea.
All sail the power of the
Great King who gives us
the knowledge of how to
catch the lobsters,
white-bait, eels, ape-fish,
and all marine animals.
RELATOS DE THOMSON 2 265
La langosta, el po'opo'o, el koíro,
el nobu son del rey de la bolsa
desconocido aquí en la tierra.
Hoy mis manos acarician la
langosta, acarician al po'opo'o,
al nohu y a la plantas que crecen
entre las piedras del mar.
—( —
What power has the Great
King on the land?
He has the power to produce
the forms, creeping plants, grass,
bushes, and all vegetation.
All hail the power of the
Great King who has taught us
to love the ferns, creeping-
plants, and all green things.
¿Qué me importa el rey de la bolsa
desconocido aquí en la tierra?
El olor del pescado, el de las
cosas que crecen en el mar, y
el de todas las demás cosas son del
rey de la bolsa desconocido
aquí en la tierra.
Hoy mis manos acarician el olor
del pescado, acarician el olor
de las cosas que crecen en el '
mar, acarician el de las demás
cosas del mar.
RES
What power has the Great
king over the sea?
He has the power to
create the mighty fish
that swim in the deep
water.
All haily the power of
the Great King who has
given us the strength
and skill to catch the
fish of the mighty deop.
Qué me importa el rey de la bolsa
desconocido aquí en la tierra.
El planta camotes, pesca atunes, :
“los lleva a la fiesta y ature
también.
Hoy mis manos acarician para que
me conozcan el kahi, y hago cariño
al ature hoy con mis manos.
—e—
What power has the Great
King on the land?
He has the power to produce
the yams, potatoes,
and sugar-cane.
All hail the power of the
Grat Kine' who enables us
to use. as food. yams, potatoes,
and sugar-cane,
¿Qué me importa el rey de la
bolsa desconocido aquí en la
tierra?
El ñame, el taro y el camote
son del rey de la bolsa desconocidó
aquí en la tierra. :
Hoy mis manos acarician, para'
que me conozcan, al ñame, el +:
camote y a la caña de azúcar, que
crecen aquí en la tierra, con
ambas manos. e
266
ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL
N? 6, 1973
E
What power has the Great
King on the land?
He has the power to clothe
the turtles in hard shell,
the fish with scales, and
protects every living thing.
All hail the power of the
Great Kink who enables us
to overcame the defense of
the turtles, fish, and all
reptiles.
What power has the Great
King in the universe?
He has the power to create
the stars, the clouds, the
dew, the rain, the sun, and
the moon.
All hail the power of
the Great King who
enables us to appreciate
the blessings of the bright
stars, the lowering clouds, the
gentle dew, the falling rain,
and the light of the sun
and moon.
—h
What power has the Great
King upon the land?
He has the power to populate
the earth, to create both kings
and subjects.
All hail the power of the
Great King who has created the
human beings, given authority
to kings, and created loyal
subjects.
¿Qué me importa el rey de la
bolsa desconocido aquí en la
tierra?
La tortuga, el pez que se infla,
y los tollos son del rey de la
bolsa desconocido aquí en la
tierra.
Hoy mis manos acarician la
tor tuga, el pez que se infla y los
tollos.
¿Qué me importa el rey de la
bolsa desconocido aquí en la
tierra?
La fruta crece. Avisa a los que
quieren en este día, a los que
no saben que es el día del rey
desconocido encima de la tierra.
Hoy mis manos acarician, para que-
me conozcan, a los que avisan, a
los que buscan hoy fruta, y a los
desconocidos.
¿Qué me importa el rey de la bolsa.
desconocido aquí en la tierra?
¡Pasa adelante! tócame para que
sepas lo que vienes a buscar, dime:
lo que quieres hoy día, desconocido.
Hoy mis manos acarician, para
que me conozcan, a los que están:
enojados; avisa que quieren hoy,
desconocido.
E
What power has the Great
King upon the land?
He has the power to
create magpots, flies,
worms, fleas, and all
creepjing and flying insects.
All hail the power of the
Great King who enables us
to withstand the attacks
¿Qué me importa el rey de la bolsa.
desconocido aquí en la tierra?
El rey y el bonito vestido que
pertenece al rey de la bolsa,
desconocido, se presenta frente
a su pueblo.
Hoy mis manos acarician para
conocerlo, el bonito vestido del
rey.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 267
of the maggots, fiels,
worms, fleas, and all manner
of insects.
What power has the Great ¿Qué me importa el rey de la bolsa
King? desconocido aquí en la tierra?
All hail the unlimited El 0'¡-0'%, el potu-potu, el ngarara
power of the Great King. y el hata son del rey de la bolsa
desconocido aquí en la tierra.
Hoy mis manos acarician para que
me conozcan al 0'i-0'1, al potu-potu,
al ngarara y al hata que son
del rey de la bolsa desconocido
aquí en la tierra.
La frase E ába to ta ariki kete mabúa ¡ uta nei, que hemos
traducido en la forma expresada en el texto, puede traducirse
igualmente, y con similares propiedades por “qué está haciendo
el rey de la bolsa desconocido aquí en la tierra”, con la cual inclu-
so se gana en sentido narrativo. Hemos utilizado la primera for-
ma, pese a todo, por ser la primera que nos dio a conocer nues-
tro informante, y que estimamos más literal.
En la estrofa segunda se dan a conocer una serie de nombres
de peces, algunos de los cuales ya hemos citado al explicar la
relación de Atú4a Matarirí. Importancia revisten las llamadas “Ra-
va-kava atúa”, que son plantitas que crecen entre las piedras del
mar, y que como tales las hemos traducido (26),
Por otra parte, en la estrofa cuarta, se menciona el ature,
pez pequeño muy sabroso, no identificado (27),
Finalmente en la estrofa final se menciona el o'-0'7, o larva
de la mosca, el potu-potu, cierto tipo de gusanos, el ngarara y el
hata, variedad de hormiga la primera, y una variedad de baratas,
la segunda.
La diferencia entre ambos textos traducidos salta a la vista;
mientras Thomson atribuye cualidades de Gran Rey a aquel que
juega el principal rol en el canto, y que en tal calidad, gracias al
poder —diríamos, siguiendo la terminología pascuana actual
(26) Citado por Leonardo Pakarati.
(27) Fuentes, 1960, pág. 168; Englert, 1948, pág. 425.
268 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
“mana”— está capacitado para crear todo aquello que describe a
través del relato, para nosotros, en cambio no es más que una
representación en la cual el rey de la bolsa —término con el que
se designa al personaje principal que aparece con un bonito ves-
tido— es el sujeto encargado de entregar los regalos alimenticios
que se reparten en el “koro”; para ello se emplean una serie de
formulismos destinados a otorgar solemnidad a la fiesta: tal es
el sentido del canto.
c) KA IHBI UINGA
Texto de Thomson: Texto de Pakarati:
a
Ka ihi uiga te ki ati Ka ihi uinga te ki ati
aué te poki é aué te poki é
Tte maki tana, rii te I te maki tana riva te hiva
hiva ina ina
Ka ihi viga mai. Ka ihi vinga mai.
ai
Ka ¡hi viga te ki ati Ka ¡hi uinga te ki ati
Aué te poki é aué te poki é
Ite maki tana, houiti Tte maki tana hoiti ina.
ina Ka ihi uinga moai mai.
Ka ihi uiga mao mai.
AE E
Ta aué rai é Ha imu, poki é
Ha imu, poki é Ta aué rai é
Viviri rai, inage O viviri raj ina kai ngeo
T ruga i J runoa 1
Te papare hinua Te napare henúa
Viviri rai inage o. viviri rai ina kai ngoe.
A Á
Haki é Hoki é
Avanihua ki tagu atu. Ava henúa ki tangu atu
aune pokié Aué poki é
Ava rai Ava rae
Ava mata Ina hiva Ama mata ina hiva
auwe poki é aué poki é
Tte renia O parapa Tte reni o parata móni
moni Aué poki é,
Auwe poki é.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON ' 269
La presente relación es más que una leyenda, una canción,
que fue dada a conocer a nuestro informante por su propio pa-
dre, Nicolás Pakarati, y por los ancianos Keremuti, Reva Hiva y
Ure'1o Viri.
VERSION TRADUCIDA
1. Texto de Thomson: 2. Texto de Pakarati:
A
The sail of my daughter, ¡Qué pena! busco al niño que
Never broken by the force está en peligro
[of foreign clans! El motivo de su amor de Hiva
The sail of my daughter, no está.
Unbroken by the conspirancy ¡Qué pena!
[of Honiti!
pa
Ever victorious in all her ¡Qué pena! busco al niño que
[f£ights está en peligro
She could not be enticed to el motivo es que mi amiga no
[drink poison waters está.
EE
In the cup of obsidian glass. ¡Qué pena! si pudiera volver
Can my sorrow ever be le daría este vaso a mi niño;
[appeased Si yo estuviera en el cielo
Wile we are divided by the y me cayera del cielo no me
[mighty seas? importaría,
Oh my daughter, oh my daughter! encima del fondo de la tierra,
si cayera, no me importaría.
A
It is a vast and watery Me devuelvo a la zanja
road de la tierra para sepultar
Over wich 1 look toward ¡Ayayai! a mi niño.
the horizon, Ahí está en la zanja.
My daughter, oh my daughter! Desde la zanja, con sus
Il swim over the deep ojos, no ve Hiva,
to meet you, ¡Ayayai! Mi niño.
My daughter, oh my daughter! Si estuviera vivo tendría
un trabajo para ganar plata.
¡Ayayai mi niño!
El nombre de esta canción no dice realmente nada. Ka ¿hi
uinga literalmente significa “Qué pena, busco”, lo que natural-
mente carece de sentido; tal vez habría sido más comprensible
haberla llamado simplemente “Ka ¿h?” (que pena) o bien, “Ka
ihi, uinga te ki ati, aué te poki é” (Qué pena, busco al niño que
270 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
está en peligro). Todo esto nos indica una vez más el escaso
sentido de comprensión que acompañó a Thomson en sus tra-
ducciones, y se ve a las claras que fue Salmón y no él quien se
encargó de los textos.
El término “Hiva” que se utiliza está tomado al parecer en
el sentido extranjero, más que de persona proveniente del legen-
dario lugar del mismo nombre del cual —expresa la tradición—
provenía el rey Hotu Matú'a y su gente.
«Llama profundamente la atención el empleo de una palabra
de adaptación moderna y que proviene de la lengua inglesa, cual
es “moni” (dinero, plata) = money, la cual nos lleva a considerar
este canto como contemporáneo de Ure Vaeiko, y en caso alguno
podemos admitir la hipótesis que plantea Thomson de que esta
es una antigua canción, que supuestamente proviene del tiempo
en que los primeros inmigrantes arribaron a la isla (28). Más
adelante insistiremos al respecto, por la importancia que adquiere
la presente situación para dilucidar la incógnita de las tabletas
de recitación a las cuales supuestamente pertenecen estas rela-
ciones.
d) ATE RENKA HAKA'OU ITE POHERAA
—l—
Texto de Thomson: Texto de Pakarati:
Ka tagl, Renga-a-manu Katangi e renga a* Manu Hakaopo,
—hakaopa; Es
Chiu runarame a ita metúa. Ka uru te rama a ¡ta metúa, eeé!
Ka ketu te nairo hihi Ka ketu te miro hihi o te hoa, ecé!
—O te hoa! E áha to'u taína e te hoa é!
Eaha ton tiena -e te hoa-e!
A
Ita haga ta poapatu Ite hanga tapo patu o te hoa é!
—O te hoa! Ka hihi te reva farani o te hoa é!
Kahii te riva forani Aué katangi te ate w'a ¡ti iti, él
—O te hoa- e! E áha to'u taína e te hoa, é!
Auwe ka tagi ati -u- a-
¡ti dt.
Eha ton tiena - e te hoa -e.
(28) Thomson, 1889, pág. 525.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON e 271
E
Ta hi tiena ita have. Te tahi taína ¡te hare
Horoa ita have. Í a var ¡te hare
Horoa moni e fahiti; I a vai ite moni é!
Ita ori miro; Mo ¡te ite ori, ite miro
Ána piri atu; Anga piri atu,
Ána piri atu; Anga piri atu,
Ana taga atu. Mo tanga átu, é!
La presente es una canción y no la relación de una leyenda
antigua; su nombre es el que se indica en el encabezamiento, mas
existe involucrado en él un término de origen tahítiano, cual es
Poberaa; no hemos querido modificarlo para no cambiar esta fra-
se ya tan conocida. Sin embargo, en pascuense estricto el verda-
dero nombre de la canción debió ser: “Ate renga hakao'u kite
matenga hanga”, ya que el término en cuestión es traducible por
esta última frase.
La cantidad de palabras tahítianas en el texto nos lleva a
pensar que se trata de una canción bastante moderna (la estima-
mos de la misma época de Vaeiko), mencionándose incluso la
bandera francesa (Te reva farani); por otra parte se requirió de
un cierto contacto con Tahíti para adquirir ciertas palabras, que
de lo contrario habrían sido mencionadas en pascuano. Hemos
reemplazado esos términos por sus correspondientes del idioma
aborigen. Son ellos: Horoa (entregar; entrega) = (pasc.) l a vai;
Fabiti (para saber, para conocer) = (pasc.) Mo ite.
VERSION TRADUCIDA
1. Texto de Thomson: 2. Texto de Pakarati:
cas ci
Who is sorrowing? “Mujer bonita hasta la muerte”
It is Renga-a-manu Hakopa! Le haxo un canto a la bonita
A red branch descended from hija de Mana Hakaopo,
her father. que entró con una antorcha y
Open thine eyelids, my true vio cue no tenía a sus padres.
love. Viene en un barco amarrado el
Where is your brother, my amino.
love? ¿Oué están haciendo sus hermanos,
amigo?
272 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N' 6, 1973
o
At the feast in the Bay of En la bahía se saca el sombrero
Salutation el amigo.
We will meet under the Amarrada está la bandera francesa,
feathers of your clan. amiga.
She has long been yearning ¡Ay! Canto mi canción; el motivo
after you. es muy pequeño.
Send your brother as a mediator ¿Qué están haciendo sus hermanos,,
of love between us. amigo?
pude EE
Your brother who is now at Unos hermanos están en sus casas.
the house of my father. Entrega la casa,
O, where is the messenger of entrega la plata para saber
love between us? ué vas a hacer en la fiesta
When the feast of drift- del barco;
wood is conmemorated. Ahí lo encuentro a Ud.,
There we will meet in loving está marcado y no puedo olvidarlo.
embrace.
El término “Mana Hakaopo” con que comienza la canción es
un nombre propio que literalmente significa = pájaro —huye co-
rriendo, rápido).
Esta relación se refiere a la hija de Manu Hakaopo, y a sus
tribulaciones. En la última parte se refiere a la fiesta o “koro”
del barco, que se celebraba en el lugar llamado To Miro O*one:
(que queda al lado del camino de Te puku ma Háa, que conduce
a Vaitea desde Hanga Roa) que es un lugar en forma de buque
y con un hueco para clavar el mástil (29).
Por último señalaremos que esta canción la aprendió nuestro:
informante de su padre Nicolás Pakarati.
(29) Información de Pakarati; Englert, 1948, pág. 301.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 273
3.—EVALUACION DE LOS TEXTOS RELATADOS A THOMSON
Y SU RELACION CON LAS “KOHAU RONGORONGO”
Con las versiones que hemos presentado, queda plenamente
demostrada la inexactitud de los textos logrados por el Paymaster
Thomson, error que, a nuestro juicio, se debe principalmente a
la actuación que le cupo a Alejandro Salmón en la recopilación
y traducción de ellos. Al respecto es preciso tener muy presente
que Salmón era tahitiano, y en caso alguno un erudito, con lo
que, obviamente, sus bonos bajan considerablemente, a lo que
debe sumarse que el anciano Vaeiko hizo una relación, a través
de cuyo desarrollo fue preciso ir copiando lo que él hablaba; por
otra parte, Salmón no era tampoco pascuense, por lo que no do-
minaba totalmente el idioma. Sumadas ambas dificultades, no po-
día esperarse mejor resultado, y es obvio, que tenían que sobreve-
nir equivocaciones y errores en la escritura como los que hemos
comprobado. Por último, no podía exigirse del tahitiano un domi-
nio total de ambos idiomas —pascuense e inglés— como para
efectuar interpretaciones y traducciones de un idioma al otro,
razón por la cual los textos ingleses presentados por el americano
no dicen casi relación con el contenido de los mismos.
La real importancia de estas interpretaciones no cae, sin em-
bargo, en el puro campo del eruditismo científico, sino que invo-
lucra una razón práctica: la relación que pueden o no guardar los
relatos transcritos con las tabletas a los cuales los asignó el Pay-
master norteamericano.
Como primera premisa debemos tener presente que cada
texto corresponda a una tablilla parlante: “Apar”, “Atúa Matari-
11”, “E ába to ra ariki kete mabúa ¡ uta nei?”, “Ka ibi ninga”,
“Ate renga Haka'ou ite poheraa”, cuyas fotografías, por otra par-
te, se agregan al libro de Thomson, siendo ellas las mismas que
exhibiera al anciano nativo que efectuó la relación. Esta es nues-
tra hipótesis de trabajo y a través de ella desarrollaremos nuestro
estudio.
Hemos insistido anteriormente que en la relación “Ka ¿hi
uinga”, (estrofa cuarta) se emplea el término “monr”, degenera-
ción de su equivalente inglés “money” (30); y que en la “Ate
(30) Fuentes, 1960, pág. 265.
274 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N* 6, 1973
renga haka'ou ¡te poheraa”, se utilizan términos tahitianos: “Pobe-
raa” = “kite matenga hanga” (pasc.); Horoa = “I a val”
(pasc.); Fabiti = Mo ite (pasc.), llegándose incluso (estrofa se-
gunda) a mencionar la bandera francesa.
Estas consideraciones conducen en forma natural a concluir
que ambos relatos no pueden haber tenido demasiada antigúedad
al tiempo de Vaeiko, ya que los contactos permanentes de los
nativos con otros lugares —entre ellos Tahití— o con otras per-
sonas —extranjeros—, sólo tuvieron lugar pocos años antes, con
la llegada de los misioneros franceses en 1864. Es posible estimar
también que aquellos aborígenes que fueran repatriados en esa
época, luego de haber sido conducidos como esclavos al Perú, y
que permanecieron algún tiempo en Papeete, adquirieron los sufi-
cientes contactos culturales como para crear canciones como las
presentes. Este es un fenómeno perfectamente explicable y que
nos conduce a la inequívoca afirmación de que el origen de am-
bos cantos se remonta a esa época.
Si se crearon en ese tiempo, es imposible pensar que la
relación que ellos puedan guardar con sus correspondientes tabli-
llas parlantes, pueda haber ido más lejos, de lo cual se desprenden
dos hipótesis: a) las tablillas fueron escritas o grabadas en ese
tiempo (antes de 1870) o bien, b) los cantos no dicen relación
alguna con ellas. De ambas, la más lógica es la segunda, ya que
luego de los “raids” peruanos desaparecieron los últimos vesti-
gios de la antigua cultura insular, resultando imposible haber
“escrito” las tablillas luego de esos acontecimientos. Además, am-
bas tabletas fueron entregadas al Obispo de Axieri alrededor de
1870, y ya su estado era de deterioro, lo cual revela una cierta
antigúedad de la madera. Esto nos lleva a afirmar la segunda
posibilidad.
Queda así demostrada la ninguna relación que existe entre
los cánticos y las tablillas grabadas correspondientes, y que el
error en que ha incurrido Thomson se debe fundamentalmente, a
nuestro modo de pensar, al engaño de que fue víctima por parte
del viejo Vaeiko, el cual pretendiendo leer los textos relató —en
el presente caso— un par de canciones modernas a su época.
No tiene tampoco valor alguno la afirmación que efectúa el
norteamericano al hacer la traducción de la “Ka ¿hi uinga” de que
“sea esta una antigua canción y que supuestamente se relaciona
con el tiempo en que los primeros habitantes llegaron a la isla”
>
Gaeto, E. A. RELATOS DE THOMSON 275
pues ella es gratuita y se apoyaría, principalmente, en las afirma-
ciones engañosas de Vaeiko.
Demostrada esta primera premisa, es preciso ocuparse de las
restantes relaciones: “Apai”, “Atúa Matariri” y “E ába to ra
ariki kete mahúa i uta nei?”, las cuales son, al menos teóricamente
leyendas con cierta antigijedad, y que se remontan a tiempos ante-
riores a la llegada de las misiones. Así consideradas podrían per-
fectamente constituir el texto de las correspondientes “rongoron-
go”, si no mediaran algunas muy buenas razones que, por el con-
trario, permiten desestimarlas totalmente y otorgarles sólo una
valoración en cuanto a tradiciones, mas no en relación con las
tablillas.
a) Consideraciones acerca del relato de Vaeiko. Cuando el
anciano procedió a efectuar los relatos al norteamericano, según
las propias afirmaciones de este último, fue evidente que él no
estaba leyendo los caracteres, y que incluso, cuando se cambió una
fotografía por otra, continuó leyendo, o más bien relatando las
mismas historias sin que descubriera el cambio (31). Por último,
Vaeiko explicó que el actual valor y significado de los signos ha-
bía sido olvidado, pero que las tabletas eran reconocidas por sus
ininconfundibles figuras, y que así como una persona podía reco-
nocer un libro escrito en idioma extranjero y estar perfectamente
seguro de su contenido, sin que fuera capaz de leerlo, lo mismo
ocurría en su caso. Naturalmente que este es un punto sobre el
cual es necesario reflexionar, ya que con sus palabras el propio
informante reconoce que su versión no es una lectura sino la utili-
zación de las fotografías como una forma de recordar su conte-
nido; es lo que se ha dado en llamar un sistema de interpreta-
ción mnemónica. Por lo demás no son necesarias las afirmaciones
anteriores para llegar a idéntica conclusión, puesto que el estado
general de conservación de las “rongorongo”, especialmente de
Atúa Matariri y de E ába to rax ariki kete mabúa 3 uta nei?, no
permiten ver a simple mirada todos los caracteres originales que
las constituían, fundamentalmente la segunda que aparece borrada
a grandes tramos; si se hubieran leído, necesariamente el texto
habría sido incompleto, lo que hemos visto que no ocurre. De aquí
que esté totalmente claro que solamente fueron utilizadas como
un medio recordatorio.
(31) Thomson, 1889, pág. 516.
276 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973
Si estimamos válida esta última premisa, se nos abren dos
caminos: Que aún siendo usadas para recordar una leyenda, el
relator haya informado el verdadero texto correspondiente a la
tablilla, o bien, que haya narrado simplemente una tradición, pero
sin que ella sea necesariamente la que efectivamente corresponda
a la tableta a la cual se asimiló. Para determinar cuál hipótesis
es la válida, es preciso recurrir a algunos aspectos previos. En
primer término, se ha dicho que el anciano nativo era un hom-
bre que pasaba por haber sido iniciado en el arte de la lectura
de los jeroglíficos antes de la llegada de los peruanos (Thomson),
consideración que estimamos falsa, atendidas las investigaciones,
que ya en 1923 efectuara el distinguido profesor Macmillan
Brown, quien nos ha legado informaciones detalladas acerca de
Ure Vaeiko, el cual, según lo expresado por Juan Tepano (y que
más tarde fuera auxiliar de Métraux) a Brown, fue conocido
solamente como un sirviente del rey Ngaara —aquel rey que se-
gún la tradición se distinguió por ser uno de los más famosos
máoris del siglo 19 (32)— de lo que se concluye la imposibilidad
absoluta de que hubiese sido un máori rongorongo (esto es, un
iniciado en el arte de leer las tabletas) ya que si así hubiese sido,
este arte no se habría perdido por cuanto esta persona lo habría
trasmitido a sus descendientes, parientes o amigos cercanos. Se
da el caso que Vaeiko, luego de informar a Thomson se hundió
en el olvido y nadie aprendió el arte solo “conocido” —en ese
momento— por él. Por otra parte si solamente fue un sirviente
del rey, es muy poco probable que le hubiese estado permitido
conocer el arte de los glifos, el cual estaba reservado a cierta clase
de personas: los ““máori”. Lo más probable es que, en alguna opor-
tunidad en su juventud haya visto y escuchado la forma y texto
de los cantos, circunstancias que fueron retenidas en su memoria,
y que al paso del tiempo fueron olvidadas poco a poco. Es muy
poco posible, en cualquier caso, que su memoria haya conservado
tan nítidamente las relaciones que hizo «al norteamericano, y lo
más probable es que los textos dados a conocer por él hayan sido
otros, correspondientes a leyendas legítimas, pero más comunes
y conocidas. Prueba de esta afirmación es que nuestro informante,
las conoció, pero por otras personas, lo que estaría explicando que
estos relatos eran más o menos conocidos en esa: época;
(32) Englert, 1948, pág. 137; Métraux, 1971, pág. 317.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 217
En segundo lugar, habida consideración de que cada texto
tiene una determinada duración, también, cada tableta debe
tener una longura que sea equivalente a su texto. En otras pala-
bras, si el contenido de la ““Atúa Matariri” es más largo que el de
“E ába to ra ariki kete mabúa uta nei?” resulta, más o menos,
natural que la cantidad de glifos equivalentes a cada una sea ma-
yor en la primera que en la segunda, y lo mismo puede decirse
con respecto a ““Apar”. Esta última es la que posee el texto mayor
de las tres, y la tableta que lleva este nombre, llamada también
Keiti, poseía 596 glifos aproximadamente y su estado de conser-
vación al tiempo de ser fotografiada por Thomson era bueno, ya
que no se observan lagunas intermedias y sólo se advierten glifos
borrados o deteriorados hacia los bordes. La Atú4a Matariri debió
poseer, al decir de Imbelloni, alrededor de 450 signos, y la E 4ha
to ra ariki kete mabúa i uta nei? comprende un total de 615 sig-
nos visibles, los que originalmente debieron ser alrededor de 950,
ya que es la más deteriorada presentando extensas lagunas en su
zona media por ambas caras (33),
De estos cálculos resulta que la más extensa, o que contiene
mayor cantidad de glifos es precisamente aquella cuyo texto es el
más corto, lo que es un contrasentido, ya que cualquiera que sea
el sistema empleado en la escritura (jeroglífico, ideográfico o fo-
nético) necesariamente ha de ser idéntico en todas las tabletas,
con lo que su longitud no podría variar, sino que, contrariamente,
se mantendría, presentándose como un factor constante de todas
ellas.
De ambos razonamientos se desprende, pues, que las foto-
grafías de las tabletas solamente sirvieron para que el anciano in-
formante relatase algunas leyendas mezcladas con algunas cancio-
nes contemporáneas a él, pero sin que esas tradiciones fueran las
que verdaderamente se contenían en las tabletas, sino algunas que
conocía completamente.
b) Consideraciones acerca del contenido de los relatos, Ade-
más de las anteriores, cabe hacer algunas reflexiones relativas
al contenido de las relaciones hechas por Vaeiko, En este sentido,
debe tenerse presente que las historias del anciano fueron recorda-
das y no leídas, de lo que se desprende que fácilmente pudo haber
(33) Imbelloni, 1951, pág. 103.
278 ANALES DEL MUSEO D EHISTORIA NATURAL N* 6, 1973
cambiado palabras e incluso haberse saltado trozos enteros de la
recitación sin que fuera advertido por sus entrevistadores; ade-
más ellas fueron relatadas teniendo a la vista fotografías de ta-
bletas incompletas, con signos borrados, lo que naturalmente ha-
bría significado que el texto también debía haberse truncado en
aquellas partes imposibles de ser recordadas por estar borrados
los glifos; esto último no ocurrió lo que demuestra que el viejo
recordó independientemente de la correspondiente tablilla (recuér-
dese que en medio de la relación fueron cambiadas las fotos sin
que lo notara y el relato continuó igual), lo que indica que no
hay una relación directa entre tablilla y relato. Según hemos ya
demostrado tampoco hay relación verdadera, esto es, que el texto
es diferente al que figura en las inscripciones glíficas, y si bien
la leyenda es originaria no se relaciona con la tablilla.
Por último debemos llamar la atención sobre aquel individuo
que es presentado por Thomson como garante de las traduccio-
nes de Vaeiko: otro anciano llamado Kaitae y que pasaba por
pariente del último rey de la isla Maurata —según las expresio-
nes de Thomson— y de quien Juan Tepano, al ser entrevistado
por Brown, manifestó no haber oído nombrar jamás en circuns-
tancias que debió haber sido contemporáneo suyo, y que como
miembro de la realeza debió haber sido un personaje más o me-
nos conocido, de lo que se desprende que este individuo ha de
haber constituido otro engaño para el norteamericano; agréguese
a ello que sí al igual que Vaeiko podía leer las rongorongo, con
mayor razón debió ser suficientemente apreciado y nombrado en-
tre su gente, precisamente por sus conocimientos.
Demostrado en esta forma la falta de relación que existe
entre las “kohau rongorongo” y los textos que presentó Thomson
como supuestamente pertenecientes a ellas, queda, a nuestro jui-
cio, delimitada de una vez por todas la verdadera importancia
que debe asignárseles a los relatos del norteamericano, los que
en caso alguno pueden llegar a considerarse como piezas de real
valor para la traducción de los glifos pascuanos, y cualquier ten-
tativa a ese respecto deberá efectuarse prescindiendo de dichos
textos.
Hanga Roa, 1* de Febrero de 1973.
Gaete, E. A. RELATOS DE THOMSON 219
BIBLIOGRAFIA
ENGLERT, SEBASTIAN: “La tierra de Hoto Matu'a”. Historia, etnología y
lengua de la Isla de Pascua. Santiago, 1948.
— “Primer siglo cristiano de la Isla de Pascua”. Santiago, 1964.
FUENTES, JORDI: “Diccionario y Gramática de la lengua de la Isla de Pascua”.
Santiago, 1960.
GAETE, EUGENIO: “Compendio de Geografía e Historia de la Isla de Pascua”.
(Inédito), 1971.
MAC MILLAN BROWN, J.: “The riddle of the Pacific”. London, 1925.
IMBELLONI, JOSE: “Las "Tabletas Parlantes de Pascua, monumentos de un siste-
ma indo-oceánico”. RUNA. Archivo para las ciencias del hombre.
Buenos Aires, 1951.
METRAUX, ALFRED: “Ethnology of Easter Island”. Bishop Musseum Press.
Honolulú, 1971. (Reprint).
ROUTLEDGE, CATHERINE: “The mystery of Easter Island”. London, 1919.
THOMSON, WILLIAM: “Te pito te henúa or Easter Island”, Annual Report of
the National Musseum... fo rthe year ending. June 30, 1889. Págs.
513-526. Plates XXXVI - XLIX. Washington, 1891.
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Valparaiso, Chile 281
EL BOTANICO CHILENO Dr. EBERHARD
KAUSEL
Después de larga enfermedad, el 25 de Julio de 1972, falle-
ció en Santiago de Chile, el odontólogo y botánico chileno, Dr.
Eberhard Kausel, a la edad de 62 años. Había nacido en la mis-
ma ciudad, el 23 de Febrero de 1910, siendo el menor de los siete
hijos del distinguido pedagogo alemán, Dr. Teodoro Kausel, que
fuera profesor de matemáticas de varias importantes escuelas de
la capital chilena. El joven Eberhard, terminados sus estudios se-
cundarios, ingresó a la Escuela de Agronomía de la Universidad
de Chile (Santiago) y, aunque terminó brillantemente el primer
año, resolvió cambiar de profesión, matriculándose en 1927 en la
Escuela Dental de la misma Universidad, para obtener su título
de dentista, con especialidad en prótesis, el año 1932. Además
del ejercicio libre y muy activo de su profesión, fue ayudante de
clínica y después profesor de la Escuela Dental de la Universidad
de Chile (Santiago), desde 1933 a 1944. Reconocido como uno de
los dirigentes del gremio de dentistas de Chile, preocupose mucho
de los problemas tributarios y de previsión social que les afecta,
influyendo para obtener una legislación adecuada a las necesida-
des profesionales. Dio a luz, además, un buen número de traba-
jos de investigación odontológica.
Amante de la naturaleza sobre todas las cosas, de gran espí-
ritu deportivo, desde su niñez fue un excursionista entusiasta. Re-
corrió muchas partes de su país de topografía, flora y fauna tan
variadas, tomando notas y haciendo colecciones. Se interesaba por
la historia natural en toda su vastedad, que su extensa cultura y
sólidos conocimientos de biología le permitían abordar con éxito
y le conocemos una conferencia, que dio en 1951, titulada El pro-
blema de la evolución (publicada sólo en mimeógrafo) que es una
valiosa síntesis y en la cual expone ideas novedosas. También debe
mencionarse su artículo La domesticación como factor patógeno
(Revista Dental de Chile, tomo 27, 1936).
Se especializó en botánica, interesándose principalmente por:
las plantas leñosas: Ericáceas, Epacridáceas, Saxifragáceas y muy
principalmente Mirtáceas, acerca de las cuales versa más de la
mitad de sus publicaciones botánicas.
282 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N? 6, 1973
El artículo botánico más antiguo de Kausel que conocemos,
es una breve nota de 8 pp. titulada Revisión de las Mirtáceas chi-
lenas, publicada en edición particular (Imprenta Wilson, Santia-
go, 1940). En él crea el género nuevo Reicheía para Myrtus co-
quimbensis y que recuerda al Dr. Carlos Reiche, autor de la Flora
de Chile y de la Geografía Botánica de Chile. Otros trabajos apa-
recidos en su patria son Comentarios sobre las Ericáceas y Epacri-
dáceas chilenas y Los tipos de Mirtáceas extranjeras conservados
en el herbario de Santiago, ambos en la Revista Universitaria
(Universidad Católica de Chile), vol. 34 (1949) y 35 (1950).
Habría que añadir todavía una comunicación leída en la Sociedad
Chilena de Historia Natural, titulada Revisión de las Mirtáceas
chilenas. Notas preliminares, de la que publicose solamente un
resumen en la Revista Chilena de Historia Natural, vol. 43: 310..
“1939”. 1940, que tiene importancia taxonómica, pues aparecen
allí varios táxones nuevos.
Pero la mayoría de sus estudios botánicos vieron la luz en
importantes revistas argentinas:
En la Revista Argentina de Agronomía: Un nuevo género de
Mirtáceas de Chile: Reicheia Kausel, gen. nov., vol. 7, 1970. Es
una segunda edición parcial del artículo santiaguino Revisión de
las Mirtáceas chilenas, del mismo año. Contribución al estudio de
las Mirtáceas chilenas, en 3 partes, vol. 9, 1942 y vol. 11, 1944.
Notas sobre plantas ornamentales y forestales chilenas, en 2 par-
tes, vol. 13, 1946 y 18, 1951. Nuevo nombre para "Myrceugenia
montana”, vol. 18, 1951.
En Lilloa: Notas mirtológicas, 2 partes, vol. 13, 1947 y 17,.
1949. Lista de las Mirtáceas y Leptospermáceas argentinas, vol.
32, 1966.
En Darwiniana: Revisión del género “Escallonia* en Chile,
vol. 10, 1953.
En la revista de Suecia, Arkiv for Botanik aparecieron sus co-
municaciones Beitrag zur Systematik der Myrtaceen (2 partes), en
Ser. 2, vol. 3 (15), 1956 y vol. 3 (19), 1957.
En la obra Catálogo e Estatística dos Géneros Botánicos Fa-
nerogámicos editada por el Dr. Joao Angely (Curitiba, Brasil),
Kausel publicó la parte N* 28, Myrtaceae, 1957.
Sus desvelos lo vincularon a distinguidos botánicos del ex-
tranjero, en especial estudiosos de las Mirtáceas, alcanzando Kau-.
sel merecido prestigio como especialista de categoría internacional
Looser, G. EBERHARD KAUSEL 283
Dr. Eberhard Kausel
en esta compleja familia. La ordenación sistemática de las Mirtá-
ceas presentaba dificultades serias. Los cuidados estudios anatómi-
cos, morfológicos, etc., de Kausel, le permitieron una definición
más científica de sus grupos y sólida base para la creación de
varios géneros nuevos, división y mejor definición de géneros an-
tiguos y el establecimiento de buen número de táxones menores,
etc. Entre los géneros mirtáceos nuevos que fundó, recordamos los
284 ANALES DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL N?* 6, 1973
siguientes: Reicheia, Myrceugenella, Legrandia, Nothomyrcia.
Hay seguramente algunos más.
Con el tiempo, formó un valioso herbario, uno de los pocos
existentes en Chile, fruto de sus propias colecciones y de los
materiales que recibía del país y del extranjero, en canje y para
determinar. Confiamos que este valioso acervo científico, que
alberga numerosos tipos, será debidamente preservado para la
posteridad.
Hará unos quince años hizo un viaje por Europa, que apro-
vechó para hacer estudios en varios de los grandes herbarios clá-
sicos del Viejo Mundo.
Ya estando enfermo terminó su trabajo Mirtáceas sudameri-
canas nuevas y críticas, que envió a la revista Lilloa de Tucumán.
Entendemos que ya se publicó o está por salir.
Le sobreviven su esposa, odontóloga como él, señora Dra.
Greta Bolt de Kausel, sus cuatro hijos Greta, Ferdinand, Eduardo
y Alfredo y varios nietos.
Santiago de Chile, 23 de Octubre de 1972.
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